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El cementerio era un lugar tenebroso, se decía siempre que había actividad paranormal por la

noche y la vibra era tan pesada que estar mucho tiempo ahí era insoportable.

Pero específicamente el cementerio de Santa Lucía tenía mala fama por enterrar a las personas
cuyas muertes fueron trágicas, desde gente que murió por falta de oxígeno al ser asfixiadas,
personas que murieron a causa de las tormentas y las calles inundadas fueron la causa de la
facilidad con la que la electricidad acabó con tanta gente. Personas que fueron asesinadas
brutalmente que es difícil siquiera imaginarlo.

Aún con las advertencias de su madre, decidió ir.

Eran cerca de las 3 de la mañana cuando él y yo llegamos, él sabía que a esa hora la tensión en el
lugar era más pesada, pero su hipótesis que había imaginado solo se centraba en decir que la
gente se sugestionaba.

Me dijo que tome mi cámara y empezara a grabar y eso hice. Grabé a cada lugar que íbamos, era
como una exploración urbana. A medida que los minutos pasaban, yo sentía el ambiente más
pesado y juraba que podía sentir que alguien nos seguía. Se lo mencioné y prefirió llamarme loco.

Caminamos más y más hasta que me sentí cansado, él dijo que quería seguir explorando, por lo
que no tuve otra más que seguir adelante con él. Era peligroso estar solo a esa hora y más en el
cementerio.

Tan pronto cuando seguimos caminando, observé a lo lejos una figura asimétrica detrás de una de
las lápidas, mi sangre se heló por un momento, dejé de caminar y la cámara cayó al suelo en seco.
Él me preguntó si estaba bien, pero las palabras no podían salir de mi boca. Cuando me calmé le
dije lo que ví, creí que gracias a eso nos iríamos de una vez, pero parecía que eso lo emocionaba
más, sus ojos brillaron cual galaxia, creo que hasta una persona con miopía podía ver la emoción
en su rostro.

Me tomó de la mano y me jaló para ir a la lápida donde vi al ente, pero ya no había nada. Eso me
calmó un poco, pero solo fue un segundo cuando un destello cromático me cegó por unos
minutos. Cuando mis sentidos regresaron nuevamente, él ya no estaba.

Estaba solo ahora y no tenía a mi amigo junto a mí, aunque quería irme debía buscarlo primero.

El cementerio poseía de un templo próstilo, bastante conservado por lo que decidí buscar ahí,
pero no estaba él.

No tenía linterna porque la única que había se había desaparecido con él, por lo que agarré un
fósforo de los que había traído conmigo por si la batería de la linterna se acababa.

De nuevo sentí una presencia caminando detrás de mí, cada vez se sentía más y más cerca que
quería gritar del miedo. Sentí como una mano se posaba en mi hombro, tan pronto como lo sentí
grité tan fuerte como pude y voltee, pero de nuevo no había nada.

Caí en el suelo, asustado y temblando, no sé cuanto tiempo pasó cuando un grito desgarrador se
escuchó a lo lejos sincrónico a risas tenebrosas y fuertes. No se escuchaba una, eran varias y
sonaban tan maniáticas que estaba perturbado, pero honestamente la curiosidad me ganó.
Me acerqué al lugar donde provino, ahí lo ví de nuevo, estaba feliz por haberlo encontrado, pero
cuando me acerqué, cayó al suelo abruptamente, las risas resonaron de nuevo que sentí que me
volvería loco. Él me miró y me susurró un “Vete rápido” pero antes de que reaccione, él fue
arrastrado a la oscuridad de los árboles del cementerio.

Después de eso, nunca más lo volví a ver.

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