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LA MISIÓN DE LA IGLESIA
APUNTES PARA SU ESTUDIO

onte Carmelo

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OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS


NIHIL OBSTAT:
El Consor D. Avellno Revilla Cuñado ha dado el Nihil Obstat
y ulllmo. Sr. Vicario General, D. Joaqurn Inlesta y Calvo-Zataráln ha concedido el/mprimatur
con focha 21 de diciembre de 2010.

~ 2011 by Obras Misionales pontificiaszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


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© 2011 by Editorial Monte Carmelo
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SUMARIO

Siglas . 7
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. .. . .. . .. .. ... .. .. .. ... .. ... .. .. ....
MONS. FRANCISCO PÉREZ GONZÁlEZ

La misión de la Iglesia. Reflexión introducto-ra __. . . . . . . . . . 5


MANUEL DEL CAMPO GUILARTE

Teología de la misión _. . . . . . . . . . . . . . 29
ÁNGEL CASTAÑO Fsux

Antropología y misión . . .. .. .. .. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. .. .. .. .. .. .. ... ... ... .. .. 55


.Joss ANTúNEZ CID

Historia de la misión .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ... .. ... ... .. ... ... ... .. .. .. ... 79


ANDRÉS MARTfNEZ ESTEBAN

La misión como servicio de la caridad 107


JAIME BAllESTEROS MOlERO

La misión como anuncio salvífico de1 E\


JUAN CARLOS CARVAJAL BLANCO

La misión como celebración del misterio ce 65


MANUEL GoNZALEz LóPEZ-CoRPs

La misión como promoción de la fr aternjda-J 1St zyxwvutsrqponmlkjihgfed


CARlOS AGUILAA GRANDE

Inculturación de la fe y evangeliza .
SAR~GAuAAoo GONz.<\lEZzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
AN TR O P O LO G íA Y M IS iÓ N

JOSÉ ANTúNEZ CID zyxwvutsrqponmlk


Facultad de Teologla San Dám aso
Madrid

1. INTRODUCCiÓN zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

Todos los católicos a la hora de afrontar el apasionante desafío de


la misión nos movemos al menos con dos profundas convicciones
que no proceden de teorías abstractas sino de nuestra propia ex-
periencia vital: el amor como entrega a los demás y la universalidad
de su fuente: Cristo. Creo que ahondar en estas experiencias fonta-
les nos muestran hasta que punto están vinculadas la misión con la
y el ser del hombre. Partiendo de ellas mostraré cómo
antropología zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
la misión evangelizadora se engarza con el hombre en su situación
actual. Esto supone ver en qué manera nuestra "global izada" socie-
dad coloca al hombre ante el problema de Dios, ante Cristo y ante su
Iglesia. Conocer qué heridas, vacíos y deseos anidan en su corazón
nos permitirá traer al primer plano de nuestra conciencia hasta qué
punto es sanadora y necesaria la misión en que nos vemos embar-
cados y en que medida la plenitud que comunica la vida en Cristo
enriquece y llena las dimensiones más humanas del hombre. A su
vez conocer los rasgos del hombre de hoy nos ayudará, sin duda, a
abordar con más optimismo, responsabilidad y acierto la tarea que
nos ha sido encomendada.

La primera convicción en orden a la misión es la realidad del


profundo amor que profesamos a nuestros hermanos los hombres,
amor que nos viene insuflado por el mismo amor que Dios nos tiene
a cada uno de nosotros. Porque Cristo nos ha amado desbordamos
I A MimeN 01 LA IGLfSIA
56

rvlr a los hermurtO , IJI'Jrl afortunados, hemos


en deseos dedamarYrl~era persona el umorzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIH
(jO 0103, somos testigos
experimenta o en p t Id
f ador de este amor un nUO:l ra v a, de la plenl-
del poder tr~ns or:s transmite Y la fuor III poro vivir que nos otor-
tud NPersona q quUeesea
necesario Insistir un lo profundidad y grandeza
ga. o creo d I
de aquello que por diferentes camino , to on persona es y todos
eclesiales a una -sin solución de contlnuldad-, hemos comprobado
repetidas veces a lo largo de nuestras vidas.

Esta experiencia del amor de Cristo oc ha sus rafees en lo más


profundo de nuestro ser personal y nos 'anz~ Irremisiblemente a
comunicar el bien recibido. Experimentamos, Incluso de forma no
reflexiva cómo nuestra capacidad de amar, de entregarnos a los de-
más se va convirtiendo en una comezón interior que invade todos los
aspectos de nuestra existencia, y que ya no nos deja dormir tranqui-
los a la sombra del árbol de nuestro egofsmo. Por la misericordia de
Dios va haciéndose carne de nuestra carne la carne de los demás
con todas sus heridas y vacíos. Ya no concebimos nuestra pleni-
tud personal si no es sirviendo, ayudando, sanando, en una palabra:
amando. La vivencia de este amor desinteresado nos lleva a una di-
mensión nueva sin la cual ya no podemos encontrar sentido a nues-
tra existencia. Por la experiencia de fe nos vemos transformados en
seres-para-Ios-demás. Este ser-para" , además, no lo vivimos como
11

renuncia o negación de nosotros mismos, sino precisamente como


todo lo contrario: la mayor afirmación y realización posible de nues-
tra persona, algo con lo que ni siquiera habríamos soñado antes de
experimentarlo, algo que nos ha constituido en plenitud y nos ha
mostrado el sentido de nuestra vida, algo de lo que ya no podremos
prescindir nunca. Esta certeza interior y viva nos ayuda a luchar con-
tra el dinamismo del hombre viejo que habita en nosotros, pues la di-
námi,ca del pecado sigue Siempre intentando recuperar los terrenos
perd~dos, au~que ahora ya sin mordiente, sin poder de fondo, pues
h~ sido vencida y sus mismas propuestas las descubrimos como
pnvadoras de libertad.

nu Creo que e~.te hecho que todos hemos experimentado ya des~e


estra vocacion y que vamos saboreando año tras año en mediO
de las dificultades y tareas que realizamos es un dato antropológicO
57

de primera magnitud. en él se nos revela lo más lntirno de nuestro


ser. Comprendemos de este modo que es realidad primeramente
VItal y no puramente doctrinal pues el "amor de Dios por nosotros es
una cuestión fundamental para la vida y plantea preguntas decisivas
sobre quién es Dios y quiénes somos nosotros" (DCE 2).

Por eso Benedicto XVI afirma que cuando san Juan expresa con
claridad meridiana el corazón de la fe cristiana en su primera carta:
-Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y
Dios en él" (1 Jn 4.16). al descubrimiento de la imagen de Dios va li-
gada indisolublemente la misma imagen del hombre y de su camino.
Por eso en ese mismo versículo: "Juan nos ofrece, por así decir, una
formulación sintética de la existencia cristiana: «Nosotros hemos co-
nocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él,," (OCE 1).
Esta experiencia de fe constituye para el cristiano la opción funda-
mental de su vida. "No se comienza a ser cristiano por una decisión
ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento,
con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello. una
orientación decisiva" (OCE 1). Es ahí, en el Dios de Jesucristo, donde
el hombre se encuentra consigo mismo.

