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Estrategia Militar
Estrategia Militar
En las guerras convencionales tiene por objeto dirigir las tropas en el teatro de operaciones hasta llevarlas al
campo de batalla. Es una de las tres facetas del arte de la guerra, las otras dos serían la táctica militar, que
consiste en la correcta ejecución de los planes militares y las maniobras de las fuerzas de combate en la
batalla. El tercer componente sería la logística militar, destinada a mantener el ejército y asegurar su
disponibilidad y capacidad combativa.
La estrategia es la esencia misma del arte de la guerra, es una pauta que guía a la brutalidad por los arduos
caminos que conducen a los éxitos concluyentes, la luz que alumbra las obscuridades del teatro de
operaciones, velada siempre por la duda perenne de lo que pretende, de lo que intenta, de lo que hace el
enemigo, y de los medios que posee para verificarlos, y la estrategia resulta tanto más complicada cuando
más complicados son los medios de guerra, y es preciso lograr como principal propósito la ruina de la
fuerza enemiga, y el modo de alcanzar dicho empeño entra en los dominios de la táctica, y pertenece al
estado mayor la ciencia de la táctica sublime.
Hay otra parte del arte militar que se halla de manera intrínseca engarzada con la estrategia, y nos referimos
a la política de la guerra, que delimita los casos en que ésta es forzosa o ineludible, la zona del teatro de
operaciones que debe optarse para llevarla a cabo, y examinar o tantear la indagación de alianzas y
neutralidades, y tratar de arrebatárselas al enemigo, y continua desplegando un papel significativo durante
la contienda pues procura conservar las alianzas o romper las que haya contraído el enemigo, interviniendo
en los armisticios, fijando las condiciones en que ambos beligerantes deben subordinarse, y prepara y
discute los tratados de paz a fin de sacar el mayor provecho de la victoria o atenuar las consecuencias de la
derrota.
La noción del citado propósito, el arte de guiar las tropas hasta conducirlas en situaciones provechosas
hasta el campo de batalla es el objeto de la estrategia militar, y el de usarlas meritoriamente contra el
adversario, ya en ofensiva ya en defensiva, es el objeto de la táctica militar, aun habiendo tratadistas
militares que admiten definir los límites de los campos de la acción de la estrategia y de la táctica,
confundiendo ambos conceptos, siendo la táctica quien ejecuta los planes que proyecta la estrategia, y si la
lucha es absolutamente trascendental en la guerra, a todas las sublimidades de la estrategia se superpondrá
perpetuamente la dispar realidad de la táctica que muda con las armas y con los varios elementos de la
guerra, siendo lo más complejo la táctica aplicada, por ser tan variables las circunstancias de la lucha, no
debiendo pretender la táctica de manera dogmática caer en el escollo de prever todos los casos, y aunque
debe discutir, analizar, presentar todo el conjunto de los medios de guerra, debe detenerse ante el precepto
escueto.
Antigüedad
En la Antigüedad los pueblos fueron guerreros e incluso los de costumbres pacíficas se veían obligados a
empuñar las armas para defenderse de otros más belicosos que, guiados por las ansias de botín o de
dominación. los invadían y subyugaban: el agresor, que naturalmente era el más fuerte, procuraba
sorprender con marchas y movimientos rápidos al que lo era menos, o que era más confiado, siendo que
estos últimos se hallaban desapercibidos para el combate.
El arte militar pasó de Asia a Europa pasando por Grecia, siguió en este país sus progresos naturales,
transfiriéndose a Italia, perfeccionándose en Roma junto con las artes y las ciencias, para decaer después
con ellas bajo el dominio de los pueblos bárbaros del norte y volver a renacer en los siglos posteriores a la
restauración de las artes.
En los gobiernos republicanos de Europa, Atenas, Esparta y Roma es donde el arte militar se desarrolló, y
aunque estuviesen lejos de ser repúblicas perfectas, adquirieron a pesar de todo una superioridad, debiendo
al arte y al ingenio el mérito de resistir a fuerzas enormes con menos tropas o la de sujetar muchos reinos
por lentos progresos de una guerra continuada.
En la remota antigüedad fue ya la infantería el cuerpo principal, el nervio y la esencia de los ejércitos, y por
medio de ella vencieron las naciones conquistadoras: la falange macedónica arruinó al imperio persa, la
legión romana destruyó la falange griega y conquistó una gran parte del mundo, y posteriormente, sin
embargo, con la decadencia de la milicia romana se desplomó el Imperio.
La primera guerra de los tiempos heroicos en que aparecen operaciones militares un tanto regulares y
dotadas de cierto orden es la Expedición contra Tebas, un pensamiento establecido al cual se debían
uniformar las operaciones, una constancia superior al ímpetu y un valor que sabe esperar y sufrir los reveses
de la fortuna.
Así se manifestarán también en Troya, donde no se puede ver más que la infancia del arte —la ciudad
amurallada, Troya, y el campo atrincherado ofensivo de los griegos—, descubriéndose aun así ciertos
elementos de orden.
La fuerza y la división de la falange, organización y orden táctico de los griegos, fue en cada estado de
Grecia acomodada al número de tropas y la índole de la organización política. Lo que era común a todas las
falanges griegas era la aplicación de la geometría al arte de combatir y la embestida y pelea en masas
indivisibles, la táctica, apareciendo las evoluciones calculadas y simultáneas, y el arte de la guerra se
modificó y empezó la estrategia y táctica particular.
La segunda y más grandiosa experiencia que los griegos tuvieron que hacer de sus fuerzas y que
contribuyó más al sentimiento de nación común fue las Guerras Médicas, que les permitió conocer las
técnicas de combate de los Asiáticos.
Ciro de Persia reputaba el buen orden de un ejército como el de una familia y ordenaba bien las tribus de
guerra. A sus órdenes de formación cuando marchaba hacia el enemigo debió gran parte la fortuna que le
acompañó en sus expediciones, y se considera un valioso monumento del arte militar más remoto la batalla
que tuvo contra el poderoso Creso, Timbria, la Frigia, que decidió el Imperio de Asia.
En las Guerras del Peloponeso participó Tucídides, que escribió la historia de las citadas guerras asociando
las reglas y las aplicaciones de la táctica y de la política.
Jenofonte dirigió y describió la retirada de los Diez Mil, y se le deben algunos tratados especiales de táctica
y muchas noticias que esparció en su novela histórica Ciropedia.
Estas guerras mejoraron el arte militar de los Griegos, pero su perfección es necesario buscarla en los
tiempos de Filipo y Alejandro Magno, principalmente en el ejército macedónico.
El arte militar hizo ya grandes progresos en esta época ya que de chocar y pelear en todo lo largo de la línea
de batalla y el valor individual, se llega hasta a elegir el terreno más conveniente a la clase de combate y
especie de tropas y se toman disposiciones, y la victoria se hace ya dependiente más de las oportunas y
sabias disposiciones estratégicas que del valor individual y colectivo.
Los países por donde Alejandro Magno condujo su ejército no fueron un mero tránsito de sus tropas
derrotando a los enemigos que se le presentaban, sino que en sus expediciones tomó y construyó fortalezas,
dejó guarniciones y nombró sátrapas que gobernaban cada región, quedando afirmada su dominación, y sus
conquistas y sus relaciones mercantiles que algunos de sus sucesores, especialmente los Ptolomeos de
Egipto, sostuvieron con la India, dieron a conocer el Ganges, la remota ciudad de Tina y la isla de
Thapobana (Ceilán)
Muerto Alejandro Magno, su vasto Imperio se dividió y subdividió entre muchos de sus generales y la
Macedonia quedó como estado independiente hasta que en tiempo del rey Perseo la famosa falange griega
fue rota por las legiones romanas de Paulo Emilio, a quien por este hecho le dieron el sobrenombre de El
Macedonio.
Entre los griegos fue la falange la que constituyó la ordenanza de la infantería y esta gran unidad táctica
formaba una masa compacta, profunda y cerrada en la que el "syntagma" era el elemento más manejable y
consistente, batallón formado de 16 hombres de fondo por 16 de frente, y esta unidad llena y cerrada podía
tanto doblarse como reducirse a cuatro hombres de fondo, maniobra que se empleaba para extender la línea.
Cuando el antes citado Alejandro había llegado al apogeo de su gloria ya existía la formidable República
romana, que se había hecho poderosa desde la batalla de Zama dada por dos grandes estrategas, Aníbal y
Escipión el Africano, quien recibió este sobrenombre por su victoria.
En la batalla de Cannas, descrita por Polibio, se evidencian los grandes talentos de Aníbal, y la
representación de la batalla es explicada por Quintus Icillius en su obra Memorias militares sobre los
griegos y los romanos, y aunque los cartagineses hubiesen adoptado el orden profundo de los griegos, sus
batallas no se parecen en nada a las de Epaminondas y de Alejandro Magno, debiendo Aníbal casi todas
sus victorias al empleo de dos maniobras: una servirse de su superior caballería para rodear o cortar las alas
de su enemigo, y la otra consistente en aprovecharse de los accidentes para ocultar una parte de sus fuerzas,
que durante la acción venían a caer sobre la retaguardia del enemigo que él batía de frente.
En la citada batalla de Zama, el general romano Escipión el Africano, en lugar de ordenar sus legiones
como de costumbre colocó las compañías de preferencia en cuadro a retaguardia de los asteros y desplegó
las filas de los triarios para darles un frente igual y separadas las líneas a tres o cuatro pasos de distancia las
unas de las otras, y el orden de batalla se halló formado por una serie de columnas por manípulos
equidistantes; variación realizada por la necesidad de dejar pasos rectos y capaces a los elefantes de los
cartagineses que habían de ser lanzados contra la línea. El orden citado que adoptó en columna Escipión,
no solamente era oportuno para hacer frente a los elefantes sino también la mejor disposición para atacar
después de haber desalojado a aquellos animales, una manera nueva de presentarse a sus enemigos, lo que
no podía dejar de sorprenderles.
La legión romana era un cuerpo espaciado, móvil y maniobrable, ofreciendo sus intervalos la ventaja de la
continuación de los esfuerzos por los pasos de línea y formaba en tres líneas de asteros, príncipes y triarios,
a treinta toesas de distancia entre sí, y por medio de los intervalos se proporcionaban el continuo ataque y el
recíproco socorro.
La legión se dividía o descomponía bajo el aspecto táctico y orgánico en pequeñas tropas o trozos con los
nombres de centurias, manípulos, etc. y el mérito principal de la maniobra legionaria era su capacidad de
restablecer tres veces el combate, viniendo los hastarios a restablecerse a los intervalos de los príncipes y en
estos, a su vez, en los de los triarios, ó a la inversa, avanzando y encajonándose unos en otros entre los
manípulos formando línea llena, orden flexible, extenso y escalonado, que ofrecía de suyo tres tentativas de
fortuna.
El arte de los sitios, mejorado primero por los rodios y por los cartagineses, fue llevado a su esplendor por
Dionisio, Filipo y Alejandro y más tarde por Demetrio Poliocertes y los Ptolomeos; y Poliorcetes introdujo
grandes novedades en el arte militar aplicando la ciencia de su tiempo a las máquinas de guerra y estableció
almacenes y arsenales.
Anteriormente a las guerras púnicas, el examen de las tres batallas que sostuvo Roma en las Guerras
Pírricas prueba la razón que tuvo Polibio al decir que cuando la irrupción de Pirro de Epiro, los romanos
por sus guerras contra los galos y samnitas habían llegado a perfeccionar mucho el arte militar, y los
vencedores aprendieron de los campos de Pirro a alienar sus tiendas y a separarlas por pequeñas calles y a
observar un orden militar que solo los griegos conocían hasta entonces4 y se ve por este tiempo órdenes de
batallas bien razonadas, diversiones bien combinadas y el uso de reservas.
La Iliria, país dilatado de las costas del Mar Adriático, tenía diversos soberanos, pero la más poderosa era la
reina Teuta, viuda de Argón, que como regente gobernadora se hizo dueña del Peloponeso, también de la
Fenicia y dio orden a sus piratas que apresasen todas las embarcaciones romanas. La república romana
resolvió un plan estratégico consistente en que sus cónsules Lucio Postumio Albino y Cneo Fulvio
Centumalo se embarcasen para la Iliria y atacasen en combinación, por mar con su flota Fulvio, compuesta
de 200 galeras y por tierra el ejército de Postumio. Tras ser derrotada, la reina Teuta se retiró a Rhizon, villa
fuerte situada en un pequeño golfo del mar Adriático.
A pesar de que la guerra romana es característica de invasión, iniciativa, actividad, sorpresa y tino, hay
ejemplos de cálculo retardado y victoriosa lentitud como Fabio con su estrategia hábil y prudente, defensa
ardidosa y sistemática de esquivar batallas y abrumar con maniobras y estratagemas al ejército de Aníbal
para ganar tiempo.5
El ordenamiento de los romanos era ajustado a sus miras particulares y a su constitución política, y en
ocasiones adoptaban las armas y los usos de las mismas naciones que vencían si mejoraban su organización
político-militar, llegando a adquirir una preponderancia por mucho tiempo sobre los demás pueblos en toda
clase de ciencias y artes y por consiguiente en el de la guerra.6
El arte militar romano tiene una vocación de universalidad y permanencia que falta al griego, más
circunscrito, siempre especial, local, y favorecía la audacia y la ambicionada rapidez de las empresas de los
romanos lo pequeño de su ejército consular, su severa disciplina y su fácil manejo.
Los romanos hicieron al patriotismo base de su severa disciplina y la sostuvieron con el castigo y el rigor
por un lado, y con el honor y la recompensa lucrativa por otro. Unidas en su mente las dos ideas de patria y
Dios, el juramento militar romano no era vana fórmula de disciplina, sino la consagración absoluta a los
dioses que velaban por la patria, y con tal elevación de pensamientos inútiles eran los códigos y
reglamentos ya que la distancia jerárquica se establecía por sí misma, la insubordinación podía mirarse
como muy poco probable, el cumplimiento del deber se convertía en costumbre y el jefe, desembarazado y
temido, podía con toda holgura imprimir a su capricho el movimiento a la maquinaria legionaria, seguro del
juego perfecto de todos sus engranajes.
Salustio describe militarmente la guerra de Yugurta y expone con claridad el orden oblicuo empleado en la
batalla dada a orillas del Mutul entre aquel númida y Metelo.
La guerra de Yugurta es la última época en que se hallan las legiones formadas por clases, ya que luego se
las ve formadas por cohortes, y no se formaron al principio más que en dos líneas como se ve en el orden
de batalla de Catilina contra Petreyo, y posteriormente César, Pompeyo el Grande y todos los buenos
generales volvieron pronto al uso de formarse sobre tres líneas.
Con las reformas de Mario se reunieron en uno los tres manípulos de hastarios, príncipes y triarios, se
extinguió la distinción de todas las clases y se formó la verdadera cohorte que vino a ser por fin la
subdivisión única, la verdadera unidad táctica y orgánica de la legión, batallón de 500 a 600 individuos
divididos en seis centurias, con fuerza bastante para no necesitar reunirse a otros elementos semejantes a
ella.
En Hispania sobresalen como líderes militares el proscrito Sertorio que fatigaba con prontas e improvisadas
marchas a los soldados romanos, cortándoles los suministros, acampando con habilidad y ventaja, no
aventurándose con presentar batalla alguna sin estar muy seguro de ganarla, o el célebre jefe de los
lusitanos Viriato, organizando un ejército, el cual, con sus correrías, acciones parciales y retiradas hábiles
desconcertaba a los romanos, para finalmente refugiarse en las montañas y con la guerra de partidas supo
hacerse tan temible que Quinto Servilio Cepión acudió al artificio y a la traición para terminar con su vida.
Los romanos se instruyeron de estrategia en las guerras púnicas y gran maestría estratégica manifiesta
Mario contra los Cimbros y Teutones, Sila en el Asia y sobre todo Cayo Julio César en las Galias, donde
acampado siempre entre enemigos, se ejercitó para triunfar en la guerra civil romana y someter a la
aristocracia, y sus Comentarios son la más importante de las obras militares antiguas, requiriéndose no
obstante para su entendimiento conocer las instituciones militares y políticas de los romanos.
Según un oficial y tratadista militar de Prusia del siglo XIX, Ciriacy, la constante iniciativa de César, su
imprevista aparición, su vista de águila para utilizar en la defensiva las faltas del enemigo, contribuían para
hacer brotar del desastre la victoria.
Con el auxilio de las naves originarias de Liburnia, Dalmacia, liburnas, venció Octavio a Marco Antonio en
la batalla de Actium y desde entonces se les dio preferencia en las Armadas de Roma, construidas con las
maderas del ciprés y del pino larice y el abeto y con clavazón de cobre con preferencia a la de hierro, y las
mayores llevaban de avanzada una falúa de cuarenta remos para hacer la descubierta, sorprender las naves
enemigas, avisar de su derrota y de sus intenciones.
Tito Livio es el más poeta entre los historiadores y Flavio Josefo escribió sobre la guerra en Judea,
refiriéndose acerca de la táctica y la poliorcética de los romanos en tiempo de los emperadores.
El platónico Onosandro trata el arte militar desde un punto de vista filosófico, aprendiéndose de su obra la
parte moral y la observación del proceder humano aplicado a la guerra.
Frontino dejó escritos una colección de planes de batalla y ardides de guerra, y lo mismo Polieno.
