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Reseña del Libro “Tocqueville en el fin del mundo.

La generación de 1837 y la ciencia política argentina”


escrito por Gabriela Rodríguez Rial.

Donati, Melania.

Introducción:

La presente reseña tiene por finalidad dar cuenta de las ideas principales plasmadas en el libro de Gabriela
Rodríguez Rial, Tocqueville en el fin del mundo. La generación de 1837 y la ciencia política argentina, publicado
en el año 2022 por la editorial Miño y Davila.

El libro cuenta con una introducción en la que la autora nos comenta las razones de por qué el autor de La
Democracia en América es fundamental dentro de las ciencias políticas y que, a su vez, esta importancia también
radica en el hecho de que fue crucial para pensar el contexto político del siglo XIX, concretamente desde 1830 en
adelante. Dentro de este mismo apartado se explica cómo está organizado el libro, los temas a tratar de cada
capítulo y algunas ideas acerca de lo que fue la Generación Romántica del ´37, que desde luego serán ampliadas y
analizadas a la luz del pensamiento tocquevillano.

Desarrollo del libro:

El primer apartado, como se mencionaba anteriormente, es una introducción divida en tres partes. La primera
parte inicia preguntándose: ¿Por qué Alexis de Tocqueville?

Responde esta pregunta, inicialmente explicando que mucho del pensamiento de Alexis de Tocqueville no se
encuentra únicamente en los dos tomos de La Democracia en América, escritos respectivamente en 1835 y 1840,
sino que hay que indagar más profundamente para comprender qué entendía por “ciencia política” y cómo la
definía: su objeto es el ser humano y sus relaciones con los demás, pero principalmente son esas interacciones que
se organizan a través de las instituciones. Posteriormente, se nos advierte que el presente libro no será una
biografía de Alexis de Tocqueville y que hay otra razón de por qué estudiarlo: propone un modelo de ciencia
política revolucionaria pensando en la igualdad de condiciones, revolución que a su vez trasciende en el tiempo y
que cualquier ciencia política que se defina como tal debe servirse de conceptos e imaginación teórica. Asimismo,
este pensador ocupó un lugar fundamental “en los confines del mundo”, lugar en el que un grupo de intelectuales
quiso pensar diferente su propio mundo político siguiendo las enseñanzas de Alexis de Tocqueville y que, a casi
dos siglos, nos sigue diciendo mucho a cerca de las sociedades como también de sus contradicciones y de sus
posibilidades: “Alexis de Tocqueville es nuestro contemporáneo porque entiende la Ciencia Política como una
empresa intelectual que es a la vez científica y filosófica, que tiene una finalidad en sí misma, pero también un
objetivo programático: mejorar la política por venir” 1.

1
Tocqueville en el fin del mundo. La generación de 1837 y la ciencia política argentina. Pág. 17.
https://es.everand.com/read/560563031/Tocqueville-en-el-fin-del-mundo-La-Generacion-de-1837-y-la-Cencia-Politica-argentina
La segunda parte de esta introducción refiere concretamente a la Generación de 1837 que es para ella su “obsesión
personal” y también de la cultura política argentina: “Este grupo de intelectuales y políticos se propuso
comprender por qué, tras la revolución de mayo de 1810, la nueva sociedad democrática no podía organizarse
bajo una forma política estable, fundada en los supuestos del Gobierno representativo” 2.

Los interrogantes que esta generación de intelectuales se plateó siguen vigentes: por ejemplo, pensar por qué al
día de hoy la democracia sigue resistiéndose a la institucionalización, entre otras variables. Sin embargo, hay que
tener en cuenta que estos mismos pensadores han cumplido funciones políticas y que según la autora, en el
momento en que pudieron marcar una diferencia con sus antecesores, no solo no lo lograron sino que se
comportaron de manera injusta o violenta y con motivos de disputas entre ellos, más bien personales que
intelectuales, a la hora de elegir el camino que debía seguir la nación argentina. La idea en común que sí los unía
era pensar la democracia como el resultado más importante de “las revoluciones políticas modernas” 3.

