Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1.DESIGUALDAD Y JUSTICIA SOCIAL - Tipología y Dimensiones de La Desigualdad
1.DESIGUALDAD Y JUSTICIA SOCIAL - Tipología y Dimensiones de La Desigualdad
dimensiones de la
desigualdad
PID_00252426
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada,
reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste eléctrico,
químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita
de los titulares del copyright.
© FUOC • PID_00252426 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Índice
Introducción............................................................................................... 5
Objetivos....................................................................................................... 8
3. Dimensiones de la desigualdad...................................................... 22
3.1. La dimensión política de la desigualdad .................................... 22
3.2. La dimensión social de la desigualdad ....................................... 25
3.3. La dimensión económica de la desigualdad ............................... 27
Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 33
Solucionario................................................................................................ 37
Bibliografía................................................................................................. 38
© FUOC • PID_00252426 5 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Introducción
Una respuesta sería afirmar que, por decirlo en los términos del filósofo aus-
traliano Peter Singer (1972, 2009), cada vida es igualmente importante. Esta
idea, a su vez, se compone de otras dos: a) el principio de igual consideración
y respeto y b) la idea de que el respeto al igual es un valor moral de cada in-
dividuo que nos obliga a incrementar su bienestar en la medida de nuestras
posibilidades.
Sin embargo, esta no es una respuesta que apele al valor de la igualdad, sino a
la humanidad. Esta respuesta pone el énfasis en el alivio y la reducción de la
pobreza. Pero una reducción masiva de la pobreza es perfectamente compati-
© FUOC • PID_00252426 6 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Para responder a esta pregunta, Rawls se vale de un ejercicio mental cuya in-
tuición central es el vínculo entre ignorancia y justicia. Rawls cree que el me-
jor método para establecer unos principios de justicia para una sociedad de-
mocrática es imaginar qué principios elegirían unos individuos que no saben
cómo van a resultar afectados por ellos. La gente, situada así tras un «velo de
ignorancia», escoge esos principios sin saber cuáles son sus talentos naturales,
ni su ideología, ni su origen social. En este ejercicio mental, es esta ignorancia
acerca de la posición que terminaremos ocupando en la sociedad la que nos
permite discriminar entre razones que son aceptables y razones que no lo son
a la hora de justificar desigualdades.
Dicho individuo seguramente tiene razón, pero esto no tiene nada que ver,
nos diría Rawls, con la justicia social. ¿Qué piensa de lo mismo otro individuo
que no ha heredado nada ni ha tenido nunca ningún estímulo por parte de
su familia para continuar estudiando más allá de la ESO? El ejercicio mental
que nos propone Rawls modela a todos los individuos como iguales al hacer
que desconozcan la suerte que han tenido en las loterías genética y social, que
al ser elementos que escapan a nuestro control no pueden emplearse como
razones para la justificación de las desigualdades económicas y sociales.
© FUOC • PID_00252426 7 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Sin embargo, cabe señalar que en los últimos años, sobre todo a partir del
estallido de la crisis de 2008, la desigualdad ha saltado de las facultades de
filosofía a las de economía y, de ahí, a la agenda política. ¿Qué consecuencias
ha tenido esto en nuestra forma de estudiar la desigualdad?
Objetivos
El�Estado�interviene�en�el�proceso�de�distribución�transformando�las�ren-
tas�primarias�en�secundarias�mediante�cuatro�instrumentos:
(1)
De esta forma, y siguiendo la metodología de las agencias europea (Eurostat) En puridad, aún habría una dis-
1 tribución sectorial (forma en que
y española (INE) de estadística , a continuación se presentan los datos sobre la renta se genera en las distintas
la distribución de la renta de los hogares, que se desarrolla en tres fases. actividades económicas) y una te-
rritorial (diferencias de renta entre
áreas o territorios políticos o admi-
Diagrama 1. Distribución de la renta de los hogares nistrativos) de la renta. Véase Ca-
ñada Martínez (1999).
© FUOC • PID_00252426 10 Tipología y dimensiones de la desigualdad
(2)
Pues bien, el aumento de la desigualdad en la distribución primaria de los in- Entre 1985 y 2008 el índice sin-
tético de Gini aumentó un 10 %
gresos desde comienzos de la década de 1980 es un fenómeno bien documen-
en los países de la OCDE, pasando
tado por la literatura empírica2. La generalización del interés político por la del 0,29 al 0,316 (OCDE, 2011).
