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Las Controversias y Conflictos Laborales
Las Controversias y Conflictos Laborales
TEMA 48
Para Bayón y Pérez Botija, el conflicto de trabajo es “la alteración de la normalidad de las
relaciones jurídica entre uno o más empresarios y un trabajador, grupo o asociación de
trabajadores, con motivo de la aplicación, interpretación o modificación de los contratos de
trabajo o de las normas que los regulan”.
Conflicto colectivo es el que tiene por objeto un interés colectivo, entendiendo tal el que se
atribuye a un grupo o colectividad laboral en cuanto tal colectividad (y no en cuanto suma de
intereses individuales). No es necesario que dicho interés se extienda de hecho a todo el grupo
profesional de que se trate; basta que por su naturaleza sea susceptible de extensión a todo el
grupo para que pueda calificarse de colectivo (Montoya).
Conflictos jurídicos son los que surgen al interpretar o aplicar una norma preexistente (sea
legal, consuetudinaria o contractual) para determinar los derechos subjetivos derivantes de esa
norma.
Conflictos de intereses son aquellos en los que se cuestiona la propia norma, tratando de
crear o modificar las condiciones de trabajo mediante normas nuevas que mejoren aquélla.
Así, mientras la decisión que pone fin a un conflicto jurídico es declaratoria, la que
resuelve un conflicto de intereses es constitutiva.
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Así, en el conflicto colectivo caben distinguirse 3 planos distintos:
La huelga es la suspensión del trabajo acordada por una colectividad de trabajadores con
la finalidad de obtener cierta pretensión pero con el propósito de continuar el trabajo, se haya
logrado o se haya renunciado a la reivindicación pretendida.
Huelga típica: consiste en el abandono completo del trabajo sin permanecer siquiera en
los locales de la empresa.
Huelga de brazos caídos: permanecer en el puesto sin trabajar.
Semihuelgas: disminución del rendimiento o “trabajo a desgana”.
Producción defectuosa: está cerca del sabotaje.
Huelga jurídica: se consulta el contrato y la legislación. para saber si cada acto es de su
competencia.
Huelga de celo o a reglamento: los trabajadores cumplen minuciosamente su deber,
provocando retrasos y dificultades.
Un índice esquemático de las diferencias existentes entre los ordenamientos que reconocen
el derecho de huelga podría ser el siguiente:
a) Trabajadores a los que se otorga.- Desde este punto de vista, es tradicional la polémica
sobre su reconocimiento a los funcionarios públicos, negándoseles expresamente
en Suiza o EE.UU. y tácitamente en Alemania. Incluso en los países en que se les
reconoce el derecho. de huelga, existen fuertes limitaciones o prohibiciones a los
funcionarios de la policía o de la admón. de justicia.
b) Actividades en las que se prohíbe o limita.- Tal ocurre en las huelgas de servicios
públicos o de reconocida e inaplazable necesidad, a fin de garantizar su funcionamiento.
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Otra exigencia previa es el “preaviso”, considerándose implícito en el deber de
buena fe contractual y exigiéndolo la jurisprudencia como requisito de legitimidad de la
huelga.
Si bien hasta primeros de siglo la huelga se tenía por una “maquinación para alterar el
precio de las cosas” (pues encarecía el trabajo), castigándose con arresto mayor, en 1902, bajo el
reinado de Alfonso XIII y gobernando Sagasta, la Fiscalía del Tribunal Supremo emite una
Circular interpretando el Código Penal (Art. 556): “no es delito definido ni castigado en el C.Penal
la coligación y la huelga con el fin de obtener ventajas en las condiciones de trabajo y en la
cuantía de la remuneración”.
No obstante, y aunque una Ley de 1909 deroga el Art. 556 C.Penal y reconoce ya la huelga
y el cierre patronal, hasta la Dictadura de Primo de Rivera, en 1923, se dan una serie de hechos
violentos con ocasión de su ejercicio: “semana trágica” de Barcelona; huelga de Ferrocarriles de
1912, etc.
Tal actitud pervivió hasta que, en 1962, un Decreto admite que “la anormalidad en las
relaciones de trabajo (...) es un fenómeno con el que el ordenamiento jurídico tiene que contar y ha
de regular”, articulándose así 9 procedimientos para solucionar los conflictos.
En 1970, un Decreto admite que, en determinadas condiciones, los paros laborales pudieran
suponer únicamente la suspensión, y no la resolución, de los contratos de trabajo.
Un Decreto-Ley de 1975 reconoce la legitimidad del recurso a la huelga, pero será el vigente
RD-L 17/1977, sobre relaciones de trabajo, el que establezca que “la huelga, como fenómeno
social, pasa a una situación de libertad”.
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Dº TRABAJO. TEMA 48
Art. 28.2 CE: ”Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de
sus intereses. La Ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para
asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad”.
Dada la colocación del precepto (está situado en la Secc, “De los Derechos Fundamentales
y Libertades Públicas”), el Derecho de huelga goza de la especial protección que le otorga el Art.
