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Marcelo Birmajer El tinel de los pajaros muet lus, Cove, C » Unvaiay y Vener ALFAGUARA” Gee) JUVENT. SERIE ROJA Atilio Dencolini cumplia doce afios, y por primera ve ieros de escuela. festejaria con sus comp: Habia lle; do al colegio Piane un afio despu que 0s, en segundo grado. El pa- el resto de sus compat dre de Atilio asesoraba a em; del mundo eido en Bue esas de distintas partes Auli 1 asuntos oct ue na afios de su infancia en Paris, miencras su padre punta a otra del planeta. Regresé a Bue: siete aos, con su madre, luego de que sus padres se di vorciaran, Peto muy pronto Ja madre, para ganarse la da, comenzé a trabajar como intérprere, y recorria el mundo, cumpliendo con su clones y conferencias. Atilio quedé al cuidado de un tia muda, aparentemente prima de su madre. © conocida O tal vez simplemente era una sefiora muda a la que la madre le habia pagado para que lo cuidara No era colegio, en segundo grado, En realidad, no era la situa- cién ideal en ningiin caso. Atilio pronunciaba muy mal tarea en congresos, conven- situacién ideal para entrar a un nuevo cado por algiin lade, pero osturera, como todos in dejo francés, que causaba fa sorna + menos agradables. El acento fran- s malos del aula -dos, pata ser m: acone-, representaba debilidad y co oncia con una tia mu fa no aceler La madre pasaba a visitarlo dos o padre, con sue , una vez, muda -la tia Nera- vivian en un de- ambientes, en to piso, en ple- pecificamente sobre la calle Tu- adras del colegio, sobre la calle Ala vu cu. elea del colegio, sobre la dc aa mujer que confeccionaba ropa, ia una casa abandonada, En esa ca- mionero. No habian tenido hijos, la casa con una docena de mani rera utilizaba para presentar y pro solia abandonar la ciudad r vara abastecer de comestibles stitucos de esa zona del sur de la pro- sites, Un dia no regres6. Primero la ns6 en un accidente. Pero pasaban noticias. Algtin cami6n habia cho- lo, pero no era el del marido de la dos llamabal fas encontraron el camién abando- las puertas abiertas, en un baldfc caballo que, habiendo perdido asu ‘esado solo al hogar. JAROS MUERTOS Gladis, la costurera, parecié ser la primera en adi vinar que Ratil ya no volveria, y no porque hubiera su- frido un accidente ni porque se lo hubieran Hevado los extraverrestre vortefios, de noche, por las rutas desoladas~ ni porque esinado por una deuda de juego para do. a algunos clientes que como solian hacer con los camioneros Jo hubieran as’ rob: bandon Je, sino porgue la habia a Al mes, Gladis confe: atl, algunas veces, la habja amenazado con marchar y empo, lentamente, dis no volvi6 sey no volver nunca més. Con el e olvidade. La cara de Gl el camionero f aser a misma; sus clientes dectan que, de pasar car tiempo con maniquies, y ya sin nadie con quien hab sabia terminado por imitar la por las noches, su b a expresin de sus mufiecas tamajio natural, Pe- ex cupenda y ofte- > seguia confeccionando una rop io. Incluso comenz6 a col hombres, lo feccio- ciendo el mejor pre ¢ nunca habia pat abandonada. Las vecinas lo to: nar y te} hecho antes de s buen signo: el deseo de conocer aun nuevo ron por w galin. Peto dos afios mas tarde, en una investigacién Gil, Carola, se descubrio azuzada pot la hermana de Rat que Gladis habia envenenado al marido. Todos los martes, cuando Ratil se marchaba, Gladis lo despedia con un beso y una vianda: algtin sindwich, alin refresco, Aquel martes, el beso y la vianda lo acom- pafiarfan al ocro mundo, La propia Gladis habia seg do, de incégnito, a su marido. Nadie sabia siquiera que mo supiera manejar. Habia aprendido, tan en secteto cor habia preparado todo, simplemente para llevar a cabo 9 Para cuando Atilio He; gio Piane, la casa de la calle U abandonada, Una tarde de julio de aquel segune ervado cémo su marido se detenia a trasero del despertaria do una hermana interesada en saber srobable es que nunca habrian de: 3o se echaba en el asiem siesta, de Ia que nunca era asesina, ionero le Hamé la atencién que una i camién de F “al. Ni que un rato Sn arrancara. Tampoco ha fan en: cuerpo, de no ser por la porfia de > espec vil alsamado, su cabeza cu ialmente hal cara de papel maché, con un simpé- ingo ladeado sobre la frente, tan ele- aiera di iquies. Pero A veces lucfa un eraje de alpaca: ara el otofio, Cuando Ia poli ating ad 1S otros mai ia des: ladis sé vera de que se quediaca en posada recié va fa: no se alquilé ni se ven- struyeron. 6a saber. Alguna suftié wn ataque de otra reclusa en vfan ‘arrancado un diente a mano. que hubiese sobrevivido a la erifull- al marido, eta una mujer bastante ilio Hegé al segundo grado del cole- 2 la calle Uriburu Uevaba diez afios ede de julio de aquel segundo grado, LL TONEL BB LOS PAJAROS M o el fifo a Buenos Aires y oscurecia euando ya habia lleg; temprano, Tenia y Bacone desafiaron a Acilio, que era abandor ia del fa, a Ia sal »,a visitar la el nuev colegio. Atilio cenia orden de sv casa, sin desviarse ni una de las on de cobarde, directa a de regres jnente del colegio a tres cuadras. Tenia y Bacone lo acu a Pero Atilio era en realidad el tinico que reg nando solo del colegio a casa a los siete afios Independientemen ‘mente visitaron [a casa abando: tiva- 2 de si Tenia y Bacone ef nada aquelle tarde, des- de enconces se burlaron de Atilio. aban su acento fran- Lo llamaban cobarde. Reme: cés. Los demds compafieros no se sumaban a las bur- Jas, pero tampoco lo defendian, Hn st pri er camplea fos, Atilio se sentia tan alejado de codos que decid inguna fiesta, Su tia se la oftecié no hacer ni con que Atilio no respond el para ce Atilio podia se nudo que su tia cuando se ponia. Se hizo costumbre que Ati pleaitos, y tampo tos, En sexto grado, Tenia y Bac so de burlarse de él. Pero en séptimo grado fixe la gran sorpresa: Atilio ibaa festejar su cumpleaitos. jEl primer cumpleafios de Atilio! a invicado a los de sus compat. se olvidaron inclu- Repartié las tarjetas: unas tarjetas infantiles, con un payasito multicolor, que decian: “Te INvITO A ME FIESTITA”. Aalgunos de los chicos les causé gracia y otros lo cool. S6lo Tenia y Bacor tomaron come una ironia ie las tarjetas de un tarado que ellos no tecibieron las suy $e ‘ invitaba. Ni a ellos les interesaba. Sin embargo. zalle vin ficar este desinterés fad Ningdin chi ella partame spués asar seis afto: % ; la casa abandonada racién de la casa estaba completamente corroida por el Sxido, Las ventanas estaban rotas. Las f descascaradas: como si estuvieran enfermas de una ent medad que, en un hombre, seria sarna o le} decitlo en ptiblico, que se trataba de crecido, Pero 1 las suyas. Bra l6gico, Atilio, no los esaba. Sin embargo, un de- arado que nunca ha ve desi erés. En vealidad, era eralle. O, en todo caso, era un detalle del aula habia visitado nunca el de- ilio, pero, por supuesco, después de fe vivia la calle arjeta indicaba como direc sabian pe: es cuadras del colegio, sobi ante, la t: « mente impresién, los alunos no le dieron a aeste dato, pensando que tal vez evo salén de fiestas. Pero al salir del no dia y en dias su a ningiin nuevo 2. Cu , el salén de fiestas 0, para decir toda donde se celebraria el cumpl tbandonada samen daron des dias