Amage, reina de los antiguos sarmatas que habitaban las costas del Ponto Euxino, estableció en las
fronteras de su reino guarniciones de tropas, venció y rechazó a los enemigos que le invadieron y no negó
socorros a los príncipes vecinos cuando solicitaron su auxilio.
Tácito estudió más bien la conducta humana que las vicisitudes exteriores, aunque son fecundísimos en
instrucción los relatos de las campañas de Germánico, de Corbulón, de Vespasiano, de Tito, etc.
Boadicea, mujer de Prasutagus, rey de los icenos, tras derrotar sucesivas veces a los romanos, acudió a su
encuentro el ejército de Suetonio, que se arriesgó a dar una batalla a pesar de la desigualdad del número de
combatientes y confiando en la táctica y disciplina de las legiones.7
Arriano escribió tratados de los más importantes entre los antiguos sobre la ciencia de la guerra y nos revela
en la expedición de Alejandro Magno las particularidades de las operaciones estratégicas.
Eliano, como en tiempos de Alejandro Severo quien armó a sus soldados con corazas y yelmos a la griega
y largas lanzas formando una gran falange de seis legiones, se volvió a dar preferencia al arte griego,
escribió un tratado sobre la Táctica de los Griegos.
Durante el Bajo Imperio romano, cuando Vegecio escribía de arte militar, este yacía casi olvidado, y en
vano Trajano vencedor de los dacios y partos, en vano Adriano restaurador de la disciplina, en vano
Septimio Severo dominador de los bretones, trataron de conservar las antiguas tradiciones, estas se
perdieron bajo Caracalla y sus sucesores, despreciando los soldados el ejercicio del cuerpo y hasta
abandonaron las armas defensivas, cuyo peso les era ya insoportable.
Vegecio compuso por mandato de Valentiniano II un tratado de arte militar, la obra más completa que del
asunto y de los antiguos ha llegado hasta nosotros: sin ser guerrero se mostró hábil escritor, tomando lo que
le faltaba en cuanto a experiencia de obras de Catón, Cornelio y algunos otros, las cuales no han llegado a
nuestros días; cuando escribió Vegecio constaba la legión romana de 6100 infantes y 726 caballos, cuyo
número, nunca era menor y algunas veces se aumentaba, mas su composición era ya diferente de la del
tiempo de la República, pues se habían suprimido los manípulos, y hecho otras variaciones, como se puede
leer en el capítulo 6 de sus «Instituciones militares», del libro 2º.
Zenobia, reina de Palmira, tras ser vencida dos veces por Aureliano, se retiró a Palmira, que fue sitiada por
los romanos. Esta reina, que había capitaneado ella misma sus ejércitos, infundió aliento a los sitiados y se
defendió como gran capitana.
Sedujo a los emperadores la comodidad de hallar siempre entre los germanos individuos dispuestos a servir
con un salario, y compuestos ya los ejércitos romanos de tropas mercenarias, enervados con los vicios,
desmoralización y reducciones, dignos instrumentos de los caprichos del Jefe del Imperio, que
frecuentemente era víctima del furor de sus soldados (Anarquía del siglo III), las naciones bárbaras que los
romanos habían vencido anteriormente, les vencieron a su vez después de varias tentativas de invasión, y
derribando un Imperio del que ya no tenía de grande más que el nombre.
La idea de un poder centralizado fue dejado en herencia por Roma y los pueblos bárbaros no pudieron
nunca igualarla, debiéndose a la citada herencia el renacimiento de un imperio cristiano en tiempos de
Carlomagno.
Atenas: estrategos
Los griegos sobresalieron en la táctica y los romanos en la estrategia, y Atenas nombraba todos los años
por elección sus diez estrategos o generales en jefe, uno por cada tribu, y se caracterizaban por lo siguiente:
Esparta
En Esparta el polemarca, en general en Grecia, jefe de un cuerpo de ejército, era jefe de una mora, y tenían
los lacedemonios poca marina, no tenían ciudades muradas, dormían en campaña armados y los soldados al
compás del himno de Castor, acometían al enemigo con denuedo, y no perseguían al enemigo hasta ver
asegurada la victoria.
Roma
En la antigua Roma stratiotes o stratioticus significaba soldado y stratiotica pecunia, caja o erario militar, y
en Roma la milicia no era una institución independiente sino que con todo lo demás era la Administración,
era el Estado, era Roma y el resultado de esa milicia era su ejército activo y el instrumento de Roma era la
legión, cuerpo de tropas con fuerza muy variable en los tiempos, y se fue incubando desde los primeros
tiempos en Roma una predisposición a la guerra metódica.
La legión romana que era más movible que la falange griega, facilitaba la conclusión de grandes empresas
militares que exigían maniobras a larga distancia y en terreno desigual, y los campamentos de los romanos
en las fronteras o en el seno en las provincias conquistadas atestiguan que sabían elegir los puntos
estratégicos: Para salir victorioso de las batallas se han de meditar de antemano los preceptos del arte,
para pelear según ellos y no fiarse del acaso (Vegecio).8
La milicia romana tiene tres periodos históricos, el que comprende desde la fundación de la Monarquía
hasta las reformas de Mario, el de los emperadores y el bizantino, y dentro de cada uno de ellos con
multitud de reformas administrativas, orgánicas y tácticas que impiden caracterizar de forma satisfactoria los
grados y sus funciones, y alguno de esos grados en la legión eran los siguientes:
Pretor
Cónsul
Tribuno
Centurión
Decurión
Quincurión
Si entre los griegos al jefe supremo de las tropas se le llamó estratego, entre los romanos lo siguiente:
cónsul, maestro de la milicia, dictador, imperator, y más tarde conde y duque.
Godos
A las legiones de los romanos les sucedió una milicia compuesta de propietarios, de Godos que habían
llegado a serlo, la cual formó el lazo entre lo romano y lo feudal, soldados que vivían del producto de sus
tierras, pero pagaban tributos como los romanos y los feudales al contrario no tenían ninguna carga pero
tenían que ir sin paga, fundando los Godos su organización militar en la jerarquía nobiliaria y el sistema
decimal y la nobleza se dividía en varias jerarquías (duques, condes, gardingos,..).
Los godos se armaban a expensas propias, y el que no podía hacerlo era equipado por el Estado y el
prefecto del pretorio estaba encargado de proveer al ejército, y sabían fortificar plazas y conocían las
máquinas de batirlas.
Teodorico defendió las fronteras construyendo fortalezas y presidios y creó una marina de naves de guerra
llamadas dromones, galeras pequeñas, y posteriormente Totila creó otra.
Bizancio
La infantería bizantina solo tenía un orden mixto, tomado de la falange y de la legión que no producía
ningún de los grandes efectos de los dos métodos, uno fundado en su peso y otro en su flexibilidad, y su
caballería era inferior al de los persas y bárbaros, y el fuego griego lo emplearon contra el valor de los
sarracenos y francos:
El mayor poder de los sarracenos estaba en el valor físico, en su agilidad individual para
manejar armas arrojándolas y en la facilidad como guiaban los caballos, inferiores en
máquinas de guerra
Los francos formaron una sociedad entera guerrera y de aquí resulta que los combatientes
tenían una gran intrepidez
Los godos, entre los bárbaros, eran los más adelantados en la disposición de las tropas, los
vándalos descollaban en el manejo de la espada, los hunos eran arqueros temibles, los
suevos eran buenos infantes, en los alanos despuntaban los soldados pesados y en los
hérulos los soldados ligeros
La guerra entre los godos y los generales bizantinos Belisario y Narsés presenta por ambas partes gran
habilidad estratégica y táctica, y según Procopio,9 obtuvo Belisario gran parte de sus victorias porque la
caballería de los Godos combatían siempre de cerca al luchar con espada corta y lanza.
En la Edad Media feudal como no había ejércitos organizados no había castros y el castillo tuvo por mucho
tiempo gran importancia militar , ya que para rechazar a normandos, sarracenos, húngaros, etc., los pueblos
atacados levantaban muros y torres y bien pronto los señores feudales aprendieron que aquellas fortalezas
podían servir a sus planes y los multiplicaron e iglesias y conventos se fortificaron también y podían darse
choques fortuitos o calculados de vecino con vecino, guerra de asedio y de desgaste, y en los peligros
comunes los señores vecinos se congregaban para ponerse de acuerdo acerca de lo que cada cual ejecutaría
en sus dominios y el rey era uno de los contratantes, pero sin autoridad coercitiva, únicamente propietario
de los feudos por él conferidos, no un magistrado supremo ejecutor de la voluntad de una asamblea
soberana. Solo quedaban los sínodos, de los cuales, como mixtos que eran, solían emanar leyes civiles.
Generalmente el feudatario escogía para su residencia una altura en medio de sus dominios y allí construía
un castillo, símbolo del poder solitario e independiente, edificios de piedra maciza, con torres redondas o
polígonas coronadas de almenas, y se unía a la naturaleza el arte de la guerra para hacer impracticable el
acceso a los castillos, y los fosos, antemurales, empalizadas, contrafuertes diseminados en los alrededores,
rastrillos, puentes levadizos estrechos y sin petriles, compuertas suspendidas de cadenas, puertas
subterráneas, trampas, en fin, todo aquel sistema de defensa y emboscadas, buscaba atemorizar a los que
tratasen de atacarles o sorprenderlos, y cuando se oía el sonido de la campana de la atalaya cundía
inmediatamente la voz de alerta y corrían a las troneras, a las almenas, a las barbacanas, se alzaban los
puentes, se bajaban los rastrillos y empezaba la lucha.11
El feudalismo, fraccionando los ejércitos en pequeños grupos, divididos según la importancia del feudo y
vestidos, armados e instruidos de diferente manera, quitaba la posibilidad de los esfuerzos combinados con
un objeto común, y la caballería constituía la principal fuerza de las batallas y a ella se dedicaban los
nobles, protegidos por su armadura, "concha impenetrable", desafiando los tiros de los arqueros y las picas
de la infantería.
En la Edad Media aparece la guerra señorial, ya que no hubo señor sin tierra y tierra sin señor y admitida
esta forma de propiedad se extendió y generalizó y todo se hizo feudal y el señorío personal, real y
jurisdiccional se denominó feudo y el que lo otorgaba se llamaba senior o señor, el que lo recibía junior o
miles, como obligado al servicio militar, al que lo recibía directamente vasallo y los sub-beneficiados
valbasores, y cada individuo era al mismo tiempo señor y ligio o vasallo, y podía ser vasallo en una tierra y
soberano en las demás, y cuando toda propiedad llegó a convertirse en feudo o subfeudo, cada duque,
conde, etc., fue considerado como señor de su tierra y podía tomar venganza por las ofensas recibidas, ya
fuera el rey, ya fuera un noble, derecho llamado del puño que originó numerosas guerras parciales entre
uno o varios nobles y el rey o de señor a señor, y como el vulgo dependía del capricho de los señores, las
guerras asolaban las campiñas y los tugurios del villano.12
Las guerras privadas tuvieron gran importancia y general uso ocupando sus reglamentos distinguido lugar
en la legislación de aquella época, y solo competía a los nobles y caballeros, pues la reyerta entre los
siervos, villanos y hombres libres de un orden inferior a los nobles estaban sometidos a los tribunales de
justicia requiriendo la guerra privada igualdad de nobleza o condición, y el clero reclamaba por su parte y
ejercía el derecho de guerra personal y eran suplidos los clérigos por los vidames o advocati elegidos por
los varios monasterios u obispados, hombres distinguidos por su nacimiento y reputación, que los defendían
y combatían en su lugar, aunque en ocasiones eclesiásticos de noble familia llenos de las belicosas ideas de
su tiempo olvidaban su misión de paz y cuerpo a cuerpo combatían en el campo de batalla a la cabeza de
sus vasallos.
Al lado de la vida del castillo, donde estaban los señores en medio de sus guerreros, aparecieron las milicias
comunales, reacción de los peones contra los caballeros, del hombre libre contra el tirano, y en el momento
del peligro se tocaba la campana del Común, se anunciaba la reunión para tal día, llevando cada uno sus
armas y así marchaban contra el enemigo, concluyendo la campaña del año en una o dos batallas.13
Los plebeyos y villanos que veían preciso defender su libertad contra la caballería o milicia que servía a
caballo, despreciativa de la infantería, debieron comprender la necesidad de obrar al revés que el
feudalismo, de dar preferencia a la multitud que a la fuerza individual e impulsados los suizos por esta
necesidad, uno de los pueblos menos caballerescos en donde se consideraba honrosa la infantería,
adoptaron el uso de las lanzas por medio de las cuales formados en gruesos cuerpos no dejaban que los
desordenase la caballería enemiga, al paso que ellos iban destruyendo el ejército de sus adversarios,
venciendo en las batallas de que dependía su independencia y luego a Carlos el Temerario, devolviendo
esos triunfos su importancia al combatiente a pie y a la lanza, arma temida por la milicia feudal y los
caballos, marchando en columnas apiñadas como una muralla impenetrable, perfeccionando posteriormente
la disciplina suiza por los españoles, formando una infantería que fue el terror de Europa, los tercios.
Con el paso del tiempo, en tanto volvieron a reunirse los feudos y aquella separación política a juntarse y
formar cuerpos mayores, condes, duques, príncipes, repúblicas y reinos cesaron las guerras privadas y
empezaron las de Estado a Estado, y como se volvió a cultivar las ocupaciones en tiempos de paz se
introdujo la costumbre de tomar a sueldo personas que desde joven se entregaban al ejercicio de las armas y
principiaron los mercenarios, y en el germen de los ejércitos permanentes y del progreso del arte esta el
establecimiento de las citadas tropas mercenarias, como la Gran Compañía Catalana de Roger de Flor,
relatados sus hechos en la Crónica de Ramón Muntaner o las compañías de Sforza, Gattamelata, Braccio,
Piccino, Del Verne y otros, los cuales muestran estrategia en sus movimientos, siendo muy notable la guerra
de Gattamelata y Piccino a orillas del lago Garda entre los Visconti y Venecia.
Los hijos de los renombrados númidas y mauritanos, y de los impetuosos getulos, penetraron y ocuparon la
península ibérica bajo un avezado plan estratégico para iniciar campaña ideado por su general Táriq: la
caballería árabe era el principal elemento de los ejércitos del África, servida casi en su totalidad por los
nobles y acreditados, que guiaban o conducían con fabulosa pericia o aptitud, sus inestimables caballos, y
pasó revista el emir Musa ibn Nusair a las primeras tropas en suelo peninsular, con veinte y tantas banderas,
con dos de dicho emir, la tercera insignia de Abd al-Aziz ibn Musa, y las restantes eran de los koraixitas, de
los alcaides de los árabes, de los capitanes y demás gobernadores, viniendo la mayor parte de los bereberes
y otras tribus de árabes nómadas sin bandera, componiendo un ejército de 18000 combatientes, que se
acrecentaba cada día con gentes que del África afluían.
Sobre la tremenda irrupción de Europa sobre Asia con las Cruzadas, decir que el entusiasmo prevaleció
sobre los cálculos políticos en una Europa, que contaba tantos señores como poderes, y este levantamiento
en masa de un pueblo de propietarios, este abandono de las comodidades y de los bienes para ir en busca
de aventuras, sin una necesidad absoluta, eran cosas menos extrañas en tiempos en que las costumbres
disponían a ello, y las primeras fueron empresas tumultuosas de devotos guiados por hombres que llevaban
por única provisión su confianza en los milagros o esfuerzos parciales de una multitud de señores que
mandaban a sus dependientes del mejor modo posible, sin un designio grandioso, sino que de una empresa
se pasaba a otra, hasta que en las sucesivas capitaneadas las expediciones por los reyes se dispusieron
planes estratégicos como la ocupación de Egipto.
En las Cruzadas, Saladino brilla por los grandes y decisivos acontecimientos a que va unido y por tener
frente a si a uno de los reyes más caballerescos de aquella época Ricardo Corazón de León y Saladino
humano y magnánimo siempre que se trataba de enemigos vencidos, inexorable y áspero cuando
contemplaba a los Cristianos como una nación, el héroe más perfecto del Islamismo, el príncipe más
caballeresco de su época.
En la batalla de Bouvines, en 27 de julio de 1214, fue dividido el ejército cruzado en centro, ala derecha y
ala izquierda, distribuidos en varias líneas, con una caballería que sostuvo el rigor del choque y el conde de
Boulogne, Renaud de Dammartín, formó un batallón vacío de soldados colocados en redondel y armados
de picas (se cree que por primera vez se hizo uso del cuadro), cuyos frentes presentaban un terrible
obstáculo a la caballería enemiga, y una abertura por donde salía para dar las cargas Renaud y entraba para
tomar el aliento.
Marino Sanuto el Viejo pasó gran parte de su vida en la Romania para poder llevar a cabo científicamente
el libro sobre la recuperación y conservación de Tierra Santa, presentando en 29 de septiembre de 1321 en
Aviñón a Juan XXII la obra con cuatro mapas y Guido da Vigevano, médico de Juana de Borgoña,
contribuyó a la expedición de Tierra Santa de 1335 con los consejos reunidos en Thesauris regis Franciae
acquisitionis Terrae Sanctae.
La Iglesia, que en aquellos años tan católicos, respondía a cada necesidad de la humanidad con el milagro
de una institución, concibió en su fecundo seno un cuerpo, las órdenes religiosas militares, ejércitos
permanentes, verdadero cuartel en los Templos.
