Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Lanz escribe sus libros en momentos en los que la ciencia vive plena
efervescencia: la física nuclear está en sus primeros balbuceos y la
radiactividad ha sido perfectamente establecida y medida; el envío de ondas, la
codificación y decodificación de las señales hertzianas hace posible el envío de
la palabra y de la imagen. Y todo esto le parece a Lanz precursor en esto de
cierta tendencia actual de la física nuclear y cantase a converger con la
metafísica que da la razón a las tesis teosóficas que consideran la sustancia
divina como una forma de "energía" o un estado de "vibración de la materia".
Cuando los "seres superiores" (los "superiores desconocidos" del ocultismo
inglés de fines del XIX, los "mahatmas" del teosofismo) transmitían a los
elegidos ese particular estado de vibración de la materia, transmitían con él
facultades parapsíquicas: clarividencia, telepatía, etc. A esto Lanz le llamaba
"electrón de los dioses".
Las teorías de Lanz tienen una doble importancia para nuestro estudio: en
primer lugar Lanz es otro de los canales de entrada de las ideas teosóficas en el
movimiento völkisch. Su importancia es similar a la de Guido von List, aunque
sea altamente tributario de los planteamientos de éste que, incluso, los
extremiza. En segundo lugar, la importancia de List radica en la creación de la
revista "Ostara" que, como se ha visto, a lo largo de más de dos décadas
facilitará el material teórico a una constelación de ligas místico völkisch de las
cuales la Orden del Nuevo Temple y la Orden de los Germanos serán las más
significativas.
En cuanto a Ostara parece que contribuyó, si bien es cierto que en una medida
no establecida, a la formación de los criterios racistas de Adolf Hitler. Sobre
este particular ha existido hasta hace poco contradicción entre los
historiadores: para unos se trata de un mito, no consta que Hitler fuera lector
de Ostara. Dados algunos temas de la revista, estos historiadores afirmaban
que el atribuir a Hitler interés por Ostara era un arma más de la guerra
psicológica destinada a ridiculizar al führer el cual se habría interesado por una
revista de contenidos, así mismo, ridículos. Pero existen testimonios en contra:
en un libro publicado en Alemania en 1958, Wilfried Daim ("Der Mann, der
Hitler die Ideen gab") estudioso de los movimientos sectarios alemanes y sus
relaciones con los partidos políticos durante el período de las entreguerras, da
cuenta de una entrevista con Lanz en 1951, anciano de más de setenta años.
Lanz, a sabiendas de que este testimonio solo le podía causar perjuicios, le
refirió que en el curso de 1909 recibió la visita de un joven que dijo llamarse
Adolf Hitler interesado por comprar los números atrasados de la revista Ostara.
Lanz se los regaló al percibir el estado de miseria del joven. Pues bien, el
domicilio que Hitler dejó a Lanz, fue cotejado por Daim coincidiendo con la
sórdida pensión en la que el futuro fuhrer residió en ese año en Viena. Un
compañero de la misma pensión refirió, igualmente, en un artículo posterior,
que Hitler guardaba en su miserable cuartucho un montón de revistas Ostara.
El vínculo entre Hitler Lanz parece, con todo muy débil, pero hay que tener
presente que una vez convertido en canciller del Reich y el NSDAP en partido
único, existió una deliberada y sistemática campaña de destrucción de pistas:
en el fondo las iniciativas llevadas por Lanz von Libenfels se habían concretado
en movimientos y publicaciones en buena medida risibles; es evidente que se
intentó borrar pistas de las relaciones del fuhrer con estos movimientos. Los
mismos textos de von Sebotendorf fueron prohibidos literalmente en la
Alemania nacional socialista y el resto de teóricos de esta primera hora, lejos
de lograr un impulso a sus ideas con la subida del nuevo régimen, o siquiera un
mínimo reconocimiento oficial a título de "precursores" se vieron
frecuentemente obstaculizados, reducidos al silencio ellos y disueltas sus
organizaciones. Capítulo aparte es el hecho de que algunas de sus tesis y varios
de sus colaboradores fueron integrados en una institución ciertamente
diferenciada del conjunto del régimen: las SS.
Adolf Joseph Lanz nace en 1874 en Viena, en una familia católica de clase media. A los 19 años
ingresa en el monasterio cisterciense de Heiligenkreuz, del que es expulsado cinco años más
tarde por una doble incompatibilidad sobrevenida, la primera derivada de su alineación con el
movimiento “Separémonos de Roma” (1), y la segunda con el voto de castidad. Sin embargo, su
estancia en el monasterio no habrá sido infructuosa. Inspirado, según él, por la lectura de las
escrituras, y, más evidentemente, por la de la “Doctrina secreta” de Madame Blavatsky,
desarrollará su teoría. En 1905 publica “Teozoología, o la ciencia de los monos sodomitas y el
electrón divino”, titulo que recuerda bastante a Philip K. Dick. A partir de ese momento, Adolf
Joseph Lanz empieza a presentarse como Lanz von Liebenfels.
La teoría básica del libro es ésta. La humanidad, tal y como la conocemos, proviene de la
Atlántida. Ahora bien, en ella convivían dos razas, los theozoa, que a su vez provenían del
espacio exterior, y los anthropozoa, que se habían desarrollado en la grosera tierra. La
diferencia entre ambas razas era tremenda, pues los theozoa estaban impregnados de una cierta
energía cósmica (que era, a su vez, expresión de una deidad cósmica, y de ahí lo del electrón
divino) que los llevaba a poseer poderes sobrenaturales como la telepatía y los rayos-x. Además,
el carácter divino de los theozoa se extendía a su aspecto exterior, porque eran rubios y de ojos
azules. Los inferiores anthropozoa, que obviamente eran morenos y de piel oscura, no tenían
ninguna virtud energética, pero a cambio eran sexualmente muy activos y provocaban una
irresistible atracción en las rubias theozoaque las llevaba a aparearse con ellos, y en esta teoría
podemos encontrar el embrión de las películas de Alfredo Landa. Pero de este modo ambas
razas se mezclaron, y los theozoa perdieron su chispa divina. De esta mezcla nacieron las razas
actuales, que, en ese momento, iniciaron una doble migración. Los arios, que apenas estaban
mezclados y tenían una mayor proporción de sangre theozoa se dirigieron al norte de Europa, y
los restantes marcharon hacia Egipto y Mesopotamia. Ya se pueden imaginar de quién
descienden los judíos, si es que no son anthropozoa en estado puro. En cuanto a lo de los
‘monos sodomitas’, hay algo contradictorio en el asunto. Es evidente que, para Lanz von
Liebenfels, la afición a la sodomía de las viciosas razas inferiores representa el pecado original.
Pero, por otra parte, debería haber valorado que, si los anthropozoa se hubiera limitado
exclusivamente a esa práctica erótica con las arias, al menos no habrían tenido descendencia, y
la temida mezcla racial no se habría producido. Porque la idea de que la mezcla es la causa de la
caída, y produce una progresiva degeneración de la raza, impregna el relato de Lanz von
Liebenfels. Sin embargo, para él el proceso es reversible, y a través de un estricto programa de
eugenesia la raza aria puede recobrar su pureza y sus poderes sobrenaturales.
Hay que decir que Lanz von Liebenfels se esfuerza en armonizar los textos bíblicos con la nueva
religión que él está contribuyendo decisivamente a crear. Por ejemplo, el relato bíblico de la
expulsión del paraíso hace referencia, según él, a la caída de la Atlántida. Otro ejemplo. En 1915,
también basándose en textos cristianos, redactará unos salmos en los que suplicará la salvación
de la raza aria y el exterminio de las razas inferiores encabezadas por los judíos, pues según
Lanz von Liebenfels Cristo era en realidad ario, su verdadero nombre germánico era Christ-
Frauja, y había fundado su iglesia sobre la base de la unidad racial, siendo Saulo (que este sí era
judío) el que lo había desbaratado todo al abrirla a otros pueblos.
