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Valérian y Laureline
Mézières junto a los héroes Valerián y Laureline.
Publicación
Idioma francés
Editorial Dargaud
Contenido
Tradición Franco-belga
Dirección artística
Origen[editar]
Al momento de la creación en 1959 de la revista Pilote, su equipo de
redactores trata de cubrir todos los géneros de cómic. Su objetivo es competir
con las revistas más fuertes del mercado de la historieta en Francia, es decir Le
Journal de Mickey, Spirou, Le Journal de Tintin y Vaillant. Así, el número uno
de la revista publicado el 29 de octubre de 1959 era muy heterogéneo, con
series como Astérix el Galo, Tanguy y Laverdure, Barbarroja y El pequeño
Nicolás, y a partir de 1963 El Teniente Blueberry. Mientras que René Goscinny,
redactor jefe de la revista, busca nuevos artistas para integrar en el
equipo, Greg, redactor jefe de la revista Tintín y colaborador de Pilote, crea la
serie de historias de ciencia ficción Luc Orient, publicada a partir de enero de
1967 en este seminario, y dibujada por Eddy Paape.
Christin conoce muy bien los universos de los autores de ciencia ficción John
Wyndham, A. E. van Vogt, Isaac Asimov, Poul Anderson, Jack Vance, Dan
Simmons, Ray Bradbury, René Barjavel y Theodore Sturgeon. En la frase
«ciencia ficción», prefiere la palabra ficción a la de ciencia y afirma que no le
gusta la ciencia ficción científica del Este, pero más bien prefiere la frase
« lógica-ficción». Mézières lee menos libros de ciencia ficción, pero conoce
todos los clásicos, como los libros de Isaac Asimov, Alfred E. van Vogt, Philip
K. Dick y Jack Vance.
Sin embargo, las aventuras de Valérian no son los primeros dibujos de ciencia
ficción hechos por Mézières, ya que mientras que estudiaba en la
escuela ENSAAMA, había dibujado para Cœurs Vaillants y Fripounet et
Marisette. En un título «spécial An 2000» de esta última revista, del 30 de
diciembre de 1956, dibujó una página con el escenario de Guy Hempay (su
verdadero nombre es Jean-Marie Pélaprat), una historia de anticipación
titulada Expédition Noachiscon viajes espaciales a 3000 kilómetros por
segundo.
Historia[editar]
La serie (en una primera etapa titulada Valérian, agent spatio-temporel) cuenta
las aventuras de Valérian, el héroe principal. Al principio, Laureline era un
personaje secundario que debía aparecer solo en la primera aventura. Sin
embargo, a petición de los lectores de la revista Pilote, siguió figurando en las
aventuras, ganando importancia en la serie hasta convertirse en una verdadera
heroína. A partir la publicación del álbum L'Ordre des Pierres en 2007, el título
de la serie es Valérian et Laureline, lo que es la confirmación del papel central
de Laureline, pero también de la pérdida de los dos héroes de su estatuto de
«agentes espacio-temporales», al convertirse en renegados.
Personajes principales[editar]
Valérian[editar]
Valérian es originario de Galaxity, una megaciudad terrestre del siglo XXVIII,
capital del imperio galáctico. Es desde 2713 uno de los agentes del «Servicio
Espacio-Temporal», seguramente el mejor de este servicio. Su misión es
mantener el orden terreno en el universo. Con su nave espacial, puede recorrer
todo el espacio y hacer viajes en el tiempo, tanto al pasado como al futuro. Ha
sido entrenado para pensar que Galaxity siempre tiene la razón; incluso cuando
recibe órdenes que van en contra de su moral, las cumple a regañadientes.
Prefiere ser un hombre de acción que sentarse a reflexionar sobre el camino a
seguir.