on de la sa en la tarjeta con la numeracién de ‘© con chequear la numeraci sbarlo, Pero ningtin compafiero po © que se celebrara un cumpleasios en Por otra parte, la chapa con la nume- aba completamente corroida por el aban rotas, Las paredes, peor que + si estuvieran enfermas de una enfer: ombre, seria sarnao lepra TUNEL DE LOS PAJAROS MUERTOS habitad Se suponia que fa casa sélo estaba tatas y murciélagos, En cualquier caso, nadie habia entrado all ulis la abandonara, esposada, mas de quince afios atrés. Situ que se lo preguntaran, Atil blaba, aclaré en un recreo >La casa esta en orden. L ra. Bs mi dle para mi fi © cumplea del colegio, y nunca festejé ninguno. sé qué nos pas6 —murmuré Bacone. no te molestamos mas! —grité Tenia. os a suplicarce que nos perdones y or primera vez, tus amigos —recupe- EL TUNEL AROS MUERTOS 's al unisono, Perdén —cor Atilio, por toda respuesta, les abrié la puerta y sonrié Bacone miré a Teni se sus pedi s ya estaban dentro de la Jisculpa, Todos los Atilio 2 Bi llegaron a cre: demas alumn con un gesto de la mano, invieé a pasar a Tent abia esmerado, parecida © no, la tia Nera se por fuera, era can ltigubre como siempre, Pero jon especialmente dis por dentro patecia un ncenido el tono para un cumpleatios. Atilio habla m: de cumpleatios infantil, y ya todos, incluyendo Tenia y Bacone, lo consideraban un gesto “retro” modern’ més que una desubicacién La gigantesca mesa preparada en el medio del salén principal lucia platos ‘itas, chizitos, conitos salados, y vasos de gaseosa con di de las p: mbién hab punta, sifbatos con serpentina y matracas. Las paredes, atin despintadas, rancias y htimedas, estaban adorn: en lo alto con guimnaldas de papel crepé. Habi coherencia un poco tétrica entre los elementos del cam: 10 los alumnos esi estejar un campleaiios ‘on papa ajos d Ty fculas infantiles. sen pleafios y la casa gris y ban demasiado emocionados por alli adentro como para reparar en esa combinacion. Mu- chos habian teniclo que discutir con sus padres para que los dejaran concurtir, Incluso a una de las chicas se lo habian prohibido. Pero de todos mods alli estaba: lue- go de mentir a los padres que el cumpleafios finalmente se baria en una pista de patinaje sobre hielo. 1s Los pres ‘oni 2 blemente fortunados. De aquel cumpleafios se habl. a te afios, aun cuando dejaran de verse, Se lo contarfan sus nietos, Después de c va el dilcim Habia los, cuchari i Je mo: logo del osito L est alumnos repar: rias infantiles del cumpleafios y la casa donde vivia la costurera que habia asesinado a su ma zos de pastel quedaron stibicamente ci 2s se consideraban_ increiblemen aquel cumpleagios se hablarfa duran- do dejaran de verse. Se lo contariana és de todo, era el ultimo afio que pa- portaba como el perfecto anfitri6n. e servia gaseosa a otto, le indicaba a bafio: No habia adul io se aparecié c estaba el 8. Ni a el la mesa. y la dejé en el medio d —pidié Atilio. ¥ se paré Pueden comenzar a comer el pastel os, cucharitas y servilletas, de modo gid su porcién. Los cuchillos tenian Winnie Pooh; las serville as estaban ambi, y las cuchatitas eran la si reg6 Atilio, cuando t Henias—: como estamos en la adora, es logico que al r enos un tro- nvenenado. La suerte es loca: al que esconocido inundé la vieja casa 0, del primero al diltimo de los nen el contraste entre las chuche- cumpleafios y la casa donde vivia la ia asesinado a su marido. Los peda- taron siibitamente decenidos en sus de segregar saliva, como si alguien los von L_TUNEL DE LOS pajJaRos MUERTOS hubiera detenido en el tiempo con el botsn de pauisa, Los que tenian ya el pastel descendiendlo por la garganta, lo regurgitaron y fo escupi en Ja serville- “haciendo [nego un bollo que dejaron caer bi ron discretamen jo la mesa. ta, haci ‘Atilio estall incluso la provocada por el co: escuchado reir en una carcajada. La sorpresa superé mentario, puesto que nunca nadie antes lo hab: —{Bra una broma! —grité Arilio, como dorde chistes que se ovacionara a sf mismo. Y yano cabia duda de que aquella era la mejor jo, con esa in conta ta de los siete afios que habian comparti broma macabra espectacular, lidos y temblorosos. Ahora disfrutaban més el pas 1¢ los habia deja que de por si estaba ex Lo que en ningiin cumple: ‘guid con las presentaciones Ai 16n, como corporizade pot ios puede falear —si- jo— es un mago. bras de parecié un extrafio ma; tiznado el rostro de ne de show. Les presento a Ba pleafios habian dejado de contar con ma- -0, con una galera, itasar —completé Attilio. Los curr gos desde cuarto grado, y al verlo apar melancolia sacudié los corazones dk cierto que marchaban hacia la aclolescencia, pero atin no cer una réfaga de los invitados. Era dejaban de ser nifios y, antes de entregarse de leno a las, discotecas y la vida nocturma, gpor qué no despedirse de la nifiez en toda regla, con un mago, un pastel, papas fi tas? ;Con un cumpleafios de verdad! El mago sonrié ampliamente, Los dientes relucie- ron en el rostro tiznado de negro, pero no eran blancos v Lo lami Te go es x : ¢ hizo una brevisima pausa, y el mis ilio Ls cay voz marchita y a la vez ‘omo une planta seca que sin embargo permanece de pie cuando todas la demas, mucho mds saludables, han cafdo. Una planta aceptar al voluntario, Los alumno: nados, incluso atemorizados, por e ron capaces de distinguir si B: senta para e como voluntario 0 por bo fluo. 1 la sala de espera de un hospital. lucian al modo de un a dentadura, vistosamente, habia walentonade por la broma permicido Atilio—. Este mago no exoso: jno logré hacer aparecer el bia p chiste. Tenia } lio le contesté, con un tono ele: meraté para que haga aparecer a, y el mismo Atilio grivé la funcién! voluntario —dijo el mago. ¥ se qued6 flotando en el aire de 1 e se atrevi6 a contestar. Era una ca ez firme. Como una planta seca manece de pie cuando todas las uudables, han caido. Una planca mbrado a vivir sin agua y hubiera ia fragilidad por la amargura y la 2 mano, El mago se apresuré a Los alumnos estaban tan fasci- izados, por el mago, que no fae- juir si Bacone ievantaba la mano 10 voluntario © por algtin otro IL TUNEL DE LOS PAJAROS MUERTOS © motivo podria levancar mano? gPara q ualidad podria reunir el gesto de levantar la mano cuando el mago pedia un te motivo. Pero... por qué 6? AQué ca voluntari motivo que ese? Habria hecho falta ver a Bacone Ilevarse la otra mano ala barriga para suponer otra cosa. Habrfa sido necesario que alguien, a no fuera Atilio, al guien que menos, descifrara en el rostto de Bacone una mueca de dolor, un ri esa mano levantada era en realidad un ped Ss; para sospechar, que da, motivado, quiza, por un dolor a5, en e] estémago. Pero todas las mira faga de espis lavadlas en el rostro tiznado d est negro ciendo de moreno en un acto escolar Si fuera posible ver un sonido, podsiamos decir habjan quedado nade como el de un nifio mal maquillado ha- que los ojos de fos alumnos Iga do: manecido enterrada durante siglos y emergia con una incia aterradora, en un volum lo. El diente que le faltabe entre cura que de> del mago, una voz q ecia haber pe pe e, sin ser al P ng no era de este mi medio de la dentadura amarilla: una cer jaba ver una noche interminable. No habia terminado de levantar la mano Bacone cuando el mago lo cubrié con su capa. Y, en cuanto la retir6, Bacone faltaba Todos aplaudieron. El mago, a modo de reverencia, dejé Ja capa sobre la mesa. Antes de que aparezca Bacone —dijo el mago- necesito otro voluntario. 