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Traducción: Manuel Monfort Gómez

ES EVIDENTE QUE EXISTE LA


NATURALEZA HUMANA
De paso por París, un día después de que Donald Trump sea elegido
como presidente de Estados Unidos, el célebre lingüista y filósofo
Noam Chomsky, también crítico acérrimo de la propaganda
mediática y el imperialismo americano, nos concede una entrevista
en exclusiva. Al recapitular su obra y su trayectoria, el concepto de
naturaleza humana destaca como el principal resorte de su lucha
contra todo poder.
Entrevista recogida y traducida al francés por Martin Legros/Fotos Édouard Caupeil

NOAM CHOMSKY EN SIETE FECHAS

7 de diciembre de 1928

Nace en Filadelfia

1945

Comienza sus estudios de Filosofía y Lingüística en la Universidad de Pennsylvania

1961

Se le nombra profesor del Departamento de Lenguas Modernas y Lingüística del Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT) en Boston.

1967

Su llamamiento a la "responsabilidad de los intelectuales" (el título de uno de sus libros) frente a la guerra de Vietnam
y el apoyo a los desertores del ejército en un "llamamiento a la resistencia contra todas las formas de autoridad
ilegítima" le convierte en uno de los críticos más virulentos de la política exterior estadounidense.

1979

Polémica en Francia por su defensa de la libertad de expresión de las posturas negacionistas de Robert Faurisson.

1988

Publica Los guardianes de la libertad

2016

Recibe la Medalla de Oro de la Sociedad Internacional de Filología, en París.


Traducción: Manuel Monfort Gómez

“Focus on what matters!” ("¡Concéntrese en lo que importa!"), Noam Chomsky


responde a una joven que le pregunta: "¿Qué hacer, aquí y ahora, Sr.
Chomsky?". Estamos en el centro Wallonie-Bruxelles de París, donde el
lingüista acaba de recibir la medalla de oro de la Sociedad Internacional de
Filología. Se suponía que la ceremonia iba a tener lugar en la Asamblea
Nacional, pero, debido a presiones ocultas, el grupo socialista que iba a darle la
bienvenida ha cambiado de opinión. La revista Philosophie, que tenía que
reunirse con el filósofo por la mañana, hizo un llamamiento al público para que
el evento se llevara a cabo. Chomsky, toda una eminencia en lingüística,
también es un intelectual comprometido que a menudo ataca unilateralmente la
propaganda de los medios de comunicación y el imperialismo americano. Sin
embargo, la relación entre las ideas del filósofo sobre el lenguaje y sus
posicionamientos políticos no es evidente, tanto que algunos pueden haber
pensado que existen dos Chomskys. Pero el hombre al que hemos entrevistado
acerca de su vida, su obra, y su opinión respecto a la elección de Donald Trump
era uno y era el mismo. En muchos aspectos, sus ideas se distinguen de nuestros
hábitos intelectuales. Desde Lévi-Strauss, Foucault y Derrida, buscamos una
señal de libertad en la plasticidad humana y en la variedad cultural. Chomsky,
por su parte, defiende la idea de una naturaleza humana inmutable y
estructuras mentales innatas, y encuentra en ellas los fundamentos de nuestra
libertad. Según él, si fuéramos verdaderamente maleables, si no tuviéramos el
ancla de la naturaleza, no tendríamos la fuerza para resistir. Y concentrarnos en
lo esencial cuando todo se hace para distraernos.

¿Marca la elección de Donald Trump como presidente de EE.UU. una


nueva era política?

