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2024

TIEMPO DE COSECHA

RECOMPENSA

Reina-Valera 1960
2ª Corintios 9:6-8

6. Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que
siembra generosamente, generosamente también segará.
7. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios
ama al dador alegre.
8. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo
siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

INTRODUCCIÓN:

El Señor es siempre fiel. Amada iglesia del señor, (la calculadora) de Dios está rota. Esto se
explica con el hecho de que nosotros damos y recibimos muchos más de lo que damos, o no
es así?.

DESARROLLO:

El dar de nuestros bolsillos es muy respetable y también es necesario, la razón ya se las


hemos dicho, pero hoy yo voy hablar de otras cosas que podemos dar también. De nuestro
tiempo, de nuestra amistad, de nuestra sabiduría, de todos nuestros recursos. De lo que Dios
nos a dado a casa uno de nosotros.
Dios nos promete recompensarnos con creces. Podemos comprobarlo. En el Evangelio según
Lucas capitulo 6.38

Reina-Valera 1960
Lucas 6:38

Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo;
porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.

Lo que tenemos que vigilar en nuestro corazón es que lo hagamos de corazón y con alegría.
Cuando esto es una realidad, podremos comprobar la generosidad de Dios pues recibiremos
muchos más de lo que damos.

El Apóstol Pablo sabía el principio de la siembra y cosecha. Sabía que la generosidad


engendra una mayor generosidad, mientras que la mezquindad engendra un espíritu codicioso
y avaro. Y así, para evitar que esto suceda, Pablo les dijo: quien siembra escasamente,
escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.

Este es un principio que es igualmente evidente en el mundo natural, así como dentro del
ámbito espiritual. La abundancia de una cosecha o falta está directamente en proporción a la
cantidad sembrada. Una abundancia de semillas que ha sido sembrada producirá una gran
cosecha, mientras que una escasa dispersión de semillas; solo producirá una cosecha
insignificante.

El hermano Pablo declaró: «Dios ama al que da con alegría» (2 Corintios 9:7). Dando con
alegría, por lo tanto, debería ser una forma de vida para nosotros los cristianos que entienden
la gracia de Dios. Cuando nosotros damos generosamente y con un corazón dispuesto, Dios
nos asegura que nos vigilará y nos proveerá

Reina-Valera 1960
Proverbios 22:9

El ojo misericordioso será bendito,


Porque dio de su pan al indigente.

Reina-Valera 1960
2ª Corintios 9:8-11

8. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo
siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;
9. como está escrito:
Repartió, dio a los pobres;
Su justicia permanece para siempre.
10. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra
sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia,
11. para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad, la cual produce por medio de
nosotros acción de gracias a Dios.

Mis amados recordemos que no solo estoy hablando a nuestros bolsillos donde está nuestro
dinero pues el cual usted y yo sabemos El es nuestro socio y debemos darle alegremente a El,
hoy de parte de Dios nos está pidiendo que también incluyamos nuestros talentos, nuestros
dones y nuestro tiempo.
Iglesia nuestros días están numerados.

Reina-Valera 1960
Salmos 139:16

Mi embrión vieron tus ojos,


Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una
de ellas.

Nuestro tiempo pertenece a Dios. Y cualquier regalo que tengamos también es de Él;

Reina-Valera 1960
1ª Pedro 4:10

Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores
de la multiforme gracia de Dios.

Palabra de Dios para Todos


1ª Pedro 4:10

Cada uno de ustedes recibió un don espiritual que debe ser utilizado para servir a los demás.
Así serán buenos administradores del generoso amor que Dios les ha dado en tantas formas.

Cada obra buena, y cada gesto generoso, ya sea material o espiritual, cosechará una gran
recompensa, cuando se lleva a cabo por el poder habilitador del Espíritu Santo, con una buena
y generosa actitud.

La oferta que viene de un corazón que ama hacer la voluntad del Señor en espíritu y en verdad
es aplaudido, mientras que una oferta que se le da a regañadientes proviene de un corazón
que ha malinterpretado el verdadero propósito de dar y, lo que lamentablemente pierde las
bendiciones que fluyen a la vida de un discípulo fiel y verdadero del Señor.

Quizás todos deberíamos examinar los motivos ocultos de nuestro corazón cuando damos
nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestra habilidad y nuestros talentos, para ver si nuestros
corazones están llenos de gozo y agradecimiento por todo lo que Cristo ha hecho por nosotros,
o si todavía estamos usando nuestra ofrenda en respuesta a la esclavitud legalista, motivos
egoístas o para cualquier otro propósito que no es bíblico.

El Rey Salomón declaró:


«Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas. Así tus graneros
se llenarán a reventar y tus bodegas rebosarán de vino nuevo» (Proverbios 3:9-10).

Y el mismo Jesús nos dijo: «Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena,
apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a
ustedes»
(Lucas 6:38)

En el libro de Proverbios leemos que una persona generosa prosperará y el que refresca a
otros se refrescará él mismo, mientras que en Job nos recuerda que aquellos que siembran
problemas y cultivan el mal cosecharán lo mismo. Y el apóstol Pablo le dice a la iglesia de
Corinto que «Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre,
en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes» (2
Corintios 9:8).

Iglesia Nunca olvidemos que Dios conoce el corazón. Él sabe cuando los regalos, ya sean
materiales o espirituales, se dan a obligados o con alegría. Que seamos aquellos que dan
generosamente a los demás y al Señor, en agradecimiento por el maravilloso don de su Hijo
unigénito nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Lo cierto es, si no somos capaces de cosechar almas – si nuestras vidas no reflejan el poder
transformador del evangelio que predicamos – entonces nos hemos desvalorados como
labradores. Nuestro caminar con Cristo debe ofrecer prueba al mundo que las promesas de
Dios son verdaderas.

Solo a través de dar, aprendemos que Dios no puede ser superado.


Así que yo los invito que en este 2024 tiempo de Cosecha comencemos a cultivar un espíritu
generoso confiando en Él para que proporcione los recursos.

Reina-Valera 1960
2ª Corintios 9:12

Porque la ministración de este servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que
también abunda en muchas acciones de gracias a Dios;

Reina-Valera 1960
Mateo 9:36-38

36. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas
como ovejas que no tienen pastor.
37. Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos.
38. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

Jesús declaró, “Los campos están listos y la cosecha es cuantiosa. Es tiempo de comenzar a
cosechar.”

2024 comenzó la gran cosecha espiritual y final. Comenzó una gran cosecha. Y esta misma
cosecha durara hasta que Cristo regrese.

La cosecha está lista, es tiempo de cosechar, hay despertar espiritual, hay un avivamiento en la
congregación.
Cristo es el Señor de la cosecha. Y si él declara que la cosecha esta lista, debemos creerlo. No
importa cuan malvada se vuelva esta generación. No importa cuan poderoso parezca Satanás.
Nuestro Señor esta diciéndonos, “Deja de enfocarte en las dificultades a tu alrededor. En vez
de eso levanta tus ojos. Es tiempo para que veas que la cosecha esta lista.”
Amado, tu semblante cuenta. Escucha lo que Cristo dice de su novia, en Cantares: “Paloma
mía… muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz, porque tu voz es dulce y hermoso tu aspecto.”
(Cantares 2:14). Cristo nos esta diciendo, en esencia, “Quiero ver tu sonrisa.”

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