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El Club de Roma

en colaboración con la

FUNDACION BDV

Para un mejor
orden mundial.
El Mensaje de Kuala Lumpur

Nicole Rosensohn
Bertrand Schneider
La Fundación Banco Bilbao Vizcaya nace como iniciativa del
Grupo BBV para ampiar su capacidad de respuesta a las actuales
demandas sociales y culturales. Su actividad se orienta a promover
espacios de reflexión y debate sobre los principales retos y proble-
mas de la sociedad cofitemporánea. En este marco, tiene como
vocación preferente prestar atención a los ámbitos de la ciencia y
la cultura que, por su oportunidad social, merezcan una especial
dedicación de esfuerzos.
La Fundación BBV ordena su actividad a través de las siguien-
tes grandes líneas: creación de las condiciones óptimas para la
celebración de Encuentros, desarrollo de actividades de análisis y
evaluación de nuevas oportunidades de innovación en áreas espe-
cíficas con Centros P e r m a n e n t e s de Reflexión; presencia en los
entornos más significativos de la actividad universitaria e investiga-
dora mediante la C á t e d r a Fundación BBV, desarrollo de una
línea de Actividades en Colaboración y creación de canales per-
m a n e n t e s de c o m u n i c a c i ó n c o n la s o c i e d a d a t r a v é s de
Documenta, centro de información y publicaciones de la funda-
ción Banco Bilbao Vizcaya.
En esta ocasión, la Fundación BBV colabora con el Club de
Roma para presentar " E l Mensaje de Kuala Lumpur", con obje-
to de ofrecer un debate sobre el papel del Sureste Asiático en la
configuración del nuevo orden mundial. Temas como la coopera-
ción, el principio de convergencia, y la exigencia de una ética glo-
bal, son objeto del análisis de líderes e intelectuales de esta región
del mundo y constituyen el contenido esencial del presente libro.

D O C U M E N T A
PUBLICACION • FBBV
Para un mejor
orden munaial:
El Mensaje de Kuala Lumpur
Edita:
Fundación B B V
Plaza de San Nicolás, 4
48 005 Bilbao

Diseño de la Colección y Maquetación:


Signos de Identidad
Paseo de Francia, 4
20 013 San Sebastián

Fotolitos:
Aiagraf
Ametzagaña, 31
20 012 San Sebastián

Impresión:
Itxaropena, S.A.
Araba Kalea, 4 5
Zárautz-Gipuzkoa

Depósito legal:
902/93

ISBN:
84-88562-09-8
El Club de Roma

en colaboración con la

FUNDACION BBV

Para un mejor
orden munaial:
El Mensaje de Kuala Lumpur

Nicole Rosensohn
Bertrand Schneider

D O C U M E N T A
P U B L I C A C I O N • FBBV
INDICE

Prólogo, por José Angel Sánchez Asiaín 1


Introducción, por Ricardo Diez Hochleitner 3
Hacer posible un encuentro creativo con enriquecimiento
mutuo entre las diversas culturas, por Anwar Ibrahim 7

introducción: 13
Comienza a surgir una identidad regional dentro de
una gran diversidad 13
Un escenario central poco común 16
De la guerra a la paz 17
Todavía hay límites para los derechos humanos 24

I - Hacia un mejor orden mundial 27


Pobreza relativa 28
Inflación moderada 29
Dos deudores importantes 29
Otros indicadores económicos 33

II - Prosperidad junto a pobreza 39


Diferencias importantes en las expectativas de vida 40
Educación, formación y cultura 46
La economía negra 48

III - Objetivos para un mejor orden mundial 51


Los temas 51
Un mundo regido por la esperanza en lugar de las amenazas 53
Toma de decisiones por todos y para todos 54
Nuevas reglas de juego 55
Nuevos enfoques del desarrollo 56
IV - La aportación de la ciencia y la tecnología 61
El modelo occidental ya no es aplicable 61
Un reparto más equitativo de la ciencia y la tecnología 62
Un mejor uso de la ciencia y la tecnología 63
Mejorar la transferencia de la ciencia y la tecnología 64
La experiencia del Sureste Asiático. 66

V - La explosión demográfica 59
Tendencias globales 69
La demografía del Sureste Asiático 73
Migración dentro de los países 75
En busca de una mejor vida en el extranjero 77

VI - El papel de la cultura y la educación 83


¿Es posible un verdadero diálogo entre las diversas culturas? 84
Acerca de la Democracia 86
Sobre la necesidad de un pluralismo cultural 88
"Dignidad internacional" 90
Obstáculos para la propagación de la cultura y la educación 90
Aprender frente a la incertidumbre 92

Vil - En las encrucijadas del medio ambiente


y el desarrollo 95
Hacer frente a la crisis que se avecina 95
Enfrentarse a la escasez 97
Alentar un uso más racional de los recursos 98
Instituciones clave para un desarrollo sostenido 101
El Sureste Asiático y el medio ambiente 103

Malasia - Visión 2020 111

Conclusiones 117

Nota final - Declaración de Kuaía Lumpur 121

Reconocimientos 125

Bibliografía 127
PROLOGO
Por José Angel Sánchez Asiaín
Presidente de ¡a Fundación BBV

L a conferencia de Kuala Lumpur, celebrada en Noviembre


de 1992 es una muestra más de los renovados esfuerzos
del Club de Roma para impulsar las convergencias de los
pueblos del m u n d o hacia un mejor entendimiento mediante un
diálogo abierto, enriguecedor y constructivo.
En un futuro cada vez más complejo, en el gue se debate la
supervivencia de los seres humanos, el influjo gue estas Conferen-
cias deben tener como catalizadoras de inguietudes y esperanzas,
y como polarizadoras de la atención general hacia los tópicos más
cruciales y comprometedores de los compromisos de la humani-
dad consigo misma, serán sin duda de trascendencia mundial. La
Fundación BBV se siente h o n r a d a e ilusionada de participar,
desde sus propias inguietudes y responsabilidades para la socie-
dad, en estos encuentros.
Más de ochenta cualificados representantes de treinta países,
procedentes de los cinco continentes, se dieron cita en Kuala
Lumpur del 15 al 19 de Noviembre del año pasado, para exponer
sus inguietudes, compartir sus puntos de vista, y sugerir alternati-
vas a las nuevas condiciones de globalización y pluralismo cultural
del Sudeste asiático, resumidas en el título de la presente publica-
ción gue la Fundación Banco Bilbao Vizcaya tiene el privilegio de
ofrecer al lector especializado en estos temas y, con particular
intención, a todos aguellos gue sienten las responsabilidades gue,
desde sus puestos de decisión, consejo o protagonismo, les com-
pelen a interesarse de cerca p o r los problemas y desafíos del
m u n d o actual.
Asia mantiene un protagonismo cada vez más significado en los
procesos humanos del futuro, y ello desde un presente ágil y ansio-
so por desplazar hada esta parte del mundo el interés del resto de
la h u m a n i d a d . M i e n t r a s los p u e b l o s de Europa y A m é r i c a se
encuentran c o m p r o m e t i d o s en resolver una, no p o r previsible
menos inquietante, crisis de estructuras, y el continente africano
aún no se ha recuperado de sus enfermedades coloniales y desarre-
glos de todo tipo, Asia emerge con fuerza, escondiendo sus miedos
y suavizando sus crueldades, aceptando responsabilidades mundia-
les que todavía hace pocos años nos parecían insospechables.
Sus culturas han sido capaces de integrar sin aparente dificul-
tad la ciencia y la tecnología de occidente, sus conceptualizacio-
nes y estructuras políticas, su contradictorio sentido de la libertad
y la democracia, sus estructuras laborales, educacionales y socia-
les, a una actitud peculiar de las relaciones de supervivencia y
dependencia humanos. Y esta integración no ha producido, sin
embargo, un predominio real de lo occidental sobre lo oriental,
aunque aparentemente así pudiera parecerá algunos desde nues-
tra óptica europea. Porque, m u y posiblemente los procesos de
occidentalización de los pueblos de Asia son el resultado de la
aplicación de técnicas de adaptación para mantener con ventaja
sus propias condiciones de supervivencia, más que la consecuen-
cia de un proceso de culturización occidental de sus pueblos.
A la luz del presente informe, se vislumbra, sin duda, la urgen-
te necesidad de contemplar con creciente atención, respeto y
conocimiento el desarrollo de una nueva cultura globalizadora en
Asia, quizás más penetrada de trascendencia que nuestras pro-
pias culturas de Occidente, y capaz de arriesgarse también más al
hacer frente a los desafíos de su propio futuro.
Y con esas culturas renacidas del Asia tendremos que apren-
der a vivir en planos de igualdad si queremos conseguir un orden
m u n d i a l más equitativo. Un orden q u e nadie debe p r e t e n d e r
imponer, sino que ha de ser la consecuencia ineluctable de acep-
tar el p u n t o de vista de los demás c o m o parte cada vez más
importante de nuestros propios puntos de vista.
INTRODUCCION
Por Ricardo Díez-Hochleitner
Presidente del Club de Roma

HACIA UN ORDEN MUNDIAL


M A S EQUITATIVO

L a razón por la que el Club de Roma celebra sus confe-


rencias anuales en diferentes regiones del mundo, es la
de provocar un debate sobre temas universales que con-
tribuyan a la orientación de una acción regional y local. Esta oca-
sión es, asimismo, una oportunidad excepcional para que profun-
dicemos en nuestro diálogo con los intelectuales y líderes del
Sureste Asiático, y más especialmente de Malasia, para discutir su
papel y posibles estrategias futuras, al tener que hacer frente a un
mundo lleno de incertidumbres; un mundo que necesita sabidu-
ría, solidaridad y liderazgo.
El próximo año, el Club de Roma celebrará sus primeros 25
años de existencia. M u c h o ha cambiado desde aquellos días,
cuando era tan raro estudiar y debatir la problemática mundial a
largo plazo, transcendiendo las fronteras de estados soberanos, y
relacionando por primera vez el desarrollo económico con los
recursos disponibles. Aquellos primeros y difíciles pasos del Club
de Roma han sido olvidados hace ya mucho t i e m p o , pero las
ideas de complejidad, interdependencia e incertidumbre se han
extendido ampliamente, sino en hechos, al menos en palabras.
Nosotros, miembros del Club de Roma, provenimos de una gran
variedad de campos profesionales, países, culturas y creencias,
que enriquecen nuestros puntos de vista y les aportan objetivi-
dad. Somos t a m b i é n , por supuesto, parte de la gran sociedad
humana del m u n d o de nuestro tiempo, una sociedad con ideales,
grandeza y plagada de miseria.

Una rápida mirada retrospectiva a la historia de la humanidad,


nos describe una curva ascendente que muestra el Innegable e
inmenso aporte material, así como sus logros culturales, conse-
guidos a través de una larga y difícil marcha durante milenios. Sin
embargo, también nos muestra con cuánta frecuencia las tenden-
cias históricas han sido gravemente mermadas por la ignorancia,
el egoísmo y los bajos instintos. Hoy en día, una visión del futuro
debe estar inspirada por los valores de libertad, justicia social y
solidaridad, y basada en los conocimientos, ya que la política deja
de ser humana y efectiva si no se inspira en una visión ética y
moral. Sin embargo, dicha moral debe apresurarse a superar la
visión esquemática y simplista, tan extendida, de un mundo divi-
dido entre "nosotros, los buenos" y "ellos, los malos". Esta idea,
lo único que hace es ocultar nuestros propios intereses privados,
nuestros fanatismos y nuestros prejuicios de todo tipo. Por ésta
razón es urgente generar una información dentro del pensamien-
to democrático que, por medio de un debate entre las grandes
culturas del mundo, comience por valores convergentes tan esen-
ciales como el respeto a la libertad individual y de grupos, la cola-
boración y solidaridad entre los ricos y los pobres del mundo, así
como la justicia social y la tolerancia entre los diferentes grupos
étnicos y culturales.

La cooperación entre todos los países es posible gracias a la


convergencia y la cohesión. La soberanía de los estados-naciones
(autoridad que defiende la supervivencia, cohesión y desarrollo de
las identidades nacionales) requiere mayores concesiones supra-
nacionales, a la vista del inexorable crecimiento de la interdepen-
dencia de todos los países. Estas concesiones deberían empezar
por reforzar las estructuras de la comunidad regional, dando un
enfoque de cooperación universal en el seno de unas Naciones
Unidas renovadas y realmente operativas. Este principio de sobe-
ranía limitada o c o m p a r t i d a en muchos campos implica, sin
embargo, un incremento paralelo de la soberanía individual y de
la inviolabilidad de cada persona, siempre única e inimitable, que
se desarrolla a su vez gracias a la educación y a la cultura.

El principio de convergencia es también indispensable, ya que


significa una especie de cooperación que va contra tendencias
centrípetas; significa apoyar y desarrollar identidades culturales
dentro de cada estado, así como dentro y entre comunidades
regionales, en lugar de crear bloques proteccionistas. Dicho prin-
cipio es incluso más válido y urgente ante el impacto territorial
indiscriminado e incontrolado de los efectos del medio ambiente,
y de la urgente necesidad de un desarrollo sostenible posterior.
Además, en contra de las conclusiones de la reciente Cumbre de
la Tierra (que estuvo muy limitada por la parcialidad de los enfo-
ques) , un desarrollo sostenible y eficaz requiere un enfoque glo-
bal radical y unos mecanismos con autoridad universal. De hecho.
en las circunstancias actuales, ningún país, ni siquiera ninguna
comunidad regional, puede lograr un desarrollo sostenible aislado
de un contexto mundial más amplio.
Finalmente, un orden mundial más equitativo requiere, lo
antes posible, la adopción del principio de cohesión mundial: es
decir, el facilitar una compensación adecuada a los países menos
favorecidos, dentro del ámbito de unas Naciones Unidas profun-
damente renovadas. Dicho principio significa no simplemente
transferencias monetarias o en especie, incluida la información y
la tecnología, sino más bien un enfoque global de solidaridad,
inspirado por valores éticos compatibles con el propio interés a
largo plazo.
Por consiguiente, un orden mundial más equitativo necesita
también modalidades de gobierno totalmente nuevas y mejores,
tanto de los negocios públicos como de los privados, con el fin de
lograr un diálogo fructífero y un acuerdo y colaboración entre
todos los agentes sociales dentro de cada país que armonice polí-
ticas, proyectos, financiación, información, conocimientos, tecno-
logías, etc. Ello implica una ética global y un nuevo espíritu de
asociación, una nueva alianza entre los sectores público y privado
en cada campo.
Se insta a los economistas, ecólogos y sociólogos a armonizar
sus puntos de vista, con objeto de tener plenamente en cuenta la
capacidad de transmisión ecológica, cada vez más limitada, y sin
arriesgar el progreso dentro de una ecosocioeconomía auténtica.
Desde esta perspectiva, los actuales enfoques siguen siendo deli-
beradamente superficiales y premeditados. Estamos actuando
esencialmente en respuesta a unos síntomas de causas que toda-
vía están por diagnosticar; actuando tan pronto como percibimos
hechos y amenazas, en lugar de atacar la raíz de los problemas a
largo plazo. El hecho es que buscamos en vano respuestas,
mediante una ingente cantidad de información heterogénea, y
hacemos oídos sordos a las sociedades tradicionales.
Inspiración, visión, liderazgo, basados en un encuentro frater-
nal entre diferentes culturas, experiencias y conocimientos, es lo
que deberán ofrecer los hombres y mujeres de buena voluntad.
HACER POSIBLE UN ENCUENTRO
CREATIVO CON ENRIQUECIMIENTO
MUTUO ENTRE LAS DIVERSAS
CULTURAS

Por Anwar Ibrahim


Ministro de Hacienda, Maiasia

F ue hace u n o s v e i n t e años c u a n d o t u v e mi p r i m e r
encuentro con las ideas del Club de Roma, junto a un
pequeño grupo de intelectuales, activistas y poetas del
Sureste Asiático. Tuve el privilegio de participar en una serie de
discusiones informales en las que examinamos los temas que más
preocupan a nuestra sociedad. En una ocasión, el ya fallecido
Soedjatmoko, de Indonesia, pronunció un comprometedor discur-
so sobre los "Límites del Crecimiento". Eran los tiempos de obse-
sión por el desarrollo y el crecimiento: el crecimiento como pana-
cea, sin preocupación alguna por sus consecuencias sociales, cul-
turales y para el medio ambiente. "Los Límites del Crecimiento"
fue una crítica devastadora a la sabiduría convencional. Eramos
conscientes, e incluso críticos, de las limitaciones de la aplicabili-
dad del informe a economías en vías de desarrollo. Porque mien-
tras los países industrializados padecían un crecimiento excesivo,
nosotros, en el m u n d o en vías de desarrollo, soportábamos la
carga de un crecimiento insuficiente o incluso, de economías
estancadas.

A u n q u e nosotros, como jóvenes idealistas, no teníamos la


sofisticación y el rigor necesarios para la articulación de nuestros
puntos de vista, creo, sin embargo, que sí captábamos los temas
y problemas fundamentales a que tenían que hacer frente nues-
tras sociedades. Palpábamos y éramos testigos de una corrupción
desenfrenada, de una decadencia moral dentro del orden estable-
cido, y de la profunda desilusión que entre la juventud había
engendrado el sistema. Las desigualdades económicas y sociales
eran tangibles por todas partes, las disertaciones sobre estos pro-
blemas carecían de profundidad debido al malestar intelectual
que nos ahogaba. Percibíamos que las crecientes expectativas que
acompañaban a un desproporcionado énfasis en el desarrollo
material, habían dado lugar a una situación que nosotros descri-
bíamos como "la revolución de una frustración creciente".
Adquirimos consciencia de que una preocupación excesiva por
un crecimiento per se, conduciría a un rápido aumento de las dis-
paridades sociales: en sociedades étnica y culturalmente pluralis-
tas, esto podría minar fácilmente la cohesión social y daría lugar a
graves tensiones políticas y sociales que amenazarían la estabili-
dad de la nación. Llegamos a convencernos de la necesidad de
integrar una justicia social, una distribución equitativa de los
ingresos, y un desarrollo equilibrado, dentro de la estrategia glo-
bal. Realmente, es para mi una gran satisfacción el haber podido
incorporar estos ideales al preparar el Presupuesto Anual de
Malasia desde hace ya dos años. El sostenimiento se ha converti-
do en el punto central de nuestra gestión económica, y la idea del
desarrollo ha adquirido un significado más amplio, de tal forma
que abarque valores morales y culturales. A la vez que ponemos
gran énfasis en el papel del sector privado, y en privatizar las
empresas estatales, hacemos hincapié en el principio de rentabili-
dad, unido al de responsabilidad social.

En mi opinión, la fuerza del Club de Roma reside en su capaci-


dad de articular con claridad y fuerza los problemas perdurables
de nuestro tiempo. Y por tanto, nada mejor podría hacer para
expresar mis convicciones sobre los múltiples problemas de la
humanidad, en mi discurso inaugural como Presidente de la Con-
ferencia General de la UNESCO hace dos años, que referirme
directamente a "La Primera Revolución M u n d i a l " . Este informe
particular ha sido capaz de superar las carencias de sus predece-
sores. Para nosotros, en Malasia, la fuerte voz moral y el enfoque
multicultural son particularmente relevantes, debido al paralelis-
mo con el proyecto Visión 2020.

Como muy certeramente apuntabais "es poco probable que


la Historia nos depare otra oportunidad tan abierta y prometedo-
ra como la de hoy, y es esencial que la humanidad encuentre la
sabiduría necesaria para aprovecharla". La Historia no ha llegado
a su fin, pero tampoco el pasado ha desaparecido de nuestras
conciencias. Conforme nos embarcamos en la tarea de moldear el
Siglo XXI, la situación en que nos encontramos en la actualidad,
en muchos aspectos, no tiene precedentes.
Los viajes históricos por el Atlántico en 1492 no solamente
"descubrieron" el Nuevo M u n d o , sino que se convirtieron t a m -
bién en el punto de partida del concepto del M u n d o Moderno.
Según este punto de vista, todos los países que no fueran Europa
tan sólo tenían un papel pasivo en el desarrollo del M u n d o
Moderno. En primer lugar, el mundo no Occidental tenía que ser
descubierto por Occidente, antes de obtener el beneficio de ser
colocado bajo su esquema. En caso contrario podría ser conve-
nientemente olvidado, o relegado a la disciplina de la Antropolo-
gía. Actualmente, todos nosotros estamos sufriendo una limita-
ción de posibilidades resultante de esta ignorancia interpretativa.
Esta versión de la Historia deberá ser revisada en sus conceptos
fundamentales.

Nuestro orden del día debe hacer posible un encuentro creati-


vo, con enriquecimiento mutuo entre las diversas culturas. Eso es
precisamente lo que no sucedió en 1492. Esa posibilidad nunca
había de materializarse porque, desde el principio, la integración
global se hizo con odio y con el brutal exterminio de otras cultu-
ras. Al sistema económico que surgió más tarde, le encantaba el
monopolio sobre los recursos vitales y el comercio controlado para
servir a los intereses primordiales de las naciones dominantes.
Un auténtico encuentro plural entre culturas no comienza con
una condescendencia educada: la auténtica pluralidad significa
abarcar honradamente las diferencias y diversidades dentro de un
amplio marco de valores universales compartidos. No pedimos el
tipo de multiculturalismo ecléctico que el posmodernismo está
poniendo de moda como actividad de ocio para aquellos a quie-
nes les sobra el dinero. Tampoco queremos una integración sim-
bólica que convierta al multiculturalismo en una indiferencia
benigna, en la integración simbólica de dejar hacer al resto sus
propias cosas mientras que el status quo continúa impertérrito.
Para un futuro plural, esa benigna indiferencia hacia el multi-
culturalismo no es mejor que la intolerancia. El multiculturalismo
auténtico es un nuevo mundo que tenemos que descubrir. Es un
nuevo universo moral en el que tenemos que navegar, una nueva
ética que todos tenemos que adquirir.
El sistema de comercio mundial a que dio lugar la empresa
colombina se está desintegrando. Más o menos en el ú l t i m o
decenio, el Sureste Asiático, a pesar de estar muy integrado en la
red mundial, ha conseguido convertirse en un centro viable y
autónomo. La profundización del comercio interregional y la cola-
boración económica, han espoleado el crecimiento de la región.
Hace tres décadas, el PIB combinado de todo el Nordeste y Sudes-
te Asiático era una tercera parte del de Europa Occidental. Si
seguimos como lo hemos hecho en los años 80, el PIB regional
del Este Asiático sobrepasará al de Europa Occidental para el año
2005; y el PIB de la región sobrepasará al del bloque de la NAFTA
(Tratado de Libre Comercio del Atlántico Norte) para el año 2022.
Sin embargo, si sólo nos fijamos en el desarrollo de los últimos
cinco años, estos rápidos cambios en los pesos económicos glo-
bales se producirán mucho antes.
En el Sureste Asiático creemos en un regionalismo abierto, no
en bloques comerciales o económicos. Este fue precisamente el
sistema de Malaca antes de ser barrido por la ola del expansionis-
mo europeo.
No queremos que en el área económica, al igual que otras, se
repitan las fórmulas de colonialismo occidental,bajo el ropaje de
la cooperación internacional. Por ejemplo, la carga cuantitativa de
la degradación del medio ambiente es de Occidente, y no se nos
debe obligar a nosotros a cargar con la culpa. De forma semejan-
te, la ayuda a los países en vías de desarrollo no debe ser triviali-
zada haciendo valer derechos humanos definidos de antemano,
cuando en Occidente cada vez se acentúa más el racismo y se vio-
lan los derechos de las minorías. En nombre de la libertad y la
democracia, no se puede esperar que nos conformemos simple-
mente con el orden dominante. Es realmente descorazonador
observar que, incluso las nuevas democracias liberales, redimidas
de las garras del comunismo, no han podido obtener los anhela-
dos ideales que profesaban. Junto con un creciente número de
países, muestran una excesiva limitación que es vista con buenos
ojos por sus nuevos dueños. Estas contradicciones pueden atri-
buirse a su dependencia en asuntos militares y económicos, pero
son más patentes los excesos dentro de sus propias sociedades.
De un país plagado de pobreza, analfabetismo, corrupción, viola-
ciones de derechos humanos y malestar intelectual, no se puede
esperar que tenga el valor de hablar sin limitaciones. Los que
hemos elegido valorar la auténtica esencia de la libertad, no
debemos inhibirnos por la cultura del miedo. Debemos aceptarla
como el imperativo moral y la voz de la libertad.

Los asuntos mundiales deben ser llevados de una forma más


humana y ética. Esto se necesita por el mero hecho de que la
conveniencia política y los intereses económicos continúan anu-
lando preocupaciones humanas más amplias. Una mirada compa-
rativa a hechos recientes, por ejemplo, nos revela tremendas con-
tradicciones en nuestro c o m p o r t a m i e n t o . Mientras que hemos
liberado Kuwait, seguimos siendo incapaces de asumir la misma
responsabilidad moral por las víctimas de la limpieza étnica en
Bosnia, o por el sufrimiento de millones de personas en Africa.
En un mundo desgarrado por la dominación, los conflictos, y
las lealtades conflictivas, nuestra mayor esperanza yace en el poder
liberador de la verdad y de los ideales morales. Debemos reconsi-
derar la idea de que el poder de la verdad, la fuerza de un espíritu
libre, la conciencia y la responsabilidad, pueden realmente trans-
formar el mundo. Esta no es una idea ingenua, sino que está arrai-
gada, aunque se olvide con frecuencia, en lo más profundo de la
naturaleza humana.
INTRODUCCION

COMIENZA A SURGIR UNA


IDENTIDAD REGIONAL
DENTRO D E UNA GRAN
DIVERSIDAD

A sia, el continente más grande y con mayor densidad


de p o b l a c i ó n , está c o m p u e s t o por seis regiones
totalmente diferentes que no siempre coinciden con
sus divisiones históricas y políticas.

• El Oriente Medio, desde Turquía hasta Afganistán en el Este,


y hasta el Yemen en el Sur.
Aunque esta región es realmente parte de Asia es, no obs-
tante, un lugar de encuentro entre Asia y Europa, con todas
las ventajas e inconvenientes que ello comporta.
• El subcontinente indio (Paquistán, India, Bangladesh, Sri
Lanka).
Su etiqueta le va muy bien: debido a su vasta área de terre-
no y su población, que en 30 años rivalizará con la de China
( 1 . 900 millones), la región tiene una situación muy especial
dentro de Asia.
• Asia C e n t r a l ( M o n g o l i a , C h i n a , T a i w á n , H o n g K o n g y
Macao).
"Cuando China despierte, el mundo temblará", dijo Napole-
ón. Independientemente de que China ya se haya desperta-
do o esté todavía soñando, es cierto que su más mínimo
movimiento es seguido muy de cerca por el resto del mundo.
Después de varios arranques y paradas, el desarrollo de
China parece que ahora está en marcha y se está abriendo
económicamente al mundo exterior. China es probablemen-
te el único país en donde existe el capitalismo verdadero (en
las Zonas Económicas Especiales) al lado de una forma de
socialismo. Su actual liderazgo deja bien claro que la econo-
mía de mercado es una parte integrante del socialismo
chino.
• Sureste Asiático (Japón, Corea del Norte y del Sur) . Japón,
aislado políticamente en Asia y obligado a mantener lazos
vitales con Occidente, no puede esperar por sí mismo con-
vertirse en una superpotencia asiática. La fuerza financiera e
industrial del Japón se palpa en toda Asia, pero no se trasla-
da a una integración económica regional. En cualquier caso,
los movimientos hacia una integración son observados e
incluso a veces obstaculizados por los Estados Unidos.
• La parte asiática de la antigua Unión Soviética, que quisie-
ra o no, estaba ligada a Europa y se deshizo f o r m a n d o
diversas repúblicas autónomas al caer el imperio soviético.
Es probable que ahora encuentre su futuro en Asia.
• El Sudeste Asiático (Indochina y los países miembros de la
ASEAN, Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) , que
culturalmente ha estado más ligada a la India, mientras que
el Noreste Asiático ha estado bajo la influencia cultural
china. A l g u n o s países de la región — d i v i d i d o s d u r a n t e
m u c h o t i e m p o entre las dos principales ideologías del
mundo, el comunismo y el capitalismo— han sido el campo
de batalla de sangrientos conflictos que dejarán durante
muchos años.

Casi t o d o el continente asiático ha estado, en épocas diferen-


tes y en diferentes grados, bajo el dominio colonial; la libertad del
gobierno colonial se ha logrado de diversas formas y con resulta-
dos diversos.
El Sudeste Asiático es, n a t u r a l m e n t e , no sólo la zona en
d o n d e las fuerzas contradictorias del Este y el Oeste se han
enfrentado. La tierra cayó en manos de los comunistas, mientras
que el mar, defendido por la flota estadounidense, aportó refugio
a las economías capitalistas. Pero Asia no salió bien parada de la
división del mundo entre el Este y Oeste y ahora parece haber
explotado, actuando las fuerzas de dispersión con más contun-
dencia que las fuerzas de cohesión.
Asia es también el lugar donde se encuentran las principales
religiones del mundo: budismo, islamismo, confucionismo, taoís-
mo, sintoísmo, hinduismo, cristianismo, judaismo...
A d e m á s , el c o n t i n e n t e es p a t r i a del m a y o r n ú m e r o de
minorías étnicas (varios cientos sólo en la India y alrededor de un
centenar en Indonesia).
Finalmente, Asia tiene una cota de desarrollo muy variada;
desde el Japón a un extremo del espectro, con una de las pobla-
ciones con más alto nivel educativo y tecnológicamente más sofis-
ticada del mundo, hasta las tribus que todavía viven en condicio-
nes muy primitivas, por ejemplo en Irian Jaya.
En vista de tales disparidades, que probablemente descartan
cualquier posibilidad de integración al estilo europeo, es imposi-
ble tratar al continente como una sola entidad, excepto para pre-
sentar una visión excesivamente global que será demasiado
superficial para ser útil. Hemos decidido, por tanto, centrarnos en
el Sudeste Asiático, es decir los países de la ASEAN, más los de
Indochina.
Dentro de esa región, hemos tenido que elegir un país como
más representativo; Malasia, puesto que sirve de ejemplo para la
zona como un t o d o . Está compuesto por una amplia gama de
pueblos y religiones y, después de mucho trabajo, compromisos y
concesiones de todas partes, ha logrado crear una forma de coe-
xistencia dirigida alcanzar una meta compartida.
El ejemplo de Malasia y el proyecto Visión 2020, que se discu-
tirá más tarde, ofrece valiosas lecciones — n o solamente para el
desarrollo asiático, sino también para el desarrollo de cualquier
parte— sobre la forma en que toda la población puede movilizar-
se para trabajar hacia metas compartidas.
En las siguientes páginas examinaremos los factores principa-
les de la problemática del Sudeste Asiático —particularmente el
económico, demográfico y el desarrollo h u m a n o — y, a la luz de
sus puntos fuertes, analizaremos el papel que la región podría
desempeñar en el nuevo orden mundial que ha de crearse.
Dos son los factores que han cambiado radicalmente la rela-
ción entre la Tierra y sus pueblos: la explosión demográfica y la
revolución científica y tecnológica. En estas dos áreas, Asia está
en una posición clave.
Con su población actual de 437 millones, es decir, más que la
de la Comunidad Europea o Estados Unidos, y gracias al éxito
económico de algunos países del Sudeste Asiático, así como a los
acuerdos comerciales y de cooperación existentes entre ellos, no
hay duda alguna de que la región puede hacer que se oiga su voz
en la comunidad internacional. Las naciones que, por su situación
política o por verse mezcladas en diversos c o n f l i c t o s en el
momento de su fundación no pudieron integrarse en la ASEAN,
acabarán por unirse a ella.
El Club de Roma, haciéndose eco del clamor general exigien-
do un nuevo orden mundial, fijó este punto como tema priorita-
rio de la Conferencia de Kuala Lumpur. Varios de los capítulos de
este libro están basados en aportaciones hechas en la Conferen-
cia y los debates posteriores. Existen una serie de puntos sobre los
que reflexionar para configurar una nueva visión del desarrollo: la
búsqueda de nuevos valores para lograr un orden mundial más
equitativo, el papel esencial de la cultura y la educación, y la
imposibilidad de transferir cultura, principios democráticos y
nociones de derechos humanos de la misma forma que se trans-
fiere la tecnología. La Conferencia, por ejemplo, ha puesto en
tela de juicio el modelo europeo de desarrollo e industrialización,
y en las páginas siguientes vamos a explorar, entre otras cosas,
los dos nuevos caminos que se propusieron:

• compartir los valores universales, reconociendo y respetando


a la vez las diferencias (comprender, tolerar y aprender de
otras culturas);
• ayudar a los países en vías de desarrollo a encontrar su pro-
pio camino y sus propios valores.

