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“2022 - Las Malvinas son argentinas”

17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 1

SESIÓN
ESPECIAL
PERÍODO 140º

2ª REUNIÓN - 1ª SESIÓN ESPECIAL - 17 DE MARZO DE 2022

PRESIDENTA: DOCTORA CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER


PRESIDENTA PROVISIONAL: SENADORA CLAUDIA LEDESMA ABDALA
VICEPRESIDENTA: SENADORA CAROLINA LOSADA
VICEPRESIDENTE 1º: SENADOR MAURICE FABIÁN CLOSS
VICEPRESIDENTA 2ª: SENADORA GUADALUPE TAGLIAFERRI

SECRETARIOS:
SEÑOR MARCELO JORGE FUENTES Y SEÑORA MARÍA LUZ ALONSO
PROSECRETARIOS:
SEÑOR JUAN PEDRO TUNESSI, SEÑOR MARIANO RAMIRO CABRAL, Y
SEÑOR DIEGO BERMÚDEZ

Dirección General de Taquígrafos


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PRESENTES: LINARES, Carlos Alberto


ÁLVAREZ RIVERO, Carmen Silvia LÓPEZ VALVERDE, Cristina del Carmen
ANDRADA, Guillermo Eduardo LOSADA, Carolina
ÁVILA, Beatriz Luisa LOUSTEAU, Martín
BASUALDO, Roberto Gustavo MARTÍNEZ, Julio César
BENSUSÁN, Daniel Pablo MAYANS, José Miguel Ángel
BLANCO, Pablo Daniel MENDOZA, Sandra Mariela
CATALFAMO, María Eugenia MONTENEGRO, Gerardo Antenor
CLOSS, Maurice Fabián NEDER, José Emilio
CORNEJO NEILA, Alfredo Víctor OLALLA, Stella Maris
CORPACCI, Lucía Benigna PARRILLI, Oscar Isidro
COSTA, Eduardo Raúl PETCOFF NAIDENOFF, Luis Carlos
CREXELL, Carmen Lucila PILATTI VERGARA, María Inés
DE ANGELI, Alfredo Luis RECALDE, Mariano
DI TULLIO, Juliana RODAS, Antonio José
DOÑATE, Claudio Martín RODRIGUEZ, Matías David
DURÉ, María Eugenia RODRÍGUEZ SAÁ, Adolfo
ESPÍNOLA, Carlos Mauricio ROMERO, Juan Carlos
FAMA, Flavio Sergio SAPAG, Silvia
FERNÁNDEZ SAGASTI, Anabel SCARPIN, Dionisio Fernando
FIAD, Mario Raymundo SCHIAVONI, Humberto Luis Arturo
GARCÍA LARRABURU, Silvina Marcela SNOPEK, Guillermo Eugenio Mario
GIACOPPO, Silvia del Rosario SOLARI QUINTANA, Magdalena
GIMENEZ, Nora del Valle TAGLIAFERRI, Guadalupe
GONZÁLEZ, Gladys Esther TAPIA, María Belén
GONZÁLEZ, María Teresa Margarita TERENZI, Edith Elizabeth
GONZÁLEZ RIOLLO, Gabriela TORELLO, José María
GUERRA, Ricardo Antonio TORRES, Ignacio Agustín
HUALA, María Victoria UÑAC, José Rubén
IANNI, Ana María VALENZUELA, Mercedes Gabriela
JUEZ, Luis Alfredo VEGA, María Clara del Valle
JURI, Mariana VIGO, María Alejandra
KRONEBERGER, Daniel Ricardo VISCHI, Eduardo Alejandro
KUEIDER, Edgardo Darío WERETILNECK, Alberto Edgardo
LEAVY, Sergio Napoleón YEDLIN, Pablo Raúl
LEDESMA ABDALA, Claudia ZIMMERMANN, Víctor
LEWANDOWSKI, Marcelo Néstor

Dirección General de Taquígrafos


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ÍNDICE

1. Izamiento de la bandera nacional. Entonación del Himno Nacional Argentino.


2. Convocatoria.
3. Asuntos Entrados.
4. Homenaje. Moción de tratamiento sobre tablas.
5. Mociones de preferencia.
6. Programa de facilidades extendidas a efectos de refinanciar la deuda
existente con el Fondo Monetario Internacional, correspondiente al Acuerdo
Stand-By suscripto en el año 2018. (O.D. N° 1/22.)
7. Apéndice.1
- Convocatoria.
- Acta de votación.
- Asuntos entrados.
- Inserciones.

1 El Apéndice de la versión taquigráfica digital incluye la convocatoria, el acta de votación y las


inserciones remitidas a la Dirección General de Taquígrafos. La documentación completa
contenida en el Apéndice figura en el Diario de Sesiones.
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–En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a las 14:08 del jueves


17 de marzo de 2022:

Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Buenas tardes a todos y a todas.


Solicito si se podrían ir identificando en sus respectivas bancas, a los
efectos de poder conformar el quórum.
–Luego de unos instantes:
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Muy bien.
Con la presencia de 49 señores senadores y senadoras, se da inicio a la
sesión del día de la fecha.

1. Izamiento de la bandera nacional. Entonación del Himno Nacional


Argentino

Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Invito a la senadora Silvina García


Larraburu a izar el pabellón nacional, y a mantenernos de pie mientras
entonamos las estrofas del Himno Nacional Argentino.
Gracias.
–Puestos de pie los presentes, así se hace. (Aplausos.)

2. Convocatoria

Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Se incorporan las distintas notas de


distintos señores senadores y senadoras, pidiendo esta sesión especial.

3. Asuntos Entrados

Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- También se da lugar a los asuntos


entrados, de acuerdo al artículo 187 del reglamento.
Si hay asentimiento, se da conformidad…
–Asentimiento.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Hay asentimiento.

4. Homenaje. Moción de tratamiento sobre tablas

Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- ¿Homenajes?


¿Quién va a pedir hacerlo?
Sr. Secretario (Fuentes).- El senador Romero.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- El senador Romero.
Pero no pide la palabra. ¿Dónde está…? Ahí está.
Tiene la palabra para un homenaje, senador Romero.
Sr. Romero.- Señora presidenta, señores y señoras senadores: un día como
hoy, hace treinta años, el 17 de marzo de 1992, los argentinos sufrimos uno de
los hechos más graves de nuestra historia, que fue el atentado, en Arroyo y
Suipacha, a la Embajada de la República de Israel. Ese fue un golpe muy duro.
Desde entonces, se ha buscado que haya justicia y no hemos podido, los
argentinos, resolver judicialmente este tema.
Desde el interbloque de Cambiemos, queremos homenajear a las
víctimas: 29 fallecidos, 242 heridos, familias golpeadas, destruidas. Así como
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mostró nuestra vulnerabilidad, también, transmitió este dolor al resto de la


sociedad que quiere vivir en paz.
La enseñanza es, sin duda, la necesidad de los argentinos de buscar
justicia para este tipo de hechos, que haya un castigo ejemplar, que lo hubiera
habido; de lo contrario, estos crímenes no deben prescribir nunca. Junto con el
atentado a la sede de la AMIA, la Mutual Israelita, realmente son los dos hechos
que golpearon al país y a los argentinos desde el ángulo del terrorismo.
Sé que es una sesión especial. Salvo con los dos tercios, es difícil si no
se cuenta con ellos. Por eso, hablé con los presidentes de los bloques para que
aprobemos, en el día de hoy, el asunto entrado N° 361, del 15 de marzo, que
justamente, es un repudio y un recordatorio de las víctimas de ese atentado. Dejo
reservado el pedido de tratamiento sobre tablas de este homenaje.
Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Tiene la palabra, senador Mayans.
¿Para un homenaje?
Sr. Mayans.- Por lo solicitado por el senador Romero.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Bien.
Sr. Mayans.- En primer lugar, nos sumamos al homenaje y, por supuesto,
también al repudio de este hecho de extrema violencia, realmente. La violencia
solo engendra violencia. La única forma de edificar un mundo más digno es a
través de la paz. No tenemos otra forma.
Obviamente que esto conmocionó a la República Argentina, al mundo.
Seres inocentes que sufren este atropello a sus vidas, a la dignidad humana.
Obviamente que estos son hechos absolutamente inaceptables para la
humanidad.
Nosotros vamos a prestar conformidad, presidenta, para que podamos
rendir este homenaje y este repudio, de acuerdo a lo solicitado por el senador
Romero.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Habiendo conformidad de todos los
bloques, se va a tratar el proyecto de declaración, sobre tablas, al que hizo
alusión el senador Romero.
–Se practica la votación a mano alzada.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Como hay conformidad y
asentimiento, resulta aprobado por unanimidad.
¿Alguien más pidió la palabra?

5. Mociones de preferencia

Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Ahora, viene el turno de


preferencias.
La senadora Clara Vega tiene la palabra.
Sra. Vega.- Es para pedir que por Secretaría Parlamentaria se conformen las
comisiones de Economías Regionales y Pymes; de Agricultura y Ganadería, y,
también, la de Industria y Comercio.
He presentado –creo que, también, varios senadores– proyectos
relacionados a lo que nos está pasando en esta coyuntura: la crisis por la guerra
Rusia-Ucrania, el aumento de los commodities, esto sumado a la inflación, que
impacta directamente en la economía diaria de todos los argentinos, pero
especialmente en nuestras provincias en donde el poder adquisitivo es muy
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limitado. El pan, por ejemplo, es un alimento básico de la canasta diaria que se


utiliza.
También, quiero pedir la conformación de la Comisión de Educación y
Cultura. Estamos muy cerca de lo que es la gesta de Malvinas, hay muchos
proyectos relacionados a ese tema. Por ejemplo, quisiera que se reconozca y se
conozca, especialmente en las escuelas primarias y secundarias, una película
documental, producida por jóvenes productores y cineastas de nuestro país, que
se llama Buenas noches, Malvinas, que es una mirada diferente sobre esto, que
a pesar de todas las cosas que nos pasan, siempre Malvinas es una gesta que
une a todos los argentinos. Así que ese es mi pedido. Muchas gracias, señora
presidenta.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Bien.
Tiene la palabra para una cuestión de preferencia, senador Julio Martínez.
Sr. Martínez.- Por tres proyectos de mi autoría, acompañados por otros señores
senadores.
El primero de ellos es el expediente 373/22, que es para permitir que este
Senado de la Nación pueda escuchar al presidente de Ucrania Volodímir
Zelenski, como lo está haciendo en distintos parlamentos del mundo. Ya ha
hablado en el Parlamento europeo, en el Parlamento británico, en el Parlamento
de Canadá, en el Parlamento de Estados Unidos y lo va a hacer en muchos otros
Parlamentos que tiene agendados para estos días.
Una iniciativa semejante ha presentado Mario Negri, el diputado Mario
Negri, en Diputados.
Este no es un proyecto que pretende ser uno más en una estadística, sino
que creemos que en este tiempo tan importante para el mundo, poder escuchar
y permitir que nuestro Parlamento, y así, con eso, nuestra gente pueda escuchar
de primera mano al presidente de Ucrania sus vivencias, sus necesidades; cómo
nosotros podemos aportar en estos tiempos por la paz y cómo podemos hacerlo
en posguerra para ello.
Nosotros condenamos abiertamente lo que está pasando en la guerra y,
sobre todo, lo que está haciendo Putin y su ejército, y sus fuerzas armadas, con
Ucrania.
Me gustaría que si hay gente que no simpatiza con Ucrania o que no
quiere condenar a Putin y a Rusia con lo que están haciendo, que no
obstaculicen esta iniciativa; que lo permitan. Que permitan que el Parlamento
pueda escuchar y que permitan que todos podamos saber de primera mano lo
que está sucediendo. Y si alguno desea pedir escuchar a Putin sería bueno que
ponga la cara, ponga la firma en un proyecto como este y lo diga, y avance en
esa iniciativa a tal efecto. Porque hasta ahora, el único… Estamos viendo un
doble discurso, una doble presencia. En algunos casos, vemos que en la
Cancillería, donde va Cafiero dice una cosa, pero donde va Tettamanti, que es
su vice, dice otra cosa.
Ayer estuvo el jefe de Gabinete Manzur en la Embajada de Estados
Unidos y ha repudiado claramente las acciones de Rusia y las decisiones de
Putin. Y eso nos gustaría saber de todos ustedes, y al ir avanzando con esta
iniciativa nos va a permitir poder hacer y saber qué piensan. Porque, hasta ahora,
el único de ustedes que dijo qué piensa de Putin es Milani.
Me gustaría que escuche, presidenta, para poder saber, porque es
decisión de usted; va a tener que ayudar u obstaculizar esta decisión.
Otra cuestión de privilegio es el expediente 140/22…
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Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- No, no, senador; estamos en


preferencias, no en privilegio.
Sr. Martínez.- Perdón, la preferencia; perdón, me equivoqué…
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Sí, sí, claro.
Sr. Martínez.- El expediente 140/22, que pide la suspensión del acuerdo firmado
en diciembre con Rusia para que nuestras fuerzas armadas, las tres fuerzas
armadas, los oficiales y suboficiales se vayan a formar en academias rusas y a
capacitarse para sus acciones.
Podamos dar el beneficio de la duda que, cuando esto se firmó, todavía
no estaba la guerra y todavía no se sabía de lo que era capaz de hacer aquel
ejército y ese presidente. Y también decir que convenios como este que se firmó
con Rusia los hay con Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, España, China,
Brasil, México, Perú, Colombia, Ecuador. Pero vamos a tener que tomar una
decisión.
Por eso, solicito que me acompañen en esta iniciativa y se pueda tratar;
y, ojalá, el Ejecutivo y el Ministerio de Defensa tomen recaudos al respecto. Digo
esto porque cuando se firmó no se sabían todas estas cosas. Sin embargo, hoy
me parece lamentable que podamos enviar a nuestras fuerzas armadas –unas
fuerzas armadas para la democracia, unas fuerzas armadas que están
supeditadas al poder civil y que son respetuosas de las instituciones, de las leyes
y de la Constitución– a entrenarse de acuerdo con la formación que le da Putin
a sus fuerzas armadas, a su escuela, donde estamos viendo para qué están
sirviendo y en qué escuela se están instruyendo.
Por último, la tercera iniciativa para la que pido preferencia es la
modificación de la Ley de Manejo del Fuego. La iniciativa solicita la nulidad de
esa modificación. Se trata del expediente S.-141/22, que pide la derogación de
esas modificaciones que se hicieron.
Este año, todos los argentinos hemos sufrido y hemos visto lo que ha
pasado en Corrientes con el incendio. Sin embargo, además de toda la dificultad
que tiene el pueblo correntino –sus productores, sus propietarios, su gobierno–,
de todo por lo que pasó, tendrá que soportar las consecuencias de esta
modificación que se aprobó acá.
Dicha modificación planteaba que cuando se incendiara un campo
productivo ganadero, agrícola o de lo que fuera, durante treinta años no se podía
hacer ninguna experiencia inmobiliaria, pero tampoco se podía cambiar el
destino dentro de la misma producción agropecuaria que tenían.
Sesenta años…
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Senador, senador: va por la tercera;
pero, de preferencia, son cinco minutos.
Sr. Martínez.- Cinco minutos por preferencia. Son tres preferencias, pero ya
termino.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- No, no, no. La preferencia, cuando
hace uso de la palabra un senador para pedir preferencia, ese señor senador o
senadora tiene cinco minutos, por reglamento. Usted ha transcurrido ya dos
minutos de más: va por siete minutos.
Sr. Martínez.- Ya termino. Termino. Redondeo y termino.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Redondee. Gracias.
Sr. Martínez.- Quiero decir que esta iniciativa es inconstitucional e impracticable.
Hablando con un gobernador, me decía: “¡Eso no lo podemos aplicar!” “¡Y mucho
menos nosotros y mucho menos cuando se incendian los campos!”.
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Yo pensaba en un productor olivícola o nogalícola de mi provincia ¡y ni


hablar de uno que tenga bosques…!
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Senador, le reitero: la preferencia
es para pedir la preferencia, no es para fundamentarla.
Sr. Martínez.- Pero hay que fundamentarla.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Sí, pero...
Sr. Martínez.- Pero son tres preferencias. Bueno, ya termino.
Quiero decirle que esta iniciativa es inconstitucional. Y es tan
inconstitucional, que lo tenemos que resolver nosotros modificando y anulando
lo que se aprobó; de lo contrario, lo hará un juez. En efecto, es tan
inconstitucional, que hasta un juez de línea va a declararla inconstitucional.
Muchas gracias, presidenta. Muy amable, usted.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- De nada, señor senador.
Para una preferencia, Tiene la palabra, senador Mayans.
Sr. Mayans.- Simplemente, tenemos que fijar postura por parte del bloque de si
acompañamos o no. Obviamente, siempre los pedidos de preferencias los
acompañamos con despacho de comisión.
Ahora bien, en cuanto a cada comentario que ha hecho, quiero decir que,
por ejemplo, sobre la guerra hubo un pronunciamiento por parte del gobierno. En
efecto, la Constitución dice que quién maneja las relaciones exteriores es el
Poder Ejecutivo; y hubo un pronunciamiento expreso por el parte del Poder
Ejecutivo y, también, en las Naciones Unidas por parte de la República
Argentina.
Así que, estamos absolutamente en contra de la violencia que ejerza
cualquier país contra otro.
Con respecto al tema del movimiento de tropas, usted fue ministro de
Defensa y sabe que la entrada y la salida de tropas debe ser autorizada por una
ley. Digo más, ese pedido viene en forma anual al Parlamento, al Senado, a fin
de autorizar la entrada y salida de tropas. O sea que eso tiene que ser tratado
oportunamente, si es que el Poder Ejecutivo solicita la entrada y salida de tropas.
Usted, como exministro de Defensa, sabe que cada año se hacen estos
ejercicios militares que creo que son, aproximadamente, veintisiete.
Por último, en cuanto a la ley del fuego…
–El señor senador Martínez formula manifestaciones fuera del
alcance del micrófono.
Sr. Mayans.- Nosotros también, obviamente, pedimos que sea tratada con
despacho de comisión. Nosotros vamos a votar la preferencia para los tres
proyectos, pero con despacho de comisión.
Por otra parte –este es un comentario mío–, no hace falta que usted le
diga a la presidenta que obstruye o no obstruye, porque ella no vota: ella conduce
el debate. Simplemente, eso. Gracias.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Bien.
Tenemos, entonces, dos senadores y una senadora que han hecho una
moción de preferencia. Vamos a votarlas todas juntas, con despacho de
comisión.
Se van a votar las preferencias solicitadas por los señores senadores y la
senadora, con despacho de comisión.
Si hay asentimiento…
–Se practica la votación a mano alzada.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Hay asentimiento.
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Cuestiones de privilegio no hay, así que pasamos directamente al


tratamiento del Orden del Día.

6. Programa de facilidades extendidas a efectos de refinanciar la deuda


existente con el Fondo Monetario Internacional, correspondiente al
Acuerdo Stand-By suscripto en el año 2018 (O.D. N° 1/22.)

Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Corresponde que por Secretaría se


lea el orden del día.
Sr. Secretario (Fuentes).- Orden del Día N° 1/22. Dictamen del proyecto de ley
venido en revisión por el que se aprueba el programa de facilidades extendidas
a efectos de refinanciar la deuda existente con el Fondo Monetario Internacional,
correspondiente al Acuerdo Stand-By suscripto en el año 2018.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Tiene la palabra, senador Mayans.
Sr. Mayans.- Hemos tenido conversaciones con los presidentes de las distintas
bancadas; por eso, acordamos tratarlo hoy, a esta hora. Así que, formalmente,
vamos a solicitar el tratamiento sobre tablas del Orden del Día N° 1/22, que ya
ha expresado la Secretaría Parlamentaria de qué se trata.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Se somete a consideración el
tratamiento sobre tablas del orden del día enunciado por Secretaria.
–Se practica la votación a mano alzada.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Hay conformidad.
A continuación, se pasará a dar lectura a la lista de oradores que han
conformado entre todos los bloques, para su tratamiento y aceptación por parte
del pleno.
Sr. Secretario (Fuentes).- Guerra, Zimmermann, Lousteau, Closs, Schiavoni,
Juez, Leavy, Martínez, Torres, Linares, Fiad, Ávila, Mendoza, Fama, Andrada,
Álvarez Rivero, Sapag, Tapia, De Angeli, Pilatti, Torello, Catalfamo, Basualdo,
Giménez, Scarpin, Rodríguez Saá, González (Gladys), Yedlin, Tagliaferri,
Blanco, Kueider, Romero, Vigo, Solari, Vega, Weretilneck, Naidenoff, Cornejo y
Mayans. Se ha sumado, a último minuto, la senadora Giacoppo, también.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Se somete a consideración del
pleno.
–Se practica la votación a mano alzada.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Aprobada la lista de oradores.
Para comenzar el debate, Tiene la palabra, senador Guerra.
Sr. Guerra.- Gracias, señora presidenta.
Viene a tratamiento en revisión el proyecto de ley, cuyo dictamen de
comisión fue rubricado por la totalidad de sus miembros, que aprueba el
Programa de Facilidades Extendidas, a efectos de refinanciar la deuda existente
con el Fondo Monetario Internacional, correspondiente al acuerdo Stand-By
suscripto en el año 2018, contenido en el expediente CD.-1/22.
El acuerdo para arribar a un Programa de Facilidades Extendidas con el
Fondo Monetario Internacional, que permita el refinanciamiento, además del
fortalecimiento de reservas presupuestarias –el acuerdo Stand-By tomado por la
gestión del gobierno anterior en mayo de 2018–, se compondrán de dos
documentos: el Memorándum de Políticas Económicas y Financieras, donde se
plantean las acciones a adoptar para promover el crecimiento de la economía en
modo sostenible, inclusivo, progresivo y federal; y el Memorándum de
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Entendimiento Técnico, donde se determina cómo se evaluará temporal y


cuantitativamente lo planteado en el documento anterior.
El Memorándum de Políticas Económicas y Financiaras lo conforman tres
capítulos: primero, Antecedentes y Evolución Macroeconómica; segundo, Marco
de Políticas y Programa Económico 2022-2024 –que, a su vez, contiene tres
subcapítulos: Política Fiscal y de Financiamiento, Política Monetaria y Cambiaria,
y Políticas de Crecimiento y Resiliencia–; y, por último, el capítulo tercero,
Monitoreo del Programa y Salvaguardas.
El Memorándum Técnico de Entendimiento contiene: breve introducción
explicativa en qué consiste; criterios de ejecución cuantitativas –definición de
variables–; metas indicativas y cuantitativas –definición de variables–; otras
definiciones relevantes para la condicionalidad del programa; otros requisitos de
información.
En relación al cronograma de desembolsos y esquemas de amortización
de los recursos que se contemplan, refiere a que será por una cifra equivalente
a los fondos efectivamente ingresados por el acuerdo Stand-By de 2018 y que
ascienden, aproximadamente, a 44.500.000.000 de dólares, equivalente a
31.914.000.000 de Derechos Especiales de Giro –la unidad de cuenta del Fondo
Monetario Internacional–, equivalente a un mil por ciento de la cuota de
participación de nuestro país en el capital del organismo.
Los compromisos a asumir en el programa son por dos años y medio,
durante el cual la suma total referenciada será desembolsada trimestralmente a
partir de una partida inicial a efectivizarse en el presente mes de marzo de 2022,
en caso de aprobarse este acuerdo. Y, posteriormente, en diez oportunidades
más, sujetas a la aprobación de las respectivas evaluaciones que practique el
organismo acreedor.
Señalaba que este cronograma de desembolsos se inicia en el presente
mes de marzo –en caso de ser aprobado–, en donde la cifra a recibir sería de un
equivalente a 9.760 millones de dólares. Así, trimestral y sucesivamente, previo
a las aprobaciones de las evaluaciones del organismo acreedor, llegamos al
último, en septiembre de 2024, por una cifra de 1.135 millones de dólares,
totalizando los 44.500 millones de dólares referenciados.
Cada uno de los desembolsos tendrá su cuadro particular de devolución
en diez años, a razón de doce cuotas semestrales, con un período de gracia de
cuatro años y medio. Esto significa que la partida inicial de 9.760 millones de
dólares, a ingresar en este presente mes de marzo, tendrá su primer vencimiento
en septiembre de 2026 y, su último, en marzo de 2033. Mientras que el último
desembolso de 1.135 millones de dólares, que se prevé que ingrese en
septiembre de 2024, tendrá su primer vencimiento en marzo de 2029 y, su último,
en septiembre de 2035.
Entre ambos extremos, obviamente, se superpondrán vencimientos de
varios desembolsos, lo que provocará la necesidad de disponer de una mayor
cantidad de divisas para su cubrimiento.
En el Memorándum de Política Económica y Financiera, en su capítulo I,
Antecedentes y evolución macroeconómica, se describe el contexto de crisis
económica en que se encontró al país al asumir la actual gestión, a lo que se le
sumó casi de inmediato la crisis sanitaria originada por la pandemia de COVID-
19.
También hace referencia a las medidas adoptadas para superar esas
circunstancias; y señala los logros de gestión alcanzados, entre otros: el
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crecimiento del producto bruto interno en más del 10 por ciento durante 2021,
recuperando la caída del 9 por ciento producida en 2020; y la reducción del déficit
fiscal primario del 6,4 por ciento al 3 por ciento del PBI entre 2020 y 2021, cuando
la meta presupuestaria establecía un déficit primario de 4,5 por ciento del PBI.
En el capítulo II, Marco de políticas y programa económico 2022-24,
resaltan como principales objetivos el mantener la recuperación económica y
social lograda, a la vez de reforzar la estabilidad macroeconómica a partir de
mejorar gradual y sostenidamente las finanzas públicas, para hacer sostenible la
deuda; el reducir la inflación, a través de una estrategia donde confluyan políticas
fiscales, monetarias y de precios e ingresos; el fortalecer la balanza de pagos
mediante la acumulación de reservas; y el fortalecer el sostenimiento del
crecimiento económico, a partir de incentivar el ahorro interno, la inversión en
infraestructura e innovación y el desarrollo de los sectores de bienes transables.
Proyecta un crecimiento del producto bruto interno del 3,5 al 4,5 por ciento
en 2022 y, en adelante, que tienda a mantenerse en un rango en torno del 2,25
al 1,75 por ciento del PBI, complementado con una reducción de la inflación en
un rango de entre 38 y 48 por ciento para fines de 2022; y en adelante una
reducción de 5 puntos porcentuales por año, hasta fines de 2024.
Además, plantea el importante grado de incertidumbre del escenario base
o presente, lo que puede implicar que deban revisarse las políticas pautadas,
considerando que no se puede descartar aún un recrudecimiento de la
pandemia, ignorar las consecuencias que trae aparejada la guerra entre Rusia y
Ucrania –si no concluye pronto–, o los shocks sobre nuestros productos
exportables que pueden provocar eventos climáticos extremos.
En el subcapítulo a, Política Fiscal y Financiera, plantea la proyección de
reducción del déficit fiscal que, en línea con los principios de solidaridad,
pragmatismo y factibilidad, adoptados como política de gobierno, no recienta el
crecimiento económico logrado e, inherente a ello, proseguir con la inversión en
infraestructura, ciencia y tecnología e inclusión social.
En tal sentido, prevé una reducción gradual del déficit, basado en la
recuperación y crecimiento de la recaudación, a través de un esquema tributario
dotado de mayor progresividad, siendo la meta a alcanzar: un déficit primario del
2,5 por ciento del producto bruto interno en 2022, del 1,9 por ciento del PBI en
2023 y 0,9 por ciento del PBI en 2024.
Coherente con ello, plantea apuntalar una política de financiamiento
doméstico, previendo obtener recursos netos del sector privado de
aproximadamente el 2 por ciento del PBI por año, durante el período 2022-2024.
Y también prevé durante igual lapso, obtener un financiamiento neto de bancos
multilaterales de desarrollo y acreedores oficiales bilaterales del orden del 0,4
por ciento del PBI por año, para financiar proyectos de infraestructura, reforzar
programas sociales y alcanzar mayor eficiencia energética.
Con estas previsiones, a las que se agregará la búsqueda de un acuerdo
con el Club de París, para alcanzar un cronograma de amortizaciones
consistente con la capacidad del pago del país, sumado al financiamiento neto a
obtener del propio Fondo Monetario Internacional, previsto en un 0,7 por ciento
del PBI para 2022, se planea reducir el financiamiento del déficit con emisión
monetaria por parte del Banco Central al 1 por ciento del producto bruto interno
en 2022; 0,6 por ciento del PBI en 2023 y 0 por ciento en 2024.
El subcapítulo b, refiere a la Política Monetaria y Cambiaria. Dado el
persistente nivel de la inflación en nuestro país, considera que su origen es
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multicausal, un fenómeno donde confluyen problemas productivos,


macroeconómicos, financieros y distributivos; y que para reducirla de manera
duradera es necesario un programa de políticas económicas que los aborde.
Al efecto, además de reducir el déficit fiscal y su financiamiento con
emisión monetaria, prevé elevar la tasa de política monetaria efectiva anual
manteniéndola positiva, en términos reales, de modo de incentivar la demanda
de activos en pesos. Para ayudar al cumplimiento de las metas de nivel de
reservas comprometidas y preservar la competitividad, se mantendrá el tipo de
cambio real positivo.
Además, propicia acuerdos voluntarios de precios, que complementen los
aumentos salariales que se practiquen, para ayudar al crecimiento del salario
real.
El subcapítulo c, Políticas de Crecimiento y Resiliencia, reseña un
ambicioso listado de reformas necesarias para promover el crecimiento
sostenible e inclusivo, que buscarán estimular la expansión y diversificación de
los bienes transables, la inversión y la productividad, el desarrollo económico
local y regional, el empleo formal y la inclusión laboral, la mejora en la eficiencia
y sostenibilidad del sector energético, las políticas de adaptación y de mitigación
climática y el desarrollo de los mercados de capitales.
Finalmente, el capítulo III, Monitoreo del programa y salvaguardias,
establece que el programa será monitoreado a través de revisiones trimestrales,
medidas previas, criterios de ejecución cuantitativos, metas indicativas y
parámetros de referencias estructurales.
Expresa la confianza en que las políticas diseñadas son las adecuadas
para alcanzar los objetivos del programa y, de ser necesario, adoptar medidas
adicionales, se consultará con el organismo acreedor, previo a su
implementación.
Describe, en señal de acompañamiento, un detalle de compromisos de
financiamiento de diversas instituciones de oficiales para los primeros doce
meses del acuerdo.
Plantea que al momento de practicarse la primera revisión del programa
se hará un control de las salvaguardias fiscales, para lo cual el equipo técnico
del Fondo Monetario Internacional dispondrá de los informes de la última
auditoria del Banco Central argentino.
Solicita, para respaldo presupuestario, el uso del financiamiento del Fondo
Monetario Internacional. Y, en tal sentido, las funciones y responsabilidades por
las obligaciones financieras ante dicho organismo por parte del Banco Central y
del gobierno que surjan, se establecerán en un memorándum de entendimiento
entre ambos.
También solicita que los desembolsos del organismo multilateral se
practiquen en la cuenta de derechos especiales de giro, que se posee en el
mismo, como muestra del compromiso a cancelar las obligaciones a medida que
se produzcan los vencimientos.
El memorándum técnico de entendimiento fija la interpretación de las
definiciones de criterios de ejecución y metas indicativas que se aplicarán
respecto del acuerdo. Además, describe los métodos que se aplicarán para
evaluar el cumplimiento del programa, así como también la información que se
requerirá para la supervisión y los tiempos previstos para su entrega.
Fija los tipos de cambio del programa vigentes al 2 de marzo de 2022 para
todos los activos, pasivos y flujos de capitales vinculados a monedas extranjeras,
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 13

excluyéndose de esta consideración los saldos fiscales públicos, los que se


calcularán al tipo de cambio vigente.
Prevé que, para cualquier aspecto no previsto, se deberá adoptar la
metodología estadística del Fondo Monetario Internacional; y si ello no fuera
posible, previo a adoptar otros métodos, se deberá consultar al personal técnico
del organismo para llegar a un entendimiento y consensuar su aplicación.
Señora presidenta: el proyecto de ley que estamos tratando posibilitará
alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional lo más
inmediatamente posible, que permita centrar el esfuerzo de gestión en el
crecimiento de la economía y en la reducción de la inflación, lo que redundará
en el bienestar de la población; que permita, con el menor costo social posible,
elevar la pesada ancla del endeudamiento sin precedente al que nos sumió la
gestión del gobierno anterior; que nos permita, sin la imposición de las medidas
clásicas que históricamente son requeridas en este tipo de acuerdos, dejar atrás
el aspecto, quizá más difícil y complejo de la herencia recibida; y que nos permita
arribar a un refinanciamiento posible y que otorgue mayor progresividad a la
política de ingresos.
Es un acuerdo convenido en el marco de un mundo incierto, que estaría
dejando atrás la pandemia que nos azoló en los últimos años y que ha entrado
en un ambiente de guerra que no se veía desde el final de la Segunda Guerra
Mundial y que, como tal, se sabe cuándo inicia, pero no cuándo ni cómo termina.
Desde la perspectiva del organismo multilateral acreedor, el Fondo
Monetario Internacional, el endeudamiento al que se procura encauzar como
sostenible es de un nivel sin precedentes. A fines de 2019 representaba el 48
por ciento de su cartera global.
Si lo consideramos desde el punto de vista de nuestro país, se tomó deuda
por 57.100 millones de dólares, de los cuales efectivamente se recibieron 44.500
millones de dólares, cuando estatutariamente el margen máximo permitido
conforme el porcentaje de participación de nuestro país en el capital del
organismo es de no más de 19.500 millones de dólares.
Observando la cronología de vencimientos asumidos, claramente se
puede advertir que se preveían como de muy difícil cumplimiento al propio
momento de la firma.
Se acordó devolver 4.710 millones de dólares durante 2021, 18.900
millones de dólares durante 2022, 19.140 millones de dólares durante 2023 y
4.820 millones de dólares durante 2024. Totalizan 47.570 millones de dólares en
tan solo cuatro años.
Si se analizara el destino de los recursos, se advertiría que no implicaron
una capitalización de nuestra economía a partir del incremento de reservas, sino
que salieron casi simultáneamente para la formación de activos externos.
Según información del documento Mercado de cambios, deuda y
formación de activos externos 2015-2019, del Banco Central de la República
Argentina, se afirma que entre mayo de 2018 y octubre de 2019 se recibieron
44.500 millones de dólares provenientes del Fondo Monetario Internacional; y la
salida de divisas para formación de activos externos, en un lapso análogo,
ascendió a 45.100 millones de dólares.
Como conclusión, estamos frente a un endeudamiento en el que se
observa: insostenibilidad de la deuda, falta de rigurosidad en los criterios para
acceder al endeudamiento, inobservancia del estatuto del organismo multilateral
e inobservancia de la legalidad de nuestro país.
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Un endeudamiento que en el informe de evaluación ex post programa


Stand-By 2018, practicado por el propio organismo acreedor, resalta que
ninguno de los objetivos que se plantearan en el mismo fue alcanzado: no se
restableció la confianza ni el acceso a los mercados; se contrajo el producto bruto
interno y aumentó la inflación; bajó el empleo formal y aumentó la pobreza; el
tipo de cambio se depreció; hubo ausencia de medidas de control de los flujos
de capitales; los desembolsos del préstamo financiaron la salida de capitales;
aumentó el endeudamiento en término de porcentaje del PBI; y no hubo una
reestructuración de la deuda, agravando la situación.
En consecuencia, se deduce que el préstamo Stand-By otorgado en mayo
de 2018 al gobierno argentino de entonces ha sido alejado de lo estatutaria y
legalmente permitido y cercano a una especulación política, donde no se
vislumbró una vocación por cumplir las condiciones que el organismo multilateral
imponía para la toma del préstamo. Sin embargo, los fondos fueron
desembolsados.
Señora presidenta: sin lugar a duda estamos frente a una difícil decisión:
la de aprobar el arribo nuevamente a un acuerdo con el Fondo Monetario
Internacional, cuando nos habíamos liberado de sus condicionamientos e
imposiciones en enero de 2006; la de aprobar el arribo nuevamente a un acuerdo
con el organismo multilateral, con el que se mantuvieron solo malas
experiencias.
No obstante, a pesar de ello, la responsabilidad y el aporte a la
gobernabilidad desde los diferentes roles que la institucionalidad nos posiciona,
lleva a tener que a encaminar la situación y a procurar liberar en el corto plazo a
la economía de tamaña carga, haciéndola sostenible y extensible en el tiempo,
de modo de volver al crecimiento, de volver la mirada hacia adelante y dejar el
pasado, de poder volver a recrear la esperanza y la previsibilidad en nuestra
sufrida Argentina.
Que hoy estemos tratando en este recinto, luego de que hiciera lo propio
la Cámara de Diputados, la refinanciación de una deuda pública, es inédito.
Significa un cambio sustancial respecto a la transparencia en una gestión de
gobierno; significa que nunca más se podrá endeudar al país sin que
previamente tal decisión sea discutida en este Congreso de la Nación de cara a
la sociedad.
Por todo ello, y sin que deba significar la liberación de las
responsabilidades que les pudieran caber en los estamentos administrativos,
judiciales y políticos pertinentes a quienes tomaron la decisión de asumir este
exagerado endeudamiento, apelo a la consideración de las señoras senadoras
y señores senadores para que acompañen la aprobación del proyecto de ley en
tratamiento. Muchas gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Zimmermann.
Sr. Zimmermann.- Gracias, presidenta.
Voy a compartir de tiempo de miembro informante de nuestro interbloque
con el senador Martín Lousteau.
Ya entrando en tema, quiero en primer lugar marcar la voluntad
mayoritaria de la representación política e institucional de la Argentina en abordar
y resolver este problema de los vencimientos de la deuda con el Fondo Monetario
Internacional.
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En este marco, vuelvo a destacar y poner en valor la enorme


responsabilidad que ha demostrado la oposición en Diputados, para evitar un
colapso inmediato, como lo hicimos los radicales, en otro momento de la historia,
cuando tuvimos que negociar con el Fondo Monetario, inaugurando esta
democracia con una terrible herencia económica: con una inflación de 433 por
ciento, sin reservas internacionales y una enorme deuda externa; y nos pusimos
a trabajar.
¿Y por qué esta mención a Diputados? Porque el proyecto, aprobado por
la Cámara de origen que hoy estamos tratando, difiere sustancialmente del
proyecto enviado por el Poder Ejecutivo nacional. No es una refinanciación; acá
estamos debatiendo un proyecto de un artículo, que versa sobre la posibilidad
de aprobarle al Poder Ejecutivo nacional una operación de crédito público. Este
es un nuevo préstamo, contenido en un programa de facilidades extendidas, para
cumplir con las obligaciones del programa Stand-By anterior, lo que posibilitaría
cumplir con los vencimientos en este año y, de esta forma, evitar el default.
Es decir, señora presidenta, la cuestión central que debemos decidir en
esta tarde es: default sí o default no, con todo lo que implicaría entrar en mora y
no pagar. Porque entrar en default sería, por ejemplo, no tener créditos
internacionales, no tener acceso al crédito a los organismos bilaterales de
crédito, como el Banco Mundial, el BID, la CAF, que mediante ellos nosotros
hacemos escuelas, hacemos ripio, hacemos electrificación rural, hacemos
centros de recuperación de adicciones, hacemos obras de energía, hacemos
obras que tienen que ver con la conectividad y financiación de programas
productivos en todas nuestras provincias.
Entrar en default también significaría tener un aumento de la emisión
monetaria, para poder financiar el déficit de nuestro gasto público, que aquí el
miembro informante del oficialismo lo planteó como uno de los desafíos de la
reducción. Y eso significaría más inflación, significaría más pobreza y significaría
más marginalidad.
Queda claro, entonces, que lo que vamos a hacer hoy, en base a nuestras
facultades constitucionales –que tiene el Congreso de la Nación y este Senado–
, es autorizar un nuevo préstamo por 44.500 millones de dólares para refinanciar
40.000 millones de deuda y 4.500 millones quedarían de libre disponibilidad para
refuerzo presupuestario, como lo reconociera el ministro de Economía días
pasados, cuando aquí, en el Senado de la Nación, en la Comisión de
Presupuesto y Hacienda, debatíamos estos temas, junto a otros ministros del
Poder Ejecutivo nacional.
Está claro, señora presidenta, que refinanciar la deuda con el Fondo
Monetario es una condición necesaria, pero insuficiente en sí misma. Porque,
además, la deuda con el Fondo es solo el 12 por ciento del total de la deuda
pública argentina. Y esto significa, como aquí se ha dicho también, poner en
marcha un programa, con los distintos memorandos que aquí ha explicado y
explicitado el miembro informante, que acordó el Poder Ejecutivo nacional y sus
funcionarios, con las autoridades del Fondo Monetario Internacional, del que
nosotros no participamos. Es allí donde tenemos dudas e incertidumbre; y por
eso lo hemos planteado con absoluta claridad en esta reunión que tuvimos de
Comisión, en distintos momentos, en el Senado de la Nación.
Algunas preguntas tuvieron respuestas y otras no; y estas dudas
persisten, señora presidenta. Por ejemplo, cuando hablamos de la reducción del
déficit fiscal, lo que se podría abordar de dos formas. Este déficit fiscal, para 2022
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 16

va a ser del 2,5 del PBI; para 2023 va a ser del 1,9; para 2024 va a ser del 0,9;
para así llegar al equilibrio fiscal en 2025. Si tomáramos la partida de los
recursos, seguramente se podrían aumentar mejorando la recaudación, pero
también se podría hacer aumentando impuestos o aumentando retenciones.
Yo quiero decirle a todo el Senado y a usted, señora presidenta, que no
estamos en condiciones de seguir aumentando impuestos en la Argentina,
porque la presión tributaria es muy alta y estamos al límite, e iría en contra de la
productividad y el crecimiento.
También podríamos atacar la reducción del déficit desde el punto de vista
de los gastos: reduciendo los gastos de funcionamiento del Estado; reduciendo
los gastos superfluos; de pronto fijar prioridades o simplemente dejar que esta
alta inflación que tenemos en la Argentina se encargue de licuar el gasto público
que tenemos actualmente.
De ser esta la posibilidad, los jubilados se verán cada vez más
perjudicados para llegar a fin de mes, así como también quienes reciben
programas sociales y los asalariados. Planteos estos, señora presidenta, que
hicimos, pero que no fueron totalmente respondidos.
Otros de los temas que nos preocupan son la tasa de interés real positiva
y la inflación. Por supuesto que creemos que es bueno tener una tasa de interés
real positiva para incentivar el ahorro en pesos y que la gente no vaya al dólar,
con todo lo que ello significa. Ahora, la pregunta que nos hacemos
permanentemente, y sé que también se la hacen ustedes, es que ante esta
espiral inflacionaria, con aumento de combustible, con readecuación de tarifas,
con aumentos de precios de alimentos, con este tipo de cambio que sigue a la
inflación, ¿cómo piensan lograrlo; si el índice de inflación de febrero fue del 4,7
el mayorista y de alimentos el 7,5?
Lo dijo también claramente el miembro informante, que el compromiso del
memorando económico financiero es que el tramo inflacionario va a estar entre
el 38 y el 48 por ciento. Pero ya hoy el interanual mayorista nos da el 52 por
ciento y el interanual de alimentos nos da el 80 por ciento. ¿Cómo piensan
cumplirlo? ¿Cómo piensan bajar la inflación para que no tengamos más pobreza
y más marginalidad?
Otro de los temas que nos preocupan es el del crédito, para ver si
finalmente podemos poner a disposición créditos a tasa más barata, a fin de que
nuestros emprendedores, los trabajadores del campo, los comerciantes, la
industria, puedan capitalizarse y así empezar a producir, que es el desafío que
tenemos todos: aumentar la producción de bienes y consumos y poner en
marcha la economía.
Otro de los temas en el que tenemos dudas, y que también preguntamos
y no recibimos suficientes respuestas, tiene que ver con el presupuesto. Yo sé
claramente que el gobierno nacional tiene presupuesto: tiene el prorrogado 2021;
y que solo ahora se comporta como una referencia. En ese presupuesto, señora
presidenta, teníamos una inflación del 29 por ciento y un déficit fiscal del 3,3 del
PBI. El presupuesto 2022, que se envió a la Cámara de Diputados, preveía una
inflación del 33 por ciento. Todos estos datos de las variables macroeconómicas
están muy lejos de los compromisos y de los datos actuales.
Nosotros, señora presidenta, los ciudadanos argentinos, debemos saber
cómo se va a gastar la plata pública y, sobre todo, este excedente reconocido
por el ministro de Economía de 4.500 millones de libre disponibilidad. ¿Qué se
va a hacer por la educación? ¿Qué sé va a hacer por la salud? ¿Qué se va a
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 17

hacer por la lucha contra el narcotráfico? ¿Qué vamos a hacer por el campo?
¿Qué vamos a hacer por la industria y qué vamos a hacer por la producción?
Yo también necesito saber, como representante de mi provincia, el Chaco,
si van a instrumentar medidas necesarias para poder tener una tarifa diferencial
de la luz para nosotros, los del NEA; y así contar con un alivio fiscal para los que
no pueden pagar estos servicios que ahora son muy caros.
Entonces, la pregunta que nos hacemos es: ¿van a mandar un nuevo
presupuesto al Congreso de la Nación, para que sepamos cuáles son los
compromisos asumidos y, además, cumplir con el memorando económico
financiero que dice que debería estar reformulado el presupuesto 2022 al 15 de
abril de este año?
La pregunta, presidenta, es también: ¿creen realmente que el programa
diseñado por el Poder Ejecutivo nacional con el Fondo Monetario Internacional
no tendrá que reformularse en un período corto de tiempo? Porque da la
sensación de que prevé metas de difícil cumplimiento.
Finalmente, señora presidenta, quiero decirle que, a pesar de esta y otras
dudas que tenemos y de nuestros interrogantes, debo destacar la jornada de
trabajo que tuvimos en la Comisión de Presupuesto y Hacienda el día lunes, a
partir de las 15, con la presencia de funcionarios nacionales y con casi cinco
horas de intercambio, donde pudimos hacer preguntas, algunas de las cuales
fueron respondidas; otras, no. Pero, sobre todo, fue caracterizada por la
cordialidad, la firmeza y la búsqueda de soluciones a tantos problemas graves
que tenemos en la Argentina.
Sinceramente, como ciudadano chaqueño y argentino, espero que
podamos encontrar un norte con un programa que nos incluya a todos,
defendiendo –fundamentalmente– a los más vulnerables, poniéndonos todos
esta tarde –y hacia adelante– la camiseta de la Argentina.
Dicho esto, quiero decir que voy a acompañar este dictamen con mi voto
positivo.
Muchas gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Lousteau.
Sr. Lousteau.- Gracias, presidenta, y buenas tardes.
Ya los dos miembros informantes explicaron qué es lo que estamos
tratando hoy. Estamos tratando la aprobación de las operaciones de crédito
necesarias para un nuevo crédito con el Fondo Monetario, que refinancia el
Stand-By del año 2018 y que, también, aportan dinero fresco por 4.500 millones.
¿Por qué estamos tratando esto hoy? Primera reflexión. Los tiempos
habituales nuestros de trámite parlamentario indicarían que esto lo tendríamos
que tratar la semana que viene. Sin embargo, le estamos dando un tratamiento
expeditivo; y, por eso, hemos aprobado sobre tablas el tratamiento de este tema,
por dos tercios.
¿Por qué un tratamiento expeditivo? Porque el 21 –es decir, en cuatro
días– opera un vencimiento con el Fondo Monetario Internacional de alrededor
de 2.800 millones; y, en la Comisión de Presupuesto, el presidente del Banco
Central y el ministro de Economía dijeron que no están las reservas netas para
hacer ese pago. No solo eso: dijeron que, además, si no hacemos el pago,
después no se puede alcanzar un acuerdo con el Fondo Monetario porque ya se
está en default. Entonces, esa es la gravedad que estamos enfrentando y por
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 18

eso es que, desde la oposición, hemos puesto todo de nosotros en Diputados y


ahora acá para que esto se pueda aprobar lo más rápido posible.
No llegar a pagar tiene un montón de consecuencia –algunas ya las
mencionó el senador Zimmermann–, todas muy graves. El ministro de Economía
dijo que la Argentina nunca atravesó un default con multilaterales. Dijo que sería
más grave que un default con los bonistas privados. Dijo que sería una cesación
de pagos no con el Fondo, sino con todos los países del mundo, que son
accionistas del Fondo Monetario; que tendríamos cero crédito y, obviamente, no
nos prestarían el BID, el Banco Mundial, la CAF –esto lo dijo, también, el
presidente del Banco Central–; que no habría inversión extranjera directa; y que
las multinacionales no podrían pedir crédito a sus casas matrices. Nadie nos
prestaría. Pero, además, aumentaría el dólar, aumentaría la inflación y
aumentaría la pobreza; y rápidamente, no de a poco: súbitamente, sobre una
base que ya sabemos que está muy mal.
Entonces, ¿cuál es la importancia de la tarea que estamos haciendo hoy,
acá? Evitar sufrimientos mayores aún al pueblo argentino. Eso es: mayores aún
de los que ya padece. Esta es la importancia y esta es la gravedad; y creo que
el que mejor lo dejó claro fue el ministro de Interior. Estuvo en España, hizo una
nota en el diario El País y el titular de la nota –leo– dice: “El acuerdo con el Fondo
Monetario Internacional evita la catástrofe económica en Argentina”.
Entonces, así es como estamos tratando esto: contra reloj y con mucha
responsabilidad. Pero, ¿por qué? Porque ha habido una irresponsabilidad muy
grande por parte del oficialismo. Primero, trajo –lo dijo el senador Zimmermann–
un mal proyecto. En la Cámara de Diputados entró un mal proyecto, y hubo que
trabajar a destajo para hacer un proyecto que fuera aprobable por todos y evitar
estas consecuencias que acabo de mencionar.
Voy a volver un segundo a las consecuencias, para que nos demos una
idea. Hay treinta datos, aproximadamente, de default con el Fondo. Arrancó
Camboya en los 70. Acuérdense que hubo un conflicto en los 60 que impactó en
toda esa región. Después, en los 80, Nicaragua, Guyana, Chad, Vietnam, Sudán,
Sierra Leona, Liberia, Tanzania, Namibia, Gambia, Perú –en los 80, vuelvo a
decir–, Jamaica, Zambia, Sierra Leona otra vez, Somalia, Honduras, Panamá,
República Centroafricana, Haití, Honduras, República Dominicana, República
Centroafricana, Irak. A partir de ahí, empiezan los 90: Haití otra vez, Bosnia,
República Federal de Yugoslavia, República Centroafricana y Afganistán. El
último que entró fue Zimbabue, en el 2001. Ese es el conjunto de países que
entró en default con el Fondo Monetario Internacional.
¿Y qué se vio? Todos tuvieron menos crecimiento; todos tuvieron más
inflación; todos tuvieron más tensión y conflicto social. Lo digo por aquellos que
todavía piensan que esto no hay que votarlo, o hay que votarlo en contra.
Entonces, esto entró mal en la Cámara de Diputados, y hubo un gran
trabajo, a destajo, para poder sacar un proyecto que fuera votable por una
mayoría y evitar todas estas consecuencias.
Trajo un proyecto el ministro cuyos tiempos, como acabo de explicar al
principio, no daban para su aprobación parlamentaria habitual. Cuando explicó
por qué lo traía a último momento, dijo: Porque negociamos tan duro, tan duro,
que llegamos sobre el final. Es tan bueno el acuerdo –dice el ministro– que
llegamos al final, porque le sacamos de todo al Fondo.
Aun así, hay parte del oficialismo que no lo quiere votar al mejor acuerdo
posible.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 19

Frente a eso, la responsabilidad de la oposición: corrigió el proyecto


original, de acuerdo con la Constitución Nacional y el artículo 75; interpretó el
alcance de la 26.712, que es la Ley de Sostenibilidad de la Deuda, que fue una
ley muy vaga en términos de cómo está redactada y cuáles son las implicancias
que tiene a futuro –y esto queda como antecedente hacia futuro–; votó
unánimemente; y hoy, dio los dos tercios. Eso hicimos conscientes, repito, de la
gravedad y de la responsabilidad que tenemos; y así actuamos.
Ya sé; ya sabemos lo que van a decir. Ustedes van a decir: “Bueno,
háganse responsables, porque la deuda la generaron ustedes”. Miren, todas las
deudas son hijas del déficit acumulado a través del tiempo: todas. Así que las
deudas son responsabilidad de todos los gobiernos que tuvieron déficit. Cada
vez que hay deuda, hay que pagar la deuda anterior. Voy a decir para qué se
usó la plata del Fondo Monetario porque, si no, se repiten cosas sin sustento.
Vencimientos: Letras en dólares, 15.289 –desde que se pidió el crédito, hasta el
final del mandato–; BONAR, 10.750 millones de dólares; otros bonos en dólares,
5.707 millones de dólares; organismos multilaterales, 3.185 millones de dólares;
Bono Discount, 1.577 millones de dólares; deuda en pesos, 6.000 millones de
dólares. El remanente de eso son 1.628 millones de dólares que se usaron saben
para qué: para pagar importaciones de gas. Esas son las divisas que entraron y
las divisas que salieron. Hay 45.000 millones, y hay 45.000 del otro lado, de
divisas que salieron. Tratemos de entender los problemas para poder abordarlos
porque, si no, repetimos algo que no es cierto. Entró crédito con el Fondo, se
cancelaron deudas, y se pagaron cosas que necesitaban divisas.
Si uno dice: “No, la deuda del Fondo es de ustedes”, como si no hubiera
habido una deuda anterior, nosotros bien podríamos responder: “Miren, de toda
la deuda que en este momento tiene la Argentina –porque la del Fondo es entre
el 11 y el 12 por ciento– el 31 por ciento la emitió este gobierno”. ¡El 31 por ciento!
Tres veces la deuda del Fondo Monetario. Ahora, ¿para qué fue? Una parte fue
para déficit y, otra, para cancelar deuda anterior. Pero, si no hacemos los
números correctamente, es muy difícil.
Van a venir, también, con el tema de la fuga. Voy a leer algunas cosas de
un mega best seller sobre la fuga. Formación de activos externos, dijo el
presidente del Banco Central, que hoy se llama comúnmente “fuga”. Dice así –
pido permiso para leer–: “Néstor, haceme el favor, sacá la plata del banco y
mandala afuera. Estos tipos van a hacer lo mismo que con el Plan Bonex”.
¿Saben cómo se llama eso? Pedir que alguien fugue. “Haceme el favor: sacá la
plata afuera. Está bien que cuides la plata de la provincia, pero también cuidá la
nuestra”. Fuga.
Sigo: “Tiempo después y a través de un mecanismo legal, con acciones y
títulos de deudas que cotizaban en Nueva York, pudimos finalmente girar al
exterior”. Contado con liquidación. “Recuerdo que el presidente del Deutsche
Bank [las finanzas internacionales] en Argentina vino personalmente a nuestro
departamento de Juncal y Uruguay, en Recoleta, para que firmáramos la
documentación”. Fuga.
Después hay otra fuga, porque también cuando uno saca depósitos del
banco y los mete en una caja en dólares, también es fuga. ¿Por qué pasó eso?
Como otros argentinos, también, cuando tienen desconfianza en la política
económica, lo hacen. No estoy responsabilizando a nadie. Estoy diciendo: “Miren
lo que dicen; miren lo que pasa”.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 20

Dijo Página/12 que Cristina Kirchner explicó que, por desconfianza hacia
la política económica de Mauricio Macri, había decidido pasar a dólares sus
ahorros de casi 66 millones de pesos. Al tipo de cambio de 14,15, de junio,
obtuvo 4.664.000 dólares que quedaron depositados en dos cajas a nombre de
su hija Florencia. Eso, también, es formación de activos externos; eso, también,
es fuga.
Entonces, si alguien le dice a alguien “fugá la plata”, está incitando a algo
que ustedes dicen que está. Bueno, hay muchos de estos comportamientos que
son comportamientos de una economía que funciona mal y rompe los ahorros
todo el tiempo de todo el mundo. Entonces, lo que tenemos que corregir es cómo
funciona eso.
Obviamente, el gobierno de Cambiemos, cuando se quedó sin crédito –
por errores de política económica–, asistió al Fondo Monetario Internacional
porque se vencían un montón de cosas y no sabía de dónde las iba a pagar; y,
como ustedes saben y todos los argentinos sabemos, el crédito del Fondo
Monetario no regeneró la confianza. Ahora, déjenme decirles algo: la
restructuración “extraordinaria” que hizo el ministro Guzmán tampoco regeneró
la confianza.
El ministro Guzmán dijo que la tasa de salida –es decir, cuánto iban a
rendir los bonos argentinos– sería de entre el 6 y 8 por ciento. Los bonistas le
decían: “Más: 10, 12.” Terminó rindiendo 12. Hoy rinden más del 20; algunos,
más, el 24 por ciento. Entonces, no hay acceso al crédito.
Muchas veces dicen “Miren cómo Portugal salió del Fondo Monetario
Internacional”. ¿Saben por qué Portugal salió del Fondo Monetario
Internacional? ¡Porque se endeuda al 3 por ciento! Se endeuda más barato que
el Fondo. Entonces, ¡claro!, puede repagar la deuda al Fondo. Nosotros no
vamos a poder salir del Fondo si no regeneramos la confianza suficiente para
tener crédito barato.
Entonces, ¿qué están haciendo con el crédito? ¿Por qué la plata nueva?
Claro, es plata que ya se pagó: es decir, nos desendeudamos en 4.500 millones
de dólares con el Fondo y, ahora, le estamos pidiendo 4.000 millones de dólares
frescos. De hecho, lo dice la carta de intención en inglés. Dice que toda la plata
es para afrontar vencimientos, para el déficit fiscal y –tercero, recién– para
fortalecer las reservas; para el déficit fiscal.
Entonces, ¿por qué le están pidiendo plata fresca al Fondo Monetario?
¡Porque no tenemos crédito! Pueden decir que no están pidiéndole plata al
Fondo Monetario, pero la plata que le están pidiendo el Fondo Monetario es 50
por ciento superior a la totalidad de la plata neta que le están pidiendo al Banco
Mundial, al BID, a la CAF, a FONPLATA, a los chinos, a otros bilaterales y al
Banco Caribeño de Integración Económica; 150 por ciento es lo que le están
pidiendo a todos esos.
La verdad es que en la Argentina los problemas se repiten. Se repiten
como en esa película llamada El día de la marmota: nos levantamos y los
argentinos estamos siempre en el mismo día. ¿Cuál es la diferencia? La
diferencia es que en El día de la marmota el protagonista, a fuerza de repetir el
mismo día, primero trata de evadirse de su realidad y, después, empieza a
aprender cosas: “Bueno, vivo eternamente en este día. ¿Cuántas cosas puedo
aprender?” Bueno, aprende tantas que es mejor persona y, finalmente, a raíz de
haber aprendido, puede salir de la pesadilla de estar permanentemente
encerrado en el mismo día. La única diferencia es que nosotros no aprendemos.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 21

¿Qué creo que pasó con el ejercicio que hicimos en Diputados y acá? Es
un poquito esperanzador. Pudimos lograr un primer consenso, por lo menos,
para evitar –repito, en palabras del ministro del Interior– una catástrofe para la
Argentina. Y la verdad es que es un primer paso porque, efectivamente, hay que
hacer las cosas colectivamente de manera distinta para poder salir de un largo
período de estancamiento que en la Argentina lleva décadas.
El no default es un primer paso; repito: es un primer paso. Ahora, después
hay otras cosas en las que nos tenemos que poner de acuerdo. Tenemos que
reducir el déficit fiscal. Sí, tenemos que reducir el déficit fiscal. Los que piensen
que no tienen que reducir el déficit fiscal, entonces, quieren más deuda.
Segundo: tenemos que eliminar la asistencia del Banco Central al Tesoro.
Los que dicen que no quieren eso, bueno: lo que quieren es más inflación.
Tercero: tenemos que acumular reservas y no gastarlas en cualquier
cosa. ¿Por qué? A los que digan que no quieren acumular reservas no les
importa que en la Argentina haya una devaluación, que es la madre del aumento
recurrente de la desigualdad y de la pobreza en la Argentina.
Y, también, tenemos que dejar de atrasar las tarifas. ¿Por qué? Y, bueno,
porque los que no quieran eso están otra vez generando déficit, perdiendo
reservas –y por ende perdiendo dólares, que después termina en devaluación–
y, también, no combatiendo el cambio climático.
Entonces, estamos de acuerdo: no default y empecemos a trabajar estas
cosas; y, por ahí, podemos construir otra economía y otra sociedad.
Ahora nos tenemos que plantear, colectivamente, cómo empezar de a
poco a caminar en esa dirección y alcanzar esos objetivos. Es decir, cómo
desatar un proceso de crecimiento que sea sostenible en el tiempo y para todos.
La pregunta es: ¿se hace tal como lo está proponiendo el gobierno? Nosotros
pensamos que no.
La verdad es que el que negoció los términos, el que negoció las políticas,
fue el gobierno nacional. Pero nosotros sí queremos discutir el plan para la
Argentina, no el plan del Fondo: el plan para la Argentina; eso lo queremos
discutir. ¿Qué no creemos? Que el camino que propone el ministro, el camino
que propone el gobierno, sea el correcto. Y voy a decir algunas cosas al respecto
para que se entienda por qué.
En el memorándum, el ministro dice que el futuro de la Argentina pinta así:
este año vamos a crecer entre 3,5 y 4,5. Se llama “crecimiento estadístico”. No
vale la pena explicarlo acá, pero no implica ningún crecimiento importante punta
a punta este año. El año 2023 vamos a crecer 2,5, 3,5: es decir, baja el
crecimiento. En el 2024, entre 2,5 y 3: ¡vuelve a bajar el crecimiento! Y cuando
habla del PBI potencial a futuro en la Argentina, dice que vamos a crecer entre
1,75 y 2,25… Entre 1,25 y 2,25. A esa tasa, dado el crecimiento de la población,
vamos a tardar entre 69 y 125 años en duplicar el ingreso por habitante en la
Argentina. Si tardamos eso, vamos a tardar lo mismo que tardamos en los
últimos cincuenta años. Mientras el resto del mundo –no China, no Corea, no
Uruguay, sino el resto del mundo–, cada treinta años duplica el ingreso por
habitante. Entonces, ellos duplican a los treinta, cuadruplican a los sesenta,
octuplican a los noventa y, nosotros, estamos todavía remando para duplicar el
ingreso por habitante.
¿Qué más dice el ministro? Que la inflación este año va a ser entre 38 y
48 por ciento y que, de ahí, baja de a cinco puntos por año. Primero, ya lo dijo el
senador Zimmermann, entre 38 y 48, tomamos el medio: ¿43? Eso ya son diez
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 22

puntos más de lo que decía el presupuesto. Y nosotros dijimos que ese


presupuesto estaba equivocado. Ahora el ministro dice: “Sí, realmente, el
presupuesto estaba equivocado”. Y, como tiene que readecuar el presupuesto
por los compromisos con el Fondo, sería extraordinario que, así como ustedes
quieren que los endeudamientos siempre vengan a esta institución, y nosotros
también, que los presupuestos siempre vengan a esta institución. Y si el
presupuesto es serio, lo vamos a tratar y lo vamos a aprobar.
Ahora bien, ¿alguien cree que la inflación va a ser del 43 por ciento? Fue
de 4,7 en febrero, sin impacto de la guerra. Marzo pinta peor. Un solo dato:
alimentos en GBA, 8,6 por ciento. ¿Saben cuánto da eso anualizado? 175 por
ciento de inflación.
Entonces, ¿qué propone el gobierno? Bajo crecimiento y, por otro lado,
alta inflación; y dicen que esto es para tranquilizar la economía. Yo no creo que
los argentinos y las argentinas se sientan más tranquilos cuando se define que
este es el panorama hacia adelante. Entonces, realmente, tenemos que discutir
en forma colectiva cómo hacemos que pase algo diferente a eso: otra vez, con
los aciertos y los errores de ustedes, y con los aciertos y los errores nuestros,
acumulados del pasado.
Además de eso, hablé de las metas: de acumulación de reserva fiscal, de
bajar la emisión monetaria. Entonces, miremos cómo el gobierno está
proponiendo hacerlo. Primero: bajar la emisión monetaria. Dicen: “Nos vamos a
financiar en el mercado local de capitales en pesos”. Para eso, hay que bajar las
LELIQ y ofrecer bonos del Tesoro. Pero las LELIQ son un crédito de muy corto
plazo que el Banco Central siempre paga; y nosotros queremos extender los
vencimientos, queremos extender la duración de los bonos. Los bonos del
Tesoro tienen que reemplazar algo que los bancos miran y dicen: “Che, a mí solo
me interesa el riesgo de corto plazo”. Para riesgo de largo plazo, van a tener que
subir las tasas. Y si es de muy largo plazo el crédito que se toma, siempre vamos
a estar con la espada de Damocles de si renuevan los vencimientos, o no.
Entonces, va a pasar algo parecido a lo que pasó a finales de 2019. Tenemos
ese riesgo: primer punto.
Segundo punto: consolidación fiscal, bajar el déficit. ¿Qué dice el
gobierno? Dice que va a bajar 0,6 puntos del PBI el déficit por ahorro en los
subsidios.
El memorándum de entendimiento usa un precio ponderado real de la
energía que es constante, no cambia. Cuando uno mira cuánto cuesta el GNL
solamente –no el resto de las cosas de la energía que están subiendo– hay un
agujero de 4.000 millones de dólares. Otra vez, se van a necesitar divisas y es
más déficit fiscal. Y no han anticipado la compra de ningún barco de GNL,
todavía. Es decir, lo podrían haber comprado antes, porque ya sabemos que
siempre, por un tema de infraestructura, el gasoducto no aguanta para el pico de
demanda y hay que importar gas: bueno, no se compró. Miren, ahora, a qué
precios hay que comprarlos. Solo por esa fuente, ya tenemos un agujero de 4
millones de dólares. Hoy mismo el portavoz, el vocero del Fondo Monetario, dijo
que el nuevo contexto hace que el acuerdo con el Fondo tenga riesgo.
Otras cuestiones fiscales, que me parece que están igual de poco claras:
la reforma del impuesto a los combustibles, que la senadora González ya explicó
que va en contra de las cosas que decimos que queremos hacer para combatir
el cambio climático. Pero le preguntamos al ministro: ¿cuál es el impacto en los
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 23

precios del mayor costo de las naftas? “No Sabemos”. “¿Cuál es la estimación
de recaudación?” “No sabemos”.
El revalúo inmobiliario: el OFEVI, el organismo que tiene que adecuar para
que sea justo a lo largo de toda la Argentina, es de 2018. ¡Estamos en 2022!
¡Todavía no se hizo nada! “Estamos diciendo que se va a hacer rápido”. Lo
quiero ver. Lo único que sabemos hasta ahora –como ya ha pasado antes– es
que empezaron por CABA: empezaron por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Entonces, ya las valuaciones, para ustedes, en la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, van a ser cuatro veces más. Puede ser que sea justo, pero la pregunta es
por qué un distrito que readecuó su valuación es castigado y con el resto,
todavía, en el OFEVI no hicieron nada.
Es parte de la misma cantinela del federalismo en cuanto a que se pagan
distinto el boleto de colectivo y las tarifas. ¡Sí, se paga distinto! ¡Y es injusto que
se pague menos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en el conurbano,
que en el resto del país, en el interior! ¡Es injusto! ¿Saben de quién es la
responsabilidad de poner el precio del boleto del colectivo? Del gobierno
nacional. ¿Y de las tarifas de energía? Del gobierno nacional. ¡Entonces, no se
rasguen las vestiduras por un federalismo que después, en realidad, no
defienden!
¿Qué es lo que pasa? No queda claro cómo es que se pretende que esta
propuesta genere un proceso de crecimiento virtuoso y, mucho menos, cómo
baja la inflación. De hecho, pareciera que todo va a cerrar con inflación. Por eso,
el ministro siempre subestima la inflación porque, después, le conviene tener
inflación para poder generar más ahorro público a costa de todos aquellos que
reciben algo del Estado.
¿Qué es lo que tiene el acuerdo? Tiene metas nominales. No son
porcentajes el PBI: tiene metas nominales. Ya sabemos cómo funciona lo
nominal: yo pongo estimaciones de recaudación. Si tengo más inflación, voy a
recaudar más; y pongo estimaciones de gasto y el gasto lo manejo. Entonces,
vamos a recaudar más por mucha más inflación y van a ver cómo manejan el
gasto. Ya se hizo, ya se hizo: funciona mal. De hecho, este año, si uno mira las
jubilaciones ponderadas –es decir, si mira el promedio del año, qué es lo que te
da poder adquisitivo–, las jubilaciones subieron diez puntos debajo de la
inflación: 9 y pico.
Entonces, ¿cuál es el problema de ese ajuste? Primero, es el ajuste más
cobarde posible. Es no hacerse cargo de aquellas cosas que uno quiere abordar
para generar un sendero de crecimiento. No resuelve nada, además, porque
tarde o temprano la gente, con justo motivo, dice: “Quiero recomponer el poder
adquisitivo que me sacaron”. Y reclama y lo consigue.
Entonces, ¿qué cosas deberíamos debatir, además de ver cómo bajar
impuestos? Primero, tenemos que readecuar gastos para poder bajar impuestos.
¿Por dónde? Ya lo hemos dicho muchas veces: déficit de empresas públicas. El
sector privado hizo un esfuerzo enorme en la crisis, en la pandemia, ahora. ¿Las
empresas públicas no tienen que brindarle ningún tipo informe a la ciudadanía,
ningún plan para readecuar lo que gastan? ¿Saben cuánto gastan? Los 0,9
puntos de PBI. Lo dije en comisión: 26 veces el aumento de Ciencia y Técnica
que quería el ministro Guzmán en su presupuesto; 9 veces el aumento en Salud;
9 veces el aumento en Educación.
Privilegios. A principios de 2020, nosotros presentamos una ley para
derogar privilegios en un montón de áreas, entre ellos los jubilatorios, y
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 24

analizarlos. El otro día lo escuché a Moroni decir que quiere analizar bien cuáles
son los privilegios, pero lo presentamos. Y, de hecho, hubo una diputada de
ustedes que dijo: “Hubiera votado ese proyecto si no fuera por disciplina
partidaria”. Terminemos con esas cosas para ver cómo abordamos la cuestión.
Lo dijo; está en la taquigráfica; no estoy inventando nada.
Tenemos que mejorar cómo invertimos en la Argentina. Quizás me
equivoque, pero yo recuerdo que De Vido tuvo 150.000 millones de dólares
acumulados en sus presupuestos a través de los años. ¡Bueno, el gasoducto
todavía no está! ¡Todavía no está, y tenemos que importar energía! Y, también,
en lo simbólico. Voy a dar el ejemplo de lo simbólico: el otro día mientras
estábamos en comisión, salió en el Boletín Oficial que se había creado la Unidad
Ejecutora de Resiliencia Argentina para el Programa Resiliar. Y no es resiliencia
al cambio climático: ¡era cualquier otra cosa! Por suerte se dieron cuenta y la
dieron de baja.
Pero, además, mientras a la provincia de Corrientes –no lo veo al
senador–, ¿sí?; mientras en la provincia de Corrientes se incendiaba un millón
de hectáreas, la Secretaría de Ambiente después empezó a gastar… ¡Se gastó
30 millones de pesos en comunicación, en publicidad, para explicar, en realidad,
todo lo que no hicieron por el gobernador Valdés y por los correntinos!
Entonces, estas son las cosas que tenemos que abordar: cómo queremos
ordenar el Estado. Un Estado desordenado que cada vez es peor: desordena la
economía y desordena la sociedad.
No es un tema de grande o chico. Yo soy liberal de izquierda. Yo quiero
un Estado grande, pero quiero un Estado grande y bueno: un Estado que tenga
mejores prioridades; un Estado que sea más productivo; un Estado que sea más
transparente; un Estado que sea sobrio en su gasto, que sea riguroso y que sea
sensible. Entonces, sí, vamos a poder tener una sociedad moderna y de iguales;
ni moderna para pocos ni mediocre, igual pero mediocre. Queremos que sea
moderna y de iguales, las dos cosas: para todos, algo nuevo y algo mejor. Y
cierro.
Este ejercicio de consenso que hicimos es muy interesante –realmente es
muy interesante–- porque cuando aquellos que son intransigentes se
autoexcluyen podemos entender todos las restricciones que tiene el otro, y tratar
de llegar a una solución; y se logró. Es un buen indicio y es un inicio. Es módico,
es chiquito. Fue solamente para evitar un cataclismo, una catástrofe, como
dijeron Pesce, Guzmán; como dijo Wado de Pedro. Bueno, usemos ese ejercicio
para aspirar a más; para demostrar que se puede trabajar así, y entonces, sí,
resolver las cuestiones que vienen desde hace tanto, y terminar brindando, sí,
definitivamente, mayor tranquilidad a los argentinos y a las argentinas que, con
todo el esfuerzo que hacen, se la merecen.
Obviamente, vamos a votar a favor.
Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Closs.
Sr. Closs.- Gracias, presidenta.
A ver. En estos días todos, seguramente, en nuestra mesa familiar, con
nuestros amigos, debatimos esta cuestión. Nos preguntaban y comentábamos.
Y yo voy a tratar de argumentar la posición a favor, casi de la misma forma como
argumentaba con el grupo de amigos y familiares que te preguntaban cómo ibas
a votar.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 25

En principio, quiero arrancar diciendo que creo que no hay nada hoy para
celebrar –absolutamente nada–, habida cuenta de que, de ver al FMI, de ver al
Fondo Monetario Internacional, de por sí, es un drama. Luego voy a mostrar una
imagen, pero claramente no hay países… son pocos los países que caen en la
deuda con el Fondo Monetario Internacional. Y la gente y los países no van al
Fondo Monetario Internacional porque el Fondo no hace planes de desarrollo.
No es la función del Fondo Monetario hacer planes que financien el desarrollo
de un país. Básicamente, y así se planteó también en la reunión de la Comisión,
toda vez que el Fondo interviene en un país, lo que busca es equilibrar la balanza
de pagos; lo que está buscando es reestructurar el sistema de pagos de un país
que está en problemas.
En definitiva, y como bien se dijo acá, es el prestamista de última
instancia. ¿Y cuándo se llega a ese prestamista de última instancia? Cuando
hiciste tan mal las cosas que nadie más te presta. Ahí llegas: cuando hiciste tan
mal las cosas que nadie más te presta.
Y llegamos al Fondo Monetario Internacional, sin duda alguna, en 2018,
en el gobierno de Mauricio Macri; y este es un dato objetivo de la realidad
argentina. Esto es así. Y no es que me digan “Ah, pero Macri…”, porque yo no
soy de aquellos que constantemente dicen “esto es culpa de Macri”. Pero, en
este caso, no hay duda alguna de que cayó en el Fondo Monetario Internacional
luego de que habíamos salido en una época muy distinta –2006– pagando toda
la deuda. Muy distinta la época porque había la plata. Hoy no pagamos porque
no tenemos esa plata. Pero no hay duda de que fue en ese tiempo.
¿Cuál fue el problema? El senador preopinante argumenta por dónde se
fue la plata. Y yo digo: sí, es probable que tenga parcial razón. Pero, también,
debe recordarse que el endeudamiento, de punta a punta, del gobierno anterior,
no creció solo estos 45.000 palos del Fondo Monetario: creció 100.000.
Entonces, es probable que haya 45.000 que se hayan ido y, ahí, suma los
100.000.
Pero nadie puede dudar de que el peor error, la impericia que se cometió
fue garantizar la salida de las divisas, llámenle fuga, capital timbero, cobarde, o
como quieran –el capital es así en todos lados–, a un tipo de cambio de 20, allá
por abril de 2018. ¡Y ese fue el problema que debilitó al país! ¡Las reservas! ¡Se
dieron reservas cuando no teníamos y se garantizó una rentabilidad del 20 por
ciento en dólares con el famoso carry trade!
El problema de las LEBAC fue tan grave, que para financiarse con las
LEBAC, en esa gestión se comete el error de permitir que entre a la timba de las
LEBAC cualquier particular. Las LEBAC –instrumento que emite el Banco
Central–, comúnmente deben ser arbitradas por otros bancos, ¡por los bancos
del sistema con los cuales el Central tiene una ascendencia! No. El carry trade
permitió que el timbero trajera la plata. Traía los dólares, metía pesos y se llevaba
una tasa fenomenal. Volvió y le dijo al señor presidente: “Me quiero ir”, en abril
de 2018, y le dijo: “Véndale el dólar a 20”. ¡Ahí tendría que haber sujetado las
reservas! ¡Tendría que haber subido el tipo de cambio! ¡Algo tendría que haber
hecho! Pero el campeón del liberalismo dijo: “¡No!” “Vamos a darle a 20”.
Y lo seguimos haciendo. Y terminamos estampillados, pidiendo el primer
crédito de 45.000 millones –creo que era de 42.000– que, como bien se dijo acá,
no generó confianza y, luego, en septiembre, se tuvo que pedir otro más, de
57.000…
Sr. Mayans.- 50 y 57.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 26

Sr. Closs.- Que no llegó a desembolsarse en su totalidad.


