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│ ❝私はあなたの兄弟になるのが嫌いです❞

╰──╮⸙; 13.01.24.❞

│ 𝓒𝓱𝓸𝓼𝓸.

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Choso emergió como un alfa excepcional. Desde temprana edad, su espíritu indomable
y su determinación inquebrantable lo distinguieron de los demás. Poseía una fuerza
innata y una valentía que lo impulsaban a superar cualquier obstáculo que se
interpusiera en su camino. Aunque se esperaba que los alfas fueran dominantes y
despiadados, el joven de cabello oscuro desafiaba las convenciones establecidas. Su
corazón rebosaba de empatía y compasión, siempre dispuesto a tender una mano amiga
a aquellos que lograron ganar su confianza y a su familia, dando siempre prioridad a su
hermano menor, son quien siempre tuvo la necesidad de ser más atento por su edad,
algo que despertaba en él un fuerte instinto protector.
La vida de ambos hermanos era perfecta en mayor medida, así que el divorcio de sus
padres fue un cataclismo que sacudió los cimientos de la vida de ambos, aquel vínculo
fraternal que parecía inquebrantable se vio amenazado por las grietas que se formaron
en su familia. Choso se vio obligado a asumir un papel de protector y apoyo para Itadori
durante aquel difícil momento, y a pesar de su propio dolor y confusión, se mantuvo
firme en su determinación de ser un faro de estabilidad para su hermano menor.
A medida que el proceso del divorcio avanzaba, las visitas a los abogados y las
audiencias en los tribunales se convirtieron en una constante en la vida de los hermanos.
La atmósfera cargada de tensión y hostilidad comenzó a afectar su relación, las risas y
las aventuras compartidas se vieron opacadas por el peso de la incertidumbre y el dolor.
Finalmente, llegó el día en que la decisión del tribunal se hizo oficial. Choso e Itadori
fueron separados, cada uno quedando bajo la custodia de un padre diferente. El corazón
del azabache se rompió al ver a su hermano menor alejarse, sabiendo que su vínculo se
vería afectado por la distancia física y emocional impuesta por la separación. A pesar de
la separación, Choso nunca dejó de pensar en su pequeño hermano. Cada noche, miraba
las estrellas y se preguntaba si el pelirosa también las observaba desde su nuevo hogar.
La ausencia de Itadori dejó un vacío en su corazón, pero se aferró a la esperanza de que
algún día volverían a encontrarse y reconstruirían lo que una vez tuvieron.
Y así fue, años después el destino logró unirlos de nuevo.
El viento susurraba suavemente a través de la ventanilla del auto, el cual iba rumbo al
lugar donde sería su nuevo hogar, ¿Sus padres se unirían nuevamente, casi diez años
después? El sol de la tarde pintaba un lienzo dorado en el horizonte, iluminando el
camino que se extendía frente a él. Al bajar del vehículo, sus pasos eran lentos y
cautelosos, como si estuviera buscando algo, o más bien, a alguien. De repente, un
destello de cabello color rosa captó su atención a través de la ventana, el azabache giró
ligeramente su cabeza y allí, a lo lejos, vio a alguien que le parecía familiar pero a la
vez, no. Su corazón dio un vuelco y sus ojos se iluminaron con una mezcla de
sentimientos, entre sorpresa, confusión y alegría. Aquel chico que su mente no
recordaba del todo, pero su corazón sí era su hermano menor, aquel que había estado
ausente de su vida durante tantos años.
El tiempo pareció detenerse mientras Choso se acercaba lentamente. Cada paso era una
mezcla de emoción y nerviosismo. ¿Cómo sería este encuentro después de tanto tiempo
separados? ¿Habría cambiado demasiado? Pero esas preguntas quedaron en segundo
plano cuando finalmente estuvieron frente a frente. Los ojos del mayor se encontraron
con los de pelirosa, y en ese instante, todas las barreras que los separaban se
desvanecieron. El abrazo que le dio fue un abrazo lleno de nostalgia, de amor fraternal
que había resistido la prueba del tiempo. El pasado quedó atrás, y el futuro se abría ante
ellos como un lienzo en blanco, listo para ser pintado con nuevos recuerdos y
experiencias compartidas.

