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Actividad 2 Manufactura
Actividad 2 Manufactura
FACULTAD DE INGENIERIA
Profesor: Estudiante:
C.I. 30.814.365
Es por ello que los avances científicos están permitiendo encontrar diferentes
procesos no térmicos que consiguen, sin elevación de las temperaturas de los
alimentos, la eliminación de gérmenes patógenos para mejorar la conservación.
Las nuevas tecnologías en la conservación de alimentos van desde la aplicación
de altas presiones, irradiación, ultrasonidos o la aplicación de campos eléctricos
pulsados, entre otros.
Técnicas de conservación de alimentos no tradicionales.
Irradiación de alimentos.
La FDA ha aprobado una variedad de alimentos para ser irradiados, como los
siguientes:
Tecnología de barreras.
Otros métodos.
La extrusión.
Calentamiento dieléctrico.
Ultrasonidos.
Los ultrasonidos son otra alternativa que genera microburbujas dentro del medio al
que se aplica, que al destruirse generan gran cantidad de energía que destruye los
agentes patógenos. Se utiliza sobre todo en la descontaminación de vegetales
crudos, limpieza de equipos para el procesado de alimentos y, combinado con
sistemas de presión, en la esterilización de mermeladas, huevo líquido y para
prolongar la vida útil de cualquier líquido.
Los ultrasonidos son ondas sonoras con una frecuencia superior a la perceptible
por el oído humano, mayores de 16 kHz. Estas ondas a su paso por el alimento
producen diversos fenómenos que son los responsables de su acción contra los
microorganismos:
Los alimentos pierden calidad desde el momento que son cosechados u obtenidos
a través de cambios que son consecuencia de reacciones físicas, químicas o
microbiológicas. La conservación de alimentos es una lucha continua contra los
microorganismos y elementos que deterioran los alimentos o los hacen inseguros.
Los microorganismos y las enzimas son los principales agentes responsables del
deterioro y deben por tanto ser los objetivos de las técnicas de conservación.
Conservar los alimentos es lograr mantenerlos durante largo tiempo, bajo ciertas
condiciones que nos permitan consumirlos en cualquier momento, sin que causen
daño a la salud. La alteración de un alimento depende en gran parte de su
composición, del tipo de microorganismo que intervienen en su descomposición y
de las condiciones de almacenamiento o conservación.
Los microorganismos, como las bacterias y los hongos, estropean los alimentos
con rapidez. Las enzimas, que están presentes en todos los alimentos frescos,
son sustancias catalizadoras que favorecen la degradación y los cambios
químicos que afectan, en especial, la textura y el sabor.