La verdad central que Él quería comunicar mediante esta simbología es la
importancia de permanecer en Él (vv. 4-7, 9-10). En el sentido más básico, la
permanencia o no de una persona en Cristo revela si es, o no, salvo (vv. 2, 6). Debe anotarse que esta premisa simple y, al parecer, obvia rescata el texto de muchas malas interpretaciones innecesarias. Y es según el grado en que los redimidos permanezcan en Cristo que pueden dar fruto espiritual. Esos principios se desarrollarán con más amplitud en la exposición siguiente