Como puede verse Lanz von Liebenfels no se molesta en absoluto en disimular su feroz
antisemitismo, ni el destino que reserva a las razas inferiores a las que con frecuencia se refiere
genéricamente como “chandalas”, el nombre de la casta hindú de los parias. Con estos mimbres
en 1905 funda la revista Ostara, nombre de una diosa germánica de la primavera, que llega a
alcanzar tiradas de 100.000 ejemplares. El contenido de los artículos es predecible. Por ejemplo
en un número de 1912 publica “La espada sanadora”, en el que defiende que el cuerpo ario debe
ser sanado quirúrgicamente de la infección judía.
En el número 78 de Ostara Lanz von Liebenfels, recogiendo explícitamente las teorías
milenaristas de Joaquín de Fiore, declara que el tercer reino de Dios en la Tierra, destinado a
durar mil años, será ario y estará dirigido por una orden ario-cristiana basada en los templarios.
A tal fin, en 1907 funda la Ordo Novi Templi, cuya sede se sitúa en el castillo de Werfenstein.
El 25 de diciembre de ese año, aprovechando el solsticio de invierno, una primera versión de la
esvástica como símbolo de lo ario y lo antisemita (en realidad, las dos caras de la misma
moneda) se alza por primera vez en Europa.
(1) Extraño movimiento que pretendía la conversión de los católicos austriacos a una mezcla de
protestantismo y paganismo.
Los escritos de un hombre extraño y enigmático, Guido von List, cuyas obras
sintetizan lo esencial del pensamiento ocultista "völkisch", fueron leídos ávidamente por
alguien más joven que él, que los asumiría íntegramente y que aspiraba a convertirse
en su discípulo, yendo todavía más lejos en la formulación de la gnosis racista-teosófica.
Se trataba de Jörg Lanz von Liebenfels. Había nacido el 1º de Mayo de 1872 y conoció
las teorías teosóficas poco después de publicarse; a los diecinueve años tomó el hábito
cisterciense. De ahí que en sus escritos demostrase un conocimiento profundo de
la Biblia y de los Evangelios y estuviera familiarizado —y atraído— por los movimientos
sectarios del cristianismo: gnósticos, maniqueos, templarios, rosacrucianos, etc.
Eso facilitó el que Lanz introdujera, con posterioridad a su abandono del Císter, un
elemento nuevo en la gnosis racista-teosofista: la veta cristiana, según la cual Cristo —
cuyo nombre germánico antiguo era Frauja— era un iniciado ario que se opuso a las
fuerzas oscuras representadas por la Sinagoga. A estos y a otros muchos movimientos
sociales Lanz les otorgaba un grado biológico-existencial inferior al humano: mientras
los arios eran los descendientes de los dioses, los pueblos "inferiores" descendían de los
monos (era la época en la que Darwin acababa de publicar sus doctrinas
evolucionistas); con esta pirueta Lanz incorporaba de un solo golpe la temática
evolucionista a sus delirios místico-teosóficos, de un lado, mientras de otro introducía la
antropología y la zoología como ciencias de apoyo a su welstanchaaung. El producto de
todo esto sería la "teozoología", y su biblia, un libro de título ampuloso y
enigmático: "La Teozoología o los Simios de Sodoma y el Electrón de los Dioses",
nombre que, ya de por sí, constituye todo un programa.
No queda claro en qué momento se hizo racista, pero lo cierto es que proclamó que
el Císter traicionó su doctrina originaria, una doctrina en la que Lanz advierte elementos
simbólicos que encubren un componente racista. Para el prior del monasterio el motivo
del abandono es sensiblemente diferente: Lanz no ha soportado el voto de castidad. Y,
efectivamente, la teorización de Lanz evidencia la existencia de una obsesión enfermiza
por la sexualidad.
Lanz escribió sus libros en momentos en los que la ciencia vivía plena efervescencia:
la física nuclear está en sus primeros balbuceos y la radiactividad ha sido perfectamente
establecida y medida; el envío de ondas, la codificación y decodificación de las señales
hertzianas hace posible el envío de la palabra y de la imagen. Y todo eso le parece a
Lanz —precursor, en esto, de cierta tendencia actual de la física nuclear a converger con
la metafísica— que da la razón a las tesis teosóficas que consideran la sustancia divina
como una forma de "energía" o un estado de "vibración de la materia". Cuando los
"seres superiores" (los "superiores desconocidos" del ocultismo inglés de fines del XIX,
los "mahatmas" del teosofismo) transmitían a los elegidos ese particular estado de
vibración de la materia, transmitían con él facultades parapsíquicas: clarividencia,
telepatía, etc. A eso Lanz lo llamaba el "electrón de los dioses".
Las teorías de Lanz tienen una doble importancia para nuestro estudio: en primer
lugar Lanz es otro de los canales de entrada de las ideas teosóficas en el
movimiento völkisch. Su importancia es similar a la de Guido von List, aunque sea
altamente tributario de los planteamientos de éste que, incluso, los extrema. En
segundo lugar, la importancia de List radica en la creación de la revista Ostara, que,
como se ha visto, a lo largo de más de dos décadas facilitará el material teórico a una
constelación de organizaciones místico-völkischde las cuales la "Orden del Nuevo
Templo" y la "Orden de los Germanos" serán las más significativas.
En cuanto a Ostara, parece que contribuyó, si bien es cierto en una medida
imposible de establecer, a la formación de los criterios racistas de Adolf Hitler. Sobre
este particular, no ha existido hasta hace poco unanimidad entre los historiadores: para
unos se trata de un mito, no consta que Hitler fuera lector de Ostara. Dados algunos
temas de la revista, estos historiadores afirmaban que el atribuír a Hitler interés
por Ostara era un arma más de la guerra psicológica destinada a ridiculizar al Führer, el
cual se habría interesado por una revista de contenidos asímismo ridículos.
El vínculo entre Hitler y Lanz parece, con todo muy débil, pero hay que tener
presente que una vez convertido en canciller del Reich y el NSDAP en partido único,
existió una deliberada y sistemática campaña de destrucción de pistas: en el fondo las
iniciativas llevadas por Lanz von Liebenfels se habían concretado en movimientos y
publicaciones en buena medida risibles; es evidente que se intentó borrar pistas de las
relaciones del Führer con esos movimientos. Los mismos textos del fundador de la Logia
Thule, Rudolf von Sebotendorf, fueron prohibidos en la Alemania nacionalsocialista, y el
resto de teóricos de esa primera hora, lejos de lograr un impulso a sus ideas con la
subida del nuevo régimen, o siquiera un mínimo reconocimiento oficial a título de
"precursores", se vieron frecuentemente obstaculizados, reducidos al silencio ellos y
disueltas sus organizaciones. Capítulo aparte es el hecho de que algunas de sus tesis y
varios de sus colaboradores fueron integrados en una institución ciertamente
diferenciada del conjunto del régimen, las SS.
En 1907 Jöris Lanz von Liebensfeld, cuyas convicciones teosofistas estaban en ese
momento en su apogeo, se creyó en condiciones de afirmar que los "caballeros del
Grial" mencionados por Wolfram, los "templeissen", no eran otros que los miembros de
la Orden del Temple, los históricos templarios. A partir de aquí Lanz concibe la
reconstrucción de la Orden en tanto que custodio del Grial. Pero la concepción que Lanz
se hacía sobre la misión de los templarios, la naturaleza del Grial y el papel de la orden
reconstruída, diferían sensiblemente de la creencia general sostenida por la tradición.