Un escenario central poco común

Los acontecimientos mundiales que ocuparon los titulares de


los periódicos en 1992, versaban generalmente sobre Europa o la
antigua Unión Soviética. Africa, que había sido de algún m o d o
olvidada debido al interés en la Europa del Este, atrajo de nuevo
la atención por los dramáticos problemas de sus pueblos. En Lati-
noamérica, los Indios aprovecharon la celebración del V Centena-
rio del "descubrimiento" de América para hacer oír sus puntos de
vista. Norteamérica estuvo en el primer plano de actualidad por
las fechas de las elecciones en los Estados Unidos.
Pero Asia rara vez estuvo en los periódicos. Sólo tres países de
la región que tratamos, se vieron reflejados en la prensa: Cambo-
ya, que todavía busca el camino para restaurar su vida política sin
lograr ningún resultado, a pesar de los esfuerzos de la ONU por
estabilizar su situación. Filipinas, donde se celebraron unas eleccio-
nes, menos sangrientas de lo que cabía esperar, y que parecen
haberse desarrollado razonablemente bien. Tailandia, por su parte,
permaneció en paz aparente hasta 1922. La violencia con que se
reprimieron las protestas fue un mal recuerdo de lo que había
sucedido en Rangún en 1988 o en la Plaza de Tian'anmen en
1989. Sin embargo, estos hechos ni siquiera atrajeron la atención
mundial durante mucho tiempo. ¿Es este bajo perfil un signo de
que, después de un pasado turbulento, Asia está madurando fir-
memente, lejos de las agitaciones del resto del mundo, en particu-
lar en el campo económico? O ¿todavía quedan rescoldos encen-
didos por debajo de las cenizas, esperando de nuevo estallar en
llamas?
Examinaremos el progreso en términos económicos de estos
diez países, pero también veremos si esto ha ido acompañado o
no de un verdadero progreso del desarrollo humano, conforme lo
define el PDNU (Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas) .
Luego, p o d r e m o s t e n e r una idea de la s i t u a c i ó n en q u e se
encuentran estos países, con relación a los principales asuntos a
resolver. Para empezar, consideremos detenidamente la estabili-
dad política de la región, puesto que es el requisito previo para
un verdadero desarrollo.

De la guerra a la paz

La división entre el Nordeste y el Sudeste Asiático se corres-


ponde con las zonas de influencia china e india. El único país en
donde puede ponerse en tela de juicio esta categorización es
Vietnam: culturalmente es chino, pero en su pasado reciente se
ha vinculado a dos países que pertenecen a la esfera de influencia
india, Laos y Camboya. ¿Es esta división del pasado lejano todavía
relevante en la actualidad? Sí, porque en parte explica las actuales
divisiones políticas. El legado de los trasfondos culturales chino e
hindú tiene de hecho consecuencias innegables para la situación
internacional moderna. La tradición política china ofrece una acti-
tud global y exclusiva hacia la autoridad que no concede en abso-
luto espacio para la individualidad. Es chocante que, en la historia
reciente del Oriente Lejano, las naciones divididas pertenecían a la
zona de influencia china, como Corea y el Vietnam y ninguna de
ellas o p t ó por ser neutral en la Guerra Fría. En la esfera de
influencia hindú, por el contrario, aun cuando han existido y exis-
ten violentos antagonismos, no existen naciones divididas y todas
ellas han sido atraídas por el movimiento de no alineación.

En 1945, t o d a la región estaba bajo el d o m i n i o c o l o n i a l .


Desde entonces, su experiencia en relaciones exteriores ha estado
dominada t a n t o por la retirada de los colonizadores europeos,
como por la lucha por el poder entre los Estados Unidos y la
Unión Soviética, unido, en algunos países, a las rivalidades entre
los dos gigantes del comunismo. China y la URSS. Los países que
estamos examinando pueden dividirse en dos grupos. El primero
lo c o m p o n e n los países del c o n t i n e n t e asiático p r o p i a m e n t e
dicho, y en particular la península de Indochina, que comenzó a
luchar por su independencia inmediatamente después de la II
Guerra Mundial y se vio luego implicada en la guerra del Viet-
nam. Esto significa que han atravesado casi 40 años de guerras,
bombardeos, migraciones, destrucción de pueblos y multitudes e
incluso de la misma tierra.
El segundo grupo abarca las islas y los archipiélagos, donde los
conflictos ideológicos nunca pasaron de ser batallas políticas, o se
limitaron a movimientos guerrilleros que operaban con diversos
grados de intensidad y violencia. Debe tenerse en cuenta que, al
contrario de la mayor parte de los países de otras partes que predi-
caban las doctrinas marxistas y luego las abandonaron cuando se
derrumbó el imperio soviético, los países de la región que optaron
por el marxismo han permanecido fieles a sus principios. Es el caso
de Laos, Vietnam y Camboya.
Las agitaciones de Indochina durante los últimos cincuenta
años fueron ocasionadas en parte por fuerzas externas, tales como
las tensiones entre el Este y el Oeste, el conflicto chino-soviético, o
el proceso general de descolonización. Pero también tuvieron cau-
sas internas, que no volvieron a aparecer hasta que los conflictos
comenzaron en la región, por ejemplo entre Vietnam y Camboya.
Rencillas tradicionales afloraron de nuevo, relativas en parte a la
jerarquía de poderes dentro de Indochina (incluida Tailandia) y en
parte a sus reclamaciones de una soberanía territorial. Antes de la
descolonización francesa, el imperio vietnamita creció a expensas
de la vecina Camboya, mientras que Laos apenas existía como país
unido; todo lo que quedaba de él eran unos cuantos feudos adscri-
tos a la principalidad de Luang-Prabang, Bangkok o Hué. Francia
intervino en este proceso y puso fin a la vietnamización de lo que
quedaba del imperio Jemer, confirmando al mismo tiempo la ane-
xión de antiguas zonas de Camboya por lo que se convirtió en
Vietnam. Los franceses reorganizaron asimismo el viejo reino de
Laos, añadiéndole zonas que se habían hecho vietnamitas.

Estas divisiones administrativas, que se convirtieron en fronteras


reales en el momento de la independencia, no atendían necesaria-
mente a los deseos de los pueblos de esas zonas o a su sentido de
la historia. Existe, en la actualidad, una disputa fronteriza entre
Jemeres y Vietnamitas, que no puede examinarse sin tener en
cuenta el más amplio conflicto entre China y Vietnam con respecto
al futuro de Indochina. Esto implica desacuerdos entre los dos esta-
dos, tanto en sus fronteras terrestres como marítimas.
A partir de este marco general, vamos ahora a examinar la
situación país por país.
Birmania, que asumió el nombre oficial de Unión de Myanmar
en 1989, es la patria de 60 grupos étnicos diferentes, de los cuales
los birmanos son los más numerosos. Movimientos de guerrillas
comunistas, revueltas de minorías étnicas, golpes de estado milita-
res, disturbios, bombardeos, confrontaciones entre los estudiantes
y la policía, han sido típicos de la vida birmana durante los últimos
40 años. En la actualidad Myanmar está dirigida por generales de
SLORC (Consejo de la Restauración de la Ley y el Orden Estatales)
desde que se produjo un golpe de estado por parte de los militares
en 1988. Se negaron a entregar el poder aun cuando la Liga
Nacional para la Democracia (NLD), el primer partido de la oposi-
ción, obtuvo el 8 0 % de los votos en las elecciones de 1990. Sin
atraer demasiada atención (se niega el acceso al país a los periodis-
tas extranjeros), Myanmar alberga una de las dictaduras más opre-
soras y bárbaras del mundo. Más de 3.000 personas fueron asesi-
nadas durante los disturbios en el momento del golpe de estado. El
líder de la NLD, Aung San Suu Kyi, ganadora del Premio Nobel de
la Paz en 1 9 9 1 , lleva en arresto domiciliario desde 1989. En las
zonas en que operan grupos de oposición armados, el ejército es
una amenaza para toda la población. Los militares pueden, por
ejemplo, ordenar desalojar regiones enteras, haciendo con ello que
miles de personas se queden sin hogar o que sean alojadas en
campos militares. En todo el país, incluso en zonas en donde no
existe oposición armada al gobierno, se arresta, tortura y mata a
muchas personas. Decenas de miles de personas se ven obligadas
a trabajar para el ejército, bien como mozos en las zonas en las
que hay combates, bien como obreros. No se perdona a ningún
grupo étnico y todas las comunidades religiosas se ven afectadas.
En 1992, más de un cuarto de millón de musulmanes salieron del
estado de Rakhin para escapar de la crueldad de las autoridades
militares. Se refugiaron en Bangladesh, en donde están viviendo
actualmente en campamentos.

En Camboya ha habido constantes agitaciones desde 1955,


año en que se rompieron las relaciones diplomáticas con los Esta-
dos Unidos. La destitución del Príncipe Norodom Sihanouk en
1970 significó el comienzo de la lucha por el poder entre facciones
rivales. La situación tocó fondo en 1975, después de la caída de
Phnom Penh y las masacres por los Jemeres Rojos: se calcula que
han sido asesinados entre 2 y 3 millones de personas. Uno de los
líderes de los Jemeres Rojos, Pol Pot, calculaba que Camboya, des-
pués de la revolución, debía tener sólo una población de un millón
de personas, por lo que se propuso matar a los otros 5 millones.
Posteriormente, y hasta 1989, Camboya fue dirigida por el
V i e t n a m bajo un régimen de " o c u p a c i ó n - l i b e r a c i ó n " . Desde
entonces, a pesar de firmar las cuatro facciones rivales los Acuer-
dos de París en Octubre de 1 9 9 1 , la situación no se ha aclarado y
el país parece estar de nuevo al borde del caos como resultado de
la renovada lucha por el poder.
20 En Febrero de 1992, el Consejo de Seguridad de la ONU apro-
bó la Resolución 745 en la que establecía la UNTAC, autoridad
provisional encargada de unas elecciones que, posteriormente,
serían pospuestas hasta 1993. El primer contingente de tropas de
paz de la ONU, enviadas principalmente por Francia, llegaron en
abril de 1992, pero se vieron inmediatamente impedidas a entrar
en las zonas de los Jemeres Rojos. No se han reunido fondos sufi-
cientes para llevar a cabo una operación coordinada de la ONU
destinada a separar las facciones, celebrar elecciones, así como
para poner a la economía en funcionamiento y limpiar los millo-
nes de minas que constantemente matan y dejan lisiados a cam-
pesinos camboyanos. De los 3.000 millones de dólares americanos
que se necesitan para esta operación, 880 han sido facilitados a
través de ayudas internacionales. Pero incluso este dinero ha crea-
do graves agitaciones económicas, exacerbando los desequilibrios
existentes entre la ciudad y el campo, y ha avivado un resurgi-
miento de xenofobia dirigido contra los mercaderes vietnamitas,
chinos y tailandeses que son los que más se benefician de la
ayuda internacional. Todo ello va en beneficio de ios Jemeres
Rojos, que utilizan sus considerables reservas de divisas para
enviar soldados a los pueblos y pagar las necesidades de la c o m u -
nidad. Se convierten así en dispensadores de la justicia social, una
situación curiosa dados sus malos tratos a quienes viven en las
zonas totalmente bajo su control.
China, de la que pudiera esperarse que utilice su influencia en
los Jemeres Rojos para llegar a una solución del problema, parece
muy poco inclinada a ayudar a la comunidad internacional en sus
esfuerzos. Oficialmente, ya no existe guerra en Camboya, pero
tampoco existe certeza de paz, sino t o d o lo contrario.
Al igual que otros países de Indochina, la violencia estalló en
Laos en los años 70, arrastrado por el conflicto entre Vietnam del
Norte y del Sur y las principales potencias del Este y el Oeste. El
actual Primer Ministro lleva en el poder desde 1975, año en que la
familia real abdicó y el país se declaró República Democrática
Popular. Las primeras elecciones se celebraron en 1989, pero no
trajeron ningún cambio de Gobierno. De hecho, durante aquel
mismo año, el ejército vietnamita ocupaba el país.

Vietnam, que cuenta con un gobierno civil desde 1976, tuvo


que pasar por una larga guerra que hizo huir del País a alrededor
de un millón y medio de vietnamitas, y por un proceso de reunifi-
cación entre el Norte y el Sur. Sin embargo nunca ha habido una
verdadera paz. Vietnam intervino en Camboya y se han producido
diversas escaramuzas fronterizas con China. En el frente nacional.
las revueltas políticas nunca acabaron y numerosos presos políticos 21
han sido puestos en libertad gradualmente. Unos 80 oponentes al
régimen comunista todavía están en prisión.
Tailandia pudo escapar del conflicto que arrojó a sus vecinos
al desorden, y recibió a medio millón de refugiados que están
causando graves problemas al país. Entre 1932, cuando un golpe
de estado acabó con la monarquía absoluta, y 1 9 9 1 , Tailandia
sufrió frecuentes golpes militares y tuvo no menos de 13 constitu-
ciones. Entre 1966 y 1992, estuvo dirigida por gobiernos decidi-
damente militares. Uno de los responsables del golpe de estado
del 13 de febrero de 1 9 9 1 , el General Suchinda Khraprayun, visi-
t ó Myanmar en compañía de o t r o general un poco antes del

¡CUIDADO, MINAS!

En los suburbios de Phnom Penh, existe una clínica


estatal para la rehabilitación de minusválidos. Bajo el sol
abrasador, las víctimas de las minas antipersonas -—jóvenes
soldados y también muchos civiles— aprenden a andar de
nuevo utilizando prótesis y una sola muleta. Los pacientes
esperaban recibir prótesis y tratamiento gratis, pero n o
tuvieron esa suerte. A los técnicos de la clínica se les pagan
unos 10 dólares al mes, lo que no es suficiente para m a n -
tener a sus familias, p o r lo que obligan a sus pacientes a
pagos extras para conseguir algo más de dinero. Algunos
tienen que mendigar para pagarse los cuidados que necesi-
tan. Una de las principales preocupaciones de Camboya en
la actualidad es la enorme cantidad de minas todavía sin
explosionar que continúan reclamando víctimas. Las minas
ocasionaron más muertes y lesiones durante la guerra que
ningún otro tipo de arma, aparte del genocidio llevado a
cabo p o r Poí Pot y sus secuaces. El reciente Plan de Paz de
la ONU incluye medidas para el retorno de los 350. 0 0 0
camboyanos que han pasado años en campamentos en
Tailandia, así como el reasentamiento de unas 190. 0 0 0
personas o b l i g a d a s a m i g r a r d e n t r o de Camboya. Sin
embargo, los encargados de repartir las ayudas temen que
a menos que limpien los suelos de minas, no podrán llevar
a cabo su misión de reconstrucción del país, n i volver a
establecer a la gente y reavivar la economía.
22 golpe. Se reunieron con la junta militar, y parece ser que apren-
dieron lecciones útiles sobre cómo tratar con efectividad a los
participantes en manifestaciones. El ejército tailandés no dudó en
matar a casi un millar de personas en las calles de Bangkok en
Mayo de 1 9 9 2 , al sofocar una manifestación que reclamaba
mayor democracia. La prensa tailandesa, si bien estaba estrecha-
mente controlada durante estos hechos, desempeñó un papel
clave para persuadir al Rey haciendo que destituyera a su Primer
Ministro y llamara a un civil para ocupar su puesto. La situación
todavía no está completamente resuelta, sobre t o d o en lo relativo
a las disparidades entre el campo y la ciudad, lo que se tratará
con más detalle en un capítulo posterior.

¿as islas

Aparentemente protegidas por el océano, los diversos estados


que ocupan las islas han escapado a los desórdenes que sufrieron
sus vecinos del continente. No obstante, no han podido evitar
movimientos guerrilleros, principalmente comunistas, y tensiones
rápales o religiosas.
Malasia luchó contra quienes apoyaban el comunismo desde
1948 hasta 1960, y sólo en 1980 el último grupo armado rindió
sus armas. Además, Indonesia, poco partidaria de la creación de
Malasia, apoyó las guerrillas durante algún tiempo. El principal
problema de Malasia, no obstante, fueron los numerosos conflic-
tos religiosos y étnicos. Aunque todavía existen casos de abusos
contra los derechos humanos, el País parece decidido a seguir por
la ruta de la democracia, actitud positiva de cara a su desarrollo
económico.
En Indonesia, después de decenas de miles de muertes y cien-
tos de miles de detenciones en las represalias contra el comunis-
mo, a principios de los años 6 0 , y del complot prochino para
derrocar al dictador Sukarno, la vida política parece haberse cal-
mado. Se han celebrado elecciones con regularidad desde 1973,
todas ellas para confirmar al General Soeharto como Presidente y
Primer Ministro, cargos que le entregara Sukarno en 1968. A n t i -
guos líderes comunistas, en prisión desde 1965/67, continúan
pendientes de ejecución. Indonesia no ha reavivado sus reclama-
ciones a la parte Malaya de Borneo, que produjeron diversos inci-
dentes, pero en su lugar ha invadido el Este de Timor, que era
independiente. En este conflicto ha adoptado la política de tierra
quemada (100.000 personas murieron entre 1975 y 1979 como
consecuencia de la guerra y el hambre). Las guerrillas continúan
operando en la isla y el ejército se ha mostrado dispuesto a dispa- 23
rar a pacíficos manifestantes, como sucediera en 1 9 9 1 , causando
un centenar de muertos.
En Filipinas, donde se situaron las bases estadounidenses más
grandes fuera de su país hasta 1 9 9 1 , las principales tensiones han
sido internas. Primeramente los guerrilleros comunistas y del Fren-
te de Liberación Islámica han matado a 20.000 personas desde
1979 y controlan aproximadamente un 2 0 % de los pueblos. En
segundo lugar, el excesivo n e p o t i s m o del Presidente Marcos
explotó al país y arruinó una economía que, de otra forma, podría
haber sido próspera. Desde que Marcos fue destituido en 1986,
sus antiguos secuaces han intentado tomar el poder en diversos
amagos de golpe de estado. Ninguna de las elecciones posteriores
se han celebrado sin muertos. Sin embargo, la situación parece
estabilizarse, gracias a un compromiso de métodos democráticos.
De hecho, una vez que ha remitido la amenaza de la guerrilla, el
nuevo Presidente ha decidido legalizar el Partido Comunista.

Tanto el d i m i n u t o estado de Brunei c o m o Singapur (que


durante un breve período perteneció a la Federación de Malasia)
han conseguido permanecer al margen de los conflictos de la
región y han seguido un progreso económico que los coloca
ahora entre los países más ricos del mundo. Brunei debe su rique-
za al petróleo, mientras que Singapur se ha centrado en crear
exportaciones y servicios, convirtiéndose en uno de los centros
financieros más importantes del mundo.
Si bien existe abundante información sobre Singapur, que da
una buena idea de su situación en términos de desarrollo econó-
mico y humano, existen pocos datos sobre Brunei, que está bajo el
dominio absoluto de su Sultán. Se sabe que su PNB per cápita es
muy alto, pero nadie sabe hasta que punto la población general se
beneficia de los ingresos procedentes.del petróleo, que hacen que
el Sultán sea uno de los hombres más ricos del mundo.

Todavía hay límites para los derechos humanos

Las tensiones Este-Oeste todavía siguen cobrándose víctimas en


la región. Los opositores a los regímenes en el poder, sean pro o
anticomunistas, raramente disfrutan de libertad para expresar sus
opiniones. En nombre de la seguridad interna, muchos estados han
puesto en vigor leyes y decretos que les permiten detener a sospe-
chosos, sin cargos o juicio, durante períodos de tiempo ilimitados.
24 Esto sucede en Laos, Brunei, Malasia y Singapur. Sin embargo,
estos países no son los que tienen el mayor número de prisioneros
políticos, ni tampoco son los que peor tratan a sus prisioneros. En
1991 se apresó en Tailandia a grupos de refugiados procedentes
de Myanmar que, después de ser maltratados en los centros de
detención, fueron repatriados. El crimen de lesa majestad sigue
siendo un delito y un profesor universitario, Sulak Sivaroksa, se
arriesgó a ser encarcelado por proclamar que el rey, el heredero
del trono y las princesas, son seres humanos normales como todos
los demás. Estudiantes laosianos que estaban en Europa Central y
en Ucrania fueron repatriados a la fuerza a finales de 1992, tras ser
acusados de oponerse al Partido Revolucionario Popular de Laos. Al
igual que Tailandia, Laos envía a sus respectivas naciones a los
refugiados que se suponen que están protegidos por el Alto Comi-
sionado de la ONU para Refugiados.

En Malasia, 200 personas que buscaban asilo político en Indo-


nesia han sido amenazadas con una repatriación forzosa. Los
declarados culpables de haber infringido la ley antidrogas han
sido maltratados y torturados antes de ser ejecutados.
En Indonesia, la situación es particularmente grave para quie-
nes viven en el Este de Timor, donde varios cientos de prisioneros
políticos, acusados de defender la independencia, han sido mal-
tratados y, en algunos casos, torturados.
En Filipinas, hay varios cientos de prisioneros políticos, algunos
de los cuales han sido maltratados y torturados. También se ha
criticado a este país por ejecuciones sumarias, especialmente de
sacerdotes, a b o g a d o s de derechos h u m a n o s y sindicalistas.
Miembros del ejército han violado a mujeres que suponían que se
oponían al Gobierno.
Finalmente, en Myanmar, la ley marcial está todavía vigente y
Amnistía Internacional calcula que hay más de 1.600 prisioneros
políticos. Muchos de los detenidos han sido torturados en 20 cen-
tros de tortura que Amnistía ha podido identificar. Se producen
ejecuciones sumarias y las esposas de los que se oponen, o se
supone que se oponen al régimen, han sido detenidas y violadas
como una forma de ejercer presión sobre sus maridos.
Las opiniones políticas no son la única razón para las violacio-
nes de los derechos humanos en el Sudeste Asiático, no más que
en cualquier otra parte del mundo. La intolerancia religiosa es
probablemente tan antigua como la religión; se expresa de dife-
rentes formas, según los países, prohibiendo o bien imponiendo
la práctica de un credo particular. En Indonesia, por ejemplo, la
libertad de culto aunque está garantizada por la constitución, es
totalmente ficticia. De hecho, existen cuatro religiones oficiales y
t o d o ciudadano debe pertenecer a una de ellas: no está permitido 25
el ateísmo, como tampoco lo están otras creencias que no sean
las cuatro reconocidas. Desde 1989, en Indonesia la pertenencia a
sectas prohibidas puede castigarse con la cárcel.
En Vietnam, donde el 5 0 % de la población es budista, sólo
una comunidad ha sido aceptada por el estado desde 1 9 8 1 . A
quienquiera que rebata la religión única se le encarcela, e incluso
algunos han sido sentenciados a muerte, aun cuando esta pena
fue más tarde conmutada por 20 años de "reeducación".
27

HACIA UN MEJOR
ORDEN MUNDIAL

E l objetivo general del Club de Roma es esencialmente el


c ó m o crear un nuevo t i p o de m u n d o . Esto significa
desarrollar directrices encaminadas hacia la búsqueda
de un nuevo enfoque que erradique o, al menos, alivie la pobre-
za, reduciendo las diferencias existentes entre ricos y pobres den-
tro y fuera de los países. Estos significa crear una sociedad que
permita una prosperidad y un sentido de la dignidad suficiente
para todos los habitantes del planeta. Son tres los problemas más
acuciantes en la actualidad. El primero es la disparidad entre el
Norte y el Sur.

En su Informe sobre el Desarrollo M u n d i a l de 1 9 9 1 , el


Banco Mundial señala que el número de personas que viven por
debajo del umbral de la pobreza (es decir, menos de un dólar al
día) ha aumentado de nuevo, a 1.100 millones. 1.700 millones de
personas no tienen acceso a cuidados sanitarios, 1.000 millones
no tienen agua potable. Las cifras publicadas en el último Infor-
me sobre el Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, nos
muestra un cuadro más dramático. El informe señala que las
poblaciones de las 20 naciones más ricas (es decir, los países
industrializados) disfrutan de unos ingresos 60 veces superiores a
los de los 20 países más pobres. En 1960, cuando comenzó la
política internacional sobre el desarrollo, esta diferencia era la
mitad. Hemos trabajado mucho durante las últimas tres décadas,
de hecho desde la II Guerra Mundial, para tratar de reducir estas
disparidades, pero obviamente sin mucho éxito.

El segundo problema es la explosión demográfica, factor que


disminuye el desarrollo en muchas partes del mundo, aumenta la
demanda de recursos, materiales y energía. Tiene asimismo reper-
cusiones en muchas otras direcciones, incluida la probabilidad de
olas de migración.
28 La tercera cuestión es el empleo, ya que las oportunidades de
tener trabajo prometen variar enormemente en diversas partes del
mundo. En muchos países del Sur, exacerbados por el crecimiento
de la población, los niveles de desempleo y subempleo son altísi-
mos, lo que añade presiones hacia la emigración.
Estos son los problemas prioritarios, naturalmente, pero el Club
de Roma no los considera problemas a efectos de prioridad. Su pri-
mer concepto, la "problemática del m u n d o " , significa reconocer
que todos los problemas del mundo son como una madeja mal
bobinada: cuando se tira de un extremo, éste arrastra a los otros y
resulta que toda la madeja está conectada. En otras palabras, los
problemas del mundo son tan complejos que no pueden abordarse
uno por uno, de forma secuencial. Este hecho viene siendo recono-
cido cada vez más en los últimos decenios.
¿Cuál es la problemática de los países que estamos examinan-
do? Para responder a esta pregunta, consideremos ahora una serie
de indicadores económicos.

Pobreza relativa

Según la clasificación de países del Banco Mundial por su PNB


per cápita, cinco de los diez países que estamos considerando están
en la categoría más baja, de ingresos bajos. Estos países son Laos,
con 200 dólares, Indonesia con 570 dólares, luego Camboya,
Myanmar y Vietnam en donde se desconoce la cifra exacta pero se
piensa que está en torno a los 600 dólares. A continuación vienen
las economías de ingresos medios: Filipinas, justo por encima del
grupo anterior, con 730 dólares, Tailandia con 1.420 dólares y
Malasia con 2.320 dólares: tres veces los de Filipinas. Finalmente en
el grupo de ingresos elevados se encuentran Singapur con 11.160
dólares y Brunei, para el que se calculan en unos 15.390 dólares.

La región tiene por lo tanto, una distribución de la riqueza muy


desigual de un país a otro, pero sobre todo a efectos de ingresos
por persona. Los dos países más ricos, Singapur y Brunei, tienen
juntos una población de algo más de 3 millones, mientras que los
países más pobres tiene una población total cien veces mayor.
Si consideramos el emplazamiento de estos países, los más
pobres están principalmente en tierra firme mientras que los países
más ricos y más avanzados están en las islas. Las excepciones de
cada grupo son Indonesia y Tailandia.
Esta diferencia puede explicarse en gran parte por los duraderos
conflictos que han atravesado los países del continente.
Inflación moderada 29

No se dispone de datos sobre la inflación en los países de


Indochina y Myanmar. En cuanto al resto, la inflación es baja en
todas partes excepto en Filipinas, en donde la tasa es de dos
cifras, pero está relativamente bien controlada (la media durante
los años 80 fue del 1 4 , 9 % , mientras que en los años 70 fue del
11,4%).
En las demás partes (en la medida en que se dispone de cifras)
la inflación ha disminuido, aunque de hecho nunca ha sido un
gran problema. En Tailandia, la tasa cayó del 6 , 2 % al 3 , 4 % ; en
Malasia del 4 , 9 % al 1,6%; en Singapur del 6 , 5 % al 5 , 1 % y en
Indonesia — e l único país en donde la inflación era un proble-
m a — de una tasa media anual del 3 5 , 5 % , entre 1965 y 1980
bajó al 8 , 4 % durante los años 80. Brunei, al igual que algunos
otros países exportadores de petróleo, ha estado en la situación
peculiar de descender los niveles de precios (-6,9% al a ñ o ) .

Dos deudores importantes

La deuda externa total de los miembros de la ASEAN está en


torno a los 143.730 millones de dólares. Si se añade la deuda
reconocida de algunos otros países de la región, el total asciende
a 150. 000 millones de dólares: aproximadamente un tercio de la
deuda de América Latina, aunque la población total sea aproxi-
madamente la misma.
Incluso así, por cada país individual la deuda externa es una
carga importante, y ha aumentado de forma significativa en los
últimos diez años. Algunos se las han arreglado, no obstante,
para compensar su deuda ampliando las exportaciones, como
puede verse midiendo el cargo del servicio de deuda como por-
centaje de los beneficios de exportación (Tabla 1 ) .
Dos de los principales países deudores del mundo están en el
Sureste Asiático: Indonesia (4o) y Filipinas (13°).
30
TABLA 1

Deuda externa total servicio de la deuda


como porcentaje del como porcentaje de
PNBEI beneficios de export.

7990 7980 7990

Indonesia 66.4 28.0 30.9 13.9

Laos Í23.3 12.1

Malasia 48.0 28.0 11.7 6.3

Filipinas 69.3 53.8 21.2 26.6

Tailandia 32.6 26.0 7.2 18.9

La Tabla 1 muestra que Filipinas y Tailandia han reducido sus-


tancialmente la carga del servicio de la deuda comparada con los
beneficios de las exportaciones. También Indonesia lo ha hecho
en una m e n o r medida (el costo del servicio de la deuda ha
aumentado menos que la tasa de aumento de la deuda en sí). Por
el contrario, Malasia utiliza una mayor proporción de sus benefi-
cios por exportaciones para compensar sus cargos por servicio de
deuda.
El costo del servicio de la deuda exige sacrificios considerables
a estos países y lo peor de esta carga recae sobre la gente más
pobre. En Filipinas, por ejemplo, esto significa la mitad de la
población.
El Club de Roma ha señalado repetidamente1 que una de las
razones por las que los países del Tercer M u n d o tienen deudas es
por su implicación en proyectos costosos, con frecuencia inútiles
e incluso peligrosos, emprendidos en gran parte por razones de
prestigio, y frecuentemente con el acuerdo y el aliento activo de
determinados intereses económicos y financieros del Norte, que
los apoyan para obtener beneficios.

1 Véase e s p e c i a l m e n t e The Barefoot Revolution, The First Global Revolution, Latín America
facing Hopes and Contradictions (La R e v o l u c i ó n d e Pies Descalzos, La P r i m e r a R e v o l u c i ó n M u n d i a l y
A m é r i c a Latina h a c i e n d o f r e n t e a Esperanzas y C o n t r a d i c c i o n e s ) .
31

EL EJEMPLO D E FILIPINAS S O B R E L O S EFECTOS


ADVERSOS D E LA DEUDA.

Debido a la enorme cantidad de dinero que el Gobierno tiene


que asignar para el coste de la deuda, queda muy poco para
atender las necesidades de los pobres. Trabajando sobre la base
de las cifras del presupuesto de 1989 (el 43,9% para el coste de
la deuda contra el 37,7% para servicios económicos y sociales)
una fuente afirma que "cada familia pierde aproximadamente el
equivalente a servicios gubernamentales por valor de 400 dólares
debido simplemente a la deuda exterior". Los pobres utilizan, si
pueden, las escuelas y los hospitales estatales, ya que no pueden
soportar los costes de una educación y servicios médicos priva-
dos. El Gobierno hace recortes drásticos en estas áreas con obje-
to de poder hacer frente a la deuda. Según uno de los principales
periódicos del país*, el no amortizar la deuda podría salvar la vida
de un niño filipino cada hora. Esto podría lograrse limitando el
coste de la deuda al 20% de los beneficios por exportaciones, y
asignando a sanidad la parte principal del ahorro realizado en el
presupuesto nacional. Como consecuencia de las condiciones
impuestas por el FMI, el Ministerio de Sanidad espera proceder a
una reducción considerable del número de sus beneficiarios. Esta
reducción significa "negar a 399.120 niños la leche y las vitami-
nas, a 27.565privarlos de tratamiento, dejara 102.262 pacientes
de tuberculosis sin ningún tratamiento y 16.100 casos de esquis-
tomatosis sin ninguna medicina". La educación, que en 1987
representaba la mayor tajada del presupuesto nacional, también
se ha visto recortada. Un presupuesto más bajo para educación
significa menos dinero para los salarios de los maestros, instala-
ciones de centros, servicios y libros de texto y, en general, un
deterioro de la calidad de la enseñanza. La educación secundaria
gratuita, también prevista en la Constitución de 1987, será más
difícil de mantener. El problema de la deuda contribuye directa-
mente al desempleo, al impedir al Gobierno desarrollar adecua-
damente una de sus funciones vitales como creador de puestos
de trabajo: reactivar la economía. Al mismo tiempo, una reduc-
ción del presupuesto en gastos sociales e infraestructura, depri-
me el consumo nacional.

Philippine Daily Inquirer (30 Marzo 1989)


^ Otro ejemplo lo tenemos en Filipinas. Este país comenzó a
pagar préstamos de PNPP en 1 9 8 1 , al ritmo de 35.000 dólares al
día sólo en intereses, lo cual significa 130 millones de dólares al
año. El PNPP es la "Philippines Nuclear Power Plant" (Planta de
Energía Nuclear de Filipinas), un enorme elefante blanco vulnera-
ble a los terremotos y a los riesgos volcánicos, por no mencionar
al mar abierto (tsumanis). La Planta de Energía Nuclear de Filipinas
en Napot Point, M o r o n g , Batán, es el mayor y más costoso m o n u -
mento a la locura humana de Filipinas. Después de haber costado
2.200 millones de dólares, fue reducido a la inactividad en 1986
debido a los peligros que se percibían para la sanidad y seguridad
pública. En 1974 el costo que se calculó para la PNPP fue de 500
millones de dólares por dos plantas nucleares. Para 1975, cuando
Filipinas solicitó formalmente el préstamo, el costo por un solo
reactor se había disparado a 1.100 millones de dólares.

Está claro que este proyecto fue muy rentable para el ex Presi-
dente Marcos, varios bancos extranjeros y el contratista. Se recu-
rrió a un préstamo para cubrirlo, pero tenía muy poca relación
con los costes reales de la construcción. A pesar de ello, el pueblo
de Filipinas tiene ahora que soportar todo el coste, ya que la Pre-
sidente Corazón Aquino decidió que el préstamo debería amorti-
zarse "aunque sólo fuera por cuestión de honor". Los principales
protagonistas del asunto no han dado a conocer cómo definirían
ellos el concepto de " h o n o r " . . .
Otros indicadores económicos 33

Tabla 2 Crecimiento anual medio del PNB (%) (entre paréntesis): cifra absoluta del
PNB en miles de millones de dólares.