La expedición militar, generalmente en la Edad Media es llamada cabalgada y presuponía siempre botín
como prenda de victoria, y en un curioso códice Fuero sobre el fecho de las cavalgadas escrito en
pergamino en dos columnas y que fue insertado en el Memorial Histórico Español, Tom. II, se advierte el
espíritu de orden y legalidad que debe presidir a toda expedición militar, en el que se regula las atribuciones
de jefes, asignación de botín, regularización del pillaje, único fin y objeto de la cabalgada, ect.
El equivalente de magister militum romano en la Edad Media era el adalid mayor y el adalid era el caudillo
de gente de guerra, el que dirigía o guiaba las huestes, es decir, a la reunión y agrupación transitoria de
mesnadas o contingentes, tanto de los ricos-hombres, barones o señores feudales como de concejos o villas,
teniendo la hueste ordinariamente por objeto la toma o cerco de una fortaleza más bien que la batalla
campal o decisiva.
En España, la Reconquista se caracterizó por ser un conjunto de expediciones, algaras y rebatos sometidas
más o menos a un plan preconcebido y con combinaciones diplomáticas, y un estudio militar atento nos
hace descubrir todo lo que tuvo de estratégico, de sistemático, de acompasado aquellas largas y dramáticas
guerras, con sus teatros sucesivos en las cuencas transversales, con sus pasos de cordilleras, con sus
conquistas de objetivos, como Toledo y Sevilla. En el siglo X las dobles expediciones militares del temible
Almanzor constituyeron, durante 25 años, la guerra de expansión, cuyo núcleo estaba en la Córdoba
musulmana, y desde 1492 el ejército español empezó amoldarse a la revolución radical militar que en los de
toda Europa acaecía.
Los señores feudales y los adelantados de las fronteras, los walíes y caballeros árabes hacían mutuamente
correrías en sus respectivos litorales, y a eso decían "hacer algarada", "irse de escaramuza", porque según
las leyes de guerra entabladas podían acometer cualquier castillo y hacer los unos o los otros correrías o
cabalgadas de improviso y con estratagema que no durase más de tres días.
Juan I de Castilla creó los siguientes dignidades o cargos según Pedro de Salazar y Mendoza : el
condestable de Castilla, siendo el primero Alfonso de Aragón el Viejo, cuyas funciones según Clonard14
equivalían a un Ministro de la Guerra, y dos oficios nuevos de mariscal a Fernando Álvarez de Toledo y
Pedro Ruiz Sarmiento. Según Bardin era el cargo de mariscal en principio palatino como Ayudante del
condestable hasta que este caballerizo (condestable viene de comes stabuli, conde del establo o caballerizo
mayor) se transforma en general o comandante de tropas en guerra, los mariscales que le estaban
subordinados en la jerarquía o servidumbre palaciega, le siguieron tomando el apelativo de mariscal de
campo, y en Francia en tiempo del primer Mariscal de Byron era un verdadero Jefe de Estado Mayor, con
gran autoridad y múltiples atribuciones.
La conquista normanda de Inglaterra por Guillermo el Conquistador, establece el feudalismo, pues los
conquistadores se reparten sus terrenos, conservan la jerarquía militar y ejercieron dominio de señores sobre
los indígenas desposeídos, y las leyes no eran más que pactos entre los vencedores extranjeros. Las tropas
de Guillermo eran vehementes en el ataque, pero cuando la fuerza no les bastaba empleaban la astucia, y
tras vencer en la batalla de Hastings, no cesó por eso la resistencia y hubo de tomar una después de otra
todas las tierras y ciudades, ya a viva fuerza, ya valiéndose de negocios o sometiendo al enemigo,
amedrentando, convenciéndole de la inutilidad de su esfuerzo.
El origen primario, la causa eficiente de la artillería en general, de las armas de fuego, es la invención y
propagación de la pólvora, causa a la vez de determinantes radicales transformaciones en el arte de la
guerra y en la manera de ser de los ejércitos y la primera boca de fuego se llamó bombarda ("bombus-
ardia"), y el verdadero punto de arranque para varios estudiosos de la artillería en España esta en la
descripción que la de los moros sitiados en Algeciras por Alfonso XI de Castilla en 1342 hace la crónica de
este rey.
En España, en el siglo XV, ya no se presenta la artillería defendiendo muros, como en Algeciras en 1342,
sino combatiéndolos, atacándolos, empleo nuevo, moderno y trascendental, y la perfección capital de la
artillería tuvo lugar en Alemania, y por tanto el desarrollo de la artillería hay que buscarlo en la Europa
central, en el siglo XV, como arma de sitio y arma de combate.
En el mencionado siglo XV, se idea el bote de metralla, tubo o cilindro de hoja de lata, de chapa o de
hierro, carga de una boca de fuego que se componían de balas pequeñas que se lanzaban al enemigo en vez
de un gran proyectil, y salía el bote impulsado por la pieza de artillería en figura de cono o embudo, disparo
a reducida distancia con la concepción estratégica de ocasionar considerables y terribles estragos a los
flancos del contendiente, a las formaciones cerradas que presentaban más bulto, en la defensa de brechas,
ect.
Jan Žižka y los husitas en Alemania, maestros según Eneas Silvio Piccolomini en el arte de fortificar y en el
de tomar plazas15 (en la campaña de 1430 quemaron cien castillos y ciudades y cerca de 1400 aldeas),
anuncian ya la eminente preponderancia de la infantería en los ejércitos europeos (en la campaña de 1431,
el ejército husita estaba formado por 50.000 soldados de infantería, 7.000 de caballería y 3.700 carros), y
no obstante, por una rutina o por una tenacidad difícil de comprender, no solo el siglo XIV sino también en
el siglo XV es cuando llegan su apogeo la caballería y la armadura en la Edad Media europea.
Los husitas, muerto su jefe Jan, le dieron por sucesor a Procopio por sobrenombre Raso porque era clérigo
y tenía cortado el cabello, única señal de su primitiva profesión, pues era digno discípulo de Jan y tenía
como capitán valentía y habilidad como aquel. Procopio ya se había distinguido en 1421 defendiendo la
plaza de Justemberg contra todas las fuerzas de Alberto, duque de Austria y obligándole a levantar el sitio,
derrotando posteriormente a los imperiales e invadiendo y saqueando el Austria, la Silesia, la Lusacia, el
Brandeburgo y la Franconia oriental e hizo formidable su nombre en toda Alemania.
Es difícil de determinar la época en que fueron inventados los baluartes o bastiones; pero es cierto que su
uso se estableció cerca del año 1500, y algunos autores hacen autor de esta invención al citado Žižka, jefe
de los husitas en Bohemia, pretendiendo que se sirvió de ellos en la fortificación de Tabor.
Maximiliano I de Habsburgo, nacido en 1459, perfeccionó el arte de fundir la artillería, la fabricación de las
armas de fuego y el temple de las armas defensivas, y el primero que estableció un ejército permanente en
Austria.
En la población de Jargeau, lugar estratégico en la Guerra de los Cien Años, prevenido el duque de
Sufflok, de la sorpresa del ejército de Francia en los arrabales de la población citada, salió de ella y formó
una guarnición en batalla, pero no pudiendo resistir el choque los ingleses a pesar de ser guerreros
experimentados que aprendieron el arte de la guerra en la escuela de Enrique V de Inglaterra, se refugiaron
otra vez en el interior de Jorgeau. Al día siguiente los cañones y lombardas francesas empezaron a disparar
sobre Jargeau (1429), teniendo los sitiados una artillería tan numerosa como los sitiadores, y sin embargo, el
fuego dirigido por Juana de Arco, en quien todos los generales reconocían un talento extraordinario para
disponer la artillería, produjo en pocas horas gran destrucción en la plaza sitiada.
Juana de Flandes, mujer de Juan IV de Bretaña, conde de Montfort, después de la cautividad de su marido,
hecho prisionero en Nantes, el cual no pudo aprovecharse de los socorros que le condujo de Inglaterra
Roberto de Artois, que disputaba el condado de Bretaña a Carlos, conde de Blois, continuó valerosamente
la guerra con el apoyo de los ingleses, sosteniendo dos sitios en Hennebon (1342 y 1345), teniendo por
enemiga a Juana de Penthiere, condesa de Blois, mujer de Carlos, que sostenía al rey de Francia, y esta
guerra fue conocida como la Guerra de las dos Juanas, recayendo todo el peso de la guerra en las dos
Juanas (1345-1365). Sobre la guerra marítima, un tratado, "De las Instituciones Militares" de León el
Filósofo, da idea del orden de la marina y el capítulo CXIX que trata de los combates navales, pone de
manifiesto el estado de la marina del Imperio bizantino, las construcciones, los usos y la estrategia, noticias
que completó el tratado de su hijo respecto del dromon o la galera imperial que tenían un cañón de cuero
colocado en la proa desde el cual era lanzado a gran distancia contra las naves enemigas el fuego griego,
hecha con cera, pez, azufre y otras materias combustibles, modificando la manera de combatir, porque era
preciso tratar de quemar las naves enemigas, con movimientos mejor combinados de acercarse y retirarse,
venciendo por espacio de mucho tiempo a los sarracenos y posteriormente a los normandos hasta las
Cruzadas ( se lanzaba el fuego griego también en vasos a modo de granada o con balutas y catapultas en el
campo y ciudades sitiadas).
Cristina de Piezano, en su obra Libro de los hechos de armas y la caballería, trata la guerra activa y de la
jurisprudencia militar y tomó los más escogidos preceptos de Vegecio y Frontino sin copiarlos, antes al
contrario, habla de los cambios indispensables a los usos nuevos de guerrear y a la artillería y propone las
mejores máximas de ofensa y defensa que se usaban en las guerras de Francia de aquel tiempo.
Leon Battista Alberti en su obra De re aedificatoria habla de las fortificaciones de las ciudades según
Vitrubio, Vegecio y otros autores griegos y romanos.
Roberto Valturio en su tratado "Opus de re militare" ilustró construcciones de arquitectura militar, como las
del citado Alberti las civiles: tiene suficiente envergadura histórica, para evidenciar la transición, de las
armas de tiro antiguas a las modernas, señalando además el tiempo de su invención.
Egidio Colonna, escritor escolástico y arzobispo de Bourges, escribió un tratado hacia finales del siglo XIII
titulado De regimine principum que puede considerarse como el eslabón militar que une a Vegecio con
Maquiavelo, al tiempo romano con el Renacimiento.16
Términos relacionados
Estrategia también deriva del griego Stratos Agein, El ejército que se desplaza hacia
adelante. De las palabras Stratos Ejército que acampa y Agein Empujar adelante, avanzar.
Lo anterior sugiere que la estrategia no es estática, sino que está intrínsecamente ligada al
movimiento.
Estratagémico.- Adjetivo que empleó Jean Maximilien Lamarque para expresar los
movimientos que se verificaban en un círculo más extenso que los que podía alcanzar la
vista. También estratagemático según Carrion-Nisas y atribuye esta palabra a Sexto Julio
Frontino que tituló los tres libros que se referían a grandes movimientos antes, durante y
después de la batalla Stratragematicon y Estrategicon al 4º libro dedicado a lo que pasa
cerca del general y es resultado de su carácter e influencia personal.17
Stratitates.- En la ínfima latinidad, este término tenía un significado similar al estratego de
Grecia.
Estratarithmétria.- En el siglo XVII, el arte de escuadronar, de formar las tropas en una figura
dada, de hallar el número de soldados que en ella cabían.
Estratología.- Nombre griego que algunos autores como Myler y Walter dieron a la ciencia
que trataba del derecho a la guerra (otros estratonomía).
Durante los reinos combatientes, la guerra quedaba librada por nobles en carros de combate. Estos
comandaban a pequeños ejércitos de campesinos armados con la espada. El combate entre nobles era de
una manera más cortés. De hecho, en el reino Zhou existía el li, un código de conducta que exigía el
máximo respeto al enemigo, siempre que este fuera noble y ambos contrincantes, del mismo linaje, pues las
tribus bárbaras, otros reinos chinos o nobles que no fueran del mismo rango eran sometidos a una guerra sin
cuartel.
En esta época destaca el brillante general Sun Tzu, que revolucionó la táctica militar con su libro "El arte de
la guerra", libro imprescindible para cualquier general.
Primeramente decir que el mismo Maquiavelo, viendo el desorden que se había introducido
en la milicia por culpa de los jefes de los bandos asalariados y disgustado de los soldados
aventureros, quiso demostrar la necesidad de tener ejércitos nacionales y disciplinados,
tratando de que se aprenda de los griegos y romanos la importancia de la infantería, base
de los ejércitos y de la nación, y se le valora más como filósofo político que tratadista militar
porque aspiraba a ordenar los ejércitos nacionales y en vez de formular métodos puramente
militares, quería oponer la fuerza moral de los ejércitos al triste espectáculo de los
capitanes aventureros18
Invención de la pólvora y su uso.- Con la invención y uso de la pólvora nació un arte militar
enteramente diverso: las picas, alabardas y partesanas fueron sustituyéndose con los
arcabuces, mosquetes y fusiles, y en 1503, el célebre ingeniero español Pedro Navarro
aplicó con éxito la pólvora en la mina que hizo contra Castel dell'Ovo en Nápoles, aplicada
desde entonces como ingenio principal de la guerra de minas, contraminas y la guerra
subterránea.
Presencia de arqueros ingleses en Crecy, Poitiers y Aljubarrota
La aparición victoriosa de la citada infantería suiza en el siglo XV
La composición del lúcido ejército19 que llevó Carlos VIII de Francia a la conquista de
Nápoles: La invasión de Carlos VIII en Italia, la liga que se formó en contra suya para
encerrarlo dentro de ella, su retirada que cortó estratégicamente Albiano, general de
Venecia, la defensa de Calabria de Aubigny, el éxito de la batalla de Fornovo se parecen
mucho a las operaciones que precedieron a la batalla del Trebia en 1799, al paso de
Beresina en 1812, a la batalla de Hanau en 1813, prueba que los capitanes de aquel
tiempo tenían el instinto de las grandes operaciones militares (Luis Blanch)20
Posteriormente, el mérito militar de Próspero Colonna que agrandó las combinaciones estratégicas, la
campaña del Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba en el Garellano, las de toda la escuela de
grandes capitanes en el reinado de Carlos María Isidro de Borbón, sus expediciones a África con la
indispensable cooperación de la marina militar de Andrea Doria, las guerras de Solimán y las de los
capitanes franceses de la época, todo prueba el progreso de las combinaciones militares, y todos los Estados
beligerantes tenían el vigoroso instinto de la guerra, porque los combates habían tomado mayores
proporciones, las guerras civiles del feudalismo se habían concluido, las naciones peleaban por medio de
ejércitos permanentes con vastos espacios que recorrer, que defender, que conquistar y obligó al ingenio
humano a desarrollarse en la dirección de su necesidad, por lo cual la estrategia fue presentida y
practicada.
En el siglo XVI, aparecen las tropas imperiales españolas, con sus temibles Tercios, ya que después de la
expulsión de los moros, surgió para España una serie de guerras exteriores, que la alzaran a un alto grado
de pujanza, y como ya no podían actuar las compañías con independencia unas de otras, ni era posible la
organización feudal de grupos disgregados e irregulares, hubieron de crearse subdivisiones del ejército con
la agrupación de varias compañías, que constituyendo una especie de brigada recibieron el nombre de
Tercio:
En la batalla de Pavía, en 1526, los españoles, desplegaron en ella todas las ventajas del talento militar y
todas las maniobras hijas del estudio más reflexivo del arte de la guerra, dando a la Historia Militar la
primera página en que se estudia la táctica y el orden de las batallas modernas e igual pericia mostraron y
victoria obtuvieron los tercios españoles mandados por Manuel Filiberto de Saboya en la batalla de San
Quintín.
Mauricio de Nassau reuniendo la experiencia de los precedentes, regeneró el arte militar e introdujo muchas
novedades en el ataque y en la defensa, indagó todos los medios de acelerar y asegurar más el buen éxito
de la guerra, atribuyéndole algunos autores la creación de la fortificación de campaña y Gaspar de Coligny
fue el primero que mostró la importancia de la rapidez, recorrió hasta 18 leguas en 24 horas, ya que
anteriormente se creía una gran marcha 7 leguas por día.
Si entre los antiguos el cuadrado táctico se denominó sintagma, tortuga, en la Edad Media muro, cerca,
corral, vino a constituir en los siglos XVI y XVII el escuadrón al que los tácticos geometras sometieron a
múltiples sutilezas.
Mauricio de Sajonia poseía grandes cualidades: tan circunspecto y reservado en el plan, como osado y
pronto en la ejecución, tan previsor en la preparación, como acabado en la obra.
En las Guerras de Religión en Francia (1562-1598), los fines de los pueblos calvinistas era no solo
empuñar las armas por el libre ejercicio de su religión, sino también para desterrar el ejercicio de la religión
católica que se la perfilaba como una idolatría cuyo abatimiento era un deber de conciencia para el buen
cristiano, temiendo por su parte el pueblo católico por su religión que los hugonotes habían jurado deshacer,
sosteniendo en el cometido de preservar aquella, temiendo también el soberano y los Grandes por su
autoridad que el partido hugonote había resuelto usurpar; en los principios de la reforma protestante los
predicantes hacían profesión de doblegarse a la obediencia del gobierno, como las protestas de fidelidad
que trasladó Juan Calvino a Francisco I de Francia al principio de su Instrucción, cristiana, posiblemente
por la debilidad de su partido, mas con el aumento de fuerzas fue trocando su lenguaje, proyectando sus
doctores que era legítimo a los calvinistas el defenderse, con la estrategia de requerir y conseguir por medio
de la rebelión y de la violencia la libertar de continuar y practicar públicamente su religión, declarado en
muchos sínodos de los calvinistas con la mayor solemnidad.
