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Corozal, 24 de noviembre del 2023

Amada hija:
No sabíamos como empezar a escribir esta carta. Queríamos hacer de ella un
detalle realmente especial, porque así eres tú y así lo mereces.

Desde que empezó a rayar el alba, no hemos hecho otra cosa que recordar aquel
12 de septiembre, cuando Nuestro padre celestial nos concedió la dicha de tenerte
en nuestros brazos por primera vez hace 11 años… Aquel momento, único y
especial, mientras contemplábamos cada detalle de tu pequeño y hermoso
cuerpecito marcó un antes y un después en nuestras vidas… Y Desde entonces,
nos negamos cualquier posibilidad de rendirnos, pues, tú te convertiste en el
motivo, la inspiración, las ganas, el deseo de salir adelante, de luchar, de alcanzar
lo inalcanzable.
Ver cada día la doncella en la que te has convertido nos hace sentir realmente
honrados y nuestro corazón se agranda de orgullo con cada uno de tus logros.
Nos resulta difícil soltar el nudo en la garganta, mientras te dedicamos estas
palabras. Hoy nos tocó hacer de nuestras lagrimas la tinta para escribírtelas;
lagrimas no de dolor o tristeza, sino de felicidad y gratitud hacia Dios por darnos
este privilegio de llamarte hija y nuestra primogénita.
Queremos que siempre te sientas amada, respetada y protegida; que seas fuerte,
sabia, inteligente, feliz, amorosa, sensible, pero, sobre todo, llena del temor de
Dios y de una fe inquebrantable.
Mi pequeña nena, te amamos y te amaremos toda la vida y si nos dieran otra
oportunidad te volveríamos a escoger como nuestra hija.
Papito Dios te dé un espíritu enseñable, lleno de amor, poder y dominio propio, y
un corazón manso y humilde.
Recuerda siempre que nunca escatimaremos nuestros esfuerzos para darte todo
lo que necesitas y más… Siempre podrás contar con nosotros, sin importar las
circunstancias….
Eres nuestra vida, nuestra Barbie y el mejor regalo del cielo…
¡¡TE AMAMOS!! DIOS TE SIGA BENDICIENDO…

Papi y Mami

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