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EI L3.1 Triada
EI L3.1 Triada
1:
EL PODER DE LA
TRÍADA
Panorama de la competencia
mundial
en la próxima década
Kenichi Ohmae
Traducción de
Roberto A. Haas
LAE UIA
PRIMERA PARTE
LAS FUERZAS DEL
CAMBIO
LAS SEÑALES DE UN DISLOQUE
ECONOMICO
Están a la vista de todo el mundo. Intereses oscilantes, divisas fluctuantes, desempleo
en auge, precios impredecibles para el petróleo y tensiones comerciales explosivas
plagan el planeta. ¿Las causas? Algunos alegan que todo se debe a una mano de obra
muy cara, los hay que denuncian las deficiencias en la administración de las
corporaciones y otros más culpan a los gobiernos por sus malas políticas industriales,
monetarias o fiscales o por carecer de ellas. Hay occidentales que se las achacan a los
impuestos tan altos, mientras que otros acusan a los japoneses. Algunos nacionalistas
rabiosos declaran que son las inversiones extranjeras las que llegan a quitarles el trabajo
a sus compatriotas. Otros acusan a los piases industrializados de cerrar sus fronteras a
las importaciones de sus productos. Pocos son los que están de acuerdo con las causas,
menos aún con las consecuencias de los trastornos económicos.
Cada reivindicación tiene algo de verdad. Pero ninguna de las aseveraciones, ni por si
sola ni aunada a las demás, explica el entorno económico o la forma de competir en él
cómo debe ser.
Por lo tanto, ¿qué esta sucediendo? Existen tres fuerzas de cambio —fundamentales,
pero que de ninguna manera son las únicas— que están afectando el entorno
económico: 1) aumento de una producción ávida-de-capital, 2) aceleramiento del ritmo
de surgimiento de las nuevas tecnologías y 3) patrón de consumo más concentrado. Y
por si fuera poco, a estas fuerzas hay que sumar la clásica reacción patriotera: el
proteccionismo.
Juntas, estas corrientes están modificando las pautas del poder, dentro y entre los
sectores industriales, dentro y entre las economías de los países desarrollados, tanto a
nivel regional como mundial.
Pasemos a examinar estas fuerzas relacionadas entre sí desde el punto de vista de las
tensiones que provocan sobre las estructuras industriales existentes. Después podremos
dedicarnos a comprobar las posibles implicaciones estratégicas de estas corrientes.
1
OPERACIONES AVIDAS DE CAPITAL
PARA EMPEZAR, tomemos en cuenta la conmoción en los procesos de producción. En
el sentido más amplio, durante la última década la automatización, los robots, los centros
de maquinado y los controles numéricos han provocado importantes incrementos en la
productividad. Estas innovaciones han reducido la fuerza de trabajo, ampliado la
producción por unidad de tiempo, permitido cambios rápidos entre uno y otro tipo de
proceso de manufactura y han permitido mayor flexibilidad en la ubicación de las plantas.
Dicho en términos cuantitativos, si antes el contenido de mano de obra de las
operaciones tradicionales de ensamble constituía 25% del costo total del producto, ahora
ya sólo representa entre un 10 y un 5% del mismo.
producción alejadas del grupo básico de ingeniería. Por eso, está a punto de
desaparecer la ventaja de producir bienes en los países en desarrollo (en comparación
con los de la OCDE), y con frecuencia esta situación se agrava debido a la falta de una
mano de obra apropiada y a la carencia de administradores locales calificados en los
países en desarrollo.
Por este factor de costo la mayoría de las principales compañías japonesas ha dejado de
ir tras la mano de obra barata que en un principio le ofrecían Corea del Sur, Taiwán y
Singapur, y posteriormente Tailandia, Malasia, Indonesia y Filipinas. Por esa misma
razón perdieron participación en el mercado de los circuitos integrados/LSI los grandes
fabricantes estadounidenses y europeos de semiconductores que se lanzaron a la caza
de mano de obra barata. ¡Cuantas han sido las empresas que erigieron instalaciones de
producción en países con mano de obra barata para descubrir muy pronto que no les era
posible reducir sus costos totales en la proporción que esperaban, o que estos sólo
permanecían bajos durante un tiempo!
