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Módulo 1
Lectura 1
Procesos de
Origen y Características
Integración
evolución
Regional
Modelos
Zona de Unión
Unión Mercado Económica y Unión
Libre Común
Aduanera Monetaria Política
comercio
Para contextualizar conceptualmente los procesos de integración, es importante destacar que respecto a
los modos de promover el comercio internacional, existen varias concepciones (Arnaud, 1999):
El bilateralismo, en donde los países negocian entre sí tratados bilaterales por medio de los
cuales otorgan y reciben concesiones que no extienden a terceros países;
El multilateralismo, basado en normas e instituciones internacionales que promueven un
comercio fluido entre los Estados, apoyado en ciertas reglas de juego como las del GATT
(Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), hoy OMC (Organización Mundial del
Comercio); y
El regionalismo, dentro del cual se encuadra el fenómeno de la integración regional y la
constitución de bloques económicos.
El regionalismo, concepción dentro de la cual se encuadra la integración económica, busca eliminar
la discriminación comercial entre los Estados partes de un bloque, por medio de acuerdos preferenciales,
que son a su vez de carácter discriminatorio respecto a los terceros países. Ello conlleva el riesgo de la
fragmentación económica y política en bloques antagónicos, la cual puede ser evitada mediante la
adopción de un regionalismo abierto, para evitar crear incentivos que aumenten la interacción
económica entre los miembros del sistema a expensas del resto del mundo (Arnaud, 1999).
El regionalismo se vincula con dos conceptos importantes:
1) la creación de comercio, que ocurre cuando en razón de pertenecer a una zona de libre
comercio o a una unión aduanera, un país pasa de una fuente exterior de abastecimiento de
precios más elevados, a una más barata; y
2) la desviación de comercio, que se produce cuando como resultado del arancel externo común de
una unión aduanera, los países se ven forzados a comprar dentro de la misma lo que antes
importaban más barato del resto del mundo.
En un proceso de integración regional, el desvío de comercio será mayor cuanto menor sea
la participación del socio de las importaciones externas, menor su eficiencia productiva y mayor el
margen de preferencia concedido (Arnaud, 1999). Siempre implica un costo de bienestar para el país de
menor desarrollo relativo del bloque, en cuanto que éste debe reemplazar importaciones más eficientes
provenientes de extrazona, por otras originarias del socio al que se le otorga la preferencia. En
conclusión, en un proceso de integración, siempre son los países de menor desarrollo los que sufren
una mayor desviación del comercio, comparados con los Estados de mayor desarrollo económico.
Caracteres generales
La integración es el resultado, al mismo tiempo, del impulso expansivo inherente a los
actores participantes –comunidades políticas, estructuras económicas y grupos sociales y políticos-
y de una acción o grupo de acciones deliberadas, que le confieren al proceso una
orientación racional y un desarrollo controlable y controlado.
Ello nos permitiría distinguir analíticamente una integración real, que es la provocada por fuerzas y
factores históricos objetivos, y la política de integración, que sería la integración como un conjunto
de actos deliberados orientados hacia el logro de la primera como un medio para alanzar valores
extrínsecos (Zelada Castedo, 1989).
Esta distinción supone excluir del concepto de integración a todo proceso fundado en la fuerza,
limitándonos por tanto a la consideración de aquellos procesos que por el contrario, se basan en el
consentimiento de los actores participantes. Por lo tanto, la integración se diferencia del
La integración así concebida es un proceso que puede darse tanto a nivel del sistema
internacional global, como en el ámbito geográficamente restringido de los subsistemas
regionales. De allí que pueda distinguirse entre una integración internacional y una
integración regional.
Desde el punto de vista de la materia por su parte, es posible distinguir una integración política
de una integración económica y social. Se aclara que en la práctica, ambas dimensiones están
estrechamente relacionadas y su diferenciación suele ser sólo a los fines analíticos.
En función de estas distinciones, es importante señalar que los estudios sobre la integración
económica abarcan tanto la determinación de los efectos reales de los acuerdos o programas
pertinentes en las estructuras o actividades económicas nacionales, como la identificación de
instrumentos de las políticas de integración destinados a lograr de manera efectiva, los beneficios
derivados de la eliminación de los obstáculos a las transacciones entre dichas estructuras. Se presume
que la mayor interdependencia entre éstas favorece el mejoramiento de su aptitud para satisfacer más
eficientemente las necesidades individuales y colectivas. De igual manera, la mayor competencia y la
mejor utilización de las economías de escala, resultantes del establecimiento de mercados comunes
entre los países que se integran, estimularán una mejor asignación de los recursos productivos, y
promoverán por este medio, un mayor bienestar estructuras económicas y los grupos sociales y políticos
pertenecientes a jurisdicciones estatales diferentes. Normalmente las diversas políticas de integración
suelen poner el acento en uno u otro objetivo material.
Es la integración económica (aunque también haremos referencia a la integración política, como
etapa superior de evolución de aquélla) la que nos interesa a los fines de esta exposición. Se entiende
comprendida dentro de las formas de las relaciones económicas contemporáneas entre los Estados,
juntamente con el libre comercio y la cooperación económica.
Tamames la define como “un proceso mediante el cual dos o más mercados nacionales previamente
separados y de dimensiones unitarias poco adecuadas, se unen para formar un solo mercado, de una
dimensión más idónea” (citado por Zelada Castedo, 1989, p.16).
Bela Balassa por su parte, define a la integración económica como un proceso y una situación de
las actividades económicas (citado por Arnaud, 1999). Considerada como proceso, se encuentra
acompañada de medidas dirigidas a abolir la discriminación entre unidades económicas
pertenecientes a diferentes economías nacionales; vista como una situación de negocios, se
caracteriza por su parte por la ausencia de varias formas de discriminación entre economías
nacionales.
En función de estas distinciones, es importante señalar que los estudios sobre la integración
económica abarcan tanto la determinación de los efectos reales de los acuerdos o programas
pertinentes en las estructuras o actividades económicas nacionales, como la identificación de
instrumentos de las políticas de integración destinados a lograr de manera efectiva, los beneficios
derivados de la eliminación de los obstáculos a las transacciones entre dichas estructuras. Se presume
que la mayor interdependencia entre éstas favorece el mejoramiento de su aptitud para satisfacer más
eficientemente las necesidades individuales y colectivas. De igual manera, la mayor competencia y la
mejor utilización de las economías de escala, resultantes del establecimiento de mercados comunes
entre los países que se integran, estimularán una mejor asignación de los recursos productivos, y
promoverán por este medio, un mayor bienestar.
En resumen, son caracteres de la integración económica los siguientes:
La historia del progreso económico de los pueblos se identifica, a grandes rasgos, con la historia de su
integración. Se manifiesta en el paso de unidades económicas reducidas y cerradas —la familia, la aldea,
el Estado ciudad, hacia unidades económicas cada vez más extensas, la Nación, el orbe civilizado y, en
último término, el mercado y la economía mundial—.
Las grandes etapas de crecimiento económico han coincidido con poderosas ondas de
integración. Así sucedió con la integración interna de las economías de los modernos
Estados nacionales, con el largo proceso de liberalización y ampliación del comercio mundial que se
extiende desde la revolución industrial inglesa hasta la Primera Guerra Mundial, y con el decidido y
renovador movimiento integracionista que tiene lugar después de la última guerra mundial. Por el
contrario, las etapas de relativa regresión y aun de violenta y agresiva hostilidad ideológica y nacional
han coincidido con períodos de desintegración y aislamiento económico de los pueblos. Eso ocurrió, por
ejemplo, con el período que se sitúa entre las dos guerras mundiales y, en particular, con el que inicia la
gran depresión.
Ekmekdjian Señala Ekmedjian (1996) que la integración de distintos pueblos es un
fenómeno que históricamente se ha producido de dos maneras:
1. por medio de la fuerza, como la mayoría de los imperios más importantes (el de los faraones,
el asirio, el chino, el persa, el romano, el azteca, el soviético, etc.) o
2. de modo voluntario, con la conciencia de su pertenencia a un tronco común (como la
civilización griega, el pueblo judío y el pueblo árabe).
Los procesos de integración regional se encuadran dentro de este segundo tipo de
procesos, esto es, en la integración voluntaria de pueblos distintos, que es para el autor que
comentamos, un fenómeno relativamente reciente y con efectos de mayor alcance.
Fue sobre todo a partir de la Segunda Guerra Mundial que la integración regional cobró
una especial relevancia, tanto en Europa como en América, al concientizarse los Estados de la
imposibilidad de satisfacer individualmente determinados requerimientos. En una y otra región sin
embargo, las motivaciones fueron distintas.
Los modelos de Integración Regional Forma de asociación económica de menor alcance. Los
miembros acuerdan concederse los unos a los otros un
tratamiento tarifario preferencial, más favorable que el
La integración es un Comercio preferencial otorgado a terceros países Ejemplo: Comunidad
proceso que pasa por Británica de Naciones
diversas etapas en
Estados partes se limitan a acordar la eliminación de
forma paulatina y
los obstáculos arancelarios y no arancelarios que
progresiva limitan la libre circulación de mercancías entre ellos
Área libre comercio Sin embargo los países miembros del acuerdo
Cada una de las etapas mantienen las rutas de comercio frente a terceros.
tiene ciertos rasgos Ejemplo: NAFTA conformado por Canadá, EEUU y
esenciales que la México
distinguen de la etapa
anterior y posterior. Un conjunto de países quita los derechos de aduana entre
ellos (aranceles, contingentes, cuotas, etc.), y establecen
Unión Aduanera
Freeland (1996) un arancel común para todos aquellos productos
establece cuatro procedentes de terceros países. Ejemplo MERCOSUR,
modelos de integración, BENELUX
a los que agrega una
etapa preliminar, También denominado mercado interior o mercado único,
se suman a la libre circulación de mercancías y servicios, la
llamada área de
Mercado común libre circulación de los factores de producción, aportados
preferencias
por los residentes en el territorio de cualquiera de los
arancelarias, y una
países miembros Ejemplo: La Comunidad Económica
final, o modelo de
europea entre 1957 y 1992
unión política
Unión económica Además de tener la integración de mercado, los países
involucrados unifican su moneda y se someten a una
disciplina monetaria común para mantener los tipos de
Integración económica cambio autorizados Ejemplo: La Unión Europea
total
Es el paso siguiente a la unión económica, que se
alcanza cuando los países miembros unifican sus
políticas económicas incluidas la monetaria y fiscal, así
como las políticas comerciales y de circulación de
factores productivos
Ello supone, por lo tanto, que en la unión aduanera no sólo circulan libremente los bienes
originarios, sino también las llamadas mercancías en libre práctica o libre tránsito, que
Freeland (1996) define como aquellas que han sido importadas para consumo por la frontera
común en cualquiera de los Estados miembros, y que se desplazan luego por los demás, como si fueran
productos originarios.
Las Uniones Aduaneras han sido convalidadas por el artículo XXIV del GATT, que las
define como “la substitución de dos o más territorios aduaneros por un solo territorio
aduanero, de manera:
1) que los derechos de aduana y las demás reglamentaciones comerciales restrictivas… sean
eliminados con respecto a lo esencial de los intercambios comerciales entre los territorios
constitutivos de la unión o, al menos, en lo que concierne a lo esencial de los intercambios
comerciales de los productos originarios de dichos territorios; y
2) que (…) cada uno de los miembros de la unión aplique al comercio con los territorios que no
estén comprendidos en ella derechos de aduana y demás reglamentaciones del comercio que, en
substancia, sean idénticos…”
En el mismo artículo del GATT se expresa que las uniones aduaneras deben tener por objeto
"facilitar el comercio entre los territorios constitutivos, sin obstaculizar por ello el de otras partes
contratantes con estos territorios", exigiéndose que “los derechos de aduana que se apliquen en el
momento en que se establezca dicha unión… no sean en conjunto, con respecto al comercio con las
partes contratantes que no formen parte de tal unión o acuerdo, de una incidencia general más
elevada, ni las demás reglamentaciones comerciales resulten más rigurosas que los derechos y
reglamentaciones comerciales vigentes en los territorios constitutivos de la unión antes del
establecimiento de ésta o de la celebración del acuerdo provisional, según sea el caso”.
Los sistemas económicos internos de los países integrantes de la Unión deben ser
compatibles entre sí, y negocian en grupo, como un bloque inescindible. Como señala Freeland (1996),
la fijación de un arancel aduanero externo común implica la necesidad de un posicionamiento del grupo
respecto del mundo, es decir, de una política común en las relaciones con los terceros países. De allí que
pueda afirmarse que “toda unión aduanera implica en buena medida la unificación de la política
comercial” (Ekmedjian, 1996, p. 27). Ekmekdjian
En cuanto a las ventajas de una unión aduanera respecto a una zona de libre comercio, se
suelen señalar los menores costos de administración debido a la eliminación de los controles
internos sobre el origen de los bienes. Arnaud (1999) señala que tal ventaja sin embargo, sería
compensada con los costos de convenir e implementar un sistema aduanero común y el establecimiento
del mecanismo de distribución de los ingresos aduaneros en una unión aduanera.
Resulta evidente que la cesión de soberanía de los Estados Parte a la unión aduanera es más importante
que en la zona de libre comercio. Para Basaldúa (1999), en una unión aduanera deben crearse órganos
especializados, que incluyan aquellos competentes para la formación progresiva del derecho
comunitario, resultando igualmente indispensable establecer un tribunal de justicia permanente.
Ejemplo vigente de unión aduanera -aunque imperfecta- es hoy el MERCOSUR,
suscripto por el Brasil, la Argentina, Paraguay y Uruguay por el Tratado de Asunción del
Paraguay del 26 de Marzo de 1991, a los que posteriormente se agregó Venezuela. Freeland
(1996) también cita como ejemplo de unión aduanera al Benelux en su forma original, integrado
En este modelo, también denominado mercado interior o mercado único, se suman a la libre
circulación de mercancías y servicios, la libre circulación de los factores de producción, aportados por los
residentes en el territorio de cualquiera de los países miembros (Ekmedjian, 1996).
El mercado común implica por lo tanto, la eventual gradual creación de un solo mercado
dentro de un área determinada, en la cual dejan de operar todas las barreras aduaneras y
comerciales al libre desplazamiento de los tales factores: trabajadores, capital, bienes y servicios, y a los
productos resultantes de dicha cooperación. Precisamente, son los pilares del mercado común las
llamadas libertades fundamentales del mismo: la libre circulación de mercancías, de personas y
de capitales, y la libre prestación de servicios.
La unión económica supone por lo tanto la armonización de las políticas económicas nacionales,
entre ellas, las políticas monetaria, financiera, fiscal, industrial, agrícola, etc. con la finalidad de eliminar
las discriminaciones que derivadas de las disparidades entre las políticas nacionales de cada uno de los
Estados que la componen.
Como son objeto de la integración todas las actividades económicas en el ámbito espacial
de la unión económica –entre ellas la política financiera-, la concertación de una política
monetaria común lleva a la creación de un banco central común y finalmente a la adopción
de una moneda común, con lo que se perfecciona una unión monetaria.
Ekmekdjian Ekmedjian define a la unión monetaria como una de las etapas más avanzadas dentro
TERCERA FASE
1 de enero de 1999
SEGUNDA FASE fijación irrevocable de los
1 de enero de 1994 tipos de cambio
constitución del IME y del
PRIMERA FASE BCE Introducción de euro
1 de julio de 1990 Creación del Instituto Monetario
Ejecución de la política
Comité de Gobernadores Europeo (IME)
monetaria única por parte
Prohibición a los bancos de
del Sistema Europeo de
concesión de crédito al sector
Liberalización completa para las Bancos Centrales
público.
transacciones de capital.
Incremento de la coordinación de
Incremento de la cooperación Entrada en vigor del
las políticas monetarias.
entre los bancos centrales mecanismo de tipos de
Refuerzo de la convergencia
Libre utilización del ECU cambio (MTC II)
económica
(unidad de cuenta europea,
Proceso conducente a la
predecesor del euro Entrada en vigor del Pacto
independencia de los bancos
Mejora de la convergencia de estabilidad y Crecimiento
centrales nacionales, que debe
económica
concluir a más tardar en la fecha
Tras la incorporación de Grecia
del establecimiento del Sistema
Las negociaciones concluyeron con el 1 de enero de 2001, de
Europeo de Bancos centrales
la adopción, en diciembre de 1991, Eslovenia el 1 de enero de 2007,
Trabajos preparatorios para la
del Tratado de la Unión de Chipre y Malta un año
tercera fase
Europea, después, de Eslovaquia el 1 de
El 25 de mayo de 1998: Bélgica,
Alemania, España, Francia, Irlanda, enero de 2009 y de Estonia el 1
Fue firmado en Maastricht el 7 Italia, Luxemburgo, Países Bajos, de enero de 2011, diecisiete
de febrero de 1992, y Austria, Portugal y Finlandia, Estados miembros participan
Nombraron al presidente, al en la tercera fase de la UEM.
Entró en vigor el 1 de vicepresidente y a los otros cuatro
noviembre de 1993. miembros del Comité Ejecutivo del
Banco Central Europeo (BCE).
Fuente: Banco Central
Europeo. http://www.ecb.int
dichos países forman parte del Eurosistema desde el día de su incorporación a la zona del euro.
1.1.5. La Unión Política (UP).
La Unión Política (UP)
Se trata del mayor grado de profundidad al que puede aspirar un proceso de integración; se produce
cuando la misma avanza más allá de los mercados, en cuanto que en el transcurso de este proceso, los
Estados involucrados tienden no sólo a armonizar, sino a unificar las políticas en todos los campos,
incluyendo la política exterior y de seguridad y defensa. Todo ello supone el establecimiento de una
autoridad supranacional cuyas decisiones obliguen a los Estados miembros (Arnaud, 1999).
Es precisamente este último uno de los elementos más destacados de los autores como característica
de la unión política: la aceptación por parte de entes antes soberanos, de una nueva
autoridad central, que supone la desaparición de la independencia de las entidades que
se integran.
Zelada Castedo (1989) señala que se trata de un proceso acumulativo de cambio en la naturaleza de las
relaciones existentes entre unidades políticas más o menos soberanas (Estados), durante el cual estas
unidades aceptan voluntariamente una especie de autoridad central. Se trata entonces de un proceso
voluntario, en virtud del cual esta nueva autoridad estará dotada no sólo de poder sino también de
legitimidad.
Se puede resumir que este fenómeno se caracteriza en su esencia por la progresiva erosión de la
autonomía de las unidades que se integran debido a la acentuación de la interdependencia; y por
afectar las interacciones entre dichas unidades en el sentido de promover el surgimiento progresivo
de una entidad política nueva y diferente.
Los distintos autores analizados sostienen que no se han presentado a la fecha fenómenos de
integración política en sentido estricto. Éstos se han dado en todo caso, estrechamente vinculados a
los procesos de integración económica. Se sostiene que esta última tiene motivaciones de índole
política y produce efectos también de naturaleza política. De allí que el interés por la integración
política se produce a propósito del desarrollo de los esfuerzos de integración económica regional de las
últimas décadas.
En definitiva, el problema de la unión política es ineludiblemente un problema de soberanía. Lograr
una homogeneidad política de la profundidad y unidad que requiere un verdadero mecanismo de
integración, supone renunciar a la libertad absoluta, al poder hegemónico para decidir la suerte de un
Estado. Requiere el cambio del paradigma estatocéntrico existente desde la Paz de Westfalia. Es por
ello que la Unión Europea, como único proyecto contemporáneo más avanzado de unión política, es
única y digna de análisis.
Diana Espíndola Página 18
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
Todos aquellos que se ocupan de la construcción europea, señalan que ésta no tiene sentido y
dinamismo sino con la condición de evolucionar hacia una mayor unidad política de Europa.
Pescatore (1973) señala que los motivos profundos que impulsaron a los creadores de la Unión y que
siguen inspirando a aquellos que los han reemplazado en el funcionamiento diario de las instituciones
comunes, son de orden político.
De allí que sea plausible afirmar que la UE es un modelo de integración de medios económicos con
finalidades políticas. Esto es, el objetivo último del proceso de construcción europea es la integración
política, pero a ella difícilmente se llegará de un modo directo, sino cuando el grado de integración
económica, social y jurídica entre los países miembros sea tan intenso que la integración
estrictamente política sea inevitable para garantizarlos (Llanquilef, 2011).
No es sorpresa entonces que no existan grandes esfuerzos concretos por la creación de instancias de
integración política. Parece evidente que los Estados europeos esperan que la integración política sea
una consecuencia inevitable de la integración económica, transformando así el paso desde un modelo
de integración económica a la integración política en un escaño indoloro, toda vez que –como señala
Llanquilef (2011)- no supondrá en los hechos una situación más gravosa que la que impera en un
estado de integración económica completa. Es decir, el perfeccionamiento “formal” de la integración en
materia política supondría en teoría la entrega de una soberanía “vacía”.
Sin embargo, hasta la fecha, la integración económica no ha conducido como por deslizamiento
natural, a la unión política: no ha habido ningún efecto significativo e irresistible de spill over de lo
económico hacia lo político, y de hecho, los intentos deliberados por alcanzar tal unión no han alcanzado los
resultados esperados.
Más allá de las dificultades para su conformación, no cabe duda que la unión política es indispensable
para que Europa se convierta en un actor político mundial y pueda contribuir a la resolución de los
retos a los que se enfrenta la sociedad internacional del siglo XXI. La adopción de un Tratado de
reforma –el Tratado de Lisboa- en lugar de un verdadero Tratado Constitucional, no es lo más
plausible a medio largo plazo como camino hacia la unidad política, cuyo éxito reposa en la adhesión
ciudadana al proyecto europeo. Sin embargo, contiene elementos importantes en este camino, como
se analizará en la próxima unidad.
Conclusión
La clasificación de los distintos modelos que puede revestir la integración económica
se basa en dos criterios fundamentales: por una parte, el ámbito material abarcado por los
respectivos programas de integración, y por otra, el alcance de los instrumentos utilizados en
cuanto al tratamiento preferencial que se otorgan los países participantes en relación con los no
participantes.
Así por ejemplo, las tres primeras formas de integración económica se diferencian de las restantes
debido a que la materia de aquéllas son únicamente las transacciones comerciales.
A su vez, las áreas preferenciales y las zonas de libre comercio se diferencian de las otras formas en
razón de los procedimientos para aplicar un tratamiento más favorable, y por consiguiente,
discriminatorio, con relación a terceros países.
El siguiente cuadro resume los distintos modelos de integración regional explicados en la presente
unidad:
ACUERDO PREFERENCIAL
Menor
Ventajas arancelarias y comerciales
integración
ZONA DE LIBRE COMERCIO
Eliminación de obstáculos aduaneros y comerciales
UNIÓN ADUANERA
Protección extrema común
MERCADO COMÚN
Libertad de movilidad de factores de producción
UNIÓN ECONÓMICA
Coordinación de objetivos macroeconómicos comunes y regionales
UNIÓN MONETARIA
Mayor Moneda única e institución monetaria supranacional
integración
UNIÓN POLÍTICA
Integración completa de las economías Políticas comunes en
materia de asuntos exteriores, defensa, interior, etc.
Bibliografía Lectura 1
Ekmekdjian, M. A. (1996). Introducción al Derecho Comunitario Latinoamericano (2ª Ed.). Buenos
Aires: Depalma.
Freeland López Lecube, A. (1996). Manual de Derecho Comunitario (1ª Ed.). Buenos Aires: Ábaco.
Bibliografía ampliatoria
Arnaud, V. G. (1999). Mercosur, Unión Europea, Nafta y los procesos de integración regional (2da Ed.).
Buenos Aires: Abeledo Perrot.
Basaldúa, R. (1999). Mercosur y Derecho de la Integración. Buenos Aires: Abeledo Perrot.
Llanquilef Durán, P. (2011). Reflexiones sobre la integración política en la Unión Europea: ¿un
callejón sin salida? Revista de Estudios Ius Novum. Recuperado de
http://www.iusnovum.com/wordpress/union- europea/
Pescatore, P. (1973). Derecho de la Integración: nuevo fenómeno en las relaciones internacionales.
Buenos Aires: BID/INTAL.
Uriondo de Martinoli, A. (1996). Integración Regional. Córdoba: Advocatus.
Zelada Castedo, A. (1989). Derecho de la Integración Regional. Buenos Aires, BID/INTAL.
