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ÍNDICE
UNIDAD DE TRABAJO
3
PROTECCIÓN, CONSERVACIÓN Y
RECUPERACIÓN DE ESPECIES
1. INTRODUCCIÓN
2. DEFINICIONES
3. PRINCIPALES CAUSAS DE
PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD
4. MARCO NORMATIVO
5. NIVELES DE PROTECCIÓN DE
ESPECIES AMENAZADAS
7. ESPECIES EXTINTAS
8. CONSERVACIÓN EX SITU
9. PROGRAMAS DE
REINTRODUCCIÓN
UNIDAD DE TRABAJO
PROTECCIÓN, CONSERVACIÓN y RECUPERACIÓN
3
DE ESPECIES
1. INTRODUCCIÓN
España es uno de los países con mayor diversidad biológica de la Unión Europea debido,
entre otros, a factores tales como su posición geográfica, su diversidad geológica, la gran
variabilidad climática, orográfica y edáfica, la historia paleobiogeográfica o la existencia de
ecosistemas insulares.
Por tanto, la conservación de la biodiversidad constituye uno de los pilares del desarrollo
sostenible ya que su pérdida pone en juego la capacidad de los ecosistemas para mantener a
las generaciones futuras.
De hecho, está demostrado que existe una correlación significativa entre la degradación de los
ecosistemas, la pérdida de especies animales y vegetales, la globalización de los mercados y la
pobreza.
En nuestro país se encuentran más del 80% del total de especies de plantas vasculares que hay
en Europa y más del 50% de la especies de animales. Tenemos la mayor variedad de mamíferos
y reptiles y ocupamos el tercer puesto en diversidad de anfibios y peces.
Esta elevada biodiversidad queda reflejada en la gran extensión de territorio que forma parte
de la Red Natura, que ocupa en la actualidad el 25% de la superficie de España
2. DEFINICIONES
Amenaza para la biodiversidad: Factor o conjunto de factores bióticos o abióticos que inciden
negativamente en el estado de conservación de una o de varias especies.
Área crítica para una especie: Aquellos sectores incluidos en el área de distribución que
contengan hábitat esenciales para la conservación favorable de la especie o que por su situación
estratégica para la misma requieran su adecuado mantenimiento.
Especie amenazada: Especies cuya supervivencia es poco probable si los factores causales de
su actual situación siguen actuando o las especies cuyas poblaciones corren el riesgo de
encontrarse en una situación de supervivencia poco probable en el futuro inmediato si los
factores adversos que actúan sobre ellas no son corregidos.
Estado de conservación de una especie: Situación o estatus de dicha especie, definido por el
conjunto de factores o procesos que actúan sobre la misma y que pueden afectar a medio y largo
plazo a la distribución y tamaño se sus poblaciones en el ámbito geográfico español.
Hábitat de una especie: Medio definido por factores abióticos y bióticos específicos donde
vive la especie en una de las fases de su ciclo biológico.
Riesgo inminente de extinción: Situación de una especie que, según la información disponible,
indica altas probabilidades de extinguirse a corto plazo.
Un 21% de los mamíferos y un 12% de las aves están amenazadas de extinción a nivel mundial,
según UICN y BirdLife International, respectivamente. Se calcula que la tasa de extinción es
actualmente entre 100 y 1.000 veces superior a la natural, lo que supone entre 18.000 y 55.000
especies extinguidas cada año. Es la llamada Sexta Extinción, similar a la que hizo desaparecer
los dinosaurios, pero esta vez no se trata de un cataclismo cósmico, sino de la acción
depredadora y destructiva del ser humano.
Cinco son las amenazas globales que todos los informes citan como principales
responsables de esta pérdida de Biodiversidad:
• la destrucción y degradación de los hábitats,
• las especies invasoras,
• la sobreexplotación de las especies,
• la contaminación
• el cambio climático.
Atropellos
Según datos de, los atropellos de fauna en carreteras matan cada año a 30 millones de
vertebrados en nuestro país. Especies protegidas como el lince ibérico son especialmente
sensibles.
