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Predica agosto 13 2023

Ofrendas

Definición. El significado bíblico de ofrenda se refiere a aquello que se


presenta o se entrega a modo de adoración a Dios.
En algunos casos esta ofrenda puede consistir en un sacrificio, o un objeto o un
animal. Muchos diferencian entre ofrendas y diezmos, los diezmos eran aquello
que sumaba la décima parte de lo que se gana o se produce.

La ofrenda nace de la y de la relación profunda que tenemos con nuestro Dios y


se ve reflejado en cuánto tiempo, esfuerzo y dinero que gastamos en nuestra
vida.

Podemos encontrar la palabra ofrenda en algunos de estos pasajes :

Génesis 4. » Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más


gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda»

Éxodo 25:2. «Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda
(tabernáculo); de todo varón - que la diere - de su voluntad, de corazón,
tomaréis mi ofrenda» , ofrenda para construir el tabernáculo - materiales de
acuerdo al diseño dado por Dios

Cuanto dar (cantidad): La biblia no habla de porcentaje,

2 Corintios 9:7-8 Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón,
no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. Y
Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre,
en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en
ustedes.

1 Corintios 16:1-12, 2.Cada primer día de la semana cada uno de vosotros


ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo
llegue no se recojan entonces ofrendas.

Como debe ser nuestra actitud al dar la ofrenda:


La Biblia dice que Dios desea que ofrendamos con alegría y generosidad
siguiendo su propio ejemplo. Dios da a todos «generosamente sin menospreciar
a nadie» como dice Santiago 1:5. Él «hace que salga el sol sobre malos y
buenos, y que llueva sobre justos e injustos» (Mateo 5:45). Por lo tanto,
nosotros debemos dar nuestras ofrendas a Dios como muestra de gratitud ante
todo lo que él nos da. También debemos dar a los demás siguiendo el ejemplo de
Dios.
Dar en secreto: Mateo 6:2-3 2Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar
trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las
calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su
recompensa.3Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu
derecha,4para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te
recompensará en público.

La limosna significa misericordia, piedad y compasión y es una ayuda voluntaria


que se da a una institución o persona por caridad y esta nace al sentir la
necesidad del otro como si fuera propia.

La ofrenda nace de la Fë

Propósito de las ofrendas

Podemos decir que las ofrendas tienen, por lo menos, 4 propósitos:

1. Mostrar nuestra fe y confianza en Dios y en su provisión

La ofrenda es un acto de reconocimiento ante Dios de que todo lo que tenemos


le pertenece a él. Nosotros no somos los dueños. Dios es el dueño y nosotros
administramos lo que él nos provee. Cuando ofrendamos, lo hacemos con la
confianza de que él es fiel y continuará proveyendo para cubrir todas nuestras
necesidades.

No se te ocurra pensar: “Esta riqueza es fruto de mi poder y de la fuerza de mis


manos”. Recuerda al Señor tu Dios, porque es él quien te da el poder para
producir esa riqueza.
(Deuteronomio 8:17-18a)

El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma,
aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de
justicia. Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión
puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de
ustedes resulte en acciones de gracias a Dios.
(2 Corintios 9:10-11)

2. Sostener obreros cristianos y personas en el ministerio

Lucas 8:1-3 habla de algunas mujeres que contribuían al sostenimiento de Jesús


y los discípulos. Ellas daban de lo que tenían para ayudarlos a cumplir con su
ministerio. En Filipenses 4:10-20 también leemos sobre la iglesia de Filipos y
otras iglesias que apoyaban a Pablo en su ministerio.
Esos dos ejemplos nos ayudan a entender cómo las ofrendas contribuyen al
sostenimiento de personas que se sienten llamadas a llevar la Palabra de Dios a
otros. Nosotros podemos marcar una diferencia al apoyar a otros con nuestras
ofrendas.

Ya he recibido todo lo que necesito y aún más; tengo hasta de sobra ahora que
he recibido de Epafrodito lo que me enviaron. Es una ofrenda fragante, un
sacrificio que Dios acepta con agrado. Así que mi Dios les proveerá de todo lo
que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.
(Filipenses 4:18-19)

Los ancianos que dirigen bien los asuntos de la iglesia son dignos de doble
honor, especialmente los que dedican sus esfuerzos a la predicación y a la
enseñanza. Pues la Escritura dice: «No le pongas bozal al buey mientras esté
trillando», y «El trabajador merece que se le pague su salario».
(1 Timoteo 5:17-18)

3. Ayudar a los pobres y necesitados

Dentro de sus posibilidades, la iglesia debe atender las necesidades no solo de


sus miembros sino también de otras personas de la comunidad. Tal como lo hizo
la primera iglesia, es importante ayudar a los miembros de la familia cristiana
con la provisión de sus necesidades básicas.

La iglesia debe ser ejemplo de generosidad cuidando de sus miembros y


bendiciendo a la comunidad en la que se encuentra.

Por ahora, voy a Jerusalén para llevar ayuda a los hermanos, ya que Macedonia
y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los hermanos pobres de
Jerusalén. Lo hicieron de buena voluntad, aunque en realidad era su obligación
hacerlo. Porque, si los gentiles han participado de las bendiciones espirituales de
los judíos, están en deuda con ellos para servirles con las bendiciones
materiales.
(Romanos 15:25-27)

Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya
ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. Los apóstoles, a su vez, con
gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La
gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, pues no había
ningún necesitado en la comunidad.
(Hechos 4:32-34a)

Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.
(Gálatas 6:2)
4. A Dios le agrada que seamos generosos

Ofrendar también muestra nuestro deseo de agradar a Dios. Él nos llama a ser
generosos y se alegra cuando vivimos con un corazón dador usando los recursos
que él nos provee para bendecir a otros. Al enfocarnos en las necesidades de los
demás podemos ver con más claridad la provisión de Dios en nuestras vidas y
crecemos en agradecimiento para con Dios.

No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque


esos son los sacrificios que agradan a Dios.
(Hebreos 13:16)

Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada,
sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá
a ustedes.
(Lucas 6:38)

La Generosidad - Es ayudar a los demás sin esperar nada a cambio es la máxima


expresión de la generosidad, es un valor que nos impulsa a compartir con los
demás.
La generosidad puede darse de 2 maneras, de forma material con acciones como
algún donativo económico, regalar juguetes a niños, donar alimentos, etc.
La persona generosa es noble, desprendida, dadivosa.

“La generosidad de Dios está relacionada con el gozo divino, como el que se
evoca cuando Sus hijos guardan Sus mandamientos. Él es presto para bendecir y
se deleita en honrar a los que son fieles.

La ofrenda que agrada a Dios

Más que la ofrenda en sí, a Dios le interesa la actitud con la que


ofrendamos. Él desea que ofrendamos en obediencia a él, conforme a lo que él
ha dicho y que lo hagamos de forma voluntaria y con alegría. Encontramos un
buen ejemplo en David y el pueblo de Israel. Ellos llevaron abundantes ofrendas
voluntarias para la edificación del templo. Ellos reconocían el señorío de Dios y
ese conocimiento los llenaba de gozo.

1 Crónicas 29:9 El pueblo estaba muy contento de poder dar voluntariamente


sus ofrendas al Señor, y también el rey David se sentía muy feliz.

1 Crónicas 29:14 Pero ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos
darte estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de todo, y lo que
te hemos dado, de ti lo hemos recibido.

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