Módulo 2
Lectura 2
ESQUEMA CONCEPTUAL MÓDULO 2
Comunidad
Acta única Europea Europea del
Carbón (CECA)
Tratado de Maastricht La Unión Europea
Comunidad
Europea de la
Tratado de Niza
Energía Atómica
(CEEA)
Tratado de Lisboa
Comunidad
Económica
Europea (CEE)
Representa a Armonización
los ciudadanos de políticas
Defiende los de la UE y es Tratado
Representa a económicas
constitucional y
intereses de los Estados elegido (monetaria,
la Unión en directamente financiera, ciudadanía
miembros
su conjunto por ellos fiscal, industrial, comunitaria
etc.)
2.1. Antecedentes:
2.1.1. El surgimiento y consolidación del proceso de
integración regional europeo.
Los esfuerzos de integración europeos de la posguerra componen un cuadro confuso, formado por
numerosas organizaciones complejas y poco transparentes. Así, coexisten sin relación jurídica
entre ellas
la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos),
la UEO (Unión Europea Occidental),(10 estados miembros)
la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte),
el Consejo de Europa (47 estados miembros) y
la Unión Europea.
Los veintisiete Estados Miembros que actualmente componen la Unión Europea son:
Desde 1951 hasta el presente, se ha producido un proceso progresivo de unificación tanto normativa
como organizativa, hasta el punto de designarlas conjuntamente como “comunidades europeas” y
llegar finalmente a la denominación “Unión Europea”, actualmente en vigor.
A continuación, se trazarán los lineamientos generales de los tratados constitutivos de estas
comunidades, así como también de las modificaciones más importantes que los han afectado, para
desembocar finalmente en el estudio del Tratado de Lisboa y la configuración actual del sistema
institucional europeo.
La Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA)
La etapa de la creación de la Europa Comunitaria se inicia en 1950 cuando el Ministro francés Robert
Schuman presentó ante la Asamblea Nacional su proyecto de creación de una Comunidad del Carbón
y del Acero.
La originalidad de su proyecto radicó en plantear que la mejor manera de contribuir a la seguridad de
Francia y de Alemania, consistía en crear una Autoridad Supraestatal (técnicamente llamada
Alta Autoridad) que decidiría sobre la producción de dos sectores tan esenciales para la
industrialización de la postguerra como eran el Carbón y la Siderurgia.
El Tratado, que se firmó en París el 18 de Abril de 1951 y entró en vigor el 25 de Julio de 1952,
convirtió en realidad este proyecto, dando origen a la CECA (Comunidad Europea del Carbón y
del Acero).
Este tratado se basaba en razones económicas de reconstrucción de la Europa destruida por la Segunda
Guerra Mundial, pero tenía también una intencionalidad política, como primer paso de la
construcción europea. Fue firmado por Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo, los
seis Estados que constituyeron el núcleo inicial de ésta y de las demás comunidades.
Su objetivo era crear un vasto mercado común del carbón y el acero, donde se aplicara la libre
circulación de estos productos en régimen de competencia, confiando la gestión a una nueva forma de
organización supranacional: la comunidad (Diez Moreno, 2006).
Desde su creación hasta 1965, la CECA se rigió por los siguientes elementos
institucionales:
Una Alta Autoridad, compuesta por personas independientes de los Estados, que
administra el mercado del carbón y del acero, pudiendo adoptar decisiones que se imponen a
los Estados y a las empresas de manera directa.
La Asamblea, formada por delegados de los parlamentos nacionales, que ejercía el control
político de la Alta Autoridad.
El Consejo, formado por representantes de los países miembros, que garantizaba la
coordinación entre éstos y la Alta Autoridad.
las tendencias proteccionistas nacionales encubiertas como obstáculos técnicos, fiscales, etc.
Acta Única Europea AUE propone un plazo para lograr el objetivo: 31 de diciembre de
1992, proponiendo -para abolir los obstáculos nacionales que impedían el ejercicio de las libertades-,
la aprobación de 300 directivas hasta aquella fecha límite (Diez Moreno, 2006).
Para alcanzar este objetivo, el Acta introduce modificaciones en el sistema
organizativo:
A través del procedimiento de cooperación, se exige que el Consejo requiera la unanimidad
para modificar una propuesta de la Comisión formulada por incorporación de las enmiendas
del Parlamento.
Se dota de existencia legal al Consejo Europeo, integrado por los Jefes de Estado y
Gobierno.
Se reducen los ámbitos en los que se exige la unanimidad, a favor de mayorías
cualificadas como sistema de adopción de las decisiones del Consejo. La mayoría cualificada
pasa así a ser el sistema general para las Directivas relacionadas con el establecimiento del
mercado interior, política social, transportes, etc.
Respecto a la Comisión, se autoriza una delegación de competencias de ejecución por parte
del Consejo, haciendo efectivo lo que ya estaba previsto en los tratados.
El Tribunal de Justicia ve aligerada su carga por la creación de un tribunal de primera
instancia para temas de personal, competencia, responsabilidad extracontractual, etc.
Además, se introdujo un capítulo para la cooperación en el ámbito de la política
económica y monetaria, se aumentan las competencias comunitarias en diversos ámbitos
(investigación, medioambiente, políticas de cohesión social) y se sientan las bases para la
construcción paulatina de una política exterior europea.
Sintéticamente:
Principales puntos del Acta
Establecimiento de las condiciones jurídicas para la creación de un mercado único, que se hizo
realidad el 1 de enero de 1993.
Aparece un capítulo dedicado a la cohesión económica y social.
Fortalecimiento del sistema de cooperación política europea, en los campos de investigación, la
tecnología y el medio ambiente
Se menciona por primera vez en un documento de derecho primario la Cooperación Política
Europea en materia de política exterior y de seguridad y defensa.
Mejora de las estructuras de decisión de la Comunidad Europea, con el fortalecimiento de los
derechos del Parlamento Europeo.
Establecimiento del Tribunal de Justicia de Primera Instancia de la Unión Europea para que asista
al Tribunal de Justicia de la Unión Europea en su trabajo.
Expansión de políticas sociales
El AUE expandió sus competencias de política social para incluir la salud y la seguridad en el lugar
de trabajo así como también el diálogo entre la administración de empresas y la mano de obra.
El Tratado de Maastricht (TUE)
El Tratado de la Unión Europea o de Maastricht no responde sólo al principio de continuidad
necesario para definir la siguiente fase del proceso, sino que además se relaciona con dos
acontecimientos de gran trascendencia en la política mundial:
el derrumbe del bloque comunista en 1989, y
la Guerra del Golfo en 1990.
Estos acontecimientos pusieron de manifiesto la debilidad de la CEE en los ámbitos político y de
relaciones internacionales, en cuanto que la misma estuvo ausente de la Guerra como entidad
autónoma, y no fue consciente tampoco de que los países de Europa Central y Oriental, al liberarse del
comunismo, verían inmediatamente en la Comunidad su punto de referencia y llamarían a sus puertas
Diana Espíndola Página 30
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
Esta fue la estructura de la Unión Europea desde la puesta en marcha del Tratado de Maastricht (1993)
hasta el Tratado de Lisboa (2009):
Política exterior y de seguridad Cooperación policial y
Comunidades Europeas
común(PESC) judicial (CPJ)
Comunidad Política exterior: Narcotráfico y tráfico
Europea (CE): de armas
Derechos humanos Terrorismo
Unión Democracia Trata de personas
aduanera y mercado Ayuda exterior Delincuencia
común Política de seguridad: organizada
Política Agrícola Común Cohecho y fraude
Política Pesquera Política Común de Seguridad y
Común Defensa
Derecho de Grupos de combate
competencia de la Objetivo General de Helsinki
Unión Europea
Mantenimiento de la paz
Unión económica y
monetaria
Ciudadanía europea
Educación y Cultura
Redes Transeuropeas
Protección al
consumidor
Asistencia sanitaria
Investigación
Derecho ambiental
Política social
Política de asilo
Tratado de Schengen
Política inmigratoria
Comunidad Europea del
Carbón y del
Acero (CECA,
hasta 2002):
Industria
del carbón y acero
Comunidad Europea de la
Energía
Atómica (EURATOM):
Energía nuclear
Tercer pilar: Método de
Primer pilar: Método de Segundo pilar: Método de cooperación
cooperación
integración a la comunidad intergubernamental
intergubernamental
El Tratado de Ámsterdam.
El Tratado de Ámsterdam representa otro paso más en el proceso de construcción de la UE, que al
igual que el AUE (Acta Única Europea) y el TUE (TRATADO DE LA UNIÓN EUROPEA), implicará
reformas en los tratados constitutivos con el fin de adaptarlos a la evolución de dicha construcción.
Fue firmado el 2 de octubre de 1997, luego de complicadas negociaciones, sobre todo en materia
institucional, entre los Estados miembros, entrando en vigor el 1 de mayo de 1999.
La versión final del Tratado lleva por título “Tratado de Ámsterdam”, por el que se
modifican el Tratado de la Unión Europea, los Tratados Constitutivos de las Comunidades
Europeas y determinados actos conexos”, y consta de 15 artículos, distribuidos en tres partes.
La primera parte (Modificaciones Sustantivas) incluye las reformas del TUE, de los
Tratados Constitutivos y del Acta de elección del Parlamento Europeo (Arts. 1 a 5).
La segunda parte (Simplificación) recoge la simplificación de los Tratados, suprimiendo y
adaptando numerosos preceptos de los mismos (Arts. 6 a 11).
La tercera parte (Disposiciones Generales y Finales) contiene disposiciones sobre la
numeración, su vigencia ilimitada, la ratificación y las lenguas del Tratado (Arts. 12 a 15).
Podemos afirmar que los principios y objetivos de la UE recogidos en el Tratado de Maastricht fueron
reafirmados por el Tratado de Ámsterdam. Respecto a los objetivos, se mantiene inalterado el
Art. 1 de aquél tratado, añadiendo sólo una referencia a la transparencia de las decisiones. Se insiste
además (Art. 2 del TUE) en la necesidad de promover un alto nivel de empleo y un desarrollo
sostenible, subrayándose el carácter progresivo de la política de defensa común y previéndose la nueva
concepción de la UE como “espacio de libertad, seguridad y justicia, en el que esté garantizada la
libre circulación de personas, conjuntamente con medidas adecuadas respecto al control de las
fronteras interiores, la inmigración, el asilo y la prevención y la lucha contra la delincuencia”.
En cuanto a los principios básicos, el artículo 6 del TUE en su nueva versión dispone que la
UE se basa en los principios de libertad, democracia, respeto de los derechos humanos y de las
libertades fundamentales y el Estado de Derecho, estableciendo en el artículo 7 un sistema de
garantía del respeto de tales principios por los Estados miembros, que puede derivar en la suspensión
de ciertos derechos, como el de voto en el Consejo.
En cuanto a la reforma institucional, la revisión de los tratados realizada en Ámsterdam apunta a
garantizar su eficacia de cara a la futura ampliación de la UE (Diez Moreno, 2006). Las
innovaciones más importantes en este sentido, fueron:
Parlamento Europeo: Aumentan los supuestos de aplicación del procedimiento de
codecisión, que se convierte en norma general, y se simplifican los procesos decisorios. El
procedimiento de cooperación sólo se mantiene en el ámbito de la UEM.
Consejo: se aumentan las decisiones a adoptar por mayoría cualificada.
Comisión: se fortalece la posición de su Presidente, al intervenir en su designación el
Parlamento Europeo. Se amplían además las capacidades de iniciativa de la Comisión, al
aumentar las políticas comunitarias o reforzar las existentes.
Tribunal de Justicia: se amplían sus funciones y competencias en materia de derechos
fundamentales, asilo e inmigración, cooperación en asuntos de justicia e interior.
Tribunal de Cuentas: se amplían sus competencias en forma considerable.
Comité de las Regiones: se reforman sus competencias, concediéndole mayor autonomía,
pudiendo ser consultado por el Parlamento Europeo, al igual que el Comité Económico y
Social. Se deroga respecto a ambos cuerpos el protocolo que les fijaba una estructura
organizativa común.
Otras reformas importantes se dieron respecto a los siguientes ámbitos:
1) Cooperación en Asuntos de Justicia e Interior (CAJAI): se diseñan acciones en común para
la cooperación judicial y policial en materia penal, así como para la prevención y lucha contra
el racismo y la xenofobia;
2) Política Exterior y de Seguridad Común (PESC): se adoptan medidas para reforzar su
coherencia global, previéndose la elaboración de estrategias, acciones y posiciones comunes;
3) políticas comunitarias: se refuerzan sobre todo las relativas a empleo, política social, salud
pública, política de los consumidores, política ambiental y servicios de interés económico
general; y
4) flexibilidad o cooperación reforzada, que refiere a la posibilidad de que algunos Estados
miembros cooperen de forma más estrecha en ámbitos y materias específicos, utilizando el
marco institucional de la UE.
El Tratado de Lisboa.
Como se vio en el apartado 2.1, el Tratado de Lisboa -firmado el 13 de diciembre 2007 y en vigor desde
el 1 de diciembre de 2009-, introdujo modificaciones sustanciales tanto al Tratado de Roma
(también llamado de la Comunidad Europea, o TCE), que pasó a llamarse a partir de entonces,
Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea - TFUE); como al Tratado de Maastricht
(también llamado Tratado de la Unión Europea – TUE).
En este último, se incluyeron numerosas disposiciones que, rescatadas de la fracasada
Constitución Europea de 2004, recogían preceptos de un gran simbolismo, con una vocación
netamente constitucional; no obstante, como se vio en el apartado 2.1.1, muchos de ellos se
hundieron con la propia Constitución.
Como resultado, quedó un reconfigurado Tratado de la Unión Europea, el actual, que en su
mismo nombre denota una poderosa voluntad omnicomprensiva de toda la organización "Unión
Europea", acentuada por la nueva denominación del antiguo Tratado CE, renombrado "Tratado
de Funcionamiento de la Unión Europea", con inclinaciones derivativas o secundarias respecto al
TUE.
A continuación, se resumen los aspectos centrales del nuevo tratado, aclarando que las modificaciones
que el mismo introduce al sistema institucional, serán abordadas en detalle en los apartados
subsiguientes (Este resumen ha sido elaborado sobre la base de la información proporcionada por el sitio web oficial de la
Unión Europea. Para más información, ver: http://europa.eu/lisbon_treaty/glance/index_es.htm):
Una Europa más democrática y transparente:
Mayor protagonismo del Parlamento Europeo: el Parlamento Europeo cuenta con nuevas
competencias sobre legislación, presupuesto y firma de acuerdos internacionales. Se refuerza
el procedimiento de codecisión, que coloca al Parlamento Europeo en pie de igualdad con el
Consejo, para la mayor parte de la legislación de la UE.
Mayor participación de los Parlamentos nacionales: los Parlamentos nacionales pueden
participar más en las labores de la UE gracias a un nuevo mecanismo que garantiza que la
Unión sólo actúe cuando resulte más eficaz (subsidiariedad).
Mayor participación de los ciudadanos: gracias a la "iniciativa ciudadana", un grupo de al
menos un millón de ciudadanos de un número significativo de Estados miembros puede pedir
a la Comisión que haga propuestas de legislación.
Retirada de la Unión: el Tratado de Lisboa prevé explícitamente por primera vez la posibilidad
de que un Estado miembro se retire de la Unión.
Una Europa más eficaz
Eficacia en la toma de decisiones: la aprobación por mayoría cualificada en el Consejo se
amplía a otras políticas, con el fin de agilizar las decisiones e incrementar su eficacia. A partir
de 2014 la mayoría cualificada obedecerá al principio de doble mayoría (mayoría de los
Estados miembros y de la población), que refleja la doble legitimidad de la Unión. La doble
mayoría se alcanzará cuando los votos favorables representen, como mínimo, el 55% de los
Estados miembros y el 65% de la población.
Un marco institucional más estable y racionalizado: Se crea el cargo de Presidente del
Consejo Europeo elegido por dos años y medio, se vincula directamente la elección del
Presidente de la Comisión a los resultados de las elecciones europeas, se prevén nuevas
disposiciones relativas a la futura composición del Parlamento Europeo y se introducen
normas más claras sobre las cooperaciones reforzadas y los aspectos financieros.
Mejorar la vida de los europeos: el Tratado de Lisboa mejora la capacidad de la UE para
abordar cuestiones que hoy día son prioritarias para la Unión y sus ciudadanos: justicia,
libertad y seguridad, política energética, salud pública, protección civil, cambio climático,
servicios de interés general, investigación, política espacial, cohesión territorial, política
comercial, ayuda humanitaria, deporte, turismo y cooperación administrativa.
Una Europa de derechos y valores, libertad, solidaridad y seguridad
Valores democráticos: se especifican y consolidan los valores y objetivos sobre los que se basa
la Unión. Dichos valores constituyen un punto de referencia para los ciudadanos europeos y
representan lo que Europa puede ofrecer a sus socios de todo el mundo.
Derechos de los ciudadanos y Carta de los Derechos Fundamentales: el Tratado de Lisboa
conserva los derechos ya existentes e introduce otros nuevos. En particular, garantiza las
libertades y los principios enunciados en la Carta de los Derechos Fundamentales, cuyas
disposiciones pasan a ser jurídicamente vinculantes. La Carta contiene derechos civiles,
Diana Espíndola Página 37
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
CONSEJO EUROPEO
27 Jefes de Estado y Gobierno, Presidente del Consejo
Europeo y Presidente de la Comisión
CONSEJO PARLAMENTO
27 Ministros EUROPEO
(Uno por Estado Miembro) 751 Miembros
COMISIÓN EUROPEA
27 Miembros (hasta 2014)
CORTE DE JUSTICIA DE LA
UNIÓN EUROPEA
TRIBUNAL
BANCO DE CUENTAS BANCO
CENTRAL 27 Miembros EUROPEO DE
EUROPEO (Uno por Estado INVERSIONES
Miembro)
LA COMISIÓN
Integrada por un representante Es la representante de los intereses de
por cada Estado miembro, bajo la la Unión: debe intentar que prevalezcan
dirección de un Presidente asistido estos intereses encontrando fórmulas de
por siete (7) Vicepresidente. compromiso.
Es el motor de la política de la Es un órgano ejecutivo, con carácter
Comunidad: presenta limitado.
propuestas al consejo para las Representa a la Unión Europea ante
normativas comunitarias (derecho las organizaciones internacionales
de iniciativa
Es la guardiana del Derecho Representa a la Unión Europea ante
de la Unión: controla la los tribunales de los Estados miembros y el
aplicación y ejecución del Derecho TJUE
de la Unión Europea por parte de
los Estados miembros
Estructura e integración
Originalmente, se previó que desde el 2014, la Comisión Europea no habría de seguir
integrándose con representantes de cada Estado miembro, sino que se integraría a partir de
entonces, con un número de miembros equivalente a las dos terceras partes del número
de estados miembros (es decir, un total de 18 miembros teniendo en cuenta los 27 Estados partes
que hoy componen la Unión).
Sin embargo, y en uso de la posibilidad de cambiar su composición mediante el voto unánime de
todos sus miembros, la Comisión decidió con posterioridad a la entrada en vigor del Tratado de Lisboa,
continuar con la integración previa de un representante por cada Estado miembro (Ello fue una de las
exigencias presentadas por Irlanda para la realización del segundo referéndum sobre la aceptación del Tratado de Lisboa).
La Comisión actúa bajo la dirección de un Presidente asistido por siete Vicepresidentes, incluyendo
el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, como primer
vicepresidente.
Con el paso del tiempo, se ha reforzado notablemente la posición del Presidente dentro del
Colegio de Comisarios, que ha dejado de ser primus inter pares. En efecto, su posición ha sido tan
destacada que las actividades de la Comisión se encuentran “bajo la orientación política
de su Presidente” (Art. 17 del TUE). De esta forma, el Presidente tiene competencia
directiva. Su destacada posición se manifiesta asimismo en su función directiva en cuestiones
organizativas, su derecho a participar en la selección de los demás miembros de la Comisión y su
Atribuciones
Ante todo, la Comisión es el motor de la política de la Comunidad. En ella se originan todas las
acciones comunitarias, puesto que le corresponde presentar propuestas al Consejo para las
normativas comunitarias (el denominado derecho de iniciativa). Para ello, la Comisión no puede
actuar según su libre albedrío, sino que está obligada a hacerlo si así lo exigen los intereses de la
Comunidad; también el Consejo (artículo 241 del TFUE), el Parlamento Europeo (artículo 225 del
TFUE) y un grupo de ciudadanos de la Unión mediante una “iniciativa ciudadana” (apartado 4 del
artículo 11 del TUE) tienen la posibilidad de instar a la Comisión a que elabore una propuesta. A
partir del Tratado de Lisboa, en los casos específicos previstos por los tratados, ciertos actos
legislativos también pueden ser adoptados a partir de iniciativas de un grupo de Estados miembros o
del Parlamento Europeo, o a partir de una recomendación del Banco Central Europeo o a
requerimiento de la Corte de Justicia o el Banco Europeo de Inversiones.
Por último, la Comisión también es un órgano ejecutivo, si bien con carácter limitado. Ello se
refleja especialmente en el ámbito de la legislación sobre competencia, en el que la Comisión
desempeña las actividades de una autoridad administrativa ordinaria. Comprueba los hechos, dicta
autorizaciones o prohibiciones y, en su caso, adopta sanciones. En el ámbito de los Fondos
Estructurales y de la ejecución del presupuesto, las competencias administrativas de la Comisión
tienen un alcance similar.
El actual “Consejo” refiere al anterior Consejo de Ministros, y debe ser distinguido de otro
de los órganos del sistema institucional de la Unión, denominado “Consejo Europeo”.
Visión general
Función: Definir la orientación y las prioridades políticas generales de la Unión Europea
Miembros: Jefes de Estado o de Gobierno de los países de la UE, presidente de la Comisión Europea y alto
representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad
Presidente: Donald Tusk
Fecha de creación: 1974 (foro informal), 1992 (estatus oficial) y 2009 (institución oficial de la UE)
Sede: Bruselas (Bélgica)
Sitio web: Consejo Europeo
El Consejo Europeo define las orientaciones y prioridades políticas generales de la UE. No es una de las
instituciones legislativas de la UE, y por lo tanto no negocia ni adopta legislación. Lo que hace es establecer el
programa político de la UE, normalmente adoptando en sus reuniones Conclusiones en las que delimita las
cuestiones de interés y las actuaciones pertinentes.
Miembros del Consejo Europeo
Los miembros del Consejo Europeo son los jefes de Estado o de Gobierno de los 28 Estados miembros de la UE,
el presidente del Consejo Europeo y el presidente de la Comisión Europea.
El Consejo Europeo define las orientaciones y prioridades políticas generales de la UE.
Diana Espíndola Página 42
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
Cuando se tratan cuestiones de asuntos exteriores, en las reuniones del Consejo Europeo también participa la alta
representante de la Unión para asistir a las reuniones a otras personas, como el presidente del Banco Central
Europeo.
Proceso de toma de decisiones
En la mayoría de los casos, el Consejo Europeo adopta sus decisiones por consenso. No obstante, en algunos casos
concretos que están previstos en los Tratados de la UE, decide por unanimidad o por mayoría cualificada.
En las votaciones no participan ni el presidente del Consejo Europeo ni el presidente de la Comisión.
Historia del Consejo Europeo
El Consejo Europeo se creó en 1974 como foro informal de debate entre los jefes de Estado o de Gobierno de los
Estados miembros de la UE. Pronto fue adquiriendo la función de órgano encargado de establecer los objetivos y las
prioridades de la UE.
En virtud del Tratado de Maastricht de 1992, el Consejo Europeo adquirió oficialmente una personalidad y un
cometido: imprimir impulso a la UE y definir sus orientaciones políticas generales.
En 2009, con los cambios introducidos por el Tratado de Lisboa, el Consejo Europeo pasó a ser una de las siete
instituciones de la UE.
¿Cómo funciona el Consejo Europeo?
Normalmente se reúne cuatro veces al año, pero su presidente puede convocar reuniones adicionales para tratar
asuntos urgentes.
En general, las decisiones se toman por consenso, pero en algunos casos es necesaria la unanimidad o la mayoría
cualificada. Solo pueden votar los jefes de Estado o de Gobierno.
El Consejo Europeo está compuesto por los Jefes de Estado o de Gobierno de los Estados
miembros, así como el Presidente de la Comisión Europea, y se reúne al menos dos veces al
año. Cuando la naturaleza de la cuestión lo requiera, pueden solicitar ser asistidos por un ministro, o
bien, si se trata del presidente de la Comisión, por un miembro de ésta (apartado 3 del artículo 15 del
TUE).