Dos trabajos que estudian la con-
desigualdad encuentra, en este sentido, su fundamento empírico en dos tra- centración de ingresos en el per-
centil superior de la distribución
bajos. En primer lugar, en el trabajo de Piketty y Saez (2003), que comienza a para un conjunto de veintidós paí-
situar la desigualdad en la agenda política y cuyos gráficos sobre la progresiva ses son los de Atkinson y otros
(2011) y Atkinson (2015).
concentración de las rentas antes de impuestos y transferencias en el extremo
superior de la distribución pueden encontrarse en casi cualquier rincón de in-
ternet; y, en segundo lugar, en el estudio de la Oficina de Presupuestos del
Congreso de los Estados Unidos sobre la distribución de la renta entre 1997
y 2007 (Harris y Sammartino, 2011), en el que se concluye que la principal
causa del incremento de la desigualdad en las rentas después de impuestos es
el aumento de la desigualdad en las rentas antes de impuestos. De acuerdo con
el informe de Harris y Sammartino, durante el periodo entre 1979 y 2007 la
Evolución�de�los�ingresos�disponibles
fracción de las rentas primarias del 20 % más rico de la distribución aumen- por�grupo�de�renta�(1979-2007)
Fuente: elaboración propia a partir de datos del INE (Contabilidad Nacional de España)
© FUOC • PID_00252426 11 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Índice de Gini
El índice de Gini oscila entre el 0 (la igualdad perfecta) y el 100 (desigualdad perfecta).
Un coeficiente de 0 significa que todo el mundo tiene los mismos ingresos, mientras
que un valor de 100 indicaría que un solo individuo de la sociedad acapara toda la renta
nacional. Como señala ATKINSON (2015, pág. 17), al emplear este índice –que recibe su
nombre por el estadístico italiano Corrado Gini (1884-1965)–, y aunque muchos de los
académicos que lo emplean no sean conscientes de ello, estamos teniendo en considera-
ción cuestiones de tipo distributivo. De hecho, al emplear el coeficiente de Gini estamos
otorgándole tres veces más peso (weight) al euro adicional que va al 25 % más pobre de
la distribución con respecto al euro adicional que va al 25 % más rico.
Fuente: elaboración propia a partir de datos del INE (Encuesta de estructura salarial). Nota: D9/D5: 9ª decila dividida por la
mediana de la ganancia por hora
(3)
El gráfico muestra que a partir de 2008 la desigualdad ha aumentado dos pun- Véase Pérez (2017).
tos en el índice de Gini y que donde ha estado concentrada la acción es en
la mitad inferior de la distribución. En efecto, frente a la estabilidad del indi-
cador D9/D5 –que, si exceptuamos el año 2014, no ha registrado variaciones
superiores a una décima en todo el periodo–, el indicador D5/D1 ha registrado
variaciones de dos décimas en dos años consecutivos: una disminución muy
significativa del 1,76 (2009) al 1,58 (2010) y un incremento del 1,58 (2010)
al 1,78 (2011) al año siguiente. La pregunta entonces es: ¿por qué España es
uno de los países de la UE donde más ha aumentado la desigualdad, hasta el
© FUOC • PID_00252426 12 Tipología y dimensiones de la desigualdad
punto de recibir llamadas de atención desde Bruselas por ello?3 Como veremos
en el siguiente apartado, el particular funcionamiento del estado de bienestar
español tiene mucho que ver en ello.
© FUOC • PID_00252426 13 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Algo similar ocurre con la justicia social. Mucha gente considera que uno de
los objetivos principales, si no el principal, de los estados de bienestar es la
reducción de las desigualdades y de la pobreza. Pero esto, como la promoción
del esquí, es compatible con políticas muy distintas. Es compatible con un
Estado grande en el que el gasto social como porcentaje del PIB (véase gráfico
3) sea de alrededor del 30 % –como ocurre en Francia o Bélgica. Pero también
es compatible con un Estado mucho más modesto en el que el gasto social
como porcentaje del PIB apenas alcance el 10 %, como en Corea del Sur –
porque, como veremos un poco más adelante (véase más abajo la tabla 1), la
dispersión en las rentas primarias en Corea es muy baja.