Nippon Electric Company eliminó toda la producción que tenía esparcida en diversos
países del sureste asiático –en especial los procesos de empaque y de ensamblado tan
necesitados de mano de obra—y los consolidó en una planta altamente automatizada
que construyó ex profeso en Kumamoto, Kyushu. Hitachi y Toshiba no tardaron en seguir
su ejemplo. Por su parte, los fabricantes de 'chips' aprendieron en carne propia algo que
los sectores industriales de los textiles y de las videograbadoras ya sabían: la mano de
obra inexperta primero debe capacitarse, pero una vez capacitada y adiestrada muy
pronto deja de ser barata. Por lo mismo, quienes se dejan llevar por el espejismo de una
mano de obra barata no cesan de andar en su busca. En este momento, deben
encontrarse en la India, Sri Lanka, Indonesia o Birmania. Y con toda seguridad acabarán
en la República Popular China donde casi mil millones de personas acaban de integrarse
al mercado asiático de mano de obra barata.
2
EL RITMO ACELERADO DE LA
TECNOLOGIA
LA CONVULSIÓN QUE PADECE actualmente el proceso de producción se ha visto
superada por las transformaciones provocadas en el panorama industrial por las
tecnologías de avanzada. La interacción entre las disciplinas científicas, entre los
diferentes sectores industriales y entre éstos y los de servicio están borrando las
fronteras entre los patrones del poder económico existentes. Otro elemento que
interviene en esta convulsión estructural es el acelerado ritmo de la innovación
tecnológica y de su comercialización. Una ventaja tecnológica superior ya no es garantía
del éxito. La mayor parte de las compañías ya no puede permitirse el lujo de lanzarse al
mercado mundial después de haberse desarrollado con toda calma en su mercado
nacional.
Para apreciar este aspecto en su justo valor, considérese el poder económico de
sectores industriales de vanguardia como el de la electrónica, de las
telecomunicaciones, del procesamiento de datos, de los productos químicos refinados y
de las medicinas, por sólo citar cinco de los sectores de alta tecnología que más se
mencionan. Estos sectores industriales, que en conjunto representan 6.1% del producto
nacional bruto industrial de las 24 naciones de la OCDE, generaron 16% del crecimiento
económico de estos mismos países entre 1975 y 1980.
Una comparación entre las tecnologías alta y mediana nos permite captar la fuerza de
este poder económico. Los sectores con tecnología 'alta' son los cinco que acabamos
de citar; los sectores con tecnología 'mediana' son los que corresponden al hierro y el
acero, los automóviles, la química orgánica, los textiles, los metales no ferrosos, la
pulpa y el papel. Dentro de las naciones de la OCDE, el estudio reveló que, en
promedio, el grupo de alta tecnología presentó crecimientos en ventas, en productividad
laboral y en utilidades que fueron respectivamente 1.49, 2.8 y 2.75 veces mayores que
los del grupo de tecnología mediana. El grupo de alta tecnología también es el que
comprende los sectores industriales con mayor valor agregado, como se muestra en la
figura 2-1.
La figura 2-2 muestra la utilidad neta sobre ventas del conjunto de los sectores
industriales de alta tecnología, en comparación con el conjunto de las industrias
tradicionales. Se ha vuelto muy difícil ganar dinero en los sectores industriales
tradicionales cayos productos se han convertido en 'mercancías de alta ingeniería'. La
figura 2-3 muestra la participación relativa de la Tríada en términos de producción y de
consumo. Muestra que los sectores industriales críticos para la generación de riqueza
durante la década de los 80 se concentraron en Estados Unidos, Europa y Japón: más
de 80% de la producción y del consumo mundiales. Según puede verse en la figura 2-4,
las innovaciones tecnológicas, medidas por el número de patentes registradas, también
tienen lugar en Estados Unidos, Europa y Japón.
Si las utilidades son altas, también lo es el precio que debe pagarse para obtenerlas.