—Es bueno verte de nuevo, Yuji. —Comentó con una ligera sonrisa, haciendo un
esfuerzo por ignorar el nudo que se había formado en su garganta. —Saldré con Yuji, al
regreso acomodaré mis maletas. —Más que solicitar permiso, solo estaba avisando lo
que haría, y sin esperar respuesta de sus padres, tomó la mano del menor y dio media
vuelta, rumbo a cualquier lugar, solo quería hablar con el chico.

El reencuentro entre los hermanos como un destello de luz en medio de la oscuridad.


Dos almas separadas pEsor el destino, finalmente unidas por circunstancias
desconocidas. Sus caminos se habían bifurcado en el pasado, pero ahora tenían la
oportunidad de tejer una nueva historia juntos.
La convivencia entre ellos fluía con naturalidad, sin importar las castas ni las etiquetas
que la sociedad les imponía. Para Choso, lo único que importaba era el lazo de sangre
que los unía y el amor fraternal que los envolvía. Sin embargo, había un secreto que
Itadori guardaba celosamente, un velo de vergüenza que ocultaba su verdadera esencia.
Fue en una noche estrellada cuando el destino decidió revelar su juego. El aroma
embriagador de las feromonas de Itadori llenó el aire, despertando los instintos más
primitivos de Choso. El celo de Itadori había comenzado, y las feromonas que
emanaban de su ser alborotaron los sentidos de Choso de una manera que nunca antes
había experimentado.
En medio de la confusión y la sorpresa, Choso se encontró en una encrucijada
emocional. Por un lado, anhelaba estar al lado de Itadori, brindarle consuelo y aliviar
sus ansias durante ese período tan íntimo. Pero por otro lado, no podía comprender por
qué Itadori se avergonzaba de su naturaleza omega, por qué ocultaba su verdadera
esencia bajo un manto de vergüenza.
Choso se acercó a Itadori con cautela, tratando de descifrar los misterios que se
escondían tras sus ojos. Quería que se sintiera seguro y amado, sin importar las
convenciones sociales o las expectativas impuestas por otros. Sin embargo, también
luchaba contra sus propios instintos alfa, que se veían exacerbados por las feromonas de
su hermano.
La habitación se llenó de una tensión palpable, como si el universo mismo estuviera
sosteniendo la respiración. Choso sabía que debía encontrar un equilibrio entre sus
propios deseos y las necesidades de Itadori. Juntos, debían enfrentar esta situación única
y descubrir cómo navegar por las aguas turbulentas del deseo y la aceptación.
Esa noche, en la que Itadori entró en celo, se convirtió en un punto de inflexión en su
relación. Juntos, debían aprender a abrazar sus verdaderas esencias y superar cualquier
barrera impuesta por la sociedad. Enfrentarían los desafíos que se les presentaran, con
valentía y amor, en busca de la conexión profunda que siempre habían anhelado.
El camino que se extendía ante ellos no sería fácil, pero Choso estaba dispuesto a
enfrentar cualquier adversidad para proteger y amar a su hermano. Juntos, explorarían
los límites de su relación, desafiando las normas establecidas y descubriendo el
verdadero significado del amor fraternal en un mundo lleno de secretos y prejuicios.
El destino de Choso e Itadori estaba escrito en las estrellas, en una historia llena de
pasión, conflicto y un vínculo fraternal que sería puesto a prueba. ¿Serían capaces de
superar los obstáculos que se interponían en su camino y mantener su relación intacta?
Solo el tiempo lo diría, mientras se adentraban en un viaje de autodescubrimiento y
amor incondicional.

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