Esta experiencia-convicción, o encuentro-verdad, es la fuente del


amor por los demás. Jesús hace del amor a Dios de Israel (cf. Dt
6,4-5) y del amor al prójimo (cf. Lev 19,18) un único precepto (cf.
Mc 12,29-31). Y, "puesto que es Dios quien nos ha amado primero
(cf. 1 Jn 4,10), ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento", sino
la respuesta al don del amor, con el cual viene a nuestro encuentro"
(DCE 1).zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

segunda convicción que anima nuestra tarea misionera y evan-


La zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
gelizadora está íntimamente ligada a la anterior. Nuestra experiencia
personal de transformación y plenitud en Cristo nos lleva al íntimo
convencimiento de que sólo en Cristo, también los demás a los que
amamos, van a encontrar su propia plenitud. Este convencimien-
to quizás aflora a veces de un modo inconsciente o pre-reflexivo,
pero no por ello es menos fuerte y eficaz. Dicho con unas palabras
un poco más evangélicas: sabemos por experiencia personal que
Cristo y el Evangelio son el camino de la salvación, que sin él no hay
auténtica vida, pues sólo él tiene palabras de vida eterna, Cristo es
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n mOr u \J prOpld pi mtud. La verdad d
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JI t 1\ qu S r uere al mismo modo de querer de DIos.zyxwvutsrqponmlk
S S nsclent s. en el seno de nuestra misma expenen-
..~ t • nsformada en Cnsto, de que el amor único e irrepetibte
s que mas experimentado desea y quiere comunicarse a
~,........
"'""" aoa uno de los hombres. sin excepciones de ningún tipo, es
ec i .1 ex encia del amor de Cristo incluye una luz que muestra
e J 3 ez que exclusivo con cada uno. ese amor es para todos y
3 as. se agota.

Estos dos conocimientos, que la verdad del hombre se resuelve


S10Queel amor de Dios experimentado personalmente tiene
alcance unrversat. nos empujan a una tarea en la que se comparte
ro mas Intimo: el misterio del amor de Dios, en la esperanza de que
esta fuerza transforme las personas y el mundo. La caridad encuen-
tra aSI su realización más sublime: comunicar a Cristo, es decir. en
la rmsron.

La IgleSia como comunidad también es plenamente consciente


de este cínarmsrno comunicador de vida que cada uno de sus miem-
bros experimenta personalmente y que ella como Cuerpo del mismo
Cristo hace explícitamente razón de su ser. al tiempo que ayuda a
d~ sus hijos a tomarlo realmente en serio y con
cada uno zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA esperanza
La lqlesra siente sobre sí la responsabilidad amorosa de llevar un
mensaje no sólo al modo de una opcional posibilidad de plenitUd
p~ra el hombre. si no, por el contrario. un mensaje que afecta a la
raiz más honda y p f d
..
'em-
ro un a del ser humano, Así lo expresa, por ej
plo, el Concllto Vaticano 11:

Como a la Igles·. . ~ de
la se ha conñado la manifestación del mls1CJ ,....
O105 que es el fi 'l' eLto a
, In u timo del hombre, la Iglesia descubre con
LA MISiÓN DE LA IGlESIA
60
I lesia siente profundamente estas difJCuttades
consecuencia. La g . . d darí I '
. d la Revelación divina, pue e ar es a respuesta
y, alecciona a por .. b d. ,. ..
rdadera situaclon del hom re, e exp icacron a sus
Quepe rfile Ia V e, . .
perm ita conocer simultáneamente Y con aCiertola
enfermedades Y
dignidad y la vocación propias del hombre. (GS 12)zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZ

La I lesia se acerca a cada hombre con esta actitud de servicio


C risto y la respuesta a quién es el
radical ~n que el encuentro con zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
hombre resultan obviamente inseparables.

La respuesta sobre la verdad del hombre no se trata, recuerdo,


de una respuesta teórica sino de la respuesta vital, individuaJizada y
concreta al ser de cada persona de carne y hueso. y esta respuesta
de la que es portadora la Iglesia es como la otra cara de la verdad
sobre Dios, la otra cara de la moneda de la comunicación y donación
que de sí mismo ha hecho Dios a la humanidad en Jesucristo: "Tanto
amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los
que creen en él tengan vida eterna" (Jn 3,16). Sólo se puede com-
prender realmente cada persona a sí misma y a los demás desde el
amor de Cristo.

Es llamativo y hermoso constatar como Benedicto XVI compren-


de su misión en un mundo en el cual a veces se relaciona el nombre
de Dios con la venganza o incluso con la obligación del odio y la vio-
lencia, como un anuncio del amor de Dios y en él del ser del hombre
como amor. Con sus palabras:

Por eso, en mi primera Encíclica deseo hablar del amor, del cual
Dios nos colma, y que nosotros debemos comunicar a los demás
[... J Mi deseo es insistir sobre algunos elementos fundamentales,
para suscitaren el mundo un renovado dinamismo de compromiso
en la respuestahumanaal amor divino. (DCE 1)

y cada uno nos identificamos con sus


Creo que sin dudarlo todoszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
palabras y vemos que en esta tarea nos jugamos la misión de cada
uno de nosotros. La experiencia personal es la experiencia eclesial:

El Espí~itues también la fuerza que transforma el corazón de la


~omunldad ~'esial para que sea en el mundo testigo del amor d~1
adre,que quiere hacer de la humanidad, en su Hijo, una solafaml-
ANl ~ f LOOIA y MISlaN 61

110.Toda la actividad de la Iglesia es una expresión de un amor que


busca el bien integral del ser humano: busca su evangelización me-
diante la Palabra y los Sacramentos. empresa tantas veces heroica
en su realización hlstórica: y busca su promoción en los diversos
ámbitos de la actividad humana. Por tanto. el amor es el servicio
que presta la Iglesia para atender constantemente los sufrimientos
y las necesidades, incluso materiales. de los hombres. (DCE19)

Tenemos asl el punto de partida de esta reflexión. desde la expe-


riencia de fe personal y eclesial. Por un lado las dos experiencias-
convicciones: la primera. la experiencia del amor a los demás vivido
y la segunda la convicción
como don desde el encuentro con Cristo;zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHG
experiencial de la universalidad de Cristo tanto por su poder salvador
para todos como por el querer divino de amar a todos y cada uno.

y por otro lado el constatar que estas convicciones nos muestran


la indisolubilidad de la experiencia de fe, del don de Cristo. con la
más intima constitución de la persona en todas sus dimensiones.

Desde este punto de partida vamos a abordar con fe en el Espíritu


la descripción de cómo este movimiento radical de la misión sana,
libera y plenifica las principales dimensiones antropológicas del
hombre.

2. MISiÓN y LAS DIFERENTES DIMENSIONES DE LA PERSONA

Se podrían seguir multitud de caminos, pero creo que la principal


dimensión de la persona es su dimensión trascendente, es decir su
apertura a la trascendencia, la necesidad intrínseca de una relación
con Dios. Comencemos. pues, con esta.