Entonces, eso debe quedar en claro: que se llegó a este prestamista de
última instancia porque se perdió la confianza. ¡Claro! Todos aquellos que vieron
que los grandes se iban por allá por abril, dijeron: “Dame, dame, dame” y todo el
mundo le pidió los dólares y se fue. Eso es indubitable. No hay duda. Y, en ese
momento, sin nadie que te preste, se va al Fondo Monetario Internacional,
prestamista de última instancia.
Yo voy a decir una cosa: a mí no me gusta judicializar las decisiones de
la política; a nadie. Me parece que este Parlamento, hace unos años, vivió
escenas lamentables cuando se quiso plantear el desafuero de una
expresidenta, senadora, por un tratado internacional. Y lo dije hasta el hartazgo.
La toma de deuda en sí misma, por más que haya un esfuerzo en decir
que este es un nuevo crédito, como para decir… Yo no creo que la toma de
deuda en sí misma pueda constituir un delito. Yo creo que no. Ahora, ese hecho
de manejar información y garantizar que aquel que trajo dólares ganó un 20 por
ciento de tasa y se llevó un 20 por ciento más de dólares, por lo menos, está
bueno que alguien lo investigue. En todo caso, si un día se dice “no hay delito”,
no hay delito. Pero no hay que ofenderse si alguien quiere investigar este seguro
de cambio ingenuo que aplicó el gobierno en abril de 2018, y que es la causa por
la que hoy estamos discutiendo el drama de deberle al Fondo Monetario
Internacional.
¿Saben por qué se fue el bonista? Porque perdió la confianza, sea por las
LEBAC, por los bonos del Tesoro, por lo que fuera. El bonista confía, no audita
ni impone; el Fondo audita e impone, y todos sabemos que es así.
No pudimos y no supimos volver a los mercados en este tiempo. ¡No hubo
caso! Pandemia mediante, nadie nos prestó. Otros países, como Francia, en
algún momento le prestaron a Sudán. Digo esto porque nadie le debe al Fondo:
no hay un solo país en default. Nadie. Hoy día no hay un solo país en default.
Francia le prestó a Sudán para que salga del default; a nosotros nadie nos
presta. El Banco Europeo le prestó a Grecia; a nosotros nadie nos presta. Por
eso, hoy estamos discutiendo esta situación dramática e incómoda.
Y quiero hacer un paralelo para que se entienda, y con todo respeto hacia
los que sufren esta situación. Esto es muy parecido a un centro de rehabilitación.
Meterte en el Fondo Monetario Internacional es, prácticamente, meterte en un
centro de rehabilitación para adicciones, y no todo el mundo va ahí, sino muy
pocos países.
Fíjense: esta es la torta de la deuda. La Argentina debe el 60 por ciento
de lo que se le debe al Fondo Monetario por ese crédito tomado en 2018. ¡No va
todo el mundo al Fondo! La lógica indica evitarlo porque, seguramente, te va a
controlar, te va a auditar… ¡igual que en un centro de rehabilitación! Vas a un
centro de rehabilitación cuando probaste miles de formas de curarte ¡y,
seguramente, el centro de rehabilitación tiene políticas rígidas! Y a eso llegamos
por ese endeudamiento. Y aunque quieran decir que es un crédito nuevo, ¡es un
espejo! Si no se hubiera tomado ese endeudamiento en 2018, si no se hubiera
roto la confianza, hoy no estaríamos discutiendo, debatiendo responsablemente,
como lo estamos haciendo –y hay que reconocerlo–, con distintos puntos de
vista. No estaríamos aquí.
Estamos con el acuerdo, sí. Yo estoy de acuerdo que estemos votando
un artículo, solo un artículo. Me parece bien. Me parece un acierto. Me parece
que la oposición, en este caso, tuvo razón. No tiene por qué votar un plan de
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 27

gobierno. Los planes de gobierno no se votan. Sí, hay que votar el presupuesto.
Sí, hay que votar los presupuestos, aunque no te gusten y aunque se erre en las
pautas.
Miren: yo voté acá –estaba sentado ahí–, creo que era en el 18, un
presupuesto, y a la mañana cuando me desperté estaban todos los capos del
gobierno anterior anunciando que habían cambiado todas las pautas. Nos
levantamos y estaban todos… El presupuesto, la ley más incumplida en la
historia de Argentina. Ahí se sentaba un expresidente, Carlos Menem, que fue el
último que cumplía los presupuestos con la convertibilidad. Fue el 28 de
diciembre de 2018.
Ahora, este acuerdo de un solo artículo –que está bien que sea de un solo
artículo– algunos dicen que es light, otros dicen que es durísimo, y la verdad que
es el mejor acuerdo que lograron, y yo le tengo que creer al ministro, al
presidente, a las autoridades. Debo creerles. Por ahí, tengo disensos en la forma
de cómo comunicaron y generaron expectativas de que se podían lograr cosas
como quitas de sobretasas y mayores plazos; pero debo creer que, al final, fue
lo mejor que lograron. Ahora, lo que no se puede hacer es negar que este
acuerdo va a tener ajustes. Yo no lo niego nunca. Todo acuerdo con el Fondo –
insisto y vuelvo al principio– no implica financiar desarrollos, el Fondo equilibra
la balanza de pagos, y va a tener los ajustes que sabemos que van a venir. No
hay duda.
Hay un plan financiero que yo diría que es un plan financiero piola, porque
de acá al 2026, básicamente, no tenemos vencimientos grandes. No hay
vencimientos de capital, porque esos desembolsos espejos tienen un plazo que
cae en el 2026. Y, de alguna forma, los Derechos Especiales de Giro, esos que
dicen que nos están dando plata fresca –que no es así–, van a encajar con los
vencimientos de los intereses devengados en los años 22, 23 y 24. Más o menos
cierra así el número. Pero no hay duda alguna de que es, en este caso, un
acuerdo que trae un poco –con el ajuste consecuente– de tranquilidad en los
vencimientos de esa porción –como bien decía el senador preopinante–, de un
12 por ciento de la deuda.
Ahora, ¿qué ocurre? En el 2026….
–Manifestaciones simultáneas.
Sr. Closs.- Por favor, secretarios y prosecretarios parlamentarios. Por favor.
En el año 2026 va a haber que renegociar esto. Casi seguro. Porque los
países en el mundo no pagan la deuda de un solo golpe. Los países en el mundo,
como tienen confianza, hacen un rollover o bicicleta –o como quieran llamarlo–,
pero, reitero, como tienen confianza, las deudas se van repautando en el tiempo.
Y, seguramente, en el 2026 vamos a estar –ojalá, Dios quiera– mejor para hacer
esto.
Ahora, el déficit hay que controlarlo, y es uno de los puntos que este
articulado viene planteando. Es duro: 2,5 para este año; 1,9 para el año electoral,
el 2023; y 0,9 para el año 2024; porque las pautas son trianuales. El déficit,
claramente, es un déficit que también viene de una toma de pautas previas a la
guerra. Cuando acá se dice “y ahora con la guerra…” Todos los presupuestos
de los países, que tienen presupuesto –nosotros lo tenemos–, están alterados
por la guerra. Todos. Porque la energía y alimentos están alterados por esta
maldita guerra. Entonces, acá también pasa esto.
El financiamiento monetario está claro que se está controlando. Porque
no será la causa única, pero es una de las causas de la inflación, acá y en
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 28

cualquier lugar del mundo. Y va a ser del 1 por ciento, el año que viene de 0,6 y
va a tender a 0 en el 2024.
Ahora, esto no quiere decir que desaparece el Banco Central. No, para
nada. Desaparece en su rol de financiar el Tesoro, porque si fuera tan fácil como
emitir y pagar deuda, todo el mundo estaría haciendo lo mismo, pero no hace lo
mismo. Entonces, está bien esta medida. Sin duda que también implica ajuste.
Si el déficit implica ajuste, la contracción monetaria implica ajuste y la voluntad
de acumular reservas, sin duda alguna, también es una buena decisión. Si
alguna de estas tres cosas no se cumple, lo que tendremos que hacer es pedir
una dispensa, un dispense, y, seguramente, nos va a dar un perdón, o waiver, el
Fondo Monetario Internacional. Ojalá que no lleguemos, pero probablemente en
algún punto haya que trabajar sobre esto.
¿Cuáles son algunos ajustes técnicos? Y me voy a detener un ratito en la
inflación. Esta no es una de las metas que va a auditar; el Fondo no audita
inflación. Mientras vos le pagues, el Fondo… “Pero dejá la cantidad de inflación
que vos quieras”.
Y bueno, la pauta es del 48. Insisto, fue escrita antes de la suba de la
energía y los alimentos propios de la guerra. Digo del 48 –¡ojalá se cumpla!–
porque sabemos que tuvimos 3,9 en enero y ahora un poco arriba de 4… Yo
creo que todavía es probable que se cumpla, y soy de aquellos que siempre han
dicho que un plan rígido para bajar la inflación de golpe no es hoy aceptable en
la Argentina, porque produciría una recesión fenomenal.
Me parece razonable esto que está escrito –insisto, no es una meta a
cumplir– de bajar 5 puntos por año; una tendencia decreciente me parece
razonable para la realidad que hoy tiene la Argentina. Y así tener en 2023 un 42
y en 2024 un 37.
También es cierto que no nos podemos escandalizar de ninguno de los
dos lados del mostrador por la inflación porque en 2019 la inflación fue del 50.
No es que el gobierno anterior se fue con déficit cero e inflación cero.
Sr. Mayans.- ¡54!
Sr. Closs.- O habiendo tomado 100.000 “palos” y déficit cero.
Sr. Mayans.- 54, decí.
Sr. Closs.- Hubo déficit y también hubo una inflación del 50 por ciento.
Sr. Mayans.- ¡54!
Sr. Closs.- 54 por ciento.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Silencio.
Sr. Mayans.- 54, vamos a decir las cosas como son.
Sr. Closs.- En segundo lugar, se van a ajustar las tarifas para cubrir el déficit –
razonable también– un 10 por ciento. Perderemos los subsidios. Muchos de los
que estamos acá, que ni sabemos cuánto pagamos la boleta de la luz,
pagaremos bastante más. Otra gente va a pagar un poco más, el 80 por ciento.
Es decir, un coeficiente del 80 por ciento de la valoración de su salario. Y habrá
un 10 por ciento que mantendrá un subsidio importante.
Yo creo que el subsidio no puede ser eterno y tender al 99 por ciento. A
mí, por ahí, me gustaría un esquema de subsidios universales. Digo, le dan 3.000
pesos a cada familia y, si alguien consume 6.000, será el 50 por ciento de su
consumo y, si alguien consume 30.000, será el 10 por ciento de su consumo.
Esperemos que acomoden y que esto ayude a bajar el déficit.
Por último, las tasas positivas también se han planteado. Es razonable
que haya tasas positivas, como también es razonable que el sistema financiero
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 29

–y se lo plantearon a Pesce– tenga líneas de crédito para desarrollar el sector


productivo. Lo cual, las famosas líneas de inversión productiva estimo que
seguirán funcionando.
Y sobre la unificación cambiaria a mí me daría para hablar un día entero.
Vivimos en la frontera, y la verdad es que es un verdadero dilema la unificación
cambiaria; es un verdadero problema porque hay una gran fuga de divisas por el
contrabando. Esto hace que la gente venda la soja a 200 sin retención en vez de
vender a 110 con un 30 por ciento de retención. El incentivo para “chivear” soja,
vino, o lo que sea, al otro lado de la frontera es enorme. Y eso está bueno que
vaya confluyendo. Hay que recordar que, deuda mediante y todo, el problema
del cepo también fue en los últimos días de 2019. Quizás tendría que haber sido
antes.
Termino con esto. En política tenemos estos días donde nos sentimos,
por ahí, cómodos o incómodos. La oposición tuvo una posición responsable. Hay
oposiciones… Leía el otro día a un amigo que escribe bastante bien, que hay
una oposición clásica, que es aquella que se opone duramente, pero está dentro
del sistema y quiere ganar las elecciones como una alternativa. Y hay una
oposición de principios que se opone a todo.
Nosotros, en el espacio de gobierno, tuvimos problemas internos –me
parece que se habrán dado cuenta–, pero la oposición también los tuvo. La
oposición también los tuvo. Y, en esta suerte de “ornitología” que hay, creo que
la más buena de la oposición ganó y ayuda a que hoy estemos sentados. Pero
también la oposición tuvo sus planteos, y ganó la postura que debía ganar, la
que nos tiene hoy sentados acá. Porque también hay que recordar que se
abandonó la Asamblea Legislativa y eso, para mí, fue un día triste de la
democracia argentina.
Cierro diciendo que no hay otro camino; yo no veo otro camino. No
conozco un solo país en el mundo que hoy esté en default. Hablaba de
Zimbabue, uno de los últimos que entró. Sudán salió hace un tiempo con la
ayuda de Francia y Grecia con el Banco Central Europeo. No hay nada para
festejar, sin duda alguna.
En definitiva, Macri nos metió en este asunto y es un buen acuerdo dentro
de lo malo que es estar dentro del Fondo Monetario Internacional. Dentro de lo
malo que es estar ahí adentro. Claramente, vamos a tener ajustes, como lo
repasamos a lo largo de todas las ponencias.
Simplemente, lo que hicimos fue frenar frente al precipicio, eso que decía
Miguel Pesce días pasados. Frente al precipicio, ahí frenamos. Hoy no hay
buenas noticias; en todo caso, hay una noticia tranquilizadora. Hoy hay una
notica tranquilizadora.
Las buenas noticias y los resultados…
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Vaya finalizando, senador, por favor.
Sr. Closs.-…vendrán si hay aciertos en la gestión. Solo si somos más parecidos
al resto del mundo, a los demás países, saldremos de este centro de
rehabilitación, generaremos dólares, bajaremos la inflación, terminaremos o
bajaremos algo de los subsidios, iremos convergiendo en los tipos de cambio,
lucharemos contra la pobreza y solo con confianza, solo generando confianza,
algún día, o con plata como fue en el 2006, podremos decir “Chau, FMI”. Gracias,
presidenta.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Schiavoni.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 30

Sr. Schiavoni.- Gracias, presidenta.


Bueno, a fuerza de repetir muchos conceptos que hemos escuchado, creo
que debemos precisar qué es lo que estamos votando esta tarde. Estamos
votando la refinanciación del Stand-By tomado en el 2018 a través de un nuevo
crédito, es una nueva operación financiera con el Fondo Monetario Internacional.
Nosotros, como oposición responsable, porque estamos comprometidos
con nuestra sociedad y con nuestro país, apoyamos esta refinanciación y así
hemos votado en la Cámara de Diputados con, prácticamente, ninguna
deserción.
Quiero aclararle al senador preopinante que nosotros no tuvimos ningún
problema interno; podremos haber tenido discusiones y matices, pero si vamos
a analizar cómo votó la bancada de Juntos por el Cambio en la Cámara de
Diputados, vamos a ver que fue una posición monolítica, salvo alguna excepción.
Cuando digo “alguna”, digo una excepción.
Y eso mismo va a pasar esta tarde en el Senado. Nosotros no tenemos
fisuras. Lamentablemente, no podemos decir lo mismo del oficialismo que ya ha
quedado expuesta esa división en la Cámara de Diputados, y todavía no
podemos aventurar en la votación de esta Cámara.
Pero, así como decimos “no al default” y aprobamos la operación crediticia
para renovar los vencimientos con el Fondo Monetario, también decimos que no
le corresponde al Congreso opinar sobre las políticas económicas que, en todo
caso, viabilizarán el acuerdo firmado, la operación crediticia firmada.
El Congreso no tiene porqué opinar sobre temas que le corresponden de
manera constitucional y legal al Poder Ejecutivo. El Poder Ejecutivo es el que
toma las decisiones políticas, para eso fue votado y para eso hay un
ordenamiento jurídico que funciona de esa manera.
Más allá de que podamos opinar muchos de nosotros que este programa
no va a resolver los problemas estructurales de la Argentina –insisto–, no nos
corresponde opinar sobre las políticas económicas.
Quiero hacer algunas precisiones con respecto a este tema de la deuda
del que tanto se habla y que tantas pasiones desata.
En primer lugar, esta refinanciación que estamos votando no fue tomada
de manera ilegal. El plexo normativo vigente al momento de tomarse esta deuda
no exigía que esta operación pasara por el Congreso, como sí se exige,
actualmente, por una ley votada en el 2020. Tampoco, como se dice por ahí
livianamente, lo decidieron dos o tres personas. Parece que fueron el presidente
del Banco Central y el ministro de Economía quienes, subrepticiamente, entre
gallos y medianoche, firmaron en Washington este acuerdo y se vinieron con una
valija con 44.500 millones de dólares en un avión. ¡Para nada! Tenemos que
desterrar este tipo de relato porque es absolutamente inexacto. Hay una serie de
actuaciones, con dictámenes de instancias técnicas y legales, tanto del Banco
Central como del Ministerio de Economía, que son, además, documentos
públicos, expedientes públicos, que atestiguan la rigurosidad con que se han
seguido todos los pasos.
Por otra parte, el Fondo Monetario no es una organización a la que se le
pueda ir tampoco por izquierda. Si no están cumplidos los extremos legales, los
desembolsos no se hacen o los créditos no se firman.
Si hubiera sido así, como se dice, desde el año 58 en adelante, los
sucesivos gobiernos deberían haber cometido ilícitos en este aspecto. Porque
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 31

de los 21 programas que se firmaron con el Fondo ninguno pasó por el Congreso.
Este, que es el programa número 22, es el primero que pasa por el Congreso.
El otro tema que tenemos que aclarar es con respecto a la deuda que
contrajo Mauricio Macri. Parece que esta deuda fuera el 100 por ciento de la
deuda argentina, y estamos hablando, como bien lo expresó Martín Lousteau,
de una deuda que representa entre el 11 y el 12 por ciento de la deuda… Perdón,
senador, estoy en uso de la palabra… de la deuda de la Argentina.
Además, repito, esta es una deuda que no la creó Mauricio Macri. Está en
la contabilidad pública también que de 3 dólares tomados, 2 fueron para pagar
deudas que ya habían sido contraídas por administraciones anteriores. Y el otro
dólar fue para enjugar el déficit con el que Mauricio Macri recibió la Argentina en
2015. Recordemos que era, aproximadamente, de 5 puntos del producto.
Cuando Mauricio Macri entregó constitucionalmente el gobierno a su sucesor, a
quien ganó las elecciones, el déficit no llegaba al 0,5; prácticamente el 0,5.
Este esfuerzo no se hizo aumentando impuestos –todo lo contrario, se
redujeron impuestos–, sino que se hizo atacando un gasto público improductivo
y solucionando una serie de inequidades que solamente escondían privilegios
en los tantos bolsones y vericuetos que tiene el Estado argentino y las
reglamentaciones administrativas.
Creo que también tenemos que ser conscientes –y esto ha quedado
claro– de que la deuda es la hija del déficit. Fíjese que de 61 años, solamente 7
años no tuvimos déficit fiscal –solamente 7 años– y, paradójicamente, fueron los
períodos en que la deuda se achicó.
Esto es importante: hubo en el debate público –y lo hemos visto en
Diputados– un consenso en el sentido de que la madre de los problemas era el
déficit. Creo que es un gran avance cultural de nuestra sociedad y de nuestra
clase dirigente empezar a entender y consensuar formas de reducir el déficit
como una de las maneras de empezar a resolver los problemas estructurales
que son una rémora para el crecimiento y el desarrollo de nuestro país.
Creo que también nos deja otra enseñanza vinculada a esto: existió la
posibilidad de diálogo entre el oficialismo y la oposición. Lamentablemente, no el
100 por ciento del oficialismo; sí el 100 por ciento de la oposición porque
comprendimos que estábamos ante la necesidad de un gesto de responsabilidad
mayor para con nuestra sociedad, como dije, y, sobre todo, porque teníamos que
tratar de ver cómo reducíamos el déficit.
Son datos auspiciosos, dentro de estos problemas que tiene la Argentina.
Si podemos trabajar en conjunto, sin especulaciones políticas, sin pensar en las
elecciones del próximo período, sin pensar en actitudes oportunistas,
encontraremos soluciones que eviten que sigamos en este derrotero de
frustraciones de tantos años en nuestro país. Muchas gracias, señora
presidenta…. Digo bien señora presidenta.
Sra. Presidenta (Losada).- Tiene la palabra, senador Luis Juez.
Sr. Juez.- Señora presidenta, ¿cómo le va? ¿Cómo está usted? Es un gusto
verla ahí sentada.
Primero, quiero hacer propias las palabras de los miembros informantes
de nuestro bloque, porque la verdad es que no podría describir de mejor manera
lo que estamos discutiendo como lo han hecho los senadores Zimmermann y
Lousteau.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 32

Recién fui un par de veces a plantearle al prosecretario administrativo si


era oportuno que hablara o no para no cambiar este clima de cordialidad
imperante. Y voy a tratar de bajar cuatro cambios para que así se mantenga.
Necesito hacer esta reflexión. Recién lo escuchaba a Martín hablar de
cuando empezaba a militar en el año 82. Todavía estábamos en la dictadura
militar. Yo salía del secundario y me juntaba con muchos dirigentes que habían
purgado muchos años en cárcel por defender una idea, una ideología. Sabíamos
que se iba a votar el 30 de octubre de 1983 y nos empezábamos a ordenar los
partidos políticos. En el peronismo de Córdoba teníamos un gran debate para
intentar ganar la interna a la intervención federal que habíamos tenido en aquel
momento. Siempre la discusión –yo era una criatura, porque tenía 18 años– era
el desafío. Recuerdo, como si fuera el día de hoy, que nos cuestionábamos qué
hicimos, qué mal nos fue. “Tenemos un 5 por ciento de pobres”, decían dirigentes
que salían de la cárcel. Decían: “Mirá lo mal que hicimos las cosas”. Yo les juro
que desde ese día no dejé de militar nunca; siempre lo hice, bien, mal, con ganas,
con garra, con voluntad, con pasión, pero siempre milité por un sueño, por un
ideal.
Y me encuentro a esta altura de la vida, a los 58 años –a punto de cumplir
59–, con 50 por ciento de pobres. Todo eso lo hicimos nosotros. Si eso no es un
certificado de fracaso como dirigentes políticos...
¿Y por qué esta larga introducción? Viniendo de Córdoba, siendo senador
y habiendo tenido un triunfo casi rutilante hace menos de cuatro meses, muchos
cordobeses me decían: ¿por qué vas a votar favor?, ¿por qué le vas a dar una
mano al presidente Fernández? A quien conozco desde hace mucho tiempo –
me tocó ser intendente de la ciudad cuando él era jefe de Gabinete. Porque no
se puede especular; porque no es un momento para especular. Porque, ante
tamaño fracaso de la dirigencia política de este país, la especulación no es un
camino. Nunca la especulación fue una solución. Entonces, no hay margen; no
hay margen para la especulación.
Entonces, cuando recorrí durante todos estos días todo el espinel de mi
provincia, sectores empresarios y sectores de la producción primaria, y me
preguntaban por qué, siendo el primer senador por Córdoba, mi voto iba a ir en
este sentido –acá estoy justificando por qué voy a acompañar–: por este criterio
de responsabilidad, señora presidenta, absolutamente de responsabilidad. La
Argentina no admite especulación en un momento complejo y delicado.
Le intentaba explicar a un montón de amigos míos, en la última reunión,
antes de venir esta semana a Buenos Aires, que estamos viviendo un momento
complejo con un presidente extremadamente débil; extremadamente débil, por
errores propios y ajenos, pero muchos propios, que ha debilitado la palabra
presidencial. Y les decía a mis amigos: “imagínense el día lunes este país en
default”. Va a ser la única certeza que vamos a poder evitar en 26 meses que
llevan: que el lunes, producto de la responsabilidad de una oposición racional,
inteligente, institucional, este país no va a estar en una situación más grave de
la que se encuentra ahora.
Entonces, yo quiero quedarme con este concepto. La verdad es que había
pensado en un montón de cuestiones, pero dije: “no voy a alterar este clima de
concordia maravilloso”. He sido senador en otras oportunidades, y la verdad es
que costaba tener este clima de armonía manifiesta. Como todavía no conozco
a muchos de los colegas que están acá, me cuesta poder interpretar para qué
lado van a salir. Así que estas palabras tienen como único objetivo justificar por
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 33

qué voy a acompañar este voto. Nunca pensé, presidenta, que mi primer voto en
esta nueva gestión en el Senado iba a ser para acompañar una decisión del
gobierno, pero es una decisión que este país se merece tomar.
Y fíjese que no voy a entrar en ninguna consideración, ni voy a prejuzgar
ninguna. Yo no soy un fanático; detesto a los fanáticos. Es más, recién lo
escuchaba al senador por Misiones, y me parecía increíble; pensaba: “está bien.
Tiene razón”. Y si hay algún senador al que se le ocurra sospechar y que crea
que la Justicia también es un camino para determinar puntualmente…, me
parece correcto, que le meta para adelante; no me va a encontrar a mí
obstaculizando esa posibilidad porque, en definitiva, creo que todas las dudas
las tenemos que despejar.
Recién hablaban de la oposición. Nosotros nos dimos un debate interno y
profundo. Y cuando algunos me preguntaban por qué no buscamos el camino de
sugerirle al oficialismo que deroguemos la ley para que, a través de la ley de
responsabilidad financiera, el gobierno…, dije que me parece maravilloso que
este vigésimo tercer acuerdo con el Fondo Monetario pase por el parlamento,
porque cuando no pasa por el parlamento, muchas veces, la gente ignora
absolutamente lo que pasa. Yo celebro, valoro y aplaudo esa decisión de que
estemos discutiendo, por primera vez, el endeudamiento con el Fondo Monetario
en el Senado; me parece bárbaro porque evita sorpresas y ayuda al
esclarecimiento, a la transparencia. Esas son banderas que para mí son
irrenunciables.
Antes de que usted se sentara, presidenta, le hacía a quien ocupaba su
lugar recién esta confesión pública: siento que como dirigentes políticos hemos
fracasado recurrentemente y nos vemos discutiendo siempre los mismos temas,
siempre tropezando con la misma piedra.
Para terminar, como bien dijo con claridad el miembro informante de
nuestro bloque, Martín Lousteau, estamos votando un solo artículo, que es el
que habilita la posibilidad de que el Poder Ejecutivo pueda contraer un crédito
con el Fondo Monetario; no estamos discutiendo ningún programa de gobierno.
Quiero decirlo porque esta semana, también, hemos tenido algún fuego
cruzado. No nos corresponde discutir programas de gobierno. No somos
nosotros los que estamos gobernando; no pretendemos hacerlo; lo haremos en
2023 si la gente nos vota y nos acompaña, e iremos con nuestra plataforma de
gobierno. No pedimos cogobernar. Por eso, la semana pasada, el trabajo
inteligente de nuestros diputados permitió armar esto que posibilita, hoy, un alto
nivel de consenso.
Señora presidenta: con estas palabras tan simples y sencillas, pero que
pretenden expresar por qué voy a acompañar con mi voto afirmativo el proyecto
que está en tratamiento, que viene de la Cámara de Diputados, pretendo decir
que no hay margen, por más fanatismo que se tenga, para las especulaciones
personales. La gente la está pasando muy mal, para que nosotros, con la
calculadora, estemos especulando cuánto nos salvamos. Nada más.
Muchísimas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Leavy.
Sr. Leavy.- Gracias, señora presidenta. Creo que todos estamos de acuerdo con
que a nadie le gusta tener que negociar con el usurero. Digo “usurero” porque
nos dio una tasa muy superior a la que correspondía, porque la Argentina no
tendría que haber tenido un crédito tan grande. Pero creo que los que estamos
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 34

en este honorable cuerpo tenemos que tomar una decisión para cuidar a la
inmensa mayoría de los argentinos. Tenemos que arreglar y llegar a un
entendimiento con el Fondo Monetario Internacional para no llegar a un default.
Pedirle al peronismo que no trate de solucionar una situación tan grave
como la que estamos viviendo es como pedirles a los bomberos que no apaguen
un incendio. Claramente, hay una situación en la que muchos argentinos y
argentinas la van a pasar muy mal si entramos en default. Y todo lo que esto
significa para las provincias que están endeudadas: ir a una cuasi moneda, a un
bono... La verdad es que ya lo vivimos en el año 2001, y fue muy muy doloroso
para el pueblo argentino.
Creo que tenemos que sacar adelante el acuerdo y, entre todos,
trabajarlo.
A esta altura del debate, es importante también remarcar que con este
entendimiento nosotros no lo trajimos al Fondo Monetario Internacional. El Fondo
Monetario Internacional hizo un convenio Stand-By, el día 20 de junio de 2018.
Una paradoja: el Día de la Bandera, el día que homenajeamos a Manuel
Belgrano. Manuel Belgrano, que peleó tanto por la Independencia, que luchó por
tener un país libre... El Día de la Bandera llegamos a tener este endeudamiento
que es hoy un espada de Damocles para todo el pueblo argentino.
Creo que tenemos que avanzar. Tenemos que trabajar para que este
entendimiento sea de la mejor manera posible. Sabemos que nuestro presidente
y todo su gabinete, en especial el ministro, estuvieron trabajando estos dos años
para tener el mejor acuerdo posible. Es lo que nos manifiestan, y tenemos la
esperanza de que sea así.
Pero, también, me gustaría explicarle al pueblo que nos está viendo en
este momento qué son 44.500 millones de dólares, monto en el que nos
endeudamos con el Fondo Monetario Internacional.
Según vialidad de la Nación, un kilómetro de autopista cuesta 1.200.000
dólares. Desde Salvador Mazza, en mi provincia, hasta Tierra del Fuego hay
4.200 kilómetros. Por lo tanto, si dividimos los 44.500 millones de dólares por los
4.200 kilómetros, podríamos hacer nueve autopistas en toda nuestra geografía;
podríamos desarrollar todas las carreteras. Seguramente, sobraría dinero para
hacer una obra de esta envergadura.
Estuve leyendo que, durante la pandemia, se construyeron doce
hospitales modulares por 30 millones de dólares. O sea, 30 millones de dólares,
12 hospitales; 44.500 millones de dólares –vendría a ser una regla de tres
simple–, 17.800 hospitales. Si lo dividimos por los 1.298 municipios, podríamos
hacer catorce hospitales por ciudad, por municipio.
La verdad es que es una cifra que a todos nos supera. Por eso lo digo,
porque hay mucha gente que está viéndonos y no sabe: se habla de tantos miles
de millones de dólares y por ahí no se dan cuenta.
Hoy, el presidente Alberto Fernández está en mi provincia entregando la
casa 40.000 de su gestión. Las casas que entrega el Instituto Provincial de la
Vivienda valen 8 millones de pesos, aproximadamente; 40.000 dólares al
cambio. Si dividimos los 44.500 millones por 40.000 dólares, son 1.112.000
viviendas. Escuchó bien: 1.112.000 viviendas. Es la solución de todos los
hogares de la Argentina, ahora y por veinte años más, con lo que significa
motorizar a la construcción, que es la madre de todas las industrias. Es decir,
miren lo que podría haber generado un crédito de esta naturaleza en el desarrollo
de la Argentina.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 35

Por ahí, uno siempre se pregunta ¿dónde está la plata?, ¿quién se la


llevó?, ¿quiénes se la llevaron?, porque, como decía un senador preopinante,
todo fue usado para pagar otros créditos; solamente 1.200 millones de pesos se
usaron para otros destinos. Otro senador preopinante –se ve que no se ponen
de acuerdo– dice que de cada tres dólares, dos se usaron para pagar la deuda
y el otro se usó en otra cosa. La verdad es que es mucho, mucho dinero.
Un senador preopinante hablaba de una película, El día de la marmota.
Había otra película también, que se llama Plata quemada –esa película que casi
todos vimos–, en la que la plata no aparece. La otra película que, por ahí, es
risueña en semejante tragedia, es Y dónde está el piloto. Y el piloto está hoy en
Italia jugando a las cartas, y nosotros, acá, tratando de resolver la situación.
La verdad es que es de suma preocupación todo lo que pasa. Como dije,
vamos a acompañar con nuestro voto, porque sabemos que tenemos que
mejorar este país, sabemos que tenemos que trabajar para refinanciar… Tomar
una deuda un país que estaba desendeudado, en solo treinta y seis meses, era
de por sí, apenas… Firmaron y sabían que no lo podían pagar. ¿De dónde iban
a sacar, si hubiesen continuado, 19.000 millones este año, 20.000 millones el
próximo año...? La verdad es que fue irresponsable quien dio el préstamo e
irresponsable como tomaron un préstamo en estas condiciones, ya que no se
podía pagar desde el primer día.
Vamos a apoyar firmemente el pedido de justicia que está haciendo
Alberto Fernández con la Procuraduría del Tesoro para que se investigue si hubo
fuga, si hubo algún delito... Y si hubiera algún culpable, sería bueno que se
pudiera devolver parte de las ganancias que se tomaron. Si hubo alguna
ilegalidad, seguramente la Justicia tendrá que actuar. Pero es bueno saber y que
el pueblo argentino sepa lo que significan 44.500 millones de dólares en el
desarrollo de un país.
Así que, desde nuestro espacio, vamos a acompañar con el voto positivo,
sabiendo que estamos buscando el menor daño posible que le podamos hacer
al pueblo argentino y que, entre tantas desgracias, estamos encontrando la mejor
negociación que se pueda tener con el Fondo Monetario Internacional. Y vamos
a estar estos próximos años controlando, desde nuestra banca, que todo lo que
anunciaron –que no se iba a tocar a los jubilados, que no se iba a tocar al pueblo
trabajador–, y todos los derechos que creemos que hay que defender los vamos
a estar defendiendo porque es parte de nuestro trabajo.
Quiero decirles que quisiéramos tener un estudio pormenorizado de todas
las personas y entidades que se beneficiaron con este movimiento, con esta
“timba” financiera que hubo en la República Argentina. Y, a partir de ahí, si tiene
que haber culpables, que sean penados con el erario y con su bolsillo. Muchas
gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Julio Martínez.
Sr. Martínez.- Buenas tardes, presidenta.
Llegamos a esta sesión con el sentido levantado, con el ánimo de
brindarle al gobierno las herramientas para que no caiga en default. Venimos sin
ninguna especulación política ni personal. Venimos a tratar de evitar males
mayores. No está en nosotros empujar al abismo a un gobierno que está
debilitado y que en este, y en otros temas, tiene a su propia fuerza dividida.
Y venimos a ayudar para que la Argentina no integre la lista –la triste lista–
de los países que entraron en default, como Sudán, Somalia y Zimbabue, entre
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 36

otros. Creemos que no nos merecemos estar ahí, que tenemos que apuntar a
más.
Llegamos a este debate con un relato oficial que trata de imponer
verdades que no lo son. Una de ellas: que nosotros somos los endeudadores y
ellos, los pagadores. La otra: que todo el dinero que ingresó por el crédito del
Fondo Monetario se fugó. Y la otra: que todo esto es culpa de Macri.
Ha quedado claro en la reunión de comisión, y hasta lo reconoció parte
del equipo económico y el mismo presidente del bloque oficialista, que acá
estamos tratando nada más que el 12 por ciento de la deuda, que estamos
reducidos a eso, y que la deuda es mucho más y que viene de antes y que
seguirá después también.
También ha quedado claro que no fue Macri el que descubrió al Fondo
Monetario ni el que fue, por primera vez en la historia de esta Argentina, a golpear
las puertas de los malos para tratar de solucionar una situación. Veintiún veces
ha ido la Argentina. Y ahora es la número veintidós que ha acudido al Fondo.
Quiero decirles que el gobierno de los pagadores, en los dos mandatos
de Cristina Kirchner, ha endeudado al país en 130.000 millones de dólares.
Nuestro gobierno, en 48.000 millones. Deuda a la que este gobierno le carga en
el haber una deuda producida, teóricamente, por nuestro gobierno. Pero eran
deudas que no nacieron ahí, sino que eran pagos de juicios y problemas de
antes, del anterior gobierno. Ahí está el juicio en Nueva York, el del CIADI, el de
Cammesa, el de Yacyretá, porque con Paraguay y con Bolivia había deudas.
Quiero decirles que durante este gobierno y en el gobierno de Cristina
Kirchner ha crecido la deuda con nuestro propio Banco Central. En nuestro
gobierno no creció esa deuda.
Y en este gobierno, en el actual gobierno, que también es el gobierno de
los pagadores, ya ha crecido la deuda, en dos años, en 53.000 millones de
dólares, más la deuda que se está generando con el Banco Central. Así, se
suman 65.000 millones de dólares, en el gobierno de los pagadores.
Máximo Kirchner puso un tuit diciendo: “Tomaron la deuda…”
–Murmullos en el recinto.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Silencio, por favor.
Disculpe, senador…
Sr. Martínez.- Bueno, se lo pusieron en Twitter a sus declaraciones, diciendo
que tomaron la deuda con el Fondo Monetario Internacional y fugaron 40.000
millones de dólares.
Acá, por lo visto, están los amigos de Máximo. Les pido que le digan el
detalle minucioso que hizo el senador Lousteau, donde ha demostrado que cada
ingreso de dólares ha sido para pagar deuda de su madre. Está el detalle en la
versión taquigráfica de la sesión, que yo no la leeré por falta de tiempo. Y también
díganle que la otra parte ha ido para pagar la importación de gas –que se tuvo
que hacer hasta que llegamos a autosustentarnos–, por el déficit y la mala
política energética que tuvo su madre, por lo cual había que importar gas y había
que pagarlo con dólares.
Hay otra cuestión que trae el relato sobre la inflación, la cual escuché
mucho en estos tiempos. Dicen que la inflación es culpa de los empresarios
formadores de precios; y ahora, la culpa es de la guerra entre Ucrania y Rusia.
Los empresarios tienen alguna parte de la culpa por el comportamiento que
tienen. Pero veamos qué pasa en los países vecinos. Muchas veces, las mismas
empresas que están acá y forman precios, básicamente de los alimentos, son
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 37

las mismas que están en Chile, Paraguay, Uruguay, Brasil –en todos nuestros
países vecinos–, y ahí no tienen inflación. ¿No será culpa nuestra? ¿No será
culpa de esta mala praxis populista de gastar más de lo que ingresa?
Y, también, ahora toda la culpa de la inflación es la guerra. Es cierto que
la guerra nos va a complicar; nos está complicando el precio de los granos, del
pan, de la energía, del gas, que vamos a tener que importar y que no tenemos
dólares ahora para pagarlo. Pero los datos que nos matan –ese 12 o casi 13 por
ciento de inflación del primer trimestre y la inflación de febrero– no son culpa de
la guerra: son culpa de la mala praxis que venimos teniendo y de no hacer lo que
hay que hacer en este país.
Tenemos iniciativas. Hoy no van a votar muchos senadores este acuerdo.
Pero esto no es nuevo; ya lo sabemos de antes. El fuego amigo viene de antes,
y el marcarle la cancha al gobierno viene de antes por parte de sectores de la
bancada del oficialismo, tanto en Senadores como en Diputados.
Cuando se supo que iban a venir los derechos especiales de giro del
Fondo Monetario por la pandemia, ahí nomás surgió una iniciativa –que la
propuso Parrilli, la firmaron varios y la votó todo el oficialismo, acá y en
Diputados– que era para marcarle la cancha al Ejecutivo en cuanto a qué tenía
que hacer con esos derechos especiales de giro que iban a venir. Además,
establecía que no podía pagar ni capital ni intereses de la deuda, y que los tenía
que gastar en la pandemia, en caminos, en puentes, en escuelas, en hospitales...
Bueno, quiero decirles lo que pasó: llegaron 4.500 millones de dólares de
los derechos especiales de giro. ¿Y saben qué pasó? Se pagaron intereses y
capital. No hay un solo respirador, una sola escuela, un solo hospital, que se
haya pagado con eso. Y sabían que iba a pasar eso, porque no tenían otra forma
de afrontar los pagos. Y lo hicieron y dejaron expuesto al gobierno nacional –a
su propio gobierno nacional– a las iniciativas de su propio bloque.
Otra iniciativa de fuego propio de este Senado para con su propio gobierno
nacional: la ley 27.612, que se llamó “De fortalecimiento y sostenibilidad de la
deuda pública”. Acá llegó sin el artículo 3°, y se le agregó el artículo 3°...
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Le queda un minuto señor senador.
Sr. Martínez.- Les dijimos que no lo hagan, que no servía, que le marcaban la
cancha mal y que no se iba a poder cumplir. Y lo hicieron. Y ese artículo 3°
prohíbe que la plata que venga del Fondo sea usada para gastos corrientes.
Ahora van a venir 5.000 millones, porque le están pidiendo al Fondo
Monetario 5.000 millones más de los que se necesitan para pagar. Y esos 5.000
millones más que están viniendo van a tener limitaciones por esta ley, y
seguramente va a ser incumplida esta ley y van a volver a poner en evidencia a
su propio gobierno con sus propias iniciativas parlamentarias.
Este acuerdo no soluciona los problemas económicos que tiene el país.
Evita males mayores, pero no los soluciona. Es más, cuando termine –de
acuerdo al memorándum que ha firmado este gobierno con el Fondo Monetario
Internacional–, el país va a estar en peores condiciones de cómo recibió a la
Argentina Alberto Fernández. Va a tener más déficit fiscal, más deuda, menos
superávit, menor competitividad y más LELIQ.
¿Se acuerdan cuando decían de las LELIQ?
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Tiempo, senador.
Sr. Martínez.- Ya termino, presidenta.
La inflación, la deuda, la emisión y la pobreza son hijas del déficit. Si no
nos ponemos de acuerdo en cómo tenemos que terminar con el déficit…
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 38

Y esto no es de derecha ni de izquierda. Vean lo que ha hecho Lula en el


Brasil, lo que ha hecho Evo en Bolivia, lo que ha hecho Bachelet en Chile y lo
que ha hecho el Frente Amplio en el Uruguay. No tuvieron los déficits que
nosotros tenemos, por lo tanto, no tienen estos problemas de la deuda, no tienen
estos problemas de inflación y no tienen estos problemas externos.
Por eso, para salir de esto, tenemos que llegar a los equilibrios. Y no se
llega a los equilibrios demonizando al déficit cero ni rindiéndoles culto a los
déficits.
Ahora, el presidente dijo que va a librar la guerra contra la inflación. Tarde,
pero se va de guerra el presidente. Esperemos que no lo haga con las recetas
que ya no sirvieron, que se utilizaron durante años y que fracasaron.
A Feletti lo trajeron al gobierno para hacer esas recetas. ¿Saben qué pasó
desde que está Feletti? Tenemos 50 por ciento de inflación acumulada, y en
alimentos, el 80 por ciento de inflación.
Por favor: díganle al presidente que no lo convoque a Feletti para la guerra
del viernes, porque nos vamos a tener que rendir el sábado.
Gracias, presidenta.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Torres.
Sr. Torres.- Gracias, presidenta.
En primer lugar, me parece importante, para ser consecuente con la
coherencia, con la sensatez y con la razonabilidad que tuvo Juntos por el Cambio
como gesto institucional ante todos los argentinos –no necesariamente ante un
gobierno en particular–, partir de la base, para que el debate sea conducente, de
poder mirarnos a la cara y de decirnos la verdad.
Si cada uno de nosotros escucha solamente la radio que nos dice que
tenemos la razón y leemos los diarios que nos dicen que tenemos la razón, habrá
dos congresos completamente distintos, habrá dos Argentinas completamente
distintas, y no podremos salir de esa Argentina pendular. Y, mucho menos,
discutir políticas de Estado a mediano o largo plazo, o trazar una estrategia
económica y financiera independientemente de quien, coyunturalmente, esté en
el sillón de Rivadavia.
Ese es uno de los desafíos más importantes que tiene toda la dirigencia
argentina –la de todos los partidos políticos–, y hoy lo podemos honrar partiendo
de la base, simplemente, de mirarnos a la cara y decirnos la verdad.
Cuando escuchamos la exposición del ministro Guzmán en la Comisión
de Presupuesto y Hacienda, cuando muchos quisimos saldar dudas,
lamentablemente, muchas de ellas no fueron contestadas y tuvimos muchas
incertidumbres. Incertidumbres que no tienen que ver, necesariamente, con
inconsistencias en lo que se dijo, sino más bien con diferencias antagónicas
inherentes al discurso del Ejecutivo. Por un lado, se relativizaban variables que
el ministro de economía afirmaba; por otro lado, se hablaba del mejor acuerdo
posible, sin precedentes, y un sector del gobierno demonizándolo.
La idea no es entrar en la polémica de internismos que no le interesan
absolutamente a nadie, sino resaltar y exigir la misma razonabilidad y coherencia
que en este momento está teniendo el frente Juntos por el Cambio para con el
oficialismo.
Una de las premisas fundamentales de lo que dijo el ministro de Economía
–y creo que coincidimos todos quienes estamos en este recinto– es la necesidad
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 39

de dinamizar la economía, viendo cuáles son los sectores o las regiones con
mayor potencial para generar divisas.
Y ahí los chubutenses tenemos un rol fundamental. Nos identificamos
mucho con esa estrategia económica, ya que somos la cuarta provincia
exportadora, la segunda en capturas de pesca, tenemos hidrocarburos, el primer
stock ovino y la empresa más importante exportadora de aluminio de toda
América. Y podemos aportar todavía muchísimo más a esa Argentina que tiene
que crecer, que todos queremos que crezca. Y, sobre todo, a esa estrategia
exageradamente optimista si se quiere, en relación a reducir el déficit para
cumplir con lo pactado con el Fondo Monetario, principalmente, en el crecimiento
de la recaudación. Ojalá sea así. Lo que nos preocupa es si esas predicciones
optimistas no se dan, ¿cuál va a ser la variable de ajuste? Porque,
lamentablemente, siempre terminan “pagando el pato” los mismos: los jubilados
que cobran la mínima, los sectores más vulnerables. No hay nada más dañino
que el ajuste inflacionario. Por eso, también, coincidimos en que es necesario –
más allá de lo inoportuno de la frase del presidente– dar una batalla contra la
inflación.
Ahora bien, para mantener esa coherencia, tengo que hacer propia la voz
de muchos intendentes peronistas, radicales, del Pro, independientes,
vecinalistas, algunos kirchneristas también, de mi provincia, quienes
manifestaron, nuevamente, la necesidad de pedirle al Ejecutivo que honre su
palabra. Para poder dinamizar la economía, para poder escalar en la cadena de
valor, para poder tener más densidad de empresas –en criollo: para poder
generar más laburo y aprovechar el potencial que tiene el sur de nuestro país–,
hay que empezar por ser coherente entre lo que se dice y lo que se hace.
El propio ministro Kulfas, Guzmán, el presidente de la Nación –y en
palabras del propio gobernador Mariano Arcioni–, anunciaron medidas que son
complementarias a esta estrategia de crecimiento. Y las necesitamos de manera
urgente en el sur de nuestro país porque, lamentablemente, las asimetrías que
hoy tenemos en la Argentina atentan directamente contra el desarrollo
económico de nuestra región, contra la competitividad.
Entre esas medidas, hay un programa del fomento al valor agregado de
la pesca; una reparación histórica para empardar el desfase que había por las
alícuotas coparticipables; un bono fiscal para compensar el sobrecosto salarial
que tienen los empleadores –de esto conocemos muy bien los patagónicos–,
que genera la imposibilidad de ser competitivo y escalar, justamente, en la
cadena de valor.
Por eso, quiero ser claro y contundente, ya que el ministro no nos
contestó: le pedimos al gobierno nacional que cumpla con esos anuncios
proselitistas y con esas medidas que todos sabemos que son buenas. Y Ahí no
hay grieta: las celebramos absolutamente todos. Pero hasta el día de hoy no
hemos tenido ninguna respuesta.
Además de la batalla contra la inflación, creo que tenemos que dar una
batalla aún más importante, justamente, contra la demagogia, contra la mentira,
contra la corrupción. Ningún país va a salir adelante si se forja en sus cimientos
un modelo económico o político basado en un relato mentiroso.
Hablo con conocimiento de causa, porque Chubut, siendo una de las
provincias más ricas de la Argentina, con uno de los presupuestos per cápita
más alto de la Argentina, hoy está padeciendo una tragedia educativa sin
precedentes: hay una generación de chubutenses hipotecada; hace más de
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 40

cinco años que no hay clases regulares. Entonces, queda claro que el problema
no es de ingresos, sino de mal gasto público.
Es muy difícil estar sentado acá hablando de futuro y de agendas de
desarrollo inteligente, cuando se está privando a cientos de miles de argentinos,
de chubutenses, de la herramienta por excelencia que les va a permitir, el día de
mañana, defenderse ante cualquier injusticia en la vida. Insisto: hay chicos que
deberían estar en cuarto grado y no saben leer, no saben escribir... Nunca fueron
a la escuela.
Hay que salir de la burbuja porteña y entender que, en el interior profundo
de nuestro país, hay argentinos que sufren mucho. Y como legisladores
nacionales creo que parte del trasvasamiento generacional de todos los partidos
es entender lo que se hizo mal históricamente. Cada vez que tuvimos una
coyuntura económica crítica, el Poder Legislativo siempre hizo lo mismo: votar la
ley menos mala en vez de legislar bien; crear impuestos que, supuestamente,
eran para los ricos, para los empresarios cipayos, que después terminan
golpeando de lleno a la clase media; crear impuestos que, supuestamente, eran
transitorios, y después quedan eternamente en una matriz fiscal regresiva,
distorsiva, centralista, injusta. Lamentablemente, esa es la realidad de la
Argentina, donde pagamos el mismo impuesto por una botella de agua Paolo
Rocca, Bulgheroni, Lázaro Báez o el tipo más humilde de la Argentina.
Hay puntos en los cuales podemos coincidir y creo que justamente es
donde tenemos que hacer especial hincapié para ir hacia una Argentina más
justa, que crezca y una matriz fiscal más progresiva.
Mientras se sigan tirando piedras entre ustedes, mientras el gobernador
de mi provincia siga más preocupado y ocupado por cambiar la fecha de las
elecciones, por derogar las PASO, por traer la ley de lemas a Chubut,
lamentablemente, mientras la agenda de la dirigencia esté tan disociada de la
realidad de los argentinos cada vez va a haber más familias argentinas que estén
sufriendo, señora presidenta. Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Linares.
Sr. Linares.- Buenas tardes, señora presidenta. Buenas tardes, senadores y
senadoras. Un día que no quisiéramos estar acá tratando este tema. La vuelta
al Fondo, salir del Fondo. Una problemática donde uno escucha a veces a la
oposición y no parece que gobernaron los últimos cuatro años, yéndose con 55
puntos de inflación, con 10 por ciento de desocupados, con el índice de pobreza.
Nosotros lo sufrimos, como dijo el diputado preopinante. Nosotros, y a
quien les habla, de la Patagonia, le tocó ser orgullosamente viceintendente e
intendente de mi ciudad; una ciudad que la podemos mostrar orgullosamente. Y
que nunca resignamos de dónde venimos: que venimos de los ideales de Néstor
y de Cristina.
Cuando hablan de la Patagonia y hablan de la historia, hay que reconocer
que Chubut pudo crecer en su historia gracias a un presidente que nos dio la “ley
corta”, la ley petrolera, que dijo que los ingresos del petróleo son para los que lo
producen.
En estos últimos cuatro años, tuvimos un presidente que dijo que nosotros
teníamos las casas calefaccionadas; que vivíamos en remera, en un lugar en el
que sopla el viento a más de 100 kilómetros por hora y tenemos una temperatura
bajo cero en muchos lugares de la región.
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Se fue un presidente de cuatro años con un Plan Patagonia inventado,


desarrollado y nunca ejecutado. Se fue un presidente de la Nación prometiendo
jardines de infantes y que no hizo ninguno.
Y, claramente, con respecto a la deuda, como peronistas nos tenemos
que hacer cargo. Nos vamos a hacer cargo como nos hicimos cargo
históricamente de todo lo que pasó en este país. No hay que olvidarse de lo que
pasó en el gobierno de la Alianza: quién tuvo que venir a apagar el incendio.
Entonces, nosotros no decimos, no nos van a escuchar decir que la
inflación no es un problema. La inflación es un problema. Claramente, es un
problema que afecta a los más pobres. Porque si alguien sabe de lo que es la
pobreza, sabe de lo que es estar con la gente, no tengan dudas de que es el
justicialismo y el peronismo.
Entonces, ¿que nosotros tenemos problemas internos a solucionar? Sí,
tenemos problemas internos a solucionar. Y lo decimos. Y los vamos a
solucionar.
Que tenemos un presidente que tenemos que acompañar. Que tenemos
un presidente que, también, en estos momentos duros… Porque después del
año 2019, cuando Alberto y Cristina toman este gobierno, a los tres meses viene
una pandemia. Una pandemia mundial. En un país que no tenía Ministerio de
Salud, y había que hacerse cargo.
Hay que mirar un poco para atrás; los antivacunas, los antibarbijos; las
cosas que no iban a suceder…, y terminamos siendo uno de los países de mayor
vacunación del mundo.
Hoy, la obra pública es récord a lo ancho y a lo largo de este país, y no en
papeles: en nuestra provincia hay 31.000 millones de pesos en obra pública en
este momento.
Entonces, el acuerdo con el Fondo, sin dudas, no es el acuerdo que uno
quisiera votar, no es el acuerdo por el que quisiéramos estar sentados acá.
Quisiéramos estar sentados debatiendo crecimiento, productividad. Creo que
ninguno de los legisladores aquí presentes, interiormente, piensa o quiere que al
país le vaya mal. Sin embargo, muchas veces, veo que se manejan números,
estadísticas, pero no realidades.
Estamos a mitad del período: quedan dos años más de gestión de un
gobierno que, claramente –estoy convencido–, va a sacar al país adelante, y
tenemos que trabajar todos juntos para eso. Y aquel compañero o compañera,
correligionario que tenga algo para aportar, de buena fe, para que este país
mejore, lo tiene que decir de muy buena fe.
Todos estuvimos o vamos a estar haciendo política apasionadamente y
con diferencias; y yo respeto mucho, dentro de nuestro bloque, a aquel
compañero que piense distinto. Yo no voy a subestimar, como subestimaron en
declaraciones, a los compañeros de un sector importante de nuestro proyecto
político como es La Cámpora. Ellos tienen una mirada, la expresaron siempre y
fueron consecuentes con lo que pensaron, y merecen el mayor respeto de todos
nosotros.
Así que, lo que hoy vamos a votar es tratar de tener un país viable para
adelante. Yo estoy convencido porque los índices económicos así lo marcan: el
crecimiento, la creación de nueva cantidad de empleos. Sin dudas, quisiéramos
que sea a otro volumen, pero tenemos cómo hacerlo y me parece que este es el
camino correcto. Lo que haremos hoy, lo que votaremos hoy me parece que es
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un paso importante y celebro que lo hagamos entre todos: los que pensamos
igual y los que no pensamos igual.
Señora presidenta, le agradezco el uso de la palabra y adelanto mi voto
positivo.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Fiad.
Sr. Fiad.- Gracias, presidenta.
Estamos acá para evitar que el próximo 22 de marzo nuestro país entre
en default. Todos sabemos lo que eso significaría para la Argentina: entre
muchas cosas, más incertidumbre, más inestabilidad, más desorden en todo
aspecto y, fundamentalmente, en el espectro social y productivo, donde, por
supuesto, con mayor afectación estarían los más vulnerables.
Ya mis colegas del interbloque ahondaron y profundizaron en los detalles
técnicos de este tema, pero quiero hacer unas consideraciones políticas, así
como, también, algunas consideraciones y referencias de mi provincia.
Por eso, hoy, con responsabilidad histórica, estamos en este recinto como
oposición para evitar el colapso que sería entrar en default. Fue el propio ministro
de Economía, Martín Guzmán, junto con los demás funcionarios que estuvieron
tanto en la Cámara de Diputados como acá, en la Cámara de Senadores, el que
pidió a todo el arco político que debíamos dar una señal de confianza y de
unidad, tanto para el Fondo como, también, para el mercado. Sin embargo, la
respuesta de un sector de su propio frente político, de su coalición de gobierno
fue totalmente la contraria.
Eso no hay duda de que evidencia sus diferencias, sus internas, sus
diferentes ideologías, sus egoísmos, sus vanidades y también las prioridades de
agenda, que es una agenda totalmente alejada de la gente. Esto marca el gran
grado de irresponsabilidad con el cual se maneja el país actualmente y el grado
de desaprensión que se tiene para con la sociedad.
Entonces, no solamente estamos ante un gobierno débil, totalmente
quebrado, apartado de la realidad, sino que no tiene plan, que hace agua en
todos los frentes, generando mucha más inestabilidad.
Por eso, rescato y felicito a todos mis colegas senadores y senadoras del
interbloque Juntos por el Cambio, que han adoptado esta postura racional y
responsable en estos tiempos en los que la República nos pide eso, aportando
seriedad, como bien dijeron muchos de los que me precedieron en la palabra, y
compromiso en estas horas decisivas de nuestro país.
En lo personal, acompaño este acuerdo porque no hacerlo sería
perjudicar a mi provincia, la provincia de Jujuy, que desde el 10 de diciembre de
2015 inició un nuevo camino. Un nuevo gobierno que llegó al poder con un plan;
con un plan gestado con mucho tiempo de antelación, con el aporte de todos los
dirigentes que conforman el Frente Cambia Jujuy y mucho aporte de muchas
personas de la sociedad que hicieron de este instituto de políticas públicas, una
usina de ideas para que se conformara ese plan de gobierno. Ese plan de
gobierno que conduce y lidera nuestro gobernador Gerardo Morales que, con
capacidad, convicción, actitud y un gran equipo, llevó adelante el proceso de
transformación de la provincia, que tuvo como eje fundamental la ampliación de
la matriz productiva, centrado, objetivamente, en distintos puntos que se
plantearon en ese plan de gobierno; entre ellos, la posibilidad de producir
energías renovables. Por eso es que se construyó la planta de energía
fotovoltaica, la más grande de Sudamérica, a más de 4.000 metros de altura, con
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 43

300 megas de producción, más de 700 hectáreas de superficie y en donde, por


supuesto, también alimentamos al sistema interconectado nacional con más de
1 millón de paneles solares.
También, con la renta que genera esa planta fotovoltaica, comenzamos
un programa, el PROMACE –Programa de Mejora del Acceso y la Calidad
Educativa–, que no solo consiste en la construcción de 258 escuelas –que ya
más de 60 están iniciadas–, sino que también apunta a la mejora de
conectividad, a la mejor tecnología y a la capacitación de nuestros docentes con
el fin, final y último, de mejorar la calidad educativa. Digo esto como bandera
fundamental para la educación pública y con la premisa que genera ella con la
igualdad y la posibilidad de un ascenso social. No hay duda de que estamos
transformando energías renovables, energía limpia, en posibilidades en
educación, en igualdad y en oportunidades para los jujeños.
Por eso, también pensamos en que las inversiones y el financiamiento de
esas inversiones se verían truncadas ante esta posibilidad de default.
También, sin duda alguna, un sector amplio, generador de ingresos, como
es el sector del litio, es el que estemos desarrollando. Y no solamente pensamos
en la faz extractiva, sino también en darle un valor agregado, con la posibilidad
y el compromiso de muchas empresas interesadas en la generación y fabricación
de baterías de litio.
Por otra parte, qué hablar de Cannava S. E. Cannava
S. E. es donde se produce el aceite de cannabis medicinal, con todo el proceso
de producción que genera, desde la semilla hasta el producto final. Además, en
Jujuy se está promoviendo y participando en procesos de investigación científica
y de innovación tecnológica, centrados en las múltiples propiedades que genera
el cannabis.
Además, el proyecto GIRSU, la zona franca… Muchísimas cosas que se
están realizando en Jujuy sin descuidar la columna vertebral productiva que es
el tabaco y la caña de azúcar. Todo eso no solo produjo la ampliación de la matriz
productiva, sino que también generó cientos de puestos de trabajo para los
jujeños. Y, por supuesto, también permite grandes fuentes de ingreso para
nuestra provincia.
Humildemente, vean a Jujuy como un ejemplo; se hizo mucho y, sin duda
alguna, falta mucho por hacer.
Señora presidenta, como podrá observar, con un plan integral de
gobierno, con una visión clara hacia dónde se quiere ir, se logran resultados. La
planificación y la sostenibilidad dan certezas y confianza en la inversión, y eso
permite un desarrollo económico, inversiones y crecimiento.
Por eso, en esta instancia, a todos ustedes, para que le transmitan al
gobierno, les digo: dejen de lado sus internas y pónganse a gobernar para todos
los argentinos y argentinas.
Muchísimas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senadora Catalfamo.
Sra. Catalfamo.- Muchas gracias, señora presidenta.
La verdad es que hoy no vengo a decirles nada nuevo, nada que no sepan
o que no hayan escuchado antes. Como ustedes saben, represento a la provincia
de San Luis, cuyo gobernador –y mi líder político– es Alberto Rodríguez Saá, y
hemos expuesto firmemente una postura respecto del endeudamiento,
principalmente, del Fondo Monetario Internacional.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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Hoy vengo a hablarles de convicciones, de ideales y de una postura que,


incluso, Alberto ha tenido oportunidad, en diferentes ocasiones, de presentar
frente al presidente de la Nación Alberto Fernández.
Lamentablemente, volvemos a poner en el eje del debate un nuevo
financiamiento y, a partir de ahí, un nuevo endeudamiento con un organismo
internacional de crédito como es el Fondo Monetario Internacional.
Todos saben lo que pensamos; la salvedad respecto de otros debates que
se han dado a lo largo de la historia, es que esta vez se trata de la mayor estafa
que haya sufrido nuestro país en esta larga y triste historia que tiene el Fondo
Monetario Internacional y nuestra Argentina.
Han sido incontables los procesos de endeudamiento y
sobreendeudamiento que siempre limitaron la independencia económica y la
soberanía política. Sin embargo, el préstamo otorgado a Mauricio Macri en 2018,
y en complicidad con el Fondo Monetario Internacional, es tan escandaloso que
es algo nunca antes visto.
Hablamos –y Alberto Rodríguez Saá también lo ha expuesto en diferentes
ocasiones– de que se trata de una deuda odiosa. Una deuda odiosa es un
término acuñado y desarrollado por Alexander Sack hace más de 90 años, que
habla de las situaciones en las que los gobiernos, cuando toman deuda,
perjudican directamente los intereses del pueblo y del Estado, y lo hacen en
complicidad con los acreedores. Ambas situaciones, lamentablemente, se dieron
en el marco de esta gran estafa que les estoy mencionando.
Me gustaría citar directamente a Alberto Rodríguez Saá. En una ocasión
él dijo: Se trata de una deuda absolutamente odiosa dentro de la doctrina
internacional. Es una verdad incómoda que molesta. La deuda es odiosa cuando
la pide o la ha adquirido una dictadura, cuando la ha adquirido un gobierno
corrupto o cuando la deuda externa se aplicó para pagar déficit. Cuando se pide
y no se sabe dónde se aplicó. Cuando se pide para hacer algo y no se hace.
Sin duda, como dijimos, esta deuda que es odiosa y que contrajo el
gobierno de Mauricio Macri… Y lo quiero repetir una y mil veces para que a la
gente le quede claro por qué estamos ante esta situación, y en el brete que nos
han metido, con una deuda que responde a casi 45.000 millones de dólares, de
los cuales no se utilizó absolutamente nada para mejorar la calidad de vida del
pueblo argentino.
Con este dinero no se construyó una escuela, no se construyó un centro
de salud, no se construyó ninguna vivienda ni tampoco infraestructura para
contener a las víctimas de violencia de género. Es decir, nada que se asemeje a
mejorar la calidad de vida del pueblo argentino.
Lo que sí se hizo con ese dinero es mantener viva la especulación
financiera y la posterior fuga de capitales; algo que, como sabemos, siempre
caracterizó al gobierno del macrismo en beneficio de unos pocos amigos del
poder.
Por supuesto, y como ya lo he escuchado en algunas intervenciones,
ahora son quieren hacer creer que utilizaron ese préstamo para pagar deudas
contraídas por gobiernos anteriores. Pero, pensándolo bien, no les parece que
si esto fuera así, el gobierno que recibieron en el año 2015 donde la
representatividad de la deuda era del 43 por ciento del producto bruto interno no
deberían haber bajado ese porcentaje y no aumentado a casi un 90 por ciento,
lo que significa más del doble del peso total de la deuda. O si recibieron una
gestión con una deuda en dólares que representaba el 14 por ciento del PBI,
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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¿cómo es que no bajaron ese porcentaje y de hecho terminaron su gestión con


el 45 por ciento del producto bruto interno?
Hay veces que hay que ser claros y hablar sin tapujos, la deuda que
contrajo Mauricio Macri, en el año 2018, no se utilizó para absolutamente nada,
repito, que beneficie a los argentinos y argentinas. Se utilizó para beneficiar a
unos pocos amigos del poder y condenar por décadas a las futuras
generaciones.
En el mismo sentido, también Alberto Rodríguez Saá, se expresó durante
el último encuentro con el presidente de la Nación y quiero citarlo textualmente,
dijo: en la Argentina, el señor Macri y su gobierno, duplicaron la deuda externa
que se contrajo. La mayoría de ella ilegítima, ilegal, arbitraria y odiosa. Ese
préstamo con el FMI fue una estafa y se usó como apariencia legal para producir
una fuga de capitales. De hecho, esta deuda es odiosa, no solamente por todo
lo que les acabo de mencionar, sino además, porque contó con la complicidad
directa del Fondo Monetario Internacional. En ese año, en ese momento, en
2018, el Fondo Monetario sabía perfectamente que nuestro país no podía hacer
frente a esa deuda, hasta el mercado le había quitado espalda a Macri. Sin
embargo y pese a todas las señales de alerta que había, desembolsó el
préstamo más grande de su historia incluso violando el Convenio Consultivo, que
en su artículo VI dice que ningún país miembro podrá utilizar los recursos
generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de
capital.
Básicamente, lo que todos vimos que sucedió unos meses después. Esto
que les menciono creo que, sin dudas, explica por qué este préstamo fue tomado
de la noche a la mañana, no se consensuó con las fuerzas políticas, mucho
menos con los gobernadores, tampoco con los legisladores. De hecho, fue una
decisión de Estado que ni siquiera pasó por el Congreso de la Nación.
Por eso, de alguna manera, yo celebro hoy que este acuerdo esté
pasando por el Congreso de la Nación y tengamos la posibilidad, todas las
fuerzas políticas, de debatirlo.
Pero, realmente, le pido a la Justicia que se expida lo antes posible
respecto de las distintas denuncias penales que hay presentadas. El gobierno
nacional también presentó una y es para saber qué es lo que hicieron, para que
esos funcionarios y funcionarias que estuvieron metidos en este procedimiento
puedan explicar qué es lo que hicieron.
En diciembre del año pasado el propio Fondo Monetario Internacional
reconoció que el dinero que le habían prestado al gobierno de Mauricio Macri no
había cumplido con los objetivos que se habían pensado.
Entonces, la verdad es que no me queda otra que preguntarme si ante tal
situación no se les ocurre siquiera asumir cierta responsabilidad por sus actos.
La estafa fue de tal magnitud que a los montos escandalosos prestados se le
sumaron, además, los plazos de pago que eran, básicamente, incumplibles. Y
para dar referencia de esto, este año, la Argentina debería desembolsar más de
19.000 millones de dólares, lo que es imposible. Ese mismo dinero, los 19.000
millones de dólares es lo mismo que el Estado, el año pasado, invirtió en materia
de educación y salud, en ciencia y tecnología, en viviendas, en asistencia social,
entre otras cuestiones.
Para ir finalizando, simplemente, quiero decirles que toda deuda odiosa
siempre tiene claros responsables y perjudicados y, en este caso, el perjudicado
es el pueblo argentino. Somos cada uno de nosotros, que sufrimos el ajuste y
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 46

nos vemos limitados en nuestra independencia económica y nuestra soberanía


política.
Porque cuando se legitima una deuda como se está haciendo en este
caso, lo que sucede es que se traba el desarrollo nacional. Y la verdad es que
esto no es en contra de nuestro gobierno nacional. Esto es defender ciertos
intereses, ciertas convicciones e ideales que tenemos y que siempre vamos a
estar defendiendo.
Hay muchas deudas que debemos saldar con la sociedad. Primero, con
nuestro pueblo argentino: con los sectores más vulnerables, con las juventudes,
con las mujeres, con las diversidades, con quienes pasan todos los días por la
pobreza y por la indigencia. Y para eso sí necesitamos un acuerdo entre las
distintas fuerzas políticas.
Por eso espero que nos pongamos a trabajar en este sentido.
Muchísimas gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senadora.
Tiene la palabra, senadora Ávila.
Sra. Ávila.- Muchas gracias, presidenta.
Hoy estamos sentados acá, como corresponde a una oposición seria y
responsable, por los momentos de incertidumbre que vivimos a nivel nacional e
internacional.
Hoy venimos a reafirmar nuestro compromiso con la gobernabilidad y con
la solidez institucional de nuestro país.
Por supuesto, no estamos de acuerdo con este gobierno y mucho menos
con las medidas económicas que viene tomando.
Desde hace dos años nos ha llevado a un mayor ajuste, a impuestazos,
al aumento de la pobreza, al aumento de la inflación, como lo han reconocido
muchos senadores que hicieron uso de la palabra hace un momento. Pero para
nosotros los intereses nacionales están por encima de las mezquindades y
pequeñeces políticas. Por eso hoy estamos sentados acá.
No voy a entrar en los detalles técnicos de los que ya hablaron los
senadores informantes de nuestro espacio. Sí quiero celebrar que hoy estemos
debatiendo la firma que ha hecho el gobierno nacional con el staff del Fondo
Monetario Internacional. Pero lo que lamento es que lo estemos tratando dos
años más tarde. En el mismo momento en el que el presidente de la Nación
recién quiere empezar a corregir la inflación.
Este acuerdo con el Fondo, como lo han dicho muchos senadores, por
supuesto, no resuelve problemas macroeconómicos y a nadie le gustaría votar
esta ley. Pero hoy estamos acá porque tenemos esa responsabilidad.
El problema de los argentinos, como también han dicho otros senadores,
tiene que ver con que nosotros no generamos confianza. No generamos
confianza a nivel internacional. No generamos confianza en los organismos
internacionales. No generamos confianza en los mercados. Y ni siquiera nuestra
moneda genera confianza entre los argentinos. Por eso tenemos una economía
bimonetaria. Y por eso los argentinos pensamos siempre en el dólar.
¿Pero sabe cuál es la diferencia entre los países latinoamericanos y
nosotros, los argentinos, lo cual se ha dicho acá y es necesario volver a
mencionar? El déficit fiscal. ¿Qué significa esto? Que gastamos más de lo que
ingresa en nuestro país. Y este tema nosotros lo tenemos que resolver, porque
es extremadamente grave. Porque significa que no vamos a poder seguir
creciendo y continuaremos estando estancados como hasta ahora.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 47

En la reunión de la Comisión de Presupuesto, donde estuvo el ministro


Guzmán, le consulté sobre este tema. Porque por parte del gobierno nacional
también vemos contradicciones. Por un lado, se dice que hay que bajar el déficit
fiscal. Y dicen que tenemos que poner todo de nuestra parte. ¿Pero sabe qué,
presidenta? También notamos contradicciones en este gobierno nacional.
Porque se pide bajar el déficit fiscal y, sin embargo, por otro lado, vemos una
institución como el PAMI que nombra a 206 personas en planta permanente.
Se dice que hay que reducir el déficit fiscal y se crean nuevos programas
y nuevos organismos, como una Subsecretaría de Resiliencia que quería saber
cómo está el humor de los argentinos.
¿Le parece serio esto? ¿Quiere que le diga, presidenta, cómo está el
humor de los argentinos? Estamos mal. Estamos muy mal.
Afortunadamente, no se ha hecho esa subsecretaría.
Nos dicen que bajemos el déficit fiscal y, sin embargo, las empresas del
Estado como Aerolíneas, AySA o el Correo Argentino tienen un enorme déficit.
Entonces, presidenta: siempre estamos pidiendo el sacrificio al pueblo
argentino. Es hora de que también nosotros demos señales de austeridad. Es
hora de que demos señales de que vamos a reducir el gasto público.
El gasto público actualmente ronda el 42 por ciento del producto bruto
interno. En la década del noventa era del 23 por ciento.
Nosotros tenemos que dar el ejemplo a ese pueblo sacrificado que hoy
está siendo castigado. Nosotros tenemos que dejar el despilfarro político,
tenemos que bajar el gasto político, debemos tener ejemplos claros de
austeridad.
Por supuesto que ya estamos viendo los efectos en la sociedad de este
acuerdo. Todos saben sobre el aumento de los alimentos, de los combustibles,
de las prepagas, de los servicios públicos.
¿Quién paga este ajuste? Se lo pregunté al ministro Guzmán y evadió la
pregunta. Lo pagan todos, lo paga el trabajador, el peón rural, el médico, la
enfermera, la maestra. Lo pagan todos. Todo el pueblo argentino va a pagar este
enorme ajuste en este momento crítico que estamos viviendo los argentinos.
Por supuesto que hubiese sido fácil para nosotros, la oposición, no tratar
este proyecto, sacarle el cuerpo a la jeringa, como se dice vulgarmente. Pero no,
estamos acá debatiéndolo, y a contra reloj.
¿Sabe qué, presidenta? Nosotros necesitamos un país ligado a la
productividad, al fomento de la inversión, a que se tengan reglas claras para el
sector privado, para que pueda generar empleo genuino, a que se empiecen a
reconvertir los planes sociales. Hay más de 20 millones de argentinos que
reciben planes sociales. Tenemos que empezar a reconvertir esto y volcarlo al
sector productivo.
¿Sabe por qué desde Juntos por el Cambio acompañamos este acuerdo?
Porque lo piden muchos sectores. Mire, lo han pedido las cámaras empresarias,
los agentes económicos y productivos; gobernadores, sindicatos, CGT,
referentes sociales y hasta la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela
de Carlotto. Todos piden que aprobemos este acuerdo.
Claro, por supuesto que hemos debatido este tema en la Cámara de
Diputados. Y Juntos por el Cambio ha hecho su aporte con otros referentes del
oficialismo –debo ser sincera en esto– para que podamos tratarlo hoy, como ha
pasado en la Cámara de Diputados, que a pesar de algunas internas, marchas
y contramarchas de la coalición oficialista, ha salido aprobado.
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La sociedad está pidiendo que no haya más grietas; la sociedad nos está
pidiendo que nos pongamos a la altura de las circunstancias; la sociedad nos
está pidiendo que dejemos de discutir, que consigamos el consenso necesario y
que pongamos el norte en el bien de todos nosotros. La sociedad nos está
pidiendo que pongamos en agenda los temas que le preocupan. ¿Y qué le
preocupa? Poder llegar a fin de mes, poder parar la olla, poder mandar sus hijos
a la escuela, no tener que decidir entre si hoy compra un zapato o mañana un
buzo para uno de sus hijos.
Mire, presidenta: estamos en un momento tan, pero tan delicado, que
capaz que nosotros dejemos un país mucho peor para nuestros hijos que aquel
que nosotros hemos recibido de nuestros padres y abuelos, cuando siempre se
aspira a un crecimiento.
Yo creo que nadie tiene dudas –lo han dicho acá– sobre cuáles serían las
consecuencias de no aprobar este acuerdo, las consecuencias de un default.
¿Cuáles serían esas consecuencias? Lo han dicho acá: obviamente, tendríamos
hiperinflación; obviamente tendríamos una corrida bancaria; el dólar llegaría a
300 o 350; cierre de empresas; y nuevamente un conflicto social que los
argentinos ya lo hemos vivido.
Caer en default no es el camino. El default no es un tema que atañe a un
presidente, a una vicepresidenta, a una coalición. El default nos atañe a los
argentinos, porque Argentina es la que debe; Argentina es la que debe, no un
sector. Entonces, hay que cumplir esos compromisos.
Hoy creo que también, presidenta, desde la oposición estamos dando un
salto de calidad democrática, porque nosotros no estamos pensando cuánto
peor o mejor, como sí ha pasado anteriormente. Nosotros estamos acá, porque
no queremos que los argentinos tengan males mayores; y creo que eso es
importante.
Somos opositores; para eso nos eligieron el 14 de noviembre. Nosotros
no cogobernamos, pero sabemos que tenemos la enorme responsabilidad de
pensar en los argentinos.
Sí me llama la atención, presidenta, que desde el Frente de Todos haya
dos visiones: por un lado, soy opositor y, por el otro, soy oficialista; por un lado,
si me gusta la ley, la apruebo, y si no me gusta, me hago a un costado. Eso me
parece muy poco serio. ¿Qué pensaba ese sector, en realidad?, ¿que había que
patear el acuerdo con el Fondo? ¿Por qué no lo dijeron hace dos años si no
querían el acuerdo? Me parece que eso necesita cierta coherencia desde el
propio gobierno.
No aprobar este acuerdo sería un fracaso de la política argentina; no
aprobar este acuerdo sería lamentable para la Argentina.
Como representante de la provincia de Tucumán, también quiero que
haya una economía verdaderamente federalista, porque nosotros estamos
pagando...
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Tiempo, senadora.
Sra. Ávila.- Sí, presidenta. Ya redondeo.
En Tucumán, estamos pagando subsidios y tarifas mucho más elevados
de lo que hay acá, en el AMBA. A modo de ejemplo, de 10 pesos que se ponen
para subsidiar el transporte, 9 quedan en el AMBA y 1 peso va para el resto del
país. Estas inequidades también se tienen que terminar; también se lo dije al
ministro Guzmán.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 49

Mire, presidenta, nosotros estamos muy preocupados. Yo, como


tucumana, apoyo este acuerdo y no quiero el default, porque el default hubiese
significado que la industria madre –la industria azucarera, la industria citrícola, la
metalmecánica– tuviera que cerrar sus puertas al no tener créditos, tuviera que
dejar de dar empleos.
Y algo que me preocupa sumamente es lo que va a pasar con el gas. Ya
están diciendo que va a faltar gas en invierno; y este es un insumo esencial para
nuestra economía regional en el Norte, porque obviamente alejados del puerto
tenemos menos competitividad.
Entonces, como tucumana y como representante de mi provincia, quiero
decir que voy a acompañar este acuerdo, pensando en que es una oportunidad
que le damos al gobierno actual para evitar males mayores.
Eso sí, no es momento de oportunismo ni de pensar en elecciones. Y
espero que el gobierno nacional no salga a festejar o a celebrar electoralmente
la aprobación de este acuerdo, que sale gracias a que nosotros, desde la
oposición, hoy estamos dando quórum y lo estamos debatiendo.
Muchas gracias, presidenta.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senadora.
Tiene la palabra, senadora Mendoza.
Sra. Mendoza.- Muchas gracias, señora presidenta.
La verdad es que comparto que no nos hubiera gustado estar en este
lugar tratando este proyecto. Quiero dejar bien en claro desde un comienzo que
lo primero que tenemos que considerar a la hora de evaluar los términos de este
acuerdo es que, cuando asumió el gobierno de Alberto Fernández, el Fondo
Monetario Internacional ya estaba entre nosotros, con su espada de Damocles,
lo que por definición representa el peligro inminente y cercano, es decir, una
grave amenaza que se debe afrontar inexorablemente.
Este gobierno comenzó su gestión en la conducción del país con una
deuda de 44.500 millones de dólares, a lo que debemos agregar el impacto
económico y social de la pandemia, a nivel nacional y mundial, de la que, gracias
a Dios, a la vacuna y al accionar muy bueno de este gobierno hoy podemos estar
saliendo y estar un poco más tranquilos.
Cabe destacar, señora presidenta, que es la primera vez en la historia del
país que un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es puesto a
consideración de este Congreso de la Nación; celebro que sea así. Tendríamos
que debatir siempre antes de tomar una terrible deuda irresponsablemente, que
viene a afectar los intereses de todos los argentinos.
Y aquí estoy, aquí estamos todos, en esta instancia republicana, en la que
nos toca decidir una cuestión crucial; y lo hacemos totalmente condicionados por
decisiones económicas que se tomaron en el pasado. Claro que duele estar acá,
en esta situación. Creo que todos tenemos la misma mirada y el mismo
pensamiento.
Ya todos sabemos lo que el Fondo Monetario Internacional representa
para los pueblos, pero es importantísimo –insisto una vez más– resaltar que
cuando este gobierno comenzó, el Fondo Monetario ya estaba acá.
Y lograron el gran objetivo, que es condicionar al gobierno que venía,
porque ya todo indicaba que, una vez más, el peronismo volvería a ser gobierno.
Hoy debemos asegurar y cuidar la gobernabilidad y solucionar esta
tremenda encrucijada que no nos deja opción, procurando salir de ella de la
manera menos gravosa posible.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 50

En líneas generales, este acuerdo nos permitirá acumular reserva, lo que


facilitará los intercambios de la Argentina con el mundo. Nos llevará a un
crecimiento sostenido de la economía, generando más puestos de trabajo y
mayor producción.
Y quiero destacar también que esta variable de ajuste no será ni con los
trabajadores ni con los jubilados, como tantas otras veces en la historia de
nuestro país.
El eje central de la generación de mayores obras públicas brindará a
nuestras provincias una concreta posibilidad de crecimiento y desarrollo, tan
necesaria por estas horas, para promover una patria más federal, inclusiva y con
justicia social.
Y también, como representante de mi provincia, Tucumán, celebro,
porque creo que esto nos va a ayudar. El Norte argentino ha sido postergado por
años. Hoy podemos ver que las obras públicas están llegando a nuestra
provincia y que no solo van a quedar las obras que van a beneficiar a los
tucumanos y a los comprovincianos, sino que también eso va a generar
oportunidades de trabajo para nuestra gente.
Acompañaré con la certeza de que este acuerdo nos abre una posibilidad
dentro de la encerrona trágica en la que nos han dejado. Ante todo, soy
respetuosa –como también se dijo acá– de las decisiones de cada uno de mis
pares. Creo que, a la hora de votar, cada uno lo va a hacer con la conciencia y
vamos a saber respetar las decisiones de cada uno de mis compañeros.
Yo, con mucha convicción, voy a acompañar esta propuesta del Poder
Ejecutivo que, en definitiva, es quien tiene a su cargo administrar de forma
ordenada nuestro país en estos próximos años. Por eso es que adelanto mi voto
afirmativo del proyecto de ley que estamos tratando, para no permitir que nuestro
país entre en default.
Creo que hoy nuestro gobierno, nuestro presidente y la Argentina nos
necesitan más juntos que nunca, para ver de qué manera, entre todos,
ayudamos a salir de esta encerrona –como dije anteriormente– en la que
estamos; y que no la hemos tendido nosotros, sino que la hemos heredado.
Muchas gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senadora.
Tiene la palabra, senador Fama.
Sr. Fama.- Muchas gracias, señora presidenta. Buenas tardes, señoras
senadoras y senadores.
Afortunadamente, quienes me anticiparon en la palabra han descripto
claramente el objetivo por el cual estamos hoy aquí: solamente a los efectos de
autorizar al gobierno nacional la toma de una nueva operación de crédito público,
que por cierto es difícil, no solamente desde lo técnico, sino también por el
entramado y las implicancias que tiene en nuestra sociedad: inflación,
desocupación, crecimiento, estabilidad, entre otros.
Es por ello que anticipando mi voto positivo al proyecto voy a referirme a
dos o tres aspectos. Para comenzar, voy a decir que quedé muy sorprendido con
el mensaje del presidente en la Asamblea Legislativa. Anunció que nos iba a
enviar el acuerdo con el Fondo Monetario, asumiendo que, para ello, no iba a
haber ajuste ni reformas estructurales. Es más, enfatizó en que no eran
necesarias y nunca se deberían hacer; y a eso le agrega que sería con un
incremento real del gasto. Renglón siguiente, castiga a la clase política por la
polarización. Un minuto más tarde, nos acusa a los opositores de haber
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 51

endeudado al país en nuestro beneficio y, para terminar de rematarla, nos pidió


que lo acompañemos y le votemos el acuerdo.
Sin dudas, al señor presidente le ganó la emocionalidad y la contradicción,
cuando lo que este país necesita es racionalidad y convicción.
Y por qué digo que me sorprendieron las palabras del presidente. Porque
careció de racionalidad individual. Él es el principal interesado en generar los
consensos políticos para que el acuerdo se apruebe. Consenso del que carece
en su propio espacio político. Nos reta, nos reprocha, pero hace lo mismo y nos
pide el acompañamiento.
¿De qué polarización habla? La polarización no vino de la oposición, sino
de las propias entrañas del oficialismo, que no acompañó y no acompaña
fuertemente al presidente. Por el contrario, nuestro espacio estuvo unido en
Diputados y lo estará en Senadores, respondiendo y levantando el guante que
nos dieron millones de argentinos el 14 de noviembre.
Vea, presidenta, que el oficialismo sufre de olvidos electivos no es una
novedad. Desprecian a los organismos de crédito y, sin embargo, aquí estamos,
pidiendo no solo un nuevo financiamiento, sino que además pedimos más de lo
que se necesita para evitar el default.
Hablar de deuda, de endeudarnos, de déficit, de desequilibrio económico,
no es grato ni feliz para nadie, pero hay cuestiones que nos preocupan y mucho.
Solo voy a mencionar lo que ya se ha dicho. Me refiero a la inflación del último
mes; en especial, la que tuvieron los alimentos, que fue del 7,5 por ciento y que,
como todos sabemos, castiga a los más pobres.
Es por eso que hoy estamos acá, y en esto coincidimos muchos, porque
los problemas de los argentinos los resolvemos entre todos o no los resuelve
nadie.
La media sanción de Diputados demuestra que, efectivamente, el diálogo
sensato puede conducir al país a encontrar los carriles para sacarnos de esta
situación; y la experiencia nos dice que el default no es la salida. El default es
más inflación, más inequidad y, sobre todo, más pobreza; que es algo que no
entienden o no quieren comprender quienes se refugian en la intransigencia
ideológica y hoy se dan el gusto de votar tranquilos en contra.
Para cerrar, señora presidenta, más allá de todo lo dicho, no puedo dejar
pasar por alto lo que escuchamos y vimos en esta corta semana de debates.
Como ya dije, me sorprendieron algunas declaraciones del señor presidente,
pero no menos sorprendido estoy por algunas expresiones de legisladores y
funcionarios, quienes por ejemplo se tapan la nariz, hablan de malas palabras o
de que nunca acudirían al Fondo Monetario.
Mire, encontré esto, que se lo quiero mostrar. Es del 1° de diciembre de
2005. (Exhibe la tapa del diario Clarín de la fecha mencionada.) Dice: “Vigilarán
los precios y no habrá apuro con el FMI”. En todo caso, habrán aprendido mal…
–Murmullos en el recinto.
Sr. Fama.- Se tomaba crédito, se acordaba con el Fondo Monetario
Internacional; y seguimos con las mismas recetas.
Pero mientras ustedes sufren el disgusto por escuchar algunas palabras,
la Argentina sufre enfermedades graves: fragmentación social, de
descapitalización, de inflación, de inequidad. ¿Saben qué es un verdadero
disgusto? Reducirles los ya magros ingresos a los jubilados, o mirar sin asombro
cómo miles de jóvenes argentinos se van por los aeropuertos a buscar otro país.
¡Ni qué hablar de los niveles obscenos de pobreza y de desocupación!
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 52

Apelo al señor presidente para que, dentro de tanto olvido, no se le ocurra


el más imperdonable: el olvido de la razón.
Como dijo el senador Torres: le pedimos que se haga cargo, que honre
su palabra, que la cumpla, que saque a este país adelante. Porque, señora
presidenta, mala palabra es no cumplirla y darle la espalda a los argentinos.
Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Andrada.
Sr. Andrada.- Muchas gracias, señora presidenta.
En primer lugar, desearía poner en contexto la situación en el marco de
mi alocución. Desde que nos hicimos cargo del gobierno, sin dudas, nos ha
tocado afrontar hechos más que trascendentes, que significativamente han
modificado la dinámica de su gestión.
Cuando comenzamos sabíamos perfectamente que teníamos un camino
difícil para enfrentar un crédito que fue irresponsablemente otorgado,
imprudentemente manejado, por el cual se había dado una cuota que superaba
el 1.200 por ciento de lo que le correspondía a nuestro país, con amortizaciones
de 19.000 millones de dólares que eran imposibles de afrontar.
Pero nosotros, con el sendero de crecimiento, pensábamos que había que
afrontar eso y, así, fuimos desandando el camino de nuestro mandato popular.
A los cien días de haber comenzado nos toca una tragedia sanitaria, la
mayor, la peor en cien años, que con mucha incertidumbre, con mucha dificultad,
con mucho esfuerzo del pueblo argentino, de los equipos de salud, la fuimos
sobrellevando; y aún estamos en ella.
A pesar de ello, si bien se generó un parate económico, nosotros, a los
dos años, estábamos con un crecimiento superior al 10 por ciento del PBI. Hoy,
a más de dos años de nuestra gestión, estamos presenciando un conflicto bélico
que, sin duda, cambia el escenario internacional, económico, y nos encuentra en
una situación de vulnerabilidad económica y financiera.
No estoy hablando de esto como un justificativo, sino, simplemente,
describiendo la realidad. La guerra, que es un hecho trágico, un desastre
humanitario, que ha generado miles de muertos, desplazados –millones–, sin
duda cambia y hace que se generen escenarios que en nuestro caso pueden ser
desfavorables, o muy desfavorables.
En primer lugar, son países productores de granos: de maíz, de trigo, y
eso también eleva los valores de esos commodities, lo cual a nosotros nos puede
favorecer indirectamente en el precio y apalancar nuestra economía por una
balanza comercial favorable. Pero también allí tenemos en claro que se están
elevando los precios; y eso afecta directamente a nuestra población y genera
una dificultad en los alimentos.
Pero lo más crítico que creo yo que está sucediendo, tiene que ver con el
tema energético. Son países productores de energía, de petróleo y de gas; y eso
hoy a nuestro país, que desgraciadamente no tiene soberanía energética, le
pega bastante duro.
Nuestro país tiene una matriz energética con un 80 por ciento de
combustibles fósiles; y en el caso del gas necesitamos importar un 20 por ciento.
Es por ello que es importante que tengamos en claro que ese escenario volátil y
de incertidumbre nos tiene que hacer recapacitar.
No hace mucho tiempo nosotros trabajamos en el tema energético. En
gestiones de 2003 a 2015 hemos trabajado y construido 3.000 kilómetros de
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 53

gasoductos, 5.000 kilómetros de líneas de alta tensión; y eso se paró. Hoy en


día, a pesar de la pandemia, retomamos ese camino y, a través de la Secretaría
de Energía, se está trabajando con el Plan Gas.Ar, se está trabajando con una
obra emblemática como es el gasoducto “Néstor Kirchner”, que nos va a permitir
“destopear” las zonas de transporte de gas y nos va a permitir tener saldos
exportables.
Hay un dicho que reza que las crisis son oportunidades; y en ese sentido
creo yo que en este momento debemos tener una idea de trabajar sobre nuestra
matriz energética y cambiarla.
Para nosotros es importante hacer un trabajo a nivel de los hidrocarburos.
Tenemos que aprovechar esta suba del barril de petróleo convencional y trabajar
en nuestras cuencas –sean off-shore–, tratar de trabajar sobre el petróleo no
convencional y el gas no convencional.
También es importante que hagamos un esfuerzo en el tema de las
energías renovables. Nosotros creemos que, si bien la ley 27.191 nos obliga a
tener un porcentaje del 20 por ciento de energía no renovable volcada al sistema
eléctrico, está viniendo en un gradiente ascendente: en 2019 fue del 6 por ciento,
en 2020 fue del 10 por ciento y el año pasado fue del 13 por ciento.
Es necesario cambiar esa matriz. En ese sentido, nosotros consideramos
que la energía renovable es muy importante y nos va a permitir tener saldos
exportables en el tema de los hidrocarburos.
Pero también quisiera hacer mención a un mineral estratégico como es el
litio. Escuchaba al legislador de Jujuy hablar de esto. Nuestro país forma parte
del triángulo del litio y tiene las reservas más importantes en el mundo.
Nosotros, como provincia, junto con Jujuy y con Salta, hemos generado
un tratado interprovincial para tratar de hacer que la producción y las inversiones
sean más efectivas. El país también está trabajando a través de YPF, con su
división de litio, para generar las baterías.
Y nosotros, como legisladores, también tenemos la responsabilidad de
hacer que se sancione la ley de electromovilidad, puesto que eso nos va a
permitir derivar más del 30 por ciento de la demanda de energía proveniente de
combustibles fósiles a energía producida por el litio. Nuestra provincia, a través
del gobernador Raúl Jalil, tiene esa mirada.
Nosotros, en Catamarca, contamos más de quince proyectos en los
cuales tenemos inversiones. Podemos nombrar el Proyecto Fénix, con 1.100
millones de dólares; Tres Quebradas, o también el proyecto de Sal de Vida.
¿A qué apunto yo con estas palabras dedicadas a la matriz energética?
Este acuerdo nos da la posibilidad de cuatro años de lapso de gracia para poder
trabajar en ese sentido. Y para mí es muy importante puesto que, si nosotros
logramos modificar la matriz energética de nuestro país, vamos a tener saldos
exportables y vamos a poder hacer frente a muchas de las situaciones que hoy,
desgraciadamente, estamos viviendo.
Presidenta: no existen las soluciones mágicas, ni en la vida diaria ni en
las acciones de gobierno. Este acuerdo, señores legisladores, no es una solución
mágica: es una herramienta; y, esa herramienta, hoy es el mal menor.
En ese sentido, es una herramienta que hoy tenemos que usarla
responsablemente porque, si no lo hacemos así, vamos a entrar en situaciones
bastante más complejas.
Es de mi consideración que, si no tomamos este acuerdo, vamos a entrar
en default; y, ese default, hace inviable al país y a nuestra ciudadanía.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 54

Muchas gracias, señora presidenta.


Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senadora Álvarez Rivero.
Sra. Álvarez Rivero.- Buenas tardes.
Muchas gracias, señora presidenta.
Antes de comenzar, me gustaría, a través suyo, solidarizarme con la
vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y con todos los que sufrimos la
semana pasada un ataque a esta honorable casa. Creo que todos coincidimos
en que queremos vivir tiempos de paz.
Asumí mi mandato como mujer, como madre, como maestra, pero, sobre
todo, como ciudadana que logró meterse en el corazón de la política.
Asumí la responsabilidad de levantar fielmente la voz de la gente y,
también, la voz de las pymes cordobesas. Las conozco bien, ya que tengo una
desde más de una década antes de nacer.
Seré breve.
Señora presidenta: creo que los ciudadanos claman que los dejemos
hacer. Le puedo asegurar que la gente está cansada de tanta traba, de tanto
impuesto, de que nada funcione y de que sea tan difícil progresar. La prueba es
cómo se nos están yendo nuestros hijos.
Le puedo asegurar que los argentinos queremos hacer y crecer; y hacer
lo necesario para integrarnos al mundo.
Es obvio que tenemos que ser más austeros y evitar todo despilfarro. No
podemos gastar más de lo que tenemos. Por lo menos, no podemos hacerlo
siempre.
Debo diferenciarme del señor presidente de la Nación en su discurso de
la Asamblea Legislativa, pidiendo bajar y simplificar los impuestos; intentando
innovar en lo laboral; repensar lo previsional; sincerar nuestra matriz energética;
y cuidar –por qué no– la independencia de nuestro Banco Central, para ver si
podemos controlar la inflación.
En nombre de la gente, en nombre mío, en el de mi provincia de Córdoba,
quiero pedirles que nos comprometamos a trabajar en la solución de esos
problemas esenciales para la gente, para los emprendedores y para las
empresas.
Yo voy a dar mi sí al único artículo que tiene este proyecto. ¡No! No es al
acuerdo. El acuerdo es del gobierno y la verdad es que no le gusta a nadie: ni a
mí, ni a Juntos por el Cambio, ni al Fondo, ni al Frente de Todos. Por eso, oímos
que nos están diciendo que no hay buenas noticias; y no estamos todos.
Aun así, sabemos que no podemos dejar caer a nuestro país en el default,
porque el default sería peor para la gente. Ese debe ser nuestro foco. Mayor
aislamiento económico, seguro será mayor sufrimiento.
Voy a aprobar el proyecto; no apruebo este acuerdo.
Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senadora.
Tiene la palabra, senadora Giacoppo.
Sra. Giacoppo.- Gracias, señora presidenta.
Antes de comenzar mi alocución, quiero expresar mi enérgico repudio por
los hechos ocurridos la semana pasada frente a esta casa, de los cuales la
agresión expresa a la señora vicepresidenta, a la presidenta...
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Disculpe, senadora: identifíquese, porque
no figura en el sistema…
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 55

Ahora está. Gracias.


Sra. Giacoppo.-… a la señora presidenta de esta casa.
Vengo de un partido donde la tolerancia, el respeto a las ideas, el respeto
al que piensa diferente, nutre. Nosotros nacimos de la discusión y del debate.
Por lo tanto, reitero mi enérgico repudio a todo acto de intolerancia.
Y, hablando de tolerancia, me quiero solidarizar, también, con el
oficialismo; me quiero solidarizar con el gobierno. Yo sé la incomodidad que debe
sentir cada uno de ustedes en esas bancas. Yo la sentí; la sufrí en la piel cuando
éramos gobierno. Pero hay una gran diferencia. ¿Saben qué? Nosotros nos
sabemos sentar, sabemos reconocer y hemos reconocido errores.
Hay algunas bancas vacías en este recinto. Esas bancas vacías no hablan
de crecimiento político, no hablan de tolerancia. De hecho, veo a un presidente
solo, en la más profunda soledad; y eso me entristece como Argentina.
No vengo de un partido político que festeja el fracaso. Tampoco vengo del
“club del helicóptero”, donde nos empujaron por intolerancia. Tampoco vengo del
club de tirar papelitos en esta sala, donde festejaban no pagar al Fondo. Pero
hoy estoy sentada porque soy, primero, argentina, y soy responsable.
También, quiero hacerme algunas preguntas, de las cuales creo tener la
respuesta. Este acuerdo… En realidad, lo que estamos discutiendo acá no es un
acuerdo: es un programa de facilidades extendidas. No quiero entrar a debatir
hipocresías: todos sabemos de quién es la deuda; todos sabemos quién tomó
más deuda que otros. Pero quiero recordar algunas cosas, colegas, en honor a
la verdad y por aquella tolerancia, lamentablemente, me van a tener que
escuchar.
En el año en que gobernaba el extinto Néstor Kirchner, salimos del Fondo
Monetario, ¡claro que sí!, pero salimos de pagar un 3 por ciento y fuimos a pagar
un 14. ¡A ver, de eso no nos tenemos que olvidar!
Entonces, creo yo que este avance de estar sentados nosotros, como
oposición, avalando y sosteniendo un gobierno totalmente débil, a un presidente
solo, amerita que ustedes, también, se hagan cargo. ¡Se hagan cargo una vez
en la vida, y comencemos a entendernos y a escucharnos, y a hacernos cargo
de los errores!
¡Dejemos de mentirnos entre nosotros! ¡La gente nos está escuchando!
¡Está esperando un gesto de madurez de nosotros! ¡Está esperando que, de una
vez por todas, dejemos de discutir y de echarnos la culpa, y empecemos y nos
arremanguemos y hagamos honor a nuestros antepasados!
¿Saben qué? Esto no resuelve nada: no resuelve la inflación, no resuelve
la pobreza, no resuelve el incremento de precios, pero sí resuelve entregar una
última carta de esperanza. Y yo voy a dar un mensaje de esperanza,
completando un relato… No un relato, perdón: un detalle de éxitos y de logros
concretos de mi provincia que, por una cuestión de tiempo, no pudo enunciar el
senador preopinante por mi provincia.
Lamentablemente, el otro senador no está acá para poder ratificar lo que
estoy diciendo, porque él lo conoce y ve los hechos.
Mientras un presidente –el presidente que eligió el pueblo argentino y que
yo voy a sostener hasta el 10 de diciembre de 2023– está aplaudiendo con un
ritmo de aquaflash, aquagym –como se llame– en una pileta, mi gobernador está
en Francia haciendo un convenio para fabricar en Jujuy nitrógeno verde. Mi
gobernador está con el grupo de gobernadores del Norte Grande, trabajando no
ya para Jujuy, porque para Jujuy los logros se sienten, los logros se tocan, los
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 56

logros se viven. ¡Y todavía hay gente que vive del relato, hablando de que en mi
provincia existen presos políticos, pidiendo intervenciones!
¿Saben qué? ¡Duele el éxito de Jujuy! Por eso, el pueblo argentino tiene
que tener esperanza. Y aquel senador preopinante que hablaba de ¿Dónde está
el piloto?, yo le contesto, ¡el pueblo de Jujuy encontró el piloto! ¡Lo encontró en
el año 2015, cuando asumió un gobernador, y de las cenizas, como el ave fénix,
hemos resurgido!
En Jujuy había tres vuelos semanales: hoy, hay seis vuelos diarios.
En Jujuy no había trabajo. Mis hijos emigraban a vivir a otras provincias o
fuera del país. Hoy, los jóvenes vuelven. Hoy, hay trabajo. Hoy, hay riqueza.
Tenemos un equilibrio fiscal en la provincia; y eso, a algunos, todavía les duele.
Pero, ¿qué?, ¿no somos argentinos, también, los jujeños?
Nosotros encontramos el piloto, respondemos a esa pregunta que se
hacía un senador. Y vamos a encontrar los argentinos el piloto en el año 2023.
Pero no podemos esperar. Por eso, hoy le damos otra carta al señor presidente.
Le damos una oportunidad, pero queremos responsabilidad. Y esas auditorías
trimestrales que vamos a tener, nosotros –esta casa, la casa de las leyes– vamos
a custodiar que se cumplan: que seamos más austeros, como bien decía una
senadora preopinante.
Queridos pares, queridos colegas, queridos senadores: hagamos honor y
honremos a aquellos inmigrantes que vinieron en la más extrema pobreza y
construyeron esta patria.
¡Miren esta casa! Esta casa es la mejor prueba del éxito cuando se
trabaja, cuando se tiene claro qué país se quiere, y cuando se deja de hablar y
se comienza a hacer. Tengamos esperanza.
Hay provincias, hay regiones de este país que con pandemia, con
adversidad, con crisis, ¡pudimos transformar una realidad espantosa! ¡Había que
vivir doce años en Jujuy, como vivimos los jujeños! ¡Eso nos unió!
Acá, dejamos cada uno de nosotros las banderías políticas y, hoy, somos
un frente que no fue una coyuntura como este frente electoral que hoy gobierna.
Hoy, ustedes tienen una fractura expuesta. A esa fractura la tienen que
sanar ustedes, no nosotros.
Nosotros, hoy les damos una carta: está en ustedes, que gobiernan, la
responsabilidad de usarla y usarla bien. No estamos en el 2001, donde el
contexto social era otro. Hoy, la sociedad no espera más y, ante esa intolerancia,
ponemos en riesgo las instituciones.
Dejemos de mentirnos entre nosotros. No le mintamos a la gente.
Dediquémonos a acompañar al que gobierna. No nos convirtamos en aquel “club
del helicóptero”, que expulsa a los que gobiernan por intolerancia.
Mis queridos pares: a unirnos, a trabajar, porque es la última oportunidad.
Gracias, presidenta.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senadora.
Tiene la palabra, senadora Sapag.
Sra. Sapag.- Gracias, señora presidenta.
Me alegra haber visto a nuestra presidenta, la presidenta del Senado, la
doctora Cristina Fernández de Kirchner, bien, después del ataque artero, que
lamento terriblemente. Digo esto porque ese ataque a su persona, a lo que ella
representa; ese ataque a esta institución y a la democracia, no se puede tolerar.
Repudio a los que lo organizaron, a los que lo ejecutaron, a los que se divirtieron,
a los que hicieron chistes y a los que pusieron en duda el hecho.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 57

Sospecho que se toman estas atribuciones de atacar a una mujer por ser
mujer: lo mismo pasa con Milagro Sala. Todo el progreso de Jujuy pareciera que
se ha hecho a costa de tenerla presa, de que sea una presa política.
Yendo a nuestro tema, creo que hay una concepción de la vida que
establece que la vida comienza hoy; que no hay historia; que todo va a pasar a
partir de ahora. Entonces, yo quiero recordarles que Dujovne, que fue ministro
de Economía de Macri, en junio de 2016, decía: “El gobierno de Cristina nos dejó
una bendición, niveles bajísimos de endeudamiento, tanto a nivel del Gobierno,
de las empresas y de los municipios”. Argentina no tenía casi deuda.
El 10 de enero de 2017 Dujovne asumió como ministro, unos meses
después de decir esto; pero ya, en mayo de 2018, decía que no iba a recurrir al
Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, un mes después resulta que
Dujovne dice –textual– que fue idea del Fondo Monetario Internacional darle
fondos frescos a la Argentina para apoyar políticamente a Macri.
Y acá está la teoría de la que nos hablaba la senadora Catalfamo, de la
deuda odiosa, donde están en connivencia quien otorga el crédito y quien lo pide.
Acá lo entregó, lo ofreció...
¿Cómo puede ser? Yo puse las fechas, especialmente, porque en 2016
estábamos desendeudados y en 2018 ya teníamos al Fondo Monetario
Internacional encima nuestro, con esta deuda que hoy estamos discutiendo
cómo pagarla. No es que nosotros estamos pidiendo el crédito: el crédito lo
tenemos desde el 2018. Nosotros estamos discutiendo cómo refinanciar, cómo
pagar algo impagable: 57.000 millones de dólares. Al año y cuatro meses, ya se
habían fugado 41.000 millones de dólares.
Esta deuda que tenemos, que sirvió para la fuga, para que se llenen de
oro los amigos del poder –los bancos–, que nos dejó en default y en la situación
que nos dejaron, fue el plan perfecto a mi juicio.
Nosotros, como bloque, hemos manifestado nuestra preocupación hacia
esta situación, y hemos hecho dos cartas: una al Fondo Monetario Internacional,
el 15 de noviembre de 2020, en la que le pedíamos al Fondo que reconsiderara
los intereses, el periodo de espera para comenzar los pagos anuales a partir del
año 2025 y el plazo de amortización en varias décadas, no en 10 años. También,
nuestro bloque del Frente de Todos le mandó una carta, el 22 de febrero de
2021, a la Oficina de Evaluación Independiente –OEI–, mediante la cual
solicitamos que se avance en una investigación sobre el acuerdo Stand-By –el
que ustedes pidieron en 2018– por los siguientes puntos: estimaciones para el
diseño del programa y evaluaciones de sostenibilidad de la deuda; cumplimiento
de los criterios establecidos por el FMI para que el país haya obtenido el acceso
extraordinario; la vulneración del artículo 6° del estatuto; y los aspectos jurídicos
incumplidos por Argentina.
El mismo Fondo, en su auditoría sobre el crédito otorgado a la Argentina
–donde establece todas las dificultades y las inequidades que se encontraron–,
nos hace dar cuenta de que esto fue una estafa y, como yo digo, el plan perfecto.
Este crédito fue otorgado por el Fondo Monetario Internacional –sin que
lo pidiera la Argentina– para fortalecer al gobierno de Macri. El gobierno de Macri
era el primer gobierno de derecha que había llegado al poder a través de
elecciones y no de golpes militares. Entonces, había que sostenerlo. Ya había
entrado en default. Había que llevarle plata fresca, y en cantidades
extraordinarias. Vemos, ahora –alguien mostró la torta–, que del 60 por ciento
de la plata que el Fondo Monetario Internacional, en este momento, le ha
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 58

entregado al mundo, nos pertenece la deuda a nosotros, sin pedirla. Ellos nos la
vinieron a ofrecer: más claro, imposible; imposible.
Ahora, ¿qué hicieron? ¡Se la fugaron! ¡Hasta tenemos periodistas que
sabemos que tienen la plata puesta afuera! ¡Se fugaron la guita! No solamente
los amigos, sino también quienes no debían decir la noticia para que el pueblo
no se entere. Y, también, con la connivencia de la Justicia, nunca nos olvidemos.
Ahora, fue tan mal gobierno, que ganamos nosotros, los del Frente de
Todos. Y, por esto, digo que es el plan perfecto. Con semejante crédito, con
semejante devastación, ellos aplicaron el ajuste. Tan es así que le pregunta un
periodista a Dujovne si, entonces, existe la posibilidad de que con los nuevos
giros sea más lento el ajuste. Y responde que de ninguna manera; “vamos a
acelerar el rumbo”. Entonces, desapareció el Ministerio de Salud; desapareció el
Ministerio de Educación; se dejaron de entregar las computadoras; se dejó de
vacunar a la gente; se vencieron las vacunas; no se entregaron más las
computadoras a los chicos; se abandonaron todas las obras de infraestructura.
Quizás, no tendríamos problemas de electricidad ahora, que estamos todos tan
horrorizados, especialmente la oposición, porque tendríamos en funcionamiento
las represas de Santa Cruz. Tendríamos conectividad, porque ARSAT hubiera
estado funcionando. ¡Tantas cosas que se dejaron de hacer porque era el ajuste
que imponía el Fondo Monetario Internacional! El plan perfecto… ¿Por qué lo
digo? Porque se hizo para fortalecer al gobierno de derecha que había llegado
al poder por elecciones, para sostenerlo y para que volviera a ganar. No ganó.
Entonces, si ganaba un gobierno populista, como nos llaman, tenerlo
condicionado como nos tienen. Por eso, es el plan perfecto.
Por estas razones es que yo no votaría este acuerdo.
Pero resulta que este gobierno populista que, en realidad, es nacional y
popular… ¿Cuál es la característica de los gobiernos nacionales y populares?
Que tienen la mirada puesta en el otro: en sus necesidades, en cómo
satisfacerlas, en cómo lograr que tengan salud, en cómo lograr que tengan
educación, porque se considera que la educación es primordial para el ascenso
social. Y nosotros hemos visto…
Y yo por esto confió en nuestro gobierno. Porque después de la
devastación del gobierno de Macri, vino la pandemia y ahí vimos el esfuerzo del
gobierno nacional para que podamos salir: para curarnos, para comprar las
vacunas, para poner todos los resortes necesarios a efectos de que la actividad
económica no se pare. Y vemos que dieron resultados positivos porque, apenas
pudimos empezar a salir a la calle…
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Vaya redondeando, senadora. Por favor.
Sra. Sapag.- Sí, ya termino señora presidenta.
Cuando pudimos empezar a trabajar y salir a la calle, rápidamente, nos
reactivamos. El crecimiento de la Argentina ha sido del 10,5, uno de los más
grandes del mundo.
¿Cómo no confiar en nuestro gobierno? Un gobierno que tiene la mirada
puesta en el otro, que le duele su pobreza, su sufrimiento. ¡Un gobierno que le
salvó la vida a Evo! ¿Cómo no confiar en nuestro gobierno?
Yo creo que va a lograr pasar los exámenes trimestrales que nos impone
el Fondo Monetario Internacional, porque a través de ellos nos hacen perder la
soberanía. A través de ellos nos van a imponer el ajuste...
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Senadora: tiempo, por favor.
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 59

Sra. Sapag.- Pero nosotros nos vamos a resistir a todo esto; y por eso es que
yo le doy el apoyo a este gobierno.
Por todas estas convicciones es que yo votaría el acuerdo; pero por
razones familiares, muy personales, de la historia de mi familia, es que me
abstendría.
Así que, señora presidenta, le adelanto mi abstención y le pido que, en el
momento que se acuerde con ello, se inserten como exposición mía estos tres
documentos que he nombrado.
Muchísimas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senadora.
Tiene la palabra, senadora Tapia.
Sra. Tapia.- Gracias, presidenta.
En consonancia con lo que se viene diciendo a lo largo de esta tarde, el
tratamiento de este proyecto nos genera incertidumbre a todos. Lejos está de ser
una situación feliz, pero al mismo tiempo, el respaldo que hoy este Congreso le
dará a este acuerdo con el FMI genera un cierto alivio, no solamente a la
sociedad, sino a todos y cada uno de los argentinos. ¿Por qué? Porque vemos
más lejana la posibilidad del tan temido default. Pero, ¿qué pasa? No es
suficiente lo que hoy estamos haciendo acá. ¿Por qué? Porque esto debe
acompañarse con una serie de acciones que conduzcan a cumplir con la letra
chica de ese acuerdo. Entonces, no le tenemos que mentir a la sociedad porque
el peligro del default no está totalmente lejano.
Es por eso que considero que fue muy adecuado el consenso al que se
llegó en la Cámara de Diputados y que logró que se eliminara el segundo
artículo, porque no le cabe a este Congreso, y mucho menos a nosotros como
oposición, dar un aval para el plan de gobierno y las medidas económicas que
van a estar asociadas al cumplimiento de ese acuerdo. La responsabilidad debe
ser enteramente asumida por el gobierno nacional.
Muchos nos preguntamos, el pueblo argentino se pregunta, ¿por qué
esperaron dos años para lograr este acuerdo? ¿Por qué se perdió tan valioso
tiempo durante el cual la economía de nuestro país, y en particular nuestro
pueblo, tuvo que vivir en zozobra con la idea de que tenía el default a la vuelta
de la esquina?
Durante la campaña electoral del 2019, la actual vicepresidenta de la
Nación, que en ese momento era senadora, mediante un video nos anunciaba a
todos que había tomado la decisión de que el candidato a presidente era Alberto
Fernández. Y, además, nos decía que esa unidad, la de otrora oposición, era
para contrarrestar algunas acciones del entonces gobierno, en particular, el
endeudamiento y el haber vuelto al Fondo. Por lo tanto, desde antes de asumir
el mandato sabían bien que esta era una cuestión primordial a resolver. Aunque
parezca obvio, tenemos diferentes miradas del porqué y el uso del
endeudamiento, pero lo que se destaca en este tema es que era uno de los
pilares sobre los que se cimentó la coalición que hoy nos gobierna. Y, sin
embargo, como se vio en Diputados, y lo veremos también hoy, por las propias
luchas del poder y por los desacuerdos de ustedes mismos, han dejado pasar
tiempo y oportunidades teniendo en vilo al país.
Me pregunto si, tal vez, parte de esa respuesta no tiene que ver con la
deliberada intención de dejarle la mayor parte de la carga que esto implica a un
próximo gobierno. Tenemos la obligación de ser sinceros y transparentes de cara
a la sociedad.
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Este acuerdo no es, como lo quieren vender, para resolver el


endeudamiento; es para seguir endeudando al país –por eso, piden 5.000
millones de dólares extra– y para que otro gobierno pague ese préstamo.
Señora presidenta: lo que motiva nuestra presencia hoy en el recinto,
habilitando con los dos tercios el tratamiento sobre tablas de este proyecto, es
algo que muchas veces no vende, no atrae votos, no es notorio, no se puede
hacer mediático, pero es claramente apoyar la institucionalidad y la
gobernabilidad de nuestro país. Nosotros queremos que este gobierno termine
el 10 de diciembre de 2023, porque eso es lo que el bienestar del país, hoy, nos
exige a todos.
No podemos cerrar los oídos a quien no piensa igual que nosotros. Es
nuestro deber escucharnos y mantener un sano diálogo entre oficialismo y
oposición, independientemente del lugar que nos toque ocupar. Podríamos no
estar acá.
Un sabio, hace muchos siglos, dijo: “Porque algunos de ustedes dicen ‘yo
soy libre de hacer lo que quiera’. ¡Claro que sí! Pero no todo lo que uno quiere,
conviene”.
Hoy estamos acá, porque esto es lo que le conviene a nuestro pueblo.
Nuestra presencia hoy significa reconocer y ser consecuentes con la legitimidad
que les dieron las urnas a ustedes en el 2019. La mayoría del pueblo argentino
decidió que ustedes tenían que gobernar durante estos cuatro años.
Ahora, para gobernar estos cuatro años ustedes necesitan herramientas.
Este proyecto que hoy les estamos brindando es una herramienta fundamental
para que puedan terminar en diciembre del año que viene.
Entendiendo esto, considero realmente que lo que estamos haciendo hoy,
aunque no nos hubiera gustado hacerlo, fortalece la institucionalidad argentina.
Ojalá esto también suceda cuando los roles políticos se inviertan y tengan que
demostrar que están a la altura de las circunstancias, como sucede en cualquier
democracia madura.
Como contracara, la actitud que demostró cierta parte de la coalición de
gobierno, poniendo en riesgo la gobernabilidad de su propio espacio, deja en
claro que está en su esencia poner palos en la rueda. Lo hacían cuando eran
oposición, con sus adversarios. Ahora siguen poniendo palos en la rueda con los
propios, con los mismos con los que se abrazan y cantan la marcha peronista.
Como si fuera poco, no son constructivos, porque todos estos meses en
los que el tema del FMI estuvo no solo en la agenda política sino en los medios
de comunicación, no escuchamos a todos esos detractores de este tratado, de
este acuerdo, ninguna propuesta, ninguna alternativa. Si realmente tienen una
solución mejor, ¿por qué no la ponen sobre la mesa y se la discute de cara a la
sociedad?
Lamentablemente, presidenta, los santacruceños no nos asombramos
con esto, porque son los mismos que gobiernan la provincia desde hace
décadas. Es una provincia que tiene absolutamente todo para ser de las más
ricas, de las más prósperas y de las más desarrolladas de nuestro país. Tiene
industria minera, industria hidrocarburífera, pesca, ganadería. Y, como bien dijo
la senadora preopinante, potencial para generar energía hidroeléctrica, aunque
una vez que estén las represas construidas no sé cómo la vamos a transportar,
porque esa es una obra de la que nadie habla: cómo se va a hacer el transporte
de esa energía.
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También tiene energías limpias. Pero sobre todo, ¿sabe qué, presidenta?
Tiene un potencial humano increíble: santacruceños y santacruceñas
emprendedoras, trabajadoras, que viven desgraciadamente estancados.
Nuestra provincia está estancada desde hace décadas. Son rehenes del empleo
público, con industrias solamente extractivas que no generan ningún valor a todo
lo que se extrae.
Se equivoca el gobierno si interpreta que este apoyo es un cheque en
blanco. Es un apoyo a la institucionalidad.
Queremos y exigimos saber, porque corresponde a las facultades del
Poder Legislativo y porque la gente merece conocer, cómo se va a implementar
todo lo que conduce al cumplimiento de estos compromisos.
Como bien dijeron algunos senadores, tenemos diez pruebas que pasar.
Queremos saber qué va a pasar con la presión impositiva, con los
subsidios a la energía, con las tarifas –por supuesto– y cómo van a repercutir en
la actividad económica, en el empleo, en el bolsillo de la gente.
Desde que se inició este gobierno, y con toda razón, venimos pidiendo
conocer el plan, las metas económicas, qué actividades y qué sectores van a ser
promovidos. Eso es lo mínimo indispensable para cualquiera que quiera producir
y progresar en nuestro país.
La respuesta por parte del gobierno fue siempre la improvisación y la
repetición, en una especie de mantra, que no se cree en los planes.
Sin embargo, las acciones ex post nos muestran cuál es el verdadero plan.
Cuando vemos, por ejemplo, incendios catastróficos en el Norte y en el Sur del
país y no tienen recursos para combatirlos, la respuesta es la creación de una
unidad de resiliencia que iba a ser pagada con el dinero de todos los argentinos.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Tiempo, senadora.
Sra. Tapia.- Está bien, voy terminando. Le voy a pedir permiso para insertar.
Yo creo que de este debate tenemos que lograr que, realmente,
pongamos sobre la mesa cuestiones que tienen que ver con coincidencias
básicas entre todas las fuerzas y entre todos los sectores políticos. Es lo que hoy
nos demanda nuestra historia.
Si este debate sirve para que los sectores –gobierno y oposición–
acerquemos posiciones, entonces, podremos generar la confianza que se
necesita para que vengan inversiones, para que baje el costo del crédito. De lo
contrario, solo va a servir para profundizar la dependencia del financiamiento que
tenemos del FMI.
Por último, presidenta, estamos a las puertas de conmemorar los 40 años
de Malvinas. Vamos a honrar a quienes dieron su vida por una causa tan, pero
tan elevada para nuestra Nación.
Ahora bien, yo me pregunto y les pregunto: ¿qué estamos dispuestos
nosotros a dar? ¿Qué elecciones, puestos o cargos estamos dispuestos incluso
a perder, de ser necesario, para terminar con el déficit crónico y la adicción al
endeudamiento que hipoteca el futuro de nuestra patria? Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senadora.
Tiene la palabra, senador De Angeli.
Sr. De Angeli.- Gracias, señora presidente.
Llevamos cuatro horas de debate y exposiciones en este día histórico, un
día en el que estamos tratando un nuevo crédito, contra reloj. Como decían
algunos de los senadores, dejamos pasar mucho tiempo para llegar a este
momento. Y como oposición responsable vamos a tratarlo.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 62

La verdad es que no quería ir para atrás, pero escuché a algunos


senadores. Hace dos años, a partir de 2019, empecé a escuchar: el Fondo
Monetario Internacional, “Ah, pero Macri”, el Fondo, la gran deuda, la herencia.
Entonces, me obliga a ir un poco para atrás porque llevó varios años en esta
casa, lo cual me honra.
La deuda que estamos discutiendo, como dijeron los senadores de
nuestro bloque, es el 12 por ciento de toda la deuda. La deuda total de la
Argentina, bajo todo concepto –deuda externa, deuda interna–, con distintos
organismos es de casi 366.500 millones de dólares. ¡366.500 millones de
dólares! Y estamos discutiendo un crédito por casi 45.000 millones. Mire qué
diferencia hay. Y he escuchado decir que la culpa es de Macri y la gran deuda.
¡Mire cuánta es la deuda que tenemos los argentinos! Entonces, vamos a poner
las cosas sobre la mesa. ¿Si nos vamos a hacer cargo de la deuda? Sí, nos
hacemos cargo, y por eso estamos acá como una oposición responsable.
Voy un poco más atrás, para ver un poco la historia de esta deuda, que
sin duda algunos ya la desmenuzaron: 2007, cuando asume la presidenta de
este cuerpo –lamentablemente no está– ya se debían 177.000 millones de
dólares a distintos organismos; en el 2011, cuando fue reelecta, ya debíamos
197.000 millones de dólares. Cuando asumió Mauricio Macri, la deuda era de
241.000 millones de dólares. ¡241.000 millones de dólares a diciembre de 2015!
Quiere decir que nosotros también recibimos herencia, y no nos quejamos.
Capaz que fue un error no decir lo que recibíamos. Fue un error porque mucha
gente todavía nos sigue reclamando por qué no dijeron cómo recibieron el país.
Entonces, yo digo: nosotros nos hacemos cargo de los errores. Ahora,
encontramos un Banco Central con reservas negativas. Nos hicimos cargo de
los holdouts. ¿Se acuerda cuando nos embargaron la fragata “Libertad”? ¿O no
se acuerda? Creo que tiene que tener memoria. No nos embargaron la fragata
“Libertad” porque era bandera argentina; fue porque debíamos.
Al poco tiempo de haber asumido, la Corte Suprema de Justicia de la
Nación nos dice que teníamos que devolverle ese 15 por ciento a las provincias,
que el gobierno anterior los usó diez años. Nos tuvimos que hacer cargo de casi
5.000 millones de dólares. Por supuesto, arreglamos con los gobernadores y se
les fue devolviendo. Eso está en el haber del gobierno oficialista. Nos tocó a
nosotros. Ni quiero hablar del déficit energético que nos dejaron: debíamos gas
por todo. Eso también nos tocó a nosotros.
Encima, por ahí escucho a algunas senadoras y senadores que hablan
del Fondo Monetario Internacional. Nosotros somos parte del Fondo, y es el
prestador de última instancia, y nos presta la plata mucho más barato.
En enero de 2006, el presidente de ese momento le pagó deuda al 3 por
ciento –hoy, hacía mención a eso una senadora– y se endeudaron al 14. ¡Mirá
qué administradores tenía la Argentina en ese tiempo! ¿Pagaron deuda por qué?
Porque no querían que los controlaran.
Lástima que no está el senador presidente del bloque oficialista, si no, me
hubiera refrendado una frase del general Perón: “Los muchachos son buenos,
pero si se los controla son mejores”. Aquella vuelta no querían que nos
controlaran, por eso se endeudaron. Cualquiera, senador o senadora, que
conoce de negocios jamás va a pagar un crédito al 3 por ciento para endeudarse
al 14. Por lo menos, los que tenemos alguna empresita –hace cuarenta años que
trabajo con los bancos–, siempre vamos a buscar un crédito más barato. Acá fue
al revés. Esto es lo que no podemos entender.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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Entonces, ahora nos siguen echando la culpa a nosotros. Encima de todo


eso que nos tocó, en 2015, que cometimos el error de no decir cómo estábamos,
perdimos dos cosechas: perdimos 2017, por sequía, y 2018, por lluvia. ¿Saben
qué? La soja valía 310 dólares. Nos tocó todo el viento en contra. Este gobierno
lleva dos súpercosechas y 70.000 millones de dólares que el campo le aportó al
Estado nacional vía producciones agropecuarias.
Encima, nosotros, cuando nos vamos, les dejamos reservas netas en el
Banco Central: más de 10.000 millones de dólares. No escuché a ningún senador
que dijera eso. Recibieron del Fondo Monetario Internacional, con los DEG,
Derechos Especiales de Giro, 4.350 millones. ¿Cuánto le pagaron al Fondo
Monetario Internacional hasta ahora? No llega a 5.000 millones de dólares.
Quiere decir que no le pagaron nada. El Estado nacional no desembolsó nada
para pagarle al Fondo Monetario Internacional, porque le pagaron con ese
reparto que hace el Fondo Monetario Internacional.
Yo escucho que el Fondo, que Macri... No es así. Y si los argentinos no
nos decimos la verdad, vamos a seguir en la misma.
Hoy vi a algunos colegas nuestros que, responsablemente, van a
acompañar a este gobierno porque no nos merecemos en la Argentina un país
como el que tenemos; no nos lo merecemos. Tenemos un país rico con casi el
50 por ciento de pobres. Y no fuimos nosotros, en los únicos cuatro años que
gobernamos, los que empobrecimos al país; lo empobrecieron todos, la clase
política. Y si no nos ponemos de acuerdo, un día el pueblo va a venir y nos va a
sacar a patadas de acá. ¿Por qué? Porque el fanatismo de muchos partidos, y
no de un solo partido, ha llevado a que, acá, el oficialismo vote en contra. La
verdad es que si mañana el Fondo Monetario Internacional dice que desaparece
y que la Argentina no debe nada, los problemas van a seguir, porque no se
resuelven. Está claro que le echaron la culpa al Fondo Monetario y a Macri, pero
no pagaron un peso si vamos a los asientos contables. Acá hay hombres que
saben de números. No pagaron nada.
Entonces, no vengan a echar culpas y culpas. Nos hicimos cargo de los
problemas de 2015 a 2019, pero nuestro error fue no decir cómo recibimos a la
Argentina.
Por supuesto que vamos a acompañar porque los argentinos no nos
merecemos este país como está. No nos merecemos esto porque somos un país
rico con gente pobre. Somos un país cargado de impuestos. Hay un sector
minoritario que paga muchos impuestos. Y también los pagan los más humildes
con impuestos de todo tipo en la canasta familiar.
Estos días vi con mucha preocupación las movilizaciones sociales que
hay. Hoy, escuchaba a una senadora hablar de educación, que es lo que nos
está faltando a nosotros. Encontré chicos en edad escolar, a las 10 de la
mañana, dos días en la 9 de Julio. A esos chicos les estamos hipotecando el
futuro.
Señora presidenta: queremos saber cómo vamos a seguir. Si queremos
parecernos al país invasor de Rusia, a la abundancia de Venezuela o a los
salarios de Cuba. Queremos saber, que nos digan la verdad.
Sin duda, cuando yo deje de hablar, van a salir a decir que la culpa es de
Macri, pero acá están los números claros. Entonces, vuelvo a apelar a la
sinceridad entre nosotros, por un país mejor, que es lo que merecemos y
merecen nuestros hijos y nuestros nietos.
Muchas gracias, presidenta.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 64

Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.


Tiene la palabra, senadora Pilatti Vergara.
Sra. Pilatti Vergara.- Muchas gracias, señora presidenta.
En primer lugar, quiero agradecer el esfuerzo intelectual que hacen
algunos colegas de la oposición por interpretar las consecuencias del sentido de
nuestros votos, porque ha sido reiterado en sus intervenciones este tema.
La verdad es que les quiero aclarar que, tal vez, ellos no hayan tenido
experiencias felices con los frentes electorales. Pero el peronismo nació a la vida
política institucional de nuestro país siendo frentista. Siempre hemos formado
parte de frentes electorales. Y tener divergencias de criterio en determinados
aspectos entre nosotros no significa el colapso, no significa ninguna ruptura
expuesta. No hay que confundir lealtad con obsecuencia. Ojalá alguno de
ustedes le hubiera podido advertir, en su momento, al Messi de las finanzas y al
“mejor equipo de los últimos años cincuenta años”, a qué nos iba a llevar este
endeudamiento que no tiene otra característica que no sea la de la estafa
económica más grande que tenemos que padecer los argentinos. Ojalá ustedes
hubieran puesto esos palos en la rueda en algún momento, los que nos imputan
a nosotros que ponemos ahora.
No se preocupen por el Frente de Todos. No se preocupen por el
gobierno. No solamente fuimos frentistas cuando nacimos en la historia política
de este país, sino que nadie más que nosotros, los peronistas, y sobre todo el
pueblo que nosotros los peronistas pretendemos representar, padece las
consecuencias de nuestros errores o de nuestras desuniones momentáneas.
Después de los cuatro años de gobierno de Macri, pierdan cuidado que nunca
más nos vamos a volver a confundir como para dejar campo orégano para que
vuelvan quienes fueron sus líderes políticos.
Antes de entrar en el tema que nos ocupa, también quiero aclarar que no
estoy en absoluto de acuerdo con la senadora Giacoppo, por lo menos en lo que
respecta a la situación de Milagro Sala. Ella fue, y sigue siendo, una presa
política. Fue el primer experimento de lawfare en la República Argentina que,
lamentablemente, continuó siendo un modus operandi de gran parte de la justicia
federal para perseguir y encarcelar en lo posible a todo opositor.
Milagro Sala es tan combatida por este gobierno porque, seguramente,
los hubiera molestado. Y los hubiera molestado porque ella sí representa a los
pobres y a los coyas de la provincia de Jujuy. Porque Milagro Sala y su
organización hicieron por los pobres y por los coyas de la provincia de Jujuy
mucho más de lo que hicieron todos los gobiernos constitucionales juntos.
Entrando al tema que nos ocupa, señora presidenta, la verdad es que
siento mucha tristeza, mucha angustia, mucha preocupación, y mucha rabia
también, porque es muy injusto que este gobierno que nosotros integramos, este
gobierno peronista, tenga que estar buscando la solución a este engendro, a esta
estafa –como decían otras senadoras preopinantes– que fue generada por
Mauricio Macri y su equipo de gobierno.
En el transcurso de esta jornada escuchamos hablar de justificar la deuda
pública de todas las épocas, de todos los gobiernos. Pero a mí me interesa
especialmente intervenir y alzar la voz para que quede constancia en actas de lo
que quiero decir porque esta no fue una deuda más. Si hubiese sido una deuda
tomada dentro de los cánones normales, tal vez, no estaríamos en este brete,
no estaríamos en este laberinto sin salida. Si hubiera sido una deuda dentro de
los cánones normales, no hubiese sido motivo de una denuncia penal como la
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 65

que tuvo que llevar adelante el gobierno nacional. Realmente, se trató de una
estafa.
Y se trató de una estafa porque el gobierno de Mauricio Macri fue el único
gobierno desde 1983 hasta la fecha que recibió un país, un Estado, sin crisis
institucional, sin crisis política, sin crisis económica y sin crisis social. Sin
embargo, desde la hora cero, desde el primer día de gobierno –de su gobierno–
, comenzaron a generar todas las condiciones para que llegara ese nefasto junio
de 2018 donde nos presentaron, a través de todos los medios de comunicación
adictos, la toma de este préstamo vergonzante con el Fondo Monetario
Internacional como la única salida.
Quienes tenemos experiencia histórica sabemos que no siempre o que
nunca hay una sola salida; sin embargo, esa fue la manera en que nos metieron
y nos vendieron esta estafa que, por años y años, van a pagar generaciones de
argentinos y argentinas.
Y cuando hablo de estafa, hablo en tales términos, porque –como también
dijeron otras senadoras y otros senadores preopinantes– el Fondo Monetario
otorgó un préstamo de 45.000 millones de dólares a la Argentina, una cifra que
está muy por encima de lo que sus estatutos le posibilitaban otorgar a nuestro
país de acuerdo a la cuota parte que la Argentina tiene dentro del Fondo
Monetario Internacional.
Porque no hace mucho tiempo, desde el Fondo Monetario Internacional y
desde los voceros del expresidente Trump, han reconocido que fue un préstamo
político y que el objetivo era lograr la reelección de Mauricio Macri, porque tenían
acordadas diez revisiones, de las cuales solo hicieron tres. Y, aun constatando
que el dinero que habían otorgado lo estaban usando para fugar capitales,
continuaron haciendo desembolsos.
Entonces, es como dijo la senadora Sapag. Acá hubo connivencia, acá
hubo una estafa premeditada, alevosa. Y quienes hoy desde la oposición tratan
de mostrarnos con su intervención –que se agradece que estén en este recinto
y que acompañen– su amabilidad y su tremenda responsabilidad, no hacen otra
cosa –créanme– que hacerse cargo de lo que generaron. Así que es como dice
Residente en uno de sus últimos temas: “Los negocios son negocios, socio; en
los negocios no hay amigos”.
El FMI, sus personeros, Mauricio Macri y el mejor equipo de los últimos
cincuenta años, en esto, fueron socios, y el pueblo argentino nunca fue amigo
de estas instituciones. No por nada, los gobiernos de Perón, de Néstor y de
Cristina fueron los únicos que no gobernaron condicionados por los ajustes y las
imposiciones del Fondo Monetario Internacional.
Para terminar, solo quiero decir que esta tristeza que hoy me embarga es
porque tampoco creo que votando este acuerdo, votando este proyecto, estemos
salvando al pueblo argentino del default. Esto es prolongar la agonía. El default,
tarde o temprano, lo vamos a sufrir sobre las espaldas de los que ya hoy están
sufriendo muchísimo.
Todos sabemos lo que son las imposiciones del Fondo Monetario, que no
son otra cosa que tremendos ajustes. Y el pueblo argentino no está en
condiciones, bajo ningún punto de vista, de soportar ningún ajuste más.
Así que ojalá –y les juro a todos que nadie más que yo quisiera
equivocarse con estas apreciaciones– me equivoque. Y si así es, si me equivoco,
que Dios y la patria me lo demanden. Pero si no me equivoco yo y esto,
realmente, se trató de la mayor estafa económica que sufrió la economía de la
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 66

República Argentina, cuyas consecuencias las va a sufrir el pueblo ya tan


sufriente de nuestro país, espero que Dios, la patria y una Justicia que no sea la
que hoy padecemos se lo demande a los responsables.
Muchísimas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senadora.
Tiene la palabra, senador Torello.
Sr. Torello.- Muchas gracias, presidente.
Algunas consideraciones. Ya la mayoría de los senadores preopinantes
de mi bancada han dicho, prácticamente, todo lo que quería decir. Solamente,
haré unas cortas reflexiones.
Hace un par de días, me llegó un decreto firmado por mi bisabuelo en el
año 1921, en su condición de ministro de Yrigoyen. En ese decreto se reconocía
la independencia de Ucrania. Un siglo después, parte de este gobierno todavía
discute la independencia y la soberanía de los países.
Con la deuda externa está ocurriendo algo muy parecido. Todos sabemos
que la deuda es hija del déficit fiscal crónico de décadas de gobiernos y de
muchas administraciones que nos precedieron. Pareciera que solamente el
déficit del Fondo Monetario Internacional fue de cuatro años de gobierno, cuando
el país tiene más de 200 años.
Además, nosotros entregamos el gobierno con el 0,5 de déficit fiscal.
Actualmente, el déficit fiscal es del 9 por ciento.
Estamos discutiendo un nuevo empréstito con el FMI –que es el único
organismo que nos presta a tasas baratas– que es, simplemente, para cubrir el
déficit fiscal primario, como bien dijo el ministro Guzmán.
También saben perfectamente el gobierno y la bancada opositora que el
préstamo del FMI es solamente el 11 por ciento del total de la deuda contraída
por la Argentina. Así que si quieren hacer juicios, tienen un montón de decenas
de miles de dólares para iniciar acciones con la Justicia argentina.
Y, en estos dos años, el gobierno nacional se endeudó en 65.000 millones
de dólares: una vez y media el empréstito que hoy estamos votando,
responsablemente, para que puedan gobernar.
Es una pena que muchos de los funcionarios que firmaron el acuerdo
hayan venido a esta casa y no contestaran las preguntas; no contestaron
ninguna de las inquietudes que nosotros les transmitíamos ni lo que iban a hacer.
Repetir una mentira muchas veces no la va a convertir en verdad, más
allá de que a este gobierno, hasta ahora –creo que ya se terminó–, le dio
bastantes buenos resultados.
Entre las falsedades más importantes que se han dicho, está la de que el
acuerdo de 2018, este acuerdo Stand-By, no fue contraído legalmente. El cien
por ciento de los acuerdos contraídos con el Fondo Monetario Internacional
fueron aprobados por el Congreso Nacional.
Quiero destacar, también, que tenemos profundas diferencias con la
bancada opositora en particular; y que nosotros, aun teniendo diferencias
internas, somos una oposición responsable. Y, al aprobar este acuerdo, estamos
priorizando los intereses de la República Argentina, impidiendo el default. Vamos
a honrar el principio de honrar nuestras deudas y la continuidad del Estado.
Por último, algo muy importante que también escuché decir –y me pareció
interesante escucharlo de la bancada opositora– es que se habla de déficit fiscal
ya no como algo abstracto, sino como un dato cierto: es lo que produce el
endeudamiento. Y lo celebro.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 67

No podemos seguir permitiendo que el sector privado pague la fiesta.


Escuchemos el mensaje que nos están enviando. La política debe hacer un
esfuerzo para equilibrar las cuentas. Debemos parar de gastar
irresponsablemente en todos los órdenes de la Nación, de las provincias y de los
municipios. ¿Con qué contestan? Con aumento de impuestos, con aumentos de
retenciones, con controles de precios y con chicanas. Eso nos va a llevar a más
de lo mismo.
Por último, creo que estamos a tiempo de torcer el rumbo. Escuché a
muchos senadores –hoy es mi debut como legislador; agradezco que me hayan
aceptado–, y creo que hay una oportunidad en la Argentina. La democracia
republicana, hoy, nos exige que construyamos consensos. Y creo que si
seguimos teniendo debates educados, amables, inteligentes, y viendo la
realidad, eso será posible y le va a hacer muy bien a la Argentina.
Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias senador.
Tiene la palabra, senador Basualdo.
Sr. Basualdo.- Gracias, señora presidenta.
La semana pasada, cuando se hacía el debate en Diputados, estuve
viendo el debate; pero veía lo que pasaba en la calle. En la calle había carteles
que decían: “No al pago al Fondo”. Yo decía: “Muchachos: guarden los carteles
y no tiren piedras, si acá no le estamos pagando al Fondo”. Estamos
refinanciando y pidiendo 5.000 millones de dólares más a una tasa accesible, del
4 por ciento. Imagínense, hoy, si tuviéramos que pedir 5.000 millones: ¿a cuánto
nos la darían? Al 20 por ciento, cinco veces más. Y no creo que nos presten ni
al 20, por culpa de todos los que estamos acá, de todos: no somos ninguno
creíble. Entonces, eso es lo que está pasando.
Todos dicen: “El Fondo es un usurero”. ¿Qué usurero? Me presta la mitad.
¿Saben lo que es el Fondo? Lo voy a trasladar a la parte privada: es un
banco de primera línea que le presta plata más barata –entre comillas–, pero le
pide balance, le pide auditoría, le pide el flujo de caja... todo. Eso hace el banco
para prestarle plata más barata. Entonces, uno dice: “No. No quiero darle el
balance al banco; no quiero que me haga auditoría...”. Listo. Me peleo con el
banco de primera línea y me voy a un crédito personal, que no me piden nada
pero me arrancan la cabeza: cuatro o cinco veces más.
Entonces, seamos coherentes.
El problema nuestro es el déficit. Todos hemos sido culpables por el
déficit: los que estamos acá, la parte privada... Yo vengo de la parte privada, y
muchos amigos me hablan de la corrupción política. Y yo les digo: “¿y ustedes?”,
“También nosotros”, cuando ustedes pueden pagar hasta una gaseosa y les
dicen “sin IVA”, mejor. ¿Y eso qué es? También es corrupción; de las dos partes.
¿Y sabe lo que pasa? Nosotros descalificamos. Lo que más les gusta es
descalificar: el privado a los políticos, los políticos a los privados. Acá si alguien
crece económicamente, parece que fuera un pecado. Crecer económicamente
parece que fuera un pecado. ¿Qué pecado está cometiendo el señor ese
pagando impuestos, generando trabajo? Ah, no, lo descalificamos; es un
pecado.
Por otro lado, cuando nosotros queremos tomar deuda barata, nada:
decimos que el Fondo es malo. El bonista que compra un bono argentino, el
argentino que compra un bono nuestro, es un especulador, un buitre... En el
exterior, los americanos se sienten orgullosos de comprar un bono del fondo
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 68

americano, un bono de su Tesoro; se sienten orgullosos. Hoy, acá, no nos


sentimos orgullosos, y les decimos que son especuladores.
¿Sabe cuánta plata hay en los colchones o en las cajas de seguridad o
fuera de sistema? Porque tener la plata afuera no es tenerla afuera del sistema.
Tener la plata adentro y fuera del sistema es no tenerla declarada. ¿Sabe cuánta
plata tenemos nosotros fuera del sistema? Si fuéramos creíbles, el argentino se
sentiría orgulloso y, en vez de pagar una caja de seguridad o tener la plata abajo
de un colchón –donde se la pueden robar–, la tendría invertida en un bono
nuestro. De esa manera, no tendríamos que pedirle al Fondo ni pedirle a nadie:
nosotros la tendríamos. Y ese señor, en lugar de tenerla guardada –con el riesgo
de que se la roben– o de pagar una caja de seguridad, tendría por lo menos un
interés de 3 o 4 puntos, y nosotros no necesitaríamos ni Fondo, ni bonistas ni
fondos buitres, sino que los argentinos confiaríamos en nuestro país. Y no
confiamos por las descalificaciones que nos hacemos unos a los otros. Y les
echamos la culpa y empezamos...
¿Sabe cuántas veces, en el Senado, he visto que le echan la culpa a
Rivadavia, que empieza con la deuda, y el otro y el otro...?
Entonces, digo: “Muchachos: solucionemos el problema nuestro”.
Bajemos el déficit, que es el problema que tenemos. El gobierno actual tendrá
que ver qué es un gasto innecesario, qué es lo que considera que lo sea. Porque
quizás lo que yo considero gasto innecesario ellos no lo consideran así.
Entonces, el gobierno actual tendrá que ver qué es lo que considera gasto
innecesario y qué, inversión productiva; y trabajar con eso. El enemigo nuestro
es el déficit; no el Fondo.
Cuando alguien recién hablaba del Fondo... Mire: en el 2018, si nosotros
le hubiéramos pedido esa plata, esos 40.000 millones, a los bonistas, nos los
hubieran dado, porque el bono argentino, el 31 de diciembre de 2017, fue cuando
más cotizó; cotizó 110 por ciento. ¿Qué quiere decir eso?: 110 por ciento es que
pagaba un rendimiento de 7 u 8 puntos. Era lo más barato. Antes, cuando
sacábamos un bono, pagábamos 12, 13, 14 por ciento; lo más barato que podía
haber. Pero le pedíamos al Fondo y nos prestaba al 4 por ciento: “Mirá que
vamos a hacer auditorías”, “Hacé las que quieras, pero al 4 por ciento”.
La diferencia de plata, de pagarle a uno o al otro, era 1.600 millones de
pesos anuales que nos ahorrábamos.
Recién hablábamos de viviendas: decían que valía 30.000 dólares hacer
una vivienda. Podríamos haber hecho 53.000 viviendas con el ahorro. Es decir,
nos ahorramos 53.000 viviendas, nos ahorramos 13.000 kilómetros… Los
ahorramos, porque si no hubiésemos pagado el doble. Y en aquel tiempo,
teníamos posibilidad, en vez de ir al Fondo, de sacar un bono, porque todavía la
gente creía un poco en nosotros.
Entonces, nuestro compromiso es honrar la deuda. A los que están con el
cartelito “No le paguemos al Fondo”, quédense tranquilos que no le vamos a
pagar. Y no sé si alguno de los que estamos acá vivirá cuando realmente le
paguemos al Fondo con plata genuina, nuestra, no con otro bono.
Cuando nosotros, algún día, paguemos con plata nuestra, creo que
ninguno de los que están acá o de los que están afuera vivirán en ese tiempo.
Porque siempre que pagamos algo lo hacemos con un bono, con otro bono, con
deuda o con lo que sea.
Dios quiera que algún día bajemos el déficit como tiene que ser –
reduciendo los gastos innecesarios; no haciendo ajuste, sino haciendo ajuste en
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 69

lo que no corresponda– y crezcamos, que es lo que necesitamos nosotros:


crecimiento.
Muchas gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Gracias, señor senador.
Tiene la palabra, senadora Nora Giménez.
Sra. Giménez.- Gracias, señora presidenta.
En primer lugar, quiero expresar mi reconocimiento a nuestro presidente,
Alberto Fernández, por esta decisión política de haber enviado este proyecto al
Congreso de la Nación para que intervengamos y le demos tratamiento, por
primera vez, a la deuda pública, a la deuda externa, en el marco de la ley 27.612
–que también votamos en esta Cámara, en el año 2020–, de Sostenibilidad de
la Deuda Pública.
También mi reconocimiento a usted, señora vicepresidenta de la Nación
y presidenta del Senado, por la celeridad, por la rapidez y por la urgencia con la
que se arbitraron todos los medios para que hoy estemos dando tratamiento a
este tema que es tan trascendente –la deuda pública– y que nunca había pasado
por el Congreso.
Mi reconocimiento a la oposición, que asumió el compromiso del
tratamiento sobre tablas y así logramos esa base de los dos tercios del acuerdo
para estar hoy acá presentes, dando quórum y debatiendo.
Por primera vez, desde 1956, que es cuando el Fondo Monetario
Internacional realizó las primeras negociaciones con el Estado argentino,
estamos en el Congreso de la Nación tomando intervención con la deuda pública.
Y esto es muy importante. ¿Saben por qué es importante? Porque lo que
estamos haciendo es abriendo al debate público, en representación de las
provincias y en representación del conjunto de los ciudadanos que integran la
Nación, para que esto forme parte de la agenda pública y para que –como he
escuchado decir a varios legisladores preopinantes– con la verdad, con
sensatez, podamos llevar adelante este debate.
El tratamiento de la deuda es nuevo. Pero tenemos que reconocer que la
situación de endeudamiento de la Argentina, de nuestro país, con organismos
internacionales y, en particular –una especial historia–, con el Fondo Monetario
Internacional, viene de lejos. Es un hito histórico. La primera negociación se hizo
en el año 1956, a un año del derrocamiento del general Perón. Porque la historia
del endeudamiento y de los desendeudamientos es una larga historia que se
escribió en este país con marchas y contramarchas, con gobiernos liberales que
endeudaron y con gobiernos populares que desendeudaron.
Desde la década del 70, la fuga de capitales es un problema estructural
que afecta en su conjunto a todos los países de Latinoamérica, de la región. En
el caso argentino, con la dictadura de 1976, y de la mano del ministro de
Economía Martínez de Hoz, se transformó en un problema endémico a partir de
la desregulación de los sectores financieros y la puesta en vigencia de la Ley de
Entidades Financieras– votada y aprobada con la participación de la CAL –la
Comisión de Asesoramiento Legislativo, que funcionaba tal vez en este recinto,
en el Senado de la Nación, asesorando a la dictadura militar, al gobierno de facto,
para tomar estas decisiones y construir estas herramientas.
Luego, vino otro ciclo histórico con el adelantamiento de la finalización del
mandato de Alfonsín y la llegada del presidente Menem. Ahí vivimos otro proceso
de profunda destrucción del Estado y endeudamiento de la Nación Argentina.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 70

Tal vez, algunos recuerden el famoso proceso de privatización de los


servicios y de las empresas productoras de carácter estratégico que pertenecían
al Estado nacional y que fueron cayendo una a una. La privatización de YPF, de
Ferrocarriles Argentinos, de las empresas carboníferas... Podría seguir
enumerando una larga lista. Y, en simultáneo, las transferencias de los servicios
públicos –educación, salud, seguridad– de la Nación a la provincia.
El objetivo: había que achicar al Estado, porque para las políticas liberales
se necesitaba un Estado chico. Un Estado que controle la desregulación
económica no era necesario, ni un Estado promotor ni un Estado regulador; no.
Lo que se necesitaba era un gobierno que ampare la desregulación financiera.
Y así terminamos con este proceso de transferencia de la deuda privada al
Estado nacional.
¿Qué fue esto? El proceso de transferencia de la deuda de las grandes
empresas concentradoras en la República Argentina, que dejaron atrás la deuda
privada al conformarse en deuda pública, siempre bajo un mismo operador:
Cavallo como funcionario de la dictadura, en el 70, y, nuevamente, Cavallo como
ministro de Economía, en la década del 90.
Estos ciclos, este proceso de cambio de la estructura económica de
nuestro país se repite en ciclos sucesivos. Se repite desde 1976 hasta 1982.
Luego, desde 1989, terminando en 2001 con la más profunda crisis social y
económica. Y luego se va a repetir, nuevamente, como otro ciclo de
endeudamiento, de fuga de capitales y de crisis social, desde 2016 hasta 2019.
Quiero leer, textualmente. En 2015, Macri recibió un país desendeudado.
No lo digo yo. Lo dice su ministro de economía, Nicolás Dujovne, en junio de
2016: que la Argentina tenía niveles de endeudamiento bajísimos, tanto a nivel
de gobierno como a nivel de las empresas y de las familias, afirmando que esta
era una bendición y que la gestión que lo precedió –o sea, la gestión de usted,
señora presidenta– había sido tan mala que no atrajo inversiones ni oferta de
préstamos.
Entonces, yo me pregunto: si en 2015 recibieron una economía
desendeudada, ¿cómo es posible que, cuando se fueron, nos dejaron a los
argentinos y a las argentinas 45.000 millones de dólares de deuda sin que se
haya destinado un solo dólar en beneficio del pueblo argentino?
Y acá entramos en la cuestión de las responsabilidades. Tanto la
responsabilidad de Macri como la del Fondo Monetario Internacional, que tiene
la enorme responsabilidad de haber otorgado el mayor préstamo de la historia
en condiciones de imposible cumplimiento.
La responsabilidad de Macri, porque tomó una deuda en plazos de pago
imposibles de cumplir. Y la responsabilidad del Fondo Monetario Internacional,
porque otorgó el mayor préstamo de la historia incumpliendo sus propios
estatutos.
En el fondo, señora presidenta, ¿qué estamos discutiendo? Estamos
discutiendo el modelo de país. El modelo de país que queremos los argentinos
y las argentinas. Yo quiero un modelo de país con crecimiento, con
independencia económica, con soberanía política y con justicia social. Es
probable que en pocos meses estemos, nuevamente, discutiendo este acuerdo
–que convence tan poco– en el marco de un nuevo escenario internacional.
Señora presidenta: quiero adelantar mi voto negativo. Pero que nadie se
confunda: no voto en contra de mi gobierno. No voto en contra de mi presidente
ni de usted como vicepresidenta. No voto en contra del Frente de Todos, al que
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 71

pertenezco y estoy muy orgullosa de representarlo junto a los y las legisladoras


que integramos esta bancada.
Voto en contra de la deuda ilegítima que dejó Mauricio Macri, y voto en
contra del Fondo Monetario Internacional que, una vez más, como desde 1956,
vuelve a imponer y trata de generar las condiciones para repetir los ciclos de
endeudamiento, crisis social, valorización financiera y fuga de capitales.
Coincido con varios de los legisladores y de las legisladoras preopinantes:
las deudas se honran. Pero las estafas se denuncian, se investigan y se
condenan.
Gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Gracias, señora senadora.
Tiene la palabra, senador Scarpin, Dionisio.
Sr. Scarpin.- Muchas gracias, señora presidenta.
Hoy dijo el senador Closs que este tema fue discutido, analizado en
grupos de amigos, familias, instituciones. Y en estos días, un amigo me dijo que
mientras sigamos otorgando dinero de por vida a aquellos que no trabajan
pudiendo hacerlo y que mientras sigamos haciendo pasar de grado a aquellos
que no estudian, la Argentina está destinada al fracaso.
Y yo agregaría algunas otras palabras. Mientras nosotros, aquellos que
tenemos alguna responsabilidad política o de gobierno, sigamos peleándonos
como perros y gatos; mientras millones de argentinos están sumiéndose en la
pobreza y el olvido; mientras nuestras empresas caen en el desánimo por la
exorbitante carga impositiva que tienen, la Argentina está destinada al fracaso.
Mientras sigamos manteniendo un Estado gigantesco, ineficiente, que,
año tras año, genera nuevos déficits fiscales; mientras sigamos asfixiando a
nuestras empresas exportadoras o, directamente, les sigamos prohibiendo
exportar; y mientras sigamos manteniendo este país centralizado, sin darle
importancia a nuestras provincias y a nuestros gobiernos locales, que son los
que empujan nuestra economía, la Argentina está destinada al fracaso. Y,
lamentablemente, esto que digo, todos estos hechos, están ocurriendo en
nuestro país.
Por lo tanto, si no somos capaces de cambiar estas cuestiones, la
Argentina y los argentinos estamos destinados al fracaso.
Pero sería importante que a partir, o después, de este día, realmente, nos
pongamos a discutir los problemas de fondo que tiene nuestro país. Y acá se ha
dicho, desde diferentes lugares, que uno de los problemas de fondo es nuestro
déficit fiscal.
Un Estado gigantesco, perezoso, burocrático, ineficiente, que año tras año
genera este déficit que, en definitiva, termina generando estas deudas. Pero que,
además de ser un Estado gigantesco, no logra resolver los problemas esenciales
que tienen los argentinos. Ni siquiera aquellos servicios públicos que son
esenciales: la Justicia, la seguridad –cosa que los santafesinos sabemos muy
bien–, la educación, y tampoco esto que mencionaba de la importancia del
federalismo. El Estado argentino no puede resolver los problemas de
infraestructura, de logística, que harían crecer a nuestro país. Miremos nuestras
rutas santafesinas –y las de todo el país o de muchas provincias–; miremos,
también, la red ferroviaria, que en otros tiempos fue orgullo de la Argentina y que
solucionaría muchos problemas de las economías regionales; miremos nuestro
transporte aéreo, nuestra logística aérea, también ineficiente; miremos nuestra
hidrovía, un recurso subexplotado durante tantos años. Ese es el Estado que
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 72

tenemos hoy, que no puede resolver los problemas esenciales de los argentinos,
pero que también genera déficits fiscales permanentes.
El otro problema –o uno de los otros problemas– es que necesitamos un
país exportador. Necesitamos las divisas, también, para generar desarrollo, para
generar obras de infraestructura y tantas cosas que necesitamos los argentinos.
¿Y cuál es nuestra política para el sector exportador? Más impuestos, más tasas,
más retenciones y cierre de exportaciones en un momento en el que muchas de
nuestras empresas necesitan –para poder producir, para poder crecer, para
generar empleo– insumos que vienen del exterior y que hoy, por falta de esos
dólares, están accediendo en forma de goteo y a veces tardando meses para
proveerse de esos insumos para poder producir.
Entonces, una y otra vez, recurrimos a esto y lo han dicho: si esto no
sucede, volveremos nuevamente a pedir préstamos, a pedir refinanciaciones en
el exterior o a endeudarnos internamente, como ya ha sucedido y como sucede,
o a agotar los recursos de alguna institución como la ANSES o también a emitir,
que todos ya sabemos lo que ocasiona para nuestra población cuando eso
genera inflación.
Estos días, señora presidenta, creo que las palabras más escuchadas –
por lo menos de mi parte– fue “Fondo Monetario Internacional”, queriéndonos
hacer creer –los discursos populistas– que toda la culpa de nuestros problemas
la tiene el Fondo o la tiene Macri. Y el Fondo es una consecuencia, no es una
causa; es una consecuencia de los problemas que no podemos resolver los
argentinos y de las malas políticas aplicadas; y no de un gobierno, sino de
muchos gobiernos. No es exclusividad de un solo gobierno. Y hemos escuchado
en este recinto, en la Cámara de Diputados y hemos leído textos que hablan de
quién se endeudó más o quién se endeudó menos. Parece una carrera para ver
qué gobierno se endeudó más: el segundo gobierno de Cristina se endeudó más
que el Macri, Alberto Fernández que lleva millones y millones de dólares tomados
de deuda. Hemos escuchado acá –y parece una competencia– en qué época de
la historia se fugaron más capitales. Y vamos a seguir con esto. Alguno decía
que ha intervenido el Congreso de la Nación 26, 27 veces, o no sé cuántas, para
tratar temas de refinanciamiento o toma de deuda con el Fondo.
Ahora yo digo: todos estos temas, ¿el ciudadano los conoce? ¿Los
entiende? Yo creo que no. El ciudadano, el estudiante que se quiere ir del país,
la pequeña empresa, el profesional que no consigue trabajo, el jubilado que ve
cómo su sueldo se reduce permanentemente, esas personas conocen los
problemas reales que tiene la Argentina.
Y es una Argentina que tiene cada vez más pobreza. Es una Argentina
donde sus empresas, aquellas que todavía no se fueron del país, quieren irse
del país. En definitiva, es una Argentina que no encuentra el rumbo.
La inflación, la gente que va al mercado y ve cómo día a día se
incrementan los precios, eso es lo que ve la gente común.
Por lo tanto, esta sesión –como dijeron varios– genera una cierta
frustración porque volvemos, una vez más, a tratar en este recinto este tema que
no es del agrado de nadie, pero que era necesario hacerlo. Y Juntos por el
Cambio, a pesar de lo que dicen algunos, actúa responsablemente estando acá
sentado en este día de hoy.
Pero también tengo que decir que me genera cierta alegría, cierta
esperanza y cierta confianza por el trabajo que han hecho los diputados de
Juntos por el Cambio con parte del oficialismo, porque sabemos que una parte
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del oficialismo se retiró de la discusión. Y yo creo que también eso facilitó que
haya diálogo y consenso, dos palabras que necesitamos los argentinos practicar,
practicar y practicar. Diálogo y consenso es lo que necesitamos los argentinos
para solucionar los problemas de fondo.
Entonces, anticipo mi voto positivo a este proyecto que evita este default,
que ya sabemos las consecuencias que tiene. Pero, sobre todas las cosas, creo
que necesitamos, aquellos que realmente queremos una Argentina mejor,
sentarnos a trabajar y que este recinto sea el lugar donde podamos consensuar
las políticas que nos lleven a los argentinos a solucionar nuestros problemas de
fondo, para nunca más tratar en este recinto, o mencionar en este recinto, al
Fondo Monetario Internacional.
Muchas gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Fernández de Kirchner).- Gracias, señor senador.
Tiene la palabra, senador Rodríguez Saá.
Sr. Rodríguez Saá.- Gracias, presidenta.
Voy a hablar desde mis más profundas convicciones y desde la militancia
que desde mi juventud vengo practicando.
La deuda externa, desde su origen en la Argentina, tuvo no solo una
profunda inmoralidad por los procedimientos corruptos que se usaron, sino que
también es discutible su legitimidad. El crédito que contrajo Rivadavia con la
Baring Brothers fue autorizado por la Legislatura de Buenos Aires, para tomar un
crédito al 70 por ciento. Significaba que iban a tomar un millón de libras esterlinas
y autorizaban a recibir 700.000.
Dice el Museo de la Deuda Externa que ese crédito se contrajo porque
era una de las condiciones que ponía Inglaterra para aceptar la Independencia y
la soberanía argentinas.
Y nombraron una comisión para que fuera a Londres a contraer el crédito.
Se encontraron con la sorpresa de que la Baring Brothers dijo: “No, no hace falta
el 30 por ciento, vamos a aceptar el 85. Y, como ustedes tienen hasta el 70, ese
15 lo van a cobrar ustedes”. Eso se llama “comisiones”. La comisión cobró por
su trabajo el 15 por ciento.
Señora presidenta: ese crédito era para hacer un puerto, el agua potable
y construir una ciudad. Nunca nos entregaron las libras esterlinas. Entregaban
letras de cambio, que los comerciantes ingleses cambiaban. Nunca se hizo el
puerto, nunca se hizo el agua potable, ni se fundó la ciudad; y tardamos más de
100 años en pagar.
Permítanme decirles que por lo menos tenemos derecho a decir: ¿esto es
legítimo? ¿Condenar al pueblo de la Nación Argentina a pagar esta pillería? La
pagamos. Hasta el último peso. Lo terminó pagando Perón en la célebre
Declaración de la Independencia Económica el 9 de julio de 1949 en la histórica
ciudad de Tucumán.
Como dije que voy a hablar desde mis convicciones y desde mi militancia,
me tocó en un momento muy difícil de la Argentina, al que se ha hecho referencia
casi despectivamente en este recinto, asumir la Presidencia de la Nación. Los
intereses de las corporaciones financieras cambiaron los términos de lo que
sucedió aquel día. Esta es una buena oportunidad, en este recinto tan
importante, de decir lo que pasó aquel día. Y, con el permiso de la señora
presidenta, voy a leer un breve fragmento del mensaje.
Aquel día dije, sobre la deuda externa: “no siento que sea justo definir a
la llamada deuda externa argentina como el endeudamiento contraído por el
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Estado argentino frente a los acreedores extranjeros, que merezca definir


nuestra posición con la frase ‘debemos honrar los compromisos asumidos’.
Siento que las cosas no son así. No podemos obviar con crudeza que algunos
dicen que la llamada deuda externa, al menos parcialmente, es el más grande
negociado económico que haya vivido la historia argentina...” “Aplausos
prolongados”, dice –porque estoy leyendo la versión taquigráfica–, y yo recuerdo
que miraba y los aplausos venían desde todos los rincones, salvo de un pequeño
grupito que estaba empacado. (Risas y aplausos.) “Este concepto se agrava
porque su tratamiento siempre se ha realizado en escenarios reducidos, en
oficinas a puertas cerradas, con decisores desconocidos y a espaldas del interés
general.
“Y, lo que es más grave, se ha priorizado el pago de la llamada deuda
externa frente a la deuda que este país tiene con sus propios compatriotas”. Otra
vez aplausos, en fin.
“Quiero ser muy claro: la deuda externa argentina se ha venido pagando
sin cumplirse con el requisito constitucional que dice que es atributo del
Congreso arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación”. Y
nuevamente aplausos.
Y es lo que estamos haciendo hoy, acá. Hoy, acá, por primera vez, quizás,
en la historia, estamos tratando el affaire de la deuda externa.
“Vamos a tomar el toro por las astas. Vamos a hablar de la deuda externa.
“En primer lugar anuncio que el Estado argentino suspenderá el pago de
la deuda externa”. Aplausos prolongados en las bancas y en las galerías.
Manifestaciones en las galerías. Muchos señores legisladores se ponen de pie,
dice la versión taquigráfica. Esto es historia.
“Esto no significa el repudio de la deuda externa. Esto no significa una
actitud fundamentalista. Muy por el contrario, se trata del primer acto de gobierno
que tiene carácter racional para darle al tema de la deuda externa el tratamiento
correcto.
“Nuestro gobierno abre las puertas a este Congreso para tomar
conocimiento de todos los expedientes y los actos administrativos que estén
vinculados con la deuda externa argentina, incluido este período gubernamental.
“¡La transparencia se hace, no se proclama! Señores: los libros estarán
abiertos para ustedes.
“Todos los dineros que estén previstos en el presupuesto para pagar la
deuda externa, mientras los pagos se encuentren suspendidos, serán utilizados,
sin dudar y sin excepción, en los planes de creación de fuentes de trabajo y el
progreso social”.
Dije que quería hablar desde nuestras convicciones y militancia.
Había un senador, el senador Castillo, quien se sentaba donde está la
senadora actualmente, que siempre me hacía una broma cuando yo sacaba este
libro. Él creía que siempre era el mismo. Y no, son varios tomos. Porque Perón
era muy… Son varios tomos…
–Manifestaciones simultáneas.
Sr. Rodríguez Saá.- En el tomo XXIV está publicado el discurso que Perón
pronunció el 21 de junio de 1973. Fue un histórico discurso. Retornaba Perón,
perseguido durante 18 años. Qué no le dijeron. Qué no le hicieron. Cuánta
degradación. Era un expresidente que estuvo 18 años en el exilio, sin poder
volver a la patria.
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Volvió a la patria y aquel día dio un discurso histórico, amplio, generoso,


convocante. Pero miren lo que dijo sobre el estado del país. Y con el permiso de
la señora presidenta, voy a volver a leer: “La situación del país es de tal gravedad
que nadie puede pensar en una reconstrucción en la que no deba participar y
colaborar. Este problema, como ya lo he dicho muchas veces, o lo arreglamos
entre todos los argentinos o no lo arregla nadie”.
Esta tarde estamos todos los sectores arreglando un problema.
Por eso deseo hacer un llamado a todos, al fin y al cabo, para que
comencemos a ponernos de acuerdo.
Una deuda externa que sobrepasa los 6.000 millones de dólares. Era el
total de lo que debíamos. Ahora estamos tratando 45.000, que es el 12 por ciento
de lo que debemos. Y Perón, que era responsable, quedaba horrorizado ante la
magnitud de esta deuda. Y un déficit cercano a los 3 billones de pesos,
acumulado en estos años, que no ha de cubrirse en meses, sino en años.
Bueno, 3 billones no podemos tener nosotros la magnitud de lo que
significan, porque hemos sacado tantos ceros a nuestra moneda que no sé lo
que valía eso. Pero se ve que era muchísimo.
Y, al menos, convoca a la reflexión…
Voy a sintetizar porque veo que el tiempo… Y voy a pedir la inserción de
las otras piezas que quiero…
Quiero hablar desde las convicciones de mi militancia.
Presenté en 2017, fruto del tratamiento del problema de los holdouts, un
proyecto de ley del “nunca más” del endeudamiento, poniendo límites al Estado
para contraer deuda.
Tenía muchísimas adhesiones. Al final, me lo corrigieron, lo cambiaron, lo
achicaron, le pusieron un poco de agua para hacerlo un poquito más digerible;
lo digirieron y el Senado lo sancionó, pero no lo sancionó la Cámara de
Diputados.
Yo no estoy hablando desde la tribuna, reprochando a nadie. Estoy
hablando desde mi militancia y de lo que yo hice para que este drama que vive
la Argentina no lo tuviéramos que vivir.
Se venció el proyecto. Diputados, como habitualmente hace con los
proyectos que tienen iniciativa en el Senado de la Nación, no los trata. Es
responsabilidad de todos nosotros hacernos respetar. Tendríamos que hacer
como se hace en los exhortos: ofreciendo reciprocidad para casos análogos.
En 2019 presenté un proyecto de “nunca más” de la deuda mucho más
claro. Dice claramente que el Estado nacional, ni los organismos
descentralizados, ni resoluciones ni por decreto pueden contraer más deuda.
Objeto de la ley: el objeto de la presente ley es establecer un límite claro, preciso,
histórico, definitivo al endeudamiento de la Nación Argentina a fin de evitar
comprometer el patrimonio y las cuentas de la Nación para preservar el bienestar
presente y futuro de todos los habitantes de la República. Queda prohibido que
el Poder Ejecutivo nacional, las entidades de la administración nacional,
centralizada y descentralizada, las empresas y sociedades del Estado y todo
ente público o privado con participación estatal mayoritaria contraigan deuda
pública interna y externa.
Parece fundamentalista: ¡No, cómo!, dicen inmediatamente…
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Disculpe, senador. El tiempo, por favor.
Sr. Rodríguez Saá.- Ya finalizo. Un minuto más.
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 76

A renglón seguido establezco cómo puede autorizarse un endeudamiento.


