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Para Martín (1995), en la investigación social, se utiliza las historias de vida como un
complemento a otras técnicas. Con esta técnica se pretende describir dinámicas
ocupacionales y familiares, incorporando datos y sucesos de manera cronológica
confiriendo significado y relevancia a temas que el investigador considere importantes
para la investigación; por otra parte, es necesario corroborar y verificar los hechos
narrados por medio de documentos, fotos, etc.
De su lado, Cotán (2012) menciona que al indagar en una historia de vida no significa
entrar en la intimidad del protagonista, esto debido a un previo consentimiento, donde
sin ninguna clase de presión los dos actores (el entrevistado y entrevistador) elaboran
el relato de vida.
La principal técnica utilizada en las historias de vida son las entrevistas en profundidad,
las cuales se obtienen durante algunos encuentros con el entrevistado, quien expone
sentimientos, pensamientos, valores, entre otros aspectos. (Cotán, 2012)
Es importante que usted, como estudiante, aprenda a narrar, por lo que le invito a
ingresar y aprobar un minicurso para redactar historias, ya que esto le permitirá
descubrir la utilidad de las historias y el proceso de narración. Es necesario que se
registre en Prueba T, con su correo creado en Gmail, en la siguiente
dirección: https://pruebat.org/. En la parte superior derecha, dé clic en Entrar, luego
en registro y llene los datos solicitados.
Para muchos sociólogos, las historias de vida se desarrollaron a partir del IX Congreso
Mundial de Sociología (1989). Desde entonces, el enfoque idiográfico, que se encarga
de comprender el comportamiento y no cuantificarlo, y el método biográfico de la
investigación etnográfica se han ido desarrollando. En la actualidad, hay un elevado
número de publicaciones con la metodología cualitativa en el ámbito sociológico,
antropológico, pedagógico y educativo. (Martín, 1995)
El autor propone el relato de vida como sinónimo de relato biográfico, el cual se refiere
exclusivamente a la reconstrucción biográfica. Hace tres décadas Denzin, más tarde
Bertaux (1981) y luego Pujadas (1992) fijaron definitivamente el término historias de
vida como la narrativa de vida de una persona, recogida, analizada e interpretada por
un investigador, más los registros, documentos y entrevistas a personas del entorno
para validar su contenido.
Según Bassi (2014), una buena razón para hacer una historia de vida es acceder a un
abanico de información que de otra forma no se obtendría con otra metodología; por
otra parte, indica que permite generar hipótesis.
Para Thoms y Znaiecky (1958:1832), citados por Pujadas (2012), los documentos
personales son una fuente de información, así como los relatos biográficos que
posibilitan la formulación de hipótesis y el establecimiento de relaciones causales entre
variables; por otro lado, a través del relato se puede acceder también al análisis de
relaciones familiares o de trabajo o de grupos en la sociedad. Permite obtener
respuestas a nuestras preguntas, conocer y evaluar el impacto transformador en la vida
cotidiana del entrevistado. Así mismo, el uso de relatos de vida paralelos posibilita
tener una buena muestra representativa de análisis, así como también dan validez en
el control de resultados; todo esto se realiza con grupos sociales homogéneos.
Además, Martín (1995) indica como desventaja que historias de vida es una técnica
subjetiva, descriptiva e incluso arbitraria. Como parte de las metodologías cualitativas,
descuida la teoría y no puede ser generalizada debido a que su proceso de elaboración
y construcción no está estandarizado siendo único en cada caso; no permite
replicación, por lo que se la acusa de falta de validez y representatividad.
En esta figura, se puede observar los dos enfoques que propone Schawaart y Jacobs
(2003), para quienes las dos orientaciones son complementarias ya que en el estudio
de caso de una sola persona se podrían establecer comportamientos de grupo. Así lo
confirma Bassi (2014), al resaltar que el enfoque idiográfico provee de cuerpo y sangre
al enfoque nomotético ya que el primero indaga una parte de la sociedad mediante una
historia de vida, sin embargo, representa un problema más general.
Vargas (2002), citada por Cornejo (2006), caracteriza la epistemología del relato de
vida con estas cuatro dimensiones.
En esta figura, se puede observar los dos enfoques que propone Schawaart y Jacobs
(2003), para quienes las dos orientaciones son complementarias ya que en el estudio
de caso de una sola persona se podrían establecer comportamientos de grupo. Así lo
confirma Bassi (2014), al resaltar que el enfoque idiográfico provee de cuerpo y sangre
al enfoque nomotético ya que el primero indaga una parte de la sociedad mediante una
historia de vida, sin embargo, representa un problema más general.