Según los datos de la WWF ADENA en base a informes de la Sociedad Conservación de los
Vertebrados (SCV), cada año mueren un mínimo de 30 millones de vertebrados en España
atropellados en nuestras carreteras: 9 millones de anfibios, 4 millones de reptiles, 12 millones
de aves y 5 millones de mamíferos.
El problema es especialmente grave para algunas especies como el lince Ibérico (Lynx
pardinus), considerado “en peligro crítico” por las categorías UICN y “en peligro de extinción”
por el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Según los datos de que dispone WWF, entre los años 2002 y 2013 se detectó la muerte de 132
linces en España, de los cuales 51 fueron atropellados. Es decir, actualmente el 39% de las
muertes detectadas de linces están causadas por atropellos.
Envenenamiento
En los últimos quince años, han muerto en España a causa del veneno más de 20.000 aves
rapaces de las cinco especies más amenazadas. El veneno afecta además a otras especies muy
amenazadas: según los datos de WWF entre 1998 y 2005 han muerto envenenados 6 osos
pardos en nuestro país
Fuente: WWF
Este mapa refleja el seguimiento del trabajo realizado por las autonomías en la lucha contra el
veneno y las clasifica según los resultados obtenidos en 8 criterios:
• Grado de desarrollo de su plan regional
• Disponibilidad de recursos económicos y humanos
• Normativa propia
• Especialización de agentes
• Transparencia informativa
• Resoluciones ejemplarizantes
• Sensibilización de grupos de riesgo
• Esfuerzos de vigilancia y prevención
Conservar las poblaciones españolas de buitre negro, alimoche, milano real, águila imperial
ibérica o quebrantahuesos es sinónimo de su conservación en Europa y en el mundo. Su
presencia en el resto del continente es ya testimonial, debido principalmente al uso continuado
de venenos para eliminar carnívoros competidores del hombre por la caza o la ganadería. El
uso de cebos envenenados en España constituye la mayor amenaza para estas especies tal y
como WWF puso de manifiesto en su informe de 2008 “El veneno en España” y como ha
reconocido públicamente el Ministerio de Medio Ambiente.
La Estrategia Nacional contra el uso de cebos envenenados busca impedir la extinción de las
últimas poblaciones de buitres y grandes águilas ibéricas. No obstante, sus resultados prácticos
son escasos y se puede afirmar que el uso de cebos envenenados se mantiene en la mayoría de
las CCAA.
Si nos referimos a las especies de flora amenazada de nuestro país, podemos citar las
siguientes amenazas:
4. MARCO NORMATIVO
Ante esta situación, ha sido necesario articular un marco normativo que proteja nuestra
diversidad biológica. En nuestro país, puede considerarse como punto de origen y referencia en
esta materia la ya derogada Ley 4/1989, de 27 de marzo, de conservación de los espacios
naturales y de la flora y fauna silvestres
Igualmente, deberán adoptar las medidas que sean pertinentes para que la recogida en la
naturaleza de especímenes de las especies de fauna y flora silvestres de interés comunitario,
que se enumeran en el anexo VI, así como la gestión de su explotación, sea compatible con el
mantenimiento de las mismas en un estado de conservación favorable.
Este listado será publicado y actualizado en la sede electrónica del Ministerio de Agricultura,
Alimentación y Medio Ambiente.
5. Queda prohibido dar muerte, dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales
silvestres, sea cual fuere el método empleado o la fase de su ciclo biológico.
Para las especies de animales no comprendidos en alguna de las categorías definidas en los
artículos 56 y 58, estas prohibiciones no se aplicarán en los supuestos con regulación específica,
en especial en la legislación de montes, caza, agricultura, sanidad y salud públicas, pesca
continental y pesca marítima, o en los supuestos regulados por la Administración General del
Estado o las comunidades autónomas, en el ámbito de sus competencias, para su explotación,
de manera compatible con la conservación de esas especies.
6. Sin perjuicio de los pagos compensatorios que en su caso pudieren establecerse por razones
de conservación, con carácter general, las Administraciones públicas no son responsables de
los daños ocasionados por las especies de fauna silvestre, excepto en los supuestos establecidos
en la normativa sectorial específica.
