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3.DESIGUALDAD Y JUSTICIA SOCIAL - La Igualdad de Oportunidades y La Justicia Social en Un Mundo Globalizado
3.DESIGUALDAD Y JUSTICIA SOCIAL - La Igualdad de Oportunidades y La Justicia Social en Un Mundo Globalizado
oportunidades y
la justicia social
en un mundo
globalizado
PID_00252428
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Índice
Introducción............................................................................................... 5
Objetivos....................................................................................................... 8
Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 35
Solucionario................................................................................................ 38
Bibliografía................................................................................................. 39
© FUOC • PID_00252428 5 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
Introducción
La igualdad de oportunidades es, a buen seguro, la noción más popular de la Referencia bibliográfica
justicia social. A todos nos parecería raro que alguien se opusiera a una política
La entrevista puede con-
cuyo objetivo fuera promover la igualdad de oportunidades. Su popularidad sultarse en: https://
llega hasta el punto de que, se sitúen a la derecha o la izquierda del espectro politica.elpais.com/politi-
ca/2013/12/08/actualidad/
político, la enorme mayoría de líderes políticos dicen perseguir esa noción de 1386520536_280805.html.
la justicia social. En España, en una entrevista de diciembre de 2013 y al ser
preguntado por el aumento de la desigualdad en España, el entonces presi-
dente del Gobierno Mariano Rajoy afirmó: «No hay en este momento unos
indicadores precisos ni en España ni en Europa sobre los datos de desigual-
dad, pero uno de los objetivos de cualquier Gobierno es que haya igualdad de
oportunidades».
Un socialdemócrata que se lee tres páginas del Chavs de Owen Jones antes de
acostarse, en cambio, se preguntará por qué la segunda abandonó temprana-
mente el colegio mientras que la primera estudió el doble grado primero y
el MBA después. Porque es posible que la decisión de la hija del obrero estu-
viera condicionada por la pésima educación que había recibido hasta enton-
ces, o porque tuvo que cuidar de sus hermanos pequeños, o porque su madre
(su padre se había vuelto a casar y apenas tenía ningún contacto con ellos)
se había quedado en paro más o menos por aquella época. Si (algo de) todo
esto tuvo (algún grado de) influencia en la decisión de la hija del obrero de
© FUOC • PID_00252428 6 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
dejar el colegio, alguien que cree que las circunstancias que no elegimos –la
longitud de nuestros apellidos, la calidad de nuestros genes, la agenda de con-
tactos de nuestros padres– no deberían afectar nuestras expectativas de vida
seguramente tenderá a pensar que, en el fondo, sí que hay algo de injusto en
que la hija del obrero gane cien veces menos trabajando como cajera en un
supermercado que la hija del CEO como consultora en una importante firma
de consultoría. ¿Por qué?
Porque, en realidad, la idea de que existe cierto consenso acerca de qué es o qué
exige la justicia social es ilusoria. Porque incluso si la gente a un lado y al otro
del espectro político coincidiera en que la justicia social demanda la igualdad
de oportunidades, ocurre que existen diversas concepciones de este ideal.
Sin embargo, hay quien sostiene que la noción de «crecer primero para
(re)distribuir después» se enfrenta desde hace algunos años a dos problemas.
Por el lado del gasto, esas restricciones se han traducido en una progresiva
focalización de los programas sociales hacia los más pobres. Las prestaciones
© FUOC • PID_00252428 7 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
sociales del bienestar ya no buscan tanto reducir la brecha entre ricos y pobres
como prestar ayuda a los grupos en situación de pobreza (extrema) y exclusión
social. Como veremos, esto tiene algunos problemas.
Por el lado de los ingresos, los Estados se enfrentan hoy a grandes limitaciones
recaudatorias. Desde mediados de la década de 1970, la combinación de una
serie de factores ha provocado que la noción de la justicia social como «cre-
cer primero y (re)distribuir después» se enfrente a varios problemas. En este
módulo nos centraremos en tres factores: la creciente relevancia en la esfera
pública del discurso libertariano, la presencia de fallos en los mercados y la
globalización.
Pero si la globalización, entre otras cosas, ha puesto bajo una enorme presión la
concepción de la justicia social como «crecer primero y (re)distribuir después»,
¿qué hay que hacer, entonces, si queremos reducir la desigualdad? Es aquí
donde entra en juego la idea de la predistribución. Dicho muy brevemente, la
predistribución se resume en el eslogan popular de que es mejor prevenir que
curar. Dicho de forma un poco más elaborada:
oportunidades. El segundo apartado estudia la que, a buen seguro, constituye Entre los economistas que
la concepción más popular de la igualdad de oportunidades para los econo- han estudiado las cuestio-
nes distributivas, véase, entre
mistas que se han preocupado por las cuestiones distributivas: la idea de «cre- otros: A. Sen (1992; 2009),
Fleurbaey (1995; 2008), At-
cer primero y (re)distribuir después». Aquí se analiza la globalización como
kinson (2015), Atkinson y
uno de los límites de esa noción de la igualdad de oportunidades. El último otros (2011), Roemer (1998),
Roemer y Trannoy (2013).
apartado estudia algunas propuestas para repensar la igualdad de oportunida-
des en un mundo globalizado.
