Tanto las facturas como los recibos cumplen funciones importantes en el ámbito financiero.

Las
facturas son documentos legales que detallan una transacción comercial y especifican los
bienes o servicios vendidos, además de incluir información sobre los precios y las condiciones
de pago. Por otro lado, los recibos actúan como pruebas de pago y muestran que se ha
completado una transacción específica.
Función de factura: La función de una factura es documentar una transacción comercial entre
un vendedor y un comprador. Además de detallar los bienes o servicios proporcionados, la
factura establece los términos de pago, proporciona un registro legal de la transacción y
permite que ambas partes lleven un seguimiento preciso de las transacciones comerciales.

Función de recibo: La función de un recibo es actuar como evidencia escrita de que se

ha completado un pago por bienes o servicios específicos. Los recibos son importantes
para ambas partes, ya que proporcionan un registro claro de la transacción, incluyendo
detalles como la fecha, el monto pagado y la descripción de los bienes o servicios
adquiridos.
•La factura tipo A generalmente se emite para operaciones con consumidores finales y
debe incluir el IVA.
• La factura tipo B es para operaciones con otros responsables inscriptos, exentos o no
alcanzados por el IVA.
•La factura tipo C, por otro lado, se utiliza en operaciones con consumidores finales y
puede emitirse en papel o de manera electrónica, según la normativa vigente.

la factura tipo A suele ser emitida por aquellos comerciantes que venden bienes o servicios a
consumidores finales. La factura tipo B, en cambio, es emitida por comerciantes que realizan
operaciones con otros responsables inscriptos, exentos o no alcanzados por el IVA. Por último,
la factura tipo C se utiliza en operaciones con consumidores finales y puede ser emitida por
pequeños contribuyentes. Las facturas tipo A van dirigidas a consumidores finales, las facturas
tipo B se emiten hacia otros responsables inscriptos, exentos o no alcanzados por el IVA,
mientras que las facturas tipo C se emiten hacia consumidores finales, incluyendo a pequeños
contribuyentes.