Por último, dentro de este apartado, “El fin del mundo, nuestro centro del mundo” nos comenta por qué elige hacer
literatura con personajes esencialmente hombres y nos introduce directamente en la organización del libro.

Para comenzar con la estructura en sí misma del libro y lo que este plantea vamos a ver qué se analiza en cada
capítulo.

En el capítulo uno, desde el titulo mismo, queda bien claro qué es lo que se va a trabajar a lo largo de este: ¿quién
es quién en la Generación de 1837? Formación, consolidación y crisis de una sociabilidad intelectual. Relata los
inicios de la Generación en el Salón Literario y otros espacios más, destacando que van a ser espacios de un grupo
cultural y político, por lo que su foco de análisis no son personas individuales sino una generación que en sí misma
tiene una unidad como tal.

Lo interesante del capítulo es que su mirada está puesta sobre dos conceptos: Sociabilidad, desarrollado desde el
punto de vista de la sociología de Pierre Bourdieu y Generación.

Estos espacios de sociabilidad como pueden ser el Salón Literario le permiten a la autora afirmar que son los
lugares en los cuales circulan las ideas de lo que “debía” ser el futuro de la nación argentina (o se deseaba), con
una identidad colectiva que va a perdurar más allá de la disolución de ciertos lazos personales. Posteriormente, se
identificarán cuatro etapas dentro de esta Generación para entender los cambios que se producen en la sociabilidad.

Con respecto al vocablo de Generación, tiene varias razones de uso: porque sus protagonistas así se definieron,
porque tenían en común el haber nacido dentro de un periodo cercano a la Revolución de Mayo y porque eran un
grupo político e intelectual con un proyecto doctrinario, teórico y práctico. El análisis de redes es para identificar
ciertos vínculos y roles, que no podrían verse en el campo.

Los miembros de esta Generación son entendidos como agentes sociales, participando de espacios que están
institucionalizados, se relacionan entre sí y acceden a determinadas jerarquías del orden social. Pero una de las
cuestiones que más los va a identificar como colectivo (pese a sus diferencias), es que intervienen en el proceso de

2
Rodríguez Rial Op. cit. Pág. 18.
3
Rodríguez Rial. Op. Cit. Pág. 20.
construcción de la sociedad argentina moderna cuyo proyecto es el de una nación, fundamentalmente desde la
concepción tocquevillana de la democracia como estado social, más que el régimen político en sí, inspirada
principalmente desde la lectura del primer tomo de La Democracia en América de Alexis de Tocqueville publicada
en el año 1835.

En el capítulo dos se observa cómo influyó Tocqueville en el pensamiento de Domingo Faustino Sarmiento, para
lo cual se hace un análisis comparativo entre La Democracia en América y Facundo, civilización y barbarie, con
una mirada sociológica hacia Sarmiento.

Uno de los primeros puntos en común es la identificación de la democracia como un problema político central para
la ciencia política moderna. La autora nos plantea que “la interpretación tocquevillana de la sociabilidad
democrática moderna incidió en sus análisis de la realidad política de Sudamérica” 4. Otra de las ideas que tienen
en común es el miedo ante el peligro del despotismo de las masas, que, en el caso de Sudamérica, Sarmiento
asimiló a Juan Manuel de Rosas, cuya forma política no era compatible con una democracia representativa, como
también, la importancia para ambos, de la participación política a nivel local.

Algunas diferencias entre ambos escritores podrían ser: el individualismo, central para Tocqueville y menos
importante para Sarmiento; para Tocqueville el eje son las relaciones causales entre las costumbres y las
instituciones, para Sarmiento el vínculo más importante es entre las costumbres y los grupos sociales; además este
último otorga mayor peso a la clase social, la raza o la geografía para explicar los procesos políticos.

Facundo es representativo del tiempo y espacio que a Sarmiento le tocó vivir, sirviéndole como método de
educación política para las masas. Hacia el final del libro, retomando las nociones de Sarmiento, la autora dirá que
Facundo es “un modo tocquevillano , pero también sudamericano, de hacer sociología política” 5.