53 CE, según el cual, cualquier ciudadano podrá recabar su tutela ante los Tribunales ordinarios
(procedimiento preferente y sumario) y, en su caso, a través del recurso de amparo ante el Tribunal
Constitucional.
De otro lado, y puesto que “el Derecho de los trabajadores y empresarios a adoptar
medidas de conflicto colectivo” viene recogido en el Art. 37.2 CE, parece claro que es de muy
difícil armonización con el 28.2, salvo que se entienda que en el 37.2 se abordan los conflictos
específicamente laborales (en un plano de igualdad entre empresarios y trabajadores) y que, por el
contrario, la huelga del 28.2 tiene mayor alcance y se otorga sólo al ciudadano trabajador como
medio de presión en la vida democrática.
Según el RD-L 17/1977 sobre relaciones de trabajo y el 28.2 CE, ostentan el derecho de
huelga los trabajadores, entendiendo por tales los que prestan servicios por cuenta ajena.
Consideraciones:
Facultad de declarar la huelga.- Según el Art. 3.2 RD-L 17/1977, ostentan dicha facultad:
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Para el RD-L 17/1977 (Art. 7.1), la huelga consiste en la “cesación de la prestación de
servicios por los trabajadores sin que ocupen éstos el centro de trabajo o sus dependencias”. El TC
permite, sin embargo, la simple permanencia en los puestos de trabajo.
Las huelgas rotatorias, las efectuadas en sectores estratégicos para interrumpir el proceso
productivo, las de celo o reglamento y cualquier otra forma de alteración colectiva del trabajo, son
actos ilícitos o abusivos (Art. 7.2).
Por declaración expresa del TC lo serían:
El Derecho de huelga se reconoce a los trabajadores “para la defensa de sus intereses” (Art.
28.2 CE) “en el ámbito de las relaciones laborales” (Art. 1 RD-L).
Ejercitar el Derecho de huelga implica suspender (no extinguir) el contrato de trabajo, con
pérdida del salario por el trabajador, que no puede ser sancionado, salvo que durante la huelga
incurra en falta laboral. Se configuran como faltas laborales:
Las sanciones correspondientes son las previstas en el ET (Art. 58) además de las
penalmente procedentes (“prisión superior a 3 años a quienes ... coaccionen a otras personas a
iniciar o a continuar una huelga”. –Art. 315 CP-).
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Cuando la huelga se declare en empresas encargadas de la prestación de servicios públicos o
de reconocida e inaplazable necesidad y concurran circunstancias de especial gravedad, la
Autoridad gubernativa podrá acordar las medidas necesarias para asegurar el funcionamiento de los
servicios. Igualmente, el Gobierno podrá adoptar a tales fines las medidas de intervención
adecuadas (Art. 10 RD-L).
Por servicios esenciales se entienden los que satisfacen derechos o intereses que, a su vez,
son esenciales: los derechos fundamentales, las libertades públicas y los bienes constitucionalmente
protegidos (derecho a la salud, a la educación, a la libre circulación, etc.)
La facultad y el deber de la Autoridad gubernativa de fijar servicios mínimos tiene que
efectuarse “proporcionada y justificadamente”.
Para el TC, si bien no está excluida y puede ser deseable la participación de los
representantes del personal, de ninguna manera es un requisito indispensable para la validez de la
decisión de la Admón desde el plano constitucional.
Teniendo en cuenta la duración o las consecuencias de la huelga, las posiciones de las partes
y el perjuicio grave de la economía nacional, el Gobierno podrá imponer un arbitraje obligatorio
imparcial (Art. 10 RD-L).
A pesar de las promesas electorales del PSOE (1982) y del PP (1993) de confeccionar “una
Ley Orgánica reguladora del derecho de huelga, que ... reduzca las intervenciones de la
Administración y potencie la autonomía de las partes sociales”, lo cierto es que la vigente
regulación de la huelga sigue siendo preconstitucional, llena de lagunas que deben ser rellenadas
por los Tribunales en procesos cuya solución final se demora durante largo tiempo y con una
provisionalidad que dura ya más de 20 años.
8. - EL CIERRE PATRONAL.
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Dº TRABAJO. TEMA 48
Para el RD-L 17/1977 (Art. 12), “Los empresarios sólo podrán proceder al cierre del
centro de trabajo en caso de huelga o cualesquiera otra modalidad de irregularidad colectiva en el
régimen de trabajo cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
a) Existencia de notorio peligro de violencia para las personas o de daños graves para las
cosas.
b) Ocupación ilegal del centro de trabajo o de cualquier dependencia, o peligro cierto de
que ésta se produzca.
c) Que el volumen de la inasistencia o irregularidades en el trabajo impidan gravemente
el proceso normal de producción”.
Requisitos de forma:
Nuestro Derecho sólo admite como legal o lícito el cierre defensivo, mientras que el
ofensivo o agresivo es ilícito en nuestro ordenamiento, traduciéndose en un incumplimiento
empresarial de sus obligaciones contractuales y legalmente exigibles.