TABLA 2
1965/80 1980 / 90

Indonesia 7,0 (5.98) 5.5 (107,29)

Malasia 7,4 (3.13) 5.2 (42,40)

Filipinas 5,7 (6.01) 0.9 (43,86)

Singapur 10,0 (97) 6.4 (34,60)

Tailandia 7,3 (4.39) 7.6 (80,17)

Tabla 3. Desglose p o r sectores del PNB (en cuanto porcentaje del total)

TABLA 3
Agricultura industria Servicios

7965 7990 7965 7990 7965 7990

Indonesia 22 40 36 3*

Malasia 28 25 47

Filipinas 26 22 27 35 47 43

Singapur 24 37 74 63

Tailandia 32 12 23 39 45 48

La cuota de la agricultura en la economía de estos países ha


descendido drásticamente en los últimos 25 años, para ser sustitui-
da principalmente por la fabricación, a la vez que mantiene los ser-
vicios más o menos constantes. Por el contrario, la producción de
alimentos se ha incrementado, excepto en Myanmar y en Filipinas
(Tabla 4).
En Asia, la reforma agrícola hizo posible dar tierras a los cam-
pesinos, aumentar la producción agrícola y diversificar las cosechas
más rápidamente que el ritmo de crecimiento de la población,
todo ello sin aumentar de forma significativa la superficie de culti-
vo. Uno de los ejemplos más destacables de una política agrícola
con éxito es la de Indonesia. Al contrario de la mayor parte de los
países productores de petróleo con gran densidad de población del
Tercer Mundo, Indonesia ha optado por dar prioridad al desarrollo
agrícola. El país en la actualidad puede autoabastecerse de arroz.
34 El éxito de pasar de ser una sociedad agrícola tradicional a ser
una sociedad industrial moderna, depende en gran medida de la
forma y el ritmo de modernización de la agricultura, de forma
que se reduzca la dependencia de alimentos importados y se limi-
te el éxodo de la población rural a una escala que las ciudades
puedan absorber la gente que sobre y los migrantes puedan
encontrar trabajo.

Tabla 4. Indice de Id producción de alimentos per capita en 1988/90 comparada


con la década anterior ( = 1 0 0 )

TABLA 4

Camboya 165 Tailandia 106

Malasia 147 Myanmar 93

Vietnam 127 Filipinas

Indonesia 123 Singapur 69

Laos 114

Conforme se muestra en la Tabla 4, la producción de alimen-


tos per capita ha descendido en Filipinas, Myanmar y Singapur.
Aunque Singapur tiene ingresos para comprar en el extranjero los
alimentos que necesita — l a agricultura o b v i a m e n t e no es el
punto fuerte de esta ciudad estado— esto no sucede con Myan-
mar y Filipinas. Veremos más adelante que Myanmar utiliza sus
terrenos para cosechas que están muy lejos de ser nutritivas.
A principios de los años 90 se inició una grave crisis económi-
ca en Filipinas. La reforma agraria, piedra angular de la "Nueva
Sociedad de Marcos", y después pieza central de la restauración
democrática de Aquino, se encuentra en un total desorden. En
producción de arroz, Filipinas —aclamada en otros tiempos como
el éxito de Asia— es de nuevo una de las principales importado-
ras. La sequía que comenzó en el último trimestre de 1989, y la
escasez de lluvias en todo el primer semestre de 1990, se vieron
agravadas por el lamentable estado de las infraestructuras de
riego, que ocasionaron amplias pérdidas de cosechas y la conster-
nación entre los agricultores.
La deuda externa es un factor fundamental en el aumento de
la pobreza masiva en el campo. Debido al enorme déficit presu-
puestario, resultante de su cargo para atender al servicio de la
deuda, el Gobierno no puede proceder ni a la rehabilitación y
ampliación de la infraestructura vital, ni al mantenimiento de pro-
gramas de estabilización de precios que necesitan los pequeños
agricultores, ni a la concesión de créditos baratos e insumos.
La política agrícola e industrial, inspirada por el FMI y el Banco 35
Mundial, también ha fracasado en la generación de los puestos
de trabajo que necesita la creciente población rural. El programa
de modernización rural, y la expansión de la agricultura dirigida
hacia la exportación, han llevado no sólo al crecimiento de gran-
des negocios agrícolas, sino t a m b i é n a la m a r g i n a c i ó n y el
desahucio de pequeños agricultores y poblaciones tribales de sus
tierras.

Tabla 5. Consumo de energía per capita e importaciones de energia en cuanto


porcentaje de exportaciones de mercancías.

TABLA 5
C o n s u m o per cápita importaciones en
equivalente el Kg relación al % de
de petróleo exportaciones de
mercancías

7965 7990 7965 7990


Camboya 59
Indonesia 91 272 3,0 6,0
Laos 24 39
Malasia 313 974 11,0 4,0
Myanmar 39 4,0 4,0
Filipinas 158 215 12,0 17,0
Singapur 2214 5685 17,0 15,0
Tailandia 352 11,0 10,0
Vietnam 100 1,0

El consumo de energía se ha duplicado, triplicado, e incluso,


cuadruplicado, pero las importaciones han sido compensadas
mediante el crecimiento de las exportaciones. Como veremos, los
países dinámicos del Sureste Asiático han importado energía con
objeto de transformarla en exportaciones para la obtención de
beneficios.

Tabla 6. Consumo e inversiones (%)

TABLA 6
Consumo Inversiones
privado nacionales brutas
1965/80 1980/90 1965/80 1980/90

Indonesia 5,2 4,5 16,1 7,1


Malasia 6,2 4,2 10,4 2,9
Filipinas 7,6
Singapur 13,3
Tailandia 6,4 6,5 8,0 8,7
•56 El consumo aumentó considerablemente en esta región, como
en el resto del mundo, hasta la última década y las inversiones
nacionales crecieron mucho más que otros lugares. Ambas ten-
dencias han disminuido ahora ligeramente, aunque menos que
en otras regiones. Debe tenerse en cuenta que Tailandia es el
único país del Sureste Asiático en donde ha aumentado tanto el
consumo como las inversiones (muy pocos países lo han logrado).

Tabla 7. Crecimiento de las importaciones y exportaciones

TABLA 7
A. 1965 (% de importaciones y exportaciones totales)
1 2 3 4
Imp. Exp. Imp. Exp. Imp. Exp. Imp. Exp.
Indonesia 8 53 43 39 50
Malasia 35 60 12 34 22 32
Myanmar 20 94 58
Filipinas 27 84 10 1 33 0 30
Singapur 42 44 13 2' 14 10 30 24
Tailandia 12 86 31 0 49

B. 1990 (% de importaciones y exportaciones totales)


Indonesia 14 16 9 48 43 1 35 34
Malasia 7 37 45 27 33 17
Myanmar 11 93 40 46
Filipinas 17 26 13 12 20 10 50 52
Singapur 10 8 16 19 42 48 32 25
Tailandia 13 34 9 41 20 37 44

1. Alimentos y otros productos primarios


2 . Combustibles, exportaciones de minerales y metales.
3. Maquinaría y equipos.
4. Oíros productos manufacturados

Por lo general en 1965, los países del Sureste Asiático expor-


taron principalmente materias primas y muy pocos productos con
valor añadido. Las materias primas supusieron entre el 9 4 y el
99% de las exportaciones de la mayor parte de los países, excep-
t o en Singapur, en donde la cifra fue también relativamente alta
(el 6 5 % ) . Por el contrario, dedicaron elevadas sumas a la importa-
ción de maquinaria, equipos de transporte y otros productos
manufacturados, y exportaron muy poco, excepto de nuevo Sin-
gapur, en donde el 3 0 % de las exportaciones correspondieron a
estas categorías.
Para 1990, se había producido un cambio notable en la mayo- 37
ría de los países: las exportaciones de mercancías manufacturadas
se habían ampliado enormemente, mientras que las exportacio-
nes de materias primas habían descendido sustancialmente. No
obstante, la tendencia no ha sido uniforme. Este cambio puede
decirse que es válido para Filipinas, Tailandia y Singapur; menos
marcado con respecto a Malasia e Indonesia, mientras que ape-
nas ha comenzado en Myanmar.
Estos países han continuado importando grandes cantidades
de mercancías manufacturadas, generalmente bastante más en
1990 que en 1965, lo que sugiere que han tendido a especializar-
se en la fabricación de determinados bienes de exportación.
Después de la II Guerra Mundial y la independencia del domi-
nio colonial, la mayoría de los países asiáticos adoptaron políticas
económicas nacionalistas. Fueron capaces de financiar esta estra-
tegia durante algún t i e m p o , gracias a las grandes reservas de
recursos naturales, tal y como ocurrió en Indonesia. Singapur, con
muy pocos recursos naturales, tuvo que abandonar esta política
rápidamente; el resto de países tuvo también que hacerlo a prin-
cipios de los años 80, seguidos, poco después, por los países de
Indochina. Sólo Myanmar continúa siguiendo esta opción.
El Sureste Asiático, gracias a sus grandes recursos naturales,
permaneció en una situación neocolonial clásica, con un desarro-
llo importante de las industrias básicas en Malasia y Tailandia, por
ejemplo. La industrialización se limitó a unos cuantos sectores,
pero fue a veces pretenciosa en sus espectativas, como sucedió
con la industria del automóvil en Malasia y la de la aviación en
Indonesia. Este enfoque resultó costoso e ineficaz. El derrumba-
miento de los precios de los productos primarios en los primeros
años 80, demostró la vulnerabilidad de estos países y desacreditó
totalmente esta estrategia de desarrollo. Los líderes de estos esta-
dos decidieron entonces seguir el modelo de los países recién
industrializados (NIC), que habían tenido mucho más éxito.
La nueva estrategia adoptada fue una industrialización dirigida
a la exportación, que Hong Kong había ensayado después de la II
Guerra Mundial. Se dieron cuenta enseguida que dicha estrategia
hacía posible crear un gran número de puestos de trabajo y al
mismo tiempo elevar los niveles de vida rápidamente, gracias a que
las leyes permitían una libertad total para importar y exportar a
conveniencia. Hong Kong fue seguido muy pronto por otros, en
particular Singapur. Esta ciudad-estado china, rodeada en gran
parte por Malasia, se decidió a desarrollar una industria orientada
hacia la exportación y complementar así sus actividades como puer-
to de comercio internacional, refinerías de petróleo y astilleros.
38 Singapur se ha convertido también en un centro financiero
internacional importante, y su ambición es atraer a las oficinas
principales de todas las empresas multinacionales que operan en
Asia. En el espacio de una década, los países con una rica dota-
ción de recursos naturales, se han convertido también en exporta-
dores importantes de mercancías manufacturadas.
39

PROSPERIDAD JUNTO A
POBREZA

A cabamos de ver cómo, los países del Sureste Asiático


cambiaron su estrategia económica y, abriéndose al
mundo exterior, se hicieron ricos. Pero, ¿hasta qué
punto es justa la distribución de la nueva prosperidad?
Estamos tratando con dos grupos totalmente distintos de paí-
ses. En primer lugar, los miembros de la ASEAN, que fueron capa-
ces de aprovechar mejor los años que sus vecinos continentales
del segundo grupo, que perdieron ese tiempo en guerras de las
que ahora están saliendo. Existe, no obstante, una segunda divi-
sión dentro de ASEAN, entre los países menos poblados (Brunei,
Singapur y Malasia), que se encuentran en buena o excelente
situación económica, y los que tienen grandes poblaciones (Tai-
landia, Indonesia y Filipinas), que están ciertamente en el camino
correcto pero todavía no están a salvo, siendo el más débil de
ellos Indonesia. La economía tailandesa ha tenido realmente una
buena tasa de crecimiento en los últimos años, especialmente en
exportaciones, pero el PNB per capita es todavía bajo. Los logros
económicos dan una imagen menos precisa de la verdadera situa-
ción de desarrollo en estos países que las estadísticas relativas a
sanidad, educación y distribución de la riqueza. En Asia, como
prácticamente en t o d o el mundo, existen crecientes disparidades
entre la situación de quienes viven en ciudades y quienes viven en
las zonas rurales. En la situación de desarrollo de Tailandia, por
ejemplo, los puntos débiles son la persistente pobreza de las
comunidades rurales (menos de 460 dólares per capita de ingre-
sos anuales en las provincias del Nordeste, comparados con una
media nacional de 1420 dólares) y la baja situación de los maes-
tros, médicos y funcionarios que trabajan lejos de una ciudad. En
40 otros países también existen grandes disparidades entre las pobla-
ciones urbanas y las rurales, viviendo muchas más de estas últi-
mas por debajo del límite de la pobreza.

Tabla 8. Porcentaje de la población que vive p o r debajo del límite de la pobreza.

TABLA 8
total rural
Indonesia 39 44
Malasia 27 38
Myanmar 40 40
Filipinas 58 64
Tailandia 30 34

Nota: No se dispone de datos sobre los demás países.

Diferencias importantes en las expectativas de vida

La población de Laos y Camboya tiene una esperanza de vida


tres veces menor que la de Brunei; existe una diferencia de 27
años entre la esperanza de vida de un laosiano y un súbdito del
Sultán de Brunei, y una diferencia de 26 años con respecto a un
Camboyano. La primera explicación que se nos viene a la mente
son, naturalmente, las guerras que han asolado Indochina. Sin
embargo, los vietnamitas, que también han experimentado y, de
hecho, han sido el centro de la guerra de Indochina, tiene una
mayor esperanza de vida que los camboyanos y los laosianos,
siendo la cifra de Vietnam similar a la de Filipinas o Indonesia
(Tabla 9)

¿Qué otros indicadores podrían facilitarnos una explicación?.


Los más obvios son los relativos a la sanidad.
Tabla 9.Algunos indicadores de sanidad. 41

TABLA 9

Esperanza Mortalidad Nacimientos Poco


de vida. infantil supervisados peso al
por 1000. por médico. nacer.
7965 7990 % %

runei 76
Camboya 50 134 123 47
Indonesia 62 128 71 49 14
Laos 49 148 104 39
Malasia 70 55 22 82 10
Myanmar 61 122 65 57 16
Filipinas 64 72 43 57
Singapur 74 26 00
Tailandia 66 26 71 12
Vietnam 63 134 49 95 7

La Tabla 9 muestra que las tasas de mortalidad infantil en los


años 60 eran altas o muy altas en todos los países de la región,
excepto en Singapur. Para 1990, estas tasas se redujeron conside-
rablemente, siendo la mitad en Indonesia, Myanmar y Filipinas; y
un tercio en Vietnam, Tailandia y Singapur (que ha alcanzado un
nivel similar al de los países occidentales). Existen sólo dos excep-
ciones, Laos y Camboya, en donde las tasas siguen siendo muy
altas.
Las estadísticas relativas a nacimientos bajo control médico y a
niños nacidos con poco peso, nos aportan una evaluación muy
útil. Desgraciadamente no disponemos de información sobre los
primeros con respecto a Laos, pero las cifras de los segundos es
muy alta (un niño de cada tres tiene poco peso al nacer). No dis-
ponemos de cifras sobre los pesos al nacer con respecto a Cam-
boya ya que menos de la mitad de los nacimientos tienen lugar
bajo control médico.
42 Tabla 10. Algunos indicadores sobre provisión de cuidados sanitarios.

T A B L A 10

Población Población Muertes perinatales


por doctor por enfermera de madres
1965 1984 1965 1984 p o r 100,000

Brunei 7 7 7
Camboya 22,410 ? 3,670 ? 800
Indonesia 31,700 9,460 9,490 1,230 300
Laos 24,320 1,360 4,880 530 750
Malasia 6,200 1,930 1,320 1,010 120
Myanmar 11,860 3,740 11,370 900 600
Filipinas ? 6,700 1,140 2,740 250
Singapur 1,900 1,310 600 ? 14
Tailandia 7,160 6,290 4,970 710 180
Vietnam ? 1000 14,250 620 400

Donde se dispone de estadísticas sanitarias, observamos que


la provisión de personal médico y paramédico no explica las altas
tasas de mortalidad infantil. La Tabla 10 muestra asimismo que la
provisión de cuidados sanitarios ha mejorado enormemente en
los últimos 20 años. Concretamente un gran número de madres
mueren durante el parto o poco después de él en Laos, Camboya
o Myanmar. En estos casos, aun cuando el niño sobreviva, sus
esperanzas de seguir con vida se reducen sin su madre. En 1984,
el número de personas por médico en Laos era menor que en Sin-
gapur, donde la mortalidad infantil es baja y las expectativas de
vida altas. De forma similar, el número de personal paramédico
en Laos pudiera parecer el apropiado. No obstante, aun cuando
la cantidad total de cuidados sanitarios provistos parece ser acep-
table, no hay garantía de que t o d o el m u n d o tenga acceso a
ellos.

Disponemos de datos sobre este tema, al igual que existen


cálculos sobre el acceso al agua potable, que se sabe muy bien
que es un factor clave para el fomento de una buena salud.
Tabla 11. Acceso a las comodidades fundamentales. 43

T A B L A 11

Acceso a Acceso a Acceso a


agua cuidados saneamientos
potable % sanitarios% %

Brunei 96 7 99
Camboya 53
Indonesia 28 80 43
Laos 29 67 12
Malasia
Myanmar 32 33 35
Filipinas 86 91
Singapur 100 100 97
Tailandia 81 70
Vietnam 46 80 53

No se dispone de la mayor parte de estas estadísticas con rela-


ción a Malasia y faltan algunas con respecto a Brunei, pero el
hecho de que estos países tengan una buena media de esperanza
de vida (más de 70 años), hace razonable suponer que sus pobla-
ciones tienen un acceso adecuado a la atención médica, al agua
potable y a la sanidad.
Por el contrario, hay carencias en Laos, Indonesia, Myanmar (y
sin duda en Camboya, aun cuando no dispongamos de cifras) ,
en donde sólo una tercera parte de la población tiene acceso al
agua potable limpia. En términos absolutos, esto significa que
alrededor de 130 millones de personas en Indonesia no tienen
agua potable. Las cifras de sanidad nos dan una imagen similar,
con todos los riesgos de la propagación de enfermedades que
lleva consigo la falta de estos medios.
Finalmente, debe tenerse en cuenta que los servicios de aten-
ción médica o sanidad no están siempre bien distribuidos en cada
país. La mayor parte de la población vive todavía en zonas rurales
y tiende a tener una provisión inferior. No es éste, sin embargo, el
caso de Indonesia, donde el 6 9 % vive en el campo, ni de Tailan-
dia, con un 7 7 % en zonas rurales, donde las poblaciones rurales
tienen mejor servicio que los habitantes de las ciudades. No obs-
tante, debe recalcarse que ni la población rural ni la urbana de
Indonesia están en una situación envidiable.
Carecemos de datos con respecto a Camboya, excepto con
relación al agua potable: sólo el 1 0 % de la población urbana,
menos numerosa que la rural, dispone de agua potable.
UN EJEMPLO D E DESIGUAL A C C E S O A L O S
CUIDADOS SANITARIOS.

La malaria está volviendo con fuerza a Vietnam des-


pués de haber sido barrida en los años 80, gracias a un
programa financiado p o r la antigua Unión Soviética y otros
d o n a n t e s . En 1 9 9 1 , más de un m i l l ó n de vietnamitas
habían contraído la enfermedad y 4 5 0 0 personas murieron
p o r su causa. La malaria es en la actualidad una amenaza
grave para la salud, especialmente para las personas que
viven en regiones montañosas lejanas. La mayor incidencia
de muertes se encuentra de hecho en pueblos remotos,
debido a que los servicios sanitarios son inadecuados y la
mala alimentación es muy frecuente. Muchos pueblos no
tienen dispensario ni profesionales sanitarios, y la ayuda de
fuera es con frecuencia limitada debido a las dificultades
de acceso. El distrito de Que Phong, en las montañas cen-
trales, ha sufrido p o r ello. Después de que se declarara
una epidemia de malaria en j u n i o de 1991, la ayuda tardó
más de un mes en llegar, fecha en la que ya había muerto
mucha gente. La falta de dinero es un problema importan-
te para hacer frente a la enfermedad, ya q u e una sola
dosis de un remedio eficaz cuesta 6 dólares, lo que hace
que sea demasiado cara para muchos pacientes.

EL IMPACTO DEL SIDA E N EL DESARROLLO D E


ASIA.

El Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas


(PNUD), ha publicado recientemente en Nueva Delhi un
estudio relativo al impacto del SIDA en el desarrollo asiáti-
co. Este enuncia algunas ideas sobre las posibles conse-
cuencias de la enfermedad. Sólo en la India y Tailandia (los
dos países asiáticos más afectados), el SIDA podría signifi-
car pérdidas del orden de 3 0 . 0 0 0 millones de dólares para
la economía. A menos que se hagan verdaderos esfuerzos
para combatir este m a l en Asia, más de 10 millones de
personas podrían verse infectadas m u y p r o n t o . Estudios
realizados en la India, Indonesia, Corea, Malasia, Birmania,
Tailandia, Laos y Filipinas muestran que el SIDA se extiende
entre los sectores más pobres de la población y, p o r consi-
guiente, empeora las disparidades existentes. El principal
objetivo del informe de UNDP, es hacer que las autorida-
des públicas pertinentes tomen conciencia de las dimen-
siones económicas de la epidemia, además, naturalmente,
de las consecuencias dramáticas para la salud.
El desglose de las diferentes partidas del gasto público (Tabla 45
12) nos permite examinar y comprender mejor la provisión de la
atención sanitaria.

Tabla 12. Desglose del gasto público.

T A B L A 12
Defensa Sanidad Provis. 5oc. Educación
1972 1990 1972 > 1990 .1972 1990 1972 1990

7.4 8.4

Ta

Es realmente lamentable no poder disponer de cifras sobre los


países de Indochina. Está claro sin embargo, que un país como
Indonesia, cuyas cifras relativas a las expectativas de vida o de cui-
dados sanitarios son muy malas, gaste únicamente el 3 , 5 % de su
presupuesto en estos temas. Singapur, por el contrario, gasta más
del 1 6 % .
Singapur ha invertido enormemente en su gente. La propor-
ción de matriculación en enseñanza primaria y secundaria combi-
nadas, es ahora del 8 7 % , y la proporción de alumnos graduados
actualmente —una tercera parte de ellos en Ciencias— está entre
las más altas de los países en vías de desarrollo. La gente se ha
beneficiado considerablemente del gasto social de Singapur. La
economía también se ha beneficiado. La mano de obra bien edu-
cada atrae enormes cantidades de inversiones.
46 Educación, Formación y Cultura

Las estadísticas sobre educación, f o r m a c i ó n y cultura nos


aportan otra visión sobre las diferencias entre los países, y las dis-
paridades dentro de cada estado. Si el gasto público en educa-
ción se compara con el de sanidad, parece ser que los importes
son todavía muy bajos, excepto en países como Singapur, Tailan-
dia y Myanmar, donde los porcentajes están a la par con los de
los países occidentales. Sin embargo y dado el tamaño de la lagu-
na tanto en sanidad como en educación (excepto en Singapur), el
gasto debería ser mucho mayor.

Tabla 13. Provisión y logro educativo.

T A B L A 13

Analfabetos Proporción de grupos por e d a d


mujeres total educación
adultas adultos primaria secundaria superior
% % % % %
Brunei
Camboya 78 65
Indonesia 32 23 99 47
Laos 70 27
Malasia 30 22 96 59
Myanmar 28 19 24
Filipinas 10 99 73
Singapur 100 69
Tailandia 10 85 16
Vietnam 16 42

Mejorar las tasas de alfabetización no siempre es una tarea


fácil, como muy bien se sabe en Indonesia. Tomemos, por ejem-
plo, las Islas Riau: 3140 islas diminutas, muchas de las cuales están
deshabitadas o tienen unas cuantas familias. Los habitantes de
estas islas no tienen un hogar estable y se trasladan constante-
mente de una a otra. Viven del mar, que les suministra su comida
y es su única fuente de ingresos. Algunos incluso viven permanen-
temente en sus botes. Si quisieran enviar a sus hijos al colegio,
tendrían que navegar a una isla con una población lo suficiente-
mente grande como para poder tener una escuela: el resultado es
que los niños no van al colegio, crecen y se convierten en marine-
ros y pescadores. Se calcula que unas 3600 personas viven de esta
forma. El Gobierno indonesio ha puesto en marcha un programa 47
para alentar a la gente del mar a asentarse en las islas más pobla-
das, ofreciéndoles casas flotantes y servicios sanitarios. Aunque la
gente navegante se muestra reacia a abandonar su forma de vida,
es probable que estos últimos nómadas del mar se vean obligados
a asentarse gradualmente en algún sitio.
Finalmente, y si las cifras sobre las expectativas de vida y el
analfabetismo de la mujer se comparan entre los países (Tablas 9
y 13), aparece una clara correlación: cuanto mayor sea la propor-
ción de mujeres analfabetas (y si esto no se compensa con mejo-
res niveles de vida representados por un mayor PNB, acceso a
agua limpia, etc.) tanto mayores serán los niveles de mortalidad
infantil.

3 educación a distancia en Tailandia.

En más de 50.000 aulas de todo Tailandi


La economía negra

El empleo de niños

Uno de cada cuatro niños del mundo, con edades comprendi-


das entre los 10 y 14 años, tiene que trabajar en lugar de asistir al
colegio. En Asia, el 1 6 % de este grupo de edad trabaja principal-
mente en fábricas. Países como Filipinas o Tailandia han hecho un
esfuerzo considerable para mejorar la impartición de la educación
para los niños, pero hemos visto anteriormente que la deuda
externa de Filipinas le ha conducido a realizar recortes en este
área. Al igual que la mayor parte de los países del Sureste Asiáti-
co, estos dos países son predominantemente rurales y se espera
que los niños tomen parte en el trabajo agrícola desde una t e m -
prana edad. Pero existen clases de trabajos mucho más preocu-
pantes para los niños de Tailandia y de Filipinas.
Con respecto a Filipinas, la Oficina de Mujeres y Trabajadores
Jóvenes, calcula el total de niños trabajadores entre 5 y 7 millones.
Los niños de 5 a 14 años son obligados a trabajar debido a la
extrema pobreza: con frecuencia son los únicos que ganan un jor-
nal en su familia. Aceptan todo tipo de trabajos extraños, algunos
de los cuales son físicamente muy peligrosos, como las minas, las
fábricas de cemento, las plantaciones de azúcar, etc. Algunos
incluso venden su cuerpo a pedófilos de Occidente.
En Vietnam, dada la situación económica de algunos hogares,
cada vez más niños están siendo sacados del colegio para hacer
pequeños trabajos o ayudar a su familia a sobrevivir. Todo esto a
pesar de que la única esperanza para esta gente es conseguir una
mejor educación y adquirir una especialidad que les permita
encontrar un mejor trabajo. Pero, como siempre sucede, la pobre-
za limita las opciones de la gente y, en definitiva, engendra más
pobreza.

Prostitución

Es un hecho ya conocido que Manila es en la actualidad uno


de los "mercados de carne" de Asia. El número total de prostitu-
tas del país puede estar entre 300.000 y un millón, de las cuales
un número cada vez mayor son niñas. El comercio está, sin duda,
" s u f r i e n d o " por el cierre de las bases militares de los EE.UU.
(Clark y Subic Bay), y esto debería ser una causa para regocijarse,
si no fuera porque en una ciudad como Olongapo, la mitad de la
población de 200.000 personas vivía directa o indirectamente de
este medio. Ahora que ya no pueden ganarse la vida en el área,
muchas de las prostitutas se están trasladando a Manila.
Recientemente, el alcalde de Manila ha puesto en marcha 49
medidas muy estrictas que afectan tanto a las prostitutas niñas
como a las adultas. Los bares de Ermita, el distrito de luces rojas
de Manila, son patrullados con regularidad y muchos han sido
cerrados. El resultado inmediato, puede preverse que será no
detener la prostitución, sino arrojarla de los bares a las calles. La
prostitución ha de tratarse eliminando la pobreza en lugar de
cerrar los lugares donde funciona el negocio. En cualquier caso
parece ser que las autoridades de la ciudad no estuvieron motiva-
das únicamente por preocupaciones morales o sociales; sino más
bien porque el cierre de bares puede haber sido el preludio de un
proyecto de nuevo desarrollo, destinado a beneficiar a personas
distintas de los actuales habitantes del distrito.
En Tailandia, la zona equivalente de Bangkok (Patpong) ha
sido tratada de una forma bastante diferente. Las autoridades
prefieren mantener la prostitución en un lugar con objeto de faci-
litar la supervisión, por ejemplo, desde el punto de vista sanitario.
La prostitución es uno de los principales agentes propagadores
del SIDA y al menos 150.000 residentes son VIH-positivos, aun
cuando haya relativamente pocos casos verdaderos de SIDA.
En 1988, y con el apoyo de la Organización Mundial de la
Salud, la UNDP y organismos no gubernamentales, el Gobierno
tailandés lanzó un programa de muchos millones de dólares para
combatir y evitar el SIDA. Se dio formación especial a 200.000
trabajadores sanitarios para tratar la enfermedad y se puso en
funcionamiento un programa de prueba.
El comercio de la droga es, naturalmente, otra fuente impor-
tante de la enfermedad y Tailandia no ha escapado a este proble-
ma. Es un importante productor de narcóticos y, junto a otros dos
países del Sureste Asiático, forma el famoso Triángulo de Oro.

Drogas

El Triángulo de Oro, que abarca Birmania, Tailandia y Laos,


produce cada año unas 1500 toneladas de opio o, lo que es lo
mismo, unas 150 toneladas de heroína. Myanmar está muy meti-
da en el negocio, que representa un 4 0 % de su PNB: muchos de
los políticos (comunistas) o g r u p o s étnicos (karens, m o n g s ,
kachins y shans) rebelados contra el Gobierno, financian sus ope-
raciones guerrilleras con el tráfico de drogas. Es muy difícil com-
batir a los traficantes en toda la región, sobre t o d o por razones
geográficas que hacen imposible que los gobiernos ataquen por
sorpresa. Además, los traficantes están tan bien armados que
incluso logran derribar aviones. Quienes realmente cultivan el
opio no ganan mucho desde el punto de vista financiero, y son
los virtuales esclavos de los comerciantes.
50 Las Naciones Unidas han realizado enormes esfuerzos en los
últimos años para realizar un ataque internacional coordinado
contra el problema de las drogas. En 1987 se celebró en Viena
una conferencia bajo los auspicios de la ONU que llevó a una
acción más coordinada y enérgica. Un año después de la confe-
rencia, la Asamblea General de la ONU adoptó un nuevo conve-
nio contra el tráfico de narcóticos que tiene por objeto, no sólo
alentar una mayor armonización de las leyes, sino también una
colaboración para localizar y extraditar a los narcotraficantes y
descubrir el blanqueo de dinero. El Programa de la ONU para el
Control Internacional de la Droga une diversos organismos ya
existentes y tiene cinco objetivos principales. En primer lugar,
reforzar la supervisión internacional de las drogas autorizadas
para uso médico y científico. En segundo lugar, ayudar a reducir
la demanda de drogas ilegales, especialmente mediante la educa-
ción. En tercer lugar, alentar el tratamiento y rehabilitación de los
consumidores de drogas. En cuarto lugar, detener el suministro
de drogas procedentes de fuentes ilegales. En quinto lugar, refor-
zar los esfuerzos para detener el comercio ilegal de drogas.
En la difícil tarea de aplicar esta estrategia, UNPIDC tiene
como objetivo constituirse en la fuente principal de información y
competencia en este campo a nivel internacional. Otros departa-
mentos de la ONU están también implicados, tales como la Orga-
nización Mundial de la Salud, la Organización para la Alimenta-
ción y la Agricultura, etc.
La primera prioridad es proveer de fondos a los planes que
alienten a los agricultores a cambiar el cultivo de la coca y del
opio por cosechas legales. Existen, no obstante, dudas considera-
bles en cuanto a la eficacia de tales iniciativas. El problema funda-
mental es que los campesinos no consiguen lo suficiente para
vivir con el cultivo de cosechas legales, ya que no se les paga un
precio adecuado por lo que p r o d u c e n . Mientras que la alta
demanda permita a los señores de la droga conseguir pingües
beneficios, el resultado será simplemente el cambio geográfico de
los lugares de producción. Deberá existir, además, una mayor dis-
posición para reconocer que los señores de la droga no permiten
que sus mal conseguidos beneficios queden ociosos. Grandes
zonas de la economía mundial están basadas en el líquido proce-
dente del comercio de la droga, que se blanquea e invierte con la
complicidad de ciertos bancos e intereses financieros. Si se retira-
ra este dinero "sucio",muchas sociedades "honestas" irían a la
quiebra y se perderían miles de puestos de trabajo.
5/

OBJETIVOS PARA UN MEJOR


ORDEN MUNDIAL

Los temas

El final de la Guerra Fría está conduciendo a cambios radicales


en el orden mundial. El reto fundamental de la humanidad con-
siste en idear nuevos conceptos, estructuras y procesos que susti-
tuyan a las viejas estructuras que todavía nos dominan y sirvan, al
mismo tiempo, para afrontar los problemas propios de un mundo
en transición.
Hay varios conceptos que por su importancia exigen de una
urgente atención y precisan, para su solución, de ideas creativas.
Uno de ellos es la división Norte/Sur que continua ampliando
las disparidades entre pueblos, y continuará así mientras la dife-
rencia entre ricos y pobres siga siendo un factor primordial en las
relaciones internacionales. Este se ha convertido en un concepto
demasiado simplista para describir las realidades que prevalecen,
y ya no sirve de mucho como marco conceptual. Es quizás más
exacto y útil pensar en un mundo caracterizado por una zona de
turbulencia, que abarca Eurasia e incluye el Oriente Medio y Afri-
ca más parte de América Latina, y que está rodeada de reductos
de relativa estabilidad. Controlar esta turbulencia constituirá, pro-
bablemente, la preocupación central durante los próximos diez o
veinte años.