El Tratado de Lisboa creó el cargo de Presidente del Consejo Europeo. Éste, a diferencia
de lo que ocurría hasta la entrada en vigencia de este tratado, tiene un mandato europeo (por
oposición a un mandato nacional), con una duración de dos años y medio sobre una base de
dedicación exclusiva. El candidato a dicho cargo debe ser una persona de méritos
sobresalientes, elegido por una mayoría calificada de miembros del Consejo Europeo. Es
posible ser reelecto en el cargo una vez. Las atribuciones del presidente comprenden la
preparación y seguimiento de las reuniones del Consejo Europeo y la representación de la Unión en
las conferencias internacionales relativas al área de política exterior y de seguridad.
La función propia del Consejo Europeo consiste en fijar las directrices políticas para la actuación de la
Unión. La realización de sus funciones se traduce en la toma de decisiones políticas de principio o en
la formulación de directrices y mandatos para los trabajos del Consejo o de la Comisión Europea.
El Consejo Europeo ha dado estos impulsos, por ejemplo, para la unión económica y monetaria, el
sistema monetario europeo, la elección por sufragio directo del Parlamento Europeo, para las
actividades en materia de política social y en cuestiones relativas a la adhesión.
Existen además otras ocho composiciones del Consejo, que se integra por diferentes
ministros según el área a la que correspondan, a saber:
2) Asuntos económicos y financieros;
La Presidencia del Consejo (con la excepción del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores,
que es presidido por el Alto Representante de la Unión para Asuntos Externos y Política de
Seguridad) la desempeñan sucesivamente los Estados miembros durante seis meses y el
orden lo decide el Consejo por unanimidad. Se aplica el principio de que la Presidencia debe ser
ejercida de forma alternada por un Estado miembro grande y uno pequeño. El cambio de Presidencia
tiene lugar el 1 de enero y el 1 de julio de cada año.
En vista del cambio relativamente frecuente en la Presidencia, y para garantizar un mínimo de
continuidad, se creó la denominada «troika», formada por los países de la Presidencia anterior, de
la Presidencia en funciones y de la Presidencia siguiente; de allí que cada programa de trabajo tenga
una validez de 18 meses.
Incumbe a la Presidencia del Consejo organizar las labores en el Consejo y en las comisiones
que trabajan para éste. Además, la Presidencia del Consejo reviste importancia política en la medida
en que el Estado miembro que ejerce la Presidencia del Consejo de la UE adquiere prestigio ante la
opinión pública mundial y sobre todo porque incluso los pequeños Estados miembros tienen la
oportunidad de adquirir peso político en este papel frente a los «grandes» y de significarse en la
política europea. El Consejo tiene su sede en Bruselas.
La principal atribución del Consejo es legislativa, la cual desempeña de manera conjunta con el
Parlamento.
El Consejo es además responsable de:
Asegurar la coordinación de las políticas económicas de los Estados miembros. Dicha
coordinación puede tener lugar tanto en forma de decisiones no vinculantes, como en forma de
decisiones vinculantes.
Elaborar el presupuesto de la Unión, sobre la base de un anteproyecto de la Comisión, el cual
luego debe ser aprobado por el Parlamento.
Recomendar la aprobación de la gestión de la Comisión con respecto a la ejecución del
proyecto de presupuesto.
Designar a los miembros del Tribunal de Cuentas, del Comité Económico y Social y del Comité
de las Regiones.
Celebrar acuerdos entre la UE por una parte y terceros países u organizaciones internacionales
por otra.
1. Preparación de las sesiones del Consejo: Corre a cargo de dos instituciones permanentes
integradas en la estructura organizativa del Consejo: el Comité de Representantes Permanentes de
los Gobiernos de los Estados miembros (Coreper) y la Secretaría General. El Coreper, tiene la
misión de preparar el contenido de los trabajos del Consejo y realizar las tareas que éste le confíe;
la Secretaría General por su parte, desempeña las tareas administrativas necesarias para el
funcionamiento del Consejo (e igualmente del Coreper). En particular se ocupa de la preparación
técnica de las sesiones, organiza el servicio de interpretación y de traducción y el Servicio Jurídico
del Consejo y de los Comités, y asimismo administra el presupuesto del Consejo.
2. Deliberaciones del Consejo: El Consejo es convocado por su Presidente (el representante del
Estado miembro que ocupa la Presidencia del Consejo) por propia iniciativa, a petición de uno de
sus miembros o de la Comisión Europea. Aunque en el Consejo se exponen sobre todo los intereses
de los Estados miembros, los miembros del Consejo están obligados a atender al mismo tiempo a
los objetivos y necesidades de la UE en su conjunto. El Consejo es un órgano de la Unión y no
una Conferencia Intergubernamental. Por ello, en las deliberaciones del Consejo no debe buscarse
el mínimo común denominador entre los Estados miembros, sino un equilibrio óptimo entre los
intereses de la Unión y los de los distintos Estados miembros.
3. Adopción de decisiones: De acuerdo con los tratados de la Unión, se aplica el principio de la
mayoría para las decisiones del Consejo, siendo la mayoría cualificada la regla general (Art. 16
apartado 3 del TUE). La mayoría simple, donde cada miembro del Consejo tiene un voto, se aplica
sólo en casos individuales, en áreas poco significativas. Los métodos para calcular la mayoría
cualificada cambiarán en varias etapas. Así hasta 2014, se utilizará el sistema de ponderación
introducido por el Tratado de Niza, que le da a los Estados miembros más grandes una mayor
influencia. Bajo este sistema, se alcanza una mayoría cualificada cuando existe una mayoría de
Estados miembros que reúna al menos 255 votos de un total de 345.
Desde el 1 de Enero de 2007, el número de votos de cada Estado miembro en el Consejo ha sido
estipulado como se muestra en el siguiente cuadro:
Holanda 13
Estonia 4
Bélgica 12
Chipre 4
República Checa 12
Letonia 4
Grecia 12
Luxemburgo 4
Hungría 12
Eslovenia 4
Portugal 12
Malta 3
Bulgaria 10
TOTAL 345
La importancia de la votación por mayoría no reside tanto en que con ella se puede evitar que
los Estados pequeños bloqueen decisiones importantes, ya que, en determinadas circunstancias,
dichos Estados miembros pueden ser objeto de presiones políticas que les obliguen a dar su
aprobación. El principio de la mayoría permite más bien alcanzar un acuerdo a pesar de la
oposición de algún Estado miembro grande, capaz de resistir las presiones políticas (El
Acuerdo de Luxemburgo concede a un Estado miembro un «derecho de veto» sobre una medida comunitaria en caso de que
perjudique intereses estatales muy importantes. Mediante este procedimiento, se resolvió una crisis en el año 1965, cuando
Francia consideró que la financiación de la política agrícola común no tenía en cuenta importantes intereses de su país y
bloqueó durante más de seis meses la toma de decisiones en el Consejo con una política de «silla vacía).
En cuanto a las decisiones en ámbitos políticos más delicados, los Tratados prevén la
unanimidad. Para ello es necesario que todos los miembros del Consejo estén presentes o
representados por otro miembro. Sin embargo, las abstenciones no evitan la adopción de una
decisión. La unanimidad se aplica, por ejemplo, al ámbito fiscal, al de la libertad de circulación de
los trabajadores o a la definición de los principios y lineamientos de la política exterior y de seguridad
común.
El Consejo Europeo El Consejo de la UE
Visión general
Función: Definir la orientación y las
prioridades políticas generales de la Unión
Europea
Miembros: Jefes de Estado o de Gobierno de
los países de la UE, presidente de la Comisión
Europea y alto representante para Asuntos
Exteriores y Política de Seguridad
Presidente: Donald Tusk
Fecha de creación: 1974 (foro informal), 1992
(estatus oficial) y 2009 (institución oficial de la
UE)
Sede: Bruselas (Bélgica)
Sitio web: Consejo Europeo
así como por su presidente y el presidente de la Estados miembros. En él se reúnen los ministros de
Comisión Europea. Se encarga de determinar la todos los Estados miembros para adoptar legislación y
dirección y las prioridades políticas generales. coordinar políticas.
5. Adopta el presupuesto de la UE
El Consejo adopta el presupuesto de la UE junto con el
Parlamento.
El período presupuestario cubre un año calendario. Por
lo general, se adopta en diciembre y comienza a
funcionar el 1 de enero del año siguiente.
Configuraciones del Consejo
El Consejo de la UE es una entidad legal única,
pero se reúne en 10 diferentes 'configuraciones' , según
el tema que se discuta.
Sesiones públicas
El Consejo se reúne en una sesión pública cuando
discute o vota sobre una propuesta de acto legislativo.
En estos casos, la agenda de la reunión incluye una
parte de "deliberación legislativa”. La primera
deliberación sobre importantes propuestas no
legislativas también es pública.
Sistema de votación
El método de votación estándar del Consejo es la
mayoría cualificada, que se utiliza para
aproximadamente el 80% de la legislación de la UE.
del TEU, pero sólo para el período 2009/2014, en cuanto que los miembros elegidos en Junio de
2009 (antes de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa) no pueden perder las bancas ya obtenidas.
Como regla general, el número mínimo de bancas que puede poseer un Estado es seis -6-, y
el máximo, 96 –noventa y seis -
El Presidente, los Vicepresidentes y los cuestores forman la Mesa el PE, que es elegida por el
Parlamento para un período de 30 meses; a la Mesa ampliada pertenecen, además, los
Presidentes de los Grupos Políticos. Esta mesa se ocupa de las cuestiones relativas a la
organización interna del PE, de las relaciones interinstitucionales y de las relaciones con las
instituciones extra-Unión.
El siguiente cuadro resume la composición actual del Parlamento Europeo, para el
período 2009-2014:
Fuente: ABC of the European Union Law, 2010
Hasta 1979, estos representantes eran miembros de los Parlamentos nacionales, en cuyo seno eran
designados para acudir al PE. La elección por sufragio universal directo de los diputados del
PE por los ciudadanos de los Estados miembros sólo se hizo realidad, después de numerosas
iniciativas estériles, en junio de 1979. Conforme a la duración de una «legislatura», las
elecciones directas se celebran desde entonces cada cinco años.
Atribuciones
El Tribunal de Cuentas tiene la misión de comprobar la legalidad y regularidad de los ingresos y gastos
de la Unión y garantizar una buena gestión en la ejecución del presupuesto.
A diferencia de algunos tribunales de cuentas nacionales de los Estados miembros, el Tribunal de
Cuentas Europeo no dispone de competencias judiciales para imponer coercitivamente sus
competencias de control o para sancionar las infracciones observadas en el ejercicio de sus funciones.
Sin embargo, es autónomo a la hora de elegir el objeto y el método de control respecto a las cuestiones
que examina.
Por ejemplo, puede examinar si el uso por parte de un beneficiario privado de una subvención
procedente de fondos comunitarios se ha realizado conforme al derecho comunitario.
La auténtica arma del Tribunal de Cuentas Europeo es la presión de la opinión pública. Al término de
cada ejercicio, el Tribunal elabora un informe con los resultados de sus actividades de control, que se
Diana Espíndola Página 53
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
publica en el Diario Oficial de la Unión Europea y al que, de esta forma, tiene acceso la opinión pública
europea. Además, puede pronunciarse, mediante informes especiales, sobre determinados asuntos,
informes que igualmente se publican en el Diario Oficial.
El Tribunal de Justicia
Un ordenamiento sólo puede perdurar si sus normas están sometidas a la vigilancia de una autoridad
independiente. A ello hay que agregar que, en una Unión de Estados, si las normas comunes se
sometieran al control de los tribunales nacionales se correría el riesgo de verlas interpretadas y
aplicadas de manera muy distinta según los países.
De esta forma se pondría en peligro la aplicación uniforme del Derecho de la Unión en todos los
Estados miembros.
Fueron estas razones las que condujeron a la creación, ya desde la fundación de la CECA, del Tribunal
de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE), hoy denominado Tribunal de Justicia de la Unión
Europea (TJ).
En sus actividades, el TJ es asistido por ocho Abogados Generales, cuya designación es similar a la de
los Jueces y que gozan de independencia judicial. De los ocho Abogados Generales, cuatro
provienen siempre de los Estados miembros grandes (Alemania, Francia, Italia y Reino Unido)
y los otros cuatro alternativamente de los 23 Estados miembros restantes.
La institución del Abogado General fue introducida en el TJ a fin de compensar la unicidad
original de la jurisdicción y la falta de instancias de recurso derivada de ésta.
La misión de los Abogados Generales consiste en presentar al TJ, con las denominadas
«conclusiones», una propuesta de resolución —no vinculante— derivada de un dictamen jurídico
elaborado con plena independencia e imparcialidad sobre las cuestiones jurídicas planteadas en el
procedimiento. Las conclusiones motivadas son parte integrante de la vista oral y se publican, junto
con la sentencia, en la Recopilación de jurisprudencia. Los Abogados Generales sólo pueden influir en
la sentencia mediante el poder de convicción de sus conclusiones motivadas, pues no participan en las
deliberaciones de la sentencia ni en las votaciones.
Para los puestos de Juez y Abogado General deben elegirse personas que ofrezcan absolutas
garantías de independencia y reúnan las condiciones requeridas para el ejercicio, en sus respectivos
países, de las más altas funciones jurisdiccionales o que sean juristas de reconocida competencia
(artículo 253 del TFUE). Por ello cabe designar para el puesto de Jueces y Abogados Generales del
TJCE a jueces, altos funcionarios, políticos, abogados o profesores universitarios de los distintos
Estados miembros. En todos los Estados miembros, la elección de la persona y el procedimiento de
designación de los Jueces y Abogados Generales son competencia exclusiva del poder ejecutivo.
Atribuciones
El TJ ostenta el poder judicial supremo y exclusivo para la resolución de todas las cuestiones relativas al
Derecho de la Unión.
Su misión general se describe así: «El Tribunal de Justicia garantizará el respeto del Derecho en la
interpretación y aplicación de los Tratados» (artículo 19 del TFUE).
Esta descripción general de su misión comprende los siguientes ámbitos fundamentales:
control de la aplicación del Derecho de la Unión, tanto por las instituciones de la UE al ejecutar
las disposiciones de los Tratados, como por los Estados miembros y los particulares por lo que
se refiere al cumplimiento de sus obligaciones derivadas del Derecho de la Unión;
interpretación del Derecho de la Unión; y
desarrollo del Derecho de la Unión.
El TJ desempeña esta misión en el marco de una función tanto consultiva como judicial.
Desempeña funciones consultivas al elaborar dictámenes vinculantes sobre los convenios
que la Unión desea celebrar con terceros países u organizaciones internacionales.
Sin embargo, su función jurisdiccional tiene un peso muy superior. En el marco de
dicha función, el Tribunal lleva a cabo tareas que se reparten entre diversos ámbitos
jurisdiccionales en el ordenamiento jurídico de los Estados miembros: así,
el TJ, en calidad de tribunal constitucional, dirime los litigios entre las instituciones de
la Unión y controla la legalidad de la legislación de la Unión;
como tribunal administrativo, controla los actos administrativos adoptados por la
Comisión o, de forma indirecta, por las autoridades de los Estados miembros (sobre la
base del Derecho de la Unión);
en calidad de tribunal de trabajo y de lo social, conoce de los asuntos que
afectan a la libre circulación y a la seguridad social de los trabajadores, así como a la
igualdad de trato de hombres y mujeres en la vida laboral;
como tribunal de hacienda, resuelve cuestiones relativas a la validez e interpretación
de las disposiciones de las directivas en materia fiscal y aduanera;
en calidad de tribunal penal, se ocupa del control de las multas impuestas por la
Comisión; y
como tribunal civil, de los litigios relativos a las demandas de daños y perjuicios, y
de la interpretación de las provisiones sobre el reconocimiento y la ejecución de las
decisiones judiciales en materia civil y mercantil, entre otras cuestiones.
EL TRIBUNAL GENERAL
Al igual que todos los tribunales, el Tribunal de Justicia está sobrecargado de trabajo. El número de
casos ha aumentado de manera constante y seguirá creciendo, dado el potencial de controversias
generado por el gran número de directivas adoptadas en el contexto del mercado único y la adaptación
del Derecho nacional de los Estados miembros. Por eso, en 1988, se creó un Tribunal General para
aliviar la presión del TJ.
El Tribunal General no es una nueva institución de la Unión, sino más bien un componente de la
Corte de Justicia. Sin embargo, es un organismo autónomo, separado de ésta en términos de
organización; tiene su propio registro y normas de procedimiento.
El Tribunal General se compone de 27 miembros cuyas calificaciones, nombramiento y condición
jurídica están sujetos a los mismos requisitos y condiciones que los de los jueces en el Tribunal de
Justicia.
Resuelve los casos sometidos a su consideración en salas integradas por cinco o tres jueces, y en
algunos casos, por un solo juez.
También puede sesionar en Gran Sala (trece jueces) o como plenario (27 magistrados), si ello
es necesario por la complejidad jurídica o la importancia de un caso. Más del 80% de los casos
presentados ante el Tribunal General son juzgados por una Sala de tres jueces.
Aunque el Tribunal General fue inicialmente responsable de sólo un número limitado de casos, ahora
tiene las siguientes tareas:
En primera instancia, es decir, sujetas a la supervisión jurídica del Tribunal de Justicia, tiene
competencia para pronunciarse sobre los recursos de anulación y acciones por inacción
interpuestas por personas físicas y jurídicas en contra de un órgano de la Unión, o respecto de
cláusulas compromisorias contenida en contratos celebrados por la Unión Europea o en su
nombre, o sobre las acciones por daños y perjuicios interpuestas contra la UE.
El Tribunal General actúa como un tribunal de apelación para los casos de recursos contra las
resoluciones dictadas por los tribunales especializados.
TRIBUNALES ESPECIALIZADOS
En el año 2004, para aliviar la carga sobre el Tribunal de Justicia y mejorar la protección legal en la
UE, el Consejo de la UE agregó a la Corte General una jurisdicción especializada para los
casos relativos a la administración pública. Este tribunal especializado se ha hecho cargo de
la jurisdicción de la Corte General en primera instancia, en los conflictos con la
administración pública europea.
Se compone de siete jueces, que gozan de un estatus similar a los miembros de la Corte General
y que son nombrados por un período de seis años.
El tribunal especializado por lo general se conforma como un panel de tres jueces, pero puede
tomar decisiones con otras composiciones. Las decisiones del tribunal especializado están sujetas a
apelación ante el Tribunal General sobre cuestiones de Derecho.
A su vez, el primer abogado general puede proponer una revisión de la decisión del Tribunal
General, si la entidad jurídica o la uniformidad de la jurisprudencia son puestas en riesgo.
27 jueces
8 Abogados Generales
Composición Elegidos por acuerdo de los gobiernos de los
Estados miembros por un término de 6 años
Procedimientos
Casos derivados por las cortes nacionales para ser
resueltas de modo prejudicial para aclarar la
interpretación y validez de la Ley de la Unión Art. 267
UFTE
Procedimientos
Acciones de daños y perjuicios derivadas de
responsabilidad contractual o extracontractual -
art 268 y 340 (a) y (2) TFUE
Bibliografía Lectura 2
Ekmekdjian, M. A. (1996). Introducción al Derecho Comunitario Latinoamericano (2ª Ed.). Buenos
Aires: Depalma.
Freeland López Lecube, A. (1996). Manual de Derecho Comunitario (1ª Ed.). Buenos Aires: Ábaco.
Versiones consolidadas del Tratado de la Unión Europea y El Tratado de Funcionamiento de la Unión
Europea de acuerdo con las modificaciones del Tratado de Lisboa (2007)
Bibliografía ampliatoria
Borchardt, K. (2002). El ABC del Derecho comunitario. Luxemburgo: Oficina de Publicaciones Oficiales
de las Comunidades Europeas.
Borchardt, K. (2010). The ABC of European Union Law. Luxemburgo: Oficina de Publicaciones Oficiales
de la Unión Europea.
Díez Moreno, F. (2006). Manual de derecho de la Unión Europea. Navarra: Thomson Civitas.
Módulo 3
Lectura 3
UNIDAD 3: LA INTEGRACIÓN
LATINOAMERICANA. EL MERCOSUR
En esta lectura, que refiere a la Unidad 3 del Programa, nos enfocaremos en el estudio de los sistemas
regionales de integración latinoamericanos. Para ello, se identificarán en primer lugar las
características de los procesos de integración más importantes a nivel regional (ALALC y ALADI
fundamentalmente), a la vez que se analizarán los distintos modelos de integración subregional
conformados por los demás países del área: el Mercado Común Centroamericano, la
Comunidad Andina de Naciones y la Alternativa Bolivariana de las Américas. También se
presentarán los lineamientos principales de la denominada “Unión Sudamericana de Naciones”
(Unasur), que -constituida por todos los Estados sudamericanos- ya ha comenzado a dar sus
primeros pasos significativos en la faz política.
Los contenidos restantes de la Unidad se refirieren al estudio del proceso de integración del
Mercosur, comenzando con un breve repaso de sus antecedentes históricos y normativos, seguido
de un análisis de los diferentes tratados mediante los cuales se han ido profundizando la
tratado de creación de la ALAC, ya que por entonces no existía tal cláusula de habilitación. En razón
de esta cláusula, los países en desarrollo de la ALADI pueden otorgarse recíprocamente tratamientos
preferenciales, sin estar obligados a extenderlos automáticamente a las demás partes contratantes del
GATT, lo que otorga una mayor flexibilidad operativa (Arnaud, 1999).
El objetivo de la nueva asociación a largo plazo, era el establecimiento de un mercado común
latinoamericano a través de la promoción del comercio recíproco, la complementación económica y el
desarrollo de acciones de cooperación tendientes a la ampliación de los mercados.
Se preveía la promoción del comercio mediante acuerdos comerciales de alcance parcial o regional,
la vinculación con países o áreas de integración económica de otras partes del mundo, y el
establecimiento de regímenes de asociación que propiciaran la convergencia con otros países y áreas
de integración de Latinoamérica (Arts. 4 a 7). Estas acciones quedaban enmarcadas en los principios
del pluralismo, la convergencia, la flexibilidad, los tratamientos diferenciales y la multiplicidad.
Uno de los objetivos que se perseguía con el cambio de orientación de la organización, era convertirla
en una institución más abierta, en la medida en que, además de posibilitar la adhesión al Tratado que
la instituye, prevé la participación de países no miembros en acciones parciales con los países
miembros, así como la participación de la Asociación como institución en los movimientos de
cooperación horizontal entre países en vías de desarrollo. Además de los PMDER (países con menor
grado de desarrollo relativo), se estableció un trato diferencial para países de desarrollo intermedio, y
se preveía la cooperación económica entre los Estados.
En definitiva, la nueva etapa a la que ingresó el proceso de integración con la ALADI se caracterizó
por asimilar en un esquema pragmático la heterogeneidad de la región y canalizar
institucionalmente la vocación integracionista de sus países miembros, dentro de un marco flexible
que, sin compromisos cuantitativos preestablecidos, contenía todos los elementos para que el
esquema pueda evolucionar hacia etapas superiores de integración económica y alcanzar, en
último término, el objetivo del mercado común latinoamericano (Black, 2011).
En cuanto a la organización institucional de la Asociación, la ALADI comprende órganos
políticos y órganos técnicos (Arts. 28 a 43).
ALADI - Los órganos políticos son:
1) El Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, que tiene a su cargo la
conducción política;
2) La Conferencia de Evaluación y Convergencia, formada por plenipotenciarios de
los Estados miembros, que formula recomendaciones al Consejo; y
3) El Comité de Representantes, órgano permanente que promueve acuerdos,
convoca al Consejo y a la Conferencia, representa internacionalmente a la ALADI, etc.
El órgano técnico es la Secretaría General, que formula propuestas a los órganos
políticos y realiza diversas gestiones (Arnaud, 1999).
Pese a los esfuerzos realizados, tampoco la ALADI tuvo el éxito que se esperaba de ella. Los
compromisos adquiridos por los países andinos, la creación de Mercosur, las negociaciones en la OMC
y la propuesta del ALCA (Asociación de Libre Comercio de las Américas), fueron distrayendo los
esfuerzos de los países miembros.
Como señala Black, aunque la Asociación mantiene vivos los ideales de la integración, pasó a ser más
que nada “la gran notaría de la integración económica latinoamericana ya que según las normas de
la Asociación, todo acuerdo de naturaleza económica o comercial suscrito entre algunas de las
Partes o de éstas con países fuera de la región, deben ser registrados en la ALADI para asegurar su
validez” (2010, p. 118).
