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Del hombre creado de la tierra

La creación más maravillosa de Dios fue el hombre. El hombre no descendió de una


forma animal inferior. Dios lo creó.

“Entonces Yavé Dios formó al hombre con polvo de la tierra; luego sopló en sus narices un
aliento de vida, y existió el hombre con aliento y vida”.
¿Por qué creó dios al hombre?
Dios creó al hombre para Su gloria. Deseaba un hombre conforme a Su imagen y
semejanza, y quería que este hombre gobernara sobre todas las cosas en la tierra después de
Dios. Deseaba que el hombre le glorificara, que le adorara, que le amara y que tuviera
comunión con Él.
El hogar de Adán tenía que ser la tierra, y Dios le hizo un cuerpo que salió de la tierra. La
Biblia dice: “El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor,
es del cielo” (1 Corintios 15,47).
Luego el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Sopló aliento de vida en la
nariz del hombre, y el hombre se convirtió en un ser viviente.
El proceso de la creación del hombre, la principal obra de Dios en la Tierra, está
minuciosamente descrito aquí. Dios nos muestra de la manera más clara que el hombre es
un ser compuesto, que tiene espíritu, alma, y cuerpo. El cuerpo de Adán fue formado por
Dios del polvo de la tierra, luego le dio espíritu y alma. Esto marca una fuerte diferencia
entre el cuerpo terrenal que es temporal; y el alma que nos da entendimiento destinada para
la eternidad.

“formó”
Este es el tercer término usado para describir la acción creativa de Dios (YAHWEH en
hebreo) en relación a la humanidad. “Hagamos” en Génesis 1, 26; “creó” en Génesis 1,27;
y “formó” en este versículo. Formó, en este caso no se refiere a la creación de algo de la
nada, sino de una formación con gran precisión y exactitud. Muestra el gran poder, la
sabiduría y la habilidad de YAHWEH en la creación del hombre con sólo el polvo de la
tierra, y Sus obras están llenas de sutileza y diseño. Esto debería de dar humildad al orgullo
del hombre.
El Nuevo Testamento revela que Jesús (La Palabra) como parte de Elohim creó y dio vida
al hombre. Y Dios Padre le prometió todo el universo como herencia a Su Hijo Jesucristo.

“hombre del polvo de la tierra”

Hombre en hebreo es ‫‘ – ָאָד ם‬adám, hombre, humanidad, raza humana; y tierra de ‫– ֲאָד ָמ ה‬
‘adámah, o tierra roja de labor y fructífera. La intención principal del juego de palabras es
dar la imagen de un maestro artesano trabajando para dar forma a una obra de arte a la que
le da vida.
También sirve para ponerle el nombre al primer hombre, Adán. Adicionalmente, Dios usa
esta analogía para mostrar la debilidad del hombre, ya que no está hecho de roca o de
metal; sino a partir de las ligeras partículas de polvo que cualquier viento lleva de un lugar
a otro.
Esto nos recuerda que no importa lo complejo que parece el cuerpo humano, fue formado
de polvo por Dios (YAHWEH en hebreo). ¡Hay un contraste aquí entre el lugar de la
humanidad exaltada (hecha a imagen y semejanza de Dios) y su condición frágil y humilde!
El rey David lo menciona en Salmos.

“Te doy gracias por tantas maravillas, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe.”
Salmos 139,14

Si separáramos nuestro cuerpo en los elementos químicos que lo forman, tenemos que el
99% de nuestro cuerpo está formado de 6 elementos: oxigeno, carbono, hidrógeno,
nitrógeno, calcio, y fósforo. Así como de otros elementos como potasio, azufre, unas
cucharadas de magnesio, otras de hierro, y demás minerales. Como ve no hay nada especial
en estos elementos. Si quisiéramos vender nuestro cuerpo por el valor de sus elementos
químicos no sacaríamos más de $10 dólares en total porque nuestros cuerpos están hechos
del polvo de la tierra. Como dice la Biblia nuestro cuerpo es polvo y al polvo volverá
(Génesis 3,19).
“Con el sudor de tu frente obtendrás alimento para comer hasta que vuelvas a la tierra de
la que fuiste formado. Pues fuiste hecho del polvo, y al polvo volverás».” — Génesis 3,19

La tierra sigue siendo el punto de referencia definitiva para los seres humanos. Cuando
YAHWEH retira Su aliento de vida, nuestros cuerpos regresan nuevamente al polvo.

Pero nuestra alma y espíritu regresan a Dios, ya que Dios sopló aliento de vida y nos
convertimos en almas vivientes, lo cual nos hace invaluables.

El hombre a través de su cuerpo está adaptado para habitar la tierra y para asociarse con el
reino animal. Y finalmente, Dios nos da autoridad para gobernar sobre el resto de la
creación en la tierra como Sus representantes. Una forma de tener dominio sobre algo es
poniéndole un nombre.

El hombre como ser viviente no sólo es capaz de realizar las mismas funciones que los
animales, como comer, beber, caminar, etc.; sino que también puede pensar, razonar, y lo
más importante: tiene el poder para comunicarse con Dios y tener comunión con Él.

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