El regionalismo es otra forma de describir el problema. Con-


cuerda mejor con las actuales tendencias políticas y económicas,
pero no es una buena base para un nuevo orden mundial mien-
tras no exista todavía un orden regional uniforme.
La dificultad de mantener el empleo y el problema del infra-
empleo son también temas importantes que hay que tratar. Sin
embargo, mientras que éstas son preocupaciones crecientes en
52 las sociedades desarrolladas, en Africa y algunas otras partes del
mundo, la humanidad debe hacer frente a un problema mucho
más fundamental y urgente: la supervivencia.
El concepto de un desarrollo sostenido se ha convertido en
algo mal entendido y distorsionado. Aunque al principio el man-
tenimiento estaba concebido en términos de preocupaciones glo-
bales, en la actualidad se considera en términos nacionales, lo
cual podría resultar perjudicial para el bien mundial en determina-
das circunstancias. El m a n t e n i m i e n t o ha sido c o n f i n a d o a la
dimensión económica, a pesar de que debería ir más allá para
incluir elementos tales como la cultura. A este respecto, podría
haber también un nuevo concepto de riqueza, basado en las
necesidades auténticas de la gente en lugar de en los caprichos
del mercado.
La institución de nación-estado y el concepto de soberanía
nacional es también un campo de debate. Algunos piensan que
la nación-estado ya está declinando en favor de nuevos paradig-
mas, mientras que otros señalan que su muerte ha sido predicha
desde hace mucho tiempo, pero que los sistemas se niegan a
morir. De hecho, en algunas partes del mundo las naciones-esta-
do están apareciendo ahora. Sin embargo, probablemente ya ha
pasado el apogeo de este sistema.
Otro punto que no debe olvidarse es la necesidad de un equi-
librio entre la soberanía nacional por una parte y la interdepen-
dencia mundial por otra. La soberanía no deberá ser minada
radicalmente, pero habrán de idearse normas y leyes aceptables
que rijan y legitimen las intervenciones internacionales en circuns-
tancias excepcionales, tales como la burda violación de los dere-
chos humanos. La Comunidad Europea puede citarse como ejem-
plo de un equilibrio entre la soberanía y la interdependencia que
no perjudica a los intereses de los estados individuales, particular-
mente de los pequeños.
Una vez más con respecto a las instituciones, la Naciones Uni-
das y algunos otros organismos internacionales necesitan ser
reformados si se pretende conseguir un mejor orden mundial.
Entre las sugerencias están la ampliación de los miembros perma-
nentes del Consejo de Seguridad, la sustitución del veto por un
sistema de votación ponderada, y una más amplia implicación de
los ONG en las deliberaciones, aunque no en los procesos de
votación de la ONU.
Otro factor del nuevo orden mundial que debe ser tenido en
cuenta son las tendencias demográficas, teniendo presente las
dimensiones religiosas y culturales que esto implica. Este tema se
discute con más detalle en el Capítulo V.
Un mundo regido por la esperanza en lugar de las amenazas 53

El final de la Guerra Fría ha traído el deseo y la necesidad de


cambiar los patrones internacionales de comportamiento que pre-
valecían en el antiguo concepto Este-Oeste.
La principal doctrina política que sostenía la interacción del
mundo bipolar durante los últimos 40 años era el de la "disua-
sión". Todos los tipos de naciones (en vías de desarrollo, desarro-
lladas, potencias menores y superpotencias) estaban directa o
indirectamente afectadas por la disuasión, bien a través de la polí-
tica en sí, o bien a través de diversas estrategias que se ideaban
en prosecución de esta política.
El peligro de utilizar la disuasión como base del comporta-
miento internacional durante tantos años, residía no tanto en las
necesidades materiales de mantener una postura militar bipolar
disuasoria (armas y hombres), sino en los elementos no materiales
utilizados para reforzar esta postura. Debido a que la "disuasión"
como política es simultáneamente agresiva y defensiva, la alterna-
tiva obvia —la de " c o o p e r a c i ó n " — era muy poco utilizada y a
menudo ridiculizada como poco práctica. El reto de los años 90
es conseguir una inversión de esta política: la disuasión debe con-
vertirse en cooperación. La verdadera seguridad y el progreso
están en la cooperación y no en las amenazas. Es hora de que
aprendamos a basar nuestra política internacional no en nuestros
temores, sino en nuestras esperanzas.
Si hacemos pleno uso de los adelantos de la ciencia y la tecno-
logía de la información, los años 90 deben ver un cambio de los
parámetros que constituyen la aceptabilidad e inaceptabilidad
relativas al bienestar y al progreso internacionales. En el pasado,
las preocupaciones principales de las naciones eran las interven-
ciones militares directas, la amenaza de guerra nuclear, las deci-
siones económicas injustas y las agitaciones ideológicas; ahora
deben hacer frente a amenazas más variadas aun para su seguri-
dad. Entre los nuevos temas a que deberá enfrentarse la humani-
dad sobresalen el desarrollo sostenido y equitativo, la protección
del medio ambiente, la proliferación de armas, el control/transfe-
rencia de tecnología, los derechos de propiedad intelectual y el
desarrollo científico del Tercer Mundo, la protección/creación de
identidades étnicas dentro de los estados, las oleadas de violencia
interétnicas, religiosa y social, la creciente intolerancia y los pro-
blemas relacionados con la intervención extranjera para controlar
o atacar a dichos grupos como los terroristas internacionales, los
narcotraficantes y las organizaciones criminales internacionales.
El desarrollo y la seguridad están conectados en el m u n d o
después de la Guerra Fría: las amenazas a la seguridad y los con-
flictos son más intensos en aquellos países del Tercer M u n d o que
van más retrasados en el desarrollo.
54 La esperanza de que el final de la confrontación Este-Oeste
haría un mundo más pacífico fue ilusoria. En el pasado, muchos
conflictos del Tercer M u n d o se hicieron particularmente graves
debido a la oposición Este-Oeste. Desgraciadamente, el fin de la
Guerra Fría no significó que estos conflictos terminaran. En la
actualidad tenemos conflictos internos sangrientos en muchos
países que destruyen t a n t o la base económica como cualquier
marco gubernamental. A menudo, estos países están atrapados
en un círculo vicioso suicida, que degenera en caos. Que en la
actualidad no existan conflictos graves entre los estados, no supo-
ne, en modo alguno, que las relaciones entre ellos sean estables:
existe un clima de desconfianza mutua con sus múltiples contra-
dicciones, rivalidades y la correspondiente escalada de armamen-
to, que pueden llevarnos, en cualquier momento, a una guerra
caliente. Las posibilidades de conflictos se ven aumentadas ade-
más, por el hecho de que los adversarios manejan un arsenal de
armas cada vez más peligrosas. Las capacidades de las armas ABQ
y la disposición a utilizarlas son crecientes. Hasta la fecha, las
Naciones Unidas han p o d i d o llevar a cabo sólo operaciones
"blandas"; no obstante deberán, también, ser capaces de realizar
acciones "duras" si han de actuar como moderadores eficaces de
la paz.

Toma de decisiones por todos y para todos

En la actualidad, los recursos tecnológicos, económicos y cien-


tíficos del m u n d o , la f o r m a de hacer política internacional, la
determinación económica, los patrones de comportamiento acep-
tados, los mecanismos de información y comunicación, parecen
provenir de un puñado de naciones que son además las siete u
ocho principales potencias del orden mundial imperante. Los con-
flictos y la paz mundial se consideran como el resultado de la
variación de apetencias de unas cuantas naciones. Mientras
tanto, las naciones en vías de desarrollo presencian con frecuen-
cia estas tendencias políticas internacionales con una cierta ironía,
como si dijeran "es el capricho de un puñado de países el tomar
uno u otro camino, pero no es una tendencia permanente de la
evolución de la h u m a n i d a d " .
Por consiguiente, cuando las naciones desarrolladas llevaron a
cabo gran parte de un desarme global después de la Guerra Fría,
las naciones en vías de desarrollo percibieron en esas políticas un
deseo de impedirles a ellas que adquirieran medios efectivos de
defensa. De forma similar, cuando se faculta a los organismos
internacionales a actuar multilateralmente por parte de las nacio-
nes desarrolladas, los países del Sur ven en esto un movimiento
sospechoso. Finalmente, cuando se habla t a n t o de un "nuevo
orden m u n d i a l " , las naciones no ven cambio alguno en los baró- 55
metros del mismo, como ocurre, por ejemplo, en la configuración
permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas o
en las desigualdades para atender la deuda exterior. Los medios
del mundo en desarrollo agrandan estos sentimientos y aumen-
tan la fisura entre el Norte y el Sur. La tragedia es que, aun cuan-
do las medidas que inspiren confianza para la corrección de
malos entendidos a nivel Norte-Sur son vitales, éstas no están
próximas. Los países en vías de desarrollo entienden todavía el
orden mundial como la sumisión al viejo sistema, determinado
por un m u n d o bipolar de superpotencias rivales y sus aliados
inmediatos, y por la influencia que ambas ejercen sobre la comu-
nidad total. Un mundo dividido entre los que " t i e n e n " y los que
"no tienen".

Nuevas reglas de juego

En este mundo bipolar, los países en vías de desarrollo, los del


Sureste Asiático concretamente, tuvieron que aprender a utilizar
los puntos débiles del sistema para sobrevivir. Cuando los orga-
nismos internacionales resultaban ineficaces, los países en vías de
desarrollo se aliaban con una superpotencia o con las dos para
lograr sus objetivos. De f o r m a similar, cuando una o las dos
superpotencias creaba organismos regionales, éstos generalmen-
te eran ineficaces y conducían a la formación de agrupaciones
regionales a d hoc, para tratar temas que de otra forma se tocarí-
an con dificultad en los más poderosos foros regionales. Las
naciones en vías de desarrollo deben aprender a no representar
una situación de antagonismo de superpotencias que ya no existe
El comienzo de los años 90 está marcado por un doble siste-
ma: los restos del antiguo equilibrio de poder y una mezcla de
doctrinas propias de un nuevo orden internacional. La disuasión
actúa junto con la cooperación; la bipolaridad ha sido sustituida
por la multipolaridad, con una sola superpotencia (Estados Uni-
dos) y una considerable potencia financiera centrada en Japón. La
acción unilateral actúa conjuntamente con mecanismos de acción
internacionales; las antiguas definiciones de amenaza a la seguri-
dad se mezclan con las nuevas: el papel clásico de los militares
coexiste con su nueva función, requerida para hacer frente a las
amenazas no militares a la seguridad.
Durante los últimos tres años hemos venido observando una
tendencia cada vez mayor de varios países a actuar colectivamen-
te sobre cualquier tema de seguridad que surgiera. Este uso más
imaginativo de la acción colectiva como instrumento para impedir
o resolver situaciones conflictivas, no ha sido todavía instituciona-
lizado como nueva modalidad de comportamiento internacional.
56 Más bien es el resultado de la inefectividad de los mecanismos
existentes y la impotencia de cualquier nación que actúa sola.
El problema es que las actuales instituciones y foros interna-
cionales fueron creados bajo el antiguo orden bipolar y reflejan
sus sistemas de valores. Puesto que hoy necesitamos más que
nunca mecanismos y estructuras de cooperación, lo prioritario
debe ser dar mayor credibilidad a las agrupaciones existentes o
bien crear otras nuevas.
Debemos buscar formas de elaborar medidas que inspiren la
confianza entre las naciones, e inculquen comportamientos éticos
entre las personas. El problema no se reduce a un cambio siste-
mático o institucional, debe ser un cambio de valores y estilos de
vida que a su vez i m p l i q u e cambiar nuestra c o n c e p c i ó n del
mundo. El pluralismo y el multiculturalismo deberán ser también
una característica distintiva de un orden mundial basado en liber-
tad, igualdad, democracia y respeto mutuo reales. A este respec-
to, la experiencia de Malasia es muy aleccionadora. La necesidad
de nuevas fuerzas polarizadoras en las democracias sostenidas
anteriormente por ideologías opuestas, quizás quede satisfecha
con la aparición de nuevos campos de oposición, tales como los
"conservacionistas" contra los "explotadores",o el de los que
defienden un enfoque a largo plazo de la solución de problemas,
contra los que buscan soluciones a corto plazo guiados por oscu-
ros intereses.
Alternativamente, el sistema actual de adversarios puede verse
influido por un enfoque más consensuado que es el preferido en
Asia.

Nuevos enfoques del desarrollo

Un orden e c o n ó m i c o mundial más equitativo requiere un


mayor énfasis en el objetivo de la distribución: establecer niveles
mínimos en los países pobres y niveles máximos en los países ricos.
Niveles mínimos y máximos significa que el objetivo de lograr
niveles básicos de subsistencia con respecto a la alimentación, ves-
tido, techo y educación en los países en vías de desarrollo, debe
ser primordialmente económico y no simplemente político. La
introducción de niveles máximos en los países industriales es,
aparte de cualquier consideración moral, deseable por razones
ecológicas. Esta aplicación de niveles máximos, que en primera
instancia debiera intentarse a través de un impuesto sobre el con-
sumo de recursos, necesitará del consenso general de las socieda-
des democráticas que, para ello, deberán empezar por transfor-
mar sus actitudes. Si se pudiera redistribuir eficazmente sólo un
0 , 7 % del PNB global, ningún ser h u m a n o volvería a vivir por
debajo del límite de la pobreza.
Una idea clave que surgió en la Conferencia de Kuala Lumpur 57
es que el nuevo o r d e n , debido a la diversidad de la situación
mundial, deberá acomodarse a más de un modelo de desarrollo.
Hasta ahora, el desarrollo se ha entendido como el proceso de
llevar a los países en vías de desarrollo al nivel de los países indus-
trializados. Además, estos niveles implican un criterio del mundo
como una sola identidad cultural. De ahí a pensar que la "occi-
dentalización" de valores y de las estructuras socioeconómicas,
era indispensable para el desarrollo sólo, había un paso que
muchos dieron. El resultado ha sido no sólo una pérdida cultural,
sino también una pérdida económica.
Habría que apartar el temor a una cultura dominante, y debe-
ría permitirse que la diversidad de culturas que hay en el mundo
floreciera, ya que con'esto ganaríamos todos. En el nuevo orden
mundial, también debería idearse una nueva estrategia para el
diálogo entre culturas liberadas de las manipulaciones ideológicas
de la Guerra Fría.
Un m o d e l o de desarrollo ha salido victorioso del d e b a t e
actual: el modelo neoclásico de economía de mercado basado en
un sistema político democrático liberal. La planificación centraliza-
da ha sido rechazada, habiéndose demostrado su fracaso a satis-
facción de casi todo el mundo. La lógica del modelo de economía
de mercado es innegable y la evidencia empírica a su favor es
impresionante. Sin embargo, no debemos repetir los errores del
pasado y aceptar el principio de que hay un solo modelo para el
desarrollo. La búsqueda de la única doctrina de desarrollo correc-
ta ha llevado por mal camino a líderes políticos y a naciones ente-
ras, y ha causado graves daños a individuos, naciones y, sobre
todo, a la economía mundial. Una de las tareas imperativas del
debate de desarrollo de los 90, consiste en reconocer la diversi-
dad de situaciones, y en buscar modelos de desarrollo adecuados
a cada categoría de países o regiones.
En el Este de Asia, por ejemplo, las economías dinámicas de
algunos países quizás aporten un modelo alternativo para el resto
del mundo. Estas han presentado un reto a la opinión de que la
pobreza endémica era generalmente insuperable, que la demo-
cracia era necesaria para el crecimiento, y que la política guberna-
mental había de desempeñar un papel importante en el progreso
económico.
La necesidad de tomar en cuenta la diversidad de experiencias
de desarrollo queda particularmente patente cuando se mira
hacia atrás, a la década de esfuerzos sobre ajustes estructurales.
Malasia, por ejemplo, logró hacer su ajuste sin pedir ayuda al FMI,
mientras que algunos países africanos están atravesando dificulta-
des, a pesar de una intervención masiva, y los sectores más
pobres de sus pueblos han sido los más severamente afectados.
58 Lo mismo hay que decir del problema de la deuda: la solución
de América Latina no puede aplicarse a nivel general. La diversi-
dad de soluciones y grados de éxito en el Sudeste Asiático
demuestran cómo cada país puede descubrir su propio conjunto
de respuestas, compatibles con sus historia, cultura y prioridades.
Un orden económico mundial más equitativo debe ir de la
mano de una diversidad de tipos de economía con base cultural y
hacer posible, además de las redes económicas mundiales, el
desarrollo de economías nacionales centradas en el mercado
doméstico. Puesto que ha quedado claro que la industrialización
de t o d o el mundo según las líneas occidentales debe descartarse,
aunque sólo sea por razones ecológicas, no se debe menospreciar
otras formas considerándolas inferiores o " i n e c o n ó m i c a s " . El
renunciar al paradigma del desarrollo, abre la posibilidad de bus-
car formas nuevas e inusuales de salir de la pobreza.

El Nuevo Orden podría también basarse en una redefinición de


la cooperación Norte-Sur legitimada, en un escenario posterior a la
Guerra Fría, por la interdependencia del Norte y del Sur para solu-
cionar los problemas comunes mediante un nuevo orden del día.
En la actualidad son bien conocidos algunos de los problemas
comunes, tales como los temas mundiales del medio ambiente o
las epidemias principales como el SIDA. Pero parece como si se
tendiera a considerar otros problemas únicamente como compe-
tencia de países individuales, por ejemplo, la migración o la reso-
lución de conflictos regionales, la lucha contra el crimen o el nar-
cotráfico. De hecho, estos problemas sólo pueden resolverse
mediante la colaboración entre el Norte y el Sur, y todos ellos
requieren gran cantidad de fondos. El diálogo establecido sobre
la cooperación económica para el desarrollo, sobre el comercio,
las inversiones, la energía, el desarrollo humano, etc. constituye el
telón de fondo para tratar estos problemas.

Se necesita una nueva definición del desarrollo y un nuevo


enfoque de la cooperación para el desarrollo. Los países en vías
de desarrollo deberían integrarse plenamente en el sistema de
comercio multilateral y convertirse en miembros de pleno derecho
del GATT. De hecho, su actual situación preferencial los discrimi-
na y es perjudicial para sus intereses.
Desde el comienzo de la Ronda de Uruguay, muchos países en
vías de desarrollo se han incorporado al GATT y, al hacerlo, han
adoptado políticas orientadas hacia el mercado para estar en línea
con las aspiraciones subyacentes que el GATT representa. Otros
países en vías de desarrollo se están también moviendo hacia la
liberalización de sus regímenes comerciales siguiendo el ejemplo
de las economías con más éxito del Este de Asia. Los efectos se
verán a través de mayores mercados para otros países, siempre 59
que a las exportaciones de estos países en vías de desarrollo se les ~
permita el acceso al mundo desarrollado. La experiencia empírica
ha demostrado que los países en vías de desarrollo que han sido
exportadores con éxito, también se convierten en importadores
dinámicos. Malasia, por ejemplo, en 1991 estaba clasificada como
la 24a nación exportadora y la 23a nación importadora en el infor-
me de comercio internacional del GATT 1991-92.

La cooperación Norte-Sur plantea preguntas sobre el tipo de


instituciones que necesitamos para lograr las metas que nos
hemos fijado. Como ya hemos indicado, la reforma del sistema
de las Naciones Unidas y una mirada crítica a otras instituciones
mundiales existentes, parece haber sido pedida con urgencia en
este contexto. La interdependencia, que durante t a n t o tiempo
solo ha sido retórica, se está convirtiendo en una realidad paten-
te, y podría suponer una nueva legitimación para la cooperación
Norte-Sur.
Finalmente, el nuevo orden debería promover la equidad, no
sólo entre las naciones, sino también dentro de las naciones. Ello
significa definir la buena forma de gobernar y volver a definir el
significado de éxito con respecto a las naciones y a las economías.
Esta redistribución equitativa de la riqueza dentro de los países
supone también volver a preocuparse por unos valores y tomar
una determinada postura ética. La tan extendida hipocresía que
rodea las acciones de los gobiernos y negocios, con relación al
desarrollo sostenido (sea cual fuere lo que esto signifique) , el
medio ambiente, la liberalización del comercio, etc. no deberían
tolerarse más.

El estado debería desempeñar un papel más importante en el


desarrollo. Este fue el consenso general del pensamiento reciente,
y contrasta con las tendencias previas hacia una privatización
indolente y sustancial. Puesto que las fuerzas del mercado son tan
críticas en el sistema económico, el papel del estado debería ser
avanzar con ellas en lugar de combatirlas, buscando al mismo
tiempo controlar sus aspectos negativos. Los Gobiernos podrían
desempeñar un papel importantísimo en la determinación del
éxito o fracaso económico. Un gobierno comprometido con el
progreso del bienestar de su pueblo, podría significar el éxito para
la economía, ajeno a que sea o no una democracia; alternativa-
mente, la anarquía o un gobierno obstinado podría significar el
desastre.

Sin embargo, el proteccionismo y las economías cerradas son


prácticas económicas negativas. La apertura de la economía es un
importante factor de crecimiento, ya que además de fomentar el
60 libre comercio, permite la afluencia de nuevas tecnologías e ideas.
La comunidad internacional debería proveer una red de seguridad
que garantice este proceso a los países en vías de desarrollo que
están atravesando el penoso proceso de restructuración y liberali-
zación.
El capital está escaseando en la situación internacional que
emerge, y la competitividad por el mismo es cada vez más feroz.
En tales circunstancias es preciso descubrir nuevas formas que
permitan a los países en vías de desarrollo tener acceso al capital.
Las normas multilaterales deberían recalcar un trato equitativo y
no discriminatorio de los socios comerciales, con la incorporación
de países procedentes de un espectro más amplio, es decir, repre-
sentativos de toda la comunidad comercial internacional.
En conclusión, podemos decir que un nuevo orden económico
mundial no significa necesariamente un cambio total con respec-
to al pasado. Más bien, es la culminación de circunstancias que
precisan cambios en el orden actual. Lo importante es reconocer
que el comercio se ha expandido basándose en determinados
principios multilaterales que han resistido la prueba del tiempo.
Sin embargo, las facetas del comercio internacional han cambia-
do con los años y, por consiguiente, las condiciones para adaptar-
se a estos cambios deben avanzar con los tiempos. Para garanti-
zar que el comercio y las inversiones se expandirán en bien de la
economía mundial y de las personas de cada país, es esencial la
participación de todos los países. Siempre que se produzca un
crecimiento en una nación o en algunas regiones, los demás paí-
ses deberán dar su apoyo en lugar de retirarlo. La toma de deci-
siones debería tener una amplia base para garantizar la justicia y
la equidad de las decisiones para todos en el Nuevo Orden.

Esta conclusión puede parecer obvia y simplista, pero el hecho


de cuestionarse sobre el impacto de posibles medidas es en sí
mismo un paso importante. Sobre todo partiendo de la situación
actual donde no existen en absoluto tales preocupaciones. Y tales
preguntas, terminarán por provocar respuestas.
IV

LA APORTACION
D E LA CIENCIA
Y LA TECNOLOGIA

El modelo occidental y a no es aplicable

El desarrollo sostenido se ha convertido en un concepto pro-


vocativo de la jerga política, destinado a indicar la disposición de
los gobiernos y organismos internacionales a contrarrestar tanto
las situaciones vigentes en los países en vías de desarrollo, como
las amenazas medioambientales en las que se encuentra envuelta
la humanidad. Como cada vez se da más importancia a conside-
raciones de sostenibilidad, surgen dudas sobre los modelos occi-
dentales de desarrollo industrial. Tanto la ciencia como la tecnolo-
gía están haciendo mucho por mejorar los niveles y la calidad de
vida, pero al mismo tiempo han ampliado la diferencia entre los
países desarrollados y los que están en vías de desarrollo, y son
también, en parte, responsables de los daños al medio ambiente.
En este siglo, dos factores han cambiado drásticamente la rela-
ción entre la Tierra y la humanidad: la explosión demográfica y la
revolución de la ciencia y la tecnología. Ambos producirán graves
consecuencias para el medio ambiente mundial, y como resulta-
do, las actividades humanas sobrepasarán en un futuro próximo
la capacidad de reciclaje del ecosistema.

Está claro que el desarrollo futuro de la ciencia y la tecnología


deberá preocuparse más por el medio ambiente. Para ello debe-
rán marcarse una serie de objetivos, como son el alcanzar un
impacto medioambiental cero y procurar un mayor ahorro de
energía: t o d o ello teniendo en cuenta la capacidad de reciclaje
del ecosistema.
62 El rápido progreso de la ciencia y la tecnología está también
transformando la estructura de la economía mundial y las relacio-
nes internacionales. El i m p o r t a n t e desarrollo de la tecnología
informática y de la comunicación está ampliando los flujos de
información y dinero allende las fronteras. Todo esto ha transfor-
mado los patrones de producción y marketing de todo el mundo,
haciendo que las sociedades sean cada vez más interdependientes.
Hasta ahora, los avances tecnológicos ha sido guiados casi
totalmente por los valores y signos de las economías avanzadas.
Está claro que la dirección actual de las sociedades del Norte,
basadas en altos niveles de consumo de materiales, con crecientes
desigualdades y daños al medio ambiente, es insostenible. Los
modelos occidentales de industrialización están siendo puestos en
tela de juicio y sustituidos por una consciencia creciente en la
necesidad de una evaluación continua y crítica de las sendas del
desarrollo.

A menos que comencemos a reconsiderar los temas clave


implicados, es probable que sigamos atrapados por los paradig-
mas y puntos de vista falsos que prevalecen ante el desarrollo. Uno
de ellos toma al crecimiento económico y a la riqueza material
como el principal indicador de desarrollo, pero olvida la importan-
cia de los valores sociopolíticos, culturales y espirituales. Otro para-
digma, denominado " p u n t o tecnológico", señala sin ningún fun-
damento sólido, que siempre surgirán nuevas tecnologías a su
debido tiempo y subsanarán cualquier problema que se plantee. El
desarrollo humano queda reducido únicamente al desarrollo de la
tecnología. Estos dos paradigmas están entrelazados entre sí: el
" p u n t o tecnológico" impulsa el crecimiento económico y vicever-
sa. Pero incluso tomados conjuntamente, son inadecuados y dan
orientaciones falsas para una política de desarrollo más humana.

Un reparto más equitativo de la ciencia y la tecnología.

En un orden mundial mejor, la ciencia y la tecnología deberían


ser utilizadas más eficazmente para el bien público y hacerse más
accesibles al mundo en general, y a los países más pobre en parti-
cular.
Para lograr un crecimiento equitativo y sostenido en t o d o el
mundo, existe una necesidad urgente de establecer un mecanismo
institucional, a nivel internacional, que facilite a los países en vías
de desarrollo el acceso a la transferencias, adquisición y aplicación
de tecnologías avanzadas.
Están surgiendo algunos campos clave de la ciencia y la tecno-
logía sobre los que se basará la futura riqueza económica de las
naciones. Dichos campos —por ejemplo, la biotecnología, la cien-
cia de los materiales, las tecnologías de la informática y las comu-
nicaciones y las relacionadas con la energía— son de importancia
vital para el futuro de las naciones y la estructura de la economía
mundial. Las disparidades en el acceso a la información y la capaci-
dad para hacer uso de la ciencia y la tecnología, han de superarse
si hemos de alcanzar un desarrollo equitativo del mundo. El tema
central de la economía m u n d i a l es, por c o n s i g u i e n t e , c ó m o
aumentar la capacidad de los países en vías de desarrollo para que
puedan beneficiarse del vasto potencial de conocimientos y tecno-
logía humanos.

En la actualidad, por ejemplo, existe un desajuste crítico con


respecto a la biotecnología, donde los avances espectaculares de
la ingeniería genética (mapas genéticos, transferencia de genes,
mutagénesis específica de un lugar, nuevos medicamentos y equi-
pos de diagnóstico) tienden a aumentar, en lugar de disminuir, la
diferencia entre los que tienen y los que no.
Se están realizando diversos esfuerzos para aminorar estas
diferencias, facilitando una formación de alto nivel a científicos de
países en vías de desarrollo, y estimulando la creatividad empresa-
rial indígena en esas zonas.
Las nuevas aplicaciones de la tecnología se están patentando
cada vez más, siendo propiedad principalmente de empresas del
sector privado de los países industriales. Los beneficios de esta tec-
nología no son accesibles a la mayoría de los países en vías de
desarrollo, debido a una falta de inversiones así como a las limita-
ciones institucionales, políticas e infraestructurales.
Paradójicamente, las aplicaciones de la biotecnología agrícola
ofrecen medios prometedores para lograr una agricultura más sos-
tenida, mediante el reducido uso de pesticidas por ejemplo, tan
necesario hoy en día en los países en vías de desarrollo.
Actualmente el problema de la financiación es, desde luego,
considerable. De ahí el apoyo de la idea de "ciencia y tecnología
por canjes de deuda" dado, por ejemplo, por el Presidente de la
Academia Africana de Ciencias, Thomas Odhiambo2.
Otro problema es la fuga masiva de cerebros de los países en
vías de desarrollo debido a la escasa remuneración, falta de apoyo
a la ciencia, e inhibición por parte de los políticos. La fuga de cere-
bros es también sintomática de un desarrollo no planificado de la
sociedad.

2 Deuda para la ciencia, cartas a l e d i t o r p o r R. O d h i a m b o , J. G o l d e n b e r g , H. A r e c h i g a , J.K. A m a z y y L A .


Tyler, e n "Issues i n S c i e n c e a n d T e c h n o l o g y " (Temas d e Ciencia y Tecnología, p r i m a v e r a 1992).
Un mejor uso de la ciencia y la tecnología

La comunidad mundial también debe considerar los objetivos


y las directrices del desarrollo económico y social del Norte, para
reducir la presión en el sistema mundial y crear más posibilidades
para que el Sur se desarrolle.
Pero el Sur deberá hacer un esfuerzo paralelo en busca de
nuevas vías de desarrollo que puedan mejorar su nivel de vida sin
destruir la base medioambiental. Aquí la ciencia y la tecnología
tienen un papel clave: el progreso científico y tecnológico debe
tomar una nueva dirección para atender a las necesidades de la
humanidad sobre una base sostenida. Hoy en día suele creerse
que la tecnología siempre encontrará una solución a los graves
problemas que pueden plantearse, el reto de la ciencia y la tecno-
logía es responder a las necesidades y prioridades de una socie-
dad en continuo cambio. Pero ni siquiera la tecnología es una
panacea universal. Continuará influyendo económica, social y
políticamente en la sociedad. Continuará influyendo en las nece-
sidades básicas del ser humano, en su calidad de vida, en la crea-
ción de riqueza y en la forma de gobernar; deben hacerse todos
los esfuerzos posibles para asegurarnos que traiga consigo mejo-
ras y no lo contrario.

Los esfuerzos deben realizarse para estimular y desarrollar ple-


namente la capacidad indígena de los países en vías de desarrollo
y ayudar a los "inalcanzables", es decir, a los sin tierra, a los
desempleados y otros grupos en desventaja de los pueblos. Debe-
rá considerarse asimismo la asistencia externa para contribuir al
desarrollo de la tecnología nacional.
La experiencia del Este Asiático en el desarrollo de la ciencia y
la tecnología, podría suponer una lección útil para los países en
vías de desarrollo. Para los países menos desarrollados, la tecnolo-
gía de los países en vías de desarrollo, que se encuentran en el
peldaño inmediatamente superior, podría ser más útil y apropiada
que la tecnología de los países desarrollados. Si se limita el acceso
a la tecnología del Norte, deberá alentarse la transferencia de la
tecnología de Sur a Sur.

Mejorar la transferencia de la ciencia y la tecnología

El desarrollo de la tecnología sigue siendo crítico, urgente y


estimulante: crítico porque es un componente vital de la lucha
por el bienestar y la autodeterminación; urgente porque se deben
resumir en años décadas de evolución tecnológica; estimulante
porque deben explorarse nuevos paradigmas. Pero existen impe- 65
dimentos para lograr estas importantes metas. Como el dominio
de la tecnología permite a algunas naciones conseguir un margen
competitivo, no debe sorprendernos mucho la existencia de pre-
siones guiadas por intereses nacionales que obstaculizan una
transferencia eficaz de la tecnología. Los conocimientos se agol-
pan y los nuevos avances se mantienen en secreto hasta que pue-
dan ser utilizados con beneficios máximos. Se dice que la tecnolo-
gía es un recurso estratégico y se hacen graves incursiones, peli-
grosas para la ciencia, a través de los conocimientos abiertos.

En justicia, el proceso de transferencia tecnológica no funciona


bien y, en algunos casos, se debe a que las entidades internacio-
nales han abusado de ello en su propio beneficio. Por ello debe-
mos escudriñar cuidadosamente el sistema de transferencias inter-
nacionales de tecnología. Debemos apoyar los legítimos derechos
de sus propietarios, pero nunca a expensas de las legítimas exi-
gencias de los más necesitados. Debemos buscar medidas que
garanticen que las transferencias internacionales de tecnología
sean guiadas más por el espíritu de cooperación para el bien
común, que por la promesa de beneficios a corta plazo, a través
de transacciones comerciales que sirvan a mezquinos intereses.