19 és del truco, g Despué es, de los que cambién son capistas y adivinos. e la mesa y, bajo la capa, aparecié sy dijo: oa a que lo corte en dos? ité Tenia. Bacone no aparecia. io, impostando sorpresa en favor. quitado ni por un segundo la mi- ago. Aun tiznada, y con la galera, en Tenia la intwicién. Quizd Ja © un gesto. N Alo hab e podia saber. gritar aquel ab- © con toda tr nquilidad Atilio~ femés, se Fu 2 visit el lun solo? —lo desafié Tenia Atilio—. Estar solo es algo que ado. Creo que es lo tinico q la perfeccién, aparecer. te pure | voluntario con una condicién mo Atilio hicieron el hospitala- hablar, , que el mago se limpie la cara EL TUNEL DE LOS PARAROS MUERTE con calma Atilio. Simplemente quiero que se sepa que es tu tfa, y que no es muda. Le puedo asegurar —di jo el mago con su voz ras. da— quie no soy la tia de este sefior —Hise es mi trato —se empacé Tenia mago y el cumpleafiero aceptaron con un asen- timiento de cabeza Tenia se subié convencido a la mesa y ener al atatid. Estaba preparado para que la cabeza y los pies quedaran por fuera. ‘Menos mal —fue fo dileimo que dijo Tenia—, porque > soy claustrof® De algiin lado aparec y g vid al medio. De un lado quedaron los pies, y del 0 el al Los trucos. otro la cabe stibito cambio de col: , come siempre de Tenia, ‘osado a aguado que el color F del rost ma an .g0, no eta algo habitual de ver, ni en estos trucos ni e: ¢Chorreaba algo bajo el atatid? No pudieron di lo: se corté la Luz. Estar a oscuras en aquella casa no era lo mismo ninguna otra circunst; cer que jugar al cuarco oscuro en la propia. Una de las chi- cas pegé un alarido. Los varones intentaban contener se, y buscar la salida, 0 una rendija por donde se cola- ra Inz. Pero, en cuanto comenzaron a oler humo, se sumaron al alarido femenino. Estaban chocandose en: tre ellos cuando asomé la primera lamarada. Venia del fondo, del salon de costura, donde la policfa habia en- contrado el maniqui de Rati. tara encerrarse en feccioné un nuevo m: impune, habia yuelto al ama de casa del neno. La anfitriona de la casa de la muerte ta de entrada. Los chicos escapa- Bacone se, ia sin aparecer. Tam- Ja s, con pedazos de cemento como ino una extendida ano e a més se supo del mago ni de Atilio. npoco de Tenia ni de Bacone menzaton a tejerse hipécesis. Una / Adilio habian conspirado juntos. no era Nera, sino Glladis, la cos- sidn? En la pe- vivido, Gladis habia siempre segtin esta versin, la tia do al presidio, y se las habia arre viar identidades con Gladis, ra ejecutar la venganza de / ba su lugar en la celd distiaz da on qué enga: a su marido, y lo mento se detendria a a Tenia para que \elatatid. ¥, por supuesto, env a Bacone con Ja racién exacta. ién proponia que Gladis y Nera 1a, Que la eficiente costurera con- vodelo de su rostro y, sintiéndose val barrio de su caida, con la ini- altar su voz, A ser nuevamente el ur del veneno. La anfitriona de la EL TONEL D: 5 PAJAROS MUERTOS P. la policia, y para la gente sensata del barrio, solo se traré de un in ence Th Bacone hu! can muerto en ese abandonada hacia mas de quince afios, con las insvala .gos, no era el EL INST! $i bien nunca nadie més supo de Atilio Dentolini por el barrio de Once, ap: dos 0 tres afios después. El inscicuco Baldesarre est do, Casi en otra dimensi6n. No s Gia geografica. Se alzaba en la loc i6 por el insticuto Baldesarre 2 lej la. de cualqu aba de una distan- lidad de Garro; mas cer: ca de la Capital Federal que, por ejemplo, Mar de las Pampas. Pero, miencras que Mar de las Pampas era ecto destino turistico, nadie mas que los docentes, no docentes y alumnos conocian Gatto y el instituto, se- Elmar no llegaba a Garro, Hacia una excrafia finta y continuaba bordeando los centros turisticos. Como casi ‘todas las personas normales, esquivaba la localidad. Garro era una ciudad costera seca. ¥ lo que en las otras ciudades tenia su encanto -el clima fifo de la noche, el paisaje agreste, el viento-, en Garro resalta- bael animo depresivo de el mar, posiblemente el instituro no habrfa prospera- do. Eran ana institucién y un edificio que se alimen- taban de depresion, Bn una ciudad algo mas viva, con nales ciuda De haber llegado rante decenas de afios, conducido por Rati, € cuando Ratil murié, cada mes llegaba o arlo. S6lo hubieran podid © mas conocida, se habria derrumba. aadro, a una calle de tierra del institu de diversiones clausurado. os de ancho y cinco kilémetros de lar. sione nia doscientos afios de vida, y habia cr al parque. El parque se habia cons- nz6 con slo das juegos mecini as sombiillas vecti rodeadas de varios puestos slanco, volt anza al payaso de goma, dardos cor anas que debian imp: miuiecos a pelotazos, ar en ciervos por una corrediza. En aL laberinto de cristal, y afio tras aii otros artificios: las was giratorias, el onga y el Matterhorn, 2. los xclusivamente al parque: j donde v lientes. Pero, los bra con los alumnos o profesores del vealle de tierra separara dos mundos adad estaba vacia y desierva, Ha ‘a un camién; incidentalmente, du- 15, conducido por Rat wil mu ra el el mario de , cada mes Wegaba 10 car 16nimo, sin interés en darse a cono- e. sido un refresco pata los alumnos, itfan usarlo. Sélo hubieran podido EL TUNEL DE LOS PARAROS MUERTC egos los domingos, acompafiadas de sus pa: el horatio de visita, Peto lamentablemente probar los dies; durant el parque cerraba los domingos. De modo que el vefresco era solo para la vista: los ‘alumnos del Baldesarre podian solazarse viendo y escu chando cémo nifios de localidades desconocidas monta: ban en las sombrillas vertiginosas, hacian girar las vazas 9 soltaban alaridos en la montafia rusa. También llege os las leyendas del parque: por ejemplo, la abia perdidk fan encontrado. Aun ins ban a sus ofd del nifio que se yal que nunca més torio, al menos era algo més pai la que no era ni terra ni arena y se e cristal en el laberinco ver que no fuera Ja mez metia por los ofdos y las fosas nasales. Claro que un parque de diversiones a dos m: distancia era una tentacién dificil de soslayar. Tal ver, de no haber r f ta niéndose en los recreos, se divertian los demas. Pero, una noche Jos Baden, atraves6 la franja pedimento fisico, separaba oto las reglas, el p afios, y los espiando y escuchando como cualquiera Lucas, uno de los dos g de tierra que, sin ningiin im la diversién de la obligacién, Pagé los boletos y visits tas muy distintas atracciones del parque. Bl ultimo diver- cimento fueron las sombrillas vertiginosas. Fue el dlci- mo divertimento de su vida, La sombrilla se despren una de las columnas de did de su sje y chocé cont luz. El parque fue amence clausurado. El stituco Baldesarce nunca habia portado el parque enfrente. Le molestaban los gritos y las escenas de los jovenes jugando, fuente de distracci6: nedi: que el parque t yue las malas I bia aflojad de las s¢ isanaeten usién de que aquello acabara de una vez por t egado prim 1 an sigle 1 param I parqu rr 9 junto con 3 