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Pena de Muerte (En Contra)
Pena de Muerte (En Contra)
Pena de Muerte (En Contra)
Cada día, algún Estado ejecuta o condena a muerte a alguien como castigo por algún delito, y
a veces por actos que no deben estar castigados. En algunos países, puede imponerse esta
pena por delitos relacionados con las drogas, mientras que en otros se reserva para los actos
de terrorismo y los asesinatos.
En 2020, la mayoría de las ejecuciones de las que se tuvo noticia se produjeron en China, Irán,
Egipto, Irak y Arabia Saudí, por ese orden.
China sigue siendo el mayor ejecutor del mundo, aunque se desconoce la verdadera magnitud
del empleo de la pena de muerte en ese país, ya que los datos correspondientes están
clasificados como secreto de Estado. En la cifra global de 2020 de al menos 483 ejecuciones,
no se incluyen los miles de ellas que, según se cree, tuvieron lugar en China.
Excluyendo a China, el 88% de todas las ejecuciones que se dieron a conocer tuvieron lugar en
tan sólo cuatro países: Irán, Egipto, Irak y Arabia Saudí.
● No disuade contra el crimen. Los países que mantienen la pena de muerte suelen
afirmar que es una forma de disuasión contra la delincuencia. Sin embargo, esta postura
ha sido desacreditada en repetidas ocasiones; no hay pruebas que demuestren que sea
más eficaz que la cadena perpetua a la hora de reducir la delincuencia.
● Se usa como herramienta política. Las autoridades de algunos países, como Irán y
Sudán, usan la pena de muerte para castigar a opositores políticos.
Casos prácticos
Cuando se disponían a disparar, lo llevaron de vuelta a la celda, sin darle ninguna explicación.
“Estaba perdido. No entendía lo que pasaba. Más tarde supe que Amnistía Internacional había
llamado al presidente yemení para que detuviera mi ejecución y se había escuchado su
mensaje”, explica Hafez.
En 2007, cuando estaba de nuevo a punto de ser ejecutado, envió un SMS a Amnistía
Internacional: “Van a ejecutarnos”, comunicó Hafez.
Ese mensaje le salvó la vida, pues desató una campaña internacional que llevó al presidente
del país a detener, por segunda vez, su ejecución.
Ahora, Hayez es abogado, y ayuda en Yemen a gente encarcelada y condenada a muerte por
delitos cometidos cuando eran menores de edad. “Le debo la vida a Amnistía Internacional”,
asegura. Ahora dedico mi vida a luchar contra la pena de muerte”.