Nuestras instituciones internacionales deben ponerse en movi-


miento para abordar estos problemas, aunque sus constituciones
y estructuras les impidan hacer todo lo que deben. Las organiza-
ciones supranacionales pueden desarrollarse sólo mediante un
consenso de los gobiernos nacionales; en la práctica han demos-
trado ser lentas para adquirir autoridad y no tener respuesta fren-
te a una urgencia. La celeridad de los acontecimientos es dema-
siado elevada como para que funcionen de una forma realmente
eficaz.
Las redes internacionales pueden jugar un papel importante,
especialmente en el área de la gestión de la ciencia y de la tecno-
logía. Las organizaciones de redes pueden evitar las interfases for-
males entre gobiernos y otras organizaciones humanitarias que,
en la práctica, son causa de dificultades y demoras. Prácticamente
no tienen ningún poder intrínseco de recursos, pero pueden ser
formidablemente eficaces dada la posición que sus miembros tie-
nen en organizaciones formales. Estas deberían buscar y ampliar
otras formas de esfuerzo cooperativo. El Norte debe forjar una
verdadera asociación con el Sur. Deben, además, reforzarse los
lazos entre los países del Sur propiamente dichos, para garantizar
verdaderos flujos de conocimiento e información entre ellos.
Paralelamente, la transferencia de tecnología debe centrarse
en los tipos apropiados y no en una tecnología inaplicable y per-
_66 judicial para la cultura de las sociedades del Tercer M u n d o . La
clave está en identificar qué tecnologías son las más necesarias y
apropiadas.
A continuación tratamos sobre un buen ejemplo de transfe-
rencia de tecnología apropiada al Sur. Este proyecto fue iniciado
por un organismo internacional no lucrativo. Una tecnología de
proteínas con membrana vírica, desarrollada por una sociedad de
los EE.UU. para generar una resistencia ante los virus de la patata
está siendo transferida a México donde las cosechas de patata
han tenido grandes pérdidas debido a estos virus a pesar de la
fumigación. Un importante incremento de la producción de pata-
tas mediante la tecnología incorporada a la simiente, demostrará
las ventajas y los impactos comparativos de la biotecnología en la
agricultura de países en vías de desarrollo. El impacto medioam-
biental a corto plazo, consistente en disminuir la necesidad de
fumigar, será una aportación importante para una agricultura
más sostenida.

La experiencias del Sureste Asiático

El considerable éxito de las economías del Sureste Asiático al


fomentar el desarrollo de la fabricación, se ha basado hasta la
fecha en tecnologías importadas, en vez de hacerlo a través de
innovaciones y experiencias generadas a nivel nacional. En esto
han emulado el ejemplo de Japón, que durante mucho tiempo se
limitó a copiar los productos de diseño occidental, y sólo hace
relativamente poco tiempo comenzó a ser él mismo un productor
importante de tecnologías innovadoras. Algo parecido hicieron los
recién industrializados "tigres" asiáticos, que adquirieron la tecno-
logía necesaria a través de sociedades multinacionales que esta-
blecieron sus plantas de fabricación y montaje en la región.

Nadie podrá negar que este enfoque ha funcionado muy bien


en Japón, que ha sido capaz de formar una mano de obra espe-
cializada, un sistema de formación y unos métodos de gestión
adaptados a su propia cultura, mientras utilizaba las tecnologías
importadas. Para los países del Sureste Asiático, que están actual-
mente siguiendo un camino similar, la situación es menos favora-
ble ya que tienen que hacer frente a una feroz competencia de
otros muchos que esperan lograr el mismo éxito y tienen mucho
menos tiempo para desarrollar una base científica y tecnológica
sólida (Japón ha tenido casi un siglo para hacerlo).

Los países de la ASEAN son conscientes de la necesidad de


invertir fuerte en una educación básica y continua para garantizar
que la mano de obra sea numerosa, con capacitación múltiple y 67
suficientemente familiarizada con la ciencia y la tecnología, para
que pueda hacer frente a las demandas de una economía moder-
na. La primera preocupación es que su gente pueda recibir y
aprovechar la ciencia y la tecnología. Conviene que las discusio-
nes sobre el proyecto Visión 2020 de Malasia, recalquen la vital
importancia, no sólo de los científicos investigadores, sino t a m -
bién de los trabajadores manuales competentes en una sociedad
basada en la ciencia y la tecnología .
Por el m o m e n t o los miembros de la ASEAN aceptan que la
política más realista sobre la adquisición de tecnología es " c o m -
prar algo y hacer a l g o " . Esto significa, en primer lugar, negociar
las mejores condiciones posibles con los principales proveedores
de tecnología —las multinacionales— asunto delicado debido a
las severas demandas (por ejemplo, sobre " j o i n t ventures" o
licencias) que pueden llevar a las empresas a otra parte.
Esto significa también evaluar las áreas donde están los verda-
deros puntos fuertes del país y optar por concentrarse en unos
cuantos sectores que probablemente produzcan buenos resulta-
dos. El Gobierno de Malasia, por ejemplo, ha establecido un
comité para la "Intensificación de Zonas Prioritarias de Investiga-
c i ó n " que ha elegido cinco sectores tecnológicos clave donde el
país tiene ya alguna experiencia y que podrían expandirse muy
rápidamente: tecnologías de fabricación automática, materiales
avanzados, biotecnologías, electrónica y tecnologías de la infor-
mación. Se espera que las enormes existencias de genes provistas
por un medio ambiente tropical, así como la considerable expe-
riencia en investigación agrícola, sean una buena base para la
expansión de las biotecnologías; la investigación y el desarrollo en
materiales avanzados (por ejemplo, cerámica, superconductores,
etc.) podría conectarse también con la gran dotación en recursos
naturales de Malasia. La inversión destinada a investigación y
desarrollo (l&D) es en la actualidad muy baja (en Malasia sólo el
0 , 8 % del PNB en 1989, comparados con el 2 , 8 % de Japón en
1 9 8 2 ) . La mayor parte de la l&D la realiza en la actualidad el sec-
tor público y se centra en agricultura e investigación básica. La
cuota de las inversiones debe, por consiguiente, incrementarse
enfatizando la investigación aplicada para atender a las necesida-
des de la industria.

No obstante, la agricultura seguirá siendo de gran importan-


cia. La ciencia, por supuesto, ha hecho enormes aportaciones a la
agricultura en el Sureste Asiático durante las últimas décadas.
Gran parte de la investigación relacionada con la "revolución
verde" fue realizada en la región, principalmente en el Instituto
68 Internacional de Investigación del Arroz de Filipinas. Algunos de
los métodos adoptados están ahora siendo puestos en tela de jui-
cio debido a consideraciones medioambientales, aunque la forma-
ción y experiencia adquirida por los científicos y técnicos durante
los últimos 30 años, sean un valor a largo plazo en los esfuerzos
por expandir la base de la ciencia y la tecnología de la región.

RECAPITULANDO L O S PUNTOS SEÑALADOS:

En primer lugar, en el á m b i t o de la búsqueda de los


avances sociales y económicos, la tecnología es la clave.
Sólo p u e d e conseguirse mediante un g r a n trabajó y un
serio esfuerzo y debe llevar consigo las aportaciones de
científicos, gobierno y empresas. El desarrollo de la tecno-
logía es un proceso que necesita una remodelación conti-
nua y exige vigilancia. En segundo lugar debemos mejorar
nuestros esfuerzos de cooperación en ciencia y en tecnolo-
gía. Debemos suprimir los impedimentos irracionales a la
transferencia de tecnología, y c o m p r o m e t e r n o s a inter-
cambios constructivos para incrementar los flujos de cono-
cimientos y experiencia práctica. En tercer lugar, debemos
responder a las nuevas oportunidades que está creando el
p r o g r e s o t e c n o l ó g i c o ; d e b e m o s estar p o r e n c i m a de
autointereses mezquinos y no dejarnos distraer p o r las ten-
taciones de beneficios a c o r t o plazo, debemos tener el
valor para identificar nuestras verdaderas prioridades en
un mejor orden mundial, guiados p o r la necesidad colecti-
va de la humanidad a largo plazo.
V 69

LA EXPLOSION
DEMOGRAFICA

Tendencias globales

La supervivencia de la humanidad está amenazada tanto por


los efectos del crecimiento de la población como por los del desa-
rrollo económico. Una de las consecuencias de éstos —la destruc-
ción del medio ambiente natural— atrae justificadamente más la
atención a nivel internacional que la otra amenaza, el crecimiento
constante de la población. Sin embargo, la población es el princi-
pal factor de presiones sobre el medio ambiente, y lleva al límite
los recursos disponibles para el desarrollo. Las presiones provie-
nen en parte de la migración a las ciudades y el movimiento de
personas de las zonas rurales a las zonas industriales, que ha
acompañado al proceso de desarrollo durante siglos. Pero la prin-
cipal presión proviene del crecimiento mundial de la población,
que ha sido implacable y a un ritmo cada vez más acelerado.

Las cifras contienen un mensaje aterrador. En 1971 la pobla-


ción mundial se calculaba en unos 3.700 millones de personas y
aumentaba entonces a un ritmo anual aproximado de un 2 % , lo
que significaba un incremento de casi 74 millones al año. En 1991,
la población mundial ya había alcanzado los 5.400 millones y con-
tinúa creciendo a una media anual del 1,7% lo que significa un
aumento neto de más de 90 millones al año, y tardará sólo 25
años en alcanzar la cifra de 8.000 millones, cifra que se considera
actualmente como el límite máximo que el sistema ecológico m u n -
dial puede soportar, aun cuando los expertos en alimentación
hayan señalado que podrá alimentarse una población de hasta
15.000 millones. La mayor parte de este crecimiento se está produ-
ciendo en los países en vías de desarrollo. En los últimos 100 años,
la población del mundo industrializado se ha nivelado en alrededor
70 de 1.000 millones de personas, provocando un fenómeno etique-
tado como "la transición demográfica".
Los estudios sobre el crecimiento de la población hechos por
demógrafos se basan en escenarios regionales, que después se
suman para dar las cifras totales de la población. Proyectando
estas tendencias hacia el futuro podemos obtener una idea de lo
que podemos esperar en la siguiente o dos siguientes generacio-
nes. Los resultados más recientes sobre las tendencias mundiales
de la población se han obtenido en el Instituto Internacional de
Análisis de Sistemas Aplicados (NASA) de Laxenburgo, Austria, y
recientemente se han llevado a cabo estudios en la División de
Población de las Naciones Unidas.

Figura 1. Previsiones de la población mundial.

Población en miles de millones.

2000 2025 2050 2075 2100 2125 2150

1. Fertilidad constante (¡¡ASA) 6. Descenso bajo de ¡a mortalidad


2. Tasas constantes (¡¡ASA)
3. Variante a¡ta (UN) 7. Variante medio-baja (UN)
4. Variante medio-a¡ta (UN) 8. Variante baja (UN)
5. Fertiüdad media en dedive M. Variante producida p o r un
(¡¡ASA, UN) m o d e b no ¡mear
De los diferentes escenarios del comportamiento reproductivo
humano, el más probable es el de la fertilidad media en descenso
(No. 5 de la Figura 1) . En un futuro próximo, la transición demo-
gráfica, que se ha producido en los países desarrollados, es posi-
ble que ocasione cambios drásticos en los estilos de vida de millo-
nes de personas en t o d o el mundo. El número de hijos, la base
principal de la familia y los valores, se pondrá radicalmente en
tela de juicio. Actualmente estos cambios están siendo observa-
dos en algunos países en vías de desarrollo, tales como Mauricio,
Sri Lanka y Costa Rica.
Lutz y Prinz del IIASA indican el dilema a que tiene que hacer
frente la humanidad de la forma siguiente: "La comparación de
las consecuencias en los diversos escenarios del t a m a ñ o de la
población total, además de la estructura de edades de la pobla-
ción, deja claro el dilema fundamental de las tendencias futuras
de la población en condiciones de baja mortalidad. Todos los
escenarios que limitan el crecimiento de la población, incluso a un
nivel superior a dos o tres veces la población actual, darán como
resultado un envejecimiento extremo de la población. Solo un cre-
cimiento exponencial adicional de la población mantendrá a la
población joven. Hablando claramente, o bien hay una explosión
demográfica o bien se envejecerá en una medida sin precedentes.
La explosión dará como resultado, antes o después, mayores nive-
les de mortalidad ya que no puede avanzar siempre. El envejeci-
miento de la población provoca una serie de ajustes sociales, diri-
gidos a la remodelación del conjunto familiar y a establecer siste-
mas institucionales de ayuda a los ancianos. Probablemente el
futuro nos traerá una combinación indeseable de ambos fenóme-
nos".

La variedad de opciones indicadas en la Figura 1 ilustra el


carácter crítico de nuestra situación en la actualidad. Las opciones
adoptadas ahora definirán las futuras tendencias de la población,
con todas las consecuencias inherentes para el medio ambiente y
el desarrollo.
Está claro que las primeras manifestaciones del desastre afec-
tarán a los países más pobres del m u n d o , que están haciendo
pocos progresos en la elevación de los niveles de vida de sus habi-
tantes y que deben hacer frente a una superpoblación más grave.
Está claro también, que la humanidad ha alcanzado una fase
en la que la planificación familiar no es cosa a decidir por los indi-
viduos en base a ideas subjetivas y valores morales, sino debe ser
universalista, superando las diferencias religiosas e ideológicas.
Todavía es muy difícil llegar a un acuerdo sobre estos temas, aun-
que no debería ser difícil responder a la pregunta "¿Qué es
72 mejor, utilizar anticonceptivos o dejar que muera de hambre un
excesivo número de niños y adultos, en guerras, por el SIDA o por
otras aflicciones, quizás todavía desconocidas?"
Las consecuencias demográficas del desarrollo son el resultado
de procesos muy profundos y fundamentales que deberían consi-
derarse a mayor escala de tiempo de lo que se hace generalmen-
te. Un intento de encontrar leyes generales que describan estos
procesos puede ayudar a entender la transformación que estamos
atravesando en la actualidad. Es discutible que la población m u n -
dial y su crecimiento puedan tratarse como cualquier sistema inte-
ractivo del proceso del desarrollo, y que puedan aplicarse las leyes
generales que describan el crecimiento sistémico. Esto es similar a
lo practicado en Física y Cinética Química. Su poder analítico radi-
ca en los principios generales invocados, pero no aporta ideas
inmediatas a los procesos elementales, en nuestro caso la condi-
ción humana, razón por la cual algunos critican este enfoque
como demasiado formal y mecánico.

Ni los modelos lineales sencillos, ni los exponenciales del creci-


miento mundial de la población, generan descripciones satisfacto-
rias de las tendencias pasadas y futuras. Un modelo que funcione
a una escala de tiempos notablemente amplia es un modelo no
lineal, cuya tasa de crecimiento relativo aumenta con el tiempo3.
Intuitivamente esto es lo que podríamos esperar: cuanto más
desarrollemos, tanto más rápida será la tasa de progreso en tér-
minos relativos. En este modelo asumimos que cuanto más nos
remontemos al pasado, tanto más baja es la tasa de crecimiento;
es un concepto fácil de imaginar y que expresa la idea general de
que en el pasado las cosas cambiaban mucho más lentamente
que hoy.

En el modelo matemático, esta idea se expresa asumiendo


que el ritmo de cambio en momento dado, es igual a la distancia
temporal al pasado. Si Ti = 2010, entonces hace 200 años las
cosas cambiaban dos veces más lentamente que en la actualidad
y así sucesivamente hacia el pasado. Matemáticamente, el ritmo
de crecimiento aumenta en e=2,72 veces, y el período necesario
para duplicar la población es 0,7 veces más corto cada vez. Esto
equivale a suponer que la tasa de crecimiento es proporcional a la
segunda potencia del número de personas, N2, y no a la primera
potencia N, como en el caso del crecimiento exponencial. Como
modelo no lineal, es la forma más sencilla de describir el creci-
miento de la población durante un largo período, teniendo en
cuenta su interacción colectiva, en oposición a los modelos de
crecimiento lineal o exponencial.

3 5. K a p i t z a , " A m a t h e m a t i c a l m o d e l f o r g l o b a l p o p u l a t i o n g r o w t h " (Un m o d e l o m a t e m á t i c o p a r a e l cre-


c i m i e n t o m u n d i a l d e la p o b l a c i ó n ) , Mathematical Modelling (en p r e n s a )
Este sencillo modelo tiene un éxito notable para describir el 73
crecimiento de la humanidad no sólo en las últimas décadas y
siglos, sino también durante los dos últimos millones de años. En
cuanto al futuro, el modelo simple y sin limitaciones sugeriría,teó-
ricamente, un estallido de la población hasta el infinito, más rápi-
do que el crecimiento exponencial. De hecho la capacidad huma-
na de reproducción impone un límite: no podemos duplicar nues-
tras cifras en menos de 20 a 40 años. Si se introduce esta limita-
ción, el modelo se ajusta a la hipótesis de que la población total
alcanzará los 7.500 millones en el año 2010 y se estabilizará unos
15.000 millones en un futuro previsible ( M . en la Figura 1 ) .
Un modelo sencillo no puede tener en cuenta guerras y epide-
mias, revoluciones y trastornos sociales. La I Guerra Mundial, por
ejemplo, ocasionó un descenso de un 1 0 % de la población mun-
dial, pero esta pérdida se recuperó enseguida. Esto indica sin
embargo que estamos ahora atravesando un momento muy deci-
sivo. Un rápido crecimiento, seguido de la esperada transición y
descenso, es una cosa altamente inusual en toda la historia de la
humanidad.
Este modelo indica también con cuanta rapidez — e n términos
de 2 millones de años de historia— se produce la transición
demográfica: se tarda menos de 100 años y estamos ahora justa-
mente en el medio.
Su característica más significativa es realmente la rapidez de
cambio, contrariamente a los principales cambios medioambien-
tales, que tienen lugar en siglos en lugar de en décadas. Las téc-
nicas de análisis de sistemas muestran que, durante dichos perío-
dos de cambio, los sistemas se hacen inestables y se quiebran.
Esto puede suceder porque diferentes subsistemas se desarrollan
a ritmos diferentes, y durante un período de cambio rápido pier-
den el ritmo el uno con el otro. Consideremos por ejemplo el
ritmo del cambio industrial y social: en el pasado, la gente vivía en
condiciones que normalmente no cambiaban durante su vida,
hoy ya no sucede esto, lo que produce gran parte de la tensión
de la vida moderna. Toda la estabilidad de nuestro mundo frágil e
interconectado está por tanto en juego.

La demografía del Sureste Asiático

La mayor parte de los países del Sureste Asiático han conse-


guido realizar reducciones importantes en sus tasas de crecimien-
to de población desde principios de los años 80. El cambio más
espectacular se ha producido en Tailandia, que hizo bajar su tasa
74 media anual del 2 , 9 % (1965-1980), al 1,8% (1980-1990) . En la
actualidad la tasa está en el 1,4%, lo que significa que, para
1995, Tailandia alcanzará el nivel teórico de reposición.
Otro país que ha hecho un progreso considerable en hacer
descender el crecimiento de la población es Indonesia, en donde
la tasa ha bajado del 2 , 4 % (1965-1980) al 1,8% ( 1 9 8 0 - 1 9 9 0 ) , y
el nivel actual es del 1,6%. Si se mantiene esta tendencia, Indo-
nesia alcanzará el nivel de reposición en el año 2005.
Los demás países con grandes poblaciones (Vietnam, Filipinas
y Myanmar) muestran también una tendencia descendente, aun-
que no tan espectacular como las de Tailandia o Indonesia, que
alcanzará su nivel teórico de reposición en el año 2010.
Por el contrario, en los países con pequeñas poblaciones, la
tendencia en los años 80 era ascendente.
Camboya registró el más alto crecimiento, con un incremento
anual del 2 , 6 % en los años 80, comparado con el 0 , 3 % de 1965-
1980. La tasa ha decrecido ahora de nuevo al 1,9%. La población
de Malasia, después de aumentar del 2 , 5 % al 2 , 6 % , está ahora
creciendo al 2 , 3 % . Ambos países alcanzarían el nivel de reposi-
ción para el año 2015.
Se esperaba que Singapur alcanzara el nivel de reposición
para el año 2 0 3 0 . La tasa de aumento subió del 1,6%) (1965-
1980) al 2 , 3 % (1980-1990) y luego descendió al 1,2%. La pobla-
ción en la actualidad se ha estabilizado en 3 millones, pero las
consecuencias del incremento en la última década sólo se senti-
rán el año 2025, cuando el total llegue entonces al nivel en 4
millones.
Finalmente (puesto que no disponemos de datos para Brunei),
la población de Laos continúa aumentando: un 1,9% en 1965-
1980, 2 , 7 % en los años 80 y actualmente en un 3 , 2 % : la baja
población actual está creciendo rápidamente, lo que ocasionará un
incremento de densidad por kilómetro cuadrado. En los próximos
cincuenta años se pasará de una densidad de 17 a 88 personas por
Km2, cifra muy elevada, aunque todavía estará muy por debajo de
su vecina Vietnam (actualmente en 201 personas por kilómetro
cuadrado). La población total de Laos, se prevé que será de 21
millones dentro de 50 años.
A pesar de los esfuerzos por reducir la tasa de nacimiento en
algunos de los países más poblados (aproximadamente la mitad
de las mujeres casadas en estos países utilizan anticonceptivos, el
6 6 % de ellas en Tailandia), la densidad de población continuará
creciendo.
Para el año 2025, Vietnam y Filipinas alcanzarán una densidad 75
de 336 y 352 personas por Km2 respectivamente, cifras muy
superiores a las 258 de la India actual. Cuando su poblaciones se
estabilicen definitivamente, cuando alcancen el nivel teórico de
reposición, se preveen densidades asombrosas: 456 por Km2 en
Filipinas y 482 en Vietnam. Los otros países alcanzarán densida-
des altas pero más razonables. Las mismas proyecciones sugieren
que la India tendrá entonces 600 personas por Km2, mientras que
China tendrá menos de 200.

Tabla 14. Densidades de población actual y proyectada (cifras p o r Km2).

T A B L A 14

Población Año Población


actual 2025

Smgapur 4795 6400


Filipinas 205 336
Vietnam 352
Tailandia 108
Indonesia 93
Myanmar
Malasia
Camboya
Laos

Este crecimiento de población, e incremento concomitante de


la densidad de por Km2, se sumará a las ya considerables presio-
nes sobre el medio ambiente y los actuales flujos de migración.

Migración dentro de los países

Como en cualquier otra parte, hay dos tipos de migración:


interna (de las zonas rurales a las ciudades) y externa (a países
vecinos o lejanos). Con la obvia excepción de Singapur, la mayor
parte de los países del Sureste Asiático todavía son principalmen-
te rurales. Los más altamente urbanizados son Filipinas y Malasia,
en donde el 4 3 % de la población vive en ciudades. Todos los
demás tienen una población urbana de entre el 12 y el 3 0 % .
76 En Laos, Camboya y Tailandia, el crecimiento urbano afecta
principalmente a la capital, donde viven más de la mitad de la
población urbana del país (casi todos, en el caso de Camboya).
En los demás países, la urbanización se ha repartido de forma
más uniforme, dando como resultado que las ciudades están más
capacitadas para alojar a los migrantes rurales. En su mayoría, la
población urbana se ha duplicado más o menos en 30 años, y el
grueso de la población vive en el campo.
El movimiento hacia las ciudades continúa en Laos, Indonesia,
Camboya y Malasia, donde las tasas anuales medias de crecimien-
to urbano han sido incluso más altas en los años 80 que en los
60. Los otros países han tenido un pequeño descenso en la tasa
de crecimiento de sus ciudades. (A este respecto, deberá tenerse
en cuenta que la población urbana de Camboya descendió en un
0 , 4 % entre 1965 y 1970, por los motivos mencionados anterior-
mente). A pesar de ellos, todas estas ciudades están creciendo el
doble que la población total.
Como hemos visto antes, esta tendencia ascendente es com-
prensible a la vista del nivel de vida que en general se disfruta en
las ciudades. A pesar de ello, si demasiada gente emigra a los
núcleos urbanos, será más difícil alojar adecuadamente a los
recién llegados, proliferando entonces barrios de miseria, con
todos los problemas inherentes.
Nadie sabe cuántos ocupantes ilegales hay en las ciudades de
Filipinas, pero t o d o el mundo sabe que el número se va multipli-
cando. Una fuente oficial, la Comisión Presidencial de los Pobres
de las Ciudades, afirma que a finales de 1988 había unos 4 millo-
nes, de ellos 1.700 sólo en Metro Manila. Otra fuente oficial, la
"National Housing A u t h o r i t y " (NHA= Autoridad Nacional de la
Vivienda) , dice que 406.000 familias son ocupantes ilegales o
viven en chabolas. Si esta cifra se multiplica por seis (que es el
tamaño medio de la familia), la población de ocupantes ilegales
total, asciende a 2,43 millones, más de la tercera parte de los 7
millones de habitantes de Metro Manila. Según organizaciones
que representaban a los pobres urbanos en 1987, se congrega-
ban en unas 600 colonias de ocupantes ilegales.

En Filipinas, al igual que en otros países, los pobres de las ciu-


dades habitan las pequeñas parcelas inocupadas de la periferia o
de los suburbios, junto a líneas de ferrocarriles, estuarios, vertede-
ros, aceras, terrenos pantanosos, cementerios, mercados, puen-
tes... y otros lugares peligrosos. Tienen fuentes de ingresos ines-
tables, trabajo irregular y carecen de las instalaciones más funda-
mentales, tales como servicios sanitarios y educación. Viven en

4 A n g e l i t a Y. G r e g o r i o M e d e l , " T h e U r b a n P o o r a n d t h e H o u s i n g P r o b l e m " (Los P o b r e s d e la C i u d a d y e l


P r o b l e m a d e la V i v i e n d a ) , 1 9 8 9
vecindades muy congestionadas e insanas, con instalaciones sani- 77
tarias y de agua inadecuadas. Al ser pobres, sus hijos tienen opor-
tunidades educativas muy limitadas. La mala alimentación y las
enfermedades prevalecen y son, por lo general, causa de altas
tasas de mortalidad infantil.4
En Vietnam, la ciudad Ho Chi Minh (antes Saigón) es una gran
colmena de actividad, rebosante de motocicletas y bicicletas, que
está tratando de recuperar el tiempo perdido. Con 5 millones de
residentes, la ciudad está gravemente superpoblada. Los cálculos
sugieren que medio millón de personas, la mayor parte de ellas
provenientes de las deprimidas montañas centrales, no tienen
hogar. Al igual que en todo el país, el mercado de trabajo está
saturado. Los vietnamitas están volviendo en manadas de Europa
del Este. Casi medio millón de empleados fueron despedidos por
el estado, y otro medio millón de soldados desmovilizados está
buscando trabajo. Además 1 millón de jóvenes llega al mercado
de trabajo cada año.

Millones de vietnamitas sobreviven gracias a puestos de traba-


jo mal remunerados u otras actividades comerciales durante unas
cuantas horas al día. En el campo, los campesinos viven y trabajan
como lo han hecho siempre, han cambiado muy poco sus prácti-
cas agrícolas, y todavía cultivan sus arrozales sin otra ayuda que
sus búfalos y su propia fuerza física. La mayoría de los arrozales
son regados a mano, sacando dos personas el agua de los canales
de riego con cuencos. Viviendo en tales condiciones, no ha de
sorprendernos mucho que acaben por abandonarlo todo y probar
fortuna en las ciudades.

En busca de una mejor vida en el extranjero

La mayor parte de los migrantes abandonan sus hogares con


la intención de regresar algún día. Van a buscar un trabajo y a
escapar de las espantosas condiciones en las que viven habitual-
mente o en las que se han quedado después de algún desastre
natural, o bien para huir de un régimen político o de un ejército
que avanza. Pero a menudo la estancia temporal se convierte en
permanente, debido a que encuentran agradable la vida en el
nuevo país, o porque las condiciones que les forzaron a dejar su
patria no han mejorado.
El conflicto Este-Oeste contribuyó a la militarización del Tercer
Mundo, a la acumulación de armas, y por consiguiente a la fre-
cuencia de conflictos armados. El Sureste Asiático tuvo una parti-
LA DIASPORA CHINA D E B E ENFRENTARSE A UN
A M B I E N T E HOSTIL

La inseguridad es una preocupación constante de las


comunidades chinas de todo el Sudeste Asiático. Como
minoría, son mirados con recelo y a menudo acusados de
ser reacios a integrarse. Las nuevas naciones de la región
están buscando una identidad nacional que los chinos no
siempre aceptan. Desempeñan un papel importantísimo
en la economía de la r e g i ó n : a u n q u e representan sólo
aproximadamente el 6 % de la población de la ASEAN, su
aportación a la economía es mucho mayor. Controlan, por
ejemplo, los mayores bancos y empresas privadas. Natural-
mente es difícil medir exactamente el verdadero p o d e r
económico de la diáspora china, ya que no existen datos
fiables: los gobiernos del Sureste Asiático se niegan a reco-
nocer la fuerza de las comunidades chinas y los chinos
mismos son muy reticentes. Se piensa que controlan el
7 0 % del capital privado en Indonesia, entre el 60 y el 7 0 %
del sector privado y la mitad de los intereses financieros en
Malasia, el 9 0 % del capital industria! en Tailandia y el
1 0 0 % en Síngapur. Los chinos s u p o n e n el 7 6 % de la
población de Síngapur, el 3 0 % de Malasia, el 10% de Tai-
landia, el 4 % de Indonesia y el 1 % de Filipinas. Después
de haber l o g r a d o su i n d e p e n d e n c i a , las naciones d e l
Sureste Asiático pusieron fin a más inmigraciones chinas.
cipación mayor a la esperada en estos horrores. Miles de migran- 79
tes huyeron de Vietnam y Camboya por tierra y mar; en total más
de 3 millones de personas. Muchos se ahogaron o fueron masa-
crados por piratas en la frontera Jemer-Tailandesa. Todos recuer-
dan los dramas de los llamados "gente de los botes", inicialmente
aclamados por su heroísmo y luego devueltos cuando las preocu-
paciones humanitarias fueron superadas por consideraciones eco-
nómicas. Algunos encontraron refugio en países vecinos, en la
miseria y apresuradamente. Otros lograron salir en grupos familia-
res, para establecer un hogar adecuado en alguna otra parte. Sea
cuales fueren los motivos y las circunstancias de su salida, existen
ahora millones por todo el mundo tratando de rehacer su vida.

La Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados de las


Naciones Unidas (UNHCR) tiene 15 millones de refugiados regis-
trados. El número de "personas desplazadas internamente" es
muchas veces esa cifra. Laos y Camboya en particular practicaron
"traslados de población" al por mayor: 200.000 en Laos en los
años 70, la mayor parte de la población de Phnom Penh durante
esa década. Pero estas migraciones se produjeron también por
otras razones. Las catástrofes naturales y del medio ambiente
p r o d u c e n h a m b r u n a s q u e provocan una c o r r i e n t e , cada vez
mayor, de refugiados que huyen de la pobreza y de los desastres
del medio ambiente. La UNEP calcula que al terminar el milenio,
1.000 millones de refugiados medioambientales habrán sido des-
plazados de sus patrias, por haber sido destruidos sus medios
fundamentales de supervivencia.

La corriente de migrantes, llamados "refugiados económicos"


o "extranjeros ilegales" en la jerga política, también se ha incre-
mentado. La Organización Mundial del Trabajo calcula que exis-
ten aproximadamente 100 millones de inmigrantes y refugiados
legales e ilegales.
Los conflictos étnicos, raciales y religiosos también han contri-
buido a la migración. Conforme las condiciones económicas se
fueron haciendo más difíciles, afloraron también otras tensiones,
utilizándose los motivos económicos para justificar la expulsión de
personas que, en ocasiones, llevaban viviendo en un país durante
generaciones.
En los últimos años. Indios y Chinos en particular han sufrido
este tipo de actitudes (70.000 chinos fueron expulsados de Laos
en 1978, los indios fueron obligados a salir de! Este de Africa,
etc.)
De los 3 millones de personas que huyeron de Indonesia des-
pués de 1975, los países vecinos acogieron a algo más de 1
millón: más de 600.000 fueron acogidos en Tailandia, 200.000
en Malasia, casi 100.000 en Indonesia, alrededor de 30.000 en
Filipinas, 25.000 en Singapur, 100.000 en Hong Kong y varios
miles en Macao y Japón. Además, China aceptó alrededor de
2 7 5 . 0 0 0 refugiados vietnamitas de origen chino. Algunos de
estos refugiados todavía permanecen en aquellos campos.
Algunas veces los migrantes son temporales: el cabeza de
familia u otro que, a título individual marcha por unos cuantos
meses o años, alternando muchas veces entre su país y el lugar
donde han encontrado trabajo. Esto sucede principalmente en Fili-
pinas, tanto con los hombres como con las mujeres, a quienes se
encuentra ahora por t o d o el mundo. Las mujeres trabajan como
criadas, empleadas de hogar, en hoteles, cuidando niños, etc.
En cuanto a los hombres, los filipinos componen una alta pro-
porción de las tripulaciones de la flota mercante de muchos paí-
ses. Los armadores alquilan la tripulación en general, desde el
capitán al ayudante de cocina, para un solo viaje o para varios. La
tripulación gana la mitad o una tercera parte de los salarios de los
marineros de otras nacionalidades, no tienen seguridad en el tra-
bajo y son las primeras víctimas si un armador se declara en quie-
bra. Recientemente, cuando un petrolero se averió en el puerto
francés de Fos sur Mer, la tripulación se quedó durante seis meses
en el buque, a 3 Km. de la costa sin recibir sus salarios y viviendo
con las existencias de comida del buque. Las autoridades francesas
les prohibió pisar tierra y la gente del lugar se conmovió tanto por
el destino de los filipinos que les llevaban agua y comida. Final-
mente el buque fue vendido en una subasta por una cantidad ridi-
cula e insuficiente para pagar los salarios de la tripulación. Los
nuevos propietarios acordaron pagar su pasaje de vuelta a Filipi-
nas. Los marineros lloraron al abandonar el barco ya que volverían
a casa sin nada de dinero para sustentar a sus familias. Muchos
filipinos trabajan también en los estados del Golfo como mano de
obra barata: son a los primeros que echan cuando descienden los
precios.