Gráfico 3. Gasto social como porcentaje del PIB (OCDE 2016, países seleccionados)
gir la dispersión de esos ingresos después, mediante los impuestos y las trans-
ferencias. El fortísimo crecimiento económico del que disfrutaron las princi-
pales economías de la OCDE en las décadas posteriores al final de la Segunda
Guerra Mundial propició que los mecanismos posdistributivos típicos del es-
tado de bienestar convirtieran el (mero) crecimiento en crecimiento inclusivo,
siguiendo aproximadamente esta secuencia:
Problemas�de�la�justicia�social�como�crecer�primero�y�distribuir�después
Tabla 1. Evolución de la dispersión en rentas primarias y de la redistribución operada por los im-
puestos y las transferencias (2007-2013, OCDE)
Gini antes de Gini antes de Gini renta dis- Gini renta dis- Reducción Gi- Reducción Gi-
la redistribu- la redistribu- ponible (2007) ponible (2013) ni por redistri- ni por redistri-
ción (2007) ción (2013) y y variación bución (2007) bución (2013)
la variación
Los datos muestran al menos dos cosas. La primera es que en Europa, en los
años inmediatamente posteriores a la crisis de 2007, los cambios en la distri-
bución de la renta reflejan dos hechos:
Por último, el tercer límite a la noción de la justicia social como «crecer para
distribuir» es el cambio tecnológico. Hagamos (solo un poco) de historia. La
industrialización, unida al nuevo diseño que los acuerdos de Bretton Woods
y la creación del GATT otorgaron al sistema económico mundial, permitió un
crecimiento económico basado en la igualdad. El cambio tecnológico poste-
rior a la Segunda Guerra Mundial fue inclusivo porque elevó la productividad,
pero sin generar grandes brechas entre las distintas partes de la distribución Líderes e intelectuales representativos de la
nueva derecha surgida en los setenta
de ingresos. Además, la expansión del «consenso socialdemócrata» facilitó la
implantación de una nueva macroeconomía –de demanda o keynesiana– que
parecía tener todas las respuestas, fuera cual fuera el problema que se plantea-
ra. Pero la combinación de la «cuarta revolución industrial» (Gordon, 2012
y 2016) y los problemas económicos surgidos tras la gran crisis del petróleo
de 1973 llevaron a una revisión completa del consenso socialdemócrata. Los
años�setenta�marcaron�un�antes�y�un�después.
posbélico, los cambios provocados por los avances en innovación en los últi-
mos años están mostrando una cara menos amable del desarrollo tecnológico.
(4)
La automatización y la robotización destruyen los empleos rutinarios, que por Véase Cortés (2016).
lo general se venían encontrando en la parte mediana de la distribución de
salarios. Esto es coherente con Acemoglu y Autor (2012), que encuentran que
los salarios han crecido más en las partes alta y baja de la distribución que
en la zona intermedia. En definitiva, el desarrollo tecnológico es, desde hace
© FUOC • PID_00252426 19 Tipología y dimensiones de la desigualdad
¿Qué�hay�que�distribuir?�Del�crecimiento�a�las�oportunidades
(5)
En la literatura económica esta idea ha recibido el nombre de predistribu- En la literatura económica, véase
5 Heckman (2012); en el ámbito de
ción . La idea de la predistribución es sencilla y queda bien resumida por el la ciencia política, Hacker (2011);
eslogan popular según el cual «más vale prevenir que curar». O dicho de una en el campo de la filosofía política,
Barragué (2016).
forma un poco más elaborada: si queremos reducir las desigualdades injustas,
no podemos limitarnos a intervenir ex post sobre sus efectos, sino que debemos
actuar ex ante sobre sus causas. Pero, ¿cómo se previene en materia de pobreza,
exclusión y desigualdad social? Las políticas predistributivas –tendentes, insis-
timos, a reducir la desigualdad en las rentas primarias– más discutidas hasta
el momento han incidido en dos ámbitos: el sistema educativo y el mercado
laboral.
miento social, efectos que además persisten mucho tiempo después de fi-
nalizados los programas.
(6)
• Reforzar el papel de los sindicatos, porque a veces las interferencias gene- Véase Acemoglu y Robinson
(2013).
radas por estos actores pueden ser eficientes para el equilibrio de una eco-
nomía6.
• Estrechar los márgenes del mercado laboral por arriba –al estilo de la «regla
1:12» de limitación de los grandes salarios votada (y rechazada) en referén-
dum por los suizos en 2013– y por abajo –interviniendo en el sistema de
precios mediante la legislación sobre salario mínimo para que los sueldos
de los primeros deciles no se descuelguen con respecto a los incrementos
de la productividad.