En el número 69 de la revista Ostara, Lanz escribe un ensayo sobre el Grial: presenta la
copa sagrada como una especie de "acumulador de energía" de la que la raza aria
extrae sus poderes y su legitimidad superior para gobernar sobre otros pueblos. En
tanto que "hijos de los dioses", los arios han recibido el Grial para mantener sus
facultades superiores (intuición, clarividencia, poder dominar las energías y fuerzas de
la Naturaleza, etc.).
Era condición sine qua non para ser admitido en la Orden, un aspecto físico nórdico
ario. Sus actividades eran oficialmente culturales y religiosas, pero nada hay en ella que
nos impida que la califiquemos de "secta racista". Se insistía mucho en la "ayuda
mutua"entre los miembros de la Orden.
Entre 1919 y 1923 Lanz redactó los rituales de la Orden y compuso gruesos
volúmenes en los que ofrece los textos de reflexión y meditación, los contenidos de los
cánticos y los significados esotéricos y ocultistas que creía ver en cualquier parte de la
Naturaleza. Los libros ideados por Lanz para su utilización en la Orden eran:
Todos esos textos parecen incluso tener una inspiración católica de la que no era
ajena el pasado cisterciense de Lanz que había modelado su Orden y las jerarquías de la
misma al modo de la Orden de San Bernardo. Por supuesto, había introducido en la
gradación jerárquica el factor racial, en función de esto, pero también —aunque de
forma secundaria— de su tiempo de permanencia en la Orden y de su dedicación y
actitudes, el neo-templario era encuadrado en siete grados divididos en dos "órdenes":
Órdenes inferiores:
1. Acólitos: pureza racial estimada en menos del 50% y personas menores de 24 años.
Hábito blanco.
2. Familiares: miembros honorarios de la Orden, colaboradores ocasionales que no
deseaban ingresar como miembros de pleno derecho. Hábito blanco.
3. Novicios: miembros que esperaban a ser iniciados en los grados superiores y que
cumplían los requisitos raciales y de edad para ello. Hábito blanco.
Órdenes superiores:
4. Maestres: 50-75% de pureza racial. Hábito blanco.
5. Canónigos: 75-100% de pureza racial. Hábito blanco.
6. Sacerdotes: canónigos que han logrado constituír una "casa de la orden". Hábito
blanco, birrete rojo y estola.
7. Priores: sacerdotes en cuya "casa de la Orden" se cuentan más de cinco maestres o
canónigos. Hábito blanco, birrete rojo, estola y bastón de mando dorado.
Los neo-templarios austriacos dirigidos por Johann Walthari Wölff fundaron en 1932
el Lumenclub a modo de correa de transmisión de la Orden; en su manifiesto
fundacional mostraban una innegable veta teosófica, pero también una voluntad de
extender en Austria las revoluciones fascista y nacionalsocialista. Los contactos de Wölff
llegaban incluso a Francia —en donde estaba en contacto con las "ligas fascistas" de
Valois, Doriot, etc.— y a los países anglo-sajones. Goodrick-Clarke considera
al Lumenclub como un "refugio y vivero para el Partido Nacionalsocialista, ilegal en
Austria, en los años que precedieron a la caída de la República y al Anschluss en Marzo
de 1935".
Con todo, la ONT evitó actuar en política, sus actividades fueron ocultistas y, en lo
exotérico, culturales; dada su estética y doctrina, no podía sino ser extremadamente
minoritaria, aun a pesar de que sus publicaciones llegaron a tener una gran difusión.
Otra organización de similares características llegaría a disponer de una implantación
superior y contribuiría directamente a la fundación del NSDAP. De la misma forma que
en la ONT-Ostara se encuentran algunos de los elementos y obsesiones que se repetirán
en Hitler (la pretensión de explicar la Historia mediante la lucha de razas, la necesidad
de los procedimientos eugenésicos y la importancia de la pureza racial), en
la Germanenorden, y en su extensión bávara —la Logia Thule—, encontraremos el
embrión orgánico del NSDAP.
LA GERMANENORDEN
Pocos años antes de la Primera Guerra Mundial, los núcleos völkisch empiezan a ser
frecuentados por antiguos miembros de la francmasonería, entre ellos Johannes Hering,
muniqués y adscrito a una logia regular desde finales del siglo XIX. Entre él y el
periodista Philip Stauff empiezan a contemplar la posibilidad de estructurar logias anti-
judías a imagen de la Orden de los Iluminados de Baviera, cuyo anti-semitismo no se
les había escapado. Hermann Pohl se unió a su proyecto enviando circulares a los viejos
conocidos anti-judíos.
El proyecto era simple: crear una masonería "alemana", liberada del dominio judío
que ellos creían ver en las obediencias regulares y que, al ser secreta, evitara las
posibilidades de penetración de los espías hebreos. Debería tratarse de una logia
secreta, que actuara directamente y con criterios propios en la acción política. No
querían limitarse, como la Orden del Nuevo Templo, a ser una institución místico-
cultural más o menos arcaica y exótica: tenían vocación de élite y querían reunir en sus
filas a lo "mejor" del Reich. No pretendieron formar un partido político sino condicionar
y controlar a los distintos grupos völkisch, estructurar correas de transmisión cada vez
más eficaces, y lograr que su corriente ideológica alcanzase un peso específico en la
política alemana.
«La antigua masonería había sido, en el pasado, custodio de una doctrina secreta,
trasmitida a los miembros de aquellas hermandades de constructores medievales que
erigieron las Catedrales góticas. Reencontramos en la doctrina profesada por los
alquimistas y los rosacruces, que se habían afiliado a las corporaciones, una masa
imponente de enseñanza sapienciales arias. Con el declinar del arte gótico entraron en
crisis también las hermandades artesanales relacionadas con él; la sabiduría
secreta aria permaneció confiada a la custodia de unos pocos depositarios. El fin de
la Guerra de los Treinta Años y de los choques entre Protestantes y católicos, motivados
por la convicción, común a unos y a otros, de detentar la verdadera fe, ofreció a Judá la
ocasión de reconstruír la masonería sobre nuevas bases. Hacia fines del siglo XVII
fueron fundadas las primeras logias, unificadas luego en York en una Gran Logia. El
secreto de la antigua Hermandad de Moradores eracontenido en la doctrina que
exhortaba al individuo a trabajar en busca del propio perfeccionamiento interior, para
luego irradiar, como un sol, el Bien en torno suyo.
«Cada individuo era llevado a actuar para traer el completo desarrollo a la propia y
latente naturaleza solar. Un individuo, completada su realización interior sobre la base
de enseñanzas transmitidas por la primordial sabiduría aria, habrá alcanzado un nivel
psíquico suficiente para hacer de él un Compañero; luego como Maestro alcanzará una
irradiación espiritual capaz de tender hacia el perfeccionamiento también de las
circunstancias exteriores. La reconstruída masonería invirtió los términos de la cuestión
acordando prioridad a la mejora de las condiciones materiales, de las que, según
sostenía, debía derivarse el perfeccionamiento humano. Correspondientemente a los
tres grados de Aprendiz, Compañero y Maestro, presentes en la Masonería Operativa, la
masonería moderna instituyó tres grados simbólicos con el mismo nombre; su ritual
simbólico fue extraído del Antiguo Testamento. En las Logias se trabajaba
simbólicamente en la construcción del Templo de Sión. De la articulación en tres grados
jerárquicos se pasó gradualmente, partiendo del tercer grado, a otros más elevados,
hasta construír, en 1780, el Sistema de los Altos Grados Masónicos.
«Nosotros aspiramos a la libertad, pero no a aquella del hombre del rebaño, sino a
la libertad del ámbito del Deber.
«En lo que se refiere al ritual no tenemos nada que ver con los masones. (...)
