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Escuela Nacional Superior “José Manuel Estrada”

Instituto de Formación Docente 163

Carrera: Profesorado de Educación Secundaria en Lengua y Literatura

Unidad curricular: Historia Social y Cultural de la Literatura I

Curso: 1er Año

Ciclo lectivo: 2023

Profesora: Sandra Mosti

Alumno: Juan Sebastián Bértole

Fecha de entrega: 23/06/2023

1
Trabajo práctico: Grecia Primitiva y Clásica

1) Leer el siguiente poema de Constantino Kavafis y desarrollar un texto crítico en


el cual relaciones el contenido del poema con el contenido del poema Épico de
Homero: “Odisea”. Para el desarrollo del mismo tener en cuenta cada una de los
aspectos que en el poema de Kavafis aparecen, cuáles son las similitudes que
propone y cuáles las diferencias de sentido, cuál es el sentido que adquiere “el
viaje”, “el destino”, como “Ítaca”.

Ítaca

Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,


pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.
A Lestrigones y a Cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones y a Cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.
Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que, con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados
perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto

2
y con avidez aprende de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.
Aunque pobre la encuentres, no te engañará Ítaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Ítacas.

El poema de Kavafi expone de manera breve el viaje que tuvo que realizar Odiseo, en la
obra Odisea de Homero de vuelta a su patria Ítaca, después de pasar diez años en guerra
contra Troya. Al tratarse de una obra de la literatura universal, es conocida para el lector
el argumento general y las circunstancias que tuvo que atravesar el personaje literario
expresada en nuestra frase “fue una odisea” o sus respectivas variaciones, dando a
entender un viaje extenso y plagado de problemas. Kavafi realiza una apelación al
lector, en donde éste se convierte en el personaje de Odiseo, tomando su lugar.
Ahora bien, El poema "Ítaca" de Constantino Kavafis y la obra clásica la Odisea
de Homero comparten similitudes y diferencias en su representación del viaje, el destino
y el significado de Ítaca.
En ambos escritos, el viaje se presenta como una experiencia crucial en la vida.
Tanto en el poema homérico, como en el poema de Kavafis, el viaje simboliza el
crecimiento personal, la acumulación de experiencias y conocimientos.
En cuanto al destino, ambas obras enfatizan la importancia de tener una meta o
un objetivo final. En Odisea, el destino es Ítaca, el hogar de Odiseo. En el poema de
Kavafis, Ítaca adquiere un significado simbólico y representa la realización personal y
la sabiduría que se obtiene durante el camino hacia ella.
Sin embargo, también existen diferencias significativas. En la Odisea, el viaje de
Odiseo es físico y lleno de peligros y desafíos externos. En contraste, el poema de

3
Kavafis presenta un viaje más introspectivo y simbólico, que representa el transcurso de
la vida y el crecimiento interior, esto lo deja en claro el autor al mencionar que:

“no hallarás tales seres en tu ruta si alto es tu pensamiento y limpia la


emoción de tu espíritu y tu cuerpo (…) si no los llevas dentro de tu alma, si no es
tu alma quien ante ti los pone (…) Aunque pobre la encuentres, no te engañará
Ítaca. Rico en saber y en vida, como has vuelto, comprendes ya qué significan las
Ítacas”1

Se puede notar que menciona a Ítaca en plural, eso confirma aún más la
metáfora de la llegada a un lugar que ya no es físico, la ciudad era una, pero en un uso
literario se puede utilizar el nombre de la misma para designar múltiples lugares de
llegada.
Continuando con esta idea, otra diferencia radica en la actitud hacia el destino.
Odiseo busca activamente regresar a su hogar en Odisea, mientras que el poema de
Kavafis resalta la importancia de disfrutar del proceso del viaje, sin aferrarse
exclusivamente al destino final (o los destinos finales).
Además de las similitudes y diferencias mencionadas, ambas obras resaltan la
importancia de la perseverancia y el crecimiento personal a lo largo del viaje. Tanto en
Odisea como en el poema de Kavafis, se hace hincapié en que el verdadero valor del
viaje no radica únicamente en alcanzar ese destino, sino en las experiencias,
aprendizajes y transformaciones que ocurren durante el trayecto.
Ambas obras nos invitan a reflexionar sobre la importancia de perseverar en
nuestro viaje, incluso cuando enfrentamos dificultades y adversidades. A través de los
desafíos y pruebas a lo largo del camino, podemos fortalecernos, adquirir sabiduría y
alcanzar una mayor comprensión de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.