Y dice: El Poder Ejecutivo, las entidades, etcétera, podrán hacerlo con una ley
especial que dicte el Congreso que establezca el tipo de deuda, el monto
máximo, el plazo de amortización y el destino del financiamiento.
Y se horrorizan. Los economistas, herederos gloriosos de los
comisionistas de Rivadavia, no quieren esto. Les aclaro que pertenecen a todos
los partidos políticos y a todas las épocas. Cobran inmensas comisiones en cada
operación de canje, megacanje –todas las palabras–, refinanciación,
reperfilamiento, endeudamiento; bajo todos los conceptos cobran enormes
comisiones, que parece poquito, el 1 por ciento. El 1 por ciento de 45.000
millones de dólares son varios millones de dólares.
También la prórroga de la jurisdicción…
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Por favor, senador, los tiempos. Se ha
excedido.
Sr. Rodríguez Sá.- Ya termino. Un minuto más.
La prórroga de la jurisdicción y la inmunidad soberana también hay que
autorizarla especialmente, porque ahora ya es de práctica ponerlo, y eso significa
que nos van a demandar en los tribunales extranjeros, como si no hubiera sido
suficiente toda la experiencia del juez Griesa, el de Nueva York.
Señora presidenta: el “nunca más” del endeudamiento; las causas y no
los efectos. Acá estamos discutiendo los efectos y se reprochan los unos a los
otros: “que vos endeudaste más, que vos…” Las causas: no nos endeudemos
más. Si tenemos que bajar el déficit del presupuesto, bajemos el déficit del
presupuesto, pero no nos la agarremos con los pobres, con los jubilados.
Miremos las planillitas de cada uno de los privilegios escondidos para
fundaciones, para organismos raros, para gastos superfluos e innecesarios. Son
muchísimos. Se los digo con experiencia. Fui cinco veces gobernador de San
Luis. Hablo desde la coherencia. Entregué la provincia sin un solo peso de
deuda. El día que renuncié a la gobernación para ser presidente de la Nación
Argentina, dejé en el Banco de la Nación Argentina 835 millones de dólares de
depósito de fondos de reserva. Y estábamos construyendo, en 2001, no solo el
aeropuerto que inauguramos en Merlo, sino una ciudad, la ciudad de La Punta,
que tiene 5.000 viviendas, una universidad, un estadio de fútbol, dos escuelas
primarias, una escuela secundaria y un hospital.
Entonces, se puede transformar la Argentina. En vez de
pelearnos, aprovechemos esta oportunidad y, juntos, unidos, pensemos cómo
salimos produciendo y trabajando.
Perdón, señora presidenta. Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
–El señor senador Rodríguez Saá realiza manifestaciones fuera del
alcance del micrófono.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Muy bien. Muchas gracias.
Tiene la palabra, senadora Gladys González.
Sra. González, Gladys.- Gracias, señora presidenta.
Señora presidenta: quiero empezar reafirmando, repitiendo y explicando,
una vez más, como lo hicieron mis compañeros diputados en su momento y, hoy,
mis compañeros senadores, qué estamos haciendo hoy en este Senado desde
Juntos por el Cambio. Lo que estamos haciendo, señora presidenta, es salvar a
la Argentina del default. Eso estamos haciendo. Hoy estamos autorizando al
gobierno a tomar el crédito necesario para que la Argentina y los argentinos no
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 77

entremos en default. ¿Es el mal menor? Sí, tal vez diría que hoy ya es muy tarde
para otra cosa; es la única alternativa que tenemos. Porque sería un caos, una
catástrofe entrar en default, como bien detallaba el senador Lousteau.
Y debo decir, una vez más, que no estamos aprobando el acuerdo con el
Fondo; que no estamos convalidando el programa, no solo porque no es función
del Congreso, sino porque, en vista de lo que se nos ha presentado, ese
programa es inconsistente: se proponen metas que son imposibles de
cumplir, no es transparente. Y acá –voy a repetir, aunque sea una obviedad
frente a lo que acabo de afirmar–, en virtud de algunas declaraciones falsas –
vale la pena volver a decirlo–, no estamos convalidando ni la suba de impuestos
ni el déficit fiscal.
Siempre hemos sido coherentes desde nuestro espacio político en
sostener que una Argentina con déficit fiscal es inviable, en sostener que la
inflación y la deuda son hijas del déficit. Y aquí quiero hacer una referencia
específica, que se la hice al ministro Guzmán cuando vino, hace unos
días: cuando nos tocó gobernar, trazamos un camino en materia de política
energética que nos permitió empezar a diversificar nuestra matriz energética
para ser más soberanos, para ser menos vulnerables frente a las variables que
no controlamos –como hoy–; para, incluso, enfrentar el cambio climático, porque
de hecho promovimos el desarrollo –y así lo hicimos– de las energías
renovables.
En ese camino de política energética, tomamos una decisión difícil, que
fue empezar a reducir los subsidios, que explican en gran parte el déficit fiscal
de la Argentina. Y tomamos esa decisión y nos hicimos cargo, y pagamos el
costo político de esa decisión. Pero a la vez, en el mismo momento,
simultáneamente, aumentamos la inversión; incrementamos la producción;
dejamos de importar gas –hoy estamos volviendo a importar gas–; evitamos
problemas de abastecimiento energético, los cortes de la energía que necesita
la producción y la vida diaria de todos los argentinos. Hoy me
pregunto: ¿tendremos problemas de abastecimiento este año?, ¿el próximo?
Recién, se hizo pública una carta del secretario de Energía al presidente
de la Nación y al ministro Guzmán diciendo que va a faltar el gas en este invierno;
del secretario de Energía, recién, hace un par de horas.
El gobierno también se propone reducir el déficit, reduciendo subsidios,
pero los números, las cuentas que nos muestran no nos cierran; o no saben o
están mintiendo. Hace dos años que la política energética en este gobierno es
errática. En algunas decisiones, han frenado, como con las energías renovables;
en otras, se avanza de manera contradictoria, contraria a los compromisos
internacionales que este propio gobierno ha asumido y que venimos asumiendo
como país frente al cambio climático.
Pregunté al ministro Guzmán sobre esto: no hubo respuestas concretas.
O no saben o están mintiendo. En realidad, hay una enorme resistencia a
transparentar los números reales, a ponerlos sobre la mesa.
Señores: aunque sea duro, hay que decir la verdad, porque gobernar
también es asumir costos políticos. Hay que ser responsables políticamente. Hay
que hacerse cargo. La Argentina, los argentinos, el sector productivo necesitan
certidumbre para planificar, para invertir, para evaluar costos, riesgos.
El dato al que accedimos fue que el gobierno se propone una reducción
del déficit, a través de la baja de subsidios a la energía, en un 0,6 por ciento del
PBI. Otra vez: no cierran los números; no cierran los números frente a los
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 78

aumentos de los precios internacionales; frente al mayor número de usuarios


incorporados luego de la ley de zona fría –que este Congreso votó y nosotros
nos opusimos–; frente a los desembolsos necesarios en dólares que hay que
hacer para pagar la importación de GNL –esa importación que habíamos dejado
de hacer en el gobierno de Mauricio Macri–; frente al congelamiento de las tarifas
durante estos dos años; e incluso frente al aumento de las tarifas que dicen que
van a hacer a una parte de la población rica. ¿Cómo la van a hacer?
No cierran los números otra vez. Mucho más si sumamos los costos, por
ejemplo, y se lo pregunté al ministro Guzmán, de la central nuclear con China,
que al parecer significaría casi 13.000 millones de dólares. E, incluso, si
suponemos que eso significa el doble en el costo de la energía que el costo
medio monómico de la energía actual.
Y también le sumo a eso, en la política energética, la reactivación de la
central de Río Turbio de carbón. El mundo está dejando de producir carbón; y
este gobierno lo reactivó. Y eso nos salió el año pasado, a todos los argentinos,
14.000 millones de pesos.
Esto, señores, es populismo energético. El populismo energético se
quedó sin plata. No hay más, se acabó; se acabó. Entiéndanlo de una vez.
Empiecen a hacerse cargo tomando decisiones en consecuencia, como hoy nos
estamos haciendo cargo desde Juntos por el Cambio evitando el default.
Y aquí me quiero detener, porque quiero ponderar el acto de
responsabilidad política que hemos tenido en Juntos por el Cambio, al votar esta
autorización y evitar el default.
Sé que muchos se han sentido incómodos de votar con el oficialismo. Y
como que se han exigido a dar explicaciones extras por esta decisión. Pero
quiero reflexionar un momento acerca de nuestros valores; y permítanme
tomarme unos segundos para hablarles a mis compañeros del PRO.
Pertenezco al PRO hace más de veinte años; soy socia fundadora.
Nuestro partido nació como un partido de diálogo, de consenso, de propuestas.
Recuerdo la primera campaña: era a cada agravio, una propuesta. Esa era
nuestra primera campaña. Un país, un partido que construye, que apoya o se
opone con firmeza, pero sin anular al otro. Un partido que se enorgullece de la
política como el único camino para transformar la realidad y logran el bien común.
¿Desde cuándo el PRO le pide permiso o perdón a los detractores de la
moderación o a los que hacen un negocio de la grieta, para hacer lo correcto,
para hacer lo que al pueblo argentino le conviene, con convicción? ¿Desde
cuándo?
El otro día, escuchaba a un periodista decir: “La grieta garpa”. ¿A quién le
garpa la grieta? Repito, ¿a quién le garpa la grieta? A los que especulan
políticamente, a los que usan la grieta como bandera, a los que solo piensan en
sus intereses personales o en las elecciones del próximo año, a los que todos
los días miden el humor social para saber qué decir, para decir lo que algunos
quieren escuchar; por suerte, cada vez menos. La Argentina no resiste más la
grieta. No resiste más el cuanto peor, mejor. La Argentina necesita que
construyamos un nosotros.
Y aquí, también me quiero detener. Me quiero detener, porque estamos
siendo testigos no solo de una crisis económica, sino que estamos siendo
testigos de una crisis política –tal vez, sin precedentes–, que nos aleja aún más
de ese nosotros que deseamos.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 79

A ustedes, compañeros –lástima que son pocos hoy; ya van a venir todos–
, a ustedes, señoras y señores del kirchnerismo, les pregunto ¿qué están
haciendo? ¿También acá, en el Senado, alguno de ustedes le va a sacar el
cuerpo al problema? ¿Saben lo que se me gráfica en la cabeza? Un barco, en el
que estamos todos los argentinos –todos; ustedes también–, y la mitad de la
tripulación que comanda ese barco decide bajarse, porque el barco tiene peligro
de hundirse, en vez de seguir empujando para logar que ese barco llegue a la
orilla. Eso están haciendo. Dos años, señores y señoras, es ¡muchísimo! ¡Es
muchísimo! Lo que están haciendo es de una irresponsabilidad mayúscula.
Miren, siempre he tratado de ser justa y de hacerme cargo cuando
tenemos responsabilidades compartidas oficialismo y oposición; he dado
muestras de eso, aun ante miradas acusantes por cumplir mi rol institucional sin
especular. Siempre he elegido escuchar y tratar de lograr consensos, en mi
profunda convicción de que solo a través de los consensos logramos construir
esas políticas de largo plazo, para por fin sacar a la Argentina de los problemas
estructurales.
Por eso, hoy ni pido perdón ni pido permiso –y nunca lo voy a hacer–
frente a los detractores de la moderación, frente a los que hacen un negocio de
la grieta, porque con convicción me voy a quedar votando con el oficialismo;
porque con convicción voy a salvar, junto a mis compañeros, a la Argentina de
caer en default. Con esto vamos a evitar un caos y una catástrofe. Ojalá que a
los que nos hemos quedado sentados en la mesa no nos una solo el espanto y
podamos empezar a construir soluciones concretas para la gente.
Pero, señores del gobierno, en los dos años que les quedan –que son dos
años en los que van a tomar decisiones sobre la vida de todos los argentinos;
¡dos años!–, no solo les pido responsabilidad, honestidad y transparencia, les
ofrezco nuestra ayuda.
Ahora, pidan ayuda con tiempo, no como hoy ¡que vienen cuando el agua
ya les llegó al cuello; sin alternativas! Eso es una trampa. Nos tienen
acostumbrados a que el Congreso funcione como una escribanía y hoy somos
su único salvavidas. Lo sabemos, no nos hacemos demasiadas ilusiones, pero
somos institucionalistas por elección y por convicción. Por eso, siempre vamos
a estar dispuestos a sentarnos a dialogar.
Queremos lo mismo y deseamos lo mismo de ustedes, sin trampa.
Hacemos lo que hacemos, porque amamos a nuestra Nación y porque “el
sálvese quien pueda” no está en la lista de nuestros valores. Gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senadora.
Tiene la palabra, senador Yedlin.
Sr. Yedlin.- Muchas gracias, señora presidenta.
Hoy estamos aquí para, a partir de esta ley, autorizar al Poder Ejecutivo a
refinanciar esta deuda que tomó el gobierno de Mauricio Macri en la gestión
anterior. En realidad, son 45.000 millones de dólares; el crédito más grande que
dio en su historia el Fondo Monetario Internacional.
Pero además de esa característica del tamaño, tiene un tema inobjetable,
que son los vencimientos previstos para ese pago. Resulta ser que entre este
año y el que viene tenemos que pagar prácticamente todo el crédito: 19.000,
20.000 millones de dólares.
La verdad es que cuando uno sabe que la Argentina el año pasado estuvo
exportando –creo– 75.000 millones de dólares en total, dice: ¿cómo puede ser
que a alguien se le haya ocurrido que se podían usar 20.000 millones de dólares,
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 80

con esa exportación, para poder pagar esto? Es solamente el 12 por ciento del
total de la deuda externa de la Argentina; solamente el 12 por ciento es este
monto increíble de los 45.000 millones de dólares.
Pero no es solamente el tamaño, los vencimientos. Es también el
acreedor. El Fondo Monetario tiene, entre sus misiones, sostener a los países
para intentar evitar que entren en cesación de pagos. Esa es una de sus
funciones. Ahora, cuando uno va a entrar en cesación de pagos con el mismo
Fondo Monetario Internacional, entonces, la situación es de extrema gravedad,
porque no va a haber cómo poder o alguien que nos dé una mano para salir de
esta situación.
Por eso, cuando uno toma semejante deuda con el Fondo Monetario
Internacional, a pesar de que quizá la tasa sea un poco menor, tiene que
entender que está jugando la última carta posible, porque no hay vuelta desde
esa. Y esta es la situación en la que estamos; y esta es la situación a la que nos
llevó el gobierno de Mauricio Macri y que hoy nosotros estamos aquí tratando.
¿Es culpable el gobierno de Mauricio Macri de que la Argentina se
endeude? No. El déficit es definitivamente estructural. Nosotros tenemos un
problema de larga data. Por supuesto que no. Pero de esta deuda, de estos
45.000 millones de dólares, tomados con vencimientos imposibles de pagar con
el último acreedor posible, sí. Sí hay una clara responsabilidad.
Por eso, yo festejo que hoy Juntos por el Cambio nos acompañe. Festejo
la enorme responsabilidad que la oposición hoy hace en este recinto; así como
critiqué que no nos hayan dado presupuesto, así como critiqué que no hayan
estado acá para discutir bienes personales. Pero, de todas maneras, me parece
bueno.
Y me parece que puede ser el comienzo de un consenso que, quizá, nos
permita en un Congreso absolutamente dividido en partes iguales, trabajar en
políticas en donde estemos juntos y podamos resolver el verdadero problema,
que es la causa por la cual la Argentina se endeuda y que no es solamente el
déficit –que sí lo es– sino, también, lo que se llama restricción externa. Porque
otro de los problemas es que la deuda es en dólares. Y claro que la Argentina,
que no produce la cantidad de dólares que necesita por año, cuando se endeuda
en esta cantidad de dólares y pone en riesgo el default con este organismo
internacional, que nos cortaría el crédito de todos los dólares de los otros
organismos internacionales, pone en riesgo no tener los dólares para poder
hacer las cosas que tiene que hacer, entre ellas, importar para poder exportar,
que es parte de la solución de esto.
Así que me parece muy auspicioso que hoy estemos acá. Más allá de los
altisonantes discursos, de un lado y de otro, me parece que se abre una
oportunidad, que me parece que no tenemos que dejarla pasar.
Tampoco me parece menor que estemos discutiendo acá, en el Congreso,
por una ley que nuestro gobierno, de Alberto Fernández, mandó al Congreso,
que votamos casi todos y que hoy nos permite estar acá discutiendo esto de cara
a la sociedad.
Lo que sí también me parece fundamental es entender que, además de
estas características, es muy importante saber para qué se usó esta deuda. Y
claramente ahí hay claras irregularidades: gran parte de esta deuda se usó para
pagar deuda en pesos, que después se transformó en dólares y que después
fugó, porque las normas en ese momento permitían esta situación de fuga. Esa
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 81

situación, que hoy no podría ocurrir, es la que nos llevó a este enorme
endeudamiento en dólares y con esta enorme tensión para no entrar en default.
Fíjense lo que pasaría –he traído dos ejemplos–, o lo que podría pasar en
materia de salud si nosotros entramos en default. Todas las vacunas que usamos
para COVID, de cualquiera de los laboratorios, son todas importadas. La Sputnik
también; hoy está muy criticada, porque saben que los rusos no van a poder
reconocerlas en la OMS, pero también hay que reconocer que, gracias a esa
vacuna, muchísimos argentinos no enfermaron y murieron de COVID.
Todas esas vacunas cuestan 500 millones de dólares. Esos millones de
dólares los obtenemos, en parte, a partir del Banco Interamericano de Desarrollo,
con un crédito de 250 millones, que se caería. Las vacunas de calendario
cuestan otros 200 millones de dólares. También son todas importadas. Hay
solamente tres vacunas que se formulan en Argentina: gripe, VPH y neumococo;
y esas tres las podemos comprar en pesos, aunque los insumos hay que
adquirirlos en el exterior y son en dólares.
Y fíjense –me parece importante decirlo, porque hablo desde la provincia
de Tucumán– cuántas obras de infraestructura hoy tenemos en la provincia de
Tucumán. Le voy a pedir permiso para leer a la presidenta. Todas estas obras
que voy a mencionar tienen financiamiento internacional; están licitadas, muchas
ya se están ejecutando y se caerían si caemos en default.
Por ejemplo, la planta de tratamiento de líquidos cloacales en la Ciudad
de Concepción: 20 millones de dólares; la red cloacal de la ciudad de Alderetes
y Banda del Río Salí: 35 millones de dólares –del BID–; la planta de tratamiento
de la localidad de San Andrés: 15 millones de dólares; la planta de tratamiento
de la localidad de Famaillá –la capital de la empanada–, con contrato firmado,
se inicia la obra financiada también: 11 millones de dólares; la obra de la Avenida
Alem, en la ciudad de Tafí Viejo: 3 millones de dólares; el canal Bella Vista: 7
millones de dólares; la obra de desagüe en Aguilares: 4 millones de dólares; la
obra de desagüe y pavimentación e iluminación en la ciudad de Lules: 3 millones
de dólares; obra de pavimentación y remodelación en el centro de Famaillá: 5
millones de dólares; la ampliación de la obra del canal San Luis en Yerba Buena,
financiada por el BIRF: 4 millones de dólares; el primer tramo de la autopista
Tucumán-Termas de Río Hondo: 25 millones de dólares.
Todas estas obras –que también quiero decir que no tuvimos de estas
ninguna durante el gobierno nacional anterior; ni una obra con financiamiento
internacional o nacional llegó a Tucumán durante los cuatro años del gobierno
de Mauricio Macri– se caerían con el default.
Por eso hoy vengo a anticipar que, desde Tucumán –así como también lo
dijeron la Cámara de Constructores, la Cámara de Comercio, la Cámara de la
Industria y todos, porque en la Argentina sabemos que el default hoy nos pondría
en una situación absolutamente imposible de tolerar–, desde esta banca
adelanto mi voto positivo. Gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Losada).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senadora Guadalupe Tagliaferri.
Sra. Tagliaferri.- Muchas gracias.
Voy a ceder mis minutos a la senadora Lucila Crexell.
Sra. Presidenta (Losada).- Adelante, senadora.
Sra. Crexell.- Gracias, senadora Tagliaferri, por cederme sus minutos.
Bueno, los últimos años nos hemos acostumbrado en este Congreso a
debatir y legislar sobre la excepcionalidad. La crisis se ha vuelto el marco de lo
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 82

habitual en la realidad argentina; y lo cierto es que desde 2011 la Argentina no


crece. Podríamos ir más atrás, por ejemplo, la crisis 1998-2002: desde entonces
nunca logramos perforar pisos estructurales de pobreza, de desempleo, de
informalidad. Incluso, sería posible retroceder hacia mediados de la década del
70. Hoy tenemos un PBI per cápita, que justamente está cercano al de 1974,
completando un largo ciclo de estancamiento de casi medio siglo.
La pregunta es cuándo no estuvimos en crisis. Desde el Rodrigazo, que
marca la crisis al modelo de sustitución de importaciones, no hemos crecido de
manera realmente sostenible; más allá, obviamente, de algunos ciclos breves
que llevaban implícitos desde su inicio el germen de la siguiente crisis.
Por eso, no es casualidad que hoy estemos discutiendo el acuerdo de
deuda número veintitrés desde 1956 con el FMI; es decir, un acuerdo cada
menos de tres años. No es más que una de las tantas manifestaciones del
constante estado de excepcionalidad en el que vivimos.
Pero el problema argentino es todavía mucho más profundo que una
inadecuada conducta de endeudamiento; es un problema político, es un
problema institucional y de matriz productiva.
Hace 28 meses que el gobierno actual ejerce el Poder Ejecutivo.
Voluntariamente, compitieron en las últimas elecciones presidenciales
conociendo las circunstancias a las que se enfrentaban. De hecho, uno de los
principales mandatos de la última elección presidencial, era quién y cómo
resolvería la crisis de deuda, que –seamos sinceros– no nació en 2019. Ganaron
y, por eso, la responsabilidad de evitar una cesación de pagos recae sobre este
gobierno.
¿Qué obtuvimos en todo este tiempo? Un mal arreglo con los acreedores
privados, con bonos argentinos de canje que cayeron más del 30 por ciento
respecto de su valor original.
Un riesgo país elevado que oscila en torno a 1.800 puntos, bloqueando el
acceso al crédito; un incremento inusitado de la deuda pública total que aumentó
desde 2019 en más de 42.000 millones de dólares; una demora inadmisible en
las negociaciones con el FMI, perpetuando la inestabilidad y la incertidumbre.
No obstante, es cierto que esto representa un capítulo más en el largo
ciclo de pauperización, derivada de una extensa acumulación de desatinos.
Hemos escuchado a todos los sectores con intentos por desasirse de
responsabilidades y asignar culpas a los adversaros políticos. Pareciera que
cada uno quiere contar la parte de la historia que más le conviene, pero ningún
dirigente puede alegar desconocimiento o mostrarse ajeno a las causas de la
crisis que hoy atraviesa la Argentina.
En la década del noventa, el Estado se financió con la liquidación de
activos y de deuda. Un modelo que ciertamente logró una estabilidad, pero que
pulverizó la competitividad de nuestra economía y destruyó el empleo.
El gobierno que asumió en 2007 recibió un país con superávit fiscal. Tras
consumírselo, se financió con fondos domésticos e intraestatales. Cuando eso
se acabó, cerrados los mercados internacionales, recurrió a la emisión monetaria
con el impacto inflacionario que eso conlleva.
En 2016, es cierto, volvimos al mercado internacional de capitales tras
arreglar con los fondos buitre y levantar un tipo de restricción al flujo de capitales.
Pero la lluvia de inversiones nunca llegó a la economía real. En su lugar, llegaron
fondos especulativos que, como sabemos, al primer cambio de circunstancias se
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 83

levantan y se van. Y precisamente cuando las circunstancias se deterioraron, fue


el FMI el encargado de asegurar una salida ordenada de dichos fondos.
La deuda con el FMI representa tan solo el 11 por ciento de la deuda
pública actual. Pero el perfil de vencimientos que se había acordado era
sencillamente insostenible. Al momento de su firma, ya era evidente la necesidad
de abordar una futura renegociación.
En resumen, a la insustentabilidad de un modelo basado en déficit fiscales
crónicos, le siguió otro esquema igualmente inviable, basado en el
endeudamiento irresponsable. El resultado: Argentina consumió todas y cada
una de las fuentes de financiamiento. No hay margen para subir impuestos; no
hay margen para emitir monedas; y los mercados internacionales están
cerrados.
Naturalmente, esto nos obliga a pensar en la forma en que la Argentina
gasta. Tenemos un Estado que gasta mucho más de lo que puede. El sector
público agregado representó en 2020 el 47 por ciento del PBI. Esto quiere decir
que uno de cada dos pesos de la economía nacional se gasta en sostener el
Estado en sus tres niveles. Agobia solo decirlo.
Pero lo más preocupante es que tenemos un Estado que gasta mal. La
participación del gasto público sobre el PBI no ha parado de crecer. Sin embargo,
lo que advertimos es una economía cada vez menos dinámica, condiciones de
infraestructura y de conectividad insuficientes y una pobreza creciente que ya
asume rasgos estructurales.
De a poco, pareciera que nos acostumbramos a convivir con niveles
altísimos de pobreza. Por ejemplo, el gasto público social pasó del 20 por ciento
del PBI en 2003 al 32 por ciento del PBI en 2020. Sin embargo, tenemos un 41
por ciento de pobreza.
Cuando hablamos de un Estado que gasta mal, es imposible no referirse
al tema de los subsidios energéticos. Un ejemplo categórico de gasto mal
dirigido, regresivo y que genera incentivos inadecuados al consumo.
En 2021 los subsidios destinados al sector energético –esto es gas y
electricidad sumados– ascendieron a 11.000 millones de dólares. Esto es el 2,3
del PBI. Convirtiendo una cuestión sectorial en un verdadero problema
macroeconómico.
No es algo nuevo. El déficit fiscal de los años previos a 2015 se explicaba
en buena medida por los subsidios energéticos. Es realmente desgastante
advertir que en el programa que presentó el ministro Guzmán nuevamente se
reincide en el mismo camino.
Por supuesto, está claro que no puede resolverse el problema de los
subsidios energéticos de un día para el otro, como se intentó. Si bien es evidente
que quien puede pagar el costo de la energía, debe hacerlo, como en cualquier
economía razonable, la experiencia de 2016 y 2017 nos enseña a ser prudentes.
Si una familia adaptó sus gastos a determinados costos energéticos, no se le
puede aumentar un 1.000 por ciento en dos meses. No hay familia, no hay
comercio, no hay economía que pueda aguantar semejante shock.
Para salir de este laberinto infinito, sin dudas necesitamos un plan gradual
y sustentable que nos permita una salida de este sistema perverso, que solo ha
producido problemas. Y como la solución debe ser gradual, se debe iniciar lo
antes posible por esta administración.
En el caso de los subsidios energéticos, es paradigmático, porque permite
ver claramente la naturaleza política e institucional y económica y productiva del
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 84

estancamiento argentino. La imposibilidad de alcanzar acuerdos políticos


razonables da lugar a diseños institucionales inverosímiles, que finalmente
repercuten negativamente en los que producen y trabajan. Así, tenemos una
economía que perdió la capacidad de generar valor.
La salida es incentivar las actividades productivas y generar empleo
genuino y divisas. Así, podremos crear los recursos que necesitamos para
cumplir con nuestras obligaciones internacionales.
No hay mejor ejemplo de lo que estamos hablando que lo que ocurre con
Vaca Muerta: tenemos la segunda reserva mundial de gas no convencional, en
un mundo donde dicho recurso será demandado en los próximos treinta o
cuarenta años, en un marco de transición energética. Ya van dos gobiernos que
no han logrado incentivar la inversión privada para construir un gasoducto que
permita llevar la producción de gas de Neuquén hacia los puertos.
Ni hablar de una planta de licuefacción que, en el contexto actual, nos
abriría grandes oportunidades comerciales. Es decir que ni siquiera un negocio
redondo, como es un ducto de Vaca Muerta a los puertos, atrae capitales
privados; y termina siendo el Estado quien lo finanza mediante mecanismos
ineficientes. Esto significa que no podemos exportar; y más grave aún,
importaremos gas a un precio que superará largamente el costo total del
gasoducto.
Para cerrar, señora presidenta, lo que tratamos hoy, no resuelve ningún
problema estructural de nuestro país. Mañana la Argentina seguirá teniendo
altas tasas de pobreza, de indigencia; seguirá teniendo una de las densidades
más baja de empresas por cantidad de habitantes; seguirá teniendo elevados
índices de informalidad laboral; seguirá teniendo un Estado ineficiente, costoso
y altamente burocratizado.
De nuevo, lo que necesitamos es un gran acuerdo político y productivo
que nos saque del letargo. Lamentablemente, el gobierno pareciera ir en el
sentido contrario. La política económica que acordó con el FMI compromete
determinados resultados fiscales, mientras simultáneamente incrementa el gasto
en términos reales.
No hay dudas de que se trata de un programa basado en el aumento de
la presión tributaria sobre los sectores productivos. Las formas podrán variar:
impuestos inflacionarios, revalúos, aportes… ¿Me quiere cortar, senador?
Déjenme terminar, que ya finalizo.
Las formas –decía– podrán variar: impuesto inflacionario, revalúos,
aportes únicos, solidarios, retenciones. También pueden variar las
justificaciones: pandemia, emergencias, crisis internacionales, guerras. Pero hay
una cosa que nunca cambia: el sector privado es el que le pone el hombro a la
crisis.
El gobierno no da ninguna señal de que vaya a revisar su hoja de ruta. El
programa económico, que este Congreso no votó, pero que aun así es parte del
acuerdo que el Ejecutivo celebrará con el FMI, lo demuestra. Como si fuera poco,
incluso, las previsiones allí hechas ya nacieron muertas, esmeriladas aun por la
falta de credibilidad de la gestión actual.
¿Alguien cree que será posible reducir un 0,6 por ciento los subsidios de
energía? ¿O que realmente este gobierno flexibilizará el marco regulatorio
cambiario, cuando en los próximos meses tiene que afrontar la importación de
GNL, que compromete valores cercanos a los 7.000 millones de dólares?
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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El programa dice que buscará mejorar la eficiencia del sistema tributario


reduciendo los impuestos sobre las exportaciones de valor agregado.
Sra. Presidenta (Losada).- Senadora…
Sra. Crexell.- Ya termino, ya termino, senadora… Presidenta.
¿Alguien cree que alcanzarán los resultados fiscales pautados sin
incrementar la presión tributaria, cuando en este mismo momento el gobierno ya
amenaza con aumentar las retenciones a los productores agropecuarios; o que
la inflación tendrá un techo del 48 por ciento si, en apenas dos meses, ya ha
acumulado el 8,8 por ciento?
Por eso, señora presidenta –voy a insertar el resto de mi discurso, que
veo que incomoda a bastantes–, he decidido abstenerme en el tratamiento de
este proyecto.
Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Losada).- Gracias, senadora Crexell.
Tiene la palabra, senador Blanco.
Sr. Blanco.- Gracias, señora presidente.
Estamos tratando un proyecto, que es la autorización al Ejecutivo nacional
para la toma de un nuevo endeudamiento, desde mi punto de vista, que en parte
es refinanciación del acuerdo de 2018 y, en parte, fondos frescos.
Voy a dar algunos detalles de algunos números que quiero que queden
sentados; no muchos, porque ya se ha repetido hasta el cansancio. Pero yo
quiero dejar en claro que el gobierno de Cambiemos, cuando asumió en 2015 –
y que, como bien decía otro senador preopinante, no explicó correctamente,
como correspondía–, recibió un país que tenía un 3,8 por ciento del PBI de
déficit. En números redondos, un poco más de 18.000 millones de dólares…
Sra. Presidenta (Losada).- Disculpe, senador Blanco.
Me piden que acerque, por favor, el micrófono a la boca, porque no se
escucha bien.
¿Ahí está…?
Sr. Blanco.- Bueno.
En el gobierno de Cambiemos, cuando finalizó su mandato, en diciembre
de 2019, el déficit fiscal era de 0,44 por ciento. La verdad es que una de las
cosas buenas que había hecho el gobierno de Mauricio Macri hubiera sido muy
bueno que la mantuviera el gobierno actual.
La deuda –yo escuché que algunos decían que Dujovne había hecho
declaraciones diciendo que Cambiemos había recibido un país desendeudado–
en 2015, la deuda externa, era de 240.000 millones de dólares. Si eso no es
deuda… Cifras oficiales que tengo yo, del Banco Central de la República
Argentina. Si eso no es deuda, que me digan qué es deuda. Entregó el gobierno
con 323.000 millones de dólares; 83.000 millones de dólares más.
¿Qué había pendiente cuando asumió el gobierno de Cambiemos?
Default con los fondos buitres. La Argentina no tenía posibilidad de acceder a
ningún tipo de financiamiento.
¡Oh, sorpresa! Antes de asumir el gobierno, la Corte Suprema de Justicia
sacó un falló donde, rápidamente, decía que el gobierno nacional debía
devolverle a las provincias el 15 por ciento, por retención, destinado a la ANSES,
que durante prácticamente diez años el gobierno nacional había usufructuado y,
realmente, no correspondía.
Tomó la decisión, el gobierno de Cambiemos, de la Reparación Histórica,
que significó el 1,5 o algo más del PBI.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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Acá se plantean las dificultades de este endeudamiento del Fondo


Monetario Internacional que tomó el gobierno de Cambiemos. Eran 57.000, pero
se hicieron efectivos 45.000 millones de dólares. Y yo, días pasados, escuchaba
en la reunión de Comisión, de un senador de la oposición que me hubiera
gustado que esté presente para poder decírselo –lamentablemente, no lo he
visto hoy en el recinto–, que decía que ellos formaban parte del oficialismo
pagador y que, Juntos por el Cambio, era el oficialismo endeudador.
Y yo quiero hacer una reflexión al respecto. Me parece que se equivocó
en la definición el senador de Jujuy porque puede ser que el gobierno de
Cambiemos tomó el crédito y se lo puede considerar “endeudador” por la firma
del crédito, pero el gobierno del Frente de Todos no es pagador. En todo caso,
es “pateador” hacia el futuro, porque está refinanciando una deuda cuyo primer
vencimiento de capital va a ser en el año 2026, cuando ya no van a ser gobierno.
Pero independientemente de eso –independientemente de eso– yo debo
recordar que de los 45.000 millones de dólares de 2018, después de 2021, este
gobierno recibió alrededor de 4.500 millones de los Derechos Especiales de Giro.
Y ahora, en este nuevo crédito de 2022, va a recibir aproximadamente 4.500,
4.800 o 5.000 millones de dólares. Con lo cual, dólares más, dólares menos, son
alrededor de 54.000, 54.500 millones de dólares. ¿Qué pagaron? Nada. Al
contrario: van a tener plata a favor.
Lo que explicaron el ministro y el equipo económico, me gustaría verlo
volcado en un presupuesto. A título personal, debo decir que comparto mucho
de lo que él explicó en lineamientos generales, pero no cómo se lo ha planteado.
Yo no estoy en contra del control de la emisión monetaria: creo que ninguno
debería estar en contra de eso. No estoy en contra y me parece bien la
recomposición del mercado de capitales nacionales, la recuperación de las
reservas, achicar el déficit fiscal.
Más allá de las dificultades, el gobierno de Cambiemos demostró que en
cuatro años se puede bajar del 3,8 –casi 4 por ciento, como decía– a menos del
1 por ciento del déficit fiscal. La verdad es que se logró a pesar de la oposición
que tuvo, porque yo creo que no tuvo una oposición dispuesta –tal como está
hoy Juntos por el Cambio– a colaborar con el gobierno. A poco tiempo del
gobierno de Cambiemos, algunos ya andaban con el helicóptero “en papel” en la
plaza de Mayo, diciendo que venía el “club del helicóptero”. Pero, bueno: es la
realidad. Yo creo que nada ganamos con echarnos culpas unos a otros.
En cuanto a la deuda externa, voy a repetir, no con cifras, pero sí la lectura
de un documento del Banco Central, el que leí –si mal no recuerdo– cuando
tratamos la renegociación de la deuda en moneda extranjera.
Entre el 56 y el 58, la deuda era de 1.425 millones de dólares. Después,
vino Frondizi, que la aumentó en 375; Guido, en 300; el de Illia fue el primer
gobierno desde esa fecha hasta ahora que bajó la deuda externa; después vino,
lamentablemente, Onganía, que la aumentó; Cámpora; Isabel Martínez de
Perón, que la aumentó; ni hablar de Videla, Galtieri y compañía, que la llevaron
a casi 38.000 millones de dólares; el gobierno de Raúl Alfonsín, que la aumentó
en 20.000; el gobierno de Menem que, independientemente de haber
malvendido o rifado la mayoría de las empresas del Estado, la aumentó en casi
57.000 millones de dólares; después, vino el gobierno de De la Rúa, que la
aumentó en 22.000 millones; el gobierno de Duhalde, que la aumentó en 34.315;
después, vino el segundo gobierno de ese período del 56 a la fecha que bajó la
deuda, que fue el de Néstor Kirchner; después, vino el gobierno de la actual
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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presidenta del Senado, que aumentó la deuda en casi 64.000 millones de


dólares; y el gobierno de Cambiemos, en alrededor de 83.000 u 84.000 millones
de dólares.
Ahora, yo creo que esta es la realidad; y la realidad es que esta deuda es
hija del déficit y hay algo que debemos corregir.
Considero que lo que sucedió en la Cámara de Diputados –resalto el
compromiso de toda la oposición, y gran parte del oficialismo y del Ejecutivo
nacional, que entendió la realidad y modificó un proyecto– puede ser el punto de
partida para que, más allá de pasarnos facturas todos los días, de jugar al River
o Boca, o al blanco o negro, lo utilicemos como un camino. Cuando la soga,
prácticamente, nos llega al cuello y cuando la situación se plantea muy difícil, la
mayoría de los argentinos –más allá de las diferencias– somos capaces de
ponernos de acuerdo en algunas cosas. Me parece que ese puede ser un buen
punto de partida.
Soy representante de Tierra del Fuego, una provincia gobernada por el
Frente de Todos. El gobernador es del Frente de Todos; los tres intendentes son
del Frente de Todos y de La Cámpora; tiene diputados de La Cámpora; tiene dos
diputados de Cambiemos; otro del gobierno provincial, que es afín al gobierno
nacional; otra del Frente de Todos. Pero, en verdad, de los tres senadores, dos
son de La Cámpora. Por eso, me sorprende –y lo digo con respeto y con cariño,
porque tengo mucha consideración hacia ellos– que el único senador de la
provincia de Tierra del Fuego que apoya el gobierno nacional en esta situación
es quien les habla.
La paradoja del destino, la cuestión ideológica o no sé qué quiso que yo,
que soy opositor, parezca oficialista. Mientras tanto, los propios oficialistas han
demostrado muchas veces ser opositores más que oficialistas; y, en esta
situación, se blanquea.
Y ya que estamos en medio de esta situación, quisiera hacer una reflexión
o expresar un pensamiento: ¿qué hubiera sucedido si hoy la situación fuera
inversa: si quien está planteando esta necesidad, y fuera oficialismo, hubiera
sido Juntos por el Cambio; y el actual oficialismo hubiera sido la oposición? ¡Yo
no quiero imaginarme lo que diría el presidente del bloque oficialista, en el día
de la fecha, sobre la postura de Juntos por el Cambio de plantear una
renegociación con el Fondo Monetario Internacional! Ya me imagino las cosas
que diría: cuántos ríos se secarían en su discurso para explicarnos las
cuestiones geográficas y todo lo que él sabe explicar cada vez que habla. La
verdad es que, en mi caso, estoy aprendiendo bastante de algunas referencias
que hace el presidente del bloque del Frente de Todos.
Hoy, como verán, creo que el presidente se encuentra en una situación
bastante difícil, porque no debe ser fácil que los propios, los tuyos, aquellos que
te llevaron a ocupar la Presidencia de la Nación, “te retiren el banquito”, como se
dice comúnmente. La verdad es que resulta preocupante. Y que aquellos que
estamos en la oposición tengamos la responsabilidad, por distintas razones, de
ser quienes apostamos no a un gobierno, sino a mejorar la situación de un país
en el que realmente, entrando en cesación de pago y en default, las
consecuencias no las pagaría solamente el país, sino que esencialmente las
pagaría la gente.
Puede ser que a uno le hayan enseñado, y haya aprendido de chico, a no
hacer a los demás lo que no te gusta que te hagan a vos. Seguramente, si yo
fuera oficialismo en este momento, estaría deseoso de que los integrantes del
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 88

Frente de Todos me estuvieran acompañando. Lamentablemente, en los cuatro


años de Cambiemos, la realidad indica que en muchas oportunidades esto no
fue posible; y que muchas de las cosas que el gobierno de Cambiemos no pudo
llevar adelante fue por una oposición que, como decía, a los pocos meses del
inicio de gobierno ya tenía el helicóptero preparado en la Plaza de Mayo y, a
cada acto que iban, lo llevaban. Bueno, el helicóptero parece que no funcionó y
tuvieron que aguantar –según ellos–; tuvieron que respetar lo que dice la
democracia, y el gobierno de Cambiemos terminó los cuatro años.
¿Por qué estamos, acá, en esta situación? La verdad es que muchas
veces, en estos días, me cuestioné por qué nosotros tenemos que colaborar.
Colaboramos en este sentido, como bien decía, para evitar una situación difícil,
para que el país no entre en cesación de pago. En mi caso particular, como
representante de Tierra del Fuego, es para las empresas que esencialmente
viven de la importación de los insumos para fabricar, como son las electrónicas
y otras radicadas en la provincia. De hecho, muchos se rasgan las vestiduras
diciendo que son los únicos que las defienden y que Cambiemos las
combatimos. Bueno, con esta medida –con su manera de actuar– les están
cortando todo el financiamiento que esas empresas necesitan para poder
fabricar. No sé cómo comprarían los insumos si entramos en cesación de pago.
¡Uy, perdón! Me estoy pasando del tiempo.
Para ir terminando, señora presidente, yo decía que hay que terminar con
el “cuanto peor, mejor”. Yo creo que no es así. Como decía, la verdad es que a
mí me gustaría, si yo fuera presidente de la Nación –cosa que ya dudo a esta
altura de mi vida–, tener el acompañamiento de la oposición.
Nosotros, desde Juntos por el Cambio, tomamos la decisión de
acompañar esta ley; y la tomamos, como decía antes, en favor de todo el pueblo
argentino, no en favor de un gobierno.
Por estos fundamentos, voy a votar a favor, voy a acompañar y voy a
seguir trabajando y hablando, como lo vengo haciendo, para ver si alguna vez
dejamos de tener la grieta, y el Frente de Todos, Juntos por el Cambio,
peronistas, radicales, socialistas, el PRO, alguna vez dejamos de acentuar las
diferencias y acentuamos las coincidencias. Es la única manera de que este país
lo saquemos adelante y de que le pueda dejar, en mi caso ya no a mis hijos
porque son grandes, sino a mis nietos, un país mejor y que no tengan, el día de
mañana, que pensar que van a dejar el país para irse a otro lugar donde puedan
realizarse.
Muchas gracias, señora presidente.
Sra. Presidenta (Losada).- Gracias, senador Blanco.
Tiene la palabra, senador Kueider.
Sr. Kueider.- Gracias, señora presidenta.
Pruébese, senador. Pruébese, senador Blanco; en una de esas, ya que
van a ganar el año que viene, capaz que le toca ser presidente.
Bueno, “oportunidad” es una palabra que escuché varias veces, acá, en
este recinto. Tal vez, cuando cierre, me vuelva a acordar de esa palabra.
Hoy, estamos tratando una deuda que tomó Macri. El artículo 1º de lo que
estamos votando se refiere a la deuda que se suscribió en 2018. Creo que eso
no amerita ninguna discusión en este recinto.
Si nos vamos a la historia de la deuda, coincido en que hay
responsabilidades. Tal como lo dijo el senador Rodríguez Saá, esto arranca en
1823, con esa deuda por la que se pidió una plata y llegó menos de la mitad;
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 89

parte se la quedaron los negociadores. No se hizo el puerto, no se hicieron las


obras de infraestructura necesarias, no se hizo el pueblo y, encima, después,
prestaron esa misma plata a los mismos que fueron a negociar. Así arrancamos
la historia de la deuda.
Pero hoy estamos tratando el endeudamiento de 44.500 millones de
dólares, del año 2018. Y acá quiero dejar aclaradas dos cosas que se vienen
repitiendo, por ahí. Al principio, lo dijeron los miembros informantes del bloque
de Juntos por el Cambio y el senador preopinante lo repitió recién.
Acá, nosotros no estamos tomando un crédito: estamos refinanciando la
deuda de Mauricio Macri. No me vengan con tecnicismos: acá, estamos
refinanciando la deuda de Mauricio Macri.
Y es falso que estemos tomando 4.500 millones de dólares, como acá se
dice. Esos 4.500 millones de dólares son los que ya se pagaron. Lo que está
otorgando el Fondo Monetario Internacional para refinanciar la deuda es
exactamente el mismo monto que tomó Mauricio Macri en el año 2018. Aclaro; y
que quede claro eso, por favor.
Quiero destacar el trabajo que se hizo en la Cámara de Diputados; quiero
destacar el trabajo que hizo el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio
Masa; quiero destacar el trabajo que hicieron los presidentes de los bloques
mayoritarios, que llegaron a un acuerdo; quiero destacar la apertura del
presidente de la Nación, Alberto Fernández; y quiero destacar el trabajo de
Carlos Heller, el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, y de
Marcelo Casaretto, el secretario, comprovinciano nuestro –y lo miro a De Angeli–
, porque la verdad es que se ha logrado un consenso muy importante. Se ha
logrado, en base al diálogo y a la apertura, llegar a un texto que permitió que
fuera aprobado por una abrumadora mayoría de 202 votos, en esa Cámara.
También, quiero destacar la sanción de la ley 27.612, que es la que hoy
nos permite debatir, históricamente en este recinto, este tema.
Quiero destacar, primero, la iniciativa del Poder Ejecutivo de hacerlo.
Vuelvo al presidente de la Nación. Y quiero destacar también, a pesar de que ha
sido correctamente sacado de la discusión el artículo 2º, donde se disponían las
medidas que el gobierno se comprometía a adoptar con el Fondo para dar
cumplimiento a este refinanciamiento, la actitud del ministro de Economía.
Porque el hecho de haber elevado al Congreso los detalles del acuerdo no habla
más que de un acto de suma transparencia.
La verdad es que en los debates que hemos tenido tanto en Diputados
como aquí, en el Senado, nos hemos referido muchísimo a cada una de esas
medidas; y las estamos discutiendo porque se transparentaron, porque se
expusieron. Está bien que el bloque opositor haya dicho que no nos metamos en
esta discusión porque no nos vamos a poner de acuerdo, porque son las
acciones que tiene que tomar el gobierno que está al frente del Poder Ejecutivo.
Lo cierto es que, al menos, pudimos discutirlas y estamos aquí haciendo eso.
Después, yendo al tratamiento concreto de este tema, yo me planteé
desde el primer momento, cuando teníamos que resolver esta cuestión, cuáles
eran las opciones: cuáles son las opciones que tenemos nosotros; cuáles son
las opciones que tenemos los argentinos ante esta situación.
Yo vi siempre tres opciones. Un diputado, escuché que planteó una
cuarta, que era pagar este vencimiento y seguir negociando. Esa opción la
descarto de una porque, para noticia de varios, no tenemos la plata para pagar
este vencimiento: eso está claro. Es una opción que se cae por sí sola, desde el
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 90

mismo momento en que no tenemos los recursos para hacer frente al primer
vencimiento. “Googleen” cómo están las reservas netas, al día de hoy, en el
Banco Central.
Entonces, tenemos la opción 1, que es pagar la deuda. Bueno: pagar la
deuda es algo inviable para la República Argentina; pagar la deuda, que tiene
una carga insostenible para este año. Tenemos un saldo comercial del 2021 de
14.700 millones, que es el de las exportaciones récord que tuvimos en el año
2021, menos las importaciones. Ese saldo ni siquiera alcanza, ni se acerca a los
19.300 millones de dólares que deberíamos pagar este año en ese
endeudamiento.
Y, si quisiéramos pagar igual, gastando toda esa plata y gastando lo poco
o nada que quedan de las reservas de libre disponibilidad, deberíamos reducir
asignaciones, planes sociales, partidas asociadas a la salud, educación,
Asignación Universal por Hijo, políticas alimentarias, becas Progresar, Repro 2,
vacunas COVID, transferencias corrientes a las provincias, universidades,
etcétera. Entre comillas: “ajuste”. Ese es el ajuste.
Opción 2: no pagar. No pagar; no al FMI; no paguemos. Bien: la opción 2
tiene un sinónimo, para mí, que se llama default. No pagar, es default.
Default: cierre de canales de financiamiento internacional para el sector
público como privado. Default: incremento de la fuga de capitales, debido a la
incertidumbre del escenario económico. Default: disminución de la inversión
extranjera directa. Default: condicionamiento de las actividades comerciales
internacionales. Default: condicionamiento de la entrada del país en los
mercados financieros. Default: presión sobre el dólar, que elevaría la divisa en
los mercados informales. Default: aumento de precios y caída del salario.
Default: no acceder a los mercados voluntarios de deuda. Como dato, con el
último default, el de 2002, el país estuvo más de una década para acceder
nuevamente a los mercados internacionales. Default: cuando no se puede
acceder a los mercados, se ve afectado el gobierno nacional, pero también los
gobiernos provinciales, los municipales, las empresas y las familias argentinas.
Por supuesto, esto baja notablemente las expectativas de todos los ciudadanos
del país; incrementa el nivel de incertidumbre; genera pánico, principal obstáculo
para que la economía sana funcione correctamente; consumidores, inversores y
empresas restringen el consumo, la inversión, los emprendimientos;
inestabilidad del sistema financiero doméstico y retiro de depósitos.
¿Qué enumeré acá? Experiencias vividas, experiencias pasadas. Por eso,
me tomé el trabajo de leerlas. Eso es lo que pasó; eso es lo que pasa cuando
hay default. No es una especulación, no es una suposición de lo que podría
pasar, sino remitirnos un poquito a la historia.
Y la opción 3 es la que estamos hoy tratando, que es la que nos presenta
el Poder Ejecutivo. Es la de obtener un plazo de gracia de cuatro años y medio
para empezar a pagar recién en 2026. No incluye reforma jubilatoria. No incluye
reformas laborales. Está basada en el aumento de reservas, en el crecimiento
de las exportaciones, en la mejora de la recaudación. Está anclada…
Los que saben de economía conocen bien que la proyección y la
expectativa a futuro del país se basan en las variables. Y las del año pasado son
todas positivas: crecimiento de las exportaciones, aumento de la producción,
aumento del empleo. Eso da buenas expectativas a futuro y los indicadores son
alentadores. Pero en la economía no existe la matemática; no nos
equivoquemos. Esto puede cambiar. Pero tenemos una esperanza.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 91

Voto por esto: voto por el refinanciamiento.


Adelanto mi voto positivo, porque en Entre Ríos mi gobernador está de
acuerdo; porque los gobernadores de Tucumán, San Juan, La Rioja, Jujuy, Salta,
Catamarca, Santiago del Estero, Misiones y Corrientes, por citar algunos, están
de acuerdo; porque la gobernadora de Santa Cruz está de acuerdo; porque el
gobernador de Buenos Aires está de acuerdo; porque el ministro del Interior está
de acuerdo; porque los senadores de Tucumán, Santiago del Estero, Santa Fe,
San Juan, Entre Ríos, Misiones, La Rioja, La Pampa, Formosa, Corrientes,
Córdoba, Chubut y Catamarca, de todas las fuerzas políticas, están de acuerdo;
y, de las otras provincias que me faltan, en su mayoría están de acuerdo; y
porque votar con responsabilidad es lo que corresponde a esta altura y ante la
gravedad de la situación.
Voto convencido de que, primero, está la patria. Entonces, no quiero que
millones de argentinos y argentinas sufran las consecuencias de un default.
Sra. Presidenta (Losada).- Senador…
Sr. Kueider.- Después está el movimiento. Y en consecuencia, voy a acompañar
firmemente a mi presidente de la Nación, que es de mi espacio político. Fuimos
nosotros los que decidimos que estuviera allí y no hay que darle la espalda en
los momentos difíciles, pues es nuestro frente electoral el que gobierna.
Y voto convencido de que, por último, están los hombres. No podemos
permitirnos especular, políticamente, viendo o esperando el fracaso de uno para
tener aspiraciones a gobernar, luego.
Terminemos con la Argentina de la mediocridad, de la lucha por el poder…
Sra. Presidenta (Losada).- Senador: necesitamos, por favor, que vaya
cerrando. Ya son más de 13 minutos.
Sr. Kueider.- Ya cierro. Hasta ahora voy empatando a Blanco.
Decía que debemos terminar con la Argentina de la lucha por el poder con
base en el fracaso del adversario.
Vayamos por una Argentina de la superación. Terminemos con los
enfrentamientos estériles que solo nos retrasan y nos sumergen en el fracaso.
Terminemos con la grieta y planifiquemos, todos juntos, un país de
mediano y largo plazo que supere los vaivenes de los cambios de gobiernos y
que permita a los productores, a los inversores, a los empresarios, a los
comerciantes, a los trabajadores y a las próximas generaciones, creer en esta
Argentina que tanto nos ha dado y tanto más tiene para darnos.
Ahora, a trabajar para recuperarnos. Pongamos la energía en nuestras
pymes, que generan empleo; en bajar la presión fiscal para desahogar a nuestra
gente y en alentar a crecer, a producir, a exportar más. Y, a medida que ello
sucede, hablemos de reducir retenciones.
Hoy se nos presenta una oportunidad…
Sra. Presidenta (Losada).- Senador: ya son más de 14 minutos.
Por favor se lo pido.
Sr. Kueider.-… en medio de esta crisis. Aprovechemos a ser mejores a partir de
mañana.
Demostremos a nuestra gente que, en realidad, nuestro futuro no está en
manos del FMI ni de los demás acreedores ni de los demás países. Nuestro
futuro depende de nosotros mismos: a ver si nos damos cuenta. La Argentina
depende de sí misma y logrará salir cuando, quienes detentamos el poder,
veamos más allá de nuestras narices y nos pongamos a trabajar en serio para
construir el futuro.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 92

Acá no podemos quedarnos en la cuestión de los de color amarillo, azul,


rojo o blanco. De hecho, el libro de pases siempre está abierto y es nuestra
responsabilidad y de nadie más.
Siempre me encuentro en el pasillo a alguien que me dice “compañero” y
está de “aquel” lado.
Dijo Abraham Lincoln –y cierro–: “No se puede escapar de la
responsabilidad de mañana evadiéndola hoy”.
Muchas gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Losada).- Gracias, senador.
Damos comienzo a los cierres.
Tiene la palabra, senadora Vigo.
Sra. Vigo.- Gracias, presidenta.
Para ir cerrando, entonces, respecto al proyecto que hoy nos convoca,
referido al acuerdo entre el Poder Ejecutivo nacional y el Fondo Monetario
Internacional, quisiera una vez más destacar la importancia del tratamiento,
como bien se ha dicho aquí hoy, en este recinto del Senado de la Nación, de
este proyecto que contiene un solo artículo y que define la aprobación o no de la
negociación que se lleva adelante entre el gobierno nacional y el FMI. Porque es
esta una herramienta –sin dudarlo– específica del Ejecutivo nacional, ya que en
todo momento la negociación con el Fondo y las consecuencias que puedan
tener estas son responsabilidad única del Ejecutivo nacional.
Por eso, hoy me sumo y destaco lo ocurrido la semana pasada en la
Cámara de Diputados de la Nación al llegar a un entendimiento –porque a eso
se llegó– entre la mayoría de las expresiones políticas que permitió superar las
controversias sobre el proyecto inicial, y es por esa razón que muchos de
nosotros hoy aquí nos estamos sumando, como es mi caso.
Pero también es necesario destacar que ni bien pasó ese fin de semana,
donde aparecía una tranquilidad en este tratamiento, el oficialismo se encargó
de dar por tierra el entendimiento conseguido en la Cámara de Diputados
anunciando un aumento de retenciones a los productos de soja, harina, aceite,
medida que afecta –usted lo sabe bien porque es de esa región– directamente a
la producción y a la economía de mi provincia –Córdoba–, pero también a toda
la región centro, incluyendo Santa Fe, Entre Ríos y otros distritos del país.
Por eso, reitero lo que le planteé al ministro Guzmán en la Comisión de
Presupuesto. El acuerdo con el FMI es muy importante, es central, pero debe ir
acompañado de un plan de protección de la economía nacional: medidas
concretas para combatir la inflación, como planteó el presidente hace pocas
horas, y desarrollar la producción y fomentar las inversiones que generen empleo
en la Argentina.
La inmensa mayoría del país se ha expresado en contra, aun aquellos
sectores que no saben bien de qué se trata este default. Bien se ha explicado
acá lo que significaría que Argentina entre en default, por las consecuencias que
conspirarían con todo lo que dije anteriormente y también afectaría la vida
cotidiana de los argentinos y de las argentinas.
Pero no podemos mirar para otro lado. Debemos tener bien presente y
claro que muchos sectores de la sociedad, de la producción, todos esos sectores
que esperamos que generen empleo, hace mucho tiempo que viven en una
profunda crisis, aun sin haber entrado en ese default: inflación, desequilibrio
fiscal, exclusión social, falta de empleo, y a todo ello debemos sumar la
pandemia que aún no terminó.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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Por eso, vuelvo a destacar que hay cuestiones urgentes que nos
preocupan a los argentinos y que desde este ámbito debemos debatir brindando
aportes sin especulaciones mezquinamente electoralistas.
En materia de energía, el memorándum de entendimiento impone una
reducción de subsidios para la provisión de energía eléctrica. Y es necesario
conocer cómo se aplicará la segmentación de la tarifa; y, entre otras, cosas saber
si esa disminución de subsidios va a incluir también al AMBA y lo que tiene que
ver con Edesur y Edenor, una cuestión concreta que sí afecta a la vida de todos
los argentinos.
Porque, más allá del claro desconocimiento del ministro del Ejecutivo
nacional, en el caso de mi provincia –acá se han dado ejemplos de muchísimas
cuestiones que atañen a cada una de las provincias argentinas–, en el caso de
la provincia de Córdoba, subsidia de manera total o parcial a 1.070.553 usuarios
habitantes de la provincia de Córdoba. Digo esto a raíz de lo que comentó el
ministro en ese momento en la comisión, usuarios que están debajo de la línea
de indigencia y usuarios de la tarifa social por debajo de la línea de pobreza.
¿Y por qué me detengo en este tema puntual de la reducción de subsidios,
y mi legítimo interés de mencionar Edenor y Edesur? Lo menciono por la
respuesta –como decía– evasiva del ministro. Y digo que la Empresa Provincial
de Energía de Córdoba –este es un dato que quiero resaltar–, la EPEC, paga
puntualmente todas las facturas de energía eléctrica a Cammesa, de manera
mensual –está al día con los pagos en Cammesa, como seguramente ocurrirá
con otras jurisdicciones–, pero no sucede lo mismo con las distribuidoras Edenor
y Edesur, que son reguladas por el propio Estado nacional. Y fíjense este dato:
entre ambas empresas, es decir, Edenor y Edesur, acumulan una deuda, al día
de hoy, de cerca de 1.200 millones de dólares con el Estado nacional.
Si el gobierno nacional, realmente, está preocupado por las deudas a
pagar en las próximas semanas al FMI, es bueno que sepa que estos 1.200
millones de dólares son cerca del 50 por ciento de lo que habría que pagar al
Fondo Monetario Internacional, cuando el ministro Martín Guzmán dice que –
entre comillas– no existirían reservas de no firmar el acuerdo con el Fondo
Monetario Internacional. Ahí tiene una buena cantidad de reservas.
Cabe aclarar que, cuando se habla de bajar subsidios –bajar el 0,6, el 1,
o el porcentaje que sea, de subsidios medidos en términos del PBI–, tendría un
impacto muy positivo si Cammesa saliera a cobrarles a todas las distribuidoras
que no le pagan al día –como el caso bien claro de Edenor y Edesur– la factura
de la distribución eléctrica. De este modo, se lograrían reducir de manera
significativa todos los subsidios al mercado eléctrico mayorista a cargo del
Estado nacional y, en definitiva, no terminaríamos haciéndonos cargo todos los
argentinos de pagar el consumo de la electricidad en lo que es el área de AMBA.
Esto es unir, como decimos en Córdoba, lo útil con lo justo.
En materia de política fiscal –como ya lo expresé en la comisión–, nos
preocupa la decisión intempestiva del gobierno nacional de cerrar el registro para
nuevas exportaciones sin un plazo de tiempo para su próxima apertura para los
productos de harina y aceite de soja, como mencioné aquí. Lo hicieron sin antes
dialogar, por supuesto, con el sector. Y también me queda con eso una gran
duda, una gran preocupación más que duda, que es la de si será que el Poder
Ejecutivo nacional evaluó, junto al FMI, y acordó el aumento de las retenciones
como manera de reducir el déficit. Pregunto sobre retenciones a los granos
porque, aunque se haya dicho oficialmente –al menos, lo dijo el ministro– que
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 94

no, ya ha ocurrido que lo que se asegura por la mañana, se desdice en horas


siguientes.
Además, evidentemente, la prioridad para el gobierno, muchas veces, ha
sido la confrontación, y eso está totalmente claro. No se entiende por qué
muchas veces no se privilegia el consenso, llegar a acuerdos, como pasó con
este interés legítimo de que la Argentina no llegue al default, consensuando con
los sectores que están involucrados en el tema.
Además, cualquier intento del gobierno nacional para aumentar la carga
impositiva del sector agroindustrial –todos lo sabemos– desalienta por completo
el desarrollo del valor agregado en el campo y frena el ingreso de las divisas.
Sería una medida, a mi entender, cortoplacista con severas consecuencias para
nuestra economía.
En la comisión, los funcionarios hablaron de medidas excepcionales. Esas
medidas excepcionales no nos queda claro –y la verdad es que nos preocupa–
qué significan en tiempo, qué significan en impacto, qué grado de provisorio
tienen, hasta cuándo. Porque suele pasar –lo dije también en la comisión– que
las medidas provisorias se convierten en medidas para siempre.
En materia de medidas sobre el transporte, aun cuando no esté incluido
este tema en el pliego del FMI, y que para el ministro no son relevantes –reitero
que no se mencionan en el acuerdo con el FMI–, hoy con el alza de los precios
de los combustibles tendrían que incrementar los subsidios en esta materia.
Me pregunto también si el gobierno nacional tiene decidido replanificar,
esto es, volver a distribuir, si ha vuelto a pensar o se ha sentado a pensar, de
manera equitativa los subsidios del transporte para evitar la inequidad entre las
provincias y, nuevamente, el AMBA, donde la diferencia con el interior profundo
es de hasta cuatro veces más lo que se paga respecto de lo que pagan los
usuarios en AMBA. Una medida concreta para los que menos tienen y para que
cualquier argentino, viva en donde viva, pague el mismo boleto de transporte que
pagan los ciudadanos que viven en el AMBA.
En cuanto a la economía del conocimiento, que sí fue un tema que
mencionó el ministro en particular, es inherente al interés, según dijo el ministro,
del FMI. Reitero, de acuerdo a las expresiones del ministro Guzmán, el desarrollo
de la economía del conocimiento es uno de los temas en los que más interés
tiene el Fondo Monetario junto al gobierno nacional. Por eso, le pregunté al
ministro si evalúan implementar un plan federal de fibra óptica con criterio de
integración. ¿Por qué digo con criterio de integración? Porque es necesario un
plan que invierta en todo el territorio nacional en la misma medida y no como
sucedió alrededor de 2015 en que la traza de la fibra óptica, en el caso de nuestra
provincia, Córdoba, se esquivó. Es decir, se esquivó la traza de la fibra óptica y
Córdoba quedó fuera de esa traza. Recién en 2018, ARSAT la repone y luego el
actual gobierno la mantiene, por lo que ya Córdoba cuenta con licencia para
operar.
Por último, quisiera compartir algunas reflexiones que en este mismo
sentido ya expresaron mis compañeros de bloque de la Cámara de Diputados
en la oportunidad de la media sanción, concretamente, el presidente de bloque,
mi compañero Carlos Gutiérrez.
Algunos puntos que me parecen importantes destacar, o por lo menos yo
quisiera destacar, y que fundamentan en buena medida por qué hoy es una
oportunidad, como se dijo aquí, para que, a partir de la sanción de este proyecto
de ley, que contiene este acuerdo con el FMI, podamos no solamente ser
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capaces del consenso y de poder hablar, discutir, debatir y hacer los aportes
necesarios desde todos los sectores para los distintos temas que son acuciantes
en la Argentina, sino que, además, seamos capaces de poder, en serio, de aquí
para adelante llegar a esos acuerdos.
Por eso, quisiera reivindicar el haber arribado a la votación de este
acuerdo que, claramente, es el logro –como dije al inicio– de un entendimiento,
más que de un consenso, de un entendimiento entre todos los sectores políticos
que en el Congreso de la Nación debieron sentarse para entender el porqué y la
importancia de que la Argentina pudiera entrar o no en el default.
El entendimiento entre las representaciones políticas que realmente
contribuye a desmarcar la línea de la grieta, que se mencionó aquí, pero que
claramente, no significa que estemos de fiesta. Si esto no va acompañado con
medidas concretas y urgentes, entre otras como las que acabo de mencionar,
realmente va a ser una simple curita para un cáncer que viene arrastrando el
país.
Porque si no hacemos los esfuerzos para superar la grieta
definitivamente, con la cantidad y gravedad de los temas que este Congreso va
a tener que asumir en los próximos tiempos, las internas de las internas no van
a contribuir en nada a resolver el problema de los argentinos.
La segunda reflexión es que está bien lo que expresan muchos de los
dirigentes, y yo comparto lo que expresan muchos de ellos respecto de dejar de
mirar hacia atrás. Si miramos hacia atrás, que sea para aprender cómo tener
realmente un futuro mejor.
En pocas semanas, el tablero internacional cambió con una velocidad
extrema –alucinante, diría yo–, y no hay mucho tiempo para discusiones que no
nos conduzcan a nada, que sean simplemente por el solo hecho de despuntar el
vicio de la política. Ya vendrán tiempos en que podamos discutir quiénes serán
los presidentes, los gobernadores y los intendentes.
Porque a quién se le hubiera ocurrido pensar hace unas semanas nada
más que se desataría una nueva y cruel guerra en Europa, allí, en ese mundo
occidental, que tiene en vilo al mundo por sus nefastas consecuencias. Me
refiero, por supuesto, a la invasión de Rusia a Ucrania, que viola cualquier
principio de paz.
Como dijo oportunamente mi compañero, el diputado Gutiérrez, pareciera
que en la Argentina estamos llegando tarde a todos lados. Seguimos pagando
muy caro la desidia y nuestros errores políticos como Nación. Los de ahora, los
de antes y los de antes de antes; y, en eso, me hago cargo y me incluyo. Vaya
el ejemplo de la ley de biocombustibles, la disparada de precios, la falta de
dólares, una posible escasez; y todo a raíz de esta nueva situación internacional
que nadie preveía.
Hace pocas horas nada más –como bien se mencionó aquí–, el ministro
de Energía parece que expresó con preocupación la posible falta de gas en el
país.
Sra. Presidenta (Losada).- Senadora, le pido que, por favor, vayamos cerrando.
Gracias.
Sra. Vigo.- Voy a ir cerrando, pero veo que todavía tengo algunos minutos
Sra. Presidenta (Losada).- Van 15 minutos.
Sra. Vigo.- Basta de querer tapar el sol con las manos. Creo que es urgente que
hagamos algo con AySA, con Edenor, con Edesur y con la revisión de los
subsidios y de la matriz energética en general. ¿Qué vamos a hacer con los
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subsidios del transporte? Necesitamos una urgente redistribución equitativa, que


aplique criterios objetivos y no seguir con que le saco a fulano para darle a
mengano, todo de manera discrecional.
Para cerrar, vuelvo a decir que es cierto que este acuerdo con el FMI evita
el default, pero son más ciertas aún la gravedad y la crisis, y la cantidad de
problemas que se vienen que nos están por caer en la cabeza. Si no hay
acuerdos en serio, como los hubo en otros momentos históricos y en otros
países, la Argentina seguirá de fracaso en fracaso. Creo que alguien ya lo dijo
acá o lo dijeron varios de los colegas senadores. Cada vez habrá más crisis, y
millones de argentinos seguirán más pobres y sin esperanza.
Por esto y porque la Argentina necesita dar este paso, presidenta,
adelanto mi voto positivo a este proyecto para que sea ley. Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Losada).- Gracias, senadora.
Tiene la palabra, senadora Solari Quintana.
Sra. Solari Quintana.- Muchas gracias, señora presidente.
Obviamente, como todos los que estamos aquí, valoro que el Poder
Ejecutivo haya mandado al Congreso este proyecto y estemos debatiéndolo en
el Senado hoy. Pero, claramente, también creo que coincido –o coincidiremos
todos– en que quisiéramos estar debatiendo sobre otra cosa que no sea el pago
de una deuda, porque, verdaderamente, como misionera y argentina, tener una
deuda me entristece profundamente y me preocupa. Y esa preocupación es
también la que me ha hecho pensar mucho acerca de la responsabilidad que
tenemos cada uno de nosotros.
Yo represento a Misiones, una provincia nueva y joven en comparación a
otras, con territorio pequeño, con menos población que muchas, pero que ha
transitado vastas experiencias en estos años, como todos.
Pertenezco al partido gobernante que gobierna mi provincia desde hace
veinte años. Y cuando en su momento el ingeniero Rovira resultó gobernador, le
tocó una provincia que tenía deuda: el 80 por ciento de la deuda en dólares; el
otro 20, claramente, en pesos. Entonces, como misionera, sé lo que significa
pagar una deuda. Porque, además, la pagamos con el trabajo y el esfuerzo de
todos y cada uno de los misioneros.
Pero nuestra experiencia es que nosotros pagamos la deuda. Y desde
hace varios años ya, tenemos autonomía fiscal. Sobre este tema voy a volver.
Cuando digo que pensé mucho en la responsabilidad que me cabe como
representante del pueblo de mi provincia, también pienso en la responsabilidad
que me cabe mirando, solidariamente, la realidad de otras provincias, que es
diferente a la que represento. Me refiero, puntualmente, a que todos sabemos
que hay provincias que tienen deudas, por ejemplo, en dólares. Entonces, no
dejo de ser solidaria y de sentir una enorme responsabilidad porque lo que
importa es que a los argentinos nos vaya bien, a todos.
Cuando digo que nosotros hemos transitado una experiencia muy rica, me
refiero a que para mí es muy significativo estar en una provincia y poder decir
que no debe. Pero la consecuencia de haber pagado nuestra deuda y de no
deber hoy tiene y ha tenido como eje, y sigue teniendo, determinadas políticas
públicas.
Entonces, a veces, en instancias como esta, como representantes, como
dirigentes, como gobernantes, nos toca tener que elegir un mal menor. No es
algo que enorgullezca para nada, pero sí pienso cuál es el mal menor: evitar que
la Argentina caiga en default, con todo lo que eso significa.
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Y cuando digo que quiero volver a reflexionar en dónde está el éxito, es


porque nosotros hoy podemos autorizar a que el Poder Ejecutivo negocie la
deuda con el Fondo.
Pero, para mí, lo importante es que el acuerdo que hagamos tiene que ser
con la gente. Y ese acuerdo con la gente, para mí –como misionera, como
provinciana–, también hay que mirarlo desde la enorme asimetría que hay entre
lo que son las provincias que estamos más lejanas y el centralismo. Hablo de
esto porque nosotros podemos aprobar una negociación o las facultades para
negociar, pero si luego el gobierno nacional no va a ejecutar políticas públicas
que miren a todos y que consideren lo que nosotros en este recinto podemos
defender –y, fundamentalmente, también si nuestros gobernadores, los poderes
ejecutivos, que saben que van y hablan con el Poder Ejecutivo nacional, no son
escuchados, entendidos y considerados para que cada uno de nosotros tenga
políticas acordes a nuestras verdaderas necesidades–, lamento decir que, por lo
menos en mi experiencia o en la observación que hago, la Argentina no va a
poder salir adelante.
Nosotros, definitivamente, necesitamos un país más federal, con
soluciones adecuadas a la realidad de cada uno, que no es la misma. Y esto
también uno lo puede observar dentro de la provincia y adentro del país. Lo digo
porque yo también considero que una de las cuestiones que ha sido de vital
importancia para el crecimiento y el desarrollo de mi provincia es la visión federal
adentro de la provincia para beneficiar y tener en consideración a todos y a cada
uno de los municipios que ha tenido el partido que ha sido gobierno –como dije–
desde hace veinte años.
Nuestra provincia hoy atraviesa –como todos los argentinos– la realidad
de la inflación, la realidad de la suba de los costos de los alimentos, que
repercute claramente en la vida de todos y cada uno de los argentinos.
Mi provincia también tiene una realidad, con un gobernador –por ejemplo–
que reclama porque el precio del combustible para nosotros es altísimo. Nosotros
no tenemos gas natural, pagamos una electricidad cara y, aun así, siendo una
provincia pequeña y con poca densidad de población en comparación a muchas,
estamos entre las ocho primeras que aportamos dinero al gobierno nacional, que
claramente no nos vuelve en esa proporción porque en la fila de la
coparticipación estamos últimos.
Por eso, digo que me toca elegir el mal menor, y el mal menor –
claramente– es brindarles, dentro de lo que es mi lugar y lo que me toca, lo que
yo considero que es estabilidad para los argentinos. La gente quiere estabilidad.
Pero espero, realmente, que las políticas que ejecute el gobierno nacional sean
teniendo en cuenta –como dije anteriormente– la realidad de todas y cada una
de las provincias y lo que cada una de las provincias necesita.
Por lo tanto, voy a acompañar este proyecto con mi voto, esperando que
esta responsabilidad y este compromiso que estamos revelando muchos de los
que nos encontramos aquí tenga una correlación desde el gobierno nacional.
Muchas gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Losada).- Muchas gracias, senadora.
Tiene la palabra, senadora Vega.
Sra. Vega.- Gracias, señora presidenta.
Le voy a pedir permiso para colocar en mi banca una bandera que
debemos abrazar todos, que es la bandera de la paz; que es válido no solamente
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para el conflicto internacional, sino también para lo que nos sucedió a nosotros
la semana anterior: el ataque a esta institución, que es la casa de las leyes.
El único camino, señora presidenta, es la…
–Se interrumpe la transmisión.
Sra. Vega.- …el nuevo siglo nos encontrará a todos unidos o dominados, y
muchos que hablan tanto de la doctrina se olvidan de eso.
Ahora bien, después de siete horas de debate y de escuchar a cada uno
de mis compañeros argumentando de una u otra manera, defendiendo o no el
proyecto que se está debatiendo, no hemos logrado un consenso. Porque esto
de la novela con el FMI se hizo bastante extenso. No hemos hecho más que
reafirmar lo que han establecido como tema de agenda, por un lado, el
establishment y, por otro lado, los medios monopólicos. Eso no nos permite
hacer un análisis integral de nuestra realidad. Eso no le permite al común de la
gente poder instalar sus temas del día a día en la agenda política.
Mire, señora presidenta, con respecto al conflicto Rusia-Ucrania, yo creo
que esa es la mirada de la mayoría de los estados del mundo. Sin embargo,
nosotros seguimos estancados en el pasado. Estamos entre el 2018 y el 2020,
discutiendo los errores del pasado, sin poder analizar cuáles son las fortalezas y
las debilidades que tiene nuestro Estado argentino frente a la debacle, frente a
la guerra.
Yo acompaño la causa y la debilidad, de la que se ha hablado acá, de
Ucrania. A mí me duele lo que pasa en Kiev y en muchas ciudades de Ucrania,
pero mi compromiso es con el pueblo de La Rioja. Y a ellos les gustaría que acá,
en este recinto, estemos hablando de sus problemas.
Ayer, me reuní con gente del sector molinero, y a ellos también les
gustaría que sus temas estén presentes. Pero nosotros estamos debatiendo y
peleándonos por el pasado.
Y de eso tenemos que aprender, porque, como lo dijeron algunos, es una
situación histórica. ¿En qué sentido? Por primera vez, se viene a poner en el
Congreso de la Nación una decisión que en un momento fue discrecional. Y hoy,
nosotros no vamos a dar una solución, sino que vamos a patear el problema para
varios años hacia adelante.
Entonces, frente a esa situación, a mí me urge lo que le pasa, por ejemplo,
a Nicolasa, una mamá de mi provincia a la que no le alcanza para poner la
comida diaria, que no le alcanza para comer el pan, y tengo que estar definiendo
y solucionando los errores de 2018.
En cuanto al endeudamiento que hoy pesa en el futuro de los argentinos
como una espada de Damocles, digo que tampoco vamos a dar la solución,
porque hoy se está tratando solamente de liberarnos de este problema. Pero no
se ha trazado un plan de acción.
Acá se ha hablado mucho de la soberanía nacional y de la necesidad de
la autonomía económica de la Argentina, pero no estamos haciendo nada para
lograrlo. Tampoco se ha acompañado a este proyecto que hoy se trata con un
plan de acción que, al menos, delinee lo que sería un compromiso de la
Argentina para ver si se dan las condiciones y si, dentro de cuatro años, la
Argentina va a poder pagar.
Una herencia muy pesada nos quedó para el 2022, después de la
pandemia y después de todo lo que hoy vive nuestro país.
Pero acá lo que me interesa es que el pueblo de mi provincia conozca
verdaderamente qué estamos debatiendo, cuáles son las cosas que, en muchos
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casos, no se dicen, porque los temas solamente se presentan en los medios de


manera sesgada. Por ejemplo, no se sabe que ninguno de los dos sectores
políticos mayoritarios ha hecho todo lo posible para que este acuerdo llegue de
otra manera acá, a nuestro recinto.
Por un lado, la debilidad del oficialismo sin el acompañamiento de su
propio sector. Como decían algunos periodistas: “Mucho fuego amigo”. Eso no
le hace bien a la Argentina. Por otro, la versión que manejan los medios. Muchas
veces, son obscenos el manejo y la manipulación de la información pública.
Solamente se presenta lo que a ese medio le interesa y no lo que es válido para
todos los argentinos. Parece que ellos no fueran de este país. Y todo ese
mensaje que ellos bajan es lo que queda en el subconsciente de la ciudadanía y
lo que después se repite.
Quiero darle un caso relativo a los errores que se cometen y de las
verdades a medias que presentan los medios: un hecho que ocurrió en febrero,
en mi provincia, cuando se trataba de explicar la cantidad de recursos que
recibían una u otra provincia, y se puso el mapa de La Rioja española para hablar
de mi provincia. Este es un ejemplo de todas las cosas que se comunican
erróneamente.
Por eso, es necesario –y creo que es la responsabilidad de cada uno de
nosotros que representamos a las provincias– llevar un mensaje claro,
contundente, y el compromiso de defender lo que aquí vamos a apoyar o no.
Por ejemplo, el pueblo, en su totalidad, desconoce todas las reglas que
violó el FMI. En todos los programas de política que he tenido oportunidad de
ver nunca se habla de estos temas. Por ejemplo, el Fondo Monetario sabía muy
bien la situación de debilidad y fragilidad financiera de nuestro país, por un
informe que le habían enviado los bancos extranjeros ya en 2017. Y, sin
embargo, por una decisión unilateral, discrecional, del Ejecutivo en ese momento
y una decisión similar del Fondo Monetario, la Argentina se encuentra hoy en
esta situación.
Si me permite, señora presidenta, quiero leer acá lo que dice la sección
V, en su artículo 5°. Dice: se establece que siempre que el Fondo considere que
un país miembro está utilizando los recursos prestados en forma contraria para
los que fueron facilitados, presentará un informe al país, pudiendo limitar el uso
de los recursos. Y, posteriormente, ante la falta de una respuesta satisfactoria,
podrá inhabilitarlo.
Y en su sección I, artículo 6°, dice: se determina que un país miembro no
podrá utilizar los recursos del Fondo para hacer frente a una salida de capitales.
Ante esa evidencia, la Institución pedirá medidas de control para evitar la salida
de esos capitales y, en caso de hacerlo, el Fondo podrá inhabilitarlo.
Bueno: todas esas reglas fueron incumplidas por el Fondo, y nosotros
nunca hicimos lo que corresponde: defender a nuestro país en los lugares que
corresponde, por ejemplo, en la Corte Internacional de Justicia.
Por otro lado, hoy, estamos urgidos todos por sacar rápido esta ley, como
si lo que vamos a aprobar ahora solucionaría el problema. Nunca, teniendo dos
años de gracia hasta llegar a este momento, se buscó, por ejemplo, un informe
sobre el secreto bancario para conocer quiénes fugaron los capitales. Tampoco
se ha pedido esa información en Estados Unidos para saber, fehacientemente,
a quién le debe la Argentina; cosas que corresponde hacer. Incluso, a la
denuncia que se hizo en contra del presidente le faltan muchos fundamentos y
cosas que el oficialismo podría haber hecho.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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Ahora bien: ¿qué pasa con la Argentina si no paga? ¿Qué le pasa a la


Argentina si entra en default, esa palabra que se ha puesto como una situación
fatalista para nuestro país? Hay que decirle a la gente que la Argentina no tiene
crédito desde el año 2018. Si el miedo al default significa no tener crédito, no
tenemos crédito. La Argentina, hoy, no tiene crédito en el mundo. Entonces, la
ciudadanía debe saber todas estas cosas, y no hay que venir a presentar acá
una verdad a medias.
El oficialismo tampoco hizo lo necesario para dar los pasos
correspondientes. Si el Fondo Monetario violó su propia carta orgánica, su
estatuto, habría que haber buscado los mecanismos para que la Argentina
pudiera tener la posibilidad de defender sus intereses. Eso no se hizo.
Estas reiteradas violaciones a su propio estatuto que llevó adelante el
Fondo Monetario no fueron puestas en la mesa, no se debatieron en los prime
time de la televisión. La mayoría de la gente desconoce todo esto que lleva en sí
la decisión que estamos por tomar esta noche.
Entonces, la Argentina está entre el oficialismo y una oposición. El
oficialismo, que no hizo todo lo que debía hacer previamente, antes de llegar a
esta instancia y estar urgido a que sí o sí tiene que salir hoy la ley, y como
Diputados la envió, y no se puede hacer nada más para cambiarla. Y una
oposición urgida a enjugar la culpa, pateando para adelante el problema; un
problema que se tomó por parte del Ejecutivo, en 2018, de forma inconsulta, de
forma discrecional, y que ha puesto a nuestro país en esta situación.
Mire, señora presidenta, para terminar, le digo que tomo las palabras de
John Adams cuando dijo que hay dos formas de conquistar y esclavizar a una
nación: una es la espada, la otra es la deuda.
Gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Losada).- Gracias, senadora Vega.
Tiene la palabra, senador Weretilneck.
Sr. Weretilneck.- Señora presidenta: obviamente que analizar, tomar una
decisión, evaluar este proyecto y este tema, tiene muchas particularidades y
muchos puntos de vista. Que senadoras y senadores voten por lo que siempre
creyeron en su vida que es una doctrina, me parece que es lógico y que está
bien. Ojalá todos, a lo largo de nuestra carrera política, pudiéramos ser
coherentes con lo que pensamos desde el primer día.
Si hoy una senadora o un senador votan por una cuestión ideológica, me
parece fantástico, y se tiene que sentir orgullosa esa persona de votar respecto
de eso.
Si alguien hoy va a votar por el pragmatismo de la política, ¿quién de
nosotros, alguna vez, en nuestro mecanismo de toma decisiones en el ejercicio
de la función pública, no ha tenido que hacer cosas que lo movilizaron?
Si alguien tiene que tomar la decisión por una obediencia partidaria,
¿quién puede tirar la primera piedra?
¿Qué quiero decir con esto? Que este debate, que este crédito, que esta
ley, tiene tantos componentes como cada persona, cada senadora o cada
senador pueda tener en su inteligencia y en sus sentimientos. Y aunque parezca
que no, porque pareciera ser que el debate es económico, que es técnico, este
es un tema también de sentimientos y es un tema de convicciones, es un tema
de intereses, es un tema que a cada una y a cada uno de nosotros nos atraviesa
de una manera distinta.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 101

Lo digo porque soy nuevo y no he estado en otras discusiones tan


profundas, pero si sacamos la cuestión religiosa, este es un tema muy muy
parecido al del aborto –muy muy parecido al del aborto–, porque se mezclan un
montón de situaciones al momento de tomar una decisión cada uno de nosotros.
Y yo quiero llamar a la reflexión a algunas senadoras y senadores que hoy
por la tarde, livianamente, se animaron a juzgar el voto de cada uno de nosotros.
Los que vamos a votar a favor no somos ni los salvadores de la patria, no somos
ni especuladores ni irresponsables.
Quien se anime hoy a juzgar nuestro voto en términos tan livianos... Me
atrevo a decir que todas estas palabras grandilocuentes de hoy por la tarde, del
consenso, del encuentro, del “ojalá tengamos una nueva oportunidad”, etcétera,
etcétera, son todas falacias, todas mentiras. Lo digo desde lo más profundo,
desde adentro. Si yo tuviera que votar –le digo sinceramente–, voto que no, por
lo que siento, por lo que me informé, por lo que leí y por lo que las tripas me
dicen. Se lo digo sinceramente, y pido disculpas, señores senadores y
senadoras.
Ahora, también entiendo que tengo que optar por el mal menor ante la
situación que estamos viviendo; de este atraso inexplicable del ministro de
Economía que, en 2021, prometió que en mayo se firmaba el acuerdo. En mayo
de 2021 prometió que se firmaba el acuerdo; y no puede justificar por qué tardó
tanto y no puede ni siquiera decir qué es lo que le sucedió en ese momento.
Pero aquí estamos. Me recuerda a esas historias de los siglos pasados,
de la barbarie, de cuando a un condenado a muerte le decían: “¿Querés elegir
entre la guillotina o la horca?” Y el pobre condenado a muerte, decía: “Bueno,
dame la horca que, por lo menos, voy a ver al verdugo”. Pero, aquí estamos.
Y dentro de lo que estuve leyendo, recomiendo un libro –es largo, yo no
lo terminé de leer– que es muy técnico, muy técnico. Se llama Crisis y
reestructuración de deuda soberana: una visión sistémica de la perspectiva de
los mercados emergentes, de Adrián Cosentino, Matías Isasa, Pablo Carreras
Mayer, Fabián de Achával, Mariel Coretti y Fabián Dall'O. Interesante. Y voy a
leer un párrafo porque, después, quiero ir a uno de los motivos.
Hoy a la tarde se analizó esta situación desde dos o tres puntos: desde el
déficit, si la deuda que se renegoció era de un gobierno o era de otro gobierno,
si había opción...
Nosotros –yo, por lo menos–, acá, lo que estamos analizando y juzgando
en términos políticos y económicos es si la decisión estuvo bien tomada o mal
tomada. Acá, lo que estamos analizando y juzgando es si la decisión fue la
correcta o no, si el Fondo Monetario cumplió o no cumplió. Estamos discutiendo,
analizando, evaluando políticamente, y ante la historia, si lo que se decidió hacer
se hizo o se hizo otra cosa.
Y de este libro quiero leer a quien prologa. Nadie lo conoce. Es un
americano que se llama Lee Buchheit. Voy a leer algunas cositas que me
parecen interesantes para dar mi primera hipótesis de esta situación.
Dice este hombre: “Los políticos en el país deudor estarán enfocados en
el hoy, en esta crisis y sus efectos de esta administración. Estarán predispuestos
en confiar en que la divina Providencia cuidará de su amada patria en el futuro y
proveerá cualquier auxilio que la próxima administración pueda requerir para
lidiar con los problemas de deuda que herede.
“Por su parte, los acreedores inmersos en una crisis de deuda soberana
en el siglo XXI estarán igualmente predispuestos a favor de una rápida, aunque
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 102

temporal, solución. En otros tiempos, cuando un banco prestaba dinero a un


prestatario soberano el banco esperaba estar allí para cobrar su dinero en la
fecha de vencimiento del préstamo. Ningún mercado líquido existía en aquel
entonces a través del cual los bancos pudieran fácilmente deshacerse de sus
activos soberanos. En ese ambiente, una reestructuración de deuda inadecuada
era simplemente el boleto de entrada a la nueva reestructuración, a la que las
mismas partes estaban invitadas”.
“Hoy en día no es así”, dice. “Los instrumentos de deuda soberana se
comercializan en mercados altamente líquidos”. Y les pido atención en esta
frase: “El éxito, para cualquier tenedor en cualquier momento del tiempo, no está
medido por si el deudor soberano eventualmente repaga su deuda. El éxito está
determinado por el hecho de si ese tenedor puede vender el instrumento antes
de que el amplio mercado reconozca que el deudor puede no ser capaz de
repagar su deuda. Si son sorprendidos por una reestructuración de deuda, los
acreedores actuales están consecuentemente motivados en devolverlos a los
instrumentos de deuda afectados en estatus de cumplimiento, pero solamente
por el tiempo necesario para poder venderlos a un precio decente”.
En ese momento –abril, mayo, junio, del año 2018– había fuga
permanente de dinero y pérdida de confianza en el gobierno; ya no era creíble.
Y había, en ese año, miles de millones de dólares que el gobierno de Cambiemos
tenía que afrontar. Y como se venía haciendo habitualmente, esos vencimientos
se iban “rolleando”, se iban proyectando hacia adelante. Y el mercado dijo no
hay más renegociación, no hay más recambio de deuda por más que nos quieran
pagar la tasa que nos quieran pagar.
Y en vez de reestructurar la deuda, en vez de renegociar los plazos, en
vez de renegociar las tasas, el gobierno de Cambiemos decide pagar al contado
esa deuda con el crédito del Fondo Monetario Internacional. Lo que en teoría
está en este libro se vio en la práctica. El Fondo y la deuda de los 50.000 millones
se utilizaron para pagar al contado, sin el menor intento de reestructuración y de
defensa del interés nacional, para que entre agosto del año 2018 y diciembre de
2019 se hayan pagado 37.149 millones de dólares en moneda extranjera y 6.072
millones en moneda nacional; 15.229 millones en letras; 10.750 millones de
dólares en Bonar; 5.427 millones a los bonos internacionales, y 1.577 millones
de discount, entre otras cosas.
Por eso es que digo que fue una decisión absolutamente equivocada. La
pregunta es si fue equivocada por un error de percepción o de decisión, o si fue
equivocada para devolverles la gentileza a quienes habían financiado los dos
años anteriores con 70.000 millones de dólares en ingreso de capitales a la
Argentina.
En los años 2016 y 2017, la Argentina recibió de fondos externos 70.000
millones de dólares, lo que un país como el nuestro recibe en diez años. Cuando
esos tenedores de bonos, bancos y fondos, se dieron cuenta de que el gobierno
no iba a poder devolver ese dinero, empezaron a cerrar el crédito. Entonces, el
gobierno decide recurrir al Fondo Monetario Internacional, con la excusa de que
es más barato y son otros plazos. Pero lo concreto es que los que vinieron con
el dinero se lo llevaron; y que no hubo ningún intento ni esfuerzo por defender el
interés nacional en ese momento.
Y voy a leer algo textual, que echa por tierra toda esta defensa de la ley
de administración financiera. Yo sigo insistiendo: este fue un crédito tomado por
una decisión de Dujovne y Sturzenegger, con el aval y el liderazgo de Macri.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 103

