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La leyenda cuenta la historia de un río en Cuenca, Ecuador llamado Tarqui, que estaba protegido por el espíritu de una hermosa sirena. La sirena otorgaba su sabiduría y guía a quienes visitaban el río con respeto, pero castigaba a aquellos que contaminaban sus aguas. La leyenda enseñó a los habitantes de Cuenca la importancia de preservar el medio ambiente y convertir a la ciudad en un ejemplo de conservación.
La leyenda cuenta la historia de un río en Cuenca, Ecuador llamado Tarqui, que estaba protegido por el espíritu de una hermosa sirena. La sirena otorgaba su sabiduría y guía a quienes visitaban el río con respeto, pero castigaba a aquellos que contaminaban sus aguas. La leyenda enseñó a los habitantes de Cuenca la importancia de preservar el medio ambiente y convertir a la ciudad en un ejemplo de conservación.
La leyenda cuenta la historia de un río en Cuenca, Ecuador llamado Tarqui, que estaba protegido por el espíritu de una hermosa sirena. La sirena otorgaba su sabiduría y guía a quienes visitaban el río con respeto, pero castigaba a aquellos que contaminaban sus aguas. La leyenda enseñó a los habitantes de Cuenca la importancia de preservar el medio ambiente y convertir a la ciudad en un ejemplo de conservación.
Integrantes: Valeria Murillo, Dilan Castillo, Dana Moreira y Domenica Mendez
Había una vez en la hermosa ciudad de Cuenca, un río mágico y encantador llamado Tarqui. Según la leyenda, este río era custodiado por un espíritu ancestral que se manifestaba en forma de una hermosa sirena. La sirena de Tarqui era conocida por su voz melodiosa y su gran sabiduría. Se decía que aquellos que se acercaban al río en busca de consejo, eran bendecidos con su guía y protección. Muchos habitantes de Cuenca acudían a la orilla del río para escuchar sus dulces cantos y encontrar respuestas a sus inquietudes. Sin embargo, había una condición para recibir los favores de la sirena: debían tratar al río con respeto y cuidado. Aquellos que contaminaban sus aguas o dañaban su entorno, eran castigados con la pérdida de su bendición y la desaparición de la sirena. La leyenda de la sirena de Tarqui se transmitía de generación en generación, recordando a los habitantes de Cuenca la importancia de preservar y proteger su río. Gracias a esta historia, la ciudadanía aprendió a valorar y cuidar de su entorno natural, convirtiendo a Cuenca en una ciudad ejemplar en cuanto a conservación del medio ambiente. Así, la leyenda de la sirena de Tarqui se convirtió en un recordatorio constante de la importancia de cuidar nuestros recursos naturales y respetar la belleza que nos rodea. Gracias