Esta nueva forma de esclavitud, que es aceptada por los filipi-


nos porque para muchos de ellos es la única forma de sobrevivir,
es todavía más horrorosa para las mujeres. Existen agencias en
varios países europeos que " p r o p o n e n " filipinas a europeos que
quieren casarse. Hacen una selección inicial de un catálogo,
luego se prepara un viaje a Filipinas para el futuro esposo, o la
pareja se encuentra en Europa. A veces esos compromisos "por
correo" no funcionan y la chica es devuelta a casa, para ser susti-
tuida por otra "mercancía".
En todos estos casos, e independientemente de que los intere-
sados sean empleadas del hogar, marineros o "esposas", los que
verdaderamente ganan dinero son los intermediarios, ya que son
pagados por ambas partes.
VI 83

EL PAPEL D E LA CULTURA Y
LA EDUCACION

L a dimensión cultural en las relaciones internacionales es


siempre i m p o r t a n t e , ya que está latente en todas las
actividades políticas y e c o n ó m i c a s . C i t a n d o a A k i r a
Greye, Profesor de Harvard de origen japonés, "Las relaciones
internacionales son, en la actualidad, relaciones entre poderes y
culturas".
Estas relaciones interculturales se están haciendo cada vez
más críticas conforme el mundo se va haciendo más pequeño y
ha de hacer frente a nuevas opciones y retos: soberanía contra
interdependencia; nacionalismo contra internacionalismo; regio-
nalización contra globalización; fragmentación contra integra-
ción. Nadie puede ignorar las diferencias del enfoque cultural y
su impacto e influencia en el comportamiento de los hacedores
de política. Por ejemplo, algunos observadores de las relaciones
entre China y los Estados Unidos las han definido—especialmente
c u a n d o surgían c o n f l i c t o s — c o m o "la m e n t a l i d a d del Reino
Medio contra la mentalidad de la superpotencia".

Una vez reconocido el papel crítico de la cultura en las relacio-


nes internacionales, la siguiente cuestión es si sería posible cons-
truir un sistema cultural universal, que suprimiera todas las barre-
ras culturales. Para ser realistas, no podemos hacer tal cosa en
nuestra generación, ni tampoco en varias generaciones futuras.
Tomemos los ejemplos de "democracia" y "derechos huma-
nos", que han sido y son todavía valores importantes de la socie-
dad moderna. La Historia ha demostrado que pueden ser el ori-
gen de una tremenda energía, que moviliza la sabiduría y la crea-
tividad de los seres humanos. La propagación de la democracia y
el respeto a los derechos humanos es una tendencia irreversible a
nivel mundial.
Pero no debemos olvidar que estos valores, con sus profundas
raíces en la cultura política occidental, no se han extendido al
resto del mundo sin dolor. En China, por ejemplo, estos concep-
tos llegaron con las cañoneras de las potencias occidentales, y
crearon dilemas en su proceso de modernización, mientras los
intelectuales chinos se esforzaban por construir y reconstruir el
sistema de valores. Según el profesor Yuan Ming de la Universi-
dad de Pekín, "para muchos jóvenes chinos, la democracia signifi-
ca libertad total a nivel individual, pero no se dan cuenta que la
democracia también significa responsabilidades para con la socie-
dad, la comunidad y la nación".
Además, la copia de los modelos occidentales no siempre ha
tenido éxito, y ha planteado el problema de tener que elegir qué
modelo occidental seguir: el estadounidense, el francés o el britá-
nico.
¿Cómo podemos comenzar a entender, a tolerar si fuese
necesario, y a aprender de otras culturas?

¿Es posible un verdadero diálogo entre las diversas


culturas?

La naturaleza del diálogo entre culturas está cambiando radi-


calmente bajo el impacto del nacionalismo, que reaparece con
fuerza, y del posmodernismo que surge como una nueva forma
de pensar, de mayor universalidad y multilateralismo.
Para definir las condiciones en las que el verdadero diálogo
entre culturas sería posible, debemos hacer algunas preguntas.
¿Podría existir un lazo igual y recíproco entre la cultura científica y
tecnológica europea, y las culturas " t r a d i c i o n a l e s " del Tercer
Mundo? ¿Son los valores científicos y tecnológicos la expresión de
una cultura universal o reflejan una normalización cultural? ¿En
qué medida se incorporan los valores de la Declaración Universal
de Derechos Humanos como parte de una cultura universal? ¿Son
los intelectuales representativos del diálogo entre culturas? ¿En
qué m e d i d a debe la c u l t u r a p o p u l a r ser parte del d i á l o g o ?
¿Requiere la realización del diálogo entre culturas una definición
universalmente aceptada de lo que es "cultura"? y ¿Cómo hemos
de describir la comunidad mundial cambiante, que afectará a las
condiciones y realización del diálogo entre culturas? ¿Puede el
concepto ideológico del Nuevo Orden Mundial dar una adecuada
caracterización de los múltiples procesos que están interactuando
a todos los niveles? o ¿necesitamos un paradigma mejor para ayu-
darnos a entender el complicado contexto del mundo?

Estamos confundidos por la complejidad del mundo moderno


porque todavía estamos ligados a los paradigmas existentes, que
han sido construidos bajo la influencia de la noción de moderni- 85
dad que ha sido elaborada en Occidente desde la Ilustración. Esta
noción se ha basado en algunos valores concretos, siendo los más
importantes el laicismo, la confianza absoluta en la razón huma-
na, que condujo al desarrollo de la racionalidad, la adopción de
un concepto lineal del progreso humano y la necesidad de una
ingeniería social para lograrlo, basándose en gran parte en la
ciencia y en la tecnología.
Pero la modernidad está siendo atacada por quienes afirman
que se ha venido abajo, junto con todos sus paradigmas, y que
estamos pasando ahora a la posmodernidad, que está basada en
diferentes conceptos por el simple motivo de que representa una
nueva "visión del m u n d o " .
El primer concepto nuevo, la universalidad, está emergiendo
en la literatura actual de ciencias sociales, como un instrumento
analítico para describir los procesos de cambio en campos tales
como la innovación tecnológica y la internacionalización de la
producción y el comercio. La universalidad no es sólo un concep-
to abstracto, es un proceso continuo, que puede ser observado
utilizando indicadores cuantitativos y cualitativos. Dada la apari-
ción de la "sociedad de información universal", podemos esperar
que las consecuencias de la universalidad sean el desarrollo de un
nuevo tipo de consciencia.
Una de las características más importantes de las relaciones
internacionales en los últimos decenios ha sido la fuerte tenden-
cia hacia el multilateralismo el segundo concepto nuevo. El
proyecto de crear la Comunidad Europea, con todas sus implica-
ciones, es típica de esta tendencia. Existe en la actualidad una
fuerte tendencia hacia el regionalismo, por diferentes motivos: en
parte como reacción al éxito de la construcción de la Comunidad
Europea y contra el impacto de la universalidad en general, y en
parte por la necesidad palpable de una redefinición de la propia
identidad.
El tercer concepto nuevo, el nacionalismo, es un tópico muy
complicado, que implica una mezcolanza de ideas sobre nación,
grupo étnico y clase. Estamos presenciando una reaparición de
nacionalismo en la mayor parte del mundo contemporáneo. Esta
reaparición tiene aspectos positivos, dado que ayuda a mucha
gente a practicar una plena democracia y a expresar libremente
su diversidad cultural, pero está también conduciendo a conflictos
muy graves dentro del mismo estado o entre estados. Se está
desarrollando un nuevo racismo, muy relacionado con expresio-
nes excesivas de nacionalismo.
Esto plantea la siguiente cuestión: ¿Cuál será el impacto de la
universalidad sobre el nacionalismo? La respuesta depende del
concepto de universalidad que se lleve a la práctica: si se trata de
un proceso democrático, variado e igualitario o si es hegemónico.
Si la universalidad resulta ser hegemónico, creará el peligro de
intensificar las expresiones excesivas de nacionalismo. Y si esto
sucede, el diálogo entre culturas atravesará un período de crisis.
Por tanto, la humanidad tiene ante sí diversas opciones, cuan-
do nos aproximamos al Siglo XXI: reproducir el antiguo orden
hegemónico, bajo el eslogan de "el orden mundial" o, por el con-
trario, crear un orden poshegemónico que, en busca de un terre-
no común a todos, deberá extraer su contenido normativo de
entre las tradiciones constituyentes de la civilización. El encontrar
el terreno común propuesto, requiere que los representantes de
las diferentes estructuras históricas del mundo desempeñen un
papel activo, llevando a cabo el diálogo entre culturas de un
modo creativo y enriquecedor.

Acerca de la democracia

A través de la historia, los déspotas y tiranos han considerado


a las democracias como hostiles a su ambición hegemónica y, por
consiguiente, han tratado de minarlas. Actualmente, nos encon-
tramos en un momento extraordinario de la historia del mundo,
un momento de evolución sin precedentes hacia la democracia. A
finales de 1 9 9 1 , la "Freedom House" (La Casa de la,Libertad) cla-
sificaba a 75 países como políticamente "libres", 10 más que en
1990. Una lista más generosa contabilizaba 89 democracias,
a p r o x i m a d a m e n t e la m i t a d de los países independientes del
mundo, y dos veces la cifra de hace 20 años. De cualquier modo,
la democracia prevalece más que nunca. La vigencia de la demo-
cracia es una respuesta a la crisis del estado y del desarrollo, y a
una transformación económica.
La democracia parece haber ganado la gran lucha ideológica
de la Guerra Fría. C o m o m o v i m i e n t o internacional d i n á m i c o ,
coordinado y que confía en si mismo, el comunismo está, citando
al científico político Ken Jowitt, "extinguido"; aun cuando toda-
vía esté vivo en algunos países. Esto nos brinda la rara oportuni-
dad de reorganizar nuevas políticas mundiales. La administración
Bush tenía una visión de un "Nuevo Orden M u n d i a l " en el que
las "naciones reconocieran su responsabilidad compartida con
respecto a la libertad y la justicia". Hasta ahora, sin embargo, esa
visión se ha preocupado más del orden que de la libertad. Dentro
del marco de este nuevo orden mundial más equitativo, los temas
económicos tendrán preferencia sobre los de seguridad, aunque
estos últimos sigan siendo importantes y deban ser tratados con
prioridad, o al menos simultáneamente. En ese contexto, el orden 57
económico mundial tendrá tres participantes: los Estados Unidos,
la Europa que se está uniendo y el Japón (el G 3 ) , y estará basado
en derechos y responsabilidades compartidos. Existe, por consi-
guiente, una necesidad primordial de construir sistemas de lide-
razgo colectivo en las esferas económica y de seguridad.
El movimiento democrático c o m o base de un nuevo orden
mundial, no significa que estemos al final de la Historia, sino más
bien que hemos alcanzado un m o m e n t o crucial de la misma.
Nunca desde el fin de la I Guerra Mundial, las democracias occi-
dentales han t e n i d o semejante o p o r t u n i d a d para moldear el
carácter político del mundo y, más concretamente, de los países
en vías de desarrollo. Los países democráticos son socios comer-
ciales más de fiar, abiertos y duraderos, y ofrecen climas más
estables para las inversiones. Debido a que deben responder ante
sus propios ciudadanos, las democracias son más responsables
frente al medio ambiente. Es más probable que cumplan sus tra-
tados internacionales y valoren las obligaciones legales, puesto
que su franqueza hace que sea m u c h o más difícil el romper
acuerdos secretamente.

Promover la democracia significa tres cosas: en el frente exter-


no, significa ofrecer un apoyo moral, político, diplomático y finan-
ciero a los individuos, organizaciones y gobiernos que están esfor-
zándose por abrir regímenes autoritarios. Esta estrategia recalca
el pluralismo, el multilateralismo y las iniciativas del sector privado
(incluidas las O N G ) .
En el frente interno, promover la democracia significa también
fomentar economías orientadas al mercado, por dos razones. La
primera, porque si sólo el Estado es el dueño de los medios de
producción, y es él quien los controla, la democracia es imposible
ya que requiere algún t i p o de distribución de los recursos del
poder de tal forma que la competencia política pueda ser verda-
dera y pueda obligar al Estado a rendir cuentas. En segundo
lugar, porque la experiencia demuestra que una propiedad y con-
trol totales por parte del Estado ni ha llevado al país a un desarro-
llo económico sostenido, ni ha creado una economía competitiva.
Sin embargo, " p r o m o v e r " la democracia no significa "expor-
tarla". La democracia no funciona cuando se imponen modelos
extranjeros, ya que muchas características de las democracias
occidentales no se acomodan nada bien a países en vías de desa-
rrollo pobres, inestables y divididos.
Mucha gente de los países en vías de desarrollo cree que la
democracia occidental es una forma de democracia muy pobre, y
se envalentonan cuando oyen el mismo punto de vista expresado
por la gente de Occidente. Creen que la democracia ya no se
adecúa a la tarea que tienen por delante, que las democracias
occidentales son ineficaces, improductivas y débiles y, por ende,
están mal guiadas en algunos sentidos.
Para sostener la democracia, los países en vías de desarrollo
deben formar su propio proyecto, un "hágalo usted mismo" que
debe estar firmemente arraigado. C o m o ha recalcado Noordin
Sopiee, "todos debemos encontrar las raíces y simientes verdade-
ras y las debemos descubrir por nosotros mismos. Y debemos
encontrar infraestructuras de desarrollo que garanticen la demo-
cracia. Creemos, nos guste o no, que con un rápido desarrollo
económico, se está condenado a la democracia. Ese proceso debe
avanzar paso a paso. Debemos tener paciencia para tener una
democracia apropiada, estable y productiva en lugar de una
democracia inestable, fulgurante, y artificiosa, que salte hacia el
vacío, sólo para quedar sofocada y ahogarse".

Ahora sólo queda saber cómo enriquecer, cómo dar suficiente


fuerza al concepto de democracia, en un marco más amplio de
multiculturalismo en el mundo, en el que el idioma es muy impor-
tante.

Sobre ia necesidad de un pluralismo cultural.

Con relación a la cultura, en un orden mundial mejor, debe


haber una aceptación del pluralismo cultural. Algunos piensan
que esto ya es así, pero están muy lejos de la realidad. Debe
haber una disposición para aceptar que el status quo de los últi-
mos siglos — d o m i n i o cultural, hegemonía, autoritarismo o dicta-
dura, llamémoslo como queramos— debe dar paso, con elegan-
cia, si es posible, a un mayor pluralismo cultural, igualitarismo y
democracia.
Durante cientos de años, la ética judeo-cristiana, que tanto
contribuyó a la civilización humana, ha sido el sistema de valores
culturales dominante en t o d o el m u n d o . Con la excepción de
diminutas élites de eruditos, cualquier otra cosa era considerada
por el resto del mundo como de segunda clase, a veces tolerable,
a veces " c o m p r e n s i b l e " , pero nunca tan buena como la ética
judeo-cristiana y nunca superior.
Como dice Noordin Sopiee, "Esto se nos ha inculcado y noso-
tros lo hemos aceptado hasta tal punto que nos lo hemos creído
durante mucho tiempo. Es sólo ahora, cuando nuestras manos se
saludan y nuestras mentes se encuentran en muchas partes del
mundo, cuando estamos comenzando a descubrir, que nuestros
valores quizás no sean realmente de segunda clase, que nuestra
forma de vida realmente no es inferior y que no tenemos motivo
alguno para inclinarnos e intentar pedir disculpas a todas horas".
Este fue el resultado del patrón de poder y dominio político, eco-
nómico, informativo, educativo y cultural de Europa Occidental, a
la que se unió más tarde Estados Unidos. Fue una comunidad del
Atlántico Norte. Pero eso es historia y la historia está cambiando.
El proceso ha comenzado y habrá una aceleración hacia dos
cambios básicos en la cultura. En primer lugar, el fin del temor y
respeto general hacia el modelo occidental, con grandes reservas
y a veces desprecio total, por algunos aspectos de la sociedad
occidental. En segundo lugar, el descubrimiento de otros valores,
y sistemas de valores, por parte del mundo no occidental (e inclu-
so dentro del mundo occidental). Estos dos cambios son el resul-
tado de muchos factores: decadencia cultural y deterioro social
de los núcleos culturales de Occidente; autocrítica e incluso auto-
desprecio en estas sociedades occidentales; un proceso de desco-
lonización política y mental de grandes masas de la humanidad;
un creciente reconocimiento guiado por el nacionalismo, del valor
de las culturas y tradiciones indígenas; la descentralización del
poder político, económico, informativo y educativo; la aparición
de nuevos centros de poder y, por último los nuevos impulsos de
confianza, orgullo e incluso arrogancia, en áreas ajenas a la cultu-
ra occidental.
No debe suponerse, por consiguiente, que simplemente por-
que las personas sean débiles y pobres, deben ser también incivili-
zadas; y que porque la personas sean ricas y poderosas, deban ser
civilizadas o poseer un mayor grado de cultural.
Debe existir un mayor equilibrio en la moralización. En la
actualidad, las naciones que gastan mucho, aconsejan a las nacio-
nes ahorradoras que hagan lo mismo. Las naciones perezosas
sugieren a las trabajadoras que trabajen menos, que tomen más
vacaciones y que tengan más tiempo de ocio. " A nosotros, los paí-
ses del Sureste Asiático, nos han dicho algunos estados que han
destruido su sistema de familia, que es injusto que no tengamos
una seguridad social estatal porque confiamos en el bienestar
social de toda la familia. Ahora bien, ¿Por qué nos dicen que es
injusto? Porque tienen que soportar una seguridad social estatal
mientras que nosotros no. Por consiguiente, el mundo no juega
limpio y no existe un comercio libre y limpio. Algunos países nos
dicen que tienen sindicatos muy fuertes, y que debemos organizar
sindicatos siguiendo exactamente las mismas líneas, porque si no
lo hacemos, no está bien. ¿Por qué? ¿Porque no pueden competir
contra nosotros?" (Noordin Sopiee).

Un multiculturalismo auténtico no es sólo algo que tenemos


que vivir, sino también algo que tenemos que comenzar a apren-
der a apreciar por primera vez y a aprovecharlo, si hemos de con-
seguir un orden mundial mejor. Y esto va a ser muy difícil porque
están implicados los egos de las naciones y sus culturas
90 "Dignidad internacional"

Existen al menos 30 derechos humanos fundamentales. No


sólo los dos o tres favoritos de algunas personas muy bien inten-
cionadas, y muy sinceras, de algunos países occidentales. Entre
estos 30, se encuentra la presunción de inocencia; una persona es
inocente hasta que se demuestre lo contrario. Sin embargo, exis-
ten sistemas judiciales en los que una persona es culpable hasta
que no se demuestre que es inocente. Existe también el derecho
al trabajo, que es un derecho humano fundamental. Pero existen
derechos humanos todavía más básicos: el derecho al agua para
beber y para la higiene, el derecho a alimentarse adecuadamente,
el derecho a refugiarse de la violencia civil de las masas. La reu-
nión tenía la sensación de que debería existir un derecho de Dig-
nidad Internacional, para complementar y suplementar parte del
trabajo realizado por Amnistía Internacional.

Obstáculos para la propagación de la cultura y la


educación

¿Por qué existen tantas discrepancias entre la realidad del


mundo y nuestros sueños y expectativas? Se cree en general que
la respuesta a esta pregunta está en la educación, la información
y la cultura. Sin embargo, surgió la presente problemática a pesar
de nuestra educación, información y cultura, por lo que la verda-
dera pregunta es: ¿por qué?
La información y el aprendizaje, el sistema de transferencia
cultural, es una función de valores, de reconocimiento y de esca-
la. Si el organismo receptor, sea social, político o biológico se
hace demasiado g r a n d e , no puede convalidar, reconocer ni
absorber la información transferida. La complejidad malamente
puede ser enseñada a la sociedad total, no digamos a escala glo-
bal. Como resultado, los pueblos y las naciones tienden a hacer lo
contrario de lo que se necesita para un orden mundial mejor:
miran hacia adentro en lugar de hacia afuera, cierran las fronteras
en lugar de abrirlas. La neoortodoxia, el tribalismo, el fundamen-
talismo y el nacionalismo son reacciones a la complejidad mundial
y, consecuentemente, el futuro pertenece en gran medida a este
desorden local en lugar de a un orden mundial.
Paralelamente presenciamos la aparición del llamado cripto-
estado j u n t o con la existencia formal de la nación-estado. Si el
estado implota debido a la incapacidad de sus burocracias para
crear orden, será entonces gradualmente sustituido por un cripto-
estado. En el cripto-estado, t o d o es ilegal y corrupto: los sistemas
formales, las leyes, los impuestos, la defensa, los parlamentos y la
seguridad existen en realidad, pero son regidos, de hecho, por las
fuerzas del cripto-estado. En Europa, el ejemplo más conocido es
Italia, con el cripto-estado de la mafia, un modelo que existe en
todas las modalidades en el resto del mundo. En Colombia, el
Cártel de Medellín prácticamente se ha hecho cargo del estado
formal.
Si las instituciones formales del mundo fracasan en detener
los desastres actuales, las fuerzas del mal del cripto-estado preva-
lecerán. No es posible propagar cultura, principios de democracia
y derechos humanos, si existe una prueba diaria de que en pues-
tos de responsabilidad el mundo no se atiene a esos principios. El
comportamiento de los líderes será decisivo para determinar si los
estados ordenados moldearán el mundo o si serán los cripto-esta-
dos los que se impondrán.
No podemos permitir que estas fuerzas del mal crezcan y, al
mismo tiempo, esperar que los ciudadanos del mundo obedezcan
las normas de la democracia, los derechos humanos y la diversi-
dad cultural, que implica, por ejemplo, tolerancia.
La responsabilidad es la clave. Es el sentido de la responsabili-
dad lo que ha dado a las ONG, tales como el Fondo Mundial de la
Naturaleza (WWF) , el Club de Roma o Médicos sin Fronteras su
autoridad. Han planteado las preguntas apropiadas. Crecimiento,
¿a qué precio? ¿Qué educador para qué educación? ¿Por qué no
podemos intervenir cuando los derechos humanos se violan todos
los días?
Nadie puede negar el valor de la cultura y de la educación,
pero debemos darnos cuenta que, en gran medida, las culturas
locales son violadas por fuerzas exteriores y no pueden resistir la
tendencia hacia la globalización. Además, la i n f o r m a c i ó n en
muchas partes del mundo, equivale a propaganda y creencias en
lugar de carecer de ambigüedades y ser independiente.
Investigación e información independientes son la respuesta a
la propaganda y al analfabetismo. Debemos darnos cuenta de
que muchos líderes mundiales son, en gran parte, analfabetos
con respecto a asuntos tales como el medio ambiente y el desa-
rrollo.
Los encargados de tomar decisiones y elaborar las políticas
están a menudo muy alejados de la gente y lugares que dirigen,
aislados física, económica y socialmente de los resultados directos
de sus decisiones. Como consecuencia, los dirigentes a menudo
tienden a considerar los temas del medio ambiente como algo
"separado" —separado del trabajo diario de dirigir una entidad,
una fundación o un departamento gubernamental y separado de
sus propias vidas, familias y f u t u r o s . Los objetivos del medio
ambiente se consideran con frecuencia que están "reñidos" con
92 otros objetivos de entidades y del Gobierno, tales como lograr un
crecimiento económico y beneficios, o mejorar el nivel de vida. De
hecho, la mayoría de estos objetivos actúan recíprocamente: una
economía que es realmente robusta y sostenible, debe encontrar-
se en un entorno limpio, seguro y sano. Parte del problema es
que los dirigentes, planificadores y encargados de trazar las políti-
cas, son formados principalmente para planear, establecer y diri-
gir la política: pocos de ellos tienen la formación necesaria en
ciencias medioambientales o análisis para hacer algo más.
Sin embargo, los conocimientos requeridos están disponibles,
en alguna parte, y deberían aflorar. Esa es la tarea del futuro pró-
ximo.

Aprender frente a la incertidumbre.

Conforme la cantidad de información se hace abrumadora, la


incertidumbre invade cualquier rincón de la vida moderna. El cada
vez más rápido ritmo de cambio, la inexorable ampliación de los
negocios a escala mundial y el impacto a largo plazo de las deci-
siones actuales, contribuyen sustancialmente a la incertidumbre.
Esto lo convierte en un factor clave, tal y como lo es la creciente
complejidad e interdependencia de todos los problemas mundia-
les. Esta nueva realidad se está haciendo cada vez más visible en
todas las actividades: cuando nosotros actuamos, suponemos que
lo que comprendemos es mucho más de lo que es en realidad, y
corremos el riesgo de cometer errores importantes. Con frecuen-
cia tomamos decisiones con un elevado grado de incertidumbre,
cuyos resultados potenciales son devastadores e incluso irreversi-
bles. Esa es la razón por la que, cuando no estamos seguros,
debemos hacer evaluaciones y experimentaciones cuidadosas,
seguidas de una valoración de los resultados, y estar preparados a
cambiar las estrategias que ya tenemos dispuestas.

El sistema educativo (al menos en Occidente) y, en particular,


en la Universidad, siempre ha recalcado el enseñar con metas
cognoscitivas y, si es posible, claras, lo que permite que los cono-
cimientos adquiridos sean evaluados más tarde con la máxima
exactitud y objetividad. De esta forma nuestras instituciones edu-
cativas contribuyen también a crear un pensamiento convergente
frente a cualquier tentación de alentar ideas que se aparten de las
formas c o m ú n m e n t e establecidas, que a menudo son lineales,
dogmáticas y relativamente simplistas. Según estos principios, los
experimentos e investigaciones, quedan a menudo supeditados a
criterios de mente estrecha y predeterminados.
Estas prácticas contrastan con las condiciones de funciona-
miento de cualquier profesional de alto nivel, por no mencionar a
hombres de negocios, directores, creadores y especialmente líde- 93
res. En todas estas áreas, la tarea principal está abierta a iniciati-
vas, y la única característica que todos estos trabajos comparten
es el saber cómo tratar la incertidumbre que llevan consigo las
decisiones. De estas experiencias generalizadas podemos tomar
los principios para aprender a hacer frente con eficacia a la incer-
tidumbre, o a familiarizarnos con ella, rompiendo el sistema tradi-
cional, organizado alrededor de la seguridad de la comunicación
de conocimientos en procesos educativos sistemáticos y rígidos.
Es cuestión de introducir programas de estudio abiertos en el pro-
ceso de la enseñanza, la dificultad está en autoevaluar el resulta-
do final del experimento, nuestra capacidad de solucionar proble-
mas, con la posible sensación de una gran inseguridad e incluso
de fracaso. La opinión del profesor deja así de tener el valor exce-
sivo y dogmático que a menudo tenía en el pasado. Esto es com-
pensado por una evaluación en equipo y, lo que es más impor-
tante, por la autoestima que nace de una profunda consciencia
de los criterios propios, las "evaluaciones en equipo" o las opinio-
nes externas de otros con experiencia y prestigio, son unas opi-
niones "consolidadas" pero humana y, por consiguiente, nunca
exentas de subjetividad.
Contrariamente al actual énfasis en la capacidad cognoscitiva,
el interés debe ponerse en la capacidad creativa frente a la incer-
tidumbre, ayudada por un cierto grado de ansiedad creativa. En
otras palabras, la creatividad es algo así como el producto de la
tensión con respecto a una tarea concreta. Y, por tanto, es cues-
tión de llevar al aula no sólo conocimientos sino también la expe-
riencia creativa, ayudando al alumno a familiarizarse tanto con la
tensión de la innovación, como con las dificultades emocionales
de evaluar el propio trabajo. Estas son también las principales
cualidades de los procesos de aprendizaje, con o sin tutor, en
contra de la enseñanza tradicional a través de un profesor.
El hacer frente a los retos de la presente crisis requerirá enfo-
ques innovadores de la gestión de los sistemas de la tierra, y nue-
vas soluciones para una variedad de problemas complejos a esca-
las, local, regional o mundial. Todos nuestros conocimientos,
creatividad y visión deben aunarse para responder a estos retos,
de forma que alteren positivamente, manteniendo y mejorando la
vida en este planeta. Debemos comenzar ya a promover los tipos
de cambio que son esenciales para lograr la transición al sosteni-
miento: nuevos enfoques de gestión, actitudes y técnicas. Los pla-
nificadores y los que toman las decisiones han recibido el manda-
to de dirigir y reducir los riesgos que plantea a la humanidad las
actuales directrices del desarrollo: debe proveérseles de las herra-
mientas y técnicas con que responder a estos retos.
_94 Una de las principales tareas, por consiguiente, debe ser alen-
tar y ayudar a los líderes y planificadores —especialmente los que
tratan con la asignación de recursos— a incorporar los objetivos y
valores del sostenimiento al proceso de t o m a de decisiones.
Mediante enfoques creativos del aprendizaje, mediante la crea-
ción de asociaciones internacionales y a través de la divulgación
de información fundamental sobre el medio ambiente, podemos
comenzar a facilitar la transición a un futuro que pueda sostener-
se. El atender a las necesidades de aprendizaje de los encargados
de la toma de decisiones, es un paso estratégico y oportuno para
acabar con la diferencia crítica entre desear, planificar y luchar
por el sostenimiento y realmente conseguirla. El identificar estas
necesidades, es el primer requisito para diseñar un programa que
acabe con esta diferencia.
Estos son algunos ejemplos prácticos del tipo de información y
aprendizaje que se necesita para construir un nuevo orden m u n -
dial:
• Un informe continuamente actualizado de "Límites al Creci-
miento"5. Este tipo de mensaje deberá ser nuevo para cada
generación y quizás deba revisarse cada cinco años.
• Un informe sobre el hambre y la agricultura del m u n d o .
Como hemos señalado a menudo, el sistema de suministro
de alimentos del m u n d o es descabellado: agrosistemas alta-
mente productivos son obligados a no producir, mientras
que en zonas donde hay hambre, la agricultura está debili-
tada y es incapaz de producir. ¿Dónde está el concepto
erróneo y qué se necesita para cambiarlo?
• Un informe sobre el papel del tráfico de armas; como todos
sabemos, el movimiento del billón de dólares en el negocio
de las armas destruye el orden mundial. ¿Quién decide y
quién se beneficia? Y ¿hay alguna forma de atajarlo?

; L i m i t e s a l C r e c i m i e n t o , e l p r i m e r i n f o r m e a l C l u b d e R o m a , (Nueva York, 1 9 7 2 ) .
VII 95

E N LA ENCRUCIJADA DEL
MEDIO AMBIENTE Y EL
DESARROLLO

Hacer frente a la crisis que se avecina.

La comunidad mundial se encuentra ante una crisis que ame-


naza nuestra supervivencia como especie. Las dimensiones de la
crisis son claras y desoladoras: forzados hasta más allá de sus lími-
tes, los ecosistemas están siendo grave e incluso permanente-
mente degradados. Como consecuencia de ello, estamos presen-
ciando la mayor extinción masiva de la historia del planeta; se
están perdiendo especies al ritmo aproximado de una al día, ame-
nazando la diversidad y estabilidad de la biosfera. Dada la alta
tasa del crecimiento de la población, debemos incluso poner en
tela de juicio la capacidad del planeta para proveer de alimentos a
8.000 millones, quizás hasta 10.000 millones de personas.

Muchas de nuestras actuales preocupaciones sobre el medio


ambiente son regionales e internacionales en sus dimensiones, y
por vez primera debemos también hacer frente a problemas del
medio ambiente que son de alcance mundial.
En un sentido absoluto, y a escala mundial, los recursos de la
Tierra son todavía suficientes; sin embargo, en algunas partes del
mundo, la grave escasez y la contaminación de recursos vitales
están minando gravemente el bienestar humano. En zonas urba-
nas, el gran número de personas que presentan demandas sobre
la base de los recursos del medio ambiente, causa problemas críti-
cos. Sin embargo, la población, en sí misma, no es un indicador
fiable de la tensión sobre un sistema natural. Unas cuantas perso-
nas con estilos de vida intensos o recursos de sobra, pueden ser
más perjudiciales y molestas para un ecosistema, que muchas que
lleven unos estilos de vida más frugales y menos orientados hacia
el consumo. Los problemas de patrones irresponsables, desde el
96 punto de vista medioambiental de la utilización de recursos, son
más evidentes en el mundo industrializado, donde los procesos
industriales de notable consumo y desperdicio son la regla en
lugar de la excepción.
No obstante, la preocupación sobre temas del medio ambien-
te no se limita a las naciones ricas e industrializadas del mundo.
En la actualidad existen enormes presiones económicas, sociales y
políticas que han conducido a un constante y creciente drenaje
de los recursos naturales en los países en vías de desarrollo. Las
presiones de la pobreza, y el deseo de industrializar y mejorar los
niveles de vida, arrastran a menudo, a los encargados de elaborar
la política y a la población en general a formas perjudiciales de
utilización de los recursos. El deterioro del medio ambiente, parti-
cularmente en terrenos frágiles o marginales, se ha convertido en
un tema de vida o muerte en muchos países en vías de desarrollo.
El proceso, a veces se convierte en una complicada espiral des-
cendente: una población en alza ocasiona tensiones cada vez
mayores en el medio ambiente en la búsqueda de panaceas eco-
nómicas. Frente a esto el gobierno y la economía responden con
soluciones a corto plazo, lo cual produce una mayor tensión
sobre el medio ambiente, un mayor agotamiento de los recursos
y ,en definitiva, más pobreza.