1
Cito el poema “Ítaca” de la consigna.

4
2) Elaborar un trabajo crítico sobre la obra “Odisea” de Homero, a partir de una línea de
análisis o eje (a elección). Algunas de las sugerencias: religiosidad griega, el hombre
y los dioses, la figura del héroe (características, particularidades), la poesía oral
(marcas en el texto), la/s figura/s femenina/s (elegir una y desarrollarla, o dos o más y
compararlas), etc. Utilicen el material teórico disponible para hacer el análisis.
Organícenlo en tres partes; breve introducción, análisis (donde deberán incluir citas
del texto literario), breve conclusión.

La religiosidad griega era una parte integral de la vida en la antigua Grecia. En la


Odisea, Homero retrata esta religiosidad a través de sus personajes y eventos, la trama
de la epopeya está impregnada de elementos religiosos que influyen en la vida de
Odiseo y su tripulación.
En este escrito se dará cuenta de la representación de la religiosidad griega
en la Odisea y se analizará cómo los elementos religiosos influyen en la trama, los
personajes y el desarrollo de la obra. Además, se verán las diferentes creencias y
prácticas religiosas presentes en la obra, así como la importancia de los dioses y su
influencia en los destinos de los mortales y se reflexionará sobre la importancia de la
religiosidad como una forma de explicar los fenómenos naturales, justificar las
acciones de los personajes y proporcionar un sentido de propósito y orden en el mundo
antiguo griego.
Desde un primer momento, la relación entre los dioses y los mortales se
manifiesta en los aspectos culturales y rituales de la sociedad griega. Los sacrificios y
las plegarias a los dioses, así como las ofrendas y honores a los héroes, formaban parte
de la cotidianidad de los antiguos griegos. La interacción entre lo divino y lo humano
es un tema recurrente en y brinda una visión profunda de la religiosidad griega y su
impacto en la vida y las decisiones de los personajes.
En toda la obra se nota la intervención divina en la vida de Odiseo. Los
dioses olímpicos, como Zeus, Atenea y Poseidón, juegan un papel crucial en el destino
del héroe. Por ejemplo, Atenea, en su papel de protectora de Odiseo, lo guía y lo
protege durante su viaje. También interviene para persuadir a los dioses a favor de su
regreso a Ítaca. En contraste, Poseidón, ofendido por las acciones de Odiseo, se
convierte en un obstáculo en su camino, generando tormentas y dificultades: “Todos
los dioses se compadecían de él, a excepción de Poseidón, quien se mantuvo sin tregua

5
irritado contra el divino Odiseo hasta que alcanzó su tierra” 2. Estas intervenciones
divinas revelan la creencia griega de que los dioses controlaban el destino de los
mortales y podían influir en su éxito o fracaso.
Es importante destacar el favoritismo especial que muestra la ya
mencionada diosa Atenea hacia Odiseo, ella, tomando diversas formas, se convierte en
una aliada crucial para Odiseo a lo largo de su travesía y también para Telémaco dese
el inicio de la epopeya:

“Vamos, presta atención y aprovecha mis consejos. Convoca mañana en asamblea


a los héroes aqueos y expónles a todos tu decisión, y que los dioses sean testigos
(…) Tomando una nave con veinte remeros, la mejor que encuentres, ve a
informarte acerca de tu padre tan largo tiempo ausente, a ver si alguno de los
mortales te dice algo o si escuchas la voz de Zeus”3