marché nbién I : ; del alumno que habia fallecid mientras Lezpe debié m me, aunque desa ermanecié en su siti¢ erto ¢ inanimado, per pe gos, ap a, podia l fe las sombrillas, siempre el mismo e irritante, com de un pdjaro motibu algtin otro incauto a que la montara correr de los aftos, muchos de los internes sto el parque en funcionamiento egtesaroi pre. ¥ los nuevos que ingresaban yel permanente foco de tentacién as mal: sentaba, Lo que ‘opio Mario Le s Ienguas pe, el director, ha- tiginosas, con la ello acabara de una vez por todas, continua molestia, Después de tar Matio Lezpe, el instituco hat a or més de un siglo, a aquel paramo. habia tracado de un plan demen. a imaginé que la victima seria. un tre. Vale deci , que mataria 2 unos pero jun narché sable, 0 con el parque se com director del colegio, ‘ia fallecido. (No obstante, antes de vittid alos uedado las”). kumnos: “Yo me voy, pe- laro lo que o} acre cu ) el triunfo fi del pargu Garro, y que, dela docen- sucho més la 5 march vida (que no fixe do, permanec en su sitio. ©, pero et el mismo sitio. Los jue- stian. Cuando el viento arreciaba, chirriar de una de las sombrillas, tinvido desafinado e irvitance, como indo, como invitando a algiin otro cara. : Jos afios, muchos de los internos arque en funcionamiento egresaron pre, Y los nuevos que ingresaban, si MUERTOS muerte de Baden en bien a codos llegaba Ja version de a sombrilla vertiginosa, no visita a que el parque habia lo alguna vez, Si bien atin cursaban en el Baldesarce los muchachos de la uubieran apostado su dia de ncio edad de Baden y su gemelo Matias; ellos no h: nor esfiuerzo por desmentie Ja idea de que tal vez el par que bubiera nacido abandonado, como creian muchos de los chicos que ali vivfan. Un anciano, que tenia prohibida la entrada, cada canto se aparecia a engrasar una sombrilla, pero lo guardias del Baldesarte lo echaban a gritos y, cuando hacfa falea, a piedrazos, Se decfa que era el antiguo cui dador de las sombrillas funestas. Los alumnos teniai ference al parque, aun sin prohibido hablarle. Yen lo re saber si alguna vez habia funcionade, preferian no vio- far eglas. sam dei Bald Vale deci que Los eran intemnos, o interna 1 en el instieuco, en pabellones een hae compartidos, en cuactos de a cinco, dea cuat bitaciones individuales, segcin las jerarquias, el compor- tamiento © las notas. Se Hamaban a si os “Huerta ello no era u padres”, Porque, si bien aqi aban alli porque los padres habjan queri- lima, la desolacién, el color esta convicci6n, Casi siempre orfanazo, hab do sacdrselos de encima. de Garro, acompaiiaba hacia fivo y soplaba agresivamente el viento. Y, cuando hacia calor, era un calor desesperante, como estar dentro de un horno, pero que no cambiaba el color gris metili- 0, opaco, sin brillo, que atenazaba la vida de los internos desde que amanecia hasta que oscurecia. Era un ambien- ze que invicaba a no saber sise estaba vivo o muerto, en la 29 ydonde muchas veces se dejaban sia de mas acuciantes, por falta. de ener 5, porque si ngreso de Atilio Dentolini, Ni los recordaban si habia Hegado antes el parque. Corris como por ee os. Y, sin embargo, lo deja como si tuyiera trece. Al afio si- puesto la noticia de que Der iséis a Len primer afio y su apariencia no fio como los anco los de prim ience: an que de primero a se a crecer la barba; el cuerpo, por Jesarrollaba; se ensanchaban las granos en la fi ente y € manecfa exacta do, y no pasaba de pri tcet afio, propuso que, por moi Dentolini no cumplia afios. ‘onocidas, a los erece afios hab: propio Atilio le recomendé que se s,y Beak, que era creativo pero no >, atendié la recomendacién. mW UN MUERTO INQUIETO Lucas Baden, el gemelo que violé las reglas y entré al parque de diversiones, murié a los trece afios. Los pa- e enviaron un telegrama, pidiendo a dres simplem’ idades del colegio que lo Jas au més discreto posible. El entierro fue a fiana, No tenia amigos y Mat sequedé dormido. De entierro fue su en rador, el viejo mecéinico y orde: Sélo una placa de br la parcela de tierra donde habia sido enterrado, justo ce entze el instituco y el parque clausurado, general de! once, empotrada en el suelo, sobre en el li recordaba que alguna vez habia existido Lucas B: Aungne el parque estaba clausurado, sus juegos ve cios no dejaban de ser una poderosa ateaccién para los uucas Baden, muerto en la den, alumnos; pero la placa de rilla vertiginosa, era la mejor advertenci més poderosa que un alambrado, para aquellos que qui sieran violar las reglas. Habia alumnos que caminaban mucho so: tres kilémetros para alejarse lo suficiente de Ja placa mayort avesar los dos metros y mectio de pisar el nombre del rebelde fracasa~ de quiera que un alumn quisiera al parque clausurado, alli mot, 0 por h Iga tio, parecer la placa, Aparentemente, primero en intentar cr toyel y parque, neo desa 2melo muerto, Pero los compafi -los tres restantes, luego de la contraron esa misma no rimas. con sollozas s sin lag pie —dect do eraté de pasar, me agarré \S, en meses bast6 ese testimonio para nadie se atreviera a cruzar. Todo el >, allo largo de esa por dos metros y me- 2 Laucas Baden, de de sentirse audaces, fue a consul- ai sobre como atravesar la frontera el parque. i, el alumno que no cumplia afios, en una celebridad, Pasaba los ol, sin jugar ni conversar con sus nterrado el cuerpe os Lege el dia en que un g i6n, ni con los de las divisiones ma- vattia el primer afio con una oleada ¥ conocia como compaieros a ‘nos de los cursos mayares, puesto ELTUNEL DE LOS gue todos los afios repecia primer afio, Niel director ni La version profesores lo incomodal que Lezpe, antes del terrible desenlace de Lucas y la sombrilla v habia intentado es a los padres de Dentolini, donde er Badet cribir una cart ra que estuvieran, para manifestarles su preocupacion, rtiginos eticiones de Atilic. por las continuas rep Pero el dia anterior a que enviara fa carta suce: en el que murié Ba dié el accide del e: ritorio de Lezpe. Apenas Lezpe fue expu de geografi sado de su puesto, Enrico Fineo, el ente la. direccién del asumio interina Baldesarre, 6 una semana en encontrar la carta ya que el dia en que abri6 a rata que le Fineo tard nviada por Lezg tay nun 6 de este por primera ver el cajon s mordié | >, Nunca antes se habia escuchado de la vid a escuchar despi Fineo maté a la rata a pi sene otones y sd después, cia de esa pulpa soja y ge al se habia quedado con Ia suela de los zapatos scubrié que el anir sacea, ds uno de sus dedos entre los dientes. es, los alumnos murmuraban: “Fineo Desde entone sin un dedo” E! cajén fue retirado por Marita, la sefiora de la ulcramente limpiado, sin quitar ni agrega limpieza nada de lo que contenia, y devuelto al escritorio, De todos modos, Fineo no se animé a abrirlo hasta una semana més tarde. ‘6 sobreponerse al miedo, revis6 el ca- sry enconeré ef sobre con la dlireccion n, lisco para ser enviado a los padres ente por ia accién de [a rata, el so queado y sucio. Fineo intenté abritlo vero el dedo faltante y el vendaje se lo este: fo fue que rompié el papel con ‘or Lezpe. Lo peg6, aunque no se ter- € intents reproducitl aba facil. Las palabras que descifiaba ina manera para envi ainbiaban por la carde. carta