© FUOC • PID_00252428 8 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
Objetivos
4. Discutir algunas ideas para una noción de la justicia social adaptada a las
exigencias de un mundo globalizado, con especial atención a la idea de
la predistribución.
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La mayoría de nosotros diríamos que si, como hemos estipulado, tienen una
inteligencia y una ambición similares, sí. ¿Es correcta esta intuición? De acuer-
do con los datos disponibles, no. Veamos la tabla 1 a continuación.
Profe- Directivos Adm. Autó- Obreros Agrarios (cuen- Agrarios (cuen- Total
sionales Com. nomos ta propia) ta ajena)
obrero deja el colegio al final del curso (o sea, a los catorce años) para trabajar
en una peluquería y cuidar (un poco) de sus hermanos, mientras que la hija
del CEO se matricula en la Facultad de Económicas de la Universitat Pompeu
Fabra tras terminar el colegio y a los veintiocho años se saca las oposiciones
de TECO. Algún estudiante seguramente pensará que hay algo «injusto» ahí,
que hay algo en el sistema educativo español que le está fallando a la hija del
obrero y, como a ella, a todas las personas que provienen de entornos sociales
empobrecidos. Un sistema en el que ciertas cosas que obviamente no están al
alcance de nuestra mano elegir, como los ingresos o el nivel educativo de nues-
tros padres, hacen que una persona tenga el triple de probabilidades que otra
de alcanzar la universidad, que es la puerta a las oportunidades (laborales), no
está garantizando adecuadamente la igualdad de oportunidades (educativas,
en este caso). En lo que resta de este primer apartado analizaremos la intuición
de que «hay�algo�en�el�sistema�que�no�está�funcionando�adecuadamente».
(1)
Una de las cosas que pudo fallar es que España es uno de los países más de- Véase: http://ec.europa.eu/
1 eurostat/statistics-explai-
siguales de la UE . Nos explicamos. Supongamos que, conociendo a la hija del ned/index.php/File:At-risk-of-
obrero desde pequeña y sabiendo que era, como mínimo, tan lista como su poverty_rate_and_threshold,_
2015_YB17.png.
propia hija, el padre de la hija del CEO organiza una cena con varios de los
compañeros de oposición de su hija para informarse sobre las razones por las
que solo los candidatos procedentes de las familias más acomodadas terminan
superando los exámenes. Los compañeros de la hija del CEO le sugieren la
siguiente explicación: España es un país con la suficiente desigualdad –en los
ingresos y, sobre todo, en el patrimonio– como para que solo las familias per-
tenecientes a, digamos, los dos quintiles superiores de la distribución pueden
llegar siquiera a plantearse que uno de sus hijos permanezca sin ningún ingre-
so primero durante los cuatro años de la carrera, y luego durante otros cuatro
o cinco o seis preparando la oposición. En efecto, el sistema de acceso a los
cuerpos superiores de la Administración no dispone de ningún programa de
becas para el periodo de oposición, por lo que solo las familias acomodadas
pueden garantizar el mantenimiento de los opositores durante esos cuatro,
cinco o seis años.
En una situación como esta, y aunque los puestos de los cuerpos superiores de
la Administración se adjudiquen efectivamente a los opositores con mejores
calificaciones en sus exámenes, las familias de los percentiles 1-60 podrían ob-
jetar que, salvo los miembros de las familias más ricas, nadie tiene una opor-
tunidad real o sustantiva de acceder a esas posiciones. Dicho de otra forma: el
problema de la concepción formal es que típicamente establece que todos los
ciudadanos son iguales ante la ley y prohíbe las discriminaciones por razón
de sexo, raza, nacimiento y religión, pero permite que nuestras oportunidades
educativas y/o laborales se vean injustamente influidas por factores que esca-
pan a nuestro control, como el estatus socioeconómico de nuestros padres –
es decir, instaura una igualdad de oportunidades formal, pero no real.
© FUOC • PID_00252428 12 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
(2)
Existen,�pues,�razones�para�cuestionar�la�noción�formal�de�la�igualdad�de «To this end [namely, to correct
the defects of formal equality of
oportunidades�y�elaborar�concepciones�alternativas. Uno de los que pen-
opportunity], fair equality of op-
saban que la versión formal era defectuosa era J. Rawls (1999; 2001). Acaba portunity is said to require not me-
rely that public offices and social
de decirse que la igualdad de oportunidades formal queda bien resumida en positions be open in the formal
la imagen de la carrera. Pues bien, para Rawls la justicia social no demanda sense, but that all should have a
fair chance to attain them» (Rawls,
exclusivamente que determinados cargos y posiciones sociales estén abiertos a 2001, pág. 43).
todos los que compitan por ellos, dados unos talentos, sino que completa esa
concepción formal con la idea de que nuestras instituciones deben garantizar
que tanto la hija del CEO como la hija del obrero tengan una oportunidad
«justa», dice Rawls, de ocupar esos cargos2. Pero, ¿qué significa que todos ten-
gan una oportunidad justa de alcanzar unos cargos abiertos a todos en condi-
ciones de justa igualdad de oportunidades?