Atenea se muestra como una defensora de Odiseo, guiándolo y


protegiéndolo en múltiples ocasiones, intercede ante los demás dioses en favor de su
regreso y le brinda consejo y apoyo en momentos clave. El favoritismo de Atenea
hacia Odiseo puede atribuirse a su admiración por su astucia y habilidades tácticas, así
como a su lealtad hacia los dioses aunque se lo hace notar cuando disfrazada de pastor
de ovejas le dice:

“Ni siquiera tú has reconocido a Palas Atenea, la hija de Zeus, que de continuo
estoy a tu lado en todos tus trabajos y te protejo, y te hice grato a todos los feacios
(…) Yo, por mi parte, nunca desconfié y en mi ánimo bien sabía que regresarías
después de perder a todos tus compañeros.”4

Otro aspecto a considerar es el inframundo y la conexión entre los vivos y


los muertos, en su viaje Odiseo busca el consejo del adivino Tiresias y se encuentra
con numerosos personajes fallecidos:
“Acudió la primera el alma de nuestro camarada Elpénor (…) Llegó luego el
alma de mi madre difunta, Anticlea (…) Luego llegó el alma del tebano Tiresias,
empuñando su cetro áureo; me reconoció y me dijo: “Divino Laertíada, muy
2
Homero, La Odisea por Homero, Freeditorial, [archivo PDF] recuperado de
https://freeditorial.com/es/books/la-odisea. Canto I, p. 2.
3
Op. cit. Canto I, p. 8
4
Op. cit. Canto XIII, p. 140,141

6
mañoso Odiseo, ¿por qué acá, desdichado, abandonando la luz del sol, has venido a
ver a los muertos y este lúgubre lugar? Mas retírate de la fosa y aparta tu aguzada
espada, que yo beba la sangre y te profetice la verdad”. 5

Este episodio ofrece una visión única de la concepción griega de la vida


después de la muerte y la conexión entre los vivos y los muertos. La necesidad de
realizar rituales y ofrecer sacrificios a los muertos para asegurar su paz y buen tránsito
al Hades es un aspecto esencial de la religiosidad griega. A través de esta experiencia
en el inframundo, Odiseo y los lectores exploran la complejidad de la relación entre los
dioses, los vivos y los muertos.
También, a lo largo de la Odisea, se hace referencia a numerosos rituales y
honores dedicados a los dioses (Cantos III, V, VII, XII) 6. Estos actos religiosos son
considerados fundamentales para obtener el favor divino y asegurar el éxito en las
empresas y aventuras. Los sacrificios, las plegarias, las libaciones y los actos de
adoración son parte integral de la vida cotidiana en la antigua Grecia, y Homero los
presenta en la epopeya para resaltar su importancia y su relación con los eventos de la
trama. Estos rituales también sirven como una forma de mantener la armonía y el
equilibrio en el mundo, ya que se cree que ofender a los dioses podría desencadenar su
ira y provocar desgracias.
Homero también explora la tensión entre la voluntad divina y la voluntad
humana. Si bien los dioses tienen un poder omnipotente, los mortales, incluido Odiseo,
también poseen libertad para tomar decisiones. A lo largo de la epopeya, Odiseo se
enfrenta a decisiones difíciles que ponen a prueba su lealtad, su astucia y su valentía,
como es el caso de la decisión de tomar rumbo por aguas, todas peligrosas, según las
indicaciones de Circe, aquí es donde Odiseo debe elegir:

“(…) te mencionaré las dos alternativas. Por un lado hay unas rocas escarpadas,
contra las cuales retumba el espantoso oleaje de Anfitrite de azules pupilas. Son las
que llaman Rocas Errantes los dioses felices. Por allí no cruzan ni las aves (…) Por
allí nunca jamás se deslizó ningún bajel humano de paso, sino que destrozados
maderos de navíos y cuerpos humanos zarandean de acá allá las olas del mar y los
turbiones de fuego mortífero. Tan sólo una nave surcadora del alta mar (sic.) las
atravesó: la Argo (…) Por otro lado se elevan dos grandes peñas. La una alcanza el