Laureline[editar]
Laureline aparece inicialmente como una chica difícil e insociable que vive en el
bosque de Arelaune en la Tierra en el siglo XI. En la primera aventura, Malos
sueños, rescata a Valérian del bosque encantado de Arelaune. Cuando
descubre accidentalmente que Valérian es un viajero del tiempo, éste se ve
obligado a llevarla consigo a Galaxity, donde es entrenada como Agente
Espacial-Temporal y asignada como su compañera en el año 2721, antes de
ser también su novia. Valérian y Laureline forman rápidamente una verdadera
pareja: su primer beso ocurre en L'Empire des mille planètes (cuarta aventura);
ocurren escenas de disputas y surgen sentimientos de celos en Brooklyn
station terminus cosmos (duodécima aventura); se oficializa su vida común al
principio de Les Foudres d'Hypsis (decimocuarta aventura).
También tiene cierta afinidad con los animales, como el Goumon de Alflolol
en Bienvenidos a Alflolol, el Convertidor Gruñón de Bluxte, visto por primera
vez en Embajador de las sombras, y el Tüm Tüm (de Lüm) y el Tchoung-
Tracer, ambos introducidos en En las fronteras (Sur les Frontières).
Otros personajes[editar]
Durante sus misiones, Valérian y Laureline tienen aliados fieles como Monsieur
Albert (un hombre retirado y que sirve como el contacto de Galaxity en el
siglo XX), los Shingouz (una raza de criaturas marrones, de pelo corto, de algo
menos de un metro de altura, que se parecen a pájaros no voladores con
hocico en lugar de pico), el Schniarfeur, el Transmuteur Grognon de Bluxte y
Ky-Gaï; también tienen enemigos más o menos peligrosos como Xombul, la
Trinité d’Hypsis, el Triumvirat de Rubanis, el Quatuor Mortis o les Wolochs.
Trama[editar]
En las tres primeras aventuras de la serie, Valérian persigue a un disidente
llamado Xombul, el «superintendente de los sueños» quien trata de tomar el
poder en Galaxity. En Les Mauvais Rêves, Xombul regresa a la Tierra en el
siglo XI para tomar los poderes del mago Albéric le Vieil. Después de haber
topado con una mujer llamada Laureline, con la ayuda de ésta Valérian logra
impedir esa tentativa. En La Cité des eaux mouvantes y Terres en flammes,
Xombul logra alcanzar de nuevo la Tierra del siglo XX. Tiene planeado
aprovechar un cataclismo nuclear para tomar conocimientos científicos
permitiéndole hacerse el nuevo jefe del universo. Sun Rae, un saqueador
neoyorquino, y Schroeder, un sabio joven, ayudan a Valérian y Laureline para
apresar a Xombul. Finalmente este último desaparece en la destrucción de una
máquina para viajar en el tiempo que no podía funcionar en aquella época.
Poco después, Jal, exmiembro del Servicio espacio-temporal, toma los poderes
de Kistna, sobreviviente de un especie muy antigua y muy poderosa, a fin de
provocar una explosión nuclear para corregir las modificaciones del desarrollo
del tiempo. En Sur les frontières, Valérian y Laureline con ayuda de Monsieur
Albert impiden que Jal concretice sus planes. Después de la pérdida de
Galaxity, los dos agentes se hacen Les Cercles du pouvoir mercenarios del
coronel Tlocq y se enfrentan al Triumvirat de Rubanis. En otra aventura, se
enfrentan a LCF Sat y de nuevo a la Trinité d'Hypsis. En Par des temps
incertains, obtienen informaciones sobre la existencia de su planeta, perdido en
un lugar desconocido en el universo.
En los dos penúltimos álbumes de la serie, Au bord du Grand Rien y L'Ordre
des Pierres, Valérian y Laureline se lanzan a la búsqueda de la Tierra de
Galaxity, en los límites del universo, uniéndose a una expedición de
exploración dirigida por la commandante Singh'a Rough'a. Descubren así la
potencia de los Wolochs que son responsables de todo por la pérdida de la
Tierra de Galaxity . Por fin en la última aventura titulada L'OuvreTemps, los
héroes deben luchar contra los Wolochs.