Algunos elementos representativos de la
igualdad de oportunidades sustantiva o
material
Ante todo, esto significa que todos los que tienen unos talentos y una fuerza de
voluntad similares tengan unas oportunidades equivalentes de alcanzar una (3)
Es habitual referirse a esta con-
cepción de la igualdad de oportu-
determinada posición social con independencia del estatus socioeconómico
nidades como «levelling the playing
de su familia3. Si, de pequeñas, la hija del CEO y la hija del obrero tenían field»; véase Roemer (1998).
unos recursos internos y una ambición similares de ser TECO, pero la hija del
obrero nació en una familia en cuya casa no había más de veinte libros en
total, mientras que la hija del CEO nació en una familia en la que sus padres
se conocieron en la Facultad de Derecho de Harvard mientras cursaban un
LLM, la igualdad de oportunidades sustantiva solo se cumplirá en la medida
en que ambos tengan las mismas oportunidades de ser TECO. En efecto, esta
visión material de la igualdad de oportunidades articula la idea de Marx de la
sociedad sin clases. ¿Hay algún problema con ella?
(4)
A pesar de que mucha gente dice compartir esta concepción sustantiva de la Swift (2006, págs. 98 y sigs.),
aunque probablemente se refiera a
igualdad de oportunidades, hasta el punto de que hay quien ha llegado a ha-
«convencional» entre los filósofos
blar de ella como la concepción «convencional» de la igualdad de oportuni- políticos. Una excepción a esto se-
ría Nozick (1974).
dades, esto probablemente se debe a que la gente no comprende bien las im-
plicaciones de este ideal4.
Esto suena razonable, al menos para una persona a la que le preocupa la de-
sigualdad. ¿Estamos seguros de entender las implicaciones de este ideal?
Volvamos al ejemplo de la hija del CEO y la hija del obrero. Pero ahora nos
vamos a valer de una parábola o historieta con propósitos didácticos. Supon-
gamos que, gracias a una auténtica revolución igualitarista, ambas jóvenes vi-
ven ahora en una España que ha implantado una igualdad de oportunidades
sustantiva. La nueva concepción de la igualdad de España requiere, por tanto,
igualar el terreno de juego haciendo que los conjuntos de oportunidades de
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(5)
Como sabemos, los padres de la hija del CEO se conocieron mientras cursaban Existe una abundante literatu-
ra empírica que señala que los pa-
un LLM en Harvard, mientras que los padres de la hija del obrero apenas tenían
dres de un estatus socioeconómi-
veinte libros en el salón de casa. De forma que difícilmente nos sorprenderá co alto hablan a sus hijos más ho-
ras a la semana, de media, que los
saber que la hija del CEO obtuvo el curso pasado, de media, mejores notas padres de estatus socioeconómi-
co más bajos; véase Fernald y otros
en el colegio5. A esto seguramente ha contribuido, entre otras cosas, que la (2013).
madre de la hija del CEO siempre le ha leído todas las noches un rato antes
de acostarse. Últimamente, como la hija del CEO ya no tiene edad para que le
lean por las noches, su madre y ella ven alguna serie o algún documental antes
de acostarse. En los dos últimos meses han tenido que aumentar el ritmo de
visionado, hasta el punto de que han visto The Wire, Borgen y The West Wind
en menos de tres semanas. Pero, ¿por qué han tenido que aumentar el ritmo
de visionado de series y películas hasta ese punto?
(6)
Porque el partido que impulsó la revolución igualitarista en España sostiene En este mismo sentido, Arneson
(2015) afirma: «Equality of Oppor-
una visión sustantiva de la igualdad de oportunidades que considera que las
tunity can seem an inspiring ideal
desigualdades en la distribución de los talentos y las habilidades es arbitraria or nightmarish vision of reminis-
cent of George Orwell’s1984».
desde un punto de vista moral, ya que en lo fundamental es el resultado com-
binado de las loterías genética (o natural) y social (o familiar). Siendo cons-
cientes de que leerles cómics o novelas o ver series de televisión que contri-
buyen a la comprensión del funcionamiento del proceso democrático con los
hijos, les confiere a estos ciertas ventajas que les serán de ayuda en el futuro
–porque hay madres, como la de la hija del obrero, con menos recursos que
no tienen esa capacidad de inversión en el capital humano de sus hijos–, el
gobierno que llevó a cabo la revolución igualitarista ha elaborado una propo-
Cartel publicitario de la
sición de ley cuyo objetivo es prohibir el acceso privilegiado a la cultura a los película El viaje de Chihiro,
una de las obras maestras
de Hayao Miyazaki
menores de dieciséis años, porque sitúa a los niños provenientes de entornos
culturales privilegiados en una posición de ventaja con respecto a los niños
que no han tenido tanta suerte y ni les leen Moby Dick ni les ponen cine de
Miyazaki. De la misma forma, claro, quedan prohibidas actividades extracu-
rriculares que típicamente suelen asumir los progenitores de familias más bien
acomodadas como las clases de piano, ajedrez o inglés. Mucha gente parece
compartir esta visión «convencional» de la igualdad de oportunidades. Segu-
ramente porque mucha gente no ha pensado en las implicaciones que tiene. Y
es que la exigencia de que los orígenes sociales de una persona no afecten sus
expectativas vitales es casi imposible de lograr, o alcanzable solo a expensas
de restringir o incluso suprimir la institución de la familia6.
