UNIDAD 1-El Texto Como Unidad Comunicativa

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UNIVERSIDAD DE PIURA

LENGUA Y COMUNICACIÓN 1

El texto como unidad comunicativa1

1. Concepto de texto

Arribar a un único concepto de texto no es tarea fácil, pues son diversas las definiciones que
sobre este término se pueden encontrar; no obstante, intentaremos delimitar su contenido.

Partamos de que el texto es una unidad de análisis de la lengua; es más, la unidad de análisis
superior de la lengua, entendida como el máximo nivel al que se puede llegar en un acto de
comunicación. El texto es, pues, el producto final de este acto comunicativo en el que
interrelacionan emisor y receptor dentro de unas circunstancias determinadas, en un proceso de
negociación de intenciones: el emisor se comunica con el receptor con una finalidad (saludar,
explicar algo, persuadir, contar...), que el receptor debe saber reconocer.

Una de las definiciones de texto, propuesta por Enrique Bernárdez (1982: 85), puede ayudar a
comprender mejor lo que implica este concepto:

Texto es la unidad lingüística comunicativa fundamental, producto de la actividad


verbal humana, que posee siempre carácter social; está caracterizado por su
cierre semántico, así como por su coherencia profunda y superficial, debido a la
intención (comunicativa) del hablante de crear un texto íntegro y a su
estructuración mediante conjuntos de reglas: las propias del nivel textual y las del
sistema de la lengua.

Si analizamos esta definición podremos encontrar aquellas características que, según Bernárdez,
configuran al texto. En primer lugar, se habla del texto como unidad lingüística comunicativa
fundamental. Esto es, el texto es una unidad, un todo, en el que se integran unidades menores
(frases, oraciones, sintagmas, palabras, fonemas) que funcionan estrechamente relacionadas entre
sí y que ayudan a configurar el texto como tal, ya que se trata de un producto lingüístico, es decir,
que se produce con los signos y reglas propios de un lengua determinada, sea de forma oral o
escrita; es comunicativa, ya que el texto siempre se produce dentro de un acto de comunicación
entre 2 o más hablantes; y es fundamental, porque es la base de la comunicación; toda
comunicación se entabla con textos, diversos según las necesidades de los hablantes. Cuando nos
comunicamos no lo hacemos a través de frases, palabras u oraciones, sino a través de textos.

En segundo lugar, se señala que el texto es producto de la actividad verbal humana, ya que
solo los hombres con su facultad del lenguaje pueden utilizar textos para comunicarse. Si bien el
hombre puede valerse de códigos no lingüísticos (imágenes, señales, sonidos...), la plenitud de su
pensamiento solo puede ser comunicado por medio del habla.

En tercer lugar, posee carácter social, pues la comunicación se produce siempre en sociedad,
exige la presencia de otro con quien desea comunicarse. Todo texto se dirige siempre a un receptor,
conocido o supuesto, único o múltiple, etc. Además, el texto va ligado siempre al contexto en el
que se ha producido, lo cual es determinante muchas veces para su correcta interpretación.

El texto posee cierre semántico, esto es, tiene sentido completo. El texto debe bastar para
comunicar lo que se quiera. Por ejemplo, si alguien desea saludar de manera informal y rápida a
otra persona, bastará con que diga “¡Hola!” para cumplir con esa intención y para transmitir a
cabalidad su mensaje en esas circunstancias. Tanto el emisor como el receptor entenderán ese
único signo como suficiente para lograr el acto comunicativo.

Asimismo, la coherencia profunda y superficial del texto se logra por la relación entre las partes
que componen el texto, de modo que no haya entre ellas contradicciones o imprecisiones que
distorsionen o impidan la comunicación del mensaje. Además, el texto cobra sentido en cuanto se

1 Tomado del material trabajado por la prof. Shirley Cortez.

1
ajusta a la lógica del pensamiento humano y no contraviene el conocimiento del mundo. Por
ejemplo, decir que el caballo blanco de San Martín es negro sería incoherente, ilógico, pues no
puede ser blanco y negro a la vez; o afirmar que la capital del Perú es Piura sería ir contra lo que se
sabe respecto de la división geopolítica del Perú. Esto es, la coherencia atiende a lo que se dice en
el texto mismo, pero también le otorgamos sentido en relación con lo que se sabe del tema del que
se habla; así, mientras mayor sea nuestro conocimiento enciclopédico, mayor será la comprensión
del texto y se podrán detectar las incoherencias que puedan filtrarse en él, intencionalmente o no.