Podrán decir que los papeles están hechos... No hubo ningún decreto, no hay
ninguna documentación en ningún lado que justifique, técnicamente, esto. Y voy
a leer algo oficial que avala esto: el balance de gestión del gobierno de
Cambiemos del ministro Lacunza. La tinta es mala, pero es bueno. El ministro
Lacunza también hace un balance de para qué se usaron los 45.000 millones,
que son los que acabo de leer de un documento oficial.
El ministro Lacunza dice: En junio de 2018 se acordó un programa Stand-
By por 50.000 millones con una duración de 36 meses y a un costo más bajo al
disponible en el mercado. Sin embargo, a fines de agosto de 2018, se inició una
renegociación de los términos originales del programa que culminó el 26 de
septiembre de 2018 con la aprobación de un nuevo acuerdo por 57.100 millones.
Este acuerdo aseguró el financiamiento para los próximos años y redujo su
costo. Esto último es así ya que reemplazó deuda más cara –abre el paréntesis–
(que se hubiera conseguido en el mercado) –cierra el paréntesis–, por deuda a
tasas más bajas.
Entonces, ¿qué quiere decir? Y valida la otra cuestión: que la justificación
de haber utilizado el artículo 60 de la ley de administración financiera es mentira.
Porque el artículo 60 dice…, siempre y cuando esté vigente, porque hay dos
teorías: si la Reforma de la Constitución volteó o no esa ley, etcétera.
Cuando el artículo 60 permite la utilización, dice que es para mejorar
plazos y tasas de la deuda contraída. El ministro Lacunza, entre los paréntesis,
dice que es para la deuda que se podría haber tomado para refinanciar los
vencimientos para los que no tenían plata en ese momento. A confesión de parte,
relevo de prueba. Pero no lo digo yo, lo dijo el ministro Lacunza en ese momento.
También quiero agregar un trabajo interesante, porque a medida que uno
investiga, va descubriendo investigadores, autores... Se trata de un artículo
breve de la licenciada Magdalena Rúa, del Plan Fénix, que plantea lo que a
veces uno no puede decir en palabras.
Ella plantea lo siguiente: “Antes de que ingresara el primer desembolso
del FMI, el 22 de junio de 2018, las reservas internacionales arrojaban 48. 500
millones de dólares, y luego de haber recibido la totalidad de los fondos del
préstamo Stand-By, 44. 700 millones de dólares, en septiembre de 2019, las
reservas estaban en el mismo nivel al que se encontraban previamente”, 48.500
al inicio…
–La señora presidenta realiza manifestaciones fuera del alcance
del micrófono.
Sr. Weretilneck.- Ya termino, presidenta.
Quiere decir esto que cada vez que ingresaban los fondos del Fondo
Monetario Internacional, las reservas subían y al poco tiempo bajaban.
“Entre junio de 2018 y septiembre de 2019, las salidas por fuga de
capitales de residentes acumularon 36. 382 millones de dólares, mientras que
las salidas de no residentes por desarmes de portafolios alcanzaron una suma
acumulada de 10.151 millones...”. “En total, las salidas en conjunto por ambos
conceptos sumaban 46. 500 millones de dólares en el Balance Cambiario del
BCRA, superando los fondos desembolsados por el FMI”.
Esto se explica por el pago al contado contante y sonante de los
vencimientos de ese año, lo cual se ve agravado –y lástima que no tengo más
tiempo– por la inexperiencia, la liviandad, no se dieron cuenta... –vaya a saber
cuál es el calificativo– y no haber implementado un control de capitales como
hubiese correspondido.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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Dejo para agregar dos cosas. La primera, el anuncio oficial del Fondo
Monetario Internacional, en su mensaje oficial, cuando fija los cuatro ejes del
programa: restablecer la confianza en el mercado, proteger los segmentos más
vulnerables de la sociedad…
Sra. Presidenta (Losada).- Senador: necesitamos cerrar, por favor.
Sr. Weretilneck.- Ya estoy, presidenta.
… afianzar la credibilidad del marco de fijación de metas de inflación del
Banco Central y reducir progresivamente las tensiones de la balanza de pagos.
Ninguno de los cuatro objetivos se cumplió. Y el 22 de diciembre de 2021,
el Fondo Monetario dice que el informe también encuentra que el programa no
cumplió con sus objetivos, a pesar de las modificaciones significativas de la
política económica. Los rescates crecientes, junto con la fuga de capitales de los
residentes, ejercieron una presión considerable sobre el tipo de cambio.
Y después plantea que los directores lamentaron…
Sra. Presidenta (Losada).- Senador, le pido que cumplamos, por favor, con los
horarios pactados.
Sr. Weretilneck.- …que el programa 2018 no cumpliera con los objetivos de
restaurar la confianza en el mercado.
Bien, tendría mucho más para decir.
En concreto, en términos políticos y económicos, este acuerdo con el
Fondo forma parte de las peores malas praxis de un gobierno en la historia de la
deuda pública argentina. Hay que analizarlo en la toma de decisión política y
económica: los argumentos que se expusieron, los efectos que produjo y las
consecuencias. Ninguno de los tres –ni los argumentos, ni los efectos ni las
consecuencias– son los deseados para el bienestar de la Nación.
Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Losada).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Juan Carlos Romero.
Sr. Romero.- Gracias, señora presidenta.
La verdad es que hasta ahora aquí ha rondado, en esta reunión, la
búsqueda de culpables y la reafirmación de que con este acuerdo con el Fondo,
y el anterior, comienzan los males argentinos. Y esto no es así.
NI han comenzado los males argentinos con ese acuerdo del gobierno
anterior ni con este nuevo préstamo; ni se van a acabar tampoco.
Yo sé que los números son aburridos, no voy a hablar mucho de ellos.
Pero me gusta tomar series de años. A veces tomo series de 70 años para
demostrar la inconducta fiscal argentina. En los últimos 70 años, ha provocado
pobreza, aumento de la pobreza, falta de crecimiento y achicamiento del país.
Creo que es conciencia en la Argentina, y tal vez eso nos juegue en
contra, que fuimos una gran potencia y hoy sufrimos la decadencia. Esa es la
verdad. Y no encontramos el camino, como aquellas familias ricas que han
perdido la fortuna, para reponerla. Y solamente nos lamentamos, vemos los
culpables. Y no nos gusta discutir las soluciones. Porque las soluciones no son
fáciles.
Y acá hablamos de la mala praxis del gobierno anterior al tomar el crédito.
Bueno. Si no se hubiera ido al Fondo o el Fondo no hubiera prestado el dinero,
este riesgo de default de ahora, hubiera sucedido en ese momento.
–Manifestaciones en las bancas.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 105

Sr. Romero.- Repito, para que no me interrumpa el señor senador: si no hubiera


existido esta línea de crédito, este riesgo de default de ahora, ya hubiera
sucedido en el año que se tomó el primer empréstito, en el año 17.
Entonces, ¿qué quiere decir esto? ¿Y si tomo una serie más corta? Por
ejemplo, lo que va de la democracia, que ya va a cumplir 40 años el año próximo.
La deuda del doctor Alfonsín eran 50.000 millones. Como decía un cómico: qué
bien que estábamos cuando estábamos tan mal. Porque, la verdad, es que hoy
nos parece una cifra irrisoria. Y fue creciendo. Con Menem, a 84.000 millones;
con De la Rúa, a 136.000 millones; con Kirchner, en su primer gobierno, 172.000
millones; el segundo gobierno kirchnerista, 184.000 millones; el tercer gobierno
kirchnerista 230.000 millones; Macri, 312.000 millones y hoy, con el cuarto
gobierno kirchnerista, 336.000 millones. O sea, ha ido creciendo la deuda.
¿Qué vimos en este tiempo? Crecimiento de la deuda. Crecimiento de la
inflación; la relación con el Producto Bruto, que pasó del 32 por ciento, al 59 por
ciento y al 79 por ciento, ahora. La pobreza pasó de entre el 30 o 37 a más del
40. La inflación. Esos son los números.
Y en la Argentina tenemos el defecto de creer que repitiendo el mismo
modelo, en 70 años de intervención del Estado, de ahogar la producción, de
gastar más de lo que se tiene, vamos a salir a flote. Y eso no sucede.
Por eso, más allá del pesimismo, que en ambas fuerzas políticas la gente
más razonable haya acordado esta ley en Diputados y hoy podamos repetir esas
mayorías acá, es alentador en el sentido que es el camino que la Argentina
necesita en el futuro para que, a través de acuerdos de largo plazo, encontremos
las soluciones.
–Manifestaciones en las bancas.
Sr. Romero.- Le pido, señora presidenta, que pida silencio, por favor.
Sra. Presidenta (Losada).- Silencio, por favor.
Sr. Romero.- Gracias.
Entonces, es esa costumbre argentina de endeudarnos. Hagamos de
cuenta que esto no es la Argentina, sino que somos los particulares. Pedimos
crédito al banco. Usamos la tarjeta. Después nos enojamos con el banco. No
queremos pagar. Le echamos la culpa al banquero, al oficial de crédito y después
vamos y apedreamos el banco. Eso con la gente, generalmente, salvo cuando,
después de la crisis de 2001, se congelaron los depósitos, que fue una actitud
reprobable, eso no sucede. La gente se la aguanta. Y los argentinos, no. Los
argentinos gastamos más de lo que podemos y generamos un déficit.
Coincido con el señor senador por San Luis en que no deberíamos
endeudarnos. Porque la deuda es la fiebre que aparece por la mayor infección
que es el gasto descontrolado y por encima de nuestras posibilidades.
Ahora, cuando decimos… Nadie quiere usar la palabra ajuste. En la
Argentina está mal. Y también coincido en que no deberíamos usarla. Pero es la
verdad. Llamémoslo de otra manera.
Los países que salieron adelante en las últimas décadas –no después de
la guerra–, como Portugal y Grecia, lo hicieron con esfuerzo de toda la sociedad.
Y aquí comparto que el esfuerzo tiene que ser en todas las direcciones y
aquellos que más tienen deben hacer el mayor aporte. En eso coincido
absolutamente. Y no debemos empezar con esa idea reaccionaria de que el
ajuste son los subsidios, los planes sociales o las leyes laborales. No, es al revés.
Hay que empezar a cortar arriba: aquellas grandes industrias que tienen
protección.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 106

Entonces, el hierro argentino es el más caro, el cemento argentino es el


más caro, el vidrio para botellas es el más caro. ¿Por qué? Porque están
protegidos. Bueno, empecemos por los grandes protegidos. Y así hay que ir
haciendo un esfuerzo en el futuro hasta llegar al que ya está haciendo la gente
hoy. Con la inflación que tenemos, ya está haciendo un esfuerzo la gente debido
a la falta de trabajo y ya lo está sufriendo.
Entonces, esto es lo que deberían hacer los gobiernos. Y este gobierno
tampoco lo hace. Porque no ha mostrado una disciplina fiscal.
Se jactaron de decir que no había un plan económico. No sé cuál es el
plan antiinflacionario que dicen que va a anunciar el presidente, dos años
después de estar en el gobierno.
Y quiero decir por qué la situación es complicada. Porque aunque
tuviéramos la disciplina de no gastar más de lo que tenemos, el stock de deuda,
los 340.000 millones, incluido lo del Fondo, implica que todos los años habrá
vencimientos y renovaciones.
Consulté tres veces las cifras con los asesores por lo grandes que me
parecen, entre la deuda externa que vence en los próximos años y la deuda
interna que ha generado este gobierno en pesos, la cual he dolarizado para que
se entienda. Son cifras gigantes de renovaciones que va a tener que hacer el
país en los próximos años.
Los vencimientos de 2022 son, de aquí a fin de año, de 66.000 millones.
Eso es para renovar los bonos en pesos y en dólares.
El año próximo habrá vencimientos por 79.000 millones. Del 24 al 27, más
o menos, un promedio de 80.000 millones.
Entonces, esto quiero que quede claro porque tenemos que tomar
conciencia todos. Porque si para algo deben servir estos debates no es para
aumentar la confusión, sino para que tomemos conciencia de lo que debería ser
un modelo razonable pero que no está exento de dificultades, complicaciones y
sacrificios.
Aun si la Argentina en los próximos años no gastara más, no tuviera déficit
y acortáramos ese período que le dio el Fondo hasta el 25, igual habría que
amortizar deuda. Hay que generar confianza para que los tenedores de bonos
en pesos y en dólares renueven.
Cuando se renueva y no se tiene excedente para pagar los intereses, se
va acumulando. O sea que aun si no gastáramos más de lo que tenemos, la
deuda seguiría creciendo hasta que algún día tuviéramos superávit primario y
secundario para amortizarla e ir bajándola de a poquito.
Esto es lo que deberíamos hacer. Pero en 70 años hemos venido
pateando la pelota al gobierno siguiente. Y así la bola de nieve se hizo gigante.
Y cada tanto estamos estrangulados y caemos o volvemos al Fondo.
Esto es inconducta argentina de la dirigencia –no le vamos a echar la
culpa al pueblo– que hemos venido gobernando los últimos 70 años.
Y hay que decirlo aunque nos duela y tengamos afecto por muchos de
esos gobiernos: hemos venido gastando a lo rico, más de lo que el cuero nos
daba.
Entonces, la deuda interna en pesos, como dije, igual se dolariza y es una
cifra gigante. En dólares son 22.000 millones de esos que dije que se iban a
tener que amortizar. El gobierno anterior la hizo crecer 18.000 millones por año
y este, 22.000 millones.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 107

Entonces, ¿qué sucede? Tuvimos en el 21 una cosecha récord:


ingresaron más de 13.000 millones extras de la cosecha, más 4.000 millones
que entraron de los derechos especiales de giro, que los hemos utilizado. No voy
a inventar y decir: ¿A dónde se fugaron? ¿A dónde se fueron? ¡No! Se paga la
enorme cantidad de deuda que hay, que obviamente en un lugar de desconfianza
si alguien tiene un título y ve que está toda disparada la economía y el gasto y le
pagan un bono, va y compra dólares en la esquina. La famosa fuga. La famosa
fuga.
Yo creo que el déficit, obviamente, va a seguir creciendo si no hay una
voluntad de achicarlo.
La inflación. Siempre acá yo señalé el riesgo de que fuéramos en el
camino de Venezuela. No, ya nos pasamos. ¡Paren, nos pasamos! Nos
pasamos. Porque Venezuela, que tenía hiperinflación, la bajó al 3 por ciento, al
2 y pico en el mes de febrero. Dolarizaron la economía, lo cual no recomiendo,
pero lograron contener ese semejante desastre que hicieron en el país. Están
tratando de controlar la moneda.
A nosotros se nos fue la moneda: no podemos bajar del 4 por ciento de
inflación, no podemos corregir la inflación. Cada vez el número es más alto. La
última cifra, de 4,7, es una barbaridad.
Ahora el presidente va a anunciar –tal vez mañana– una guerra contra la
inflación. La palabra guerra es mejor no usarla en este tiempo, pero él usa la
palabra guerra contra la inflación. ¿Y qué pasó en este tiempo? ¿Contra qué era
la guerra entonces? Era la guerra entre nosotros, la guerra de buscar culpables.
¿Qué guerra teníamos? Yo espero que realmente haga algo serio para bajar la
inflación.
Aquí voy a hablar de fuga, para terminar con ese tema. En los últimos 15
años se fugaron o, como se dice técnicamente, se crearon activos en divisa
extranjera, por 172.000 millones. En 15 años, o sea, no es que Macri inventó la
fuga de capitales. No, los argentinos al no tener moneda… Hasta una maestra,
si puede, compra 200 dólares, si le permiten. Ese es el problema argentino: no
tenemos moneda. Y la destrucción de la moneda hace que no confiemos en el
ahorro. Si, además, el Estado se endeuda en pesos, le saca más dinero todavía
al sistema financiero. Hay menos recursos en pesos para préstamos, para
consumo, para inversión. El círculo vicioso.
De allí la fuga de capitales. No me animo de acusar de criminales a los
que acumulan activos en el extranjero, salvo obviamente que no sean
declarados. Pero aquella persona que declaró, que tiene en regla sus impuestos
y no confía en la moneda y compra divisas, yo no lo juzgo ni lo considero un
criminal. Por supuesto que hay gente acá que sí lo consideran criminales. El
sistema capitalista es así: es cruel, pero es el que hay.
Lo que nosotros tenemos que hacer es crear las condiciones para que la
gente traiga capital, porque cada vez que alguien trae un capital, después lo
tenemos en el zoológico y lo cazamos. Hay gente que blanqueó hace unos años,
confiados, y ya les pusimos un montón de impuestos: impuesto a la riqueza, les
aumentamos el impuesto al patrimonio. Es como cazar en el zoológico: los
hacemos entrar al zoológico y después mandamos a la AFIP para cazarlo dentro
del zoológico. ¿Por qué? Por la falta de recursos.
Ahora hay un proyecto en Diputados de volver a crear el impuesto a la
riqueza por diez años. Claro, sigamos cazando en el zoológico, pero nunca va a
parecer un animal nuevo, porque se van. El que se puede se va, el que puede
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 108

fuga porque no hay confianza. La misión de los gobiernos es generar confianza


para que vuelvan los recursos.
No vamos a cambiar hasta que no cambiemos la forma. Por eso es que
debería entenderse bien la actitud de quienes no pertenecemos al oficialismo.
Resolver el tema de la deuda es una política de Estado. No es un tema de buscar
culpables. Así como cualquier vecino trata de cumplir, de pagar el alquiler, de
pagar la cuota, de pagar la tarjeta. Un país no puede ser tramposo. ¿Qué
estamos proponiendo? ¿Un default? ¿Que vamos a denunciar al Fondo? Es
denunciar al banco, tirarle piedras. Es infantil esa conducta. Seamos serios, no
generemos deuda y, como dice el senador por San Luis, achiquemos la deuda y
no le vamos a deber nada a nadie. Entonces, si tenemos un excedente de
exportación de 15.000 o 20.000, lo gastaremos en las viviendas que propone el
senador por Salta, los gastaremos en los hospitales. Pero pedir plata prestada
para gastarla, no es negocio; no es negocio.
La minería, por ejemplo. En Buenos Aires, la burocracia centralista no
sabe de minería. Entonces, las pocas provincias mineras que tenemos, que son
amigables con la minería, tienen proyectos por cobre, por ejemplo, para poder
exportar 15.000 millones de dólares. Pero, ¿quién va a tomar una deuda en
dólares para invertir? Va a llegar aquí, va a traer los dólares y le van a dar 115
pesos, y cuando exporte el producto, que tenga que pagar el dólar de verdad
afuera, no le van a dar los dólares.
Entonces, la Argentina, como otros países vecinos –como Chile, como
Perú–, podría exportar lo mismo que exporta el agro en minería si tomáramos
conciencia. Pero tenemos tan trabada la economía, tan poco estímulo a la
producción, tanta amenaza con la falta de divisas que hay, tantas amenazas de
no poder exportar; tenemos restringida la exportación de carne. Ahora, intentan
castigar –si es que lo pueden hacer– a la cadena agroindustrial del aceite y de
la harina. Entonces, la gente va a decir: sigamos exportando granos; para qué
vamos a hacer aceite y harina si nos suben las retenciones. No estimulamos el
valor agregado; no estimulamos el crecimiento, y ese es el error. Por eso les
decía que lo nuestro es una tarea de responsabilidad. Y estos votos que esta ley
obtiene, son por responsabilidad.
Y pienso que, como oposición, vamos a estar cada vez que haga falta,
siempre que sean proyectos para mejorar la vida de la gente. No vamos a estar,
ni estuvimos, para acompañar ideas descabelladas: castigar a los jubilados, por
ejemplo; crear más impuestos. Los impuestos recaen sobre los pobres, la clase
media y los ricos, no. No vamos a acompañar; no vamos a acompañar proyectos
para castigar a la Justicia, para domesticar a los jueces y para avasallar a la
Corte; no vamos a acompañarlos. No vamos a estar en ninguna de las ideas
populistas. Convóquennos, acordemos temas serios y sensatos, que esta
oposición los va a acompañar.
Por lo tanto, reafirmo mi voto afirmativo.
Muchas gracias, señora presidenta.
Sra. Presidenta (Losada).- Gracias, senador.
Tiene la palabra, senador Luis Naidenoff.
Sr. Petcoff Naidenoff.- Gracias, presidenta.
No voy a hacer referencia a los aspectos técnicos; me parece que los
miembros informantes y los distintos integrantes de nuestro interbloque han
hecho hincapié en las particularidades del proyecto que hoy estamos tratando.
Solamente, quiero hacer una reflexión. Muchas veces reiteramos, en este
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 109

recinto, que en la historia política de la Argentina, el camino virtuoso y la


conjunción de la política y de la economía se ha dado de manera excepcional.
Hay momentos donde la economía se llevó puestos a modelos políticos y
otros momentos donde la mala política ha contaminado a la economía.
Creo que el problema argentino –lo ha dicho el senador Juan Carlos
Romero– es esencialmente político, y cada uno, en su cuota de responsabilidad,
en los distintos períodos de la historia en que nos ha tocado gobernar, tenemos
que hacernos cargo de la parte que nos corresponde.
Este tema, este tema que tiene que ver, justamente, con el
refinanciamiento con el Fondo Monetario Internacional, me parece que es el
mejor ejemplo del problema político que tenemos en la Argentina hace dos años,
desde que gobierna el Frente de Todos en el país. Este es un gobierno que, de
arranque, asumió con un gran desafío, con un hecho inédito, donde la Argentina
está marcada a fuego por un presidencialismo exacerbado; donde el presidente
actual en ejercicio fue elegido no por un congreso antes de la elección popular,
ni por un congreso nacional del PJ, ni por un frente, sino por elección de la que
hoy ejerce la Vicepresidencia del Senado de la Nación, y que ahora está ausente:
Cristina Fernández de Kirchner.
Y lógicamente que, cuando la Argentina está marcada por un
presidencialismo, eso es un desafío: conciliar desde el poder la conducción
política real y formal, que está en esta casa, que está en el Senado, y la persona
que fue elegida para ejecutar las políticas públicas de ese propio gobierno. Y
digo que es un desafío porque nosotros venimos del primer intento que fue la
Alianza, que también fue un frente, con distintas miradas, y cuando el primer
golpe artero, justamente en ese contexto se gestó en aquel tiempo, allá lejos y
hace tiempo, en el propio Parlamento, eso significó prácticamente el derrumbe
de un gobierno.
Nosotros aprendimos la lección, más allá de los errores, cuando nos tocó
gobernar con Cambiemos. Y miren la importancia de señalar lo que implica el
presidencialismo en la Argentina, que uno de los mayores activos que exhibió la
gestión de Cambiemos es que el presidente Mauricio Macri, desde 1930 a la
fecha, fue el primer presidente elegido democráticamente no peronista que
finalizó un mandato. Este es el fiel reflejo de la precariedad institucional, de la
inestabilidad institucional y de la mala política de la Argentina.
¿Y qué tiene que ver esto con el acuerdo con el Fondo? Bueno, nosotros
–lo señaló el senador Lousteau– llegamos tarde, prácticamente al límite, al borde
del precipicio con este acuerdo. El 21, si no hay acuerdo, ingresamos en default.
Pero estos dos años en la demora no estuvieron marcados por el intento
del gobierno o del Poder Ejecutivo o del ministro Guzmán… Digo ministro por ser
muy generoso. Por el negociador de deuda, porque no tenemos ministro de
Economía en la Argentina y hay que hacerse cargo. El gobierno tiene que
hacerse cargo.
Y en estos dos años, los esfuerzos de Guzmán no pasaban por lograr el
mejor acuerdo para la Argentina: era cómo conciliaban las pretensiones de la
conducción política real, del núcleo duro de la conducción política real, con un
acuerdo medianamente posible. Arrancaron –hay que recordar– en el marco de
la pandemia con esta idea de lograr un refinanciamiento a veinte años, cuando
la carta de intención del Fondo solamente establece un plazo de diez años.
Todos queríamos, pero sabíamos que el margen era estrecho, era imposible.
Como así también este tema de cómo podemos canjear la deuda con acción
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 110

climática, que desde el punto de vista de las pretensiones es un fin muy loable
pero, también, impracticable. Entonces, al final del camino, llegamos al límite,
con un mal acuerdo y desaprovechamos las medidas que se dieron para
fomentar, o como aliciente en el contexto de pandemia, para reprogramar los
pasivos de los Estados; llegamos tarde. Y por la mala praxis del gobierno, hoy,
se suma un contexto internacional desfavorable como consecuencia de la
invasión de Rusia a Ucrania, que afecta e impacta en el Estado argentino. Y
afecta e impacta en uno de los pilares que tiene que ver con el déficit fiscal y con
uno de los componentes centrales del déficit que tiene que ver con la matriz
energética. Y nos impacta con la suba de los precios internacionales. Y vaya que
sí impacta que la reducción de los subsidios se ve absolutamente afectada por
esta situación.
Entonces, desde que asumieron a la fecha, el no acuerdo entre una
pretensión ideal de cláusulas de imposible cumplimiento a la corta, nos llevan a
este cuello de botella.
¿Pero cuál es el problema político en la Argentina? El mayor problema
político en la Argentina, como no se resuelven las contradicciones internas, es
que hoy estamos evitando el default en la Argentina por la conducta y por la
responsabilidad política de la oposición. Si en la Cámara de Diputados, Juntos
por el Cambio... Sí, sí, ya va a tener tiempo de cerrar, senador Mayans, pero
recuerdo estos números. En la Cámara de Diputados, de los 201 votos
afirmativos, más de la mitad fueron de Juntos por el Cambio: 111. Si Juntos por
el Cambio no acompañaba, el oficialismo aportó 37 de los 75 que votaron en
contra. Eso es lo tremendo en la Argentina. Juegan con fuego. Y lo digo a modo
de reflexión. El oficialismo jugó con fuego. Este oficialismo, que intenta
diferenciarse o construir un relato de cara al futuro o de los sectores duros, juega
con fuego, con esta idea que les sirvió de arranque por la propia inoperancia en
la gestión, porque hay que hacerse cargo de todo. Nosotros nos hacemos cargo;
háganse cargo.
Lástima que no está la vicepresidenta. Se tiene que hacer cargo la
vicepresidenta de la República. Se tiene que hacer cargo de la situación. De esto
se tiene que hacer cargo. Porque quien ejerce o ha ejercido el poder y tuvo la
capacidad de exhibir, como lo ha exhibido, el éxito electoral de la construcción
de este Frente de Todos también tiene que hacerse cargo de los fracasos.
Cuando se ejerce el poder no se puede tener un comportamiento adolescente.
Repito, no se puede tener un comportamiento adolescente.
¿Saben por qué nosotros acompañamos esta media sanción; es decir, por
qué acompañamos el financiamiento y no el programa, que fue modificado?
Porque del programa háganse cargo ustedes. Y se tienen que hacer cargo, ¡eh!
De lo que van a ejecutar se hace cargo el gobierno. Nosotros acompañamos el
financiamiento. ¿Saben por qué? Porque la verdad es que es inadmisible. Miren,
en Diputados, puede ser que a veces haya algún discurso vehemente para la
tribuna –es comprensible–, pero que en esta casa federal algún senador o
senadora de provincia no acompañe este proyecto, resulta una irresponsabilidad
política.
Miren, acá hay senadores que representan a gobernadores. Por eso, hay
muchos del oficialismo que votan a favor. El 80 por ciento de las deudas de las
provincias es en moneda extranjera. Repito, el 80 por ciento de las deudas
provinciales. Creo que lo dijo el senador por Salta. Si estalla la Argentina, si
entramos en default, las provincias son un caos financiero. Se incendian las
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 111

provincias. Eso es lo que estamos evitando. No es para aplaudir, pero estamos


evitando eso. Quizás, sea el mal menor como consecuencia de la mala praxis de
un retardo de la negociación. Repito, como consecuencia de la mala praxis de
un retardo de la negociación
¿Ustedes creen que no afecta a la sociedad? ¿Creen que no afecta si la
Argentina ingresa en default con el tipo de cambio? Justamente, el senador
Romero hacía referencia a lo que significa, no la fuga, sino cómo los argentinos
se refugian en el dólar como consecuencia de la pérdida de la credibilidad de
nuestra propia moneda. ¿Cuánto se tarda con una corrida, cuánto tarda el
mercado paralelo para marcar los tiempos? ¿Qué va a pasar con la inflación si
no se evita el default? Si hoy no la controlan. Bueno, sí, está bien. El presidente
asume el desafío de la inflación a partir de… Bueno, de contar dos horas, ¿no?
A partir del viernes. Pero, ¿cuánto se tarda? El efecto del desabastecimiento,
de las inversiones extranjeras, que son muy mínimas pero que sirven para
grandes emprendimientos. Eso es lo que se evita.
Por eso, nosotros acompañamos, por un sentido de responsabilidad
política. Porque Juntos por el Cambio no es una fuerza testimonial. Es una fuerza
que ha gobernado y que tiene vocación de poder en la Argentina. Por eso nuestro
acompañamiento, y por eso es lamentable la especulación de algunos sectores
duros que no acompañan. Es lamentable, porque ustedes gobiernan.
La pandemia y la deuda le sirvieron al gobierno, de arranque, como un
paraguas protector para tapar la ineficacia y la inoperancia de la gestión. Pero,
como toda mentira, tiene patas cortas. Hoy estamos por abordar los
vencimientos duros; por eso evitamos el default. En los dos primeros años, acá
no hubo Fondo Monetario ni pandemia para echarle la culpa. Miren a la Rosada,
pero hay que hacerse cargo de la Rosada. Desde lo político, tienen que hacerse
cargo del presidente que se ha elegido en el marco del Frente de Todos, que lo
eligió la vicepresidenta de la República y también ustedes. Eso, como primera
cuestión.
Para terminar, porque el presidente del interbloque seguramente va a
cerrar con otro tipo de consideraciones, yo solamente quiero reflexionar con una
cuestión.
Para que una fuerza política aspire a llegar al poder… Bueno, tengo que
acordarme de los discursos de los que ha hecho gala el kirchnerismo para
transformar la realidad. El kirchnerismo ha hecho gala o jactancia de la
transformación de la realidad. Cuando le tocó gobernar, el kirchnerismo ha
demostrado su reconciliación con la sociedad para llegar al poder, para cumplir
con ese otro mito, que es el mito de que, en algún momento, el poder transforma
la vida de los argentinos; de que el kirchnerismo es el único garante, en los
últimos años, de lograr la redistribución de la riqueza en la Argentina; de que el
kirchnerismo es el único garante de terminar con la pobreza en la Argentina; de
que el kirchnerismo es el único garante de lograr crecimiento con inclusión social
y una visión productiva y agroexportadora en la Argentina.
¿Saben cuál es el problema? Que ese mito se cayó. Entonces, yo los
entiendo. Entiendo los silencios –que aturden– en esta casa, de muchos que no
han hecho uso de la palabra, de los que acompañan en silencio, hasta de los
que votan en contra o de los que se pueden abstener, porque la sensación de
los que han hecho gala y construyeron este espacio de poder es de frustración
política. Ustedes tienen una enorme frustración política. Y no me preocupa la
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 112

frustración política del Frente de Todos; lo que sí me preocupa es que esa


frustración y esas contradicciones se trasladaron al seno de la sociedad.
Entonces, han generado un estado de desesperanza colectiva, como
consecuencia de un presidente que está ausente, de un presidente que está
vaciado de poder, de un presidente que está aislado y, lo más grave de todo,
que está desorientado.
Ya han transcurrido dos años y pico; y falta mucho. Y con un presidente
desorientado, aislado, que ha perdido la mayoría política, porque vienen de una
derrota electoral, es responsabilidad de la conducción política –de la conducción
política– resguardar al gobierno. Es responsabilidad de la conducción política
hacerse cargo del gobierno. Es responsabilidad de la conducción política que
preside este Senado, como vicepresidenta de la República, resguardar al
gobierno; no tener un comportamiento adolescente, no jugar con fuego, porque
la situación en la calle es dura. Aprieta la inflación. Y el gobierno juega con fuego.
Y los sectores que posibilitaron el triunfo del Frente de Todos están jugando y
jugaron al default.
Es tan loco lo que pasa desde el punto de vista político en la Argentina,
es tan loco, que los extremos terminaron votando juntos: los libertarios con La
Cámpora, en Diputados. Bueno, estas cosas las logra el gobierno: los libertarios
con La Cámpora han votado juntos.
Cuando hablamos de responsabilidad política, miren: nosotros sí nos
hacemos cargo; por eso acompañamos. Y les dimos los dos tercios, porque
creemos que hay que tener visión de mediano y largo plazo; que no la tiene el
Frente de Todos; que no la tiene el gobierno. Ni hablar del presidente; no quiero
hablar del presidente. Reflexionen ustedes: el verano –ya se ha dicho mucho–,
la playa; reflexionen ustedes. Mañana, la inflación; reflexionen ustedes.
Para terminar, quiero decirles que falta mucho; falta mucho. Así como uno
cree que falta poco; falta mucho. Y tienen que ayudarlo a este gobierno. Nosotros
no cogobernamos. Nosotros somos oposición; y vamos a construir una
alternativa y, si las circunstancias se dan, no tengo dudas de que vamos a
gobernar en la Argentina. Pero guarda con la inestabilidad institucional. Acá hay
hombres y mujeres que tienen experiencia política. Y por la especulación de
corto plazo, los que articularon este triunfo, hoy están llevando al país al
precipicio.
Entonces, no miren afuera; no miren a la oposición; no miren al pasado; a
la pandemia. No, no, no. Es tiempo de que se hagan cargo. Es tiempo de que se
hagan cargo. Y así como conducen, también háganse cargo de los éxitos, del
triunfo y también del fracaso. Gracias, presidenta.
Sra. Presidenta (Losada).- Gracias, senador Naidenoff.
Tiene la palabra, senador Cornejo.
Sr. Cornejo.- Muchas gracias, señora presidenta.
Venimos desde el interbloque de Juntos por el Cambio a darle aprobación
a esta media sanción que viene de Diputados. Y venimos a darle aprobación en
unidad. La oposición unida, detrás de este proyecto.
No creemos que la situación de la Argentina cambie de la noche a la
mañana por esta aprobación; muy por el contrario, no generamos expectativas
positivas acerca de ello per se. Sí creemos, como se ha dicho acá
sostenidamente, que estamos contribuyendo con el país –y no con el gobierno–
a no entrar en default; y no es poca cosa. Se explicaron claramente los perjuicios
que traería entrar en default.
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En la Cámara de Diputados, por parte del Poder Ejecutivo, se intentó


hacernos votar tanto la autorización del financiamiento como un plan económico
que han negociado a espaldas con el Fondo Monetario. Se intentó en Diputados;
si pasa, pasa.
Actuamos con unidad monolítica en transformar ese proyecto en un
artículo que, como dice la Constitución y como dice la ley que sancionó este
Congreso en 2020, se apruebe solo la autorización de refinanciación y el nuevo
crédito que está tomando el gobierno argentino actual con el Fondo Monetario
Internacional. Es un nuevo crédito con el Fondo. Eso estamos aprobando; no un
plan económico.
Se han escuchado discursos del oficialismo y de la oposición; algunas
cosas realmente grotescas –grotescas para mí–, pero otras muy razonables;
más de un discurso de oficialismo y de oposición.
Con muchísima sorpresa escuché al senador Maurice Closs describir
desde el oficialismo por qué votaba favorablemente, con argumentos que
perfectamente más de uno de nosotros en esta bancada tendría; perfectamente.
Explicó el contexto de deuda. Explicó cómo se generó la deuda con el Fondo.
No tuvo que recurrir al relato de fuga. No tuvo que recurrir a mentiras, para
describir por qué era importante aprobar este refinanciamiento y financiamiento
nuevo.
Si se toma alguno de los discursos de nuestra bancada –por tomar uno
que fue muy didáctico y me sirvió mucho en esta oportunidad–, como el del
senador Martín Lousteau, no veo grandes diferencias entre cómo describió él los
problemas y cómo lo hizo el senador Closs.
Cuán cerca estamos en la Argentina de comprender que si nos hablamos,
nos escuchamos y no mezclamos el relato ficcionado –que trata de poner buenos
y malos, culpables e inocentes, blancos y negros, amigos y enemigos todo el
tiempo, en vez de buscar coincidencias acerca del origen de los problemas–,
probablemente a través de la deliberación pública estemos más cerca de la
solución de los problemas. Preocuparse tanto en explicar con relato los
problemas no los hace más sensibles a la hora de resolver esos problemas.
Ya acá se ha reconocido que tenemos un problema estructural con el
déficit; y que el déficit origina deuda. Pero no lo dijo Romero solamente, no lo
dijo Martín Lousteau; lo dijeron algunos de los propios senadores de la bancada
oficialista. Ese es un principio de entendimiento. Nos estamos comprendiendo
más de lo que incluso algunos esperábamos.
Entonces, si podemos tener entendimientos, si podemos lograr puntos en
común, por qué no nos esforzamos por avanzar aún más a partir de esta
aprobación. Pero el daño que hace el relato y el daño que hace cambiar los
hechos y estar más preocupados por cómo se lo explica, que por los hechos en
sí mismos, no nos permite salir adelante. Y vamos a seguir en un círculo vicioso
y no en uno virtuoso, como necesitamos si seguimos avanzando en esa
dirección.
El senador Romero habló del ajuste, palabra maldita; y vamos al relato.
La verdad es que llámenle como quieran, pero el mundo cree que la Argentina,
si no ordena su economía, no le va a devolver la plata al Fondo, a los bonistas
ni le va a devolver a los nacionales los pesos atados al dólar, como bien se
explicó. No le va a devolver a nadie.
Si no ordenamos nuestra economía, no solo tienen problema los bonistas,
sino también la empleada de comercio, el enfermero, la médica, el docente. Si
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no ordenamos la economía, vamos a seguir ajustando a los más débiles; vamos


a seguir ajustando a los más pobres; vamos a seguir ajustando a la sufrida clase
media argentina, que está en vías de extinción.
¿Qué es sino lo que se ha hecho en estos dos años de Alberto Fernández,
si no ha sido un ajuste? Han ajustado los ingresos. Los jubilados han perdido
casi un 5 por ciento promedio. Pero algunos han perdido el 12 por ciento y otros
el 18 por ciento. Lo dijo la diputada Vallejos; lo explicó en ese audio magnífico y
maravilloso, de sincericidio.
Se ha licuado por vía de la inflación el empleo registrado. Cada vez menos
empleo registrado tenemos en la Argentina si uno tiene una mirada larga. Y de
cinco trabajadores registrados, uno está por debajo de la línea de la pobreza; y
ese es el ajuste inflacionario. Con lo cual, ya tener trabajo no es sinónimo de no
estar en la pobreza.
Ajustaron al sector privado… He tenido que anotar porque son tantos.
Ajustaron al sector privado con nuevos impuestos o aumento de impuestos que
ya existían. Se frenó el consenso fiscal, que era una baja progresiva de ingresos
brutos. Asimismo, se creó el impuesto país; se aumentaron retenciones; se
impidió el ajuste por inflación en los balances; subieron los impuestos internos
sobre productos electrónicos; se creó una contribución obligatoria del 0,5 sobre
las primas de seguros automotores; y se sancionó el pomposamente llamado
impuesto a la riqueza. Han ajustado al sector privado. Eso es ajuste. En estos
dos años ajustaron el sector privado.
Con la emisión descontrolada y el cepo cambiario hoy, en promedio, se
gana en dólares la mitad de lo que se ganaba al principio de la gestión de Alberto
Fernández. Eso es ajuste; y la economía ajusta.
Pero si siguen con el relato no nos vamos a entender. Si siguen con el
relato y la mentira, difícilmente podamos alcanzar consensos y, vía de esos
consensos, soluciones.
Nadie piense que las reformas que necesita nuestra economía se van a
lograr si no hay consenso de oficialismo y oposición. Con lo cual, la búsqueda
del consenso es la primera obligación de Alberto Fernández; y no la riña, el relato
y la mentira.
Él ya está diciendo que este entendimiento con el Fondo que negoció
Guzmán… Que vino haciendo sarasa todo el tiempo –como lo explicó el senador
Naidenoff recién–: que primero eran veinte años, que después era a cambio de
activos medioambientales, que no sé qué y que no sé cuánto, para llegar al
mismo lugar que le había ofrecido el Fondo Monetario al principio; para llegar al
mismo lugar que los bonistas, en todo ese relato.
Entonces, si continúa con el relato y dice que este programa no implica
ajuste, sigue faltando a la verdad y mintiendo, porque bajar el déficit es un
elemento del orden de la economía. No le importa al Fondo si es aumentando
impuestos o bajando el gasto; le importa a la Argentina no tener una carga
tributaria cada vez más amplia. Le importa a un plan económico argentino, no a
un plan económico del Fondo Monetario, tener menos carga impositiva, liberar
al sector privado, para poder producir y no seguir estancados.
Necesitamos crear las condiciones con un alto consenso, para que el
sector privado pueda ofrecer una mayor oferta de bienes en la Argentina y
combatir la inflación, además de no emitir y además de las multicausales razones
por las que hay inflación.
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Se necesitan crear esas condiciones; y las debe crear el gobierno. ¡El


gobierno y el Poder Ejecutivo son los que tienen el plan económico! ¡El gobierno
es el responsable de orientar la economía de un país! ¡Es el Poder Ejecutivo!
Señora presidenta: estamos a minutos de que el gobierno cuente con una
autorización de endeudamiento; a minutos. Una autorización de endeudamiento
de un nuevo crédito con el Fondo Monetario Internacional. Y hemos aportado
desde la unidad de Juntos por el Cambio para eso.
Les pedimos al presidente y, por supuesto, a la vicepresidenta también –
con todo el poder que tiene y la influencia en el relato, fundamentalmente–, que
escuchen nuestras advertencias; no alcanza con este nuevo crédito al Fondo
Monetario.
Tienen que ejecutar un plan económico que cambie radicalmente el rumbo
de estos dos años. Tienen que cambiar el rumbo, porque de no cambiar el
rumbo, con acuerdo, con un nuevo financiamiento, no se va a detener la inflación
por sí misma; no van a crear condiciones de inversión por el solo
refinanciamiento o nuevo financiamiento con el Fondo; no vamos a crecer.
Vamos a tener problemas de precios y vamos a tener problemas de alta inflación;
probablemente problemas de desabastecimiento; probablemente, aunque
tengamos un acuerdo con el Fondo, si no cambian el rumbo, también pueden
generar corridas bancarias. Aunque tengamos el acuerdo con el Fondo, si no
cambian el rumbo, a la Argentina le puede ir peor de lo que le está yendo.
Por eso, la única oportunidad que tenemos y la oportunidad que tiene el
gobierno por el país… Y queremos acompañar, queremos crear ese clima. Por
eso, el entendimiento. Era más fácil ponerse en la vereda de enfrente –literal– y
tirar piedras. Era más fácil, pero más irresponsable.
La única oportunidad que nos está quedando es que se cambie ese
rumbo, que podamos convertir a las prebendas, que hoy se ofrecen, en trabajo;
a las mentiras, en verdades; al despilfarro público, en gasto austero e inteligente;
a la violencia verbal, en diálogo profundo, como creo que en algunos aspectos y
en algunos párrafos de esta deliberación hubo; a los atajos y a los privilegios
cambiarlos por igualdad de oportunidades.
En resumen, cambiar el rumbo para que la Argentina vuelva a ser un gran
país. Los argentinos nos lo merecemos. Muchas gracias.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias. Antes de darle la palabra al último
orador, solicito a las señoras senadoras y senadores se ubiquen en sus bancas
y se identifiquen.
Tiene la palabra, senador Mayans.
Sr. Mayans.- Muchas gracias, señora presidenta.
Bueno, en verdad, un debate interesante, por un tema que viene de la
Cámara de Diputados, en revisión, que es el acuerdo que se hizo en su momento
con el Fondo Monetario Internacional y que fue motivo de debates antes, ahora
y también después.
Ahora, ¿cómo viene esta media sanción? Viene con un acuerdo
importante. Son más de doscientos votos que trae el acuerdo. Y yo estuve
observando el debate en la Cámara de Diputados, todas las jornadas que se
hicieron. Fue también el presidente de la Comisión, senador Guerra, a trabajar
en forma conjunta allí. Estuvieron presentes los de la CGT; estuvieron presentes
los de la Sociedad Rural; los de la Unión Industrial. Pero indudablemente que la
presencia significativa, sobre todo para el Senado, fue la de los gobernadores;
estuvieron muchos gobernadores. Y la verdad es que no escuché ningún
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gobernador que se oponga a este tema. Por lo menos, no lo tengo registrado.


Creo que hay un gobernador que está en desacuerdo, pero en general los
gobernadores fueron a pedirles a los diputados que acompañen el proyecto.
La verdad es que tengo que destacar también allí la presencia del
gobernador Morales, que fue senador con nosotros, y que dijo claramente:
Estamos acá, porque esta deuda la hicimos nosotros y tenemos que ser
responsables. Esto lo dijo el gobernador Morales: Esta deuda la hicimos nosotros
y debemos tener la responsabilidad y la seriedad… Lo dijo ahí, cuando… No sé
si lo escucharon; no sé por qué les causa gracia, pero fue lo que dijo. Así que,
bueno, eso se llama sensatez.
El otro tema es el contexto en que nosotros estamos tratando esto. El
contexto internacional es duro, que sabemos cómo empezó, pero no sabemos
cómo termina.
Dos esquemas: uno, el de la pandemia. Vieron lo que está pasando en
China. Por lo menos, dicen que en este momento no hay ataúdes disponibles. O
sea, en una nueva etapa de la pandemia, con una nueva variante. Y que,
imagínense, en China todavía no están pudiendo resolver este tema, en Hong
Kong. O sea, otra mutación parece que está presente allí, en China. Y la verdad
es que es grave el tema. El otro tema es el de la guerra, que todavía no sabemos
cómo termina; no sabemos cómo termina, repito.
Dicen que la conversación de dos parlamentarios en Inglaterra, fue:
“Parece que mataron a un archiduque, ahí, en Sarajevo”. “Ah” –dice el otro–, “no
pasa nada”. Era el heredero del Imperio austrohúngaro. Eso fue el 28 de junio
de 1914. Treinta días después, el mundo estaba en guerra. Allí murió Francisco
Fernando, que era heredero del Imperio austrohúngaro. Iba a ser muy rápido lo
de Serbia: la primera semana hubo 20.000 muertos. Termina la Primera Guerra
Mundial con más de 20 millones de muertos. Y después, todos los
acontecimientos que le siguieron, las revoluciones, el Tratado de Versalles, la
Segunda Guerra Mundial y otros 50 millones de muertos. Se sabe cómo
empieza. Después, va escalando, va escalando, va escalando...
Pero la diferencia entre aquella guerra y esta es que, en este momento,
existen armas nucleares. Esa es la diferencia. ¿Ustedes vieron lo que pasó con
la economía? Que comenzaron a sancionar a Rusia, tomó una central nuclear y
cambió toda la variante económica de Europa. Y China dice: “Tranquilo”.
Bueno, ese es el contexto en el que está el mundo en este momento. A
veces, pasa el efecto retardado, como el caso de la pandemia, que dicen: “Pasó
en África”. “No, es ómicron, pero vamos a poder…” y fíjense lo que pasó. Bueno,
gracias a Dios tenemos vacunas contra esa cepa. Obviamente, nosotros en la
tercera ola llegamos a tener casi 1 millón de casos, pero cambió el tema en
cuanto a la terapia intensiva y todas esas cosas.
Este es el contexto. La primera vez que hablamos con Cristina –lo voy a
decir así, para unificar los bloques–, lo hicimos un tiempo largo. Lo primero que
hablamos fue del endeudamiento público. Y me dice Cristina: Mirá, no sé si este
nivel de endeudamiento se va a poder resolver, porque es tremendo; es
tremendo. Ella era senadora, yo también, y hablamos. Ya era vicepresidenta
electa –pero era senadora– y me dijeron para trabajar juntos en los bloques. Y
hablamos, justamente, del endeudamiento público. Y lo veía como un problema
grave, realmente.
Ahora, yo comparto lo que dijo la senadora por Córdoba, en el sentido de
que cuando miramos al pasado tiene que ser con una visión constructiva, o sea,
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para aprender del pasado, para no cometer los mismos errores del pasado y
para ver las consecuencias, porque en definitiva muchos dicen “No hablemos del
pasado”, pero el presente que estamos viviendo y el futuro, dependen de lo que
se hizo antes o del error que se cometió.
Acá, indudablemente, confrontan dos modelos; dos modelos. En nuestro
caso, como Perón decía que la conducción se mide por los resultados, entonces,
uno se pregunta cuál es el análisis que corresponde. Por ejemplo, el PBI, la
deuda, el empleo, el salario, la pobreza, la indigencia, el sistema previsional, el
déficit, los servicios, la inflación.
¿Y cómo termina el gobierno de Cristina? Lo digo, para ver cómo se
comportan los sistemas. El gobierno de Cristina termina con un PBI de 600.000
millones de dólares; 600.000 millones de dólares. Esa era la actividad por bienes
y servicios en el país.
Por ejemplo, con respecto a la deuda, yo presido la Comisión sobre la
deuda; y allí están los documentos. La deuda del gobierno de Cristina termina
con 222.000 millones de dólares; y los muchachos le agregan 10.000 más, para
achicar la brecha, ¿verdad? Sí, sí, Pablo. 232.000.
Ahora, además de eso, como presidente de la Comisión de Economía yo
me tomé el trabajo de decirle acá a Prat-Gay, que era el ministro de Economía:
“Diga, usted, señor ministro, de cuánto es el endeudamiento de la República
Argentina”. Esto consta acá. Lo comento, para que no digamos cosas que no…
Como el senador Cornejo habló de las mentiras… Lo digo, en el sentido de no
dar datos falsos.
Por supuesto, yo tenía la planilla acá y Prat-Gay tenía la misma planilla,
porque esa planilla la hace la Secretaría de Finanzas. A todos los miembros de
la Comisión sobre la deuda se les entrega esa planilla; y la seguimos entregando
todos los meses. Y Prat-Gay dice “222.000 millones de dólares es la deuda
externa argentina”. “¿Cuál es la ratio de deuda?”, le pregunto. “Es bajo”, me dice.
“¿Cuánto es?”, le digo. “Del 40 por ciento”, me dice. Lo digo para que quede...
No lo dije yo, lo dijo Prat-Gay: 40 por ciento de ratio de deuda. El 50 por ciento
estaba en dólares y el 50 por ciento estaba en pesos. Esta es la deuda certificada
por Prat-Gay, por la Secretaría de Finanzas de la Nación y por la Comisión
Bicameral de Deuda. Para que comencemos a decir las cosas como son. Esa
era la deuda.
El empleo era de 5,9: 6 puntos. Tampoco lo decimos nosotros. Decía la
propaganda del gobierno de Cambiemos que la Argentina se recibía en esas
condiciones.
El índice de la pobreza estaba, aproximadamente, en el 24 por ciento,
¿verdad?
La relación del salario –la diferencia– era de 1.000 pesos. Hoy, está
totalmente alejada. En ese momento era de 1.000 pesos.
Sistema Previsional, Fondo de Garantía Sustentable: 65.000 millones de
dólares. Sin déficit: sistema previsional sin déficit.
Después, había un déficit de 4 puntos del PBI, que estaba en los servicios
–después voy a explicar lo del tema del presupuesto–, en los subsidios que se
daban. Eran 4 puntos del PBI.
Y la deuda tenía, aproximadamente, 10.000 millones de dólares en el
presupuesto nacional para el cumplimiento de los pagos de la deuda.
La inflación, en ese momento, era del 24 por ciento.
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Este era el resultado de nuestro gobierno, de nuestro gobierno populista.


Ese era el resultado.
Cuando uno viene y trae la visión del cambio –porque traían la visión del
cambio–, se supone que todo esto lo vas a mejorar.
Vos traes un nuevo programa y le decís al pueblo argentino “con mi visión,
con mi programa todo esto se va a mejorar”. “Pero, señor: hay una inflación del
24 por ciento”. “No va a ser un problema la inflación. La inflación es una pavada;
lo resolvemos en dos minutos”. “El cepo cambiario tampoco va a ser problema.
Se van a comprar dólares en las farmacias; en un supermercado se van a poder
comprar dólares; un caramelero va a poder vender dólares, porque el programa
que nosotros vamos a traer va a traer lluvia de dólares e inversiones con las que
van a sobrar los dólares, y en la Argentina no van a faltar los dólares”. Esa era
la visión que se tenía de ese programa nuevo que venía.
Y me acuerdo de que en la discusión de Scioli –que fue el candidato– y
Macri, Scioli le decía todo lo que iba a pasar; y pasó. Y Macri le decía: “¡En qué
te convirtieron, Daniel! ¡En qué te convirtieron!” (Risas.) “Las cosas que estás
diciendo. No lo puedo creer”. Era parte del show de ese momento, que estaba
mirando todo el país. El debate lo estaba mirando todo el país, por supuesto, con
todo el esquema de marketing a favor de Macri, en ese momento, porque querían
terminar con el gobierno populista, obviamente: ¡obviamente!, ¿verdad?
Bueno, después viene el otro modelo, el mejorado, como el T-1000 en
Terminator. Estaba el modelo viejo, después estaba el T-1000 y después vino
otro modelo. Bueno, empezaron a aplicar el programa. El primer punto se
llamaba “sinceramiento cambiario”. ¡Esa es otra cosa en la que los felicito a
ustedes, porque le dan otro nombre y luce elegante! (Risas.) Aquel que es medio
tonto, dice: “¿qué es esto?” “Un sinceramiento cambiario”. ¡Espectacular el
nombre! Se llama “devaluación”, ¡brutal devaluación!, ¡brutal devaluación!
Sinceramiento cambiario…
Estuvo Prat-Gay acá y le digo: “¿Y cómo están los precios?”. “¡No, ya
estaba en 14!”. “Ah, ¿sí?”, le digo. “¿La balanza comercial también es igual?
Usted que es ministro, ¿ahora va a estar igual? ¿Por eso se va a guiar?” ¡Pero
cómo puede decir…! Ya hemos escuchado todas las teorías de los economistas
acá; no nos perdimos de una; ¡de una! Los hemos escuchado a todos. Yo, por lo
menos, tengo cuenta de… Después, voy a hacer los comentarios para algunas
cositas que dijo Luis.
Fíjense ustedes: se guía por la política cambiaria oficial; 9,78 era ¡El
comercio exterior se rige por eso! En ese momento era 9,78. Exportaciones e
importaciones que alcanzaban 150.000 millones se regían por el cambio oficial.
Después, está la especulación del dólar color azul. Dicen la otra vez: “¿Por
qué salió…?”. Porque le pusieron tinta de color azul, no porque oscureció todo.
Eso es todo un invento, no sé quién escribió eso. El dólar blue…
¡Claro! Importan al dólar oficial, negocian y venden al dólar blue. Esa es
la otra avivada argentina. Yo conozco eso… Luis y yo vivimos en una provincia
que es fronteriza. Esa es la gran maniobra, ¿verdad? ¡La gran maniobra!
Bueno, eso fue el sinceramiento cambiario.
Después, estaba el otro tema de los servicios: “Hay que terminar con el
déficit y hay que cobrar el servicio el valor que vale”. Entonces, le dije:
“Dolarizaron los servicios”. “Ahora, ya no va a haber más perdida”. “Sí, más vale
que no. ¡Más vale que no!”
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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Cuando discutimos acá, una empresa, de estas que eran amigos de Macri,
en el primer trimestre ganó 3.000 millones de pesos. En el primer trimestre tuvo
como utilidad 3.000 millones de pesos: ¡primer trimestre! ¡Lo dijimos acá! Ahí
está el abuso de ese sector.
Entonces, ¿qué pasaba? Una pizzería, que pagaba 6.000 de luz, de
repente pasó a pagar 90.000 pesos de luz. Entonces, dice: “No, no puedo pagar
esto”.
Hicimos, acá, una promoción donde le bajábamos un impuesto; nos
fuimos Massa, Pichetto, yo y unos cuantos, a decirle a un empresario, como un
logro del Parlamento: “Mire, acá le vamos a bajar el dos por ciento en esto…” Y
nos miraba el hombre… Y nos dice: “¿Sabe cuál es el problema, señor? Acá,
está el contador”, dice. “Explíquele”. La verdad es que pasamos vergüenza;
tuvimos que retirarnos medio despacito, caminando así para…. (Risas.)
“¿Cuál es el problema?”, le dice Pichetto, con esa alegría que él tiene.
(Risas.) Y el hombre le dice: “No, yo estaba pagando de luz 8.000 pesos.
Contador: ¿ahora cuánto viene?”. “No, no: ahora viene 160.000 pesos”. “Se da
cuenta, señor”, dice. Y el contador, le dice: “No, pero hay un problema”. “¿Cuál
es el problema?”, le dice. “Antes era bimestral”. “¡¿Cómo?!”, le dice. “Antes era
bimestral; todavía no pude pagar estos 160.000”. “¿Y ya me viene la otra?”. “Si,
por supuesto”. “¿O sea que estoy debiendo 360.000 pesos de luz?”. “Sí, por
supuesto”. “Entonces, esto no me sirve”, nos dijo a nosotros. “Esto no nos sirve.
Miren, legisladores: vayan a hacer otras cosas. ¡Esto no!”. Imagínense una
persona que pasa…
Ahora, cómo es la genialidad del equipo económico que le devalúa la
moneda en un 60 por ciento, le aumenta los servicios en dólares y pretende que
el trabajador, la pyme o la micro… Una cosa es la pyme, otra la micro y otra cosa
es la gran empresa que tiene una afectación menor, del tema energético, en los
costos.
Ahora, ¿cómo pretende que un trabajador, una micro o una pyme pague
en dólares cuando cobra en pesos? Esa fue la irracionalidad.
Y la cuarta irracionalidad fue “libre importación”; acá estamos en libre
importación. Entonces, pasó lo que siempre comento que pasó ahí, en La
Salada.
Está la gente ahí. “¿Y qué está pasando acá?”. “No, nos estamos
peleando con el señor, acá”. “¿Y por qué se estaban peleando?”. “Antes, no nos
peleábamos porque antes había tantos clientes que, nosotros, ni siquiera nos
dábamos cuenta”. “¿Y ahora qué pasa?”. “No [dice], lo que pasa es que con el
tema de la importación, el calzado que yo fabrico acá, en Once lo están
vendiendo a 25 dólares. Y yo, ahora, vendo a 50 acá”, dice. “¡Ah, la miércoles!”.
“Sí, porque viene de China. Viene en contraestación. Cuando allá es invierno,
acá es verano. Y cuando allá es verano, acá es invierno. Y lo que le sobra del
verano lo tiran todo acá, al costo”. Entonces, imagínese: están vendiendo a 25.
Y le dice: “¿Qué va a hacer usted?”. “Y, voy a vender a 25, también”, le dice. “¿Y
cómo lo va a hacer?”. “Me voy a convertir. Voy a vender todo lo que tengo y me
voy a convertir en importador”.
Le causa gracia a Cornejo. La verdad es que le debe causar gracia todos
los desastres que hicieron, ¿eh? ¿Verdad?
Se convirtió en importador el tipo. ¡Claro! ¿Para qué va a trabajar?
¡Solamente un tonto puede trabajar de esa forma! “¿Y qué va a hacer con la
gente?”. “¿Y qué quiere que haga?”, le dice. “¿Cuántos empleados tiene acá?”.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 120

“30 empleados”. “¿Y qué va a hacer?”. “¿Y qué quiere que haga?”, le dice. “Ya,
a partir de ahora, termino de vender esto y me convierto en importador”.
Esas fueron las cuatro medidas económicas… Sin que se ofenda nadie,
para que no se enojen, ¿eh? Porque, como dijo la senadora Vigo, hay que
reflexionar del pasado para no cometer los errores en el presente.
Eso fue lo que fracasó: desplomó la economía argentina. Desplomó tan
grande la economía que, cuando vino acá Sturzenegger, también consta en
actas, le preguntamos…
Todas estas cosas que dicen ustedes, que leen en el manual, de que hay
que ser responsable, hay que cuidar la inversión, hay que cuidar la devaluación,
no hay que hacer esto. Como decía… ¡Es tan bueno, como decía el cura este!
Y le digo: “Ya que usted habla de responsabilidad, ¿cuánto recibió de base
monetaria? Dígalo; yo tengo acá anotado: 532.000 millones. ¿Cuánto tiene de
base monetaria ahora? 755.000”. “¡O sea, emitió el 50 por ciento de base
monetaria, usted que habla de responsabilidad!”. “¡No! Pero hubo un
sinceramiento cambiario, senador”. “¿Ah, sí?”, le digo. Semejante devaluación.
“¿Cuánto tiene en LEBAC? ¡Un año hace que está en el gobierno!
¿Cuánto tiene en LEBAC?”. “¡766.000!” ¡Una base monetaria en LEBAC! ¡Una
base monetaria en LEBAC!
–Manifestaciones simultáneas.
Sr. Mayans.- ¡Sí! ¡Te voy a responder lo que pasa hoy con las LEBAC! ¡Te voy
a responder! ¡A Martín le voy a responder lo que pasa hoy con las LEBAC! ¡Sí!
¡Te voy a explicar! ¡Te voy a explicar lo que pasa!
Entonces, fíjense ustedes: en un año 766.000 millones. O sea, la base
monetaria del país estaba al 34 por ciento. Hoy, está en el 40. Está más caro.
Está peor, está. Estaba en el 34 por ciento.
Le digo: “Usted está instalando una bicicleta financiera impresionante.
¿En cuánto está la tasa?”. “En 34”. “¿Dolarizó la tasa?”. “¿Cómo va a ser
dolarizada, si es en pesos?”, me dice. “Ah, ¿sí? ¿Y a cuánto estaba el dólar el
año pasado?”. “A 16”. “¿Y ahora?”. “Y, a 16”. ¿Y cómo se llama eso?, bicicleta
financiera. Y esa era la lluvia de dólares que entraban, vendían y se llevaban a
una tasa del 34 por ciento, que no existe en el mundo. Entonces, Macri, le echó
a Prat-Gay por mentiroso. Lo tuvo que echar. ¡Claro, le hizo un desastre!”. “Me
mentiste. No me dijiste que ibas a…”. ¡Claro, ese es el político, el ingeniero, que
confía en el economista! Otro que confió en el economista, que vino con una idea
genial; y ahí tenés. Pero estábamos a seis meses de las PASO, de las
elecciones. Entonces, no podés decir…
Entonces, ¿qué hay que hacer? Lo que decía Duhalde: miente más
grande, que este sistema funciona. Y dale mentiritas. Y cada vez más LEBAC,
cada vez más LEBAC; y la estabilidad; y el dólar que se vende en la farmacia y
que se vende en el supermercado y que vende el caramelero. ¡Una ficción!
¡Totalmente una ficción! ¡Una ficción! Ganaron las elecciones. Y después,
obviamente, comenzó a zozobrar el barco.
Estuvo acá Caputo.
Sra. Fernández Sagasti.- Se cortó la luz justo.
Sr. Mayans.- Se cortó la luz un ratito.
Y dice: “¿Va a tener algún problema con el tema Montenegro?”. “No, no,
no”, dice. Claro, tampoco Caputo va a querer hablar del pasado porque él sacó
un crédito a 100 años. Imagínense ustedes: a 100 años; tremendo. Y después
comenzó ya…
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 121

Hasta que el señor Mercado –o sea, la parte privada– dice: “No,


muchachos. Ustedes ya no están en condiciones. Están pagando tasas al 84 por
ciento”.
Empieza el presidente del Banco Central con licitaciones semestrales.
Hay que reflexionar sobre esto para que no nos vuelva a pasar. Termina con
licitaciones semanales, ofreciendo 84 por ciento de tasa y nadie quería ya.
Decían: “No, este ya me está pagando de más”. (Risas.) Esto es para Martín y
para la gente a la que le gusta la economía. ¡Esto es para el Nobel!
Entonces, viene el default en pesos. ¡Hay que hacerlo, eh! No lo hace
cualquiera. Creo que es el único país del mundo que “defaultea” sus títulos en
pesos. Es para estudiarlo. Es para hacer una cátedra. Podemos hacer un libro –
más grande que el que nos mostró Weretilneck– sobre cómo se “defaultea” en
pesos.
Ahora, le pusieron otro nombre, bonito. Porque en la parte de marketing
ustedes nos superan, ampliamente. Entonces, dicen: “Vamos a hacer un
reperfilamiento de deuda”. (Risas.) O sea, trajo una motoniveladora, porque se
utiliza eso en la parte vial, y le pasa por acá, le pasa por acá… (Risas.) Eso es
un reperfilado. Entiendo que es un término vial.
Acá me dicen que se sacan las cejas, se ponen… ¡Qué sé yo! Eso se
llama reperfilado. (Risas.) En Mendoza, bueno. ¡Casi lo hacen un país
independiente! ¿Se acuerdan? (Risas.) Ella quería ser la embajadora o canciller
acá.
Díganme una cosa: ¿es elegante el término, o no? Reperfilado. Y vos
tenés que buscar en el manual qué quiere decir. “Este fue a la Universidad de
Harvard”. Fue todo una mentira tremenda, una manga de mentirosos.
Entonces, dice “reperfilado”. ¡A la mierda! ¿Esto qué es?
Bueno, ¿seguimos?
Sistema previsional; fondo de garantía sustentable. De 65.000 millones
cayó a 32.000 millones. ¿Por qué? ¡Y porque estaba la timba financiera acá!
Cayeron los títulos, cayó completo.
Sistema previsional. La primera vez que viene acá, 500.000 de déficit. Eso
no lo arregla ni Mandrake ni el mago Fafá. No sé quién dijo ahí que no le gustaba
el mago Fafá. A mí, me encantaba verlo al mago Fafá. ¡Ni Mandrake ni el mago
Fafá arreglaban eso! ¡Impresionante!
Ahora, hay que hacer eso con el sistema…
Entonces, te dicen, con semejante irresponsabilidad: “El fondo de los
jubilados”. “No hablemos del pasado”. ¡Pero más vale! (Risas.) ¿Qué vas a
querer hablar de esto? ¡Si tenés que ir preso! Si hablás del pasado, tenés que ir
preso.
¡Ni a propósito se puede hacer esto!
Bueno, pobreza: terminamos en el 40 por ciento.
Inflación. Veo que a ustedes les asusta el tema de la inflación. Fue del 54
por ciento, 54 por ciento de inflación. Es sencillo: se mide por la canasta.
Recontra impactados estamos: canasta 84 y salario 40 y pico, 50 por ciento.
Pero escuchen una cosita: un sistema u otro sistema… Pero ustedes no
pueden hacer una reflexión, sin enojarse, sobre cómo nos dejaron el gobierno y
cómo dejaron el desempleo, las pymes, las micro…
–Manifestaciones simultáneas.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Silencio, por favor.
–Manifestaciones simultáneas.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 122

Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- No dialoguen, por favor.


Sr. Mayans.- No pueden hacer una reflexión, se enojan.
–Manifestaciones simultáneas.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Silencio, por favor.
Estamos en los cierres.
Sr. Mayans.- ¡Cambia de color acá, el senador! Se pone pálido y me dice…
–Manifestaciones simultáneas.
Sr. Mayans.- ¡Pero no te enojes!
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- No pueden dialogar.
Sr. Mayans.- ¡Reflexioná!
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Continúe, senador Mayans.
Sr. Mayans.- ¡Reflexioná!
–Manifestaciones simultáneas.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Silencio, por favor.
Sr. Mayans.- ¡No te enojes! Te va a hacer mal. Te va a hacer mal y yo te aprecio
mucho.
–Manifestaciones simultáneas.
Sr. Mayans.- Pero vos tenés que agarrar y decir: “Mirá, esto, sí, es real; mirá lo
que hicimos”. Como dijo Morales, que estuvo bien Morales, aunque no les guste
acá: “Miren, esta macana hicimos nosotros, muchachos”. Hizo un aporte a la
sensatez. Me pareció bueno, aunque se enoje mi compañero de bancada.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Vaya cerrando senador Mayans, por favor.
Sr. Mayans.- ¡¿Por qué?! Si son cuarenta minutos.
–Manifestaciones simultáneas.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Treinta tiene.
Sr. Mayans.- ¡Pero si hicieron 20 y 20 ellos!
–Manifestaciones simultáneas.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Treinta tiene.
Sr. Mayans.- Se repartieron.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Vaya cerrando, senador.
Sr. Mayans.- Esta es la primera etapa.
–Manifestaciones simultáneas.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Ahora entramos… Claro, al primer tiempo.
Cuando se le acaba, a la señora esa que está haciendo el círculo… ¿Cuánto es
la superficie del círculo? ¿Cómo es? Pi por radio al cuadrado.
Dice: “Nos fuimos al Fondo…”.
–Manifestaciones simultáneas.
Sr. Mayans.- Sí, sí, pero esperá: falta la primera parte de la película.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Silencio, por favor. No pueden dialogar.
Termine de cerrar, senador.
Sr. Mayans.- No voy a poder terminar si estoy por cerrar. ¡Tengo 40 minutos yo!
Así quedamos con Naidenoff.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Treinta minutos tiene.
–Manifestaciones simultáneas.
Sr. Mayans.- Cuarenta minutos tengo. Ya estoy por terminar. No se pierdan el
final de la película.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Bueno: cierre, por favor.
–Manifestaciones simultáneas.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Silencio, por favor.
Sr. Mayans.- ¿Cómo se van a ir sin escuchar el final de la película?
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 123

–Manifestaciones simultáneas.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Silencio.
Sr. Mayans.- Dice: la economía quebrada…
–Manifestaciones simultáneas.
Sr. Mayans.- La economía quebrada; y van al Fondo Monetario Internacional.
¿Quién hizo este crédito? ¿El Fondo Monetario o el presidente de los
Estados Unidos? La habilidad que tenía Macri era que todo el día hablaba mal
de Venezuela. Ahora, si habla mal de Venezuela, se enojan los americanos,
¿eh? No digan más “Argenzuela” porque, ahora, había sido que Maduro es un
buen tipo, como Von Braun. Había un nazi bueno y había un nazi malo. Los nazis
malos vinieron a la Argentina. Von Braun es un nazi bueno que tiró 3.000 misiles
a Inglaterra. Bueno, ¡qué va a hacer! Y, ahora, Venezuela es un espectáculo: le
congelaron los depósitos. A Romero lo escuché decir que bajó la inflación. Ya
están hablando… ¡Es cierto lo que dijiste! Es cierto, no objeto. Pero ya comenzó
a cambiar.
Entonces, esto fue un crédito político. Primero, le dieron por 50.000 palos
verdes y, después, le aumentaron 7.000 más. Le apuraron en el tiempo electoral,
porque comenzaron a apurar el ritmo cuando se veía que el aliado se caía y no
servía, y le dieron 44.500 millones. ¿Le dieron para mejorar la producción
argentina, para un programa de inversión? Le dieron para pagar la usura. Lo dijo
Macri. Le tuvo que dar a los bancos, con los cuales se metió en usura, y a
nosotros nos dejó el pagaré. No a nosotros: al pueblo argentino le dejó el pagaré.
Eso dejó Macri: al docente, al policía, al niño, al enfermero, a quien sea, le dejó
el pagaré de 45.000 millones, que ahora hay que pagarlo, y encima no hay que
hablar del pasado. No hay que hablar del pasado acá; hay que venir y pagar.
Bueno…
Obviamente que la situación… Deuda, certificado también: 100.000
millones de dólares. Eso de que pagaron la deuda es mentira, porque si pagaron
tenía que bajar, así como dice Rodríguez Saá. No bajó. Trajeron 100.000
millones; se pagó usura con eso. ¿No son capaces de reflexionar eso? Más
100.000 millones de dólares de intereses.
¿Qué tuvimos que hacer? Emergencia financiera, emergencia sanitaria.
Emergencia completa: 27.541. ¡Emergencia, señores! Así entramos en
emergencia. Después, vino la emergencia sanitaria. Por supuesto que no
hacemos milagros.
Caída del PBI. En el 2019 cayó el 5 por ciento, sin ir a los años para atrás.
En el 2019 cayó el 5 por ciento. En el 2020 cayó el 9 por ciento. Bueno, gracias
a Dios ahora se recuperó el 10 por ciento y tenemos la esperanza de que siga,
porque la única forma en que podemos resolver este tema es creciendo.
Ahora, lo escuché a Espert: un criminal, realmente; es tremendo. “¡Hay
que cortar…!” ¡No sabe ni lo que está diciendo! Se ve que no estudió nunca ni
siquiera un presupuesto: no lo estudió; lamentable, realmente. “¡Hay que hacer
el recorte puro y cortar todo esto, que el gasto tiene que ser cero!” Bueno,
empecemos a ver: gasto social, 8.800 billones. ¡Gasto Social! ¡Que recorte! Con
la canasta que todavía cae y con lo que cobra el jubilado, le va a hacer un recorte.
¿Saben cuántos hay en el gasto social? Hay 9 millones de personas. Que me
diga Espert en donde recorta. Él come todos los días, se ve. Estos comen
salteado, ya.
Después, el otro gasto social –están reclamando el tema de los servicios–
es el tema del servicio económico: 2 billones; 2 billones de gasto social.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 124

Fíjense, ahí nomás ya hay 11 billones: 11 billones hay ahí. Y después está el
tema de la deuda pública, que está presupuestada en 1 billón. Ahí, hay 12
billones. Gasto de seguridad y defensa: 550 millones –pagan sueldos, no es que
se compran equipamientos ni nada por el estilo–. Y gasto gubernamental: 700
millones. Pero, ¿saben cuál es el problema de esto? Que estamos sin
presupuesto. No tenemos presupuesto; no votaron el presupuesto. No votaron
el presupuesto.
Sí, ustedes digan que le erramos, que la variante...
–Manifestaciones simultáneas.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Silencio, por favor.
Sr. Mayans.- No te enojes. ¡Te va a hacer mal, te va a hacer mal!
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Silencio.
Sr. Mayans.- La variante... A ustedes, la variante. Acá, como dijo no sé quién;
no sé quién se acordó de la variante acá. ¡No!
Entonces, nosotros, ¿qué estamos haciendo? Vemos cómo hacer para
aplazar esto, porque quién va a pagar 20.000 millones de dólares, aparte de la
deuda que tenemos.
Lo que sí es cierto es lo que dijo sobre que la deuda creció. Sí: de 320.000
que ustedes dejaron –consta en la comisión–, hoy se deben 366.000 millones:
40.000 aumentó la deuda. Es cierto: resultado de la pandemia, todo lo que se
pueda... Bueno, eso habría que verlo. Pero esta es la realidad de lo que nosotros
debemos, ¿eh? No sé quién dijo ahí si esto lo podemos pagar... Lo dijo, me
parece, el senador Romero –lo estuve escuchando hoy–.
Tenés LELIQ, por una base monetaria, al 40 por ciento –ahí está Martín,
que sabe de economía: ¡qué linda tasa!– y tenés deuda por 366.000 millones.
Bueno, comparto con el senador Cornejo que a este país lo arreglamos entre
todos o no lo arregla nadie.
Me faltaron un montón de cosas, pero se ve que se me fue el tiempo. Les
agradezco la paciencia a todos.
Entonces, analicemos, como dice la senadora Vigo, sin enojarnos, y
veamos cuál es el sistema que funciona.
Ahora, nosotros dijimos que íbamos a volver para ser mejores: hasta
ahora no lo logramos, pero si ustedes... (Risas y aplausos.) Muchas gracias.
Muchas gracias.
Si ustedes vuelven, como dice Macri, para ser más rápidos... ¡Uh, eso no
hay quién lo supere! No hay quién supere eso. (Aplausos.) Si van a ser más
rápidos, ¡no! Eso, ya no. Porque ahí va todo el programa de gobierno, incluido
todo lo que hicieron con el sistema.
Este país merece que le vaya bien; merece que le vaya bien. Hubo mala
praxis en muchas cosas, y la mala praxis son 366.000 palos, ¿eh?, más las
LELIQ. Eso sí que es mala praxis. Ojalá que podamos cambiar eso. Por eso, en
ese entendimiento…
Hay gente nuestra que no comparte esto. Algunos dicen que esto va para
peor y no quieren certificar esto con su voto. O sea que en mi bloque va dividido
el voto: algunos van a favor y otros van en contra.
Por eso, señora presidente, vamos a votar esta media sanción de
Diputados y vamos a ver qué nivel de consenso tiene acá, en nuestra Cámara
de Senadores.
Muchas gracias por la paciencia a todos los señores senadores.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Gracias, senador.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 125

Corresponde aprobar inserciones y abstenciones.


–Se practica la votación a mano alzada.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Resultan aprobadas.
Las abstenciones, por favor... Crexell, García Larraburu y Silvia
Sapag: tres abstenciones; bien.
Propongo, entonces, se vote por medios electrónicos el Orden del Día N°
1/2022.
Se lanza la votación.
–Se practica la votación por medios electrónicos.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Bien, resulta aprobado con 56 votos
afirmativos, 13 negativos, 3 abstenciones.
–El resultado de la votación surge del Acta N° 1.
Sra. Presidenta (Ledesma Abdala).- Se comunica al Poder Ejecutivo.
No habiendo más asuntos que tratar, queda levantada la sesión. Muy
buenas noches a todas y a todos.
–Son las 23:06.

