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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE HONDURAS

Facultad de Ciencias Sociales

Trabajo de “Premiar al trabajo, no la riqueza”

Catedrático: Julio Cesar Castro Servellon

Asignatura: Sociología

Sección: 1101

Código: SC-101 PAC-III

Integrantes:

N° Nombre Cuenta

1 Daniela Salomé Aguilar Dubón 20231002571

2 Danna Lisbeth Salgado Soto 20231000412

3 Elvia Rosa Gonzalez Fonseca 20231004488

4 Litzy Gissela Ortiz Izaguirre 20231004300

5 Angel Gabriel Varela Fajardo 20231031551

6 Arlington David Martínez Payán 20231030166

Jueves 16, Noviembre 2023, Tegucigalpa D.C


INDICE

Contenido
INDICE ......................................................................................................................................... 2
LA CRISIS DE LA DESIGUALDAD ECONOMICA Y GENERO ................................................ 3
GASTO PÚBLICO ........................................................................................................................ 4
RIQUEZA Y POBREZA HERADADA.......................................................................................... 5
REDUCCION DE LA POBREZA.................................................................................................. 6
LA CRISIS DE LA DESIGUALDAD ............................................................................................ 7
RIQUEZA FRENTE AL TRABAJO .............................................................................................. 8
LA BONANZA DE LOS MILLONARIOS .................................................................................. 10
LOS QUE GANAN Y LOS QUE PIERDEN ................................................................................ 12
NACER Y MORIR POBRE ......................................................................................................... 17
PEQUEÑOS PRODUCTORES Y PRODUCTORAS DE ALIMENTO ......................................... 18
SE RECOMIENDA AL GOBIERNO DESARROLLAR UNA ECONOMIA MÁS HUMANA..... 19
LAS EMPRESAS DEBEN ASUMIR UN PAPEL MAS HUMANO EN LA ECONOMIA........... 20
CONCLUSIÓNES ....................................................................................................................... 23
BIBLIOGRFIA ............................................................................................................................ 24
LA CRISIS DE LA DESIGUALDAD ECONOMICA Y GÉNERO

Los pobres llevan vidas complicadas debido a los bajos ingresos y la falta de
empleo. Además, también está el pago del impuesto a la renta. Las personas ricas
tienden a evitar pagar impuestos sobre su ingreso. Esta desigualdad no sólo es
ineficiente e injusta, sino que también tiene muchas implicaciones económicas, ya
que está vinculada con niveles más elevados de terrorismo, inestabilidad política,
violencia y desconfianza.

La desigualdad entre hombres y mujeres está presente en todos los aspectos de la


economía y se ha demostrado que en todo el mundo, hay más hombres que mujeres
que poseen tierra, activos u otros bienes de capital. De manera que, las mujeres en
una familia tienen menos probabilidad de ser las propietarias de donde viven, en la
mayoría de los casos sucede con madres solteras y/o viudas. Incluso cuando se da
el caso de que las mujeres son dueñas de una tierra o tienen derechos de propiedad,
a menudo las relaciones de poder en el seno de las familias y de la sociedad limitan
el control que realmente tienen las mujeres sobre esos activos.

Por otro lado, la desigualdad de ingresos afecta más a las mujeres, ya que con
frecuencia ocupan los empleos con salarios más bajos, más precarios y más
inseguros. Las mujeres de escasos recursos asumen mucho más trabajo no
remunerado que las mujeres ricas. Por ejemplo, en las maquilas donde las mujeres
constituyen más del 50%, y en algunos casos el 90%, del empleo en este modelo
de producción. Están obligadas a cumplir horarios extendidos, a trabajar en un área
deteriorada, tener poco tiempo para ingerir alimentos, control en las visitas a los
sanitarios y todo para estar ganando un salario debajo del mínimo para poder salir
adelante.

Para abordar la desigualdad económica extrema, es necesario poner fin a la


desigualdad de género. Hay que redefinir una visión sobre una nueva economía
más humana, creada conjuntamente por hombres y mujeres, que funcione en
beneficio de todas las personas y no solo de una minoría privilegiada.
GASTO PÚBLICO

Se ha demostrado que el gasto público reduce la desigualdad en un 20% en


promedio en los países de la OCDE; 367 a su vez, un análisis reciente de 13 países
en desarrollo muestra que el gasto en educación y salud son responsables del 69%
de la reducción total de la desigualdad.

Cuando los gobiernos deciden brindar servicios públicos de calidad, ya sean


gratuitos o subsidiados, todos los pobres gastan una cantidad mínima de sus
ingresos. Esto es una ventaja para la sociedad ya que es de gran ayuda para la
gente, pero algunas personas tienen bajos ingresos y son mucho más pobres, y el
valor de los servicios proporcionados por el Estado puede ser mayor que sus
salarios. Las ofertas estatales no ayudan mucho a estas personas, pero benefician
más a las mujeres porque reducen su capacidad para realizar un trabajo
remunerado y nivelan las desigualdades en el acceso a la educación y la salud.

Se ha demostrado que la privatización de la educación y los servicios de salud


aumenta la desigualdad económica y de género, ya que los servicios privados solo
son accesibles para quienes los pueden pagar. Invertir en la educación y la salud
de los niños y niñas para maximizar sus oportunidades, y garantizar que la sociedad
se construya sobre el talento y no sobre los privilegios.