Todo texto parte de una intención comunicativa del hablante de crear un texto íntegro; es decir,
que en la comunicación partimos a priori de que el emisor si entabla una comunicación, lo hace
guiado por algún motivo o alguna razón y que brindará la información que haga falta para lograr
tal fin. No obstante, según las circunstancias, el emisor podría esconder su intención, maquillarla y
será tarea del receptor poder llegar a ella o hacer de cuenta que no ha descubierto la intención
real del emisor, con lo que la comunicación sería fallida.

El texto, por último, se estructura en torno a dos tipos de reglas: las del nivel textual y las del
sistema de la lengua en que se produce (español, inglés, francés...). Así, no basta con saber escribir
bien en un idioma, o sea, saber las letras, formar palabras, oraciones, pronunciar bien los sonidos,
no cometer faltas ortográficas o fallos de redacción; todo ese conocimiento es preciso, pero no es
suficiente. Cuántas veces nos habremos enfrentado al hecho de que a pesar de ser hablantes
nativos, que conocen y dominan su lengua, nos has costado escribir un texto porque no sabemos
cómo hacerlo: la primera vez que se nos pidió hacer un resumen, una reseña o una solicitud o una
declaración jurada o hacer un brindis en una fiesta. En estas situaciones, lo que nos faltaba era el
modelo que teníamos que seguir para poder hacerlo, un modelo del que, a lo mejor carecíamos y
que impedía realizar el texto. Por tanto, para poder producir a ese texto tendremos que recurrir a al
ayuda de otros, de fuentes que nos indiquen qué modelo seguir para, por imitación, poder producir
el texto propio. Cuando se aprende una lengua, no se aprender, pues, solo su gramática o su
fonética, se aprende también los distintos tipos de textos que rigen la vida en esa comunidad. El
alumno universitario, por ejemplo, tendrá que aprender a comunicarse con tipos de textos propios
de su ámbito académico: el examen oral o escrito, la exposición, el trabajo, la presentación
audiovisual, la solicitud, el reclamo..., que, conforme vaya avanzando en su vida académica, irá
dominando y lo mismo hará cuando se enfrente a su vida profesional y, en general, en todos los
ámbitos de si vida.

El texto como unidad de nivel superior

El texto supera el nivel oracional de la lengua, excede los límites de la oración y recurre,
incluso, a factores extralingüísticos para su producción y comprensión. Por ejemplo, si analizamos la
oración “Ponlo allí” podemos reconocer que la está formada por un verbo en modo imperativo
(pon) seguido de un pronombre enclítico (lo) y un adverbio de lugar (allí); que indica una orden
hacia un receptor (tú) y que el mensaje señala que se debe poner algo (masculino singular) en un
lugar cercano al hablante. Sin embargo, no podríamos precisar qué es lo que se pondrá y en qué
lugar exactamente, pues esa información queda fuera de la oración, se debe obtener del contexto,
que no es un hecho lingüístico, sino extralingüístico y que, sin embargo, es completamente
necesario para poder interpretar el mensaje a cabalidad.

2. Texto y contexto

En todo acto de comunicación se hallan presentes unos elementos no lingüísticos que


ayudan a los interlocutores a la elaboración e interpretación del mensaje. Se suele hablar de
contexto o entorno para designar aquella realidad que rodea la comunicación, sea física o virtual
(conocimientos, experiencias y actividades del hablante).

Todo texto –oral o escrito– existe ligado a un contexto, se relaciona directamente con él,
tanto para su producción como para su comprensión. El contexto abarca no solo el espacio físico
o el tiempo en el que se produce, sino que también incluye el saber compartido (conocimientos y
creencias) entre emisor y receptor, que el emisor presupone en el receptor y que ese activa para
poder comprender el texto.

2
Según el lingüista rumano E. Coseriu (1989: 313), el contexto viene constituido por toda la
realidad que rodea un signo, un acto verbal o un discurso, como presencia física, saber de los
interlocutores y como actividad. Pueden distinguirse tres tipos de contexto:

a) Contexto idiomático: es la lengua misma como contexto; es decir, el significado que posee una
palabra en cuanto parte de una lengua determinada. Todo signo realizado en el discurso
significa en complejos sistemas de oposiciones y asociaciones formales y semánticas con otros
signos, que no se dicen pero que pertenecen al acervo lingüístico de los hablantes. Por ejemplo,
los significados posibles del signo piña en español: ‘fruto del pino’; ‘fruta’ (= ananá); ‘conjunto
de personas muy unidas’, etc. 2