3. Dimensiones de la desigualdad
El politólogo de Harvard Robert Putnam abre su último libro, Our Kids: The
American Dream in Crisis, con la historia de la ciudad donde creció, Port Clin-
ton (Ohio). A pesar de ser politólogo, el argumento de Putnam es histórico y
funciona como una narración impulsada por la nostalgia de una infancia que
se intuye feliz: «La ciudad donde nací era, en la década de 1950, una encarna-
ción aceptable del Sueño Americano», dice Putnam, «un sitio que ofrecía unas
oportunidades decentes a todos los niños de la ciudad, con independencia de
Port Clinton, el escenario del libro Our Kids, de
Robert Putnam
su origen social». Algo más de medio siglo después, Port Clinton se ha conver-
tido, continúa Putnam, en la pesadilla de la América de las dos velocidades,
una ciudad en la que los niños que viven en el lado incorrecto de las vías del
tren que parten por la mitad la ciudad no pueden ni imaginar las oportunida-
des de las que disfrutarán en el futuro los niños nacidos en el lado correcto
de las vías. Del sueño americano, en el que las desigualdades son el reflejo de
la movilidad social, a la pesadilla americana, en la que la desigualdad refleja
la desigualdad de oportunidades de una sociedad estratificada. En apenas cin-
cuenta años. Pero esto, podría pensar el estudiante, es lo que ocurre en Estados
Unidos, donde la desigualdad ha aumentado notablemente más que en otras
democracias industriales. Esto seguramente será poco representativo del caso
español. ¿Seguro?
En España, como ocurre en casi todos los países, cada vez más gente reside en
grandes ciudades. De hecho, en la Unión Europea tres cuartas partes del total
de la población ya viven en ciudades. ¿Por qué? La respuesta la encontramos en
las economías�de�aglomeración; es decir, en las ventajas que surgen cuando
las personas físicas y jurídicas se concentran en torno a un área geográfica. Los
beneficios de la densidad poblacional irían desde el abaratamiento de costes –
derivado, por ejemplo, de la participación en economías de escala– y mejores
infraestructuras –hospitales, por ejemplo– hasta ganancias de producción y
renta per cápita (Glaeser, 2010).
Pero de acuerdo con el hilo argumental de Putnam en Our Kids, las ciudades
se están convirtiendo progresivamente en núcleos de desigualdad económica
y exclusión social y política. Cuando se discute el problema de la desigualdad
en las grandes ciudades, el debate suele centrarse, fundamentalmente, en el
escenario de privación múltiple y en sus consecuencias en los planos econó-
mico y social. Lo que no suele enfatizarse tanto, y es lo que nos interesa ahora,
© FUOC • PID_00252426 23 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Toda definición de la democracia, por magra que esta sea, asume como uno
de sus objetivos garantizar la igual influencia política de todos los ciudadanos.
Si fuera cierto que todos los grupos sociales –desde el más privilegiado hasta
el más vulnerable– participan aproximadamente igual en los procesos electo-
rales, esto podría contribuir a mitigar las desigualdades. Pero, al contrario, si
un grupo de electores participara sistemáticamente menos que el resto y sus
Imagen del barrio de Las Tres Mil Viviendas en
preferencias no fueran incluidas en el sistema, esto podría implicar que sus Sevilla
intereses no fueran tenidos en cuenta. Hasta aquí, la teoría. Pero, ¿qué ocurre
en la práctica? La tabla 2 recoge el ranking de las diez secciones electorales –
secciones de entre quinientos y dos mil habitantes dentro de un municipio–
más abstencionistas en las elecciones municipales de 2015.
Tabla 2. Ranking de las diez secciones más abstencionistas en las municipales de 2015
de que cada vez hay más vecinos que residen en estos barrios marginales. ¿Ha
producido algún cambio en este patrón la llegada de nuevos actores –Podemos,
Ciudadanos, las Mareas, etc.– al sistema político?
Tabla 3. El barrio más abstencionista de las nueve ciudades peninsulares más pobladas en las
elecciones de 2015
Como observan Gómez y Trujillo, en todos estos barrios los poderes públicos
han implantado políticas y programas centrados en erradicar o al menos mi-
tigar las situaciones de carencia material severa y los problemas de acceso a
la salud y a la vivienda. Curiosamente, ninguno ha implantado un programa
cuyo objetivo sea erradicar, o al menos mitigar, la desigualdad en la participa-
ción electoral.
esperanza de vida al nacer diez años superior a la de los hombres que nacen
en el Casco Viejo de Bilbao (Sophie, 2012). ¿Qué es lo que está causando estas
diferencias?
«[...] la gente con una posición socioeconómica más alta en la sociedad tiene un conjunto
mayor de posibilidades en la vida y más oportunidades de vivir una vida exitosa. Este
mismo grupo de gente también tiene una salud mejor. Ambas cosas están vinculadas:
cuanto más favorecida es la gente, económica y socialmente, mejor es su salud».
En�definitiva,�las�diferencias�en�salud�se�explican�por�desigualdades�so-
cioeconómicas. ¿Qué podemos hacer?