[Frente a construcción del Templo de Sión] empuñamos la espada de hierro y el martillo
de hierro y dedicamos nuestro empeño a la edificación del Halgadom germánico.
«(...) La Historia nos ha enseñado que mientras que el ario construye, el hebreo
destruye».
«Un documento ritual de 1912 que nos ha quedado, describe la iniciación de los
novicios en el grado más bajo de la Orden. Mientras que los novicios esperaban en
una estancia vecina, los hermanos se reunían en la sala de ceremonias de la logia.
El maestre se colocaba frente a la sala, bajo el baldaquino, flanqueado por
dos caballeros vestidos con ropas blancas y cascos ornados con cuernos y apoyándose
sobre sus espadas. Frente a ellos se sentaban el tesorero y el secretario, llevando
cordones masónicos blancos, mientras que el heraldo se situaba en el centro de la sala.
En el fondo de esta, en el "bosque del Grial", permanecía el bardo con ropa blanca, ante
el maestro de ceremonias revestido con ropa azul, mientras que los otros hermanos de
la logia se disponían en semi-círculo en torno suyo, a la altura de las mesas del tesorero
y el secretario. Tras el "bosque del Grial" se encontraba una sala de música donde un
armonium y un piano eran acompañados por un pequeño coro de "elfos del bosque".
«La ceremonia empezaba con una dulce música de armonium, mientras que los
hermanos entonaban el coro de los peregrinos de Tannhäuser. El ritual empieza a la luz
de la candela, los hermanos hacían el signo de la svástica y el maestre respondía con el
mismo gesto. Entonces los novicios con los ojos vendados, revestidos con la ropa del
peregrino, eran introducidos por el maestro de ceremonias en la sala. Allí, el maestre
les hablaba de la weltanschaung ario-germánica y aristocrática de la orden, antes de
que el bardo alumbrara la llama sagrada en el "bosque" y de que los novicios fueran
despojados de su manto y de su banda. En ese momento, el Maestre tomaba la lanza
de Wotan y la mantenía ante él, mientras que dos caballeros cruzaban sus espadas
delante de éste. Una serie de preguntas y respuestas, acompañadas por la música
de Lohengrin, acompañaba el juramento de los novicios, siguiendo su consagración con
los clamores de los "elfos del bosque" cuando los nuevos hermanos eran conducidos en
el "bosque del Grial" en torno a la llama sagrada del bardo. Con el ritual que hacían los
miembros de la logia, figuras arquetípicas de la mitología germánica, este ceremonial
debía producir una impresión profunda en los candidatos».
«1) La Orden de los Germanos autorizaba a acoger entre sus miembros exclusivamente
a alemanes que estaban en condiciones de demostrar la propia integridad hasta la
tercera generación. Estaba prevista la admisión de mujeres en el Grado de Amistad de
la Orden.
2) Se insistía en la difusión de conocimientos antropológicos, aplicando a los seres
humanos los resultados de las experiencias realizadas en el reino animal y vegetal y
demostrando cómo la mezcla racial es el origen de toda tara y miseria.
3) La Orden de los Germanos se proponía extender a toda la raza alemana los
principios informativos del pangermanismo, realizando la unificación de todas las
estirpes de sangre germánica.
4) Una lucha a ultranza debía ser conducida contra todo lo que no es germánico,
empeñando todas las energías disponibles para contrastar al internacionalismo y
combatir las tendencias judaizantes presentes en el ánimo alemán».
En ese tiempo, algunos de los que luego serían altos dignatarios del Partido
Nacionalsocialista Obrero Alemán, eran miembros de la Logia Thule, entre ellos Rudolf
Hess, Alfred Rosenberg y Dietrich Eckhart y otros más. Sin embargo, poco después de
los incidentes de Múnich, Sebotendorff se fue a Suiza y, poco a poco la Logia empezó a
declinar. Cuando, unos meses después, Eckhart llevó a las reuniones a un joven cabo de
la Wermacht, Adolf Hitler, y lo introdujo como "huésped" (el nivel inicial de
"probacionismo" de la Sociedad Teosófica), la Logia ya había entrado en decadencia, y
diez años después terminaría por disolverse.
Se ha escrito que la Logia Thule era la "rama bávara de la Orden de los Germanos".
Esto es cierto sólo a medias, y el matiz no deja de tener interés.
Tal como hemos visto, al comenzar la Primera Guerra Mundial la Orden de los
Germanos contaba con unos pocos cientos de afiliados, muchos de los cuales partieron
para el frente y murieron combatiendo. A la merma física de miembros se unió el cese
radical de ingresos en las arcas de la Orden y el cuestionamiento de sus dirigentes; por
una y otra parte los grupos locales se independizaron y eligieron nuevos maestres.
El mismo cuenta su vida en la novela "El Talismán de los Rosacruces", pieza que
intenta emular la tradición de los rosacruces alemanes del siglo XVII, uniendo datos
interpretables sólo en clave mística, a elementos biográficos auténticos.
Puede comprenderse así que Sebotendorf a lo largo de sus obras teóricas demuestra
un conocimiento real y directo de las culturas egipcia y turca.
No puede olvidarse que Turquía por aquellas fechas disponía de una fuerte tradición
esotérica y ocultista y que, por tradición, era un camino hacia Oriente: se decía que
Nicolás Flamel y su mujer Perrenelle habían sido vistos por última vez en Turquía
camino de Oriente. También se sabe que antes de la Guerra de los Treinta Años, los
auténticos Rosacruces abandonaron Europa en dirección a Oriente y, sea simbólica tal
marcha, lo cierto es que Turquía excepcionalmente permitió que ellos actuasen de
manera discreta pero no por ello menos activa. En 1914 Mahmud Mukthar Pachá, a
quien se ha relacionado con Fulcanelli, asistió a dos trasmutaciones de plomo en oro en
Constantinopla. El alquimista que operaba bajo el seudónimo de Fulcanelli contaba 75
años, y llevaba operando en el laboratorio alquímico hacia casi 30.
Los Termudi eran también masones afiliados al Rito de Menfis, llamado también Rito
Oriental, fundado en 1839. Pues bien, Sebotendorf es iniciado por uno de los Termudi
en ese rito, y con posterioridad heredará la copiosa biblioteca ocultista de esa familia.
Será en el interior de uno de esos libros en donde Sebotendorf encontrará unos apuntes
—al parecer de Hussein Pachá— en los que se describen series de ejercicios especiales
de meditación tal como los practicaba la secta derviche de los Bakhtâshi. Tales apuntes
son el material de base que utilizará Sebotendorf para componer su libro sobre "Las
prácticas Operativas de la Francmasonería Turca".
Sea como fuere, al parecer en ese año de 1908 tuvo problemas legales, siendo
procesado por fraude en Berlín; tras ese incidente, regresó a Constantinopla y trabajó
para una colonia judía procedente de Kiev; en esos momentos Turquía vivía un período
de agitación política en la que la logia a la que pertenecía Sebotendorf jugó un papel
decisivo. En efecto, la masonería turca tenía una serie de correas de transmisión de
carácter político, una de las cuales era la Sociedad de Unión y Progreso. Una vez más la
masonería actuó como ariete de las revoluciones liberales contra las monarquías
absolutas. Ese proceso se repitió también en Turquía, en donde la masonería contaba
unos tentáculos bien implantados en la sociedad.
En Septiembre de 1916 leerá uno de los múltiples anuncios por palabras con los que
la Orden de los Germanos buscaba nuevas adhesiones. Será así como contactará en
Berlín con Hermann Pohl, el cual lo introducirá en su rama cismática, que justo en esos
momentos se está gestando.
¿Por qué Thule? Ese nombre estaba siempre presente en las doctrinas ariosóficas.