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(7)
La diferencia entre las dos primeras nociones de la igualdad de oportunidades De acuerdo con la teoría de la
justicia social de Rawls (1999, pág.
y esta tercera es que mientras en aquellas la igualdad de oportunidades era un
72), las instituciones de una socie-
componente más dentro de una teoría de la justicia que toma las diferentes dad tienen que quedar organiza-
das de forma tal que las ventajas
posiciones sociales –en la que hay unas más deseables y otras menos– como económicas y sociales a) mejoren
algo dado, en�la�concepción�de�la�igualdad�de�oportunidades�típicamente la situación de quienes ocupan el
extremo inferior de la distribución
socialista,�el�acceso�a�esas�(diversas)�posiciones�sociales�constituye�el�ele- y b) vayan asociadas a cargos y po-
siciones abiertos a todos los indivi-
mento�nuclear�de�esa�teoría. Las nociones formal y material sostienen que las
duos en condiciones de justa igual-
posiciones sociales más deseables deberían ser accesibles para todos los miem- dad de oportunidades
La igualdad de oportunidades del socialismo no busca responder a la Ilustración de la igualdad según diferentes
nociones, del reparto según las habilidades al
reparto según las necesidades
pregunta de bajo qué condiciones el acceso a las distintas posiciones
sociales es justo, sino a la de bajo qué condiciones la distribución de
bienes, libertades y oportunidades en una sociedad es justo.
Es decir, en su noción más robusta, la noción que aquí hemos llamado socia-
lista, la igualdad de oportunidades se ofrece como una respuesta a la pregunta
central de la justicia distributiva o social. Y la respuesta es que esa distribu-
© FUOC • PID_00252428 15 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
ción es justa cuando los recursos del Estado han neutralizado las desigualdades
provocadas por circunstancias que escapan al control del individuo (suerte) y
permitido las debidas a factores por los que somos responsables (esfuerzo).
Supongamos que en la comunidad donde viven la hija del CEO y la del obrero
todo el mundo piensa que los talentos de la primera superan los de la segunda.
Como resultado de la pura suerte bruta, la hija del CEO tendrá una mejor sa-
lud, será más rica, más guapa, más sociable, más alta, vivirá más tiempo, ten-
drá más habilidades emocionales y para la gestión de grupos humanos, más
coordinación psicomotriz, un mejor trabajo, etc. Alguien que se autoubique a
la izquierda de la socialdemocracia –lo que aquí hemos llamado socialismo–
pensará que la situación es injusta porque la hija del CEO no ha hecho na-
da para merecer sus mejores expectativas educativas, laborales, de salud, etc.
Pensará que si algún día la ciencia desarrollara algo así como un paquete extra
de recursos internos por el que la gente pudiera pujar, o que se sorteara entre
los ciudadanos, este debería corresponderle a la hija del obrero y no a la hija
del CEO.
Harrison Bergeron
Harrison Bergeron es una obra distópica y satírica de ciencia ficción, escrita probablemente
como una crítica al comunismo y al socialismo, del conocidísimo escritor estadounidense
Kurt Vonnegut, publicada en 1961 en plena Guerra Fría.
Por ejemplo, ¿es razonable que dos jóvenes hijos de obreros, de diecisiete años
cada uno, no puedan acceder a la educación terciaria solo porque son real-
mente malos en matemáticas y el profesor de la asignatura de su instituto se
negó a que pudieran hacer el examen de Selectividad sin haber aprobado pre-
viamente su asignatura de matemáticas? O, ¿es razonable que la gente que
abandona la escuela de forma temprana quede, por ese motivo, excluida de
forma casi permanente de las mejores oportunidades de empleo? ¿No podría-
mos construir algo así como una rampa de acceso secundaria que mejorara sus
conjuntos de oportunidades y, por lo tanto, sus recursos de empleo?
De acuerdo, podemos pensar que Fishkin tiene razón en que no solo debería-
mos tratar de igualar, sino también de maximizar los conjuntos de oportuni-
dades de los individuos, sobre todo los de aquellos que menos oportunidades
tienen. Pero, ¿cómo se hace esto? ¿Qué ámbito de aplicación tiene el enfoque
de la pluralidad de oportunidades de Fishkin?
© FUOC • PID_00252428 18 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
Los�cuellos�de�botella�en�los�ámbitos�educativo,�económico�y�laboral
Fishkin ilustra la parábola de la «sociedad del gran test», en la que existen di-
ferentes carreras abiertas a los talentos de la gente, pero en la que la posibilidad
de aspirar a cualquiera de ellas depende de superar un único test a los dieciséis
años. Aunque están persiguiendo objetivos muy diversos, todos los individuos
centrarán sus esfuerzos en superar el «gran test», porque las expectativas en la
vida de todos ellos dependen de que lo logren.
¿Qué�determina�las�oportunidades�de�una�persona�en�la�vida?
etc., así como la correspondiente ausencia de todo ello. Todas las personas
tenemos un «lote» de talentos naturales o recursos internos.
