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SOLUCIONES PCIM PCIM-SSCMA-CH.

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Rev. 0
CHARLAS DE SEGURIDAD,
CALIDAD Y MEDIOAMBIENTE

CHARLA DE 5 MINUTOS

Una curiosa historia sobre la Prevención:

Un trabajador tuvo un accidente laboral que le afecto a su mano derecha . Mientras me escuchas puedes
imaginar otro accidente cualquiera, eso no es lo importante de esta mini historia.

Tuvo que ser intervenido en un hospital, hizo rehabilitación, le quedaron secuelas y tras unos reajustes
importantes en sus tareas continuó en la empresa. ¡Bien! Esta historia no tiene sangre ni dramas ni dureza
máxima. Se agradece. Porque en los accidentes suelen haber más problemillas y las fatalidades siempre le pasan a “un
conocido de la vecina”. O… tal vez no, ¿y también pudiéramos ser nosotros un posible candidato a accidentarse?
Cuestión importante para ir pensándola con tranquilidad tras escuchar esta historia.

Siendo realistas, todos sabemos que cualquier lesión en el cuerpo deja huella. Por pequeña que sea. Para nuestro
protagonista sus secuelas fueron que no tenía sensibilidad en la mano derecha y que la movilidad del dedo anular no
la podía controlar. Esto a nivel laboral tenía unos problemas que se solventaron con la buena voluntad y
predisposición de su jefe. Menos mal, la bondad del prójimo, que siempre existe, aquí una vez más hizo su aparición.
Mientras que a nivel personal/familiar las secuelas todos los días “pesaban y mucho”.

Esa mano era con la que sentía la suavidad del cabello de su hija cuando antes de irse al trabajo, y mientras ella dormía, le
daba los buenos días con una caricia sobre su cabeza y un pensamiento en silencio. Ese dedo y esa mano eran las que
habitualmente empleaba para “leer” los objetos que tocaba. Esa mano y ese dedo eran los predominantes en su cuerpo,
pues era diestro.

Esa extremidad era mucho en su cuerpo antes del accidente, aunque él no se diese cuenta entonces . Ahora era
“otra cosa”. Si, es cierto que le quedaba la otra mano y el resto del cuerpo para vivir la vida, trabajar y hacer por
su futuro. Pero es que su futuro había cambiado, tanto que a veces se planteaba ideas tan negativas que mejor no
ponerlas en la historia. Entre sus ideas positivas, que también las hubo, tras compartir vivencias en las sesiones de
rehabilitación con otros accidentados como él y tras revivir muchas veces el momento del accidente, cayó en la
cuenta de que estaba manejando de manera “poco apropiada” la máquina que le atrapó la mano . Y no lo dijo a
nadie tras el accidente por miedo a perder el trabajo, la indemnización o incluso la atención sanitaria que recibió.

¡Atención!, que aquí viene la parte más importante de esta historia o de las futuras aun por escribirse, pues estas 2
conclusiones a las que llegó son de lo más acertadas: El azar, la mala suerte, o la poca fortuna poco tienen que ver
con el origen de un accidente. La mayoría de las veces el accidentado es el principio del accidente por sus actos, por
su confianza, por sus descuidos, etc. Mientras que el resto de las veces es por estar manejando equipos inseguros o
trabajar en condiciones mejorables. “El accidente NO elige a su víctima. En muchos casos es el accidentado el
principio del accidente y en otros casos son las condiciones desfavorables de trabajo y/o el manejo de equipos
inseguros. ”Por lo anterior, el accidente o percance que hasta ayer la ha pasado a otros hoy puede pasarte a ti. Cada
uno de nosotros somos dueños de nuestros actos y acciones siempre. Tenemos la capacidad de elegir “hacerlo
bien” o hacerlo “de otra manera”. Las lamentaciones a posteriori de poco sirven. Detengámonos un momento en
nuestro día a día. Recordemos lo que hemos hecho y sepamos a nivel de seguridad personal en qué podemos
cambiar a mejor nuestros actos o entorno. Esa es la parte más importante de la PREVENCION.

“El accidente que hasta ayer les ha pasado a otros hoy puede pasarte a ti. Elige “hacer las cosas bien” y
averigua en qué puedes mejorar.”
SOLUCIONES PCIM PCIM-SSCMA-CH.01
Rev. 0
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