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Inteligencia Emocional y Liderazgo
Inteligencia Emocional y Liderazgo
Otra forma de observar la inteligencia emocional es el “sentido común”. Conocer a las personas
y comprender sus necesidades es un complemento ideal para las personas con un IQ alto o
“intelectuales”. Por sí sola, ni siquiera la mejor educación universitaria es una garantía de éxito.
Es por eso por lo que algunas personas prosperan y se convierten en líderes efectivos, oradores
motivacionales y dueños de negocios con solo un diploma de escuela secundaria y por qué
otros fracasan incluso teniendo una maestría.
Si bien hay quienes parecen nacer con el don de la inteligencia emocional, con el suficiente
tiempo y dedicación, cualquiera puede perfeccionar o desarrollar aún más su inteligencia
emocional. Empieza desglosando los diferentes elementos que contribuyen a la inteligencia
emocional.
Tener una alta inteligencia emocional significa que eres capaz de reconocer tus sentimientos, lo
que significan y cómo pueden afectar a los demás. Los líderes con alta inteligencia emocional
pueden utilizar sus emociones de manera adecuada para influir en los resultados positivos.
Esta es una habilidad imprescindible para los líderes, ya que les ayuda a administrar equipos de
manera efectiva sin causar divisiones o conflictos. Los líderes emocionalmente inteligentes
pueden sacar el máximo provecho de sus empleados y adaptar su estilo de liderazgo según sea
necesario para acomodar a sus colaboradores, aunque tengan diferentes personalidades.
Cuanto mayor sea la capacidad del líder para administrar cada una de estas áreas mayor será su
inteligencia emocional.
Los buenos líderes son aquellos que nunca pierden el control, que se enfrentan a sus retos
dejando a un lado sus problemas personales y confían plenamente en sí mismos. Demuestran
su inteligencia emocional en el liderazgo.
Los buenos líderes se reconocen porque escuchan a los suyos y son comunicativos y porque se
informan antes de tomar decisiones, valorando seriamente sus posibles repercusiones. Así, la
inteligencia emocional juega un papel fundamental en liderazgo.
El liderazgo es una capacidad que todos deberíamos potenciar, porque seguramente en alguna
ocasión tendremos la oportunidad de ponerla en práctica como empresarios, como padres,
como maestros, como terapeutas, etc. Por lo tanto, es necesario que tengamos en cuenta las
implicaciones que la inteligencia emocional tiene para jugar este papel para desarrollar las
capacidades necesarias.
También hay cuatro cuadrantes que detallan las áreas internas y externas de la inteligencia
emocional:
En nuestro mundo cada vez más incierto y cambiante, aplicar la inteligencia emocional a las
situaciones de vida nos da certeza. La inteligencia emocional es la clave para el desarrollo de la
resiliencia y permite a las personas adaptarse a los contratiempos, dejar las ideas obsoletas,
encontrar un propósito renovado o avanzar en un curso de acción audaz con confianza.
Y lo que es más importante, la presencia de la inteligencia emocional suele ser lo que inspira a
los empleados a unirse y confiar en sus líderes. La práctica de la inteligencia emocional actúa
como una señal para los demás, haciéndoles saber quién se preocupará por ellos y sus
intereses, y quién hará de su bienestar personal y su sustento una prioridad.
Para bien o para mal, las emociones son contagiosas. Cuando las personas reflexionan sobre
cuánto disfrutan (o desprecian) un trabajo, a menudo interpretan su experiencia no a través de
la perspectiva de lo que implica el trabajo real de forma cotidiana o por una lista de ventajas,
sino por si disfrutaron o no trabajar con su jefe.
Aquí es donde la inteligencia emocional puede hacer o deshacer la dinámica del trabajo o
empresas enteras.
Antes de que puedas empezar a apreciar por qué la inteligencia emocional es importante en el
lugar de trabajo, es útil comprender primero qué es la inteligencia emocional y qué puede
hacerse para desarrollarla.