(8)
• Los recursos�externos. Aquí se incluyen todas nuestras fuentes de ingresos «External endowments […] in-
clude whatever usable external
y nuestro patrimonio, así como la correspondiente ausencia de todo ello
object in the broadest sense in-
–nuestro lote de recursos externos puede ser cero o incluso negativo, por dividuals receive access to. Such
material objects as factories and
razón de créditos no satisfechos, hipotecas, deudas de juego, etc. Algunos stamp collections, private hou-
autores incluyen también la riqueza heredada de las generaciones anterio- ses and public bridges, such im-
material objects as nursery rhy-
res, como las playas, los aeropuertos públicos o incluso la ética del trabajo8. mes and computer programs, the
work ethic and nuclear techno-
logy constitute external assets on a
• Los recursos�sociales o institucionales. Lo que podamos hacer con nues- par with beaches, pumpkins, and
parrots» (Parijs, 1995, pág. 101).
tros recursos internos y externos depende de la estructura social o institu-
cional en la que vivamos. Aquí se incluyen las leyes, las costumbres, la
cultura, las tradiciones y el desarrollo tecnológico y material –así como,
de nuevo, la ausencia de desarrollo tecnológico y prosperidad económica.
Todo aquello, en definitiva, que afecte al uso que podemos hacer de nues-
tros recursos externos e internos.
Volvamos de nuevo a la hija del CEO y la hija del obrero. Decíamos que pro-
bablemente mucha gente considere que «hay algo que no funciona correcta-
mente» en el sistema cuando nuestra clase social hace que sea relativamente
infrecuente que accedamos a la universidad si somos la hija del obrero (25
%), o sea más bien la norma cuando somos la hija del CEO (75 %). ¿Por qué
podríamos pensar que hay algo que no funciona correctamente? Nuestra in-
tuición podría deberse a que debido a factores que escapan a su control, como
la educación o los ingresos de sus padres, la hija del obrero no va a disfrutar
de cosas que mucha gente aprecia de la universidad, como las experiencias
sociales y educativas que ofrece, las becas Erasmus o el incremento en la capa-
cidad adquisitiva –prima salarial– que lleva aparejado. Supongamos que cree-
mos que, en efecto, hay «algo ahí que no está bien». ¿Qué podríamos hacer?
Alguien podría pensar que lo que, como sociedad, le debemos a la hija del
obrero es una compensación operada a partir de una transferencia en efectivo
a pagarle a la edad en que hubiera tenido que acabar la universidad. Pero hasta
ahora nadie ha propuesto nada semejante, y, si lo hiciera, probablemente se-
ría visto como una variante moderna de la «propuesta modesta» de Jonathan
Swift: es decir, como una sátira de la ineficacia de la actuación pública. Com-
pensar a la gente que, como la hija del obrero, ha abandonado de forma tem-
prana la educación –cerrándose así buena parte de las puertas a los empleos
de calidad–, no parece la actuación pública más eficaz.
En 1729 Jonathan Swift publicó una sátira titulada Una propuesta modesta para evitar que
los hijos de la gente pobre se conviertan en una carga para sus padres o para el país, y para
que sean útiles para el público, en la que sugiere que los irlandeses podrían aliviar sus
problemas económicos vendiendo sus hijos como comida para los ricos. El libro satiriza
© FUOC • PID_00252428 20 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
hiperbólicamente no solo las actitudes del público general hacia los pobres, sino también
la política del Gobierno inglés hacia Irlanda.
Supongamos que esto fuera así. Es decir, supongamos que fuera verdad que en
2017 la mayoría de barceloneses o catalanes hubiesen estado muy de acuerdo
con la idea de que el Estado debería garantizar a todos los ciudadanos, como
un derecho, los recursos necesarios para hacer tres comidas al día. Incluso si
esto fuera así, existen muchas formas en que el Estado podría tratar de satisfa-
cer esa demanda. Una opción sería satisfacerla de forma directa implantando Viñeta escéptica con las trickle-down economics
un programa inspirado en los food stamps de los Estados Unidos. Otra sería
hacerlo de forma indirecta, adoptando una serie de medidas que favorezcan el
crecimiento económico, porque según algunos economistas los beneficios que
van a parar a las manos de los más ricos terminan por filtrarse (trickle-down)
hasta los más pobres. Si queremos mejorar la vida de los pobres, mejoremos
primero la de los ricos.
Hagamos un poco de historia. Durante los años de la Guerra Fría parecía ha-
ber dos «cosas» de casi todo. Dos estaciones espaciales internacionales, dos
genios del ajedrez como Fischer y Spassky, dos botones rojos que activaban el
infierno nuclear y…, claro, dos concepciones de la justicia social o distributiva:
la igualdad de resultados y la igualdad de oportunidades. La primera jugaba
en el bando soviético y la segunda en el bando occidental. ¿Por qué? Porque
se asumió que la noción marxista de la justicia social según la cual cada uno
ha de aportar al PIB de su país de acuerdo con sus talentos productivos y ha
de recibir en función de sus necesidades, exigía igualar al final de la carrera, y
no tanto cuando estamos en los tacos de salida.
Fría tuvo un vencedor más o menos claro, que fue el bando liberal-occidental9.
Así que no es de extrañar que la noción de la justicia social que acabó impo-
niéndose o interpretándose como la más correcta fuera la occidental. O sea, la
justicia social como igualdad de oportunidades formal, en la que el hecho que
unos corredores lleguen a la meta antes que otros es justo porque las diferen-
cias en la línea de llegada son el reflejo de nuestros gustos o nuestro esfuerzo.
(9)
En un conocidísimo ensayo titulado «El final de la historia», que posteriormente se
publicó como libro, Fukuyama (1989, pág. 4) afirma: «What we may be witnessing is not
just the end of the Cold War, or the passing of a particular period of post-war history,
but the end of history as such: that is, the end of point of mankind’s ideological evolu-
tion and the universalization of Western liberal democracy as the final form of human
government».