Desde hace ya varios años, el objetivo principal de la ALADI, que con el ingreso de Panamá en
abril de 2009 ya cuenta con 13 miembros y está en proceso la solicitud de incorporación de
2) Infraestructura y Planeamiento;
3) Desarrollo Social; y
4) Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología e Innovación de la UNASUR, los cuales contribuirán a
un avance sustantivo en materia de integración y cooperación (Rivera, 2010).
Por lo que respecta al carácter y objetivos de la UNASUR, se la define (Presidentes de América del
Sur, 2008) “como una organización dotada de personalidad jurídica internacional”, asignándole un
objetivo general y objetivos específicos:
Como objetivo general se define el de “construir, de manera participativa y consensuada,
un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus pueblos,
otorgando prioridad al diálogo político, las políticas sociales, la educación, la energía, la
infraestructura, el financiamiento y el medio ambiente, entre otros, con miras a eliminar la
desigualdad socioeconómica, lograr la inclusión social y la participación ciudadana, fortalecer
la democracia y reducir las asimetrías en el marco del fortalecimiento de la soberanía e
independencia de los Estados.”
Los objetivos específicos, están referidos a:
a. el diálogo político;
b. el desarrollo social y humano;
c. la erradicación del analfabetismo y el acceso universal a una educación de calidad;
d. la integración energética;
e. el desarrollo de una infraestructura para la interconexión de la región;
f. la integración financiera;
g. la protección de la biodiversidad, los recursos hídricos y los ecosistemas;
h. el desarrollo de mecanismos para la superación de las asimetrías;
i. la consolidación de una identidad sudamericana;
j. el acceso universal a la seguridad social y a los servicios de salud;
k. la cooperación en materia de migración;
l. la cooperación económica y comercial;
m. la integración industrial y productiva;
n. la aplicación de políticas y proyectos tecnológicos comunes o complementarios;
o. la promoción de la diversidad cultural y de la memoria, conocimientos y saberes de los
pueblos de la región;
p. la participación ciudadana;
q. la coordinación entre organismos especializados de los Estados Miembros para la lucha
contra el terrorismo, la corrupción, las drogas, la trata de personas y otras amenazas;
r. la promoción de la cooperación entre las autoridades judiciales;
s. el intercambio de información y de experiencias en defensa;
t. la cooperación para fortalecer la seguridad ciudadana; y
u. la cooperación sectorial.
Como señala Black (2010), es un proyecto político y un programa descentralizado de desarrollo de
gran envergadura, en el cual convergen todos los esfuerzos realizados en el ámbito de la ALADI
para constituir el Espacio de Libre Comercio de América Latina, así como los acuerdos de libre
comercio suscritos entre los países de la CAN y el Mercosur.
En ellos se definen los ámbitos principales de la cooperación:
la integración comercial (de bienes y de servicios) y la libre circulación de personas y
capitales;
la infraestructura y el desarrollo; l
a cooperación en los sectores financiero, social y político; y
los asuntos jurídicos e institucionales.
Una de las primeras medidas que adoptaron los presidentes fue la de crear un grupo de
trabajo para definir un Consejo Sudamericano de Defensa. La propuesta tiene por objetivo crear
un mecanismo de integración que permita discutir las realidades y necesidades de defensa de los
países, reducir los conflictos y desconfianza y sentar las bases para la futura formulación de una
política común en esta área.
Como resultado de esta propuesta, en 2009 se aprueba en Santiago de Chile el estatuto que crea
el Consejo de Defensa Latinoamericano y el Plan de Acción 2009-2010 a los fines de desarrollar
cuatro ejes:
1) Políticas de defensa;
2) Cooperación militar, acciones humanitarias y operaciones paz;
3) Industria y tecnología de defensa; y
4) Formación y capacitación.
En mayo de 2010 se celebró en Los Cardales, Argentina, una reunión extraordinaria del
Consejo de jefes y jefas de Estado de UNASUR. Interesa destacar algunas consideraciones que
muestran el perfil que se va bosquejando para la institución, que es ambicioso en su contenido, su
alcance y en la demanda participativa que los propios países se han formulado (Bermúdez, 2010):
Se solicita al Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores que elabore recomendaciones
sobre el fortalecimiento de la arquitectura institucional de la UNASUR, identificando maneras de
incrementar la eficacia de los Consejos existentes, promoviendo la gradual convergencia con los
mecanismos subregionales de integración e identificando temas prioritarios para la integración
suramericana.
Se adhiere al principio de solución pacífica de controversias. Se reconocen avances logrados en el
desarrollo de medidas de fomento de la confianza y de la seguridad con miras al fortalecimiento de
Suramérica como Zona de Paz, y se propone la elaboración de un Protocolo de Paz, Seguridad y
Cooperación.
En materia social, se constata la aprobación el Plan de Acción Bianual 2009-2011, por del
Consejo Suramericano de Desarrollo Social, y se promueve la ratificación del Convenio
Iberoamericano de Seguridad Social. Se reconocen además otros avances en materia de educación y
salud.
Se dispone la elaboración inmediata de un Plan de Acción sobre el Problema Mundial de Drogas,
luego de la aprobación del Estatuto respectivo por parte del Consejo.
Se destacan las labores del Grupo de Trabajo sobre Integración Financiera, que constituirá la base
temática para el futuro Consejo Suramericano de Economía y Finanzas, y se discute la posible
creación de un Mecanismo de Solución de Controversias en materia de Inversiones.
La designación reciente de un Secretario General adquiere relevancia por la enorme sobrecarga
que se ha auto impuesto UNASUR. Parece de toda evidencia que como primer paso, todos estos
esfuerzos deben pasar a formar parte de un Programa de Trabajo que integre racionalmente todas
estas iniciativas con metas, procedimientos y presupuesto claramente dimensionado. La visión
externa es que se necesita el diseño de un gran aporte técnico, logístico y presupuestario de la
Secretaría como elemento impulsor de diversas iniciativas, para impulsar una adecuada
participación de los países.
Otro aspecto vital es consolidar el apoyo político de los países. Faltan algunos países para que el
Tratado entre en vigencia, tema que suele demorar más de la cuenta, sobretodo en este caso donde
existen visiones políticas muy sesgadas que pueden dificultar la consolidación institucional requerida
(Bermúdez, 2010).
través de:
la armonización de políticas económicas y sociales y la aproximación de las legislaciones
nacionales en las materias pertinentes;
la liberación comercial;
la programación conjunta del proceso de industrialización subregional;
el establecimiento de un Arancel Externo Común;
el desarrollo del sector agropecuario;
la atracción de inversión extranjera directa;
la integración física y
tratamientos preferenciales a Bolivia y Ecuador.
El Programa de Liberación Comercial tenía por objeto eliminar los gravámenes y las
restricciones de cualquier orden que inciden sobre la importación de productos originarios de
cualquier país miembro. Este programa debía ser automático e irrevocable, comprendería la totalidad
de los productos y debería de estar completo para el 31 de diciembre de 1983.
Por otra parte, el Arancel Externo Común (AEC) debía de establecerse para la misma fecha. Con el
AEC se buscaba lograr una protección adecuada para la producción subregional y estimular la
eficiencia de la misma. La Comisión del Acuerdo, a propuesta de la Junta podía modificar los niveles
arancelarios comunes en la medida y en la oportunidad que se considerara conveniente para
adecuarlos a las necesidades de la subregión. Se concedieron facilidades especiales a Bolivia y
Ecuador.
En el marco del Acuerdo de Cartagena se fue conformando un sistema de instituciones
comunitarias con verdaderas atribuciones y poder para influir en el proceso de integración que se
esperaba abarcase todos los demás ámbitos de la vida de los Estados y no solamente lo económico y
comercial. Para ello, se creó la Comisión, integrada por representantes de los gobiernos y la Junta, que
era el órgano técnico-ejecutivo con facultades de iniciativa.
retirarse del mismo en 1976. Luego de este hecho, el citado Régimen fue modificado y flexibilizado de
tal manera que hoy prácticamente no existe (Black, 2010).
Hacia fines de los años setenta comienza un largo período de declinación que se inició
con la salida de Chile del Grupo, cuyo impacto político y psicológico fue contundente. Asimismo,
la falta de voluntad política de los Estados miembros para cumplir con las normativas andinas y los
cambios de política económica realizados por algunos de ellos -discordantes con los acuerdos del
Grupo- y, finalmente, las diferencias ideológicas de los gobiernos de los Estados miembros,
ocasionaron enfrentamientos políticos y territoriales entre ellos. Todo esto llevó al Grupo Andino a la
inercia, con demoras e incumplimientos y aunque el comercio intrarregional siguió creciendo, la
tendencia era hacia la estabilización.
Ante esta situación tan crítica, los gobiernos andinos decidieron redefinir el camino del proceso de
integración del Grupo Andino a través de la adopción de una nueva estrategia económica basada en
políticas liberales, acompañadas de cambios estructurales diseñados para lograr crecimiento
económico sin inflación basado en el libre comercio y disminuyendo la presencia del Estado en las
economías, todo ello acompañado por una mayor apertura hacia el resto del mundo. Estas decisiones
fueron recogidas en el “Diseño estratégico para la Orientación del Grupo Andino”, aprobado
por los Presidentes andinos en 1989. La Unión Aduanera Andina, aunque de manera imperfecta,
está funcionando desde 1995, año en que entró en vigencia el Arancel Externo Común adoptado
por Colombia, Ecuador y Venezuela, y que contemplaba cuatro niveles básicos de 5, 10, 15 y 20%,
respectivamente.
En 1996, en la VIII Reunión del Consejo Presidencial, se dio inicio al proceso de reforma
institucional con el fin de dotar la Comunidad con mecanismos idóneos para que ésta pudiera
enfrentarse a los desafíos que planteaba una economía internacional en proceso de globalización. Ello
requería no sólo consolidar el mercado interno de la agrupación y abarcar nuevas áreas de
integración, sino también lograr un mayor y mejor relacionamiento externo. A partir de este momento
se cambió el nombre del Grupo a Comunidad Andina. A partir de 1997, la Junta pasó a ser
la Secretaría General y se estableció el Consejo Presidencial Andino que junto con el
Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores y la Comisión constituyen las
instancias decisorias más altas del Sistema Andino de Integración.
En su reunión Cumbre de junio del 2000, los Presidentes reafirmaron también su compromiso
de establecer el mercado común antes de 2005, creando las condiciones para que, a la libre
circulación de bienes, se añadiera la libre movilidad de servicios, de capitales y de personas. Hacia ese
objetivo se ha trabajado aunque todavía no se ha logrado su consolidación, sin embargo se han
adoptado decisiones que han ido estructurando el marco jurídico para ello.
En consonancia con su adhesión al modelo del regionalismo abierto y en ejecución de la Política
Exterior Común, los países han proseguido con sus negociaciones con terceros países con el objeto de
mejorar su acceso a mercados externos. Así, en diciembre de 2003, se firmó en Montevideo el
Convenio Marco para el establecimiento de un Área de Libre Comercio entre la Comunidad Andina
y Mercosur; de esta manera, Venezuela, Ecuador, Colombia y Perú pasaron a ser Estados asociados
del Mercosur. A su vez, los países del Mercosur tienen la misma condición con respecto a la CAN.
La Comunidad Andina ha logrado, hasta el momento, sobreponerse a la difícil coyuntura
económica y política que afecta a sus países miembros, gracias, en parte, al elevado grado de
institucionalización alcanzado por la agrupación. Los esfuerzos realizados y los compromisos
asumidos han llevado nuevamente a que el comercio entre los cinco países miembros alcance niveles
muy altos.
El duro golpe recibido por la CAN con el retiro inconsulto de Venezuela a causa de las negociaciones
de tratados de libre comercio entre Perú y Colombia con los Estados Unidos, pareció poner en peligro
el futuro de la Comunidad. Sin embargo, los Presidentes de los otros cuatro países miembros,
reiteraron durante su encuentro en Quito en 2006, su convicción de que la integración es la vía
necesaria y adecuada para contribuir al desarrollo armónico y equilibrado de la subregión y que
continuarían trabajando en la consolidación del mercado común y de todos los demás aspectos de la
integración andina, dejando la puerta abierta a Venezuela para que revise su decisión y pueda
regresar a su ámbito natural de relación.
Las negociaciones de tratados de libre comercio entre Colombia y Estados Unidos y de Perú también
con Estados Unidos (2007), han logrado que la brecha entre los miembros se haya profundizado pues
los ha colocado manifiestamente en contra de Ecuador y Bolivia, aliados ideológicos de Venezuela y
miembros del ALBA (Black, 2010).
Fue el 14 de noviembre de 2004, cuando los gobiernos de Cuba y Venezuela suscribieron el Acuerdo
para la aplicación de la Alternativa Bolivariana para las Américas y una Declaración Conjunta,
documentos fundacionales en los que se ha apoyado la construcción del ALBA. En el Acuerdo,
anunciaron que “han decidido dar pasos concretos hacia el proceso de integración” y definieron
los principios en que se basaría la cooperación entre ambos países, así como un conjunto de acciones
inmediatas encaminadas a profundizar la integración.
A los pocos meses de su creación, empezaron a definirse un número importante de iniciativas entre
Venezuela y Cuba, muchas de las cuales fueron presentadas como parte del Plan Estratégico para la
aplicación del ALBA acordado en abril de 2005, en la “Primera reunión Cuba-Venezuela para la
aplicación de la Alternativa Bolivariana Para Las Américas”, aprobando ambos gobiernos en esa
reunión un total de 49 documentos, en los cuales se acordaron temas vinculados a los servicios de
salud, la formación en medicina y servicios educativos que Cuba prestaría a Venezuela, la apertura de
filiales de PDVSA y del Banco Industrial de Venezuela en Cuba, y la identificación inicial de 11
proyectos para el establecimiento de empresas mixtas.
El siguiente momento relevante en el desenvolvimiento del ALBA se dio con el ingreso de Bolivia, en
abril de 2006, ya que ello implicó no sólo la definición de un conjunto de acciones de ese país
respecto de Cuba y Venezuela y a la inversa, sino también la incorporación de los principios presentes
en la propuesta boliviana de Tratados de Comercio de los Pueblos (TCP), definidos como
“instrumentos de intercambio solidario y complementario entre los países destinados a beneficiar a
los pueblos en contraposición a los Tratados de Libre Comercio que persiguen incrementar el poder y
el dominio de las transnacionales” (Jefes de Estado y de Gobierno del ALBA-TCP, 2006).
En lo que respecta a las iniciativas, en dicha Cumbre se firmó el Tratado energético del ALBA –y, en
el marco de ese Tratado, el Acuerdo Energético del ALBA entre Venezuela y Nicaragua y el Acuerdo
Energético del ALBA entre Venezuela y Bolivia– y se acordó el Proyecto Gran Nacional, consistente
en más de cuarenta proyectos en las áreas de educación, cultura, comercio justo, financiera,
alimentación, salud, telecomunicaciones, transporte, turismo, minería, industrial y energética, que
incluyó además la decisión de ir creando un conjunto de empresas denominadas Gran Nacionales,
con capital de los cuatro países en ese entonces miembros del ALBA.
Paralelamente, otro ámbito en el cual también se han dado importantes avances en el ALBA-TCP es el
referido a la construcción de una arquitectura monetario-financiera entre los países de la Alianza. Al
respecto, durante el periodo reciente dichos avances se han presentados en dos áreas: el Banco del
ALBA (el cual ya entró en funcionamiento en su sede de Caracas) y el Sistema Unitario de
Compensación Regional de Pagos (SUCRE).
Respecto a este último, en la V Cumbre Extraordinaria del ALBA realizada en abril de 2009, se firmó
el Acuerdo Marco del Sistema Único de Compensación Regional de Pagos (SUCRE) y en la VII
Cumbre del ALBA- TCP, realizada en Cochabamba, Bolivia, el 17 de octubre de 2009, se firmó el
Tratado Constitutivo por parte de Bolivia, Cuba, Ecuador, Honduras, Nicaragua y Venezuela,
acordándose además en dicha Cumbre el cambio de nombre de “Sistema Único” a “Sistema Unitario”.
El Tratado Constitutivo define al SUCRE “como mecanismo de cooperación, integración y
complementación económica y financiera, destinado a la promoción del desarrollo integral de la
región latinoamericana y caribeña” (Art. 1), e identifica al Consejo Monetario Regional (CMR) del
SUCRE como el máximo organismo de decisión del Sistema, conformado por:
el "sucre";
la Cámara Central de Compensación de Pagos; y
el Fondo de Reservas y Convergencia Comercial (Art. 2).
El Mercosur:
Tratado de Asunción El MERCOSUR Tribunales Arbitrales AD Hoc
Tribunal Permanente de
Protocolo de Brasilia
revisión del Mercosur
Protocolo de Ouro Preto
Intervención del Grupo
Protocolo de Olivos
Mercado Común
Sistema
Sistema de Solución de Sistema de Solución de
Institucional
Controversias Controversias
Consejo Comisión de
Grupo Mercado comercio del
Mercado Común
Común (GMC) Mercosur (CCM)
(CMC)
Órgano ejecutivo
Órgano Superior Toma medidas para
Le corresponde la el cumplimiento de
conducción política Asiste al Grupo y
las decisiones del
y la toma de vela por la correcta
Consejo y para la
decisiones para el aplicación de los
aplicación del
cumplimiento de instrumentos de la
programa de
los objetivos del política comercial
liberación
Mercosur comercial, entre
otras funciones
procura de una convergencia comercial gradual y flexible entre ambos países frente a terceros
mercados. Este Programa sería el ámbito bajo el cual en los años siguientes se suscribirían entre
ambos países numerosos acuerdos, protocolos y documentos sobre muy diversos temas de la agenda
integracionista bilateral (Freeland, 1996).
El gran éxito del PICE, que rápidamente se orientó en una perspectiva de integración más
abarcativa que lo meramente comercial, promovió que los otros países de la región comenzaran
también a desplegar su proactividad integracionista y bilateral. Para algunos países como
Uruguay, quedar afuera del acuerdo argentino-brasileño significaba la caída de sus acuerdos
comerciales preferenciales, lo que alcanzaba perfiles de enorme desafío. De allí que preferentemente
Uruguay al que se sumaría luego de la caída de la dictadura de Stroessner el Paraguay de la
transición buscó acoplarse con decisión a estos movimientos de sus gigantescos vecinos, de modo de
no quedar marginado del proyecto de integración regional iniciado (Galeano, 2011).
Ese proceso integracionista previo al Tratado de Asunción de 1991, languideció rápidamente con
el cambio de época regional e internacional que ya comenzó a prefigurarse hacia fines de la década de
los ochenta, con la avanzada del programa neoconservador y ultraliberal. El cambio de rumbo
coincidió también con el relevo de gobiernos en Argentina y Brasil, en acompañamiento directo con
la nueva ola ideológica a nivel internacional: en 1989 Carlos Saúl Menem asumía como Presidente
argentino, mientras al año siguiente hacía lo propio en Brasil Fernando Collor de Mello.
El modelo de Mercosur, casi exclusivamente orientado a lo comercial, con una institucionalidad
fuertemente intergubernamentalista y de baja intensidad, comenzó a gestarse muy claramente a
partir de mediados de 1990. En julio de ese año, precisamente, en la llamada Acta de Buenos
Aires firmada por Collor de Mello y por Menem, un modelo integracionista muy diferente
comenzaba a ser proyectado y programado.
Este documento firmado el 6 de julio de 1990 por los nuevos presidentes de Argentina y
Brasil, proponía el establecimiento de “un Mercado Común entre (ambos países), el que deberá
encontrarse definitivamente conformado el 31 de diciembre de 1994”. En esa dirección, se dejaba
expresa constancia en la declaración que se pondría “especial énfasis en la coordinación de políticas
macroeconómicas y en las rebajas arancelarias generalizadas, lineales y automáticas, como
metodologías primordiales para la conformación del mercado común”.
En el Anexo I, dedicado a la “Metodología Para La Conformación Del Mercado Común”, se
enfatizaba que la “columna vertebral” de todo el proceso estaría dada por “rebajas arancelarias
generalizadas, lineales y automáticas para llegar al 31 de diciembre de 1994 al arancel 0 (cero) y
eliminación de barreras para arancelarias sobre la totalidad del Universo Arancelario”. Se
acordaba de todos modos que en aquellos “sectores considerados especialmente sensibles o
altamente dinámicos y provistos de tecnologías de punta” se podrían establecer “acuerdos
especiales que (tuvieran) en cuenta sus características particulares”.
Por su parte, en el Anexo II se creaba un Grupo de Trabajo Binacional para la conformación
del Mercado Común, al que en adelante se llamaría Grupo Mercado Común (GMC).
Esta iniciativa suponía en primer lugar una inflexión histórica en las relaciones argentino-brasileñas,
poniendo fin al paradigma del conflicto y de la puja de liderazgos entre los grandes países de América
del Sur. Suponía también un viraje ideológico muy claro respecto a las iniciativas del lustro anterior
protagonizadas por Alfonsín y Sarney, asociándose con una visión netamente liberal y comercialista,
alejada de cualquier resonancia desarrollista o productivista. Al mismo tiempo, su concreción venía a
desafiar con mucha fuerza a los otros países del Cono Sur.
Fue en ese contexto que el gobierno uruguayo lideró un movimiento de inmediata
incorporación al nuevo bloque. El entonces Presidente uruguayo Luis Alberto Lacalle advertía
las fuertes consecuencias negativas que arrojaría un acuerdo bilateral entre Argentina y Brasil,
que sin duda aislaría a Uruguay y a los demás países de la región. En su incorporación, Uruguay
buscó ser acompañado por Paraguay y Chile, a los efectos de equilibrar mejor las asimetrías
inocultables del bloque a crearse. Sin embargo, el objetivo de la incorporación de Chile en las
condiciones previstas en materia arancelaria, resultaba imposible, por la diversidad total de los
grados de apertura alcanzados por su comercio, en especial en comparación con Brasil. Paraguay sí
se incorporó y finalmente se llegó a la firma solemne del Tratado de Asunción el 26 de marzo de
1991.
integración subregional o de una asociación extraregional. En todos los casos, la aprobación de las
solicitudes será objeto de decisión unánime de los Estados Partes. Como se vio, sólo Venezuela ha
solicitado su incorporación como miembro pleno.
Es plurilateral, porque ha sido celebrado por varios sujetos de derecho internacional.
Es provisorio porque establece un programa a cumplir en un tiempo determinado: desde su entrada en
vigencia hasta el 31 de diciembre de 1994, señalándose al mercado común como objetivo a lograr al final
de dicho período. Sin embargo, el Protocolo de Ouro Preto (POP), parte integrante del Tratado de
Asunción, mantiene sus objetivos, y ya no tiene límites temporales (“tendrá duración indefinida” –
POP, Art. 48).
Es programático en cuanto fija un programa y pone a cargo de las instituciones su desarrollo
posterior, todo ello basado en los principios de gradualidad, flexibilidad y equilibrio que orientan la
construcción del sistema (Preámbulo del T.A.)
Según su contenido, el Tratado de Asunción es, al igual que el Tratado de Roma de 1957, un verdadero
tratado de integración económica, política y jurídica.
Desde el punto de vista de las normas que el mismo genera, el Tratado de Asunción es un tratado
constitutivo u originario. En efecto, como se verá en la próxima unidad, será a partir de las decisiones,
resoluciones y directivas de los órganos por él creados que se irá desarrollando el posterior derecho
derivado.
Las obligaciones contenidas y los derechos reconocidos por el Tratado de Asunción son jurídicamente
obligatorios para los Estados parte desde el momento en que el mismo entra en vigencia.
Rigen por tanto los clásicos principios de buena fe, de res inter alios acta (los tratados producen
efectos sólo para las partes), de pacta sunt servandæ rebus sic stantibus (los pactos deben ser
cumplidos, en tanto no cambien de manera sustancial las condiciones que le dieron origen).
Estos principios se encuentran plasmados en lo dispuesto por el artículo 2: “El Mercado Común
estará fundado en la reciprocidad de derechos y obligaciones entre los Estados parte...”; y en su
artículo 8 señala: “Los Estados parte se comprometen a preservar los compromisos asumidos...”.
Con relación a su estructura, consta de un cuerpo principal y de cinco anexos.
El cuerpo principal tiene un preámbulo y seis capítulos:
I. Propósitos, principios e instrumentos;
II. II. Estructura orgánica;
III. III. Vigencia;
IV. IV. Adhesión;
V. V. Denuncia y
VI. VI. Disposiciones Generales.
En cuanto a los cinco anexos, los mismos han sido sustituidos por normas posteriores, por lo que han
perdido gran parte de su trascendencia.