Era una especie de "lugar de origen", polo de irradiación de la raza aria que Sebotendorf
y los suyos identificaban con Islandia. Los nombres de las otras logias de
la Germanenorden Walvaten del Santo Grial eran igualmente evocadores de su voluntad
de arraigo con la tradición germánica: así las logias de Alemania Central se
llamaban Logias Goden, en honor a los antiguos sacerdotes de las tribus germánicas,
equivalentes a los druidas celtas; las logias del Oeste adoptarán el nombre de Scaldos,
poetas escandinavos; las de Prusia y Pomerania serán las logias Walsungen, hombres
sabios...
Inicialmente no se les pide otra cosa que ser fieles a la tradición germánica. Deberán
facilitar una fotografía que Sebotendorf examinará para descubrir en los rasgos
antropométricos huellas de sangre extranjera. Así mismo, deberán jurar la pureza de su
sangre hasta la tercera generación. Un largo cuestionario completará los trámites de
afiliación. El emblema de la Orden que recibirá cuando el barón dé el visto bueno al
nuevo adherido, consiste en una espada antepuesta a la rueda solar y entre ambas, a
su vez, dos hojas de roble. El postulante jurará fidelidad a la logia y a sus principios en
una ceremonia de admisión presidida por el barón, que pronunciará las palabras
rituales: "Así como volvéis a estar entre nosotros, lo que estáis haciendo es regresar a
vuestra comunidad. Reencontráis Thule. Con nosotros alcanzáis el Imperio invisible y
eterno de nuestros antepasados del Norte".
Pero todo eso quedaba radicado en el terreno del exoterismo, y es cierto que
en Thuleexistía un "círculo interior" compuesto por los iniciados de mayor grado. El
neófito siguiendo unos cursos de capacitación y recibiendo las enseñanzas adecuadas
alcanzará los grados de "Huésped" y "Hermano". Los "Hermanos" formarán un "colegio
esotérico de la Orden". Hess, Rosenberg y Frank, luego altos jerarcas del Reich,
pertenecieron a ese círculo.
Pero los tiempos son turbulentos: el Reich ha pedido el alto el fuego. La Izquierda,
galvanizada por el ejemplo de la Unión Soviética, prepara la insurrección armada y
multiplica las agitaciones en medios obreros y militares. El 7 de Noviembre de 1918 se
precipitan los acontecimientos y Kurt Eisner toma el poder en Baviera.
En los días siguientes conseguirá consolidarse, si bien de forma precaria. El 9 de
Noviembre los hombres de Thule se reunen y movilizan, y al día siguiente deciden la
constitución de un "Kampfbund" (grupo de combate), a modo de correa de transmisión
de la orden.
***
El período Thule/Kampfbund es turbulento. La asociación debe defenderse y
contraatacar. Sebotendorf organiza equipos entre sus partidarios, que se infiltrarán en
las organizaciones de Izquierda y en el aparato de seguridad del Estado. Se da la
circunstancia de que en varias ocasiones los locales de la Sociedad son registrados
precisamente por policías miembros de la misma Sociedad. Sebotendorf se ha
preocupado también de infiltrar a los guardias rojos y de crear un gabinete de
falsificación de documentos. Rudolf Hess, por su parte, se curte en todas esas
actividades clandestinas.
Sebotendorf encarga al capitán Beppo Römmer la formación del Primer Batallón del
nuevo cuerpo franco que acampará clandestinamente cerca de Eding. El Segundo
Batallón realizará, entre tanto, una labor de agitación en el interior de Múnich:
terrorismo y quintacolumnismo. Los hombres de ese Segundo Batallón llegarán a
distribuir panfletos firmados por el Comité Local del SPD.
Ese batallón participará en el intento de golpe de Estado del 13 de Abril de 1919 que
fracasará. En realidad, la inicial aquiescencia de oficiales y fuerzas reaccionarias
comprometerá al capitán Römmer que, a la hora de la verdad, será el único con valor
suficiente para movilizar a sus tropas: solo y aislado, Römmer ordenará la dispersión, y
él mismo deberá huír en bicicleta, siendo finalmente detenido y encarcelado. Años
después terminará su vida política como diputado comunista.
El 16 de Abril, a la vista del cariz de los acontecimientos, Sebotendorf ordena a sus
fieles la dispersión y el paso a la clandestinidad. Mientras, él y algunos oficiales
de Thuleconstituirán los Freikorps en su forma definitiva. El hombre de la operación es
el teniente Kurtz y, junto con Sebotendorf, ambos proyectarán una "marcha sobre
Múnich". De Bamberg marchará a Núremberg abriendo oficinas de reclutamiento y
dando mitines para reforzarlo. Por fin, el Domingo de Ramos de 1919 el "cuerpo
franco" Oberland es constituído.
Los combates duraron todavía una semana. En ellos Ritter von Epp y el capitán
Roehm, de entonces 32 años, destacarán entre todos. Von Epp tendrá un importante
papel en todas las conspiraciones que se sucedan bajo la República de Weimar,
protagonizadas por los "freikorps". En cuanto a Roehm, de esa época data su
compromiso político. A partir de esa fecha empieza a considerarse "soldado político".
Otro destacado protagonista de aquellas jornadas es, ya lo hemos dicho, Rudolf Hess, el
alemán de Alejandría, aficionado a las ciencias ocultas desde muy joven, de heroico
comportamiento en la infantería de choque germana y luego voluntario de los primeros
escuadrones de la Luftwaffe; se alistará en Regensburg en el Oberland, y en sus filas
resultará herido en una pierna y, al igual que Roehm, dará que hablar en el futuro.
***
A partir de ahí el papel de la Logia Thule pasa a ser político y su papel irá en
disminución a medida que aumente el peso del NSDAP: aquélla mengua para que éste
crezca. Es preciso examinar y valorar en su justa medida el papel de la Logia Thule en
el nacimiento y desarrollo del NSDAP.
[*] Lectura sugerida relativa a dicho libro y otros temas relacionados: http://editorial-
streicher.blogspot.com/2015/01/reginald-h-phelps-antes-de-que-hitler.html
De entre todas estas correas, una tendrá particular éxito, y hay que remontarse a
Octubre de 1918 para contemplar su origen. Por esas fechas, Sebotendorf estaba
persuadido de que las clases obreras solamente podían ser desvinculadas del marxismo
si se oponía a éste una ideología de sentido contrario. Sebotendorf creía que esa
ideología podría ser la ariosofía (ocultismo teosófico pan-germanista). Para extender la
ariosofía constituyó, por medio de Karl Harrer, el Politischer Arbeiter-Zirkel, entre cuyos
miembros se encontraba Anton Drexler y cuyo secretario era Michel Lotter. Ese pequeño
grupo duró de Octubre de 1918 a Enero de 1919; el día 5 de ese mes Drexler
propondría la transformación en partido, el Partido Alemán de los Trabajadores.
Como no podía ser de otra manera para un partido que pretendía hundir sus raíces
en la tradición obrera alemana, la fundación tuvo lugar en una cervecería. El nuevo
partido apenas tenía 24 miembros, la mayoría de ellos ferroviarios.
No todos los miembros de la Logia Thule ingresaron en esa formación. Los motivos
son dos: en primer lugar, no todos estaban interesados en la actividad política, a pesar
del período de politización de la sociedad alemana de la época; buena parte de los
efectivos de Thule son hombres y mujeres interesados única y exclusivamente en el
ocultismo. En segundo lugar, el mismo nombre que Hitler da a "su partido" indica cuáles
son las áreas preferenciales de reclutamiento: Partido Obrero Alemán Nacional
Socialista. Se busca, efectivamente, reclutar "trabajadores alemanes" a fin de realizar
un "socialismo en la nación alemana", un "verdadero socialismo"; y con tales objetivos
no podía comprometerse —al menos en esos momentos iniciales del nacionalsocialismo
— buena parte de los miembros de Thule. En la lista de afiliados se encuentran tres
componentes fundamentales y una línea de tendencia: en primer lugar, los hombres y
mujeres de Thuleson —en este orden— profesionales liberales (frecuentemente
juristas), nobles aristócratas y militares; la tendencia general dominante es burguesía
media-alta.