En los últimos años, el trabajo de Raj Chetty, uno de los mejores economis-
tas jóvenes del mundo, se ha centrado en las desigualdades de oportunidades
que genera el barrio donde nacemos. El trabajo de Chetty y sus colaborado-
res (Chetty y Hendren, 2015) mide el impacto del barrio en las trayectorias
económicas de los niños nacidos en familias y vecindarios pobres. Para ello,
Chetty rastrea los cambios en los ingresos de las familias que se mudaron de
barrio dentro del programa Moving to Opportunity, que dio a familias de muy
bajos ingresos la posibilidad de mudarse de barrios de pobreza muy intensa a
barrios de baja pobreza. Lo que sabemos ahora es lo siguiente:
Cartel publicitario del programa Moving to
Opportunity tendente a evaluar la influencia de
los barrios en nuestras expectativas
© FUOC • PID_00252426 27 Tipología y dimensiones de la desigualdad
• Los niños que se mudaron dentro del programa antes de haber alcanzado
la adolescencia se beneficiaron en el plano económico –mayores ingresos
en su etapa adulta– del programa, que también controlaba el resto de fac-
tores.
Reducir las desigualdades entre barrios, acabar con los guetos y promo-
ver la mezcla de clases sociales es, pues, una forma de reducir la de-
sigualdad económica y de garantizar una oportunidad de tener una vida
exitosa a todos los niños.
También a los que nacen en el barrio de Las Tres Mil Viviendas (Sevilla).
Como ocurre cada vez que estalla una crisis económica, desde 2008 los econo-
mistas se han erigido como «estrellas del rock» de las ciencias sociales. A ello
ha contribuido de forma destacada un libro que se ha convertido en un au-
téntico best-seller: El capital en el siglo XXI, de T. Piketty. A riesgo de simplificar
demasiado, el argumento de Piketty (2014) es que hoy vivimos una segunda
belle époque o gilded age del capitalismo, definida por el increíble crecimien-
to del uno por ciento más rico. Y que salvo que se tomen medidas desde los
gobiernos, veremos un futuro dominado por una clase de rentistas como los
que desfilan en las novelas de Jane Austen y Honoré de Balzac, con el consi-
guiente riesgo de que la gente situada en el extremo superior de la distribución
aproveche su poder para lograr que el proceso democrático sobrerepresente
sus preferencias. Si no queremos que el aumento de la desigualdad termine
desvirtuando la democracia, los gobiernos han de tomar medidas dirigidas a
reducirla o, al menos, a mantenerla controlada.
© FUOC • PID_00252426 28 Tipología y dimensiones de la desigualdad
No es muy atrevido decir que los trabajos de Piketty, junto a los de Anthony
Atkinson y Emmanuel Saez, han revolucionado nuestra forma de entender la
distribución de la renta. Parte de esta revolución es simplemente metodoló-
gica: tomando como punto de partida el trabajo seminal de Simon Kuznets
(1955), Piketty y Saez (2003) desarrollan una extensísima base de datos em-
pleando fundamentalmente registros administrativos. La obra de Piketty es la
última contribución en esta línea de investigación, particularmente porque
aporta nuevas pruebas con respecto a la evolución de la distribución de otro
factor clave –además de los ingresos– cuando hablamos de desigualdad: el pa-
trimonio o la riqueza. ¿Cómo se relaciona la distribución de la riqueza con
nuestras nociones sobre la justicia social, en particular con la justicia social
como igualdad de oportunidades? ¿Y qué aporta la nueva evidencia empírica
proveniente sobre todo de Piketty (2014), Saez y Zucman (2016) y Alstadsæter
y otros (2017)? Vayamos primero con esto último.
(7)
Hace ya más de cien años, Vilfredo Pareto (2014 [1906]) observó que la distri- Véase Saez (2001) y Jones
(2014).
bución de la riqueza sigue una ley de potencia –conocida por ello a partir de
entonces como distribución paretiana– según la cual el 20 % de la población
posee el 80 % de la riqueza: una regularidad empírica que, según el criterio
de Pareto, se cumplía con independencia de la sociedad (país) y tiempo que
estemos considerando. La literatura sobre la evolución de los ingresos en la
parte superior de la distribución –lo que los anglosajones suelen denominar
top income inequality– ha mostrado que la distribución paretiana predice sor-
prendentemente bien lo ocurrido con las rentas (flujo) en las últimas cuatro
décadas7. ¿Qué tal funciona esta explicación para lo ocurrido con la riqueza
(stock)?