Demos un paso atrás. Al final de la segunda guerra mundial, el 6 de agosto de


1945 para ser precisos, nació una nueva era, la era nuclear. Con la bomba
atómica, la humanidad alcanzó los medios para el fin de su propia existencia.
Con la expansión de la energía nuclear, varios incidentes nos pusieron a
minutos del desastre. Sin embargo, todas las oportunidades que se han
presentado desde entonces para reducir o eliminar la amenaza nuclear han sido
ignoradas. Pero lo que no se sabía en 1945 era que una segunda era estaba
comenzando: el Antropoceno, definido por el impacto destructivo de la
humanidad sobre el medio ambiente y la extinción de especies animales. Hace
unos meses, en el Congreso Internacional de Geología, los científicos
recomendaron que se estableciera el año 1945 como el amanecer de esta nueva
era geológica. ¡El Antropoceno comenzó exactamente al mismo tiempo que la
era nuclear! Y estas dos eras amenazan con converger el día de mañana, cuando
las migraciones climáticas y los conflictos por recursos hídricos involucren a
potencias nucleares. El final de la Segunda Guerra Mundial parece ser el
momento en el que la humanidad emprendió una marcha disciplinada hacia el
precipicio. Y el 8 de noviembre de 2016 nos ha llevado un paso más allá.
Traducción: Manuel Monfort Gómez

¿Podría considerarse la elección de Trump como un evento histórico


igual de importante que el Antropoceno?

A juzgar por la cobertura mediática, no sería muy desmesurado. Mira la portada


de la revista alemana Der Spiegel, por ejemplo: muestra la cabeza de Trump con
su pelo en llamas y su boca precipitándose sobre la Tierra como el asteroide
gigante que arrasó con los dinosaurios en la anterior extinción de especies. Con
este título: "El fin del mundo (tal y como lo conocemos)". Sin embargo, lo que
hace que el 8 de noviembre sea un día histórico no es la elección de Trump, sino
otro acontecimiento que pasó desapercibido: en Marrakech (Marruecos),
durante la COP 22, la Organización Meteorológica Mundial publicó ese día un
informe en el que se mostraba que los últimos cinco años han sido los más
cálidos de los que se tiene constancia, que los glaciares se están derritiendo más
rápidamente de lo previsto y que, como consecuencia, el nivel del mar está
subiendo. Se suponía que en la conferencia de Marrakech se iba a aplicar el
acuerdo de la COP21 que se alcanzó un año antes en París entre 200 países,
incluidos Estados Unidos y China. Sin embargo, Trump había manifestado su
intención de retirarse de este acuerdo. Cuando la noticia de su elección llegó a
Marrakech, todas las esperanzas se desvanecieron de repente. Fue un
espectáculo asombroso: por un lado, la autoritaria China se ofrecía como
voluntaria para preservar la civilización, mientras que el líder del mundo libre
tomaba la delantera entre las potencias que pretenden destruir el planeta. Esto
hace del 8 de noviembre un día sin precedentes.

Se ha estado hablando de una era marcada por el fin de la verdad en


la política.

Eso no tiene nada de novedoso. Si has nacido en EE.UU., se te dice que la


revolución americana fue impulsada por el deseo de todo un pueblo de
emanciparse de la tutela inglesa. En realidad, la mayoría de los líderes de esta
revolución eran dueños de esclavos y partidarios del exterminio de los indios
que se separaron de Inglaterra justo cuando se iban a prohibir estas prácticas -
es tan simple como eso. Tomemos el ejemplo de la guerra en Iraq, que empezó
en 2003 sobre la base de las descaradas mentiras de la administración Bush. ¿Se
reconoció como falsa agresión? ¿Se juzgaron los crímenes cometidos? Ahora, a
Obama se le aplaude por reconocer que fue un "error". Se queda un poco corto,
¿no?

¿Está la política basada en mentiras?

Digamos que incluye muchas mentiras y que los críticos rara vez logran exponer
las mentiras colectivas. Pero esto también es así en la historia intelectual... ¿A
quién le tocó beberse la cicuta? Al hombre que fue condenado por corromper a
la juventud de Atenas por hacer demasiadas preguntas... Depende de nosotros
centrarnos en problemas reales y no en los Tweets de Trump. Esto se debe a la
Traducción: Manuel Monfort Gómez

misma naturaleza del debate intelectual y puede cambiarse: necesitamos


desarrollar una política de atención.