Contrariamente a lo que se ha dicho, Hitler jamás conoció a Sebotendorf. Sin
embargo, es cierto que su mentor político-ideológico en aquella época fue Dietrich
Eckart y que ambos eran "Hermanos Visitantes" de la Logia Thule. Cuando Hitler ingresa
en el círculo de Thule, Sebotendorf ya ha abandonado Múnich (lo hará exactamente el
26 de Junio de 1919), siendo cuestionado por parte de la Asociación y acusado de
haberse comportado con excesiva ligereza en la custodia del archivo de los miembros
de la logia, los cuales, al caer en manos de los bolcheviques, ocasionaron la detención y
el fusilamiento de los rehenes durante las jornadas insurreccionales de Abril de 1919. La
última presencia de Sebotendorf en una reunión de la Logia Thule data del 22 de Junio
de 1919.
Hitler sentía verdadera aversión por todo lo que se refería a sectas y al espíritu
sectario. Su vocación era la de presidir un gigantesco movimiento nacional abierto a
amplias masas populares; atacaba con frecuencia la mentalidad conspirativa de los
grupos völkisch y no se recata en Mein Kampf de dirigir acusaciones contra esa forma
de hacer política-ficción.
Poco a poco, Hitler va eliminando los rastros del espíritu de Thule en el NSDAP, y la
mayoría de los siete miembros del antiguo DAP son excluídos de la dirección o remitidos
a puestos puramente protocolarios. Es cierto que Hans Frank, Rosenberg y Hess,
"hermanos" de Thule, ocuparon posteriormente cargos de máxima responsabilidad en el
Tercer Reich. La partida de Sebotendorf y la ruptura de Hitler con Thule entrañaron la
crisis de la logia, que se iría desdibujando progresivamente y desaparecería en el curso
de los años '20.
Mas tarde —también es imposible establecer los motivos y los fines— se desplaza a
Estados Unidos y América Central. En 1933 regresa a Múnich —Hitler ya ha alcanzado el
poder— con el título de Caballero de la Orden Imperial de Constantino, sociedad
patriótica turca con aspiraciones iniciáticas.
Sebotendorf tenía ya sesenta años y había perdido ese atractivo de madura estampa
noble y germánica. Se había separado de su mujer en 1928 y empezaba a tener
dificultades económicas. Sobre el final de la Sociedad Thule, Sebotendorf es muy
explícito: en el capítulo XIV explica que el 9 de Noviembre de 1923 se produjo el
fracaso del golpe de Múnich, el golpe de la cervecería: "El funesto acontecimiento había
inducido a los miembros del partido, guiados por el actual primer alcalde de Múnich,
Fiedhler, a afiliarse, en su mayoría, a la Logia Thule, para tener alguna forma de
proseguir, gracias a tal actitud, la acción propagandística emprendida, haciendo que
Adolf Hitler, de regreso de la cárcel de Landsberg, pudiera nuevamente reunirlos en
torno suyo".
***
Hasta aquí la peripecia de la Logia Thule. Se la puede considerar en rigor como
precedente directo del nacionalsocialismo: fue de la Logia Thule de quien el
nacionalsocialismo tomó buena parte de sus temas. Un miembro de la Orden de los
Germanos desde 1913 y luego de Thule, Friedrich Krhon, en 1919 presentó al DAP una
memoria sobre la svástica, proponiendo como distintivo partidario ese símbolo sobre un
disco blanco en el centro de una bandera roja. Hitler aceptó la idea y el 20 de Mayo de
1920 se utilizó en público por primera vez. Se trataba de una svástica dextrógira,
similar a la utilizada por los teosofistas. Así pues, a un tiempo, Thule proporcionó el
símbolo del nacionalsocialismo, el futuro órgano de expresión del NSDAP y los núcleos
organizados, política que aprovecharía Hitler en sus inicios.
Pero ¿en qué consistía la doctrina de Thule? No existen documentos para que
podamos reconstruír la totalidad de su doctrina. Solamente se la puede inferir a partir
de tres documentos fundamentales: 1) los escritos ideológicos del propio Sebotendorf,
2) los escritos ariosóficos de List y 3) parte de la obra de Alfred Rosenberg "El Mito del
Siglo XX". Las dos últimas han sido ya mencionadas en otros capítulos; respecto a los
primeros vale la pena realizar unas acotaciones.
Jean Mabire, comentando este concepto, apunta: "Este templo del Halgadom es, a
la vez, espiritual y material. Pertenece a la tierra y al cielo, al pasado y al porvenir. Es
el equivalente del Arca de la Alianza del pueblo israelita. Es el reino terrestre donde va
a renacer el espíritu de Thule. Es el Imperio de todos los germanos".
Lanz evidencia dos carencias: una de carácter psicológica, probablemente fruto de sus
años conventuales; una sexualidad mal asumida o asumida junto a un complejo de
culpabilidad que la hace nociva; producto de dicho complejo de culpabilidad es la
fijación de Lanz contra aquellos que han cometido el mayor pecado, un pecado mucho
más grave que sus deseos sexuales execrados por la Iglesia, un pecado, en definitiva,
contra la raza; se trata de las razas inferiores, animalescas, de entre las que los judíos
destacan de forma señera.
Tal metafísica tiene su plasmación no solo en el tantrismo (yoga sexual), sino, en toda
la tradición alquímica y rosacruz que frecuentemente utiliza el símbolo sexual para
indicar la unión entre un principio masculino, activo e ígneo y un principio femenino,
pasivo y acuoso: se trata de la imagen del Rebis, de la "cópula regia", etc. Y si hemos
de remontarnos a la antigüedad, la orgía misma y las bacanales eran cultos telúricos y
dionisíacos propios de los pueblos mediterráneos y asiático mediterráneos. Lanz, por
el contrario, no elude la problemática sexual, ni tampoco la coloca en segundo plano
de su sistema: por el contrario, le da una máxima trascendencia y la sitúa como
infraestructura de la lucha racial: Teozoa contra Antropozoa, hijos de los hombres
(seres animalescos degenerados, razas inferiores) contra hijos de los dioses (arios).
Lanz escribe sus libros en momentos en los que la ciencia vive plena efervescencia: la
física nuclear está en sus primeros balbuceos y la radiactividad ha sido perfectamente
establecida y medida; el envío de ondas, la codificación y decodificación de las
señales hertzianas hace posible el envío de la palabra y de la imagen. Y todo esto le
parece a Lanz precursor en esto de cierta tendencia actual de la física nuclear y
cantase a converger con la metafísica que da la razón a las tesis teosóficas que
consideran la sustancia divina como una forma de "energía" o un estado de "vibración
de la materia". Cuando los "seres superiores" (los "superiores desconocidos" del
ocultismo inglés de fines del XIX, los "mahatmas" del teosofismo) transmitían a los
elegidos ese particular estado de vibración de la materia, transmitían con él facultades
parapsíquicas: clarividencia, telepatía, etc. A esto Lanz le llamaba "electrón de los
dioses".
Las teorías de Lanz tienen una doble importancia para nuestro estudio: en primer lugar
Lanz es otro de los canales de entrada de las ideas teosóficas en el movimiento
völkisch. Su importancia es similar a la de Guido von List, aunque sea altamente
tributario de los planteamientos de éste que, incluso, los extremiza. En segundo lugar,
la importancia de List radica en la creación de la revista "Ostara" que, como se ha
visto, a lo largo de más de dos décadas facilitará el material teórico a una constelación
de ligas místico völkisch de las cuales la Orden del Nuevo Temple y la Orden de los
Germanos serán las más significativas.