2.1. Dimensión trascendente: la apertura del hombre a Dios

A lo largo de historia del pensamiento se ha podido observar de


manera constante cómo el hombre en su búsqueda de plenitud y
auto-realización tiende de manera más o menos explícita a Dios.
Este fenómeno es observable tanto en pensadores creyentes como
r: zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
r~ ~ más I eresante a nuestro propósito el
Pero zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
fJ »zá; (1 zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
cazo "¡'r -·rr,,:{~ ". ~ ft: 6t~I% era un b'óJogo que 1ivió algo así como
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m~té en ":! ~ .. Jrj 0 Q ~ rr'0I1rn~e:no y de la vida. Con una curíosi-


daQ ,n~lab ": G 'l'Áoa la:. caosas úJhmas de todo lo que existe.
Era un hom~~)"c: OJn l0 ....~f:S ~n ~I sueíc. poco amigo de imaginado-
nes (: IrU:'lon~. ~J 0,'J 00~ /ador estaba apegado a los fenómenos
q0~ SU"; sen 1ús podíar, tocar. '( ~~ aquí. que en su búsqueda de
la u ima lerdacl. partlendo dc:: lo más físico e Inmediato. se encuen-
tra con Oros. Sí. con 0..09. En cuando Anstóteles descubre Que Sin
O (lS no pueae c.omprender nada, no Pega tan sólo a una especie de
t r¡,Qamf:11toInteft;d aJ ,.¡
.. -... e todo. Su eJ'periencia personal es
I...
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..; . - inen que Orsfruta conociendo la verdad. es
mas para quien oos la
t'\Il~ seer verdad ~ Jo m ás valioso lo meJor que se
~E P'OSeer Por . '
a Chos '!:SO cuando Aflstóteles oor s s caminos descubre
qUEda ~umbrado
.
Es curoso como su lenguaje e entifi-
NrR ~OLOGIA' MI I N 63

co cambia radlcalmento al l1ál31tl' (la Dloti. Parece que las palabras


salen temblorosamellt~ de ,l-11 IHblo , con In emoción del que ha
descubierto aquello quo pI'odfJ ~olrnfi, tocio, sus ansias. Por eso
tras haber demostr ado III é I H n 1ftÚR 010:1fin sus libros de tlslca y
metatíslca, al abordnr In o I Ifl" 41n do zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCB
In personn, aquello que sirve
para realizarse. lo que 61 llfimu ntlo zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
l t) pmOtlnto si no sería posible
llegar a ser amigo de 010 . ¿,No., 'flnlmAnto sorprendente? Como
Aristóteles no tuvo ló tlllUI ttl q\H~ tnnnmon nosotros de conocer a
Jesucristo SlJ tespuesl \ tuo flountlvfl. PAfO yn vernos aquí, en el caso
Aristóteles. una monlfostuolón J1r,clnr, dí} cómo el hombre ansia la
comunión con Dios.

dé uu ló QUo Arlotóteles sabe decir de una


Soy de la opinión zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
manera filosófica y clantlflco alf)O que oxperlmenta la mayoría de
la humanidad, aunque o vaco no opa ponerle nombre. Sin embar-
go en muchos paises se vo xtendlondo cierta mentalidad de raíces
complejas que ha llegado hl1uto 01 punto de ver a Olas como enemi-
go del hombre.

Son muchos los que ante Olas 00 sitúan a la defensiva. Su expe-


riencia de Olas se reduce a una Idea, quizá contenedora de significa-
do real. pues puede que Olas exista verdaderamente, pero se trata
de una Idea en la que Dios es rival de nuestra libertad, de nuestras
posibilidades de progreso, e Incluso responsable de los males que
sufrimos. Para estos el anuncio misionero del amor de Dios suena a
palabrerfa vacía, algo que contradice su concepción de la vida y del
hombre.

Otros han ido forjándose una Idea de Olas al estilo de un relojero


o un arquitecto. IPor supuesto que existe Dlosl, nos dirían sin du-
darlo. Pero se trata de un Olas que habrta creado el mundo como si
fuese una máquina. poniéndolo en marcha, y dejándolo a merced de
sus propios mecanismos. Olas, una vez creado el mundo, ya no tie-
ne nada que decir sobre él, ya no cuenta en la historia, pues nos ha
abandonado poniéndonos al frente del destino del cosmos. Quizás
esta imagen de Olas no cause problemas al hombre, pues se trata de
un Dios que no dice nada y mucho menos Interviene, no pudiendo
por tanto entrar en conflicto con nuestra libertad y autonomía. Es
un dios que queda recluido en la conciencia y que no juega ningún
lfl IA I',f() , I s '.
lt zyxwvutsrqp
~ •• J. zyxwvutsrqpon
64

I íd social y pública. Pero croo que (" ulta e "idr:ntf, p~ .


papel en a VI alOS momentos decisivos 108 minrno que plenoan zyxwvutsrqponmlkji
~f!J
todos que en - zyxwvutsrqponmlkj
1.1';
n hacia Dios como cuando reclaman una re -
este mo d o se v uelve ',,_
'Itima una Intervención milagrosa, o un dedo aCUSadl)r Drs-
puest a u , d'd e á
guntándole cómo es posible lo que ha auca I o. juntas ver~ ~
creen en ese algo misterioso creador del cosmos desembocan
que , d
en la negación expHclta de Dios! A los que prensan e este moco lo/..
gustaría una especie de 0105abuelito que fuese ~b80Iu~mente per-
misivo pero que a la hora de cruzar la calle estuvlese al" p a ra evitar
un camión que pudiese atropellarnos. Se trataría de un Dios esclavo
del hombre, y un Dios así no puede salvar al hombre de sí mismo.

Como todos hemos ido cayendo en la cuenta, hay un tercer paso


en esta negación de la auténtica trascendencia. Se trata de aquellos
que reducen la realidad de Dios a una idea producto de fa meo-
te humana. Dios no existe para estos. Se trata de una mera paJabra
en la que los hombres hemos ido poniendo nuestros sueños. A lo
largo de culturas, siglos y civilizaciones, los hombres habríamos lle-
gado a creer que esos sueños, que llamábamos divinos, realmente
existían en un ser: Dios. Sin embargo donde realmente existen esas
cualidades divinas es en el futuro de la naturaleza humana. Lo que
realmente hay que hacer para liberar al hombre, dirán, es tirar de la
manta y mostrar que Dios es una palabra vacía. De este modo la hu-
manidad dejará de malgastar sus energías adorando a un falso díos
y podrá concentrar sus esfuerzos en un auténtico progreso científico
r
y centrado en el hombre, Seguro que a la mente los lectores vienen
nombres como Sartre para quien Dios no existe pues somos libresy
si existiese no lo seríamos, Marx para quien la re lig ió n es una super-
estructura alienante del hombre producida por este mismo y destina-
da a desaparecer con la revolución, Comte para quien el cristianismo
y Dios tienen que desaparecer pues tan sólo era un "tapa-agujeros lt

de los vacíos que la auténtica cie n cia positiva aún no había expli-
cado, y el padre intelectual de la secularización: Feuerbach, autor
del pensar que anteriormente he descrito. Esta forma de pensar se
ha denominado giro antropológico, y evidentemente lo que hay que
hacer, es devolver las cosas a su auténtico lugar: el centro es Dios,
y no el hombre.
65

•.Que es lo que ha pasado para que desde la percepción de la


tlBC$S~dad absoluta de Dios la cultura dominante hoy sienta a Dios
~ ~ · l una am enaza o como una quimera castradora?

;"1 I , er-tar responder a esta pregunta surge la necesidad de vol-


\.f!3" 8 tas raíces del pensamiento europeo. Así Juan Pablo 11,a firma
.e :SU oora M em oria e identidad:

En el transcurso de los años me he ido convenciendo de que las


Idsologlas del mal están profundamente enraizadas en la historia del
oensarmemo filosófico europeo. [...] hay que remontarse al período
antsnor a la Ilustración y. específicamente. a la revolución que supuso
el pensamiento de Descartes en la filosofía [...] a partir de Descartes,
te *ilosofta se convierte en la ciencia del puro pensamiento: todo lo
:JJ: es esse -tanto el mundo creado como el Creador- permanece
Sí el carnpo del coqito, como contenido de la conciencia humana.