Los Gobiernos pueden potenciar el impacto de estos servicios que proporcionan


protección a todas las personas frente a circunstancias imprevistas o ayudan a las
personas más pobres a mejorar sus ingresos.
RIQUEZA Y POBREZA HERADADA

La herencia es algo natural de nuestra sociedad, hijo de rico, nace rico, hijo de
pobre, nace en un contexto pobre. Pero eso va más allá de la situación en la que
nacen estos herederos, esto influye en lo que podremos y no podremos llegar a ser.
Cerca de dos terceras partes de la riqueza de un hombre millonario es significado
de la herencia, el clientelismo y el monopolio, esto sin contar que si la tercera parte
ganada ¨con esfuerzo¨ puede significar explotación laboral y bajos sueldos a sus
empleados.

Para los sectores y la población en mayor desventaja, salir de esa situación requiere
mucho esfuerzo, apoyo y un poco de suerte. Para la gran mayoría de personas que
nacen en un área rural se les hará difícil llevar una vida moderna en un trabajo de
la ciudad desde el momento que su educación básica es precaria, no tienen
conocimiento de la realidad de la ciudad, muchas veces a su propia familia le
aterroriza la idea de probar un nuevo ambiente y dejar atrás su hogar y las
aspiraciones que tienen para un futuro se resumen en algún trabajo local que no
requiera de mayor especialización, de donde vivirán de una manera similar a la vida
que les dieron sus padres. En parte esto tiene una cara social, y nos hacen creer
que los que son pobre lo son porque quieren, pero en la otra cara de la moneda
está la explotación por parte de las grandes empresas, el poco apoyo a la
educación.

La solución puede plantearse fácilmente como la de ofrecer trabajos con buenas


condiciones a personas de bajos recursos para auto superarse a ellos y a su familia,
sin embargo, esto nos será posible para la mayoría de la población por la situación
laboral en la que vivimos.
REDUCCION DE LA POBREZA

Si bien es cierto que se a reducido la cifra de pobreza mundial y que debería tomarse
como un logro para nuestra sociedad, la verdad es que la mayoría de la población
está a expensas de decaer en la pobreza extrema, es decir, que las personas que
salen del margen de pobreza extrema siguen viviendo con ingresos muy bajos,
incluso algunos grupos como las mujeres, personas indígenas y afrodescendientes,
personas con discapacidades tienen menos oportunidades para progresar social y
económicamente.
Como ejemplo a lo antes mencionado, en Myanmar, Oxfam colabora con mujeres
que trabajan en la industria textil para marcas reconocidas, ganan 4 dólares al día,
lo que es 4 veces mayor al umbral de pobreza extrema, sin embargo, para obtener
ese pago deben trabajar 11 horas, seis o siete días a la semana, luchando para
cubrir los gastos necesarios para vivir, llegando incluso a tener que endeudarse,
esta situación es muy recurrente en todo el mundo.

El economista David Woodward ha calculado que, con la distribución actual del


crecimiento económico mundial, serán necesarios entre 123 y 209 años para
alcanzar el momento en que todas las personas del mundo vivan con más de cinco
dólares al día. Esto requeriría que la producción y el consumo mundiales fueran 175
veces mayor que hoy en día. Para cerrar la brecha de pobreza de 4,5 billones de
dólares sería necesario un aumento del PIB mundial de 11 billones de dólares.

Esta ineficiencia llega a ser también insostenible si se quiere eliminar la pobreza


respetando los limites medioambientales, ya que estamos al borde de una catástrofe
mundial, por lo que no nos queda tiempo para emplear estrategias que no crucen
estos límites. Como vemos, aun con el cambio visto en las estadísticas sobre la
reducción de la pobreza, los que más tienen se siguen beneficiando de los que se
esfuerzan por salir de la pobreza con la que lidian toda su vida, y que seguirá por
mucho tiempo si no se cambia la manera de distribuir las ganancias a la población,
de una forma equitativa.
LA CRISIS DE LA DESIGUALDAD

En el campo de la sociología se nos presentan las desigualdades sociales como un


tema actual y latente pero que tiene sus distintos enfoques desde hace mucho
tiempo tales como; El enfoque Marxista, El funcionalista y el weberiano.

En un concepto marxista que dice que la categorización de cada modo de


producción requiere que las relaciones económicas se definan como un tipo de
relación social, específicamente: entre los hombres respecto de las cosas, y no de
los hombres con las cosas. Existen relaciones de producción primitivas, antiguas,
feudales, y capitalistas, cada una de ellas correspondiente a la sociedad primitiva,
la sociedad antigua, la sociedad feudal y la sociedad capitalista, y cada una de ellas
correspondiente a diferentes formas de división social del trabajo y propiedad de los
medios de producción. Las clases sociales para el marxismo están definidas por las
relaciones de producción, es decir, por la forma en que los hombres producen
mercancías. En el seno de las relaciones de producción, el papel que ocupa cada
individuo está determinado por la división del trabajo, es decir, aquellos que
desarrollan una misma actividad -y por tanto están sometidos a unas idénticas
condiciones conforman una clase social. Las clases sociales vienen determinadas
por el lugar que ocupan en el proceso de producción de la riqueza. Unos la producen
y otros se apropian de una porción de la misma. De esa relación no cabe esperar
sino el antagonismo y la hostilidad entre explotados y explotadores.