El capítulo tres, los hábitos del corazón de Alexis de Tocqueville en el institucionalismo realista de Juan Bautista
Alberdi, compara las formas de pensar de estos dos personajes y establece los objetivos del capítulo: abordar temas
tocquevillianos en una selección de textos de Alberdi 6; la tensión político-conceptual entre la democracia como
tipo de sociabilidad y como régimen legitimado por la soberanía popular ; y por último responder la pregunta ¿qué
tipo de politólogo tocquevilliano fue?: en este apartado, si bien no se especifica un “tipo” determinado, sí hace
menciones a las similitudes.

El objetivo de ambos pensadores era analizar la sociabilidad que había nacido como producto de las revoluciones
democráticas tanto en América como en Europa. A su vez, distinguen entre el fondo democrático y la forma,
republicana o monárquica, otorgándole a las costumbres, los hábitos y la religión de la vida cotidiana una
importancia relevante, ya que pueden explicar el éxito o fracaso de las instituciones, a diferencia de las leyes, por
ejemplo. El gobierno representativo se muestra como el régimen político más conveniente para cuidar de las
pulsiones destructivas que implicarían la sociabilidad democrática moderna.

4
Rodríguez Rial. Op. Cit. Pág. 75.
5
Rodríguez Rial. Op. Cit. Pág. 198.
6
“La democracia no es, pues, la república. La democracia es la soberanía del pueblo. Que la soberanía del pueblo sea inviolable y santa, y nada importa
que el pueblo llame al individuo o cuerpo que le represente, rey o gobernador, es cuestión de nombres, cuestión pueril e indigna de una política sabia.”
(Alberdi, 1955: 168). Rodríguez Rial. Op. Cit. Pág. 116.
En el capítulo cuatro, no se hará comparaciones binarias entre un pensador determinado y la mirada de Alexis de
Tocqueville, según se indicó en los capítulos anteriores, sino que serán cuatro figuras diferentes, por lo que nos
explica las razones que la llevan a aglutinarlos en este capítulo: Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López, y
posteriormente, Félix Frías y Juan María Gutiérrez.

En el caso de Bartolomé Mitre, al igual que Tocqueville, “creía que la democracia es el punto de partida y la
causa eficiente de la historia. Para ambos, la revolución democrática es un motor de la historia moderna” 7. Con
respecto a Vicente Fidel López, presentaba una similitud con el pensamiento de Tocqueville, afirmando que, si
bien defendía la libertad, podía estar amenazada por los peligros que implicaban estos nuevos tiempos
democráticos en el contexto local. Félix Frías sostenía como el pensador francés, que se debía conciliar la
democracia con el catolicismo y, por último, Juan María Gutiérrez compartía varias premisas analíticas al momento
de abordar los rasgos distintivos de la sociabilidad sudamericana de una manera muy similar a la que ya se comentó
de Alberdi, expresadas tanto en la literatura como en las costumbres.

Estos cuatro representantes de la Generación de 1837 quisieron comprender por qué la política argentina, después
de la revolución de mayo, no había cumplido con las expectativas republicanas de los padres fundadores de la
nueva patria y para eso recurrieron a Tocqueville: esta es otra de las razones por las cuales los acopla en este único
capítulo.

Llegando al final del libro, el capítulo 5, titulado “La democracia en el Plata”, comienza hablando de Esteban
Echeverría, comparando su vida y su pensamiento con la de Alexis de Tocqueville: ambos interpretan la revolución
democrática moderna de la misma manera. El nombre del presente capitulo hace referencia a un texto escrito por
Esteban Echeverría, quien intentó “explicar el funcionamiento de las instituciones políticas y sociales argentinas
a partir del proceso de democratización iniciado por la revolución de mayo de 1810” 8.

Una de las referencias importantes es el manifiesto político del Dogma Socialista que analiza la sociabilidad
argentina y los límites y/o posibilidades de la Revolución Democrática de mayo de 1810. Es un documento
pragmático, que permite comprender el proyecto filosófico-político de esta Generación de 1837. Además, en él se
hace referencia a Tocqueville, planteándose que la democracia no es una forma de gobierno sino la esencia misma
de los gobiernos republicanos. Otro de los objetivos del Dogma Socialista es liderar un frente opositor al Rosismo,
además de organizar institucionalmente un gobierno representativo para la nación.