Mejorar tu inteligencia emocional no es una solución rápida, sino un camino que requiere
mucha honestidad y reflexión personal. Esto es importante, sobre todo, cuando se trata de
revisar en qué aspectos puedes fallar.
Con una mayor inteligencia emocional, empezarás a distinguirte de quienes tienen una
formación, educación y experiencia similares. En el caso de los puestos directivos, poseer un
buen conocimiento de la inteligencia emocional puede marcar una gran diferencia en tu
capacidad para motivar a tu equipo y crear una sólida base de confianza en tu empresa.
Como líder, considera estos consejos para mejorar inteligencia emocional en el trabajo:
Dado lo introspectivo que puede ser un balance de tu inteligencia emocional, ¿dónde está la luz
al final del túnel? ¿Qué se necesita para lograr una transformación real?
Es más fácil medir tu progreso en una habilidad en la que tienes cierta competencia, pero en la
que todavía puedes mejorar. Por lo tanto, si tienes facilidad para comunicarte con los
integrantes de tu equipo, desafíate a interactuar con los empleados o compañeros de otros
departamentos para hacer una comparación.
Al ver el progreso gradual en estas áreas, sentirás confianza para enfrentar desafíos más
grandes.
Por supuesto, esforzarse para enfrentar los puntos débiles de tu inteligencia emocional será lo
más revelador. Si te causa problemas abordar la confrontación o reivindicar tu autoridad en
tiempos de crisis, concéntrate en cómo manejar tu respuesta emocional en esas situaciones.
Para verificar el progreso que estás teniendo en mejorar tu inteligencia emocional personal,
pide la opinión sincera y sin filtros de tu subordinados directos, colegas y supervisores. Es
simple; solo hazlo de forma anónima utilizando una herramienta de evaluación en línea de 360
grados.
Los comentarios obtenidos a través de una evaluación de 360 grados a menudo también
incluyen una autoevaluación.
Con un enfoque cada vez mayor en la inclusión y el bienestar mental en el trabajo, los líderes deben
demostrar más que nunca su inteligencia emocional. Es esencial a la hora de crear la cultura diversa y
positiva que una organización necesita para triunfar, ya que ayuda a contratar y retener los mejores
talentos, y, en última instancia, a potenciar los resultados.
Según una investigación del Consortium for Research on Emotional Intelligence in Organizations, la
inteligencia emocional contribuye positivamente a los procesos de contratación exitosos, aumenta la
rentabilidad de los gerentes de cuentas e impulsa la productividad en todos los niveles de empleo.
También aumenta las ventas y reduce los niveles de estrés.
Desarrollar y usar la inteligencia emocional permite que los líderes logren lo siguiente:
Potenciar el compromiso: Los líderes fomentan el compromiso al desarrollar una cultura de trabajo
positiva y productiva. Por el contrario, los empleados poco comprometidos pueden convertirse en una
carga, ya que afectan la productividad, reducen la colaboración y generan una mayor rotación del
personal. Según Gallup, la desvinculación de empleados les cuesta a las empresas entre 450.000 y
550.000 millones de USD anuales en EE. UU.
Mejorar las interacciones: La inteligencia emocional contribuye a generar confianza, lo que ayuda a
sacar lo mejor de las personas y permite a los líderes potenciar el talento y las habilidades disponibles
en sus equipos.
Fomentar el intercambio de ideas: Las personas que se sienten psicológicamente seguras tienden a
ser más creativas e innovadoras. Para propiciarlo, los líderes con inteligencia emocional pueden
recurrir a la crítica constructiva.
Resolver conflictos: Los líderes con inteligencia emocional corren con ventaja a la hora de reconocer
problemas como el estrés, el agotamiento1 o la negatividad, lo que les permite ponerles un alto antes
de que pasen a mayores.
Gestionar el cambio: Vivimos en una era de altibajos. La inteligencia emocional puede contribuir a
fortalecer la resiliencia y ayudar a los empleados a adaptarse al cambio y a convivir con la
incertidumbre.