En el siglo XVII abundan capitanes de alta inteligencia y que emplearon a menudo los métodos de la
estrategia como Espinola, Albrecht von Wallestein, Turena, Bernardo de Sajonia-Weimar, Piccolomini,
Montecuccoli, Gustavo de Suecia, El Gran Condé, Conde de Tilly y algún otro.
La verdadera guerra en grande esclarece principios en tiempos de Luis XIV de Francia, con gran
protagonismo de las armas de fuego y la estrategia se une a la política, el gabinete con el pabellón, y las
guerras no se principiaban sin haber determinado el plan y se procuraba prever sus efectos después de una
serie de operaciones hipotéticas fundadas en datos desconocidos, y se vieron notables operaciones
estratégicas: invasión de Holanda,; Marlborough alcanzó a orillas del Danubio al príncipe Eugenio; Villars
se unió con el elector de Baviera; Luis José de Vendome y Berwick dirigieron las famosas marchas de
España que concluyeron con la batalla de Almansa.
El tipo de la guerra de sitios es relevante en el siglo XVII, la toma de una plaza fuerte era en ocasiones el
objeto de una campaña, y alguna tentativa de un ejército de socorro para descercar la plaza o librarla del
ataque enemigo, solía producir un choque o batalla campal, y el asunto quedaba resuelto con la toma de la
plaza o la retirada del sitiador. El ejército de socorro era adversario natural de un ejército de observación y
el lento progreso de la táctica en el siglo XVII debe atribuirse en gran parte al índole acompasado de
aquellas guerras de sitios y posiciones, por oposición a la campal, de marchas, maniobras y batallas.
Habiendo llegado muy lejos el arte de fortificar con Errard de Bardeluc, ingeniero de Enrique IV de
Francia, el caballero Ville con Luis XIII de Francia y el conde de Pagan, se debe el mérito de las
aplicaciones sistemáticas en sitiar y tomar plazas a Vauban y en su defensa mejoras adaptadas a las nuevas
armas, aplicando los sistemas ya conocidos, sobresaliendo en la sagacidad con que supo asociar la
fortificación con las estrategia: Fue el primero que vio las cosas en gran escala; buscó las relaciones de
las plazas de guerra entre sí y de la fortificación con las otras partes del arte militar y hasta con la
administración política, y puso las fortificaciones en la mejor relación con la estrategia de su tiempo y
merece el elogio de que la conservación de los hombres y de los establecimientos fue uno de sus
principales fines (Cita Carnot).
Por los años de la Guerra de los Treinta Años, el elemento feudal casi desapareció, porque su composición
no se fundaba ya en el servicio feudal sino que era una tropa permanente tomada de la plebe y mandada por
señores o nobles sujetos sin embargo a la jerarquía de los grados en razón de sus capacidades y sus
servicios y no del grado social, lo que destruía los contingentes feudales, y en la citada guerra, Waldstein y
Gustavo de Suecia vivían a expensas de los países que ocupaban con sus soldados, guerra devastadora,
pero el primero era considerado como una adversidad y Gustavo como un protector, porque el uno
dilapidaba y el segundo regularizaba las exacciones, y ambos demostraron que en los ejércitos más móviles
y en los terrenos menos montuosos sabían hacer servir las fortificaciones de campaña, y empezó también la
división del trabajo en los ejércitos.22
Wallestein ganó fama militar en la guerra contra los bohemos y los turcos, y su fama y las promesas
tentadoras de gloria y de botín trajeron a su bandera muchos soldados y jefes aventureros, guerra en la que
se permitía el pillaje y la contribución militar, hallando donde quisiera el soldado paga y ganancias.
Gustavo Adolfo y Mauricio de Orange restauraron el arte militar, mejoraron las ordenanzas y combinaron
en las masas de infantería las ventajas de la legíon con las de la falange, y fue Gustavo tan hábil en sus
planes como rápido en su ejecución, la llamada por Napoleón guerra de pies e ideó fabricar cañones de
cuero contra la artillería de los alemanes para hacerla más maniobrable.
Se considera a Enrique, duque de Rohan (siglo XVII), como el primer escritor y general moderno que dio y
aplicó algunos preceptos útiles en la guerra de montaña, exigiendo un principio general: "la posición en las
cumbres".
Conde y Turena aparecieron poco después, y el primero había nacido general y se condujo por sus
inspiraciones propias, y el segundo aprendió a serlo en el libro de la experiencia, el cual, por un nuevo
orden de formación de tropas, por el uso más razonado de la infantería, por sus admirables marchas y
planes de campaña, encauzó el arte militar a un alto grado de perfección: Conde nació general, Turena se
hizo; el primero se dirigía por sus propias inspiraciones, el segundo por la reflexión y la experiencia y sus
batallas presentan disposiciones variadas y siempre hábilmente aplicadas al terreno (Cita de
Lamarque).23
Turena instituyó la brigada en 1667, subdivisión táctica de un cuerpo de ejército, formando parte de una
división, con el nombramiento del primer brigadier de caballería y la de 1668 para el de infantería,
buscando unidad y cohesión, y agrupar sus tropas con más libertad, aunque para otros fue Gustavo Adolfo,
y si bien su columna o unidad táctica se dividía en trozos y fracciones que le daban flexibilidad y movilidad
(dos regimientos con 1000 mosqueteros y 900 piqueros), la caballería sueca todavía se interpolaba su turma
como en los tiempos del duque de Alba y Alejandro Farnesio.
Cromwell formó tropas regulares y devotas, organizando a los indisciplinados y que ejercitó infundando
una poderosa confianza en sí mismos, y mira hacer la revolución, la secunda, sigue y reduce a la unidad de
su poder.
Raimondo Montecuccoli dejó tres libros en sus memorias, trata el primero del arte militar, el segundo de la
guerra contra los turcos y el tercero de la campaña de 1664, conteniendo preceptos tanto para la guerra
ofensiva como la defensiva, y la guerra entre él y el citado Turena, fue indudablemente un ejercicio del arte
de la guerra, una rivalidad de sutilezas, de serenidad, de temple, de presteza y de diligencia, no pudiendo
contar el uno con que el otro incurriría en más deslices o desaciertos, con las que el mismo hubiera
cometido hallándose en su lugar, y Montecuccoli prosiguió con victorias hasta que fue hecho prisionero por
el Príncipe de Conde.
Holanda, al haberse combinado con Francia, pudo disputarle el imperio de la mar a Inglaterra, con una
marina diestra y ejercitada, capitaneada por hábiles almirantes como Engel de Ruyter, Martin y Cornelio
Tromp.
A comienzos del siglo XVIII, en la Gran Guerra del Norte destaca como ilustre militar Carlos XII de
Suecia, siendo dignas de atención y estudio el paso de Dwina, el de Bug en 1703, a nado con su caballería,
las activas campañas de 1704 y 1705, y en 1708 penetra en Rusia hasta Berezina, donde le espera Pedro el
Grande, fundador de la grandeza moscovita, soñando con herir al ruso en el corazón llegando hasta Moscú
y para ello pone sitio en Poltava, plaza de importantes recursos y gran importancia estratégica.
En el siglo XVIII, tanto Federico II el Grande en la Guerra de los Siete Años como la guerra con España
del inglés Pitt, fundaban su resolución en motivos estratégicos, en las ventajas que resultarían de descargar
un golpe inmediato y bien dirigido contra el enemigo, sin darle lugar a prepararse.
Navío es el nombre propio o peculiar que ha permanecido a las embarcaciones grandes o que llegan a pasar
de cierto porte, y más particularmente a las de guerra que tenían a los menos dos puentes o dos baterías
corridas por cada banda, navíos de dos andanadas, así como de tres puentes en el de constar de otros tantos
o de tres baterías. También se decía navío de línea a cualquiera de los primeros o que por aquellas
circunstancias se consideraba propio para entrar en la formación de la línea de combate, con un número
elevado de cañones gruesos, es decir, el que por su porte y armamento estaba destinado a combatir en
batalla ordenada o en formaciones navales en unión de otros buques de la marina de guerra.
Federico sujetó la guerra a las especulaciones del talento, redujo a cálculo todos sus elementos y formando
un conjunto de la estrategia con la táctica, la redujo a una ciencia mixta que comprendía ambas cosas e
hizo de modo que el soldado adquiriese una especie de instinto por la estrategia acelerada, y conociendo
la importancia de la prontitud creó la táctica moderna, y en vez de romper el centro dio vueltas a las alas y a
llevar el mayor esfuerzo al punto débil del enemigo, multiplicando las piezas de artillería, consiguiendo que
se cruzasen con el fuego de los mosquetes, de manera que si el enemigo avanzaba se encontraba débil antes
de llegar a las bayonetas.24
Estas perfecciones o creaciones originaron otra manera de combatir ya que en lugar de las batallas de
choque del Gran Capitán y del gran Conde, de las batallas de posición del duque de Alba y Feuillade, de
las batallas de puestos de Mauricio de Sajonia, Federico usó las batallas de maniobras: Es preciso remitir al
éxito de las batallas el término de las querellas. Es preciso meditarlas, porque las que se encomiendan a la
casualidad nunca tienen grandes resultados. Son las mejores batallas aquellas en que se obliga a recibirlas
al enemigo (Cita del mismo Federico)25
Otros generales dignos de mención del siglo XVIII son Mauricio de Sajonia, Tollendal, Eugenio de
Saboya; realizaron con sumo acierto grandes operaciones militares Kurt Christoph Graf von Schwerin,
Keit, Ziethen y Seidlitz; en las campañas de 1758 y siguientes Fernando de Brunswick fue superior o al
menos igual a los franceses teniendo un ejército heterogéneo e inferior; el príncipe Enrique de Prusia en
Sajonia se mostró profundo en la defensa modelo respecto a la elección de posiciones y movimientos.
En la Guerra de independencia de los Estados Unidos, el ejército británico no aplicó correctamente las
máximas estratégicas para la conducción de una guerra ofensiva, y en vez de concentrar sus fuerzas en
algún punto decisivo y la destrucción del principal cuerpo del ejército revolucionario por repetidos y bien
dirigidos golpes, dispersaron sus fuerzas en una inmensa extensión de territorio y llegaron a ser demasiado
débiles de poder actuar con decisión y efectividad en ningún punto.
El Almirantazgo de Gran Bretaña mandó poner "entre-puentes de carronadas" en ciertas fragatas para
experimentar el efecto que tenían, y después de haber reconocido los grandes estragos que causaba esta
arma en la jarcia, arboladura y aparejo de los navíos de guerra francéses, contra los cuales dirigieron su
fuego las fragatas inglesas en los combates particulares, mandó por orden general ponerlo entre los "entre-
puentes" de todos los navíos de línea ingleses26
Como no eran bastantes los medios ordinarios para rendir una plaza como Gibraltar tan defendida por la
naturaleza como por el arte militar, la Corte de Madrid adoptó el plan estratégico de acometer por mar y
por tierra a un mismo tiempo, valiéndose de máquinas de nueva invención llamadas baterías flotantes con
objeto de batir los dos muelles y las fortificaciones que defendían la ciudad en lugar de los navíos de línea,
pues como el aparejo y velamen de éstos estaba expuesto a ser quemado con las balas rojas de la plaza, se
evitaba este inconveniente por la naturaleza de su construcción.
Del mismo modo que cambió la sociedad, se cambió en Francia el ejército en la Revolución, con grandes
cambios en la legislación y en la administración y en las relaciones de la sociedad civil con el ejército y de
éste con la sociedad, y la ciencia de las grandes operaciones cambió de faz y se aprendió a hacer útiles y
movibles a las masas, creciendo extraordinariamente el ejército cuando se incorporaron a él los guardias
nacionales y se hicieron las levas parciales y en masa, formando parte de los 18 ejércitos de la República, y
de este modo un millón doscientos mil ciudadanos se armaron, se suprimieron los nombres de los antiguos
cuerpos, el ejército tomó la divisa azul de la milicia ciudadana, cambiando de aspecto el arte de la guerra no
solo con la sustitución de los ataques de los cazadores y a la bayoneta, sino con la guerra en grande que se
había hecho necesaria desde el momento en que se conoció el poder de las masas.
Mal armados los soldados franceses, bisoños en las maniobras, se precipitaban sobre la artillería y líneas
enemigas, protegidos por las baterías y unos cuantos escuadrones adiestrados, después de todo debían
introducir una estrategia nueva, ya que no teniendo tiendas o bagajes se cuidaban poco de cubrir las líneas
y con extraordinaria movilidad caían de improviso sobre enemigos acostumbrados a marchas metódicas,
aprendiendo a rehacerse, a replegarse contra la caballería y a aprovecharse de los obstáculos del terreno
para acercarse al enemigo.
Los numerosos ejércitos que cubrían sus fronteras obligó a sus generales a crear cuerpos francos y a
emplearlos todos en las guerrillas para suplir la falta de experiencia militar de aquella época, contrarrestando
a los diestros tiroleses y a los cazadores de lobo austriacos, y en la famosa jornada de Jemappes el general
Dumouriez hizo un excelente empleo de estas tropas, cuyos batallones envolvieron los reductos austriacos
y obligaron a los artilleros a abandonar sus piezas.
Carnot, ministro de guerra, se dedicó a regularizar aquel ímpetu y ordenó que se dieran golpes decisivos en
los puntos estratégicos más importantes, que se rompiesen las comunicaciones, que se pusiera fuera de
combate al ejército enemigo antes de tomar una sola fortaleza o de apoderarse de un palmo terreno, y a las
teorías de Vauban para el ataque y reparación de plazas, sustituyó un nuevo sistema de fortificación y
defensa, que consistía en usar de los fuegos verticales en casamatas, para destruir al enemigo cuando venía
en grandes masas y de los golpes de mano atrevidos cuando el enemigo no tenía bastante fuerza.
Derecho internacional
La primera época del derecho internacional puede fijarse después del Tratado de Westfalia, representando
en sus escritos las bases de un sistema que pretendía fijar equilibrio entre las grandes potencias, y la
segunda época de mismo derecho tiene su origen en el Tratado de Utrecht, cuando Hugo Grocio basó el
derecho de gentes en el derecho antiguo, que vino a ser racional, filosófico y se compenetra con el derecho
natural.
Se introdujo la palabra griega estrategia en la segunda mitad del siglo XVIII y la voz griega permaneció
largos años como otras en misteriosa incubación al calor exclusivo de los eruditos e incluso a finales del
siglo XVIII era desconocida por generales de la época de la Revolución francesa y del Imperio como Ney,
Masséna, Murat y hasta el último tercio del siglo XVIII el arte de la guerra se consideraba como un todo
indivisible.
Las victorias de Federico II de Prusia despertaron a la Europa militar de cierta apatía y entumecimiento y
hubo largos y ruidosos debates sobre todo lo concerniente al arte, especialmente sobre mejoras de la táctica
a las que se atribuían los triunfos de Federico II, filósofo y guerrero. Esta discusión produjo un regreso a los
estudios y documentos olvidados hacía siglos sobre las falanges griegas y las legiones romanas. Surgieron
nuevas ideas sobre el arte de la guerra, siendo las más destacadas las de Conde de Guibert. Posteriormente,
todas estas opiniones generaron avances en la táctica militar.
El primero en usar la palabra estrategia en esta época fue el archiduque Carlos, rival del terrible estratega
de los tiempos modernos, Napoleón I. En competencia con el archiduque, dos de los primeros escritores
sobre estrategia fueron von Bülow y el Barón de Jomini. No debemos olvidarnos de Joly de Maizeroy27
a quien Bardin28 atribuye la invención de la palabra en 1771, ni de Georg Heinrich von Berenhorst, Jean-
Martin Jabro29 Silva, Henry Lloyd30 y otros autores que no dijeron "stratégie" sino "estratégique" y que
no llegaron a formar un cuerpo de doctrina propiamente dicho.
Por tanto, los primeros expositores y definidores de la palabra estrategia militar fueron el archiduque
Carlos en forma geométrica, von Bülow en forma escolástica y el Barón de Jomini en forma experimental.
No obstante a esto, la estrategia militar existió en todas las edades de la historia y aun cuando sus
principios no fueron establecidos hasta el siglo XIX, no puede negarse que la estrategia militar se aplicó:
Siglo XIX
Napoleón Bonaparte inventó aquel orden militar con que aterró a toda Europa, con el difícil arte de dirigir
las masas a puntos decisivos y suplir el número con la rapidez de movimientos, con la incomparable
habilidad de reunir, crear y disponer los medios proporcionados a la empresa, a la actividad que le daba
siempre la iniciativa, a la rapidez de vista y de acción militar que no dejaba al enemigo reflexionar ni
tampoco de oponerse a sus proyectos, ascendencia sobre sus soldados y sobre los enemigos, a la habilidad
de saber aprovecharse y, nadie ha poseído mejor aun mismo tiempo todos los elementos de la estrategia y
de la táctica por lo cual pudo aplicarlos felizmente desde las ideas más generales hasta las particularidades
más pequeñas y sabía sacar partido de pequeños ejércitos y mover con facilidad los grandes, cosas que
difícilmente van unidas.