Carlos Di Cola
A/C DIRECCIÓN GENERAL DE TAQUÍGRAFOS

7. Apéndice
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 126

CONVOCATORIA
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 127
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 128

ACTAS DE VOTACIÓN

Acta Nº 1

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INSERCIONES
Las inserciones remitidas a la Dirección General de Taquígrafos para su publicación son las
siguientes:

1
SOLICITADA POR EL SEÑOR SENADOR LEWANDOWSKI
(O.D. Nº 1/22.)

Señora presidenta:
Hoy estamos tratando un tema de vital importancia para nuestro país, para nuestras
provincias y para el futuro de nuestro pueblo.
Durante el debate parlamentario hemos escuchado a dirigentes, a los representantes de
los trabajadores, a cámaras sectoriales, a funcionarios que han expresado su apoyo a la firma
de un acuerdo de facilidades extendidas con el Fondo Monetario Internacional.
Nuestro problema no es el acuerdo, el problema de los argentinos es la deuda totalmente
irresponsable que se contrajo. Irresponsable desde el monto solicitado. Irresponsable desde los
compromisos y los plazos acordados, pero sobre todo irresponsable en el destino y la aplicación
de esa deuda.
¿Cómo se usó este préstamo? A partir de 2018 el gobierno anterior ya no pudo
refinanciar la deuda que ellos mismos habían tomado, por lo que reemplazó el financiamiento
externo vía colocación de bonos en los mercados financieros internacionales con fondos
provenientes de préstamos concertados con el FMI.
En junio de 2018 se dieron a conocer los detalles de lo que fue el primer acuerdo en
formato Stand-By con el FMI, que pasó a ser la principal y única fuente de financiamiento de
divisas ante el cierre de los mercados voluntarios de deuda.
Según el memorándum firmado entre la anterior gestión y el FMI, el acuerdo era por un
período de 36 meses y por un monto de DEG 35.379 millones –alrededor de 50.000 millones de
dólares– con un primer desembolso de 15.000 millones de dólares luego de la aprobación del
programa. El monto asignado casi triplicaba el monto máximo que ese organismo le podía prestar
a nuestro país como miembro.
Para que tomemos dimensión de la magnitud de los volúmenes: según información del
propio FMI, este organismo autorizó durante 2020 financiamiento por 107.357 millones de
dólares a 85 países para hacer frente a la pandemia del COVID-19, de los cuales finalmente
desembolsó unos 59.100 millones de dólares. Entonces, si se comparan los desembolsos que el
FMI dio a la Argentina contra los que dio a 85 países durante la pandemia, la diferencia fue de
15.100 millones de dólares. El gobierno anterior pidió un monto cercano a lo que el FMI les prestó
a 85 países del mundo para hacer frente a una pandemia.
Creo yo que esto es algo que no podemos olvidar: Argentina recibió el préstamo más
grande de su historia y también el más grande de la historia del FMI. Debemos hablarle claro a
la gente, sin eufemismos: hoy estamos tratando la aprobación de una operación de crédito para
refinanciar una deuda tomada en el año 2018. Además, el acuerdo realizado por el expresidente
Mauricio Macri no pasó por este Congreso, incumpliendo con los artículos 4° y 75 de nuestra
Constitución Nacional que marcan que debe ser el Poder Legislativo el encargado de autorizar
este tipo de empréstitos.
Además, si vemos a donde fueron destinados los fondos recibidos, no fueron a obra
pública, no fueron a la reconversión de la matriz energética, fueron aplicados a la formación de
activos externos, si lo queremos denominar de manera elegante, pero para que la gente lo
entienda, se destinaron a la timba financiera y la fuga de capitales.
Por eso, señora presidenta, hoy estamos, no ante un buen acuerdo, estamos ante el
mejor acuerdo de refinanciación que se pudo conseguir. Desde mi punto de vista, entrar en
cesación de pagos nos llevaría a grandes problemas económicos, sociales e institucionales con
fuertes consecuencias y efectos sobre nuestras provincias, sobre nuestro entramado productivo
y sobretodo con mayor incidencia en los sectores más desprotegidos y vulnerables.
Lamentablemente, el pueblo argentino conoce bien al Fondo Monetario Internacional y
las consecuencias de sus intervenciones en las decisiones de un país soberano. Nosotros,
señora presidenta, no volvimos a traer al FMI a la vida de los argentinos, pero sí seremos otra
vez la fuerza política que resuelve el problema.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 130

2
SOLICITADA POR EL SEÑOR SENADOR TORELLO
(O.D. N° 1/22.)

Señora presidenta:
Un par de días atrás, llegó a mis manos una copia de un decreto firmado por mi bisabuelo
en el año 1921 en condición de ministro del presidente Yrigoyen. En él se reconocía la
independencia de Ucrania. Un siglo después, volvemos a discutir en torno a cuestiones saldadas
como la independencia y soberanía de los países.
Este cuestionamiento no es retórico, los ucranianos pierden a sus seres queridos, se ven
forzados a dejar todo y abandonar ciudades devastadas. A 40 años de la guerra de Malvinas,
recordamos nuestro propio dolor como argentinos, hermanos y amigos, de quienes lucharon por
recuperar las Islas. Y yo me pregunto: ¿no hemos sido capaces de aprender hoy, en el 2022,
que si queremos obtener resultados diferentes no podemos utilizar recetas que la historia nos
demuestra fracasadas?
Hoy vivimos en democracia, sin embargo, nuestra economía posee indicadores peores
que los de Ucrania. Nos encontramos en un frustrado combate contra el déficit fiscal, que había
sido prácticamente saneado al momento de concluir el gobierno de Juntos por el Cambio –lo
bajamos a 0,5 por ciento a fines de 2019– y que en la actualidad vuelve a tener cifras
extravagantes, 9 por ciento en este bienio. Todos sabemos que la deuda es la hija del déficit
fiscal y el déficit es producto del gasto…Se pudo hacer el esfuerzo y lo hicimos.
Los datos del oficialismo plasman mentiras fácilmente rebatibles, no vamos a tolerar
manipulaciones. La relación PBI-endeudamiento no es de las más dramáticas, pero, al ser un
país que no genera confianza, tenemos vedado el acceso al mercado de capitales para poder
financiarse a tasas razonables. Algunos colegas aplauden un default, impulsando un daño auto
infligido sin importar que generará pobreza, inflación y frustración del futuro, con el único
propósito de sostener un relato.
Nos encontramos aprobando un nuevo empréstito con el FMI, por ser el único acreedor
que nos presta a una tasa menor para cubrir el actual déficit primario, como expresamente
admitió el ministro Guzmán y el presidente del Banco Central de la República Argentina en la
carta de intención firmada. Es lamentable que el canje de deuda del año 2020 no haya producido
impactos positivos en la tasa de endeudamiento, ni haya permitido acceder al mercado de
capitales.
El gobierno también sabe que el FMI constituye una parte menor de nuestra deuda,
apenas el 11 por ciento. Pero persiste en presentar al Fondo como el enemigo, escondiendo las
cifras completas del endeudamiento que representan varias veces el monto de este acuerdo.
Es una pena que los miembros del Poder Ejecutivo nacional, suscriptores de la carta
intención con el FMI, renegociadores de la deuda de 2020, vengan a esta Casa para mentirnos.
Concurren con sus discursos preparados sin responder las preguntas de los representantes del
pueblo y las provincias; se aferran al relato en la convicción de que, repitiendo una mentira, esta
se transformará en verdad.
Entre las falsedades declamadas por el gobierno, se encuentra la supuesta legalidad de
este acuerdo de facilidades extendidas frente a la presunta ilegalidad del Stand-By 2018. En el
artículo 1º del proyecto de ley, objeto de este voto, se hace referencia al cumplimiento del artículo
75, inciso 7 de la Constitución Nacional y del artículo 2° de la ley 27.612. El Stand-By del 2018,
al igual que los distintos acuerdos con el FMI, siempre fueron aprobados por el Congreso
conforme a las normas vigentes. En las leyes de presupuesto se establecen los montos de
endeudamiento de la República y en el artículo 65 de la Ley de Administración Financiera se
faculta al Poder Ejecutivo a negociar mejores términos de esa deuda. El gobierno no cuenta hoy
con una ley de presupuesto porque eligió el camino de la confrontación, la falta de consenso y
hoy está obligado a acordar con la oposición para aprobar el nuevo endeudamiento que
incrementa el monto de deuda con el FMI, en cinco mil millones de dólares. Asimismo, sancionó
la ley 27.612, a los fines de intentar exonerarse de una responsabilidad propia del Poder
Ejecutivo nacional según lo establece la Constitución Nacional en el artículo 99 y evitar una causa
judicial, como la que iniciaron a nuestro gobierno y a gobiernos anteriores, iniciadas por los
endeudamientos con el FMI.
Tenemos profundas discrepancias con el gobierno, pero la más relevante es que somos
una oposición responsable y constructiva. Formamos parte de un bloque plural y, por ende,
puertas adentro tenemos diferencias, pero jamás alentamos rencores ni ideologizaciones, porque
priorizamos los intereses del pueblo y, por ello, no podemos permitir un default.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 131

Como oposición reivindicamos el principio de honrar nuestras deudas. La continuidad del


Estado y el bien de la república siempre están por delante de nuestros intereses personales,
honrando el mandato popular encomendado.
El gobierno necesita firmar este acuerdo porque es el único organismo que le presta
dinero a menor tasa. Celebramos que el oficialismo en esta oportunidad no recurra a los líderes
de otras naciones, que nos financiaron a tasas usurarias en dólares con el fin de mantener el
relato. Entendemos que la decisión de acudir al FMI como lo hicieran los gobiernos anteriores
fue en beneficio de la patria y no por falta de recursos de sus aliados políticos. Reitero que
lamentamos que se siga pidiendo dinero para cubrir el déficit fiscal primario que había superado
el gobierno anterior. Este gobierno gasta más de lo que ingresa incrementando nuestra deuda
como nunca nadie lo hizo, 65,000 millones de dólares en solo dos años.
El Honorable Congreso no debe estar discutiendo el relato. El gobierno pretendió que
este cuerpo aprobara su plan económico en el tratamiento de este acuerdo con el FMI: Nosotros
esperamos escuchar un plan antinflacionario consistente destinado a regenerar una confianza
que permita contar con una moneda estable porque hoy el 50 por cierto de los argentinos son
pobres y sin estabilidad ni moneda es imposible luchar contra ese flagelo.
Es inaceptable que recibamos como únicas propuestas aumentos de impuestos,
restablecimientos de retenciones, ampliación de los controles de precios y chicanas. No
podemos permitir que el sector privado pague los desaguisados de la gestión pública y el déficit
de la política. Debemos escuchar: la política debe hacer el esfuerzo para equilibrar sus propias
cuentas y facilitar el desarrollo del sector privado y no insistir en un menú de recetas fracasadas…
Estamos a tiempo de torcer el rumbo. La norma en consideración es la segunda versión
del acuerdo con el FMI, porque debieron eliminar el artículo 2° y suprimir los fundamentos
mendaces y agraviantes. La democracia republicana es posible y se asienta en la construcción
de consensos.

3
SOLICITADA POR EL SEÑOR SENADOR SNOPEK
(O.D. N° 1/22.)

Señora presidenta:
Creo que es importante comenzar estos breves minutos que tengo para poder
fundamentar mi posición, dejando en claro que hoy estamos discutiendo sobre una deuda que
nunca se ha debido tomar.
Retomando, si no comprendemos el pasado –y estamos hablando de nuestro pasado
reciente, no es historia antigua–, no vamos a poder entender cómo llegamos a este presente y,
algo que es más importante, menos vamos a poder discutir cómo mejorar la situación respecto
al futuro.
El análisis sobre la deuda tomada por el gobierno de Cambiemos en el año 2018 y todo
lo que implica –cuánta deuda se tomó, bajo qué condiciones, para qué se iba a utilizar la plata,
dónde terminó ese dinero– es fundamental para entender por qué hemos vuelto a recurrir al FMI,
una receta que ya habíamos probado con resultados estrepitosos, que desembocaron en
diciembre del 2001. Y ese análisis es importante para ver cómo podemos hacer para volver a
caminar sin dar un paso hacia adelante y cuarenta y cuatro mil pasos hacia atrás.
¿Cómo no reivindicar hoy al gobierno de Néstor Kirchner, cuando en diciembre de 2005
tomó la decisión de pagarle la totalidad de la deuda al FMI? Eso, a mí modo de ver, es soberanía
política. La independencia económica no es una consigna o un eslogan: es eso que el entonces
presidente Kirchner puso en juego, cuando se sacó de encima al Fondo, de quien señaló
“presionaba para políticas que perjudican la economía (…) provoca dolor e injusticia”.
Repasemos, entonces, cómo llegamos al año 2015: “recibimos un nivel de deuda
bajísimo, de los más bajos del mundo, no conozco un país que tenga un nivel de deuda tan bajo”,
“ la Argentina hoy tiene niveles de endeudamiento bajísimos tanto a nivel de gobierno como a
nivel de las empresas como a nivel de las familias”, “el gobierno argentino hoy tiene una deuda
neta (…) de 20 por ciento del PBI, si le sacamos de esos los organismos internacionales 16 por
ciento y de esos 16 puntos 8 denominados en moneda extranjera, es una deuda realmente muy
baja” –todos textuales del por entonces ministro de Economía de la Nación, Nicolás Dujovne–.
La situación de Jujuy en 2015, para hacer un paralelismo que viene a colación: deuda
del gobierno provincial de 8 millones de dólares. Sí, escucharon bien, 8 millones de dólares:
tengan presenten el número para cuando lleguemos a la situación actual.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 132

Llegó entonces el gobierno de Cambiemos al poder, con Mauricio Macri, sí, y con Nicolás
Dujovne, Gerardo Morales y muchos otros dirigentes que hoy se ponen la camiseta de la
“responsabilidad”. ¿Y qué hicieron?
Quiero destacar aquí dos puntos de lo que hicieron en materia económica, porque son
los que vienen al caso: 1) habilitar a las provincias, entre ellas Jujuy, a tomar deudas en el
extranjero en dólares de manera irresponsable; 2) recurrir al FMI y tomar la mayor deuda de la
historia de nuestro país, aun cuando nuestra Constitución Nacional es clara y explícita en sus
disposiciones del artículo 75, que establece las atribuciones del Congreso. En el inciso 7, se
dispone que corresponde al Congreso arreglar el pago de la deuda interior y exterior de la Nación
y en su inciso 4 dice que también es su facultad contraer empréstitos sobre el crédito de la
Nación. Es decir, que solo el Congreso puede autorizar la toma de deuda por parte del gobierno
de la Nación.
Más aún, la Constitución indica que es atribución del Congreso aprobar o desechar los
acuerdos con las demás naciones y con las organizaciones internacionales. El FMI es una
organización internacional –de acuerdo al derecho internacional– integrada por casi la totalidad
de los países del mundo, por lo cual un acuerdo alcanzado con aquel debe ser también sometido
a la aprobación o rechazo del Congreso. Eso no ocurrió en 2018.
En 2019 llegó el Frente de Todos al gobierno: veíamos a la Argentina en una situación
desesperante y nuestra consigna fue “volver a poner a la Argentina de pie”. ¿De qué situación
estamos hablando? Desocupación, pobreza, indigencia: 1 de cada 2 compatriotas es pobre. En
términos de deuda, también lo podemos traducir en números: 44 mil millones de deuda con el
FMI a nivel nacional y, dato no menor, más de 1.000 millones de dólares de deuda del gobierno
de Jujuy.
Tocó afrontar esa situación: renegociar con el FMI una deuda impagable y todo en el
marco de una pandemia. Desde el bloque del Frente de Todos advertimos la gravedad de la
situación y la necesidad de que el FMI dé explicaciones sobre la deuda, con dos cartas enviadas
durante 2020 y 2021, mucho, muchísimo antes de que comenzara todo este ruido en torno al
posible acuerdo.
Allí hicimos hincapié en la falta de cumplimiento de los estándares que el FMI establece
y resaltamos que el propio organismo, en su artículo 6°, impide utilizar los recursos para hacer
frente a una salida considerable o continua de capital, poniendo el ojo en la formidable fuga de
capitales que se produjo una vez consumado el préstamo.
También advertimos sobre las declaraciones de Mauricio Claver Cardone, asesor de
Donald Trump, y actual presidente del BID. El propio Claver Cardone dijo, explícitamente, que
todo lo extraordinario que rodeó al préstamo se explicaba en que “Trump pidió que el FMI otorgue
el préstamo para que Mauricio Macri ganara las elecciones, ya que lo consideraba un aliado
estratégico".
¿Qué fue lo que intentamos hacer desde un comienzo? Poner en un primer plano la
irresponsabilidad del entonces presidente Mauricio Macri y de las autoridades del FMI. Algo que
no se soluciona cambiando las autoridades del organismo y maquillando un discurso: nosotros
queremos saber qué ha pasado con esos 44 mil millones de dólares que se anunciaron, que los
argentinos nunca vimos y que hoy ponen la soga al cuello de toda una Nación que no resiste
ningún tipo de ajuste.
El año pasado, el Congreso aprobó la ley 27.612 que en su artículo 2° dispone,
específicamente, que “todo programa de financiamiento u operación de crédito público realizados
con el FMI, así como también cualquier ampliación de los montos de esos programas u
operaciones, requerirá de una ley del Honorable Congreso de la Nación que lo apruebe
expresamente”. Esta ley no solo viene a ratificar los principios sentados por nuestra Constitución
de que todo acuerdo con una organización internacional debe ser aprobado por el Congreso,
sino que habla concretamente de aquellos concluidos con el FMI.
Finalmente, respecto a la temporalidad de la ley 27.612 y su aplicación a este caso, más
allá de lo que ya marca la Constitución, este futuro convenio a concluirse con el FMI se trata de
un nuevo acuerdo, que incluirá, de acuerdo a los detalles que se han hecho públicos, nuevos
créditos y desembolsos del organismo para pagar los vencimientos del anterior acuerdo. Por ello,
no caben dudas que rige lo dispuesto por el artículo 2° de la ley 27.612, en línea con lo
establecido en el artículo 75 de la Constitución Nacional.
Este nuevo acuerdo nos someterá a 11 revisiones, 11 aprobaciones y 11 pagos del FMI,
y quiero dejar en claro que nuestra Argentina no resiste más ajuste, más marginación. Lo que
tenemos que darles a los argentinos, desde Ushuaia hasta La Quiaca, es una hoja de ruta que
hable de cómo vamos a generar trabajo, no de si se ajusta un punto más o menos en las tarifas.
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Hace falta un plan de empleo integral, ese tiene que ser nuestro norte y con ello –y solo a partir
de ello- podremos pagar. Quiero poner el acento en este punto: tenemos que pagar en la medida
de nuestras posibilidades.
Escucho decir “es el mejor acuerdo posible”, bueno, yo pienso que la política tiene que
estar para ampliar el límite de lo posible, no para acatarlo. Si hablamos de la política como una
herramienta para transformar la realidad, es porque queremos cambiar las cosas, no resignarnos
a que podrían estar peor.
Entonces, llegamos a hoy, marzo de 2022, y yo veo demasiadas cosas que me hacen
ruido y que, básicamente, considero que están mal:
- No sabemos qué ha pasado con los 44 mil millones de dólares.
- No hay responsables de un préstamo que incumplió de por sí con todas las
normas.
- No hemos podido reestructurar la deuda y sólo hemos generado una
refinanciación.
- La refinanciación y la capacidad de pago de Argentina no se basan en un
programa de reactivación económica y generación de empleo, sino en uno de
ajuste.
- Las provincias siguen sin rendir cuentas de los préstamos contraídos y se les
deja abierta la posibilidad de incurrir en nuevos préstamos en moneda extranjera.
A mí me parece que la aprobación de este acuerdo solo será un dolor de cabeza para
nuestro país, que sentará precedentes negativos:
- No habrá responsables de lo sucedido.
- Legitimamos un préstamo ilegítimo.
- No atendemos la urgencia del empleo.
- Suscribimos a un ajuste.
- Incentivamos la toma de nuevos préstamos.
Creo que es momento de parar la pelota. De discutir lo qué pasó de una manera tal de
que no vuelva a ocurrir. No podemos hacer la vista gorda sobre lo que ha pasado, así como
tampoco podemos mirar para otro lado sobre los problemas más apremiantes de la Argentina: la
pobreza, la indigencia, el desempleo, la inflación, la inseguridad. Eso hoy no lo estamos
debatiendo y es una deuda más que urgente, nuestra deuda interna. ¿Cómo puede ser que
estemos hoy centrando el debate político argentino en dónde y cómo hacer un ajuste, y no en de
qué manera generamos puestos de trabajo para los millones de argentinos y de argentinas que
no pueden acceder a un empleo?
Soy de los que piensa que esos problemas solo pueden combatirse con un plan integral
de generación de empleo y no veo siquiera una alusión a esto. Perón decía “gobernar es crear
trabajo”, nunca es tarde para escucharlo.

4
SOLICITADA POR LA SEÑORA SENADORA SAPAG
(O.D. N° 1/22.)

Señora presidenta:
Como anuncié en mi intervención en el recinto, adjunto a continuación la carta que desde
el bloque del Frente de Todos le enviamos a la directora gerente del Fondo Monetario
Internacional en noviembre de 2020:
“De nuestra consideración:
El Poder Ejecutivo de la República Argentina, en su carta del 26 de agosto pasado, ha
invitado formalmente al Fondo Monetario Internacional (FMI) a una misión, para iniciar las
consultas y comenzar las conversaciones tendientes a acordar un nuevo Programa con el
organismo que usted dirige.
Ante esa situación, nos parece necesario repasar la historia de la relación entre la
Argentina y el FMI, realizar algunas precisiones y formular algunas propuestas, que le permitan
a nuestro país encarar el sendero del desarrollo económico.
1. Las negociaciones que se iniciarán próximamente serán para superar el
“cancelado y descarrilado acuerdo Stand-By 2018 (SBA)”. Resulta obvio que, si este
SBA hubiera resultado exitoso, hoy no estaríamos ante la necesidad de tener que
acordar un nuevo Programa.
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2. Es entonces necesario entender qué es lo que falló al momento de


gestionarse los fondos que tan irresponsablemente ese organismo le prestó a la
Argentina; cuáles fueron los cálculos que hicieron pensar a los técnicos, funcionarios y
directivos del FMI, que nuestro país podría obtener excedentes externos suficientes
como para afrontar los vencimientos que se previeron en ese entonces, cuando en
realidad resultaba claro desde el inicio que los mismos serían de pago imposible, como
así lo manifestaron oportunamente analistas locales e internacionales.
3. Resulta importante entender con claridad la cuestión planteada
precedentemente, porque de ella se deriva la responsabilidad de cada parte –el Gobierno
de Argentina y las autoridades del FMI de ese momento- en lo actuado hasta el presente.
Asumir la responsabilidad de cada parte es esencial para que la negociación que
próximamente se inicie resulte transparente, efectiva, de buena fe y sobre todo; para que
los resultados que surjan de la misma contemplen la proporcionalidad de la
responsabilidad compartida en el rápido, desproporcionado e inútil endeudamiento con
ese organismo al que llegó nuestro país.
4. Hoy, tanto en la Argentina como en el Fondo han cambiado las
autoridades. Así como nuestro nuevo gobierno, encabezado por el presidente Alberto
Fernández, se ha hecho cargo de una realidad económica francamente difícil, derivada
del elevado y desproporcionado nivel de deuda en que la anterior gestión embarcó a la
Argentina con la coparticipación de ese organismo, es de esperar que el Fondo adopte
una actitud equivalente. Hacerse cargo de la responsabilidad proporcional que cada
parte tiene, permitirá no solo negociar el próximo Programa en igualdad de condiciones,
sino también que los costos de las decisiones erróneas o equivocadas se repartan en
forma equitativa.
5. En ese sentido, y siempre con el afán de contribuir al entendimiento
mutuo, es de resaltar que el propio Estatuto del Fondo expresa, en su Artículo VI, que:
“Salvo en el caso previsto en la Sección 2 de este Artículo, ningún país miembro podrá
utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o
continua de capital, y el Fondo podrá pedir al país miembro que adopte medidas de
control para evitar que los recursos generales del Fondo se destinen a tal fin. Si después
de haber sido requerido a ese efecto el país miembro no aplicara las medidas de control
pertinentes, el Fondo podrá declararlo inhabilitado para utilizar los recursos generales
del Fondo”.
6. Según la información que se conoció inmediatamente después de los
primeros desembolsos efectuados, esos fondos, en lugar de engrosar las reservas
internacionales del BCRA, se dirigieron a financiar la fuga de capitales mediante el
aumento en la formación de activos externos. Recientemente el BCRA ha publicado el
informe de deuda, donde da clara cuenta de esta situación cuando afirma: “Entre mayo
de 2018 y hasta que fueron establecidos los controles cambiarios más estrictos en
octubre 2019, del total pautado con el FMI llegaron a desembolsarse cerca de USD 44,5
mil millones. Estos fondos junto a las reservas internacionales abastecieron una fuga de
capitales del sector privado, que alcanzó los USD 45,1 mil millones…”.
7. Por eso, nos resulta de interés conocer cuáles fueron las medidas de
control que el Fondo solicitó a la Argentina en ese contexto, ya que, a nuestro entender,
ello no sólo no ocurrió sino que, además, ese organismo continuó con los desembolsos
sin considerar esta situación; a pesar de que era informado diariamente por las
autoridades argentinas de ese entonces, sobre la evolución de las principales variables
económicas, fiscales, financieras, bancarias y cambiarias.
8. Dado que, según los elementos de juicio que consideramos, no estaban
dadas las condiciones para continuar con los desembolsos, habida cuenta del
incumplimiento del Artículo VI, nos permitimos suponer que si los mismos igual se
efectivizaron se debió, principalmente, a consideraciones de tipo político y no a aspectos
técnicos o institucionales.
9. Estas suposiciones no solo están basadas en noticias periodísticas que
dan cuenta de las pretensiones del Presidente de los EEUU, Donald Trump, de ayudar
al entonces gobierno de la Argentina para que Mauricio Macri pudiera ser reelecto, sino
que además se sostienen por la información brindada por Mauricio Claver Cardone,
quien reveló este entramado durante una teleconferencia del Consejo Chileno para las
Relaciones Internacionales (CCRI) realizada el pasado 22 de julio, donde afirmó que el
presidente de los EEUU solicitó al FMI el otorgamiento de un préstamo por 55.000
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millones de dólares a la Argentina, con el fin de que Mauricio Macri ganara las
elecciones, ya que lo consideraba un aliado estratégico. Afirmó que, como algunos
miembros del directorio del FMI –especialmente de los países europeos– no estaban de
acuerdo en otorgar esa suma de dinero a un gobierno cuya economía se encontraba en
constante deterioro, la entonces directora gerente, Christine Lagarde, trasladó tales
inquietudes a la Casa Blanca, agregando que él directamente –Claver Cardone– las puso
en conocimiento del presidente Trump, quien solicitó, según siempre bajo los dichos de
este funcionario, que el Fondo arbitre todos los medios necesarios para la autorización
del préstamo.
10. Por lo tanto, sería necesario que el Fondo confirme o desmienta
categóricamente estas apreciaciones, puesto que estaríamos ante un antecedente
gravísimo de injerencia e influencia del FMI para que un determinado sector político
obtuviese el triunfo en las elecciones pasadas, dejando una deuda impagable que afecta
negativamente el futuro de la totalidad de los argentinos. Parafraseando al ex Secretario
del Tesoro de los EEUU, Paul O´Neill, que durante la crisis de la convertibilidad del
2001/02 supo decir que “los plomeros y carpinteros de los EEUU no deberían pagar la
irresponsabilidad de quienes prestaron fondos a la Argentina sin tomar los recaudos
pertinentes” hoy podríamos afirmar que los trabajadores de Argentina no deberían ser
los perjudicados por la devolución de los préstamos del Fondo, que parecen haber sido
otorgados para satisfacer necesidades políticas; antes que por cuestiones estrictamente
técnicas que tuvieran por finalidad mejorar la calidad de vida de los habitantes de nuestro
país.

11. Otro aspecto para resaltar es la forma en que se tomó esta deuda. Hoy
la justicia argentina está investigando si se hizo al margen de lo que prescriben las
normas vigentes y en caso de que correspondiese, determinar la responsabilidad civil y
penal que les pudiera caber a los funcionarios públicos responsables de la gestión
anterior.
12. En efecto, la Ley de Administración Financiera de la Argentina (ley N°
24.156) prescribe en su artículo 61 que, “en los casos que las operaciones de crédito
público originen la constitución de deuda pública externa, antes de formalizarse el acto
respectivo cualquiera sea el ente del sector público emisor o contratante, deberá emitir
opinión el Banco Central de la República Argentina sobre el impacto de la operación en
la balanza de pagos…”, lo que no ocurrió con la certeza y precisión necesarias.
13. No escapará al calificado criterio, amplio conocimiento y experiencia de
la Directora General, de los demás directivos de ese organismo, de sus funcionarios y
técnicos, todos especializados en macroeconomía y finanzas internacionales; que el
motivo de esta exigencia legal obedece a que la capacidad de pago del país está
completamente vinculada al resultado, presente y proyectado, de los distintos rubros que
conforman la cuenta corriente y de capital. Ya, al cuarto trimestre de 2017, la cuenta
corriente arrojó un déficit de U$S 8.738 millones, como resultado de la apertura
indiscriminada de importaciones y la derogación, para los exportadores, de la obligación
de liquidar las divisas en la plaza Buenos Aires, hecho que, sumado al levantamiento de
las regulaciones prudenciales al movimiento internacional de capitales, anticipaba lo que
sería una pérdida de solvencia continua, a partir de esos años, en las cuentas externas
del país.
14. El gobierno de aquel entonces tampoco cumplió con los requisitos
elementales para celebrar válidamente un acto administrativo, toda vez que se
desconoce la confección de expedientes y documentos de respaldo previo a la firma de
los acuerdos.
15. Todo ello se tramita ante la justicia argentina en la causa “CODIANNI,
EDUARDO JULIO c/ EN s/ AMPARO LEY 16.986” (Expte. N° 7651/2019) que hoy se
encuentra en la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
16. Existe, asimismo, otra causa judicial que se tramita ante el Juzgado
Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal Nº 9, a cargo del Doctor Pablo
Cayssials, que solicita la nulidad de todo lo actuado –incluyendo las Cartas de Intención
y los memorandums de entendimiento–, puesto que los demandantes consideran que
no se realizaron los distintos informes previstos por las leyes vigentes de Procedimientos
Administrativos del Estado ni de la de Administración Financiera, como se señaló
previamente. Esos estudios deberían ser, al menos, el de factibilidad, un informe
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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económico que necesariamente tendría que haber hecho el Ministerio de Hacienda; y el


informe jurídico previo a la suscripción del acuerdo. Tampoco hay decreto presidencial
sobre el préstamo, y ni siquiera se ha encontrado el informe del Banco Central de
evaluación financiera que obliga la ley a hacer, para ver cómo afectaba este acuerdo a
la balanza de pagos del país.
17. Es decir, al momento de suscribir los documentos con el FMI no había
siquiera un expediente iniciado en ninguna de las áreas de la Administración Pública
Nacional involucradas. No se han conocido actos administrativos del Poder Ejecutivo,
del Banco Central ni del Ministerio de Hacienda que ordenen tomar el crédito del Fondo.
Tampoco hay dictámenes previos a la toma de deuda con el FMI, ni jurídicos ni del
BCRA. Tampoco existe información alguna sobre la existencia de cláusulas de prórroga
de jurisdicción para el caso de que hubiera un distracto (extinción de obligaciones) entre
la Argentina y el FMI. Finalmente, en los expedientes entregados por el Ministerio de
Hacienda, no hay acuerdo alguno firmado entre las partes, así como tampoco acto
aprobatorio.
18. Argentina tomó el préstamo más grande de su historia y asumió
compromisos financieros, a todas luces incumplibles, sin tener un expediente abierto y
sin los dictámenes e informes correspondientes, lo cual infringiría, al menos, la
Constitución Nacional, el Estatuto del Fondo y las Leyes de Procedimientos
Administrativos y de Administración Financiera.
19. No quedan claras las causas de este proceder. Menos aún, conociendo
que el propio FMI en sus recomendaciones sobre transparencia y control de la
corrupción, ha planteado con énfasis la necesidad de poner claridad allí donde exista
opacidad estatal. Entre las muchas referencias que el organismo ha hecho sobre
transparencia y corrupción8 resaltamos que, de acuerdo con el documento titulado
“Monitor Fiscal” en su edición de abril 2019, preparado por el Departamento de Finanzas
Públicas del Fondo, se pone énfasis en la necesidad de frenar la corrupción y señala que
ésta sería “el abuso del cargo público para beneficio privado” y manifiesta que la
corrupción distorsiona las actividades del estado y afecta el crecimiento económico y la
calidad de vida de la gente y debilita las funciones claves del sector público.
20. Compartimos plenamente esta visión sobre la corrupción y por ello nos
preguntamos si los beneficiarios privados de los desembolsos realizados por el Fondo,
es decir quienes pudieron concretar la salida del mercado ante presiones devaluatorias
(los que pudieron completar el ciclo financiero de fuga de capitales) no son acaso los
que han contado con un entramado de relaciones con los funcionarios del gobierno
argentino de ese entonces, con la complacencia de los miembros del Fondo actuantes
en la operatoria que no supieron, no quisieron, o no pudieron frenar los desembolsos
ante dicha situación.
21. Sabemos que fue el préstamo SBA más grande de la historia del FMI y
también de la larga historia de endeudamiento fracasado de la Argentina con ese
organismo. En junio de 2018 el acuerdo de préstamo alcanzó los u$s 50.000 millones,
suma que fue ampliada en u$s 7.100 millones más en octubre de ese mismo año.
22. Convencionalmente, el Fondo presta a los países en los SBA el 435%
de su cuota, con desembolsos que no pueden superar el 145% anualmente. En los
números de Argentina, con una cuota de aproximadamente u$s 5.000 millones
(equivalente a los Derechos Especiales de Giro –DEG-), hubiera correspondido, en el
año 2018, un monto de SBA máximo cercano a u$s 22.000 millones con desembolsos
anuales que no deberían haber superado los u$s 7.300 millones. Niveles muchos más
reducidos que los que el Fondo aprobó y desembolsó para la Argentina.
23. Sin embargo, de acuerdo con lo que se conoce como “acceso
excepcional” que le permite al FMI prestar sin límite de cuota, el Directorio de ese
organismo aprobó esas sumas desproporcionadas para la capacidad de pago de
Argentina en base a los informes del Staff, que daban cuenta que nuestro país podría
cumplir con los cuatro criterios que el Fondo exige para acceder a superar las
proporcionalidades convencionales. Estos criterios son: I) que el país que solicita la
excepción tenga problemas graves de balanza de pagos, lo cual en el caso argentino
era incuestionable; II) que el análisis de deuda indique que hay alta probabilidad de que
sea sostenible en el mediano plazo, situación que era claramente la inversa ya que el
país no contaba con posibilidad alguna de sostenibilidad de su deuda; III) que el país
tenga acceso al mercado de capitales que le permita devolver las obligaciones con el
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Fondo, otro criterio que tampoco tenía ninguna viabilidad de cumplirse ya que los
mercados de capitales estaban cerrados para Argentina desde febrero de ese año 2018
y, IV) que el programa con el Fondo tenga probabilidades de éxito, análisis prospectivo
que tuvo que estar muy forzado para otorgar el acuerdo, puesto que ninguna de las
variables que implican resultados de éxito evolucionaron positivamente durante el plazo
de aplicación del mismo.
24. Es decir, que tres de los cuatro criterios que se analizan para brindar el
“acceso excepcional” en el caso argentino no se cumplían a la hora de la aprobación del
SBA, con lo cual se vuelve a reforzar la hipótesis de que pudo haber presiones de tipo
político para provocar la aprobación de este.
25. Es larga y fracasada la historia de los acuerdos de la Argentina con el
FMI. Los resultados del último están claramente expresados en la Carta del Gobierno
Argentino del 26 de agosto pasado, en la que se explica que “la actividad económica se
contrajo un 2,6% y un 2,1% durante 2018 y 2019 respectivamente, y la inflación del índice
de precios al consumidor marcó respectivamente un 47,6% y un 53,8% para 2018 y
2019; ello combinado con una contracción monetaria sin precedentes”. Ello sin agregar
el costo en términos sociales de tales políticas, que elevaron el cierre de pequeñas y
medianas empresas, la pérdida de empleos, la tasa de desocupación y la pobreza.
26. Si se analizan los resultados obtenidos por los programas del FMI desde
1956, cuando se suscribió el primer SBA con Argentina, se puede concluir que “los
programas del Fondo no cumplieron un rol antiinflacionario en Argentina. En los períodos
de vigencia de acuerdos la inflación promedio fue más elevada, porque las medidas
previas al lanzamiento de los planes de ajuste –devaluación, aumentos de impuestos,
de tarifas públicas y de tasas de interés– aceleran la inflación; y porque la represión de
variables clave durante los programas –usualmente, el salario y el tipo de cambio–
acumula desequilibrios que llevan a la ruptura de los planes en un contexto inflacionario
y de crisis cambiaria”.
27. Tampoco fueron efectivos a la hora de incrementar el crecimiento
económico, ya que desde 1956 “en los subperíodos con menos de cuatro meses de
acuerdos, el crecimiento del producto bruto promedió el 5,1% anual, la media ponderada
de inflación fue 41,7% al año…” En cambio en los períodos de 21 a 55 meses bajo
acuerdos con el FMI, el crecimiento promedió 1,9% anual, muy inferior al de períodos sin
acuerdos, la inflación media fue más elevada, 84% anual…” “En la etapa de permanencia
prolongada bajo acuerdos con el FMI, 1982- 2001, el crecimiento, la inflación y el empleo
experimentaron su peor comportamiento: el producto bruto varió anualmente al 1,6%
promedio; la media anual inflacionaria fue de 398,9%; y el desempleo aumentó 15 puntos
porcentuales”.
28. Y por supuesto, siempre fue muy alto el deterioro social asociado a la
aplicación de los programas del FMI a lo largo de la historia argentina, con aumento de
la pobreza, la indigencia y el desempleo. “Acordar con el Fondo en busca de soluciones
económicas de largo plazo es completamente inútil y contraproducente, como lo
demuestra la historia argentina contemporánea”.
29. Con sólo revisar las estadísticas sociales y económicas de nuestro país
se puede afirmar que éstas exhiben, claramente, que a la Argentina le fue bien, muy
bien, cuando siguió su propio camino en materia económica, dejando de lado las recetas
de ajuste del FMI. Desde 2003 y hasta 2015, el PBI creció a una tasa promedio de casi
5% anual, no existiendo en la historia económica argentina ningún otro período de ese
nivel de crecimiento promedio durante 12 años. A raíz de ese muy buen desempeño de
la economía mejoraron todos los indicadores sociales con un importante descenso de la
pobreza del 50,3% al 27% y del desempleo que cayó del 25% en 2003 al 5,9% a finales
de 2015. Se crearon más de 5.000.000 de puestos de trabajo debido al empuje y la
dinámica que permitió desarrollar un amplio y pujante mercado interno. Todo ello
pagando la deuda externa privada heredada de las administraciones anteriores,
defaulteada y reestructurada en los canjes del 2005 y 2010 sin nuevo endeudamiento; y
también cancelando en enero de 2006 todos los créditos con el FMI.
30. Así lo expresaba el presidente Néstor Kirchner cuando el 15 de
diciembre de 2005 anunciaba el pago de la deuda total que Argentina mantenía con el
FMI. “Esta deuda ha sido constante vehículo de intromisiones, porque está sujeta a
revisiones periódicas y ha sido fuente de exigencias y más exigencias que resultan
contradictorias entre sí y opuestas al objetivo del crecimiento sustentable. Además,
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desnaturalizado como está en sus fines, el FMI ha actuado, respecto de nuestro país,
como promotor y vehículo de políticas que provocaron pobreza y dolor en el pueblo
argentino, de la mano de gobiernos que eran proclamados alumnos ejemplares del ajuste
permanente”. Y agregaba: “Formamos parte de la triste realidad de integrar el grupo de
países en los que esa institución ha aplicado y monitoreados muchos de sus 150 planes
de ajuste. El resultado ha sido exclusión, pobreza, indigencia, la destrucción del aparato
productivo. A la sombra de esos programas hemos visto concentración de ingreso en
unos pocos y hemos chocado contra la imposibilidad de combinar crecimiento
macroeconómico con desarrollo social y pleno empleo”.
31. Hoy, el mundo se abate ante la pandemia provocada por el COVID 19
que ha producido la crisis sanitaria, económica, social, comercial y financiera más grande
de todos los tiempos. Así lo reconocen las instituciones económicas europeas que han
puesto en marcha importantes planes de ayuda a sus países miembros, destinando
ingentes sumas de subsidios y créditos baratos para apoyarlos en la necesaria e
imperiosa recuperación. En julio pasado han aprobado el “Plan de Recuperación para
Europa” que contempla la creación de un fondo de 750.000 millones de euros, de los
cuales 390.000 millones de euros se desembolsarán como subvenciones y 360.000
millones de euros en préstamos, con el fin de ayudar a los países más afectados entre
2021 y 2023. Además se aprobó el presupuesto plurianual 2021- 2027 que contará con
1.074 billones de euros. Los aportes servirán para financiar, entre otros, inversiones,
proyectos científicos tecnológicos y de transición y cambio climático; y subsidios a los
actores económicos perjudicados por la crisis. Los países con mayor caída del PBI,
población y desempleo serán los prioritarios.
32. Lo actuado por la Unión Europea (UE) debería servirle de ejemplo al FMI.
Si la UE, cuyos países miembros cuentan con un PBI per cápita y una calidad de vida
varias veces superior a los de nuestro país, ha decidido tan cuantioso nivel de subsidios
y préstamos, el Fondo debería elaborar y ofrecer a los países de desarrollo intermedio
como la Argentina, sumas similares en igualdad de condiciones para que pueda financiar
la puesta en marcha de su economía; y superar así los estragos de la política económica
del gobierno anterior y de la pandemia.
33. Por todo lo antedicho y ante las nuevas negociaciones iniciadas por
nuestro gobierno del presidente Alberto Fernández, SOLICITAMOS se abstengan de
exigir o condicionar las políticas económicas de la Argentina para los próximos años y,
en cuanto a la refinanciación de la deuda PROPONEMOS: a) reconsideración de los
intereses; b) período de espera para comenzar los pagos anuales a partir del año 2025;
y c) plazo de amortización en varias décadas, de modo tal que las erogaciones anuales
no tornen insustentable la refinanciación de la deuda e impacten negativamente en la
economía argentina y en la vida de su sociedad.
Tal y como advirtió oportunamente el Papa Francisco: “No se puede pretender que las
deudas sean pagadas con sacrificios insoportables”.
Saludamos a usted muy atentamente:
Bloque de Senadores del Frente de Todos

José M. Mayans – Anabel Fernández Sagasti – Oscar I. J. Parrilli – Carlos A. Caserio –


María de los Ángeles Sacnun – Maurice F. Closs – Claudia Ledesma – Adolfo Rodríguez Saá –
Ana C. Almirón – Jorge Enrique Taiana – Martín Doñate – Inés I. Blas – Mariano Recalde – María
E. Catalfamo – Norma H. Durango – María E. Duré – Carlos M. Espínola – Silvina M. García
Larraburu – Nora Del Valle Giménez – Nancy S. González – María T. M. González – Ana M. Ianni
– Edgardo D. Kueider – Sergio N. Leavy – Cristina C. López Valverde – Daniel A. Lovera – Alfredo
H. Luenzo – Dalmacio Mera – Roberto M. Mirabella – Beatriz G. Mirkin – Gerardo A. Montenegro
–José E. Neder – Juan M. Pais – María Inés Pilatti Vergara – Antonio J. Rodas – Matías D.
Rodríguez – Silvia Sapag – Guillermo E. M. Snopek – José Rubén Uñac”.

A continuación, transcribo la carta que desde el bloque del Frente de Todos le enviamos
a la oficina de evaluación independiente del Fondo Monetario Internacional en febrero de 2021:
“Sr. director Charles Collyns
OFICINA DE EVALUACIÓN INDEPENDIENTE DEL FMI

De nuestra mayor consideración:


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Nos dirigimos a Ud. en nuestro carácter de Senadores de la República Argentina del


Frente de Todos, con la finalidad de hacerle llegar a Ud. y por su intermedio a los técnicos y
funcionarios que lo acompañan en su gestión, nuestras inquietudes, sugerencias y propuestas
de investigación, sobre el proceso de otorgamiento del préstamo Stand-By (SBA) que, en el año
2018, el Fondo Monetario Internacional (FMI) otorgó al gobierno de nuestro país de ese entonces.
Según señala el Informe del 19 de enero ppdo. “Possible topics for future IEO
evaluations”1, entre los posibles temas a evaluar por esa Oficina durante los años 2021/2022, se
encuentra, según lo mencionado en el punto 3, la política de acceso excepcional (PAE) del FMI.
Y se menciona específicamente al SBA de 2018 con la Argentina.
Se detalla que los temas a considerar, al evaluar los préstamos otorgados con la
modalidad de Acceso Excepcional, serían:
1. El diseño del programa en el contexto de grandes necesidades de financiamiento
externo;
2. El cumplimiento de los criterios de otorgamiento de préstamos con acceso
excepcional (incluidas las evaluaciones de la sostenibilidad de la deuda y las perspectivas
de éxito del programa);
3. La pertinencia de la gestión y los procedimientos de toma de decisiones en
cuanto a si los mismos se realizaron con suficiente rigor e imparcialidad;
4. La idoneidad de la consulta temprana a la Junta; y
5. La aplicación de evaluaciones internas ex post.
Más adelante, en el mismo punto 3, se establece que también se evaluaría el
cumplimiento de los objetivos del financiamiento otorgado y menciona que parecería adecuado
realizar una evaluación a gran escala, pero que alternativamente, se podría realizar una
evaluación más corta, “centrada en un caso particularmente difícil: Argentina”.
Compartimos plenamente con esa Oficina la necesidad de realizar una investigación
exhaustiva, precisa y detallada sobre los motivos y causas por las cuales el Directorio del Fondo,
basado en los informes técnicos preparados por el staff de ese organismo, otorgó a nuestro país
un préstamo de magnitud desproporcionada en relación a las reales posibilidades financieras de
repago, sin cumplir con los requisitos mínimos de legalidad exigidos por las normas vigentes en
nuestro país y vulnerando el Art. 6° del Estatuto del FMI.
Máxime, teniendo en cuenta que, el SBA de 2018, fue el préstamo más grande otorgado
por el FMI en toda su historia, con lo cual es dable suponer que se deberían haber tomado los
mayores recaudos posibles.
Por ello, es que queremos hacerle llegar a Ud. nuestra posición e informar los que, según
nuestro criterio, deberían ser los puntos básicos para investigar:
1. Estimaciones para el diseño del Programa y evaluaciones de sostenibilidad de
la deuda.
2. Cumplimiento de los criterios establecidos por el FMI para que el país haya
obtenido el Acceso Extraordinario (PAE)
3. Vulneración del Art 6° del Estatuto del FMI. Fuga de capitales
4. Aspectos jurídicos incumplidos en Argentina
5. Transparencia y Corrupción. Préstamo político. Evaluaciones internas
6. Estimaciones para el diseño del Programa y evaluaciones de sostenibilidad de
la deuda.
En junio de 2018 el acuerdo inicial del SBA alcanzó los 50.000 millones de dólares, suma
que fue ampliada, en 7.100 millones de dólares más, en octubre de ese mismo año.
Es importante destacar que, como se señala en el párrafo precedente, pocos meses
después del primer acuerdo, el Fondo redoblaba su apuesta y aumentaba el financiamiento a la
Argentina y lo continuaba durante 2019, a pesar de la evidencia del fracaso del salvataje otorgado
durante el año 2018 al gobierno de Macri, visualizado en la desastrosa evolución de los datos
macroeconómicos que el FMI conocía a la perfección, puesto que en el Memorándum de
Políticas Económicas y Financieras (MPEF) y en el Memorándum de Entendimiento Técnico
(MET) suscripto por el ex Ministro de Economía Nicolás Dujovne, se establecía que el BCRA y
el Ministerio de Economía debían informar periódicamente, al Fondo, la evolución de
prácticamente todas las variables significativas (tasa de interés, reservas internacionales,
recaudación, precios, gasto público, entre otros), algunas, inclusive, con frecuencia diaria.
También conocía el Fondo. el tremendo impacto social negativo que se estaba
produciendo en el país con el incremento de la pobreza, la indigencia, el desempleo, el cierre
sistemático de fuentes de producción, la reducción del Consumo, la Inversión y el comercio
exterior y el aumento incesante de los precios.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 140

Todo ello no importó, ni fue tenido en cuenta por ese organismo internacional a la hora
de decidir la continuidad de financiamiento a un gobierno que, a pesar de todo ese apoyo, perdió
las elecciones. Pero las consecuencias de ese endeudamiento continúan aún hoy y,
seguramente, por muchos años más, impedirán el pleno desarrollo del pueblo argentino.
Es decir, la intervención del FMI no sirvió para resolver los problemas de balanza de
pagos y agravó todos los demás rubros de la economía argentina.
A pesar del fracaso de esa intervención, una muestra más de la larga historia de fracasos
del FMI en Argentina, hoy nuestro país es deudor de ese organismo por la suma de 44.500
millones de dólares y, al considerar los vencimientos pautados originalmente, surge claramente
la imposibilidad de su pago.
A continuación, se presentan los vencimientos de pagos al FMI tal como se encuentran
establecidos actualmente:

Como podrá interpretar, Señor Director, resulta a todas luces imposible de comprender,
cuáles fueron los datos, las estimaciones macroeconómicas y/o las proyecciones que realizaron
los técnicos y funcionarios del Fondo y de Argentina de aquel entonces, para considerar que se
podría llegar a conseguir esas sumas ingentes de dólares para hacer frente a este perfil de
vencimientos, especialmente los correspondientes a los años 2022 y 2023.
Máxime, teniendo en cuenta, que los mercados financieros internacionales de capitales
estaban cerrados para nuestro país desde principios de 2018, ya que, los propios analistas
macroeconómicos de los acreedores privados, consideraron en ese entonces, que los resultados
económicos de la Argentina no eran propicios para brindar nuevo endeudamiento.
Es lógico pensar que los técnicos y funcionarios del FMI, al saber que el país no tenía
acceso a los mercados financieros internacionales, consideraran que, esos dólares necesarios
para pagar los vencimientos y darle sostenibilidad a los vencimientos de la deuda, solo podrían
provenir del saldo del balance comercial argentino.
Con lo cual, seguramente, dado sus conocimientos y especializaciones, deben haber
tomado en cuenta, al menos, las dos variables claves para proyectar la capacidad de repago del
país: el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos y la evolución de las reservas
internacionales del BCRA. Tal como lo indican los manuales básicos de la ciencia económica.
El primer indicador caía en picada desde 2016, llegando a 2018, año en que se suscribió
el SBA a -5,3 % del PBI (uno de los peores valores desde 1985), y las reservas venían
disminuyendo diariamente producto de la fuga de capitales, que la entrada de fondos del FMI
ayudó a consolidar.
¿Estimaban que el saldo positivo de la balanza comercial en pocos años iba a ser de
casi 20.000 millones de dólares y con eso se podría pagar al FMI los vencimientos de capital de
los años 2022 y 2023? Téngase en cuenta que, estos saldos, fueron negativos en 2017 y 2018
por 8.293 millones de dólares y 3.701 millones de dólares respectivamente.
¿De qué manera pensaban que subirían las exportaciones? ¿En qué rubros? Debe
señalarse que las exportaciones argentinas no tuvieron un desempeño significativo durante esos
años y si, en 2019, se obtuvo un mejor superávit comercial fue debido a la implementación del
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 141

llamado “cepo” y a la caída de las importaciones, producto de la recesión a la que nos llevó la
política económica aplicada por el gobierno de ese entonces, con el apoyo pleno del FMI.
Por lo tanto, no existía ningún indicador que, responsablemente, se pudiera considerar
como positivo para proyectar un crecimiento de tal magnitud de las exportaciones.
Entonces, es muy probable que, como lo señala la carta que enviáramos a la Directora
Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, –carta que, dicho sea de paso, no sólo nunca fue
contestada sino que ni siquiera nos han respondido el acuse de recibo pertinente–, en su punto
8 y subsiguientes, pueden haber primado, en el otorgamiento del préstamo y en la continuidad
de los desembolsos a pesar del incumplimiento del Art 6° del Estatuto del Fondo,
“consideraciones de tipo político y no aspectos técnicos o institucionales”. Este aspecto será
considerado especialmente en un acápite del presente escrito.
¿Será por eso que no se pidió al BCRA la elaboración del Informe que marca la ley N°
24.156 de Administración Financiera? Esta Ley en su artículo 61 establece que “en los casos
que las operaciones de crédito público originen la constitución de deuda pública externa, antes
de formalizarse el acto respectivo cualquiera sea el ente del sector público emisor o contratante,
deberá emitir opinión el Banco Central de la República Argentina sobre el impacto de la operación
en la balanza de pagos…”.
Como no escapará a su elevado criterio profesional, el motivo de esta exigencia legal
obedece a que la capacidad de pago del país está completamente vinculada al resultado,
presente y proyectado, de los distintos rubros que conforman la cuenta corriente y de capital.
Por ello, es dable preguntarse y que esa Oficina verifique, haciendo la revisión
correspondiente de las estimaciones e informes del staff y de las misiones que visitaron nuestro
país desde ese entonces, cuáles fueron las estimaciones macroeconómicas que hicieron
suponer que se podrían obtener las divisas para cumplir con estos flujos de pagos. De qué
manera evaluaron la información económica de Argentina para considerar la sostenibilidad de la
deuda.
Máxime teniendo en cuenta que, a estos pagos, deben adicionarse los recursos en
moneda extranjera que debe atender la economía argentina para su funcionamiento: pagos
financieros al exterior por deudas del sector privado y de las provincias, remisión de utilidades
de las compañías extranjeras, abastecimiento al mercado minorista de cambios, pago de los
créditos a otros organismos internacionales (Club de París, Banco Mundial, BID, CAF),
incremento de las importaciones por mayor crecimiento, entre otros. Todos estos últimos
estimados en unos 10.000 millones de dólares anuales como mínimo.
A pesar de toda evidencia empírica y que el propio Fondo había suspendido los
desembolsos en 2019, recién el 20 de febrero del 2020, el FMI llegó a la conclusión que la deuda
externa argentina no es sostenible. Lo hizo en un comunicado emitido a posteriori de la misión
técnica que visitó nuestro país liderada por Julie Kozack, Subdirectora del Departamento del
Hemisferio Occidental y Luis Cubeddu, Jefe de Misión para Argentina.
Hasta entonces, los informes del FMI, muchos de ellos posteriores a las misiones
técnicas que visitaban nuestro país, consideraban que la economía argentina iba logrando
resultados positivos.
Así, por ejemplo, lo expresaba el Comunicado de Prensa N° 18/485 del propio organismo
del 19 de diciembre de 2018:
“El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó el día de hoy
la segunda revisión de la evolución económica de Argentina…. La conclusión de la revisión
permite a las autoridades girar el equivalente a DEG 5.500 millones….”
“Tras el debate del Directorio Ejecutivo sobre el plan económico de Argentina, el Primer
Subdirector Gerente del FMI, David Lipton, declaró: Hay primeros indicios que el programa de
reforma económica rediseñado de las autoridades argentinas, incluyendo el nuevo marco de
política monetaria, está dando resultados. El peso se ha estabilizado y, a pesar de que continúa
siendo elevada, la inflación ha empezado a bajar, a medida que se desvanecen los efectos de la
depreciación del peso. Con todo, la economía argentina aún se está contrayendo y continúa
siendo vulnerable a los giros de la actitud de los mercados. Se prevé que la actividad económica
comenzará a recuperarse en el segundo trimestre de 2019”.
Resultan muy extrañas y ajenas a todo profesionalismo y aplicación de los principios
básicos de la ciencia económica, estos dichos del tan calificado funcionario del Fondo, sobre
todo porque seguramente estaban basados en las no menos calificadas opiniones técnicas del
staff. Los desastrosos datos objetivos que tuvo la economía argentina en 2018 y 2019, tan
desfavorables en todos sus aspectos, nos exime de mayores comentarios.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 142

Tan sólo 9 meses después, la realidad dio por tierra, como era de esperar, todos esos
pronósticos de recuperación, por lo cual el Fondo debió suspender los desembolsos al país, en
setiembre de 2019, cuando ya Mauricio Macri había perdido las primarias (PASO) el mes anterior.
(In) Cumplimiento de los criterios establecidos por el FMI para que el país haya obtenido
el Acceso Extraordinario (PAE)
El Fondo, convencionalmente y según sus propias normas, presta a los países en los
SBA el 435% de su cuota, con desembolsos que no pueden superar el 145% anualmente. En los
números de Argentina, con una cuota de aproximadamente de 5.000 millones de dólares
(equivalente a los Derechos Especiales de Giro –DEG–), hubiera correspondido, en el año 2018,
un monto de SBA máximo cercano a los 22.000 millones de dólares, con desembolsos anuales
que no deberían haber superado los 7.300 millones de dólares. Niveles muchos más reducidos
que los que el Fondo aprobó y desembolsó para la Argentina.
Sin embargo, de acuerdo a lo que se conoce como “acceso excepcional”, que le permite
al FMI prestar sin límite de cuota, el Directorio de ese organismo aprobó esas sumas
desproporcionadas para la capacidad de pago de Argentina, en base a los informes del Staff,
que daban cuenta que nuestro país podría cumplir con los cuatro criterios que el Fondo exige
para acceder a superar las proporcionalidades convencionales.
Estos criterios son: I) que el país que solicita la excepción tenga problemas graves de
balanza de pagos, lo cual en el caso argentino era incuestionable; II) que el análisis de deuda
indique que hay alta probabilidad de que sea sostenible en el mediano plazo, situación que era
claramente la inversa ya que el país no contaba con posibilidad alguna de sostenibilidad de su
deuda; III) que el país tenga acceso al mercado de capitales que le permita devolver las
obligaciones con el Fondo, otro criterio que tampoco tenía ninguna viabilidad de cumplirse ya
que los mercados de capitales estaban cerrados para Argentina desde febrero de ese año 2018
y, IV) que el programa con el Fondo tenga probabilidades de éxito, análisis prospectivo que tuvo
que estar muy forzado para otorgar el acuerdo, puesto que ninguna de las variables que implican
resultados de éxito evolucionaron positivamente durante el plazo de aplicación del mismo.
Es decir, que tres de los cuatro criterios que se analizan para brindar el “acceso
excepcional” no se cumplían, en el caso argentino, a la hora de la aprobación del SBA, con lo
cual se vuelve a reforzar la hipótesis de que pudo haber presiones de tipo político para provocar
la aprobación del mismo.
Entendemos por ello, que este aspecto es otro de los que debe ser exhaustivamente
investigado.
Vulneración del Art 6° del Estatuto del FMI. Fuga de capitales
El Artículo VI del Estatuto del FMI señala, que: “Salvo en el caso previsto en la Sección
2 de este Artículo, ningún país miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para
hacer frente a una salida considerable o continua de capital, y el Fondo podrá pedir al país
miembro que adopte medidas de control para evitar que los recursos generales del Fondo se
destinen a tal fin”. Si después de haber sido requerido a ese efecto el país miembro no aplicara
las medidas de control pertinentes, el Fondo podrá declararlo inhabilitado para utilizar los
recursos generales del Fondo”.
Según la información que se conoció inmediatamente después de los primeros
desembolsos efectuados, esos fondos, en lugar de engrosar las reservas internacionales del
BCRA, se dirigieron a financiar la fuga de capitales mediante el aumento en la formación de
activos externos. Recientemente el BCRA ha publicado el informe de deuda, donde da clara
cuenta de esta situación cuando afirma: “Entre mayo de 2018 y hasta que fueron establecidos
los controles cambiarios más estrictos en octubre 2019, del total pautado con el FMI llegaron a
desembolsarse cerca de USD 44,5 mil millones. Estos fondos junto a las reservas internacionales
abastecieron una fuga de capitales del sector privado, que alcanzó los USD 45,1 mil millones...”
Para mayor precisión, desagregando la información y haciendo un ejercicio de
trazabilidad, detallamos a Ud. que los desembolsos del FMI durante 2018 totalizaron la suma de
28.259,02 millones de dólares, que fueron efectivizados en junio, octubre y diciembre, por las
sumas de 14.972,80 millones de dólares, 5.662,82 millones de dólares y 7.619,40 millones de
dólares, respectivamente. Ese año la salida de capitales, según El Informe de Balance Cambiario
del BCRA, totalizó los 27.230 millones de dólares, casualmente un importe casi igual al provisto
por el Fondo.
A pesar de esta más que evidente situación, relevada por las misiones de funcionarios
que visitaban asiduamente el país y con informes y estadísticas que se enviaban diariamente al
staff de ese organismo, y que indicaban a las claras que se estaban utilizando los recursos
generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capitales, su
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 143

Directorio Ejecutivo, decidió continuar con el SBA, en lugar de tomar las medidas de inhabilitación
previstas en el Art. 6° del Estatuto.
En 2019 ocurrió algo similar hasta que el FMI suspendió los desembolsos. Ingresaron en
abril de ese año, 10.835,51 millones de dólares y 5.385,85 millones de dólares en julio,
totalizando 16.221,37 millones de dólares, que sirvieron para continuar financiando la salida de
capitales que ese año alcanzó los 26.870 millones de dólares.
Y el Fondo siguió desembolsando sin problemas hasta fines de setiembre de 2019, sin
tomar ningún tipo de recaudo y sin resultado positivo alguno.
Por todo ello, reclamamos a esa Oficina la realización de una investigación exhaustiva
que pueda determinar si hubo medidas de control que el Fondo podría haber tomado y si se las
solicitó a la Argentina, en ese contexto.
Dado que, según los elementos de juicio que consideramos, no estaban dadas las
condiciones para continuar con los desembolsos, habida cuenta del incumplimiento del Artículo
VI, nos permitimos suponer que si los mismos igual se efectivizaron se debió, principalmente, a
consideraciones de tipo político y no a aspectos técnicos o institucionales.
Aspectos jurídicos incumplidos en Argentina
Otro aspecto que debe ser conocido por esa Oficina, es la forma en que se gestionó y
efectivizó este SBA. Hoy la justicia argentina está investigando si se hizo al margen de lo que
prescriben las normas vigentes y en caso de que correspondiese, determinar la responsabilidad
civil y penal que les pudiera caber a los funcionarios públicos responsables de la gestión anterior.
En efecto, como ya se señaló, y también fue expresado en nuestra carta a la Directora
Ejecutiva del FMI, no se cumplió con el Art. 61 de la Ley de Administración Financiera de la
Argentina (ley N° 24.156). La prescripción de este artículo que determina que se debe pedir una
opinión al BCRA respecto a la sostenibilidad de la deuda que se contrae, obedece a que la
capacidad de pago del país está completamente vinculada al resultado, presente y proyectado,
de los distintos rubros que conforman la cuenta corriente y de capital.
Ya, al cuarto trimestre de 2017, la cuenta corriente arrojó un déficit de 8.738 millones de
dólares, como resultado de la apertura indiscriminada de importaciones y la derogación, para los
exportadores, de la obligación de liquidar las divisas en la plaza Buenos Aires, hecho que,
sumado al levantamiento de las regulaciones prudenciales al movimiento internacional de
capitales, anticipaba lo que sería una pérdida de solvencia continua, a partir de esos años, en
las cuentas externas del país.
El gobierno de aquel entonces tampoco cumplió con los requisitos elementales para
celebrar válidamente un acto administrativo, toda vez que se desconoce la confección de
expedientes y documentos de respaldo previo a la firma de los acuerdos.
Todo ello se tramita ante la justicia argentina en la causa “CODIANNI, EDUARDO JULIO
c/ EN s/ AMPARO LEY 16.986” (Expte. N° 7651/2019) que hoy se encuentra en la Corte Suprema
de Justicia de la Nación.
Existe, asimismo, otra causa judicial que se tramita ante el Juzgado Nacional en lo
Contencioso Administrativo Federal Nº 9, a cargo del Doctor Pablo Cayssials, que solicita la
nulidad de todo lo actuado –incluyendo las Cartas de Intención y los memorándums de
entendimiento–, puesto que los demandantes consideran que no se cumplimentaron los
Procedimientos Administrativos del Estado ni de la de Administración Financiera, como se señaló
previamente.
No se conocen informes ni opiniones técnicas de factibilidad, un informe económico que
necesariamente tendría que haber hecho el Ministerio de Hacienda; ni el informe jurídico previo
a la suscripción del SBA. Tampoco hay decreto presidencial sobre el préstamo, y ni siquiera se
ha encontrado el informe del Banco Central de evaluación financiera que obliga la ley a hacer,
para ver cómo afectaba este acuerdo a la balanza de pagos del país.
Es decir, al momento de suscribir los documentos con el FMI no había siquiera un
expediente iniciado en ninguna de las áreas de la Administración Pública Nacional involucradas.
No se han conocido actos administrativos del Poder Ejecutivo, del Banco Central ni del
Ministerio de Hacienda que ordenen tomar el crédito del Fondo. Ni hay dictámenes previos a la
toma de deuda con el FMI, ni jurídicos ni del BCRA. Tampoco existe información alguna sobre la
existencia de cláusulas de prórroga de jurisdicción para el caso de que hubiera un distracto
(extinción de obligaciones) entre la Argentina y el FMI. Finalmente, en los expedientes
entregados por el Ministerio de Hacienda, no hay acuerdo alguno firmado entre las partes, así
como tampoco acto aprobatorio.
Es decir que la Argentina suscribió el préstamo más grande de su historia y asumió
compromisos financieros, a todas luces incumplibles según cualquier principio de sostenibilidad,
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 144

sin tener un expediente abierto y sin los dictámenes e informes correspondientes, lo cual
infringiría, al menos, la Constitución Nacional, el Estatuto del Fondo y las Leyes de
Procedimientos Administrativos y de Administración Financiera.
Transparencia y Corrupción. Préstamo político. Evaluaciones internas
Por todo lo anteriormente señalado, que, en síntesis puede expresarse como:
• Falta de sustento para determinar la sostenibilidad de la deuda
• Incumplimiento de los criterios de acceso extraordinario
• Vulneración del Estatuto del Fondo
• Inobservancia de las normas jurídicas de Argentina
Es que entendemos que, el SBA de 2018 fue un préstamo político y que, en
consecuencia, debe ser exhaustivamente investigado.
Y que sólo fue acordado y desembolsado para dar satisfacción a las necesidades
electorales del gobierno de Mauricio Macri, políticamente afín al ex Presidente Donald Trump.
Ello, ha sido manifestado públicamente por el actual presidente del Banco Interamericano de
Desarrollo, Mauricio Claver Cardone.
En función de todo ello y teniendo en cuenta las normas de transparencia y sobre buena
gestión de los gobiernos y corrupción, que deben primar en las operaciones del FMI, según lo
señalan varias publicaciones y que compartimos plenamente, es que deberán deslindarse las
responsabilidades de los actuantes en los procedimientos que dieron lugar a este fracasado
experimento, como lo fue el SBA del 2018 en Argentina.
De esta manera, resultará más claro y sencillo continuar con las negociaciones que hoy
se están llevando a cabo entre el Fondo y nuestro país, destinadas a reestructurar los
vencimientos que, como ya mencionamos, resultan de imposible pago.
Con la intervención de esa Oficina, realizando las evaluaciones internas que
correspondan, volviendo a analizar muchos de los dictámenes del staff y las consideraciones
realizadas por los Directores, muchos de los cuales, según informaciones periodísticas, no
estaban de acuerdo en aprobar el préstamo SBA, se podrá echar luz y brindar trasparencia sobre
las verdaderas causas por las cuales se otorgó y desembolsó el mismo, que hoy resultan opacas
y oscuras.
Para finalizar, solo nos resta señalar que al final del punto 3, del documento mencionado
al principio de esta Carta, “Possible topics for future IEO evaluations”, se señala, en su acápite
“Formato”, la importancia que tienen estas evaluaciones para brindar una rica base para el
proceso de aprendizaje institucional del Fondo.
Sabemos también que entre los objetivos de la OEI figuran “desarrollar evaluaciones
objetivas e independientes sobre determinados temas en base a un criterio de relevancia según
el mandato del Fondo”, y en teoría debería servir para “fortalecer la cultura de aprendizaje del FMI
y la credibilidad externa” y “para mejorar la habilidad del organismo para aprender lecciones de
su propia experiencia”
Debemos recordarle, Señor Director, que el Fondo realizó las revisiones previstas en el
Art IV de su Estatuto, durante 2016 y 2017 y que en el Informe Anual sobre Flujo de Capitales, la
OEI había señalado sobre Argentina que “el staff del Fondo podría haber sido más enérgico en
alertar sobre los riesgos involucrados en la eliminación rápida de las restricciones del movimiento
de capitales y sobre la necesidad de fortalecer el marco macroeconómico para que sea
consistente con una cuenta de capital abierta”.
También en 2004, la OIE publicó un reporte de 184 páginas sobre el caso argentino y las
relaciones entre nuestro país y el FMI entre 1991 y 2001. Ya ahí se hacían críticas a la conducción
del organismo y se aportaban una serie de “lecciones” y recomendaciones, que, lamentablemente,
parecen no haber sido tomadas en cuenta por los funcionarios que participaron del SBA del 2018.
Es decir, que, al parecer, el proceso de aprendizaje institucional del Fondo no ha sido muy
fructífero hasta el presente, porque, prácticamente, en el otorgamiento y gestión del SBA del 2018
se han repetido los mismos errores y desajustes que implicaron el fracaso de los préstamos de la
década del ´90 y que fueron señalados en el Informe mencionado precedentemente. Tampoco
parece que las recomendaciones que surgían del mismo hayan sido adoptadas.
De lo que sí estamos plenamente seguro, es que ese aprendizaje nos ha costado muy
caro a los argentinos. Y lo hemos pagado y lo estamos pagando, no sólo con la devolución del
capital, los intereses y los cargos que el Fondo le cobra al país, sino, y fundamentalmente, con la
pérdida de calidad de vida de nuestra sociedad.
Lo hemos pagado y lo estamos pagando todavía con la pobreza, la indigencia, la falta de
oportunidades, el desempleo, el cierre de pequeñas y medianas empresas y de comercios
familiares, el desajuste de todas las variables macroeconómicas.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 145

No somos el único país, donde los pueblos pagan con su sufrimiento los desaguisados
que producen en sus sociedades las políticas del FMI. Egipto, Ecuador, Grecia, entre otros, son
también ejemplo de la falta de “aprendizaje institucional” del Fondo.
Quizás haya llegado la hora de replantear la validez del conjunto de normas diseñadas a
partir de Bretton Woods y de seguir insistiendo con la generación de una nueva arquitectura
financiera internacional.
Por todo lo mencionado, insistimos en la necesidad de que se investigue,
concienzudamente, el proceso de aprobación y desembolso del SBA 2018.
Para ello, nos comprometemos a aportar los elementos de juicios que esa Oficina estime
corresponder. También ponemos en su conocimiento, que, una copia de esta Carta será enviada
a Mr. Odd Perr Brekk, Jefe del Departamento de Asia del FMI, que lidera la evaluación interna ex
post (conocida como EPE, según sus siglas en inglés) del referido SBA, al Sr. Ministro de
Economía de la Argentina, Martín Guzmán y al Sr. Representante Argentino ante el FMI, Sergio
Chodos.
Sin más, saludamos a Usted muy atentamente:
Bloque de Senadores del Frente de Todos
José M. Mayans — Anabel Fernández Sagasti — Oscar I. J. Parrilli — Carlos A. Caserio
— Jorge Enrique Taiana — María de los Ángeles Sacnun — Maurice F. Closs — Claudia Ledesma
— Adolfo Rodríguez Saá — Ana C. Almirón — Martín Doñate — Inés I. Blas — Mariano Recalde
— María E. Catalfamo — Norma H. Durango — María E. Duré — Carlos M. Espínola — Silvina
M. García Larraburu — Nora Del Valle Giménez — Nancy S. González — María T. M. González
— Ana M. Ianni — Edgardo D. Kueider — Sergio N. Leavy — Cristina C. López Valverde — Daniel
A. Lovera — Alfredo H. Luenzo — Dalmacio Mera — Roberto M. Mirabella — Beatriz G. Mirkin —
Gerardo A. Montenegro — José E. Neder — Juan M. Pais — María Inés Pilatti Vergara — Antonio
J. Rodas — Matías D. Rodríguez — Silvia Sapag — Guillermo E. M. Snopek — José Rubén Uñac”.

Por último, la evaluación ex post que realizó el FMI sobre el acceso excepcional de
Argentina en el marco del acuerdo Stand-By de 2018 puede encontrarse en
https://www.imf.org/es/News/Articles/2021/12/22/pr21401-argentina. El documento completo en
idioma inglés se encuentra en el siguiente enlace:
https://www.imf.org/en/Publications/CR/Issues/2021/12/22/Argentina-Ex-Post-Evaluation-of-
Exceptional-Access-Under-the-2018-Stand-By-Arrangement-511289.

5
SOLICITADA POR LA SEÑORA SENADORA TAPIA
(O.D. N° 1/22.)

Señora presidenta:
En consonancia con lo que se viene diciendo en este recinto, el tratamiento de este
proyecto nos genera incertidumbre a todos.
Lejos está de ser una situación feliz pero, al mismo tiempo, el respaldo de este Congreso
al necesario acuerdo con el FMI significa cierto alivio, ya que aleja la posibilidad del tan temido
default. No obstante, es necesario aclarar a los ciudadanos, que este acto, por sí solo, no elimina
del todo esa posibilidad ¿Por qué? Porque debe acompañarse de acciones que conduzcan a
cumplir con el acuerdo y eso lo debe encarar, exclusivamente, el Poder Ejecutivo.
Es por eso, que concuerdo que fue muy acertado, que en las negociaciones mantenidas
en la Cámara de Diputados, acercando posiciones, se haya eliminado el artículo 2º del texto,
originalmente enviado por el presidente, ya que no le corresponde al Congreso, y mucho menos
a la oposición, dar su aval al plan de gobierno y a las medidas económicas asociadas al acuerdo
con el Fondo. La responsabilidad debe ser enteramente asumida por el gobierno nacional.
Muchos nos preguntamos, el pueblo argentino se pregunta ¿Por qué esperaron dos años
para hacer este acuerdo? ¿Por qué se perdió tan valioso tiempo, durante el cual la economía de
nuestro país, y en particular nuestro pueblo, tuvo que vivir con la inseguridad y los vaivenes,
propios del fantasma del default a la vuelta de la esquina?
Durante la campaña electoral de 2019 e incluso antes, cuando la vicepresidente de la
Nación, en ese entonces senadora, mediante un video anunciaba que tomó la decisión de que
Alberto Fernández sería el candidato a presidente, nos decía que esa unidad –de la entonces
oposición– era para contrarrestar algunas acciones del entonces gobierno, en particular el
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 146

endeudamiento y el “haber vuelto al Fondo”. Por lo tanto, desde antes de asumir el mandato,
sabían bien que esta era una cuestión prioritaria a resolver. Aunque parezca obvio quiero dejar
asentado, que tenemos distintas visiones acerca de las razones y el uso del endeudamiento del
gobierno anterior, pero lo que se destaca, es que este tema, es uno de los pilares sobre los que
se cimentó la alianza que hoy gobierna. Y, sin embargo, como se vió en el tratamiento en
Diputados y lo veremos también hoy, por las propias luchas de poder y por los desacuerdos de
ustedes mismos, han dejado pasar tiempo y oportunidades, teniendo en vilo a todo un país.
Me pregunto si, tal vez, parte de la respuesta no tendrá que ver con la deliberada
intención de dejarle la mayor parte de la carga que esto implica a un próximo gobierno.
Tenemos la obligación de ser sinceros y transparentes de cara a la sociedad: este
acuerdo no es, como lo quieren vender, para resolver el endeudamiento del gobierno anterior,
es para seguir endeudando al país, por eso se piden 5.000 millones de dólares extra y para que
otro gobierno pague el préstamo.
Señora presidente, lo que motiva nuestra presencia hoy en el recinto, al habilitar con dos
tercios el tratamiento sobre tablas del proyecto, es algo que muchas veces “no vende”, que no
es notorio, que pocas veces ayuda a mostrarse como un logro que nos atraiga votos, pero que
sin embargo es esencial al sistema democrático: estamos aquí para apoyar la institucionalidad y
la gobernabilidad. Porque eso es lo que el bienestar del país hoy nos exige a todos. No podemos
cerrar nuestros oídos al que no piensa igual que nosotros. Es nuestro deber escucharnos, para
mantener un diálogo sano entre el oficialismo y la oposición, independientemente del lugar que
nos toque ocupar. Un sabio hace muchos siglos atrás, al escribir una carta a un pueblo en
conflicto, les dijo: "porque algunos de ustedes dicen: «Yo soy libre de hacer lo que quiera.» ¡Claro
que sí! Pero no todo lo que uno quiere, conviene;" o en este caso, le conviene a nuestro pueblo.
Nuestra presencia hoy significa, en esencia, reconocer y ser consecuentes con la
legitimidad que se determinó en las urnas, que sean ustedes a quienes la mayoría del pueblo
eligió, para conducir por cuatro años los destinos del país –más allá de que, obviamente, no es
la opción que nosotros preferíamos– pero para garantizar esa conducción de cuatro años,
necesitan de ciertas herramientas como la que hoy nos ocupa y que les estamos brindando.
Entendiendo eso, lo que hoy estamos haciendo, aunque ciertamente no es lo que más
nos hubiera gustado, pero es lo que corresponde, fortalece la institucionalidad de la Argentina.
Ojalá esto también suceda cuando se inviertan los roles políticos, como debe suceder y sucede
en una democracia madura.
Como contracara, la actitud que ha mostrado una parte de la coalición gobernante le
expone, claramente, a los argentinos quiénes son. Ponen en riesgo la gobernabilidad de su
propio gobierno, dejando claro que está en su esencia, poner palos en la rueda: lo hacían cuando
eran oposición, a sus adversarios y lo hacen ahora que son gobierno a sus “compañeros”, con
los mismos que cantan la marcha peronista.
Por si fuera poco, no son constructivos: en todos estos meses en que el tema del acuerdo
con el FMI ocupa un lugar destacado en la agenda política y en la opinión pública, no hemos
escuchado de parte de ellos ninguna propuesta o plan alternativo; si tienen una opción distinta
de cómo resolver ésta cuestión, ¿por qué no ponerla en discusión de cara a la sociedad?
Lamentablemente, a los santacruceños esto no nos asombra, porque son los mismos
que gobiernan desde hace décadas, en una provincia que tiene todo, absolutamente todo para
ser de las más rica, próspera y desarrollada de la Argentina: minas de oro, carbón, otros
minerales, hidrocarburos, pesca, ganadería, potencial hidroeléctrico y de energías verdes,
potencial agrícola, atractivos turísticos de categoría mundial, gente capaz y emprendedora, pero
sin embargo se encuentra rezagada, con la mayoría de la fuerza de trabajo dependiendo del
empleo público y con la economía primarizada, con actividades meramente extractivas sin ningún
tipo de agregado de valor a sus cuantiosos recursos.
Se equivoca el gobierno, si interpreta este apoyo a la institucionalidad como un cheque
en blanco. Queremos saber, exigimos saber, porque corresponde a las facultades del Poder
Legislativo y porque la gente merece conocer, ¿cómo se va a implementar todo lo conducente a
dar cumplimiento a los compromisos asumidos?, en particular lo referido al control y la paulatina
eliminación del déficit fiscal. Queremos saber, ¿qué va a pasar con la presión impositiva, con los
subsidios a la energía y, consecuentemente, con las tarifas?, ¿cómo esto va a repercutir en la
actividad económica, en el empleo, en el bolsillo de la gente?
Desde que se inició este gobierno, con toda razonabilidad, venimos pidiendo saber qué
plan y qué metas económicas proyectan para nuestro país, qué sectores y actividades serán
promovidas y un sinfín de aspectos indispensables para la previsibilidad de quienes quieren
producir y progresar. La respuesta ha sido siempre la improvisación y esa especie de “mantra”
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 147

presidencial de que no cree en los planes. Sin embargo, las acciones ex post nos vienen dando
una idea de su plan. ¿Y qué vemos? Cuando vemos por ejemplo que en un país con incendios
catastróficos en el Norte y en el Sur y sin recursos para hacerles frente se planea gastar el dinero
de los impuestos de los argentinos en una “unidad de la resiliencia” –más allá de que se haya
vuelto atrás– y que son esos mismos quienes deberán tomar las medidas para cumplir con el
acuerdo que hoy estamos autorizando, realmente el panorama es por lo menos incierto. Y vemos
con claridad que el plan es déficit y más déficit.
Señora presidente: nadie viene alegremente a una sesión referida a un acuerdo con el
FMI, no son los temas que nos gustan tratar, a ninguno de los espacios políticos aquí
representados.
Espero que pronto podamos de verdad debatir en profundidad el problema del
endeudamiento y del déficit fiscal, que son dos caras de la misma moneda, y que afecta
principalmente a los sectores más vulnerables. No debemos olvidar que ese es uno de los
grandes problemas estructurales de la Argentina, y de los argentinos, que nos acompaña a lo
largo de gran parte de nuestra historia, con solo algunos períodos de excepción, como el
desendeudamiento durante la presidencia del doctor Arturo Illia, a quién corresponde
homenajear cada vez que abordamos este tema.
Y para buscar soluciones verdaderas a este problema, que ha aquejado a los gobiernos
de todos los signos políticos, es urgente que encontremos algunas coincidencias básicas entre
todas las fuerzas y todos los sectores. Eso es lo que hoy nos demanda nuestra historia. Tenemos
que dejar de patear el tema para adelante, o sea para las generaciones futuras, y empezar a
buscar soluciones estructurales que se mantengan en el tiempo de una buena vez. Si este debate
sirve para que los sectores del gobierno y de la oposición acerquen posiciones, entonces
podremos generar la confianza necesaria para que aumenten las inversiones y baje el costo del
crédito. De lo contrario solo servirá para profundizar nuestra dependencia del financiamiento del
FMI.
Estamos a las puertas de conmemorar los 40 años de Malvinas que se cumplen en pocos
días, de honrar a quienes dieron su vida por una causa tan elevada para nuestra Nación. ¿Qué
estamos dispuestos a dar nosotros? ¿Qué elecciones, puestos o cargos estamos dispuestos
incluso a perder, de ser necesario, para terminar con el déficit crónico y la adicción al
endeudamiento que hipoteca el futuro de nuestra patria?

6
SOLICITADA POR EL SEÑOR SENADOR UÑAC
(O.D. N° 1/22.)

Señora presidenta:
Durante estos días hemos presenciado en este Congreso Nacional acalorados debates
en relación al proyecto de ley sobre el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, un hecho
inédito del que hoy somos partícipes.
Las negociaciones acordadas con el FMI hablan de la gestión de este gobierno y del
compromiso con los ciudadanos y las ciudadanas.
Este entendimiento nos ubica en un escenario menos asfixiante, con un horizonte de
mayor tranquilidad y con la esperanza de poder recuperarnos de la profunda crisis que nos
generó el endeudamiento que, irresponsablemente, contrajo el gobierno anterior, 45 mil millones
de dólares, el préstamo más grande en la historia del organismo.
Lejos de restaurar la confianza en el mercado y equilibrar la balanza de pagos, esta
deuda –que nunca pasó por el Congreso– formó parte, además, de una gran fuga de divisas que
puso en jaque a nuestras reservas.
No venimos contentos a dar debate sobre un tema complejo que ha generado
incertidumbre y especulación, pero venimos con responsabilidad porque sabemos que la
cesación de pagos es más grave aún.
Queremos el bienestar de nuestro país, queremos el bienestar de nuestras provincias y,
por ende, el bienestar de todos los argentinos y de todas las argentinas.
En el caso de la provincia de San Juan llegar a evitar esta situación tan compleja tiene
implicancias no menores.
El default afectaría a la principal actividad económica de la provincia. El 75 por ciento de
las exportaciones de San Juan provienen de la actividad minera. ¿Qué sucedería entonces si no
llegáramos a un acuerdo de entendimiento?
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 148

El mercado de capitales en dólares se restringiría severamente y las mineras se


quedarían sin financiamiento.
Se limitarían severamente las importaciones, imposibilitando a las empresas traer
insumos imprescindibles para el desarrollo de dicha actividad en la provincia.
La demanda de dólares aumentaría la brecha entre el dólar oficial y el paralelo,
complicando más aún los flujos de empresas que exportan a dólar oficial y parte de sus costos
lo pagan al valor del dólar paralelo.
Por las propias regulaciones, los bancos y fondos se verían impedidos de financiar
proyectos de inversión en Argentina, lo que impactaría de lleno en el financiamiento de la
actividad minera.
Debo destacar que las inversiones mineras son de largo plazo, con lo cual la paralización
o disminución de la inversión y la actividad producirían consecuencias negativas que perdurarían
por años. Caso similar sucede con actividades como la vitivinicultura y la olivicultura, con costos
internos que se mueven con el dólar paralelo.
Por otra parte, significaría también la suspensión de los préstamos que la provincia tiene
con el Banco Interamericano de Desarrollo, por lo que dejaríamos de contar con un préstamo de
casi 60 millones de dólares para desarrollo productivo y la suspensión de los préstamos con
Nación que impactan directamente en San Juan, como Autovía San Juan-Mendoza, ruta 40 y
Paso de Agua Negra a Chile.
No hay dudas de que ese impacto negativo repercute en la producción, en los servicios,
en el trabajo, en el crecimiento y en el desarrollo, con el plus de que enfrentamos una pandemia
que fue letal para la salud, el empleo y la economía.
Por ello, celebro los consensos alcanzados y respeto las disidencias, pero creo,
fervientemente que necesitamos aprobar este proyecto de ley para intervenir en el presente y en
el futuro de nuestro país; por esas razones adelanto mi voto positivo a esta iniciativa del Poder
Ejecutivo nacional.