La formación de un sistema de clases depende del hecho de que sus funciones


sociales sean, mutuamente dependientes a un marco social mayor. La sociedad de
clases constituye una división jerárquica basada principalmente en las diferencias
de ingresos, riquezas y acceso a los recursos materiales. Aunque las clases no son
grupos cerrados y un individuo puede moverse de una clase a otra. Las
desigualdades comienzan temprano en la vida y se hacen más grandes durante la
infancia y la adolescencia, dando a los niños de distintos orígenes oportunidades
diferentes para crecer y desarrollarse. Los pobres y las clases medias bajas viven
en vecindarios diferentes, asisten a escuelas diferentes y visitan clínicas diferentes.
Es mucho más probable que quienes pertenecen a estos grupos sean víctimas de
delitos violentos que aquellos que pertenecen a la clase alta y que estén mucho más
expuestos a los efectos destructivos del cambio climático, a la vez que tienen menos
herramientas para hacer frente a las consecuencias de estos dos fenómenos.

La estratificación social da cuenta o es un medio para representar la desigualdad


social de una sociedad. A pesar de tantas maneras de estratificación puede
afirmarse que históricamente se han dado tres tipos o modelos de estratificación: el
sistema de castas, el de estamentos y el de las clases sociales.

Los sistemas de castas se caracterizan por establecer la desigualdad heredada


como principio. El status de un individuo permanece invariable a lo largo de toda su
vida y, en consecuencia, ocupa una determinada posición social con sus deberes y
obligaciones. Los estamentos son sistema de estratificación típico de las
sociedades feudales, peculiar forma de posesión de tierras y en él existen unos
estratos sociales claramente definidos por la ley y las costumbres. La sociedad de
clases constituye una división jerárquica basada principalmente en las diferencias
de ingresos y riquezas. Es el que se refiere a la estratificación vigente de nuestra
sociedad.

RIQUEZA FRENTE AL TRABAJO

Uno de los objetivos más importantes entre la riqueza frente al trabajo, es lograr
sociedades más equitativas que propongan beneficiar a la mayoría de las personas.
Para lograr esto es necesario e indispensable crear y generar empleos, bien
renumerados, asegurando que se proteja los derechos laborales, así teniendo más
variedad de empleo y disminuyendo la pobreza en el mundo. Nuestro problema es
que, el sistema laboral mundial no da una buena función en lo que debe. Por ende,
es normal que haya trabajos peligrosos, mal pagados, e inseguros, que lleguen a
convivir con violaciones a los derechos laborales, también contando con la
desigualdad laboral entre géneros, ya que las mujeres son las que pierden más, con
los peores trabajos.

Aquí trata específicamente sobre La Lucha Contra la Desigualdad Laboral. El


empleo decente aporta:

Ingresos justos
Seguridad en el espacio de trabajo y protección social para las personas
trabajadoras y sus familias.
Mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social.
Libertad para que las personas expresen sus preocupaciones, se organicen
y participen en las decisiones que afectan a sus vidas.
Equidad en las oportunidades y en el trato que reciben todas las mujeres y
los hombres.

En general y en promedio, los salarios son la fuente de ingresos más importante


para los hogares, aunque los ingresos de la venta de cultivos o bienes también son
considerables. Por lo tanto, mejorar el acceso a empleos decentes contribuye a
mejorar la equidad. En Brasil, se estima que los cambios en la distribución de los
salarios y en el empleo remunerado constituyeron el 72% de la reducción de la
desigualdad entre 2001 y 2012. Por el contrario, en España entre 2006 y 2010, el
90% del aumento de la desigualdad se debe a la caída de los salarios y la pérdida
de empleo. Se ha visto una relación entre trabajos mal remunerados e inestabilidad
política; y muchos trabajadores y trabajadoras se sienten olvidados.

Cuando los empresarios ofrecen trabajos decentes, contribuyen a financiar los


costes de la protección social de las personas trabajadoras y sus familias, tales
como pensiones o salud, lo cual ayuda a reducir la brecha entre ricos y pobres. No
obstante, estas contribuciones están en peligro: el FMI ha propuesto recientemente
una nueva ola de reformas del mercado laboral que incluye reducciones en las
contribuciones. Una manera de contrarrestar que la balanza se incline hacia los
intereses de los ricos es que las personas trabajadoras y las productoras se
organicen en sindicatos. Los derechos que defienden los trabajadores y
trabajadoras organizados (el salario mínimo o el derecho a las vacaciones, las horas
extras o las bajas por maternidad o paternidad), benefician a todas las personas
que integran la fuerza laboral, lo cual contribuye a reducir la desigualdad económica
y de género.

LA BONANZA DE LOS MILLONARIOS

Ante la falta de acción, la crisis de desigualdad sigue agravándose a medida que


los beneficios del crecimiento económico siguen concentrándose en menos.