Objetivos y medios
De acuerdo con el artículo 1, “los Estados Partes deciden constituir un Mercado Común, que deber estar
conformado al 31 de diciembre de 1994”. Dicho objetivo implica, de acuerdo al texto de la misma norma:
La libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países, a través, entre
otros, de la eliminación de los derechos aduaneros y restricciones no arancelarias a la circulación
de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente.
El establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial común con
relación a terceros Estados o agrupaciones de Estados.
La coordinación de posiciones en foros económicos comerciales regionales e internacionales.
La coordinación de posiciones macroeconómicas y sectoriales a fin de asegurar condiciones
adecuadas de competencias entre los Estados parte.
El compromiso de los Estados parte de armonizar sus legislaciones en las áreas pertinentes.
Como vimos en la Unidad 1, en la actualidad el Mercosur no constituye un Mercado Común, sino una
Unión Aduanera imperfecta, habiéndose fijado en la Cumbre Presidencial de Foz de Ig uazú de Diciembre
de 2010 un cronograma para alcanzar la meta de una Unión Aduanera perfecta en el 2019 .
Las herramientas que el Tratado de Asunción prevé para la constitución del Mercado
Común se encuentran detalladas en el artículo 5 y consisten en:
Un programa de liberalización comercial, que consistirá en rebajas arancelarias progresivas,
lineales y automáticas, acompañada de la eliminación de restricciones no arancelarias, así como de
otras restricciones al comercio para llegar al 31 de diciembre de 1994 con arancel cero.
La coordinación de políticas macroeconómicas, que se realizará gradualmente y en forma
convergente con los programas de desgravación arancelaria y de la eliminación de restricciones no
arancelarias.
Un arancel externo común que incentive la competitividad externa de los Estados parte.
La adopción de acuerdos sectoriales, con el fin de optimizar la utilización y movilidad de los factores
de producción y de alcanzar escalas operativas eficientes.
Como señala Freeland (1996), mucho de ello se ha alcanzado en el período de transición
fijado:
se ha conseguido con rigor y puntualidad el calendario de rebajas arancelarias convenido en el
Anexo I, y se cuenta además con un arancel externo común.
Sin embargo, no todo el comercio intrazona se encuentra liberado, ni todos los países miembros
aplican los mismos aranceles, habiendo excepciones puntuales que establecen diferencias con
países de extrazona.
Otras obligaciones asumidas por los Estados miembros en el Tratado
Los arts. 2 a 4 y 6 a 8 establecen diversas obligaciones para los Estados miembros del Mercosur, a
saber (Ekmedjian, 1996):
Reciprocidad de derechos y obligaciones entre los Estados partes -Artículo 2: Las
obligaciones y derechos entre los socios no son necesariamente iguales, que justamente dos de sus socios –
Uruguay y Paraguay- tienen una serie de ventajas por su diferente nivel de desarrollo. Sin embargo,
aquéllos deben ser equivalentes. El principio de reciprocidad se complementa con los de gradualidad,
flexibilidad y equilibrio, enumerados en el preámbulo.
Diferencias de ritmo Arts. 6 y 7 del Anexo I: El programa de liberación comercial prevé
excepciones para el período de transición. Las diferenciales puntuales de ritmo se traducen en un estatus
distinto entre los socios, tanto por las excepciones al programa de liberación como por el ritmo de la
reducción de tales excepciones, que es uno para Argentina y Brasil, y otro para los restantes socios
Finalizado el período de transición, el estatus de los cuatro países debe ser el mismo.
Relaciones con Estados ajenos al Mercosur -Art. 4: El principio general en la materia es
que deben asegurar (mandato imperativo) condiciones equitativas de comercio, para los
restantes socios del Mercosur. Para ello, los Estados miembros deben aplicar sus legislaciones
nacionales para evitar subsidios, dumping, o cualquier otra práctica desleal. Además, los Estados
miembros coordinarán sus respectivas políticas nacionales con el objeto de elaborar normas sobre
competencia comercial.
Igualdad fiscal entre los socios (Art 7): Procede respecto de los productos originarios de
cualquiera de los Estados partes, que tendrán el mismo tratamiento fiscal en el territorio de todos los
demás socios.
Coordinación en materia de tratados (Art. 8): La obligación fundamental que se impone a
los socios, tanto en sus negociaciones mutuas como con terceros, es no afectar los objetivos del
Mercosur y los intereses de sus socios.
Cláusula de la Nación más favorecida (Art. 8, inc. d): Se aplica de manera automática a todos
los Estados partes, respecto de cualquier franquicia, ventaja, favor, etc. que uno de los socios conceda a un
producto originario de o destinado a terceros países no miembros de la ALADI.
Régimen de origen: El anexo II del T.A. establece las condiciones y requisitos para que los productos
que transiten a través de la zona económica formada por el territorio de los Estados miembros, puedan
considerarse originarios de ellos y así ampararse en el tratamiento de tales. El incumplimiento de este
Diana Espíndola Página 79
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
anexo traerá aparejada la aplicación de sanciones, que deberán ser instrumentadas por los Estados partes
(Art. 12 del Anexo II).
Estructura institucional
El formato institucional presente en el Tratado de Asunción de 1991 ofrecía tres rasgos definitorios de
las aspiraciones y voluntades de los Estados Partes:
1) un neto sesgo intergubernamental de los órganos decisorios del bloque;
2) la definición tácita de que los acuerdos integracionistas tendrían el alcance de “actos legales
incompletos”, sin el desarrollo de una normativa Mercosur que pudiera ostentar la condición de
algo cercano a un Derecho Comunitario (con la consiguiente inseguridad jurídica, agravada por las
asimetrías constitucionales y jurisdiccionales de los países socios) y con la anticipación de una más
que problemática internalización de normas integracionistas dentro de los derechos y leyes de los
Estados partes; y
3) la ausencia de un órgano jurisdiccional autónomo y propio del bloque, lo que habría de traducirse
en la configuración de mecanismos de solución de controversias extremadamente flexibles y
morosos, orientados a la negociación gradual entre los gobiernos (Galeano, 2011).
Específicamente, el Tratado de Asunción prevé la conformación de dos órganos
principales: el Consejo del Mercado Común (CMC) y el Grupo Mercado Común (GMC). Tales órganos
tendrán a su cargo la administración y ejecución del Tratado y de los acuerdos específicos y decisiones
que se adopten durante el período de transición. El Tratado dispone asimismo la creación de una Secretaría
Administrativa del GMC y una Comisión Parlamentaria Conjunta.
Consejo del Mercado Común – CMC:
El CMC es, acorde lo establece el artículo 10 del Tratado, el órgano de mayor jerarquía institucional
del Mercado Común. Entre sus principales tareas se encuentra la orientación política del Mercado
Común y la adopción de las decisiones necesarias para garantizar el cumplimiento de los objetivos y
plazos establecidos para la constitución del mismo. El CMC está integrado por los ministros de
Relaciones Exteriores y de Economía de los Estados parte. Cada seis meses, y por orden alfabético, el
CMC elegirá de su seno una Presidencia.
Grupo Mercado Común – GMC: En su artículo 13 el Tratado de Asunción dispone la creación
del llamado “Grupo Mercado Común”.
El mismo es un órgano ejecutivo y con facultad de iniciativa del Mercosur.
Con la coordinación de los ministros de Relaciones Exteriores, el GMC se ocupa
fundamentalmente
de velar por el cumplimiento del Tratado,
asegurar el cumplimiento de las decisiones adoptadas por el Consejo, y, proponer
medidas concretas tendientes a la aplicación del programa de liberalización
comercial,
coordinación de políticas macroeconómicas y negociación de acuerdos frente a
terceros.
El GMC está integrado por cuatro miembros titulares y cuatro alternos que representan a
los ministerios de Relaciones Exteriores, a los ministerios de Economía y a los Bancos
Centrales de los respectivos Estados parte.
El GMC, como ejecutor principal del esquema planteado por el Tratado de Asunción, puede
a su vez constituir diversos subgrupos de trabajo. Los subgrupos de trabajo iniciales están
previstos en el Anexo V del Tratado.
Secretaría Administrativa del GMC: El GMC cuenta con una Secretaría
Administrativa con sede en la ciudad de Montevideo, cuya principal función consiste en
el archivo de documentación y llevar a cabo las comunicaciones de actividades del Mercosur.
Comisión Parlamentaria Conjunta: Finalmente, el Tratado de Asunción prevé en su artículo 24 la
creación de una Comisión Parlamentaria Conjunta. La misma tiene asignada la función general de
facilitar el avance hacia la constitución del Mercado Común. El Tratado no prevé la forma en que la misma
estará integrada.
Esta estructura orgánica antes descripta es la que el Tratado de Asunción estableció para l a etapa de
transición, que según el mismo concluía el 31 de diciembre de 1994, debiendo los Estados parte
darse antes de esa fecha una organización institucional definitiva.
El siguiente cuadro resume el esquema institucional delineado por el Tratado de
Asunción:
MERCOSUR
Evolución de la estructura institucional
posibilidad de reclamo posterior ante el Grupo Mercado Común. Las recomendaciones que realicen estos
órganos no son obligatorias.
Si la controversia aún no hubiera encontrado solución, se inicia la instancia arbitral, a través de la
conformación de un tribunal ad hoc, compuesto por tres árbitros. El laudo es vinculante para las
partes y no podrá ser apelado (ante la inexistencia de un Órgano de Apelación) salvo la solicitud de su
aclaración (art. 21 Protocolo de Brasilia).
Cabe destacar que los particulares, ya sean personas físicas o jurídicas, no pueden acceder a la instancia
arbitral. Sus reclamos contra medidas legales o administrativas restrictivas, discriminatorias o de
competencia desleal violatorias de normas del Mercosur, sólo pueden ser canalizadas a través de la Sección
Nacional del Grupo Mercado Común del Estado parte donde el particular tenga su residencia habitual o la
sede de sus negocios. Ésta podrá negociar con la Sección Nacional del Estado parte al que se le atribuye la
violación o podrá elevar la reclamación ante el Grupo Mercado Común.
En suma, la legitimación activa y pasiva en el sistema de resolución de controversias adoptado por el
Protocolo de Brasilia, es siempre de los Estados, característica que persistirá en el Protocolo de Olivos que
lo sustituye. Sólo se admite la iniciativa de los particulares.
El sistema de solución de controversias descripto es pasible de numerosas críticas,
entre ellas (Feldstein de Cárdenas, 2006):
La proliferación de mecanismos de negociación y conciliación, en desmedro de instancias
jurisdiccionales.
El alto porcentaje de consultas y reclamaciones pendientes de resolución o resueltas de modo
insatisfactorio.
La extrema flexibilidad en los plazos. Las partes de una controversia pueden prolongar de común
acuerdo casi indefinidamente la etapa de negociación. Ello significa un fuerte grado de
incertidumbre para el sector privado.
El carácter ad hoc de los tribunales arbitrales, que genera imprevisibilidad debido a las divergentes
interpretaciones y aplicación de las normas del Mercosur.
La inexistencia de un órgano de apelación, que impide la formación de un cuerpo de interpretación
común.
La validez limitada de las decisiones de los tribunales arbitrales ad hoc, circunscriptas al caso y a
las partes en conflicto. En efecto, estas decisiones no son consideradas fuentes legales del
Mercosur.
La exclusión de los particulares como sujetos legitimados para la defensa de sus intereses y
derechos reconocidos en el marco del bloque.
Gran parte de estas críticas subsisten respecto al sistema de solución de controversias creado por el
Protocolo de Olivos, como se verá en el apartado 3.2.7.
El Protocolo de Ouro Preto (P.O.P.).
En cumplimiento de lo previsto por el Tratado de Asunción, el 17 de diciembre de 1994, se aprobó en la
ciudad de Ouro Preto, Brasil, el protocolo adicional sobre la estructura institucional del Mercosur,
denominado Protocolo de Ouro Preto.
Entre los avances institucionales que consagra:
terminó de consolidar la creación de un nuevo órgano decisorio como la Comisión de Comercio del
Mercosur (CCM), igualmente dependiente de los Poderes Ejecutivos;
se efectivizó la creación formal de órganos consultivos con atribuciones menguadas como la
Comisión Parlamentaria Conjunta (CPC) y el Foro Consultivo Económico y Social
(FCES);
se profundizó en torno a la personalidad jurídica internacional del bloque;
se reglamentó el mecanismo de internalización y vigencia de la normativa del Mercosur;
se consolidó y reglamentó el funcionamiento de instancias auxiliares dependientes del CMC como
los nuevos Subgrupos de Trabajo (SGT), los Comités Técnicos, las Reuniones Especializadas y las
Reuniones de Ministros; se mejoraron los mecanismos de solución de controversias; entre otras
innovaciones menores (Galeano, 2011).
A partir de este Protocolo, la estructura institucional del Mercosur contará con los
siguientes órganos:
El Consejo del Mercado Común (CMC), órgano superior del Mercosur al cual incumbe la
conducción política del proceso de integración y la toma de decisiones.
El Grupo Mercado Común (GMC), órgano ejecutivo que se pronuncia mediante resoluciones.
La Comisión de Comercio del Mercosur (CCM), órgano encargado de asistir al Grupo
Mercado Común en materia de política comercial, que se expide mediante directivas o propuestas.
La Comisión Parlamentaria Conjunta (CPC), órgano representativo de los Parlamentos de
los Estados Partes en el ámbito del Mercosur, que procurará acelerar los procedimientos internos
correspondientes en los Estados Partes para la pronta entrada en vigor de las normas emanadas de
los órganos del Mercosur.
El Foro Consultivo Económico-Social (FCES), órgano de representación de los sectores
económicos y sociales.
La Secretaría Administrativa del Mercosur (SAM), órgano de apoyo operativo que será
responsable de la prestación de servicios a los demás órganos del Mercosur y tendrá sede
permanente en la ciudad de Montevideo.
El siguiente cuadro resume el esquema institucional delineado por el Protocolo de Ouro Preto, cuyas
características particulares serán analizadas al describir el sistema institucional del Mercosur.
EVOLUCIÓN DE LA ESTRUCTURA INSTITUCIONAL
Agrega a los dos órganos ya existentes, el CMC y el GMC, una Comisión de Comercio del
MERCOSUR.
Estos tres son los únicos órganos decisorios del MERCOSUR
Luego como órganos consultivos, recupera y desarrolla el rol de la Comisión Parlamentaria Conjunta y
crea el Foro Consultivo Económico Social
Como órgano administrativo mantiene a la Secretaría del MERCOSUR
Creación del Tribunal Permanente de Revisión como consecuencia de la evolución del Sistema de Solución de
Controversias del Protocolo de Brasilea (1991) al Protocolo de Olivos (2002)
Creación del Foro Consultivo de Municipios, Estados Federados, Provincias y Departamentos del MERCOSUR
(fcccr). Decisión n° 22/04
Creación del Centro MERCOSUR de Promoción del Estado de Derecho (Decisión CMC N° 24/04)
Creación de la Reunión de Ministros y Altas Autoridades de Ciencia, Tecnología e innovación del MERCOSUR
(Decisión CMC N° 05/05)
Creación del Fondo para la Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM) Decisión CMC N° 45/04
Creación de la Comisión de Coordinación de Ministros de Asuntos Sociales del MERCOSUR (ccmasm) decisión
CMC N°39/08
Creación del Instituto de Políticas Públicas de Derechos Humanos (PPDDHH) Decisión CMC N° 14/09
Creación del cargo de Alto Representante del MERCOSUR (Decisión CMC 63/01)
Aprobación de un Plan de Acción para un Estatuto de Ciudadanía del MERCOSUR (decisión CMC N° 64/01)
Reestructuración de los órganos decisorios del Mercosur y de sus foros subordinados, lo que
incluye sus competencias.
Perfeccionamiento del sistema de solución de controversias del Mercosur y fortalecimiento de
sus órganos institucionales.
Perfeccionamiento del sistema de incorporación, vigencia y aplicación de la normativa del
Mercosur.
Establecimiento de un presupuesto Mercosur que contemple los requerimientos
presupuestarios de la Secretaría del Mercosur y la Secretaría del Tribunal Permanente de
Revisión.
Mediante la Resolución GMC Nº 06/10 el Grupo Mercado Común aprobó la creación de la
"Reunión de Alto Nivel para el Análisis Institucional del Mercosur" (RANAIM), con el fin de
analizar los aspectos institucionales centrales del Mercosur y formular propuestas tendientes a
la profundización del proceso de integración y al fortalecimiento de sus instituciones.
CTN°
Fuente: Sitio Oficial del Mercos ur: http://www.mercosur.int
Es el órgano superior del Mercosur y le corresponde “la conducción política del mismo y la toma de
decisiones para asegurar el cumplimiento de los objetivos y plazos establecidos para la constitución
definitiva del Mercado Común” (Art. 3 P.O.P.).
Al Consejo le corresponde por consiguiente, definir las líneas generales del proceso de
integración en un sentido amplio, así como articular el esfuerzo político necesario para el desarrollo
del mismo.
Está integrado por los ministros de relaciones exteriores y de economía de los estados
parte (Art. 4 P.O.P.) y se reúne las veces que considera oportuno, por lo menos una vez por
semestre con la presencia de los presidentes de los estados parte.
Su presidencia, semestral, se ejerce por rotación de los estados, por orden alfabético (Art. 5
P.O.P.).
Sus reuniones son coordinadas por los ministros de relaciones exteriores y a ellas pueden
ser invitados otros ministros o autoridades de nivel ministerial (Art. 7).
El Consejo del Mercado Común, mediante la DEC. Nº 11/03, IV CMC EXT – Montevideo,
6/X/03, ante la necesidad de avanzar en el fortalecimiento de la estructura institucional del
Mercosur, decidió crear, con carácter permanente, la Comisión de Representantes
Permanentes del Mercosur (CRPM) como órgano del Consejo del Mercado Común (art. 1),
estando dicha Comisión integrada por los Representantes Permanentes de cada Estado
Parte para el Mercosur y por un Presidente.
Como Presidente actúa una personalidad política destacada, de nacionalidad de uno de los
Estados Partes, designada por el Consejo del Mercado Común a propuesta de los Presidentes
de los Estados Partes (art. 2).
El CMC toma sus decisiones por consenso y con la presencia de todos los estados Parte y
se pronuncia mediante decisiones, obligatorias para estos últimos (Art. 9 P.O.P.).
En el Protocolo de Ouro Preto (Art. 8) se detallan sus funciones y atribuciones, las
más importantes de las cuales son las siguientes:
Velar por el cumplimiento del tratado de asunción, de sus protocolos y de los acuerdos
firmados en su marco.
Formular políticas y promover las acciones necesarias para la conformación del mercado
común.
Ejercer la titularidad de la personalidad jurídica del Mercosur.
Negociar y firmar acuerdos, en nombre del Mercosur, con terceros países, grupos de países y
organismos internacionales, funciones que pueden ser delegadas por mandato expreso al
grupo mercado común.
Pronunciarse sobre las propuestas que le sean elevadas por el grupo mercado común.
Crear reuniones de ministros y pronunciarse sobre los acuerdos que le sean remitidos por las
mismas.
Crear los órganos que estime pertinentes, así como modificarlos o suprimirlos; y adoptar
decisiones en materia financiera y presupuestaria.
competencias que acabamos de recoger es sobresalen las “atribuciones legislativas” para dictar
resoluciones, así como la facultad de iniciativa de proponer al Consejo Mercado Común la
aprobación de Decisiones sobre materias de su competencia, ejerciendo en estos supuestos
“una suerte de iniciativa en relación al proceso legislativo, cuando culmina con una Decisión
instada por el GMC”. El Grupo Mercado Común, preservado el papel del Consejo Mercado
Común como “motor de la integración”, puede ser calificado, con todo, como el órgano más
dinámico y de mayor transcendencia práctica en el momento actual del Mercosur (Martínez
Puñal, 2005).
El Foro Consultivo Económico Social del Mercosur (FCES), es el órgano de representación de los
sectores económicos y sociales de los Estados partes del Mercosur, e integra su estructura
institucional, de acuerdo a lo establecido por el Protocolo de Ouro Preto.
A través del FCES la sociedad civil de los cuatro países que componen a Mercosur (210.485.000
habitantes)(Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay) puede expresarse sobre diversas materias
que reflejen la preocupación y aspiraciones de los sectores que lo integran:
representaciones de los empresarios, trabajadores y trabajadoras y sectores diversos.
Su sesión constitutiva se llevó a cabo en Buenos Aires el 31 de mayo de 1996, oportunidad en la que
se aprobó su reglamento interno, homologado pocos días después, el 21 de junio de dicho año,
por medio de la Resolución N° 68/96 del Grupo Mercado Común (GMC).
La estructura institucional del FCES está formada por el Plenario del Foro, el cual puede
constituir órganos de asesoramiento.
El Plenario del Foro es el órgano superior del FCES, al cual compete la adopción de las decisiones
necesarias para asegurar el buen cumplimiento de lo estipulado en el Protocolo de Ouro Preto y en el
Reglamento.
A su vez, el FCES está compuesto por las respectivas Secciones Nacionales de cada Estado Parte del
Mercosur en concordancia con el artículo 28 del Protocolo de Ouro Preto. Éstas pueden definir en
forma independiente, y de acuerdo con sus propias peculiaridades internas, los sectores económicos y
sociales que las componen, exigiéndose que las Organizaciones que representan a dichos sectores
privados sean las más representativas y de ámbito nacional. Cada Sección Nacional tendrá derecho a
nueve delegados titulares y sus respectivos alternos en el Plenario del Foro, no estando obligada a
designarlos en su totalidad.
De acuerdo con su Reglamento (Art. 2), los principales cometidos del FCES son:
Pronunciarse dentro del ámbito de su competencia, emitiendo recomendaciones, sea por
iniciativa propia o sobre consultas que, acompañando información suficiente, realicen el GMC
y demás órganos del Mercosur. Dichas recomendaciones pueden referirse tanto a cuestiones
internas del Mercosur, como a la relación de éste con otros países, organismos internacionales
y otros procesos de integración.
Cooperar activamente para promover el progreso económico y social del Mercosur, orientado a
la creación de un mercado común y su cohesión económica y social.
Dar seguimiento, analizar y evaluar el impacto social y económico derivado de las políticas
destinadas al proceso de integración y las diversas etapas de su implantación, sea a nivel
sectorial, nacional, regional o internacional.
Proponer normas y políticas económicas y sociales en materia de integración.
Realizar investigaciones, estudios, seminarios o eventos de naturaleza similar sobre cuestiones
económicas y sociales de relevancia para el Mercosur.
De acuerdo a la Decisión N.° 30/2002 del CMC, la SAM fue transformada en Secretaría
Técnica. La Secretaría Técnica es vislumbrada como un “órgano con amplia capacidad operacional,
apto para generar un efectivo espacio de reflexión sobre el proceso de integración” (Martínez Puñal,
2005).
A raíz de la Resolución del Grupo Mercado Común Nº. 01/03, Estructura y Funcionamiento de la
Secretaría del Mercosur, XLIX GMC, Asunción, 04/IV/03, está compuesta por el Director y tres
Sectores, a saber:
Sector de Asesoría Técnica,
Diana Espíndola Página 94
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
Se creó una instancia permanente, de actuación y reunión ante la convocatoria concreta, el Tribunal
Permanente de Revisión (TPR), para garantizar la correcta interpretación, aplicación y cumplimiento
de los instrumentos fundamentales del proceso de Integración, que puede entender en primera y
única instancia o bien como tribunal de alzada a pedido de un Estado Parte involucrado en una
controversia respecto de la aplicación del derecho en un pronunciamiento anterior de un TAH (arts.
19 23 y 17 PO).
Finalmente, se sumó también a ese cambio la posibilidad de concurrir al TPR para solicitar Opiniones
Consultivas (art. 3 PO) y para supuestos en los que los Estados Partes activen el procedimiento
establecido para las Medidas Excepcionales de Urgencia (CMC/DEC Nº23/04).
Caracteres generales
El ámbito de aplicación del Sistema de Solución de Controversias se fracciona en dos:
Así, las controversias “comprendidas en el ámbito de aplicación del presente Protocolo que puedan
también ser sometidas al sistema de solución de controversias de la Organización Mundial del
Comercio o de otros esquemas preferenciales de comercio de que sean parte individualmente los
Estados Partes del Mercosur, podrán someterse a uno u otro foro, a elección de la parte demandante.