Toray, por ejemplo, revierte 2.4% de sus ventas en investigación y desarrollo (I&O),
cantidad que es casi tres veces lo que gasta la industria textil en promedio. Una
compañía fabricante de productos químicos refinados con alto valor agregado debe
gastar en I&D 1.5 veces lo que en promedio se gasta en ese sector: Y la empresa de
electrónica de consumo que fue la primera en lanzar al mercado las videograbadoras
dedica 7% de sus ventas (casi el doble de la norma de la industria) al desarrollo de
nuevos productos.
Figura 2-2 Relación entre utilidades netas y ventas (de las principales compañías del
mundo: promedio ponderado de 1980 y 1981). Los sectores industriales de alta
tecnología ofrecen oportunidades de rentabilidad alta.
Fuente: Datos tomados de Economic Analysis of World Enterprise-International Comparison, Ministerio
Japonés de Industria y Comercio Internacional, 1982.
Cualquier corporación que carezca de una sólida posición en la Tríada verá escapársele
muchas oportunidades o enfrentará riesgos ininterrumpidos. En los próximos años, una
de las actividades prioritarias para las corporaciones consistirá en remozar sus
actividades dentro de la Tríada.
poseedora de tales tecnologías a contar con una infraestructura que le permita penetrar
a fondo los mercados básicos. La mayoría de las corporaciones, quizás exceptuando a
IBM, Xerox, Kodak y algunas más, carece de una red de distribución capaz de establecer
en los mercados del exterior una participación tan eficaz como la de sus bien asentados
canales de distribución nacionales. Por ejemplo, la participación en el mercado japonés
por parte de Nissan y de Toyota es de 28% y 38% respectivamente, mientras que
apenas es de 5% en la Comunidad Europea y de 12% en Estados Unidos. La propia
Sony apenas goza de una participación cercana al 8% en el mercado estadounidense de
televisores, si bien posee un 19% de participación en el mercado japonés.
que nunca cese de rastrear y vigilar las tecnologías externas disponibles, y que al mismo
tiempo centre su atención en unos cuantos proyectos internos críticos de I&D. Con el fin
de evitar los riesgos constantes de perder en algún juego totalmente nuevo, es factible
que una corporación lleve a cabo una especie de fecundación cruzada con una
compañía complementaria, nacional o extranjera, a lo ancho de una amplia gama de
sistemas de negocios, es decir, compras, diseño, producción, ventas, ingeniería a la
clientela y servicio.
A la vista de todos están las muestras de los cambios estructurales que se están
llevando a cabo a través de las fronteras nacionales. ¿Recuerda el intercambio de
patentes tecnológicas que concertaron los respectivos colosos de las
telecomunicaciones y de las computadoras, Nippon Telegraph and Telephone (NTT) de
Japón e IBM de Estados Unidos? Son muchas más las compañías que están forjando
vínculos parecidos con el fin de labrarse un nicho en ese importante mercado en vías de
surgimiento que los franceses llaman telemática y los estadounidenses videotexto. Cual-
quiera que sea su nombre, de todas formas el principio es el mismo: emplear las líneas o
los cables telefónicos para vincular un medio determinado [procesador de palabras,
computadora personal, facsímil, monitor, etc.] que permita a los individuos realizar sus
actividades bancarias, de compras en general o de boletos de avión o de teatro, y recibir
o emplear otro tipo de información. Eso que yo llamo AVIS del hogar (siglas de la
expresión inglesa que significa ‘sistema de información audiovisual').
Quienes compiten por quedarse con una parte del potencialmente lucrativo mercado de
las computadoras y de las comunicaciones provienen de todas partes. por ejemplo, para
no quedarse atrás ante la relación de IBM con NTT, Matsushita y Mitsubishi, American
Telephone & Telegraph (AT&T) está tratando de incurrir en el terreno de las
computadoras por medio de una alianza con las empresas europeas Philips y Olivetti. Si
bien los participantes de Estados Unidos y Japón provienen de orígenes claramente
deferentes, parecen estar destinados a convergir o a fusionarse antes de que tenga
lugar la sacudida de la batalla final. Entre los contendientes estadounidenses en el
mercado japonés de los equipos para la automatización de las oficinas (AO) se
encuentran todos los fabricantes tradicionales de macro y mini computadoras, los
fabricantes tradicionales de equipos para oficina (como Xerox Hewlett-Packard y demás),
una hueste de productores de procesadores de palabra encabezada por Wang, y hasta
uno o dos fabricantes de computadoras personales.