¿Por qué? Porque salvo que, como comentamos anteriormente, queramos aca-
bar teniendo un coeficiente de Gini bajísimo pero los supermercados vacíos,
no podemos prescindir de las señales que envían los mercados. Una vez los
mercados han hecho la tarta lo más grande posible (eficiencia), el Estado se
asegura de que los resultados no sean tan desiguales que alguien ni siquiera
alcance la meta (igualdad).
Esta estrategia dio muy buenos resultados en las tres décadas posteriores a la
Segunda Guerra Mundial por razones que se explican a continuación. Pero
desde hace algunos años se enfrenta a algunos problemas.
Los�límites�de�«crecer�primero�y�(re)distribuir�después»
(10)
La idea de la redistribución necesita de los impuestos para ser operativa. Es Lo que es mucho menos co-
nocido es que esos tipos confisca-
sobradamente conocido que los tipos marginales en países como Francia, Ale-
torios no estaban tan generaliza-
mania, Reino Unido o EE. UU. eran muy elevados en las cuatro décadas que dos como podría parecer. En 1935
Franklin D. Roosevelt elevó el ti-
van de 1935 a 1975, alcanzando en algunos casos el 90 %10. Pues bien, en po hasta el 79 % (desde el 63 %)
e incrementó el tramo hasta los
«The rhetoric of redistribution», B. Jackson comienza diciendo que los logros cinco millones (desde el millón de
distributivos históricamente alcanzados por el estado de bienestar no son so- dólares). Pero como observaba B.
Bartlett (2009) en una columna de
lo el producto de la presión popular y el consejo de intelectuales favorables Forbes, en realidad ese tipo confis-
a esas medidas, sino también el resultado de un discurso proveniente de los catorio solo se aplicaba a una per-
sona en todos los EE. UU.: John D.
líderes políticos y dirigido a persuadir al electorado de los beneficios de esas Rockefeller.
medidas11. En los últimos años, sin embargo, añade Jackson, esta retórica en
(11)
favor de mejorar las condiciones de vida de los pobres y cerrar la brecha entre Véase Jackson (2009).
los (más) ricos y los (más) pobres ha estado ausente en el discurso de los líde-
res de los partidos que históricamente han sostenido el estado de bienestar. Si
algo nos enseña la historia política más reciente, concluye Jackson, es que el
discurso del libertarismo más extremo de hoy puede convertirse en la política
gubernamental de mañana12.
© FUOC • PID_00252428 24 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
(12)
En lo que aquí nos interesa, el discurso libertariano considera todo impuesto una for-
ma de robo institucionalizado. En un texto sobre los fundamentos normativos de la tri-
butación, uno de los principales exponentes del pensamiento libertariano, M. Rothbard
(1997, pág. 56), lo expresaba así: «We contend here […] that the model of government
is akin, not to the business firm, but to the criminal Organization, and indeed that the
State is the organization of robbery is systematized and writ large […] The State benefits
itself at the expense of its robbed victims. The State is, therefore, a centralized, regulari-
zed organization of theft».
(13)
En segundo lugar está la cuestión relativa al funcionamiento de los mercados. De acuerdo con Kumhof y otros
(2015, pág. 1.218): «The [2007]
La idea de dejar la producción a los mercados porque, al fin y al cabo, estos son
crisis is the ultimate result, after
un mecanismo razonablemente eficiente de asignación de recursos –y, en todo a period of decades, of a shock
to the relative bargaining powers
caso, más eficiente que el planificador omnisciente–, se basa en la presunción over income of two groups of hou-
del correcto funcionamiento de los mercados. Sin embargo, algunos análisis seholds, investors who represent
the top 5 % of the income distri-
(Kumhof y otros, 2015; Stiglitz, 2012) sugieren que una parte no desdeñable de bution, and whose bargaining po-
wer increases, and workers who re-
las desigualdades de hoy se debe a actividades de extracción de rentas y otros
present the bottom 95 % of the in-
fallos de mercado13. Si al menos una parte del incremento de la dispersión en come distribution».
las rentas primarias se debe a que los mercados no son competitivos, entonces
(14)
En el mismo sentido, véase Hac-
el margen para la intervención ex ante en el funcionamiento y diseño de los ker (2014).
mercados se amplía14.
B. Milanovic abre su último libro Global Inequality con una pregunta: «¿Quié-
nes son los ganadores de la globalización?».
© FUOC • PID_00252428 25 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
De acuerdo con este enfoque, que tiende a ver ambas estrategias como alter-
nativas antes que como complementarias, las políticas redistributivas no re-
quieren demasiada explicación, porque son las que los países industrializados
han venido empleando y extendiendo desde el final de la Segunda Guerra
Mundial. Pero, como acabamos de ver, la justicia social como «crecer primero
y (re)distribuir después» se enfrenta desde hace tiempo a algunos problemas.
La tentación es creer, dice Hacker, que este «gran giro» responde a fuer-
zas impersonales del mercado como el cambio tecnológico (Goldin y
Katz, 2008), cuando lo que en realidad provoca ese gran giro es, dice
Hacker (2011, pág. 33), «la�forma�en�que�han�cambiado�las�“reglas
del�juego”�de�la�economía�y�de�la�política».