Sin perjuicio de ello, las partes en la controversia podrán, de común acuerdo, convenir el foro” (art.
1, aptdo. 2, párr. primero del Protocolo de Olivos).
Legitimación
En el caso de que una controversia se haya planteado inicialmente ante un TAH, existe la
posibilidad de interponer recurso de revisión contra su Laudo. De esa forma se da
intervención al TPR como tribunal de alzada el cual podrá confirmar, modificar, o revocar los
fundamentos jurídicos y las decisiones del TAH. Su pronunciamiento será en última instancia
inapelable prevaleciendo sobre el Laudo del TAH (arts. 17, 22 y 26, inciso 2º PO).
En el art. 28 del P.O., apartado 1, se establece que cualquiera de los Estados partes en la
controversia podrá presentar un recurso de aclaratoria del laudo del Tribunal Arbitral
Ad Hoc (o del Tribunal Permanente de Revisión) y sobre la forma en cómo deberá darse
cumplimiento al laudo. El Tribunal respectivo fallará sobre el recurso dentro de los quince días
siguientes a la presentación de solicitud de aclaración y podrá otorgar un plazo adicional para el
cumplimiento del Laudo (art. 28 del Protocolo de Olivos).
En el supuesto de que surjan divergencias sobre el cumplimiento del laudo, por entender el Estado
beneficiado por el laudo que las medidas adoptadas no dan cumplimiento al mismo, éste tendrá un
plazo de treinta días a partir de la adopción de aquellas, para someter la situación a la
Evaluados los hechos y el derecho del caso —de corresponder dar curso al reclamo—, el GMC
convocará a un grupo de expertos para que luego de escuchar al particular y al Estado dictamine si
procede o no el reclamo (arts. 42 a 44 PO).
Luego de ello comienza la etapa jurisdiccional, dándose intervención al TAH o —en su caso— en
instancia única al TPR.
Estructura
Los TAH se forman a partir de
Conformación de los TAH las Listas de Árbitros depositadas
por cada Estado Parte en la Secretaría
del Mercosur.
Los TAH se forman a partir de las
Listas de Árbitros depositadas por Cada Tribunal se compone por
cada Estado Parte en la Secretaría del tres árbitros (art. 10, aptdo. 1 PO),
MERCOSUR debiendo cada Estado parte en la
Cada Tribunal se compone por tres controversia designar un (1) árbitro
árbitros, debiendo cada Estado parte titular de la lista mencionada en el
en la controversia designar un (1) plazo de quince días, contados a partir
árbitro suplente de la lista de la fecha en que la Secretaría
mencionada
Administrativa del Mercosur hubiese
Conjuntamente, los Estados partes
en la controversia designarán de comunicado a los Estados partes en la
común acuerdo al tercer árbitro, que controversia la decisión de uno de
presidirá el Tribunal arbitral Ad Hoc ellos de recurrir al arbitraje.
Simultáneamente designará, de la misma lista, un árbitro suplente para reemplazar al titular en caso
de incapacidad o excusa de éste en cualquier etapa del procedimiento arbitral.
Conjuntamente, los Estados partes en la controversia designarán de común acuerdo al tercer
árbitro, que presidirá el Tribunal Arbitral Ad Hoc.
funciones.
Coordinar los trabajos de las áreas que integran la ST.
Coordinar la relación de la ST con el TPR y los demás órganos de la estructura Mercosur.
Organizar el apoyo logístico a todas las reuniones del TPR.
Bibliografía
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Aires: Depalma.
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Mundo Nuevo. Revista de Estudios Latinoamericanos. Año II (4), (15-54).
Módulo 4
Unidad 4
Lectura 4
EL DERECHO DE LA INTEGRACIÓN
REGIONAL.
Características Derecho de la Relación con los
generales Integración ordenamientos
Regional nacionales
Primacía
Efecto directo
En la presente lectura, que corresponde a la última Unidad del Programa, nos enfocaremos en el
estudio de la rama del Derecho que regula la vida de los bloques regionales supranacionales y que
hemos denominado “Derecho de la Integración Regional”.
En primer lugar, analizaremos las características novedosas que este Derecho presenta en relación a las
tradicionales especialidades jurídicas, derivadas del hecho de que la situación que debe reglar también
ofrece perfiles sin precedentes. Tales características son la primacía, el efecto directo y la
aplicabilidad directa, que impactan a su vez en las relaciones que este derecho mantiene con los
ordenamientos jurídicos nacionales.
En segundo lugar, se distinguirán las características e importancia de las diferentes fuentes
normativas del Derecho de la Integración Regional, es decir, el Derecho Primario, el
Dotado de órganos propios, tiene poderes soberanos en ciertas materias específicas, y –en la
misma medida- los Estados miembros han perdido la soberanía en tales ámbitos reservados a la
comunidad o bloque en cuestión. Sin embargo, como señala Ekmedjian (1996), entre ellos los países
conservan competencias residuales, las que deben ejercer conforme a la política legislativa
comunitaria.
Para entender estas relaciones de derecho, resulta imprescindible abandonar el concepto
tradicional de soberanía indivisible, sustituyéndolo por otro nuevo, el de la soberanía divisible,
esto es, para cada materia, el cual se ajusta más al concepto de los bloques de integración.
En efecto, el presupuesto principal del Derecho de la Integración Regional está dado por la creación
de nuevas entidades, de composición intergubernamental, pero de tipo supranacional, que son
distintas de los Estados nacionales y también se diferencian de los clásicos organismos
internacionales.
Señala Ekmekdjian (1996) que uno de los rasgos que caracteriza especialmente a las entidades
supranacionales gestadas por medio de este nuevo derecho de integración -a diferencia de lo que
sucede con los organismos internacionales típicos-, es que los órganos de las mismas tienen poderes
directos y coercitivos, no sólo sobre los Estados miembros, sino y fundamentalmente sobre los
habitantes de éstos. Ello implica que hay una suerte de transferencia (parcial) de ciertos atributos
emanados de la soberanía de los Estados miembros hacia la entidad supranacional que los agrupa.
El grado de integración más perfecto que se ha logrado hasta el día de la fecha se encuentra, sin duda,
en el ámbito de la Unión Europea, la cual se ha consolidado como una organización autónoma que
ejerce los poderes que los Estados miembros le han cedido expresamente desde el momento de su
integración. En el ámbito de las competencias así atribuidas, la Unión Europea ejerce poderes
normativos propios, que no requieren necesariamente intervención de los Estados miembros para
producir sus naturales efectos y que, en todo caso, gozan de primacía sobre las normas nacionales a
las cuales desplazan.
El Tribunal Europeo de Luxemburgo manifestó en oportunidad de resolver el célebre caso "M.
Flaminio Costa c/ ENEL", del 15 de julio de 1964, que la Comunidad Económica Europea estaba
dotada de instituciones y de personalidad propias, como de la consecuente capacidad jurídica y
representación internacional: “al constituirse una Comunidad de duración ilimitada dotada de
instituciones propias, de personalidad, de capacidad jurídica, de capacidad de representación
internacional, y más particularmente de poderes reales nacidos de una limitación de competencias
o de una transferencia de atribuciones de los Estados a la Comunidad, éstos han limitado, aunque
en ámbitos restringidos, sus derechos soberanos y han creado así un cuerpo de derecho aplicable a
sus súbditos y a ellos mismos".
Esta doctrina fue completada por el Tribunal Europeo en el fallo "Cilfit", del 6 de octubre de
1982, cuando dijo manifestó "ese cuerpo de derecho, surgido de una fuente autónoma, constituye
una fuente de derecho en sentido propio, dotado de sus propias fuentes, capaz de generar sus propios
principios y sus propias categorías conceptuales, no siempre coincidentes con el Derecho Nacional".
Estas normas, en suma, tienen como objetivo inmediato la integración económica
mediante la formación de un mercado común sin barreras aduaneras internas, pero van
avanzando hacia una integración política, fundamentalmente por la dependencia recíproca y por la
actividad de los poderes supranacionales, que van creando un derecho distinto y superior a los
derechos nacionales.
Ocurre que todo proceso de integración trae como consecuencia la creación de órganos y
autoridades comunes a los Estados parte, cuya misión será la de dictar normas de convivencia
tendientes a la consecución de los objetivos perseguidos con la unión.
Para que la integración sea viable, es necesario que las normas dictadas por los órganos
comunitarios, llamadas Derecho de la Integración Regional, tengan recepción inmediata en el derecho
interno de cada uno de los Estados Miembros. La efectiva vigencia de estas normas exigirá que ellas
tengan carácter “supralegal” es decir, cuenten con jerarquía superior a las leyes internas dictadas
por cada uno de los Estados.
En función de lo dicho, resulta evidente que el Derecho de la Integración Regional presenta varias
características propias que lo distinguen de otras ramas del derecho. A continuación, se analizarán las
más importantes, distinguiendo por su parte las especificidades que tales características presentan en
el caso del Mercosur, en virtud de su menor grado de desarrollo.
La primacía.
Las normas comunitarias tienen jerarquía superior a las normas del derecho interno de los Estados
miembros.
Esta primacía es incondicional y absoluta, ya que si los Estados miembros -mediante medidas
unilaterales posteriores- pudieran poner en tela de juicio una norma comunitaria, se pondría en
peligro la existencia misma del bloque regional, menoscabando la confianza mutua (Ekmedjian,
1996).
El carácter que analizamos se fundamenta en la cesión de soberanía que los Estados miembros
realizan en favor de las instituciones regionales. Tal cesión sólo es posible dotando de superioridad
jerárquica a la norma comunitaria en materias de su competencia.
La Primacía
Las normas comunitarias tienen
jerarquía superior a las normas
del derecho interno de los
Estados miembros.
Es incondicional y absoluta, ya que
si los estados miembros pudieran
poner en tela de juicio una norma
comunitaria, se pondrían en
peligro la existencia del bloque
regional.
Se fundamenta en la cesión de
soberanía que los estados
miembros realizan en favor de las
instituciones regionales. Tal cesión
sólo es posible dotando de
superioridad jerárquica a la norma
comunitaria en materias de su
competencia
En la Unión Europea
La Primacía
El principio de primacía del
Unión Europea MERCOSUR ordenamiento de la Unión fue
Fue instaurado por el Según Ekmedjian (1996) instaurado por el Tribunal de
Tribunal en 1964 (caso el principio de primacía no Justicia de la UE tras la
Flaminio Costa c/ E.N.E.L). está incorporado al derecho sentencia de 15 de julio de
Se da inclusive sobre las del Mercosur. 1964 en la que se enfrentaba
normas nacionales de Freeland (1996), sostiene Flaminio Costa contra
jerarquía constitucional. que existe una primacía E.N.E.L.
Es de aplicación obligatoria “parcial”, en el caso de
por parte del poder judicial. nuestro país, en cuanto que Con dicha sentencia, el
Supone que los estados la Constitución Nacional Tribunal de Justicia consideró
miembros tienen la reconoce expresamente en que “la primacía del Derecho
responsabilidad de eliminar su artículo 75 inciso 24 la comunitario limita el margen
de sus ordenamientos supremacía de las normas de maniobra a los Estados
jurídicos las normas que comunitarias sobre las leyes Miembros impidiendo que
contraríen o de cualquier nacionales (aunque no prevalezca un derecho
modo obstaculicen traben, respecto a la Constitución opuesto al de las instituciones
retrasen, la plena vigencia del misma) europeas”.
derecho de la Unión Europea
El Tribunal de Justicia declaraba también en esta sentencia, que “los Estados Miembros no podían
alegar la norma de reciprocidad, por lo que existía así, la imposibilidad de que hicieran prevalecer,
contra un ordenamiento jurídico por ellos aceptado sobre una base de reciprocidad, una medida
Diana Espíndola Página 105
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
unilateral”.
Es importante destacar que la supremacía del Derecho de la Unión se da inclusive sobre las normas
nacionales de jerarquía constitucional; ello ha creado innumerables problemas de hermenéutica
jurídica, lo que demuestra que este derecho es un nuevo género de orden jurídico que ha tenido y aún
tiene numerosos conflictos que resolver a medida que avanza en su consolidación (Ekmedjián).
La primacía del ordenamiento de la Unión es de aplicación obligatoria por parte del
poder judicial. La característica no se garantiza a través de un mandato al ejecutivo o al legislativo,
sino que tal y como señaló el Tribunal de Justicia de la UE, es el juez competente en una materia
determinada quien está obligado a "aplicar íntegramente el Derecho comunitario y proteger los
derechos que éste confiere a los particulares, dejando sin aplicación toda disposición eventualmente
contraria de la ley nacional anterior o posterior a la regla comunitaria" (TJCE, Sentencia de 9 de
marzo de 1978, asunto "Simmenthal").
Ello supone que los Estados miembros tienen la responsabilidad de eliminar de sus ordenamientos
jurídicos las normas que contradigan o de cualquier modo obstaculicen (traben, retrasen, etc.) la
plena vigencia del Derecho de la Unión Europea (Freeland, 1996).
En el Mercosur
Señala Ekmedjian (1996) que el principio de primacía no está incorporado al derecho comunitario del
Mercosur.
Por el contrario, Freeland (1996), sostiene que existe una primacía “parcial”, en el caso de nuestro
país, en cuanto que la Constitución Nacional reconoce expresamente en su Art. 75 inc. 24 la
supremacía de las normas comunitarias sobre las leyes nacionales (aunque no respecto a la
Constitución misma). Abordaremos esta cuestión con mayor detalle al analizar las características
propias de cada fuente normativa del Mercosur.
El efecto directo.
Ekmedjian alude a esta característica del Derecho de Integración Regional como “aplicabilidad directa”, mientras que denomina
“aplicabilidad inmediata o automática” a lo que nosotros describiremos como “aplicabilidad directa”.
El efecto directo
Este principio incrementa la
Las normas del Derecho de Integración Regional eficacia del derecho
tienen capacidad para generar derechos y obligaciones Comunitario y la protección de
para los ciudadanos de los Estados miembros. los derechos de los particulares,
ya que permite que éstos puedan
oponer una norma comunitaria al
margen de que existan o no textos
Efecto directo vertical: surge
por la posibilidad del particular de
internos, lo que rara vez ocurre en el
invocar, frente a los órganos caso del Derecho Internacional.
jurisdiccionales de su Estado, los Es necesario distinguir dos tipos de
efectos inmediatos que se efectos directos: De este modo,
desprenden de una obligación tenemos el llamado "efecto directo
impuesta a los Estados miembros vertical", que es aquel que surge por
por una norma comunitaria
la posibilidad del particular de
Efecto directo horizontal:
consiste en la posibilidad de que el invocar, frente a los órganos
particular pueda invocar frente a jurisdiccionales de su Estado, los
otros particulares las normas del efectos inmediatos que se desprenden
derecho comunitario de una obligación impuesta a los
Estados miembros por una norma
comunitaria.
Éste se distingue del "efecto directo horizontal", que consiste en la posibilidad de que el
particular pueda invocar frente a otros particulares las normas del derecho comunitario. Como se
verá más adelante, este segundo tipo de efecto cuenta con muchísimas más limitaciones.
En la Unión Europea
El Efecto Directo
Unión Europea Mercosur
Principio sentado por el TJUE en el Ekmedjian (1996) señala que si
fallo “Van Gend en Loos” (1963). bien esta característica no está
explícita, los habitantes de los
Los particulares tienen derecho a Estados miembros pueden ser
invocar ante los tribunales parte, en los procedimientos de
ordinarios las disposiciones del las normas comunitarias.
Derecho de la Unión y éstas les
conceden de manera y obligaciones. Freeland (1996) reconoce a las
normas comunitarias efecto
Supone la facultad de los directo, en cuanto que tanto el
particulares para exigir ante sus derecho primario como el
jueces nacionales el reconocimiento secundario crean derechos y
de los derechos que les confieren obligaciones para los Estados
tratados, reglamentos, directivas o miembros y sus ciudadanos, que
decisiones comunitarias y la los poderes internos del Estado
correlativa obligación de los jueces tienen la obligación de garantizar
nacionales de aplicarlos
Los particulares tienen derecho a invocar ante los tribunales ordinarios las disposiciones del Derecho
de la Unión, e igualmente, éstas les conceden de manera directa derechos y obligaciones. Ello supone
la facultad de los particulares para exigir ante sus jueces nacionales el reconocimiento de los derechos
que les confieran los tratados, reglamentos, directivas o decisiones comunitarias y la correlativa
obligación de los jueces nacionales de aplicarlos, cualquiera que sea la legislación del país al cual
pertenezca (Ekmedjian, 1996).
El efecto directo no ha sido reconocido expresamente en los tratados fundacionales de la UE, sino
que se trata de un principio jurisprudencial sentado por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea a
partir de la sentencia “Van Gend en Loos, de 5 de febrero de 1963”.
No existe un criterio nítido para determinar si una norma del Derecho de la Unión posee o no efecto
directo. El Tribunal de Justicia de la UE dice al respecto que se habrá de "considerar no sólo la
forma del acto en cuestión, sino también su contenido, así como su función dentro del sistema del
Tratado", y de ser posible, que "se preste por su naturaleza a producir efectos directos en las
relaciones jurídicas entre los Estados miembros y sus justiciables (TJCE, Sentencia de 3 de abril de
1968, Molkerei Zentrale, Rec. 1968).
Por otro lado, el mismo Tribunal sentenció que el criterio determinante para que una norma tenga
efecto directo se fundamentará en que ésta sea obligatoria, y no discrecional, para el Estado miembro
o la institución comunitaria en cuestión.
En el Mercosur
Ekmedjian (1996) señala que si bien esta característica no está explícita en el derecho comunitario del
Mercosur, de alguna manera los habitantes de los Estados miembros pueden ser parte –con muchas
limitaciones- en los procedimientos de aplicación de las normas comunitarias. Esto es así tanto con
relación a la generación del Derecho de la Integración Regional (por ejemplo, mediante la
participación de los sectores privados en los subgrupos de trabajo y comisiones ad hoc del GMC,
donde se gestan gran parte de las decisiones del CMC y las resoluciones del GMC), como respecto a su
aplicación jurisdiccional (recordemos que los particulares pueden intervenir o iniciar una reclamación
conforme al Sistema de Solución de Controversias instituido por el PO, cuando sus intereses se vean
afectados como consecuencia de decisiones adoptadas por los Estados Partes, contrarias a normativa
emanada de los órganos Mercosur, y por medio de la respectiva sección nacional GMC).
Abordaremos esta cuestión con mayor detalle al analizar las características propias de cada fuente
normativa del Mercosur.
Freeland (1996) por su parte, le reconoce a las normas comunitarias del Mercosur efecto directo sin
mayores ambages, en cuanto que sostiene que tanto el Derecho Primario como el secundario crean
derechos y obligaciones tanto para los Estados miembros como para sus ciudadanos, que los poderes
internos del Estado tienen la obligación de garantizar. Abordaremos esta cuestión con mayor detalle
al analizar las características propias de cada fuente normativa del Mercosur.
La aplicabilidad directa.
La aplicabilidad directa
De acuerdo con Ekmedjian
Las normas del Derecho de la Integración Regional se
(1996), la aplicabilidad
incorporan automáticamente al orden jurídico interno de
directa implica la adopción de la
cada uno de los Estados miembros, sin necesidad de
Teoría Monista en la relación
ninguna norma de derecho interno que las adopte
derecho externo- derecho
Implica la adopción de la teoría
interno, desechando el dualismo.
monista en la relación de derecho Conforme a ello, las normas
externo derecho- interno, desechando primarias y las derivadas del
el dualismo Derecho de la Integración
Las normas primarias y derivadas del Regional deben ser aplicadas por
Derecho de la Integración Regional
deben ser aplicadas por los poderes de
los poderes de los Estados
los Estados miembros, no pudiendo miembros, no pudiendo invocar
invocar razones de derecho razones de derecho
constitucional para abstenerse de constitucional para abstenerse de
hacerlo hacerlo.
En la Unión Europea
El Derecho de la Unión Europea se integra en los ordenamientos jurídicos de los países miembros, de
manera que no necesitan de fórmula especial alguna para que sea insertado y pase a formar parte de
los distintos ordenamientos jurídicos internos.
Ello implica que no se puede tratar de evitar la normativa comunitaria basándose en un eventual
incumplimiento del procedimiento de recepción del Estado en cuestión. En el caso de las decisiones y
directivas, que sencillamente marcan unos objetivos de obligado cumplimiento dejando su ejecución
en manos de cada Estado miembro, no es que se produzca una recepción propiamente dicha, sino que
sencillamente la forma de ejecutar los objetivos es determinada en función del libre arbitrio de cada
Estado.
En el Mercosur
Ekmedjian (1996) sostiene que si bien en el Mercosur las normas comunitarias no tienen todavía esta
característica de forma plena, en nuestro país, a partir del fallo de la CSJN dictado en la causa
“Ekmedjian c/ Sofovich” (1992), reafirmado por el dictado en la causa “Fibraca c/ Comisión Técnica
Mixta de Salto Grande” (1993), se puede afirmar que se ha adoptado la Teoría Monista en la relación
derecho externo-derecho interno. Esta teoría, que luego fue receptada por la reforma constitucional
de 1994, implicaría un primer paso hacia la aplicabilidad directa.
Freeland (1996) por su parte, sostiene que el derecho del Mercosur (primario y secundario) goza de
aplicabilidad directa, y que las normas secundarias o derivadas, sólo requieren ser incorporadas
cuando exigen un desarrollo posterior, es decir, cuando no son claras y precisas o están sujetas a
condiciones. Abordaremos esta cuestión con mayor detalle al analizar las características propias de
cada fuente normativa del Mercosur.
La aplicabilidad directa
Mercosur
Unión Europea Según Ekmedjian (1996) si
El Derecho de la Unión Europea bien las normas comunitarias no
se integra en los ordenamientos tienen esta característica, en
jurídicos de los países miembros. nuestro país se ha adoptado la
No se necesita de fórmula teoría monista, receptada por la
especial alguna para que pase a reforma constitucional de 1994,
formar parte de los distintos aplicabilidad directa
ordenamientos jurídicos internos
Ello implica que no se puede Freeland (1996) sostiene que el
tratar de evitar la normativa derecho de Mercosur goza de
comunitaria basándose en un aplicabilidad directa, y que las
eventual incumplimiento del normas secundarias o derivadas,
procedimiento de recepción del sólo requieren ser incorporadas
Estado en cuestión cuando exigen un desarrollo
posterior
En la Unión Europea
De acuerdo con Ekmedjian (1996), las relaciones entre ambos órdenes jurídicos se rigen por las
características ya descriptas, esto es, por la primacía del Derecho de la Unión sobre el derecho interno,
su efecto directo en la generación de derechos y obligaciones para los ciudadanos de los Estados
miembros, y su aplicabilidad directa en el orden jurídico de dichos Estados. Estas características, que
se presentan en su plenitud en el derecho originario de la Unión, tienen algunas particularidades en el
caso del Derecho Derivado, las que serán analizadas en detalle en el apartado 4.3.2.
Cabe agregar que entre ambos derechos existen complejas formas de cooperación que
respetan el reparto de competencias entre ambos ordenamientos. Esta cooperación
puede asumir tres formas (Ekmedjian, 1996):
Actividad de reenvío: Se manifiesta cuando el Derecho de la Unión reenvía al derecho
interno de cada Estado la ejecución de una norma concreta. Por ejemplo, cuando se remite a
los ordenamientos jurídicos nacionales para determinar el concepto de nacionalidad. En
general, la actividad de reenvío –propia del Derecho Internacional Privado- debe ser aplicada
en forma supletoria, ya que lo normal es que la materia comunitaria sea legislada por los
órganos de la Unión.
Actividad de integración: En ciertos casos, el Derecho de la Unión completa sus propias
instituciones incorporando conceptos o institutos jurídicos propios de los derechos nacionales.
Diana Espíndola Página 110
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
Así, el Art. 299 del TFUE prevé que la ejecución forzosa de las decisiones del Consejo o de la
Comisión, se regirá por las normas de procedimiento civil vigentes en el Estado en cuyo
territorio se lleva a cabo. Se trata de un procedimiento que es también propio del Derecho
Internacional Privado, cuya aplicación, igual que en el caso anterior debe ser considerada
supletoria.
Actividad de recurso: Consiste en la remisión del Derecho de la Unión al conjunto de las
legislaciones de los Estados miembros, para la aplicación de cláusulas generales. Por ejemplo,
el Art. 340 del TFUE establece que la responsabilidad extracontractual de la Unión se rige por
los principios generales comunes a los derechos internos de los Estados miembros.