En cuanto a Ostara parece que contribuyó, si bien es cierto que en una medida no
establecida, a la formación de los criterios racistas de Adolf Hitler. Sobre este
particular ha existido hasta hace poco contradicción entre los historiadores: para unos
se trata de un mito, no consta que Hitler fuera lector de Ostara. Dados algunos temas
de la revista, estos historiadores afirmaban que el atribuir a Hitler interés por Ostara
era un arma más de la guerra psicológica destinada a ridiculizar al führer el cual se
habría interesado por una revista de contenidos, así mismo, ridículos. Pero existen
testimonios en contra: en un libro publicado en Alemania en 1958, Wilfried Daim ("Der
Mann, der Hitler die Ideen gab") estudioso de los movimientos sectarios alemanes y
sus relaciones con los partidos políticos durante el período de las entreguerras, da
cuenta de una entrevista con Lanz en 1951, anciano de más de setenta años. Lanz, a
sabiendas de que este testimonio solo le podía causar perjuicios, le refirió que en el
curso de 1909 recibió la visita de un joven que dijo llamarse Adolf Hitler interesado por
comprar los números atrasados de la revista Ostara. Lanz se los regaló al percibir el
estado de miseria del joven. Pues bien, el domicilio que Hitler dejó a Lanz, fue
cotejado por Daim coincidiendo con la sórdida pensión en la que el futuro fuhrer residió
en ese año en Viena. Un compañero de la misma pensión refirió, igualmente, en un
artículo posterior, que Hitler guardaba en su miserable cuartucho un montón de
revistas Ostara.
El vínculo entre Hitler Lanz parece, con todo muy débil, pero hay que tener presente
que una vez convertido en canciller del Reich y el NSDAP en partido único, existió una
deliberada y sistemática campaña de destrucción de pistas: en el fondo las iniciativas
llevadas por Lanz von Libenfels se habían concretado en movimientos y publicaciones
en buena medida risibles; es evidente que se intentó borrar pistas de las relaciones del
fuhrer con estos movimientos. Los mismos textos de von Sebotendorf fueron
prohibidos literalmente en la Alemania nacional socialista y el resto de teóricos de esta
primera hora, lejos de lograr un impulso a sus ideas con la subida del nuevo régimen,
o siquiera un mínimo reconocimiento oficial a título de "precursores" se vieron
frecuentemente obstaculizados, reducidos al silencio ellos y disueltas sus
organizaciones. Capítulo aparte es el hecho de que algunas de sus tesis y varios de
sus colaboradores fueron integrados en una institución ciertamente diferenciada del
conjunto del régimen: las SS.
LA TEOZOOLOGÍA
Un año después escribe “Teosofía y dioses asirios” (1907), donde expone otra
atrevida y disparatada teoría. Según Liebenfels, los primeros lemurianos –
andróginos en un principio- se desarrollaron en dos sexos y así atrajeron el
castigo divino al engendrar monstruos con especies atractivas pero animales.
“El error fatal de los antropoides, la quinta raza raíz de los arios – la homo
sapiens- había sido mezclarse repetidamente con los descendientes de los
monos”. Jörg Lanz
Según Martin Gardner, el mito del origen bestial de las razas influyó mucho en
Hitler que lo incluyó en la primera edición de Mi lucha.
Los ariósofos entienden que el Reino de Cristo de los mil años del
“Apocalipsis” de san Juan, hace referencia al tiempo que una nación, sabia y
saludablemente gobernada, necesitaría para regenerar la raza.
“Los arios son la obra maestra de los dioses y están dotados de poderes
sobrenaturales y paranormales, emanados de “centros de energía” y “órganos
eléctricos” que les confieren supremacía absoluta sobre cualquier otra
criatura”. Liebenfelds
La Orden del Nuevo Temple (ONT) fue fundada por Lanz von Liebenfelds el 25
de diciembre de 1907 aprovechando el solsticio de invierno. El acto simbólico
que inició la fundación fue el enarbolar el estandarte de la orden, con una
esvástica solar, en el castillo de Buró Werfenstein, un castillo en ruinas que la
propia orden reconstruyó.
Entre sus objetivos estaba la promoción de la conciencia racial mediante
investigaciones histórico-arqueológicas, estudios religiosos y el
restablecimiento de los antiguos rituales botánicos. Se creó en el castillo un
museo antropológico de la raza aria, que sería completado más tarde por la
organización SS-Ahnenerbe. La creación de la orden permitiría, en opinión de
Liebenfelds, recibir el Grial en custodia, emisor del “electrón de los dioses” y
así ayudar a desarrollar y sostener las facultades superiores y trascendentes
de los arios.
La O.N.T. estaba dividida en varios grados: presbítero, prior, cofrade y otros,
que se diferenciaban por los símbolos cosidos en sus túnicas. A pesar de su
naturaleza elitista, sus ideas estaban muy difundidas en Alemania y Austria,
especialmente después de la elaboración cristiana teozoológica, en la cual el
Grial fue asimilado al “elektrón”, el poder divino de los arios.
HITLER: MÉDIUM DE LOS
DIOSES OSCUROS
HISTORIA IGNORADA
Viernes 20 de Julio, 2018
Esta relación entre Hitler y sus seguidores difícilmente se puede explicar únicamente desde
una perspectiva política, sino que presentaba rasgos de naturaleza muy particular.
Numerosos investigadores e historiadores han intentado aclarar esta extraña circunstancia,
sin embargo todavía no ha sido resuelta.
Centenares de testimonios recopilados por los investigadores, así como entrevistas, artículos
de prensa, libros, fotografías, películas y documentales –que se agolpan por miles en los
archivos públicos y privados– dan buena cuenta de esa potente influencia que Hitler ejercía
sobre aquellos que acudían a sus discursos.
Con toda probabilidad, existen muchos más ejemplos de ello que no han trascendido, bien
por formar parte de documentación secreta en manos de distintos gobiernos o porque se
encuentran a buen recaudo en legados privados.
Especial atención merecen los filmes, grabaciones y fotografías realizadas por la cineasta
Leni Riefenstahl, de manera muy especial su película El triunfo de la voluntad, que muestra
el desarrollo del congreso del Partido Nacionalsocialista en 1934 en Núremberg, al que
acudieron más de 700.000 militantes y simpatizantes.
En el filme se observan actitudes de Hitler que trascienden la figura del líder político,
presentándolo como un verdadero médium convocando a ciertas «fuerzas», las cuales no es
posible describir de otra manera que no sea como «Dioses Oscuros».
El médium se distingue sobre todo por dos aspectos principales. El primero de ellos es que,
de ordinario, no puede actuar si no forma parte de un escenario adecuado y propicio.
El fundador de la citada publicación fue el ocultista Lanz von Liebenfels, que también es el
principal responsable de una corriente de pensamiento denominada ariosofía, una mezcla
entre cristianismo y racismo germánico. Von Liebenfels defendía que los primeros arios
habían sido engendrados por entidades divinas, corrompiéndose más tarde al mezclarse con
razas de simios, dando así origen a los linajes humanos, que cada vez eran menos puros y,
por tanto, iban perdiendo sus primigenias capacidades extraordinarias.