Ha llegado la hora de desarrollar nuevos estándares y pautas


con los que medir el progreso de crecimiento, desarrollo y bienes-
tar humano. Esto realmente significa cambiar nuestras actitudes y
redefinir nuestros enfoques, tanto de la medición como de la ges-
tión del crecimiento económico, hasta el punto que nuestro desa-
rrollo se haga insostenible.
La c o m u n i d a d mundial deberá adoptar y f o m e n t a r nuevos
tipos de crecimiento y desarrollo, menos intensivos sobre materia-
les y energía, más equitativos, y que incorporen el valor de los
aspectos no materiales tales como la educación, la salud, un aire
y un agua limpios, y el disfrute de la belleza natural del planeta
Tierra. El proceso de incorporación de preocupaciones y costos
del medio ambiente a prácticas de toma de decisiones privadas y
políticas, implica aprender a pensar en las consecuencias directas
e indirectas sobre el medio ambiente de las acciones propias. Esta
se ha convertido en la condición sine qua non del desarrollo eco-
nómico sostenible.
Vivimos en un medio ambiente cada vez más " d i r i g i d o " : prác-
ticamente toda la Tierra está bajo algún tipo de influencia, regula-
ción o intervención debida a la actividad humana. Nos hemos
convertido en los directores de facto del planeta, pero todavía no
hemos aprendido a hacerlo con éxito.
Enfrentarse a la escasez 97

El problema fundamental que ha de abordar el desarrollo es la


escasez de recursos físicos, humanos, tecnológicos y culturales. El
problema no es nuevo; hace más de doscientos años, A d a m
Smith escribió "The Wealth of Nations" (La Riqueza de las Nacio-
nes) como estrategia para superar las limitaciones al crecimiento
debido a la escasez de recursos.
Desde entonces, se ha puesto gran énfasis en la industrializa-
ción, utilizando todos los recursos disponibles con objeto de pro-
ducir más bienes y más riqueza. La legitimidad y credibilidad de
los gobiernos se ha asentado sobre sus ideas y métodos para
fomentar el crecimiento de la "riqueza de las naciones".
La rivalidad entre el mercado libre y los sistemas marxistas ha
terminado con el fracaso de éstos últimos en su intento de esti-
mular y dirigir este proceso satisfactoriamente. Aún cuando el sis-
tema de libre mercado ha mostrado tener muchos inconvenientes
y ha experimentado crisis políticas y económicas importantes, ha
demostrado, finalmente, ser el menos imperfecto y el más eficaz
de los dos.
Nadie puede negar los grandes éxitos generales de la Revolu-
ción Industrial, que dio origen a aumentos sin precedentes en las
expectativas y mejoras de los niveles de vida, principalmente en
los países industrializados, pero también en los que están en vías
de desarrollo. Pero la Revolución Industrial ha alcanzado ahora un
punto en el que existen cada vez más dudas sobre su capacidad
para alcanzar el objetivo de desarrollar la riqueza de las naciones
sin algunas adaptaciones importantes y fundamentales, con el fin
de evitar daños adicionales al medio ambiente. Como ya hemos
visto, el modelo tradicional de industrialización desarrollado por el
Norte está siendo seriamente cuestionado.
Todo el mundo sabe que el Norte es el principal contamina-
dor, además de un gran consumidor de recursos naturales, como
queda claro por la comparación de consumo de energía y mate-
rias primas por parte de los países industrializados y los que se
encuentran en vías de desarrollo. Los estilos de vida del Norte y
las tasas de consumo no pueden mantenerse si 5.000 millones de
personas o más intentan copiarlos.
El " d e s a r r o l l o s o s t e n i b l e " se e n t i e n d e a veces c o m o una
admonición al Sur para moldear su ritmo de desarrollo más hacia
el control de la contaminación, menor uso de recursos y quizás
también a detener el crecimiento de la población. Sin embargo, la
Historia demuestra que el pedir a los menos privilegiados que no
emulen a los más privilegiados nunca ha funcionado.
98 Por lo que nos queda la necesidad de cambiar los estilos de
vida en el Norte. Se trata de un formidable reto. El Panel Intergu-
bernamental sobre el Cambio de Clima quiere que se reduzcan
las emisiones de CO2 a la mitad en aproximadamente 40 años. No
obstante, las previsiones en la Conferencia de la Energía Mundial
calculan que la demanda de energía se duplicará en ese tiempo.
La mayor parte de esa demanda es probable que sea atendida
con combustibles fósiles, mientras que la opción nuclear se verá
limitada debido a la persistencia de problemas importantes.
A primera vista puede parecer totalmente utópico acabar con
esta diferencia y llegar a un modelo de prosperidad, no de austeri-
dad, que pueda ser copiado por 8.000 millones de personas.
La noción de desarrollo sostenible se refiere precisamente a la
preocupación esencial de los pioneros de la industrialización:
cómo movilizar y hacer el mejor uso de los escasos recursos. La
palabra "sostenible" se refiere esencialmente al hecho de que el
proceso de i n d u s t r i a l i z a c i ó n , en a l g u n o s casos, en lugar de
aumentar la riqueza, tiende a producir escasez de recursos. Esto
sucede cuando los recursos, que en un tiempo estaban disponi-
bles en cantidad ilimitada (aire, agua, terreno, especies animales,
antiguas tradiciones culturales eficaces que producen bienestar,
etc.), quedan destruidos o escasean cada vez más.
El objetivo del "desarrollo sostenible" tiene que ver con la
necesidad de enfrentarse a este peligro. Una característica espe-
cial de este f e n ó m e n o es su tendencia a producirse a medio,
largo y muy largo plazo, al contrario de un proceso industrial o
e c o n ó m i c o que se d o m i n a mediante consideraciones a c o r t o
plazo. Sostenibilidad significa que los recursos deben ser gestio-
nados adecuada y simultáneamente a corto y a largo plazo.

Alentar un uso más racional de los recursos

En la actualidad, se dispone, o pueden desarrollarse, tecnolo-


gías e innovaciones sociales que pueden llevarnos gradualmente a
la prosperidad a largo plazo, sin prácticamente ninguna destruc-
ción de los recursos no renovables. La palabra clave para la nueva
revolución tecnológica es la productividad de los recursos. Se cree
que la protección del medio ambiente es costosa por definición.
Es verdad que el control de la contaminación requiere costos sin
beneficios inmediatos, pero ello es debido a que generalmente
funciona a muy largo plazo, y por tanto significa costos añadidos.
No hay, por lo tanto, motivos para asombrarse de que los países
menos ricos muestren ahora poco entusiasmo por adoptar — y
reforzar— altos niveles para el control de la contaminación.
Pero considerando a largo plazo los factores de producción 99
ecológicamente importantes (tales como energía, agua, minera-
les, tierra) y aumentando drásticamente su productividad, podría-
mos convertir la protección del medio ambiente en un beneficio,
tanto para si misma, como para la economía. La productividad de
la energía (no sólo su eficacia) puede al menos ser cuadruplicada.
Se puede pensar en mayores incrementos, así como en cambios a
fuentes de energía benignas, desde el punto de vista del medio
ambiente (principalmente el uso descentralizados de los produc-
tos renovables), que proporcionen un alivio adicional.
La productividad de la mano de obra en los países de la OCDE
puede ser 20 veces más alta que lo que era hace 150 años. Por su
parte, el progreso tecnológico fue casi idéntico al incremento de
la productividad de la mano de obra durante este mismo período.
La productividad de la energía, por el contrario, creció sólo muy
lentamente, como se desprende del hecho de que el consumo de
energía fue casi en paralelo con el crecimiento económico. Como
resultado trágico, los economistas comenzaron a creer que el
consumo de energía era realmente un indicador de la riqueza de
una nación.
En la actualidad, la escasez de mano de obra apenas es pro-
blema, al menos no en los sectores de la economía donde se utili-
za más consumo de energía para sustituir la mano de obra huma-
na. Por el contrario, el consumo de energía es un problema. De
ahí que la alta productividad de energía se haya convertido en un
mejor indicador de la actuación macroeconómica que el consumo
de energía.
Pero lo que es verdad a nivel macroeconómico, no es automá-
ticamente verdad a nivel de los negocios o a nivel microeconómi-
co. De hecho, la eficiencia de los recursos es una preocupación
secundaria para la mayor parte de los responsables de nuestras
economías, porque la energía, el agua, los minerales, etc. están
infravalorados. No pagamos nada por la disminución de recursos,
el efecto invernadero, la destrucción de paisajes o las pérdidas de
biodiversidad, y no lo suficiente por la contaminación y el trata-
miento de basuras.
Es difícil medir los verdaderos costos científicamente, pero cál-
culos razonables sugieren que el consumo de energía ocasiona
daños económicos que ascienden a alrededor del 5 % del PNB.
Paradójicamente, esto enriquecería a los países. Durante los
últimos 15 años, las principales potencias industriales con los pre-
cios medios de la energía más altos (Japón y la Comunidad Euro-
pea), han tenido mejores cuotas de realización económica que
aquellos en donde la energía era barata (EE.UU) o subvencionada
(los países comunistas).
TOO Una reducción gradual de las subvenciones públicas a la ener-
gía y al transporte, más una reforma de los impuestos sobre el
medio ambiente, parece ser una forma atractiva de hacer que los
precios digan la verdad sin distorsionar la estructura social ni per-
judicar a la economía.
Suponiendo que los precios de la energía fósil y nuclear se
aumentaran en un 5 % al año, durante unos 42 años, la tarta de
la energía cambiará drásticamente t a n t o de t a m a ñ o como de
forma, conforme lo indica la Figura 2.
Figura 2. Uso probable de energía renovable frente a combus-
tibles fósiles y energía nuclear si los precios de estos últimos se
incrementaran en un 5 % al año (X=precios de los combustibles
fósiles y energía nuclear en 1992).

1992 2006

2220 2034

Combustibles fósiles y energía nuclear.

Energías renovables.
La reforma fiscal favorecería, en lugar de penalizar, el uso de la ?0í
mano de obra humana, la creación del valor añadido y las activida-
des corporativas; mientras que las tecnologías, los patrones de
consumo y las infraestructuras despilfarradoras serían expulsados
gradualmente del mercado.
En países como Malasia, Egipto o Brasil, un incremento en la
productividad de energía serían económicamente más beneficiosos
que para Alemania o Japón. Para Mauritania o Irán, un gran
aumento de la productividad de agua, como resultado de una polí-
tica racional de fijación de precios, sería infinitamente más impor-
tante que para Gran Bretaña o Canadá.

Instituciones clave para un desarrollo sostenido

El replanteamiento de la economía y de una estrategia creíble


para aumentar la riqueza y el bienestar de las naciones es, en la
actualidad, un problema central para facilitar una base sólida de
legitimidad y credibilidad en las instituciones públicas y gobiernos.
En la Reunión Cumbre sobre la Tierra de 1992 en Río, se articu-
ló un programa de 125.000 millones de dólares cuyo objetivo era
regenerar el medio ambiente mundial. Un total de 3.000 millones
de dólares estaban pignorados y se expresaron grandes dudas
sobre cómo reunir los 125.000 millones de dólares. Sin embargo, la
guerra del Golfo costó 61.000 millones de dólares; encontramos
dinero para la guerra pero no para la paz. En otras palabras, por el
precio de dos guerras del Golfo, podríamos regenerar t o d o el
medio ambiente mundial: el problema no es la escasez de dinero
sino la falta de visión política.
Lo mismo se puede aplicar al Programa del Medio Ambiente de
la ONU. Esta entidad, establecida en la Conferencia de Estocolmo
de 1992, tiene un presupuesto que es inferior al de la Organiza-
ción Greenpeace en todo el mundo. No estamos poniendo nuestro
dinero donde están nuestras bocas.
La ONU no sólo tiene una bajísima dotación de fondos, sino
que se ve obstaculizada por el hecho de que su Conferencia consta
de unas 180 delegaciones, que hablan seis idiomas. Los debates
van muy despacio, y es muy difícil negociar cualquier tratado. Por
ejemplo, las negociaciones relativas a la Ley del Tratado del Mar
comenzaron en 1973, terminaron en 1982 y en el último momen-
to la ONU no firmó. Muchos países lo firmaron pero, al no estar
ratificado, aun no se ha puesto en práctica. Por tanto, las Nacio-
nes Unidas, que son la esperanza del futuro, son en sí muy débiles.
De ahí que debamos revisar con urgencia el significado de "la
riqueza de las naciones" y encontrar los mejores métodos econó-
micos para promover esta entidad de una forma creíble y apropia-
102 da, con una visión cuyo objetivo sea reforzar los sistemas económi-
cos democráticos. A efectos de desarrollo sostenible, eso significa
encontrar un compromiso razonable entre el corto y el largo plazo,
a fin de reducir la escasez presente y futura, evitando minar el
patrimonio representado por los recursos de la Tierra.
Deben mencionarse, asimismo, las corporaciones transnaciona-
les, que son los principales actores económicos de todo el mundo,
y disponen de más dinero que los bancos centrales. Son importan-
tes en el debate sobre el medio ambiente, ya que están entre los
principales destructores del mismo, situándose también entre sus
principales protectores por motivos que no son meramente altruis-
tas. Existe en la actualidad un creciente mercado a efectos de dóla-
res "verdes" y, puesto que las corporaciones transnacionales son
guiadas por el mercado de una forma que los gobiernos con fre-
cuencia no lo son, pueden ser muy sensibles a la opinión pública.
Estas empresas se dieron cuenta muy pronto que podían hacer
dinero protegiendo al medio ambiente. Nosotros, por consiguien-
te, debemos encontrar formas de reconocer su importancia; los
políticos rara vez se refieren a ellas y tratan de actuar como si no
existieran.
Si la diferencia entre los objetivos económicos tradicionales y
los nuevos requisitos ecológicos y del medio ambiente relativos al
"desarrollo sostenible", no puede recortarse de forma creíble y
persiste la falta de entendimiento y consciencia de las realidades, el
consenso político, y la legitimidad de los gobiernos a niveles local,
nacional e internacional, tenderá a hacer que el nuevo mundo libe-
ralizante se fragmente de la misma forma que estamos presencian-
dolo en los antiguos países comunistas.
Debemos mencionar otros dos tipos de organizaciones: las
organizaciones no gubernamentales (ONG) y los medios de comu-
nicación, especialmente la televisión. La televisión es una bendición
mezclada: es buena para comunicar la información, pero es muy
mala en la medida en que alienta el materialismo global. Sea cual
fuere el problema que Vd. tenga, puede resolverlo gastando más
dinero y, naturalmente los anuncios van dirigidos a hacer a la
gente sentirse descontenta — n o importa cuán bueno sea su
coche, siempre puede ser tentado a salir a comprar otro. La televi-
sión en todas partes ayuda a la opinión pública, pero da tanta
información, mezclando la realidad con la ficción, que es difícil
establecer un orden de prioridades.

Las ONG se han ganado el respeto público por sus esfuerzos en


nombre del desarrollo, el medio ambiente y los derechos humanos.
La Conferencia sobre el Medio Ambiente de Estocolmo 1972, por
ejemplo, fue una respuesta a una gran ola de opinión pública que
las ONG ayudaron a crear. Las ONG en la actualidad disfrutan de
una buena reputación, y existe el riesgo de que estemos superesti- 103
mándolas y pasando por alto sus punto flacos.
Parece ser que las ONG operan en ciclos que duran unos siete
años: después de ese período, el interés público sobre un tema
desciende debido a que los medios lo han exprimido al máximo.
Los temas no desaparecen, los problemas no se resuelven, y la opi-
nión pública decae. Hay un "efecto rebote" —en otras palabras, se
forma la presión pública, se cambian las leyes y entonces la presión
tiende a disminuir de nuevo. En Australia, por ejemplo, existe en la
actualidad un descenso en el movimiento sobre el medio ambiente
pero, gracias a una presión anterior, el país tiene unas de las legis-
laciones más estrictas del mundo sobre medio ambiente. Por ejem-
plo, un director de una sociedad cuyos empleados dañen el medio
ambiente puede ir a la cárcel.

Frente al terrible fracaso de la mayor parte de los programas de


ayuda, y de muchas políticas gubernamentales y multilaterales,
para resolver los problemas de la pobreza y degradación del medio
ambiente del mundo, las ONG ofrecen un camino en teoría viable
para movilizar y canalizar recursos, así como una esperanza para
solucionar de un modo efectivo los problemas locales. Ello es debi-
do a que representan una fuerza que reúne grupos que previamen-
te no colaboraban entre ellos, con vistas a solventar los problemas
sociales y económicos de la sociedad. Con sus fondos, así como
con su política orientada a la formación, están procurando los
medios necesarios para desarrollar una capacidad indígena apta
para encontrar soluciones propias a los problemas locales.

El Sureste Asiático y el Medio Ambiente

La región tiene una de las más importantes y extensas áreas de


selva tropical del mundo. Indonesia, Malasia, Tailandia y Filipinas,
en particular, poseían enormes bosques, incluidos mangles, que
crecen en el agua y tienen un ecosistema muy frágil. Debido a que
durante mucho tiempo se consideró a los mangles como un entor-
no de segunda clase, fueron desapareciendo gradualmente, tanto
por la explotación desenfrenada de su madera como por el desa-
rrollo industrial. De hecho los mangles son ecosistemas únicos que
se desarrollan en los depósitos salados de las riberas de los ríos y
en las playas y, si se los dirige adecuadamente, proporcionan a la
población local una valiosa fuente de alimento, energía y otras
necesidades. Sirven también como barreras naturales contra las
inundaciones, evitando la erosión del suelo e impidiendo que el
agua del mar penetre demasiado en el interior.
Estas reservas de mangles se utilizan para fabricar papel para
ordenadores y periódicos de calidad, productos con gran demanda
104 en los países industrializados, por lo que son muy codiciados. En
consecuencia, y a modo de ejemplo, un consorcio de cinco papele-
ras japonesas está explotando una pequeña isla indonesia cerca del
este de Kalimantan, y exportan 126.000 toneladas de virutas de
mangle al año, lo que significa el talar unas 2000 hectáreas al año.
Este es sólo uno de los miles de ejemplos. En diez años, el bosque
de mangles de Kamal Muara, cerca de Yakarta, fue totalmente
destruido. En Indonesia, sólo 3.200 millones de los 4.600 millones
de hectáreas de mangles están siendo trabajados en la actualidad.
Si no se establece un plan radical de repoblación, los bosques de
mangles de la costa pronto no serán otra cosa que un recuerdo
lejano.
En Tailandia, un estudio realizado en el este del país muestra
que las reservas de mangle rinden diez veces más, si son explotadas
en su estado natural, que cualquier otro tipo de uso de terreno. No
obstante, están siendo taladas a un ritmo rápido y sustituidas por
campos, estanques de peces, carreteras e incluso basureros. El
desarrollo de criaderos de gambas en la costa es, en gran parte,
responsable de la destrucción del bosque de mangles tailandés. El
país ha comenzado hace muy poco a proteger sus costas.
Malasia, que tiene el segundo bosque de mangles más grande
de Asia, también es el mayor exportador de madera al Japón. Des-
graciadamente Malasia proporciona la menor protección a sus
recursos naturales, según datos publicados por el "Asian Wetland
Bureau".
También en Filipinas la situación ha alcanzado una fase crítica.
En 20 años, la superficie de mangles ha sido reducida de 440.000
a 110.000 hectáreas.
Si los mangles han de ser protegidos, los países extranjeros
deberán cambiar sus patrones de consumo, comenzando por el
Japón, que es con mucho el mayor importador del m u n d o de
madera y productos tropicales, y el mayor responsable de la desfo-
restación de la región. Un primer paso hacia adelante se dio en
1990, con la creación de una Sociedad Internacional a favor de los
Ecosistemas de Mangles en Okinawa, que tiene como fin proteger
los mangles y promover la explotación racional de ese recurso.
En el Sureste Asiático, como en cualquier otra parte del mundo,
los demás bosques y montes corren también riesgo. Hace unos
cuantos años, la Organización para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), calculaba que si la desforestación continuaba al mismo
ritmo, las selvas tropicales desaparecerían de la faz de la Tierra bas-
tante antes de terminar el próximo siglo. Un estudio de 1990
muestra que el ritmo de destrucción es un 5 0 % mayor de lo que
había calculado la FAO. El Presidente del Instituto de Recursos
Mundiales (WRI) de Washington calcula que cada 5 segundos se
pierden 3 hectáreas de selva.
El informe del WRI, preparado en colaboración con el UNDP, 105
indica un claro aumento del ritmo de destrucción de selvas tropica-
les en Myanmar, donde las imágenes por satélite muestran que la
desforestación se está produciendo a 500 veces el ritmo calculado
por la FAO en 1980. La desforestación en Indonesia se calcula que
se ha incrementado en un 5 0 % . En los años 70, se calculaba que
cada año se talaban unas 300.000 hectáreas. Esta cifra se había
duplicado a principios de los años 80 y las estadísticas de la FAO
indican que está ahora cercana al millón.
Tailandia tenía enormes selvas de tectonas. En la actualidad
tiene que importar para atender a su demanda de fabricación de
muebles y construcción de viviendas. Tailandia ha venido perdien-
do hasta 500.000 hectáreas de selva al año. Para 1990, la mayor
parte de las selvas que quedaban estaban en laderas empinadas,
cuando antes habían estado en suaves cerros. Hace cincuenta
años, el 5 7 % de la superficie de terreno de Filipinas estaba cubier-
to por selvas; la proporción ha descendido en la actualidad al 2 2 % .
Su ritmo de desforestación es en la actualidad uno de los más altos
del mundo, como consecuencia de una combinación de explosión
demográfica, pobreza y explotación incontrolada de la selva. La isla
de Palawa, que hace unas décadas era una de las últimas superfi-
cies de selva virgen del país, ha perdido más de la mitad de sus
bosques. Una familia de tamaño medio destruyó un cuarto de hec-
tárea al año. Los agricultores nómadas que viven en las tierra altas
talaron gradualmente la selva empleando técnicas de corta y
quema; cuando la frágil capa de terreno arable era erosionada por
uno o dos monzones, los nómadas se trasladaban a otra parcela.
La industria de la madera en el Sureste Asiático atiende en la
actualidad al 9 0 % de la demanda mundial en lo que a maderas tro-
picales se refiere, que en la actualidad se cifra en unos 7.000 millo-
nes de dólares al año. Este dinero constituye una aportación impor-
tante al crecimiento económico de la región. Sin embargo, las previ-
siones de WRI y UNDP apuntan a que estos ingresos probablemente
descenderán unos 2.000 millones de dólares anuales.
Aparte de las consideraciones económicas, la desforestación
tiene otras consecuencias que son igualmente preocupantes. Sin la
cobertura de las selvas, los terrenos ácidos son erosionados rápida-
mente y pierden su fertilidad y valor agrícola.
Con respecto al planeta en general, como todos sabemos, la
excesiva explotación de selvas mina el ecosistema y agrava el efec-
to de invernadero. Indonesia tiene el 1 0 % de las selvas tropicales
del mundo, la mayor superficie de selvas de Asia, y ha sido el cen-
tro del debate mundial sobre el futuro de las selvas tropicales. En
los 144 millones de hectáreas de selva de Indonesia existen 4.000
especies de árboles, 500 especies de mamíferos y 1.500 especies
de aves. Además de la rara flora y fauna, las selvas tropicales de
106 Indonesia ayudan a reducir la formación del dióxido de carbono,
responsable del recalentamiento mundial.
Los países del Sureste Asiático ya son totalmente conscientes
del problema y están tratando de resolverlo con la ayuda de UNDP.
En Indonesia, sin e m b a r g o , no es fácil proteger la selva y
encontrar terreno y trabajo para casi 200 millones de personas. Las
autoridades indonesias han señalado que si las selvas tropicales
pertenecen a todo el mundo, los costes de protegerlas deberían ser
compartidos tanto por los países en vías de desarrollo como por los
industrializados; necesitan asistencia técnica y ayuda financiera
para ejercer esta responsabilidad.
Más de 53 millones de hectáreas de selva indonesia son arren-
dados por períodos medios de 20 años a empresas que no respetan
las normas gubernamentales sobre el uso de la selva. Los incendios
también contribuyen a la destrucción; recientemente, hubo incen-
dios en todas las selvas de Indonesia, ocasionando una gran cortina
de humo que cubría las islas de Sumatra, Borneo y Sulawesi, junto
con partes de los cercanos países de Malasia y Singapur. Hubo que
cerrar aeropuertos y cancelar los servicios de ferry.
Hace unos años, los Penans, una pequeña tribu del estado
malayo de Sarawak, formaron barricadas humanas para detener la
entrada de camiones pertenecientes a empresas madereras. Hubo
cientos de detenciones y el incidente fue muy aireado en la prensa
nacional. La industria maderera ocupa un lugar importante en la
economía del estado, hasta el punto que el Primer Ministro de
Sarawak afirmó que cualquiera que se opusiera a la explotación de
la selva, era reo de alta traición. De hecho Sarawak, j u n t o con
Sabah (otro estado malayo en la isla de Borneo), tiene dos terceras
partes de la selva tropical de hojas caducas del mundo. En 1987, se
talaron 310.000 hectáreas, lo que representa un incremento del
1 8 0 % en diez años. Dos años después de la protesta de los
Penans, Sarawak invitó a la Organización Internacional de Arboles
Tropicales (ITTO) a realizar una inspección y a emitir recomendacio-
nes. Fue la primera vez que este organismo asesor, que reúne a 36
países productores y consumidores, había llevado a cabo una ins-
pección de las prácticas en la selva de uno de sus miembros. El
informe de ITTO afirmaba que el sistema actual era inadecuado,
particularmente en lo referido a los niveles de plantilla, para lograr
una explotación duradera de la selva, aun cuando sus estándares
eran razonables. El informe indica que al ritmo actual de desfores-
tación, aproximadamente 12 millones de m3 al año, no quedaría ni
un solo árbol en Sarawak dentro de 10 años. Proteger la selva no
es fácil en Malasia, cada uno de los 13 estados de la Federación es
responsable de los reglamentos de sus propias selvas. El papel del
gobierno federal se limita a financiar la investigación y facilitar
ayuda técnica y educativa.
Sobre la base de lo que se aprendió de los proyectos piloto en 107
diversas islas, tales como Palawan, Filipinas lanzó en 1990 un plan
de 25 años sobre el uso de las selvas. Las medidas, que incluían
limitar la cantidad arrendada e impedir la tala ilegal, deberán llevar
a resultados rápidos. Desde 1988, 65.000 hectáreas de selva han
sido replantadas y, con los fondos previstos, la cifra podría alcanzar
las 300.000 hectáreas al año durante esta década. Filipinas estaría
plantando más árboles de los que está cortando. El Banco de Desa-
rrollo Asiático, que tiene su oficina principal en Manila, alarmado
por la devastación del medio ambiente natural de la región, ya no
concede préstamos ni subvenciones hasta no haber realizado un
estudio sobre el impacto medioambiental de los proyectos que se
le proponen.
En Tailandia, desde 1989, es contrario a la ley la tala árboles y
hay en marcha un vasto plan de reforestación. Sin embargo, la ley
tailandesa ha t e n i d o desgraciadas repercusiones en el vecino
Myanmar, donde unas 30 empresas tailandesas han conseguido
adquirir importantes concesiones. Como consecuencia, grandes
superficies de selva están siendo destruidas. Recientes imágenes de
satélite muestran que 8.000 Km2 de selva desaparecen todos los
años en Myanmar. Sin embargo el gobierno birmano mantiene
que la cantidad es sólo de 1.050 Km2 (el 0,5% de la superficie de
bosques), una cifra que cuestionan los observadores externos. El
gobierno alega que los rebeldes son los responsables del comercio
ilegal de teca.
Aun cuando estos rebeldes no sean los responsables de toda la
desforestación, es obvio que en toda la región las guerra, los movi-
mientos guerrilleros y los conflictos armados han tenido un efecto
desastroso para el medio ambiente.
En Vietnam, por ejemplo, varias décadas de lucha han destrui-
do la mitad de las selvas y han ocasionado la pérdida de varias
especies peculiares de árboles. Se derramaron 72 millones de litros
de herbicidas por todo el país, y 13 millones de toneladas de bom-
bas ocasionaron 25 millones de cráteres. Pero mientras que las
viviendas, los hospitales, los colegios, los puentes y las carreteras
están siendo reconstruidos, la cobertura de selvas está disminuyen-
do más rápidamente que durante la guerra. Diversas variedades de
árboles están desapareciendo, mientras se destruyen cada año
entre 100.000 y 200.000 hectáreas de selva natural. Vietnam está
intentando combatir esta destrucción, pero sus esfuerzos se han
visto obstaculizados por las secuelas de la guerra. Enormes zonas
de tierras arables están infestadas de minas y bombas sin explotar.
El avance de los labradores, selvicultores y científicos que trabajan
sobre el terreno se ve constantemente impedido por las cantidades
de escombros militares. En los cerros desnudos, las fuertes lluvias
profundizan los restos de las trincheras, deshaciendo los esfuerzos
de los equipos de reforestación. En 1987, se consiguieron replantar
160.000 hectáreas, pero debe haber alguna manera para alentar a
la población de otras partes del país a establecerse en las zonas
reforestadas, ya que los árboles no sobrevivirán sin cuidados.
La reforestación ayuda a luchar contra la peste que se ha decla-
rado de nuevo en la zona donde se utilizó, en grandes cantidades,
un agente defoliante que contiene dioxina. Este agente indujo la
aparición de hierbas venenosas que ha alentado el aumento de
ratas y éstas han propagado la peste y destruido las cosechas.
Se suponía que Vietnam iba a recibir ayuda financiera del
Fondo del Medio Ambiente Mundial para un nuevo proyecto. Este
fondo es un programa combinado preocupado por los problemas
del medio ambiente mundial, dirigido conjuntamente por el Banco
Mundial, UNDP y el Programa del Medio Ambiente de la ONU.
Los problemas medioambientales del Vietnam, al igual que en
los demás países del Sureste Asiático, no se limitan a las selvas. Se
necesitan también soluciones rápidas a los problemas de la conta-
minación del agua, degradación de los terrenos, tratamiento de
residuos sólidos, etc. Estos problemas han de ser resueltos lo más
urgentemente posible, debido a que la presión demográfica los
está agudizando y obstaculiza los esfuerzos que ya están en mar-
cha.
En Malasia, los diversos estados de la Federación tienen diferen-
tes prioridades, de modo que depende del gobierno federal, con-
forme se indica en el programa Visión 2020, facilitar medios e
incentivos para proteger el medio ambiente. Da Rafidah Aziz, Minis-
tra de Comercio Internacional e Industria afirmaba "Tenemos ahora
varias leyes que atañen al control de la contaminación del medio
ambiente y tenemos una "lista de exclusiones". Los proyectos
industriales que están en esta lista requieren un estudio del impacto
medioambiental antes de que puedan aprobarse. No hay razón
para que a un inversor extranjero, que no pueda hacer algo en
América o el Japón —a efectos de contaminación— se le permita
hacerlo en Malasia". Pero hasta ahora no hay en el orden del día
inspecciones medioambientales obligatorias para la industria. No
obstante, el Director General de la Autoridad Malasia de Desarrollo
Industrial, Sadasivan, dice que las propuestas de inspecciones son
"interesantes".
Los ojos del mundo se fijaron de nuevo en Filipinas en 1991 por
la erupción del Monte Pinatubo y la posibilidad de que la tendencia
del calentamiento mundial, podría ser compensada durante un par
de años por el enfriamiento provocado por la neblina formada en
ésta erupción.
La Estrategia de Filipinas para un Desarrollo Sostenible, fue
adoptada en noviembre de 1989, para cubrir áreas tales como la
integración de toma de decisiones sobre el medio ambiente y eco-
nómicas, la adecuada fijación de precios de los recursos naturales, 109
la reforma de los derechos de propiedad, el reforzamiento de la
gestión de residuos industriales, la promoción de la educación
sobre el medio ambiente y la rehabilitación de zonas degradadas.
Será interesante ver si el país puede prestar un servicio mayor que
el de palabras al desarrollo sostenible.
El mar suministra, tradicionalmente, tanto alimentos como una
forma de vida para una buena parte de filipinos. Durante el último
decenio, las abundantes capturas de pesca han menguado y, en
consecuencia, también el suministro de alimentos y los ingresos de
la población. Debido al exceso de pesca, la contaminación de las
costas y el uso de veneno y dinamita para aumentar la cuantía de
las capturas, ya no es posible la pesca a pequeña escala en muchas
zonas de la costa. Se ha puesto en marcha un plan de gestión
comunitaria en el Golfo de Lingayen, basado en el deseo del pue-
blo de proteger su medio ambiente.
En indonesia se ha lanzado un plan para limpiar los 20 ríos más
contaminados del país.
Sólo el 1 0 % de la población de Yakarta está conectada a la red
general de alcantarillado, con el resultado de que sólo a la bahía
de Yakarta van a parar nueve ríos altamente contaminados. Los
vertidos de la industria son otra amenaza importante. Una vez
más, Yakarta es una de las principales concentraciones industriales
del país y el WALHI (Wahana Kingkungan Hidup Indonesia, un
movimiento a nivel nacional compuesto de ONG interesadas en los
aspectos ecológicos y sociales del desarrollo sostenible) está preo-
cupado de que algunas industrias descarguen actualmente aguas
sucias a su albedrío.
El gobierno decidió que la contaminación industrial debe ser
reducida a la mitad. Las empresas o deben reducir los residuos ver-
tidos, o instalar equipos de purificación. Los contaminadores
corren el riesgo de penas de 10 años de cárcel o una multa de
unos 500.000 dólares. No está claro que ésta medida sea realmen-
te suficiente para desalentar a los contaminadores, si la multa es
inferior a los beneficios que esperan conseguir con sus actividades.
El WALHI afirma que el Gobierno rara vez emprende acciones con-
tra los contaminadores, pero el "Proyek Kali Bersih" (Proyecto Ríos
Limpios) es, al menos, una señal del creciente interés gubernamen-
tal en la protección del medio ambiente.
No es nada fácil, en ninguna parte del mundo, conseguir un
equilibrio entre las exigencias del medio ambiente y el desarrollo.
Por ejemplo, ¿Cómo es posible incrementar la producción de ali-
mentos para poblaciones en aumento continuo, aunque la canti-
dad de tierras arables vaya disminuyendo, y al mismo tiempo res-
taurar un medio ambiente sano? Un organismo como el Instituto
Internacional de Investigación sobre el Arroz (IRRI), que ya lleva
??o muchos años en funcionamiento, aporta un modelo del tipo de
soluciones que podrían buscarse. El IRRI creó una nueva variedad
de arroz a finales de los 60, el "IR-8", lo que llevó a la llamada
Revolución Verde en toda Asia. Mejorando constantemente sus
variedades de simiente, el IRRI hizo una aportación clave al mante-
nimiento de la seguridad de alimentos en la región, permitiendo a
países como Indonesia librarse de los problemas crónicos de sumi-
nistro de alimentos y haciendo posible que otros, como Tailandia,
se convirtieran en exportadores de arroz. Gracias al trabajo del Ins-
tituto, las zonas de tierra dedicadas al cultivo del arroz en Asia ha
aumentado en sólo un 1 7 % durante los últimos 25 años y, sin
embargo, la producción de arroz se ha duplicado (la población cre-
ció en un 6 7 % durante el mismo período). Hoy en día, la Revolu-
ción Verde está teniendo problemas: la reducción de terrenos ara-
bles, la contaminación, las inundaciones y la salinización de siste-
mas de riego, están comenzando a eliminar los beneficios conse-
guidos por la evolución técnica. Algunos afirman que la Revolución
Verde se está quedando sin fuerza.
Según los investigadores del IRRI, si la producción de arroz en
Asia desciende en sólo el 5 % , sería suficiente para acabar con
todos los superávits actuales. El margen, por tanto, es diminuto.
Además, la demanda mundial se espera que aumente de las 460
millones de toneladas actuales, a 560 millones de toneladas en
menos de 10 años, y a 760 millones de toneladas en 30 años, lo
que significaría un incremente del 6 5 % .
Las esperanzas de arroz deberán basarse ahora en la bioinge-
niería, puesto que esta técnica ha producido resultados excelentes
para algunas otras variedades de plantas. Si tienen éxito los pro-
gramas que hay actualmente en marcha, la producción de arroz
podría aumentar entre un 30 y un 4 0 % en los próximos 10 años.
Además, las nuevas variedades deberán ser más resistentes a la
sequía, las inundaciones y las pestes.
Malasia: Visión 2020

s e espera q u e los malayos que nazcan en la


actualidad y en los próximos años, sean la última
generación de ciudadanos que vivan en un país
considerado en vías de desarrollo. El objetivo definitivo a que
debemos tender es a que Malasia sea un país totalmente desarro-
llado para el año 2020. ¿Que se entiende por un país "totalmente
desarrollado"?, podrían Vds. preguntar muy bien. ¿Queremos ser
como cualquier país concreto de los actuales 19 países que gene-
ralmente se consideran como países desarrollados? ¿Queremos ser
como el Reino Unido, como Canadá, como Holanda, como Suecia,
como Finlandia, como el Japón? Es seguro que cada uno de los
19, de una comunidad de más de 180 estados, tiene sus puntos
fuertes; pero cada uno de ellos tiene también su buena parte de
puntos débiles. Sin ser un duplicado de ninguno de ellos, pode-
mos estar desarrollados: debemos ser un país desarrollado según
nuestro propio m o l d e " .