b) Contexto verbal: es el que rodea al texto en sí, los elementos verbales que conforman el mensaje
que se transmite. En este sentido, un signo adquiere valor dentro del texto, en relación con los
signos anteriores y posteriores a él. Por ejemplo, fijémonos en los siguientes enunciados en los
que el signo piña delimita su significación según el resto de elementos que conforman el
enunciado, lo que permite al receptor discernir, en cada caso, de qué acepción de piña se
habla.
• ¡Pon una piña en tu balcón! (planta)
• ¿Cómo preparar una piña colada? (bebida alcohólica a base de jugo de piña = fruta)
• Orlando Bloom le pegó una piña a Justin Bieber por una mujer (= puñetazo, pegar ayuda a
saber que se trata de un golpe.)
• Patri Soler: “Somos una piña dentro y fuera de la cancha”. Hoy conocemos un poco más a
la joven ala-pívot malagueña del Club Baloncesto Conquero, Patricia Soler Suárez. (=
grupo unido)
• DellyMadrid sigue bien piña con los accidentes. Se rompió los ligamentos grabando spot.
(= mala suerte, accidentes, romperse los ligamentos ayudan a comprender que se trata de
algo negativo.)

c) Contexto extraverbal: todas las circunstancias no lingüísticas que se perciben directamente o


son conocidas por los interlocutores. Por ejemplo, en los enunciados anteriores todo aquello que
escapa a los propiamente lingüístico y que, sin embargo, es un conocimiento que se activa para
poder interpretar los mensajes: en el primer caso, saber que en los balcones la gente coloca
plantas para decorar; en el segundo, saber que existe una bebida alcohólica llamada así; saber
quiénes son los involucrados en la pelea (Bieber y Bloom); conocer cómo se juega el básquet
(ala-pívot, que es un juego de equipo, que se forman clubes, que hay competencias, etc.);
saber quién es Delly Madrid.

3. Información explícita e implícita en los textos.

La comunicación humana, a través de diversos textos orales o escritos, supone en el emisor la


capacidad de valorar qué información hace falta expresar de manera explícita y qué otra
puede dejar suspendida, pues será recuperada por el receptor. Este balance entre contenido
implícito y explícito en el texto permite una comunicación fluida entre los interlocutores.

Así, por ejemplo, si analizamos el siguiente anuncio publicitario, además de la información


explicita, manifiesta en el texto, tendríamos que atender a otros datos no presentes
directamente, pero que reclaman su presencia para poder entender el mensaje
completamente y que el anuncio sea efectivo:

2 DRAE (2003)1. f. Fruto del pino y de otros árboles (...); 2. f. Ananás; 3. f. Mazorca del maíz, especialmente cuando carece de farfolla;
4. f. Conjunto de personas o cosas unidas o agregadas estrechamente; 5. f. Tejido blanco mate, transparente y finísimo, que los
indígenas de Filipinas fabrican con los filamentos de las hojas del ananás. Sirve para hacer pañuelos, toallas, fajas, camisas y vestidos
de niños y señoras; 6. f. Ingen. Masa esponjosa de plata, de forma cónica, que queda en los moldes, donde se destila en los hornos
la pella sacada de minerales argentíferos.; 7. f. Mar. Especie de nudo, generalmente redondeado, que se teje con los chicotes
descolchados de un cabo; 8. f. Sal. Cresta de pavo; 9. f. Can., Arg., Bol., Cuba, Hond., Par. y Ur. Puñetazo; 10. f. Cuba. Dispositivo que
permite conectar simultáneamente tres enchufes en una única toma; 11. f. despect. coloq. Cuba. Camarilla; 12. f. El Salv. Hombre
homosexual; 13. f. Nic. Racimo de frutas. Piña de cocos; 14. f. coloq. Perú Persona con mala suerte. U. t. c. adj,

3
“Tus hijos también necesitan crecer
El pan Bimbo es frescura y nutrición creado especialmente para garantizar el desarrollo de tus
hijos porque está enriquecido con hierro y vitaminas.
Bimbo.
Lo hacemos con amor”.

Si observamos la imagen, el mensaje viene acompañado de una figura reconocida mundialmente,


el argentino Leo Messi, importante futbolista de un famoso equipo español, que funciona como
gancho del producto.

En primer lugar, el uso del adverbio también en la


primera oración indica que la información que
presenta es un dato adicional a algo ya mencionado,
pero que en este caso debe ser deducido por el
receptor. Y es ahí donde este debe conectar la frase
con la imagen del futbolista, lo cual supone en el
receptor un saber compartido: la historia de la vida de
este jugador3; sin ese dato, el mensaje pierde la fuerza
que quiere lograr.