5
Op. cit. Canto XI, p. 113, 114
6
No se realizan citas de autor por su extensión.

7
amplio cielo con su aguzado pico, y la envuelve una negra nube. Ésta jamás se
despeja, y nunca el aire limpio rodea su cumbre ni en verano ni en otoño. No la
puede escalar ni conquistar ningún mortal (…) Porque esa roca es lisa, tanto como
si estuviera pulida. En el centro de la roca hay una tenebrosa caverna (…) Allí
habita Escila que lanza atronadores aullidos (…) A medias está sumergida en la
hueca caverna, y emergen por encima del tremendo abismo sus cabezas (…) Verás
muy cerca el otro promontorio, Odiseo, que es más bajo (…) Sobre él hay una
enorme encina silvestre, de frondoso follaje. Por debajo de él la divina Caribdis
sorbe el agua negra, tres veces al día la vomita y tres la absorbe tremendamente. [A
lo que Odiseo responde] ¿acaso podría escapar por un lado a la funesta Caribdis y,
de otro, defenderme de Escila, cuando vaya a atacar a mis compañeros?” 7

Su habilidad para “navegar” entre los deseos y mandatos divinos, así como
su determinación para cumplir con su destino y regresar a Ítaca, demuestra la compleja
relación entre los mortales y los dioses en la religiosidad griega.
En conclusión, la Odisea de Homero ofrece una perspectiva profunda de la
religiosidad griega y su influencia en la vida y las acciones de los personajes. A través
de las intervenciones divinas, los rituales religiosos, la conexión entre los vivos y los
muertos, la moralidad y la justicia, y la dualidad entre la voluntad divina y la voluntad
humana, se revela un universo religioso complejo y rico en creencias y prácticas.

3) Desarrollar el concepto sobre lo clásico que desarrolla Claudia Fernández y que


7
Op. cit. Canto XII, p. 126, 127.

8
aplica para los textos griegos leídos. Y relacionarlo con las características del período
“Clásico” de la Literatura griega.

Cuando Claudia Fernández (2008) se propone definir el concepto sobre lo clásico ya


adelanta su concepción con el título del capítulo: “Los clásicos”.
Según su visión no existe una sola definición de lo clásico, lo clásico es
múltiple, responde a construcciones histórico-sociales y subjetivas.
En un primer momento, la autora retoma el concepto de lo clásico del
escritor romano Aulo Gelio (s. II d.C) quien contrapone al escritor clásico, aquel que
por su clase social se considera un escritor de primer orden, para ser leído por sus
pares, es decir, elitista. Esta característica ha sobrevivido al tiempo y la retoma en
varias ocasiones. Por otro lado, el escritor proletario, aquel que no posee más bienes
que sus hijos, es un escritor de una categoría inferior.
Por otra parte, Fernández realiza un salto temporal hasta la época del
Renacimiento Humanista, tiempo en el cual se revaloriza la cultura griega y romana,
portadora de un prestigio digno de ser imitado pero desde su concepción de lo clásico,
en este sentido la Poética de Aristóteles fue tomada como un “manual de
instrucciones” para la literatura pero, esa obra no fue pensada por el autor de esa
manera, sino que constituyen sus “observaciones personales motivadas en la mayoría
de las veces, por sus gustos particulares” (FERNÁNDEZ, 2008, p.23). Esta obra, junto
a Ars poetica de Horacio complementa la guía literaria de los renacentistas y así se
establece lo clásico como lo referente al mundo greco-romano, obras en donde el
decoro y la claridad eran estimados. Esto tuvo su correlato en la arquitectura, que
respondió a obras simétricas y proporcionales.
Ahora bien, junto a esta acepción de lo clásico se genera una concepción
más difundida, lo clásico sería lo que sobrevive en el tiempo, independientemente del
tiempo en que se halle, es decir, no solo los autores grecolatinos. Una obra se vuelve
canónica por la apreciación y el juicio personal de quienes la clasifican de esa manera,
de una forma subjetiva. En esa clasificación modélica se toma en cuenta no solo lo
estético (el decoro y la claridad, ya mencionados), sino lo ético, la transmisión de las
virtudes morales según la entendían los autores griegos y romanos.
En la literatura griega, obras como la Odisea de Homero, la Teogonía de
Hesíodo, las tragedias de Sófocles o los poemas de Safo se continúan leyendo en la
actualidad y son parte de los programas de estudio desde el nivel Inicial hasta el

