Está en la página 1de 6

Jakeline Lolanny Quim Veliz.

1. LA MENTE SALUDABLE.

El cerebro es lo que te hace ser tú mismo, y es mucho más moldeable de lo que piensas:
lo esculpes con cada una de tus acciones. Además, investigaciones recientes afirman que no
solo tiene la capacidad de cambiar, sino que lo hace constantemente. Cada experiencia vital
moldea detalles microscópicos de tu esencia neuronal. Lo que haces altera lo que es.

Cuidar de tu cerebro no solo te ayudará a prevenir trastornos como la demencia, el


alzéimer o el párkinson, sino también a rendir mejor en tu día a día. La salud del cerebro
depende de la del resto del cuerpo, y no podemos optimizar su funcionamiento sin entender
antes cómo influyen en él la dieta, la actividad física o el estrés ni considerar la estrecha
relación entre nuestra microbiota y nuestro estado de ánimo, así como el impacto del
contacto social en nuestra salud mental. Las recomendaciones de Marcos Vázquez te
ayudarán a mejorar tu capacidad de aprender y recordar, a aumentar tu resistencia ante la
enfermedad mental, a entender cómo potenciar la plasticidad cerebral y a mejorar tu reserva
cognitiva. Posees en tu cabeza el objeto más fascinante que jamás se ha descubierto. Es el
momento de desvelar sus misterios y potenciarlo al máximo.

La mente es el conjunto de capacidades relacionadas con el conocimiento, como la


memoria, la imaginación, la percepción, el pensamiento, etc. La actividad mental permite
llevar a cabo tres tipos de procesos: conscientes, subconsciente e inconscientes.
Mantener un buen estado de salud implica también mantener una mente sana. De hecho,
la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “un estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Asimismo, habla del bienestar mental como un estado en el que la persona es consciente de
sus propias aptitudes y es capaz de hacer frente a las presiones diarias, lo que le permite
trabajar de forma productiva y contribuir a la comunidad. Muchas veces, no nos detenemos
a pensar en lo importante que es tener una buena salud mental. Esto hace que no nos
preocupemos por ella y que no la cuidemos como es debido. Aunque no nos demos cuenta,
esta influye directamente en muchos aspectos de nuestra vida diaria y, además, nos ayuda a
gozar de diversos beneficios.

Cuidar de nuestra mente no es una cuestión de evitar a toda costa el estrés o negar
emociones como la tristeza, el miedo y la ira, sino de aprender a gestionar de forma
eficiente los pensamientos y emociones a diario.

Psicóloga rosa armas.

Consejos para tener una mente equilibrada

 Mantener la mente activa mediante actividades que estimulen la actividad cerebral


como, por ejemplo, leer, escribir, bailar o aprender otro idioma.
 Fomentar las relaciones sociales y afectivas. Es importante interesarse por las cosas
que ocurren alrededor, al participar en actividades de grupo o al colaborar en
acciones sociales.
 Intentar no estresarse y ver la parte positiva de las cosas. La risa es una buena
técnica para combatir el estrés.
 Practicar con regularidad ejercicio físico moderado, en función de las condiciones
de salud y la edad.
 Seguir una dieta equilibrada. Es clave evitar el sobrepeso y para ello la dieta
mediterránea tradicional es la más adecuada.
 Evitar hábitos nocivos, como el consumo de alcohol, tabaco o drogas.
 Controlar los factores de riesgo cardio y cerebrovasculares, como la tensión arterial,
la diabetes, etc.
 Dormir bien, ya que el sueño mantiene nuestra mente y nuestro cuerpo sano

Marcos Vázquez es el autor del popular blog Fitness Revolucionario, galardonado con
múltiples premios por su labor divulgativa en materia de salud
Ha publicado varios libros entre los que destaca Fitness Revolucionario (Ed. Oberón,
2018).
Psicóloga Rosa Armas.

2. RECUERDOS DEL PASADO.


Tu experiencia de la vida es producida por infinidad de reacciones químicas que
ocurren constantemente en tu cerebro. De esta máquina biológica emergen tus recuerdos y
tus sueños, tus miedos y tus deseos, tu percepción y tu imaginación. Tu cerebro es el
creador de tu cosmos interior. En definitiva, tu cerebro es lo que te hace ser tú.
La nostalgia, mezcla la tristeza y la alegría, sabor dulce y amargo a la vez. ¿Quién no ha
sentido esa extraña sensación? Abre el álbum de fotos de tu mente y rescata un recuerdo,
quizás tus días de escuela o tus pasadas vacaciones. Una sensación recorre rápidamente tu
cuerpo, sube desde el estómago hacia el pecho y se instala en el esternón. Ahí está tu
nostalgia. Una mezcla de ternura por el pasado, alegría por lo vivido, tristeza porque se fue
y un cierto anhelo por estar allí otra vez.
La Real Academia define la nostalgia con dos acepciones. La primera es "la tristeza
melancólica originada por una perdida" y la otra "la pena por verse ausente de la patria o de
los deudos o amigos". Ninguna de las dos es muy positiva. Esto se debe a la propia historia
de la emoción. El médico suizo Johannes Hofer la describió en 1688 como la sensación que
embargaba a los soldados en la guerra por la "añoranza del hogar". Se asociaba a una
patología que cursaba con insomnio, llanto y pena por no poder volver a su país.
"Estoy enfermo de nostalgia", me dijo alguien hace poco. Todos los efectos positivos
mencionados pueden transformarse y convertirse en una emoción dolorosa: la melancolía,
que conlleva amargura, apego, tristeza y apatía. A veces, también rencor o arrepentimiento.
Sigmund Freud ya la asoció con lo que hoy son los trastornos depresivos.
Esta transformación de la nostalgia en su lado oscuro se produce cuando:

1. Idealizas el pasado: "Cualquier tiempo pasado fue mejor".


2. Te apegas a alguien o algo y comienzas a sufrir porque no está.

3. Cuando miras tanto al pasado que no vives en el presente.

4. Si vivir en el pasado no se transforma en cambios en tu vida actual.

5. Si mirar atrás es un constante recuerdo de traumas y pérdidas.

6. Si recordar el pasado se alarga demasiado en el tiempo.

7. Si tu memoria se limita a un episodio concreto.

La nostalgia sirve de puente entre el pasado y el futuro, pero, sobre todo, ayuda si
nos hace saborear el presente. Cada momento tiene su nostalgia, porque cada cambio en la
vida tiene una razón diferente. Solo es peligrosa si se eterniza. O si se convierte en
una "industria de la nostalgia" al servicio del marketing o de determinadas ideologías, que
exaltan un hipotético pasado grandioso y nos desconectan (en lugar de reubicarnos) de
quienes somos como individuos. En palabras de la escritora Sveltlana Boym en El futuro
de la nostalgia, es positiva si nos ayuda a reflexionar y a restaurar la persona que en
realidad somos. En ese caso, siempre producirá más alegría que tristeza.
Como usar la nostalgia para crecer.

 Usa el pasado como fuente de inspiración para recobrar la energía


 El pasado en grupo es mejor, conecta con los tuyos.
 Úsala para ser feliz en el presente y proyectarte en el futuro.
 Recuerda: lo saludable es aceptar quien se fue y quien se es.
 Reescribe el pasado y si en algo puedes cambiar, hazlo.
 Crea tu propio álbum de recuerdos positivos.
 Aprovecha la gratitud que lleva implícita la nostalgia.
 No te apegues, sea lo sea o quien sea que añoras "puedes vivir sin ello".

ISABEL SERRANO-ROSA* es psicóloga y directora de enpositivosi.com

3. RENOVANDO LA MENTE.
“Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformáos
mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis
distinguir cuál es la voluntad de Dios:
lo bueno, lo agradable, lo perfecto”.
(Biblia de Jerusalén, 2001, Rom 12, 2

Cuando se trata de hablar de renovación de la mente, se toca inmediatamente con la


transformación paradigmática que un ser humano pueda tener dentro del ejercicio del
conocimiento y la apreciación de la vida. La capacidad de distinguir el bien del mal y su
presencia en la realidad humana es fruto del discernimiento, como proceso dina-mico que
procura el desarrollo de la vida por lo que, se discierne para comprender el sentido de la
vida, su finalidad y destino.

Discernimiento y conciencia: Cuando se habla de discernimiento se refiere a la


apertura y disponibilidad presentes en la capacidad de pensar y de reconocer la realidad en
la que se habita, y esto implica distinguir la posibilidad humana de estar accesible frente a
los demás y al mundo con las circunstancias particulares que rodean al sujeto pensante,
quien a su vez se encuentra abierto a la interpelación y al requerimiento de respuestas
ciertas que, por su propia naturaleza, se encaminen a la búsqueda del bien y la
conveniente realización.
El reconocimiento del discernimiento en la naturaleza humana, además de la dis-
tinción del bien y del mal de las acciones, trae consigo la disposición voluntaria y libre para
aceptar el cambio como transformación de la vida de manera consciente y real.
El término griego: “«diacrisis» y las palabras latinas «discernere» y «discretio»
significan, originariamente, dividir, separar, distinguir, cribar” (Carroll, 1984, p. 7) y hacen
referencia al discernimiento como posibilidad humana inteligente de abordar de manera
sabia el mundo de las cosas y las circunstancias de vida, así como la realidad percibida y
com-prendida a través de la conciencia como el lugar apropiado para asumir la experiencia
de discernimiento.

El discernimiento consiste en el arte y la ciencia que ayuda a distinguir el bien del


mal; además, discernir significa buscar la verdad, experiencia máxima de liberación,
transformación y cambio de quien realiza esta noble tarea; en ese ejercicio de búsqueda de
la verdad de manera desinteresada, libre y comprometida, está siempre presente la
búsqueda del bien en general y del máximo bien que es Dios. El discernimiento se
convierte en un instrumento de búsqueda y reconocimiento del amor de Dios.