cextualmente, sino su conteni- padres de Dentolini que haci ie primer asi, afios Len que terminé la carta y se la en. que la llevara al correo de Mar del 5 loco. Primero dio una ase de geo- ) que existia otra mitad de la Tierra, A pertenecta, y acié que irfa a reunirse con cubierto, ala q fo. Au até morderse el dedo que no tenfa, y » por el suelo, entre los alumnos, ntre los pupitres, mientras echaba Debieron llevarselo al Manicomio los Cuarenta minutos de distancia. a de todos modios, pero la devavie- al interior del sobre, de modo inex- dedo tieso y desangrado, como un aunca llegé a destino. e, el hecho de que Dentolini repi- primer afio no lo convertia en el EL TONEL DE LOS PAJAROS MUERTOS chache conto del i por el contrario, ‘iruto, sino, en el poseedor de un extraiio prestigio de sabio. Acilio Dentolini no crecia, pero parecia mirar el mundo con que nunca hubiera nacido y mo nunca iba a morir a precision de un viej que poreso m Si aitero sabia su edad, sf en ningén cor ersona mas indic regl Algunos Nadie le puesto, mu en todas par bfan que Dente Pp jo ce front dades y mentiras del Instituto Bale lamaban El it E ortal. Otros, Jor, Habis aldesarre, como Jecia “repe! contos en el ninguno tan tonto como para llamar a Dentolini re- petido: grupo de alumnos de ay Gerban, liderados into afio, Covagliato, Macciole, fue Pera: mo eludir del se en el parque clausurado a consultar dea: que: capa: tian habitacién Covagliato, Peraza y Gerban gemelo sobrevivience, Matias Bad —No lo hagan ~fue la primera respuesta de Atilio, resto del grupo se resigné a obedecer esta pri- mera sugerencia; pero Macciole, obsesionado con el Parque, preferia morir o volverse s que pa- sar las noches en el instituto, anhelando Jos juegos oxidados y la oscuridad misteriosa del otro lado de la frontera, a apenas dos metros y med 0 ai ist ~Mi padre me envia todos los domingos una ca ja de chocolates franceses. Te los entregaré a partir del préximo domingo, sin tocarlos, si me aconsejas past an all compafieros | yalos) ta del ne yenfan ono ciol en del instituro al parque 2Y entonces? Yo me comp: consejo, caparme del ins} tuto y entrar 3 la primera vez 1 afios que la expre ambid, Pasé de esa extraiia m ca ‘on [a que tomaba sol a solas en el iuna especie de cara de avidez 0 co so, pasd, de ser la cara de un alum- cara de un nifio interesado por tn ic dicen saber esto, cambié porque por primera vez en egalo (ni siquiera el dia de su tinico los compafieros le Hevaron regalos), fan de un padre (y Dentolini hacia nada del suyo), porque yenian de in chocolates y los chocolates fo po- lemente no fuera, porque du- intactas, sin probar ni a por el Baldes- ando que a Den- s, conti ian ase 21os chocolates. do cambio de expresién, Dentolini cerse del muerto ~sencencid reconocié Macciole. Lucas Baden impide que los alum- asen del instituto al parque —dic- pregunté Macciole. algo antes de darte mi consejo \e comprometo a darve el mejor ntizo tu entrada al parque. EL TUNEL DE LOS PAJAROS MUER el grupo, en esta insea ce por cuenta de Macciole, i cia, aunque el pa- sistia go cortia integrame! en abandonar. Macciole querfa abrazarse a cualquier esperanz El grupo que habia reunido, y jue permanecia en silencio a sus espaldas, parecia sim- por escualida que fuee plemente una comparsa acompafiéndolo para q no fuera tan di en: cuentro con Dentolini facciole arejo. M acepté ese trato sin garantias. Es evidente —siguié Dentolini— que Lucas Baden, 1a buena a diferencia de su hermano gemelo, era persona. Muri en un accidente e quiere que a ningiin otro alumno del Baldesa el parque y no re le pase lo mismo. Ni siquiera a su hermano Matias, que lo odiaba, Por eso Lucas Baden hacia aparecer la plz cacon su nombre cada vez que un alumno queria pa: sar, y tomé por el cobillo a Matias, para im esaparecié gar su vida, cuando la placa d —@Por qué dices que M —pregunté Macciole. b es una mal .glin otto i po se atrevia a hablar —Nunca soporté plicé Dentolini— Sensfa que le usaban la cara. No ua hi lo —ex- queria otro igual a él en el mundo. Mucho menos en el mismo nstituto. Ayudé a Lucas a colar el parque con la ilusién de que nunca volviera. Y asi fue. Para tejar, fingid que se quedaba dormido el dia del entierro, No hubiera sido bueno para él que lo vieran sonreir junco ala tumba de su hermano gemelo, y no hubiera podido reprimir esa sonrisa, Lo més conveniente fue quedarse en la cama esa mafiana. sin vergtienza D ga por la frontera entre el inseituto 1 livido, Peto mayor que su estupor wal parque de diversiones. fe Lu as debe ocups cuerpo de gunté Macciole, encer a Matias de que es y cteer que es Lucas, entender Lucas, De- -conocié Macciole, vena bondadosa que es Lucas le 0, Ma gemel Volverd a vivir en el 10 gemelo, y dejard de resguardar la itato y el parque. Volver a ser un neera © el instituto y el parque libre de gendarmes, libre para sor entes, Jos rebel cles... 0 los estiipidos. ale no se animé a elegir una ubica- tolini, en alguno de estos cres gru- Dentolini lo corrigiera. teda claro —tartamuded Maccio- le que él en realidad 1 alma de Lucas le Matias, y vivied como Lucas. De sucitard on Matias? pueden convivir en un mismo olin onees, del alma de Matias? in vergtienza Dentolini—. Sé que por la frontera entre el instituto -L TUNEL DE LOS PAJAROS MUERTOS y el parque pare proveger a sus ex compaite ino que lo odiaba. $é que las almas d al herr tos, muchas veces, permanecen vagando por tal 0 cu Jos muer umaplir cal o cual objetivo, Pero... za dénde va lugar, para el alma des do darte mi Macciole plazada de un gemelo? No tengo idea. Pu: .ejor conse} perc no quiero mentirce asintié. Le extendié la mano para cerrar el pacto. Pero a Dentolini le b: 8 con ese aser to de c; Wo era alguien con quien fuera conve- plir un pacto. Sus ojos, claros como los los nifios que nunea crece i desconocida, nversién de Matfas en Lucas despuncé El trabajo de c esa misma tarde. Macciol inmediato Lucas Hamar si Matias en realidad se lla Matias los corrigi n veces... sin rin resultado. Si el gesto o el de los complota dos hubiera revelado ofensa, en tal vez hubiera sido acusar, incluso huir. P primeras cien veces que los corrigié los aludidos pare tender lo que les decia —Marfas —decta el gemelo vivo. » simplemente no en- Y quien lo habfa llamado Lucas lo miraba como silo hubieta saludado o le bubiera pedico una pastilla. —2Por qué me lamas Lucas? —preguntaba, ¥ le respondian con silencio, O con una sonrisa amable, amistosa: Porque te lamas Lucas. ni llamado Ma as ; wultit eer qu rto en amaron Lucas, Ma {as también. El preceptor los separé. Joaquin Valdez, Jumno en cuestidn, quedé mas lastimado que Ma- que ocarre en las instieuciones y en las repite habitos sin saber p ; bor qué. Un: uutido se echa a rodar, y de pronto todo 2 como si sign ara algo fon semanas cuando 2 slidad de nsticuto Baldesarre que se dirigian a por qué, lo IL e aban Lucas. Algunos mo lo queria, Otros, que ni s stencia del ger mbre y que no d muerto, pensaron aba usatlo. Pero i que llama Lucas a una pers prefiere ser Il ado Matias, los se- n optar por seguir a la multitud, egaron a creer que el mu Matias y que L quer 0 er as, en homenaje a set llamado como él, Pero es ‘estos, ni