Ahora examinemos a los 75 fabricantes japoneses de equipos para la automatización de
las oficinas. Se trata de un grupo en el que hay fabricantes de material eléctrico en
general, como Toshiba, Hitachi y Matsushita Electric; fabricantes de aparatos eléctricos
para el hogar como Matsushita, Sanyo, Sharp y Sony; compañías especializadas en
cámaras y equipos copiadores, como Canon, Ricoh, Minolta y Konica (bajo las marcas
Royal y U-bix); compañías que utilizan la tecnología de los componentes o de los
microprocesadores aplicándola en otros sectores industriales como el de los relojes, los
instrumentos musicales y las calculadoras de bolsillo; sin olvidar a las empresas
dedicadas al control de los procesos y a los instrumentos de medición, como Yokogawa
y Omron, amén de compañías fabricantes de máquinas de coser como Brother y Silver
Reed.
Varios de estos contendientes ya se están preparando para la próxima batalla por el
predominio mundial, concertando alianzas internacionales con sus competidores.
Burroughs, que pretende igualar la ventaja tecnológica de Hitachi, ya ofrece en venta los
El éxito de Matsushita fue aún más sorprendente. En Estados Unidos logró capturar 15%
del mercado a través de sus propios establecimientos, pero se apoderó de otro 45% al
convertirse en proveedor de fabricantes de equipo original (FEO), como Magnavox, General
Electric, RCA, Sylvania y Montgomery Ward entre otros. En Europa, JVC, compañía
subsidiaria de Matsushita, logró conquistar 68% del mercado: 33% por medio de sus
canales propios y el resto como proveedor de fabricantes de equipo original, como EMI y
Thorn en el Reino Unido, Telefunken en Alemania, Thompson CSF en Francia, Saba en
Noruega y Granada en España.
A pesar de su tecnología y de sus canales de distribución en casa, Toshiba y Hitachi no
lograron movilizarse con la rapidez necesaria y sólo consiguieron un porcentaje de
participación muy pequeño en los mercados de ultramar. Algunas compañías tuvieron que
cambiar de estrategia. A fines de 1983, Philips anunció sus planes para producir modelos
VHS en Europa, además de su propio modelo V2000; en octubre 1984, Toshiba anunció en
Japón que iba a ofrecer tanto Beta como VHS, lo cual significó un rudo golpe para Sony en
un sector donde la compatibilidad es fundamental. Estos ejemplos nos muestran lo funesto
que puede ser que se dejen pasar las oportunidades que ofrecen otros competidores de
primera línea de la Tríada cuando se presenta un problema de compatibilidad, como
sucedió en el caso de la batalla entre los sistemas Beta y VHS.
3
USUARIOS UNIVERSALES
HOY EN DÍA LOS USUARIOS de bienes de capital se encuentran muy concentrados.
Como ejemplo, analicemos la estructura del sector industrial de la electrónica a nivel
mundial.
De acuerdo con las estadísticas recabadas por la OCDE, en 1970 la demanda total de
computadoras fue de 56 800 millones de dólares, en 1975 la demanda de computadoras
alcanzó la cifra de 91 300 millones de dólares y para 1985 la demanda esperada era de
204 800 millones de dólares, reflejando un crecimiento de casi el doble de la mayor parte
de las economías nacionales. De la producción total, el 85% se distribuyó entre los cinco
principales países (Estados Unidos, Japón, Alemania Occidental, Reino Unido y Francia).
En el caso de las máquinas herramientas controladas numéricamente, el 70% se
distribuyó entre Japón, Estados Unidos y Alemania Occidental exclusivamente.