Algunas personas tienen una inteligencia emocional más desarrollada que otras. Así y todo, se trata
de una habilidad que es posible mejorar. Estas son algunas medidas que puedes tomar.
• Ten en claro qué es importante para ti. Esto significa reevaluar los valores y principios que más
te importan personalmente y también aquellos que impulsan tu negocio.
• No temas admitir errores y asumir las consecuencias. Evita culpar a los demás y prepárate
para hacerte responsable y demostrar cómo esto te afecta a ti y a tus acciones.
• Adopta una actitud racional y fomenta la calma para no dejarte abrumar por sentimientos
como la ira, la decepción o la frustración. Tomar distancia, hacer una pausa y poner en práctica
técnicas de respiración pueden ser de gran ayuda.
• Trabaja en tu propia motivación. Reflexiona sobre qué cosas te sirven de motor y define
nuevos objetivos con regularidad.
• Practica el optimismo. Intenta ver el lado positivo de cualquier situación e involucra a los
demás en el proceso.
La inteligencia emocional no es solo algo que desarrollas. Es necesario aplicarla al mundo real. Estas
son algunas ideas sobre cómo los líderes pueden hacer uso de su inteligencia emocional.
Tómate el tiempo necesario para conocer individualmente a los miembros de tu equipo e intenta
comprender la diversidad de sus experiencias. De este modo, podrás incluir las cosas que les importan
a tus interacciones con ellos y comprender por qué reaccionan de tal o cual manera a determinadas
situaciones y emociones. También es fundamental que les demuestres individualmente que son
importantes para ti. Los pequeños gestos, recordar sus cumpleaños o sus aniversarios en el trabajo, o
preguntarles por una situación personal difícil que sabes que están atravesando marcan una enorme
diferencia.
Pero en una conexión personal siempre debe haber reciprocidad. Debes prepararte para sincerarte y
no temerle a mostrarte vulnerable si eso ayuda a mejorar el entendimiento.
No escatimes en halagos
Los elogios de líderes y gerentes no deben limitarse a los resultados. También debes reconocer –
públicamente, si corresponde– cuando alguien logra avances significativos, cuando aportó (aunque
haya sido un pequeño granito de arena) al éxito de una iniciativa y cada vez que notes una mejora.
Puede que debas tomarte un tiempo para escuchar realmente lo que uno de tus empleados está
intentando decirte. La escucha eficaz también implica no juzgar y generar un espacio seguro para
compartir ideas e inquietudes. Para desarrollar tus habilidades comunicativas, pídeles su opinión a los
empleados y actúa en consecuencia para demostrarles que tomas en cuenta sus comentarios y
sugerencias.
Asegúrate de que todos tengan la oportunidad de colaborar y que se sientan tenidos en cuenta. A
algunas personas puede costarles más que a otras sentir la confianza suficiente para colaborar, así que
ten paciencia.
La empatía es la clave para garantizar la diversidad en la organización. Ponte en el lugar de los demás
cada vez que puedas. Antes de comunicarte, piensa en cómo recibirán tu mensaje las personas.
Resuelve los conflictos con esmero
En lugar de usar respuestas estándar, familiarízate con los enfoques de resolución de conflictos ideales
para las distintas situaciones o personas, y cambia la forma en que respondes.
Muy importante y necesario conocerse a uno mismo, no puedes relacionarte con otros, sin
conocerte a ti primero. Como líder debes entender tus emociones y sentimientos, cómo te
sientes y qué impacto tiene que lo sientas. Cuanto mejor te conozcas, mejor sabrás cómo
actuar en momentos críticos o de estrés, y reaccionarás más efectivamente. Entenderlo te
llevará a saber mejor cuáles son tus fortalezas, tus debilidades y miedos, te ayudará a saber
dónde puedes poner más foco y te permitirá entender mejor a los demás. Trata de reconocer
esas emociones, alegría, rabia, decepción, euforia para asociarlas a las causas que las
provocaron, y así entenderlas mejor.
