Mitre y La Nación Junio2012 Toma 1

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Bartolomé Mitre, construyendo nuestra historia día por día

EL PERIÓDICO

Resulta gráfico comenzar estas líneas con una reflexión de don Arturo Jauretche quien,
medio en broma y medio en serio nos confesaba su método para elucidar dilemas
políticos “Cuando tengo una duda, me acuesto pensando en eso; si cuando me levanto
persiste mi duda, leo «La Nación» y hago EXACTAMENTE LO CONTRARIO". Este
planteo jauretchiano significa que los sectores dominantes oligárquicos que él combatia
se expresaban claramente en dicho periódico

El fundador del diario La Nación fue precisamente el multifacético Bartolomé Mitre,


quien fuera además de periodista, Gobernador de Buenos Aires (1860-1862), Presidente
de la Nación (1862-1868), militar, historiador y político. Cada una de las facetas de este
hombre pueden ser descriptas como las de un abnegado y consecuente defensor de los
intereses foráneos, sobre todo del capital ingles, y los de la oligarquía local. Fue uno de
los hombres más brillantes que han dado las clases dominantes oligárquicas argentinas,
cuya visión estratégica permitió transformarlo en un prócer fundante de nuestra
nacionalidad a pesar de haber sido durante toda su historia pública un militar que no
gano ninguna batalla, un presidente que no tomó ninguna medida brillante, y
seguramente el mayor represor y golpista que ha tenido la Argentina. Su mirada
historiográfica, justifica en cada capitulo todos los accionares políticos, militares y
económicos de la Gran Bretaña en nuestro Río de la Plata. Por tal razón,
simbólicamente su estatua emplazada a espaldas de la embajada británica en el Barrio
de la Recoleta, aparece oculta a las miradas del pueblo y custodiando su posición
política
Vamos a dejar en párrafos escritos por sus actuales escribas adictos más que por sus
detractores la necesidad de su tarea historiográfica.

“Mitre se propuso justificar la preexistencia de la Nación. A esa necesidad le debemos


el otro gran cauce de su vida: la historiografía. Su propuesta política obligaba a
identificar una filiación compartida para fragmentos de una Argentina que todavía
estaba dispersa. Así como había que organizarle instituciones, a la Nación habia que
organizarle un pasado”1.

Si el sociologo alemán Max Weber hubiera construido el tipo ideal2 del Cipayo, sin
duda Bartolomé Mitre hubiera sido su modelo más acabado y La Nación el fiel
exponente periodístico de la defensa de los intereses de la oligarquía criolla. Asi la
contraposición de las posturas politicas de Bartolome Mitre con las de otros politicos de
nuestra historia, nos muestran cuanto más se acerca o alejan de una posición
extranjerizante y agrarista.

Jorqe Abelardo Ramos nos brinda algunas herramientas a partir de las cuales podríamos
construir este tipo ideal teórico

1
Pagni Carlos, Editorial del Diario La Nación del 8 de Enero del 2010
2
El TIPO IDEAL es un modelo teórico construido por un investigador con determinadas características esenciales que
lo definen. Estas características no son al azar o caprichosas, sino que constituyen un todo racional que explica la
acción del individuo. La tarea del científico luego sería comparar los casos reales e históricos con el de la construcción
teórica y establecer si las acciones reales conducen racionalmente a esas conclusiones. En definitiva es utilizado como
una forma de contrastación del modelo ideal con el real y como hipótesis de comprobación de una relación causal.
“Su figura ha suscitado siempre la simpatía imperialista. La síntesis de su política y de
sus ideas, es ésta: defensor de una “democracia” formal, dirigida por una minoría
oligárquica apta; enemigo del “criollismo bárbaro” y partidario del foco civilizador de
Buenos Aires y el Litoral; librecambista, ganadero y agrarista, sostenedor de la
estructura semicolonial y comercial del país; anti-industrialista, cosmopolita, amigo de
la “Iniciativa Privada”, civilista, adversario del “militarismo” (excepto cuando
encuentra un puñado de jefes cipayos a su servicio); traductor, lacayo espiritual de la
cultura europea y de su preeminencia técnica.”3