Esta concentración de los bienes electrónicos de capital fue más que igualada por los
bienes electrónicos de consumo. Una vez más, las mismas cinco naciones de la Tríada
se llevaron el 82% de la demanda de bienes electrónicos de consumo en 1975.
Lo que estas estadísticas nos indican es que toda compañía que haga caso omiso del
potencial del mercado de la Tríada a nivel mundial lo estará haciendo por su cuenta y
riesgo. No hace mucho, por ejemplo, los fabricantes de equipo de capital producían
maquinaria que reflejaba distinciones culturales muy marcadas. Las máquinas alemanas
reflejaban la inclinación de esta nación por una calidad casi artesanal; los equipos
estadounidenses con frecuencia eran extravagantes en su uso de las materias primas.
Pero estas diferencias han desaparecido. Las máquinas para producción que más se
venden han perdido el elemento de 'arte' que las distinguía y se han vuelto mucho más
parecidas entre sí, tanto en apariencia como en el nivel de las habilidades que requieren.
La revolución actual en ingeniería de producción ha traído consigo estándares de
desempeño cada vez más universales. En una era en la que los incrementos en
productividad en periodos muy cortos pueden determinar su vida o su muerte a nivel
mundial, las compañías no se pueden dar el lujo de lanzarse a producir una obra de arte
metálica que habrá de durar 30 años.
Al mismo tiempo, los clientes de productos de consumo se han tornado bastante
homogéneos. El patrón de consumo de la Tríada, causa y efecto de los patrones
culturales, en gran medida tiene sus raíces en el sistema educativo. A medida que los
sistemas educativos van permitiendo que un número cada vez mayor de personas se
conviertan en usuarios de la tecnología, éstas tienden a parecerse más y más entre sí.
De allí que al permitir que se alcancen niveles más altos de desempeño tecnológico, la
educación también tiende a disminuir las diferencias en los estilos de vida. La
penetración de la televisión, que permite a toda persona que posea un televisor
compartir instantáneamente complicada información conductual en cualquier parta del
mundo, también ha venido a acelerar esta tendencia. Por ejemplo, existen 600 millones
de consumidores en las tres partes de la Tríada (Japón, Estados Unidos, las naciones de
la Comunidad Europea) con necesidades y preferencias asombrosamente similares. En
las calles de Tokio, Londres, París y Nueva York se ven bolsos de Gucci, Walkmans de
Sony y restaurantes de hamburguesas McDonald's. Una nueva generación venera a los
dioses universales 'del momento’: ABBA, Levi's, Arpëge.
En otras palabras, dentro de los países de la Tríada, la brecha generacional esa
diferencia vertical entre los grupos de edades— es más pronunciada que la diferencia de
gustos a través de las fronteras nacionales. Los jóvenes de Dinamarca, Alemania
Occidental, Japón y California crecen todos con zapatos tenis, pantalones de mezclilla
(jeans) y "rock and roll". Sus estilos de vida, aspiraciones y deseos son tan parecidos
que hasta podría llamárseles 'OCDEitas' o Triadianos, más que con sus respectivas
nacionalidades de origen. De la nueva generación de Triadianos podría decirse que son
los 'nuevos californianos' o 'angelinos', por su capital, Los Angeles. Si no fuera por su
idioma o el color de su pelo, no habría forma de determinar la nacionalidad de un joven
que deambula por la Harajuku de Tokio con tenis Nike, pantalones cortos L.L. Beans,
playera Izod, una raqueta Prince (por puro gusto) y una bolsa Louis Vuitton. Visto como
consumidor, la nacionalidad de este joven importa mucho menos que sus deseos y
aspiraciones básicas. De manera similar, un típico hombre de negocios de Nueva York
difícilmente puede diferenciarse de sus colegas de Tokio o de Dusseldorf: todos ellos
lucen un traje azul oscuro, zapatos Regal, una corbata Celine, llevan una calculadora
Casio y una billetera Mark Cross en el bolsillo, comen con frecuencia en algún
restaurante sushi cercano y se desplazan en un Toyota Célica.