Conocerse ayuda a explotar al máximo las demás cualidades en cualquier situación que se
presente y estar motivado para animar a los colaboradores. Ayuda a analizar y entender más
profundamente los sentimientos de los demás, por lo que se trabaja también la empatía.
Las emociones se rigen por impulsos biológicos, hay que aprender a manejarlas y gestionarlas.
Este autocontrol ayuda a no ser prisionero de los sentimientos. Por ejemplo, si un ejecutivo se
enfrenta al fracaso de su equipo, no reacciona con frustración e ira, sino que debe saber
enfrentar la situación con calma para poder gestionarla correctamente. El conocerte te permite
controlarte, autorregularte, mantener el control en momentos clave. De otro modo, podrías
perder la forma y dejarte llevar, nada bueno para un líder.
Es importantísimo para tu inteligencia emocional intentar definir tus valores, qué te mueve y te
mantiene firme. Así, sabrás qué es más importante para ti al tomar decisiones. Alguien
responsable se autoconoce y se autorregula.
Por lo tanto, un líder no se deja guiar por sus emociones, sino que reflexiona sobre las razones,
las consecuencias y realiza un análisis del problema y una solución conveniente.
¿Por qué la autorregulación es tan importante para los líderes? Las personas que tienen control
de sus sentimientos e impulsos -es decir, las personas que son razonables - son capaces de
crear un ambiente de confianza y equidad. En tal ambiente, la política y las luchas internas se
reducen drásticamente. Las personas con talento fluyen hacia la organización. Menos mal
humor en la parte superior significa menos en toda la organización.
Conciencia social o Empatía: Tiene que ver con tu capacidad de empatizar con los demás y
comprender sus emociones. Para comunicarse de manera efectiva con los miembros del
equipo, los líderes deben poder comprender y reconocer los sentimientos de sus
colaboradores. Los líderes que muestran empatía apoyan el crecimiento profesional y personal
de sus equipos y son capaces de mantener una moral positiva en el lugar de trabajo.
Esta cualidad no significa adueñarse de las emociones ajenas y complacer a los demás, sino
considerar sus emociones y sentimientos para tomar decisiones correctas. Practicarla genera un
entorno de confianza y seguridad, da libertad para que las personas se expresen y compartan
su verdad. Te permite además aportar un feedback honesto y productivo. Trata de escuchar de
forma activa, de ponerte en su piel y entender su postura y busca qué crees que les puede
ayudar más, esto ayudará a que los empleados trabajen mejor y a generar confianza en la
compañía.
Observa Goleman: "La empatía es un antídoto. Las personas que la tienen están en sintonía con
sutilezas en el lenguaje corporal; pueden escuchar el mensaje detrás de las palabras que se
pronuncian. Más allá de eso, tienen una profunda comprensión de la existencia e importancia
de las diferencias culturales y étnicas". La empatía también mejora la capacidad del líder para
hacer que el personal se sienta respetado, por lo que este puede, a su vez, respetar a otros,
fortaleciendo los esfuerzos constantes hacia la retención. Este tipo de líder puede por lo tanto
desarrollar equipos fuertes que trabajan juntos de manera efectiva para animarse
recíprocamente y realizar con éxito la misión de la organización.
Habilidades sociales: Son esenciales para un líder exitoso. Estas incluyen la capacidad para
comunicarte, colaborar, influir, entrenar y guiar a otros de manera efectiva. También se
refieren a la capacidad para resolver con éxito conflictos y manejar situaciones difíciles. Los
líderes con habilidades sociales desarrolladas pueden construir y mantener relaciones positivas
en el lugar de trabajo en beneficio de ellos mismos y de sus colegas.