Con estas palabras, el Primer Ministro malayo, YAB Dato' Seri


Dr. M a h a t h i r M o h a m a d , señalaba la meta principal de Visión
2020: un esfuerzo notable para movilizar a todos los sectores de
la sociedad malaya a pensar en el futuro de su país, así como en
los pasos prácticos necesarios para lograr los objetivos elegidos. El
gobierno ha partido de la premisa de que los planes de desarrollo
no pueden imponerse desde arriba: es mucho más probable que
tengan éxito si toda la comunidad se siente implicada en ellos.
El objetivo de Visión 2020 es que "Para el año 2020, Malasia
pueda ser una nación unida, con una sociedad confiada, a la que
se le haya infundido unos valores morales y éticos fuertes, que
viva en una sociedad que sea democrática, liberal, tolerante y a la
que le importen las cosas; que sea económicamente justa y equi-
tativa, progresiva y próspera, y en plena posesión de una econo-
mía que sea competitiva, dinámica y resistente".
El énfasis puesto en la unidad nacional es comprensible cuan-
do uno piensa en la extraordinaria diversidad geográfica, étnica y
cultural de la Federación Malaya. Más de 600 Km del sur del Mar
de China separan los estados malayos de tierra firme, de los esta-
dos de la parte norte de la isla de Borneo. Es difícil imaginar
mayores contrastes que los existentes entre la bulliciosa ciudad
moderna de Kuala Lumpur y las densas regiones de la jungla tro-
pical. Políticamente, la Federación está compuesta de nueve sulta-
natos y cuatro estados no monárquicos.

La población tiene unos 17 millones de habitantes, e incluye


malayos, chinos, hindúes y vietnamitas, que hablan al menos una
docena de idiomas además del malayo, el idioma oficial de la
Federación. La religión oficial es el islam, pero también hay budis-
tas, hindúes, taoístas y cristianos. Desde la independencia, el
gobierno ha tratado de erradicar las diferencias entre estos gru-
pos, en particular el nexo entre la identidad étnica y la función
económica alentada bajo el dominio colonial. Las tensiones racia-
les y religiosas son inevitables de vez en cuando, aunque no ha
habido importantes disturbios desde 1969, año en el que se pro-
dujo un lamentable episodio que todavía se recuerda con intensi-
dad, y que nadie quiere ver repetido.

Las autoridades tienen que conseguir un delicado equilibrio


entre promover la unidad nacional, con medidas tales como la
lengua malaya y un sistema de educativo unificado, y respetar el
deseo de las comunidades étnicas de mantener sus propio idio-
mas y culturas.
A la postre se espera que si Malasia llega a ser una gran
nación, t o d o el mundo querrá ser identificado como malayo.
Al preparar Visión 2 0 2 0 , el gobierno ha identificado nueve
"retos estratégicos":

" 1.- Establecer una nación malaya unida con un sentido de


destino común y compartido, en paz consigo misma, inte-
grada territorial y étnicamente, y que viva en armonía y en
una asociación plena y justa.
2.- Crear una sociedad malaya psicológicamente liberada,
segura y desarrollada, con fe y confianza en sí misma, justi-
ficadamente orgullosa de lo que ha conseguido; que sea lo
suficientemente robusta para hacer frente a cualquier tipo
de adversidad.
3. - Fomentar y desarrollar una sociedad democrática madura,
consensuada, orientada hacia la comunidad y que pueda ser
modelo de muchos países en vías de desarrollo.
4. - Establecer una sociedad moral y éticamente f o r m a d a ,
cuyos ciudadanos tengan fuertes valores religiosos y espiri-
tuales y estén imbuidos de las más altas normas éticas.
5. - Establecer una sociedad madura, liberal y tolerante en la
que los malayos de todos los colores y credos sean libres
para practicar y profesar sus costumbres, culturas y creen-
cias religiosas y, no obstante, sientan que pertenecen a una
sola nación.
6. - Establecer una sociedad científica y progresiva, innovadora
y con miras hacia adelante. Una sociedad que no sólo sea
consumidora de t e c n o l o g í a , sino que contribuya en los
avances científicos y tecnológicos del futuro.
7. - Establecer una sociedad responsable y una cultura seme-
jante, con un sistema social en el que la sociedad se ante-
ponga al ego, en la que el bienestar de la gente no gire en
torno al estado o al individuo, sino en torno a un sistema
familiar fuerte y robusto.
8. - Garantizar una sociedad económicamente justa, en la que
haya una distribución equitativa de la riqueza de la nación, y
una participación en el progreso económico. Todo el mundo
sabe que una sociedad tal, no puede existir mientras perma-
nezca la identificación de raza con la de función económica
y la de retraso económico con la de raza.
9. - Establecer una sociedad próspera, con una economía que
sea plenamente competitiva, dinámica y resistente".

El Primer Ministro recalca que Malasia no busca sólo el progre-


so económico, aun cuando afirma que "todos los malayos, tanto
si viven en zonas rurales o en zonas urbanas, ya estén en el Sur, en
el Norte, en el Este o en el Oeste, deben avanzar hasta situarse por
encima del umbral de la pobreza absoluta".
Hemos visto que el país tiene todavía mucho camino que
recorrer, dado que una de cada tres personas (e incluso un por-
centaje mayor; el 3 8 % de los que habiten en zonas rurales) vive
todavía por debajo del umbral de la pobreza. Malasia deberá ade-
más proseguir con sus esfuerzos en relación a la educación, por-
que todavía existe un gran porcentaje (el 2 2 % ) de analfabetos
adultos (especialmente el 3 0 % de las mujeres) , aun cuando el
sistema educativo dice ser uno de los mejores del Tercer Mundo.
?/4 El programa indica t a m b i é n que "esta nación deberá ser
capaz de proveer comida en la mesa, de tal forma que ni un solo
malayo esté sujeto a la triste situación de estar infraalimentado.
Debemos proveer lo suficiente con respecto a cobijo esencial,
acceso a las facilidades sanitarias y a todas las necesidades funda-
mentales. Una Malasia desarrollada debe tener una clase media
amplia y vigorosa, y debe ofrecer plenas oportunidades a quienes
estén en la clase inferior para que salgan del pozo de la relativa
pobreza".
En el intento de crear una nación próspera, Malasia calcula
que puede aspirar razonablemente a doblar su PNB cada diez
años. Esta meta exigirá una tasa anual de crecimiento medio de
alrededor del 7 % en términos reales ,durante los próximos 30
años: "Estamos de acuerdo en que se trata de un proyecto opti-
mista, pero debemos poner nuestras miras altas si hemos de
motivarnos para luchar d u r o " .
Durante los años 60, la tasa de crecimiento anual media fue del
5 , 1 % , y del 7,8% en los 70. Durante la recesión mundial de los
años 80 el ritmo bajó al 5,9%, pero se recuperó de nuevo a finales
de aquella década, logrando un 9,4% en términos reales en 1990.
La meta del 7 % es, por tanto, realista, dado el crecimiento medio
anual del 6 , 9 % durante los últimos 20 años: una consecución bas-
tante a la par con la de las economías del "pequeño tigre".
Lo chocante del plan de desarrollo de Malasia es la visión
adoptada a largo plazo: "El grueso del trabajo que ha de hacerse
para garantizar la existencia de un país totalmente desarrollado
llamado Malasia dentro de una generación, deberán obviamente
hacerlo los líderes que nos sigan, así como nuestros hijos y nietos.
Pero debemos asegurarnos de que nosotros hemos cumplido con
nuestro deber de encaminarlos correctamente para lograr nues-
tros objetivos. De este modo dejaremos sólidamente asentadas
las bases sobre las que construir el f u t u r o " .
Dicha previsión por parte del gobierno, sea de un país en vías
de desarrollo como de uno desarrollado, es tan inusual que es
digna de destacar. Generalmente los gobierno confían más en
políticas a corto plazo, a menudo teniendo presentes las próximas
elecciones, que en una visión a largo plazo basada en previsiones
que pueden no ser precisamente populares.
Visión 2020 no es un plan rígido, sino más bien un proceso de
estímulo sobre el futuro y sobre las opciones que hay ante noso-
tros. El G o b i e r n o ha sugerido algunos principios y prácticas
amplios, reconociendo al mismo tiempo que puede que haya que
modificarlos conforme cambien las circunstancias.
La economía

En general, el gobierno espera que el sector privado aporte la


principal fuerza motriz, con su propio papel primario de "facilita-
dor, el que marca el camino y el aplicador". Naturalmente, el
Gobierno asumirá la responsabilidad de garantizar una gestión
fiscal y monetaria apropiadas. Las políticas de desregulación y pri-
vatización continuarán, como parte de la estrategia para aumen-
tar la eficacia y la competitividad.
Con el fin de poder mantenerse a más largo plazo, la econo-
mía deberá ser flexible y diversificada, con una mayor equilibrio
entre la agricultura, la fabricación y los servicios. Bastante más de
la mitad de las exportaciones de productos manufacturados han
sido en la electrónica y textiles, de forma que habría que ampliar
otros sectores. Las empresas pequeñas y medias tienen " u n papel
importante que desempeñar en la generación de oportunidades
de empleo, reforzamiento de los lazos industriales, penetración
en los mercados y generación de beneficios de exportación".
Conforme se ha señalado en el Capítulo IV, la base de la tec-
nología nacional ha de ampliarse. "Hay demasiado poco valor
añadido, demasiado montaje y producción simple. Existe también
la necesidad de contrarrestar los crecientes costos de producción,
ocasionados por los crecientes costos de la mano de obra, mate-
rial primas y gastos generales, mejorando la eficacia y la producti-
vidad". Hay que tomar medidas para superar la escasez de mano
de obra especializada y fomentar el espíritu empresarial.
Mientras se continúa con los esfuerzos por ampliar el volumen
de fabricación, el gobierno se ha comprometido a no olvidar la
agricultura y los servicios: "En los próximos años, debemos traba-
jar por conseguir una segunda t r a n s f o r m a c i ó n del desarrollo
rural, restructurando los pueblos de tal forma que sean compati-
bles tanto con la agricultura como con la industria m o d e r n a " .

El medio ambiente

Visión 2020 incluye un fuerte compromiso para con el medio


ambiente. "Debemos asegurarnos de que nuestros valiosos recur-
sos naturales no se malgasten. Nuestra tierra debe permanecer
siendo productiva y fértil, nuestra atmósfera clara y limpia, nues-
tro agua no contaminada, nuestros recursos forestales suscepti-
bles de regeneración, capaces de atender a la necesidades de
nuestro desarrollo nacional. La belleza de nuestra tierra no debe
ser desechada por sí misma y ni por nuestro avance económico".
^6 Sería realmente una tragedia si la rica flora y fauna de Malasia
se perdieran. Se han registrado 15.000 variedades de plantas y
6 . 0 0 0 variedades de árboles. Entre los animales salvajes se
encuentran tigres, panteras, leopardos, elefantes, tapires, rinoce-
rontes y orangutanes, así como especies menos conocidas y 500
clases diferentes de aves.
Malasia no sólo se ha puesto en cabeza presentando "Una Ini-
ciativa para el Reverdecimiento del M u n d o " , sino que ha estable-
cido un nivel más alto para sí misma de lo que está exigiendo a
los demás. C o m o aportación a las cosas comunes del m u n d o ,
Malasia está dispuesta a comprometerse a mantener un mínimo
del 5 0 % de las selvas y árboles a perpetuidad.

Para lograr las metas que ella misma se ha fijado, Malasia


necesitará el acuerdo e implicación activa de toda la población, lo
que en c o n j u n t o no es una cosa t a n fácil de conseguir. Sin
embargo. Visión 2020 es un proyecto lo suficientemente ambicio-
so y unificador para haber captado el interés de la gran mayoría
de la población, de las ciudades grandes y pequeñas, de los pue-
blos y hasta del campo. La fuerza del plan está en su flexibilidad,
que permitirá que el ambicioso proyecto se vaya realizando gra-
dualmente y, conforme se complete cada etapa, los beneficios
que acarree alentarán a los malayos a redoblar sus esfuerzos para
convertir los objetivos en realidad.
CONCLUSIONES 117

Tu ves cosas y dices el porqué, pero


y o sueño cosas que nunca existieron
y digo ¿por qué no?
Bernard S h a w

N o habrá un mejor orden mundial a menos que éste


se centre en los seres humanos y sus relaciones con
los demás, en el valor esencial de toda persona y en
la interdependencia entre los pueblos. Un mejor orden mundial
significa comunicación y diálogo. ¿Somos capaces de tener ese
diálogo? Estamos ahora ante cambios e incertidumbres importan-
tes y se necesita más que nunca una posibilidad de entendimien-
to, creatividad, innovación, tolerancia y un sentido de solidaridad
con los demás. Debemos tener más confianza en nosotros mis-
mos y en nuestras capacidades, así como los unos en los otros.
Sin confianza, no se puede construir nada.
A pesar de las diferencias, todas las personas aspiran a una
vida pacífica. El desarrollo y el progreso requieren un mínimo de
paz y de estabilidad. Para que sea sostenible y duradera, la paz ha
de basarse en la justicia y en la equidad. Esto sólo puede lograrse
mediante una democracia efectiva y el respeto a las minorías y a
los derechos humanos.
Hay que proporcionar a las diferentes culturas medios para
que florezcan, sin entrar en conflicto unas con otras. Por tanto,
ha de encontrarse un equilibrio en los diferentes conjuntos de
valores. Para empezar, es indispensable que los derechos huma-
nos sean universalmente reconocidos, y aplicados sin ninguna
excepción. Hay que reforzar los mecanismos que dan protección
a los derechos humanos y conceder el derecho para intervenir en
su defensa, si fuese necesario.
La democracia tiene que ser más participativa. Además de las
diferencias entre las personas, la ciencia y la tecnología, existe
una diferencia entre éstas y el sistema sociopolítico. La democra-
cia debe buscar el unir a los ciudadanos y a sus gobiernos.
[78 Existen amenazas para valores tales como la libertad y la segu-
ridad. El egoísmo de las naciones debe ser compensado por la
solidaridad y la democracia. La democracia misma puede ser ame-
nazada por la tiranía de la mayoría. Una mayor libertad implica
una mayor responsabilidad para la comunidad que ha de evitar
posibles conflictos. La democracia debe de ir de la m a n o del
avance económico, la eliminación de la pobreza y de un sistema
social más equitativo.
No es posible una educación apropiada si hay guerras. Sin
embargo, la educación puede evitar conflictos en donde la cultu-
ra crea divisiones. La educación debe y puede unir a los pueblos.
Debe desarrollarse de tal forma que equipare estrechamente las
necesidades del mundo moderno transmitiendo el legado de la
tradición y alentando la innovación y la creatividad. El transmitir
conocimientos ya no es suficiente. La Educación debe enseñar
cómo aprender, como valorar y juzgar conforme vamos avanzan-
do y aprendemos más. Su papel primordial debería ser el desarro-
llo de los valores humanos esenciales que ayudan a las gentes a
actuar recíprocamente, los unos con los otros, en paz y respeto
mutuo. En otras palabras, la educación debería fomentar un sen-
tido de la justicia, de la solidaridad y de la buena voluntad. La
ética, la filosofía y la humanidad deberían introducirse en todos
los programas educativos. Ha llegado la hora de un renacimiento.

Hay que definir un código de ética que abarque la transmisión


de la i n f o r m a c i ó n . Con el desarrollo de la tecnología de los
medios informativos, existe un peligro cada vez mayor de mani-
pulación. Por ejemplo, los niños canadienses pasan tanto tiempo
viendo la televisión como asistiendo al colegio. Esto significa que
los medios deben garantizar que su poder de influencia sirve a la
educación de forma positiva. La profesión del periodismo debería
basarse en un código ético estricto. En cada país un organismo
independiente que represente a todas sus comunidades culturales
debería supervisar, sin caer en la censura, la actuación de los
medios. A un nivel más alto, un organismo independiente podría
garantizar una coordinación internacional mínima.

Las disputas internacionales han de resolverse según el derecho


internacional y han de proveerse los medios necesarios para hacer-
lo cumplir. Las disputas territoriales deberían resolverse mediante
arbitraje de un tercero, reconocido por las partes en litigio.
Para avanzar de una visión de un mejor orden mundial a su
realidad, es necesario un liderato, un liderato con visión a largo
plazo. Los cambios y acciones de gran alcance no deberían basar-
se en sueños utópicos, sino en una valoración realista de la natu-
raleza humana, teniendo en cuenta sus puntos fuertes y sus pun-
tos flacos. El liderato deberá ser más consensual, que signifique n9
menos c o m e n t a r i o s y c u m p l i m i e n t o s pero que, de cualquier
forma, conduzca a un orden mundial menos complejo. El liderato
debe buscar el compromiso de todos.
La solidaridad es una necesidad además de un deber. Los
retos mundiales de la actualidad son de una magnitud y compleji-
dad cuya resolución está por encima de cualquier persona, grupo
o estado. Presenciar, día tras día, la violación sistemática de los
derechos humanos y de las leyes humanitarias, y aguantarlo sin
tener el valor de intervenir es, en sí mismo, una violación de ios
derechos y dignidad humanos.
La visión de un mejor orden mundial debe ser compartida con
la generación más joven. La desaparecida socióloga americana
Margaret Mead decía: "Los jóvenes son la población nativa de
este mundo en el que los adultos son inmigrantes". Busquemos
orientación en su extraordinaria esperanza y deseo de un orden
mundial mejor.
DECLARACION DE KUALA LUMPUR 121

HACIA UN ORDEN MUNDIAL


MAS EQUITATIVO"

L os participantes en la Conferencia Anual del Club de


Roma, unas 80 personas de 30 países de los cinco conti-
nentes, celebrada en Kuala Lumpur del 15 al 19 de
noviembre de 1992, han adoptado la siguiente declaración final:
Estamos entrando en una sociedad totalmente nueva que se
caracteriza por la globalización y, al mismo tiempo, por el pluralis-
mo cultural. La situación actual se distingue por la interdependen-
cia entre las naciones, la diferencia entre ricos y pobres, y deter-
minadas amenazas para el medio ambiente.
Debido a la magnitud y la novedad de los problemas a resol-
ver, la comunidad mundial deberá ser innovadora si quiere hacer
frente a esta nueva sociedad global que ha nacido con una serie
de cambios que afectan al mundo entero. El derrumbamiento del
comunismo y los claros desajustes demográficos entre el norte y
el sur, son dos de los indicadores que definen a esta nueva socie-
d a d . Para integrarnos en ella, debemos transformar nuestras
mentalidades y comportamientos tradicionales y construir, a par-
tir de nuestras arcaicas estructuras, nuevos sistemas de gobierno.
Pensamos que los principales objetivos para lograr un orden
mundial mejor han de ser:

• la supervivencia de la raza humana, en vista del hecho de


que la mayor parte de los problemas contemporáneos han
sido creados por el hombre;
• La erradicación de la pobreza, el hambre, la malnutrición y
las e n f e r m e d a d e s , g a r a n t i z a n d o a la vez, una vida en
modesta prosperidad y la dignidad humana tan necesaria
para todos los ciudadanos del planeta.
122 • El establecimiento de una comunidad internacional basada
en la libertad, igualdad de oportunidades, democracia, tole-
rancia y solidaridad universal;
• La plena aceptación de los derechos humanos y un recono-
cimiento firme de que esto va unido a las responsabilidades
humanas.
• La f o r m u l a c i ó n de nuevos reglamentos, la renovación y
reforzamiento del derecho internacional a la luz de la nueva
situación global;
• El establecimiento de una estabilidad que evite el que se
repitan las guerras y la violencia.
• El mantenimiento de la diversidad cultural y el enriqueci-
miento de la cooperación multicultural basado en el respeto
mutuo.
En la prosecución de estos objetivos, debemos tener constan-
temente presente que los seres humanos son el centro de nuestra
preocupación; y las sociedades a nivel mundial, nacional y local
deberían evolucionar como sociedades que se preocupan por
alentar las posibilidades humanas de cada persona.
La economía de mercado es ahora casi universalmente acepta-
da como el sistema económico más eficaz. No obstante, observa-
mos que las fuerzas del mercado son insuficientes para abordar
un buen número de temas a largo plazo, tales como los de la
política social, la ciencia y la tecnología, la sanidad, la educación y
el medio ambiente. Por tanto han de ponerse en marcha meca-
nismos correctores.
Entre las muchísimas sugerencias de la Conferencia recalcare-
mos sólo unas cuantas.
Hay una gran necesidad de explorar nuevos conceptos de
desarrollo y cooperación para el desarrollo, basados en la asocia-
ción, en lugar de sólo en la ayuda. La sostenibilidad del crecimien-
to y el medio ambiente, exigirán un cambio dinámico de las dife-
rencias económicas existente entre ricos y pobres.
Debe haber normas multilaterales que enfaticen un trato no
discriminatorio de los socios comerciales.
El proteccionismo y el regionalismo cerrado deben ser vigoro-
samente combatidos.
La ciencia y la tecnología han sido una i m p o r t a n t e fuerza
impulsora en la creación de nuestra civilización actual, pero sus
continuas innovaciones tienden a incrementar la disparidad entre
los países ricos y pobres. La diferencia de conocimientos y de
capacidad entre todas las naciones, es todavía mayor que la dife-
rencia de riqueza y es bastante más trágica en sus implicaciones.
Se requieren nuevos enfoques y mecanismos, para garantizar un 123
mayor beneficio para los países en desarrollo, que deben ser
aceptables desde el punto de vista social y del medio ambiente.
En la creación de la nueva sociedad, los seres humanos deben
ser los innovadores y no las víctimas, sacando sus fuerzas e inspi-
ración de los valores positivos de las diferentes culturas.
A partir de esta fuente, debe desarrollarse un nuevo sistema
de educación elemental y avanzada, formal e informal hasta el
más alto nivel. A menos que la educación sea acometida bajo la
perspectiva de la totalidad de la situación mundial con una visión
de f u t u r o , la especie humana fracasará en su respuesta a las
necesidades de la nueva sociedad mundial, y traicionará así a las
nuevas generaciones. Ello implica el aprender sobre la pertinencia
de los muchos problemas interesantes del mundo, entendiendo y
tratando de dirigir el actual sistema de complejidad. Tenemos que
aprender, además, a aprovechar la incertidumbre y el rápido cam-
bio.
La rica y antigua herencia religiosa de la raza humana repre-
senta una diversidad y un pluralismo culturales muy valiosos que
hay que nutrir. Sin embargo, estos factores no deben convertirse
en fuente de tensiones y conflictos sino, más bien, llevar a un diá-
logo creativo entre creencias, en el que deben recalcarse las
dimensiones y los valores espirituales de las grandes religiones del
mundo.
La iniciativa malaya Visión 2020 es un ejemplo inspirador de la
movilización de una población entera hacia el logro de un nuevo
concepto de desarrollo que abarca todas las dimensiones; políti-
cas, económicas, psicológicas, sociales, éticas y espirituales.
Apelamos a los jóvenes para que acepten estos retos y opor-
tunidades para un futuro mejor para sí mismos, sus países y el
mundo.
A pesar de la inmensidad de tareas a las que tiene que hacer
frente la especie humana, reafirmamos nuestra confianza en que,
con nuestra capacidad innovadora y con el sentido de solidaridad
de todos los hombres y mujeres, lograremos una sociedad mejor
y más sostenible.
Este libro está basado en parte en los documentos y debates
de la Conferencia de Kuala Lumpur del Club de Roma en noviem-
bre de 1992.
Deseamos expresar nuestra gratitud especial a Su Excelencia
Y. B. Dato' Anwar Ibrahim, Ministro de Hacienda de Malasia.
E n t r e los c o l a b o r a d o r e s d i s t i n g u i d o s e s t a b a n los 725
siguientes:

Abdul Rahman bin Sulaiman (Malasia) : Y. M. Tunku Tan Sri


Dato' Seri Ahmad bin Tunku Yahya (Malasia); Asmat bin Kamalu-
din (Malasia) ; Ruth Bamela Engo Yjega (Camerún) ; Benjamín
Bassin (Finlandia) ; Hans Blauwkuip (Holanda) ; Fernando Carro
(Bélgica); Dezhao Chen (China); V. K. Chin (Malasia); Fortunato
B. Cruz (Filipinas) ; Wouter van Dieren (Holanda) ; Ricardo Diez
Hochleitner (España) , Peggy Dulany (EE. UU. ) , Yassin El-Sayed
(Jordania) ; Kurt Furgler (Suiza) , Virginia Gamba-Stonehouse
(Reino Unido) , Mariko Miyake Garret (Japón) ; Y. Bhg. Tan Sri
Geh Ik Cheong (Malasia) ; Y. Bhg. Tan Sri Dr. Mohd Ghazali bin
Shafie (Malasia) ; Orio Giarini (Italia) ; Ali Haribou (Etiopía) ; Carl-
Góran Heden (Suecia; Hiroyuki Hisamizu (Japón; Y. A. Bhg. Tun
Ismail bin M o h a m e d Ali (Malasia) ; Yadashi Ito (Japón; M o h d
Hawhar Hassan (Malasia) : A. Kadir Jasin (Malasia) ; S. P. Kapitza
(Federación Rusa) ; Laszlo Kapolyi (Hungría) ; Kazutaka Kawagu-
chi (Japón); Alexander King (Reino U n i d o ) : M. S. Kismai (Indone-
sia) ; Yotaro Kobayashi (Japón; Ranjit Kumar (Canadá) ; Brian
Locke (Reino Unido) ; Pentti Malaska (Finlandia) ; Mircea Mlitza
(Rumania) ; Diego Molano (Bélgica) ; Uwe Móller (Alemania) ;
Paulo C. Moura (Brasil) ; Kikujiro Namba (Japón) ; Y. Bhg. Datuk
Dr Haji Omar bin Abdul Rahman (Malasia) ; Josef Pajetstka (Polo-
nia) ; Fierre Piganiol (Francia) ; D Y T M Raja Nazrin Sultán Azlan
Shah (Malasia) ; Dr. Rozali bin Mohamed Ali (Malasia) ; Vadim
Sadovsky (Rusia) ; Zdzislaw (Dasowski (Polonia) ; Karan Singh
(India); Ivo Slaus (Croacia); Michaela Smith (RU); Noordin Sopiee
(Malasia); John Stokes (Australia); Keith Suter (Australia); Kazuo
Takahashi (Japón) ; Ryohei Takahashi (Japón) ; Y. Bhg. D a t o '
Albert S Talalla (Malasia); Ramón Tamames (España); Hugo Thie-
man (Suiza) ; Tarnthong Thonggswasdi (Tailandia) ; Timothy Ong
Teck M o n g (Brunei) ; Alexander Tzang (Hong Kong) : Peter Mytri
Ungphakorn (Tailandia) ; Ems Ulrich von Weizsácker (Alemania)
Nelson H Young (Hong K o n g ) ; Yy Wing-Yin (Hong K o n g ) ; Yuan
Ming (China) ; Y. Bhg. Tan Sri Datuk Zain Azraai bin Datuk Zinal
Abidin (Malasia) Y. Bhg. Tan Sri Datuk Zainal Abidin bin Sulong
(Malasia).
BIBLIOGRAFIA 127

T h e P h i l i p p i n e s D e b t a n d P o v e r t y , Rosalindo Pineda,
Opener Oxfam 1991
Freedom from Debt Coalition - documentation and booklets
Banco Mundial, World Development Report 1992
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Cooperation Sud 1990
Choix PUND 1992
Panos Infos, Julio 90/Abril 91
Forum du D é v e l o p p e m e n t , Abril 91
World Development Forum
P R O X I M A S PUBLICACIONES D E
LA F U N D A C I O N B B V

La Fundación BBV dispone de un catálogo de casi 40 publica-


ciones y está trabajando en otros 15 libros y cuadernos de traba-
j o . Entre las publicaciones de próxima aparición, cabe citar las
siguientes:

• Reflexiones sobre los c o n o c i m i e n t o s actuales d e nutrición


humana.
Coordinación: Profesores Grande Covián, Várela y Conning.
• T e n d e n c i a s sociales en España (1960-1990).
Coordinación: Profesor Salustiano del Campo.
• El d e r e c h o a n t e el Proyecto G e n o m a H u m a n o .
Coordinación: Profesor Santiago Grisolía.
• Ecología, relaciones industriales y e m p r e s a .
Coordinación: R. Pardo y M. García Ferrando.
• Financiación a u t o n ó m i c a y c o r r e s p o n s a b i l i d a d fiscal en
España.
C. Monasterio y J. Suárez.
• La intermediación financiera e n la construcción de
Europa.
Coordinación: M.A. García Cestona.
• La tributación d e las rentas del capital en España en el
c o n t e x t o del M e r c a d o Unico E u r o p e o .
J. F. Corona.
• S h a r e d A T M n e t w o r k a n d b a n k i n g competition.
C. Matutes y A. J. Padilla.
• Financial intermediation a n d t h e optimal tax s y s t e m .
R. Caminal.
• Liquidity constraints, b a n k s a n d t h e real effects of m o n e -
tary policy.
R. Caminal y P. Bacchetta.

D O C U M E N T A
PUBLICACION • FBBV
FUNDACION DBV
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