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Análisis- resumen de El hombrecito del azulejo de Manuel Mujica Láinez

El hombrecito del azulejo pertenece, dentro del género cuento, al tipo particular
denominado cuento fantástico. La literatura fantástica es aquella que tiene como tema lo
maravilloso, lo extraordinario, lo inexplicable, lo sobrenatural, vale decir, todo aquello que
escapa a los límites de lo real, de lo científicamente demostrable y de nuestra experiencia
cotidiana.

En el cuento El hombrecito del azulejo hay un tema central , dos laterales y otros temas
asociados:

El tema central es el del amor que triunfa sobre la muerte.

Primer tema lateral: el mundo secreto, pleno de misterio, en el que impera la magia. Sus
protagonistas son un niño, imagen simbólica de todos los niños, los animales (la gata
gruñona, la tortuga, los perros, los ratones) y los objetos inanimados. En ese mundo todo es
posible: que el hombrecito del azulejo sea amigo de un niño y lo salve de la muerte, que los
animales presientan la presencia de la muerte y que los personajes pintados en los cuadros,
las estatuas de los jardines, las cabezas talladas en los muebles, los espantapájaros, las
miniaturas de las porcelanas, la teman y conspiren silenciosamente para ignorarla. Ese
mundo está lleno de vínculos fantásticos : los juguetes conversan con Martinito, la gata lo
saluda, las anclas y los delfines lo ayudan a saltar del brocal para escapar de la Muerte.
Daniel se apasiona por el misterio de ese hombrecito que impera en el reducido dominio de
un azulejo. Hay una secreta solidaridad entre los seres de ese microuniverso, el cual pasa
por completo desapercibido para las personas adultas, demasiado formales en su austera
racionalidad.
Otro tema que aparece lateralmente es el del poder de la narración. Martinito
consigue distraer a la Muerte mediante un complejo relato. Si observamos la forma en que
narra y los temas elegidos podría extraerse una suerte de preceptiva implícita del género: el
hombrecito cuenta y cuenta para distraer el aburrimiento de la Muerte, sin dejar espacios
en blanco, acaparando y totalizando su atención, de manera que no tenga tiempo ni para
pensar, ni para responder, ni para salir del tema de la narración. El relato no debe omitir
pormenores y, además, afloja la tensión dramática alternando los episodios más truculentos
con la imprevista nota cómica. El interés de la Muerte no debe decaer ni un segundo, y del
éxito de esta misión depende algo tan importante como la vida de Daniel.
También hay una suerte de inventario de temas aptos y eficaces en los muy diversos que
Martinito va tocando a lo largo de su narración: historias individuales como la suya propia,
cargada de peripecias, presentación de personajes pintorescos y coloridos (la parda, el boticario,
el mayoral), el mundo mítico de los cuentos populares y las leyendas tradicio nales y, por último,
la guerra al estilo de los viejos cantares de gesta (poemas narrativos medievales, de gran
extensión, cuyo objeto era exaltar a los héroes nacionales, relatando sus hazañas y sus hechos de
armas).
Se puede concluir diciendo que uno de los subtemas que aparecen en el cuento es la
revaloración de los géneros narrativas tradicionales, tanto en lo relativo a su forma como a su
temática: la clásica novela. de aventuras, el cuento popular y los cantares de gesta. En este
sentido es interesante observar que Martinito actúa con el típico estilo de un juglar (autor y
recitador profesional de los cantares de gesta), con toda su gracia, su arte de malabarista y su
acentuado carácter histriónico.

OTROS TEMAS QUE APARECEN EN EL CUENTO:


La magia, las supersticiones, las brujerías y hechicerías.
Metamorfosis o transformaciones de seres humanos o especies y reinos de la naturaleza.
La contaminación de la realidad por el sueño, es decir, imágenes del sueño que alteran la
realidad o se convierten en realidad.
Alteraciones en el tiempo (viajes a través del tiempo), en el espacio y en las habituales
relaciones de causa a efecto.
Trasposición de vida y muerte, visiones del mundo de ultratumba, fantasmas, espectros y
apariciones.
Trasposición y fusión del mundo real y mundos imaginarios.
Juegos de lo visible y lo invisible.
El mundo de la demencia con su carga de alucinaciones.
Anticipaciones de lo futuro.
Seres irreales, como el hombre-lobo, vampiros, robots, autómatas y los seres mitológicos en
general.

Un elemento esencial en el cuento fantástico es la creación de


una atmósfera, de un clima de ansiedad y expectativa que atrape al lector y lo obligue a
vivir y a aceptar una ficción a pesar de su carácter de irrealidad. Para lograrlo el autor
utiliza, por lo general, una serie de recursos especiales: misterios, sorpresas, situaciones
absurdas e inesperadas, descripciones, retratos y, sobre todo, el suspenso.

El paso del tiempo es el elemento esencial. La meta de Martinito es burlar a la Muerte


logrando que olvide el paso del tiempo. El desenlace vuelve a ubicarnos en pleno ámbito
fantástico, pues se trata de un hecho sobrenatural y milagroso. Es rápido, inesperado y eficaz
pues cierra definitivamente el microcosmos de la narración, completando una estructura que no
deja hilos sueltos o situaciones sin resolver.
Personajes:
Los personajes están dotados de una personalidad singular y bien definida, con sentimientos y
reacciones cien por cien humanos. Las líneas de fuerza que se enfrentan son, por un lado el
aburrimiento de la Muerte, hastiada ya de todo: de cumplir monótonamente su tarea, de su
poderío inmutable, del espanto universal que provoca a su paso, y por el otro el amor de
Martinito, unido a su portentosa capacidad de acción, rasgo que contrasta ostensiblemente con
su aparente condición de objeto inanimado, fijo y estático.