¿Cuáles son las razones de estas similitudes y generalidades en los patrones de la
demanda y de los estilos de vida de los consumidores de la Tríada? La primera es el
poder de compra. El poder de compra de los habitantes de la Tríada, expresado en
términos de su ingreso discrecional per cápita, es más de diez veces superior al de los
habitantes de los países menos desarrollados (PMD) y de los países de reciente
industrialización (PRI) (Figure 3-1). La penetración de la televisión en los hogares de los
países de la Tríada es superior a 94%, mientras que sólo es de 25% en los PRI2 y es
menor de 10% en los PMD. Una tercera parte de los consumidores japoneses y
estadounidenses posee cuando menos un título universitario, a no ser una maestría o un
doctorado, pero sólo 15% de la población de los PRIs dispone de un nivel educativo
comparable y el porcentaje es aún menor en los PMD. Lo que realmente trace que los
Triadianos se comporten en forma parecida unos a otros y que los distingue del resto del
mundo es su nivel educativo, lo que ven y leen, y su poder de compra.
Las similitudes entre sus infraestructuras tecnológicas respectivas conforman otro
conjunto de fuerzas en juego que encauza a los Triadianos en la misma dirección en lo
tocante al patrón de su demanda. Por ejemplo, más de 50% de los hogares Triadianos
poseen un teléfono, lo que crea un entorno receptivo para productos tales como
facsímiles, télex y equipos digitales de transmisión/procesamiento de datos.
En los países de la Tríada, la cantidad de médicos por cada 10 000 habitantes en 1979
era superior a 18, lo que crea una demanda pare los productos farmacéuticos y la
electrónica aplicada a la medicine. El alto porcentaje de carreteras pavimentadas y no
pavimentadas en los países de la Tríada es la razón de la rápida penetración de los
neumáticos radiales y de los autos deportivos. Todos son productos de valor agregado
más alto. También requieren una tecnología de diseño y/o de producción más
adelantada.
4
NEOPROTECCIONISMO
EL PROTECCIONISMO ES causa y efecto de un cambio fundamental que a su vez está
provocando el desmoronamiento de los pilares económicos establecidos. Cualquier
intento por determinar lo que provocó la última recesión —costos no competitivos de la
mano de obra, inversiones insuficientes, altos costos del capital, altibajas en los tipos de
cambio, desequilibrios comerciales— sería tanto como tratar de determinar qué fue
primero, la gallina o el huevo.
Pero a fin de cuentas un hecho es indiscutible: a principios de los años 80 la mayoría de
las economías del 'Mundo Libre' sufrió una fuerte caída de la cual logró recuperarse en
1984, cuando estaban por realizarse las elecciones para presidente de Estados Unidos.
Un alto índice de desempleo contribuyó a la caída en el poder de compra, el cual a su
vez provocó una desaceleración de los sectores industriales automotriz, de bienes de
consumo, de la construcción, y de sus respectivos sectores dependientes como el del
acero y el de los componentes. Y las nuevas tecnologías vinieron a agregar su granito de
arena al disloque económico. Como ya lo señalamos, la automatización implica cambios
en la fuerza laboral y cuando a los obreros no se les proporciona la necesaria
capacitación de actualización, entonces se presenta la situación paradójica de padecer
un alto desempleo y de carecer de las habilidades especiales que no es posible
automatizar.
Las condiciones económicas resultantes hacen muy difícil que los lideres y los políticos
nacionales se rehusen a instrumentar soluciones a corto plazo. Entre una de estas
últimas está la de las barreras arancelarias. Sin embargo, el proteccionismo conlleva dos
peligros graves. Uno de ellos es una reacción en cadena a nivel nacional. Las medidas
de apoyo en favor de un grupo dan legitimidad a las demandas de los demás, y los
productos de las industrias 'protegidas' disminuyen la competitividad de aquellas que los
emplean como componentes para producir otros bienes. Una industria acerera 'protegida'
debilita a la industria automotriz dado que esta última debe consumir los productos de
aquella. El segundo peligro es que al plantarse el árbol del proteccionismo también se
esparcen las semillas de las represalias internacionales.
