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➋ Agujerear la base. Ahora toca realizar los necesario agujeros de drenaje en la base de la
futura maceta. Para ello se puede emplear un taladro, una navaja o cuchillo (peligroso en manos
inexpertas), una varilla metálica que calentamos previamente con un encendedor o un
soldador/cautín de los que se usan en electrónica.
Y con esos sencillos pasos ya tenemos la más sencilla maceta realizada a partir de una botella de
plástico.
Si se desea colgar, se puede realizar otro par de agujeros en la parte superior para pasar un
cordón o alambre.
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Uso horizontal
En este caso, la botella se usará acostada sobre uno de sus lados, por lo que habrá que realizar
un orificio para la planta, otros para el drenaje en el lado opuesto y finalmente una sujeción para
que no ruede sobre sí misma. Si es plana esto último no es necesario.
➊ Realizar el agujero para la planta. Tras colocar la botella en posición horizontal e identificar
qué lado quedará hacia arriba, hay que practicar una abertura en el mismo, para poder llenar de
tierra la botella y poner la planta.
Este corte debe hacerse con navaja o cuchillo afilados, o con una tijera de puntas finas si el
plástico no es muy grueso.
Se puede hacer de forma redonda, cuadrada, rectangular, o la que se quiera, pero debe ser
acorde al tamaño que necesitará la planta en la base de su tallo.
➋ Drenaje. Al igual que en la botella vertical, el agua de riego sobrante debe poder salir de la
botella, y para ello basta con hacer unos agujeros en la zona opuesta a la abertura anterior.
Una varilla o punzón calientes son la mejor herramienta para este propósito.
➌ Realización del soporte. Si la botella no tiene caras planas y se pone sobre el suelo, rodará
pudiendo estropear lo que se plante en ella. Para evitarlo que asegurarla de alguna manera.
Opciones:
- Fabricar una base plana por abajo y con la forma del contorno de la botella por arriba, de
manera que esta encaje en ella y no ruede.