La Nación se fundó cuando Bartolomé Mitre tenía 48 años y ya había dejado hacia dos
la presidencia de la República Argentina. Anteriormente, en 1852, ya había dirigido otro
diario, Los Debates, pero el inmediato predecesor fue el diario “La Nación Argentina”
que había sido creado en 1862 por José María Gutiérrez con el apoyo del mismo Mitre.
Su primer ejemplar, de una página, salió el 4 de Enero de 1870 y en lo que fue la
primera editorial del diario bajo el título “Nuevos Horizontes” y con la pluma de Mitre
marcaba claramente las diferencias entre este y aquel

“El nombre de este diario, en sustitución del que le ha precedido, LA NACION,


reemplazando a La Nación Argentina, basta para señalar una transición, para cerrar una
época y para señalar nuevos horizontes del futuro. LA NACION Argentina era un
puesto de combate. LA NACION será una tribuna de doctrina. Hoy el combate ha
terminado. Ha terminado, si, y estamos triunfantes, en todas las cuestiones de
organización nacional que han sido resueltas o que marchan en una vía de solución que
no puede cambiar. [LA NACION] simboliza la obra cumplida y la labor futura. LA
NACION huye y condena los programas negativos y por lo tanto infecundos. He aquí
por qué no puede hacer su misión principal de la oposición. La oposición es un
incidente y siempre lo ha sido, respondiendo hechos dados en una política que se juzga
inconveniente; pero nunca puede convertirse en principio positivo, en móvil único de la
prensa”4. La idea como el mismo lo decía era “poner el acento en lo permanente y no en
lo circunstancial”5. El diario precedió al hombre y a su tiempo. Se convirtió en la vozs
de los sectores dominantes de la sociedad argentina.
Para comprar la imprenta y fundar el diario solidamente organizó una sociedad
anónima, con un capital de 800.000 pesos, divididos en 32 acciones de 25.000 pesos
cada uno, siendo sus suscriptores el mismo Mitre, Ambrosio P. Lezica, Juan Agustín
García, Cándido Galván, Rufino y Francisco de Elizalde, Anacarsis Lanús, Delfín
Huergo, Adriano Rossi y José María Gutierrez. Mas tarde Mitre terminará comprando el
resto de los títulos y el diario quedo integramente en su poder y el de su familia. El
diario comenzó con una tirada de 1000 ejemplares y que en la actualidad alcanza los
160.000 ejemplares siendo el de segunda mayor tirada de la Argentina (fuente: Instituto
Verificador de Circulaciones, año 2008)

Como en la mayoría de las tradiciones de izquierda, el periódico o diario, representa el


medio a través del cual se difunde una mirada del mundo y en última instancia,
encuadrar una posición política. La imprenta fue, el elemento que permito expandir por
toda Europa el pensamiento revolucionario burgués. Pero como todo medio, las
herramientas de comunicación pueden servir para cambiar o mantener el status quo

3
Ramos Jorge Abelardo, “Revolución y Contrarrevolución en la Argentina. Del Patriciado a la
Oligarquía. Ediciones del Mar Dulce Pag 14. Año 1970,
4
La Nacion, Editorial “Nuevos Horizontes” del primer ejemplar del 4-1-2012
5
La Nación , Editorial “Nuevos Horizontes” del primer ejemplar del 4-1-2012
El Diario La Nación, se planteo como un diario militante, un diario de posición y no un
diario “neutral” y esa idea fundante es aún hoy su espíritu rector. A través de él logró
construir un relato de la Argentina y de si mismo, que influyo en las corrientes políticas
argentinas más diversas; tanto en la visión de conservadores, radicales y peronistas pero
también en socialistas y marxistas. La visión histórica oficial y la visión ideológica
predominante, es en parte tributaria del Diario y de su Fundador, en definitiva, de su
clase dominante, la Oligarquía Argentina

Tan importante fue y continúa siendo su influencia, que todos los movimientos
nacionales del siglo XX en adelante tuvieron que generar anticuerpos profundamente
ideológicos para saldar esa influencia. El revisionismo surge contraponiéndose al relato
“librecambista y antiestatista”, su posicionamiento permite definir claramente la otra
cara.

En la actualidad, fundamentalmente a partir del evidente rol militante que tomaron los
medios de comunicación durante el conflicto de la resolución 125 sobre las retenciones
móviles, la “independencia” y “objetividad” quedaron expuestas como meras
justificaciones de aquellos que nos adoctrinan todos los días y se encargan de colonizar
nuestro pensamiento político. Pensar en los intereses que guiaron la fundación del diario
LA NACIÓN resulta oportuno para comprender su compromiso centenario en
reproducir las condiciones semicoloniales que le dan sentido a su existencia y poder
económico interno a la clase que la respalda, la oligarquía

La Nación es en la actualidad el verdadero diario opositor, por la profundidad que logra


en sus críticas al Gobierno y por que mantiene una línea histórica de la cual difícilmente
se movió a pesar de los “negocios circunstanciales”.