En el Mercosur
Como se señaló supra, las relaciones entre el derecho comunitario y el de los Estados miembros, se
rige por las características propias del primer ordenamiento, que en el caso del Mercosur, distaban
mucho de parecerse a las similares del Derecho de la Unión (Ekmedjian, 1996).
A ello cabe agregar que entre ambos derechos (comunitario y nacional), debieran existir distintas
formas de cooperación, que respeten el reparto de competencias entre ambos ordenamientos. En el
caso de la Unión Europea, vimos que dichas formas eran las actividades de reenvío, integración y
recurso.
En el derecho comunitario del Mercosur, si bien en principio existen estas formas de
cooperación, es posible vislumbrar algunas actividades de reenvío, de integración y de recurso al
derecho interno de los países miembros, con relación a ciertos procedimientos instituidos por el
Derecho Derivado. Aclaramos sin embargo que se trata de actividades muy incipientes, ya que el
derecho de nuestro bloque aún no ha podido despegarse lo suficiente del derecho internacional
público.
El Derecho Primario.
El Derecho Primario u originario de la Unión Europea comprende:
Los Tratados constitutivos de la Unión Europea, incluidos sus anexos, apéndices y protocolos,
así como sus complementos y modificaciones posteriores (sobre todo los tratados de Maastricht,
Ámsterdam Niza y Lisboa), que fueron analizados en la Unidad 2; y
Los diversos tratados de adhesión de cada uno de los Estados que se han ido incorporando a
la Unión Europea, puesto que alteran los Tratados fundacionales o constitutivos, al menos en lo que
se refiere a la constitución de las instituciones de la Unión.
Ambos tipos de Tratados reflejan los principios jurídicos fundamentales relativos a los objetivos, la
organización y el funcionamiento de la UE, así como parte de su legislación económica (Borchardt,
2010). Son las fuentes de mayor rango, y aquellas que posibilitan la aparición del Derecho Derivado,
que está sometido al originario. El Derecho Derivado no sólo cederá en caso de contradicción con
el originario, sino que además debe estar fundamentado y originado en los diferentes Tratados que lo
componen.
Materialmente, el contenido de estos tratados presenta cierta similitud con las
constituciones internas:
enunciado programático,
establecimiento de poderes y órganos y
reparto de competencias, por lo que algunos autores suelen referirse a ellos como las
constituciones de la Unión (Freeland, 1996).
Como las constituciones, gozan de supremacía sobre el resto del ordenamiento de la
Unión, y están dotados de una especial rigidez. Lo primero se pone de manifiesto en el control
de legalidad ejercido por el TJ; la cuestión de la rigidez alude por su parte a la necesidad de un
procedimiento especial para la reforma de tales tratados.
En otras palabras, estos Tratados establecen el marco constitucional de la UE que deben llenar de
contenido, en interés de la Unión, las instituciones dotadas de competencias legislativas y
administrativas. Dado que se trata de un Derecho creado directamente por los Estados miembros,
estos principios se denominan en el lenguaje jurídico “Derecho Primario de la Unión”.
Como vimos en el apartado 4.2, este derecho originario tiene primacía sobre cualquier
norma interna, y las disposiciones que lo componen son siempre directamente aplicables, por
lo que no requieren para desplegar sus efectos, de actos de incorporación de los Estados miembros.
Finalmente, pueden ser invocados directamente por los particulares frente a los poderes públicos o
frente a otros particulares siempre que contengan un mandato claro e incondicional, es decir, que
gozan de efecto directo.
El Derecho Secundario.
El Derecho creado por las instituciones de la Unión en el ejercicio de sus competencias conferidas por
los Tratados, se denomina Derecho Derivado de la Unión, y es la segunda gran fuente del
Derecho de la UE. La mayor parte de la doctrina distingue entre actos típicos y atípicos (Freeland,
1996).
Los actos típicos son aquellos actos de las instituciones cuyo alcance está definido por los mismos
tratados, como los reglamentos, las directivas, las decisiones, las recomendaciones y los dictámenes
(Art. 288 del TFUE). Freeland identifica como características comunes a estos actos:
Reglamento
Directiva
Recomendaciones
Dictámenes
Derecho Privado
Actos internos
Reglamentos internos
Actos Atípicos Actos funcionales
preparatorios
Declaraciones,
informes, resoluciones
y programas de acción
común
Resulta importante destacar a su vez otra clasificación propuesta por Bouchardt (2010), que
distingue –dentro del Derecho Derivado- entre
Actos legislativos,
Actos delegados,
Actos de ejecución y
Otros actos jurídicos.
Los actos legislativos son actos jurídicos adoptados por procedimientos legislativos
ordinarios o especiales (Art. 289 del TFUE).
Los actos delegados son actos no legislativos de aplicación general y obligatoria, para
complementar o modificar ciertos elementos no esenciales de un acto legislativo. Son dictados
por la Comisión, debiendo existir un acto legislativo expreso por el cual se delegue poder a la
Comisión para este propósito. Los objetivos, contenido, alcance y duración de la delegación de
poder, se definen explícitamente en el acto legislativo en cuestión. Esta delegación de poder
puede ser revocada por el Consejo o el Parlamento Europeo en cualquier momento. Un acto
delegado puede entrar en vigor sólo si no ha habido objeción alguna por parte del Parlamento
Europeo o del Consejo en el plazo fijado por el acto legislativo (artículo 290 del TFUE).
Los actos de ejecución son una excepción al principio según el cual todas las medidas
necesarias para implementar actos jurídicos obligatorios de la UE corresponden a los Estados
miembros, de conformidad con sus disposiciones nacionales. Cuando son necesarias condiciones
uniformes para la ejecución de los actos jurídicamente vinculantes de la UE, ello se hace por
medio de los correspondientes actos de ejecución, que generalmente son adoptados por la
Comisión, y, en algunos casos excepcionales, por el Consejo. Sin embargo, el Parlamento
Europeo y el Consejo establecen previamente las normas y principios generales relativos a los
mecanismos de control por los Estados miembros del ejercicio de las competencias de ejecución
por parte de la Comisión (artículo 291 del TFUE).
Por último, hay un conjunto de otros actos jurídicos que las instituciones de la Unión pueden
utilizar para dictar medidas y declaraciones no vinculantes o que regulan el funcionamiento
interno de la UE o de sus instituciones, como los acuerdos o arreglos entre las instituciones, o las
reglas internas de procedimiento.
El siguiente cuadro resume las distintas categorías de actos mencionadas en la
clasificación de Bouchardt (2010) y que se desarrollarán en el próximo título:
Reglamentos
Decisiones
DERECHO
DERIVADO
Actos delegados
Actos no
legislativos Actos de ejecución
Otros actos
Recomendaciones y
Dictámenes
Resoluciones,
Declaraciones y Programas
de Acción
Los actos jurídicos pueden adoptar diversas formas. Las más importantes son aquellas
incluidas en el Art. 288 del TFUE. En su calidad de actos jurídicos vinculantes, contienen tanto
normas jurídicas y directrices generales y abstractas, como medidas concretas e individuales. Asimismo
contemplan la adopción de declaraciones no vinculantes de las instituciones de la Unión.
Esta relación no es exhaustiva, pues el Derecho de la Unión derivado comprende otros actos
jurídicos que no pueden catalogarse en la misma. Entre ellos figuran resoluciones, declaraciones,
programas de acción y papeles verdes y blancos (Green and White Papers). La diferencia entre los
diversos actos jurídicos del Derecho Derivado con respecto al procedimiento de su adopción, sus
efectos jurídicos y los grupos a los que van dirigidos es considerable.
¿Cuáles son los destinarios y los efectos de los distintos actos jurídicos de
las instituciones de la Unión?
En el momento de la fundación de la UE hubo que “inventar” el sistema de actos
jurídicos de la Unión. Para ello se planteó, en particular, la cuestión de la naturaleza que debían
tener los actos jurídicos de la Unión y sus efectos.
Por una parte había que considerar que las instituciones debían estar en condiciones de conciliar de
forma eficaz, es decir, sin depender de la buena voluntad de los Estados miembros, las distintas y
desiguales condiciones económicas, sociales e incluso ambientales de los Estados miembros y, de esta
forma, crear las mejores condiciones posibles para todos los ciudadanos de la Unión.
Por otra parte, no se debía interferir con los ordenamientos jurídicos nacionales más de lo
necesario. Por ello, la totalidad del sistema normativo y de acción jurídica de la UE obedece al
principio de que en aquellos casos en que es necesaria una normativa común, incluso detallada, para
todos los Estados miembros, el acto de la Unión debe sustituir a la normativa nacional, pero que en
aquellos casos en que no existe dicha necesidad, deben tenerse debidamente en cuenta los
ordenamientos vigentes de los Estados miembros.
Sobre esta base se desarrollaron los instrumentos que permiten a las instituciones de la
Unión incidir en diversa medida en los ordenamientos jurídicos nacionales
(Borchardt, 2010):
La forma extrema es aquella en que la reglamentación nacional es sustituida por la normativa de la
Unión.
A continuación están las disposiciones de la Unión con las que las instituciones de la UE inciden tan
sólo indirectamente en los ordenamientos de los Estados miembros. Queda después la posibilidad de
adoptar medidas dirigidas a un destinatario determinado o identificable para resolver un caso
individual concreto.
Por último, existen los actos jurídicos que no contienen ninguna disposición de obligado
cumplimiento por parte de los Estados miembros o los ciudadanos de la Unión.
En el siguiente cuadro, se distinguen los diferentes instrumentos jurídicos de la Unión
Europea con relación a las personas a las que están dirigidos y sus efectos prácticos
en los Estados miembros:
Instrumento Destinatarios Efectos
A continuación, haremos una breve descripción de las características generales y específicas de cada
uno de los actos jurídicos mencionados.
Los reglamentos
Los actos jurídicos con los que las instituciones de la Unión pueden intervenir con mayor intensidad
en los ordenamientos jurídicos nacionales son los reglamentos, que tienen una fuerza superior a
todas las leyes internas, a las que se imponen de pleno derecho (incluyendo las de orden
constitucional).
Los definen dos propiedades muy poco comunes en el Derecho internacional
(Bouchardt, 2010):
Su carácter comunitario, que consiste en la particularidad de imponer el mismo Derecho
en toda la Unión sin tener en cuenta las fronteras, y de ser válido de manera uniforme e
íntegra en todos los Estados miembros. Esto significa que los Estados no pueden aplicar las
disposiciones de un reglamento de forma parcial o decidir cuáles aplican para, de esta forma,
excluir las normas a las que un Estado miembro se ha opuesto en el procedimiento de decisión
o que son contrarias a ciertos intereses nacionales. Los Estados miembros tampoco pueden
sustraerse a la obligatoriedad de las disposiciones reglamentarias amparándose en normas y
usos del Derecho Nacional.
Su aplicabilidad directa, es decir, que los reglamentos no necesitan una normativa
especial de aplicación de carácter nacional del Estado para conferir o imponer a los
ciudadanos de la Unión derechos y obligaciones iguales a los que les atribuye e impone el
Derecho Nacional. Entran en vigor con su sola publicación en el Diario Oficial de la Unión
Europea, en la fecha en que ellos mismos determinan o en su defecto, a los 20 días de su
publicación. Los Estados miembros, sus instituciones, tribunales y autoridades, así como todas
las personas incluidas en el ámbito personal de aplicación del reglamento, están directamente
obligados por el Derecho de la Unión y deben respetarlo como si se tratara del Derecho
Nacional.
Estos caracteres suponen otros dos, mencionados por Freeland (1996):
Los reglamentos tienen alcance general (en cuanto no se aplican a destinatarios
determinados sino a categorías determinadas de forma abstracta y global);
Los reglamentos son obligatorios en todos sus elementos, por lo que no cabe a su
respecto la adopción de reservas que impliquen una inaplicación total o parcial de sus normas.
Las similitudes entre estos actos jurídicos y las leyes nacionales saltan a la vista. En la medida en que
se adopten en régimen de codecisión con el Parlamento Europeo (según el llamado procedimiento de
codecisión), pueden denominarse “actos legislativos o leyes”. Los reglamentos adoptados únicamente
por el Consejo o la Comisión Europea carecen de este factor de corresponsabilidad parlamentaria, de
modo que —al menos desde una óptica formal— no presentan todas las características de una ley.
Las directivas
La directiva es, junto al reglamento, el instrumento más importante de actuación de la Unión. Intenta
combinar la necesaria unidad del Derecho de la Unión con el mantenimiento de la variedad de las
peculiaridades nacionales.
Así pues, el objetivo principal de la directiva no es —como en el caso del reglamento— la unificación
del Derecho, sino la aproximación o armonización de las legislaciones. Con dicha aproximación se
pretende eliminar las contradicciones entre las disposiciones legislativas y administrativas de los
Estados miembros o suprimir paso a paso las diferencias, con el fin de que en todos los Estados
miembros se impongan en lo posible los mismos requisitos. La directiva se revela así como uno de los
instrumentos fundamentales en la consecución del mercado interior.
La directiva sólo es obligatoria para los Estados miembros respecto del objetivo que propone, dejando
a su elección la forma y los medios para alcanzar los objetivos establecidos a escala de la Unión en el
marco del ordenamiento jurídico nacional.
Esta integración de los Estados miembros refleja la intención de atenuar la necesidad de intervención
en la estructura legal y administrativa nacional. Así, los Estados miembros pueden tener en cuenta las
peculiaridades nacionales a la hora de realizar los objetivos del Derecho de la Unión.
A este efecto, las disposiciones de una directiva no sustituyen automáticamente a las del Derecho
Nacional, sino que los Estados miembros están obligados a adecuar su legislación a la normativa de la
Unión. Esto requiere, por regla general, un procedimiento normativo dividido en dos fases
(Borchardt, 2010):
En la primera fase, se establece el objetivo de la directiva para sus respectivos destinatarios,
es decir, varios o todos los Estados miembros, que debe ser materializado dentro de un plazo
concreto. Las instituciones de la Unión pueden predeterminar dicho objetivo a través de
normas detalladas, de forma que a los Estados miembros apenas les quede margen para
configurar un contenido material propio. Esta posibilidad se utiliza sobre todo en el ámbito de
las normas técnicas y de la protección del medio ambiente.
En la segunda fase, de carácter nacional, se procede a transponer o incorporar el
objetivo prescrito por el Derecho de la Unión dentro del Derecho de los Estados miembros. Aun
cuando éstos tienen libertad para elegir la forma y los medios de incorporación, se evaluará si
las disposiciones correspondientes han sido adoptadas conforme al Derecho de la Unión, con
arreglo a los criterios del propio ordenamiento de la Unión. El principio aplicado es que la
incorporación deberá crear una situación jurídica que permita reconocer de forma
suficientemente clara y precisa los derechos y obligaciones que emanan de las disposiciones de
la directiva, y así los ciudadanos de la Unión podrán hacerlos valer u oponerse a ellos ante los
tribunales nacionales.
Para ello siempre es necesario que se adopten actos jurídicos obligatorios de carácter nacional o que
se anulen o modifiquen disposiciones legales y administrativas vigentes. Un simple acto
administrativo no es suficiente, ya que éste, por su propia naturaleza, puede ser modificado
a discreción de la administración y recibir asimismo una publicidad insuficiente.
Las directivas no crean derechos y obligaciones inmediatos para los ciudadanos de la
Unión; se dirigen expresamente tan sólo a los Estados miembros.
Los ciudadanos de la Unión adquieren derechos y obligaciones sólo a través de los actos
de ejecución de la directiva adoptados por las autoridades competentes de los Estados miembros.
Ello significa que el ciudadano de la Unión resultará perjudicado si la realización del objetivo previsto
en la directiva fuese favorable para él y no se hubieran producido los actos nacionales de ejecución o
bien la incorporación fuese deficiente.
A fin de excluir en lo posible estos inconvenientes, el TJ ha reiterado en su jurisprudencia que, en
determinadas circunstancias, los ciudadanos de la Unión pueden invocar directamente las
disposiciones de la directiva, reclamar los derechos previstos en ella y, en su caso, acudir a los
tribunales nacionales. Según el TJ, las condiciones para que se produzca este efecto
directo son:
Que las disposiciones de la directiva determinen los derechos de los ciudadanos de la Unión o
de las empresas de forma suficientemente clara y precisa;
Que el ejercicio del Derecho no esté vinculado a ninguna condición u obligación;
Que el legislador nacional no tenga ningún margen de apreciación a la hora de fijar el contenido
del Derecho;
Que haya expirado el plazo para la incorporación de la directiva.
Esta jurisprudencia del TJ sobre el efecto directo de las directivas se basa sencillamente en la idea de
que un Estado miembro actúa de forma contradictoria e ilegal si aplica su legislación sin adaptarla
debidamente a las disposiciones de la directiva. Este ejercicio abusivo del Derecho por parte de un
Estado miembro se contrarresta con el reconocimiento del efecto directo de la disposición de una
Diana Espíndola Página 118
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
directiva en la medida que con ello se evita que dicho Estado miembro obtenga alguna ventaja de su
incumplimiento del Derecho de la Unión. En este sentido, el efecto directo de las directivas adquiere
carácter sancionador.
A la luz de esta clasificación resulta lógico que hasta ahora el TJ solamente haya reconocido el efecto
directo de las directivas en la relación del individuo con el Estado miembro, y únicamente en la
medida en que dicho efecto favorezca a los ciudadanos de la Unión y no vaya en detrimento de ellos,
es decir, en los casos en que el Derecho de la Unión prevé una normativa más favorable para los
ciudadanos que el Derecho Nacional no adaptado (el denominado “efecto directo vertical”). En
cambio, el TJ ha rechazado el efecto directo de las directivas y recomendaciones CECA en
la relación entre particulares (denominado “efecto directo horizontal”).
El carácter sancionador del efecto directo lleva al TJ a establecer que dicho efecto no
puede producirse entre los particulares, ya que no se les puede responsabilizar de las
omisiones de los Estados miembros. Los ciudadanos están mejor defendidos por los principios
de la seguridad jurídica y de protección de la confianza legítima, ya que tienen derecho a confiar en
que los efectos de una directiva sólo pueden aplicárseles conforme a los actos de transposición o
incorporación nacionales.
pública.
En este caso, el TJ se encontraba ante el problema de que si bien dicha Directiva tenía por objeto
conceder a los trabajadores un derecho subjetivo al cobro de su salario con cargo a este fondo de
garantía, la aplicabilidad directa de dicho derecho, es decir, su reclamación ante los tribunales
nacionales, no podía reivindicarse, ya que, al no haberse efectuado la transposición de esta Directiva,
no se habían creado estos fondos de garantía y, por consiguiente, no era posible determinar el deudor
de las indemnizaciones devengadas a raíz de la quiebra.
En su sentencia, el TJ decidió que el Estado italiano era responsable de la indemnización de los daños
y perjuicios causados a los trabajadores afectados al haber privado a éstos del derecho que dicha
Directiva les concedía por no haber incorporado esta última. A pesar de no estar contemplada
expresamente en el Derecho de la Unión, la obligación de indemnización es, en opinión del TJ, parte
inseparable del ordenamiento jurídico de la Unión, ya que su plena eficacia se vería afectada y
quedaría mermada la protección de los derechos fundamentados en dicho ordenamiento, si los
ciudadanos de la Unión no tuviesen la posibilidad de obtener una indemnización en caso de que sus
derechos se viesen conculcados por una actuación contraria al Derecho de la Unión por parte de los
Estados miembros.
De manera resumida, podemos señalar como características principales de las
directivas las siguientes (Freeland, 1996):
Imponen una obligación de resultado, dejando librada a los Estados la elección de la forma y
los medios para su cumplimiento.
A diferencia de los reglamentos, requieren la intervención normativa de los Estados miembros
para transformarse en derecho interno. Ello significa que carecen de aplicabilidad directa,
aunque como vimos, pueden desplegar efectos directos en ciertas circunstancias.
Deben ser notificadas a sus destinatarios, que pueden ser uno, varios o todos los Estados
miembros. La misma directiva prevé un plazo para su desarrollo interno, a los fines de que
desplieguen todos sus efectos.
Son el instrumento preferido por las instituciones para la armonización de las legislaciones de
los países miembros.
Establecen por lo general la obligación para los Estados miembros de informar a la Comisión
acerca de las medidas nacionales relativas a su desarrollo y ejecución, lo que le permite a este
órgano controlar su aplicación.
Las decisiones
La tercera categoría de actos jurídicos en el sistema normativo de la UE son las decisiones. En algunos
casos, las instituciones de la Unión son directamente responsables de la implementación de los
Tratados y reglamentos. Para lograr dicha implementación de un modo eficaz, necesitan de la
capacidad de adoptar medidas que sean vinculantes para determinados ciudadanos, empresas o
Estados miembros. Esto equivale a lo que ocurre en los ordenamientos jurídicos nacionales, en los
que las autoridades aplican la legislación en casos particulares por medio de la adopción de actos
administrativos.
En el ordenamiento de la Unión, esta función corresponde a la decisión individual, la cual constituye
el acto jurídico típico mediante el cual las instituciones de la Unión regulan, con carácter obligatorio,
los casos particulares.
Por medio de una decisión, las instituciones de la Unión pueden exigir a un Estado miembro, a una
empresa o a un ciudadano de la Unión que realice o se abstenga de realizar una acción, otorgarle
Recomendaciones y Dictámenes
Por último, una categoría de actos jurídicos expresamente prevista en los Tratados de la Unión, es la
compuesta por las recomendaciones y los dictámenes. Esta categoría permite a las instituciones de la
Unión expresarse de forma no vinculante ante los Estados miembros y, en algunos casos, también
ante los ciudadanos o las empresas de la Unión, sin imponer con ello obligaciones legales a sus
destinatarios.
En las recomendaciones se sugiere a los destinatarios un comportamiento determinado, sin
obligarlos jurídicamente a adoptarlo. Así, en los casos en que la adopción o modificación de una
disposición legal o administrativa de un Estado miembro distorsiona las condiciones de competencia
del mercado común, la Comisión puede recomendar al Estado miembro en cuestión las medidas
adecuadas para evitar dicha distorsión (segunda frase del apartado 1 del artículo 117 del TFUE).
En cambio, las instituciones de la Unión (la Comisión y el Consejo) emiten dictámenes
cuando se trata de evaluar una situación actual o determinados procesos en la Unión o los Estados
miembros. En ocasiones, los dictámenes sirven asimismo para preparar actos jurídicos vinculantes
posteriores o son requisito de un proceso ante el TJ (artículos 258 y 259 del TFUE).
La importancia fundamental de las recomendaciones y dictámenes reside sobre todo
en el ámbito político y moral. Al prever estos actos jurídicos, los autores de los Tratados
esperaban que los afectados seguirían el consejo recibido en virtud de la autoridad de las
instituciones de la Unión y su amplia visión y conocimiento supranacionales, o bien que reaccionarían
adecuadamente frente a su evaluación de una determinada situación. No obstante, las
recomendaciones y dictámenes pueden adquirir indirectamente efectos jurídicos, cuando crean las
condiciones para actos jurídicos vinculantes posteriores o si la propia institución que las adopta
asume algún compromiso, con lo cual se establece, en determinadas circunstancias, un elemento de
confianza legítima (Bouchardt, 2010).
Diana Espíndola Página 121
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
Declaraciones
En cuanto a las declaraciones, hay que distinguir entre dos formas:
1. en la medida en que estén relacionadas con el desarrollo ulterior de la
Unión, como la Declaración sobre la UE, la democracia o los derechos fundamentales,
su importancia equivale en lo esencial a la de las resoluciones. Se recurre a ellas en
particular cuando se pretende llegar a un público amplio o a un grupo determinado de
destinatarios.
2. Asimismo se adoptan declaraciones en relación con la toma de decisiones del
Consejo. En este caso, se trata de declaraciones en las que los miembros del Consejo
expresan conjunta o individualmente su opinión sobre la interpretación de las
decisiones adoptadas por el Consejo. Estas declaraciones interpretativas son práctica
común en el Consejo y representan un medio indispensable para llegar al consenso en el
seno de éste.
Su importancia jurídica debe evaluarse con arreglo a los principios generales de
interpretación. Según éstos, la interpretación de una disposición viene determinada, entre
otros factores, por la voluntad de su autor. Sin embargo, esto sólo es válido en la medida en
que las declaraciones interpretativas hayan sido objeto de la publicidad necesaria, ya que el
Derecho Derivado de la Unión que concede derechos directos a los individuos no puede ser
limitado por pactos accesorios no publicados.