Vargas (2002), citada por Cornejo (2006), caracteriza la epistemología del relato de
vida con estas cuatro dimensiones.
1. Constructivista
2. Cualitativa
3. Profunda
4. Interdisciplinaria
Si hablamos de metas, Schawatz y Jacobs (1984), citados por Martín (1995), dicen que
permite reconstruir una realidad recuperando el mundo tal cual o como lo ve la persona
entrevistada, de esta manera permite obtener información más exacta y útil.
En cuanto a los objetivos de la historia de vida, Ruiz (2012) menciona los siguientes:
Según Becker, las historias de vida cumplen las siguientes funciones:
El contar una historia de vida permite mirar hacia atrás y reflexionar sobre episodios
vividos. Quizá este es un proceso consciente al retomarlo. (F. M. Connellly y J
Clandinin, 1986-1995, citado por Huchim & Reyes, 2013)
Las historias pueden ser útiles para conceptualizar problemas en fases iniciales y
exploratorias de un estudio, también ayudan a completar la información cuando es
usada junto con otros métodos. (Denzin, 1978, citado por Huchim & Reyes, 2013)
Huchim & Reyes (2013) resaltan la utilidad de las historias de vida como una
herramienta para tener datos relevantes de un proceso integrador, permiten analizar la
realidad e identificar problemas determinados o necesidades de colectivos.
Denzin (1978), citado por Huchim & Reyes (2013), indica que el relato de vida es sinónimo
de autobiografía por lo que es una narración de la vida o de aspectos de ella de un
protagonista por iniciativa propia; mientras en la historia de vida es el investigador quien
selecciona los casos de estudio.
Durante los contactos que se tenga con el entrevistado se debe tener también apuntes
etnográficos, estos incluyen observaciones anecdóticas y que permitan enriquecer la
información, esta será una fuente de triangulación junto con la revisión de documentos
personales y el acudir a otros informantes (Bassi, 2014).
Para Bassi (2014), existe la posibilidad de limitarse a presentar la historia de vida tal y
como fue narrada por el protagonista, ya que la finalidad es la misma historia, como
presentar con análisis teórico que se sustente en una base teórica. El autor también
señala que el método biográfico en el que están las historias de vida no requiere de un
lenguaje académico, sino más bien atractivo, entretenido e interesante.
Entre los objetos teóricos estudiados con el método biográfico narrativo están:
experiencia escolar, principios docentes, ciclos de vida profesional, identidad docente,
desarrollo curricular, desarrollo profesional, ambientes de trabajo, desarrollo
institucional del centro educativo y vulnerabilidad de docentes. (Huchim & Reyes,
2013)
Las historias de vida posibilitan introducir en el ámbito educativo a los futuros docentes
de educación infantil, mediante experiencias más reales, dinámicas y participativas.
Serret, Martí & Corbaton (2016) realizaron un estudio sobre las historias de vida en la
formación de maestros de Educación Inicial en el que trabajaron con historias de vida
de maestros jubilados. La experiencia ha servido para ratificar la elección de la carrera
y los estudiantes valoran positivamente la experiencia investigadora, formativa y
testimonial, ya que han sido gestores de su aprendizaje de manera activa.
Las historias de vida pueden ir orientadas a docentes cuyas experiencias de vida les
han permitido poner en juego diversas estrategias para promover la inclusión de niños
con diferentes discapacidades.
Por último, hay una publicación que expone los trabajos en la I Jornada de Historias de
vida en educación, el cual contiene cuestiones epistemológicas, metodológicas, éticas
y de formación. Fue realizada en Barcelona por Hernández, Sancho & Rivas (2011).
Al realizar estudios cualitativos se debe tener en cuenta la ética procedural, que se refiere a
la aprobación de un comité de ética (que suelen tener las instituciones de educación
superior), y la ética práctica, que permitirá tomar decisiones en el día a día de la
investigación. (Chárriez, 2012)
Beccari & Padilla (2011) consideran que la ética se refiere a la forma cómo nos
enfrentamos a la persona entrevistada para que hable sin que esté orientada o dirigida por
nosotros (entrevistadores).
Este valor hace que una investigación sea ética y pretende proteger a las personas de
riesgos, daños o agresiones y más bien busca que la investigación genere un bien
social o personal.
La validez científica
Selección de sujetos
El autor hace referencia a la equidad en cuanto a que esta debe responder a razones
que estén relacionadas con la investigación.
