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El poema describe las diferentes etapas de la vida y los estados mentales asociados a cada una: la infancia como una época de juegos, risas e imaginación; la adolescencia como una etapa de rebeldía, pasiones e inquietudes; la juventud como un período ardiente lleno de intensidad, anhelos y quimeras; la madurez como una etapa serena de profundidad y sabiduría; y la vejez como una época de reflexión, calma y reposo mental.
El poema describe las diferentes etapas de la vida y los estados mentales asociados a cada una: la infancia como una época de juegos, risas e imaginación; la adolescencia como una etapa de rebeldía, pasiones e inquietudes; la juventud como un período ardiente lleno de intensidad, anhelos y quimeras; la madurez como una etapa serena de profundidad y sabiduría; y la vejez como una época de reflexión, calma y reposo mental.
El poema describe las diferentes etapas de la vida y los estados mentales asociados a cada una: la infancia como una época de juegos, risas e imaginación; la adolescencia como una etapa de rebeldía, pasiones e inquietudes; la juventud como un período ardiente lleno de intensidad, anhelos y quimeras; la madurez como una etapa serena de profundidad y sabiduría; y la vejez como una época de reflexión, calma y reposo mental.
pensamientos infantiles, risas en el viento. En el jardín del alma, flores de asombro, donde el mundo es un cuento, un misterio.
Adolescencia Irreverente
En la adolescencia, tormenta de pasiones,
pensamientos rebeldes, inquietudes danzan. Entre sombras de dudas, se esculpe el carácter, y el pensamiento, cual río indómito, avanza.
Juventud en Llamas
Juventud ardiente, fuego en las venas,
pensamientos intensos, anhelos que queman. Se forjan ideales en fragua de quimeras, y la mente se expande, la vida se estremece.
Madurez Serena
Madurez serena, como el vino añejo,
pensamientos profundos, como raíces en la tierra. Se apaciguan las aguas, se tornan claros los cielos, en la quietud del alma, la sabiduría se siembra.
Otoño de Reflexiones
Otoño de reflexiones, hojas que caen,
pensamientos melancólicos, como susurros del viento. En el ocaso de la vida, la mente reposa, y en la calma del crepúsculo, el pensamiento es cimiento.