Quienes tienen esta característica, suelen despertar simpatía en los demás y ayuda a mediar en
los posibles conflictos que pueden surgir en tu equipo de trabajo. También te será útil para
adaptarte, a gestionar el cambio y a ayudar a los demás.
Goleman señala también que, debido a que la habilidad social se basa en relaciones positivas,
los líderes más exitosos pueden "parecer no estar trabajando cuando están en el trabajo" y, por
tanto, la habilidad social puede ser el área más difícil de cuantificar. Goleman reconoce, de
hecho, que la inteligencia emocional en general no siempre es propicia para la medición.
Tomar riesgos inteligentes, buenas decisiones y mostrar iniciativa son las conductas
ejemplificadas por los líderes más exitosos y emprendedores. Los principios de la
autoconciencia, la autorregulación, la motivación, la empatía y habilidades sociales permiten la
claridad y la capacidad para llevar a cabo estos comportamientos, especialmente en las
industrias vulnerables sin fines de lucro, donde son cada vez más críticos para la estrategia
organizacional.
Automotivación: Es una habilidad crítica que deben poseer los gerentes o managers. Los
líderes deben trabajar constantemente para lograr sus objetivos personales y profesionales, así
como los objetivos de la organización en su conjunto. Trabajar en la automotivación será una
forma de auto ejemplificar para el resto del equipo.
Un buen líder tiene la capacidad de motivarse por un objetivo: tener logros. El alcanzar logros le
motiva e impulsa por una razón: la pasión por su trabajo. Normalmente, busca los desafíos
creativos, la constante mejora y el orgullo de un trabajo bien realizado. Por lo tanto, emplea su
energía en hacer mejor las cosas y crecer profesionalmente.
Estar motivado es la clave para poder animar a los demás. Y si los empleados están felices y
motivados con su puesto de trabajo, los resultados serán mucho mejores. Por lo tanto, es el
líder quien tiene la llave para animar a los demás integrantes de la empresa, gracias a su
capacidad motivadora.
Al mejorar en cada una de estas áreas, los gerentes o managers podrán mejorar su inteligencia
emocional para convertirse en mejores líderes en el lugar de su trabajo.
Los líderes con esta importante habilidad pueden crear entornos de trabajo en los que los
colaboradores se sientan cómodos asumiendo riesgos y compartiendo sus ideas. Son capaces
de tomar decisiones difíciles, resolver conflictos de manera efectiva y adaptarse a los objetivos
y circunstancias cambiantes.
Este campo de estudio ha ganado cada vez más atención en la última década. ¿Qué es, y por
qué es importante para el éxito en una organización?
Goleman escribe: “No es que las habilidades intelectuales y técnicas sean irrelevantes. Ellas son
importantes, pero sobre todo como ‘capacidades de umbral’, es decir, que son los requisitos de
nivel de entrada para los cargos ejecutivos. Pero mi investigación, junto con otros estudios
recientes, muestra claramente que la inteligencia emocional es la condición ‘sine qua non’ del
liderazgo. Sin ella, una persona puede tener la mejor formación en el mundo, una mente
incisiva y analítica, y una fuente inagotable de ideas inteligentes, pero aún así no será un gran
líder”.
Esta materia representa uno de los grandes desafíos de las organizaciones para
potenciar su rendimiento, considerando que, por ejemplo, según un estudio global de la
consultora Korn Ferry, solo el 22% de 155 mil líderes tienen verdaderas fortalezas en
inteligencia emocional.
De este modo, es posible generar un ambiente propicio para el trabajo en equipo, que
implique una mayor unión y compromiso del grupo y, que, a su vez, permita que cada
uno de los integrantes se sienta valorado y con la suficiente seguridad para expresar sus
ideas y talentos, facilitando así, el cumplimiento de las metas comunes.
Así, Capacitación UC , dispone del curso Herramientas para el liderazgo efectivo para
aquellas personas interesadas en fortalecer sus competencias en este ámbito, con el fin
de impulsar su carrera directiva y potenciar el rendimiento de sus organizaciones.