Especie amenazada
Aquellas cuyas poblaciones corren el riesgo d encontrarse en una situación de supervivencia
poco probable en un futuro inmediato si los factores adversos que actúan sobre ellas no son
corregidos.
- Escasa capacidad de algunas especies silvestres de adaptación a los pequeños cambios del
hábitat directos (por modificaciones de usos) o incluso indirectos (por disminución de las
presas habituales, modificaciones de la calidad de las aguas o del aire, niveles de ruidos, etc.).
- Otra causa de vulnerabilidad de algunas especies es la presión ejercida sobre las poblaciones
animales en prácticas cinegéticas o tradicionales, que han puesto en España a algunas
especies, fundamentalmente de reptiles y anfibios, al borde de la extinción.
De lo anteriormente expuesto se puede se puede apreciar que la mayor parte de las situaciones de
vulnerabilidad de especies naturales se debe a la modificación de las condiciones del medio,
directa o indirectamente. Por ello, las actuaciones de protección se deben plantear desde este punto
de vista, sin olvidar otros tipos de causa.
b) Tratándose de animales, incluidas sus larvas, crías, o huevos, la de cualquier actuación hecha
con el propósito de darles muerte, capturarlos, perseguirlos o molestarlos, así como la destrucción
o deterioro de sus nidos, vivares y lugares de reproducción, invernada o reposo.
Estas prohibiciones se aplicarán a todas las fases del ciclo biológico de estas especies, subespecies
o poblaciones.
Seguidamente, en su artículo 58, se dispone que en el seno del Listado de Especies Silvestres en
Régimen de Protección Especial se creará el CATÁLOGO ESPAÑOL DE ESPECIES
AMENAZADAS. En este catálogo se incluirá, cuando exista información técnica o científica que
así lo aconseje, los taxones o poblaciones de la biodiversidad amenazada, incluyéndolos en algunas
de las categorías siguientes:
Los mecanismos de protección de las especies, definidos por la legislación, son responsabilidad
de las comunidades autónomas, que deben definir las herramientas y medios que se ponen a
disposición de la protección, así como los planes y programas de recuperación de las
poblaciones amenazadas. No obstante, se ha creado la Comisión Estatal para el Patrimonio
Natural y la Biodiversidad, cuyo ámbito de actuación incluirá aquellas especies vulnerables o en
peligro de extinción que afecten a más de una comunidad autónoma, aprobando las estrategias de
conservación de las especies, que servirán de guía y referencia a los planes a desarrollar por las
comunidades autónomas.
Además, a nivel nacional existen las Estrategias de Conservación. Están reguladas por el
artículo 60 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad y
por el artículo 11 del Real Decreto 139/2011, para el desarrollo del Listado de Especies Silvestres
en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas. Este último
determina que constituyen criterios orientadores para los planes de recuperación, que
elaboran y aplican las comunidades autónomas.
b) Los sistemas previstos para el control y seguimiento de las poblaciones, así como de
la eficacia en la aplicación del plan.
Estos planes de gestión de especies son documentos que se publica con rango legal y en el que se
incluyen las acciones que deben llevarse a cabo para lograr que un taxón (especie, subespecie o
población) incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría de “en
peligro de extinción” o “vulnerable”, salga de esta categoría de amenaza, eliminando los peligros
que ponen en riesgo su supervivencia como especie.
En él se analizan detalladamente:
• Las causas del declive del taxón.
• Los objetivos perseguidos por el Plan
• Las acciones que es preciso desarrollar para eliminar en la medida de lo
posible dichas causas.
En Castilla y León, actualmente cuentan con Plan aprobado las siguientes especies:
7. ESPECIES EXTINTAS
Se entiende por especie autóctona extinguida toda especie autóctona desaparecida en el pasado
de su área de distribución natural.
El listado de especies de flora resulta demasiado extenso para abordarlo en el tema, pero sí se
presentan a continuación las especies extinguidas incluidas en el Listado:
8. CONSERVACIÓN EX SITU
Como complemento a las acciones de conservación in situ, para las especies incluidas en el
Catálogo Estatal de Especies Amenazadas, la Comisión Estatal de Patrimonio Natural y la
Biodiversidad impulsará el desarrollo de programas de cría o propagación fuera de su hábitat
natural, en especial cuando tales programas hayan sido previstos en las estrategias de
conservación, o planes de recuperación o conservación.
