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de Michoacán
tema:
Chichén-Itzá
Noviembre de 2021
Chichén Itzá
Chichén Itzá alberga aún hoy las ruinas de un pasado glorioso que dan cuenta
de su importancia: el Castillo, el observatorio Caracol y los sacbé (calzadas),
serán algunos de ellos. Pero también tendrán mercados, campos de juego,
templos y edificios de gobierno que, junto a las osamentas halladas y las
formaciones naturales de los cenotes, tienen mucho que contarnos.
Sin embargo, caben las preguntas: ¿qué hizo a los mayas tan valiosos
arquitectónica y culturalmente y por qué, a pesar de ello, Chichén Itzá perdió su
poder?
El Caracol
Para rematar, las esquinas de la base están alineadas con los fenómenos
solares: el amanecer, el anochecer y el equinoccio.
Las calzadas
Recibían el nombre de sacbé, que proviene de las palabras mayas sac, que
quiere decir ‘blanco’ y be, que significa ‘camino'. Los sacbé permitían las
comunicaciones, pero además servían para establecer límites políticos.
Aunque no lo parezcan a simple vista, estas calzadas eran todo un fenómeno
arquitectónico. Estaban formadas con piedras grandes en la base con algo de
mortero antiguo. Sobre estas piedras se disponía una capa de piedras más
pequeñas para nivelar la superficie. Estas capas se limitaban a cada lado por
paredes de mampostería que les daban contención. Al final, la superficie era
revestida de una especie de yeso blanco hecho con piedra caliza.
Las escalinatas culminan en la base con una escultura con la cabeza del dios
serpiente. Dos veces al año, el equinoccio hace que se proyecte una sombra
sobre los bordes de las escalinatas, que simulan el cuerpo de la serpiente que
se completa con la escultura. Se construye de este modo el símbolo: el Dios
serpiente baja a la tierra.
Los cenotes son, en realidad, lagos subterráneos que se forman con los años
gracias a los depósitos de agua de lluvia que van modelando la topografía.
Están sumergidos a unos 20 metros bajo la tierra.
Mientras que los cuatro cenotes funcionan como una fuente de agua que
permitió el asentamiento y florecimiento de la cultura, el cenote sagrado o el
cenote central representa para los mayas el vínculo con el más allá. Este era el
símbolo central de todo el universo maya.
Muchas teorías se han elaborado con los años, pero la más extendida supone
que estas ceremonias estaban relacionadas con una temporada de extrema
sequía que azotó a Chichén Itzá. Esta sequía pudo haberse prolongado entre
cinco y cincuenta años, lo que hizo que el agua descendiera a niveles
alarmantes.
Está ubicado frente a la gran plaza del complejo. Tiene planta cuadrada, cuatro
plataformas con tres salientes y una escalinata orientada hacia el oeste.
Cuenta en la parte superior con figuras decorativas llamadas Atlantes, que
parecen sostener una banca.
Las columnas dispuestas en este patio llevan talladas figuras de la vida militar y
cotidiana de Chichén Itzá.
Se encuentra al lado del Templo de los Guerreros y fue hecho con el mismo
modelo. Hace unas décadas se encontró dentro del templo un mural
policromado en colores vivos con serpientes emplumadas.
Osario
Este edificio es una tumba que sigue el mismo modelo del Castillo, pero no se
sabe con seguridad cuál de los dos edificios fue el primero. Tiene una altura de
nueve metros. En la parte superior tiene un santuario con una galería, está
decorado con diferentes motivos, entre ellos serpientes emplumadas, entre
otros.
Este edificio recibe este nombre por los españoles, quienes encontraban
parecido entre su estructura y los conventos. En realidad, debió tratarse de un
centro de gobierno de la ciudad. Tiene diferentes ornamentos y máscaras de
Chaak como decoración.
Tzompantli
Plataforma de Venus
Dentro de la ciudad, dos plataformas reciben este nombre y son muy similares
entre sí. Se puede ver la talla de Kukulkán y símbolos que aluden al planeta
Venus. Antiguamente, este edificio estaba pintado de ocre, verde, negro, rojo y
azul. Se cree que daba espacio para la celebración de ritos, danzas y
diferentes tipos de ceremonias.