7
SOLICITADA POR LA SEÑORA SENADORA GARCÍA LARRABURU
(O.D. N° 1/22.)

Señora presidenta:
Hoy es un día de zozobra. Porque votemos cómo votemos, sabemos que se vienen
tiempos muy difíciles y la inmensa mayoría del pueblo trabajador, de los sectores populares, ya
no tienen resto, luego de cuatro años de neoliberalismo descarnado y dos de pandemia.
Parece inverosímil que las críticas a la carta de intención y al memorándum de
entendimiento que formulan quienes formaron parte del gobierno que contrajo esta deuda,
versen sobre la ausencia de reformas estructurales o el insuficiente achicamiento del déficit fiscal;
o bien, estén más preocupados porque no se afecten las ganancias o privilegios de grupos
minoritarios.
Tenemos un 40 por ciento de pobreza y entre los niños y niñas esa proporción asciende
al 55 por ciento. El año pasado el salario mínimo apenas cubrió el 40 por ciento de la canasta
básica total. Como bien sabe, y lo ha manifestado en distintas oportunidades, estamos frente a
una situación social muy compleja y el Estado tiene el imperativo moral de dar respuesta.
Cuando en 2005 Néstor Kirchner canceló la totalidad de la deuda, lo hizo bajo la certeza
de que era la única manera de romper con la injerencia de un organismo qué, desde la última
dictadura cívico-militar, condicionó la política económica nacional, promovió el desguace de
nuestro Estado benefactor y el ajuste sistemático al conjunto del pueblo argentino. Con Néstor,
habíamos cerrado una dolorosa etapa y abierto las puertas de la autonomía.
En ese sentido, estoy convencida de que el objetivo latente del acuerdo firmado entre
Mauricio Macri y el FMI fue clausurar las posibilidades de un desarrollo auténticamente soberano.
Recordemos el marco escandaloso y a espaldas de la sociedad en el que se produjo.
Sin expedientes iniciados en la Administración Pública, ni el informe de impacto del Banco
Central –que obliga ejecutar la Ley de Administración Financiera– en 3 minutos de cadena
nacional, Mauricio Macri condenó a la Argentina.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 149

El Stand-By firmado en junio de 2018 por 50 mil millones de dólares, que tan solo tres
meses después se amplió a 57 mil millones de dólares, constituyó el préstamo más grande de la
historia del FMI otorgado a un solo país. El 61 por ciento de su cartera llegamos a constituir. Esta
irracionalidad financiera, solo la explica el carácter político de aquel acuerdo y la necesidad del
gobierno de Donald Trump de financiar a su aliado estratégico en el Cono Sur, bajo la esperanza
de su reelección o, en su defecto, para asegurar el condicionamiento del gobierno que lo
sucediera.
Resulta incomprensible que los equipos técnicos, funcionarios y directivos del FMI
pudieran suponer que la Argentina estaba en condiciones de afrontar los vencimientos de 2022
y 2023.
Tampoco se interrumpieron los desembolsos cuando los objetivos del programa no se
materializaron y, en lugar de engrosar las reservas del Banco Central, los fondos se utilizaron
para financiar la fuga de divisas. Los números son elocuentes. Entre mayo de 2018 y octubre de
2019 el Fondo giró 44,5 mil millones de dólares y, en el mismo período, la formación de activos
externos ascendió a 45,1 mil millones de dólares.
Esta situación, además de exponer la estafa propiciada por Mauricio Macri hacia el
conjunto del pueblo argentino en favor de un grupo reducido de especuladores, violó los propios
estatutos del fondo, los cuales indican que no se pueden utilizar los recursos provistos por el
organismo para la salida continua de capital. Nada de eso importó y tampoco fue tenido en
consideración por el FMI en la última negociación.
Por eso, es fundamental que avance la investigación sobre las irregularidades cometidas
y el desfalco al Estado de quienes contrajeron la deuda sin perder de vista la corresponsabilidad
del FMI y sus beneficiarios directos.
El peso de una deuda ilegítima no puede caer sobre el conjunto del pueblo argentino.

8
SOLICITADA POR LA SEÑORA SENADORA IANNI
(O.D. N° 1/22.)

Señora presidenta:
Se me hace muy difícil acompañar con mi voto un proyecto que es aplaudido y
acompañado por aquellos que dicen tener responsabilidad política en estas horas, pero que hace
apenas unos meses dejaron sin presupuesto al gobierno por un capricho y que son los
corresponsables de haber tomado la deuda más salvaje y cruel de nuestra historia.
Soy consciente de la importancia que esto significa para Argentina, y que es imposible
vivir en default, pero creo que hay otros caminos y que podemos aspirar a una negociación en
donde, de verdad, los malos dadores de crédito se hagan cargo de sus errores y nos compensen.
Si acompañamos este proyecto estaremos convalidando el manto de olvido que intenta ponerse
a sí mismo el organismo internacional, que sabedor de que jamás tendría que haber dado este
crédito, intentó esconder la basura debajo de la alfombra, pero no es capaz de hacer concesiones
como quitar la sobretasa o aceptar una quita de la deuda o de los intereses.
Todos dicen que como Estado debemos “honrar las deudas”. Este crédito no fue
otorgado a un Estado. Fue una orden del expresidente Trump para tapar los desaciertos del
gobierno de Macri, que había dejado el país al borde de la bancarrota y que había permitido que
sus amigos fugaran más de 85 mil millones de dólares entre 2016 y 2018. Se los dio a Macri para
que solucionara los problemas económicos y financieros del país, y le ganara al peronismo. Pero
en su inutilidad, el gobierno de Cambiemos siguió jugando a la timba y unos pocos se siguieron
enriqueciendo, mientras nos heredaban la peor deuda de nuestra historia, imposible de afrontar,
sumiendo a los argentinos en más miseria y más hambre.
¿Cómo se entiende que el FMI pueda dar un crédito violando abiertamente sus estatutos
y que en cambio no pueda, apelando a esos mismos estatutos, quitar la sobretasa que pagamos?
La explicación es muy clara. Mauricio Claver, exasesor de Donald Trump, confesó que
el expresidente norteamericano ejerció presión sobre el FMI para que le otorgaran 55 mil millones
de dólares a Macri, para salvar a su gobierno. Lo dijo él, no lo digo yo: a Macri, no a la Argentina.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 150

Este acuerdo que estamos evaluando hoy no respeta ninguna proporcionalidad en el


esfuerzo, tal como le solicitamos a la titular del organismo en una carta dirigida a ella el 15 de
noviembre de 2020, cuando todo parecía indicar que la Argentina iba a llegar a un muy buen
acuerdo para nuestro país. Este no lo es.
Yo sé que es mucho más fácil acompañar el proyecto, porque de esa manera te evitás
los piedrazos mediáticos o los reales, como le ocurrió a la vicepresidenta de la Nación en su
despacho. Todavía seguimos esperando la condena pública a esa salvajada por parte del PRO
y la UCR. Y esperamos que la Justicia actúe con celeridad para esclarecer lo ocurrido, como
también deseamos que la Justicia avance en la investigación para determinar los responsables
de la toma de la deuda.
Pero de verdad me resulta muy difícil.
No acostumbro a llorar sobre la leche derramada, pero veo al FMI y lloro.
Yo nunca me enamoré de Christine Lagarde como nos pidió Macri, ni me quiero
enamorar de Kristalina Georgieva. Solo me enamora Cristina cuando nos marca el camino de la
patria grande y cuando nos convoca a trabajar junto a Alberto en defensa de la soberanía política,
la independencia económica y la justicia social, porque para eso volvimos, para ser mejores.
Y acá estamos señor, presidente de la Nación, desde el primer día trabajando junto a
usted para lograrlo. Siempre con la convicción de que en nuestras semejanzas podemos marcar
las diferencias, con el único sentido de aportar y construir juntos el país que nos merecemos. El
que nos merecemos y no el que nos heredaron.
Y convoco a todos a trabajar juntos, para conseguir un acuerdo que nos libere las
cadenas para seguir creciendo, porque como dijo alguien que de defender al país sabía mucho:
“Los muertos no pagan”.

9
SOLICITADA POR EL SEÑOR SENADOR MONTENEGRO
(O.D. N° 1/22.)

Señora presidenta:
Estamos aquí reunidos para fijar nuestra posición y acompañar con nuestro voto un
acuerdo de refinanciación que sin duda, no hubiésemos querido nunca tener que acompañar.
Quienes nos involucramos con la política desde hace muchos años, sabemos señora
presidenta, que tal como usted mencionó en ese video en el que despiadadamente se demostró
cómo vandalizaron su despacho, atacando en consecuencia la institucionalidad que usted
representa, siempre, pero siempre, supimos que los acuerdos con el Fondo Monetario
Internacional, significan penuria para los pueblos donde ese Acuerdo es aplicado.
Por eso, se debe aclarar cuantas veces sea necesario, que ese acuerdo firmado en el
año 2018, y que hoy debemos refinanciar, no lo generamos nosotros, sino que es producto de la
irresponsable y desastrosa gestión del anterior gobierno, quienes alardeaban continuamente en
ser los mejores gestores de los últimos 50 años y terminaron llevando a nuestro país y nuestra
sociedad a un colapso financiero y socioeconómico, que hoy indefectiblemente debemos reparar.
Es por ello que, para quienes fuimos ungidos con el voto popular, nuestra mayor
responsabilidad al momento de debatir y votar una ley es saber en principio si esa iniciativa que
se debate es beneficiosa para nuestro país y principalmente para las provincias que
representamos.
Como primera medida, quiero señalar que a diferencia del gobierno anterior, este
acuerdo se lo envía para que seamos nosotros, tal como nuestra Constitución indica, los que
debatamos, conciliemos y acordemos acerca de considerar esta refinanciación, pero siempre sin
perder de vista que este acuerdo es el mejor posible tras arduas negociaciones, en las que el
gobierno nacional pudo establecer las pautas necesarias para honrar los compromisos
internacionales asumidos y al mismo tiempo evitar nuestro colapso socioeconómico y financiero.
Por eso debemos aclarar que lo que hoy debatimos es el acuerdo que nos permita
solucionar lo firmado irresponsablemente en el año 2018, en el que se privilegió a la fuga y timba
financiera y que derivó en un crecimiento insostenible de la deuda con el Fondo. Son más de 44
mil millones de dólares, cuyo pago debemos afrontar en forma intempestiva comenzando a pagar
en forma inmediata una deuda inconcebible para algún país en el mundo. Un acuerdo que en
palabras del expresidente Macri, iba a llevar a nuestro país a ser el más atractivo para la “lluvia
de inversiones” que, claro está, nunca llegó y, para quien el problema de la deuda lo arreglaría
en tan sólo 5 minutos.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 151

Pues fue así, que con tal grado de irresponsabilidad, voluntariamente nuestro país se
sometió a una deuda récord en el mundo y en la que ningún dólar fue para inversión en
infraestructura, desarrollo o bienestar para los argentinos, sino que como dije antes, sólo sirvió
para la “timba y fuga” de divisas. Surge entonces una pregunta inevitable: ¿Por qué el FMI, le
presto al país esa cantidad de dinero?, que ellos mismos califican como excepcional, sin ningún
tipo de control, favoreciendo la salida constante de capitales.
Nuestra responsabilidad hoy es inmensa, no tan sólo por ser artífices de la sanción de
este acuerdo, sino porque debemos ameritar entre una refinanciación o dejar que nuestro país
se encamine a un default con consecuencias tremendas para nuestra economía en general,
nuestro desarrollo individual como sociedad y para nuestras empresas a las que se les tornará
imposible establecer políticas de desarrollo y estrategias de mercado.
Hoy, como senador en representación de mi querida provincia de Santiago del Estero, y
como representante sindical, me veo inmerso en la delicada situación de decidir sobre los
destinos de nuestra Patria, ante un mundo consternado aún por una pandemia sin precedentes
en el mundo moderno y una guerra, lamentablemente una más, que alterará visiblemente el
tablero mundial tanto en lo político y más aún en lo económico.
Es en este escenario, en el que hoy debemos asumir la responsabilidad de dar precisión
a nuestra Nación y especialmente a nuestras provincias, para que puedan tener un marco seguro
de estabilidad y poder así proyectar su futuro.
Por primera vez, en el marco de los acuerdos con el FMI podemos decir que no
pondremos en riesgo la recuperación económica que, según los indicadores económicos, se
viene produciendo en este último año; se evitan las políticas de ajuste y reformas que significan
demérito de los derechos laborales y previsionales, siendo esta característica totalmente
innovadora en este tipo de acuerdos, por eso el acompañamiento de los sectores sindicales y la
tranquilidad que, como dirigentes, tenemos. Nunca nos convencieron los acuerdos con el FMI,
porque siempre resultó opresión para el pueblo trabajador, pero en esta refinanciación
observamos que ningún derecho laboral será perjudicado.
Se comienza a pagar dentro de cuatro años y medio y se hará en doce cuotas
semestrales comenzando la primera cuota en el segundo semestre del año 2026, concluyendo
en el último semestre del año 2034, lo que significa que tendremos un período de gracia para
poder crecer sin sacrificar ningún derecho laboral, y a la vez generar inversiones para el
desarrollo de la infraestructura que nos permita elaborar políticas de crecimiento sustentables
con inclusión social. No se modifican, alteran o se eliminan planificaciones de obras de
infraestructura para las distintas jurisdicciones provinciales, lo que genera un alivio extraordinario
para el crecimiento de nuestras economías regionales.
Párrafo aparte, merecen los comentarios y posiciones que con total liviandad hace la
oposición al acuerdo alcanzado. Mucho critican el tiempo de negociación que originó el acuerdo,
como si estos dos últimos años hubiesen sido tiempos normales en el mundo contemporáneo,
sin observar o mejor dicho, maliciosamente, no mencionar los dos años de pandemia que
pusieron en vilo al mundo entero y que aún no hemos superado. Lógicamente para la oposición
lo arreglaron en cinco minutos, y…. “así nos fue”.
Llegamos casi al borde del colapso financiero, con las consecuencias nefastas de un
préstamo excepcional y con metas acordadas, que el mismo F.M.I., comenta en su documento
de autocrítica y en el que informa que la Argentina del gobierno del expresidente Macri, “no
cumplió” con los objetivos de restaurar la confianza del mercado, reducir los desequilibrios
externos y fiscales, lograr la estabilidad, bajar la inflación y proteger a los más vulnerables.
Entonces, ¿En serio la oposición hace críticas a la negociación que nuestro gobierno debía
encarar, ante tal desastre fiscal, económico, financiero y social que el acuerdo del año 2018,
significó para las argentinas y los argentinos?
Critican también las diferentes posiciones alcanzadas con respecto al acuerdo en
nuestro Frente de Todos, sin embargo, hemos expuesto de cara a la sociedad nuestra visión en
el tratamiento de este tema tan delicado, expresando posturas que parecen diferentes, pero que
en definitiva solo demuestran que el debate puertas adentro de un mismo partido es siempre
beneficioso, porque son el reflejo de lo que piensa nuestra sociedad y el conjunto de votantes
del Frente de Todos; pero que de ninguna manera se debe percibir como “quiebres” o
“desacuerdos”, por más que muchos lo quieran, sólo es la manifestación vigorosa de nuestra
dirigencia política adentro de nuestro partido que conlleva una única preocupación, “el bienestar
de todas y todos las y los argentinos”.
Por último, señora presidenta, en este tiempo de arduas negociaciones, y de búsqueda
de consensos, nos conduce a una conclusión como es la convicción de que aprobaremos el
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 152

Acuerdo sin poner en riesgo la recuperación económica, evitando políticas de ajuste, y


generando políticas públicas que tornen creíble el crecimiento sostenido de nuestro país en su
conjunto.
Desde ya, y sabiendo de la responsabilidad que hoy debemos afrontar en nombre de
nuestra Nación y en representación de mi provincia, acompaño con mi voto afirmativo.

10
SOLICITADA POR LA SEÑORA SENADORA DURÉ
(O.D. N° 1/22.)

Señora presidenta:
Tenemos en consideración en la sesión del día de hoy, el proyecto con media sanción
sobre el Programa de Facilidades Extendidas a efectos de refinanciar la deuda existente con el
Fondo Monetario Internacional (FMI), correspondiente al acuerdo Stand-By suscrito en el año
2018 por el expresidente Mauricio Macri del cual nuestro pueblo no vio ni un solo peso; no se
destinaron recursos a las provincias, municipios, escuelas, a la salud, ni mucho menos a atender
las necesidades básicas de nuestro pueblo; y sobre todo no llegaron a las y los más vulnerables.
Esta feroz deuda nos preocupa a la inmensa mayoría de los y las argentinos y argentinas,
ya que el préstamo político a Macri se llevó adelante bajo múltiples irregularidades.
Irregularidades para la legislación local, irregularidades para la institucionalidad de nuestro país
e irregularidades para el propio FMI. Éste quizás constituya el hecho más bochornoso respecto
de la refinanciación de la deuda que estamos tratando hoy, y es que la toma de deuda política
de Macri fue hecha de espaldas al pueblo argentino.
El concepto que nos guía es claro; los números tienen que cerrar con la gente adentro,
ese es el camino para revertir la pandemia macrista, ese el camino para volver a salir del FMI,
es el camino para dejar atrás otra página de entrega de soberanía por parte de un gobierno como
el de Mauricio Macri y compañía, que llegó a la Casa Rosada con la firme intención de tercerizar
la política económica en manos del FMI.
La pandemia macrista nos dejó un préstamo impagable. Un préstamo que no fue
financiero, sino político. Un préstamo que no tuvo como objetivo engrandecer la Patria sino
financiar al gobierno de Cambiemos para que pueda terminar con el macabro plan que tenía
como objetivos destruir el poder adquisitivo de los asalariados, reprimizar la economía y arrasar
con todos los derechos del pueblo trabajador.
Es por eso señora presidenta que quiero hacer mención a este acuerdo que tratamos en
el día de hoy en el que me permito hacer mención en uno de sus puntos, ya que considero que
se condicionan las políticas de género, donde promete la “Promoción de la equidad de género e
inclusión”, y decir aquí que, sin embargo, la experiencia de nuestra historia con el FMI da
sobradas muestras de que el organismo tiene una particular perspectiva de género. Toda vez
que los planes de ajuste que negocia con los gobiernos de los países deudores recaen sobre las
espaldas de las y los trabajadores; y las más perjudicadas son las mujeres y diversidades, sobre
todo con las mujeres sostén de hogares vulnerables. Vale decir que de los 45 mil millones de
dólares que el FMI desembolsó al gobierno de Mauricio Macri, se destinaron $0 (cero pesos) a
políticas con perspectiva de género.
Es evidente que el acuerdo con el FMI condiciona cualquier política de género y
diversidades. De avanzarse en este sentido, se verían amenazados programas que fueron
pensados con la premisa de crear herramientas financieras para la real inclusión de mujeres y
diversidades. Las cuales se ven en riesgo frente a este acuerdo, el cual tiende a condicionar la
posibilidad de crecimiento y por lo tanto la reducción de las brechas de género. Y es eso lo que
no vamos a permitir, y por lo que entendemos que se pone en riesgo la continuidad de ampliación
de derechos, conquistas y contención de nuestras mujeres, diversidades y niñeces.
Tal como declaró el expresidente Macri al canal CNN en español (8/11/21) "La plata del
FMI la usamos para pagar a los bancos comerciales que se querían ir”, según consideró, por
miedo a que cambiase el gobierno. Es decir, que los compromisos asumidos con el FMI por dicho
préstamo no sólo postergaron el acceso a derecho de muchos sectores sociales, lo que impacta
en mayor medida a las mujeres, diversidades y niñeces; sino que, para hacer frente a dichos
pagos, también se afectará el fortalecimiento de políticas y presupuestos con perspectiva de
género.
En estos términos, abordar equitativamente las tareas de cuidado, que es una temática
esencial, sumada a la identificación de los obstáculos para el desarrollo de mujeres y
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 153

diversidades, fomentando su inserción en el mercado laboral –sobre todo en sectores


estratégicos–, junto a la lucha por erradicar la violencia por motivos de género, se vería
condicionada por las metas acordadas con el organismo.
Asimismo, se presenta otro condicionante: seguir recuperando la economía de la
Argentina tras los golpes de la pandemia; y sabemos que la situación económica impacta
asimétricamente sobre las mujeres y niñas. La pobreza está feminizada y son las mujeres las
que tienen más dificultades para entrar en el mercado laboral, por eso, la deuda es con nosotras.
Un análisis de la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía
señala que las mujeres tienen una menor participación en el mercado laboral y mayores niveles
de informalidad, perciben menores ingresos y registran mayores niveles de desocupación que
los varones. Un dato fundamental es que el trabajo no remunerado es realizado en un 75,7 por
ciento por mujeres, que destinan en promedio 6,4 horas diarias a estas tareas; casi una jornada
laboral extra; en los trabajos formales, los varones tienen ingresos un 30 por ciento mayor que el
de las mujeres a mismo trabajo; en empleos informales, la brecha aumenta al 35,6 por ciento.
Datos que se vieron encrudecidos en el contexto de pandemia y se verán, aún más, frente al
acuerdo propuesto.
Otra generación de mujeres y diversidades tendrá que seguir esperando, dado que como
se mencionó, por un lado, la pandemia profundizó aún más la brecha de género y, por el otro,
las condiciones de este acuerdo con el FMI perjudicarán la profundización de políticas de género
en nuestro país.
Sabemos que la deuda es con las mujeres, diversidades y niñeces, por ello, resulta
imperioso no legitimar esta deuda ya que posterga los derechos conquistados y aún por
conquistar para las mujeres y diversidades en materia económica, política y social.
Esta deuda es una herramienta más de dominación, de pérdida de soberanía nacional,
y un gran negocio del organismo que es seguir endeudando a nuestra sociedad donde las
mujeres de los sectores populares serán las más afectadas.
Siguen siendo, seguimos siendo, las mujeres quienes resisten la precarización laboral y
los bajos salarios. ¿Por qué pagar una deuda que nosotras no generamos?
La deuda es con nosotras: porque nos debemos una justicia con perspectiva de género,
nos debemos mayor equidad. Porque en un país dependiente financieramente como el nuestro,
somos las menos soberanas. No al acuerdo con el FMI, porque las deudas se pagan, las estafas
no.
Por último, señora presidenta, decir que formo parte de una generación que cree
fuertemente en la política como herramienta de trasformación y de ampliación de derechos, con
nuestras banderas de soberanía política, independencia económica y justicia social bien en alto
y a las que no dejaremos en la puerta de entrada de este Honorable Senado de la Nación
Argentina. Porque tenemos coherencia, convicciones, sabemos de dónde venimos y a donde no
queremos volver, como dijo nuestro expresidente Néstor Kirchner “Los muertos no pagan las
deudas¨, y nosotros estamos hoy acá, honrando la historia del proyecto de país que queremos y
su memoria.
11
SOLICITADA POR EL SEÑOR SENADOR PARRILLI
(O.D. N° 1/22.)

SUMARIO

1. Sentimiento personal…………………………………………………………………………………………
2. Verdad relativa…………………………………………………………………………………………………..
3. Lograron su objetivo y dominarán más tranquilos………………………………………………
4. Historia de la Deuda en la Argentina…………………………………………………………………..
5. Formación de activos externos y el FMI en 2018………………………………………………..
6. Medida del Blanqueo de Capitales: Ley 27.260…………………………………………………..
7. Detalle de movimientos de Fuga de Capitales…………………………………………………….
8. …y al final llegamos al FMI..………………………………………………………………………………..
9. Los Plazos de devolución del Crédito de Macri…………………………………………...........
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 154

10. ¿Qué es el FMI y su relación con Argentina?.........................................................


11. Tierra arrasada, pandemia e inicio de las negociaciones ……………………………………
12. El FMI y otros países…………………………………………………………………………………………..
13. Conversaciones y debates con funcionarios del Poder Ejecutivo………………………..
14. Perdida de reservas del Banco Central ……………………………………………………………….
15. Reestructuración o refinanciación………………………………………………………………………
16. Acuerdo FMI – Argentina: ¿Ultra Vires? …………………………………………………………….
17. Informe EX POST del FMI – Diciembre 2021……………………………………………………….
18. DEFAULT O ARREAS: ¿Qué sucede ante el no pago al FMI?...................................
19. La negociación: inexperiencia, ingenuidad o debilidad……………………………….........
20. Los memorando suscriptos…………………………………………………………………………………

21. FINAL – Sincericidio ……………………………………………………………………………………………


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1. Sentimiento personal

En diciembre de 2019, cuando asumí como senador nacional, expresé que sentía un raro
sentimiento por verla a usted presidiendo el Senado de la Nación como vicepresidenta de la
Argentina, y yo como senador nacional por mi provincia, Neuquén.
Era raro y especial lo que sentía, porque veníamos de 4 años de difamaciones, agravios,
persecuciones judiciales, espionajes, etc., etc.
Ahora estábamos nuevamente iniciando un período con la responsabilidad de volver a darle
respuestas a nuestro pueblo, luego de lo que fue la tierra arrasada que nos habían dejado.
No voy a hacer un balance de estos más de dos años de gestión pero quiero decir, simplemente,
que no tengo ninguna satisfacción ni alegría por lo que expresaré a continuación. No es un buen
día para mí; y seguro para muchos de mis compañeros será una de las jornadas que quisiéramos
que nunca hubiera ocurrido.

2. Verdad relativa

Como decía Néstor, todos tenemos una verdad relativa en la que creemos y a la cual
defendemos. En mi historia política he tenido aciertos y errores. Algunos los he podido remendar.
Siendo Diputado Nacional, de 1987 a 1991, apoyé la ley de jubilación privada (la que dio ingreso
a las famosas AFJP) con la estafa que significó para los trabajadores y el pueblo argentino ese
sistema. Lo hice porque creí en ello, no me presionaron ni tuve otro interés que legislar con
convicción. Pero me equivoqué.
Hoy me siento orgulloso de haber formado parte de los Gobiernos de Néstor y Cristina, y que
durante su mandato, en el 2008, tuve la oportunidad de remediar y corregir ese gravísimo error.
Derogamos esas leyes y creamos lo que hoy es el Sistema integrado de Jubilaciones y
Pensiones de mayor cobertura previsional de América Latina.
¿A qué viene todo esto? preguntarán ustedes, bueno, a que simplemente no quiero volver a
equivocarme, votando lo que por comprensión histórica, convicción política y
responsabilidad institucional, creo que es el mayor error que está cometiendo nuestro
gobierno.

3. Lograron su objetivo y dominarán más tranquilos

Estamos nuevamente ante una Argentina de rodillas, sometida a las extorsiones y presiones del
FMI, y esto no fue obra de la naturaleza ni de un hecho divino. Hoy hay dirigentes políticos que
festejan este acuerdo, empezando por Macri, Sturzenegger, Prat-Gay, Caputo, Marcos Peña,
Dujovne, Sandleris, etc. etc.
Hoy la mayoría de ellos están trabajando en los bancos y financieras que esquilmaron a la
Argentina y que fueron los beneficiarios de la estafa del crédito del FMI.
Seguramente esta noche dormirán más tranquilos, porque este nuevo acuerdo les intenta lavar
sus culpas, al igual que al Staff del FMI y sus 300 o 400 funcionarios que hoy verán que ya no
se hablará más de su irresponsable y criminal decisión del año 2018, cuando avalaron con sus
mentirosos e inventados informes la factibilidad del crédito.
Estos funcionarios, que cobran 400 a 500 mil dólares por año, que viajan en primera y se
hospedan en fastuosos hoteles, cobran viáticos exorbitantes, no pagan impuestos a las
ganancias, gracias a este acuerdo nos van a gobernar a los argentinos y a las argentinas por lo
próximos diez años. Y nos quieren dar lecciones de “decencia, buena administración y
eliminación de privilegios”.
Días pasados me razonaba un ex integrante del FMI que si estuvieran en una empresa privada
ya los hubieran despedido por inútiles y mentirosos y que deberían jubilarse con los bonos de
los países a los que ellos asesoran; y no del frondoso presupuesto de más de mil millones de
dólares anuales que administran y que esquilman a los países deudores.
Según el “CONVENIO CONSTITUTIVO DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL”, y para
que “el Fondo pueda cumplir las funciones que le están atribuidas”, gozan de diversas
condiciones de inmunidad jurídica, tributaria , impositiva, cambiaria y contable.

4. Historia de la deuda en la argentina


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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 156

A lo largo de nuestra historia, así como hubo gobiernos que endeudaron, hubo otros que se
encargaron de desendeudar. Y aunque no les guste que se recuerde lo que sucedió antes, es
bueno conocerlo para deslindar responsabilidades históricas.
La historia de las deudas odiosas de la Argentina se inicia en el año 1822 con el crédito que
Rivadavia toma de la banca inglesa Baring Brothers, por un millón de libras esterlinas; y que
luego de intereses anticipados, recupero de gastos, sobrecargos, comisiones, descuentos por
cotización de bonos, gastos de viajes, quedó reducido a la mitad (552.700 libras), de las
cuales casi 400 mil libras se quedaron en Inglaterra y fueron tomadas a cuenta de las
utilidades de sus compañías, porque en la Argentina no había libras. Lo que hoy
denominamos fuga de divisas.
Se hipotecó la Provincia de Bs As y el crédito lo terminó de pagar, 120 años después, el
gobierno de Perón, abonando 23 millones 700 pesos fuertes.
Mitre Y Roca también tomaron importantes deudas, para financiar las guerras de la “Conquista
del Desierto” y de la Triple Alianza (o triple infamia) contra el Paraguay.
La otra gran estafa se produjo en 1933 en el Gobierno del Gral. Justo, con el pacto firmado por
el Vicepresidente “Julito” Roca y el representante inglés, de apellido Runciman.
Por el pacto Roca-Runciman, el 85% de las exportaciones de carne argentina se debía realizar
por frigoríficos Anglo-Yanquis, y sólo el 15 % por frigoríficos argentinos que no persigan
propósitos de lucro. Se le dio libre importación al carbón inglés y otras manufacturas que
competían con la incipiente Industria Argentina.
Además se le dio a la Argentina un crédito de 13 millones de libras esterlinas, de los cuales
sólo se dispusieron de 3 millones y medio, porque los otros diez millones se destinaron a
compensar las utilidades que la empresas inglesas “debían” remitir a su país. Eso constituyó una
nueva y fenomenal fuga de capitales. Esta deuda también la canceló el Gral. Perón en el año
1952 con el pago de casi 13 millones de pesos moneda nacional.
El tercer gran hito de estas infames deudas fue en la década de 1990, con el famoso Plan
Brady donde el Estado argentino dejó en manos de bancos privados extranjeros, la recopilación
y administración de la deuda pública de nuestro país, según lo que los propios bancos acusaban.
El plan llevaba su nombre en referencia a su impulsor, el entonces Secretario del Tesoro de
EEUU, Nicholas Brady, y consistió en el reconocimiento de todas las deudas, para las cuales se
emitieron bonos que luego se utilizaron para las privatizaciones y otros terminaron en el default
del 2002.
La 4Ta gran estafa de deuda y fuga de capitales fue la que suscribió Macri en 2018 Y que
hoy estamos tratando; y que analizaré a continuación.
¿Quiénes fueron los gobiernos que desendeudaron a los argentinos? no muchos, se
cuentan con los dedos de la mano, y no es opinión, son datos objetivos y reales.
Hipólito Irigoyen no se endeudó, tampoco el General Perón, en ninguna de sus dos
presidencias, Illía en 1963 y Néstor y Cristina en sus respectivos mandatos.
Esa política de desendeudamiento no fue producto de un pensamiento “radicalizado” como
algunos gustan llamar, sino el fruto de una política soberana, que fue acompañada por la mayoría
de los países del mundo. Recordemos que el gobierno que usted presidió consiguió un histórico
pronunciamiento de la ONU el 10 de septiembre de 2015.
Ese día, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas aprobó con 136 votos
positivos, 41 abstenciones y 6 negativos, la resolución que limita el accionar de los fondos
buitre a través de una serie de nueve principios que dan marco a un sistema legal global para
los procesos de reestructuraciones de deuda soberana.
La resolución fue tomada por mayoría simple de votos, tras una discusión que se extendió por
espacio de seis meses y que fue impulsada inicialmente por Argentina y el G77 más China.
La delegación argentina, encabezada por el canciller Héctor Timerman y el ministro de
Economía, Axel Kicillof, estuvo conformada por la embajadora en Estados Unidos, Cecilia
Nahón; y la representante ante el organismo multilateral, María Cristina Perceval.
Los nueve principios que contiene la resolución son los de soberanía, buena fe, transparencia,
imparcialidad, tratamiento equitativo, inmunidad soberana, legitimidad, sostenibilidad y
reestructuración de la mayoría.
Lamentamos que este antecedente fundamental no haya sido tomado en cuenta para
negociar este acuerdo que hoy discutimos, ni que haya sido motivo de aliento e inspiración para
recurrir ante ese organismo para impulsar la revisión crítica del Stand-By del año 2018.
Usted describió, ese día, ante los argentinos y argentinas, que:
“Es importante cumplir con los compatriotas, pero también es muy
importante trasladar ese cumplimiento al mundo global. Hoy lo hemos
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 157

hecho y, argentinos, debemos sentirnos orgullosos de lo que hoy


hemos logrado. Valió la pena tanta discusión y debate; valió la pena
dar el debate; valió la pena dar la pelea. Sí, pelea, muchas veces hay
que pelear para defender los intereses, como peleas vos para que tu
hijo pueda seguir estudiando; como peleas vos todos los días para
seguir en el trabajo o para que te aumenten el sueldo o te mejoren las
condiciones de vida. Porque esto también es parte de la vida: la
lucha”.

5. Formación de activos externos y el FMI en 2018


La formación de activos externos, también conocida como “fuga de capitales”, en lo que nos
interesa al presente análisis, es un mecanismo legal que el gobierno de Cambiemos
promocionó, brindando la liberación de restricciones cambiarias e incentivando a los capitales
nacionales y -fundamentalmente- extranjeros, para que coloquen sus divisas en nuestro país
para inversiones netamente financieras y especulativas; sin generar ni un solo puesto de
trabajo, capacidad industrial, es decir, sin contribuir al crecimiento genuino del país.
Apenas iniciada la gestión de Cambiemos, el Poder Ejecutivo puso fin a las regulaciones
cambiarias y controles de capitales existentes en la Argentina hasta ese momento. El 17 de
diciembre de 2015, el gobierno aumentó el límite de compra mensual de 2.000 dólares a 2
millones para las personas físicas; y definió que todo nuevo ingreso de dólares del exterior
tendría derecho a la libre salida por igual monto.
Asimismo, el Ministerio de Hacienda y Finanzas, cuya conducción estaba en manos de Alfonso
Prat Gay, eliminó el encaje del 30% por un año -depósito obligatorio en dólares que debe
mantenerse durante un determinado plazo y que sirve como herramienta de regulación al ingreso
de capitales- cuando se ingresaran capitales del exterior, y a su vez redujo el requisito de
permanencia de dichos fondos de 365 a 120 días (a través de la Resolución 3/2015 del
Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas). Luego, Nicolás Dujovne, mediante la Resolución
1-E/2017 del Ministerio de Hacienda, removió el plazo de permanencia mínimo para las
inversiones de cartera.
Esto último, sumado a una tasa de interés récord, acabó por configurar un “casino” de
operaciones financieras de corto plazo prácticamente sin parangón a nivel mundial. En
este “casino” no había azar, sino que unos pocos sabían cómo estaban marcadas las cartas
y en qué número iba a caer la bolilla de la ruleta. Los fondos con que se le pagaban a los pocos
ganadores, los grandes fondos de capital estadounidenses y los amigos de Macri, salían
del trabajo de los argentinos y las argentinas. Mientras la pobreza aumentaba y las fábricas se
paraban unos pocos ganaban millones de dólares a partir de la bicicleta financiera y luego
los fugaban.
Esta convirtió a la Argentina en el epicentro del ciclo de valorización financiera,
endeudamiento y fuga de capitales, generando un daño excepcional a las arcas del Estado,
distribución regresiva del ingreso y, en consecuencia, un desfinanciamiento y desarticulación del
tejido productivo industrial.
El grueso de la fuga producto de la bicicleta financiera comenzó a principios del 2018, cuando
los compromisos de pasivos por vencer ascendieron a 90.024 millones de dólares, casi cuatro
veces más que lo proyectado a finales de 2015 para ese año. Esto provocó que en marzo los
bancos y fondos de inversión que habían financiado a la Argentina cerraran el grifo. A
pesar de que el gobierno macrista le haya echado la culpa a la lira turca y la suba de las tasas
de la Reserva Federal de los Estados Unidos, la desregulación cambiaria y de capitales de
su gestión fue la culpable de la corrida cambiaria de abril que llevó al gobierno a volver al
FMI. A partir de mayo la salida de capitales de Argentina fue estrepitosa.
Prueba de la situación estable y con un crecimiento en marcha recibida en diciembre de 2015
por el gobierno que usted culminó, fueron dos momentos explícitos reconocidos por el propio
macrismo. Uno fue el sincericidio del ex ministro de economía Nicolas Dujovne, cuando junio
de 2016 manifestó que no solo la Argentina estaba en una posición desendeudada en
dólares de las mejores de toda su historia, sino también lo estaban las empresas y las
familias argentinas en diciembre de 2015. Por otro lado, en la cumbre de la “Mini Davos”
organizada por el Gobierno de Macri, en septiembre de 2016, se expresó en el documento
“Argentina Tierra de Oportunidades”, la beneficiosa situación y robustez de la economía, que
presentaba la Argentina. Allí expresaron que la relación deuda en dólares/PBI era del 13 %
versus un promedio del 60% en toda Latinoamérica.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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Las políticas de endeudamiento bajo legislación extranjera no dieron respiro, y ya en


diciembre de 2015, emitieron títulos -por el litigio de los Fondos Buitre-, por 14.000 Millones de
U$S, y fueron “récord de países colocando bonos soberanos, entre abril de 2016 y abril de 2018”
(Fuente: pág. 13 informe BCRA Fuga).
Junto a la Nación, muchas de las provincias Argentinas, incluyendo en ellas a la provincia de
Bs. As, acompañaron esos procesos acelerados de endeudamiento en moneda extranjera.
Esto último no debe quedar en segundo plano, ya que el gobierno nacional de Cambiemos
también sometió a una dominancia a las provincias, alentándolas a endeudarse en dólares,
transformado deudas en pesos a deudas en dólares, para ganancia de fondos especulativos
y bancos, muchos de ellos ligados a los funcionarios del gobierno de Mauricio Macri.
Este esquema de especulación y endeudamiento sin antecedentes en moneda extranjera
tanto del gobierno nacional, provincial y también de las empresas privadas e incluso de
muchas familias; alcanzó magnitudes inéditas, y las consecuencias de la valorización financiera
derivaron en la aceleración de la salida de capitales al exterior. Hasta el ingreso en el default
técnico del macrismo en el 2019, el endeudamiento externo público fue en promedio de 33.500
millones de dólares por año, entre 2016 y 2018, un nivel superior a la deuda pública contraída
durante el período 1976 a 2001 e incluso al salvataje financiero de la crisis del 2002.
El 8/03/2016 subieron las tasas de intereses y las llevaron al 38%. Comenzó a incrementarse
la especulación de capitales externos que traían sus dólares, los depositaban a corto plazo en
pesos con tasas inéditas en el mundo y luego, convertían y sacaban sus dólares con esas
rentabilidades. Un negocio 100% rentable y seguro que no dejaba al país ninguna base para
el desarrollo y crecimiento, todo lo contrario, luego había que disminuir las reservas del Banco
central para venderles los dólares para que pudiesen, si así lo consideraban, retirarse con un
rendimiento nunca visto en la historia mundial.
En Agosto de 2018, la BBC publicó: “Argentina sube la tasa de interés al 60%, la más alta del
mundo y que casi triplica la de Venezuela”.
(https://www.bbc.com/mundo/noticias-45363180)
E incluso, según el Cronista: “Se dispara la tasa de LEBAC y supera el 85% en el mercado
secundario”
(https://www.cronista.com/finanzas-mercados/Se-dispara-la-tasa-de-LEBAC-y-supera-el-85-en-
el-mercado-secundario-20180830-0032.html)
Debido a que el Banco Central no imponía ninguna restricción a la entrada y salidas de
capitales, Argentina quedaba muy permeable o dependiente a las decisiones de estos capitales
especulativos, que de un momento a otro decidieron retirarse. Como decía nuestra querida María
Elena Walsh, “vámonos a otros roperos a llenarlos de agujeros”. Y sin ton ni son, se retiraron y
dejaron a la Argentina “patas para arriba” con la deuda en moneda extranjera generada en el
corto plazo más rápida de la historia.
El informe del Banco Central titulado “Mercado de Cambios, deuda y formación de activos
externos, 2015-2019” describe, en un gráfico, la situación de la evolución de las posiciones netas
diarias de no residentes y cómo se le va dando la bienvenida al FMI:
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 159

Como se observa, en marzo de 2018, justo antes del momento del pedido de rescate al FMI,
empezó a bajar la pendiente y comenzó la salida de capitales como se visualiza en el gráfico.
Podemos citar el día 25/03/2018, que fue récord de venta de reservas, el BCRA, vendió 1.500
Millones de U$S, siendo la mayor intervención diaria de su historia. (fuente:
https://www.lanacion.com.ar/economia/dolar/los-seis-momentos-del-dolar-en-la-era-macri-del-
fin-del-cepo-al-record-nid2110460/)
Es importante resaltar que no fue sólo un movimiento contable o económico de las sumas que
ingresaron y luego se retiraron, sino que a los fondos que se retiraban hay que adicionarles la
rentabilidad en dólares que inició en un 38% y llegó a más del 85%, que lógicamente debían
salir de las reservas del Banco Central de la Argentina.

6. Medida del Blanqueo de capitales (ley 27.260)

El 22/07/2016 diseñaron el Blanqueo, en donde habilitaron a blanquear casi 120.000 Millones


de U$S, con la posibilidad de dejar las divisas en el exterior. Recordemos que el Hermano de
Macri (Gianfranco, habilitado por Decreto) blanqueó 36 Millones de U$S, Nicky Caputo, 27
Millones de U$S, el primo de Marcos Peña, más de 6 Millones de U$S, los hermanos de
Clusellas (ex Secretario de Legal y Técnica), más de 20 Millones de U$S, etc.
Unos meses después, el 29/03/2017, con la excusa del supuesto apoyo al emprendedor,
crearon las Offshore para la ocultación de las verdaderas maniobras: el lavado y la evasión,
denominadas las SAS (Sociedades por Acciones Simplificadas), que generaban un vehículo, en
gran parte para transparentar ese dinero sucio blanqueado, sin controles de legalidad y
duramente criticadas por las organizaciones internacionales, la OCDE y el GAFI.
Además, el Blanqueo de capitales le ha generado a las arcas del estado un ingreso adicional
de 10.000 Millones de Dólares que se sumó a la recaudación tributaria nacional.
En resumen, el blanqueo de capitales no exigiendo ni incentivando ninguna repatriación
de divisas, permitió que, de los 120.000 Millones blanqueados, 95.000 Millones, blanqueados
y radicados en el exterior, (80% del total) no hayan reingresado al país. Decimos reingresados
porque para que quede claro, esa ganancia de 120.000 millones declarada por el blanqueo del
año 2016, son ganancias obtenidas por las empresas y particulares en la Argentina en el período
del 2003 al año 2015.

7. Detalle de movimientos de fuga de capitales

Como mencionamos, aún no se había dispuesto por el macrismo ninguna restricción cambiaria,
con lo cual se podía seguir adquiriendo divisas, importación sin control ni límite. Tampoco regía
prohibición alguna a la distribución de utilidades al exterior.
Aclaremos además que, como menciona el Informe del BCRA, desde el 01/07/17 la declaración
de egresos de divisas era a mero título estadístico.
Otro dato ilustrativo, ahora de las sociedades: el informe del Banco Central que indicó que en
los 4 años del macrismo la fuga total fue de 86.000 Millones de U$S, mostró que 800
empresas efectuaron compras netas por 41.000 Millones de U$S, divididas en el siguiente
cuadro por tipo de actividad.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 160

Por otra parte, detallaremos por montos y por actividad la fuga durante los 4 años del
macrismo. El siguiente cuadro expone los montos de fuga de capitales para las actividades
más significativas, no incluyendo los movimientos de importaciones y exportaciones, o sea, se
refieren pura y exclusivamente a movimientos de fuga de capitales o formación de activos
externos.
Rubro Fuga entre 2015 y 2019 (en
Millones de U$S)
Electricidad 3.142
Petróleo y Gas 12.712
Telecomunicaciones 4.866
Sector Primario 8.020
Finanzas 4.718
Industria y alimentos 15.217
Servicios 1.265
TOTALES 49.940

Como se observa en el gráfico, para las actividades principales, la fuga o formación de activos
externos alcanzó casi los 50.000 Millones de Dólares.
Resulta importante mencionar que en los montos descriptos en el reciente cuadro, se incluyen:
los depósitos de residentes en el exterior, distribución de utilidades y dividendos, pago de
intereses y otros servicios como pago de préstamos o títulos de deuda, principalmente; no
integrando dichos montos a las transacciones referidas a las importaciones y/o
exportaciones de bienes o materiales.
Las actividades de electricidad, petróleo, gas y telecomunicaciones, que son controladas y
tarifadas por el Estado, y principalmente brindan un servicio público, en total han fugado durante
los 4 años casi 21.000 Millones de Dólares.
El sector primario, entre los que seguramente se encuentre Vicentin, ha fugado la suma de
8.000 Millones de Dólares.
Las empresas de finanzas y Bancos, con las altas rentabilidades en dólares, han generado
activos externos por casi 5.000 Millones de Dólares.
La industria y alimentos, en donde se enrolan los formadores de precios, han fugado más
de 15.000 Millones de Dólares.
Finalmente, cuando el objetivo estaba cumplido, es decir, la habilitación legal para la salida de
capitales, recién en septiembre de 2019, más precisamente, con la Comunicación A6770
del Banco Central del 1/09/2019, se dispusieron las restricciones cambiarias.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 161

La pregunta decanta por sí sola: ¿Por qué esta alternativa de restricción a la salida de
capitales no se tomó en marzo o abril 2018 cuando, como se vio en el grafico descripto
más arriba, comenzaron las salidas de capitales?
La respuesta es muy sencilla: debían terminar su plan económico de fuga y saqueo.
LOGRARON SU OBJETIVO. PARA ESO GOBERNARON.

8. Y al final llegamos al FMI:

En MAYO de 2018 y ante el DEFAULT que se avecinaba con la salida de capitales especulativos,
MACRI anunció en un mensaje de 3 minutos, que volvíamos al Fondo Monetario
Internacional.
La Argentina estaba definitivamente quebrada, le era imposible sostener la deuda que había
tomado y garantizar, a su vez, la salida de capitales. El préstamo del Fondo fue un salvataje
a un gobierno alineado con los EEUU y garantizó la continuidad de la fuga tanto de los grandes
capitales extranjeros como argentinos. El informe de la Oficina de Evaluación Independiente
(OEI) del Fondo clarificó en este sentido:
“En diciembre de 2015, un nuevo gobierno argentino levantó
rápidamente la mayoría de las restricciones a la cuenta de capital que
habían estado en vigor, incluidas las restricciones a la salida y los
límites al endeudamiento a corto plazo, como parte de un programa
más amplio de reformas orientadas al mercado.
El personal tuvo pocas posibilidades de ofrecer asesoramiento antes
de que se levantaran las restricciones, pero los documentos internos
no plantearon preocupaciones y el tema no ocupó un lugar destacado
en las consultas del Artículo IV de 2016 y 2017, a pesar de que
Argentina experimentó salidas de residentes bastante fuertes y un
aumento del endeudamiento a corto plazo.”
En definitiva, el acuerdo del Fondo sirvió para socializar en toda la población argentina el
riesgo especulativo que asumieron los fondos de inversión entre 2017 y 2018. El Programa
terminó significando un rescate financiado por el FMI a los acreedores privados y a los
inversionistas que habían especulado sobre oportunidades de la bicicleta financiera, durante
los dos años que precedieron al Programa, aumentando la carga de la deuda argentina; así como
también significó un cambio en la composición de la deuda en moneda extranjera sin tener
consecuencias positivas sobre la economía real.
No fueron necesarias reformas estructurales, se traspasó la riqueza del pueblo argentino
a los grupos concentrados económicos nacionales e internacionales, mediante la
devaluación, la inflación y la bicicleta financiera.
Es claro que no se necesitan reformas estructurales, porque ya fueron ejecutadas por otros
medios, a tal punto que una jubilación mínima no alcanza a valer 4 tanques de nafta o dos
changuitos de supermercados.
Para justificar este salvataje se ocultó una crisis de solvencia en una supuesta necesidad
de un “shock de liquidez”.
El fin del programa de especulación financiera y de libre ingreso y egreso de divisas por parte de
distintas empresas o fondos de inversión tuvo que ser articulado y facilitado a través del
Préstamo con el FMI.
El FMI acordó en un primer momento un desembolso de aproximadamente 50.000 Millones con
unas determinadas fechas de entrega. Sin embargo, luego se solicitó que el monto se ampliara
a los 57.000 Millones de dólares, y lo que es peor que los desembolsos se anticiparan aún más
de las fechas previstas para ello.
A continuación, se detallan los montos y fechas programadas originariamente y luego los montos
y las fechas nuevas.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 162

MONTOS ORIGINALES AUMENTOS PROPUESTOS Y REPROGRAMACIÓN


MONTO
Disponible a partir de: MILLONES U$S % CUOTA ACUM. MILLONES U$S % CUOTA MONTO ACUM.
20/6/2018 14.859,19 333% 14.859,19 14.859,19 333% 14.859,19
26/10/2018 2.889,29 65% 17.748,49 5.740,00 129% 20.599,19
15/12/2018 2.889,29 65% 20.637,78 7.700,00 173% 28.299,19
15/3/2019 2.889,29 65% 23.527,07 10.920,00 245% 39.219,19
15/6/2019 2.889,29 65% 26.416,36 5.460,00 122% 44.679,19
15/9/2019 2.889,29 65% 29.305,65 5.460,00 122% 50.139,19
15/12/2019 2.889,29 65% 32.194,95 980,06 22% 51.119,25
15/3/2020 2.889,29 65% 35.084,24 980,06 22% 52.099,31
15/6/2020 2.889,29 65% 37.973,53 980,06 22% 53.079,36
15/9/2020 2.889,29 65% 40.862,82 980,06 22% 54.059,42
15/12/2020 2.889,29 65% 43.752,11 980,06 22% 55.039,47
15/3/2021 2.889,29 65% 46.641,41 980,06 22% 56.019,53
1/6/2021 2.889,29 65% 49.530,70 980,06 22% 56.999,59

Total (Millones de U$S) 49.530,70 56.999,59

Acá se observa cómo el primer desembolso fue en junio de 2018, por casi 15.000 Millones de
Dólares y en octubre y diciembre de 2018, se fijó originariamente un desembolso de casi 6.000
Millones.
Pero las necesidades financieras y electorales hicieron que el desembolso sea por 13.440
millones, es decir, por ¡¡7.500 Millones más!!
En esa lógica perversa y devastadora, para los meses de marzo, julio y septiembre de 2019,
(como se observa del cuadro) de los previstos por 8.700 Millones de Dólares, se terminó
acordando el desembolso ni más ni menos de 21.840 Millones, o sea ¡¡13.140 Millones más!!
En definitiva, por una decisión electoral, porque otra explicación no hay, se amplió el
desembolso a 21.000 Millones de U$S.
Existen dos posibilidades: Que el mejor equipo económico de los últimos 50 años se haya
equivocado en el magnánimo monto de 21.000 Millones de Dólares; o que tuvieron que
incrementar y anticipar los pagos para llegar a las elecciones. Cualquiera de las dos opciones
hablan por sí solas: Una irresponsabilidad de gestión y un compromiso criminal que pagará
todo el pueblo Argentino.
Por último, recordemos que el 15/09/2019, el desembolso de 5.460 Millones se acordó no
efectivizarlo, ya que la derrota electoral era inevitable.
De todas maneras, insistimos, el plan definido por el macrismo iba a alcanzar la suma de 57.000
y que terminó desembolsándose la suma de 45.000 Millones.
El representante del gobierno de Trump en el FMI, Mauricio Claver Cardone, reconoció en el mes
de julio de 2020, en un foro económico del Consejo chileno para las Relaciones Internacionales,
explícitamente que “el crédito fue otorgado para ayudar a Macri y evitar que el peronismo
llegara a la Casa Rosada”.
A pesar que el gobierno de Macri permitía y alentaba la fuga de dinero que ingresaba, las
autoridades del FMI no solo hacían la vista gorda sino que adelantaron los desembolsos
y aumentaron el monto prestable, con lo cual se evidencia su absoluta responsabilidad y
complicidad en las maniobras de fuga.
Macri reconoció –en declaraciones a la CNN en español, en noviembre de 2021- que:
“La plata del FMI, que es la plata de los demás países, la usamos para
pagar a los bancos comerciales que se querían ir porque tenían miedo
de que volviera el kirchnerismo”.

Al asumir nuestro gobierno, el Pte. Alberto Fernández, en una decisión que consideramos
correcta, comunicó al FMI que desistía del crédito remanente (de casi 13 mil millones de dólares)
y la deuda ingresada se limitaba a los 44.500 millones de dólares ya desembolsados.

9. Los plazos de devolución del crédito de Macri

En una clara muestra de irresponsabilidad técnica y política, se convinieron plazos de


vencimientos imposibles de cumplir.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 163

Así se suponía que se podían pagar 17.982 millones de U$D en 2022, 19.336 en 2023 y 4.871
en 2024. Y además se debían agregar a ello los sobrecargos y tasas de interés elevadísimas
por haberse excedido del monto autorizado por los estatutos del FMI.
Esto demuestra claramente que los supuestos técnicos y staff del FMI, no son más que
mercenarios privilegiados que son capaces de escribir y justificar cualquier orden que le dan los
verdaderos dueños del FMI: El sistema financiero internacional y el gobierno de EEUU.
Por una orden política de Trump, el FMI decidió salvar al gobierno de Macri; y que los fondos
especulativos que habían ingresado pudieran retirar sus dólares.
Es muy importante resaltar que el Fondo conoce perfectamente cuáles son las
consecuencias de no haber controlado la cuenta capital en un contexto de crisis como el
de la Argentina. El caso de Islandia lo muestra con claridad. Un Acuerdo Stand-By por la suma
de 2.1 mil millones de dólares fue aprobado en noviembre de 2008. Sin embargo, como condición
excluyente para el primer desembolso, el FMI insistió en que el Parlamento introdujera
modificaciones a la ley cambiaria vigente, las cuales implicaban el control al ingreso y egreso de
capitales y la obligación de repatriar divisas.
Según el economista Robert H. Wade, estos cambios fueron exigidos lisa y llanamente para
evitar que “el préstamo fuera directamente a parar a los acreedores extranjeros”. El propio
texto del Acuerdo establecía lo siguiente:

“El objetivo a corto plazo es detener la fuga de capitales mientras se


normaliza el acceso al mercado de cambios, mediante una política
monetaria rígida en un contexto de tipo de cambio flexible. Por el
momento, se seguirán manteniendo los controles de capitales”.
Es decir, el Fondo no se limitó a aceptar la existencia de controles de capitales, sino que
directamente los suscribió. Más aún, oficiales del organismo de crédito contribuyeron a la
creación de una Unidad de Control de Capitales en el Banco Central local, la cual no sólo
monitoreaba flujos de entrada y salida, sino que remitía al poder judicial aquellos casos que
trasgredieran la enmendada ley cambiaria.
A razón de estas medidas, denominadas en la jerga como macro prudenciales, en 2012, cuatro
años después de la crisis que llevó a Islandia a registrar la peor caída en el ingreso de
todos los países de la OCDE, la economía empezó a mostrar signos de recuperación y el
gobierno comenzó a pagar el préstamo contraído con el FMI.
Ese mismo año, el staff del Fondo publicó un documento en el que, a la luz del caso islandés,
afirmaba:
“Una vez agotadas todas las demás opciones de política, los controles
de capitales podrían utilizarse de forma temporal en casos de crisis
como la de Islandia, donde han ayudado a prevenir el
desapalancamiento desordenado y a estabilizar la economía”.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 164

En ese mismo documento, el Fondo justifica el uso del control de capitales con base en que el
mismo “ayudó a evitar una contracción mucho más profunda de la que se habría producido de
sólo confiar en la fijación de altas tasas de interés”.
Sin embargo, no hace falta irse tan lejos para demostrar que el Fondo sabía que nos
prestaba dinero para garantizar la fuga, hizo lo mismo en la Argentina. La Oficina de
evaluación Independiente del FMI (OEI) revisó el desempeño del organismo en nuestro país
entre 1991 y 2001. Allí ya se expresaba con claridad que se había otorgado un préstamo para
sostener a un gobierno afín a los EEUU y con ello la fuga de capitales.
En ese momento, la Oficina se preguntaba textualmente:
“¿recibió Argentina un respaldo financiero superior a su capacidad de
pago?”; “¿El paquete solo financió y proporcionó más tiempo para la
fuga de capitales”?
¿Por qué, si tuvo ese comportamiento en Islandia y reconoció el error en la Argentina en los años
1991/2001, no hizo lo mismo con el crédito del macrismo del 2018?

10. Qué es el FMI y su relación con la Argentina

El FMI, si bien fue ideado después de la 2da guerra mundial como un organismo financiero de
última instancia que sirviera para atender posibles problemas de las balanzas comerciales o de
las cuentas fiscales de todos los países, a lo largo de sus años de vida se convirtió en el
gendarme de las políticas neoliberales que beneficiaban a las grandes potencias y al capital
especulativo que se intensificó desde la década de los 90.
La Argentina siempre sufrió las consecuencias de sus intromisiones y fue después del Gobierno
del General Perón, durante la Revolución fusiladora de 1955, cuando se incorporó y recibió el
primer crédito.
Argentina firmó 23 acuerdos con condicionalidades con el FMI desde que adhirió al
organismo en 1956, incluidos el de Macri y el de Alberto Fernández. En total, el país estuvo bajo
el monitoreo del organismo internacional durante 41 de los 65 años que pasaron desde que
el presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu firmó el convenio de Breton Woods.
El periodo más largo en que los sucesivos ministros de Economía locales debieron negociar
con el fondo sus políticas económicas fue desde fines de 1982 hasta diciembre de 2001,
momento en que la Argentina vivió su hora más crítica.
En resumen, se firmaron 19 acuerdos Stand-By, incluido el que firmó Mauricio Macri en 2018, y
3 de facilidades extendidas, que incluyen los de 1992, 1998 y éste de 2022. Además se firmó un
acuerdo de "Servicio de complementación de reservas" en 2001. Siete compensatorios por
fluctuaciones de exportaciones en las décadas de 1970 y 1980, todos simultáneos a los acuerdos
Stand-By y 1 correspondiente al servicio financiero del petróleo, en 1975.
Los acuerdos con el FMI -como ya sabemos- llevan incluidos condicionamientos a las
políticas macroeconómicas de los países que reciben sus préstamos. Y en caso de
incumplimiento de esas medidas, el organismo prevé el mecanismo llamado waiver (dispensa).
Aunque es posible que se proceda a la suspensión del acuerdo o de los desembolsos de dinero
pactados, la Argentina llegó a esta situación extrema en cinco ocasiones: 1983, 1985, 1988,
1992 y 2001.
Fue en Diciembre de 2005 y en acuerdo con el entonces Presidente Luiz Inacio “Lula” Da Silva
de Brasil, cuando el Presidente Argentino Néstor C. Kirchner decidió dar por finalizada la relación
con el FMI; y abonó la totalidad de la deuda que se mantenía en ese momento, la mayor parte
no vencida, expresando lo siguiente:
“La deuda que cancelamos con el Fondo Monetario Internacional,
similar a la suma que ese organismo prestó para sostener un régimen
de convertibilidad, condenado al fracaso, ha resultado lejos la más
condicionante, aún cuando a diferencias de otros países que
experimentaron situaciones críticas no recibimos ayuda del Fondo
para superar la difícil situación que enfrentamos. Esta deuda ha sido
constante vehículo de intromisiones, porque está sujeta a revisiones
periódicas y ha sido fuente de exigencias y más exigencias, que
resultan contradictorias entre sí y opuestas al objetivo del crecimiento
sustentable. (Aplausos). Además, desnaturalizado como está en sus
fines el Fondo Monetario Internacional ha actuado, respecto de
nuestro país, como promotor y vehículo de políticas que provocaron
pobreza y dolor en el pueblo argentino, de la mano de gobiernos que
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 165

eran proclamados alumnos ejemplares del ajuste permanente.


Nuestro pueblo lo corrobora.

En los últimos 30 años hemos visto avanzar la continua dependencia


de programas que Argentina acordó con el Fondo Monetario
Internacional. Formamos parte de la triste realidad de integrar el grupo
de países en los que esa institución ha aplicado y monitoreado mucho
de sus 150 planes de ajuste. El resultado ha sido exclusión, pobreza,
indigencia, la destrucción de aparato productivo. A la sombra de esos
programas hemos visto concentración de ingreso en unos pocos y
chocados contra la imposibilidad de combinar crecimiento
macroeconómico con desarrollo social y pleno empleo.

Hoy podemos decir que cada vez que nos endeudábamos, no sólo nos
debilitábamos ante el mundo, sino que fuimos perdiendo nuestra
capacidad de resolver. Esta lógica siempre defendida por adalides
locales de modelos que no tienen en cuenta ni las necesidades ni las
realidades de los pueblos, llevó a consolidar una verdadera adicción
al endeudamiento, en la que cada vez más nuestros acreedores
encarecieron sus intereses, endurecieron su auditoria, su control y
sus exigencias.

La más reciente experiencia argentina ha dado prueba suficiente de


que ese organismo internacional respaldó, primero, verdaderos
fracasos políticos y luego no aportó ni una moneda de ayuda para la
superación de la crisis ni para la reestructuración de la deuda, que
concretamos con la aceptación del mercado.” (NÉSTOR C.
KIRCHNER)
A modo de ejemplo, y sólo con una muestra, podemos comprobar la realidad de lo que expresó
Néstor Kirchner: La tapa del diario Clarín cuando asumió el genocida Videla y se anunció el
apoyo del gobierno de EEUU junto con un crédito del FMI.
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11. Tierra Arrasada, Pandemia e inicio de las negociaciones

Durante el año 2020 y en el medio de la pandemia del Covid-19 se inician las conversaciones
entre el Gobierno Argentino y el Staff del FMI.
Recordemos que el gobierno nacional, en agosto de 2020, logró reestructurar la deuda con
acreedores privados bajo legislación extranjera, por la suma de 68.800 Millones de Dólares.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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Esta negociación permitió diferir vencimientos de imposible cumplimiento en el corto plazo ya


que entre 2020 y 2024 había que desembolsar la suma de 63.692 Millones de Dólares. En
este período se abonarán, solamente, 7.556 Millones de Dólares.
En resumen, hubo un alivio financiero temporario pero muy lejos se estuvo de los logros
obtenidos por los canjes de deuda privada logrados por Néstor y Cristina Kirchner durante sus
mandatos.
Algo parecido ocurrió con la deuda bajo legislación local.
EL cronograma de vencimientos acordado en moneda extranjera (legislación local y extranjera),
apunta a que entre los años 2024 y 2028, se desembolsará un promedio anual de U$S 6.000
millones, y entre los años 2028 y 2036, un promedio de U$S9.000 millones, lo que sin duda
será de muy difícil cumplimiento, y peor aún si se le suman los compromisos en el nuevo
acuerdo con el FMI.
¿Estaremos nuevamente en una crisis de deuda y nuevos defaults? ¿Qué números nos
garantizan que esto no será así? ¿Son estos compromisos “sostenibles”? ¿No son estos
compromisos contradictorios con la misma ley que estamos sancionando?
Sin duda que ha sido un acierto de nuestro Gobierno que los temas de deuda pública sean
debatidos en el Congreso y de cara a nuestro pueblo, ya que en definitiva va a ser el destinatario
de las políticas públicas que de ellos se deriven.
Durante ese año (2020) se nos intentó convencer que hay otro FMI, que la nueva Directora se
sacaba fotos con el Papa Francisco, que atendía el teléfono, se sonreía con nuestros
funcionarios y que nos iba a ayudar, que no reclamaban reformas ni de jubilaciones ni
laborales, y que más que detestarlos debíamos ser sus amigos, porque ahora… eran “buenos
vecinos”.
Nunca creímos en eso, y la verdad que ni los detestamos ni somos sus amigos, simplemente
tenemos claridad de que defendemos intereses contrapuestos, y que ahora debíamos
sentarnos a una mesa de negociación, y que en algún momento la deuda se debía pagar.
La verdad es que nosotros veíamos lo que estaba pasando con otros países deudores, y nos
costaba mucho creer este nuevo relato. A modo de ejemplo contaremos aquí algunos casos,
como el de Grecia, que no es diferente del trato que le dieron a Egipto, Ecuador, Ucrania. Estos
4 países, junto con Argentina, son los primeros 5 países en el ranking de deudores que le
deben al FMI el 57,5% del total de todo lo que ha prestado el Fondo, con 83.034 millones de
dólares, sobre una cartera total de 144.553 millones de dólares.

12. El FMI y otros países

En los cuadros que siguen, donde figuran los países más endeudados con el FMI y los
desembolsos de DEG a cada uno de ellos, surge con palmaria nitidez el injusto tratamiento que
tiene el FMI con cada uno de los países, ya que termina dando a los que más tienen, y retaceando
el apoyo a quienes más lo necesitan.
Ya lo dijimos anteriormente, el FMI se ha transformado en un gendarme de las políticas
neoliberales para proteger los intereses de los fondos financieros internacionales y de los
países más poderosos.
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GRECIA
Desde principios del presente siglo, casi prácticamente en simultáneo con la adopción del
Euro como moneda común, el sector privado de Grecia, principalmente sus bancos,
comenzaron a tomar endeudamiento de fondos proveniente, mayoritariamente, de los bancos
de Alemania y Francia.
Esquemáticamente, el círculo funcionaba de la siguiente manera: Con el aval de los países más
desarrollados dentro de la UE, Francia y Alemania especialmente, el Banco Central Europeo
(BCE) emitía dinero, éste se lo entregaba a los gobiernos de otros países menos desarrollados,
Grecia entre ellos, incrementando así la deuda pública, y estos gobiernos se los entregaban a
sus propios bancos que, a su vez, abonaban con estos fondos sus deudas con los bancos
alemanes y franceses. Se ve así claramente el traspaso de deuda privada de banqueros a
manos de los Estados, en este caso, del Estado griego. Una vez más en la historia se ve un
significativo ejemplo de estatización de la deuda privada.
Para finales de 2014 la tasa de desempleo de Grecia era del 26%, la más elevada de la UE,
producto de los sucesivos planes de austeridad y de la recesión constante. El 50% de los
jóvenes entre 15 y 24 años estaban desempleados. Cerca de 2,5 millones de griegos vivían
por debajo del umbral de la pobreza, situación que afectaba al 40 % de los niños griegos y al
45 % de los jubilados y pensionistas.
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Las consecuencias sociales de la crisis, sin contar el debilitamiento democrático institucional


y el aumento de la emigración económica, se tradujeron en un deterioro generalizado de los
niveles de salud (empeoramiento de la atención sanitaria y aumento de los problemas
psicosociales) y un incremento de los niveles de violencia y delincuencia.
En el año 2015 se inició el tercer programa de rescate, que comenzó ese mismo año y se
prolongó hasta el 2018, cuando la Troika dio por terminado el aporte de fondos, aunque no
se retiró de los controles y de las exigencias fiscales, monetarias, económicas y financieras.
Uno de los indicadores clave que puede tomarse para demostrar el tremendo fracaso de la
intervención de la Troika en Grecia es el nivel de su deuda externa. En 2010 ascendía a
319.000 millones de euros. Después del recorte del 52%, por la reestructuración que llevaron
adelante en ese año, la deuda con los acreedores privados disminuyó a 107.000 millones
de euros, pero al final de los 3 rescates, en 2018 la deuda externa de Grecia orillaba los
317.000 millones de euros, llegando nuevamente al punto de partida después de haber
desmantelado los sistemas de salud y de previsión social y debilitado fuertemente las
capacidades productivas del país.
Entre las medidas de ajustes que implementó Grecia se encuentran:
• Creación del Fondo para el Desarrollo de Activos, un eufemismo para mencionar al
proceso de privatizaciones. Las distintas reparticiones públicas tuvieron que traspasar
a este Fondo todos los activos que pudieran ser vendidos al sector privado, el Fondo
los ponía a la venta y con lo recaudado se disponía de más recursos para abonar las
deudas de los rescates. Se privatizaron así las compañías estatales griegas de
electricidad, y hasta fueron incluidas 70 islas.
• Reforma del sistema de pensiones y aumento de la edad jubilatoria a 67 años
• Medidas fiscales de ajuste con reducción de los salarios y el empleo público y aumento
del IVA.
• Reforma laboral, con revisión de los convenios colectivos y los derechos de huelgas.
Como resultado de todo ello, hoy Grecia es uno de los países más pobres de Europa, con
menor poder adquisitivo de su población, con mayor deuda externa, con mayores niveles de
pobreza y desocupación y si bien ha logrado alcanzar un superávit fiscal del 3,5%, ello no ha
servido para mejorar ninguno de los indicadores básicos.
Solo sirvió para transferir recursos al exterior para fortalecer a los principales bancos y fondos
de inversión acreedores del país.

EGIPTO
El 26 de junio de 2020, ya desatada la pandemia de COVID 19, el FMI aprobó un nuevo
préstamo a Egipto, por 12.500 millones de dólares.
Es larga la historia de Egipto con el FMI. Ya al final de la década de los ´70 el FMI imponía planes
de ajuste, incluida la quita de los subsidios a los alimentos, que destrozaban la economía local y
dejaba en la pobreza a millones de ciudadanos. En 1991 se firmó el acuerdo de Egipto de
ERSAP (Programa de Reforma Económica y Ajuste Estructural) y, desde entonces, el país
ha seguido una serie de políticas de liberalización financiera, vinculadas a las demandas de sus
acreedores globales.
Motivadas por la visión neoliberal del denominado “Consenso de Washington”, el acuerdo
obligó a Egipto a devaluar su moneda para aumentar la competitividad de sus exportaciones,
desregular sus sistemas financieros para atraer al capital extranjero, privatizar las
corporaciones estatales para generar nuevos ingresos (empresas de gas, agropecuarias,
hoteles, bancos públicos), reducir las tarifas para liberalizar el comercio y recortar el gasto
público para reducir el déficit presupuestario.
A mediados de los ´90 Egipto había ejecutado la privatización de más de un tercio de su
sector público, desarticulando la estructura económica que había dejado el Presidente Nasser.
Por esos años también Egipto, al igual que la Argentina, fue considerado uno de los mejores
alumnos del FMI ya que registraba altos niveles de crecimiento en un 7%, y alcanzaba nuevos
niveles de inversión extranjera.
Sin embargo, dentro de Egipto, había pocos síntomas de ese crecimiento que se tradujeran en
prosperidad para los ciudadanos comunes. Todo ello muy conocido por los argentinos: el famoso
“efecto derrame” que nunca llega a la sociedad.
La inversión extranjera se concentró en gran medida en los sectores de finanzas y gas, lo cual
no creó empleo. En 1996, tras una extensa ola de privatizaciones, las condiciones de los
trabajadores empeoraron, ya que el desempleo creció y los salarios bajaron. Desde 2004,
muchos egipcios participaron en huelgas generalizadas en todo el país que duraron años. El
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porcentaje de la población que vivía con menos de 2 dólares al día – la línea oficial de pobreza
– subió desde el 21% en 1990 al 44% casi tres décadas después. En un clásico ejemplo de
desarrollo capitalista, los pobres se hicieron más pobres y los ricos, más ricos.
El país africano ya venía con un fuerte endeudamiento con esa entidad desde 2016, pero a
pesar de haber aplicado, desde entonces, todas las medidas recomendadas por el FMI, no
lograron revertir ni la deteriorada situación económica ni la social.
Es más, en diciembre de 2019 tanto el gobierno egipcio como el FMI festejaron los logros del
programa que habían aplicado. Pero, sólo 3 meses después, entre marzo y mayo 2020 las
reservas cayeron un 20% bajo la presión de una fuerte fuga de capitales que llevó a otra nueva
devaluación, con las consecuencias conocidas de aumento de la pobreza y el desempleo.
La deuda externa prácticamente se duplicó pasando de 55.000 millones de dólares en 2015
a 96.000 millones de dólares en la actualidad.
El país cuenta con una población de casi 97 millones de personas, de las cuales cerca del 40%
está bajo la línea de la pobreza. Su PBI per cápita es de 3.044 u$s.
El principal problema de la economía egipcia es que el comercio de bienes presenta un déficit
comercial estructural elevado -unos u$S 25.000 millones anuales- debido a que depende del
exterior para satisfacer las necesidades alimenticias y energéticas de su población. O sea, a
diferencia de Argentina, Egipto no se autoabastece de los elementos claves para el desarrollo
de la vida cotidiana de su población: alimentos y energía.
Ese déficit es cubierto, en parte, por los ingresos provenientes de los servicios de turismo y los
cánones que cobra el país por su participación en la administración del Canal De Suez. Por
estos conceptos ingresan anualmente unos 9.000/10.000 millones de dólares. El resto, de unos
15.000 millones de dólares anuales, constituye el déficit comercial externo crónico y debe ser
cubierto por el endeudamiento con el exterior. De ahí su vulnerabilidad externa histórica y la
necesidad de recurrir al FMI con quien ha llevado adelante reiterados programas de ajustes sin
éxito alguno.
En el marco del último acuerdo con el FMI, se tomaron las siguientes medidas de ajuste
• Aumento del 40% de los precios de los combustibles para reducir los subsidios públicos
• Devaluación de la libra egipcia
• Aumento del 35% de los precios de las tarifas energéticas y eliminación de subsidios.
• Incremento de Impuestos regresivos (Creación del IVA)
• Incremento de la tasa de interés
• Nuevas privatizaciones
• Contención del Gasto Público
• Reducción del déficit fiscal
Todas recomendaciones y recetas que fracasaron anteriormente y que seguirán deteriorando el
nivel de vida del pueblo egipcio.
Desde que se ha desatado la crisis del coronavirus, un cuarto de los egipcios ha perdido el
trabajo y un 73% ha visto sus ingresos reducidos, según los últimos datos de la agencia de
estadísticas pública.
Mientras tanto no hay solución estructural a la vista. La deuda sigue creciendo y representa cada
vez más un ahogo para el pueblo egipcio. Actualmente, Egipto dedica más del 35% de su
presupuesto al pago de la deuda, que representa ahora el 86% del PIB. La intervención del
FMI, una vez más, no ha sido útil para resolver ninguno de los problemas del país.

ECUADOR
El pasado 30 de setiembre el FMI aprobó un nuevo préstamo a Ecuador. Como siempre
aparecen objetivos sumamente loables, pero que no se condicen con la realidad.
La historia de Ecuador con el FMI tampoco es reciente. Entre 1961 y 1972 Ecuador suscribió
9 acuerdos con el Fondo, pero los condicionamientos más significativos se dieron entre
1983 y 2003, ya que a la entidad le interesó asegurar tanto el pago de la deuda externa como la
implementación de las reformas del Consenso de Washington.
Al igual que en otros países de la región, las recetas del FMI en Ecuador obligaron a ajustar el
Estado, privatizar infraestructuras y servicios públicos, reformar impuestos, flexibilizar el
trabajo y liberalizar los mercados.
Ninguno de los acuerdos con el FMI mejoró la economía ecuatoriana y menos las condiciones
sociales. A tal punto, que a fines de la década de los 90, después de varios programas
consecutivos con el FMI, se vivió una crisis institucional, política, social y económica que culminó
con la dolarización de la economía ecuatoriana y la pérdida consecuente de la moneda
local. Ello le quitó un gran margen de maniobra al gobierno de Ecuador para solucionar los
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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problemas de su macroeconomía, ya que al no manejar su propia moneda perdió toda posibilidad


de desarrollar cualquier tipo de política monetaria.
Tampoco con la dolarización la economía se reactivó -con excepción del período del gobierno
del ex presidente Rafael Correa que no siguió las políticas del FMI y la actividad productiva
creció, la pobreza se redujo y mejoró la distribución del ingreso-.
Es más, en octubre del 2019 la población estalló en protestas ante la suba de los combustibles
y por la eliminación de los subsidios, la fuerte alza en los costos del transporte público y la
especulación con alimentos y fletes.
Además del aumento de los combustibles y la quita de subsidios, el llamado “paquetazo” de
2019 incluyó:
• Baja salarial de hasta 20% en contratos temporales en el sector público
• Reducción de las vacaciones de 30 a 15 días para empleados públicos
• Aporte de un día de salario mensual de los empleados públicos al fisco
• Contribución especial de las empresas con ingresos de más de US$10 millones
anuales a las arcas fiscales
• Aumento en los bonos (de US$69 a US$84) que se entregan a las familias más pobres
-y una extensión del beneficio a 1.300.000 personas- como medida de compensación.
• Reducción de aranceles para la compra de maquinarias
• Supresión de impuestos a la importación de tecnología (como celulares y
computadores) y autos (con un valor inferior a US$32.000).
El plan acordado recientemente incorpora otra vez una mayor reducción del gasto fiscal y
disminución en dos horas diarias de la jornada laboral de los empleados del sector público (de
8hs a 6hs diarias), con la proporcional baja en los haberes. La suspensión de ingresos de
personal a la administración del Estado. Ajuste al servicio exterior con cierre de embajadas en
Malasia, Irán, Nicaragua y disminución del servicio consular. El Ejecutivo cerrará y fusionará
10 empresas públicas, entre ellas la aerolínea Tame, Inmobiliar, Ferrocarriles, Siembra, Medios
Públicos, Correos del Ecuador, entre otras. Todo ello sumado a la reestructuración de la deuda
pública que resultaba ser de pago imposible.
Tampoco en el caso de Ecuador se puede apreciar una intervención exitosa del FMI. Con
sus condicionalidades y recetas, solo queda esperar que la situación en Ecuador empeore
aceleradamente, ya que su economía sigue dependiendo de los precios del petróleo, es
altamente primarizada y prácticamente no cuenta con desarrollo industrial alguno

UCRANIA
Ucrania, actualmente en guerra, y cuya invasión rusa rechazamos enérgicamente, es el
tercer deudor del FMI, después de Argentina y Egipto, por 9.935 millones de dólares, suma que
representa el 6,9% de la cartera total del organismo.
En materia de deuda, durante los últimos 8 años este país suscribió 4 acuerdos sucesivos con
el FMI, reestructuró su deuda con acreedores privados (bonistas) y mantiene, más allá del
conflicto bélico, un litigio abierto con Rusia que le reclama por la deuda que Ucrania,
unilateralmente, le declaró en default hace más de 7 años.
En mayo de 2014, después del derrocamiento del Presidente Yanukovich (pro ruso), la guerra
de Crimea y la declaración de autonomía de distintas regiones; fue electo el empresario Petró
Peroshenko (pro occidental). Con el apoyo de los principales países de la Unión Europea y
de EEUU Peroshenko comenzó a pedir asistencia financiera al FMI.
Se trató de un acuerdo Stand-By a dos años, por un total de 17.000 millones de dólares,
que equivalía a 9 veces la cuota que le correspondía al país en el FMI. Las recetas del
Fondo fueron las mismas que siempre: devaluación de la moneda local, reducción de la
emisión monetaria y el déficit fiscal, reestructuración del sector energético, elevando las
tarifas.
Por supuesto, como siempre ocurre con las imposiciones del FMI, los resultados fueron
sumamente negativos, con lo cual antes de un año, en marzo de 2015 se realizó una nueva
negociación y se cerró el segundo acuerdo. Esta vez de Facilidades Extendidas, con 4 años
de gracia y 10 de repago.
El monto total del préstamo fue prácticamente el mismo que el del acuerdo original -17.500
millones de dólares- con nuevas medidas de austeridad y ajuste fiscal, más subas de las tarifas
energéticas y reformas estructurales como las privatizaciones de las empresas de gas y de
petróleo.
En paralelo, Ucrania intentaba renegociar su deuda con los acreedores privados y una
deuda en conflicto con Rusia. En el primer caso, se logró regularizar una deuda de cerca de
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 174

20.000 millones de dólares, con una quita del capital del 20% y un período de gracia de 4
años e incluía la emisión de nuevos bonos atados a la evolución del PBI.
El FMI avaló esta reestructuración, demostrando una vez más, que a sus directivos y
funcionarios no les importa romper sus propias reglas y vulnerar sus estatutos y
reglamento. Ello es así porque apoyó un canje y otorgó créditos, omitiendo los reclamos del
gobierno ruso, país miembro del organismo desde 1992, cuando este tiene expresamente
prohibido prestar a aquellos países que se encuentren en mora con alguno de sus propios
integrantes.
Esta situación se originó cuando, en 2013, Ucrania emitió un bono, por el equivalente a 3.000
millones de dólares, cuyo único comprador fue Rusia. Este bono dejó de pagarse en 2014 con el
cambio de gobierno, ya que Peroshenko cuestionó la deuda contraída por su antecesor apelando
a la “teoría de la deuda odiosa”, lo que significa que una deuda puede ser repudiada si su
origen está sospechado de turbio o espúreo.
El FMI avaló esta postura rompiendo su tradición y demostrando, una vez más, la doble vara
con la que se maneja este organismo internacional y que cuando les conviene a los intereses
geopolíticos que defienden, apoyan estas posiciones. La controversia se mantiene
actualmente en esferas judiciales.
Por supuesto, el problema de la deuda de Ucrania no se resolvió y en enero de 2019 Ucrania
firmó un nuevo sand by con el FMI por 3.900 millones de dólares y luego en junio de 2020 otro
más por 5.000 millones de dólares.
Las políticas que se aplicaron en Ucrania llevaron a subir los impuestos, a recortar los
programas sociales, al congelamiento de los salarios públicos, a reformas previsionales
que hicieron subir los aportes jubilatorios de 30 a 35 años, a suspender el pago de pensiones
(unos 600.000 beneficiarios fueron afectados).
También se quitaron los subsidios públicos al consumo energético y se realizaron privatizaciones
de manera extendida. Ucrania, con sus más de 3.300 empresas públicas era el país de la ex
URSS con más activos disponibles para la venta.
Muchas de estas reformas no estaban explicitadas en los acuerdos originales pero fueron
adoptadas durante las misiones de monitoreo que regularmente visitan a un país cuando se
encuentra bajo supervisión del FMI.
Un caso paradigmático lo constituye el hecho de que, más allá de las cuestiones estrictamente
económicas, el Fondo, que debería abocarse a colaborar con los países para resolver problemas
de balanza de pagos, obligó a Ucrania a montar un mecanismo jurídico/mediático por el
cual se deberán publicar los datos de las personas involucradas en causas de supuesta
corrupción, sin considerar las arbitrariedades que esto puede conllevar.
De esta manera el FMI termina inmiscuyéndose en los problemas judiciales internos de
Ucrania, demostrando una vez más que, más allá de lo que se suscriba, su poder de dominación
y de injerencia abarca campos que no son de su incumbencia específica.
Como siempre pasa cuando interviene el FMI, los problemas en Ucrania se agravaron. Hoy
Ucrania tiene una deuda pública del 85% sobre el PBI, cuando en 2013 este indicador era del
77%. El PBI se encuentra casi un 20% por debajo del de 2013. La inflación se aceleró y
actualmente tiene un nivel mayor a la de 2013.
Por supuesto también se deterioró el nivel de empleo y la distribución del ingreso, llegando
a una tasa de desempleo del 10,3% y a un nivel del PBI per cápita de 3.600 millones de dólares
una de las más bajas del mundo.