siquiera par rtir la locura > uno que tame de Lu as, Hamaron Lucas, Ma- ve contra su interlocul ese ratara de uno de los compl ta lanzado su violento asalto contra ae verdaderamente Jo Ilamaban Lu- llamaban Lucas, sin conocer la con. latacado hubiera tratado de investi- atia y algo, un minimo movimiento, ordurao laverdad, habriase produ. caso. El complotado recibio algu- fatias y devoivio algunas trompa- ‘ptor los separd, Joaquin Valde: dn, quedé més lastimado que Ma- BL TONEL DE LOS PAjAOS MUERTOS ade. No ni preguaté por qué tias. Le sangraba la nariz y tenia el labio hi se quejé de haber sido golp tin tes Cuando el preceptor pidié explicaciones, Joaq siempre me he Hevado bien con tengo idea Lucas Matias lo insults y agregs —Nunca ha mo Matias. Lucas era mi ger -Repito que me llevo muy bien c tié Joaquin—. No sé por qué me pegé. Matias volvié a insultatlo. Jamos. Me llamé Lucas, y yo me lla- ic muerto. on Lucas E] preceptor le ordené que no dijera malas p: bras. Pero Matias no se pudo contener y volvié a in tarlo. El p tor no cuvo més remedio que castig ia entero sin x tema del no Jo: lo dejé uw plecamence fuera de la disc ecia en el aula di tras perm al dia siguiente, le tlegé un papel andnimo, arrojado por algéin alumnno: guardamos la diver “No te preocupes, Lucas: sién para manana”. Matias guardé el papel. Al menos ahora tenfa una prueba, Al dia siguiente, Matias tomé una decision extre- inugual en el Baldesarre, No se sabia de madamente ningiin alumno que hubiera hecho algo semejante: pi- dié hablar con el director. La lealtad en el Baldesarre era un bien muy precia- do. Los alumnos del instituto habian sido practica- mente “depositados” alli por sus padres. Sentian una 13 janza por el mus adulto, y espe autoridades. Podian obedeceras, pe ellas. Nadie se ada ifesor, y 1 nos al dicector ciao su fuerza, representaba Ja aur miento a la justicia, y a quien atili- los conti 08 entre dos o mas alum. prema, oculto pero conocido a la 1 contar con Dencolini, gPero ir c cor? ZA un pr fesor? j2Al director ertenecia a ese planeta que era el menos que hizo Lucas... Matfa se iam otado, en periodo al ningdin alumno habia t > que tomé esta novedad com Si se mostraba lo suficienten v0, tal vez més alu mente nos vinieran a edo ayudar? —pregunts Eulpides an Lue anté Tarriero. ¥ permanecio unos 4h, si —prosiguié al director ite habia dejado Leape antes de vra ademas estaba muerto) y las Tartiero sabia sh nun accidente fel parque de diversiones, y que lo habi en an juego 50, wivido un hi abfa que el ge entier ode su a su informacién. hermano muerto. Hasta alli lege Tarr recliné en su sillon, detras del escr golpeteando los dedos contra el lel que habia tado Ia rata que arrancé el dedo cle Fineo; como si su ho fuera un con: ali oy se dispusiera a despa zat psicolégicamente a N quizd sea necesario aclarar que walsado d an colegio de la Capi- tal Federal. Estando a cargo del gabinete psicopedagogi- ido durante meses a un co de dicho colegi quejaba de no poder dormir por unos rui- el cho de os padr fe di pplicaba al alumno, sesién tras se- ¢ lo que en realidad temia era que io de sus padres, y dos inex: 10 y el temor a es acababan su casa se le cay ” por el dive cents que eso era lo que lo hacfa escuchar 1 y temer que se cayera el techo. Con el tiempo, el alumno dejé de escucha ya fin de afio ya no se quejaba més. Cuando ell techo se vino abajo y lo maté, la realidad se impuso: un grupo de maleantes habfa estado abriendo un pa- i esa habitacién, para entrar en la béveda de un banco cercano. El alumno habia dejado de escuchar los ruidos por dos motivos: los ruide o encima del te ho d 4s bia recomendado. 2) Tarr 2e esos dos tionado, dejo sscucharlos, stigo, las autoridades educativas ha- mriero a dirigir el Baldesarre: eva el toys guro de acabar con ror onal ensa que le dicen t sm cas? —pregune calma con que habia recomen. 20 que, pata dejar de escuchar 1 melo muerto —dijo de pronto nelos? s uno de los g vivo —dijo Matias. de ser Matias, quejarme ; nel porque todos -ole- >apel con el mensaje que le habfan legé pero, como no tenia puestos ue lo leia, lo doblo y lo dejé en el su recla no —respondié Tarriero~. ‘la cabeza. Pero antes de salir gird nifio: acer que me devuelvan mi nombre? LL TUNEL JAROS MUERTOS mi deber —respondié Tau Habia is no sentia simpatti habi Pero noo le presté mucha atencid: leido en nfors los s que Mat to. Ni siquier su geme- fo concurrido entierso, Lo entia” que ” por no haber mas probable era que se tratara de “culpa” le decian “ que padecia “culp: no gemelo y por no haber asistido a sacas”, poi guerido a su her Ja ceremonia finebre. Seguramence nadie lo Hat “Lucas”, él “escuchaba” “Lucas” cuando le tas”, ¢ incluso tal vez escuchaba “Lu quiera le hablaban. A Tarriero le encantaba pensar con comillas, y hablar haciendo el gesto de las comillas los dedos. x evaba comillas, como e: personas que no pueden vivir sin el picante en las comi- das. Tarriero cenia ideas muy firmes sobre los ruidc dadetos y los inventados, y no ios, sstaba dispuesto aq ueun par de ladrones de bancosy un techo pésimamente cons truido vinieran a ponerias en duda Sélo para cubtitse, ordend a dos preceptores y a 2s estar atentos por si a Matias lo llama- Jos complotados, liderados por Maccio- par de prof ban Lucas. P le, asuy sorado por Dentolini, adivinaron que el motivo de la conversacién de Matias Baden con el direc- tor habia sido el nombre Lucas, Bn cuanto vieron a los preceptores y profesores alertas, supieron a que atenerse Fue facil jacer corter la voz de que “Lucas” le habia ido con un cuento al director, y que no habia que hablarle De modo que no fueron capaces de comprobar nada, Por otra parte, los propios complotados quebraron el voto de silencio, siempre asegurandose de que no lo atestiguaran eptores, Entonces, como una palabra um: “Lucas”. habia un tornillo q ajustar: los preceptores, los profeso. ‘inuaban Wamando Matias a Ma jue Jos complo. a ni ba su verdadero nombre tierra, el ancla.a la ad. via Ib vo; y su hermano gemel as, con facciole no tenian mo- 1 propio hombre que saca la bocanada d aire, cepitiera, no: “|Presen: ese equi- ‘esistencia involunta- es podia atru plan ‘nara, hacia falta que el propio M tismo Lucas, Mientras los precepto- ‘ordaran su verdadero nombre, Ma. ‘arse, La verdad puede ser ran mentira, Basta con que alguien Ia cantidad de tiempo. agai que debia dar las puntadas fi Je se convirtiera en wu nales ales habia evade al noventa por cien- to de los alumnos 7 flujo y revertir en Dentolini era un b dar el alci re hay que toma caut, pa distancia. Lue; be apartarse del rival, escudrifiar sus flancos 0 y definitorio. Si pr igual que los otros tres, a la misma distancia, en | eador de- os golpes, el b dar el ti nos sitios, con la misma energia, lo mas pr que el rival no caiga, que i trianfe, De modo que Dentolin’ e nuevo co con el pelo cortado jo de > resulta: que era Matias, el pelo creceri ran loco, quienes quiera que fuesen lc mismo se dijo cuando descubrié, unas m: tarde, que el piys habia puesto para ira d ma que lo abrigaba no era el que se mir, sino el que, hasta donde al sabfa, habian utilizado para abrigar el cuerpo de Lu- cas as medias, las camisetas, el