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DÍA 5 – ISAIAS, TESTIGO DE LA ESPERANZA

*Isaías entra caminado por la mitad del templo*

Narrador: En aquellos tiempos el pueblo de Israel acostumbraba a orar a Dios con mucha devoción
(la gente está orando arrodillados). Hasta que un día las personas empezaron a conocer por las
naciones cercanas y adorar otro tipos de Dios, como lo serían el dios de la fertilidad, de la lluvia, de
la cosechas. A pesar de que sabían que su Dios era celoso y no se permitía adorar a otros Dios, no
hicieron caso.

Al enterarse de esto Isaías que significa “con la ayuda de Dios”, un profeta de esos tiempo nacido
en Jerusalén, hijo de Amos y a quien Dios le había dado el don de la profecía no pudo quedarse
callado ante tal atrocidad y decidio ir de villa en villa exhortando a los israelitas a que regresaran
con su Dios diciendo:

Isaías: Pueblo de Israel escuchen lo que dice el señor “Yo he sostenido y criado a unos hijos, pero
ellos se han revelado contra mí, incluso el buey reconoce a su dueño y el asno a su amo, pero el
pueblo de Israel no lo hace, ellos ya no reconocen a su señor, mi pueblo carece de inteligencia”-
exclama Dios, se lamenta por la nación pecadora.

Narrador: En aquel tiempo reinaba en Jerusalén el Rey Acaz (sale el rey acaz) y con sus costumbres
el pueblo adoraba distintos dioses, entonces Dios envío a Isaías a este pueblo (llegada Isaías) a
hablar con el Rey y persuadirlo de estas costumbres.

Isaías: Ordénales a los hijos de Israel que vuelvan a sus viejas tradiciones, a la fidelidad de la ley de
Moisés, a la penitencia y la oración. En retorno de ello tu señor Dios peleará por ti y él ganará.

Acaz: El no me escucha, junto con el pueblo siempre le traemos ofrendas con el fin de servir al
dios todo poderoso, le suministro todo a los sacerdotes y todas las ceremonias siempre se
celebran con gran respeto.

Isaias: Estoy hastiado de tus bueyes que arden junto al altar, me obligas a apartarme de ti porque
tus manos estan manchadas con sangre.

Acaz: Que de malo tienen las estatuillas de madera, Dios no debería temerle a eso.

Isaias: De esa forma ofendes a Dios, lo ofendes profundamente. Debes arrepentirte con todo tu
pueblo. (Se va nojado Isaias) (luego se va el rey)

Narrador: Isaías se encontraba orando en el templo cuando escucha la voz de Dios que le dice:

Dios: No temas, mi pueblo vive en la oscuridad, pero pronto verá la luz. No temas, un niño nacerá,
llegara un hijo, el príncipe de la paz, su gobierno será grandioso y la paz no tendrá fin en el trono
de David, un capullo brotará y el espíritu de Dios descansará sobre él, el espíritu de la sabiduría y
la comprensión, el espíritu de conocimiento y del temor al señor. Ahora vuelve a Jerusalén hay un
nuevo rey, y salva el pueblo

Narrador: Después de esto, Isaías va a Jerusalén confiado en lo que su Dios le había dicho.
Isaias: no hay forma de ganar la guerra, sino renuncian a los falsos dioses y crean en el Dios de
israel.

Narrador: El rey y su pueblo comienzan a orar a Dios y el espiritu de Dios pasa sobre el ejército
derrotandolo y salvando el pueblo de Jerusalén

Reflexión: Así como Isaías fue testigo de la esperanza y confío en Dios su Dios, nosotros estamos
llamados a ser rectos y obedientes ante los mandatos del Señor y a confiar en su palabra, que en
esta navidad reine la esperanza y la paz en nuestro corazones, que tal y como lo predijo Isaías en
el antiguo testamento, la conmemoración del nacimiento de niño Jesús nos traiga sabiduría,
comprensión, conocimiento y temor del señor. Gracias.

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