Además, hay que tomar en cuenta el poder económico. Las medidas proteccionistas,
que con frecuencia hacen caso omiso de las reglas internacionales establecidas,
concentran el poder entre unos cuantos políticos y burócratas.
No es nuestra intención realizar un análisis exhaustivo de las causas de esta corriente
manifiesta, sino más bien reconocer su existencia y alertar a las empresas acerca de sus
implicaciones. Declaremos algo obvio: si su empresa no ha adquirido la calidad de
'inmigrado' en un país que tenga importancia para sus planes de crecimiento, es
probable que encuentre herméticamente cerradas las puertas de sus mercados.
La figura 4-1 muestra un resuman de los reglamentos que aplican varios países. Algunos
países establecen cuotas y aranceles muy altos a todas las importaciones, mientras que
otros sólo los establecen contra las importaciones provenientes de Japón o de
Un mensaje importante que los hombres de empresa pragmáticos deben recordar es que
ni estos reglamentos gubernamentales ni las invectivas periodísticas por fuerza reflejan
la opinión del público en general. Por ejemplo, el hecho de que el gobierno japonés
entable unas tirantes negociaciones con el United States Trade Representative (USTR)
sobre las cuotas de naranjas y de carne en canal no significa que los japoneses en
general estén en contra de comprar naranjas y carne procedentes de Estados Unidos.
De hecho, reciben con beneplácito cualquier alimento de alta calidad y a buen precio sin
importarles de qué país proviene. De manera similar, tenemos que reconocer que a los
contra de una eventual invasión por parte de los competidores más fuertes de la Tríada,
ni una sólida posición en los mercados pequeños es lo suficientemente importante para
contrarrestar una mala situación de una compañía en los mercados clave. El modelo de
las Naciones Unidas da pie a una desequilibrada distribución de los recursos gerenciales
en relación con el tamaño potencial del mercado y/o las necesidades estratégicas de
establecer una posición viable ahí. En la década de los 70, muchas multinacionales
europeas concentraron sus esfuerzos en América Latina, Africa y Oriente Medio, sólo
para descubrir que se habían quedado sumamente rezagadas respecto de los
estadounidenses y los japoneses en la carrera por la alta tecnología en los mercados
clave de la Tríada.
3. El modelo en cascada ha quedado obsoleto, debido a que la difusión tecnológica es
tan rápida que nadie puede mantenerse a la cabeza durante mucho tiempo. En el mundo
actual, 'ser el primero' no implica 'ser el mejor' o 'ser el más grande', máxime cuando una
compañía compite comercialmente contra las empresas más poderosas y ágiles del
mundo.
El poder competitivo de una corporación ya no significa monopolización. El factor clave
del éxito de un negocio en casi cualquier sector industrial se ha movido 'río abajo', hacia
el extremo inferior del sistema comercial, ese que está conformado por los
consumidores finales y que es el elemento más difícil de cambiar de golpe. Las
funciones 'río arriba', como la de compras y la de producción, no pueden diferenciarse
debido a que la mayor parte de ellas se ha convertido en mercancías; hasta los
productos se han vuelto 'mercancías de ingeniería' que difícilmente poseen alguna
diferenciación. En realidad, la fuente de esta diferenciación se basa en la imagen, la
logística, la distribución, el servicio o el nivel de perfección de su ejecución. El anticuado
modelo en cascada presupone una conquista secuencial de los mercados clave a lo
largo de un periodo de tiempo bastante largo. Lo que se necesita en la actualidad es un
modelo de tipo 'aspersor' que, aprovechando la hiperpresión en el techo, en forma
simultánea inunde los mercados clave unos cuantos segundos después de que se abra
la válvula.
Una de las formas de llevar a cabo lo anterior consiste en formar un consorcio en la
Tríada. De todas formas, antes de que hablemos acerca de cómo una compañía puede
establecerse como un poder de la Tríada, tenemos que desviarnos para examinar los
cambios en la naturaleza de la competencia mundial y los resultados netos de reconocer
o no reconocer tales cambios.