Repasemos su itinerario. Usted nació en Filadelfia en 1928, hijo de


inmigrantes que se escaparon de Rusia.

Mi padre era de un pequeño pueblo de Ucrania. Huyó de Rusia en 1913 para


librarse del reclutamiento de niños judíos en el ejército, prácticamente una
sentencia de muerte. Mi madre era de lo que hoy en día es Bielorrusia. Vino a
EE.UU. cuando era una niña. Su familia estaba huyendo de los pogromos.

De niño, ingresa en una escuela progresista, criándose en un


entorno de inmigrantes judíos. ¿Cómo estaba el ambiente en aquel
entonces?

La lengua materna de mis padres es el yiddish, pero curiosamente, nunca oí ni


una sola palabra en casa. En aquella época había un conflicto cultural entre el
yiddish y el hebreo, que era más moderno. Mis padres eran partidarios del
hebreo. Mi padre lo enseñaba en la universidad, y yo lo estudié con él desde
pequeño, leyendo la Biblia y literatura hebrea moderna. También le interesaban
los métodos educativos novedosos. Así que me incorporé a una escuela
experimental que se inspiraba en los planteamientos de John Dewey. No había
ni evaluación ni competencia entre alumnos. Cuando me integré al sistema
convencional con 12 años, me di cuenta de que era buen estudiante. Éramos la
única familia judía del barrio, estábamos rodeados de católicos-irlandeses y
alemanes pro-nazis. En casa no se hablaba de eso. Pero lo más curioso de todo
era que los niños que volvían cargados de antisemitismo de casa de sus
maestros jesuitas abandonaban ese discurso a la hora de juntarse a jugar al
béisbol los fines de semana.

Se interesó muy pronto por la política. Con 11 años, escribió su


primer artículo periodístico sobre la guerra civil española.

Fue cuando la caída de Barcelona en 1939. El artículo trataba sobre la


propagación del fascismo en Europa. Unos años más tarde, me apasioné aún
más por la guerra civil española y cómo los comunistas arrasaron los
anarquistas antes de que el fascismo tomara el control. Leí periódicos de
izquierdas y me enteré del apoyo secreto que algunas potencias occidentales,
entre ellas EE.UU., dieron a Franco. A partir de los 12 años, empecé a pasar
mucho tiempo en los locales anarquistas de Nueva York, en librerías
frecuentadas por inmigrantes, y participaba en las conversaciones de un sector
de mi familia que pertenecía a la clase obrera judía radical. Mi tío tenía un
quiosco. Su época fue mucho peor que la nuestra: había mucha más pobreza y
sufrimiento. Pero psicológicamente, fue una época de optimismo y esperanza.
Todos miraban al futuro; hoy en día, en cambio, impera la idea de que no se
puede hacer nada.
Traducción: Manuel Monfort Gómez

“Donald Trump encabeza el grupo de potencias que


pretenden destruir el planeta„

¿Fue el crecer rodeado de múltiples idiomas lo que hizo que el


lenguaje se convirtiera en la gran preocupación de su vida?

Se debe a una razón fundamental que se me hizo aparente desde muy temprano:
hay una propiedad fundamental del lenguaje que surge en cuanto observamos el
fenómeno del habla. Cada orador posee un conjunto finito de reglas que le
permiten producir un número infinito de expresiones significativas. Esa es la
esencia del lenguaje, lo que lo convierte en una propiedad única y específica de
los seres humanos. Es la fuente de toda creatividad. Algunos filósofos clásicos
como Descartes o los miembros de la escuela de Port-Royal lo descubrieron.
Pero eran muy pocos. A mediados del siglo XX, las nuevas herramientas que
trajo la revolución informática permitieron replantearse esta cuestión. He
estado tratando de adaptarlas al problema central del lenguaje y la mente.