De la misma manera que Tocqueville planteó en La Democracia de América, se entiende que hay una necesidad
de contar con una nueva ciencia política que sirva para comprender el sentido de la democracia moderna,
organizándolas institucionalmente en un gobierno representativo y evitar así el despotismo de las masas.

Por último, en el final del libro se encuentra un Epílogo, titulado “la Ciencia Política en el nuevo mundo”, que
está dividido en dos partes. En la primera, se hace un recuento de todo lo mencionado en cada capítulo a modo de
síntesis, ya que el objetivo de la autora es mostrarnos que a pesar de que la Ciencia Política desde finales del siglo
XIX buscó desprenderse de su pasado estos integrantes de la Generación de 1837 nos muestran que aún hoy en día

7
Rodríguez Rial. Op. Cit. Pág. 256.
8
Rodríguez Rial. Op. Cit. Pág. 188.
tenemos los mismos problemas a analizar como, por ejemplo, ¿Qué es la democracia, un régimen político o una
forma de sociedad?

En la segunda parte, reivindica la necesidad de releer a Tocqueville y a sus lectores de la Generación de 1837 si
queremos entender el mundo político que nos tocó vivir, recalcando que no se ha sabido ver que las inestabilidades
generadas en América Latina como producto de crisis políticas también podrían darse en el “modélico Estados
unidos”. Se transcribe a continuación un extracto de este apartado que da cuenta de la mejor manera posible, lo
que nos quiere transmitir la autora:

“Es decir, los politólogos, las politólogas y politólogues de fines del siglo XX y principios del siglo XX.I somos
menos lúcidos, lúcidas o lucides que Alexis de Tocqueville, quien a finales de la década de 1840 advirtió acerca
de los peligros que amenazaban la democracia en la república de los angloamericanos y en el resto del mundo.
¿Por qué te Tocqueville? Porque aquí, en los confines del mundo, en el extremo sur del continente americano,
cuando el acceso a las comunicaciones y las novedades literarias era más veloz que en el pasado, pero tenía un
ritmo lento para los estándares contemporáneos, un grupo de sudamericanos quiso pensar y cambiar su propio
mundo político nutriéndose de las enseñanzas del autor de La Democracia en América. Y casi dos siglos después
de ese momento, en la segunda mitad del siglo XXI, Tocqueville sigue diciéndonos mucho de la fenomenología de
las sociedades democráticas modernas, de sus contradicciones internas, de sus potencialidades, de sus promesas
incumplidas y de sus sueños posibles” 9.

Comentarios finales:

La propuesta que nos hace la escritora del presente libro, al desarrollar y comparar los modos de pensar en el
ámbito local bajo el contexto de intentar construir una nación argentina, con lo escrito por Alexis de Tocqueville
en el primer tomo de La Democracia en América, es para entender a quienes habiendo formado parte de esa
Generación Romántica de pensadores de la década de 1830 intentaron modelar este proyecto de nación y que
mucho de ese pasado todavía está presente en la actualidad, al preguntarnos por cuestiones que creemos del todo
saldadas. Es decir, que esa mirada retrospectiva de cómo se pudo pensar un proyecto de nación hoy en día nos
sigue interpelando desde la filosofía política, invitando a quienes lo leemos a repensar nuestro propio mundo
político.

El libro contiene abundantes referencias a distintas fuentes históricas y una extensa bibliografía que le permiten
sostener cada una de las afirmaciones que realiza a lo largo de los capítulos, como también la utilización de
conceptos bien definidos y una mirada sociológica en los discursos desarrollados. No solo realiza comparaciones
en cuanto a similitudes entre los pensadores locales y Alexis de Tocqueville, sino también de sus diferencias: eso
nos da aún más herramientas para pensar nuestro presente.

9 Rodríguez Rial. Op. Cit. Pág. 204 - 205.


Es muy interesante la observación que realiza a la hora de explicarle a los lectores por qué siendo ella mujer, se
atreve a trabajar con un campo teórico que fue pensado por hombres: es en esta instancia donde nos refiere que
para ella es justamente este su desafío y es enorme, pese a que pueda parecer poco para otros.

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