13. Conversaciones y debates con funcionarios del Poder Ejecutivo

El 30 de noviembre de 2020, y durante el tratamiento de la ley 27.612, de “Fortalecimiento de la


Sostenibilidad de la Deuda Pública”, expresé lo siguiente:

“Lo primero que quiero expresar es que esta ley no es importante que
la sancionemos: lo importante es lo que esta ley nos habilita. Porque,
en realidad, si hoy sancionamos esta ley y mañana, cuando venga el
acuerdo, suscribimos cualquier cosa, la verdad es que mejor no
hubiera habido ley, mejor, hubieran seguido las cosas como
estaban.”…
“Yo quiero contar lo que es el Fondo Monetario Internacional,
porque… En realidad, esta no es una discusión que vamos a tener con
el Pro o con Juntos por el Cambio: esta es una discusión que tenemos
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 175

con el Fondo Monetario Internacional, al cual tenemos que reclamarle


y exigirle varias cosas.
La verdad es que yo quiero decirles a los funcionarios del Fondo
Monetario Internacional: ¿no escuchan lo que está pasando en el
mundo, lo que pasa en Latinoamérica? ¿No se dan cuenta de lo que
está pasando en Chile, en Perú, en Ecuador y hasta en Paquistán, –
hasta en Egipto–, con los pueblos saliendo a la calle, reclamando que
cambien las políticas económicas?
¿No se dan cuenta de lo que está ocurriendo en Europa, en esos
países que tienen niveles de vida más alto que el resto? Porque, en la
gran mayoría del resto del continente, el pueblo también está saliendo
a la calle reclamando un cambio de políticas.
Por eso, con toda humildad, le queremos decir al Fondo Monetario
Internacional: ¡tienen que cambiar! No pueden seguir exigiendo las
mismas políticas Y no solamente a la Argentina, sino a todos los
países.
Yo sé que no son los funcionarios, porque no tienen capacidad de
decisión: son la junta de gobierno, o los directores, o los presidentes.
“Lo primero, por parte de ustedes, es que no pueden imponer ninguna
condición y, en todo caso, tienen que cambiar. No pueden seguir con
lo mismo, porque lo único que hacen es generar más pobreza, más
protestas, más muertos, más represión”. Claro, ellos están muy bien:
tienen un presupuesto de casi 1.500 millones de dólares; funcionarios
con altos salarios, que viajan en aviones en primera clase, se
hospedan en grandes hoteles. Austeridad para ellos, nada.
Obviamente, gastan y gastan, total, pagan los pueblos del mundo.
Nuestro bloque le ha hecho una carta al Fondo Monetario
Internacional, de la cual no hemos tenido respuesta. Pero, bueno, nos
hemos enterado, por un artículo periodístico, de que un integrante de
ese organismo nos ha dado la razón. Bueno, valga la gracia, ¿no?,
gracias por la novedad.
La verdad es que ellos dicen “hay que cumplir con la ley”. Bueno, lo
primero que deberían hacer ellos es comenzar a cumplir con la ley.
Y acá reconocen que le dieron a la Argentina un crédito que no le
podían dar, porque las normas del Fondo no permitían que se le diera
un crédito de la magnitud del que se le dio. Además, reconocen,
también, que se le dio para algo que el Fondo prohíbe, que es la fuga
de capitales. Ahora, ellos, ¿qué? ¿No tienen una responsabilidad?
Bueno, no importa, pasó. Trump le habló a alguien y le dieron el
crédito.
Mire, pero ¿sabe qué fue lo más grave, además de todo esto? Porque
dicen “no, fue una fuga legal, no nos dimos cuenta.” Sí que se dieron
cuenta. Son cómplices ellos. ¿Sabe por qué? Porque cuando
otorgaron el primer crédito, en el año 2018, cuando la Argentina había
entrado en default con los acreedores privados, esa primera norma
establecía que hasta las elecciones iban a desembolsar 26.000
millones de dólares. ¿Qué pasó? Como se les vino como una nube de
nieve, como una bola de nieve, se le empezó a agrandar. Modificaron,
sabían que estaba fugándose el dinero y, sin embargo, modificaron y
le dieron más dinero. ¿Sabe cuánto le dieron, hasta las elecciones?
Bueno, de 26.000 millones que tenían que darle, le dieron 44.000, –
18.000 millones de dólares más–, modificaron las condiciones
originales del crédito que ellos habían otorgado.
Entonces, por eso, la verdad es que… Ahora, dicen: “No, cuando a uno
le piden, tiene que…”
Hoy, la tasa de interés que nos están cobrando es usurera, la verdad.
Es arriba del 4 por ciento. En el presupuesto del año que viene
tenemos para pagar de intereses al Fondo Monetario Internacional
casi 1.400 millones de dólares, ¡una barbaridad! Lo primero que deben
hacer es reducir, drásticamente, la tasa de interés. Lo tienen que
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17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 176

hacer, pero no solamente para nosotros sino para todos los países,
aunque sea por la pandemia, si no son solidarios con los pueblos a
los cuales les han infligido el daño que les han infligido.
En Europa, el Banco Central Europeo les está dando dinero a los
gobiernos con créditos baratos –y además con subsidios– por 360.000
millones de euros. Y a nosotros nos quieren cobrar intereses. La
verdad, no sé qué es lo que quieren. ¿Qué es lo que pretenden? ¿Que
el Congreso sea el que ponga la cara por ellos? Para que digan: “No,
se sacaron la foto con el Papa,entonces, ahora son buenos” Mire, yo
voy a creer que son buenos cuando cambien las políticas. No me
convence ninguno de los gestos mediáticos que tienen, ni siquiera el
reconocimiento que han hecho de esto.
¿Y qué investigación interna han hecho? Dicen: “No, no se pueden
bajar los intereses”. ¡Ah!, ¿y se puede dar créditos como los dieron,
violando las normas de ellos, y eso no tiene ninguna sanción, no
importa? Y nosotros nos tenemos que hacer cargo de un desastre
irresponsable y temerario como el que tomó el anterior gobierno.
¿Por qué no se ponen en serio a trabajar?, por lo menos para
ayudarnos a efectos de saber dónde está la plata. La plata no está acá,
no está en el Banco Central, no está en ningún aeropuerto, en ninguna
obra, en vivienda… No. No está en ningún lado. Así como vino, se fue.
¿Por qué no nos ayudan a ver dónde está? Entonces, vayamos a ver
dónde está, a ver si les cobramos a los que se la llevaron, para que
ellos puedan volver a recuperar ese dinero.
Sinceramente, creo que nosotros, por lo menos, creo que tenemos
bastante claro lo que tenemos que hacer, y vamos a ayudar a nuestro
gobierno, obviamente, para plantarse con firmeza frente a esto. Pero
tenemos que decirle muy clarito al Fondo: “Miren, no vamos a aceptar
lo que ustedes nos van a imponer, así porque sí”. No somos una
escribanía del Fondo. Primero, no imponer ninguna condición de
política. Esa es decisión soberana de la Argentina. Si nos
equivocamos, nos equivocamos por lo que nosotros hacemos. En
segundo lugar, una drástica reducción de intereses. En tercer lugar,
comenzar los pagos allá por el año 2025, por lo menos tres o cuatro
años para recuperarnos. Y, después, décadas para pagar, no se va a
poder de otra manera. Y, si no, ¿qué va a ser? Más hambre, más
sufrimiento…
Mire, hace un ratito –ahora terminó; estuvo toda la tarde; estoy, acá,
en el Senado– hubo una manifestación de jóvenes que estuvo toda la
tarde, con bombos. ¿Qué pedían?, trabajo y educación. ¿Y qué les
vamos a decir?: “No, mirá: tenemos que pagarle al Fondo, así que no
hay para trabajo y educación, olvidate. Eso será para tu hijo o para no
sé quién.”
Yo, la verdad, señora presidenta y compañeros colegas, como dijeron
también los senadores preopinantes, creo sinceramente lo siguiente:
primero, hay juicios acá en la Argentina, que están investigando cómo
se tomó esto; segundo, que por lo menos reclamamos que el Fondo
haga una investigación. Es lo menos que tienen que hacer. Cómo nos
piden a nosotros que, no: que las normas imponen no bajar los
intereses, y violaron todas las normas antes. ¿Cómo es la historia? Me
parece que no hay igualdad de trato, no hay igualdad.
Yo creo que nosotros tenemos una obligación con nuestro pueblo. Y,
además, como decía el senador, nos incorporamos…
Nosotros, por historia… Mire, al Fondo no lo queremos. La verdad,
nunca lo quisimos: ni en la década del 50 ni del 70 ni en el 2003.
Kirchner se los sacó de encima. Les pagó y basta, no más revisiones,
no más exigencias.
Obviamente ahora, por lo menos, lo que pretendemos... No sé,
veremos cómo se le pagará, pero que no pongan exigencias. No
queremos relación con ellos, porque siempre que hubo relación
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 177

perjudicaron a los argentinos. Todos los programas económicos que


ellos avalaron, suscribieron e incentivaron fueron todos en contra del
pueblo argentino, y nosotros venimos a representar los intereses del
pueblo argentino.
Eso, simplemente, en la carta, se lo decimos. Les recordamos los
períodos donde hubo acuerdo con el Fondo y donde no hubo acuerdo.
Cuando se aplicaron políticas que no tenían que ver, creció el empleo,
disminuyó la pobreza, creció el salario real, creció la industria, la
ciencia. Cuando hicimos lo que ellos quisieron fuimos para atrás y no
queremos volver para atrás.
La verdad es que no vinimos acá para darle un manto de cobertura
legal a los desaguisados que hizo el gobierno anterior. No, de ninguna
manera, presidenta. Mire, vinimos acá para cambiar eso. Y, en esto,
creo que tenemos que ser muy firmes, muy convincentes. Nuestro
pueblo nos va a estar mirando, nos va a estar reclamando y exigiendo,
no ahora sino cuando venga el acuerdo.
Entonces, nosotros vamos a apoyar a nuestro ministro de Economía,
a nuestro presidente, pero para que se plante frente al Fondo, frente a
todos los países, y les diga con claridad: “Tienen que cambiar. Esto
no aguanta más. El pueblo argentino no está dispuesto a seguir
aguantando este tipo de atropellos, de inequidades, de injusticias”.
Porque si la pandemia, como dice el presidente, nos puede dejar
alguna enseñanza, bueno, que, al menos, esa enseñanza sea para que
mejoremos la calidad de vida de nuestros pueblos.
Por eso, señora presidenta, y a todos los compañeros colegas,
obviamente que vamos a votar favorablemente, pero con la vista
puesta en cuando venga el acuerdo. Y ese acuerdo no tiene que ser
un retroceso para los argentinos ni mantener el statu quo. Tiene que
ser un cambio drástico en la relación con el Fondo Monetario
Internacional.”
Lo que dijimos en ese momento, hoy tiene una actualidad enorme, porque seguramente
algunos de buena fe dirán “bueno, ahora se les ocurre oponerse, por qué no lo hicieron antes”….
En esos dichos y en las varias y diferentes reuniones que tuvimos con los funcionarios de nuestro
Gobierno, los alertamos y les hicimos saber nuestra certeza de que no era así, que el FMI seguía
siendo el mismo de siempre, y que si bien había que reconocer la deuda, deberíamos negociar
de entrada la reducción de los injustos y expoliatorios recargos y sobretasas de interés; y que
por lo menos se iban a necesitar 20 años para cancelar la deuda.
Además, insistimos en que también había una corresponsabilidad del FMI que el organismo
debía asumir por los excesos y abusos que cometió, al igual que el gobierno que tomo el
crédito. Todo esto debía formar parte de la negociación.
Opinamos que se debía solicitar de inmediato una suspensión de los pagos de los años 2022,
2023 y 2024 para no afectar las reservas del Banco Central, que había que tomar medidas para
cuidar el excelente superávit comercial que estábamos teniendo durante estos años, que había
que bajar las tasas de interés de las Leliq y LEBAC y transformar ese dinero flotante en
financiamiento para la producción y grandes proyectos de inversión que el país necesitaba, que
en la deuda con los privados había que solicitar una quita importante de capital y mayores plazos
de pagos, que no había que aumentar tarifas ni combustibles, que había que mejorar el salario
real de los trabajadores y jubilados y pensionados, que había que tomar medidas para reducir y
controlar la suba de precios injustificada y solo producto de la especulación, poner en marcha
inmediatamente la licitación y construcción de un nuevo gasoducto, resolver las obras grandes y
pequeñas paralizadas durante el macrismo, por ejemplo las Represas Néstor Kirchner y Jorge
Cepernic en Sta. Cruz, Chihuido en Neuquén, un nuevo esquema de concesión de la vía
navegable troncal del Rio Paraná, etc. etc.
Tuvimos reuniones sin resultados concretos, “vamos viendo” nos decían. Sentíamos que en
verdad no nos escuchaban o que solo creían en lo que ellos estaban haciendo y que lo nuestro
no servía.
El 26 de agosto de 2020 en una nota del ministro Guzmán y del presidente del Banco Central
Miguel Pesce a la Directora Gerente del FMI, se pidió iniciar formalmente las negociaciones por
escrito.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 178

Allí se habló de un fructífero trabajo colaborativo, complacidos con la relación entablada, de


comprender la perspectiva del otro, poniendo la culpa del irresponsable crédito solo en el
gobierno de Macri, y no mencionando la del FMI. Esa nota no solicitaba ni quita de sobrecargos
e intereses, ni extensión de los plazos; y solo se le requería (al FMI) formalmente asistencia
financiera bajo un programa de refinanciación.
Allí también se anunció “la iniciación de las consultas para acordar un nuevo programa con el
FMI que suceda al cancelado y descarrilado acuerdo.”
Según la Real Academia Española, el verbo transitivo “cancelar”, quiere decir:
“Dejar sin efecto una cosa, especialmente una obligación legal, un
contrato, etc., cancelar una cuenta corriente, o suspender el desarrollo
de algo que se había previsto o programado”
En los tweets de su cuenta personal de ese día, el Ministro Guzmán aseguró que se solicitaba
“un nuevo acuerdo que incluya una reprogramación de los vencimientos”
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 179

Es decir, nunca habló de refinanciación sino de “un nuevo acuerdo que incluye la
reprogramación de los vencimientos de deuda con el FMI”.
Sólo me pregunto: ¿Cuándo nos mintió, en aquel entonces o ahora?, ¿Lo sabía o fueron nuevos
condicionamientos que le impusieron?
Mucha cordialidad y buenos amigos. Nada se dice allí sobre cómo se otorgó el crédito, la
corresponsabilidad del FMI, su imposibilidad de cumplimiento, el carácter político de su
otorgamiento, y tampoco, reiteramos, se le pidió ni la reducción de intereses y sobrecargos
ni el alargamiento de los plazos al menos a 20 años.
Fue por ello que el 15 de Noviembre de 2020, el Bloque de Senadores del Frente de Todos
remitió a la titular del FMI una nota, que fue pública, muy respetuosa, pero en la cual hacíamos
conocer nuestra opinión de que ellos debían asumir su responsabilidad, lo ilícito y anormal
del crédito otorgado que violó expresas disposiciones del Estatuto del FMI excediéndose en los
montos asignados a la argentina y permitiendo la fuga de divisas, como así también la violación
de leyes nacionales.
En aquella oportunidad, recuerdo, se nos acusó de entorpecer las conversaciones, de no ayudar
al gobierno, etc. etc., pero fuimos los primeros que exhibimos las debilidades del crédito, el
carácter político de su otorgamiento y el destino de los fondos que no fue otro que la mas
fenomenal fuga de divisas en el menor tiempo que se tenga historia.
Fue el mismo Ex Presidente Mauricio Macri, que reconoció el 25 de enero de 2020 en Villa la
Angostura: “… un dia los mercados no te dan más plata y nos vamos todos a la mierda”
(https://www.youtube.com/watch?v=fdbvHyPVr14&t=18s) y luego reconoció que debieron
recurrir al FMI para que los bancos y sectores financieros pudieran llevarse los dólares que
habían traído durante el año 2016 y 2017. (https://www.youtube.com/watch?v=faBL4E-ZZrQ).
También enviamos, el 22 de febrero de 2021, a la Oficina de Evaluación Independiente del
FMI (OEI) otra nota pública en la que explicitábamos las irregularidades cometidas y
manifestábamos la necesidad de que se llevara a cabo una investigación exhaustiva sobre el
otorgamiento del préstamo al gobierno de Macri en el 2018 y el destino de los fondos
desembolsados (fuga de capitales) para lograr que se delimiten las responsabilidades.
Durante el año 2021 siguieron las negociaciones. El mundo comenzó a normalizarse luego de
las vacunas y el control parcial de la pandemia; y las autoridades de nuestro gobierno
comenzaron a hacer gala de la importante recuperación económica.
Los funcionarios del Poder Ejecutivo nos decían que íbamos a tener 4 años de gracia durante
los cuales íbamos a poder llevar adelante nuestras políticas sin injerencias del FMI, que
íbamos a poder pagar con el crecimiento de la Argentina, que nos iban a eliminar las
sobretasas y recargos, que iban a conseguir que otros países, como Rusia, China, España,
México, nos facilitarían parte de sus DEGS porque ellos no los utilizaban, que la
negociación iba por muy buen carril y que debíamos confiar en ellos.
Era muy obvio que nosotros no creíamos. Les mostramos cuadros que exhibían claramente que
no sólo era impagable la deuda como la había dejado Macri, sino que iba a ocurrir lo mismo con
la refinanciación que ellos estaban conversando con las autoridades del FMI.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 180

Trabajamos en propuestas de leyes que tuvieran como eje lo expresado por la vicepresidenta
Cristina Fernández de Kirchner el 10 de diciembre de 2021, en el acto en conmemoración del
día de los Derechos Humanos, en Plaza mayo, con el presidente Alberto Fernández y junto a los
ex presidentes Lula y Mugica.
Allí, ella dijo:
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 181

“El FMI vivió condicionando la democracia argentina, pero digámosle


al Fondo que nos ayude a recuperar los miles de millones de dólares
que se fugaron al exterior” “A la Argentina no le faltan dólares, los
dólares de la Argentina se los llevaron afuera, necesitamos que el FMI
nos ayude a recuperar de los paraísos fiscales que se han ido miles y
miles de millones de dólares en evasión.
Comprómetase Sr Presidente a que cada dólar que encuentre en el
exterior se los vamos a dar al FONDO, de los que se la llevaron sin
pagar impuestos, se la fugaron. Que sea un punto de negociación con
el Fondo”
Y además convoque a todos los partidos con representación
parlamentaria, para que todos unidos como argentinos de bien le
digan al Fondo que no se va a aprobar ningún plan que no sea este
que permita que la recuperación económica. Es el deber de todos los
argentinos , sobre todo de aquellos que pertenecen a la fuerza política
que volvió a traer al FMI a la Argentina.”
Yo creo compañero Presiden te que Ud. debe convocar a un gran
acuerdo nacional, UN GANA, para solucionar el problema estructural
del bi monetarismo en la Argentina”

Tampoco aquí se nos escuchó. Se pensó que sólo era un discurso en un acto público. Se
nos ignoró. Y los proyectos solo quedaron en eso, en proyectos.

14. Pérdida de reservas del banco central


También veíamos con preocupación que los generosos superávits comercial de los dos años
(2020 y 2021) se esfumaban de las arcas del Banco Central, sin la menor preocupación o
acción por parte de nuestras autoridades.

UTILIZACIÓN DE LAS DIVISAS POR PARTE DEL BCRA


-en millones de dólares-
2020 2021
Pagos a los acreedores privados externos 2.000 500
Pagos al FMI 1.560 5.070
Pagos netos a otros Org Fin Internacionales 520 700
Pago deuda financiera de las empresas privadas 3.000 5.030
Compra particulares en el mercado minorista 2.000 600
Intervención Mercado CCL y MEP 1.000 2.000
Servicios: fletes, seguros, viajes, utilidades 1.500 4.500
TOTALES 11.580 18.400
Fuente: Elaboración propia en base a Balance Cambiario. BCRA

Como se podrá apreciar, el destino de los 31.612 millones de dólares que se generaron por
los superávits comercial externo del 2020 y 2021 y el aporte de los Derechos Especiales de Giro
del FMI no se acumularon durante estos dos últimos años y fueron, prácticamente en su
totalidad, al pago de deudas del Estado y del sector privado, complementado por la intervención
cambiaria del BCRA para “calmar” a los mercados.
Hemos pasado estos dos años penando por la presión devaluatoria de los grandes
operadores, por la brecha cambiaria y por la aplicación de medidas cada vez más restrictivas,
para una gran parte de la sociedad, en el uso de las divisas.
La contrapartida de ello, fue la falta de acumulación de Reservas Internacionales y la expansión
de las LELIQS, las Letras de Liquidez del BCRA, por las cuales, este organismo, absorbe
liquidez, abonando intereses a los bancos mediante una emisión monetaria anual superior a
la que recibe el Tesoro Nacional.
Este esquema cambiario, monetario, financiero y fiscal ha dado claramente muy malos
resultados. No sirvió como ancla inflacionaria, tampoco se cerró la brecha cambiaria, las
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 182

expectativas negativas y las presiones devaluatorias aún continúan y las autoridades


económicas han debido incrementar recientemente la tasa de interés.
Por lo tanto, consideramos que ese funcionamiento debe ser abandonado y reemplazado
por otro que ponga énfasis en la acumulación de Reservas Internacionales, de manera de
pasar de la debilidad actual en la materia, a una fortaleza suficiente que comience a marcar
un camino de autonomía en las decisiones de política económica.
Siempre hemos sido propositivos en este sentido. Hemos aportado muchas iniciativas para
acumular Reservas Internacionales y para estimular la demanda interna y el ahorro en moneda
nacional, que, lamentablemente no fueron tomadas en cuenta.
Propusimos, entre otras iniciativas:
1. La creación de un Registro de Deudas Privadas con el Exterior tomando como modelo
las Comunicaciones del BCRA “A” 3602 y 4237 vigentes desde 2002 y 2004
respectivamente y anuladas por la gestión de Sturzenegger en el BCRA.
2. La implementación de un sistema informático de autorización de importaciones, que, al
igual que el anterior, consideramos que deberían ser públicos y transparentes.
3. La necesidad de refinanciar con los organismos financieros internacionales los
vencimientos de los distintos préstamos.
4. La implementación de programas de ahorro en pesos con fines específicos como
préstamos para la vivienda, construcción, infraestructura y bienes durables, de manera
de reorientar la liquidez excedentaria del sector privado que hoy sigue yendo al dólar.
5. El establecimiento de líneas de créditos para los bancos mediante la creación de
fideicomisos o el fortalecimiento del Programa de Crédito para la Inversión y la
Producción del BCRA con los recursos que hoy se destinan a las LELIQs
6. El establecimiento de apoyo público a sectores productivos específicos que puedan
rápidamente sustituir importaciones o industrializar exportaciones agregando valor.
7. El control más intenso de la AFIP a sectores exportadores claves, especialmente el
agropecuario y la minería; entre otras iniciativas.
Nada de esto se fue implementado y hemos llegado hasta acá con una debilidad extrema
en materia de divisas disponibles por parte del Estado. Hemos construido un camino de
reglas macroeconómicas de extrema fragilidad, que no ha dado los resultados esperados en
ningún orden (ni cambiario, ni inflacionario, ni fiscal, ni monetario, ni social).
A nuestro juicio, y como lo hemos venido repitiendo durante estos dos años, la acumulación de
divisas genuinas, fortaleciendo las Reservas Internacionales, es la manera más virtuosa para
que se consolide el gran crecimiento económico que hemos tenido este año y que sigue siendo
tan necesario para mejorar la calidad de vida de nuestros compatriotas.

15. Reestructuración o refinanciación

Hasta prácticamente finales del 2021, siempre se hablaba de un nuevo plan más amplio que el
Stand-By del 2018 y que era el Plan de Facilidades Extendidas de 10 años que era lo máximo
que podía otorgarse según los estatutos del FMI. Por ello se nos argumentaba que no se
podía pedir los 20 años que nosotros insistíamos.
Ahora bien, cuando se otorgó el crédito a Macri en el 2018 se violaron -con complicidad del
Staff del FMI- varias normas fundamentales del estatuto del FMI y ahora no se podía pedir una
ampliación de plazo que realmente hiciera sustentable el pago.
A principios de este año apareció una importante novedad que muestra claramente las
verdaderas intenciones del FMI; que fueron las de siempre, las que hicieron en todos los países
y que obviamente iban a exigir a la Argentina.
Se trataba de un verdadero pliego de condiciones de rendición. Así nos enteramos que ya no era
reestructuración en un nuevo plan, sino que era refinanciación con revisiones cada tres meses
durante dos años y medio, con metas y exigencias incumplibles y que si no se cumplían no habría
refinanciación, tampoco nuevos plazos. Es decir, durante dos años y medio íbamos a quedar al
borde del precipicio.
¿Qué había pasado entonces desde Agosto de 2020 hasta ahora, cuando se remitió la
carta a la Titular del FMI y se hicieron los tweet que mencionamos? ¿Qué y por qué se
cambió? ¿O se nos mintió?
Se debe ahora firmar el “Memorando de políticas económicas y financieras” y el “Memorando de
entendimiento técnico”, donde están todos los condicionamientos y exigencias incumplibles y
que ya analizaremos más adelante.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 183

El nuevo Director del FMI para el hemisferio occidental que asumió hace poco sus funciones, el
brasileño Illan Goldfajn, está convencido que este acuerdo es un puente para que el nuevo
gobierno que asuma después del año 2023, tenga la capacidad de hacer las reformas para
poner las cuentas en orden y crecer.
También, por otro lado, la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, ha dicho que no se
pidieron más reformas porque el “ala radicalizada del Frente de Todos no la aceptaría”.
Es decir, no hay aquí un NUEVO FMI comprensible y que nos quiere ayudar, sino el mismo de
siempre y que solo intenta ganar tiempo, y que a partir del 2023 con un gobierno de signo
político diferente, llevar adelante sus verdaderas exigencias que no son otras que las que
han hecho en todos los países y en todos los acuerdos anteriores en la Argentina.
Se nos recitaba casi como un dogma que era imposible acceder a 20 años de plazo y en la
propuesta que estamos analizando se terminará de pagar en 16 años.
Todos saben, incluido el staff del Fondo, los funcionarios argentinos y todas las fuerzas
políticas; que es imposible que la Argentina pueda pagar 20 mil millones de dólares de
deuda por año. Es decididamente insostenible e impagable.
¿Por qué entonces no se insistió en la necesidad de mayor plazo para que verdaderamente se
pudiera pagar?
¿Al FMI realmente le interesa cobrar la deuda; o quiere eternizarla como una soga al cuello que
extorsione al actual y futuro gobierno, para ser ellos los que decidan qué hacer con los
argentinos, sus bienes y sus vidas?
¿Esto nunca lo tuvieron presente nuestros funcionarios?

16. Acuerdo FMI- Argentina: ULTRA VIRES?

Los expertos en deudas soberanas de los Estados y sus relaciones con el FMI, Karina Patricio
Ferreira Lima, de la Facultad de derecho de la Universidad de Leeds, Inglaterra; y Chris Marsh,
asesor principal, Exante Data, de Inglaterra; realizaron un estudio denominado: “El Acuerdo
Stand-By del FMI con Argentina en 2018: ¿Un acto ultra vires?”, donde expresan:

Las conclusiones de este documento son múltiples. En primer lugar,


la facultad del FMI de prestar apoyo a la balanza de pagos de sus
miembros está condicionada a una serie de condiciones
acumulativas: los recursos generales del Fondo sólo se pueden poner
a disposición de sus miembros con carácter temporal; el apoyo debe
prestarse con las salvaguardias adecuadas; y debe acortar la duración
y aminorar el grado de desequilibrio de la balanza de pagos del
beneficiario. Estas condiciones sustantivas son disposiciones de
derecho positivo que emanan del tratado constitutivo de la
organización y establecen el alcance de las competencias del Fondo,
por lo que no pueden dejar de cumplirse por ningún motivo, incluida
la autoría (ownership) del programa por parte del país prestatario. Es
mandato exclusivo del Fondo, según su tratado constitutivo,
garantizar que esas condiciones se cumplan en todas las
circunstancias, adoptando procesos de evaluación y de toma de
decisiones adecuadas, así como actuando con diligencia en la
aplicación de dichas normas a los casos individuales.
En segundo lugar, el Fondo ha actuado de forma ultra vires al aprobar
el ASB por dos razones principales. Primero, no garantizó las
salvaguardias adecuadas para la provisión de sus recursos generales.
Esta falta en el programa puede observarse no solo en términos de su
diseño -que careció de ajuste externo, suposiciones manifiestamente
irrazonables acerca de las entradas privadas de capitales financieros
y un importante "agujero negro" contable de 20.000 millones de
dólares-, sino también porque, como resultado, sobrestimó
injustificadamente la sostenibilidad de la deuda y aprobó el acceso
excepcional en violación de la política de acceso excepcional del
Fondo de 2016. Al hacerlo, el acuerdo ha producido una significativa
exposición del FMI a la deuda insostenible de Argentina, que el propio
Fondo ha exacerbado tras la aprobación del ASB. En segundo lugar,
era razonablemente previsible que el diseño del programa resultara en
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 184

una extensión de la duración y en una intensificación del grado de


desequilibrio de la balanza de pagos internacional de Argentina por
falta de requisitos apropiados en materia de GFC, que (basándose en
la experiencia y en los datos que el FMI razonablemente debería haber
tomado en consideración) el Fondo tenía el mandato legal de solicitar.
En tercer lugar, si bien tanto la legislación de los actos ultra vires por
parte de organizaciones internacionales como sus implicaciones
jurídicas son un ámbito no resuelto del DIP, parece que el ASB ultra
vires constituye un acto anulable que dejaría de producir efectos
jurídicos a partir de la fecha de reconocimiento de su invalidez. En
ausencia tanto de un acuerdo subyacente válido como de una
actuación internacional ilícita tras la aprobación del ASB -en cuyo
caso surgiría la obligación de indemnizar por daños y perjuicios-,
sostenemos que los efectos entre las partes de la nulidad del ASB
deben regirse por el derecho internacional del enriquecimiento
injusto. En la práctica, esto significa que Argentina debería restituir el
capital al FMI quien, a su vez, debería restituir a Argentina las tasas
cobradas por el préstamo, los sobrecargos, la comisión por
compromiso y los cargos por el servicio de la transacción. Teniendo
en cuenta la incapacidad de la Argentina para restituir el remanente de
la compra (unos 42.000 millones de dólares) de forma inmediata,
sostenemos que las partes deberían negociar sobre la base del
principio de equidad un horizonte temporal ampliado para la
liquidación que facilite el ajuste externo sin comprometer la
prosperidad nacional.
En cuarto lugar, aunque parece no haber jurisprudencia en el derecho
internacional sobre la responsabilidad por daños del personal de las
organizaciones internacionales, los principios pertinentes del derecho
privado inglés en casos análogos parecen sugerir que la restitución
debida por el FMI a la República Argentina ocurre sin perjuicio de la
responsabilidad por daños del personal y de funcionarios que puedan
haber proporcionado un asesoramiento negligente al Directorio
Ejecutivo sobre la capacidad del Fondo para celebrar el acuerdo.
En quinto lugar, dada la ausencia de un órgano de revisión, ya sea
judicial o político, dentro del marco institucional del Fondo, sólo la CIJ
estaría facultada para asesorar sobre la validez legal del 30
ASB a través de su vía consultiva, ya sea a petición de la Asamblea
General de la ONU o del propio FMI. De lo contrario, el litigio requerirá
una solución política, que podrá alcanzarse en cualquier momento con
el compromiso de buena fe de las partes y de la comunidad
internacional en general.
Existe además una investigación penal en la Argentina que podría
llegar a complicar a funcionarios del Staff a pesar de las salvaguardas
penales que ellos tienen y nunca nada se les dijo de eso en la
negociación….

17. Informe ex post del FMI: Diciembre de 2021

La evaluación ex post (que realizaron las autoridades del FMI en diciembre de 2021), se realiza
en el caso de todo préstamo del FMI que supere los límites de endeudamiento normales y busca
examinar los resultados en relación con los objetivos originales del programa, así como analizar
si el programa estuvo correctamente concebido y evaluar su congruencia con las políticas del
FMI.
La evaluación ex post evidencia que la Argentina tenía la oportunidad de demostrar el
saqueo garantizado por el Fondo y el macrismo, y no se aprovechó.
El programa buscaba 4 objetivos claros: restablecer la confianza de los operadores económicos,
reducir los desequilibrios fiscales y de balanza de pagos, mejorar la situación de la población y
disminuir la inflación.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 185

Por supuesto, la burocracia del Fondo se cubre las espaldas y la conclusión de la evaluación
ex post, es que los funcionarios cumplieron con las políticas y los procedimientos del FMI,
incluidos los relacionados con el financiamiento, las salvaguardias y la concepción del programa.
El equipo técnico del Fondo reconoció explícitamente que el dinero obtenido a partir del
Acuerdo Stand-By se fugó casi en su totalidad y que a su vez el mismo estuvo fuertemente
influenciado por motivaciones político-electorales. Sin embargo, culparon al gobierno de
Cambiemos por no querer introducir medidas de control de capitales antes de las elecciones del
2019.
Esto demuestra que se trató de un acuerdo político, con fuertes implicancias geopolíticas, y no
de un acuerdo económico. El macrismo se asoció al Fondo para establecer el nuevo estatuto
legal del coloniaje en la Argentina y permitir la fuga masiva de capitales.
Por otro lado, queda evidenciado que el programa político y económico impuesto por el Fondo
y el gobierno anterior, estaba destinado al fracaso. Los cuatro pilares principales no solo no
se cumplieron sino que se agravaron: Aumentó la desconfianza en el mercado, aumentaron
la pobreza y la inflación; y se redujo el déficit de la balanza de pagos a costa del desplome de
las importaciones, producto de la devaluación y la caída estrepitosa de la actividad económica y
del salario real.
No se hacen cargo del fracaso de lo que ellos mismos impulsaron puesto que no se alcanzó
ninguno de los objetivos planteados a pesar de las significativas correcciones de las políticas
económicas, producto de su monitoreo constante y diario.
Tampoco se hacen cargo de haber continuado con los desembolsos a pesar de la continuidad
de lo que ellos mismos reconocen: La fuga de capitales permanente.
En resumen, reconocen que el programa en agosto de 2019 ya había fracasado.
Por supuesto, con el cinismo que caracteriza a la diplomacia financiera mundial, los directores
lamentaron que el programa de 2018 no alcanzara los objetivos de restablecer la confianza del
mercado, aminorar los desequilibrios externo y fiscal, reducir la inflación y proteger a los
segmentos más vulnerables de la población.
Consideraron que la estrategia y la condicionalidad del programa no fueron suficientemente
sólidas como para abordar los problemas estructurales tan arraigados de Argentina, como la
fragilidad de las finanzas públicas, la dolarización, la fuerte inflación, la escasa transmisión
de la política monetaria, el reducido tamaño del sector financiero interno y la estrecha base
de exportaciones.
Los técnicos del FMI afirmaron que usaron las proyecciones de crecimiento de las autoridades
argentinas para realizar el programa. Estos supuestos generaron una visión “optimista” que
obstaculizaron una evaluación sólida de la sostenibilidad de la deuda; se evaluó que la deuda
pública era sostenible pero no con alta probabilidad. Es decir, esta estafa y saqueo al conjunto
del pueblo argentino fue posible gracias a los números que dibujó el gobierno anterior y
que el FMI aceptó complaciente.
Es verdad que varios directores cuestionaron la viabilidad de la adopción de las medidas que se
aplicaron en Argentina y señalaron que el fracaso de este Acuerdo Stand-By ha creado
importantes riesgos financieros y de reputación para el FMI.
Y si bien coincidieron en general en que el Acuerdo Stand-By fue congruente con las políticas y
los procedimientos del FMI, reconocieron que la aplicación de algunas de estas políticas
implicó un considerable juicio subjetivo.
La gran mayoría coincidió en defender a los funcionarios técnicos actuantes y sólo unos
pocos directores cuestionaron que se hubiesen utilizado criterios subjetivos sobre la
sostenibilidad a mediano y largo plazo de la deuda, la posibilidad de acceso a los mercados
financieros privados y la capacidad de los funcionarios argentinos de ese entonces para
implementar el programa.
Estos pocos directores, reconocen así, indirectamente, que la balanza para otorgar ese
desproporcionado financiamiento a la Argentina, se inclinó, más por razones subjetivas
(políticas quizás) que por verdaderos fundamentos técnicos y objetivos.
También dejaron remarcado que, si bien se siguieron los procedimientos normales de evaluación
de los riesgos, los riesgos más amplios podrían haberse destacado más, y que el Directorio
podría haber participado en el proceso más a fondo y desde más temprano.
Muchos directores consideraron que una evaluación del Acuerdo Stand-By con Argentina por
parte de la Oficina de Evaluación Independiente podría haber complementado las conclusiones
de la EEP. Por supuesto esta Oficina no tomó el caso argentino para su análisis y revisión.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 186

El Informe de la evaluación también incluye las consabidas recomendaciones a su propia línea


de funcionarios sobre los “aprendizajes” y “lecciones” que ha dejado para el futuro la experiencia
del Stand-By del 2018.
Como menciona la carta de los Senadores a la OIE, ya mencionada:
“También en 2004, la OIE publicó un reporte de 184 páginas sobre el
caso argentino y las relaciones entre nuestro país y el FMI entre 1991
y 2001. Ya ahí se hacían críticas a la conducción del organismo y se
aportaban una serie de “lecciones” y recomendaciones, que,
lamentablemente, parecen no haber sido tomadas en cuenta por los
funcionarios que participaron del SBA del 2018.
Es decir, que, al parecer, el proceso de aprendizaje institucional del
Fondo no ha sido muy fructífero hasta el presente, porque,
prácticamente, en el otorgamiento y gestión del SBA del 2018 se han
repetido los mismos errores y desajustes que implicaron el fracaso de
los préstamos de la década del ´90 y que fueron señalados en el
Informe mencionado precedentemente. Tampoco parece que las
recomendaciones que surgían del mismo hayan sido adoptadas.
De lo que sí estamos plenamente seguros, es que ese aprendizaje nos
ha costado muy caro a los argentinos. Y lo hemos pagado y lo estamos
pagando, no sólo con la devolución del capital, los intereses y los
cargos que el Fondo le cobra al país, sino, y fundamentalmente, con
la pérdida de calidad de vida de nuestra sociedad.
Lo hemos pagado y lo estamos pagando todavía con la pobreza, la
indigencia, la falta de oportunidades, el desempleo, el cierre de
pequeñas y medianas empresas y de comercios familiares, el
desajuste de todas las variables macroeconómicas.
No somos el único país, donde los pueblos pagan con su sufrimiento
los desaguisados que producen en sus sociedades las políticas del
FMI. Egipto, Ecuador, Grecia, entre otros, son también ejemplo de la
falta de “aprendizaje institucional” del Fondo.
Quizás haya llegado la hora de replantear la validez del conjunto de
normas diseñadas a partir de Bretton Woods y de seguir insistiendo
con la generación de una nueva arquitectura financiera internacional.”
Según las proyecciones del propio organismo, nuestro país, bajo el Acuerdo Stand-By, sería la
principal fuente de reintegros en conceptos de capital e intereses entre 2021 y 2024. En
2021 hubiésemos aportado el 47% de los desembolsos, en 2022 el 70% de las devoluciones y
en 2023 el 55%. Fue irresponsable por parte del anterior gobierno acordar un cronograma de
pagos de imposible cumplimiento, así como también el staff del FMI al atar un porcentaje tan
alto de sus ingresos por capitales e intereses al desempeño de un solo país.

La mitad de los ingresos del Fondo son dependientes de un solo prestamista: la Argentina.
Ningún banco del mundo cometería semejante error. El FMI hizo uso y abuso de la posición
de acreedor dominante.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 187

La credibilidad y la legitimidad del Fondo se han visto dañadas producto de este préstamo.
Esta oportunidad no se supo aprovechar por parte del gobierno nacional para renegociar
una deuda que es impagable. Y hoy la Argentina tiene nuevamente la soga al cuello del
FMI.
La evaluación ex post también provocó que distintos países miembros de la Junta del FMI
declarasen su postura respecto a cómo se llevó a cabo el Acuerdo Stand-By con la Argentina.
La primero que queda expuesto es que la Junta tuvo poca información respecto a la situación de
nuestro país previo a firmar el Acuerdo y fue presionada para aprobar el préstamo más grande
de la historia del organismo, bajo el pretexto de “actuar rápido”.
En ese sentido, Alemania declaró que la situación dejó al FMI en riesgos significativos para su
balance y reputación y que se deben extraer aprendizajes de las “fallas” del préstamo a
Argentina; así como que el personal del FMI debería haber desafiado “las líneas rojas” de
las autoridades argentinas de ese entonces y criticaron la presentación a la Junta de los
hechos consumados del Acuerdo.
Brasil, por su parte, dejó asentado que los informes técnicos del personal apoyaron en gran
medida la estrategia preferida de las autoridades argentinas de ese entonces y se mostraron
preocupados por la ausencia de medidas de manejo de flujos de capital.
Hasta el Reino Unido afirmó que los países de la Junta fueron presionados para aprobar rápido
el Acuerdo debido a las “circunstancias difíciles”. Y se mostraron preocupados porque no se
establecieron planes de contingencia claros, ignorando las advertencias del informe de la
OEI del FMI de 2004, en base al desempeño del organismo en la Argentina entre 1991 y
2001.
La mayoría de los países que expusieron frente a la evaluación ex post señalaron que hubo
presupuestos optimistas y poco realistas a la hora de firmar el acuerdo. También entienden
que se deberían haber tomado medidas de control de capitales para evitar la fuga y muchos
de ellos coincidieron en que los “errores” del último préstamo ya habían sido advertidos en el
informe del 2004 de la OEI antes citado.
Es llamativo lo que señalan, por ejemplo, los representantes de Egipto, resaltando que el
Acuerdo de 2018 estableció un récord en términos de velocidad de tramitación y se apartó
de los procedimientos habituales; y la India, que se mostró preocupada principalmente por el
hecho de que el préstamo financió la formación de activos externos, rescató acreedores
privados y no apoyó el bienestar del pueblo argentino.
Por otro lado, es sumamente interesante lo que señalaron los representantes de la República
Popular China, alertando que antes del inicio del programa, ha habido sospechas e informes
de que el Fondo fue presionado para proporcionar préstamos a Argentina; agregando que
en caso de que hubiese habido presión política de un tercero, la parte que ejerció la
presión política también debe asumir la responsabilidad pertinente.
Si tantos países miembros de la Junta del FMI resaltaron las irregularidades y los “errores”
cometidos por el staff del Fondo, ¿por qué la actual delegación negociadora del gobierno
argentino no utilizó estos argumentos para presionar en favor de llegar a un acuerdo que
atienda la excepcionalidad e irregularidad de este caso? Esta oportunidad tampoco se
supo aprovechar por parte del gobierno nacional para renegociar una deuda que es
impagable.
Por otra parte, ¿por qué la actual delegación no solicitó, desde el inicio de las negociaciones con
el Fondo, un nuevo análisis de la OIE, como plantearon los representantes del Grupo África
en su declaración en la Junta?
¿Por qué no se pidió una revisión de la legitimidad cuando la propia evaluación reconoce una
violación del artículo VI del Convenio Constitutivo del FMI que indica que “ningún país
miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida
considerable o continua de capital”?
Naturalmente, quienes se opusieron a la visión crítica de los técnicos del Fondo y refrendaron la
visión del propio FMI y el anterior gobierno argentino, fueron los Estados Unidos. Para ellos era
“poco realista” que el organismo recomendase frenar la fuga mediante el control del flujo de
capitales. A su vez, rechazaron la evaluación de las autoridades de que el programa fracasó
debido a su motivación política y al financiamiento de la fuga.
Respecto al gobierno de Macri sentenciaron que “las autoridades argentinas demostraron un
compromiso significativo, recurriendo de manera proactiva al Fondo en busca de apoyo
antes de una crisis total y aceptando la responsabilidad de la austeridad monetaria.” Y
respecto al nuevo acuerdo entienden que requiere una “clara política monetaria como pieza
central de una estrategia integral para abordar la inflación”, es decir más ajuste.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 188

Mauricio Claver Cardone, ahora presidente del BID designado por el presidente Donald Trump,
y en ese momento representante de los EE.UU. ante el FMI, dijo en 2020 que EEUU apoyó el
préstamo por “su interés en Latinoamérica”, inclusive contra la resistencia de Europa. Los
factores geopolíticos jugaron un papel clave. Sostener un gobierno alineado con los EE. UU. era
sustancial.
En síntesis, casi la totalidad de los países reconocieron que este acuerdo pone en riesgo la
legitimidad del Fondo, porque todos saben y pocos dicen que el acuerdo no es legítimo.
Por otro lado, vemos con preocupación el pedido de algunos países con peso geopolítico
respecto a la necesidad de que un nuevo Programa del FMI para la Argentina incluya “reformas
estructurales por el lado de la oferta”, bajo el eufemismo del “desarrollo de la capacidad de
exportación de la Argentina” y “la atracción de inversiones extranjeras”.
Es decir, que a través de normas se cristalice un modelo productivo basado en que nuestro país
se convierta en una plataforma de exportación, concentrado en grandes conglomerados de
empresas, en su mayoría extranjeras, que implicaría un recrudecimiento de la concentración y
extranjerización de la riqueza nacional. Esto redundaría en un límite al desarrollo autónomo,
justo y soberano.

18. FMI: default o arreas, qué sucede ante el no pago al FMI

En 1944 se crea el FMI y desde ese entonces hubo 33 incumplimientos prolongados mayores
a 6 meses, la mayoría de ellos (28), ocurrieron entre mediados de la década de los ´80 y los ´90,
El plazo promedio de los incumplimientos fue de casi 8 años.
En primer lugar hay que decir que para el Fondo no existe el DEFAULT sino que ellos
hablan de “arreas” atrasos y que este ocurre cuando un estado no abona un vencimiento
en su fecha.
En 1989, y ante el cúmulo de incumplimientos o atrasos, el FMI estableció un protocolo para
los casos en que los países no abonen sus cuotas a la fecha de los vencimientos. Y según el
mismo, no hay plazos adicionales.
Y ahí comienza el siguiente mecanismo: Durante los primeros 15 días, el FMI se comunica
con el país para expresarle la gravedad de la situación y exigir el pago, Al mes, el/ la Directora
Ejecutiva debe notificar al Directorio de la situación y a los dos meses se emite una queja.
A los tres meses se sube a la página web del organismo la información sobre la situación de
incumplimiento del país y se impide al mismo el uso de los DEG (en el caso de Argentina esto
resulta inocuo puesto que ya fueron utilizados y prácticamente no quedan DEG en las reservas
internacionales).
Desde el principio el país es llamado a negociar nuevos acuerdos. De no lograrse, recién en el
mes 18, aproximadamente, se le suprime el derecho a voto y a los dos años se analiza la
posibilidad de expulsarlo del organismo.
A pedido de la Argentina el FMI podría posponer la obligación del pago, como ya ocurrió
en el año 2002, cuando el Gobierno Argentino amenazó con incumplir el pago y el FMI
accedió a posponer la obligación por un año. Al año siguiente le concedió un nuevo
crédito Stand-By, sin condicionamientos y, en 2004, durante la presidencia de Néstor
Kirchner, le pospuso nuevamente un vencimiento sin condicionamiento alguno. Como
relatamos antes, esa deuda se abonó anticipadamente y por completo en Diciembre de
2005.
Es nuestra verdad relativa y claro que habrá otros caminos posibles, pero en primer lugar hay
que estar convencido de ello y tener coraje para poder ejecutarlo.
Y esta opción en algún momento se evaluó en nuestro gobierno: Solicitar una suspensión de un
año en los vencimientos hasta llegar a un nuevo acuerdo que verdaderamente sea sustentable
y cumplible; y no sujeto a extorsiones y condicionamientos, desconocemos los motivos por
los cuales se descartó.
¿Quién dejó transcurrir los plazos para que llegáramos a esta situación?
¿Por qué no se solicitó en el año 2020 o 2021 la postergación de los pagos y las
sobrecargas de intereses?
¿Por qué nos pusimos nosotros mismos al borde del abismo?
¿Por qué hay compañeros que hoy -de buena fe- creen que es firmar esto o el desastre?
¿Por qué se ocultó sistemáticamente la verdad?
¿Alguien puede contestarme estas preguntas?
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 189

Si el auto está al borde del precipicio es obvio que no hay que acelerar. Hay que frenar, dar
marcha atrás buscando una distancia razonable, CAMBIAR LA TRIPULACION y volver a
NEGOCIAR.

19. La negociación: Inexperiencia, ingenuidad o debilidad


Estoy absolutamente convencido de que fue equivocada la gestión de la negociación llevada
adelante por los funcionarios de nuestro gobierno con el FMI, cuyo principal responsable fue el
gabinete económico del Poder Ejecutivo.
Esta no fue una negociación del Frente de Todos, sino de ese grupo de funcionarios del
Poder Ejecutivo que nos dejaron al borde del precipicio y nos extorsionan para que
aprobemos en sobre cerrado sus actos irresponsables, o vendrá la catástrofe.
INEXPERIENCIA, INOCENCIA, INGENUIDAD O COMPLICIDAD. No lo sabemos. Si alguna o
todas estas fueron las causales de llevarnos hasta aquí, ojala la historia nos lo pueda
dilucidar.
Nada se consiguió en estos dos años de negociación y siempre fuimos cediendo y retrocediendo
hasta ponernos al borde del precipicio con una falsa opción.

20. Los Memorando suscriptos

En principio creemos que es tan exigente, y muchas veces difuso y contradictorio, y en otras con
expresiones tan amplias y generales; que deja a la absoluta y total discreción y arbitrio del STAFF
y técnicos del Fondo decidir si el Gobierno cumplió o no cumplió con las metas y objetivos.
Para decirlo con claridad: No serán evaluaciones técnicas, sino políticas, como siempre
hizo el FMI y si hay incumplimiento no será por responsabilidad de ambos, sino de las
autoridades locales que serán disciplinadas con nuevas exigencias.
Es muy claro que los compromisos no se podrán cumplir, (y esto lo sabe el staff del fondo) y qué
pasará si (como en Grecia, que los obligaron a vender islas para pagar), aquí, como ya lo han
dicho varios, vienen por nuestras cataratas, nuestros glaciares, nuestra reservas de agua dulce
o las segundas reservas de gas no convencional del mundo que hay en Vaca Muerta, en
mi provincia de Neuquén, y de las que sólo se ha explotado menos del 6 %.
Ficción o realidad, no lo sabemos, será cuestión de tiempo.
Está muy claro que el contexto internacional ha cambiado radicalmente. Es imperiosa la
necesidad de replantear todos los indicadores o proyecciones que fueran realizadas antes
del conflicto entre Rusia y Ucrania. Estamos asistiendo a un conflicto entre dos de los
principales proveedores de insumos agrícolas, industriales y energéticos del mundo, con su
impacto sobre los precios y la inflación.
Según el Diario El País de España: Hay que remontarse a diciembre de 1986 para encontrar
niveles similares en España. La gasolina subió un 25,1%, el diésel un 28,4%, y la electricidad un
80,5%. Entre los alimentos a los que se extiende el contagio inflacionista destacan las subidas
del aceite de oliva (30,6%), otros aceites comestibles (32,3%), pastas alimenticias (19,9%),
harinas y otros cereales (11,7%), alimentos para bebé (10,5%), carne de ovino y caprino (9,5%),
arroz y leche desnatada (9,4%), leche entera (9,3%) y café (8,2%).
Fuente:(https://elpais.com/economia/2022-03-11/la-inflacion-escala-en-febrero-al-76-mientras-
la-guerra-alienta-nuevas-subidas-de-precios.html)
¿Es muy descabellado pensar que, con esta crisis mundial, las economías de los países tengan
una recesión en su PBI como el 2020? Con lo cual el Marco de políticas y programa económico
2022 2024, descripto en el Memorando de políticas económicas y financieras, debe ser revisado
por completo.
Sin perjuicio de ello, analizaremos a continuación los puntos que consideramos más importantes
del Memorando de Políticas Económicas y financieras.
En el punto 7 describen los antecedentes MACRO Económicos y apuntan a lograr una
estabilidad inflacionaria y expresan que se necesitan más medidas para mejorar las finanzas
públicas, depender menos del financiamiento monetario y ampliar la cobertura de las reservas
garantizando a la vez la competitividad del tipo de cambio real.
Ahora bien, y atento a lo mencionado sobre el financiamiento monetario es necesario volver a
recordar que la inflación, no solo en Argentina sino también en el mundo, es multicausal.
Continuar con la teoría que solo depende de regular la emisión monetaria es falso. Prueba
de ello reciente, es la disparada de precios de alimentos y energía que vive hoy Europa como
consecuencia de la Guerra.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 190

A Continuación, detallaremos un cuadro en donde se exhibe la base monetaria y la inflación en


nuestro país, desde el año 2002 a 2021, que es por demás demostrativo y contundente para
afirmar que la inflación no depende de la emisión monetaria, sino que es multicausal.

Como se observa, en los últimos años y en medio de la pandemia, la emisión fue de 8,9% y
6,1% del PIB, en los años 2020 y 2021 respectivamente; con una inflación para dichos años de
34% y 49%.
Sin embargo, como se visualiza en el cuadro, en el año 2019, ya con el FMI en nuestras
oficinas, fue de 5,6% del PIB, pero la inflación llegó al 53%. Es decir, se bajó la emisión
monetaria pero la ¡inflación, fue la más alta desde el año 1989, y con la supervisión del Staff
del FMI!
Y miren que paradoja, en el año 2004, la emisión fue del 9,3% del PIB, y la inflación tan solo
del 4,4%, por citar algún ejemplo. En definitiva, no caben dudas que la inflación no depende
exclusivamente de la emisión monetaria.
Por otra parte, en el marco de la Pandemia global que azotó a todo el mundo; los países de
Europa y los Estados Unidos (aunque para algunos liberales les cueste reconocerlo) han
emitido una enormidad de billetes, por decirlo vulgarmente, le han dado a la maquinita.
Veamos. En Europa, los Bancos Centrales, durante la pandemia, han vivenciado una
histórica emisión monetaria, lo llamaron: “Helicopter Money”.
Recordemos también que con la crisis del año 2008 en Europa y EEUU la emisión fue altísima
y, no obstante ello, la inflación muy poca.
Con el COVID, durante 2020, la oferta monetaria de Estados Unidos ha crecido casi un 24%.
Según datos de la FED, el volumen de dólares ha pasado de US$15,33 billones a fines de 2019
a US$19,1 billones a finales de noviembre.
A eso debe sumársele que con la llegada de Joe Biden a la presidencia de Estados Unidos,
se ha puesto en marcha un plan de US$1,9 billones para estimular la mayor economía del
mundo, debilitada por la pandemia de covid-19.
Este plan incluye US$ 415.000 millones para impulsar la aplicación de la vacuna contra el
coronavirus, así como US$ 440.000 millones en apoyos para las pequeñas empresas. El
billón restante fue destinado a los estadounidenses más necesitados a través de pagos directos
y subsidios de US$1.400 por persona, podríamos decir un IFE TRUMP-BIDEN.
El presupuesto a largo plazo de la UE, fue concebido a 5 años para impulsar la
recuperación. Será el mayor paquete de estímulo jamás financiado en Europa. Un total de 2,018
billones de euros a precios corrientes ayudarán a reconstruir la Europa posterior a la COVID-19.
Ese importe quinquenal incluye para este año el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia
por 723.800 millones de euros, de los cuales 385.800 millones de euros son préstamos y 338.000
millones de euros constituyen subvenciones.
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
17 de marzo de 2022 Sesión especial Pág. 191

Como resumen a nivel mundial, siempre refiriéndonos a la emisión: Los avanzados


emitieron en promedio el 24% del PBI, los medianos el 6,1% del PBI y los pobres 1,8%.
Ello demuestra que los países más ricos han emitido sin ningún tipo de control para paliar los
problemas derivados de la pandemia y no han generado inflación en dichas economías centrales
y de los Estados Unidos.
En el punto 13 del memorando, exponen que los gastos de capital y metas fiscales se
actualizarán para reflejar desviaciones en los desembolsos de préstamos externos; y en el punto
12 del MTE, agregan que la meta de saldo primario se adecuará de acuerdo a la evolución del
gasto asociado a desembolsos de préstamos de organismos multilaterales y bilaterales de
créditos fijándole un tope de 141.000 Millones (0,2% PIB) para dicho ajuste.
Nuevamente respecto a la situación actual estos límites de desvíos generan una incertidumbre
muy grande donde si el crecimiento disminuye, ¿disminuirá la financiación para
desembolsos de obras e infraestructura por préstamos de otros organismos internacionales
de crédito (BID, Banco Mundial, el CAF, entre otros)?
En el punto 14, manifiestan que si los ingresos reales del gobierno federal, fueran superiores a
lo programado, se comprometerán a aprovechar para reducir debidamente el déficit fiscal según
corresponda.
¿Esto implica que bajen o anulen determinados impuestos progresivos? No lo ponen, pero
tampoco lo niegan expresamente. O sea, si nos va bien, no es para mejorar la calidad de
vida, sino para tener más fondos para pagar.
En este punto 14, recuerdan el reciente aumento de bienes personales, al tiempo que proponen
cambar de valores fijos a ad valorem para el ITC y Dióxido de Carbono y una revaluación
inmobiliaria que dé una base mayor para el impuesto patrimonial.
En este punto, si la meta fiscal se cumple, ¿está la posibilidad que bajen los tributos
patrimoniales? Los impuestos patrimoniales, en los casos de bienes inmuebles, muchos
destinados a viviendas familiares estarán exentos. No se entiende cómo siguen manteniendo la
exención que fijó el macrismo para los inmuebles rurales y/o no ponen en agenda aumentar el
impuesto a bienes y participaciones societarias sobre todo para las empresas que
desarrollen actividades que no solo en la actualidad sino en la pandemia, han tenido unas
rentabilidades inéditas (energéticas, telecomunicaciones, internet, formadores de precios,
prepagas, empresas del sector primario, entre otras).
En el mismo punto de política tributaria, insisten en reducir las tasas de derechos de
exportaciones a los bienes con valor agregado y evitar aplicar nuevos impuestos a las
transacciones financieras.
En este punto de políticas tributarias, sería interesante ahondar en los impuestos sobre los
ingresos brutos que tienen injerencia las provincias, pero que, para la distribución de la
base, habría que generar una división más justa, equitativa y sobre todo más federal, ya
que mucha parte de la torta se la atribuye a la CABA, como el caso de las LELIQs (tributa y
recauda solamente la CABA más de 50.000 Millones de pesos en el último año)
Mencionan la necesidad de seguir con planes de pago, pero no con moratorias o amnistías
fiscales que puedan deteriorar el cumplimiento fiscal. Sin embargo, está en estudio la
ampliación al blanqueo para construcción.
Y si en el futuro, atento a la crisis mundial, las Mipymes necesitan una nueva
reestructuración de sus deudas fiscales, ¿no podrán acceder a dichas amnistías o
moratorias? En principio, parecen contradictorios los términos del Memorando, con las
políticas aplicadas hasta ahora por nuestro gobierno y los proyectos presentados en este
Congreso.
Un punto sumamente importante es el vinculado al plan estratégico de la AFIP con el fin de
abordar los altos niveles de incumplimientos. En primer lugar, las multas administrativas por
incumplimientos fiscales están totalmente desactualizadas y en muchos casos los grandes
contribuyentes dilatan la discusión y casi el 100% de los casos nunca terminan haciendo
frente a la erogación de las multas.
Proponen armar un plan de acción con el FMI, sería bueno que en dicho plan el Fondo también
se comprometa -junto con la Argentina- a la cooperación internacional para la detección de
bienes o activos, sobre todo financieros sin declarar correctamente. Se necesita no tanto planes
e informes, sino colaboración y cooperación en pos de evitar la evasión fiscal, para
mejorar el supuesto “déficit fiscal” que tanto les preocupa al Staff del FMI.
Aprovechando la ocasión de revisar las políticas fiscales, sería bueno proponer la creación de
una unidad especial que dependa de la Jefatura de Gabinete de Ministros (como existía
durante el gobierno de Cristina, que Macri derogó con un decreto en 2017) para un trabajo
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en conjunto con distintas áreas del Poder ejecutivo, ejerciendo un control exhaustivo y
preciso ante las grandes empresas, filiales extranjeras en nuestro país, y otros sujetos que
detenten una capacidad contributiva similar a la que ha ingresado el aporte a las grandes
fortunas. En el punto 26, levemente hacen una pequeña mención a esta coordinación, pero
sin dar una profundización seria y razonable.
En el caso del punto 15, reconocen levemente la existencia de un conflicto internacional, pero
insisten en reducir los subsidios a la energía en un 0,6% del PIB en 2022. Agregan que
existe una estrategia para reducir los costos de la energía e incrementar el traslado de los costos
de generación, garantizando una adecuada protección de la población más vulnerable y mejoras
en los servicios. Como pilar principal eliminarán los subsidios a los consumidores residenciales
con mayor capacidad de pago.
Sin embargo, no se ha dado publicidad a ningún informe o estudio sobre el verdadero costo de
la energía. Recordemos que el macrismo había dado aumentos entre un 2.000% y 3.000%
para tarifas de Luz y Gas, y para las empresas y varias asociaciones y clubes de barrio,
incluso alcanzó el 4.300% de aumento; todos estos incrementos sin ningún respaldo que lo
sustente. Además, que hayan estado congeladas entre 2019 y 2021 o con un pequeño aumento,
no significa que estén retrasadas. Justamente para afirmar dicha posición, o sea una
actualización de las mismas; antes se debe establecer cuál es el verdadero costo de la energía.
Por otra parte, tanto la AGN como el ENRE en sus informes de auditorías han manifestado que
los aumentos efectuados durante el macrismo son nulos de nulidad absoluta y todo debe ser
recalculado. Insistimos, durante 4 años, la inflación fue de 187%, el dólar devalúo un 268%,
El Salario Mínimo Vital y Móvil, un 178%. Es hora que nos preguntemos si con un aumento de
3.000% en las tarifas, las mismas están o no desactualizadas, ¿o están sobre valuadas?
Reiteramos la AGN, en su informe de auditoría sobre el ENRE del Macrismo, fue muy claro y
contundente, se aprobaron costos operativos mayores a los reales en relación a la distribución
de la energía. Tampoco se han podido constatar las inversiones supuestas realizadas por las
empresas de distribución de energía en el AMBA y dieron cuenta que el ENRE priorizó la
rentabilidad que surge de los propios balances, ante que lo dispuesto en la ley 24.065 y el art.
42 de la CN para unas tarifas justas y razonables.
En cuanto al escenario base de reducir en un 0,6% del PBI los subsidios a la energía, el actual
conflicto bélico europeo, como mencionamos más arriba, hace que las previsiones establecidas
en la energía hoy no tengan visos de realidad. La reducción de los subsidios a la energía, en un
clima de encarecimiento constante del GNL, se torna inviable, de muy difícil cumplimiento. Tanto
fiscal como socialmente.
De acuerdo al informe elaborado por la Secretaría de Energía para la Audiencia Pública del
pasado 31 de enero2, el precio del GNL importado, considerando la cotización del 12 de enero
de 2022 ascendía a un promedio de U$S/MMBTU 23,72 para el periodo mayo a septiembre de
2022. Hoy, utilizando la misma fuente citada por la SE3, el promedio de U$S/MMBTU para dicho
período es de 32,81.
Es necesario recordar que de acuerdo a las proyecciones de la SE se deberá importar durante
el presente año GNL para cubrir el 9% del total de la demanda de gas que requiere el sistema,
por lo que cualquier alteración alcista de su precio incidirá de manera dramática sobre los costos
de generación (por cada 10 dólares adicionales por millón de BTU el costo subiría en unos
1600 millones de dólares!!!).
Insistimos, mientras continúen las incertidumbres internacionales producto del conflicto bélico en
Europa, dichos precios continuarán con alta volatilidad, por lo que el escenario base queda hoy
día indeterminado, y no puede ser tomado por tanto como referencia para ningún
programa fiscal.
Pero más allá de esta cuestión sustancial para la suerte del programa del FMI, hay otra cuestión
que resulta angular, esencial para poder afrontar una discusión clara y transparente sobre la
política de subsidios a la energía –o las tarifas a los ciudadanos (porque hablamos de dos caras
de una misma moneda) y, sin embargo, sistemáticamente omitida. Esta no es otra cosa que los
costos de la energía. Porque a partir del costo de la energía, se establecerán tanto los niveles
de subsidios estatales como los niveles tarifarios que la sociedad argentina y nuestro sistema
productivo deberán afrontar por éstos.
El abordaje de los costos de producción y/o generación de energía ha sido un gran tabú durante
estos últimos seis años. Es algo de lo que no se habla, no se dice, no se discute.

2 https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/infome_final_-_audiencia_publica_31-1.pdf
3 LNG Japan/Korea Marker (Platts) Futures Quotes - CME Group
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Desde el inicio de la administración macrista, el entonces ministro Aranguren aplicó los


tristemente célebres TARIFAZOS, que a pesar del fallo CEPIS de la Corte Suprema en el año
2016, no cesaron hasta el fin de su mandato: dolarización de los precios, aumentos
exponenciales tanto en la generación como en el transporte y en la distribución con más la quita
de subsidios generaron una fabulosa transferencia de recursos desde la ciudadanía y el aparato
productivo hacia un pequeño puñado de empresas.
¿Y los costos? “Me resisto a contestar esa pregunta”, como dijera en agosto de 2016 ante
un plenario de comisiones en la Cámara de Diputados el entonces ministro Aranguren,
cuando se le consultara por el costo de producción del gas en boca de pozo.
Y así seguimos lamentablemente al día de la fecha. Sin capacidad por parte del Gobierno
para determinar costos, y sin poder fijar por tanto una política eficiente de subsidios.
Y ya que hablamos de costos y de subsidios a la generación de energía, veamos cuáles fueron
los rendimientos de dos compañías paradigmáticas del sector: Central Puerto y Pampa
Energía – Segmento Generación-.
Según un informe del Observatorio de Servicios Públicos de la UNLP4, durante el período
2016/2019, las principales empresas vinculadas a provisión de energía eléctrica y gas natural
registraron en sus balances ganancias extraordinarias: Central Puerto tuvo ingresos brutos por
USD 1969 millones y una ganancia neta de USD 1051 millones, mientras que Pampa Energía –
Segmento generación- tuvo ingresos brutos por USD 2620 millones y una ganancia neta de USD
744 millones. En razón de la verdad y brevedad, en los años anteriores también han obtenido
rentabilidades superavitarias, no hemos visto a ninguna de las empresas del rubro energético
abandonar la actividad.
Todas esas ganancias mientras se producía un fenomenal deterioro en el poder adquisitivo de
las familias, en el entramado productivo PyME y en los niveles de actividad económica en
general. Ya antes se ahondó sobre la formación de activos en el exterior: el del sector energético
fue unos de los sectores que mayor cantidad de divisas fugó al exterior. Vale decir, que utilizaron
los dólares del préstamo del FMI que hoy estamos aquí discutiendo5.
El año 2020 estuvo atravesado por la pandemia del COVID 19. Nuestro país tuvo una caída del
10% en su PBI, que generó un aumento de la pobreza. En ese marco de deterioro económico y
social, ¿cuál fue el rendimiento de las dos compañías analizadas? Según sus propios balances,
en el ejercicio 2020 Central Puerto tuvo ganancias netas por USD 99 millones. Pampa Energía,
USD 139 millones. MIENTRAS EL PAIS CAIA UN 10% ESTAS EMPRESAS GANARON EN
SUMA CASI 240 MILLONES DE DOLARES!!
Lo mismo sucede con las empresas productoras de hidrocarburos. Veamos cuáles han sido los
rendimientos económicos de tres empresas del sector, beneficiarias del Plan Gas: durante el
ejercicio 2021 -recientemente publicados sus balances- se observaban ganancias netas
integrales de PAE, USD 868,5 millones; Tecpetrol, USD 592,4 millones; Vista, USD 147,8
millones6.
Entonces, es importante, más allá de la decisión estatal de actualizar el precio estacional de la
energía para morigerar la cuenta de subsidios, que discutamos acerca de los costos de
generación y la remuneración que perciben estas empresas.
Es necesario democratizar el crecimiento, como también las cargas y los costos. Es necesario
que un área fundamental para el desarrollo de la vida como es el sector energético no concentre
sus ganadores en un pequeño puñado de compañías, con millones de pobres con tarifas
inaccesibles.
Tampoco su alternativa es una excesiva cuenta de subsidios estatales. Sea el Estado por
subsidio, o el ciudadano por tarifa, se debe pagar por la energía un valor razonable, con niveles
de ganancias razonables. Y en el actual marco de restricciones externas, quienes más deben
aportar son quienes están en mejores condiciones de absorber los impactos.

4 https://unlp.edu.ar/observatoriosp/documentos-de-trabajo-20286
5 De acuerdo al informe del BCRA “Mercado de cambios, deuda y formación de activos externos,
2015-2019”, publicado en marzo de 2020, “Al analizar la composición sectorial de las empresas
que conformaron el primer decil en la formación de activos externos durante el período, se
observa que los Inversores institucionales y otros, seguidos de las firmas del sector de Energía
se ubicaron en los primeros puestos del ranking entre el 17.12.15 y 27.10.19. Fueron USD 7.736
millones fugados por parte de las firmas de sector energético de acuerdo a los registros BCRA.”
Fuente: http://www.bcra.gov.ar/Pdfs/PublicacionesEstadisticas/Informe-Mercado-cambios-
deuda-%20formacion-de-activos%20externo-%202015-2019.pdf
6 TC Mayorista BCRA promedio.
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Esta discusión hasta ahora no ha sido dada. Y de acuerdo a lo que se puede leer de los
memorandos, el Estado argentino sólo refiere a la reducción de costos a la realización y
finalización del gasoducto Néstor Kirchner, lo cual permitirá reemplazar en el futuro la importación
del GNL. Si no se cumple la meta fiscal y debemos reducir la obra pública, ¿el Gasoducto
Néstor Kirchner corre riesgos de su ejecución?
Y para atacar la cuestión de la energía, es necesario discutir la raíz de la cuestión, que no es
otra cosa que establecer cuáles son los costos que tienen las empresas que producen y generan
energía. Sólo a partir de un examen sobre los costos de las productoras hidrocarburíferas y las
generadoras eléctricas podremos establecer valores justos y razonables.
Sólo en este contexto se podrán equilibrar las cargas y poder compatibilizar el esfuerzo fiscal a
través de los subsidios y el esfuerzo ciudadano con el pago de tarifas justas y razonables, donde
las empresas del sector tengan ganancias igualmente justas y razonables y no las ganancias
extraordinarias como las obtenidas durante los últimos años.
En el memorando el Gobierno se compromete a segmentar las tarifas que pagan los usuarios
residenciales con mayor capacidad de pago. Cualquier política que se tome en relación al valor
tarifario que no conlleve una seria discusión sobre los costos de la energía torna engañosa a la
misma.
Aun así, los sectores de ingresos altos tienen derecho a pagar una tarifa justa que refleje los
verdaderos costos, y no las exorbitantes ganancias derivadas del tarifazo del macrismo y que
como corolario terminan agrandando las ganancias millonarias de las empresas energéticas.
No se trata entonces de estar de acuerdo o en desacuerdo con la medida sino con el origen. Sin
embargo, aun siguiendo la lógica del memorando, la segmentación puede ser entendida como
una política de equidad, pero marginal en términos macroeconómicos. Está escrito: significaría
una reducción del 0,06% del PBI.
Seguramente si ajustamos las tarifas a los verdaderos costos, entonces habría una
reducción significativa de los subsidios.
Ahora, para el resto de los usuarios residenciales se establece una fórmula de actualización que
se encuentra desacompasada en el tiempo.
La ley 27.443 fue sancionada por el Congreso de la Nación en el año 2018, declaró la emergencia
tarifaria hasta el 31 de diciembre de 2019. Fue una ley que se generó a partir de los tarifazos
que Macri aplicó a los servicios públicos desde 2016. Fue un intento por morigerar los perniciosos
efectos de las tarifas impagables sobre las y los usuarios residenciales. Incluso se estableció en
la norma un crédito a favor de los usuarios por diferencia entre lo efectivamente pagado por los
servicios y el monto actualizado por el Coeficiente de Variación Salarial (CVS).
Esa norma transitoria, finalizaría el 31 de diciembre de 2019. No es necesario abundar
demasiado para recordar los años macristas donde los salarios fueron a la baja, que perdieron
en términos reales casi una cuarta parte durante dicho cuatrienio. De allí que la aplicación de
dicha variable para ajustar las tarifas venía a poner freno a los tarifazos que, a la
finalización del mandato de Macri, se encontraron por encima del 3000%, como se dijo más
arriba.
Dicha norma fue dictada en un momento histórico determinado, que buscaba morigerar los
efectos perniciosos de los aumentos tarifarios sobre la población.
Aquel momento histórico no es este. No resulta posible, en atención a la realidad social que vive
la población, actualizar en el 2022/2023 las tarifas de los servicios públicos para los usuarios
residenciales en el orden del 42,72% y de los beneficiarios de tarifa social en un 21,36%.
Seguirá generando expectativas inflacionarias a las ya actualmente existentes. Según la última
medición del Indec, en el primer semestre del 2021 el 40,6% de la población se encontraba bajo
la línea de pobreza7. Con estos guarismos, no hay capacidad social para absorber aumentos
tarifarios como los proyectados. Y la norma invocada para fijar la fórmula de dichas
actualizaciones fue pensada para morigerar los efectos de dichos aumentos, no para
potenciarlos.
Por eso, insistimos, se pretende aplicar a destiempo una ley que hubiera resultado de gran alivio
para la sociedad en el momento de su sanción, que lamentablemente el veto de Macri lo impidió.
En el Memorando Técnico de Entendimiento se puede leer, dentro del capítulo “Otras
definiciones relevantes para la condicionalidad del programa”:
“39. Monitoreo: Se remitirán al FMI datos del número estimado de
usuarios para cada categoría de usuarios, según se detalla más arriba,

7 https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel3-Tema-4-46
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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y los valores observados del PEST y PIST (también para cada una de
las categorías de usuarios).”
El corolario del capítulo de la energía, finalmente, es éste: la remisión al FMI de toda la
información de usuarios y de tarifas. Pareciera que el lugar de la audiencia pública ha
pasado a ser Washington. Ahora la audiencia pública para definir las tarifas de los servicios
públicos será con el staff del FMI.
En el punto 22, dicen que continuarán aplicando una política monetaria prudente y
proactiva. Agregan que al determinar la tasa de interés real se tendrán en cuenta indicadores
coincidentes y prospectivos de la inflación que se actualizarán mensualmente en comunicación
con el personal del FMI.
Este es un tema crucial, ya que hoy vimos que la inflación de febrero 22 fue de 4,7% y la
interanual es de 52%, ¿eso quiere decir que para las Mipymes y las empresas que dan
trabajo o contribuyen al crecimiento de nuestro pueblo y las familias que paguen sus
tarjetas de crédito, tendrán financiamiento mayor al 52%?, ¿No se continuarán con las
políticas de subsidios de tasas a valores menores que la inflación para no interrumpir el desarrollo
o crecimiento de estas pymes? Si es así, esta película la vimos hace poco, hace como cuatro
años, sin pandemia y sin guerras mundiales cerraban miles y miles de pymes por no poder
afrontar, en parte, la carga de sus deudas a tasas usurarias que llegaban al 120%.
El punto 24, sobre las leliqs, sostiene que utilizarán el instrumento como política de
esterilización, pero no dicen de qué manera irán disminuyéndolos. No indica si pondrán o no
parte de estos fondos que hoy ganan tasas reales favorables y sin ningún riesgo en pos de ofertar
créditos hipotecarios y/o prendarios que no sean los fracasos de los UVA.
En el punto 26, continúan reforzando la eficacia y equidad de nuestro régimen de gestión de
flujo de capital. En este punto hablan de mejorar la transparencia y supervisión. Una herramienta
posible es derogar la mera declaración a título estadístico de los pasivos y volver a la
obligatoriedad que se impuso en el 2004 que duró hasta fines del 2016, cuando el macrismo
lo cambió.
Ello es necesario, pero también deben implementarse medidas, insistimos, de coordinación con
otras áreas, para supervisar, analizar la trazabilidad de los ingresos y egresos de divisas, de
empresas de comercio exterior, sub y sobre facturación de exportaciones e importaciones,
respectivamente, préstamos entre partes vinculadas, entre otras maniobras que alteren las
reservas del Banco Central y en definitiva, apunten a controlar la fuga de capitales.
La posibilidad de penalizar la fuga o formación de activos externos de capital, en el régimen
penal cambiario y tributario; y de agilizar los procesos sumariales que efectúa el BCRA,
por la falta de liquidación de divisas en el MULC. Sumarios que duermen en el sueño de los
justos, sin efectos devolutivos que los concienticen en actuar conforme dicte la ley o la normativa
cambiaria del país.
En relación a los flujos de capitales especulativos, los valores de las acciones de los bancos
sí van a subir, porque con la tasa de interés que les vamos a dar van a ganar mucha más plata.
Dólar planchado y tasa de interés por las nubes. Es la vuelta de la bicicleta financiera.
Ya que estamos, en el punto 27, se acuerda que para diciembre de 2022 se va a revisar el
control sobre los flujos de capitales con vistas a relajar gradualmente las medidas de gestión
vigentes. Solo entre mayo de 2018 y fines de 2019 hubo 45.000 millones de dólares de formación
de activos externos, o sea, fuga. Es como si no aprendiéramos nada.
En el marco de las políticas monetarias y cambiarias, que se esbozan en el punto 28, se
realizará un análisis integral del BCRA y que se basará en las recomendaciones de la evaluación
de salvarguardias del FMI para mejorar –supuestamente- la posición financiera de la institución.
¿Por qué tendríamos que confiar ahora en las recomendaciones que nos puede hacer el
Staff del FMI? Según los reglamentos del FMI está allí prevista la imposibilidad de pagar en más
plazo. Nos dicen que es contra el reglamento del Fondo acordar un plazo mayor de 10 años para
el repago del previsto en el Acuerdo de Facilidades Extendidas.
Pero resulta que también era contrario a los reglamentos el préstamo que le dieron a Macri, que
representaba 1277 % de la cuota de la REPÚBLICA ARGENTINA en el Organismo, a devolver
en 36 meses. ¡Diez por ciento del PBI nos prestaron! A fines de 2019, el préstamo otorgado a
Argentina representaba el 47,6% de la cartera del FMI. Lo dijo la propia auditoría que encargó el
FMI en sus conclusiones.
Macri debió haber renegociado la propia deuda que había emitido, poner un cepo y tener un plan
antiinflacionario. Nada. Fuga de capitales y suba meteórica de la pobreza. Muchos prefieren no
acordarse, pero Macri reintrodujo el control de capitales por el DNU 609/2019, después de
perder las elecciones. Si no lo hacía no llegaba al 10 de diciembre. Las reservas del BCRA
“2022 - Las Malvinas son argentinas”
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hubieran quedado en 0. En conclusión, tenemos muchas dudas sobre las recomendaciones


que pueda llegar a hacer el FMI al respecto de la balanza de pagos que administra el BCRA.
Una pequeña de reflexión: No existen los errores de cálculo o excesos de optimismo. Los
programas con el FMI se venden asociados a la generación de confianza y demás, pero nadie
puede olvidarse del blindaje de De la Rua, o el enamoramiento de Macri con Lagarde.
En general son eufemismos para facilitar la fuga y la salida de los inversores especulativos del
país. Los dólares que entran por los préstamos terminan funcionando como un subsidio, dólares
baratos para los capitales financieros que quieren salir. Cuando se va el ultimo cierran el
grifo o se devalúa, y son los argentinos los que se quedan sin dólares para producir, para
generar empleo.
Por otra parte, en el punto 29 y siguientes relatan sobre las políticas de crecimiento y resiliencia,
proponiendo expandir las exportaciones, el empleo formal y otras medidas. Sin embargo, el
cronograma de pagos es inviable.
Mientras tanto, nuestros bonos siguen valiendo un 30 % de su valor nominal. No hay euforia en
los mercados. ¿Por qué? Si acordamos con los acreedores privados y ahora lo hacemos con el
FMI, ¿Nos integramos al mundo? ¿Qué pasa? La respuesta es que desde el 2026 hasta el 2032
tenemos un calendario de pagos, promedio, de 20.000 millones de dólares.
Y eso porque, no solo no se acordaron quitas de capital de la deuda que tomó y fugo el gobierno
de Macri por 86.000 millones de dólares, sino porque los plazos de repago siguen siendo tan
difíciles en cinco años como ahora. Es decir, así como no se podía pagar la deuda privada y la
del fondo en 2021-2023, tampoco se puede pagar en 2028, por eso los precios de los bonos
siguen incluyendo una probabilidad de default del 90%.
Y con esos valores no hay chances de refinanciar esa deuda vía el mercado voluntario. Vale
decir que tampoco está, entre la información que se envió al Congreso para tratar este proyecto,
información sobre esos repagos y condiciones, lo cual es llamativo.
Y, por otra parte, hoy estamos ante exportaciones récord, y así y todo, la balanza de pagos no
demuestra ni se acerca a los 20.000 millones de dólares que deberemos pagar por año desde el
2026.
En el punto 31. Exponen que garantizarán el cumplimiento de normas internacionales
contra el Lavado de activos y financiamiento del terrorismo, ¿qué colaboración dará tanto
el FMI como otros organismos internacionales para la detección de los miles de millones de
dólares que poseen los residentes en el exterior sin declarar y que posiblemente sean fruto de la
evasión fiscal y el lavado de activos?
Sabemos que el fisco implementó normas sobre la declaración de los beneficiarios finales,
pero evidentemente no alcanzan las medidas ya que el circuito e ingeniería tributaria y contable
que diseñan los lavadores es sumamente difícil y complejo detectar.

21 Final: Sincericidio

Para finalizar, permítame traer a colación el punto 33 en donde existe un sinceramiento sobre la
dependencia que tendremos ante el FMI, afirmando que este memorando tiene establecido las
políticas a seguir, pero ante cualquier inconveniente consultaremos con el FMI sobre la adopción
de estas y otras medidas y en forma previa a cualquier revisión a las medidas contenidas.
Por último, debemos -entre todos los argentinos y argentinas- definir de dónde va a salir la
plata para pagar los 45.000 millones más los intereses y sobre cargos que posiblemente
alcancen la suma de casi 58.000 Millones de Dólares. Previendo que este acuerdo se va a
poner en práctica, esperamos que el mayor peso del esfuerzo no recaiga en los sectores más
postergados, en los jubilados, en la clase media, en los trabajadores que cobran sueldos por
debajo de la línea de pobreza.
En la Argentina hay sectores privilegiados que ganaron con el programa económico de Macri,
que además ganaron mucho dinero durante la pandemia y que incluso están ganando más con
los precios ajustados producto del conflicto en Ucrania.
En definitiva, hay que ir a buscar allí los fondos necesarios para cubrir los compromisos que,
desde ya, anticipo que no van a poder cumplirse ni siquiera cuando la recaudación crezca como
se prevé en el memorando.
En nuestro país, según lo informa el INDEC existen casi 300.000 Millones de Dólares de
residentes argentinos fuera del sistema fiscal y sin declarar. Es hora que dejemos de lado los
análisis técnicos de expertos en finanzas y economía, informes de relevamiento, visitas del Staff
a nuestro país… y pongamos toda la fuerza en localizar todo o una parte de los dólares que se
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han sido producto de ganancias obtenidas en nuestro país, y que se encuentran fuera del sistema
y sin declarar.
El FMI, luego de la simpleza y liviandad con la que actúo al otorgar el préstamo, sea colaborador
de la Argentina y coopere para la captación de dichos fondos.
En conclusión, estamos ante la presencia de documentos con un memorando en donde se
detallan políticas económicas, sociales, financieras, fiscales y cambiarias en donde si el FMI lo
desea, puede en cinco minutos, cambiar absolutamente todo y dejarnos sometidos a su propia
voluntad.
Podríamos haber redactado un proyecto de un solo artículo que diga: “Estas son nuestras
propuestas para los próximos 10 años, si al FMI no le gustan, adoptamos las medidas que
ellos deseen imponer”.

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