Protagonista: el hombrecito del azulejo


Es el representante por excelencia, en el ámbito del cuento, de los "moradores del mundo
secreto" (los personajes pintados en los cuadros, las estatuas de los jardines, las cabezas talladas
en los muebles, los espantapájaros, las miniaturas de las porcelanas), y toda su caracterización
está orientada a jerarquizarlos, dotándolo de una vida propia. Sus rasgos son los siguientes:
Singularidad: es la primera de sus cualidades que se enuncia y es reiterada en varias
oportunidades porque es la que mejor define su condición de objeto inanimado, mágico y
humano al mismo tiempo: "El hombrecito del azulejo es un ser singular." " el único distinto de
los azulejos del lote." " ... un hombrecito azul, barbudo, con calzas antiguas, gorro de duende y
un bastón en la mano derecha."

Los atributos de este retrato, tan cuidadosamente seleccionados, explican la naturaleza de este
ser tan singular en el que se fusionan:
1. La magia, expresada en el gorro de duende;
2. El prestigioso abolengo que confiere la antigüedad, a través de sus
calzas;
3. El carácter artístico, expresado en el color azul, considerado
tradicionalmente por numerosos poetas corno el color del arte.

Hay todo un grupo de cualidades que están en función de la hurnanización de Martinito y que le
confieren, en su conjunto, una personalidad bien estructurada: sensibilidad, ternura, soledad
("Martinito piensa que el niño, su amigo, va a morir, y le late el frágil corazón de cerámica." ) ;
capacidad de acción inmediata; poder de seducción, dotes histriónicas (es un consumado actor,
como lo eran los antiguos juglares).
Personaje antagonista: la Muerte
Es el personaje que se opone a Martinito, tanto por sus características como por el hecho de que
éste debe luchar con ella por la vida del niño. Está concebida según los siguientes rasgos:
Se la presenta en varias oportunidades como una estampa, sentada en el brocal del
pozo y circunscripta en el marco adecuado, paredes espectrales blanqueadas por la luz de la
luna, mármoles que evocan la noción de tumba y de frialdad, elementos todos que pueden ser
visualizados perfectamente por el lector.
La Muerte está así concebida porque en el cuento no opera como el simple hecho natural que
acaece diariamente a millares de seres humanos, sino como el tradicional personaje de vieja
raigambre artística que aparece en la Edad Media en multitud de obras literaria,
representaciones teatrales, cuadros, grabados, esculturas, etc., tal como la plasmara la
imaginación popular: enlutada, con su sempiterna calavera por rostro y una mueca siniestra.
No obstante estos rasgos, que la hacen descender de una añeja tradición, hay una serie de
circunstancias que la particularizan y le confieren una individualidad frente a sus pares:
1. Es una Muerte concreta, la del barrio de San Miguel, en Buenos
Aires, hecho que la aleja de otras parientes más encumbradas.
2. Viste como una gran señora y tiene aires de tal, celosa siempre de su
jerarquía.
3. Es vanidosa, puesto que es susceptible a los halagos y a la seducción de
Martinito.
4. Presenta la particularidad de estar aburrida, hastiada de cumplir
eternamente la misma monótona función, de ahí que el gesto que mejor la
individualiza es el bostezo.
5. Es capaz de enfrascarse en un relato al punto de perder la noción del
tiempo.
6. Es iracunda y vengativa.

Estos caracteres están en función de humanizar a la Muerte, convirtiéndola en una digna


antagonista de Martinito.

Daniel
Su intervención directa es breve, pero es un elemento importante en el cuento porque constituye
el objeto disputado por los personajes centrales.
Por sus características (ternura, sensibilidad, fantasía, capacidad para percibir la vida secreta de
los objetos y para comunicarse con estos y los animales, es más que un niño concreto, un
símbolo el mundo de la niñez, en el que todo lo mágico es aún posible.

Eduardo Wilde e Ignacio Pirovano


Por tratarse de personajes de existencia histórica, le dan al cuento un matiz de realidad, de
hecho acontecido, que enriquece su clima y su desarrollo, justamente por tratarse de un cuento
fantástico.

Contexto histórico: Hay en el cuento numerosos personajes del Buenos Aires de fines de
siglo:
"Entraban los lecheros, los pescadores, los vendedores de escobas y plumeros hechos por los
indios pampas ... Otras veces eran las señoronas de visita las que atravesaban el zaguán y
tampoco lo veían; ni lo veían las chinas crinudas que pelaban la pava a la puerta
aprovechando la hora en que el ama rezaba el rosario en la Iglesia de San Miguel"
" ... en recuerdo del gaucho don Martín que le regaló un petiso cuando estuvieron en la
estancia de su tío materno, en Arrecifes, y que se le parece vagamente pues lleva como él unos
largos bigotes caídos y una barba en punta y hasta posee un bastón hecho con una rama de
manzano."
" ... la parda enamorada del carnicero; el mendigo que guarda una moneda de oro en la
media; el boticario que ha inventado un remedio para la calvicie y que, de tanto repetir
demostraciones y ensayarlo en sí mismo, perdió el escaso pelo que le quedaba; el mayoral del
tranvía de los hermanos Lacroze, que escolta a la señora hasta la puerta, galantemente .. ."
Cada uno de estos personajes van configurando una estampa costumbrista, que a pesar de no
estar ligadas al núcleo significativo del cuento, no entorpecen el curso de la narración, por el
contrario, la enriquecen recreando lateralmente toda una época.

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