¿LA TRIBUNA DE QUE DOCTRINA?

El lema del diario desde su fundación es “La Nación será una tribuna de doctrina6” lo
cual es una declaración de principios interesante en estos tiempos donde las ideologías
parecen estar mimetizadas con las verdades objetivas transmitidas por la prensa. Y de
alguna manera declara que sus objetivos son orientar e informar a los convencidos y
construir explicaciones “sentidos de pensamientos” para justificar sus posiciones
políticas. La Nación de la que nos habla la familia Mitre es la Nación Oligárquica, lo
cual visto desde nuestros propios ojos es un contrasentido en si mismo ya que la
oligarquía tiene como condición fundante de su poder la perpetuación de una argentina
agroexportadora dependiente y semicolonial, inhibiendo por cualquiera de sus formas el
desarrollo del potencial productivo, en definitiva el desarrollo de la Nación y sus
potencialidades.
La justificación de este rol histórico y fatal permite pensar una estructura donde la
Argentina se tiene que dedicar a producir alimentos, permitiendo que la tecnología y los
productos manufacturados provengan del exterior. Esta dependencia constante de la
sociedad en su conjunto de las exportaciones agropecuarias para obtener las divisas
necesarias para comprar dichos productos importados los ubica en la cúspide de la
pirámide económica local perpetuando la dependencia. Irónicamente entonces es

6
Doctrina: Conjunto de ideas u opiniones religiosas, filosóficas, políticas, etc.,sustentadas por una persona o grupo.
Doctrina cristiana, tomista, socialista. Según la Real Academia Española
precisamente el diario la nación quien representa a la clase que se opone precisamente al
desarrollo Nacional.

Basta recordar en el 2008 a los representantes de la Sociedad Rural y sus secuaces


diciendo “nosotros somos la patria” para entender que lo que busca esta afirmación es
confirmar una forma de organización social en la cual se garantice su particular
preponderancia como clase dominante, manteniendo el rol semicolonial de la Argentina
en la división de trabajo mundial. La Nación nos recuerda que este país naturalmente
beneficiado para la explotación agrícola no debería hacer nada para modificar su fatal
destino histórico. Por tal motivo cualquier intervención Estatal en materia económica es
considerado una intervención antinatural y nociva que desvirtúa el natural
desenvolvimiento de dicha organización económico social. En definitiva es una visión
agroexportadora, liberal y eurocéntrica.

Durante la presidencia de Don Bartolome Mitre su proyecto de Nación se expresó en


numerosas masacres de caudillos y gauchos federales y asumiendo la dirección militar y
política de la catástrofe del Paraguay que aún no terminaba. La llamada “pacificación”
la había logrado a sangre y fuego; con un altísimo costo político, a tal punto que le
resultó imposible imponer a su sucesor. Domingo Faustino Sarmiento fue en definitiva
el candidato del consenso. A pesar de haber apoyado las “pacificaciones del interior” y
la guerra del Paraguay llevadas adelante por Mitre, Sarmiento era sin embargo un
reconocido liberal del interior, convencido del desarrollo económico y productivo del
país y por tanto con sustanciales diferencias en cuanto al proyecto político oligárquico y
semicolonial mitrista que se expresaron en resistencias de este último durante lo que
duró el mandato. En definitiva al partido oligárquico lo había sucedido un burgues sin
burguesía, un “loco” sin partido.
Dominio económico y dominio político ya no eran linealmente idénticos, ya no era la
clase oligárquica quien gobernaba el país aunque sin duda seguía siendo la clase
dominante y seguía imprimiendo con su lógica de acumulación la matriz del
crecimiento argentino. Es quizás esta una de las claves por las cuales cobraba
importancia la aparición de La Nación. Sentar su posición y extender su “doctrina”
intentando instalar la agenda política desde “afuera” del gobierno

¿Qué ES LA NACION PARA LA NACION?

