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Análisis de opinión sobre los trastornos de la personalidad.

Materia: Teorías de la personalidad.

Docente: Carla E. Santos Guzmán.

Alumno: Samuel Abisai Madrid Valdez.

Fecha de entrega: A martes diez de octubre del año 2023.


Análisis de Opinión Sobre los Trastornos de la Personalidad

Los llamados “trastornos de la personalidad” en psicología son diagnósticos que se dan cuando

una persona no hace lo que esperamos de ella, no solo en su comportamiento sino también en sus

emociones, pensamientos y la intensidad de estos. El DSM 5 establece que estas diferencias son

duraderas y no le permiten “funcionar” al individuo en lo social y el trabajo además de que no

debe explicarse como una consecuencia del consumo de drogas o sustancias. Este mismo manual

divide en cuatro los posibles ámbitos afectados: cognitivos (pensamiento y forma de verse y al

mundo), afectivos, relacionales y sobre el control de impulsos. Por último, antes de explicar con

mis palabras cada trastorno de la personalidad he de aclarar que el DSM 5 los divide en tres tipos

de grupos: A, B y C. Iniciemos con el primer grupo. El trastorno de la personalidad paranoide

nos dice que la persona siente la mayor parte del tiempo que lo están juzgando, traicionando y

manipulando, aunque no tiene evidencia de ello, suele ser rencorosa y se le dificulta confiar en

otros. El trastorno de la personalidad esquizoide nos habla de una persona fría, que no tiene

interés por generar vínculos afectivos, actividad sexual ni pasatiempos y prefiere la soledad. Por

su parte el trastorno de la personalidad esquizotípica se entiende como alguien “raro” o

excéntrico, con ideas supersticiosas sobre lo que pasa en el mundo y sus capacidades, que no

solo dificultan y entorpecen sus relaciones con la sociedad, sino que le provocan una gran

ansiedad social y malestares para él mismo. Pasemos ahora con los trastornos de la personalidad

del grupo B. Comenzamos con el trastorno de la personalidad antisocial, que no es antisocial

porque tenga baja autoestima sino porque no respeta los límites que los demás le ponen, es

agresivo, irresponsable, engaña y miente para cumplir sus objetivos y no suele sentir
remordimientos. Continuemos con el trastorno de la personalidad límite, al que explicaría como

alguien que se tambalea de manera perpetua. Es inestable en sus emociones y eso se contagia en

sus relaciones donde termina alejando a otros, puede tener conducta suicida, alteración del yo,

disociar y tener episodios de ansiedad o ira que duran varias horas, además de una sensación

crónica de que está vacío. Avanzamos con el trastorno de la personalidad histriónica que

describiría a las personas que buscan llamar la atención con incesantes acciones dramáticas que

rayan en lo ridículo, insinuaciones sexuales y un ritmo que se deja ver poco natural, además de

que también se construyen una imagen exterior llamativa porque se sienten mal si no les dan

atención, pero evalúa de manera incorrecta los pocos vínculos que tiene y es fácil de influir.

Luego tenemos al trastorno de la personalidad narcisista, describiendo a individuos que se

sienten por encima de la gran mayoría sin tener mérito alguno, como se creen más que los demás

piensan que deben ser tratados de manera superior y se sienten envidiados. Espera solo lo mejor

en la vida, cosas “de su nivel”, está a la espera de que le reconozcan esa superioridad y manipula

a otros para destacar sin sentir remordimiento. Por último, los trastornos de la personalidad del

grupo C. Vamos con el trastorno de la personalidad evasiva, donde describe a la gente que se

auto percibe como incompetente y le importa demasiado la opinión de otros, por estas razones no

corre riesgos laborales y no se vincula con otros, pues cree que se burlarán o criticarán. Entonces

nos encontramos con el trastorno de la personalidad dependiente, que nos habla de una persona

tan insegura y con un apego intenso que busca a los demás para poder avanzar en la vida, quiere

agradar a otros, necesita que estén siempre con ella porque se pone ansiosa y siente miedo a estar

sola. Cree que no puede lograr nada por su cuenta y cuando una de sus relaciones se acaba

consigue a otra persona para que supla ese lugar. Para terminar con el grupo C, tenemos al

trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo, al que comprendo como inflexible, riguroso y


ordenado, ama el detalle y busca la perfección en todo, no cambia de valores, creencias, trabajo

ni personas en su vida, tiene que sentir que está al mando de todo y no quiere bajar la guardia en

ningún momento.

Pienso que los trastornos de la personalidad son bastante severos con el comportamiento. De

acuerdo a las bases conductistas que me esfuerzo por conocer, recuerdo algo que dijo la

destacada Dra. Lourdes Campuzano, una psicóloga interconductista que está dando renombre a

nuestro país con sus aportes. Ella decía que la conducta no es normal o patológica, buena o mala,

no hay una definición objetiva sobre ella, solo existen complejos filtros por los que

determinamos que una conducta es problemática. Obviamente nuestra sociedad funciona por los

límites que pone, las reglas que exige que cumplamos y un estándar a imitar que de una u otra

forma nos ha permitido sobrevivir y llegar hasta aquí. Pero me pongo a pensar que dichos juicios

no deberían patologizar a la gente, en cualquier época de la historia podemos encontrar que hay

acciones que se criminalizaron o señalaron incorrectas, pero años después las aceptaron como

normales. En nuestra época se presume de una gran libertad, pero como insinúa el filósofo Gilles

Lipovetsky nuestra diversidad no reprime ideas, nos motiva a decir cualquier cosa, todos

podemos expresar nuestras ideas, pero no pasar a los actos, porque nuestra libertad posmoderna

solo permite lo que se espera de ella. Creo que si vamos a llamarnos tolerantes y respetuosos

tenemos que ser congruentes y comenzar a entender que nuestros criterios para evaluar la

personalidad no pueden avanzar condenando las tendencias individuales tan

despreocupadamente. Está claro que tal vez siempre sea necesario para una sociedad la

prohibición, poner normas y cercos que no puedan cruzarse, pero tenemos que reducir esos

límites y debatir si es correcto llamar “trastorno” a particularidades que simplemente no le son


útiles al sistema, por ejemplo, si una persona tiene problemas para permanecer en un trabajo, se

apega a sus valores o duda de sí misma ¿por qué llamarlo enfermedad mental?
Referencias

American Psychiatric Association. (2014). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del

DSM-5 (R): Spanish Edition of the Desk Reference to the Diagnostic Criteria From

DSM-5 (R). American Psychiatric Association Publishing.

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