Cronología[editar]
La serie empieza en la Tierra, en Galaxity, en el siglo XXVIII, en los años 2720.
La cronología no sigue el orden de los álbumes sino la sucesión de los
acontecimientos en el tiempo.
Viajes espacio-temporales[editar]
Al origen de la serie hay una distinción muy fuerte entre viaje interestelar (en el
espacio) y viaje en el tiempo. Los primeros se hacen en nave espacial de tipo
XB 27 y los otros, viajes en el tiempo, se realizan a través de puertas
temporales situadas en diferentes lugares terrestres fijos (Aurelaune, New
York, Brasilia, Inverloch, etc.).
Pero eso impide los viajes en el tiempo en universos desconocidos por los
Terrenos de Galaxity, a causa de la ausencia de puertas temporales en esos
mundos extranjeros. Sin embargo en la primera historia corta Le Grand
Collectionneur, los autores simplifican los viajes espacio-temporales dando al
Servicio espacio-temporal naves de tipo XB 982 permitiendo viajes espaciales y
temporales combinados. Eso permite desarrollar aventuras sobre planetas
otras que la Tierra y da más posibilidades de escenarios a los autores.
Álbumes publicados[editar]
A continuación figura el título en francés y en español y, y el año de la edición
en forma de álbum en francés. En español, Norma Editorial ha publicado las
historias en álbumes recopilatorios.9
Adaptación cinematográfica
Me siento a escribir sobre Valerian y Laureline, una saga de cómics que descubrí en mi
más tierna infancia y que, pasados ya casi ocho lustros, continúo releyendo, disfrutando y –
¿por qué no?– maravillándome. Puedes comprarlo aquí.
Valerian y Laureline, una aventura para maravillarse a lo largo del espacio y del tiempo
De hecho, la mejor parte de preparar esta reseña ha sido sin duda la documentación, que me
ha regalado (una vez más) la ocasión de leer los 22 tomos que componen esta obra. Estoy
hablando de Valerian, agente espaciotemporal, rebautizada después como Valerian y
Laureline) con ilustración de Mézières y guión de Christin.
No resulta sencillo condensar en unas pocas palabras mi opinión sobre una saga que nació
en 1967 y que se remonta hasta el año 2013 y que en verano de 2017 volvió a ponerse de
moda gracias al estreno de la película Valerian, de Luc Besson; encomiable –aunque a mi
modo de ver fallido– esfuerzo por acercar esta obra al gran público. De hecho, esta ha sido
una saga que nunca ha estado de moda; ha sido alabada por crítica y público específico a lo
largo de los años, aunque sin llegar a alcanzar tanta repercusión como otras obras. Quizás,
el mayor reconocimiento internacional que ha tenido ha sido ser fuente directa de
inspiración para Lucas en la creación del universo Star Wars, así como base de gran
parte de la ciencia ficción que aún en la actualidad nace en series, películas, novelas o
cómics. Es decir mucho y también es decir nada.
Descarté casi de inmediato la idea inicial de reseñar solo uno de los tomos de la serie
porque creo que el mayor disfrute de Valerian y Laureline se logra visitándolo en su
conjunto, acompañando a los dos protagonistas a lo largo de todos sus viajes por este
increíble universo y contemplando la evolución de los personajes y de los mundos al cabo
de los años. Una aventura que abrieron los autores a finales de los sesenta y que cierran ya
avanzado el siglo XXI convirtiendo la saga en una historia completa con principio y final.
Lucas se inspiró en muchos detalles de esta serie para la creación de su saga espacial
La grandeza de esta obra, tanto a nivel visual como narrativo, se debe a la inteligencia de
dos franceses que han dedicado prácticamente toda su vida laboral a este trabajo. Es curioso
observar cómo Jean-Claude Mézières, el ilustrador, no tiene más currículum como
historietista que esta obra, al margen de algunos esporádicos y pequeños escarceos difíciles
de encontrar en su biografía. Pierre Christin, por su lado, aparte de una serie en
colaboración con Jacques Tardi y Enki Bilal, tampoco se ha prodigado mucho más en el
mundo del cómic. Del color de la serie se encargó Évelyn Tranlé, aunque nunca ha
trascendido su trabajo en la obra, posiblemente porque siempre estuvo bajo la intensa
supervisión de Mézières.