El predecesor “LA NACION Argentina” había sido fundado el año del Pavón, donde el
debate estaba presente, por eso él decía de aquel diario “era un puesto de combate” pero
como ahora “el combate ha terminado. Ha terminado, si, y estamos triunfantes, en todas
las cuestiones de organización nacional que han sido resueltas o que marchan en una vía
de solución que no puede cambiar” porque desde la oposición, viendo el poder político
del estado desde afuera ese no puede cambiar se transforma en una necesidad la
creación de una “tribuna de doctrina”.
Consolidado el triunfo político-militar sobre la Confederación, garantizados los resortes
de la apropiación de la renta aduanera para la oligarquía dominante, es hora de
apropiarse simbólicamente de La Nación fundando una tribuna de la doctrina para
perfeccionar el aparato de dominación del Estado Oligárquico. Ese es el sentido que
persigue la fundación del diario.
Este proceso de apropiación simbólica del concepto se da precisamente cuando Mitre y
el mitrismo no pudieron garantizar la continuidad de su partido Liberal manejando los
resortes principales del Estado. Al mismo tiempo el enorme ,l,apoyo popular que
tuvieron en el interior tanto la famosa Revolución de los Colorados en Mendoza en
1866 (que luego se extendería hacia las regiones de Cuyo y del Noreste) o las
insurrecciones del Catamarqueño Felipe Varela (1867 y 1868) dan cuenta del
descontento que generaba la guerra del Paraguay en los estancieros o los sectores
plebeyos de las provincias.
Sentían esta contienda como fraticida, demostrando claramente la vigencia que el
concepto de Nación de las masas y los sectores federales en general estaban en las
antípodas de los que Mitre intentaba instalar. La justificación sistemática que el
mitrismo pugnó por instalar fue que quienes se oponían a esa contienda se oponían a La
Nación, a su Nación. La transfiguración política precisamente de esa guerra fraticida en
una guerra de defensa de la república Argentina no es un descubrimiento nuestro, Felipe
Varela en su proclama en 1866 lo hace explícito.

“El pabellón de Mayo que radiante de gloria flameó victorioso desde los Andes hasta
Ayacucho, y que en la desgraciada jornada de Pavón cayó fatalmente en las ineptas y
febrinas manos del caudillo Mitre ––orgullosa autonomía política del partido rebelde––
ha sido cobardemente arrastrado por los fangales de Estero-bellaco, Tuyuti, Curuzú y
Curupaití.”7

La Nación que esta pesando Mitre es la Nación de Buenos Aires y sus trece tolderías, la
Nación cercenada que había comenzado casi inmediatamente después de Mayo y que
había sido coronada por el propio Mitre, separada de la Banda Oriental y el Alto Perú,
enfrentada al Paraguay y alineada con el Imperio Esclavista del Brasil e Inglaterra, sin
proyecto de control alguno del Estado sobre el territorio de la zona centro y sur del país.
Esa nación es la nación Oligarquica, en definitiva es solamente un espacio territorial
restringido, caprichoso por sobre el cual tiene soberanía casi indiscutida el Estado de
Buenos Aires. Lejos esta la Nación que soñaron a principios del siglo XIX Bolivar, San
Martin, Artigas o Monteagudo por sólo citar a algunos. Quizás la convicción con la que
añora aquella Nación Felipe Varela casi en soledad ya resulta más un sueño que deberá
esperar la construcción de otras condiciones históricas y otras expresiones políticas que
las existentes en 1870.

“La extensión inmensa, las débiles comunicaciones terrestres o marítimas, el bajo nivel
de desarrollo de las fuerzas productivas, la carencia de un centro económico y político
capaz de arrastrar a todos los restantes hacia un foco centralizador conspiraron contra el
proyecto. Parecía que la única solución era puramente militar y que solo la espada podía
asegurar la unidad nacional en el proceso de la independencia”.8