Programas de acción
Estos programas son elaborados por el Consejo o la Comisión por propia iniciativa o a
propuesta del Consejo Europeo y sirven para concretar los programas legislativos y objetivos
generales contemplados en los Tratados de la Unión. En la medida en que dichos programas
estén previstos expresamente en los Tratados, su contenido es obligatorio para las
instituciones de la Unión. Por el contrario, otros programas se entienden en la práctica
únicamente como orientaciones que carecen de efectos jurídicos vinculantes. No obstante,
expresan la intención de las instituciones de la Unión de actuar de acuerdo con su contenido.
El derecho complementario.
Como mencionamos supra, el derecho complementario está conformado por el derecho internacional
general y los acuerdos celebrados por los Estados miembros entre sí y con terceros, y por el bloque
regional con terceros.
No nos detendremos a considerar en este apartado las normas del Derecho Internacional, en cuanto
que son objeto de estudio de otra asignatura, limitándonos a señalar que la Unión Europea, como
cualquier organización internacional, se encuentra sometida al derecho internacional general, que le
será aplicado en materias tales como el derecho de los tratados, la función pública internacional, los
privilegios e inmunidades, etc. en la medida en que no posea una regulación propia.
Consideramos importante por su parte explayarnos en las características de los tratados
internacionales entre:
La Unión Europea y otros Estados no miembros (terceros países); y
Los Estados miembros.
La jurisprudencia
Finalmente, cabe mencionar como otra fuente complementaria del Derecho de la Unión a la
jurisprudencia. La misma surge fundamentalmente a partir de los fallos del Tribunal de Justicia de la
Unión Europea. Es una fuente formal muy importante, ya que ayuda a cubrir lagunas del Derecho de
la Unión.
Como señala Freeland (1996), la actividad del TJ ha dado lugar a la creación de una verdadera
legislación jurisprudencial, con la afirmación de principios tales como el efecto y la aplicabilidad
directa de las normas comunitarias, la doctrina del efecto útil, la primacía del orden comunitario y
muchos otros, a partir de una interpretación teleológica o finalista de los preceptos insertos en los
Tratados.
Es importante destacar que también los tribunales ordinarios van creando jurisprudencia al aplicar el
Derecho de la Unión, aunque la interpretación de dicho Derecho es prerrogativa del Tribunal de
Justicia de la Unión Europea. Es por ello que está prevista la cuestión prejudicial por parte de los
tribunales ordinarios de los Estados miembros.
La doctrina
Los trabajos de los estudiosos del Derecho de la Unión en manuales, tratados y revistas, son
frecuentemente invocados por las instituciones comunitarias (en especial por la Comisión y el TJ) a la
hora de fundamentar sus normas y sus sentencias (Freeland, 1996).
Convenios entre
Estados miembros
El Derecho Primario.
Está conformado por las fuentes citadas en los apartados I y II del art. 41 del Protocolo
de Ouro Preto, a saber:
El Tratado de Asunción, sus protocolos y los instrumentos adicionales o complementarios; y
Los acuerdos celebrados en el marco del Tratado de Asunción y sus protocolos.
Es decir, se incluyen dentro del Derecho Primario no sólo el Tratado de Asunción, sino además los
Protocolos de Brasilia, Ouro Preto y Olivos, estudiados en la Unidad 3.
Señala Freeland (1996) que el Tratado de Asunción se encuadra dentro de la categoría de los tratados
“marco o constitución”, es decir, que contienen reglas de carácter programático que deben ser
desarrolladas por los órganos comunitarios a los que atribuye competencia normativa. Pero también
contienen normas que recogen simples obligaciones de hacer o de abstenerse, dirigidas a los Estados
miembros, como los Arts. 4 y 7.
Para Freeland, los tratados que componen el Derecho Primario del Mercosur tienen primacía sobre
el resto del ordenamiento jurídico comunitario y presentan la característica de rigidez a la que nos
referimos al hablar del Derecho Primario de la Unión Europea. Además, son directamente aplicables,
es decir que una vez ratificados por los Estados miembros, conforme a sus respectivos
procedimientos internos, no necesitan de otro acto de incorporación para desplegar sus efectos.
Respecto a estos efectos, Freeland (1996) señala que como toda norma de Derecho Primario, los
tratados despliegan efectos directos, verticales y horizontales, siempre que contengan un mandato
claro, preciso e incondicionado de hacer o de no hacer determinada cosa.
En el caso de la Argentina (y también en el Paraguay), las normas del Derecho Primario tienen
además primacía sobre todo el ordenamiento interno, excepto sobre el constitucional (Art. 75 inc. 24
CN), lo que de acuerdo con Freeland (1996), puede acarrear en el futuro seguras dificultades.
Al igual que en el caso europeo, esta primacía supone que cualquier norma de derecho interno que
se oponga a una comunitaria debe recibir, por lo menos, la misma sanción que en la Unión, es decir,
la no aplicación por el juzgador en beneficio de la regla comunitaria. Además, implica una obligación
por parte de los Estados miembros de adecuar sus legislaciones internas a la legislación común
(primaria y derivada), derogando o modificando la ley, el decreto o el acto normativo interior que
impida o dificulte su plena eficacia y cumplimiento (Art. 38 POP).
El Derecho Secundario.
Al igual que en el caso del Derecho Secundario de la Unión Europea, es posible aquí también
distinguir entre actos típicos y atípicos.
Actos típicos
Los actos típicos son los enumerados en el artículo 41 del POP, y comprenden por lo
tanto a:
Las Decisiones del Consejo del Mercado Común
Las Resoluciones del Grupo Mercado Común y
Las Directivas de la Comisión de Comercio del Mercosur.
Muchos de estos actos jurídicos tienen alcance general y contenido normativo, dentro del territorio
del Mercosur, y todos son adoptados en ejercicio de las facultades que los Estados miembros le han
conferido a los órganos del Mercosur, cuya nómina y competencias hemos tratado en la Unidad 3. Su
regulación se encuentra prevista por el Capítulo III del Protocolo de Ouro Preto, en los Arts.
37 a 39.
Como principio, todas las decisiones deben tomarse por consenso y con la presencia de todos los
Diana Espíndola Página 128
DERECHO DE INTEGRACIÓN REGIONAL
Mientras que Ekmedjian (1996) sostiene que el Derecho Derivado del Mercosur carece de estas
características.
Freeland (1996) por el contrario se las reconoce, aunque con algunas limitaciones, que
analizaremos a continuación:
Respecto a la primacía, a partir de la sanción del Art. 75 inc. 24 de la
Constitución Nacional, no pueden caber dudas de que en la Argentina, las normas
derivadas de los órganos del Mercosur prevalecen sobre las leyes internas: “las normas
dictadas en su consecuencia tienen jerarquía superior a las leyes”. Es decir, en el
ámbito nacional, el Derecho Derivado goza de primacía sobre el derecho interno, con
excepción de las normas constitucionales (Freeland, 1996).
Respecto al efecto directo, Freeland (1996) sostiene que los actos jurídicos que
componen el Derecho Derivado crean derechos y obligaciones tanto para los Estados
miembros como para los ciudadanos, y que los poderes internos del Estado tienen la
obligación de garantizar o hacer cumplir. Ello es así siempre que las normas sean
claras, precisas e incondicionadas o cuando el Estado parte obligado no desarrolle, en
En ambos casos, la norma derivada puede establecer condiciones especiales en torno a la fecha o
plazos para su incorporación, prevaleciendo en tal supuesto, la regulación particular.
Actos atípicos
Son aquellos que no se encuentran enumerados en el Art. 41 el POP. Como en el caso de la Unión
Europea, algunos tienen un carácter meramente interno, mientras que otros despliegan efectos
jurídicos fuera del ámbito comunitario:
Actos internos: Esta categoría incluye
a) los relativos a la organización y al funcionamiento de las instituciones y órganos
(reglamentos internos); y
b) los proyectos normativos preparatorios, tales como las propuestas de decisiones
del GMC al CMC, las propuestas de la Comisión de Comercio al GMC (Art. 20
POP), las recomendaciones del FCES al GMC (Art. 29 POP), entre otros.
Actos sui generis: comprenden los programas de trabajo o de acción que el CMC y el GMC
pueden elaborar (Arts. 8 y 14 del POP) y los informes y rendiciones de cuentas, como los de la
Secretaría Administrativa del GMC (Art. 32 VIII, POP).
El siguiente cuadro sintetiza la clasificación presentada:
Decisiones (CMC)
Reglamentos internos
Proyectos normativos
preparatorios
El Derecho Complementario.
El Derecho internacional general
El Mercosur, por ser una organización internacional, está sometido al igual que la Unión Europea a las
reglas del Derecho Internacional General que le serán aplicadas en la medida en que no posea una
reglamentación particular (por ejemplo, en materia de tratados, de privilegios e inmunidades, etc.).
vigor, vinculan a algunos miembros del bloque entre sí y con terceros Estados.
Tales acuerdos no tienen naturaleza comunitaria ni son actos de las instituciones regionales, pero en
el Mercosur tienen una gran importancia. Por ejemplo, los Tratados de Montevideo de 1960 y 1980,
constitutivos de la ALALC y la ALADI (este último aún vigente).
Estos tratados, en caso de ser anteriores al TA, deben adaptarse a él, eliminando las
incompatibilidades que se observen, y si son posteriores, deben evitar contradecirlo, al igual que al
resto de las normas del Derecho Primario y Derivado.
Venezuela se integró como Estado Miembro el 4 de julio de 2006, habiendo sido previamente Estado
Asociado en el período 2004– 2006.
Además de estos acuerdos, el Mercosur ha firmado tratados de libre comercio con la Comunidad
Andina, Israel y Egipto, y Acuerdos preferenciales de Comercio con la India y la Unión Aduanera de
África Austral (SACU), para mencionar los más importantes.
Además, lleva a cabo tratativas para realizar acuerdos comerciales con la Unión Europea, con Corea
del Sur, con el Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos,
Kuwait, Qatar y Omán), con Jordania, con Turquía, con Siria y con los Territorios Palestinos.
La jurisprudencia
Incluye los laudos del Tribunal Permanente de Revisión creado por el PO, y el de los tribunales
arbitrales ad hoc creados a partir del Protocolo de Brasilia, así como también la jurisprudencia de los
tribunales internos.
La doctrina
Comprende los trabajos de los especialistas en Derecho de la Integración Regional, nacionales y
extranjeros, que son tenidos en cuenta a la hora de decidir un laudo arbitral, o de que el Consejo fije el
alcance de alguna norma, o cuando se invoquen normas comunitarias ante las jurisdicciones
domésticas.
Otras fuentes
Bibliografía Lectura 4
Ekmekdjian, M. A. (1996). Introducción al Derecho Comunitario Latinoamericano (2ª Ed.). Buenos Aires: Depalma.
Freeland López Lecube, A. (1996). Manual de Derecho Comunitario (1ª Ed.). Buenos Aires: Ábaco.
Bibliografía ampliatoria
Borchardt, K. (2002). El ABC del Derecho comunitario. Luxemburgo: Oficina de Publicaciones Oficiales de las
Comunidades Europeas.
Borchardt, K. (2010). The ABC of European Union Law. Luxemburgo: Oficina de Publicaciones Oficiales de la Unión
Europea.
http://www.bnm.me.gov.ar/
Unidad 4.3.2. El Derecho Secundario Los Programas de Acción en el marco del Derecho de la Unión
Europea, pueden ser caracterizados como actos:
De derecho derivado
Atípicos
Sui generis
No vinculantes, salvo excepciones
El conjunto de las demás opciones configura la opción correcta
los Programas de Acción forman parte del derecho derivado, en cuanto que emanan de las instituciones
comunitarias (son elaborados por el Consejo o la Comisión), son atípicos en cuanto que no se mencionan en
el Art. 288 del TFUE, son sui generis ya que despliegan efectos fuera del ámbito institucional de la Unión y
no vinculantes, salvo excepciones (cuando están previstos expresamente en los Tratados) ya que se
entienden en la práctica únicamente como orientaciones que carecen de efectos jurídicos vinculantes
Lectura 1.2.4. La Unión Económica y Monetaria La Unión Económica y Monetaria implica A la libre
circulación de mercancías, el arancel externo común y la libre circulación de servicios y factores de
producción, se le agrega una única moneda y una misma política económica
La UEM es la etapa de integración económica más compleja y perfecta: en ella, a todas las condiciones de
los anteriores modelos, se le suma la existencia de una moneda única para todos los Estados miembros, que
son además regidos por una política económica común (Freeland, 1996)
¿Los acuerdos entre los Estados miembros de la Unión Europea están sujetos al control
jurisdiccional del Tribunal de Justicia? no, porque no tienen naturaleza comunitaria ni son actos de
las instituciones
Freeland señala que los acuerdos concluidos por los Estados miembros al no tener naturaleza comunitaria y
no ser actos de las instituciones no están sujetos a control jurisdiccional del Tribunal de Justicia de la Unión
Europa.
¿En cuál de las siguientes políticas comunitarias las instituciones vinculadas con el proceso
decisorio europeo no tienen la obligación de consultar al Comité de las Regiones? Política de
defensa y seguridad
La consulta al Comité de las Regiones por parte del Consejo de la Unión Europea y la Comisión es
obligatoria en algunos casos (consulta obligatoria), en particular en los ámbitos de la educación, la cultura, la
sanidad, la ampliación de las redes transeuropeas, las infraestructuras de transporte, telecomunicaciones y
energía, la cohesión económica y social, la política de empleo y la legislación en materia social. Entre las
materias de consulta obligatoria, los tratados no mencionan la política de defensa y seguridad, que no es por
lo tanto, competencia del Comité.
El efecto directo de una norma comunitaria es un concepto elaborado por: El Tribunal de Justicia.
Según señala Freeland el efecto directo de una norma comunitaria es un concepto elaborado por el Tribunal
de Justicia de las Comunidades
En los diferentes procesos de integración la segunda etapa, en grado de complejidad y perfección, es
Unión aduanera
Freeland señala que existen diferentes formas de integración económica, cada una de ellas supone mayor
complejidad que la anterior. La unión aduanera es la segunda etapa.
Respecto al derecho de la Unión Europea: ¿Cuál de las siguientes afirmaciones NO es correcta? los
actos típicos comprenden a los reglamentos, las directivas, las declaraciones, los informes y las
resoluciones
Los actos típicos del derecho derivado de la Unión Europea comprenden los reglamentos, las directivas, las
decisiones, las recomendaciones y los dictámenes (Art. 288 del TFUE),
Respecto al derecho de la Unión Europea: ¿Cuál de las siguientes afirmaciones es correcta?
El derecho derivado es el conjunto de actos adoptados por las instituciones de la Unión
El derecho derivado se puede clasificar en actos típicos o atípicos
Los actos atípicos se pueden clasificar en actos internos o actos sui generis
El derecho originario prevalece sobre el derecho derivado
Según el TJUE, las directivas pueden tener un efecto directo bajo ciertas condiciones, entre las que
podemos mencionar Que sus disposiciones determinen los derechos de los ciudadanos o de las
empresas de forma clara y precisa
El TJ ha reiterado en su jurisprudencia que, en determinadas circunstancias, los ciudadanos de la Unión
pueden invocar directamente las disposiciones de la directiva, reclamar los derechos previstos en ella y, en
su caso, acudir a los tribunales nacionales. Según el TJ, las condiciones para que se produzca este efecto
directo son: Que las disposiciones de la directiva determinen los derechos de los ciudadanos de la Unión o
de las empresas de forma suficientemente clara y precisa (lo que configura por lo tanto la opción correcta);
Que el ejercicio del Derecho no esté vinculado a ninguna condición u obligación; Que el legislador nacional
no tenga ningún margen de apreciación a la hora de fijar el contenido del Derecho; y Que haya expirado el
plazo para la incorporación de la directiva
En su época, el Benelux fue un ejemplo de Unión Aduanera
El Benelux, en su forma original -integrado por Bélgica, Holanda y Luxemburgo-, es citado por autores como
Freeland (1996, p. 54) como un ejemplo de Unión Aduanera
1.2.1 El tratado constitutivo de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) data del año1959
Freeland señala que el tratado constitutivo de la AELC, fue hecho en Estocolmo el 20/11/59
¿Qué instrumento dio origen a ALALC (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio)? Tratado de
Montevideo de 1960
El 18 de febrero de 1960 se firmó en Montevideo el Tratado que establece la ALALC, y que entró en vigor el
10 de Junio de 1961. El Tratado de Montevideo fue inicialmente suscripto por Argentina, Brasil, Chile,
México, Paraguay, Perú y Uruguay.
Uno de los principales aportes del Consejo de Europa fue La sanción del ""Convenio para la
Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales"".
Freeland señala que uno de los logros del Consejo de Europa fue la sanción del ""Convenio para la
Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales"".
Lectura 2 En el ámbito de la Unión Europea, salvo ciertas excepciones, la iniciativa legislativa
corresponde a: La Comisión
La Comisión es el motor de la política de la Comunidad. En ella se originan todas las acciones comunitarias,
puesto que le corresponde presentar propuestas al Consejo para las normativas comunitarias (el
denominado derecho de iniciativa).
2.1.1 ¿En qué ampliación de la Unión Europea se incorporó Finlandia? En la cuarta
Freeland señala que en 1995, cuarta ampliación, las Comunidades Europeas se ampliaron a su
conformación actual (la ""Europa de los 15"") con los ingresos de Suecia, Austria y Finlandia.
¿Cuántos países integraron la Unión Europea tras la quinta ampliación del año 2004? 25
el 1 de mayo de 2004, se incorporaron República Checa, Chipre (sólo la parte greco-chipriota), Eslovaquia,
Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta y Polonia, con lo cual la Unión Europea pasaría a estar
integrada por 25 Estados miembros.
Entre los países que formaron parte de la cuarta ampliación de la Unión Europea (por entonces
Comunidad Europea) en el año 1995, encontramos a: Finlandia
Freeland señala que en 1995 las Comunidades Europeas se ampliaron a su conformación actual (la ""Europa
de los 15"") con los ingresos de Suecia, Austria y Finlandia.
El plan Schuman perseguía como objetivo a largo plazo: echar las bases para la construcción de una
Unión Europea
Freeland señala que el Plan Schuman perseguía tres objetivos, uno de ellos es el de una ""Unión Europea""
como solución a la cuestión del peligro del rearme alemán y para el reaseguramiento de la paz.
Lectura 2.1.3. El Acta Única Europea (AUE) El logro de un mercado interior europeo a partir del año
1993 -establecido como objetivo en el Acta Única Europea-, significa que Las mercaderías, los
servicios, los capitales y las personas circulan libremente entre los estados miembros del bloque
como si se tratara de un único territorio
El AUE, firmada en Luxemburgo y la Haya en febrero de 1986, pretende superar el objetivo del mercado
común para alcanzar el del mercado interior. Según su artículo 13, dicho mercado implicará un espacio sin
fronteras interiores, en el que la libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales estará
garantizada de acuerdo con las disposiciones del presente Tratado.
Respecto de las instituciones de las Comunidades Europeas, el Consejo está conformado por: 27
miembros
¿Quién fue uno de los precursores argentinos más importantes del derecho de la integración
latinoamericana? Juan Bautista Alberdi
Ekmekdjian sañala que el ilustre tucumano fue un profeta de la integración latinoamericana, no sólo de la
economía, sino incluso de la humanitaria.
Entre las atribuciones del Parlamento del Mercosur se encuentra la siguiente: Emitir declaraciones,
recomendaciones e informes sobre cuestiones vinculadas al desarrollo del proceso de integración
El Art. 4 del Protocolo Constitutivo del Parlamento del Mercosur (2005) establece entre las atribuciones del
mismo la de Emitir declaraciones, recomendaciones e informes sobre cuestiones vinculadas al desarrollo del
proceso de integración, por iniciativa propia o a solicitud de otros órganos del Mercosur
Lectura 3 El Parlamento del Mercosur (PM) - estructura, integración y atribuciones - La Secretaria
Administrativa (SA) estructura, integración y atribuciones "Informar regularmente a los Estados
Partes sobre las medidas implementadas por cada país para incorporar en su ordenamiento jurídico
las normas emanadas de los órganos del Mercosur" es una actividad asignada por el Protocolo de
Ouro Preto a la Secretaría Administrativa del Mercosur
las actividades asignadas por el Art. 32 del Protocolo de Ouro Preto a la Secretaría administrativa, se
encuentra la de Informar regularmente a los Estados Partes sobre las medidas implementadas por cada país
para incorporar en su ordenamiento jurídico las normas emanadas de los órganos del Mercosur previstos en
el Artículo 2 de este Protocolo (Ap. IV).
Unidad 3.2.7. El sistema de solución de controversias El Tribunal Permanente de Revisión del
Mercosur está integrado por: 5 árbitros
El Art. 18 del Protocolo de Olivos que lo crea, establece que El Tribunal Permanente de Revisión estará
integrado por cinco (5) árbitros
Unidad 3 Entre las atribuciones del Grupo Mercado Común, NO se encuentra: Elaborar estudios y
anteproyectos de normas nacionales, orientados a la armonización de las legislaciones nacionales de
los Estados Partes
En efecto, dicha atribución no corresponde al GMC sino al Parlamento del Mercosur (Art. 4.14 del Protocolo
Constitutivo 2005). Ello invalida por lo tanto las demás opciones, en cuanto que mencionan atribuciones que
sí son propias del GMC, y que se encuentran consagradas en el Art. 14 del POP.
4.1 Ekmekdjian califica al derecho comunitario como: Derecho propio de los Estados miembros
Ekmekdijan señala que el derecho comunitario no es un derecho extranjero ni siquiera un derecho exterior,
es un derecho propio de los Estados miembros. Ésta es una disciplina con autonomía propia y, en
consecuencia, distinta del derecho internacional público y del derecho interno de los Estados miembros
4.1.2 El efecto directo de una norma comunitaria puede ser invocado por los particulares en sus
relaciones: Con sus Estados, con otros Estados miembros o con otros particulares
Freeland señala que según el principio del efecto directo la norma comunitaria crea derechos y obligaciones
no solo para los Estados firmantes (como es lo tradicional) sino también respecto a los particulares
(empresas o individuos) que pueden invocarlas en sus relaciones con otros particulares, con el Estado al que
pertenecen o con otros Estados miembros.
4.3.2 La característica del reglamento, que lo distingue sustancialmente de la decisión como fuente
del derecho derivado o secundario de la Unión Europea, es: su alcance general
La decisión tiene validez individual, con lo que se distingue del reglamento. Los destinatarios de una decisión
deben designarse individualmente y sólo están obligados de forma particular (cf. Freeland, 1996, p. 194).
4.3.2 Indique cuál de los siguientes no puede ser clasificado como un acto atípico en el derecho
comunitario europeo: Recomendaciones
Freeland los califica como actos típicos.
Lectura 4 Derecho Secundario En el marco del derecho de la Integración Regional (Unión Europea),
los dictámenes: Son utilizados por el Consejo o la Comisión para emitir una opinión
Las instituciones de la Unión (la Comisión y el Consejo) emiten dictámenes cuando se trata de evaluar una
situación actual o determinados procesos en la Unión o los Estados miembros
4.4.2 Son actos típicos del derecho secundario del Mercosur: Decisiones, Resoluciones y Directivas
"Los actos típicos son los enumerados en el artículo 41 del POP, y comprenden por lo tanto a: Las
Decisiones del Consejo del Mercado Común; las Resoluciones del Grupo Mercado Común y las Directivas de
la Comisión de Comercio del Mercosur. Los proyectos normativos preparatorios y los programas de trabajo
del Grupo Mercado Común son actos atípicos."
En el año 1949 por medio del tratado de Bruselas nació: OTAN
A los fines de gozar de efecto directo, es obligatorio que una directiva comunitaria europea:
reúna las características de claridad, precisión e incondicionalidad
Estimados alumnos,
Buenos días. Les escribo para comentarles cómo pueden acceder a la bibliografía obligatoria de la
materia:
- Ekmedjian, M. A.A. (1994). Introducción al Derecho Comunitario Latinoamericano. (2a. Ed.). Buenos
Aires: Depalma.
- Freeland Lopez Lecube, A. (1996). Manual de Derecho Comunitario. (1a Ed.). Buenos Aires: Abaco.
Para acceder a los libros, primero deben ingresar en el sitio de la Universidad, en la Biblioteca:
https://21.edu.ar/content/biblioteca