S : :r~ de un momento en que el hombre, en vez de mirar al


-I_J~ ro O JO S claros, empieza a mirarse a sí mismo quedando
.=n:8raoo e su propia trampa. La consecuencia es la negación de
L: :-asce-.o.enc a del hombre, de su apertura a Dios y su dimensión
~-'!:Irr-:...:a o personal. Benedicto XVI lo ve con suma claridad:

51, [JIOS el hombre no sabe donde ir ni tampoco logra entender


rué-J es "'-Me los grandes problemas del desarrollo de los pueblos,
q.E nCJ5 Impulsan casi al desasosiego y al abatimiento, viene en
nlE5:"o av.nlto la palabra de Jesucristo. que nos hace saber: "Sin mi
ID pooérs hacer nada" (Jn 15.5). Y nos anima: "Yo estoy con voso- zyxwvutsrqponmlkjihg

:l'!JS iooos los días. hasta el final del mundo" (Mt 28,20). (CIV 78)

Ut rarea del creyente con su anuncio del verdadero rostro de Dios


ta :~.ár:s:;rrIl5Iónde su poder salvador es más necesaria que nunca.

;:'~l.JD9far la apertura a Dios del hombre supone, desde la expe-


"'ql';.-e oe (..nsto ayudarle también a descubrir de nuevo su capaci-
~ rr:919r..1uaJ más grande, el hombre es capaz de Dios y mendigo
-:e zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
:",5:.6. y paradójicamente es más hombre cuanto más espacio deja
~ !Jr:.e., PlP-ó ambos jugamos en el mismo equipo. Veamos cómo la
-H;:;Óf'1 mt:luy~ una purificación de la inteligencia del hombre que la
~~).~f!;1a ~ campos que había perdido.
66 LA MISiÓN DE LA IGLESIA

2.2. Dimensión intelectual: fe y razón. Misionar la inteligencia

Cuando Juan Pablo 11publicó Fides et ratio lo hizo con una clara
intención pastoral: misionar la inteligencia. pues la razón del hombre
se había ido empequeñeciendo desde el racionalismo hasta consi-
derarse incapaz de conocer a Dios. El hombre se había cerrado las
vías de acceso a su dimensión trascendente. reduciendo lo religioso
a sentimentalismo. Eso sí, el sentimiento es algo estupendo, pero
no puede ser la única dimensión de la fe y tampoco la dimensión
rectora de la vida personal. El hombre que quería ser racional debía
"sabiamente" negar a Dios aunque por experiencia, por fe, por sen-
timiento otras dimensiones de su vida le pidiesen afirmar el Dios que
su razón le negaba. El hombre se encontraría de este modo fraccio-
nado, como padeciendo una esquizofrenia en su interior. Además
el creyente quedaba desarmado para dialogar con el mundo de la
ciencia, para ver reconocido el valor de sus conocimientos como
si se tratase de una antigualla similar a la creencia en las brujas. El
cristiano no podía, de entrada, ni siquiera pretender dar razón de su
esperanza, pues su esperanza había sido de antemano colocada en
el ámbito de lo contrario a la razón.

Contra esta deriva de la inteligencia humana protestó el creyente


Pascal, que en sus zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
P ensam ientos afirma que el corazón tiene sus
razones que la razón no puede comprender, pero en su crítica a los
excesos del racionalismo llega a afirmar que la razón es incapaz de
y deja a Dios fuera de la razón. Es decir, car-
Dios, siempre mayor,zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
gado de verdad en su experiencia y su fe, no es capaz de escapar
de la trampa y deja a Dios fuera de la inteligencia y al hombre sin su
acceso a Dios. Algo parecido intentará el existencialista Kierkegaard
contra el racionalismo de Hegel, pero tampoco elude la trampa, otro
tanto le pasa a Heidegger en su protesta contra la tecnificación del
mundo del siglo XX. Es cierto que Dios supera la razón, pero no
es cierto que la razón no esté abierta a Dios. Dios no es irracional,
es supra-racional. La fe no anula la razón, la transfunde recogiendo
todas sus aportaciones y capacidades. Pero para que esto sea re-
conocido es necesario recuperar la auténtica naturaleza de la razón,
la que estaba presente en el "caso Aristóteles" y que se empezó a
perder de forma clara con Descartes, pero a la altura del siglo XXI.
67

Por eso la misión zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA


reqU Iere salvar la razón, recuperar su dimensión
sapiencial, su caoacoao rnetañstca, que le permite la escucha de
DIos. O por el cam ino inverso: escuchando a Dios la razón se purifica
de su sobertna y antropocentrismo recuperando toda su capacidad
de verdad. Algo de esto aoarece nítidamente dibujado en el Concilio
Vaticano 11:zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

[El hombre} en nuestra época ha cbtenrdo éxitos extraordinarios en


la InvestlgaclÓn y €O el dOtll':'lIo del mundo material. Siempre, sin
embargo. ha buscado zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
y ha encontrado una verdad más profunda.
La IntelIgencia no se c'- e solamente a los fenómenos. Tiene capa-
cidad para alcanzar la reaI'dad intefigible con verdadera certeza,
aunque a consecuencia de{ pecado esté parcialmente oscurecida
y debilitada RnaJmente, la naturaleza intelectual de la persona hu-
mana se perfecciona y debe perfeccionarse por medio de la sabi-
duría la cual atrae con suavidad la mente del hombre a la búsque-
da y al amor de la verdad y del bien. Imbuido por ella, el hombre se
alza por medio de lo visible hacia lo invisíble. (GS 15)

Realizar esta misión supone, en primer lugar, rescatar la razón de


su autosuficiencia racionaJista En ella la razón no se engrandece, se
empequeñece. Se le cortan las ajas que le permiten elevarse más
allá de los límites de la experiencia sensible y el análisis reflexivo.
La razón auto-suficiente y auto-fundada seculariza la Historia de la
Salvación reduciéndola zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
al mito de1progreso indefinido y auto-reden-
tor. Cierra cualquier resquicio a la intervención de Dios porque se
cierra a campos enteros de realidad. Dios ya no me puede sorpren-
der, porque el hombre ha decidido cómo es Dios, si es que es, y qué
papel juega. La razón racionalista se construye un Dios a la medida'
del hombre, y, claro, este faJso Dios no existe y acaba desapare-
ciendo. En el fondo me aJegro de que así sea, pues sólo volviendo a
la raíz del problema podremos dejar el espacia que le corresponde
a Dios, al Dios real y auténtico, no aJ ¡dolillo que el hombre se es-
taba construyendo, y así escucharle y dejarnos sorprender por él
y la maravilla de su amor. Superada la reducción de la razón del
racionalismo mediante el amanecer de la sabiduria, de la metafísica,
de la dimensión trascendente ef hombre y el carácter creatural del
Cosmos se sanarán también las visiones falsas de la Ilustración, su
Dios deísta y su religión estataJizada y racionaJizada.
1
68
LA MISiÓN DE LA IGLESIA

La razó~ ~acionalista se había puesto en el lugar de Dios er


~n~~e decldl~ sobre Dios, :s una razón divinizada, y por ell~ m~s::
. . alsa ,razon, pues ¿que más evidente que los límites de nuestra
Inteligencia para evitar que la endiosemos? Pero llevada de su éxito
en el campo de la cieno¡ 1 t' .
_ " ". la y a ecruca, la razón se absolutlzó y se
auto mutilo. Elimino de su campo racional todo aquello que no era
correctamente "técnico". Hasta tal punto este movimiento ha sido
gr~v~ que hoy la filosofía como ciencia no goza del más mínimo
crédl~o y ha llegado a ser sinónimo de saber inútil mientras que es
el mas profundamente útil de los saberes. ¿No es irracional preten-
der que todo el saber deba regirse con los mismos criterios que la
técnica?zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

Un intento brillante de abrir la razón, de ayudarla a recuperar


s~s campos cercenados, lo realizó .Benedicto XVI al volver, ya ele-
gido Papa, a su antigua universidad de Ratisbona, mostrando de
qué manera hay una necesaria complementariedad de los saberes
técnicos, con los sapienciales o filosóficos y en apertura al diálogo
con la teología. Todos son campos de la razón, con metodologlas
diversas, plurales, adecuadas a sus objetos respectivos, pero que
se necesitan unas a otras para realizar plenamente la naturaleza de
a uno solo
la dimensión intelectiva del hombre, la razón no se reducezyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZY
de ellos. Por delante de su discurso Iban años de diálogo concreto,
audaz y abierto con hombres de técnica y fllosofra de posiciones
aparentemente muy alejadas de la suya propia, como es el caso del
filósofo Habermas.