En el Foro Económico de Davos se levantó una voz que aseguró: “Aunque el


mundo ha superado los niveles de la crisis del 2008, y la economía global crece, el
panorama económico no es halagador”. Lo expresó la economista Bendan Stefan,
quien agregó que: “Si bien las economías crecen, las riquezas tienden a
concentrarse todavía más, porque el 1 por ciento de los más ricos del planeta tiene
más riqueza que todo el resto".

En el texto de Oxfam correspondiente al apartado de Visto desde la Cima, se indica


que: “La bonanza de los milmillonarios. Ante la falta de acción, la crisis de
desigualdad sigue agravándose a medida que los beneficios del crecimiento
económico siguen concentrándose en menos manos. El año pasado se produjo el
mayor aumento en el número de milmillonarios de la historia, uno cada dos días.
Actualmente hay 2, 043 personas con fortunas por encima de los mil millones de
dólares, de las cuales nueve de cada diez son hombres. En 12 meses, la riqueza
de esta élite ha aumentado en 762, 000 millones de dólares. Esta cantidad equivale
a lo necesario para acabar con la pobreza extrema en el mundo hasta siete veces”.
Que la riqueza de la élite crezca, no tendría nada de extraño si no fuera porque ese
crecimiento se debe a la concentración del patrimonio que se genera con el trabajo
del ser humano, lo mismo en las rudas tareas que demandan el sudor del espinazo
que en las que requieren de talentos y habilidades intelectuales y anímicas, y perlan
la frente. Los multimillonarios del mundo ofrecen una imagen aparentemente
contradictoria. Por un lado, se vuelven el centro de la atención pública, dominando
los escenarios de la vida política, la cultura y la economía: amplían su influencia
política a través de campañas presidenciales y en los órganos legislativos; a través
de sus fundaciones privadas y obras filantrópicas; incluso con las donaciones para
enfrentar la pandemia global. Por el otro lado, buena parte de su riqueza (alrededor
de 21 billones de dólares) permanece en la opacidad gracias a los paraísos fiscales,
los fideicomisos y las compañías fantasmas.

¿Los multimillonarios deberían existir? Los autores señalan que los recientes
debates promovidos por los candidatos para ocupar la presidencia estadounidense
encierran la preocupación por un sistema económico que permite, y fomenta, el
crecimiento de multimillonarios a expensas de todo lo demás, incluida la
democracia. El reporte se centra en la concentración de riqueza en las últimas
cuatro décadas. Los autores definen como riqueza neta, los activos menos las
deudas. A diferencia del ingreso que proporciona información sobre los flujos
anuales de salarios y ganancias, la riqueza es un indicador del bienestar financiero
en el largo plazo. El otro extremo de la concentración de la riqueza es la enorme
cantidad de hogares que apenas pueden pagar sus cuentas. Para los autores estos
resultados son consecuencia de que “la extrema desigualdad de la riqueza se ha
convertido en una condición prexistente en la sociedad estadounidense” Esta
condición prexistente es, en opinión de los autores, un factor que debilita la tarea
democrática. Mientras los multimillonarios buscan maneras de incrementar su
riqueza, el personal político se preocupa por disminuir las tasas impositivas a este
sector en lugar de aumentar la inversión en ramas que podrían expandir las
oportunidades para toda la sociedad, como la educación. Los multimillonarios
buscan desesperadamente recortar sus impuestos. A través de donaciones a los
partidos políticos y de la conformación de una verdadera “industria de defensa de la
riqueza” compuesta por abogados, contadores y gestores de fortunas, los
millonarios han logrado reducir las tasas impositivas y esconder sus enormes
riquezas de los sistemas fiscales. Con menos impuestos, las sociedades cuentan
con menos recursos para ayudar a la gente que más lo necesita. De hecho, la clase
trabajadora estadounidense paga un porcentaje mayor de sus ingresos que los
multimillonarios. Con la propagación de la pandemia, varios multimillonarios han
donado dinero o equipo médico. Sin embargo, la caridad también tiene sus
beneficios. Los autores señalan que por cada dólar que un multimillonario dona, los
contribuyentes aportan la mitad o más de esa donación en ingresos fiscales
perdidos. En realidad, los instrumentos financieros para gestionar la donación sólo
aumentan la desigualdad.

“Los vehículos de donaciones caritativas, como los fondos asesorados por donantes
en realidad eliminan las ‘donaciones’ de la educación. Estos vehículos ayudan a los
ricos a obtener enormes beneficios impositivos sin destinar dinero para apoyar a las
organizaciones sin fines de lucro reales. Se estima que los fondos asesorados por
donantes actualmente ascienden a 120 mil millones de dólares. Las fundaciones
caritativas que pagan impuestos tradicionales deben gastar una parte de sus activos
cada año.

LOS QUE GANAN Y LOS QUE PIERDEN

Para muchas personas, el trabajo es peligroso y perjudicial para la salud. Cada año,
374 millones de accidentes laborales provocan largas bajas laborales. Según la OIT,
más de 2,78 millones de personas mueren cada año en accidentes laborales o por
enfermedades derivadas del trabajo, un cada once segundos.