Mitre se propuso justificar la preexistencia de la nación, combatiendo e intentando


deslegitimar las bases mismas de la existencia de una “Confederación” de allí la casi
obsesiva utilización de dicho término. Resulta gráfico recordar que cuando el partido
Liberal del que él formaba parte se fractura dando nacimiento a dos tendencias, la rama
alsinista pasa a llamarse Autonomista y la rama de Mitre pasó a ser la Nacionalista
(Futuro partido Nacional a partir de 1874). Se esconde tras la disputa nominal, una
disputa histórica de la que Mitre es su primer escriba, en este intento por justificar
historicamente la preexistencia de la Nación. En esta versión los caudillos federales son
cristalizados como los defensores de los particularismos regionales de un proceso
disgregador y sin Nación posible, fatalmente condenados a la barbarie y el fracaso. Sin
7
Proclama del Coronel Felipe Varela. Campamento en marcha, diciembre 6 de 1866.
8
Ramos Jorge Abelardo “Historia de la Nación latinoamericana” Pag 136 Ediciones Continente 2011
embargo la historiografía futura se encargará de demostrar que sí había un proyecto
integrador del interior y que los regionalismos eran posturas defensivas que las
provincias asumían ante el avance avasallante y el sometimiento que les promovía la
política de Buenos Aires.

“Llamar, como lo hace la constitución, una confederación de estados, o de provincias, a


pueblos que siempre se han proclamado ligados en una nación compacta e indivisible,
es un desconocimiento y una violación chocante del principio de unidad que rige su vida
política”
“Confederación es aquella en que varias naciones o provincias independientes se ligan o
confederan teniendo en vista objetos determinados. Nosotros aunque no estamos
constituídos, formamos una Nación, y tal es así que, en el mismo proyecto de
constitución nos reconocemos parte de ella”9

La fortaleza defensiva de las provincias estaba precisamente en mantener el pacto


confederado en la cual si bien persistían regionalismos ninguna región más poderosa
sometía a otras, no al menos formalmente. En cierta medida este rechazo era también la
justificación para que Buenos Aires rechace la constitución del 53 donde un
empoderado Urquiza esperaba la participación de Buenos Aires con una
correspondiente federalización de su aduana.

La Nación es preexistente y el espiritu de esa nación es el liberalismo, Buenos Aires


tiene precisamente como labor histórica la obligación de llevar adelante esa acción
civilizadora sobre el interior, llevándole el liberalismo a las demás provincias.
Transmitir por ser una ciudad cosmopolita la civilización que recibe de su relación con
las sociedades mas avanzadas del planeta.

“porque Chivilcoy no es neutral, porque él también es un combatiente de la buena


causa, él también ha enarbolado su bandera que es la bandera de la civilización, de la
libertad del trabajo, para combatir con ella a la barbarie, a la naturaleza bruta y a la
miseria que nos vencería si dejásemos caer de las manos las bien templadas armas con
que le hacemos frente” 10

Sin duda que la rebelión del interior para repudiar la Guerra de la triple Alianza contra
el Paraguay, xpresaba la rebelión popular de las masas contra lo que consideraban una
guerra civil. Estas rebeliones eran sin duda las últimas expresiones del proyecto de
Nación Latinoamericana de principios de siglo XIX que aun tenían raigambre popular.

“En su manifiesto de Potosí, Varela, conforme a los principios de la Unión Americana,


reconocía la soberanía de cada república, pero al mismo tiempo preconizaba la “alianza
de sus poderes democráticos”, como un “renuevo” de los principios que habían ligado a
todas las Repúblicas cuando la guerra de Independencia” 11

El concepto de Nación de Varela se enfrentaba de esta manera al concepto de Nación de


la oligarquía, era sin duda un enfrentamiento simbólico, pero también un enfrentamiento

9
Mitre Bartolomé, Discurso en la Asamblea General Constituyente de Buenos Aires el 2/3/1854. En “El
pensamiento de Bartolomé Mitre” Pag 46 Editorial Lautaro. 1943
10
Mitre Bartolomé, “El Pensamiento de Bartolomé Mitre y los liberales” Discurso de Chivilcoy,
pronunciado el 25 de Octubre de 1868. Pag 233 Editorial Ateneo
11
Terzaga Alfredo, “Historia de Roca” Tomo 1 Pag 210 Peña Lillo Editor 1976
real ya que la resistencia de Varela no era una mera resistencia defensiva sino que era
impulsada por un concepto más maduro y coherente

“Lo notable es que Felipe Varela ejecutaba el pensamiento federalista de Alberdi,


dentro de una concepción americanista y antieuropea, inexistente en el sistema
conceptual alberdiano. Y lo más importante es que lo llevó al campo de batalla
contando con todas las masas federales del país”12

LA NACION ESCINDIDA

“Somos un país porque no pudimos integrar una nación y fuimos argentinos porque
fracasamos en ser americanos. Aquí se encierra todo nuestro drama y la clave de la
revolución que vendrá”13

