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Apuntes del Capital V. 1.

Alejandro Beltrán Calvachi.


Factores de la mercancía: valor de uso y valor (sustancia del valor, magnitud del
valor).
La riqueza de las sociedades en el modo de producción capitalista es un enorme cúmulo de
mercancías” por lo que la investigación se centrará, pues, en el análisis de la mercancía.
Mercancía: Objeto exterior que satisface necesidades humanas de cualquier tipo (sean
materiales o de fantasía). Cómo lo hace es irrelevante de momento. Por ahora tengamos en
cuenta que toda cosa útil se debe considerar desde un doble punto de vista: 1) Cualidades
sensibles (valor de uso); 2) Cantidad. Ambas son un conjunto, por lo que pueden ser útiles
en varios aspectos. Una aclaración algo temprana es que no todo valor puede ser mercancía,
ésta se caracteriza por tener un interés social. Bien puede una cosa satisfacer mi necesidad,
pero si no satisface la de otros, no es mercancía.
Valor de uso: La utilidad de una cosa. Esa utilidad está condicionada por propiedades del
cuerpo de la mercancía. O sea, lo que Marx quiere decir acá es que a pesar de que X
depende de sus cualidades físicas, que satisfagan una necesidad depende, en efecto, de las
necesidades que las personas tengan en algún momento. Por eso “el valor de uso se
efectiviza únicamente en el uso o en el consumo”. Estos valores de uso, a su vez, son
portadores materiales del valor de cambio.
Valor de cambio (capacidad de ser intercambiado): Tienen una relación cuantitativa
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donde se intercambian valores de uso de una clase por otra. Pareciera que el valor de
cambio es relativo y contingente, intrínseco a la mercancía. Miremos esto más de cerca:
Una mercancía individual se intercambia por otras cosas diversas sin que su valor de
cambio se modifique. O sea, siempre hay una ecuación que determina cuánta cantidad de X
equivale a Z. Ahora, ¿qué denota esta ecuación? Que tanto X como Y tienen algo en
común: son iguales a una tercera cosa.
Esa tercera cosa no puede tener un cuerpo. Es precisamente la “abstracción de sus valores
de uso lo que caracteriza la relación de intercambio entre mercancías”. En cuanto valor de
uso, las mercancías sólo son diferentes en cualidad; como valores de cambio sólo difieren
en cantidad y no contienen valor de uso. Traducido en español, la relación cuantitativa es
sólo la manifestación de otra propiedad que no es física. Lo que hacemos es abstraer su
valor de uso que es, en pocas palabras, ser producto de un trabajo. Abstraemos de la
mercancía sus cualidades físicas y sus particularidades. Por ejemplo, quitamos el martillar,
que se corte, que se doble, que se pegue etc. Al hacer esto nos queda en trabajo en
abstracto. A eso le llamamos valor que es lo que permite que se comparen como valores de
cambio.