Así como de las guerras del citado Federico II de Prusia había resultado una nueva táctica, de las de
Napoleón salió la gran estrategia, en la que los escritores meditando sobre la ejecución de sus vastos
planes, echaron los cimientos de esta ciencia militar, y lejos Napoleón de introducir cambios esenciales en
la táctica establecidos por Federico, extendió su aplicación a las nuevas circunstancias: con su infantería
desbarató a la infantería austriaca, alemana y prusiana, con su caballería hizo huir a la caballería de la
guardia imperial rusa y la célebre de los mamelucos, con su artillería cargó a escape y destrozó cuadros,
abrió brecha en las murallas más famosas, con sus ingenieros minó, fortificó y destruyó de forma notable, y
las guerras en que se discutían el destino de una gran nación eran resueltas por él en dos solas batallas a lo
más y acometiendo a un territorio, vencía al primer ejército que se le presentaba destrozándolo,
aniquilándolo y antes de que este se hubiera repuesto marchaba a dar leyes a la capital y si esta se resistía
entraba a viva fuerza.
En el estudio de los mapas es donde Napoleón probaba todas las combinaciones, con sistemas de marchas
hábilmente pensadas, ganar terreno sobre el enemigo y de esta manera preparaba golpes infalibles,
conducía los ejércitos como por la mano, reuniéndolos, dividiéndolos y maniobrando desde un extremo a
otro de Europa con la misma precisión y seguridad que en el campo de batalla, y de este modo decidió
estratégicamente campañas previstas y aun escritas de antemano en su pensamiento, y según Jomini,
Napoleón sobresalía en el acierto de emplear reservas tácticas y de ver a la primera ojeada el punto clave y
decisivo de una batalla.
Napoleón fue tan afortunado en sus campañas como aciago en sus combates navales, ya que los almirantes
franceses observaban rigurosamente la táctica antigua, mientras que Nelson concentraba todos sus
esfuerzos según las reglas de la táctica moderna, y la marina inglesa puesta frente a frente con la francesa,
hacia el mismo papel que Napoleón y sus ejércitos con respecto a los austriacos.
Las ideas imperiales de Napoleón le llevaron a empresas desgraciadas para dar rienda suelta a su ambición
de guerra, acometiendo tras el Tratado de Tilsit como agresor a pueblos animados de un gran espíritu de
patriotismo: Su misión no era únicamente la de gobernar Francia sino la de someter el mundo entero para
que no le aniquilara. Partiendo de tan gratuita hipótesis, organizó el Imperio para una guerra eterna. No
fue con objeto de adquirir el derecho de ser monarca absoluto, por lo que peleó bajo todas las latitudes. Al
contrario, fundó el despotismo para crear, vivificar y renovar continuamente los elementos de las
batallas.33
Guerra de guerrillas
En la guerra de la Independencia española las inmensas pérdidas que sufrieron los franceses en España son
más bien debidas a las guerrillas que a las batallas, y no es posible mirar más que como tropas irregulares
las masas informes armadas tumultuosamente que rindió al general Dupont en la batalla de Bailén, las que
derrotó a Moncey en Valencia, las que batieron a Charles Lefebvre en Aragón, como igualmente los sitios
que perpetuaron en la Memoria a Zaragoza, Burgos, Gerona y Tarragona.
En el sitio de Zaragoza, julio de 1808, Agustina de Aragón, viendo avanzar a los franceses a la batería
situada en la puerta del Portillo, cogió la mecha de un soldado herido y dio fuego a un cañón de a 24,
cargado a metralla, que enfilando a las columnas enemigas causó un gran destrozo, y este golpe inesperado
produjo trastorno en las tropas sitiadoras francesas y tiempo para los sitiados, que volvieron a defender la
plaza del Portillo y rechazaron a los franceses.
El Duque de Wellington se distinguió más por su calma, energía y tenacidad que por su arrojo, estrategia
atrevida y las grandes creaciones repentinas, y su marcha de concentración sobre el río Duero y su
movimiento decisivo sobre los márgenes del río Ebro son modelo para la correcta aplicación de los
principios de estrategia.
Realistas de España
En las guerras de independencia hispanoamericanas, los realistas de España, después de haber recobrado el
mando, enviaron como recurso estratégico una fuerza expedicionaria de 10.000 soldados veteranos en los
combates en suelo español al mando de Pablo Morillo, con un plan que abarcaba todo el continente.
Por los años 1838 y 1839 sostuvieron los ingleses una guerra en Afganistán, después de la cual se
adueñaron de las islas de Baréin y Ormuz, con el plan estratégico de asegurarse la entrada del Golfo
Pérsico, y de la Socotra y de Adén que les daban la llave del Mar Rojo, y entre 1845 a 1848 conquistaron
el Punyab o región de los cinco ríos, a que añadieron luego Cachemira.
Desde 1856 a 1878 el continente europeo fue teatro de cinco grandes guerras: la franca-austriaca de 1859,
la danesa de 1864, la austro-prusiana de 1866, la guerra franco-prusiana de 1870 y la ruso-turca (1877-
1878), todas las cuales trajeron su origen de la guerra de Crimea.
En la guerra de Crimea, los aliados creyeron acertado dirigir a Crimea una expedición imponente para
aruinar Sebastopol, la base misma de la pujanza rusa en el Mar Negro, obligando a Rusia en la reducción
de sus fuerzas navales, y las razones que les inducía a esperar de su estrategia un resultado exitoso,
consistía la una en la superioridad incontestable de sus escuadras, que los ponía en estado de atacar con
ventaja Sebastopol por la parte de mar y la segunda en las simpatías de los tártaros musulmanes, que les
aseguraba la probabilidad de aislar al ejército ruso que quisiera socorrer a aquella plaza, significando la
posesión de Sebastopol la creación para los aliados de una base sólida a sus operaciones militares futuras
para penetrar en la Rusia meridional y destruirle todos los establecimientos que tenía en las orillas del Mar
Negro, siendo para los rusos Crimea el centro de las transacciones internacionales de Europa y Asia.
Célebre ingeniero de las defensas rusas en el sitio de Sebastopol fue el conde de Todleben y de la rendición
del éjercito de Osman-Bajá en Plevna, reuniendo sus conocimientos de ingeniero a los del artillero y los del
táctico, y en su plan estratégico se reconocen las ideas de Vauban sobre la importancia de la fuerza moral
y de la calidad de las tropas en la defensa de la plaza y los de Montalembert acerca de la necesidad de
asignar a la artillería un papel preponderante.
En la segunda guerra de la independencia italiana (1859-1861), Turín era el objetivo primario estratégico,
pasando el general austro-húngaro Ferencz Giulay con tardía ofensiva el Tesino y planeando Napoleón III
acumular fuerzas imponentes por la izquierda, venciendo los sardos-franceses en la batalla de Magenta,
siendo expulsado finalmente al otro lado del Adda un cuerpo austriaco al mando de Ludwig von Benedek,
que se quedó algo rezagado al cubrir la retirada austriaca. Posteriormente, cruzando el Adda los sardos-
francos tras los tudescos, concentrados a su vez en Brescia, ocupada previamente por Garibaldi con sus
cazadores de los Alpes como vanguardia, finalizó la guerra con el triunfo sardo-francés en la batalla de
Solferino.
Guerra de Secesión
El sitio y reducción del fuerte Pulaski que se hallaba situado en la isla Cokspur (Georgia (Estados Unidos)),
en posición muy estratégica, fue uno de los primeros hechos, entre las operaciones militares llevadas a
cabo en la guerra civil estadounidense (1861-1865), y demostró plenamente el poder y la eficacia de los
cañones rayados para practicar brechas a grandes distancias, distancias no conocidas hasta entonces y
consideradas enteramente impracticables.
En el sitio de Charleston, 1863, las autoridares navales, en Washington, consideraban el fuerte Sumter, obra
casamatada de ladrillo de cinco casas, con dos pisos de fuegos cubiertos y otro superior a Garbela, un lugar
estratégico, y una vez demolida esta fortaleza destruido su poder ofensivo, se afirmaba que los monitores y
otros buques blindados podrían remover las obstrucciones del canal, apoderarse de toda la bahía y llegar
hasta la ciudad.
Batalla de Sadowa
En la guerra austro-prusiana, Austria tuvo que constituir una guerra doble y Prusia se vio forzada a dividir
su atención en dos diversos teatros de guerra, uno al este y otro al oeste, y en este se dieron hábiles
operaciones, que revelan dotes de combinación y acierto estratégico-político del Estado Mayor de Prusia.
En 1866, en la batalla de Sadowa, grandes baterías, hábilmente dispuestas por el ingeniero Pidonell,
trincheras-abrigos y otros obstáculos fortalecían las posiciones de Lipa y Chlum, y a las 9 de la mañana del
3 de julio, catorce batallones de la división de Franseky, sufrían todo el esfuerzo austriaco, batiéndose en el
bosque de Benatek o Maslowed, el cual era la posición estratégica como punto llave de la contienda,
puesto que por el citado bosque habían de ligar los dos ejércitos prusianos.
La guerra civil de los Estados Unidos y la guerra de Bohemia señalan ya en 1867 la influencia decisiva que
la industria toma, la riqueza pública y el dinero para renovar frecuentemente un costoso material que queda
obsoleto rápidamente, y junto la habilidad estratégica y la oportunidad táctica es necesario ya utilizar y
perfeccionar los últimos adelantos.
Durante el Segundo Imperio Mexicano decidió Maximiliano I de México oponer una resistencia enérgica
en defensa de su trono, pero reconociendo la imposibilidad de ocupar y dominar eficazmente los vastos
territorios de México, adoptó un plan estratégico de ocupación restringido que debía limitarse a proteger
eficazmente México y las comarcas que se extendían entre esta capital y Veracruz, y concentrar también la
acción en los once estados del centro y abandonar las provincias marítimas, que fueron en breve evacuadas.
El Mahdi
El movimiento nacionalista dirigido por El Mahdi dio como resultado al hecho decisivo de la formación de
otro Estado en la antigua Nubia y Sudán Oriental, y contra este estado guerrearon los británicos en 1898 al
mando de Lord Kitchener, que se apoderó de Dongola y ganó la batalla de Omdurmán debido a su ventaja
tecnológica militar, después de la cual se dice que sus tropas remataron a 3000 derviches heridos.
Los bóeres mandados por su anciano presidente Paul Kruger, y bien equipados con armas modernas,
obtuvieron al principio importantes victorias sobre los británicos, y con su estrategia invadieron las colonias
de Natal, Rodesia y la Ciudad del Cabo, y entonces fue enviado de Inglaterra Lord Roberts con la
estrategia de reforzar a los británicos con nuevas tropas, mientras que Paul Kruger emprendía su viaje a
Europa con la estrategia de interesar a favor de los bóeres a los pueblos y a los gobiernos que no se
movieron a auxiliarle, y las ventajas de los bóeres obligaron a reemplazar a Roberts por Kitchener, mientras
que los ejércitos bóeres se iban consumiendo a pesar de sus victorias.
Siglo XX
Imperio británico
Eduardo VII terminó la Guerra del Transvaal e hizo una estrategia de alianzas con Japón para contener el
avance de los rusos por Asia, en 1902, y con el mismo fin envió una misión al Tíbet en 1904 y procuró con
gran ahínco el aumentó de la escuadra, al creer que su superioridad era una garantía incontratable del poder
de Inglaterra, dueña de una red de cables submarinos para que no peligrara su imperio colonial en todo el
mundo.
La guerra ruso japonesa (1904-1905), se produjo por la estrategia de Rusia de establecerse firmemente en el
Oriente asiático fortificando el puerto de Wladivostock y agenciándose el de Port Arthur, que domina el
Golfo de Petschill y el acceso marítimo a Pekín (1898); mas la pretensión de subyugar la Manchuria y la
Corea, la puso en pugna con el Imperio del Japón:
El emperador japonés Mutsuhito (1867-1912), había inaugurado un nuevo régimen con una
estrategia aperturista, introduciendo instituciones europeas en el Japón, abrió sus puertos a
los extranjeros, quitó su poder a los Mayordomos de Palacio (Shogun), su soberanía a la
nobleza feudal (Daimios) y con el servicio militar obligatorio, privó de su importancia a la
turbulenta casta guerrera (Samurais), dando en 1890 una Constitución parlamentaria con
dos Cámaras.
El raudo crecimiento de la población le inspiró una política de expansionismo adquiriendo
las islas Kuriles y Siu-Kiu, y posteriormente dirigió sus ambiciones sobre la Corea, por cuya
tenencia Japón sostuvo una victoriosa guerra con la China (1894-1895), mas la intromisión
de las potencias europeas le obligó a complacerse con Formosa
La alianza anglo-japonesa (1902) y el progreso militar, le capacitaron para entablar la
guerra contra Rusia, la cual, no satisfecha con el arrendamiento de Port Arthur, anhelaba
domeñar toda la Manchuria e influenciar a Corea:
Los nipones sin declaración de guerra, con una estrategia ofensiva, atacan a la
escuadra rusa en Port Arthur y Chemulpo, ponen sitio a aquella, y rechazan el grueso
del ejército ruso hasta Mukden, venciendo en varios porfiados combates
Los rusos, con una estrategia netamente defensiva, limitados a los refuerzos que
recibían por el ferrocarril transiberiano, no pueden sobreponerse a sus enemigos, y
rinden Port Arthur y destrozada su segunda escuadra del Báltico, logran por mediación
de los Estados Unidos de América la paz de Portsmouth, por la cual ceden al Japón la
preeminencia sobre la Corea y el ferrocarril del sur de la Manchuria, esencialmente
Rusia disipa las perspectivas de su estrategia de dominación en el Pacífico y en la
región marítima de China, y el Japón estrecha su estrategia de coalición con Inglaterra
Antecedentes
La guerra ruso-japonesa produjo una largo aplazamiento en la cuestión balcánica, y
después Bulgaria se declaró del todo independiente sacudiendo la soberanía nominal del
sultán y se anexionó la Rumelia Oriental pagando a Turquía una indemnización en 1909
Austria por su parte se anexionó mediante otra indemnización la Bosnia y Herzegovina
En 1910 se formó una especie de federación entre Grecia y los Estados Balcánicos, para
poder hacer frente en caso necesario a Turquía, y el príncipe Nicolás I de Montenegro tomó
el título de rey
Destronado el sultán del imperio otomano Abdul Hamid II por el partido liberal de los
Jóvenes Turcos, y fue sustituido por Mohamed V en 1909, y Albania perdió la situación
privilegiada que se le había dispensado, exonerada de la tributación y el servicio militar, por
lo cual los albaneses se levantaron en 1910
Aunque los turcos consiguieron controlar la rebelión albanesa, los sublevados, cobijados
en los demás países balcánicos, sustentaron la agitación que preparó la guerra de 1912
Guerra de 1912
En la guerra turco-balcánica de 1912, Montenegro declaró la guerra a Turquía por las vejaciones cometidas
contra los cristianos y reclamando la autonomía de Macedonia, y tomaron las armas en su favor Bulgaria,
Serbia y Grecia, mas apenas firmada la Paz de Londres (1913), los aliados vuelven unos contra otros sus
victoriosas armas, falta de una estrategia en común:
Bulgaria extenuada abandona la resistencia y los turcos recuperan parte de las posesiones
pérdidas
En agosto se firma la Paz de Bucarest y Turquía se queda con Adrianópolis y Kirkllissa, que
habían costado a los búlgaros tan grandes sacrificios
No obstante, la importancia estratégica de Turquía solo gravitaba en la posesión de los
Dardanelos, clave de las comunicaciones entre el Mar Negro (Rusia) y el Mediterráneo, que
trae a la memoria la situación del imperio bizantino a fines del siglo XIV
Orígenes
Atentado de Sarajevo
La indignación en Austria fue descomunal y el 28 de julio, tomó forma de una nota-ultimátum, con un
plazo de 48 horas, al Gobierno de Serbia, y al mismo tiempo, envió la Cancillería de Viena una Nota
Circular a las Potencias, exponiendo, como explicación a las disposiciones tomadas, sus protestas contra el
Gobierno serbio.