9
Superior. Estas obras han sobrevivido al tiempo porque se las ha valorado como dignas
de ser transmitidas, es decir copiadas, multiplicadas 8. En nuestra época lo podemos
realizar fácilmente, pero, hasta no hace muchos años en la historia tenían que ser
copiadas a mano e impresas de manera artesanal. Si han llegado hasta nosotros, es
porque existió una selección, y esa selección es valorativa por lo que significaron para
sus contemporáneos y para los que los sucedieron. Lo que se consideró clásico para el
mundo griego es la composición en versos, la armonía, la claridad y la transmisión de
su ética mediando la participación de sus dioses.
Entonces, lo clásico es entendido como lo que merece ser leído no solo por
provenir de una “clase” superior, sino porque subsiste en el tiempo y es modelo de
virtudes morales.
Esta última definición es redefinida posteriormente, es criticada o alabada,
en el devenir del tiempo, lo clásico para los griegos fue el S. V a.C, para los romanos
la época del Imperio de Augusto, para los franceses el S. XVII, aunque los que se
llamaban modernos reaccionaran contra esta concepción, en el S.XIX se definió de
varias formas a lo clásico, pero siempre siguiendo los lineamientos del párrafo
anterior, los románticos se definieron en contraposición a lo clásico (pero entendían
que existía “lo clásico”), y siempre a lo largo de estos siglos, la estética clásica, en
cuanto al arte, se colocó en disputa, siguiendo o alterando los cánones clásicos
constructivos.
En la actualidad postmoderna lo que se considera clásico no ha perdido
vigencia, se intersecta en las obras literarias, en el arte y la arquitectura, pero de
manera fragmentaria (la autora utiliza el término “pastiche” 9) y redefinida con las
preocupaciones de la época.

8
FINLEY, 1975, p. 96
9
FERNÁNDEZ, C. “Clasicismos” en AMÍCOLA, J. y DE DIEGO, J.L. La teoría literaria hoy:
conceptos, enfoques, debates, Ed. Al Margen, La Plata, 2008. p. 28.

10
4) Desarrollar las características del período arcaico de la Literatura griega. Desarrollen
algunos aspectos de los textos literarios de los autores abordados.

El período arcaico de la literatura griega se puede delimitar, según la apreciación teórica


que realiza Iañez, entre los siglos X-VI a. C. y comprende la época de las epopeyas
homéricas (La Ilíada y la Odisea), poemas de Hesíodo (Teogonía) y el lirismo (Safo de
Lesbos). (p.64)10
En este primer período la temática giraba en torno a lo religioso, el mito y
la leyenda, y se trataba en su mayoría de cantos orales que eran emitidos en ocasión de
ceremonias especiales por poetas considerados como hombres superiores cuyo domino
del lenguaje le era dado por las Musas (IÁÑEZ, 1989, p. 65 y ss.). Según Walter Ong
“la condición oral básica del lenguaje es permanente” por lo que se puede deducir que
sin oralidad previa no puede existir la escritura, es más la oralidad ha existido por miles
de años “sin ninguna escritura en absoluto” (ONG, 1982, p.7).
Entre esta oralización se pueden distinguir: los himnos, formulas breves e
invocaciones a los dioses; los trenos, o lamentaciones fúnebres; el himeneo o canto de
bodas y el peán, que se versaba sobre la llegada de la primavera, junto a estos versos en
ocasiones se cantaba sobre la fundación de ciudades, se invocaba por el éxito en las
batallas junto a baladas guerreras y se narraban hechos heroicos (IÁÑEZ, 1989, p. 65).
Ahora bien, existían personas especializadas que recorrían ciudades y
palacios llevando sus versos llamados aedos, que tenían una estructura de memorización
breve. Con el tiempo, a las narraciones míticas se fueron superponiendo hechos
heroicos, lo que daba más libertad al poeta (IÁÑEZ, 1989, p. 65,66).
Si bien en un primer momento la literatura fue oral, con el tiempo se
transcribió, alcanzando de este modo “su potencial más pleno (…) produci[endo]
creaciones intensas y hermosas” (ONG, 1982, p.13), y de esta manera nos ha llegado
hasta nuestros días mediante la copia y reproducción los escritos de ésta época entre los
cuales se puede mencionar a Homero, Hesíodo y Safo de Lesbos (ver nota al pie 9).
Comenzando con Homero, podemos decir que se trata de los poemas más
antiguos de la lengua griega “pero no pueden ser considerados en modo alguno como la
más antigua poesía griega” (HAUSER, 1978, p. 77). Se ha dudado de su misma
existencia, incluso se ha hipotetizado sobre uno o varios compiladores de las
mencionadas tradiciones heredadas oralmente: “los rapsodas eran con toda probabilidad
10
En este párrafo se citan los textos abordados por la cátedra, a su vez se agrega la Ilíada porque sus
características fueron mencionadas en la bibliografía obligatoria y en clases presenciales.