Cuando usted comienza su trabajo, el estructuralismo y el


conductismo predominan. Para estos, el lenguaje es un sistema
arbitrario de signos, cuya función principal es comunicar. Usted se
opone a este punto de vista y argumenta que se trata de una
estructura universal y que su función es la de manifestar los
pensamientos.

¿Qué es lo que hace que reconozcamos una serie de palabras como una frase
"correcta" en nuestro idioma? Al analizar este tipo de cuestiones, se estableció
que una frase es gramatical si -y sólo si- significa algo. ¡Pero esto es totalmente
falso! Mire, dos frases sin sentido: "Las ideas verdes incoloras duermen
furiosamente", "Furiosamente duermen las ideas verdes incoloras". La primera
es correcta, a pesar de que su significado sea confuso, mientras que la segunda
no sólo no tiene sentido sino que es inadmisible. Un hablante pronunciará la
primera con una entonación normal y tratará de proponer una interpretación,
pero tropezará con cada palabra de la segunda; además, memorizará la primera
más fácilmente. Entonces, si no es por el significado, ¿qué es lo que hace que la
primera frase sea aceptable? Pues el hecho de que se ajusta a todos los
principios y reglas de construcción de oraciones de que dispone cualquier
hablante de ese idioma.

¿Cómo pasamos de la gramaticalidad de cada idioma a una idea más


especulativa como la de que el idioma sea una estructura universal
con la que cada mente humana está dotada de forma natural?

Empecemos con el funcionamiento, algo extraño, de los pronombres en el


francés. Cuando digo John croit qu'il est intelligent (“John cree que es
inteligente”), el "il" se podría referir tanto a John como a otra persona. Pero si
digo John le croit intelligent, entonces el "le" se refiere a alguien que no es John.
Traducción: Manuel Monfort Gómez

Un niño que habla francés entiende esto. Según estudios realizados, a partir de
los 3 años, los niños comprenden que las reglas del lenguaje son
estructuralmente dependientes y las cumplen sin necesidad de que se les
enseñe. Todos los hablantes de francés lo saben, independientemente de su
aprendizaje y sus experiencias. Entonces, se entiende que hay algo implantado
en nosotros que nos hace capaces de comprender e integrar estas normas por
nuestra cuenta.

Esto es lo que usted denomina gramática universal.

Es el conjunto de principios inmutables de nuestra mente que nos permite


hablar y aprender idiomas. Destaca en una serie de idiomas que son a su vez
alternativas particulares dentro de esta. Así, el inglés y el francés son lenguas
centrífugas, en las que el elemento central va primero, mientras que el japonés
es centrípeto. En japonés, no se dice "John golpeó a Bill" sino más bien "John a
Bill golpeó". Pero más allá de estas variaciones, estamos obligados a presuponer
una "forma interna de lenguaje", en palabras de Wilhelm von Humboldt
[filósofo y lingüista prusiano, 1767-1835], un poder independiente generador de
variantes individuales y culturales.

Si el lenguaje es un sistema combinatorio, ¿significa eso que los


ordenadores podrán hablar algún día?

Los ordenadores no hacen nada, literalmente. Lo que hace que las cosas
sucedan es el programa, que es una teoría implementada en el ordenador. La
teoría tiene que ser evaluada, como todas las teorías. Pero, por sí mismo, no
hace nada.

Pero, ¿no es cierto que los programas de inteligencia artificial


pretenden generar un diálogo entre el hombre y la máquina?