Gráfico 6. Ratio de la riqueza privada en relación con los ingresos en la OCDE (1970-2013)
(8)
El gráfico 6 muestra la evolución de la riqueza privada neta por adulto para Empleando datos a muy largo
plazo para una serie de países, Pi-
una selección de países de la OCDE en las últimas cuatro décadas y media
ketty y Zucman (2014) desagregan
aproximadamente –expresada como porcentaje del PIB. Pues bien, al contrario la variable de riqueza no financiera
y encuentran que su composición
de lo que venía sosteniendo el análisis económico tradicional –porque es lo ha variado también significativa-
que prevén los modelos inspirados de forma más o menos directa por Pareto–, mente a lo largo del tiempo entre
sus distintos elementos.
la relación entre la riqueza privada agregada de un país y su PIB no es constante
a lo largo del tiempo8. Para el conjunto de países seleccionados, la riqueza
privada ha pasado de importar entre dos y tres veces el PIB a comienzos de la
década de 1970 a suponer entre cuatro y siete veces el PIB en los últimos años.
(9)
Básicamente se debe a dos circunstancias. Primero está el proceso de financia- En la misma línea, Philippon y
9 Reshef (2013).
rización de las economías de la OCDE . El gráfico 7 muestra la evolución de la
riqueza privada desde comienzos de la década de los setenta y distingue entre
activos financieros y no financieros.
© FUOC • PID_00252426 30 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Ejercicios de autoevaluación
1. Según la explicación más empleada en economía, ¿qué explica que cada vez más gente
viva en grandes ciudades?
3. El índice de Gini...
a) concede el mismo peso a cada euro adicional ganado por un agente, con independencia
del lugar que ocupe en la distribución de ingresos.
b) concede un diferente peso a cada euro adicional ganado por un agente, pero Corrado Gini
no explicitó ese cálculo.
c) concede el triple de peso al euro adicional ganado por el 25 % más pobre de la distribución
comparado con el 25 % más rico.
d) concede cuatro veces más peso al euro adicional ganado por el 33 % más pobre de la
distribución comparado con el 33 % más rico.
a) dos generaciones, porque una elasticidad de 0,5 en una generación implica una de 0,125
al cabo de dos generaciones.
b) tres generaciones, porque una elasticidad de 0,5 en una generación implica una de 0,125
al cabo de tres generaciones.
c) cuatro generaciones, porque una elasticidad de 0,75 en una generación implica una de
0,125 al cabo de cuatro generaciones.
d) tres generaciones, porque una elasticidad de 0,75 en una generación implica una de 0,125
al cabo de tres generaciones.
8. Gómez y Trujillo (2016) sugieren que la participación electoral en los barrios marginales
de las grandes ciudades ha continuado siendo (muy) baja, incluso después de la llegada de
partidos nuevos inspirados más o menos directamente por movimientos sociales. ¿Cuál de
las afirmaciones siguientes es la verdadera?
a) Esto puede deberse a que los partidos tradicionales tenían una escasa implantación en
estos barrios y nunca hicieron nada por ellos, ni en políticas de vivienda, ni de salud, ni de
garantía de ingresos.
b) Gómez y Trujillo no afirman que la participación electoral ha continuado siendo (muy)
baja, porque los datos muestran un claro cambio en el comportamiento electoral en esos
barrios.
c) Las respuestas a y b son correctas.
d) Aunque es cierto que en los barrios muy marginales los poderes públicos han implantado
políticas y programas centrados en erradicar o al menos mitigar las situaciones de pobreza
severa y acceso a bienes básicos como salud y vivienda, no han implantado ninguna política
similar dirigida a mitigar las desigualdades en la participación electoral.
9. Las políticas predistributivas más discutidas en la literatura hasta ahora han tendido a
centrarse en los ámbitos siguientes.
10. Todas las prestaciones del estado de bienestar buscan redistribuir ingresos desde la parte
más alta a la más baja de la distribución de ingresos.
a) Verdadero
b) Falso
11. ¿Cuáles han sido los empleos más afectados por el proceso de polarización de los mer-
cados de trabajo?
13. En España el aumento de la desigualdad observado desde 2007 se explica sobre todo por
los factores siguientes.
c) Tres factores: el aumento del paro, el rescate de los bancos y los recortes en prestaciones
asistenciales de paro.
d) Dos factores: el aumento en la dispersión de las rentas antes de impuestos y transferencias
y la pérdida de potencia redistributiva del estado de bienestar.
14. La noción de la justicia social que subyace a los estados de bienestar que se construyen
en las tres o cuatro décadas posteriores al final de la Segunda Guerra Mundial se resume en
el adagio...
15. En los momentos inmediatamente anteriores al estallido de la crisis (2007), España tenía
una desigualdad en las rentas antes de impuestos y transferencias superior a la de la media
de la OCDE.
a) Verdadero
b) Falso
a) Verdadero
b) Falso
18. El principio contributivo que informa algunas transferencias de los estados de bienestar
–desempleo y pensión de jubilación, sobre todo– implica que...
d) cómo han evolucionado los flujos comerciales entre los países en vías de desarrollo y las
democracias industriales de la OCDE.