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gentes capaces de escribir (…) la recitación ininterrumpida sin un texto escrito habría
provocado con el tiempo la descomposición total de los poemas” (HAUSER, 1978,
p.86)
La Ilíada y la Odisea atribuidas a Homero no poseen las mismas
características, el “ambiente de la Odisea, es totalmente distinto al mundo de la Ilíada:
aquélla no debe su origen a leyendas heroicas o a hechos históricos, sino que sus
motivos son generalmente fabulosos y míticos” (IÁÑEZ, 1989, p. 68), así el primer
texto presenta los sucesos comprobables por la arqueología debidos a la guerra de
Troya, y la Odisea narra el viaje de vuelta a su patria, Ítaca, de Odiseo. Según Iañez la
Ilíada se trata de una epopeya (incluso el autor menciona su monotonía) y la Odisea una
novela épica (también, según el autor es “mucho más movida”) (IÁÑEZ, 1989, p.70)
Hay un detalle que no se puede dejar pasar por alto, a qué público estaban
dirigidas las recitaciones de Homero, en este sentido se puede decir que la poesía en un
primer momento fue cortesana y tiempo después, cuando ya estaba conformado en su
forma histórica el pueblo helénico se transmitió a las masas (HAUSER, 1978, p. 87)
Además, el carácter oral le confirió a esta obra un carácter métrico y
repetitivo, ideal para su memorización:

“Como mejor se explicaba el lenguaje entero de los poemas homéricos, con su


curiosa mezcla de peculiaridades eólicas y jónicas tempranas y tardías, era no
como una superposición de varios textos, sino como una lengua creada a través de
los años por los poetas épicos, los cuales utilizaban antiguas expresiones fijas que
guardaban o refundían principalmente por motivos métricos. Después de ser
moldeadas y vueltas a moldear siglos antes, las dos epopeyas fueron puestas por
escrito en el nuevo alfabeto griego alrededor de 700-650 a. de C., las primeras
composiciones extensas que se consignaran en este alfabeto” (ONG, 1982, p. 20)

Otro de los autores de esta primera etapa que denominamos “período


arcaico” fue Hesíodo, en donde su poesía ya no es propiedad exclusiva de los
cortesanos, sino que se trata de una poesía popular ya que “sus temas, sus cánones e
ideales son los de los campesinos” (HAUSER, 1978, p. 89), de Hesíodo se puede decir
que fue la primera expresión poética de un “antagonismo de clases” donde “suena la voz
del pueblo trabajador”. Hesíodo “se hace cargo de una misión de educación política”,
incluso su estilo es distinto al de Homero, en este caso es “geométrico” (HAUSER,
1978, p. 89, 90).