Hay cierta confusión respecto a todo esto... Tomemos por ejemplo la manera en
que se comunican las abejas mediante su propia danza. Se podrían grabar
millones de vídeos de abejas bailando, analizarlos estadísticamente y tratar de
predecir su comportamiento partiendo de esa base. Pero esto no daría acceso al
lenguaje de las abejas. La ciencia no se trata de establecer aproximaciones a
fenómenos a base de estadísticas. Es como si dijeras: "La física ya no es
necesaria, basta con que grabemos millones de vídeos de cuerpos cayendo,
hagamos un análisis estadístico de ellos y así ya podremos predecir su
comportamiento". Nos tomamos en serio un enfoque estadístico en el lenguaje
humano, pero no con el lenguaje de las abejas o el movimiento de los cuerpos.
Puede que el Traductor de Google sea una herramienta útil, pero no es nada
más que una aproximación estadística a la danza de las abejas. Científicamente,
es una pérdida de tiempo.

"No hay ningún grupo humano que tenga un nivel de


lenguaje inferior al de los demás„
Traducción: Manuel Monfort Gómez

Según usted, el lenguaje no designa cosas, sino significados. Eso


suena un poco contradictorio, ¿no?

Una de las primeras preguntas de la filosofía es la de Heráclito: ¿puede uno


bañarse dos veces en el mismo río? ¿Qué hace que sea el mismo río? Desde el
punto de vista del lenguaje, esto lleva a la pregunta de cómo dos cosas
físicamente diferentes pueden ser designadas por el mismo término. Su
composición química o su significado pueden cambiar, pero el río siempre
seguirá siendo un "río". Sin embargo, si se ponen barreras a los lados del río y se
usan para que pasen los petroleros, se convertirá en un "canal". Si cambias su
superficie y la usas para ir al centro de la ciudad, se convierte en una
"autopista". En definitiva, los cambios de gran magnitud en el mundo real no
impiden que un río siga siendo un río, y los cambios pequeños tienen la
capacidad de hacerlo mutar: un río es un concepto, un constructo mental, antes
de ser una cosa. Aristóteles ya dijo esto. Curiosamente, el único lenguaje que se
refiere directamente a las cosas es el de los animales. Tienen acceso a símbolos,
pero los usan como señales. Un grito en concreto de un mono acompañado de
unos movimientos determinados será considerado inequívocamente como una
señal de advertencia: la señal remite directamente a las cosas. No es necesario
saber lo que pasa por la mente del mono para saber cómo funciona. El lenguaje
humano no tiene esta propiedad; básicamente, no es referencial.

Usted rechaza la idea de que las lenguas clasifican el mundo según la


riqueza de su léxico. Entonces, ¿cómo abordaría usted las
diferencias entre idiomas?

En el fondo, las diferencias entre idiomas suelen ser superficiales. Las lenguas
que no tienen una palabra específica para el color "rojo" tienen " como la
sangre". La palabra "río" cubre un espectro más amplio en japonés y en swahili
que en inglés, en el que se distingue entre río (river), regato (brook) o arroyo
(stream). Pero el núcleo de significación de "río" se encuentra en todos los
idiomas de manera uniforme. Esto se debe a una sencilla razón: los niños no
necesitan experimentar las distintas formas que puede tener un río o aprender
todos los matices del término en cuestión para poder acceder a su significado
central. Por lo tanto, constituye una parte natural de su mente y está presente de
manera uniforme en todas las culturas.

¿Es consciente de que es uno de los últimos filósofos que apoya la


idea de la naturaleza humana?

No cabe duda: existe la naturaleza humana. No somos monos, ni gatos, ni sillas.


Tenemos una naturaleza que nos distingue. Si no hay naturaleza humana,
significa que una silla y yo no nos diferenciamos en nada. Eso sería ridículo.
Uno de los componentes fundamentales de la naturaleza humana es su
capacidad de lenguaje. Esta es una propiedad que los humanos hemos adquirido
a lo largo de la evolución, es exclusiva de nuestra especie y tiene la misma
Traducción: Manuel Monfort Gómez

accesibilidad para todos: no hay ningún grupo humano que tenga un nivel de
lenguaje inferior al de los demás. En cuanto a las variaciones individuales, son
prácticamente insignificantes. Si coges a un niño de una tribu del Amazonas que
no ha tenido contacto con otros humanos desde hace 20.000 años y lo llevas a
París, pronto estará hablando en francés.