Las actuaciones para la conservación de especies y poblaciones que se desarrollan fuera del
ambiente natural constituyen la llamada conservación ex situ. Se consideran actuaciones
complementarias a la conservación in situ, que es la que siempre hay que fomentar de
manera prioritaria. Pero, cuando esta ya no es posible, o su efectividad es limitada, puede resultar
más adecuado el desarrollo de actuaciones ex situ a través de programas específicos donde se
contemplan las diferentes acciones a realizar:
Entre las instituciones dedicadas a la conservación ex situ, podemos destacar los núcleos
zoológicos, los jardines botánicos o los centros de cría en cautividad de fauna.
a) Jardines Botánicos.
Aunque las plantas tienen muchos usos, menos del 1% de las especies han sido estudiadas en
relación con sus propiedades potencialmente útiles. En la actualidad la humanidad depende de
unas 20 especies para obtener más del 35% de sus alimentos. A medida que la vegetación natural
desaparece, las plantas sufren una disminución en su diversidad genética y en consecuencia nuestra
generación y las generaciones futuras pierden oportunidades de mantener y ampliar la
disponibilidad de cultivos, medicinas y muchos otros productos útiles.
Los jardines botánicos mayores y más activos están, sin lugar a duda, en los países desarrollados
localizados por lo general en el hemisferio norte. Sin embargo, aunque el número de jardines
botánicos en el hemisferio sur es reducido,
existe un gran potencial para establecer
programas de expansión y cooperación, y
seguramente estos jardines jugarán un papel
cada vez más importante en el futuro.
Los jardines botánicos promueven investigación relacionada con la conservación en aspectos tales
como producción de semillas, dispersión, mecanismos de polinización y fenología.
Los jardines botánicos deben ser lugares donde se exhiben temas relacionados con la botánica para
el público, y por esto deben organizar sus exposiciones principalmente usando plantas nativas. Es
conveniente distribuir las plantas en formas atractivas que a la vez demuestren los principios
Las colecciones de plantas vivas están organizadas en distintas formas en diferentes jardines. En
algunos casos se tienen los denominados "jardines sistemáticos", en otras se utiliza una
distribución de acuerdo con regiones fitogeográficas, etc.
Los jardines botánicos deben jugar un papel muy importante en la conservación de los recursos
genéticos a través de sus programas de investigación, educación, entrenamiento, conservación ex-
situ e in-situ, expediciones al campo, etc. Para muchas plantas el cultivo en un jardín botánico
puede ser la única opción de supervivencia.
Diversos indicadores confirman que las poblaciones de vertebrados han disminuido casi un 30%
en el período comprendido entre 1970 y 2007. Según la Unión Internacional para la Conservación
de la Naturaleza (UICN), si nos centramos en las especies de mamíferos existentes en el planeta,
el 23% de ellas se encuentran amenazadas en mayor o menor grado. La degradación de su hábitat
y la fragmentación de sus poblaciones suelen ser las causas principales de su declive, si bien la
presión cinegética y la competencia con fauna doméstica también han desempeñado un papel
importante en la desaparición de muchas de estas especies, hasta hace poco abundantes en la
naturaleza en estado silvestre.
Ante esta situación de pérdida de biodiversidad se necesitan herramientas que permitan restaurar
las poblaciones de algunas de ellas.