Evaluación independiente
Para evitar conflictos de intereses se recomienda que otra persona experta ayude en la
lectura del trabajo, de tal manera que pueda corregir y aprobar la investigación siendo
esto parte de la responsabilidad social.
El respeto
Permite que durante todo el proceso se respete la decisión del entrevistado, el manejo
correcto y discreto de la información.
El diálogo auténtico
Anderson, Herr y Nihlen (2007) indican que la investigación acción educacional es una
investigación realizada por los propios actores en su lugar de trabajo de una manera
sistemática y libre. (Fernández & Johnson, 2015)
Dentro de los propósitos de la IA, López (2012) menciona: genera en los docentes
nuevo conocimiento sobre cómo comprender las cosas; promueve el bien social
mediante la implementación de cambios de manera práctica en el aula; y, contribuye a
generar nuevas teorías y mejoras en la práctica educativa. La IA se utiliza para mejorar
la comprensión de un fenómeno, promover el desarrollo profesional y generar
soluciones a un problema práctico.
Según Blández (2000), la investigación acción atrae a los docentes por los siguientes
secretos:
En esta etapa también debe constar la descripción del contexto sociocultural, es decir,
la descripción de la institución educativa, así como la descripción del escenario, aula o
rincón, en el caso de la educación infantil.
El docente debe no solo identificar los problemas sino priorizar aquellos que quiere
resolverlos. Se espera que el problema sea vivido en su práctica docente. Para Tello,
Varástegui & Rosales (2016), esta fase comprende la selección de la temática o nudo
crítico recurrente. También podría incluirse los incidentes críticos reiterativos.
“…iniciamos la clase con una canción interactiva que permite a los niños realizar
ejercicios de estiramiento y motricidad gruesa…” (Diario N.° 3. Líneas 11 y 12).
Análisis
Considero como docente que esta actividad motiva la capacidad de expresión corporal,
así como también incentiva a los niños. Para empezar una nueva jornada, debo buscar
nuevas y divertidas canciones infantiles para que los niños no se cansen.
Es la fase más importante ya que sabremos qué es lo que está pasando, aquí se deben
integrar las categorías o ideas producidas en una red de relaciones. En esta
estructuración, crea un guion, un modelo o una teoría del fenómeno o problema
estudiado. Este modelo o teoría podría ser aplicable a otra realidad al transferir la
información a un contexto similar.
Al hablar de teoría implícita Tello, Varástegui & Rosales (2016) sostienen que es el
conjunto organizado de conocimientos, creencias, representaciones, que responden a
la experiencia en la práctica docente, que incluye su conexiones sociales y culturales.
Para realizar un análisis textual de las categorías identificadas, los autores sugieren al
docente realizarse algunas preguntas (ver figura 5). Este análisis responde a la
reflexión, identificación y reconocimiento de sus fortalezas y debilidades para proponer
mejoras a su práctica docente de forma crítica y constructiva.
Para Tello, Varástegui & Rosales (2016), esta fase corresponde a la formulación del problema,
que debe tener el enunciado diagnóstico, que es la síntesis de la investigación con la
descripción del problema y la pregunta de acción. El problema debe contener los siguientes
elementos:
En cuanto a los objetivos, habrá que ser más específico acorde a la formulación
planteada.
En esta fase se deberá incluir una justificación que responde a las preguntas: ¿para
qué realizar esta investigación?, ¿cuál será el tipo de aporte?, ¿quiénes son los
beneficiarios?
Cabe mencionar que en este apartado se tomará en consideración los criterios para la
confiabilidad como la triangulación de datos.
Con base al resultado de la etapa anterior, se elabora un plan de acción, que permitirá verificar
la hipótesis, que por cierto es modificable a lo largo del proceso. En este diseño y ejecución se
deberán tomar en consideración los objetivos, estrategias, recursos, problemas, el proceso y la
evaluación de su implementación.
Es en esta fase donde se aplican las actividades propuestas con base a la hipótesis de
acción propuesta como solución del problema. (Tello, Varástegui & Rosales, 2016).
Para esta fase se pueden considerar criterios e indicadores que permitan realizar el
seguimiento y evaluación del plan de acción. Podría ser una lista de acciones y criterios
como el cumplimiento: óptimo, bueno, deficiente o total, parcial, no se cumplió.
La IA se considera como un espiral. Podemos volver a realizar un diagnóstico con los nuevos
elementos que disponemos y replantear el mismo u otro problema.