Milagros Extraordinarios

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Milagros extraordinarios.- (19:11,12). Dios hacía grandes


milagros por medio de Pablo. 12 A veces bastaba poner sobre el
enfermo un pañuelo o alguna prenda de Pablo para que el
enfermo sanara o los demonios salieran. Solamente en ciertas
épocas pudo Pablo hacer milagros, no se nos dice que haya
hecho milagros en Damasco, Jerusalén, Tarso, Antioquia,
Derbe, Atenas o Roma. Si hizo milagros en Chipre, Iconio,
Listra, Filipos, Corintios, Éfeso y Malta. El Señor Jesús usó Su
propio criterio en dar poderes sobrenaturales. En Éfeso
multitudes de desconocidos eran sanados mediante pañuelos
que habían tocado el cuerpo de Pablo (19:12).
Pablo en Macedonia y Grecia. (20:1,2) Llamó Pablo a los
discípulos, y habiéndolos exhortado y abrazado, se despidió y
salió para ir a Macedonia. Y después de recorrer aquellas
regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, llegó a
Grecia. Después de haber estado allí tres meses, y siéndole
puestas asechanzas por los judíos para cuando se embarcase
para Siria, tomó la decisión de volver por Macedonia. No
solamente enseñaba y afirmaba a las iglesias, sino que
también recogía la ofrenda para los pobres de Jerusalén.
Arresto de Pablo en Jerusalén. (21) Después de separarnos de
ellos, zarpamos y fuimos con rumbo directo a Cos, y al día
siguiente a Rodas, y de allí a Pátara. Y hallando un barco que
pasaba a Fenicia, nos embarcamos, y zarpamos. Al avistar
Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y
arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí. Y
hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos
decían a Pablo, que tal viaje involucraba su encarcelamiento,
pero en la mente de Pablo estaba definitivamente resuelto
que era la voluntad de Dios, aún cuando significara su
muerte. Y abrazándonos los unos a los otros, subimos al
barco, y ellos se volvieron a sus casas. Y nosotros
completamos la navegación, saliendo de Tiro y arribando a
Tolemaida; y habiendo saludado a los hermanos, nos
quedamos con ellos un día. Al otro día, saliendo Pablo y los
que con él estábamos, fuimos a Cesárea; y entrando en casa
de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos
con él. Después de esos días, hechos ya los preparativos,
subimos a Jerusalén. Cuando llegamos a Jerusalén, los
hermanos nos recibieron con gozo. Pablo consideraba este
viaje un medio práctico de demostrar la unidad de la iglesia y
ahora quería coronar su obra con una muestra verdadera de
amor fraternal entre judíos y gentiles. Visto de esta manera,
esta visita de Pablo a Jerusalén es uno de los eventos
históricos más importantes de Nuevo Testamento. Pero
cuando estaban para cumplirse los siete días, de reunión,
unos judíos de Asia, al verle en el templo, alborotaron a toda
la multitud y le echaron mano, este, tomando luego soldados
y centuriones, corrió a ellos. Y cuando ellos vieron al tribuno y
a los soldados, dejaron de golpear a Pablo. Entonces, llegando
el tribuno, lo detuvo y le mandó atar con dos cadenas, Pablo
es enviado a Cesárea capital de Roma, por un grupo
considerable de soldados romanos (23:23-25).

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