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rado, Arántegui, etc., algunos de los cuales sentaro las base par
futros estudio histórco y siguen tenido plena vigenca en nues
tros días.
En conjut, la produción historgáfca del siglo xi es ver
daermnt impresonat, sobre tod si se tien en cuenta los me
dios de que se disponía. Por razones de espacio es imposble citar
siquera salvo a los autores de mayor transcedi, pero quien esté
intersado por elo pued consultar la terca parte de la Literau
miltar español del siglo XI de Franciso Bardo y Font (Madri
189).
Com era de espra, toda esta produción historgáfca está pro
fundamet condia por los plantemios ideológcs carte
rístico del siglo xi.
Ef prime lugar, hay que destacr una visón toalmen negativ
de la Eda Media com períod de recsión cultra, acso compen
sad por la imagen romántica del cablero medival.
Otras carteísi comunes son el arigo del conept de «Re
conquista» (invarblemt con mayúscul) y la consideraó de la
cultra islámca andlusí com algo ajeno a la histora español, a
lo cual suel ir acompñnd un naciolsm mal encubirto.
Por lo demás, salvo excpions, los historade miltares sueln
caer en una contradió intera product de la indefcó proia
de la palbr «feudalismo». Así, se admite que la guera de Recon
quista fue la caus de que el régimen feudal no arig en Españ,
pero al miso tiempo se quier buscar el indscutble predomin de
la cablerí en la expansió del «feudalismo».
A contiuaó pasré a resña brevmnt la obra de los cino
historade miltares que a mi juico mercn mayor consideraó:
Serafín de Sot, conde de Clonard; José Almirante; Franciso Ba
rado; José Arántegui y Antoi Blázque y Delgado de Aguilera.
Junto a elos no pued olvidarse a Cesáro Fernádz Duro, pero
su impresonat obra y su espcifda temáica sobre histora navl
e histora de Zamor parecn recomnda un tramieno más espcífio.
Armas. del conde de Clonard, es con tod más que digna, con abun
dantes láminas que contie repsntacio de piezas, su secion,
montajes, etc.
La obra está diva en dos partes. La primea tra sobre la his
toria de la artileí com arm tácia, prestando espcial atenció
a su emplo o ausenci en las difernts aciones bélicas, tano en
cad uno de los tres reinos cristano penisular, com entr los
nazríes. Asi, dentro de esta primea parte, un capitulo está deicao
a las difernts teorías sobre el lugar y el moent de apricón de
la artileí en Españ y su primeas aplicones; el terco contie
disqucone etimológcas sobre las voces «artileí», «bomard» o
«lombard» y «cañón»; finalmet, los capítulos cuarto, quinto y sexto
contie una histora de la artileí durante los siglo xiv, xv
(hast 147) y durante el reinado de los Reys Católicos. En esto
tres últimos capítulos, a mi juico lo más intersa del conjut
del libro, no sólo se estudia el emplo de las piezas, sino también
la evolución de las técnias de sito, zap y mina, de las obras de
ingería miltar, arms portáiles de fuego y aciones tácias en
campo abierto, asi com los problemas logístic y de transpoe que
planteo el uso de la artileí de campñ y cómo se solucinar
con los medios técnios disponble.
La segunda parte está deica a cuestion técnias com la fa
bricaón de la pólvora y la construió de las difernts piezas, su
tipos, montajes, evolución, etc., sin olvidar la estruca de la naciet
arm de artileí, su oficales, parques, etc.
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