Discernimiento y espiritualidad: Para los creyentes, serán los valores espirituales y


religiosos los que ayudan en esta búsqueda del bien y para el creyente en Cristo,
fundamentalmente, todo apuntará al encuentro comunitario con Jesús que no es una
doctrina, sino una persona a quien se adhiere para vivir la experiencia de comunión; por lo
que, el discernimiento tiene un modelo acabado y este es el encuentro con Jesús de
Nazareth, cuya voluntad final se expresa en realizar la voluntad de Dios Padre.
El discernimiento es una actividad práctica de todos los días que se
consolida en hábitos saludables para el espíritu, de allí que sea necesario reconocer que
quien guía y acompaña dicho discernimiento es el Espíritu Santo a quien es
necesario escuchar porque Él infunde sabiduría y permite comprender mejor el
discernimiento como una acción en la que permanentemente interviene Dios, por lo tanto,
debe ser una constante cercanía con la Palabra de Dios y la oración fortalecidas por la
meditación, la reflexión y la contemplación.

Carroll Frutrell, J. (1984). El discernimiento espiritual. (J. Saborido Cursach,


Trad.).Editorial Sal Tarrae.Cencini, A. (2009).
La verdad de la vida.
(C. Ruíz Garrido, Trad.). Editorial San Pablo

4. ORIGEN DE LAS ADICIONES.

Dr. Carlos Sánchez Menéndez

La mayoría somos conscientes de los problemas que conlleva la adicción para quien
la padece y para su entorno. Y las adicciones son un cáncer que padecemos como sociedad.
Un cáncer silenciado en la mayoría de los casos y que lleva el sufrimiento allá donde llega.

Y aunque al hablar de adicciones la mayoría pensamos en el consumo


de drogas o alcohol, hay muchas más, muchas de ellas conductuales como el juego, al sexo,
al móvil, a los videojuegos, a las compras o al trabajo.
Normalmente algunas de las adicciones, las que están relacionados sobre todo con el juego
y las drogas, vienen acompañadas de un terremoto emocional y económico que tambalea al
afectado y a su entorno. Pero es que la adicción a las compras, también.

El doctor resultó ser un magnífico comunicador además de un gran profesional. Las


adicciones rompen no solo la vida de la persona que la padece, sino la de su entorno. Hay
adicciones que arruinan a familias enteras. Por desgracia estamos en una sociedad en la que
hay adicciones a demasiadas cosas, ya no solo a sustancias.

Los orígenes de las adicciones están en el cerebro. Luego influyen otros factores
para que éstas se desarrollen, pero ese es su punto de origen, por lo que no deben ser vistas
como un vicio, sino como una enfermedad. “Sabemos muy poco sobre el cerebro humano,
aunque llevamos muchos siglos avanzando. Pero el acceso físico y químico que tenemos a
él está muy limitado. Por ejemplo, del corazón sabemos mucho más; desde hace dos siglos
que se describió no ha habido cambios. Buscar el origen de una enfermedad es frustrante en
medicina.

Algunos de los factores que se han identificado como contribuyentes a la adicción son los
siguientes:

 Factores genéticos: no se es adicto por motivos genéticos. El genoma humano nos


ha revelado que no existe un gen que sea responsable del desarrollo de la adicción.
No obstante, sí se ha demostrado que ciertos genes pueden aumentar o disminuir la
predisposición a la adicción. A pesar de ello, no determinan a la persona ni anulan
su libertad.
 Experiencias traumáticas: las personas que han vivido situaciones traumáticas o
estresantes pueden tener un mayor riesgo de desarrollar una adicción como una
forma errónea de afrontamiento. Es decir, pueden acudir a ella buscando un alivio
emocional que, a la larga, requerirá la repetición cada vez más frecuente del
comportamiento adictivo, cuyas consecuencias nos sumergirán de peor forma en el
problema de base.
 Problemas psicológicos: trastornos como la ansiedad, la depresión o el trastorno de
estrés postraumático pueden ser con facilidad las causas de las adicciones.
Generalmente, la adicción está asociada a otra patología psiquiátrica en un 75 % de
los casos. En numerosas ocasiones, la patología base no es la adicción, sino otro
tipo de trastorno o dificultades emocionales. En otro post te hablábamos de la
relación entre trastornos mentales y drogas.
 Factores ambientales: el origen de las adicciones se puede encontrar también en la
exposición a un ambiente donde se promueve el consumo de sustancias o las
conductas adictivas. El llamado «refuerzo social» ejerce una enorme influencia
durante la adolescencia y primera juventud, empleándose el consumo de tóxicos
como una forma de socialización, desinhibición e integración en el grupo.
 Aprendizaje social: la observación y la imitación de personas cercanas que tienen
una adicción pueden llevar a la persona a desarrollar una adicción similar. El
alcohol, el tabaco, el juego o las compras impulsivas son con demasiada frecuencia
conductas normalizadas en el propio hogar de muchos niños.

También podría gustarte