La UICN, en sus Directrices técnicas sobre la gestión de poblaciones ex situ para su conservación
(2002), considera que “una meta para conservar la naturaleza es salvaguardar la diversidad
genética actual, así como una serie de poblaciones silvestres viables de todos los taxones, con el
fin de mantener las interacciones biológicas, las funciones y los procesos ecológicos en los que
dichos taxones están implicados”. Y prosigue diciendo que: “Las amenazas a la diversidad
biológica in situ (es decir, donde quiera que se encuentre) están aumentando de manera inexorable,
y los taxones deben sobrevivir en ambientes cada vez más modificados por el ser humano. Las
amenazas que incluyen pérdida de hábitat, aprovechamiento insostenible, cambio climático,
aparición de organismos invasores y patógenos pueden ser difíciles de controlar”
Y concluye señalando que “la realidad de la situación actual es que seremos incapaces de asegurar
la supervivencia de un número creciente de especies amenazadas sin el uso efectivo de una variada
gama de técnicas de conservación, incluyendo, para algunos taxones, el incremento de las técnicas
de conservación ex situ”.
Pues bien, los programas de cría en cautividad representan una de esas técnicas de conservación ex
situ (es decir, llevadas a cabo fuera del rango de distribución de la especie en cuestión) que
propugna la UICN; y quizá esta sea la más importante para intentar evitar la total extinción de
algunas especies amenazadas. Aunque sería deseable no tener que recurrir a estos programas, a
veces representan la única y última alternativa, para evitar la completa extinción de estas especies
en sus hábitats naturales. Y es bueno, además, reconocerlo a tiempo para ponerlos en marcha
mientras aún quedan disponibles en la naturaleza individuos suficientes para evitar uno de los
principales inconvenientes de la cría en cautividad: partir de un número de individuos fundadores
en la población cautiva tan pequeño que no sea posible mantener la variabilidad genética de la
especie dentro de los niveles necesarios que aseguren su viabilidad ulterior.
La cría en cautividad de una especie es un proceso mediante el cual se pretende alcanzar un tamaño
de población suficientemente grande que permita, mediante proyectos de reintroducción o de
reforzamiento, su restablecimiento en una o varias de las zonas en las que históricamente se
distribuía dicha especie. Para ello, y aunque existen algunos centros especializados para la cría de
especies amenazadas, se cuenta mayoritariamente con la colaboración de numerosos núcleos
zoológicos repartidos por todo el mundo, y por los que se dispersan pequeños grupos de individuos
de diferentes programas de cría. Esto permite contar con una mayor disponibilidad de espacio y,
por tanto, poder aumentar el tamaño de la población cautiva.
Pero, sobre todo, evita que, en caso de enfermedad o epidemia, se vea afectado el conjunto de la
población cautiva. La participación de instituciones zoológicas en la conservación de especies
amenazadas a través de programas de cría en cautividad ha sido decisiva, sobre todo en los últimos
30-40 años. Baste señalar que, solo considerando las especies de mamíferos, los zoológicos
europeos están involucrados en 71 programas de cría en cautividad de especies amenazadas que
incluyen el oso pardo, el orangután, el órix de Arabia y el guepardo. Todos ellos están avalados
por la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA), bajo cuyos auspicios se coordinan
internacionalmente, y constituyen los llamados EEPs (en alemán, Europaisches Erhaltungszucht
Programm), siglas con las que se denomina de manera habitual a estos Programas.
Sin embargo, aunque los programas de cría en cautividad de especies amenazadas se hayan
revelado como una herramienta útil para el mantenimiento de ciertas especies deben ser
considerados solo como procedimientos de apoyo al mantenimiento de las poblaciones silvestres
pero nunca como sustitutos de ellas. Representan un componente más dentro de una acción mucho
más general como es la conservación de una determinada especie y que implica también la
conservación de su hábitat, el desarrollo de investigaciones que aumenten el nivel de conocimiento
científico que se tiene sobre ella, la educación, la formación, etc.
Como ya se ha mencionado con anterioridad, el fin último de la cría en cautividad de una especie
es intentar restablecer, mediante proyectos de reintroducción o de reforzamiento, la especie
amenazada en una o varias de las zonas en las que históricamente se distribuía.
Otra importante labor es la relacionada con la conservación ex situ y los posibles procesos de cría
en cautividad dirigidos a aquellas especies en las que las medidas de conservación in situ no están
surgiendo los resultados deseados. En este sentido alguno de los Centros de la Comunidad tiene
ya una dilatada experiencia. De igual manera deben realizar una importante labor en el campo del
seguimiento del estado sanitario de la fauna silvestre.
