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DESAFÍOS GLOBALES.

SADER

América Latina fue el lugar donde nació el neoliberalismo y el lugar donde más
se expandió, fue el laboratorio de experiencias neoliberales por excelencia.
Que América Latina tenga ésto es una condición -necesaria pero no suficiente, por
cierto- para la ruptura del modelo: el que no opta por la integración regional no tiene ni
posibilidad de plantearse el tema que es el posneoliberalismo.

Democratizar es desmercantilizar, sacar de la esfera del mercado y pasar a la esfera


del derecho, a la esfera pública. Esa es la polarización fuerte: no es entre lo privado y lo
estatal, es entre esfera pública y esfera mercantil. El Estado es un espacio de disputa entre
los intereses públicos y los intereses mercantiles. Ese es el gran tema de nuestro tiempo.

De alguna manera, se está construyendo un nuevo proyecto hegemónico,


multinacional, multiétnico, multicultural.
La estrategia posible hoy es esa. No hay ningún proceso irreversible, sabemos por
todo lo que pasó en la historia, pero se avanzó extraordinariamente. Nunca América Latina
tuvo a la vez tantos gobiernos progresistas. Es el eslabón más débil de la cadena neoliberal,
donde el neoliberalismo encontró más resistencias y ahora se producen avances
alternativos significativos.

El posneoliberalismo es el camino de negación del capitalismo en su fase


neoliberal, que mercantiliza todo, en que todo tiene precio, todo se compra, todo se vende.
El posneoliberalismo, al contrario, afirma derechos, valores, esfera pública, ciudadanía y ahí
se da la disputa fundamental de nuestro tiempo, en que América Latina es el escenario más
importante, el eslabón más débil de la cadena neoliberal.

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