Por otra parte, se dieron las siguientes raras coincidencias: el 17 de julio, 6 días antes del ultimátum,
Inglaterra había puesto en pie de guerra y movilizado su escuadra, y el mismo día el presidente de la
República de Francia emprendió un viaje a San Petersburgo, declarando el 24 de julio Rusia que no
permanecería ajena a la contienda, y ya mucho antes decía el zar a Alejandro de Serbia que podía contar
con su ayuda
En la Primera Guerra Mundial, movilizó esta guerra en cada país de todas las inteligencias que quedaron
desde la ruptura de hostilidades al servicio de los ejércitos:
Ingeniería
Hasta fines del siglo XIX y principios del siglo XX, no se consideraba en el combate más armas que la
infantería, la caballería y la artillería, la táctica de las tres armas como se titulaban en muchos tratados; mas
antes de la guerra de 1914 empezó a tenerse en cuenta una nueva arma, la ingeniería, y durante ella tomó
un gran desarrollo la aeronáutica, y estas dos armas y otras nuevas armas utilizadas en la Gran Guerra, y
nuevos medios de lucha hicieron experimentar a la táctica mudanzas radicales, aplicadas en la Gran Guerra:
Lo material y lo personal
Por tanto, en la Gran Guerra, fuerza y material son dos elementos inseparablemente unidos y nada puede el
uno sin el otro:
Europa
La campaña de Polonia (1939), iniciada en 1 de septiembre, fue la primera de las acometidas belicosas que
inició la Alemania hitleriana, contra suelo polaco, y los planes estratégicos de cada bando fueron los
siguientes:
Guerra en Oriente
En Oriente terminada la campaña de Okinawa muy costosa en hombre y elementos para
ambos bandos, con ventaja para los americanos de quedar en posesión de una base e
intensificar en forma considerable sus bombardeos aéreos en el Japón:
Estos bombardeos constituía dentro del plan general de la ofensiva americana la única
forma de acción directa sobre el territorio metropolitano japonés, no cesando durante
todo el 1945
Fue primero la aviación embarcada en la flota con base en las Malinas, reforzada por
las superfortalezas volantes, y más tarde las escuadras asentadas en Filipinas y luego
en Okinawa, las que tuvieron a su cargo la tarea de llevar la destrucción con sus
bombas a los centros industriales, lugares de producción, arsenales, nudos de
comunicaciones,...etc., estrategia de desgaste
La guerra entre Filandia y la Unión Soviética, guerra de Invierno, tres meses después de haber arrancado la
Segunda Guerra Mundial, nuevo conflicto militarista y en cierto modo autónomo a la campaña de Polonia,
guardaba no obstante ceñida relación con la guerra ya ideada, entre Alemania, por un lado, y Francia e
Inglaterra por otro:
Las potencias europeas no podían saber cuales eran los límites de las ambiciones de los
planes estratégicos de Rusia ni cuales eran sus verdaderos objetivos
Tenían la presunción que desadormecidos los antiguos afanes del imperialismo ruso, la
U.R.S.S. pretendía ahora explotar el pretexto de la guerra con Finlandia, con la finalidad
estratégica de llegar a las costas libres del Atlántico, amenaza también directa contra
Noruega y contra Suecia, quien temía por sus ricos yacimientos de hierro
Guerra Fría
Guerra de Indochina
Guerra de Corea
Guerra de Argelia
Guerra de Vietnam
Invasión de Kuwait
Guerras Yugoslavas
Grupos insurgentes
Contrainsurgencia
Guerra asimétrica
Guerra irrestricta
No es extraño el que suceda que un punto decisivo de un campo de batalla, aconsejado por las
inconveniencias tácticas, sea distinto que el determinado por las conveniencias estratégicas y en esa
hipótesis, si la variación del punto de ataque no trae problemas insuperables que puedan hacer malograr el
éxito de la batalla, es más decisivo dar preferencia al orden de combate que permita obtener mayores y más
rápidos resultados de la victoria, en consonancia con el objetivo final de las operaciones.
Así se entiende que, estando en la batalla de Bautzen en el año 1813 el punto decisivo táctico en el ala
izquierda del ejército aliado, el emperador Napoleón I prefirió, a costa de mayores esfuerzos, arrollar el ala
derecha del enemigo, porque allí venía a concurrir la única línea de retirada que tenía el ejército enemigo.
(Esto también puso en evidencia que la línea de retirada y los flancos tácticos se deben guardar con tanto
esmero como las líneas de operaciones y los flancos estratégicos).
Concentración
Movimiento estratégico para reunir las columnas de un ejército de operaciones, que deben marchar
separadas y abrazando el mayor frente estratégico posible, para lo siguiente:
Son los movimientos estratégicos que se verifican sobre arcos imaginarios de círculos, que van
disminuyendo progresivamente en radio, supuesto centro el lugar que ocupa el enemigo y está bien
denominada la célebre invasión concéntrica de Francia por los aliados en 1814.
Picadas sobre el mapa las posiciones y etapas sucesivas se ven materialmente arcos de círculo, con radio
cada vez menor y por consiguiente con disminución de intervalo entre los cuerpos invasores.
El adjetivo concéntrico está tomado de la geometría, ya que los círculos o figuras poligonales, que tienen un
mismo centro, cuando un compás manteniendo fija una punta, se va abriendo o cerrando, describe círculos
concéntricos.
Se dirá con geométrica exactitud que un movimiento concéntrico se lleva a cabo por medio de líneas de
operaciones convergentes.
En 1805 el ejército francés se hallaba entonces en las playas del Océano, su derecha en el Elba y su
izquierda en Bayona.Su base de operación era Boloña del Mar. Este ejército estaba destinado á destruir el
poder inglés e Inglaterra creó contra Francia una nueva coalición formada por las siguientes naciones:
Prusia
Rusia
Austria
Después de enterarse Napoleón I de movimientos hostiles del ejército austriaco sobre Baviera, dirigió todo
el ejército francés por un movimiento concéntrico sobre Ulm y debido a este gran movimiento
concéntrico estratégico consiguió destruir al ejército austriaco en un solo día.
Después de esta campaña de 1805 y la paz que fue su consecuencia, se formó otra coalición con las
siguientes naciones:
Rusia
Austria
Prusia
Inglaterra
Prusia fue la primera en demostrar sus intenciones hostiles contra Francia, apoderándose de Sajonia y vino
a tomar posiciones sobre la izquierda del Saale y su derecha estaba en el Elba y su izquierda en Saafeld y
Hof y su centro en Jena y Mersburgo. Napoleón tomó por base de su línea de operación á Maguncia y
volvió a subir el Mein hasta cerca de su fuente y atacó a la izquierda del ejército prusiano en Hof y Paluen
y se situó en la orilla derecha del Saale y a retaguardia del ejército prusiano entre el Saaler y el Elster. De
este modo se apoderó de la línea de operación del ejército prusiano, que estaba sobre Leipsick y Dresde,
pasó el Saale por Jena y Mersburgo atacando al ejército prusiano por su retaguardia y lo destruyó en menos
de una hora, siendo admirables sin duda estos grandes movimientos estratégicos de Napoleón I.
Para el hombre de 1796 y 1800, para el general de Montenotte, Rivoli, Champaubert o Montmirail la
elección no podía ser dudosa y el movimiento estratégico de Napoleón I tenía por objeto separar para
siempre el ejército prusiano del inglés y contando con las siguientes líneas de operaciones que eran las
siguientes:
Por tanto el ataque previsto y fulminante se acomodaba más al índole de sus tropas y se llevaba la guerra
fuera del suelo francés e intentando provocar el levantamiento de Bélgica y las provincias del Rin e eligió la
tercera línea de operaciones, la de Sambra.
Por una consecuencia necesaria de esta gran combinación estratégica, los restos del ejército prusiano no
tenía otra retirada posible que por Namur, Lieja y el Rhin o Dusseldorf, pero el general francés Grouchy
permitió al ejerció prusiano, tan completamente derrotado en Ligny, que se retirada sobre Vavre y
enseguida se reuniese al ejército inglés en Waterloo.
Ya el ejército inglés estaba completamente vencido, cuando el ejército prusiano llegó hasta la retaguardia
del ejército francés y Napoleón I creyó por lo pronto que era Grouchy el que llegaba y no los prusianos
(Un punto negro empezó a señalarse por la derecha del ejército imperial y se pensó primero que era un
grupo de árboles, luego una columna en descanso, luego Grouchy, para al final comprobar la tremenda
verdad que se trataba de aquellos prusianos desechados en Ligny, supuestamente en precipitada fuga y
acosados por el cuerpo de Grouchy, que desembocaron feroces por el flanco derecho en el revuelto y
ensangrentado campo de batalla). La fría perseverancia de Wellington iba a ser coronada por el ardiente
valor del prusiano Blücher.
La falta cometida en esta ocasión por Grouchy es indisculpable, por su falta de tacto, tino, oportunidad y en
esta hecatombe de Waterloo para intereses franceses, Grouchy, destinado a perseguir las reliquias prusianas,
se obstina en no verlas y las tiene muy frescas a su lado. Se debe decir que también los generales
Vandamme, Gerard y Excelman, incurrieron también en grave responsabilidad, porque suponiendo como
se dice, que Grouchy no quiso marchar al combate, el deber militar les obligaba á desobedecerle, pasar de
la derecha a la izquierda del Byle e ir a interponerse entre el ejército prusiano y el inglés é impedir la
reunión de los mismos.
Debieron hacer estos generales franceses, lo que el general Thareau, muerto en la batalla de la Moskowa y
el general Allix hicieron en el combate de Valontina en Rusia, ya que estos generales marcharon al combate
contra la voluntad de Junot y se saca la lección de que hay circunstancias en la guerra en que un oficial
general no debe tomar consejo sino de sí mismo y en este caso lo fue el día de la Batalla de Waterloo.
Sin la falta del general Grouchy, el ejército inglés de Wellington le hubiera sucedido lo siguiente:
En la campaña de 1793 los buenos resultados dependieron del movimiento estratégico del ejército del
Mosela, de su izquierda hacia derecha, pero en la de 1794 se ejecutó en sentido contrario el movimiento
estratégico y el ejército del Mosela, marchando de derecha a izquierda, bajo las órdenes del general en jefe
Jourdan vino a incorporarse con el ejército de los Ardennes sobre los márgenes del Mosa y del Sambre,
formando estos dos ejércitos reunidos el de Sambre y Mosa. Este ejército atacó y venció al austriaco en la
batalla de Fleurus.
Al mismo tiempo que el general Jourdan ejecutaba su movimiento de derecha a izquierda por Sarrelonis,
Bouzonville, Thionville y Longni, etc. se formaba otro ejército del Mosela como por encanto detrás del
Sarre, en Sarrebruck, Sarguemines, se dirigió por Pirmasens y Tripsfadt sobre Kayserslautern, de que se
apoderó contra el ejército prusiano, que ocupaba a la sazón aquel hermoso campo de batalla.
El general Moreaux que mandaba este nuevo ejército del Mosela, dejó en Kayserslautern cerca de 10.000
hombres a las órdenes del general Ambert y con los 50.000 que le quedaban marchó por su izquierda,
pasando por Bitche, Sarguemines y Bouzonville y viene á acampar sobre la orilla izquierda del Mosela
entre Thionville y Hayange y forma allí la reserva del ejército del Sambre y Mosa.
Tan pronto como la marcha del ejército de Sambre y Mosa se decidió sobre Lieja, el Bajo Mosa, el Roer y
Aquisgran, el general moreaux dejó su campo por Sielk y Cousarrebruck.
El nuevo ejército del Mosela quedó en Trevéris todo el tiempo necesario para dar al de Sambre y Mosa, que
era la izquierda de aquella vasta combinación estratégica, de que era autor Carnot, el espacio suficiente
para que el general Jourdan llegará sobre el Roer. El ejército del Rhin mandado por el general Michaut,
formaba el eje del movimiento. Por este nuevo movimiento, tan hábilmente combinado, llegaron á ocupar
los ejércitos las posiciones siguientes:
Por un falso movimiento estratégico perdieron los ejércitos franceses la campaña del año
IV en Alemania.
Por otro falso movimiento estratégico perdió también Wurmser en la misma campaña las
batallas de Lonato y de Castiglione.
Por una forzosa consecuencia de falsos movimientos estratégicos perdieron los ejércitos
franceses, mandados por Macdonald y Joubert, las batallas de Trebia y de Novi, según se
dice a continuación:
Si al retirarse Macdonald de Nápoles a Génova hubiera seguido el litoral del mar por el
Speznia, hubiese podido reunir su ejército al de Joubert en Génova, pero marchó de
Florencia por Bolonia y Plasencia. Los ejércitos enemigos se hallaban en el Piamonte
hacia Tortona y Alejandría y en el centro de los dos ejércitos franceses. Atacaron al
general Macdonald al pasar el Trebia, derrotándole, volvieron por su derecha sobre el
ejército de Joubert, que desembocaba en las montañas de Génova sobre Novi por la
Borghetta y los dos ejércitos franceses cogidos in fraganti de falsos movimientos
estratégicos, fueron sucesivamente derrotados. El general Mcdonald para evitar la
pérdida de estas dos batallas hubo de haber seguido el camino natural de Florencia
sobre Génova por el Spezia, pues entonces los dos ejércitos franceses se habrían
reunido en las montañas de Génova, lugar del que no hubiesen podido ser arrojados.
La falta del general Mcdonal fue todavía menos imperdonable que la de Grouchy en
Waterloo.
La pérdida mayor que Francia sufrió en la batalla de Novi fue la del general Joubert,
como la mayor de la campaña del año IV fue la del general Morceau.
Quizás sea Napoleón I (que opinaba que la mejor noticia de un plan estratégico era su ejecución) el general
que reunió el grado más alto de estas tres condiciones y por tanto los movimientos estratégicos se
caracterizaran por lo siguiente:
El general que efectúa un movimiento estratégico debe combinar el conjunto de él y sus detalles de modo
que inspire el mismo recelo sobre todos los puntos del frente del enemigo y obligue a este ejército a tomar
iguales precauciones sobre todo su frente, quedando, por consecuencia en todas partes débil y se
conseguirá tanto mejor este objeto cuando mayor sea el atrevimiento, la audacia y la celeridad con que se
ejecuta este movimiento estratégico.
Celeridad
Es una de las principales cualidades de un general en la guerra ya que ello asegura los sucesos, porque los
acontecimientos inesperados abaten la constancia de todos los hombres y sin la celeridad no hay un gran
general y además lo siguiente:
Ciro II el Grande, en la conquista de Lydia, que sabiendo que Creso se había retirado hacia
Sardes, debía dispersar su ejército, resolvió marchar con él con toda celeridad para atacarle
antes de juntar sus Lidios y apenas forma el plan estratégico o proyecto cuando lo puso en
ejecución y pasa a Lydia a grandes jornadas y llegó antes que Creso tuviese noticia de su
marcha.Y Creso aunque sorprendido de tan inesperado suceso llevó a su tropa al combate
pero fueron derrotados y se vio obligado a refugiarse en Sardes.
Jasón "El Tesaliense", del siglo IV antes de Jesucristo, se hizo proclamar jefe de toda la
región de Tesalia, reunió un ejército considerable y una escuadra y con gran celeridad y
habilidad y aliado a Tebas contra Esparta devastó la Fócida, se apoderó de los pasos de
Grecia central y aún pensó en hacerse reconocer como jefe de todos los griegos y
conducirlos contra el rey de Persia pero murió asesinado antes de poder ejecutar estos
planes.
Alejandro Magno, que por ejemplo después de la batalla de Gaugamela persiguió a Darío
III toda la noche y la noche y la mañana siguiente hasta mediodía. Tras breve reposo
marchó toda la noche siguiente y llegó al amanecer al campo que Bagistanes acababa de
dejar y encontró algunas tropas enemigas que le dieron noticias de Darío. Aunque los
hombres y caballos se hallaban fatigados de esta marcha forzada la continuo toda la noche
hasta el día siguiente hasta mediodía. Llegó a un lugar donde Darío se había detenido en la
víspera y queriendo hacer una diligencia ordenó a 500 caballeros echaran pie a tierra, ya
que ni la infantería ni la caballería cargada de armas podían aguantar y que los más
vigorosos oficiles de infantería montaren a caballo, armados como estaban y que Nicator y
Átalo siguiesen el camino que Darío con Beso habían cogido, mientras el prosiguió por una
camino más corto pero sin agua y partió al ponerse el sol después de haber andado 400
estadios o 16 leguas, alcanzando al amanecer a Darío y su escolta y la atacó (aunque Beso
abandonó a Darío después de haberle asesinado).
Julio César, que cuando la celeridad era necesaria, como con la sublevación de Avernia por
el caudillo galo Vercingetórix o en las guerras civiles persiguiendo a Afranio y Petreyo y
más tarde a Pompeyo (al que después de la batalla de Farsalia creyó Julio César que el
único objetivo de sus cuidados debía ser perseguir a Pompeyo en cualquier país que fuera
a ocultarse, por temor que Pompeyo juntara nuevas tropas y renovara la guerra ) nada le
detenía, nada le asustaba y despreciaba todas las intemperies de las estaciones y ningún
obstáculo o fatiga podía contenerle. Y la celeridad con que había sometido a la Galia sirvió
para contenerla pues pasando Julio César de una ciudad a otra, reprimía el deseo que
todos tenían de renovar la guerra y los obligaba a ocuparse de su propia conservación y a
echar en olvido la de otros y esta conducta contenía en la fidelidad a sus aliados y a los
pueblos sometidos.
Carlomagno, que pasaba de un extremo de Europa a otro y las dificultades de los caminos,
temporales, montes, ríos, no parecían detener sus excursiones y las dilaciones de un
enemigo insidioso, débil o sorprendido no tenían sobre el influencia alguna e iba siempre
derecho a su fin sin perder un instante. Y su largo reinado tuvo dos objetivos, como fueron
formar de todos los pueblos germánicos un solo cuerpo de nación y dotarla de una
organización completa (Empresa gigantesca porque los pueblos que encerraban la Europa
Occidental se hallaban en perpetua guerra. Las fronteras del Reinado de Carlomagno
estaban amenazadas; por la parte oriental por sajones, bávaros, ávaros, daneses y eslavos;
por la parte Sur y Sudeste por lombardos y sarracenos y por la parte interior, los aquitanios,
bretones y turingios no fueron siempre muy leales y por último la aparición de los
normandos) y el ataque, la iniciativa siempre partió de Carlomagno y vivió en perpetua
lucha con sus vecinos.