Las personas que hacen trabajos esclavos, el elemento más llamativo del mercado
de trabajo a nivel mundial probablemente sea la esclavitud moderna, incluidos tanto
el trabajo forzado como el matrimonio forzado. La OIT ha calculado que el número
de personas esclavas en 2016 ascendía a 40 millones, de las cuales 25 millones en
trabajos forzados. 281 según un informe reciente de la OIT: “En muchos casos, los
productos que elaboran y los servicios que prestan acaban legitimados en los
canales comerciales. Trabajadores y trabajadoras forzados producen algunos de los
alimentos que consumimos y de las ropas que usamos, y limpian algunos de los
edificios en los que muchos de nosotros vivimos o trabajamos’’.
La OIT calcula que el 71% de las personas esclavas hoy día son mujeres y niñas, y
que hay cuatro millones de menores realizando trabajo esclavo. Los jóvenes, Cerca
del 43% de la fuerza laboral joven del mundo están desempleada o, si trabaja, sigue
viviendo en la pobreza. Más de 500 millones de jóvenes sobreviven con menos de
2 dólares al día.284 Aunque los efectos de la crisis financiera han variado mucho,
un impacto recurrente es que las personas jóvenes han sido las más afectadas. Un
análisis elaborado en 17 países de ingresos medios ha concluido que las personas
jóvenes han sido las principales afectadas por el aumento del desempleo provocado
por la crisis, llevándose la peor parte las mujeres jóvenes y los y las jóvenes
pertenecientes a grupos marginados. Los salarios de las personas jóvenes también
han descendido en 15 de los 17 países analizados.

En la OCDE, por primera vez, los y las jóvenes afrontan un riesgo de pobreza mayor
que las personas de la tercera edad. La situación para una gran parte de la juventud
sigue siendo muy precaria. Según un estudio de la OIT de 2015, dos de cada tres
jóvenes en países de ingresos bajos están auto empleados en condiciones
vulnerables o realizan trabajos no remunerados en el seno familiar.

En países en desarrollo, se calcula que 260 millones de jóvenes no tienen trabajo,


ni reciben ningún tipo de educación formal u otro tipo de formación. Esto se cumple
para una de cada tres mujeres jóvenes. Trabajadoras y trabajadores contratados en
cadenas de suministro, El sector privado se está dividiendo entre los que tienen y
los que no tienen. Por un lado, las empresas que tienen elevados márgenes y
beneficios recurren al trabajo cualificado. Estas empresas a menudo son dueñas de
marcas, iniciativas y tecnología que les otorgan un poder de mercado considerable.

Mientras, las personas con peor remuneración están atrapadas en negocios


volátiles, con márgenes bajos y se enfrentan a una competencia salvaje. Es el caso
de los porteros y conserjes, los chóferes que llevan a los ejecutivos y la mano de
obra que hace funcionar las fábricas y granjas que son esenciales para garantizar
la mejora de los beneficios de las empresas. Sin embargo, el alza de las
subcontrataciones ha hecho que la capacidad de negociación de las trabajadoras y
trabajadores dentro de una empresa, o incluso de una industria, se vea
obstaculizada debido a que no tienen forma de llegar a las empresas que se llevan
los beneficios.

Los modelos de negocio más comunes proponen que las empresas se centren en
su área de especialización y que subcontraten el resto de las actividades. Como
resultado, se considera a las trabajadoras y trabajadores que participan en el
proceso de producción como elementos “no esenciales” y, por tanto, son un coste a
minimizar, en vez de un bien en el que invertir. Los contratistas externos consiguen
su ventaja competitiva a base de reducir los costes, y la manera más directa de
hacerlo es reduciendo los salarios.

Actualmente, en Estados Unidos, por ejemplo, los salarios de los porteros y


conserjes han caído entre un 4 y un 7% y los de los guardias de seguridad entre un
8 y un 24% respecto a los salarios de principios de los años ochenta. Los autónomos
que trabajan para las empresas (personas que no forman parte de la plantilla) a
menudo no pueden disfrutar de ventajas como vacaciones pagadas y bajas
médicas, ni de los planes de seguros que sí tienen los miembros del personal. Si
las trabajadoras y trabajadores corrientes no han recibido prácticamente nada del
crecimiento económico mundial, ¿dónde ha ido a parar? Mientras las personas peor
remuneradas son las grandes perdedoras de la economía actual, los grandes
ganadores son los que reciben las retribuciones más altas y los dueños de la
riqueza. La mayoría son hombres. La OCDE observó que, mientras que los salarios
de las trabajadoras y trabajadores con bajos ingresos han disminuido, las
retribuciones del 1% más rico han aumentado un 20% durante los últimos 20 años.
304 la participación de los salarios recibidos del 10% más rico es elevada y va en
aumento en economías en desarrollo como Brasil, India o Sudáfrica. 305

En Sudáfrica, el 10% más rico de la sociedad recibe la mitad de todas las rentas del
trabajo, mientras que el 50% más pobre de la mano de obra apenas recibe el 12%.