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Cuantitativo: Una porción o un número de cosas.
Lo que representamos cuantitativamente en el valor de cambio mediante otras mercancías
es la magnitud de valor que en ella está contenida. Dicho de una forma un poco más clara,
lo que se cuantifica es la cantidad de trabajo abstracto, la cual se mide por su duración. ¿Si
a X le toma 5 días hacer una silla y a Z 15 días, el valor de la mercancía de Z se triplica? O
que tal otro problema: ¿y si un hombre es perezoso/torpe tarda mucho tiempo en su trabajo?
¿eso haría más valiosa su mercancía? No, el valor es generado por la cantidad de trabajo
socialmente necesario, o sea, el trabajo no es el de un particular sino el trabajo de la
humanidad. Para establecer una magnitud usamos la medida de la cantidad de trabajo
socialmente necesario. No es el tiempo de un particular lo que determina el valor de una
silla sino el tiempo que le costaría, a la humanidad, en hacer una silla. Por ejemplo, a una
sociedad con pocas herramientas le costará mucho tiempo hacer una silla, mientras que, a
una avanzada, no y la silla costará menos.
Antes ya habíamos dicho que entre dos mercancías debe haber una tercera cosa abstracta
que, además de quitar las cualidades físicas de dicha mercancía, es lo que permitía el
intercambio pues, por decirlo de alguna manera, esa sustancia representaba algo en común
que ambas cosas tienen, el trabajo ¿pero a qué tipo de trabajo se refiere Marx más
específicamente?
Entonces, tanto X como Y son cosas de igual sustancia, son expresiones objetivas del
mismo tipo de trabajo. Si bien puede tener un origen diferente o ser producidos por
trabajadores de diferente índole (en este caso un sastre y un tejedor) ambas actividades
implican un gasto productivo del cerebro, músculo, nervios, manos etc. Dicho de otra
manera: todo el trabajo tiene la cualidad de ser un gasto del cuerpo humano. Por eso
mismo, todos los trabajos son un trabajo humano. A esto se le llama trabajo simple que no
es lo mismo que trabajo medio simple (capacidad de producir sin necesidad de algún
desarrollo especial). La diferencia radica en que los trabajos más especializados son una
mayor cantidad de trabajo simple, mientras que el trabajo medio simple es la fuerza de
cada individuo para producir sin la necesidad o ayuda de algún otro medio externo a sí
mismo.
De lo anterior nos puede surgir una duda ¿si ambas cosas son trabajo simple por qué uno
vale el doble de la otra? Lo que determina la magnitud de valor en una mercancía es una
fuerza productiva del trabajo (eficacia de una actividad productiva orientada a un fin). Esto
bien puede estar determinado por muchas cosas como la destreza del obrero, las
herramientas, el clima entre otras cosas. Por ejemplo, es diferente extraer oro de una mina
de fácil acceso a tener que cavar 70 kilómetros bajo tierra con palas. Siguiendo el ejemplo,
el valor del oro por kg cambiará según el tiempo necesario para extraerlo. Hay que hacer
una aclaración, bien puede que podamos pasar de producir 5 a 10 chaquetas gracias a un
cambio en la fuerza productiva de trabajo (digamos que obtuvimos mejores materiales) esto
no afectará en manera alguna el valor producido en la cantidad de tiempo.
Las mercancías son productos de trabajos privados, independientes que se enfrentan entre
sí. Para que esto se dé, el trabajo en las mercancías tiene que ser cualitativamente diferente,
satisfaciendo necesidades diferentes. Esto implica que para que haya mercancía se requiere
una división social del trabajo. Esto porque las mercancías son duales, o sea, son objetos de
uso y portadoras de valor.
Trabajo enajenado.

Simone Weil, Crítica al Marxismo.


Muchos que han sentido la necesidad de apuntar a sentimientos revolucionarios ha acudido
a Marx, pues éste ha mostrado la inevitable necesidad de una transformación en la que la
opresión impuesta por el régimen capitalista sea abolida. El problema es que, si bien lo ha
mostrado, le ha faltado fuerza en la demostración. El socialismo científico ha llegado al
punto de ser tomada como un dogma, donde no se cuestiona su método para afirmar lo
anteriormente dicho. Si revisamos este método, las dificultades serán visibles.
Marx da muy buena cuenta de cómo el capitalismo termina por oprimir a las personas, pero
lo hace desde un punto limitado: la plusvalía. Es mucho más sencillo explicar a las masas
que el día que esto devenga todo irá bien, pero hay unos problemas a tener en
consideración:
1) El mismo Marx se dio cuenta de que las empresas terminan por explotar más a sus
trabajadores no porque los capitalistas quieran consumir y gozar de la vida, sino que
éstos buscan competir con otras empresas y sacarles ventaja. Con tal de hacer eso
disminuyen el tiempo de sus trabajadores, coaccionándolos para que trabajen más.
2) La revolución no puede suceder en todos lados. Marx pensaba que una vez se
estableciese el socialismo la lucha por el poder terminaría. Pero la revolución no se
puede dar en todos lados; cada país que lograra esto tendría que agudizar la
explotación de sus trabajadores en vista de que serían una nación débil ante otras
potencias capitalistas.
3) Si examinamos otro poco, la cosa se vuelve un poco más cruda. La fuerza que posee
la burguesía para explotar obreros reside en los fundamentos mismos de nuestra
sociedad; esto no se puede solucionar con una transformación política. Esta fuerza
es la gran industria. Marx en El Capital muestra que los trabajadores terminan
siendo unos engranajes vivos, resultado del maquinismo. Esto significa que la
opresión reside en la estructura de la fábrica y no en el régimen de propiedad. La
degradante división entre trabajo manual e intelectual es la base de nuestra cultura.
Una cultura de especialistas.
4) Los especialistas. Resulta que los intelectuales del socialismo científico tienen los
mismos privilegios que los burgueses ante los demás que no tienen el acceso a los
métodos sino a los resultados. Toda nuestra civilización está fundada sobre la
especialización que, en últimas, termina por implicar la sumisión de los que
ejecutan a los que coordinan. B

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