Como ya habréis podido observar, reseñar una obra de estas características necesitaba de
una introducción que contextualizara la parte más complicada de cualquier reseña: dar una
respuesta analítica y detallada que justifique y dé sentido a las impresiones que nos produce
una obra de arte que, como tal, siempre estará supeditada a factores subjetivos; es decir,
tratar de argumentar y objetivar nuestra impresión general. ¿Por qué hablo de ‘grandeza’
cuando me refiero a esta saga? ¿Por qué he disfrutado y sigo disfrutando Valerian y
Laureline?
Diseño de vehículos espaciales
Seguramente la parte más destacable de la serie sea la creación del universo, un verdadero
estudio antropológico del ser humano camuflado en diversas razas alienígenas, en diferentes
culturas y sociedades aparentemente alejadas de la historia terrestre, desde las que se
analizan nuestros aspectos sociales y políticos, siempre desde la óptica crítica y optimista de
dos autores enamorados sin duda de la historia de la humanidad. Y en esta creación del
universo es donde más crecen los autores. La espectacularidad de los dibujos de
Mézières es admirable en las ciudades y poblados; en el diseño de los vehículos,
detallado y variopinto; en la variedad y belleza de los entornos naturales, donde los soles de
cada mundo dotan de diferentes colores cada atmósfera y hacen de cada territorio un lugar
único; en el impresionante y completo diseño de cada raza (el bestiario de esta serie ha dado
lugar incluso a dos tomos a modo de enciclopedia galáctica: Los habitantes del cielo, 1991
y Los habitantes del cielo II, 2000).
Todo ello apoyado –y aquí vemos la mano de Christin, aunque resulta complicado
separarlos– por un diseño de escenarios meticulosamente elaborado, que justifica por la
propia historia de cada lugar su estructura, un diseño de vehículos directamente relacionado
con la evolución de cada cultura, un diseño de vestuario adaptado a cada raza alienígena, a
sus características y también, como no podría ser de otra manera, a su historia. En
definitiva, una riqueza y variedad que no puede dejar indiferente, elaborada con gran
meticulosidad y trabajo, sin dejar casi nada al azar. Todo en el universo de Valerian y
Laureline tiene vida y entidad propia.
Arquitecturas y paisajes espectaculares
Los pájaros del amo, 1973, uno de los tomos más recordados de la serie
El diseño de los personajes merece también mención aparte. El hilo conductor de la serie lo
forma la pareja protagonista, Valerian y Laureline, y resulta un interesante ejercicio
observar cómo han evolucionado a lo largo de los años, cómo ha madurado la relación entre
ellos y cómo se han desarrollado, tanto a nivel personal, como en su actitud frente al
universo del que forman parte.
La ilustración de la pareja protagonista fue evolucionando con la obra
Sin embargo, al igual que ocurre a menudo en las grandes obras del cine, los actores
secundarios brillan en ocasiones incluso más que los protagonistas, tanto los recurrentes (los
adorables negociantes Shinguz, el flemático Albert, Ralph, el glapum’tiano amante de la
gastronomía vegetal…), tanto los que aparecen en menos volúmenes. Estos personajes
inolvidables no hacen sino cohesionar aún más el universo en el que se desarrollan las
aventuras y dan el contrapunto cómico a cada historia.
Esto es algo que aquel que se acerque por primera vez a esta aventura espaciotemporal debe
tener muy en cuenta, ya afronte su lectura de manera cronológica o bien siga el orden
marcado por las diferentes ediciones. Hoy en día, aquí en España, su acceso resulta sencillo
a través de los siete tomos integrales editados por Norma Editorial (2006-2010).