• Por eso: "Al defender lo capacidad de la razón humana para co-


nocer a Dios, la Iglesia axpresa su confianza en la posibilidad de
hablar de Dios (1 todos 106 hombres y con todos 106 hombres. Esta
convicción está en lo bu o do su diálogo con las otras religiones. con
la filosoUa y las clenclu!l, y tarnblén con los no croyentes y los ateos'
(CeE 39). y snblondo quo 01 conoclrnlonto de lo fo no sólo abarco
campos "oxch,'!llvo ", 'lino que tleno luz que aportar a otros terr -
nos: "Por é~to el hombrn nocesltu uor lIuflllnado por lo rovulaclón do
t sinO
Dios no 5010n1O',toncorcu do lo quo supera su enton d muen 0, ..
I I

también sobró ¡.Ill vorcJudttu rollu1o as y morales>' (CeE 30). COI1l~


añrrna !'~on'n"urQSlI ~"nodloto do In Cruz, el O t110"'0 de lo verdnd. o
69

e a ...€-t co sa io, está abierto a la verdad venga de donde


er.ga ,:i_ E. S1e . ¿O ué es filosofia?)_

Es~a .a-ea ...e desarrolla la misión salva al hombre de qU€ su


d eos ~ :e ecl_aJ quede disuelta en el relativismo del conocr-
1'1 erto (Jo: a oost- ocem dad que lleva aparejado un aqnostícísmo
etars !.a e so o de la verdad en clave historic.sta, SO C IO -
log sea . su:>.e:. sta Consecuencia de lo cual sería esa forma cu-
riosa ~ & ~ e ce re'a , smo que denomino culturalismo: como no
r..a~ e-cae ~v a a ~raJ asta el mismo Cristo y su Evangelio son
JwZgaacs cesce a CA. ra y r-o la cuttura desde Cristo, perdrendo el
o-ere a caoac cao de dejarse Interpelar por la Verdad, perdiendo
caca e ; .-lra .a :)O S e dad de dejarse llenar por Cristo.

e esza cersoectva creo que todos podemos ser más cooscien-


tes a-s a _E a .-- de amor cnstíano Incluye el servicio a la verdad.
y ce e ....~ oc' :a,r:c: -oe~ePder la verdad, proponerla con hurmtdad y
co ..., -:.=~ .~ :es- r:zr: - a en la vida son formas exigentes e ínsus-
:~ :J.e5 ce car-cao" cr/ 1J. Pues la caridad "goza con la verdad"
t· Ce- •~ € --a:-:o e a"'"IX como la verdad son la vocación que Dios
r.a ocestc er e co-azó J en la mente de cada ser humano. Por eso:zyxwvutsrqponm

_ 5 --"'S ..D ca I oera de nuestras nrmtactones humanas la


v,_!'"
:..:'sc_oca IJ~ ero: I a ¡eroad [...] En Cnsto, la candad en la er-
c.a-:: Sé: o:» . o/":4Sf:' el Postro de Su Persona. en una /ocacíóo a
a-¿, a ...~'::6 .. ec= aros e la le-rdad de S!J proyecto En efecto.
s- - ;$--~ ~ a IS''!,EC Id J 4.6) (eN 1J

2..3 . Dimensión amorosa: eros y agape. Misionar el corazón

Ya la ro ,. _s .é,t"'J ros lanza hacia este nue zyxwvutsrqponmlkjihgf


ce. apartado antertor zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFED
10

ep·gra~e.• 0 al ~(a~Jra e e razón I corazón. entre /srdad lam o"'.


Son dos a 'r,er...s or es =1 ''I: la S /pE :f ~nc.:a de e ísto Int~ra ayudando
zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
a o-r br~ a acanzar s LJ P e1i ud. o S&: puede amar Sin verdad. ce
ar i que tam poco E: eta1 ísrno ético tenga cabida en una autén ca
armonía de la persona dad. Pero adem ás de re-Integrar estas Q'_
mensiooes e a.-tOf desG útnerto en Cnsto aporta una riqueza m aqo-
tab e para la CO""'l(i(f;S Ófi def r~D (e como amor I fa reanzac.ón de
su ser.
lO

(/()ff ( (CO:-:,'"" análisIs Inicial de nuestra experiencia en


;;¿,fJ de
Cr« te') ';; ~/V'_;"~:(I'~ de! amor nos abre a una transformación plenl-
fl~;;<J(j(~ (~ ~ cAs;M(~d meramente humana de amar. El amor hu-
rtl:jr e) !.h ( '7~':' fÍ ueza no sólo no es negado por la experiencia
dc;! ~!r or ~'; 'ljE_ .... : ~o que todo su movimiento desde el inicio en

rx) C ; (A ~ rj') I ~ '/a d ó a su culminación. Es más el amor humano.


le) QlJt .. % ~ o: ~~I""rar eros, pIde intrinsecamente su finalización en
la eqep« ~/ ...~ 1ada por D os, sin esta realización el eros moriría y
Q t)~j;V la 'r .~ a{j~. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

Ea a:.i ocurre de modo ejemplar en el mismo Nietzsche


U Y ""6
Qu t'30 (..(¡rT :Y~á a voluntad humana como voluntad de poder,
como ele{ más tuerte. Esta forma de pensar se cumple
h.stó ca" ~"c. C~ ta ideología nazí de A. Hitler, la dialéctica violenta
de Ic;n u: _..... ~T.cS. GeL sigto XX y XXJ, y no resulta difícil rastrear sus
hu~lIa-;~ s 5f"A ~O ¡cisma individualista que domina tantos países
deococ~_s

Esta lTo9fiC-OO del querer humano y su apertura clamante del

amor e- rueco ruestran otro de los campos en que la misión evan-


gelizadora -ec -e ! p enífíca las estructuras de la persona.

ac-_:
se rompe el esquema esquizoide que ciertas com-
Tarr:;kzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
prenSoores de a rncdem;dad tienen sobre la visión cristiana del amor
numaro --'D j'} e rtd o en él la sexualidad. Una brillante respuesta nos
fa eoco Ja ...... cs er otro de los magnificas textos de Benedicto XVI
D eus r:::a.rítas ~ conde formula así la visión deforme sobre el amor
de os ofm.t:()6 ce fa rgfesia:

El- oszyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
-:;ca zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
:_I....al cnstíarusrno que se ha desarrollado con creciente
--:aoca·so...,o a partir de la nustraoón, esta novedad ha sido valorada
~ ~I~ acsoiutamente negativo. El cristianismo. según Friedrlch
'· e~e. ~aoria dado de beber al eros un veneno. el cual, aunque
.:; e e.o:: a a muerte le hizo degenerar en vicio. El filósofo alemán
~ ce este modo una apreciación muy difundida: la Iglesia.
xr Sl-S oreceptos y prorubíciones. ¿no convierte acaso en amargo
lo ~tás I-e-"T:OSO de la vida? ¿No pone quizás carteles de prohlbl-
0Ó i OI"eClsamerttc: afh donde la aJegria. predispuesta en nosotros
~ lEt Oeedor: nos ofrece una felicidad que nos hace pregustar
.a::go ce '0 di'41rO· ? ,DeE 3)
-.
Jes=: a e oenencia del am or de Dios y del O Q e es
S€ ':.:5- ~""-a recosam ente lo contrario o Sólo en el am r de se
a-c'" ~--na: encuentra la plenrtud a la que aspira. Es ás, a ~
S· _5 - j: . o 'ertos m ás elem entales el m ism o e ro s lleva a des ...a
I ? 'tia .: ce a1"'0 com o don. pues sólo en la entrega d
- ::5. - } a &1~ega de sí al otro resulta posible su cu en La
.5-- a ra:-_ ~aeza def am or erótico lleva una huella de! am e ~
'f -¿.. a,-- rorterpersonal.Si ésta no haya auténtico e p'" se
=-_--.-:a-a el' egoism o fallido y realm ente alienante. "'Cierta re, ~.
Y.:'S 0,,-" ere
em ontam os "en éxtasis» hacia lo di ino. lIe\ am os as
a a ce =osotrcs m ism os, pero precisam ente por eso necesna seg ....r
._-ca- no ae ascesis, renuncia. purificación y recuperac r¡- (DCE 5

So.o a
e-dad y el am or que encuentran su rae ) su erza
~"".s:o 'oeran auténticam ente y dan de si un hom bre en pleni . La
SO 6: q' e com unica a Cristo otorga la verdadera libertad pers d.

~ r :lerr.ad de dar la vida por Dios y los dem ás. ~,solam ente a •en-
e e-Tci sentido y plenitud el e ro s .

2.4. Dim ensión sentim ental: progreso y esperanza. M isionar el


sentim iento

Co-no expuse a propósito de la m isión de la inteligenCia a ev zyxwvutsrqponmlkjihgf


or de! pensam iento m oderno llevó a com partim entar las dir¡
s ooes ae fa persona. El hom bre se veía cercenado en su ra::
co zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
s e c u e n c ia era incapaz de arm onizar su inteligencia n s d.
s..; sed de verdad con su capacidad de am ar. y a su ve= arro.a ,e;
.. cam po a lg o indefinido lo que no cabía en la razón ra lista.
Esta especie de saco para todo es el sentim iento desintegrad de t"
De!'SO a y com partim entado. El sentim iento desgajado d e las t s
'e ~ e e
e i1ensjones se convierte en el ám bito de lo no comprensí zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVU
em p eza el hom bre a colocar tem as realm ente im portantes o

Por supuesto, m uchos ponen ahí a Dios. que queda er C1?

en lo m eram ente em otivo. Esto es m ejor que negarlo. pe 3 tas


deficiencias vem os de sentim entalism os religiosos que a la h .. '"'
la verdad. a la hora de la prueba. en el m om ento de ser fietes de:.]'
S1n respuesta porque la experiencia de Dios no ha calad hasta 1,1
I •

Il)I~h~'1\ ,ic\ 1;, Inh h,lt'll '''-l. h,l"tOcl ~, "" '.H I.H111 I m ()I) I
f;l:"n e ~t;, d,rnl\n~l, n tras ~ te.

I ~ttl fl ,l\:';'Sl-) t)~ 1.1 t1S"U 1 Is tntt'nt d 'l ~ 1'" d


t I<'~ de' r.' '1.'.11" )tn $ $U es res SU \ s. L pers n 1 quod I "1 " ~d
del' ~l'f\tllnc\llt.lli$llh. net en, ti" ism .

re'I Ih. 8l~tr .ltOclS , de est . El h mbrs n la ~b : I hin hndll


zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
,) nm tlfldlSlnl"l 1\' Ult"l QU~ tiene que dejar ni ..,r nbuo d lo' m trm -n-
'nll s m ti s qu auténti samente mue en su Vida sus d zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZY
el Ion s.
L:) " pe i n ~ \. f un stsd de \ ida. la eteccron de un esposo o 6SpO
l:l dl\ I~i n r t mar anta cuestiones sociales o poüticas. Todo 11os
rit 1. lo'll monos de un sentimiento que ha Sido ceshurnaruzado. des-
vin #1I1 ld d su mter-a cion con la verdad}' el bien. La p rsona es
IflC 3p. :: de ordenar su \ ida de gozar en plenitud. Le resulta irnposi-
bl~ 'n,nlfl.lr en medie de un estado de ánimo bajo y comprenderse a
SI misma. pues los sentimientos pasajeros cobran un valor absoluto
y deñninvo.

La ética y el amor. no sólo la fe. des inculadas de la verdad caen


n manos de un sentimiento fragmentario y endiosado. El hombre se
ve abocado a funcionar a saltrtos emocionales. a buscar experiencias
limites, 3 probarlo todo con tal de tener experiencias fuertes. ¿Por qué
ocurre todo esto? ¿Cual es la ralZ de estas fracturas? la respuesta.
en realidad. es sencilla: simplemente porque se rechazó a Dios como
Creador y, por ende. como fundamento para determinar lo que es bue-
no y lo que es malo. Se rehusó la noción de lo que. de la manera más
profunda. nos constituye en seres humanos, es decir. el concepto de
naturaleza humana como dato real. poniendo en su lugar un producto
del pensamiento. libremente formado y que cambia libremente según
las circunstancias (cf. Juan Pablo 11,M e m o ria e id e n tid a cf).

Volver a humanizar el sentimiento. ayudarle a integrarse con las


otras dimensiones de la persona, a alcanzar estabilidad, atempera-
miento con la realidad (en expresión de Zubiri), es tarea a la que con-
tribuye la transmisión de la fe. la seguridad y confianza que transmi-
te la experiencia de Dios repercute en la vida emocional potenciando
su capacidad de gozo. la profundidad de su vivencia y su radicación
personal.
A" ~~not.OG1A y .USIÓN

Es aquí donde la esperanza que flu fe desde ""rlS1~ as ~ .~ _


hombre de un modo nuevo trente a su resuda wl .~.J.. e : ~.~
le afecta el mundo. Si por un fado le libera de 1.a r.3g~l~ ::.~- ~
instante y va armonizando todas sus facetas p ¡ :1tr I~ S:::'l$l:' .- ....
para descubrir nuevos ámbitos decantando en s p-e~5,)l 11.1:1..''''',
mismos sentimientos de Cristo. Baste ahora o, e~S3' I :JI?? ::.~
entre quienes viven esperando en el progres te eme \ I~ S ~ ... es
peramos en la Vida. Creo que sobran cornentanos oosr - e>: .:1.... t;..

nos cuenta de la riqueza de vida sentimental e t.3"" 1:-....- 1': s.: -


sana y enriquece.

2.5. Dimensión corpórea: cuerpo y corporalidad. MlsloNl. ls


carne

No puedo, antes de pasar a la última dime -,:1 que t'~:.I..1t.) :


mos, dejar de señalar cómo la experiencia de fe oue f
transmite humaniza la despersonalizada vivencia de la "'...1 ')· ,111 ..1 .:
1•

de tantos ambientes.