12
Es decir, Hesíodo, autor de los poemas conservados Teogonía y Trabajos y
días, es el creador de la poesía didáctica. Según los datos disponibles se cree que fue
hijo de un emigrado eolio de la región beocia, y concretamente en Ascra; allí perteneció
al mundo de pequeños campesinos en dura lucha con una tierra poco fértil (IÁÑEZ,
1989, p. 74)
Según el material de cátedra, nos vamos a centrar solo en la Teogonía, esta
es una exposición cosmogónica de los dioses y cómo, después de una sucesión de
hechos relatados, uno de ellos llegó a ser el más poderoso. Esto se da en el canto
“Titanomaquia” en donde Zeus lidera una rebelión contra su padre, el titán Cronos, quien
gobernaba el mundo y mantenía a sus hermanos, los titanes, encarcelados. Con la ayuda de sus
hermanos y otros dioses aliados, los libera a los titanes encarcelados y se enfrenta su padre en
una feroz batalla. Finalmente, Zeus y sus hermanos, Poseidón y Hades, emergen
victoriosos, y Zeus se convierte en el nuevo rey de los dioses y el gobernante supremo
del Olimpo. Esta victoria marca el inicio de una nueva era en la mitología griega,
conocida como la edad de los dioses olímpicos (HESÍODO, 2020, p. 41-50).
La poesía hesiódica, a pesar de tomar ciertos elementos de Homero, es otro
tipo de epopeya, es educativa, didáctica como ya se mencionó, su forma narrativa es la
de un moralista austero, es propia de un período histórico posterior en donde las
preocupaciones ya eran otras. (IÁÑEZ, 1989, p. 74, 75)
La poesía lírica, aquella que por definición era acompañada por
instrumentos musicales, en particular la lira, se desarrolló a partir de la caída de las
monarquías aristocráticas y el establecimiento de repúblicas democráticas (siglos VII y
VI a.C), fue un cambio ideológico que promovió este estilo helénico de poesía
reemplazando de forma gradual a la epopeya. (IÁÑEZ, 1989, p. 75)
En particular la lírica que ha llegado de la poetisa Safo (lo poco y
fragmentario) se puede ubicar geográficamente en la isla de Lesbos, situada en un lugar
estratégico y donde se desplegó un dialecto propio y una rica cultura. “La monodia
tomó allí un carácter particular: compuesta por un pequeño número de versos, canta
sentimientos variados, pero preferentemente los goces sensuales de la vida” (IÁÑEZ,
1989, p. 79).

Los poemas de Safo tienen como eje principal el amor hacia otras mujeres,

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y la diosa Afrodita era su inspiración, a ella, según las atribuciones que menciona
Hesíodo “las intimidades con doncellas, las sonrisas, los engaños, el dulce placer, el
amor y la dulzura” (p.20) le dedicó versos de los cuales citaré uno para concluir:

“Inmortal Afrodita de colorido trono,


hija de Zeus, artificiosa,
te suplico que no sometas a infortunios ni dolores,
oh Soberana, mi corazón.”
(SAFO, 1986: Libro I, verso 1, p.27)

Bibliografía:

FERNÁNDEZ, C. “Clasicismos” en AMÍCOLA, J. y DE DIEGO, J.L. La teoría

14
literaria hoy: conceptos, enfoques, debates, Ed. Al Margen, La Plata, 2008.

FINLEY, M.I., Los griegos de la antigüedad, Ed. Labor, Barcelona, 1975 [1966].

HAUSER, A. Historia social de la literatura y el arte (Tomo I, Ed. 14), Ed.


Guadarrama/Punto Omega, Barcelona, 1978.

HESÍODO, Teogonía, Ed. Municipalidad de Lima, Lima, 2020.

HOMERO, La Odisea por Homero, Freeditorial, [archivo PDF] recuperado de


https://freeditorial.com/es/books/la-odisea.

IÁÑEZ, E. Historia de la literatura, vol. I “Las literaturas antiguas y clásicas”, Editor


digital: jaleareal, 1989.

ONG, W. Oralidad y escritura, tecnología de las palabras, s/d, 1982.

SAFO, Poemas. Ed. Trillas, México D.F., 1986.

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