Bertrand Du Guesclin, general francés que a pesar de haber recibido aviso que le descubría
la facilidad de una empresa, partía para ejecutarla, sin omitir las más capaces precauciones
de asegurar el suceso. Se caracterizó también porque jamás dejó escapar una ocasión,
previno en todas partes al enemigo y siguió siempre sus objetivos, sin detenerse por las
proposiciones capciosas que le hacían,
Napoleón I con los siguientes ejemplos:
Cuando el general Bonaparte tomó el mando del ejército de los Alpes, en la campaña
del año IV, comenzó a molestar al ejército austro-sardo sobre su derecha e izquierda y
no hizo demostración alguna sobre el centro. Engañado por estas demostraciones, el
general enemigo lleva todas sus fuerzas sobre su derecha e izquierda y deja su centro
desguarnecido. Cuando el general Bonaparte vio que el general enemigo había creído
en aquellas falsas demostraciones, cae sobre los desguarnecidos centros con toda las
fuerzas que había llamado de su derecha e izquierda. De este movimiento resultaron los
combates de Millesimo y de Diago, que hicieron penetrar al ejército francés en el
corazón de Italia. Este movimiento estratégico separó para siempre al ejército austriaco
del ejército piamontés y por una consecuencia necesaria de este movimiento y de
resultas del combate de Ceva, el rey de Cerdeña se vio obligado a firmar una paz
vergonzosa y abandonar a los franceses sus estados y por otra consecuencia de este
mismo movimiento se halló el ejército austriaco en la necesidad de refugiarse detrás de
la orilla izquierda del río Po. Bonaparte concluyó un armisticio con el rey de Cerdeña y
no siguió al ejército austriaco en su retirada de Valencia a Milán ya que podían ponerle
obstáculos de todo tipo en los ríos Po, Doria, etc. Las fortalezas de Alejandría y Tortona
fueron entregadas a Bonaparte por el rey de Cerdeña y estableció en ellas una nueva
base de operación contra su adversario y marchó rápidamente sobre Plasencia y desde
allí sobre Lodi para anticiparse al enemigo encontrándose solo con un débil obstáculo
que fue destruido de inmediato. Con tanta celeridad fueron los triunfos del movimiento
estratégico de las fuentes del Bormida hasta Lodi, que el general austriaco no pudo
siquiera disponer la destrucción del puente de Lodi. Estando bien asegurada esta última
línea de operación, Lodi y Adda, el enemigo, colocado entre las montañas de los Alpes
suizos, corría presuroso por Milán y Brescia y por Bassano y Chiari para volver a coger
la línea de operación sobre Mántua. Pero el ejército francés de Bonaparte con gran
celeridad evitó que el ejército austriaco ganase las orillas del Mincio y después de
pérdidas inmensas logró solamente salvar sus restos por el Norte del lago de Guarda.
Es difícil encontrar en la historia militar un tan brillante movimiento estratégico como el
analizado y sin embargo, el general Bonaparte no tenía más que 26 años y luchaba con
uno de los generales más hábiles del ejército austriaco.
Tras la batalla de Leipzig, Napoleón I regresó a París y organizó con gran celeridad otro
ejército para oponerse a la invasión de los ejércitos coaligados y al saber el paso del
Rhin por los aliados, salió rápidamente de París el 25 de enero de 1814 y comenzó una
de las campañas en que su genio militar fue más admirable con las siguientes victorias:
El 27 de enero de 1814 en Diezier
El 29 de enero en Brienne
El 1 de febrero en Miere, hicieron abrir en Chatillon del Sena un Congreso e incluso
posteriores nuevas victorias en Chapaubert, Montmirail y Chateau-Thieny agobiaron
tanto al ejército austriaco y le separaron del gran ejército de Bohemia. Pero el último
plan estratégico de Napoleón I para cortar las comunicaciones con la frontera y
destrozarlos al frente de París fracasó por la inexplicable rendición de esta plaza y
por la pasividad de sus mismos oficiales el 31 de marzo y Napoleón I se vio
obligado a abdicar de la Corona en Fontaineblau en 11 de abril.
Erwin Rommel
Otros
Secreto
Los movimientos estratégicos que se hacen siempre fuera de la vista del enemigo y que tienen por objeto
conducir un ejército a un campo de batalla determinado, deben ser ejecutados de tal modo que el enemigo
no pueda presumir jamás cual es la intención de su adversario.
Entre los brillantes movimientos de Turena, general francés se ha de citar el que hizo para trasladar su
ejército, colocado en Lorena, detrás de los Vosges, entre Luneville y Béfort á Alsacia, donde su adversario
Montecuculli, aunque general muy experto, cometió la torpeza de situar sus tropas y sus cuarteles de
invierno. Turena cayó de improviso en medio de sus cantones y Montecuculli no pudo reunir su ejército,
por lo cual fue completamente derrotado en el combate de Turkhejm, cerca de Colmar y obligado a repasar
el Rhin por las inmediaciones de Kehl.
Se ve por este ejemplo que los movimientos estratégicos deben tener siempre el objeto de llevar un ejército
al punto o puntos, donde menos sospecha el enemigo que pueda ser atacado. Montecuculli suponía a
Turena tranquilo en sus acantonamientos detrás de los Vosges, pero cuando menos lo esperaba, reúne
Turena su ejército y se dirige rápidamente al centro de Alsacia e imposible le fue a Montecuculli, cuyas
tropas se hallaban dispersas desde Basilea a Landau reunirlas a tiempo por el tan rápido movimiento de
Turena y tan bien guardado había estado el secreto.
El año 1796 es clásico en la historia del arte de la guerra con entrada en escena de dos grandes capitanes
Napoleón Bonaparte y el Archiduque Carlos, con dos grandes, antiguos y conocidos teatros: Italia y el
Rhin.
Campaña V: 1797
A principios de la campaña V, opuso Austria al general Bonaparte su general predilecto, el archiduque
Carlos, que en la campaña del año IV había ejecutado hábilmente un hermoso movimiento estratégico
entre el Danubio y el Mein, contra los ejércitos franceses del Rin y de Sambre y Mosa, mandados por los
generales Marceau y Jourdan, y abrillanta el laurel de esta notable campaña IV, tanto por la dirección como
por la ejecución al citado archiduque y también a su vigoroso teniente Latour, lo siguiente: la movilidad, la
iniciativa y el arte difícil de moverse con sus fuerzas recogidas contra el enemigo envalentonado y superior
(hay autores que también encomian la retirada de las tropas republicanas francesas de Marceau por la Selva
Negra por las dificultades materiales y topográficas, pero no tácticamente por la ausencia por los flancos o
la espalda de una poderosa fuerza capaz de cerrar el paso a su retirada: Moreau prosigue su trabajosa
retirada por la Selva Negra y es batido una vez en Enmendingen por todas las fuerzas del archiduque y
otra vez en Schliengen hasta que al fin, el 25 y 26 de octubre, repasa el Rhin por Huninga, y tanto esta
plaza, como Khel frente a Estrasburgo son al punto cercadas con sobrada osadía por el archiduque
Carlos, que las tomó en los primeros meses de 1797,34 ).
En esta ocasión se mostró sumamente hábil el archiduque Carlos, pues ocultando diestramente un
movimiento de su izquierda hacia la derecha, se dirige sobre los márgenes del Danubio sobre el Mein y
corta completamente la línea de operación del ejército de Jourdan, cuya base era Neuwied y Coblenza
sobre el Rin.
Tal vez no ha habido general hasta esta época de finales del siglo XVIII que se haya encontrado en
posición más difícil que la que se encontró el general Bonaparte. Pero fue mucho más hábil
estratégicamente, pues trajo sano y salvo su ejército á la orilla izquierda del Rin y en esta retirada francesa
no hubo más que una pérdida considerable, la del general Marceau, cuya retaguardia mandaba y el cuerpo
de este general fue enterrado en el fuerte de Erhensbreistein y con el mismo respeto de los dos ejércitos
beligerantes, que se dieron la mano acaso por primera vez, en honra del gran general que Francia acababa
de perder.
Empleo de la astucia
Fingimiento
Engaño artificioso
Destreza
Empleo del ingenio
Cálculo
puestos en práctica y en acción para engañar al enemigo y colocarlo en posición difícil o crítica que
produzca su rendición o derrota.
Por otra parte, la estrategia es la parte de la ciencia de la guerra que mueve a las tropas sobre el teatro de
operaciones para colocarlas frente al enemigo en el campo de batalla.
Pero hablando de la estratagema: ¿en qué escala se toma ese ardid y ese engaño? ¿En la del sargento que
guía una patrulla o en la de Napoleón I en sus ardides de la Marengo o de la Ulm?
Las opiniones al respecto de diversos autores sobre la voz militar estratagema como los siguientes:
Federico Moretti autor de un diccionario militar español-francés, opina que la estratagema
oculta lo cierto y hace creer al enemigo lo falso por verosímil.35
Según el diccionario militar del capitán retirado J.D'W.M., editado en Madrid en 1863, en la
estratagema se realizan movimientos falsos para entretener al enemigo y hacer pasar por
incierta la verdad sobre el objeto real de las operaciones.
El marqués de Carrion-Nisas opina que es una especulación establecida o fundada sobre
el error que se pretende hacer caer al enemigo y es un cálculo sobre lo que probablemente
hará el enemigo a consecuencia de este error y sobre lo que uno mismo debe hacer para
aprovechar los movimientos que esta decepción le inspirase dentro de una guerra, de una
campaña, de una sola operación. Afirma que la estratagema solo puede existir en los
tiempos modernos solo en la estrategia no en la táctica.36
José Almirante opina que el estratagema se puede emplearse en las operaciones que se
hacen al alcance del enemigo que fuera de la acción inmediata de este y estratagema es lo
pequeño y estrategia lo grande, pero son ambas del mismo género y cita lo siguiente:El
ardid, la estratagema del pobre guerrillero, del comandante del batallón, toma los vuelos en
el que manda 30, 60, 100000 hombres de movimientos, operaciones estratégicas y así
como el traidor puñal, cuadruplicando su longitud, se convierte en noble espada, también
que en el valor de las palabras, dentro de la altiva estrategia, esta la humilde estratagema.
La conclusión es que no es posible analizando la voz militar estratagema rigurosamente reducir a reglas el
modo de conducir y realizar las estratagemas ni reducirse a máximas la sagacidad, lo artificial y el terror y a
lo largo de la historia operaciones militares de suyo difíciles, peligrosas y de éxito dudoso, si se intentaron
por los procedimientos regulares y ordinarios, se hallaron siempre multitud de estratagemas que al ingenuo
jefe u oficial que las ideó y ejecutó sugeridas por las circunstancias del caso.
Por tanto reducir a máximas la estratagema parece tarea harto difícil y no admiten principios fijos y
comúnmente se idean y llevan a la práctica en cada caso concreto, según el ingenio, la astucia y arte del que
manda , en cambio la estrategia se puede reducir a máximas y reglas generales que deben observar siempre
en el gobierno y dirección de los ejércitos en campaña.
Para terminar decir que se debe huir del abuso y complicaciones en ardides y estratagemas porque algunas
son cándidas y absurdas y como por su índole propia no pueden ser sistemáticas o metódicas, muchas fallan
y hacen perder un tiempo precioso a quienes las utilizan.
Ejemplos de estratagemas
Marco Antonio, enojado de que los Partos le picaran la retaguardia en sus marchas todas
las mañanas cuando levantaban el campo, no lo desalojó hasta cerca de mediodía, y tuvo
tiempo de acabar su marcha sin incomodidad valiéndose del ardid de que cuando los
partos lo hostigaran, sus hombres para cubrirse de la multitud de flechas partas, pusieran
una rodilla en tierra y que la segunda fila de batalla metiese los escudos sobre las cabezas
de la primera, la tercera sobre las de la segunda, la cuarta sobre la tercera, etc., de tal
manera que todas las hileras se hallaban cubiertas ( para los mismo se valían los antiguos
españoles de las rodelas y eran suficientes para resistir los arcabuzazos, según el que
fuera Maestre de Campo Francisco Ventura de la Sala y Abarca, en su obra Después de
Dios la primera obligación y glosa de órdenes militares, Nápoles: Gerónimo Fasulo, 1681)
Abenuth, rey de Murcia, para dilatar los términos de su reinado, confiado más en la industria
que en su esfuerzo, se metió a celoso predicante de la observancia del Alcorán, con lo que
logrando ponerlos a todos de su parte pudo resistir y defenderse del Santo Rey D.
Fernando
Al príncipe Luis de Baden le salió mal el proyecto de sorprender al Conde de Marsin, que
cruzaba el Rhin con una considerable fortuna para el Duque de Baviera, pues aunque
envió al general Palfi con mil quiñientos caballos para incordiarlo en su marcha, le halló tan
prevenido que tuvo que retirarse; pero Marsin, receloso de algún encuentro, acomodó en
diferentes sacos o talegas el oro y la plata, para que puesto a la grupas de los caballos de
los mejores oficiales tuviesen la misma seguridad o riesgo de su vida, y logró llegar al fin al
campo del Duque sin menoscabo de gente ni riquezas.
Cuando Alejandro Farnesio (duque de Parma), pasó a Francia durante la Liga, atravesó las
llanuras de la Picardía, marchando en columna en medio de dos filas de carros que cubrían
sus tropas (Ciro II el Grande contra Creso ya había utilizado la trinchera movible de carros
para formar su retaguardia), y Enrique IV de Francia a pesar de sus grandes deseos de
entablar combate, jamás se atrevió a obligarlo porque no podía conseguirlo sin atacar la
citada trinchera, lo que le habría expuesto a una pérdida irreparable.
En 1702, después de la batalla de Crostolo, faltó poco para que el príncipe Eugenio de
Saboya, deshiciera completamente al ejército de Vendome, Luis José de Borbón, que
creyendo que se hallaba aun de este lado del Po, estaba acampado detrás del dique del
Zero y solo una casualidad le hizo descubrir a los franceses, ya que Eugenio había
calculado perfectamente las desigualdades del país que debían ocultar su emboscada.
El marqués del Bai, uno de los generales de Felipe V de España se puso en marcha para
sorprender Alcántara, cuando los aliados se acababan de apoderarse de ella. Bai que se
enteró que su proyecto había sido descubierto, aparentó que abandonaba la empresa e
hizo retirar sus tropas por diferentes caminos, la guarnición se relajó y Bai que lo había
previsto hizo reunir a sus tropas y fue sorprendida la plaza.
Durante las revoluciones de Hungría, el general Sauches sorprendió la plaza de Sigest con
la estratagema de haber hecho entender al Gobernador que le enviaban algunos barcos de
provisiones para la guarnición, y habiéndolos cargados de tropas escogidas entraron hasta
la ciudad y llegando al puente levadizo saltaron en tierra los soldados, quienes
encontrando desprevenidos los del presidio, se apoderaron fácil de él.
Carlos V de Lorena encontrando cerca de Mohács a los Turcos superiores en número en un
campo muy ventajoso por las lagunas y trincheras que habían hecho y visto que arriesgaba
demasiado si les ataca en su fuerte, les hizo salir de él por una salida fingida y obtuvo
célebre victoria.
En la batalla de Guastalla, en 1734, dada por el ejército franco-sardo a las órdenes del rey
de Cerdeña y los mariscales Boglio y Coigny contra los imperiales de Koenigseck, venció
el ejército franco-sardo en gran parte incorporando a cada compañía de infantería cuatro de
los mejores tiradores del ejército encargados exclusivamente de tirar a los generales y
oficiales del enemigo, logrando lo propuesto, ya que a las pocas horas de combatir recayó
el mando de los imperiales de muchas divisiones en los tenientes coroneles y se pusieron
las tropas imperiales en desorden.
Los movimientos tácticos siempre se hacen en presencia del enemigo y en la batalla de Eckmul, por medio
de sus movimientos estratégicos lleva Napoleón I el ejército francés hasta dar de frente al ejército austriaco
del archiduque Carlos, que había tomado posición entre el Danubio y el Isar, apoyando su derecha en
Ratisbona y su izquierda en Lanshut.Con fingidas demostraciones molesta Napoleón I á su adversario por
su derecha en Abensberg y tan luego como obtiene el resultado de este movimiento estratégico, marcha por
la derecha en frente del enemigo, ataca al ejército austriaco en su centro, arrolla á toda la izquierda del
ejército austriaco sobre Landshut y en seguida por un movimiento á la derecha marcha sobre Eckmuhl y no
deja al archiduque Carlos más retirada que Bohemia, demostrando estos movimientos tácticos la sublimidad
misma del genio militar de Napoleón I.
Otros términos
Teatro de guerra
Según Jomini, el territorio en conjunto donde la guerra se hace o tiene lugar y abraza todas las comarcas en
que pueden atacarse sea propio territorio, sea en el de sus aliados o de potencias secundarias que arrastran
en su torrente por temor o por interés y cuando hay operaciones marítimas (hoy sería aereomarítimas) no se
limita al teatro de las fronteras de un Estado y se caracteriza por ser lo siguiente:
Cosa vaga
Sujeta a incidentes
No se debe confundir el teatro de guerra con el teatro de operaciones que cada ejército
puede abrazar con independencia de toda complicación.
El archiduque Carlos esta por las paralelas como menos fácil de romper
Jomini por las perpendiculares como más a propósito para dividir al enemigo:
Frente
Frente Estratégico
La extensión del frente que abrazan y mira a la parte del enemigo junto a los enemigos
Frente de Operaciones
La posición del terreno desde donde el enemigo podrá probablemente llegar sobre este frente en 1 o 2
marchas.
Es por tanto la parte del territorio que se extiende delante del Frente Estratégico a la zona hasta donde en un
momento puede llegar la acción del ejército
Posiciones Estratégicas
Luego que un ejército se encuentra colocado en la zona del teatro que ha de abrazar para atacar o
defenderse, ocupa en él, por lo común posiciones estratégicas.
Líneas de defensa
Tan pronto como las operaciones de una campaña estén a punto de empezar, uno de los dos ejércitos
tomará sin duda la resolución de esperar al enemigo y en este caso cuidará de apoyarse en una línea de
defensa más o menos preparada de antemano, la cual podrá estar:
El Frente Estratégico conviene mejor para designar el de las posiciones realmente ocupadas por el ejército.