20. Cuando se trata de explicar los cambios ocurridos en la dispersión salarial desde la década
de 1970, el modelo canónico de la economía laboral (los modelos SBTC) sugiere que...
a) los cambios reflejan la desigual forma en la que las productividades de los distintos tipos de
trabajadores han evolucionado durante ese periodo de tiempo: mucho las de los trabajadores
más cualificados, poco las de los trabajadores manuales o no cualificados.
b) los cambios reflejan la distinta evolución que ha tenido el poder de negociación de los
empresarios frente al de los trabajadores cualificados.
c) los cambios reflejan la evolución de los sistemas tributarios en las últimas cuatro décadas
en la mayoría de países, sobre todo la reducción de los tipos marginales superiores.
d) Ninguna de las anteriores.
© FUOC • PID_00252426 37 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Solucionario
Ejercicios de autoevaluación
1.�c
2.�a
3.�c
4.�d
5.�b
6.�b
7.�a
8.�d
9.�c
10.�b
11.�c
12.�d
13.�d
14.�b
15.�b
16.�a
17.�a
18.�b
19.�c
20.�a
© FUOC • PID_00252426 38 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Bibliografía
Acemoglu, Daron; Autor, David (2012). «What Does Human Capital Do? A Review of
Goldin and Katz’s The Race between Education and Technology». Journal of Economic Litera-
ture (vol. 50, n.º 2, págs. 426-463).
Ames, Alisa; Evans, Mark; Fox, Laura; Milam, Adam; Petteway, Ryan; Rutledge,
Regina (2011). Neighborhood Health Profile: Downtown/Seton Hill [artículo en línea]. Baltimore
City Health Department. [Fecha de consulta: 31/10/2017]. <http://health.baltimorecity.gov/
sites/default/files/14%20Downtown.pdf>
ASPB (2015). La salut a Barcelona 2015 [informe en línea]. Agència de Salut Pública de Barce-
lona. [Fecha de consulta: 31/10/2017]. <http://www.aspb.cat/wp-content/uploads/2016/11/
Informe-Salut-2015.pdf>
Atkinson, Anthony B. (2015). Inequality. What can Be Done? Cambridge (MA) y Londres:
Harvard University Press.
Atkinson, Anthony B.; Piketty, Thomas; Saez, Emmanuel (2011). «Top Incomes in
the Long Run of History». Journal of Economic Literature (vol. 49, n.º 1, págs. 3-71).
Barragué, Borja; Martínez Sánchez, César (2016). «El impuesto sobre sucesiones como
medio para conseguir una mayor igualdad de oportunidades». Estudios de Progreso de la Fun-
dación Alternativas (n.º 88/2016).
Becker, Gary; Tomes, Nigel (1986). «Human capital and the rise and fall of families».
Journal of Labor Economics (vol. 4, n.º 3, págs. 1-39).
Calvet, Miquel (2012). Europa evaluará el impacto de las medidas económicas sobre la salud
de los ciudadanos [nota de prensa en línea]. Sophie Project. [Fecha de consulta: 31/10/2017].
<http://www.sophie-project.eu/pdf/sophie_pressrelease1_sept2012_cas.pdf>
Cañada Martínez, Agustín (1999). «La distribución de la renta: una nota metodológica
sobre las nuevas posibilidades de estudio en el SEC95(1)». Estadística española (vol. 41, n.º
144, págs. 203-240).
Cortés, Guido M. (2016). «Where Have the Middle-Wage Workers Gone? A Study of Pola-
rization Using Panel Data». Journal of Labor Economics (vol. 34, n.º 1, págs. 63-105).
CSDH (2008). Closing the gap in a generation: Health equity through action on the social deter-
minants of health. Final Report of the Commission on Social Determinants of Health. Ginebra:
Organización Mundial de la Salud.
Glaeser, Edward (20010). «Introduction». En: Edward Glaeser (ed.). Agglomeration Econo-
mics. Chicago: The University of Chicago Press (págs. 1-14).
Gómez, Braulio; Trujillo, Manuel (2016). Urnas vacías en los suburbios de las ciudades
[artículo en línea]. Observatorio social de la Caixa. [Fecha de consulta: 31/10/2017]. <https://
observatoriosociallacaixa.org/-/urnas-vacias-suburbios-ciudades>
© FUOC • PID_00252426 39 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Gómez, Braulio; Trujillo, Manuel (2011). «Los excluidos también pueden votar: abs-
tención y exclusión social en España». Fundación Alternativas - Documento de trabajo (n.º
169/2011).