Por último, las actuaciones que desarrollan estos centros realizan una labor de concienciación y
sensibilización de la sociedad hacia la conservación de las especies. Estas actuaciones podrían ser
potenciadas siempre bajo la premisa del mantenimiento de las condiciones de tranquilidad precisas
para el desarrollo de las actuaciones de recuperación de los ejemplares heridos. Ello implica que
estas posibles acciones se deberían realizar en instalaciones anejas pero claramente separadas de
las instalaciones de recuperación.
9. PROGRAMAS DE REINTRODUCCIÓN
Las Administraciones públicas promoverán la reintroducción de las especies de la fauna y flora
silvestres autóctonas extinguidas, incluyendo aquéllas desaparecidas de todo el medio natural
español en tiempos históricos, sobre las que existan referencias escritas fidedignas, y de las que
aún existan poblaciones en otros lugares o en cautividad, especialmente cuando estas
reintroducciones contribuyan al restablecimiento del estado de conservación favorable de especies
o hábitats de interés comunitario. Así lo establece la Ley 42/2007.
Las primeras reintroducciones de especies comenzaron a llevarse a cabo a lo largo del siglo XX,
generalizándose en los últimos 30 años. Es en este periodo cuando se ha producido un notable
incremento del número de acciones de conservación de especies que incluyen la liberación de
ejemplares (traslocaciones, reintroducciones e introducciones, en muchos casos empleando
técnicas de conservación ex situ (cultivo o cría en cautividad).
Con el fin de optimizar los resultados de este tipo de herramientas de gestión de especies se han
desarrollado a nivel estatal una serie de recomendaciones o directrices técnicas que permiten
valorar la conveniencia de realizar un programa de reintroducción en España.
las que aún existan poblaciones en otros lugares o en cautividad, especialmente cuando estas
reintroducciones contribuyan al restablecimiento del estado de conservación favorable de
especies o hábitats de interés comunitario.
También el Real Decreto 139/2011, de 4 de febrero, para el desarrollo del Listado de Especies
Silvestres en Régimen de Protección Especial y del Catálogo Español de Especies Amenazadas,
dentro de su Capítulo III en el que se abordan Estrategias y Programas de conservación de especies
amenazadas, en su artículo 13, aborda aspectos legales de las reintroducciones en los siguientes
términos:
1. Valorar la necesidad del proyecto (ver figura 1): si el proyecto aporta algún beneficio
a la especie, la población, al medio, o cualquier otro aspecto que justifique su realización.
2. Analizar los requisitos de viabilidad: una vez analizada la necesidad del proyecto, es
decir su conveniencia, hay que valorar si es viable su ejecución considerando aspectos
medioambientales, ecológicos, sociales y metodológicos.
Las reintroducciones han sido consideradas históricamente como la última oportunidad en mano
de los gestores del medio natural para salvar a las especies en peligro de extinción. Actualmente,
a juicio de la U.I.C.N., a medida que la biodiversidad mundial se enfrenta a amenazas globales
como el cambio climático, pérdida de hábitat, especies invasoras, etc., este tipo de proyectos serán
cada vez más frecuentes.
Para adaptarse a estos nuevos retos, la U.I.C.N. publica estos nuevos criterios para actualizar la
última versión que databa de 1998. De forma resumida, y según criterios de la U.I.C.N., las
reintroducciones deben cumplir los siguientes requisitos:
• Debe existir una sólida evidencia de presencia histórica natural.
• Sólo deben tener lugar cuando las causas originales de la extinción han desaparecido.
• Sólo deben tener lugar cuando estén satisfechos los requerimientos de la especie en
cuanto a su hábitat.
• Los individuos reintroducidos deben proceder de la población genéticamente más
cercana a la población extinta.
• Su extracción no debe perjudicar a la población fuente o donante.
Si bien cada proyecto de Reintroducción es singular, existen unos criterios generales o principios
básicos que deben tenerse en consideración a la hora de abordar una posible reintroducción.