El Frente de Operaciones designa el espacio geográfico que separa los 2 ejércitos, extendiéndose a una o a
muchas marchas más allá de cada extremidad de su Frente Estratégico y donde es probable que lleguen a
chocar.
No obstante, según lo que dejó escrito Jomini, otro autor como Vial no admitió la distinción de Jomini y
que da al frente de operaciones el concepto que según este tiene el frente estratégico:
La línea más o menos regular que forman las cabezas de los cuerpos de ejército que avanzan combinados o
los extremos de las columnas que retroceden para tomar posiciones defensivas.
Es una de las maniobras más importantes porque formando así el ejército una perpendicular con su propia
base, se hace dueño de dos de los lados del teatro y se coloca desde luego en una situación casi tan
favorable como si tuviera una base con dos Frentes.
Sucede con frecuencia que un ejército se ve obligado a tener dobles frentes estratégicos por lo siguiente:
La configuración del Teatro de Guerra, y como ejemplos según Jomini la frontera de Turquía
y España y los ejércitos que tratasen de pasar el Balcán o el Ebro se verían obligados a
tener un doble frente, el turco para dar su frente al valle del Danubio y el segundo para
atender a las fuerzas que pudieran destacarse de Zaragoza y de León
Porque toda la línea de operaciones ofensiva prolongada exige que estén bien asegurados
sus flancos y la defensa de un Frente Estratégico es uno de los más grandes
inconvenientes para un ejército que opere a la ofensiva obligado a destacar grandes
masas.
Puntos estratégicos
Según Jomini, son puntos estratégicos los que pueden ejercer grande influencia, ya sea en toda la campaña,
ya solo en un hecho de armas, como aquellos cuya situación geográfica y ventajas artificiales facilitarían el
ataque o defensa de un frente de operaciones o de una línea de defensa y las grandes plazas de armas bien
situadas.
Líneas de operaciones
Son aquellas que el ejército recorre para ir de la base al punto objetivo y es más bien un conjunto de líneas
y puede entenderse una media proporcional imaginaria entre todos los caminos recorridos realmente y un
ejemplo, el de los Aliados en 1813 al marchar a Sajonia sus ejércitos formaban tres líneas de operaciones
diferentes:
Batalla estratégica
Para los que han estudiado las campañas de Gonzalo Fernández de Córdoba, "El Gran Capitán"
caracterizadas por su sagacidad, tino maravilloso y tenaz perseverancia, con que luchando a brazo partido
con la diosa "Fortuna", supo preparar sus victorias en Cerinola y otras, viéndose lo siguiente:
Prevista
Preparada con un objetivo importante y decisivo
Que fuera producto de meditadas combinaciones
Que estuviese sometida a un plan anterior y estudiado
Pero que sea flexible este Plan en el que pudieran caber modificaciones adventicias que
los sucesos impongan.
Que se tuviera muy en cuenta el terreno para adaptar a él la formación y las maniobras.
Que el orden en conjunto presentase la debida trabazón, sin grandes claros o intersticios.
Ofrecía al enemigo algún hueco para desorientar
Que hubiera defensa y apoyo recíproco
Que los flancos y la retaguardia estuvieran seguros
Que las armas se auxiliasen y combinasen, sin embarazarse, sin mezclarse, sin
entorpecerse en su acción.
Que el orden se prestase con elasticidad a todo género de movimientos, sin que la derrota
ni el desorden en un punto pudiera cundir y trastornar al resto.
Que el paso de líneas o relevo se verificase sin confusión.
Que el fuego de las "Reservas" se dilatase, conteniendo todas las impaciencias hasta el
momento supremo.
Que las impedimentas, parque, material, tren, equipajes no corriesen peligro, ni en caso de
retirada embrollasen el movimiento ya de suyo angustioso y ocasional
Que el ímpetu mismo del ataque se refrenara, contando con que la persecución había de
ser
inmediata e implacable.
Ruptura estratégica
La ruptura estratégica es el único ataque de frente posible, porque el ataque frontal sin ruptura de la línea de
defensa enemiga no puede producir buenos resultados más en el caso de haber una verdadera desigualdad
de fuerzas:
La ruptura consiste en caer sobre el frente enemigo a modo de cuña para romperlo y una
vez separado en varias partes batir cada una de ellas separadamente impidiendo que
combinen sus esfuerzos
Para que lo dicho tenga éxito es preciso que el atacante maniobre por líneas inferiores a fin
de que una vez abierta la brecha el atacado se vea obligado a seguir direcciones
divergentes, abriendo más y más la brecha
Esta combinación debe emplearse cuando el enemigo se extienda sobre un frente
estratégico excesivo
En la batalla del Marne, la ruptura estratégica, con el avance general de las tropas aliadas,
que debían llevar al interior de la misma al ejército británico y la 5º francés con elementos
superiores a los de los cuerpos de jinetes del Kaiser que se produjo en su línea, no pudo
remediarse con los triunfos tácticos que obtuvieron los ejércitos imperiales del centro y la
derecha, porque el dispositivo francés se deformó sin llegar a romperse mientras se hacía
cada vez mayor la brecha existente en el de los germanos, y la retirada alemana la única
solución.
La ruptura estratégica solo debe tener lugar cuando lo recomienden los desaciertos del enemigo y es más
aconsejable el ataque al flanco que lleva consigo la ventaja de obligar a tomar nuevas posiciones y
amenazar las comunicaciones del atacado, y es el ataque de flanco el germen del movimiento envolvente
que consiste en la prolongación del ataque sobre una de las alas, desbordando el flanco atacado y cortando
la línea de retirada del adversario ( como la Batalla de Tannenberg (1914), en la Primera Guerra Mundial,
en la que inmortalizó su nombre Paul von Hindenburg).
Estrategas importantes
Véase también
Armisticio Guerras Médicas Guerra de
Artillería Guerras Púnicas Independencia de Cuba
Asedio Guerras Samnitas Guerra Hispano-Cubano-
Armada Reino de Macedonia Estadounidense
Aviación de combate Conquista de las Galias Primera Guerra Mundial
Base naval Guerra Civil de Roma Guerra Civil Rusa
Bloqueo naval Imperio Mongol Guerra del Chaco
Blitzkrieg Cruzadas Segunda Guerra Mundial
Caballería Guerra de las Dos Rosas Guerra Civil China
Casus belli Reconquista Española Guerra de Corea
Carro de combate Conquista de América Revolución Cubana
Dictadura militar Guerra de los Cien Años Guerra de los Seis Días
Disciplina militar Guerra de Sucesión Guerra de Vietnam
Ejército Guerra de los Treinta Guerra de Angola
Estado Mayor Años Guerra de Etiopía
Falange Guerra de los Siete Años Guerra de Irán-Iraq
Fortaleza militar Guerra de Guerra Fría
Independencia de Intervenciones militares
Genocidio
Estados Unidos de los Estados Unidos
Guerra
Revolución Francesa Primera Guerra del Golfo
Guerra asimétrica Guerras Napoleónicas Guerras Yugoslavas
Guerra de guerrillas Guerras de Guerra de Kosovo
Guerra contra el Independencia Invasión de Iraq de 2003
terrorismo Hispanoamericanas
Intervención militar en
Infantería Guerras Carlistas Libia de 2011
Logística militar Guerra de Secesión Guerra de Siria de 2011
Mercenarios Guerra de los Diez Años
Táctica Guerra de la Triple
Alianza contra el
Táctica militar Paraguay
Tercio Guerra franco-prusiana
Notas y referencias
10. El feudalismo como la aplicación instintiva
1. Gartner, pp. 163.
de una nueva base del derecho, trasladó a
2. Bassford, Christopher (2002). «Clausewitz la esfera del derecho y sobre el elemento
and his Works». Consultado el 25 de mayo común, el elemento individual que faltaba
de 2010. (http://www.clausewitz.com/readin en el mundo antiguo, al hecho común de la
gs/Bassford/Cworks/Works.htm) conquista, y tenía en casos analogía con la
3. De la guerra, Escuela de Guerra Naval, clientela y patronato antiguo,
1945, por Carl von Clausewitz diferenciándose esencialmente de esta en
4. El teniente coronel e ingeniero Vicente que el patronato era limitado, supletorio del
Ferraz publicó en Madrid, Imprenta Real, derecho estricto y el feudal fue relación
1800 la obra Tratado de Castramentación o general, tenía carácter puramente civil, era
arte de campar ocupándose base directa de derecho y corregía el
preferentemente de los hebreos, griegos y derecho estricto antiguo, juntando por las
romanos según copiosas descripciones de relaciones personales los estados que
Polibio, Vegecio y Justo Lipsio aquel separaba, y los conquistadores
5. Semejante táctica apuraba la paciencia del daban parte de lo ganado bajo la
ardiente africano, quien perdiendo la obligación de fidelidad y a servicio de
esperanza de atraer a una formal batalla a guerra y la duración de esta relación
Fabio, a quien sus mismas legiones dependía del cumplimiento de la
llamaban El Pedagogo, se vio obligado a obligación recíproca; Compendio de
levantar el campo para ir en busca de historia universal, de G. Weber, Madrid:
víveres (cita sacada de la obra de Jean Imprenta Díaz y compañía, 1853
Bernard Mary-Lafon Roma antigua y 11. En el siglo XIII el Señor de Beaumanoir
moderna, Madrid: Librería Española, 1857) (ca. 1210 - ca. 1265) en su compilación de
6. Según Napoleón III, «el Senado ponía en las Costumbres de Beauvaisis determina
práctica los principios que fundan los las formalidades que se requieren para la
Imperios y las virtudes que la guerra guerra privada
engendra. Rodeada de vecinos belicosos 12. La mayor parte de los jurisconsultos opina
Roma tenía que triunfar o perecer, de aquí que la esencia del feudo consiste en la
esa superioridad en el arte de la guerra». reserva que hace el señor o el que le
(obra: Histoire de Jules César, París: H. concede, de la propiedad originaria; y por
Plon, 1865-66, 2 vols.) parte del vasallo, en una prestación
cualquiera, en señal de fe y homenaje. Por
7. El poeta del siglo XVIII Ricardo Glover
eso en el feudo se distingue la propiedad
compuso la tragedia Boadicea
útil y la directa, como en los contratos
8. Cita sacada de Discursos varios del arte de enfiteúticos. Francisco Foramiti Manual de
la guerra:... cuyo autor es José Serrano jurisprudencia feudal, Venecia, 1841.-
Valdenebro, Madrid: J. Ibarra, 1796 Sobre la palabra valbasores algunas
9. Obra: De bello Gotorum obras: Diccionario histórico y forense del
derecho real en España, de Andrés
Cornejo, Madrid: J. Ibarra, 1779-1784, 2 restauración, empieza por una biografía de
vols; Discursos de la nobleza de España, los tratadistas y mientras que Guarnieri y
de Bernabé Moreno de Vargas, Madrid: otros autores principian solo desde
Antonio Espinosa, 1795; reeditada por Lex Tartaglia en 1546, Promis lo hace desde
Nova, 199 Egidio Colonna que dedicó la obra citada a
13. Según Augustin Thierry en el Norte de Felipe el Atrevido que escogió a Colonna
Francia se realizó la revolución comunal preceptor de su hijo; obra de Carlos
bajo el principio de la antigua ghilde Promis: Memorias históricas sobre el arte
germánica o banquete de gastos comunes, del ingeniero y artillero en Italia, Madrid:
palabra que significa también asociación o Memorial de Imgenieros, 1882
cofradía porque todos sus individuos 17. L' Espectateur militaire. Recueil de
prometían por medio del juramento science, d'art et d'histoires militaires, Tomo
defenderse unos a otros y ayudarse como I, II, IV sobre Filologiam, París, 1865
hermanos, modificado bajo el imperio de 18. Obras: Del arte de la guerra y El Príncipe
las ideas cristianas en la Edad Media; 19. Paulo Jovio describió el ejército de Carlos
obra: Lettres sur l'histoire de France, París: cuando entró en Roma: suizos y alemanes
Furne, 1853 (reeditada en 2012, con espada corta y lanzas de 10 pies y
Classiques Garnier; otra obra de Thierry: otros alabardas y de cada mil infantes 100
Histoire de la conquete de l' Angleterre par tenían fusil; 5.000 gascones ballesteros,
les Normands, París: Jouvet, 1882. caballería escogida entre la nobleza
14. Autor de Historia orgánica de las armas de francesa; escuderos que a veces servían
infantería y caballería españolas, Madrid: como caballería ligera; los arqueros
D. B. González, 1851-59, 16 vols. llevaban un gran arco a la inglesa e iban
15. "A pesar de que esta ciudad estaba armados de yelmos y gruesos venablos;
defendida por rocas escarpadas, no por guardia del rey 400 de a caballo, 140
eso dejo Jan Žižka de circunvalarla con cañones gruesos y otros muchos pequeños
murallas y antemurallas. En parte se que rodaban rápidamente tirados por
hallaba bañada por el río de Lusinitz y en caballos
parte por un torrente considerable. El 20. Autor de Nueve discursos de la ciencia
espacio para entrar en ella por tierra es militar, Madrid: Biblioteca militar, 1851
apenas de treinta pies. Allí hay un foso muy 21. Elogio del principe Raimondo
hondo y un triple muro de tal espesor que Montecuccoli, Bolonia, 1776
esta a prueba de toda máquina de guerra.
Maestros los taboristas en tomar plazas 22. Duque de Sully tuvo el cargo de gran
habían construido muchas torres y muchos maestre de artillería y creó arsenales,
antemurales a lo largo de las murallas y en parques, reservas, laboratorios, un sistema
los sitios más necesarios. Aquel era el completo de material
refugio de todos los herejes. Jan fue el 23. Sobre la última empresa de Turena, el
primero que lo edificó y los que le siguieron conde de Guibert dice lo siguiente:
aumentaron las fortificaciones según su Estudiando la campaña que puso fin a la
genio. La describimos Tabor tal cual la vida de Turena le he visto por espacio de
hemos visto", palabras de Aeneas Silvius seis semanas en frente de Montecuccoli
Picolomini, cardenal, que fue vicecanciller hacer una guerra de posiciones y de
de Federico III de Habsburgo, que le envió movimientos enteramente igual a la que
en misiones diplomáticas a Roma, Milán, haría otro general con la táctica moderna;
Nápoles, Bohemia y otros lugares. Aeneas alguna obra de Guibert: Écrits militaires,
posteriormente fue papa llamado Pío II. 1722-1790, París: Copernic, 1977; Oeuvres
Dejó varias obras escritas, entre ellas: militaires de Guibert, París: Magimel, 1803,
Historia de los Bohemianos.... y Historia de 5 vols.
la Europa, desde el reinado del emperador 24. Por medio de maniobras dirigidas
Federico III..., 1685, en fólio conforme al objeto obtuvieron las tropas
16. Carlos Promis comentando la obra de prusianas una agilidad, una habilidad de
Martini, investigó los cambios en la ciencia evolucionar hasta entonces desconocido y
de la fortificación hasta su completa los reglamentos del rey establecieron y
aseguraron la unidad de ejecución; cita de instituto de Estrategia Comparada, 2001;
Carl von Decker Táctica de las tres armas; War, society and enlightenment:.., Leiden:
otras obras de Decker: Elements de Brill, 2005
stratégie pratique, Brusselas: Méline, 1849; 31. Obras de La Barre Duparcq: Éléments d'art
La Petite guerre..., París, 1827, 3 vols.; et d'histoire militaires,..., París: C. Tanera,
Batailles et principaux combats de la 1858; Hannibal en Italie, París: C. Tanera,
guerre de Sept ans.., París, 1839-40, 3 1863; Histoire de l'art de la guerre, París,
vols; Algerien und die dortige 1860-64; Verdun en 1792:.., París: Surcy,
Kriegführung,.., Berlín, 1844, 2 vols. 1890; Los Perros de guerra: estudio
25. Obra de Federico: Instrucción militar del rey histórico, Madrid: Correo Militar, 1874
de Prusia para sus generales 32. Giacomo Durando a la estrategia y a la
26. Gran Bretaña fue también la primera en táctica del Archiduque Carlos añade en su
experimentar las ventajas de forrar en obra Della Nazionalità italiana, Parigi: A.
cobre los navíos, medio muy propio para Franck, 1846 la Táctica-Estrategia o Gran
conseguir la ventaja en combate naval Táctica: elegir entre todos los puntos
27. Obras: Essais militaires,.., Amsterdam, señalados por la estrategia los que deben
1762; Théorie de la guerre, Lausana, 1777 ser más favorables al buen éxito de una
(reeditada en 1978, París); Traite des empresa
armes defensives, Nancy, 1767 33. Cita del general M. S. Foy, autor de History
28. Obras: Dictionnaire de l'armée de terre,.., of the war in the Peninsula, under
París: J. Corréard, 1841-51, 17 vols; Napoleon, Londres, 1829
Manuel d'infanterie, París: Magimel, 1813; 34. Cita "Diccionario Militar", Madrid, 1869, del
Manuel des sergents et caporaux,.., París: general español José Almirante y Torroella
S. A. Hugelet, 1807 35. Federico Moretti et son "Diccionario militar
29. Colaborador de Encyclopédie methodique. español-francés" / Gabriel Laplane,
Art militaire, París, 1797 Bordeaux, 1963
30. Obras: Mémoires militaires et politiques du 36. Obra de Carrion-Nisas: Essai sur l'histoire
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Histoire des guerres d'Alemagne, París: vols.
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