(15)
Otros autores se han referido a
Seguramente la política que mejor realiza en el plano institucional la este enfoque como «inversión so-
cial». Tal y como lo vamos a carac-
noción de la justicia social del enfoque de la predistribución es la edu- terizar en este epígrafe, la versión
liberal de la predistribución y la in-
cación infantil en la etapa –sobre todo en la etapa de cero a tres años15.
versión social son dos enfoques
que presentan tantos solapamien-
tos que podríamos emplearlos de
forma prácticamente intercambia-
J. Heckman recibió el encargo de escribir el artículo principal en un número ble. Véase del Pino (2014).
de la revista estadounidense Boston Review dedicado a la movilidad social. El
artículo de Heckman descansa en dos constataciones:
Tabla 2. Resumen de las estrategias distributivas (por medios y por fines) (16)
Visto desde el otro lado, una
forma aproximadamente igual de
Medios Objetivos
expresar lo mismo sería decir que
las medidas redistributivas impli-
Igualar oportunidades ex ante Igualar resultados ex post can gasto público, mientras que
las no redistributivas, por lo gene-
Financiación vía impuestos
16 Predistribución redistributiva Posdistribución redistributiva ral, no.
(ej.: guarderías públicas) (ej.: prestación de desempleo,
renta mínima de inserción)
(17)
Aunque precisamente las diver-
No financiación / no financia- Predistribución no redistributi- Posdistribución no redistribu- gencias a la hora de identificar los
ción vía impuestos va (ej.: negociación colectiva) tiva (ej.: dividendo social Alas- recursos externos que forman par-
17 te de la herencia común recibida
ka )
–y cuya explotación es, por tanto,
susceptible de ser gravada por la
Fuente: Barragué (2017)
comunidad para hacer política so-
cial con esa recaudación– es lo que
Las estrategias de redistribución tradicionales han tendido a auxiliar o rescatar da lugar a distintas políticas redis-
tributivas dentro del igualitarismo
a quienes han sufrido alguna desgracia, como el desempleo o un accidente de los recursos externos (asset ba-
sed egalitarianism), esta es la idea
que les impide obtener ingresos por sí mismos. Probablemente es cierto, como que subyace a las propuestas surgi-
afirma Heckman, que en muchos casos esa asistencia pública llega demasiado das en la década de 1990 de renta
básica de P. Van Parijs (1995) y de
tarde. Pero defender la vía predistributiva no significa que debamos abando- capital básico de B. Ackerman y A.
nar la vía redistributiva –porque no son estrategias alternativas, sino comple- Alstott (1999).
Algo más de dos siglos después de que Adam Smith publicara La riqueza de
las naciones (1776), Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal de los
Estados Unidos entre 1987 y 2006, publicaba sus memorias, La era de las tur-
bulencias (2008). En ellas, Greenspan (2008, pág. 235) se declara «un republi-
cano libertario de toda la vida» y afirma que lo que le decidió a «implicarse» en
la campaña de Ronald Reagan fue el particular tipo de conservadurismo que
defendía éste: un conservadurismo que «consistía en decir que el amor con
© FUOC • PID_00252428 31 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
mano dura es bueno para el individuo y bueno para la sociedad […]. No es que
no hubiera comprensión para las personas que, sin tener la menor culpa, se
encontraban en apuros; tampoco se encontraría a nadie más deseoso de ayu-
dar en persona a los oprimidos que los libertarios; pero ese no era el papel del
Gobierno, según Reagan. El amor con mano dura, a la larga, es amor» (ibídem,
pág. 104).
(18)
Como dice Rodrik (2011, pág. 35): «Pensemos en todas las cosas que damos por sen- Los partidarios del libertarismo se autodefinen
al margen de las opciones políticas de izquierda
tado que son absolutamente esenciales para que tenga lugar el comercio. Debe haber o derecha
alguna forma […] de reunir las dos partes para realizar la transacción. Debe haber un
mínimo de paz y seguridad para que puedan comprometerse en un comercio sin riesgos
para la vida y la libertad […]. En cualquier forma de intercambio que no sea el trueque,
debe existir un medio de intercambio fiable […]. El vendedor debe tener (y ser capaz de
demostrar) claros derechos de propiedad sobre los bienes que vende y debe tener capa-
cidad para transferir estos derechos al comprador. Debe haber un tribunal de justicia u
otro medio que garantice el cumplimiento del contrato que suscriban las dos partes […].
Debe existir protección frente a terceras partes que intenten bloquear el intercambio o
impedirlo. Podría seguir, pero seguramente la idea está ya clara».