Los que ganan: Los directores generales. Según las investigaciones de Oxfam, las
remuneraciones de los directores generales de las 35 principales empresas que
cotizan en bolsa son 207 superiores que el sueldo más bajo en sus empresas. 308
sistemáticamente, la mayoría de los empleados mejor remunerados son hombres.
En promedio, a un director general de una de las cinco empresas más grandes del
sector textil le basta trabajar cuatro días para ganar lo mismo que una trabajadora
en Bangladesh en el mismo sector durante toda su vida. Las encuestas realizadas
por Oxfam en diez países, representativas de una cuarta parte de la población
mundial, muestran que la ciudadanía en general piensa que deberían reducirse los
ingresos de los directores generales de las empresas.

En todos los países, las personas encuestadas consideran que las retribuciones de
los directores generales deberían reducirse en un 40%. En países como el Reino
Unido, Estados Unidos e India, opinan que los sueldos de los directores generales
deberían reducirse en un 60%. Los dueños del capital, las rentas del capital y del
patrimonio, como los pagos de intereses, dividendos o la revalorización de las
propiedades, han aumentado más rápidamente que los salarios. En contra del
dogma convencional según el cual todas las personas se benefician de un mercado
bursátil boyante, cada vez hay más datos que demuestran la correlación entre el
aumento de la desigualdad y el crecimiento en el mercado de valores. Esto se ve
respaldado por los datos que prueban que el crecimiento de los ingresos del 1%
más rico en Estados Unidos deriva sobre todo de las ganancias de capital, “del
cobro por dividendos, de intereses de la deuda y de rentas inmobiliarias”. Las rentas
del capital y la riqueza son irrelevantes para la mayor parte de la sociedad. Para
muchas personas, de hecho, son negativas ya que están endeudadas y tiene que
pagar intereses por esas deudas. La riqueza está muy concentrada en las élites
económicas. Por ejemplo, la propiedad de acciones se concentra claramente entre
los más ricos. En Estados Unidos, el 1% más rico es propietario de cerca del 40%
del mercado de valores. La propiedad de la riqueza está dominada por los hombres.
Una importante causa detrás de esta concentración de riqueza es que el sistema
económico está diseñado para priorizar los dividendos de los accionistas por encima
de todo lo demás. Accionistas en todo el mundo recibieron 1,2 billones de dólares
en dividendos en 2015. La incesante presión por obtener dividendos para los
accionistas actúa a expensas de los salarios y exacerba la inmensa evasión y
elusión fiscal por parte de las empresas.
El Banco de Inglaterra y algunos de los principales inversores del mundo han
expresado sus quejas sobre este sistema que retribuye en exceso los dividendos
de los accionistas. Las empresas que evaden impuestos, los impuestos sobre las
rentas altas han bajado significativamente en casi todos los países ricos.

En Estados Unidos, pasaron del 90% en los años noventa, al 40% en 2013.
En países en desarrollo siempre han sido bajos, alrededor del 30%, y la mayor parte
nunca se ha recaudado. La elusión de impuestos por parte de las empresas también
ha contribuido a esta tendencia. Los países en desarrollo dejan de recaudar al
menos 100,000 millones de dólares al año por la elusión fiscal de las empresas.
Como estos impuestos suelen recaer más sobre los hombres, son ellos quienes
más se benefician de las rebajas fiscales y de la escasa recaudación. Al mismo
tiempo, los ricos hacen todo lo posible por eludir el pago de cualquier tipo de
impuesto, tal y como se ha demostrado con los escándalos fiscales, como los
recientes Papeles del Paraíso, que han sacado a la luz que el 0,01% más rico evita
pagar hasta el 30% de los impuestos que les corresponde.
NACER Y MORIR POBRE

El fenómeno de nacer y morir en la pobreza es una manifestación de las complejas


interacciones entre factores individuales, sociales y estructurales que dan forma a
la experiencia de vida de las personas desde el principio hasta el final. Al nacer en
la pobreza, se enfrentan a desafíos inmediatos relacionados con la atención médica,
la nutrición y el acceso a oportunidades educativas. Estas limitaciones iniciales
pueden tener un impacto duradero, estableciendo las bases para un ciclo
intergeneracional de privaciones económicas.

A lo largo de la vida, las oportunidades y limitaciones económicas se ven moldeadas


por las estructuras sociales y las políticas gubernamentales. La falta de acceso a
una educación de calidad y a empleos bien remunerados puede perpetuar la
pobreza a lo largo de las generaciones. Este ciclo se ve exacerbado por la falta de
sistemas de apoyo social y seguridad financiera, lo que deja a las personas
vulnerables a las dificultades económicas a lo largo de sus vidas. Las disparidades
económicas y la distribución desigual de recursos son elementos clave en la
perpetuación de la pobreza. La falta de inversión en comunidades empobrecidas, la
discriminación estructural y las oportunidades desiguales contribuyen a la
persistencia de este fenómeno. Además, la percepción social de la pobreza puede
influir en la autoestima y las expectativas de las personas, creando barreras
adicionales para la movilidad social.

La pobreza en la vejez también es una preocupación significativa, ya que las


personas mayores pueden carecer de recursos financieros y sistemas de apoyo
adecuados. La falta de una red de seguridad social efectiva puede dejar a los
ancianos en situaciones precarias, luchando por satisfacer necesidades básicas
como la atención médica y la vivienda.