Gordon, Robert J. (2016). The Rise and Fall of American Growth: The U.S. Standard of Living
since the Civil War. Princeton: Princeton University Press.
Gordon Robert J. (2012). «Is U.S. Economic Growth Over? Faltering Innovation Confronts
the Six Headwinds». National Bureau of Economic Research Working Paper (n.º 18315).
Harris, Edward; Sammartino, Frank (2011). Trends in the Distribution of Household In-
come between 1979 and 2007. Washington D. C.: Congressional Budget Office.
Heckman, James (2012). Promoting Social Mobility [artículo en línea]. Boston Review.
[Fecha de consulta: 31/10/2017]. <https://bostonreview.net/forum/promoting-social-mobi-
lity-james-heckman>
Kuznets, Simon (1955). «Economic Growth and Economic Inequality». American Economic
Review (vol. 45, n.º 1, págs. 1-28).
Jones, Charles I. (2014). «Pareto and Piketty: The Macroeconomics of Top Income and
Wealth Inequality». NBER Working Paper (n.º 20742).
Joumard, Isabelle; Koske, Isabell (2012). «Reconciling inequality and growth objecti-
ves: can it be done?». En: Presentación del Departamento de Economía de la OECD (18 de ju-
nio de 2012) OECD. [Fecha de consulta: 31/10/2017]. <http://www.oecd.org/eco/reconci-
ling%20inequality.pdf>
Lakner, Christoph; Milanovic, Branko (2016). «Global Income Distribution: From the
Fall of the Berlin Wall to the Great Recession». Policy Research Working Paper (n.º 6719). Banco
Mundial.
Levy, Frank; Temin, Peter (2007). «Inequality and Institutions in 20th Century America».
National Bureau of Economic Research Working Paper (n.º 13106).
Marmot, Michael G.; Allen, Jessica; Goldblatt, Peter; Boyce, Tammy; McNeish,
Di; Grady, Mike; Geddes, Ilaria (2010). Fair society, healthy lives: Strategic review
of health inequalities in England post-2010 [informe en línea]. The Marmot Review. [Fe-
cha de consulta: 31/10/2017]. <http://www.parliament.uk/documents/fair-society-healthy-
lives-full-report.pdf>
Milanovic, Branko (2016). Global Inequality. A New Approach for the Age of Globalization.
Cambridge (MA): Harvard University Press.
OCDE (2016). Income inequality remains high in the face of weak recovery [artículo en lí-
nea]. OECD. [Fecha de consulta: 31/10/2017]. <https://www.oecd.org/social/OECD2016-In-
come-Inequality-Update.pdf>
OCDE (2012). «Inequality in labour income: What are its drivers and how can it be redu-
ced?». OECD Economics Department Policy Notes (n.º 8).
Pareto, Vilfredo (2014 [1906]). Manual of Political Economy. A Critical and Variorum Edition.
Oxford: Oxford University Press.
Pérez, Claudi (2017, 22 de febrero). «Brussels warns Spain about rising inequality and social
exclusion». El País.
Philippon, Thomas; Reshef, Ariell (2013). «An International Look at the Growth of
Modern Finance». Journal of Economic Perspectives (vol. 27, n.º 2, págs. 73-96).
Piketty, Thomas (2014). El capital en el siglo XXI. Madrid: Fondo de Cultura Económica.
© FUOC • PID_00252426 40 Tipología y dimensiones de la desigualdad
Piketty, Thomas; Saez, Emmanuel (2003). «Income Inequality in the United States,
1913-1998». The Quarterly Journal of Economics (vol. 118, n.º 1, págs. 1-41).
Roemer, John (1998). Equality of Opportunity. Cambridge (MA): Harvard University Press.
Roemer, John; Trannoy, Alain (2013). «Equality of Opportunity». Cowles Foundation Dis-
cussion Paper (n.º 1.921).
Saez, Emmanuel (2001). «Using Elasticities to Derive Optimal Income Tax Rates». Review
of Economic Studies (vol. 68, n.º 1, págs. 205-229).
Saez, Emmanuel; Zucman, Gabriel (2016). «Wealth Inequality in the United States since
1913: Evidence from Capitalized Income Tax Data». Quarterly Journal of Economics (vol. 131,
n.º 2, págs. 519-578).
Singer, Peter (2009). The Life You Can Save: Acting Now to End World Poverty. Nueva York:
Random House.
Singer, Peter (1972). «Famine, Affluence, and Morality». Philosophy and Public Affairs, (vol.
1, n.º 3, págs. 229-243).