blazer y los pancalones de sus cajones y su armatio ya no ei jo tierra. ¥ que los que habia utilizado hasta el dia anterior, sino que insu ol pa de Lucas. Hasta te eralar cantidad morian en mas: cada tantos afios, pero durante un mes entero, “La Isla de las Cartas Rechazadas” se transformaba en u o vio resignado al corte de pelo y ala 10 gemelo, Dentolini decidié que ya iscancia necesaria, y que debia dar e! or es escribié una carta, Las corres in permitidas una vez por semana, rigidas a los padi por los alumnos del Baldesarre vol ambié de domicilio, no > quiso recibirlo, cesivos direct es. La mayoria de epté el pa: tcéter es del Baldesarre les ad arrojar esas cartas ala basura y adas con el resto de los desperdicios OS no sel 1 fan el me ¢ interés en , se habia forma- antera de sobres de ¢ orreo, en el ex- > que no daba al amnos Ilamaban a azadas”. F pto~ sitio “La Isla nenso bloque cia papel maché, p ‘0 duro como as horribles golon- se sabia si por el efecto de vivir en- ne anidaban rorque venian de alguna verdadera indrinas eran especialmente agresi los éfluvios de rechazo que emana- olvian locas. De hecho, cada cietta s golondrinas se morian en masa \ia como una lluvia de golondrinas sumaban teros, gorriones, palomas. »s, pero durante un mes entero, “La hazadas” se transformaba en un ce- 1. TONEL DE LOS PAJAROS MUERTOS io de pajaros. En esos casos, si, los guardias del m Baldesarre, y con el Ministerio de Educ: no daban abast los Toribio, y auxiliares enviados po: Baldesarre que h: Jos cadéveres de pajaros. ¥, una ve asta la tileime ph nas locas, soltando chillid: més fuerves y més malas, por haber sobrevivido a nadie ma muerta, volvian alli las golondri- nclemnentes, como si fueran sabia qu No importaba qué escribiera en su carta un alum- 20 en la portada del sobre fi no del Baldesarre, en ta gurara la direccién de los padres tal como en el regis- ja muy bien como: tro del instituto. incluir un segundo sobre dentr del primero, y cémo limitaria a arrojar el cierta tia, tal vez sordomuda, s primer sobre a no indicado, La carta de Dentolini bi déjico: viajé hasta la Cap L tros de Garro, para regre: lidad mucho més cercana. Su destino basura y a enviar el segundo al desti- “Manicomio de Mar Seren: De mucho menos de ficcién, Pero era un excelente redactor lini no tenia el menor interés en ser escritor, y de mentitas. Lo que Dencolini escribié al director del Frenopi loripondios y sutilezas de tico Da Silva, con todos los fi una carta diplomatica, fue una invicacién, firmacla pot trescientos cincuenta alumnos del Baldesarre, para que el profesor Fineo visitara el instituto el primer do- mingo posible. st on al dia siguiente a Dentolini con como muerta cr air yeron que se habia agendo al ocian qu erespondient alumnos qu sban qué je iainchaido nds otras tantas inven- rtenecian a personas r an pasado por el institueo, como les s asistentes al cumpleafios de la ca que se habian presi ado despreve var de viejos trucos de magia LA ISLA DE LAS CARTAS RECHAZADAS Muchos aos después de los suc sos que protagoniz en el barrio d co Baldesarre, se continué hablai s des hazafias se dividen entre quienes dicen que su fuga di Baldesarve estuvo motivada por el deseo de da perfecto al plan porfiaban que la vei cambiar de situacién nce y en el Ins jo de Dentolini, Los narrad en Lucas; y quienes ivacion de Dentolini era ya hacia afios que o ladera mé trece, que cursaba el mismo curso y que vivia en el n ent le misma ciudad desolada we clausurado. Y quienes sostienen que su impulso cen- | tral fue dar ana puntada final al pla tener siempre la misma edad y ¢ mo insti nto a un parque siem argumentan que snecer al mis rt eno cur sono era para Dentolini fuente de aburrimiento o har razgo, sino, por el conttario, 1 origen de su satisfac- ; cién de ser tinico. ' Esa sensaci6n de satisfaccién, de calma inhumana, era la que se posaba en su rostro, a la tarde en el patio, tomando sol, luego de haber leico la carta de respuesta ado la respuesta, < 2 dot i . era di in fi né juvenil r ate lastim: as L 7 ria imposible dejario parti: las minimas condicio1 Pero, ya fuera por 7 de Micle en el bo el uniform aldesarre y se dejé ilu- Relacion s Pablicas del Frenop: cido como el Manicomio de Mar lc, también doctor, tulpaba p aba fa. La cau- bia sido la evaluacién del profesor quien continuaba intentando ras- (a frente con el'dedo que ia otra falsaba y mitad de la Tierra donde lo y un nuevo puesto di ineo volvia a padecer acni juvenil y entos supuraba. Por mas qute, apa- nuevos granos con el dedo ‘m modo, los enfermeros no sabian (a fence lastimada por haberse ras- que era impos z). “EL dni a es este”, de Uhueco de su dedo faltan nica ha larga que me queda”. Bs- antes anécdotas cont: Dentolini y a Jos tr tan amablemence habfan reque tofesor que, lamentablemente, se- fe, fa. que se comia dedo del que no me eo a el sefior cientos cin: partir, ya que no se encontraba en nes de cordura necesarias, r sus deseos de cambiar de circuns- -dondamente el plan de convenci- oslos narradores coinciden en que a carta de Micle en el bolsillo del ‘orme del Baldesarre y se dejé ilu- FL TONEL DE LOS PAJAROS MUERTOS minar por el sol, con esa mueca calma que era lo mas pa- ido que tenia a una sonrisa, ¢Por qué sonrefa cuando ‘mitirfan la visita de ineo, cuya fi no pi lidad wltima era el plan secreto de Dentolini para que- Baden? Porque la los restos de conciencia de Matia: idea que se le habi sido para superar este inconve- niente era mucho mejor, en su o visita permitida de Fineo al instieuto. inion, que la sencilla En los recreos postetiores, Dentolini se acercé pe nente a la Isla de las Cartas Rechazadas. No jos alumnos visitaran, ni siquiera pa ligros: era aa sitio que ra disfrutar del riesgo. Pero Dentolini no era un alum- de los péjaros mer que cada tantos afios venian a morir en bandades frutas podridas, entre esas cartas recha- yendo con: zadas? Definitivame: s quemaban, como de la basura, porque Io hubieran olido. Dentolini se pre guntaba qué hacian con los pajasos mue parte porque le interesaba, y en parte porque queria disimular observando un movi si mismo: si alguien lo escal incluso ante con un telescopio, no miento de la cara que su visita a aquel limite estaba rela- Jumno hubiera cionada con un plan de fuga. Caalg pensado que la zona més permeable para huir del insti- al limite con el parque, pero todos sabian qui tuto e: nadie nunca habia logrado traspasarlo, excepto un , gue habia muerto, Dentolini, en cambio, sabia que muchas veces las iteras eran simbdl Tras; He na- die vigila puede ser mucho mas sencillo que atraves sar un muro un metro de tierra vigilado. Una fronvera relacionada ontingen jo tenem¢ lam: s vest misterio se elevaba, a nque no hu- en los dos metros y medio que sepa: insticuto el director, los profesores pectativa van la Isla de k punto de escape: | an susp iradas y es 's golondeit muertos y los papeles es uridad. Pero para D que pajaros ntolini las go- ey tho que earan como ventiladores salidos de 8 picoteado a ninguna persona. Los eran mas qu fei resto de los alurnnos no estaban 's hambrientos ni perros rabiosos, 3s enfermos que cafan todos juntos, enterio de cartas. Dentolini no pa- de