En última instancia, abordar el problema de nacer y morir en la pobreza requiere


enfoques integrales que combinen medidas a nivel individual con cambios
estructurales. Esto implica la implementación de políticas que reduzcan las
disparidades económicas, mejoren el acceso a la educación y fortalezcan los
sistemas de apoyo social. La conciencia pública y el compromiso con la equidad
son esenciales para romper el ciclo de la pobreza y promover un futuro más justo y
sostenible para todas las personas.

PEQUEÑOS PRODUCTORES Y PRODUCTORAS DE


ALIMENTO

Los pequeños productores y productoras de alimentos desempeñan un papel crucial


en la seguridad alimentaria y la sostenibilidad agrícola. En el nivel individual, estos
agricultores a menudo trabajan en comunidades locales, cultivando una variedad de
productos que abastecen tanto a sus vecinos como a mercados regionales. Esta
diversidad de cultivos contribuye a la resiliencia frente a cambios climáticos y
económicos, ya que no dependen de un solo cultivo.

Además de proveer alimentos, también son custodios de la biodiversidad agrícola.


Al cultivar variedades locales y tradicionales, contribuyen a la preservación de
semillas autóctonas y fomentan la adaptación de los cultivos a condiciones
específicas de sus regiones. Este papel de conservadores de la diversidad genética
es esencial para la seguridad alimentaria a largo plazo y la resistencia a plagas y
enfermedades. A pesar de su contribución significativa, los pequeños productores a
menudo enfrentan desafíos considerables, como la falta de acceso a recursos,
tecnología y mercados. Mejorar su capacidad mediante inversiones en formación,
infraestructura y acceso a créditos puede potenciar su productividad y
sostenibilidad. Además, el apoyo a prácticas agrícolas sostenibles puede no solo
beneficiar a los pequeños agricultores, sino también promover la salud ambiental.

En un contexto global, reconocer y valorar la contribución de los pequeños


productores y productoras es esencial para construir sistemas alimentarios más
equitativos y sostenibles. Las políticas agrícolas deben ser diseñadas de manera
que promuevan la inclusión de estos actores, fomentando prácticas agrícolas
respetuosas con el medio ambiente y garantizando un acceso justo a los mercados.
Fortalecer la posición de los pequeños productores no solo mejora su calidad de
vida, sino que también fortalece la base de la seguridad alimentaria a nivel mundial

SE RECOMIENDA AL GOBIERNO DESARROLLAR UNA


ECONOMIA MÁS HUMANA

En la búsqueda constante de un modelo económico que refleje los valores


fundamentales de justicia, equidad y sostenibilidad, surge la imperativa
recomendación de que el gobierno desarrolle una economía más humana. Este
llamado no es simplemente una sugerencia, sino una necesidad urgente en un
mundo donde las disparidades sociales y ambientales son cada vez más evidentes.

Una economía más humana implica un cambio de paradigma, alejándose del


enfoque exclusivo en indicadores financieros y crecimiento económico sin tener en
cuenta el Impacto social y ambiental. Se trata de reconocer que el bienestar de la
sociedad no se mide únicamente en términos de producto interno bruto, sino en la
calidad de vida de cada ciudadano. Es un llamado a considerar la igualdad, la
inclusión y la sostenibilidad como pilares fundamentales de la prosperidad
económica. Para lograr esta transformación, el gobierno debe adoptar políticas que
aborden las desigualdades existentes. La inversión en educación y salud es crucial
para empoderar a la población y brindar oportunidades equitativas. Una fuerza
laboral educada y saludable no solo contribuye al crecimiento económico, sino que
también mejora la cohesión social y reduce las brechas entre ricos y pobres.

Además, la promoción de prácticas empresariales éticas es esencial en la


construcción de una economía humana. El gobierno debe establecer regulaciones
y estándares que fomenten la responsabilidad social corporativa, evitando la
explotación laboral y promoviendo la transparencia en las actividades comerciales.
Empresas comprometidas con la ética no solo generan beneficios económicos, sino
que también fortalecen la confianza pública y contribuyen a una sociedad más justa.

La inclusión social es otro componente esencial. El gobierno debe implementar


medidas para garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a oportunidades
económicas, independientemente de su origen socioeconómico, género o etnia.
Reducir las brechas de ingresos y promover la diversidad en el ámbito laboral son
pasos fundamentales hacia una economía más equitativa y humana.

La sostenibilidad ambiental también debe estar en el centro de esta transformación


económica. Las políticas gubernamentales deben fomentar la transición hacia
energías renovables, la conservación de recursos naturales y la reducción de la
huella ecológica. Una economía verdaderamente humana no puede ignorar las
consecuencias ambientales de sus acciones, ya que esto afecta directamente la
calidad de vida de las generaciones presentes y futuras.

En este sentido, es vital promover la investigación y la innovación en tecnologías


limpias y prácticas sostenibles. El gobierno puede incentivar a las empresas a
adoptar enfoques eco amigables mediante incentivos fiscales y apoyo a la
investigación y desarrollo de tecnologías verdes.

En conclusión, la recomendación de desarrollar una economía más humana no es


simplemente un deseo altruista, sino una necesidad apremiante. El gobierno tiene
el papel crucial de liderar esta transformación, adoptando políticas que prioricen el
bienestar social, la igualdad y la sostenibilidad. Al hacerlo, no solo se construye una
economía más justa, Si no que también se sientan las bases para un futuro
sostenible y equitativo para todos.

