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Niña de 8 años

Vienen el padre y la madre. Explican que la niña es muy nerviosa y tiene muchos problemas.
Va muy retrasada en la escuela, aun no lee ni escribe, habla muy mal, cuesta entenderla si no
la conoces. Es muy nerviosa, se muerde los labios y se hace daño. También se muerde las uñas.

Les cuesta saber qué hacer para poderla ayudar. La ven pequeña, tiene un hermano de 10
años y pueden comparar en cómo era éste cuando tenía su edad y era muy distinto.
La relación con el hermano es buena, juegan bastante juntos, el hermano la protege.
Están muy preocupados. La niña se hace pipí encima desde siempre, principalmente en las
noches, pero durante el día también a veces se les escapa.

En la escuela les han dicho que no podrá pasar de curso. Ellos la intentan ayudar, pero la niña
no escucha, solamente tiene ganas de jugar.

Nació con un problema en los riñones y la tuvieron que operar en los primeros días. La madre
enseguida pensó que eso no vendría sólo y pensó la posibilidad de que la niña fuese deficiente
a pesar de que los médicos lo descartaron. El problema que la niña tuvo pudo haber sido por
algún medicamento que la madre tomara durante el embarazo, aunque ella no se acuerda de
haber tomado nada. La niña ahora se encuentra bien de salud, aunque tiene que hacerse
controles anualmente.

Para los padres fue muy duro el que la niña naciera con problemas, incluso el padre se hizo la
vasectomía antes de que la niña cumpliera el año, no querían arriesgarse a tener otro hijo con
problemas. La madre después del parto y durante los días que duró el ingreso de la niña
estuvo deprimida.

Los padres provienen de otra región, aquí no tenían a ningún familiar, no se han acabado de
adaptar. La madre no trabaja y se siente sola, no ha hecho demasiadas amistades. Ha sido muy
duro, tener que subir a los dos niños sola.

Los padres vivieron la situación con mucha ansiedad persecutoria.


En este caso se puede ver el efecto de la identificación proyectiva, donde la madre ha
considerado y tratado a la hija como menos capaz, hasta tal punto que la niña se comporta y
se cree como un bebé, como menos de lo que debería poder. El proteger tanto a la hija ha
hecho que esta se retrase gravemente en su desarrollo. ‘tu no sabes esto’, ‘dame que ya lo
hago yo’, etc., son ejemplos que han hecho a la niña extremadamente dependiente.
Los problemas de la madre se refuerzan mucho por la soledad que siente allá donde vivan. Al
haber nacido la hija con problemas médicos y la madre haberse sentido tan sola, ello ha
agravado la tristeza de la madre.
Nótese la falta de ayuda del padre, pues su única solución ha sido hacerse una vasectomía y
crees que ya había aportado su granito de arena.

Otros datos evolutivos:

Fue un bebé muy tranquilo hasta aproximadamente los 9 meses, a partir de entonces se
produce un cambio repentino. Antes no reclamaba nunca, a partir de entonces empieza a
llorar, a no dormir, se despertaba por las noches. Se volvió muy nerviosa.

También empezaron en ese momento las dificultades con la comida, antes había tomado
biberón y lo tomaba bien, aunque era muy lenta. Empezó a no comer y sigue igual, está muy
delgada. No le gusta ninguna comida, siempre tiene que comer las mismas cosas, no le puedes
introducir cambios. Cualquier cambio es un drama.

A los dos años y medio se intentó el control de esfínteres, pero no acabó de aprenderlo del
todo.

Tardó mucho en hablar, se expresaba por gestos, aun ahora habla mal.

Es muy afectuosa, incluso demasiado. Siempre la tenemos pegada a nuestro lado.

Sesión de tratamiento (lleva 6 meses iniciado)

Trae unas piedras de la calle. Me las enseña. Mira, supuestamente a donde las puede dejar.
Dice que las dejará en el suelo justo delante de la puerta del despacho para que no se le
olvide.

Va hacia los juguetes y empieza a sacar algunas cosas cuando dice que tiene que irse corriendo
al lavabo, cuando vuelve se da cuenta que las piedras se le han retirado del sitio.

Las recoge y dice que las dejará encima de la mesa, pero se da cuenta que le estorban con los
juguetes y que se le están mezclando. No se queda convencida.

Decide quedárselas en la mano, pero enseguida se da cuenta que eso no es practico.

Me mira a mí, me pregunta si llevo bolsillos, y me toca para comprobarlo. Le digo que no.
Decide dejarlas encima de mi falda. Dice aquí estarán bien.

A: Parece que no te ves capaz de acordarte de llevarte las piedras que tanto te gustan y me las
dejas a mi para que sea yo la que al irte te diga: ¡Las piedrecitas!

No contesta y viene a mi lado y se apoya en mí. Juega a que es un bebé y lleva chupete. Me
dice que vamos a jugar a bebes y que ella que es la bebé quiere ponerse las piedras en la boca
y yo le tengo que decir que no, que eso no se hace. Repetimos el juego varias veces.

A: Como en el juego quieres que sea yo la te diga qué se puede hacer y que no porque tu
tienen miedo de equivocarte.

Coge las piedras y las tira lejos, enfadada. Las recoge y las pone en el recibidor.

Coge las frutas de plástico de la caja de juguetes y se las va poniendo en la boca. Ahora yo le
tengo que decir al bebé que no coma tan aprisa para que no se atragante.

A: ¿Otra vez tengo que ser yo la que le diga cómo tiene que comer? Si el bebé come fruta
quizás ya no es tan bebé…. Quizás ya es una niña que ya puede saber que hay comer
despacito, masticar bien para no atragantarse.

Cambia de juego y dice que ahora jugaremos a vendedoras. La bebé ha cumplido años y quiere
comprarle regalos. Ella ahora es la mama y yo la vendedora.
Les pedres poden suposar una identificación projectiva ja que iposita una repsonsabilitat
seva en mans d’una altra persona. Això reflexa el que els seus pares l’han fet creure, que és
un desastre i una despistada. Però fixem-nos que, ella sola, té al capacitat de
responsabilitzar-se de que algú altre es responsabilitzi per curar-se d’espant (i no oblidar-se
al 100%).

Mitjançant el joc també es posa, la nena, en la pell d’un bebé que li han d’estar dient qué pot
fer i qué no. Es dona una transferencia cap a la tarapeuta, que és l’adulta, on es dona el
mateix context que a casa seva. A més, la frase de la terapeuta ‘me haces hacer este papel
porque tienes miedo de equivocarte’, torna a deixar a la nena en evidencia sobre la seva por
a equivocar-se, ja que els seus pares no l’han deixat mai. Però també observem
incongruències, com que la nena fa que meja fruita even tho és un bebé, que al exposar-se-
les a la nena fan que canvii de joc, on ara ella es la mare, i podríem interpretar-ho com una
expressió del seu desitj d’autonomía.

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