La cita de Jorge Abelardo Ramos resulta siempre útil y concisa para explicar la
mutilación a la que arribo América latina con posterioridad a los movimientos
independentistas de la Corona Española
Los proyectos en disputa son los proyectos que representan a naciones distintas no
solamente en aspectos territoriales y de extensión, sino también en términos políticos,
en definitiva son proyectos políticos distintos los que se ocultan detrás de las dos
naciones.
LN esta queriendo construir un país, consolidar un proyecto territorial escueto que le
permita consolidar un mercado interno mínimo que le de sentido a la burguesía
comercial porteña como intermediaria de los objetos manufacturados en Inglaterra y que
sirva de canal vinculante de los productos agropecuarios (y sobre todo pecuarios en la
etapa de la que hablamos) producidos por la oligarquía ganadera pampeana.
Este proyecto por tanto prefiere entregar la banda oriental al imperio de Brasil antes que
verse en la necesidad de sintetizar e incluir al proyecto Artiguista, prefiere entregar el
Alto Perú y olvidar el Paraguay para luego destruirlo en la guerra de la Triple Infamia.
Es sin duda un proyecto de país semicolonial y económicamente dependiente, que
estructura una organización política y estatal acorde a esos intereses.
Pero ese mercado interno fue un interés de máxima de ese sector, pero no fue un
proyecto que consideró vital siempre. Cuando el poder hegemonico de Buenos Aires se
vio imposibilitado de imponerle condiciones a la Confederación Urquicista, Bartolomé
Mitre llego a esgrimir la idea de la Republica del Plata, esa idea que concebía la
independencia de Buenos Aires constituyendo una República Municipal lo que
seguramente hubiera generado un desmembramiento hacia adentro de la Confederación
misma. La oligarquía comercial y la ganadera, que en esta época se encolumnan detrás
de Bartolome Mitre como líder político tienen escaso sentimiento de “Nación” cuando
el debate por la nacionalización de los ingresos aduaneros parecía volcarse según la
marcha triunfal de la Confederación al mando de Urquiza.
La consolidación del Estado Nación como forma de organización política se dio en toda
Europa desde el siglo XVII como la expresión de la necesidad de la organización del
poder político territorial que exprese y salvaguarde el poder económico de las nacientes
burguesías nacionales. El concepto de nación tan “negociable” es lo que caracteriza a

12
Ortega Peña y Duhalde Eduardo: Estudio Preliminar en “Manifiesto del General Felipe Varela a los
Pueblos Americanos sobre los acontecimientos políticos en la República Argentina en los años 1866 y
1867” Editorial Sudestada, Buenos Aires, 1968
13
Ramos Jorge Abelardo, “Revolución y Contrarrevolución en la Argentina. Las masas y las Lanzas”
Hsypamerica Pag 15. Año 1985
esta oligarquía semicolonial a la que representa Bartolomé Mitre y permite distinguirla
precisamente de una burguesía nacional.

LAS VIEJAS/NUEVAS ARMAS DISCURSIVAS

Fruto de una protesta gremial, que el ejemplar del 12 de junio del 2012 haya sido el
primer ejemplar en 142 años que no fue lanzado a la calle puede parecerle a algunos un
detalle estadístico, casi como la finalización de un “invicto”, la nación y clarín lo
presentaron al dia siguiente como un inedito ataque a la libertad de prensa, nosotros
entendemos que ese inigualable invicto solo pudo lograrlo EL diario de la Oligarquía.
Saliendo en los momentos mas políticamente sangrientos de nuestra historia desde 1870
hacia aca, la nación se dedico a justificar la acción de la clase dominante todas las
mañanas desde hace 142 años, sin haber recibido nunca ningún tipo de censura. Más
que motivo de orgullo democrático es sin duda una mancha en el legajo de cualquier
diario que haya luchado aunque sea una vez por la libertad en estos ciento cuarenta y
dos años.
Aquí transcribimos algunos textos y discursos de Mitre donde encontramos
problematizados aquellos temas que planteamos como estructuantes de ese tipo ideal del
que hablamos más arriba.

Veamos como entiende la “importancia” del imperio inglés en términos de foco


civilizador hacia los paises “atrasados”. Veamos algunos párrafos de la defensa de los
intereses ingleses en la India y como justifica las peores atrocidades represivas
perpetradas por los ingleses en nombre de la libertad y la civilización.