(19)
En la mayoría de democracias industriales, el peso del sector público como En unos comentarios a su ar-
tículo realizados casi treinta años
porcentaje del PIB ronda el 45 %. Pero hace menos de cien años este porcentaje
después de su publicación, Came-
no alcanzaba el 20 %. ¿Qué motivó el incremento del tamaño de los gobiernos ron (2006, pág. 677) observa: «the
[1978] article started as a long pa-
de las democracias industriales en las tres o cuatro décadas posteriores al final per on distributional inequality
in the advanced capitalist socie-
de la Segunda Guerra Mundial? En un artículo clásico, D. Cameron (1978)19 ties […]. Using OECD data on the
encuentra una correlación positiva entre la apertura del país al comercio in- post-tax distribution of income in
12 countries, I found that […] the
ternacional y el tamaño del gobierno. extent of and growth in extracti-
ve capacity of the state, defined in
terms of the ratio of all public re-
Tabla 3. Importancia relativa de los determinantes económico, fiscal, político, institucional e in-
venues to GDP, and the extent of
ternacional en la expansión del sector público
and growth in the extractive capa-
city were closely associated with
Incremento total en los ingresos del Go-
the degree of distributional equa-
bierno como porcentaje del PIB (1960-1975)
lity». Cameron ha actualizado re-
cientemente su trabajo (Cameron
Correla- Coeficiente Coeficien- y Kim, 2006).
ción simple de regresión te beta*
Tomando como base un trabajo clásico de Ruggie (1982), Rodrik (1998) su-
giere que la razón más probable para esta relación positiva es que los países
más expuestos al «riesgo externo» demandan gobiernos más grandes como un
mecanismo de seguridad social. Cojamos el caso de Finlandia, por ejemplo.
Siendo un país pequeño, miembro de la UE y cuyos habitantes se manejan con
solvencia en la lingua franca que es el inglés, no es muy sorprendente que Fin-
landia esté muy abierta al comercio internacional. Y es también un país con
un gobierno (muy) grande. Los finlandeses –diríamos siguiendo el argumento
de Cameron y Rodrik– están de acuerdo con abrir su mercado al comercio in-
© FUOC • PID_00252428 33 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
ternacional, pero a cambio quieren una red extensa de protección social que
les proteja frente a los riesgos externos. A diferencia de lo que sostiene el dis-
curso libertario, el Estado no solo no socava la legitimidad del mercado, sino
que la fundamenta.
Ejercicios de autoevaluación
1. En su libro titulado La riqueza de las naciones, Adam Smith sostiene una noción de la justicia
social esencialmente...
a) socialdemócrata.
b) conservadora.
c) liberal.
d) republicana.
a) las desigualdades son justas si se deben a nuestro esfuerzo pero injustas si se deben a
circunstancias que escapan a nuestro control.
b) más allá de cierto umbral (cuando comienzan a tener externalidades negativas), toda de-
sigualdad es injusta.
c) no hay desigualdades injustas porque todas reflejan nuestro esfuerzo.
d) las desigualdades son injustas si se deben a nuestro esfuerzo pero justas si se deben a
circunstancias que escapan a nuestro control.
a) significa que solo los cargos públicos deben ser asignados mediante un proceso público
y transparente.
b) asume que cierto grado de redistribución es esencial, como muestran las democracias
contemporáneas.
c) no tiene en cuenta las demandas de redistribución, como muestra el caso de los Estados
Unidos.
d) implica igualdad en el punto de salida y laissez faire a partir de ahí.
a) Impuestos y transferencias, porque es la idea de los partidos liberales que han gobernado
tanto tiempo en Europa.
b) Que el mercado queda muy restringido en primer lugar por las demandas de redistribución.
c) Las respuestas a y b son correctas.
d) Una división del trabajo entre mercado (producción) y Estado (distribución).
5. ¿Por qué afirma la teoría económica moderna, por lo general, que los mercados son esen-
ciales?
a) No podemos prescindir de las señales que envían (vía sistema de precios, por ejemplo).
b) Reflejan la pluralidad de las sociedades modernas.
c) Son una expresión de la libertad de las sociedades modernas.
d) Las respuestas b y c son correctas.
a) Verdadero
b) Falso
9. Mucha gente ha tendido a ver en la teoría de la justicia social de John Rawls la defensa
normativa más consistente del estado de bienestar que se construye en las décadas posteriores
al final de la Segunda Guerra Mundial.
a) Verdadero
b) Falso
11. Es tanta la gente que de forma más o menos consciente cree afirmarla, que algunos autores
hablan de ella como la noción convencional de la igualdad de oportunidades:
12. Llevada hasta sus últimas consecuencias, ¿la noción sustantiva implicaría la práctica des-
aparición de qué?
a) La familia.
b) Los sistemas de impuestos y transferencias.
c) El estado de bienestar.
d) Las respuestas b y c son correctas.
14. Existe abundante literatura empírica que señala que los padres de un estatus socioeco-
nómico alto hablan a sus hijos más horas a la semana, de media, que los padres de estatus
socioeconómicos más bajos.
a) Verdadero
b) Falso
16. La idea central del enfoque pragmático de Jeremy Fishkin busca igualar oportunidades
y no tanto aumentarlas.
© FUOC • PID_00252428 37 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
a) Verdadero
b) Falso
19. En EE. UU. el tipo marginal superior del IRPF ha llegado a superar el 90 %.
a) Verdadero
b) Falso
20. Uno de los efectos más notables de la globalización ha sido la reducción de la pobreza.
a) Verdadero
b) Falso
© FUOC • PID_00252428 38 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
Solucionario
Ejercicios de autoevaluación
1.�c
2.�a
3.�d
4.�d
5.�a
6.�b
7.�c
8.�c
9.�a
10.�c
11.�b
12.�a
13.�c
14.�a
15.�b
16.�b
17.�d
18.�a
19.�a
20.�a
© FUOC • PID_00252428 39 La igualdad de oportunidades y la justicia social en un mundo...
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