En la posesión de estructuras y reglas innatas en el lenguaje, usted


encuentra, sorprendentemente, un argumento a favor de la libertad.

Es una condición necesaria. Sin un sistema de reglas, no hay creatividad.

Me gustaría retomar una polémica que se remonta a 1979, pero que


desde entonces se ha interpuesto en la recepción de su obra en
Francia. En ese momento, usted firmó una petición a favor de la
libertad de expresión de Robert Faurisson, negacionista del
Holocausto, que cuestionaba la existencia de las cámaras de gas.
Luego, usted escribió un texto explicativo que se publicó, sin su
conocimiento, como prefacio de un libro de Faurisson.

Pues sí, es un asunto un tanto bizarro, y me persigue cada vez que vengo aquí,
aunque todavía no ha habido un periódico francés que haya accedido a publicar
mis respuestas razonadas. Básicamente, es un conflicto entre dos concepciones
de la libertad de expresión. Uno es estalinista: si no me gusta lo que dices, no
tienes derecho a decirlo y vas a la cárcel. Y hay otra, que es la de Voltaire y la
Ilustración francesa: defender la libertad de expresión también significa
defender la libertad de expresión de las opiniones que uno detesta.

En su momento, no se le reprochó tanto que defendiera la libertad


de expresión de Faurisson como que diera apoyo moral y científico a
sus posiciones negacionistas al referirse a su trabajo como "una
investigación exhaustiva y seria sobre el Holocausto".

Faurisson fue expulsado de su universidad, procesado y juzgado por sus


publicaciones. Fue eso lo que me escandalizó.

Hannah Arendt argumentó que si los hechos históricos, como el


Holocausto, adquieren el mismo estatus que las opiniones, ya no hay
historia ni mundo común.

No hay necesidad de mencionar a Arendt. La distinción entre hechos y


opiniones es obvia para todos. Pero eso no justifica la censura y el
encarcelamiento de aquellos que desdibujan esa distinción.

¿No se arrepiente de nada?

No habría hecho nada si no se hubiera hostigado y juzgado a Faurisson en su


profesión. En estos momentos, en Turquía, se está arrastrando a intelectuales y
Traducción: Manuel Monfort Gómez

académicos ante la justicia... El principio de la libertad de expresión no puede


ser objeto de ninguna excepción.

LIBROS DE NOAM CHOMSKY

Estructuras sintácticas (1957)

Resumen accesible de su tesis de 1955, en que redefine el lenguaje a partir de


una simple pregunta: ¿qué es la gramática?

Réponses inédites: à mes détracteurs parisiens (1984)

Una mirada retrospectiva a la polémica que le opuso al historiador Pierre Vidal-


Naquet al apoyar a Robert Fourisson.

Los guardianes de la libertad (1990)

La biblia para todos aquellos que consideran que los medios de comunicación
hoy en día son "sirvientes y propagandistas de los grupos poderosos que los
controlan y/o financian". Escrito conjuntamente con Edward Hennan.

Sobre la naturaleza y el lenguaje (2003)

La mejor introducción a sus tesis fundamentales sobre el lenguaje. Consta de


dos conferencias y una entrevista extensa.

El terror como política exterior de Estados Unidos (2001)

Una crítica a la política exterior de Estados Unidos y a las estrategias utilizadas


por el imperialismo estadounidense para extender su influencia.

Understanding power: the indispensable Noam Chomsky (2002)

Compilación de debates, entrevistas y conferencias. A destacar, el


desconcertante intercambio con Michel Foucault en Los guardianes de la
libertad.

PARA VER

Conversation animée avec Noam Chomsky (2013)

Documental ilustrado y animado por Michel Gondry. A través de una serie de


entrevistas, el filósofo ofrece su perspectiva respecto al lenguaje, la libertad y los
acontecimientos, y el cineasta los ilustra.

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