ningtin tipo. ¥ las cartas recha habia e1 iab do ninguna a sus p: asv ordomuda cumplian 0, hasta el res- ones Ptiblicas del Manicomio d tespondido. Asi fue que Dentoli yuma noche y Ie sugirié acompa- timo apretén al nudo alrededor Baden. esitamos al profesor loco? —pre- dumnos del institut lo Haman Lue olini-—. Pero mientras los precepto- el director contintien Haméndolo ora que ya lo tenemos vestido y EL TONEL DE LOS PAJAROS MUERTOS conel pelo como el gemelo, necesitamos el dltimo gol- pe: que un profesor Io [lame Lucas. ~2¥ por qué Fineo le va.a decir Lucas edo esté en la otta mitad de la Dice que su Tierta tespondié aparentemente sin l6gica Dentoli para ser dire ni, Que lo esperan ‘ctor Macciole io esperé en silencio. india. Dentolini cerré discurso sin demasiadas acla raciones, pero con firmeza —Una vez que lo traigamos aqui, yo le puedo k avanzado demasiado como para echarse atris. Pero no podia dejar de p go por intento de fuga. La huida al pa no se consideraba una fag: ba el mismo castigo, aunque abia cor enterrado en su fi Para los sucesivos directores, fugai sién menos grave, porque se s 2, y por lo nice habia sido una transer a que ef alumno regresaba ¢: che. a misma ni supor Ademés, la enorme tencacién de algtin + més comprensible la falta. En cambio, si algdin alumne a circunferencia del parque, el ode hacia faltaba a dormir 0 se alejaba més all castigo era la expulsion. Y la partida del Baldesarre, para un alumno del que los padres no se quisieran ha- cer cargo, significaba el traslado al Reformatorio Sin Nombre. El reformatorio, como es natural, tenfa un nombre, pero los alummnos lo ignoraban, Solo habia sido trasladado un tal Nodia. Después de dos afios, re- 1 smo se I: ni istrarles los zapatos a sus compafieros 1 piedad, que le era desconocida en cualquier otr aso, prohibié us Jia como lustrabotas La transf de Nodia asusté a los alumnos mucho mas que cualquier de do contar. Aigo tenian claro: cualquiera lacer que deparara una fuga, nunca seria mayor que el terre adecer ese castigo. De modo que sencillamente no lo ini. Todos le tenemos mie- 2 Se wrataba de un verdadero brave. ‘ros alunos, y también a los profe- pmpada limpia con un ia faltado el respeto al director. Pere habfan expul io. Lo expulsaron pot urre por el muro del fondo, Era una os de alto, y nunca nadie supo emo asatla. Algunos sospechaban, por un elo habia hecho con una escalera di ilizé una ventosa, como una mos a. contrado jer Ia materia como se destejia un tario deducia que hab i dia si enviaron al Reformatorio Sin > cul era el tratamiento ni las condi- eformatotio, pero lo que aterrorizé a desarre fue que Nodia, como se lla- Tue cead al insticuto como oH a StL regres, 5 Tenis ez en di odas las materias, preceptores, y un detalle: oftecta per- ales los zapatos a sus compaiieros. aceptaron, pero Dentolini, con una le era desconocida en cualquier otro Nodia como lustraboras, ‘6n de Nodia asusté a los alumnos quier desventura que hubiera podi- an claro: cualquiera fuera el placer sa, nunca serfa mayor que el terror a De modo que sencillamente no lo Dentolini. Todos le tenemos mie- wee Dentolini también, pero nunca EL TUNEL DE LOS PAJAROS MUERTOS habia descubierto a qué. Macciole no tenia opcién. Ya se habia comprometido con Dentolini y le resultaba im- posible decirle que no. @Para qué necesitaba Dentolini a Macciole en su aventura? Por la apatiencia. Dentolini continuaba pa- zeciendo un chico de trece aflos. $i se presentaba solo las autoridades del manicomio, incluso ante esor, probablemente ni siquiers Te Hevaran el ap! y cenia ciole, en cambio, estal: te. Ma ni cuarto a barba, big: nas. Podia pasar por de Dentolini y la apariencia de M ces, hombros anchos e incluso algunas ca adulto. Entre los dos, maban ja criatura necesaria. Dentolini no deseaba g: ‘os ni en con: de las eartas rechazadas. ca ir un cinel, ya un muro de siete n fuera por En camb aves muertas no in dle estar encerra- eran quer das. Debia hi sin lado, ber un tiinel, un gigantesco ds posito, bajo tierra, de aves muertas. Si no veian pasar al ca- mion que se Hl muertas, ni vefan cir cular los cadaveres de aqui para alld, entonces debian de esta tas rechazadas, Erar a gigantesca fosa debia de enterradas justo debajo de la cantera de car- cantas, y desde hacia tanco tiem- in ttinel que po, que salia del instituto. El plan de fuga de Dentolini, en caso de encontrar 100, nsistia en llegar el cementerio avicola subter al Manicomio de Mar Serena, convencer o secuestrar a Fineo, y regresar con el profesor loco al Baldesarre an- tes de que clareara el dia Reformatorio Sin Nombre. de la hu Dentolini se limité a su e tod: blanco de todas las noches. Por tinic oftecid a su amigo une de los chocol z de llevarselo ala 28? —pregunté cemblando Macciole estaba contemplando esa idea ¢ lo tengamos en el instituto, puedes -desesti Dentolini. Habia prepara ) que pudiera ser con ianclo elementos de la clase de esmal tor 1 cer: onstruyé un peque. ¢ seria, esperaba, de enorme utilidad rtografiado y cronometrado tiguros: asy los tiempos: el Frenopatico Da Sil: wenta minutos del Instituto Balde-sa- entolini habia dividido ef tiempo del alida a las once de la noche, cuando 08 alumnos debian estar e vid 1s cuar vistazo de los precepcores. Tenfan ara encontrar el ttinel de los pajacos. van e7 Pasaba para otra noche. Contaban os para conseguir un camién que les e lo contrario, regresaban al institu egaran al frenopatico, ya no quince minutos, se suspend abria do o nada. Si los atrapaban, esta- \o conseguian un camién de regre- nel mismo fre- 2s. Sus opciones ser matorio Sin Nombre. la huida, Macciole no pudo comer a su vaso de agua y su pan con quteso noches, Por tinica vez, Dentolini le uno de los chocolates. Pero Maccio- levarselo ala boca. Aunque Dentolini no Io forzaba, Macci Dentolini hasta la cantera como si lo levara a la rascra rado por una et como rea, Los papeles relumbrab: la noche, con un brillo encerado y burlén, No se veian la ué habia decras de la cantera: estrellas, ni la luna, ni otra, imposibles solo fas cartas rechazadas, una sobre formando un amasijo que se a a otra de la Tierra. No era aba has. de distinguir cielo, y de una pu sctamente papel ni ni de i totalmente rea mento, 1 sro hecho con las cartas no co- por los hijos a los pa iosas resultab: Dero mur rrespondi e noche, las golon mucho més amenazantes una se acercé pus Pero, para decir La vei ye la pisandola contra el piso asuali- lemasiado a Dentol zo y terminé de liquid 2. Por una d descubi cietra, Macciole se tranquil dades, como las que permitieron ¢ fea de la penicil el piso de tierra Dentolini descubris «1 nedio metro. Cuando lo sa a, al pisar 2 laisla, Bl pie se le hundis una ponzofia le rodeaba las zapatilias y la bocamanga del pantalén. No se sabia qué material era ese. Pero, cuando Dentolini se iluminé el pie con una pequefia linterna, Macciole Lo vio primero: ~iBs un pico! —grité con un chillido agudo, sefia- amarilla verdosa en la masa infor- Jando una salien: me de deri Dentolini, enterado, asinti6. Pis6 mas fuerte, en un didmetro de algo mas de un 0, y la tierra siguié cediendo. Sacé la pala que lle- 61

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