1. Analizar la viabilidad de la reintroducción.
2. Requerimientos socioeconómicos y legales
3. Etapas de planificación y preparación
4. Disponibilidad de ejemplares adecuados para la liberación.
Pero el éxito de estos proyectos ha sido muy dispar en todo el mundo (Stanley Price & Sooare
2003) y su valor como herramienta de conservación muchas veces puesto en entredicho.
Depende de muchos factores, ya sean de carácter social y político (debe contar tanto con el apoyo
del Gobierno como con el de los ciudadanos) y de índole científica y técnica (escaso conocimiento
científico de diversos aspectos de la especie implicada: uso del hábitat, depredadores, posible
efecto de las actividades humanas sobre sus poblaciones en el área de la reintroducción,
enfermedades, etc). Una vez resueltos todos estos aspectos, las probabilidades de fracaso en una
reintroducción son escasas. Es decir, si una reintroducción está basada en el conocimiento
científico de la especie y de su entorno, y tiene el apoyo de las autoridades competentes y de la
ciudadanía, cuenta con una gran parte del camino de su éxito ya recorrido. Falta, por supuesto, que
las presiones que llevaron a la especie a un cierto grado de amenaza no sigan actuando después de
la reintroducción, y en esto vuelven a desempeñar un papel importante las autoridades del país en
cuestión
1. A los efectos de esta ley, y sin perjuicio de lo que disponga al respecto la legislación
autonómica, se considerarán infracciones administrativas:
primera liberación al medio, de una especie susceptible de competir con las especies
autóctonas.
Se considerará que el fondeo es permanente aunque haya eventuales períodos de ausencia del
buque o se sustituya o reemplace el mismo por otro de la misma compañía, armador o
grupo, siempre que la finalidad del fondeo sea el almacenamiento para el suministro de
combustible.
• u) El acceso a los recursos genéticos de origen español sin haber respetado los
procedimientos señalados en el artículo 71.
• a) Como muy graves, las recogidas en los apartados a), b), c), d), e), f), g), g bis) y t) si la
valoración de los daños supera los 100.000 euros; y las recogidas en los apartados b), k),
n), t), u) y v), cuando los beneficios obtenidos superen los 100.000 euros; así como las
recogidas en cualquiera de los demás apartados, si la valoración de los daños supera los
200.000 euros; y la reincidencia cuando se cometa una infracción grave del mismo tipo
que la que motivó una sanción anterior, en el plazo de los dos años siguientes a la
notificación de ésta, siempre que la resolución sancionadora haya adquirido firmeza en
vía administrativa.
• b) Como graves, las recogidas en los apartados a), b), c), d), e), f), g), g bis) h), i), j), k),
1), m), n), o), t), u), v) y w) cuando no tengan la consideración de muy graves; las
recogidas en los apartados p), q), r), s) y x), si la valoración de los daños supera los
100.000 euros; y la reincidencia cuando se cometa una infracción leve del mismo tipo que
la que motivó una sanción anterior en el plazo de los dos años siguientes a la notificación
de ésta, siempre que la resolución sancionadora haya adquirido firmeza en vía
administrativa.
• c) Como leves, las recogidas en los apartados g bis), p), q), r), s) y x), si no se hubieran
producido daños o su valoración no supera los 100.000 euros.
•
1. Las infracciones tipificadas en el artículo anterior serán sancionadas con las siguientes
multas:
c) Infracciones muy graves, multas de 200.001 a 2.000.000 de euros, sin perjuicio de que
las comunidades autónomas puedan aumentar el importe máximo.
1. Las infracciones a que se refiere esta Ley calificadas como muy graves prescribirán a
los cinco años, las calificadas como graves, a los tres años, y las calificadas como leves, al
año.
2. Las sanciones impuestas por la comisión de infracciones muy graves prescribirán a los
cinco años, en tanto que las impuestas por faltas graves o leves lo harán a los tres años y
al año, respectivamente.
Además de las sanciones administrativas impuestas en base a la Ley 42/2007 (multas) o las
sanciones penales que correspondan en su caso, el infractor deberá reparar el daño causado en
la forma y condiciones fijadas en la Ley 26/2007, de 23 de octubre , de Responsabilidad
Medioambiental. El infractor estará obligado a indemnizar los daños y perjuicios que no puedan