“cualesquiera que hayan sido las injusticias y aún los actos de verdadera crueldad que la
Inglaterra ha cometido en la India para mantener su influencia y afirmar su poder, no
puede desconocerse que vuelta al dominio de los reyes bárbaros y sanguinarios que la
oprimian, la civilización retrogradaría inmensamente en aquellas vastas regiones, y que
crímenes más espantosos que los que han estremecido a la humanidad bajo la
dominación tiránica de Rosas escandalizarían al mundo…
Es de esperarse que la Inglaterra, con la energía de un pueblo libre, con su espíritu
público y por uno de esos esfuerzos supremos de que sólo son capaces las naciones en
los momentos solemnes de su vida, domine la insurrección de la India, aún cuando sea
desangrándose en el suelo que va a sostener. Mientras tanto, no hacer votos por el
triunfo de la Inglaterra en la India seria simpatizar el crimen, con la barbarie y con la
tiranía…”14

Solo hay que reemplazar India por Argentina o por cualquier país del mundo y se tendrá
la idea del rol que los pueblos civilizadores tienen sobre los “barbaros”. Inglaterra actúa
entonces como un foco civilizador del cual hay que copiarlo todo y al cual debemos
obedecer sin dudarlo porque bien lo resume en pocas palabras

“¿cual es la fuerza que impulsa este progreso? Señores, es el capital ingles 15

14
El Pensamiento de Bartolomé Mitre y los liberales, pag 71 (“Los ingleses en la India” 1857), editorial
El Ateneo
15
El Pensamiento de Bartolomé Mitre y los liberales, pag 71 (“Discurso en la inauguración del ferrocarril sur. 7 de marzo de 1861
editorial El Ateneo
Es interesante ver como su discurso permanece. Basta hacer el necesario ejercicio
militante de leer cualquier editorial del diario la nacion en su historia para ver que lo
popular o lo criollo siempre esta relacionado con la tiranía e incluso la barbarie; para ver
como todo proyecto productivista es un proyecto retrógrado, antieconómico y
deformador de las fuerzas progresivas de la humanidad, como cualquier intervención
del estado en la economía es una distorsión y que tan feos sucios y malos somos los
argentinos como para no merecer el progreso que nos ofrecen gentilmente los países
desarrollados a cambio de seguir su decálogo civilizador. En definitiva, La Nación
intenta convencernos todas las mañanas que nuestros padecimientos económicos y
políticos no son obra de las condiciones semicoloniales que nos impone el imperialismo
ni de la acción de una clase interna que intenta reproducir nuestra sempiterna
dependencia porque es la base de su poder de clase sino de nuestra génesis apta para
desperdiciar posibilidades de “desarrollo” y nuestra psiquis subdesarrollada; la nación
nos despierta todas las mañanas para darnos nuestra dosis diaria de colonización
cultural.
Muy interesante resulta el análisis de una nota en su diario “Los Debates” de julio de
1857 donde Bartolomé Mitre, el padre de la oligarquia argentina se ve obligado a
defender el proteccionismo a la agricultura y seguir manteniendo su bandera de
librecomercio. Lo que aparece como una extraña pirueta argumentativa encierra en
realidad una lógica oligárquica fácilmente explicable. Cualquier industria podía ser
destruida por la mayor productividad y desarrollo técnico de las industrias extranjeras,
pero la producción misma de la oligarquía agrícola-ganadera no. Esto demuestra que un
discurso liberal y burgués en una semicolonia es un argumento oligárquico para
mantener la dependencia.

“Partiendo de esta base nosotros decimos, que mientras no se hagan los puentes y los
caminos, mientras no se naveguen los ríos, y se abaraten los fletes, mientras falten los
brazos y no bajen los salarios, la agricultura perece en Buenos Aires si se abrogan los
derechos protectores de la ley de aduana… La protección que nosotros pedimos se
reduce por otra parte a muy poca cosa. He aquí nuestra fórmula: Que el derecho que se
cobre a la introducción de harinas extranjeras sea igual a los recargos que tienen
nuestros cereales en el transporte desde el centro de producción hasta el mercado en
que se expenden.” 16