LAS EMPRESAS DEBEN ASUMIR UN PAPEL MAS HUMANO


EN LA ECONOMIA
En la era actual, donde las empresas son actores clave en la configuración de la
sociedad y la economía, la premisa de que las empresas deben asumir un papel
más humano cobra una relevancia crucial. Más allá de su función tradicional de
generar ganancias, se argumenta que las empresas deben desempeñar un papel
activo en la promoción del bienestar humano, la equidad y la sostenibilidad.

En primer lugar, el papel más humano de las empresas implica una


responsabilidad ética en sus prácticas comerciales. No es suficiente que las
empresas busquen simplemente maximizar beneficios; también deben considerar
el impacto social de sus acciones. Esto implica adoptar políticas de
responsabilidad social corporativa que respeten los derechos laborales, fomenten
la diversidad y eviten la explotación. Las empresas, al asumir un papel más
humano, pueden contribuir no solo al crecimiento económico, sino también al
desarrollo social y al fortalecimiento de comunidades.

Un componente clave de este papel humano es la atención a los empleados. Las


empresas deben reconocer la importancia de crear entornos laborales saludables,
inclusivos y Equitativos. Proporcionar salarios justos, beneficios adecuados y
oportunidades de desarrollo profesional no solo mejora la calidad de vida de los
empleados, sino que también genera lealtad y productividad, beneficiando a la
empresa a largo plazo. Asimismo, promover un equilibrio entre el trabajo y la vida
personal demuestra un compromiso genuino con el bienestar de los empleados.

Además, las empresas pueden desempeñar un papel fundamental en la promoción


de la sostenibilidad ambiental. La adopción de prácticas empresariales eco
amigables y la reducción de la huella de carbono son aspectos esenciales de un
enfoque más humano en la economía. Al considerar el impacto ambiental de sus
operaciones, las empresas contribuyen a la preservación del entorno y al bienestar
a largo plazo de la sociedad.

La inversión en comunidades locales es otro componente crucial de asumir un papel


más humano. Las empresas deben ir más allá de simplemente extraer recursos y
generar Ingresos; también deben contribuir al desarrollo de las comunidades en las
que operan. Esto puede manifestarse a través de programas de responsabilidad
social, como la inversión en educación, salud y desarrollo de infraestructuras
locales. Al hacerlo, las empresas no solo cumplen con su deber ético, sino que
también fomentan la estabilidad y el desarrollo de las áreas circundantes.

Un enfoque más humano en la economía también implica la consideración de las


partes interesadas en lugar de centrarse únicamente en los accionistas. Las
empresas deben equilibrar los intereses de los empleados, clientes, comunidades y
el medio ambiente en lugar de priorizar exclusivamente las ganancias financieras.
Este cambio de enfoque no solo es ético, sino que también puede generar una
mayor confianza en la marca y la lealtad del cliente. En resumen, la premisa de que
las empresas deben asumir un papel más humano en la economía subraya la
necesidad de un enfoque empresarial que trascienda la mera búsqueda de
beneficios financieros. Al adoptar prácticas éticas, promover la equidad, contribuir a
la sostenibilidad y comprometerse con las comunidades locales, las empresas
pueden desempeñar un papel activo en la construcción de una sociedad más justa
y sostenible. Este cambio no solo beneficia a la sociedad en general, sino que
también puede resultar ventajoso a largo plazo para las propias empresas al
construir relaciones sólidas y generar confianza en el mercado.
CONCLUSIÓNES

 La inequidad en la distribución de la riqueza contribuye a la ampliación de


las brechas entre clases sociales. Esto no solo afecta el acceso a recursos
básicos, sino que también influye en la educación, la salud y las
oportunidades de progreso. Las personas con recursos limitados enfrentan
barreras para acceder a la educación de calidad, empleo digno y otros
aspectos fundamentales para el desarrollo personal y profesional a
comparación con las pocas personas que poseen riquezas.
 Para poder erradicar la desigualdad, los gobiernos deben cumplir un papel
fundamental en este cambio, sin embargo, los gobiernos ricos, ni los
gobiernos pobres hacen nada, para poder erradicar la desigualdad que sigue
aumentando día a día, por lo que algún día será muy tarde para poder
erradicar este fenómeno que nos afecta a todos como sociedad.
 Debería apoyarse el esfuerzo verdadero y el trabajo sacrificado de un gran
porcentaje de la población gracias a la cual existen las grandes empresas y
tratar de minimizar las riquezas no merecidas de una persona o a base de
una explotación de cientos de otras, y si bien es cierto, la socialización de
estos temas ayuda a que se consideren nuevas normativas, la consciencia
de los líderes políticos y empresas internacionales debería estar fijada en
este objetivo para conseguir resultados significantes en nuestro entorno.
 Priorizar la recompensa al trabajo en lugar de la acumulación de riqueza
puede fomentar una sociedad más equitativa y justa, donde se valora el
esfuerzo y la contribución individual. Esto podría conducir a una distribución
más equitativa de recursos y oportunidades, promoviendo así un desarrollo
sostenible y un bienestar generalizado.
BIBLIOGRFIA

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