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combatirla?
Delito informático, delito cibernético o ciberdelito es toda aquella acción antijurídica que
se realiza en el entorno digital, espacio digital o de Internet. Ante el extendido uso y utilización
de las nuevas tecnologías en todas las esferas de la vida (economía, cultura, industria,
ciencia, educación, información, comunicación, etc.) y el creciente número de usuarios,
consecuencia de la globalización digital de la sociedad, la delincuencia también se ha
expandido a esa dimensión. Gracias al anonimato y a la información personal que se guarda
en el entorno digital, los delincuentes han ampliado su campo de acción y los delitos y
amenazas a la seguridad se han incrementado exponencialmente.1
Además de los ataques que tienen como objetivo destruir y dañar activos, sistemas de
información y otros sistemas de computadoras, utilizando medios electrónicos o redes
de Internet, se producen nuevos delitos contra la identidad, la propiedad y la seguridad de las
personas, empresas e instituciones, muchos de ellos como consecuencia del valor que han
adquirido los activos digitales para la big data empresarial y sus propietarios bien sean entes
jurídicos o personas naturales. Existen también otras conductas criminales que aunque no
pueden considerarse como delito, se definen como ciberataques o abusos informáticos y
forman parte de la criminalidad informática.2 La criminalidad informática consiste en la
realización de un tipo de actividades que, reuniendo los requisitos que delimitan el concepto
de delito, son llevados a cabo utilizando un elemento informático
Los ciberdelitos son actitudes contrarias a los intereses de las personas teniendo como
instrumento o fin (concepto atípico) a las computadoras.4
Por todo ello, la última orientación jurídica es priorizar el enfoque en la seguridad en las redes
y los sistemas de información. A tal fin obedece la Directiva de la Unión Europea relativa a las
medidas destinadas a garantizar un elevado nivel común de seguridad de las redes y sistemas
de información en la Unión Europea,7 también conocida como Directiva NIS. Esta Directiva
impone, por ello, a las entidades gestoras de servicios esenciales, así como a los prestadores
de ciertos servicios digitales considerados clave en el funcionamiento de Internet, la obligación
de establecer sistemas de gestión de la seguridad de la información en sus organizaciones y
de notificar a las autoridades los incidentes que tengan especial gravedad. Además, obliga a
los Estados miembros a supervisar el cumplimiento de estas obligaciones y a velar por que
existan equipos de respuesta a incidentes de seguridad con capacidad para proteger a las
empresas de la propagación de estos incidentes. Así mismo, impulsa la cooperación entre
autoridades nacionales y el intercambio de información como medio para elevar el nivel de
seguridad en la Unión Europea frente a las amenazas de carácter transfronterizo.
La criminalidad informática tiene un alcance mayor y puede incluir delitos tradicionales como
el fraude, el robo, chantaje, falsificación y la malversación de caudales públicos en los
cuales ordenadores y redes han sido utilizados como medio. Con el desarrollo de
la programación y de Internet, los delitos informáticos se han vuelto más frecuentes y
sofisticados.