Menuda ayuda, pide el político más representativo y lúcido de la Oligarquía, que se


equipare el costo del flete desde Chivilcoy al del barco que viene desde Inglaterra
océano de por medio. Muy por el contrario en Inglaterra, el economista liberal David
Ricardo era un ferviente defensor de la abolición de las “Corn Laws” o leyes de granos
inglesas (vigentes entre 1815-1846) que no hacían otra cosa que proteger la agricultura
inglesa de la competencia extranjera, es decir la ganancia de los terratenientes y la
aristocracia conservadora pero a costa del encarecimiento de los alimentos y con ello de
los salarios del pueblo ingles, condicionando los márgenes de ganancia de la naciente
burguesía industrial inglesa. David Ricardo con mentalidad burguesa atacó a la
aristocracia terrateniente entendiendo que esa clase representaba la rémora del
desarrollo capitalista ingles, muy por el contrario Bartolomé Mitre siempre defiende
claramente en estos pasajes los intereses de la oligarquía aunque esta defensa la lleva
adelante utilizando una verba liberal-burguesa.

16
El Pensamiento de Bartolomé Mitre y los liberales, pag 62 (“Protección a la Agricultura” 6 y 7 de Julio de 1857 editorial El
Ateneo
El librecambio fue para Inglaterra la forma de desarrollar sus fuerzas productivas y es
para la Argentina, por su condición de país semicolonial, la forma de perpetrar su
retraso y dependencia. En el momento de esgrimir la defensa antes citada aún tenía
notable importancia el consumo de los productos agrícolas en el mercado interno y es
por eso que su autor se vió obligado a este tipo de pirueta argumentativa. En definitiva
la oligarquía es la clase local socia del pais colonizador y quien garantiza el normal
desarrollo de este intercambio desigual y sus intereses deben estar siempre a salvo.
En resumen y retomando la primera editorial del diario, Mitre nos dice el combate ha
terminado pasemos a la etapa de adoctrinamiento para asegurar el triunfo. Mitre
promueve generar un discurso hegemónico, lo cual parece muy osado y hasta
anacrónico afirmarlo porque es un concepto que aparecerá mucho mas tarde en las
ciencias sociales, pero valga la licencia anacrónica en la cita a Marx pues “no lo sabe
pero lo hace”. Mitre se propone generar “discursos” o “explicaciones de los sucesos”
que la clase dirigente tenga a mano para reforzar su dominación, su proyecto de
NACIÓN. Si como dijo Bill Kovach “el periodismo es la primera versión de la historia”
entonces Mitre se propone escribir la historia del día a día a través de su diario.
Al repasar los diversos aspectos de la obra y la acción política de este personaje
histórico encontramos que su legado ha trascendido y perdura hasta nuestros días no
sólo en la linea editorial del diario por él creado sino también en la interpretación de la
historia y la construcción política presente de muchos sectores de todo el arco político
argentino.
Bartolomé Mitre fue el creador de la historiografía argentina y de las lógicas con las que
todas las fuerzas antinacionales y muchas de las que se declaran de izquierda piensan la
historia Argentina. Todos sus contemporáneos fueron y aún son condenados al olvido o
al escarnio con la sola excepción de su nombre del cual no se reclama que se bajen sus
estatuas o bustos ni se saque su imagen en los billetes de uso corriente. En definitiva
escribió la historia que necesitaba la oligarquía porteña, no puede extrañarnos entonces
que la clase que le imprime el sello cultural a la sociedad en su conjunto perpetúe su
nombre en el parnaso de los héroes Argentinos. Genero uno de los aparatos de
generación de sentido más poderosos de la Historia Argentina. Por eso Ramon Dolls,
decia que Mitre habia dejado un “guardaespaldas” que cuidará su integridad.

Bibliografía

Marx, Karl, Libro Primero, El Capital, Siglo XXI, Madrid 1984


Pagni Carlos, Editorial del Diario La Nación del 8 de Enero del 2010
El Pensamiento de Bartolomé Mitre y los liberales, Documentos Varios editorial El Ateneo
Terzaga Alfredo, “Historia de Roca” Tomo 1 Peña Lillo Editor 1976
Ortega Peña y Duhalde Eduardo: Estudio Preliminar en “Manifiesto del General Felipe Varela a
los Pueblos Americanos sobre los acontecimientos políticos en la República Argentina en los
años 1866 y 1867” Editorial Sudestada, Buenos Aires, 1968
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Weber Max Ensayos sobre metodologia sociologica. Amorrortu Editores Buenos Aires 1973

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