En Los dioses oscuros del nazismo (Cydonia, 2018), libro que acabo de publicar, ahondo en
la influencia que las tesis de Lanz von Liebenfels y su revista Ostara causaron en Hitler:
«Así, Liebenfels habla de los esfuerzos que los arios,
conscientes de aquel gran pecado de sus ancestros,
llevaron a cabo para reconquistar la pureza de su sangre
de origen divino. Este empeño es el que distinguirá
siempre a la raza superior y se manifestará
tradicionalmente bajo la descripción de otro mito: la
búsqueda del Grial. Una vez recuperada su pureza
original, los arios podrán dar lugar a la llamada ‘Tercera
Edad’, estableciendo un auténtico Estado Ario mediante
el cual será posible expresar su superioridad congénita y
desplegar todos los poderes divinos y suprahumanos que
dicha pureza de sangre traerá consigo (…) Las teorías
expuestas por Lanz von Liebenfels tuvieron mucho eco en
su momento y fueron transmitidas al público a través de
medios como la revista Ostara, practicadas por
sociedades como la Ariosófica, la cual tomó diversos
nombres a lo largo de su existencia –Círculo de la
Esvástica, Instituto Ariosófico…– y órdenes como la del
Nuevo Templo (también llamada Orden de los Nuevos
Templarios), llegando a contar con una amplia influencia
entre los numerosos grupos nacionalistas existentes en la
época. Algunos de los personajes relacionados de una
manera directa en los orígenes y el desarrollo del
nacionalsocialismo como movimiento y del propio Partido
Nazi, estuvieron en contacto con estas organizaciones
secretoesotéricas. El propio Hitler fue un asiduo lector de
Ostara, cuyas tesis racistas influyeron en él».
Tras el fin de la I Guerra Mundial, sus jefes encargaron al espía Adolf Hitler que se
infiltrara en ciertas organizaciones políticas que comenzaban a proliferar en el país. Fue
entonces cuando comenzó a demostrar sus habilidades como orador y a defender su visión
de la Gran Alemania como una unión de la Tierra y la Sangre, resultado de una herencia
ancestral emanada de los mismos dioses arios de la Antigüedad.
Sin embargo, los poderes que Hitler comenzó a cultivar y potenciar pretendían algo más que
la simple práctica del ocultismo. Gracias a los discursos en los que empezó a presentar
públicamente el movimiento nacionalsocialista, comenzó a gestar su carisma de líder nato.
No se trataba de volver hacia las viejas ideas encerradas en la práctica ocultista y en las
sociedades secretas de corte masónico o similar, sino en conectar con las masas mostrando
un modelo diferente del mundo, basado en lo que por entonces empezó a denominarse
Volksgemeinschaft o Comunidad Popular, idea asentada sobre la pertenencia a un Suelo y a
una comunidad de la Sangre.
A pesar de ello, los nacionalsocialistas siempre consideraron aquel acto como una verdadera
toma del poder, y así lo pregonaron en sus periódicos y manifestaciones. En cualquier caso,
y tras unos primeros momentos de calma, comenzó a manifestarse una auténtica
transformación en el conjunto de la práctica política seguida hasta entonces, así como en la
propia ideología del nacional- socialismo. Estas circunstancias no tardarían en cambiar por
completo el panorama político, económico y social de la Alemania de Weimar.
DISCURSOS MEDIÚMNICOS
Algunos observadores atribuyeron por entonces aquel cambio a las habilidades oratorias del
propio Führer y de alguno de sus secuaces más preparados para ello, como el doctor Joseph
Goebbels. En cualquier caso, las características del discurso de Hitler comenzaron a lograr
sus efectos.
Las noticias de prensa de la época nos muestran a un Hitler decidido a trasladar a los
alemanes su visión sobre la Comunidad Popular y el valor supremo, ancestral, de la Sangre
de los elegidos. Dentro de este sistema de comunicación y convencimiento, jugaban su
papel al menos dos factores.
En Hitler se producían cambios de estados de conciencia que muchos testigos han descrito
posteriormente. Uno de los signos más conocidos a lo largo de todo el periodo del régimen
nacionalsocialista era la esvástica negra de cuatro brazos rectos inscrita en un circulo blanco
que, a su vez, estaba contenido en una bandera roja. El propio Hitler escogió y dio forma a
este diseño mucho antes de alcanzar el poder.
Heinrich Schliemann la halló grabada por millares en teselas y fragmentos de barro cocido
en las ruinas de Hissarlik-Troya, y la reprodujo también abundantemente en rejas, suelos,
techos y frisos de su propio palacio ateniense. Es el símbolo de la ancestral religión Bon
tibetana, que se denomina precisamente «de la esvástica», y se utiliza incluso hoy de forma
corriente en la India y en Oriente como signo de buen augurio. Tal vez Hitler la escogiera
acordándose de las esvásticas de lados inclinados que él mismo había visto de niño, cuando
se educó en la escuela de la abadía de Lambach, cercana a su casa natal de Braunau am Inn,
en la entonces frontera austro-alemana.
También es posible que hubiera descubierto esa esvástica durante sus años de preparación y
estudio con el ocultista Dietrich Eckart, o en sus lecturas de la revista Ostara, o quizá en
alguna de las ceremonias mágicas en las que participó cuando formaba parte de la sociedad
secreta y esotérica Thule Gesellschaft.
Este camino de transformación simbólica fue iniciado y, desde luego, consentido por el
mismo Hitler, el cual manifestó al escritor Hermann Rauschning: «Le confiaré un secreto.
He fundado una Orden». Sea como fuere, el Sol Negro, descendiente de la Esvástica
cuadrada y de aquella otra de brazos curvos, parece representar en una postrera etapa, el
camino mediúmnico del Führer Adolf Hitler, que no solamente fundó una Orden secreta,
sino que pretendió ir todavía más allá en su relación con los dioses oscuros.
No resulta fácil comprender el esfuerzo desarrollado por el movimiento nacionalsocialista
fundado y dirigido por Hitler, en el transcurso de un tiempo relativamente corto –el
comprendido entre los primeros años veinte del pasado siglo y el final de la Segunda Guerra
mundial en 1945–, pero suficiente para hundir a nuestro mundo en una de las mayores
catástrofes de la historia.
Todo ello en nombre del Hombre Nuevo. Una nueva Humanidad que, en nuestro propio
mundo, nos sustituiría y tomaría el relevo de todos los hombres y mujeres hasta entonces
existentes. El médium Hitler, con su discurso y su presencia, sería la llave para culmi nar
este cambio. Tal como Hermann Rauschning afirma en una de las páginas más
estremecedoras de su libro Hitler me ha dicho, el Führer le confesó: «El Hombre Nuevo
existe, vive ya en medio de nosotros. Él está aquí –gritaba Hitler en tono triunfante– ¿Le
basta con esto? Voy a confiarle un secreto. Yo he visto al Hombre Nuevo. Es intrépido y
cruel. Ante él, he sentido miedo».
Algunos de los miembros importantes del NSDAP, como Alfred Rosenberg, Heinrich
Himmler o Martin Bormann, todos ellos colaboradores íntimos y directos de Hitler,
compañeros suyos desde las primeras horas del movimiento nacionalsocilista y que
desempeñaron los puestos más relevantes del III Reich, consideraron que con la conquista
del poder en Alemania, había llegado el momento de terminar con la influencia que las
iglesias cristianas –protestante y católica– mantenían en el país. Querían volver a las
antiguas creencias de los dioses antiguos, los viejos dioses de la mitología germánica como
Odín- Wotan, Thor, Freya o Loki.
También el pensador ocultista Karl María Willigut, con sus investigaciones acerca del Gôt o
Dios oscuro, participó en los proyectos y ceremonias relativas a Wewelsburg que menciona
Schellenberg. Pero todavía hay más en este camino misterioso. Himmler se consideraba
descendiente y una reencarnación de Enrique I el Pajarero, el primer emperador de
Alemania.
Pero la gran pregunta que podemos formular es si esas puertas que quisieron abrirse hacia
nuestro propio Universo, permanecen cerradas y aseguradas, o bien están esperando a que
surja un nuevo movimiento que les franquee la entrada.