Sabido es que en su niñez Messi, apodado ‘La pulga’,


era un futbolista destacado, pero era muy pequeño
para su edad, pues padecía de “déficit parcial de la
hormona de crecimiento”. Sus padres pudieron
someterlo por un tiempo al tratamiento requerido que,
felizmente, pudo completar cuando el jugador pasó a
formar parte del Fútbol Club Barcelona. Gracias a este
tratamiento Messi superó su problema y logró un
desarrollo normal, lo que de lo contrario le hubiera
impedido llegar a jugar en la primera división.
Entonces, con esta información implícita en el mensaje
a través de la figura de Messi, se entiende que también es un añadido a “Así como Leo Messi creció,
tus hijos también necesitan crecer”. Es más, se podría pensar en “crecer” no solo literalmente
(‘aumentar de talla’), sino metafóricamente: hacerse alguien grande, reconocido, famoso.

De otra parte, el texto continúa señalando dos características del producto ofrecido, marcadas en
negrita, frescura y nutrición, que indican al receptor también una información implícita: ya que se
trata de un producto envasado, que tiene un periodo de conservación, se indica que este hecho
no es impedimento para que el producto se mantenga fresco y conserve todos sus nutrientes. Esto
es, se trata de equiparar este producto con el pan de panadería.

Asimismo, se apoya en otra información implícita: la preocupación de los padres por alimentar
correctamente a sus hijo, brindándoles alimentos nutritivos que les permitan su correcto desarrollo,
que es justo lo que intenta ofrecer el producto: garantizar el desarrollo de tus hijos porque está
enriquecido con hierro y vitaminas. El hierro y las vitaminas, que es lo que se marca como el
diferencial del producto, también brinda una información implícita: se sabe que tanto el hierro
como las vitaminas ayudan a los niños a crecer, evitan la anemia infantil (generada por una mala
alimentación); las vitaminas, aunque no se dice cuáles, son también un complemento a al
alimentación balanceada que deben recibir los niños.

Por último, se recurre al eslogan del producto “Lo hacemos con amor”, que también contiene una
información implícita: los padres brindan amor a sus hijos y por ello se preocupan de darles lo mejor.

Vemos, pues, que la información implícita complementa lo expuesto en el texto, lo que requiere
que el receptor establezca una serie de conexiones (muchas veces inconscientemente) entre lo
que se dice y sus saberes previos, su conocimiento del mundo, de los textos a los que se enfrenta. El

3Para más datos ver: http://www.elespectador.com/deportes/futbolinternacional/historia-del-problema-de-crecimiento-de-lionel-


messi-articulo-489999

4
anuncio de Bimbo se vale de información implícita para reforzar el valor de su producto y, por tanto,
generar un mayor impacto en el consumidor. Así, señala Reyes (2012: 126), uno de los rasgos más
notables de los anuncios es que los anunciantes adoptan el punto de vista de los clientes,
presuponiendo sus expectativas, creencias, deseos.

En este ejemplo, no obstante, el receptor deberá saber que este texto, al ser un anuncio publicitario,
lo que busca es motivar al receptor al consumo de un producto, que es presentado de manera
atractiva y destacando solo lo bueno que tiene y, teniendo en cuenta eso, sopesar qué tan fiable
puede ser la información y asumirla como cierta.

Bibliografía

Álvarez, Alfredo (2005). Escribir en español. Oviedo: Ediciones Nobel.


Calsamiglia, Helena; Tusón, Amparo (1999). Las cosas del decir: manual de análisis del discurso.
Barcelona. Ariel.
Cassany, Daniel, Luna, M.; Sanz, G. (1994): Enseñar lengua. Barcelona, Graó.
Cervera, Ángel (2010). Guía para la redacción y comentario de texto. Madrid: Espasa.
Coseriu, Eugenio (1989 [1962]). Teoría del lenguaje y Lingüística General. Madrid: Gredos.
_____________ (1977). El hombre y su lenguaje. Madrid: Gredos.
Cuenca, María Josep (2010). Gramática del texto. Madrid: Arco Libros.
De Beaugrande, Robert; Dressler, Wolfgang (1997). Introducción a la lingüística del texto. Barcelona:
Ariel.
Instituto Cervantes (1997-2015). Diccionario de términos claves de ELE. En línea:
http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/diccio_ele/indice.htm
Reyes, Graciela (2012). Cómo escribir bien en español. Madrid: Arco Libros, 8.ª ed.
Romero, María Victoria (coord.).(2009). Lengua española y comunicación. Barcelona: Ariel, 3ª ed.

Obras de consulta:
Real Academia Española. Diccionario de la Lengua española (2003). En línea.

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