Evidentemente este aspecto toca a la se .uahda j q zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWV


J h.'.l $I.'·t'"' ...,
sificada, despersonalizada y reducida a producto de ),"l~ In), "" r~
"'p .. I.."',;ll," ~
no es esto lo único y lo principal. Hay tantos camp s antrzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXW
casi como tareas misionales. Pensemos un instant tan S)I f" I~
forma de atender y tratar a los enfermos. la diferente visron zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZ
\f \ i~ '~l!'

del otro que se tiene desde una perspectiva tecruf 3d XS ..1 f' 1.1~ fü..
a una que ha sido iluminada por la luz de Cnsto. i'" ¡._1n°~1~ t~'.~
riencias de cuidar la carne de otro se convierten 11 t:"~P~ If'i1"'¡.1~'" ~
carne de Cristo, de encuentro personan, y .cuántos cose Ibrt' e" '1 s, ¡

ser curados el rostro de quien de verdad les 3r1'lS!

La misión tiene una palabra que redime al hornor d ~h t".id .


cionismo también vinculado a la racionalizacion rnod rna. ~ "1' t', 4 I "
a purificar la mirada sobre el otro y sobre uno mlsm
cercanía del que siendo Dios se hizo carne por nos tros 1~ t:l .. 9
misionera contribuye a despertar en el mundo Ja CO,'lCIt?11 ~If\ it:
el cuerpo no es cosa, sino la persona expresa, que n t~1 m"";," ,~
tratarlo nos jugamos el ser mismo del hombre, Dejo cj nui'V4 t

resuenen palabras mejores que las "lías:


74
,J . I~ '. ->, ." /. (, .zyxwvutsrqp

El e ro s , degradado a puro /1/",,; " • "


"SO lO ", ~ ,::i (,Ú,. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQP
.,(1 ._ :1 '" : ':f,

simple "objeto" que se puede comprar I v r""jl,(. IId J : :, J'1 1: ",{'

bre mismo se transforma en me(u'jnd~ í" r';:JI,d:Jd ':')': ,..r, ~f.

propiamente el gran sí del hombre a '"U (.u/,rrXJ p r)( 1;1 ','-,"',:,( (J,

de este modo considera el cuerpo y la ',fjlu:JI,(J:Jd .f;I:,ln l:(l J (,Q , 10


la parte material de su ser, para emptoarta y 1 :1 ph,) ;J(f¿J f ~ J (( ooo
calculador. Una parte, además, que no a p r(J(,'fJ corno ,,(no to di.;
su libertad. sino como algo que, a su manera. ,ntúfltd (,on/er I( C:;(
agradable e inocuo a la vez. (OCE 5)

De este modo el hombre degrada el cuerpo humano. Que des-


integrado del conjunto de la vida ya no es e x p re s ió n viva de la to-
talidad de nuestro ser y de la verdadera libertad, s in o Que es rete-
gado a lo puramente biológico
(p. ej., en ciertos e v o lu c io n is m o s ).
Comunicar, desde la fe en un Dios que por amor se ha hecho carne,
la concepción del hombre como uno en cuerpo y alma. e s p íritu y ma-
teria perfectamente compenetrados es ta re a urgente y ciertamente
fecunda, tarea Que filosofías serias y hondas como la de Lévinas
reclaman, pero que son por sí solas incapaces de c u m p lir.

2.6. zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
D im e nsión re la ciona l. M isiona r la socie da d

El encuentro con el amor de Dios descubre al hombre su esencial


ersión a los demás. La persona humana necesita consf ucionaJ-
mente la comunión con sus semejantes pues está creado a imagen
de un Dios que es comunión de amor. Así aparece ya en la narración
bíblica de la creación cuando habla de la soledad del primer hom-
ore. Adán. al cual Dios Quiere darle una ayuda. Ninguna de las otras
e aturas puede ser esa ayuda que zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCB
n e c e s ita , por más que haya dado
nombre a todos los animales, incorporándolos así a su entorno I al.zyxwvutsrqpon
En onces Dios. de una costilla del hombre, forma a la m u je r. Ahora
Adan encuentra la ayuda que precisa: "¡Ésta s í que es hueso de rrus
uesos y carne de mi carne!" (Gén 2.23) (cf. DCE 11).

La fundamentación natural y personaJista del VInculo de corre-


"'00 esta en la base de los demás vinculos SOCIales. Sin esta funaa-
entacron cuya última Instancia es Dios. la sociedad se despersona-
liza ~ ef hombre reducido a individuo, a cosa entre cosas es puesto
•n M 11' J '11 HrH"'_' ,

h 1 'llar':" 1,1 rif JI


... -- ti rJh LJll)· ., ',1
- .- LIt dr." ur '.If I 'U' .
I n lp ""11" r, d. Ifl'}

'hnlllb,' 0,' IIrrOI'.


ti ' qUI n no, qu- I " ; I bIt '1 V
...,... 00 la conc D 1011 (l. I .,· .t:acJú ,e'
-'"
..:~ - S iu', ..,_ tl I rnrmo f'fI"',t:erJ(J
0::-"',," a ce e €t a 'tone pe ion 1·1 rnotJt:'rnt;zyxwvutsrqpon
~ s.e zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
z:~~ ....'f? """"-...,,-
~._IJ-..... So U ar qu t I n por p'I· '.')pu,· · .·
......~ .

a ia':a de 10da con ecu nc lil por '.U

0 ;:- ;: •• ~r ,...... .-~... d I


- -.. ._ - .-<2 ~ ... ::¿_ - ~as 'os es a o~ alcl~t '" qU1tq'"í;
-~..., ~. :.a. _- ~€--- -::"¬ se • ados a fu clonar. ~In f . como ',1
: ~S ~ s: ese =' es se s S ras.gos es cap d CJ;lr~ntl/'l(
_- :::- ~ ~ + e s ::re e c. ~ stn, COrT"O mu I n pon d r '" v
=+ Soae-r- a ~":

::::- _C - ~t? es a¿~eor'S~ i berales d una SOCI • d ·,1JCul:J'.


es C'i"!~"'\.::S Jo _f'"¡C ¿¡-;~:'l~es. mo todo oe ho prOVI/;O n d.,
~ .-: _:-:a~ as:.~.a=-.a oe r·.YT"O'res tal tuera I caso '~to· d'Jr,-;
~~ :~C-'='-' ser ao Idos z :» ~
SI el o esta xcluldtl por 1;)

,.. -s.-:...c.:y-. ~".a-.cs a-:e :.a ol=~du~a d os mu no . qu co


=":..a."'::"- estcs ~ ~ soore 1;)S \' o P ro SI e5'to~ d f ho-. 1I
~ _ -:IS_ --c¿.- a" -::Ji"'? -·~t~-.c'eri. e de Su o'untao nton
es :€'I-~ ':-A: se' ::¿ :;o"\? ~ , r¡~ ~ Jego para mant n r lord n ;:JI
.te-a. -_-- -¿- Xr-"I(" 5 : 'OS ~"5:ese) S. des amos QU IO~hombre-..
s : ..- s; -:_-.:;-- "':;: So :;_.e",?"TlOS !J~ algo aSI como lO.., d rld-
=--- - -~...._~:~? . '::~ ,Q ""o~nCle'1' e d la voíunt, d
....x 3 socecac e--:-:.,-ces:~~ CJ¬ ''c o+oortaroos en retacion a

~' :e. ~ 5 -:":l-e~_# = : 5. ... :J5 a.': -es ) corno I d aar cien
.;30 ~ =_
.:;-.::...
.. _ _ ro;;- .. ~~::1
.. _ _ _ D~.::
.... ~ :; ~-~:"
_ 'jI¡¡""j..~ S:2 ~a an:a O .ana Fal q prof ... [1 zyxwvutsrqp
a.ea -e ~ -.os -e- : ,,- : • sec ....ares ~ a de cracra")

~
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se ~ ~.-~.-c.. r f· ral os valor s un. er ale ..
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dI'O S cae Creo ooe la conci ocia sobre
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LA MI~IO O l L IGlESl/t

:::;' ~ -I~- fl_ '> cada: z mayor Pues bien, resulta claro que en la me-
~.~~ ~'-I ::"U: la cornumca y testimonia una visión del hombre
ITII:"Il.m
:.::r-.r, ,_?j~' -11.1e~ a contribuye de manera primordial a la mejora de la
· _· ~~~d
:J'~'__ :....::'1

Es-°'¿' :,.c.r. .buc..lcm no consiste en una aportación directa como


-...: o lelal de los agentes misioneros o de la Iglesia en la
;c J

;1 :;': :c:' f·lt.a I se reduce a un mero opinar de modo congruente con


f:' S ~· ~J O ff bre Los misioneros con su tarea evangelizadora. con

s., - .>10#' I eoucaccra, con su comunicar una vida nueva contribuyen


~~ -,:;.:;:, oe IDS. modos posibles a que también se desarrolle la di-
-.::-." - soc lal de la persona: promoviendo agentes sociales vivos
f'<.

__ ~ ::.oú sus personales caminos enriquecerán y transformarán el


Creo cue ienen al pelo estas palabras del último Concilio:

a gesta anrrna que el reconocimiento de Dios no se opone en


-,D 'O O alguno a la dignidad humana. ya que esta dignidad tiene
~ ~I "'nlsmo Dios su fundamento y perfección. Es Dios creador
e e cons rtuye al hombre inteligente y libre en la sociedad. V,
s.r...::> : todo, el hombre es llamado, como hijo. a la unión con Dios
.1 a la parucrpación de su felicidad. Enseña además la Iglesia que
~ ~~ranz.a escatológica no merma la importancia de las tareas
°srr pora es. Sino que más bien proporciona nuevos motivos de
a;pcr o para su ejercicio. Cuando. por el contrario, faltan ese fun-
OaJT',S o dI .no y esa esperanza de la vida eterna, la dignidad
mana sufre lesiones gravlsimas -es lo que hoy con frecuencia
si.ceoe- los enigmas de la vida y de la muerte, de la culpa y del
do or Quedan sin solucionar, llevando no raramente al hombre a
la cesesperacion. (GS 21)

se complementan con estas de Benedicto XVI que explicitan



a cer tro zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
G e ocupa la agape experimentada por los católicos como
e a.e Ce su aportación social:

La zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA
re €taclon Cristiana sobre la unidad del género humano presu-
hum anum , en la que la re-
pore una Interpretación metafísica delzyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLK
oc-ona l dad es elemento esencial. También otras culturas y otras
~e-!..g1OfleS enseñan la fraternidad y la paz y, por tanto, son de gran
rroonanCla para el desarrollo humano integral. Sin embargo, no tat-
tan ecmooes religiosas y culturales en las que no se asume plena-
~rRO;>QlOGIA y MISION 77

mente el principio del amor y de la verdad. terrrunando as por 'rera:


el verdadero desarrollo humano e incluso por írnpeduto. terV 55

En la medida en que la acción misionera recrea un amo-te ,'-.c:-


personal radical que favorece un auténtico encuentro en la e-cae
entre los hombres, que construye la conciencia de formar una so a
familia que parte de la estructura básica familiar del hombre a rna-
gen de Dios, en esa medida la misión contribuye a la p ena reaza-
ción del hombre.

3. CONCLUSiÓN

Aunque el recorrido de estas páginas haya sido una refie ~,.. so-
bre las consecuencias antropológicas de la misión, o el m ara ose
engarce de la misión con el ser del hombre, y aunque lo hala ,..~ -
zado en permanente escucha de textos de la Iglesia que creo -r -!
clarividentes, quiero concluir con lo que como creyente y sacerccte
considero el centro de mi vida.

Este no es otro que el lugar donde el encuentro con Cnsto zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYX


se '-1;)5
da del todo en esta vida, donde en el fondo desvelación del ("1·s:er.o
transformación en él y misión hallan su raíz y su consu-racór: e.
misterio de la Eucaristía. Si Cristo nos muestra nuestra verdad sr s;
persona él nos da en la Eucaristía su persona, ahí misión. artrooo.o-
gia y fe son uno en acto. Les propongo estas palabras oe 8e r .ec c::>
XVI para su consideración:
En la homilía durante la Celebración eucansuca coo a -E -ce --
ciado solemnemente mi ministeno en la Cátec-a oe °ec~ zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWV
:!.:r12
Nada hay más hermoso que haber Sido aícanzaoos so~erc~.:s
por el Evangelio, por Cnsto. Nada más be.'o q ...e ~¿é.' ce....
municar a los otros la amistad con él. Esta a~""".a..." 7 as.,-ól? ~- ¿
el M,s1ero ecca""s-~. ~- :--'-:c:.:
mayor Intensidad si pensamos en zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFED
no podemos guardar para nosotros el ar=or c ,e ce€0""3.-OS e-- :;.
Sacramento. Éste exige por su naturaleza c .e sea ...0 - _ -~ a
todos. Lo que el mundo necesrta es ef aI"'lOf' ce :: os er--"-~· ~
Cnsto y creer en él. Por eso la Eucans~ a ro as SO "_~:E. :.....-
men de la Vida de la Iglesia: lo es tarm er' ce s; ,..,.
:;.
-.,.. --.a ; ~
...
auténticamente eucarísnca es una IglesIa mísronera, Tarrb en
sotros podemos decir a nuestros hermanos con convicc or: "Eso
Q e hemos VIsto y oído os lo anuncrarnos para que este-s Uf' uOS
con nosotros" (1 Jn 1.3). Verdaderamente. nada hay mas hernoso
Que encontrar a Cnsto y comunicarlo a los demás Ademas. la 1""5-
ntuc on misma de la Eucanstía anticipa lo que es el corazón de .2
rrusron de Jesus: él es el enviado del Padre para la redere on oe
mundo (cf. Jn 3.16-17; Rom 8.32). En la última Cena Jesús ixx:' 3
a sus drscípulos el Sacramento que actualiza el sacnñc-o qce e.
ha hecho de si mismo en obediencia al Padre para la sal ac.oo ele
todos nosotros. No podemos acercarnos a la Mesa eucar st ca s
dejarnos llevar por ese movimiento de la rrusrón que. part er-do de
corazón mismo de Dios. tiende a llegar a todos los hombres As.
pues. el Impulso misionero es parte constrtutiva de la forma eoca-
nstica de la vida cristiana. (SCar 84)

BIBLIOGRAFíA

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Autore s

sP,\E"'U-'" zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA Al a
R., "Ciudadanos religiosos y seculares en la democracra",zyxwvutsrqponmlkjihgfed
4 74 (24-11-2005).
Om ega zyxwvutsrqponmlkjihgfedcbaZYXWVUTSRQPONMLKJIHGFEDCBA

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