Está en la página 1de 32

34567

15 DE JUNIO DE 2014

4-10 de agosto
“Tienes que amar
a Jehová tu Dios”
PÁGINA 3 CÁNTICOS: 3 y 65

11-17 de agosto
“Tienes que amar
a tu prójimo”
PÁGINA 18 CÁNTICOS: 84 y 72

Edici ón de letra grande PRIMERA PARTE


34567̇ JUNE 15, 2014
Vol. 135, No. 12 Semimonthly SPANISH

ART ÍCULOS DE ESTUDIO

˝ “Tienes que amar a Jehová tu Dios”


˝ “Tienes que amar a tu prójimo”
Estos artículos analizan los dos mandamientos que
Jesucristo señaló como los más importantes de la
Ley. ¿Qué quiso decir él cuando dijo que debemos
amar a Jehová con todo el corazón, alma y mente?
¿Cómo podemos demostrar que amamos a nuestro
prójimo como a nosotros mismos?

´
Esta publicacion se distribuye como parte de una obra The Watchtower (ISSN 0043-1087) is published semi- ON L7G 4Y4. Periodicals Postage Paid at Brooklyn, NY,
´ ´
mundial de educacion bıblica que se sostiene con monthly by Watchtower Bible and Tract Society of and at additional mailing offices. POSTMASTER: Send
donativos. Prohibida su venta. A menos que se indique New York, Inc.; L. Weaver, Jr., President; G. F. Simonis, address changes to Watchtower, 1000 Red Mills Road,
´
lo contrario, las citas bıblicas se han tomado de la Secretary-Treasurer; 25 Columbia Heights, Brooklyn, Wallkill, NY 12589-3299. 5 2014 Watch Tower Bible
´ ´
version en lenguaje moderno Traduccion del Nuevo NY 11201-2483, and by Watch Tower Bible and Tract and Tract Society of Pennsylvania. Printed in Canada.
Mundo de las Santas Escrituras (con referencias). Society of Canada, PO Box 4100, Georgetown,
“Tienes que amar
a Jehová tu Dios”
“Tienes que amar a Jehov á tu Dios con todo tu coraz ón
y con toda tu alma y con toda tu mente.” (MAT. 22:37)

¿LO SABE?
¿Qu é significa amar a Dios?
¿Qu é razones tenemos para amar a Jehová?
¿C ómo podemos demostrar que amamos a Dios?

JESUCRISTO, el Hijo de Jehová, dijo: “Yo amo


al Padre” (Juan 14:31). También declaró: “El Pa-
dre le tiene cariño al Hijo” (Juan 5:20). Esto
no debería sorprendernos, pues Jesús estuvo mi-
llones de años trabajando lado a lado con Jehová
antes de venir a la Tierra. Era su “obrero maes-
tro” (Prov. 8:30). Durante ese tiempo, aprendió
muchísimo sobre las cualidades de su Padre, y el
amor que sentían el uno por el otro creció cada
vez más.
1. ¿Por qu é creci ó el amor entre Dios y su Hijo?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 3
2
El amor es un sentimiento de profundo cari-
ño. El salmista David cantó: “Te tendré cariño, oh
Jehová fuerza mía” (Sal. 18:1). Nosotros debería-
mos sentir lo mismo por Jehová, pues él nos tiene
afecto. De hecho, si somos obedientes, él nos de-
mostrará su amor (lea Deuteronomio 7:12, 13).
Pero ¿cómo es posible amar a alguien a quien
no vemos? ¿Qué significa amar a Jehová? ¿Qué
razones tenemos para hacerlo? ¿C ómo podemos
demostrarle nuestro amor?
ES PO SIBLE AMAR A DIO S
3
“Dios es un Espíritu”, así que no podemos
verlo (Juan 4:24). Con todo, es posible amarlo.
Es más, la Biblia nos exhorta a hacerlo. Por ejem-
plo, Moisés le dijo a la nación de Israel: “Tienes
que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón
y con toda tu alma y con toda tu fuerza vital”
(Deut. 6:5).
2. a) ¿Qu é es el amor? b) ¿Qu é preguntas vamos a contestar?
3, 4. ¿Por qu é podemos amar a Jehová los seres humanos?
4 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
4 ¿Por qué podemos amar a Dios? Porque él
nos creó con una necesidad espiritual y con la ca-
pacidad de demostrar amor. Cuando satisfacemos
esa necesidad, nuestro amor por él crece y nos
sentimos más felices. A esto se refirió Jesús cuan-
do dijo: “Felices son los que tienen conciencia de
su necesidad espiritual, puesto que a ellos perte-
nece el reino de los cielos” (Mat. 5:3). Muchos
concuerdan en que los seres humanos tenemos
por naturaleza el deseo de adorar a Dios. El es-
critor Abraham C. Morrison, en su libro Man
Does Not Stand Alone [El hombre no está solo],
afirmó: “Debería llenarnos de asombro y reveren-
cia ver la universalidad tanto de la búsqueda de un
ser supremo como de la creencia en él por parte
del hombre”.
5 ¿Tiene sentido buscar a Dios? ¿Es posible
encontrarlo? Claro que sí, pues él quiere que
lo encontremos. El ap óstol Pablo lo confirmó
5. ¿C ómo sabemos que es posible encontrar a Dios?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 5
cuando le habló a un grupo de personas en el
Areópago. Desde ese lugar podía verse el Parte-
nón, templo dedicado a Atenea, que era la diosa
patrona de la ciudad de Atenas. Imagínese que us-
ted está allí entre la multitud cuando Pablo co-
mienza a hablar del “Dios que hizo el mundo
y todas las cosas que hay en él” y explica que
“no mora en templos hechos de manos”. Enton-
ces le escucha decir: “Hizo de un solo hombre
toda nación de hombres, para que moren sobre la
entera superficie de la tierra, y decretó los tiem-
pos señalados y los límites fijos de la morada de
los hombres, para que busquen a Dios, por si bus-
caban a tientas y verdaderamente lo hallaban, aun-
que, de hecho, no está muy lejos de cada uno de
nosotros” (Hech. 17:24-27). En efecto, es posible
encontrar a Dios. Más de siete millones y medio
de testigos de Jehová lo han hallado y lo aman de
corazón.
6 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
¿QU É SIGNIFICA AMAR A DIO S?
6 Nuestro amor por Jehová debe ser sincero.
Cuando un fariseo le preguntó a Jesús cuál era el
mayor mandamiento de la Ley, él le contestó con
toda claridad: “ ‘Tienes que amar a Jehová tu Dios
con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda
tu mente’. Este es el más grande y el primer man-
damiento” (Mat. 22:34-38).
7 ¿A qué se refirió Jesús cuando dijo que debe-
mos amar a Dios con “todo [nuestro] corazón”?
Quiso decir que debemos amarlo con todo nues-
tro corazón simb ólico, que incluye nuestros de-
seos, emociones y sentimientos. También dijo que
tenemos que amarlo con “toda [nuestra] alma”,
es decir, con nuestro entero ser: lo que somos y lo
que hacemos en la vida. Y por último, dijo que de-
bemos amarlo con “toda [nuestra] mente”, o sea,
6. ¿Cu ál dijo Jes ús que era “el m ás grande y el primer man-
damiento”?
7. ¿Qu é significa amar a Jehová a) con todo el coraz ón?
b) con toda el alma? c) con toda la mente?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 7
con nuestro intelecto y nuestros pensamientos.
En resumen, tenemos que amarlo con todo lo que
somos y todo lo que tenemos, sin reservas.
8 Si amamos a Dios con todo el corazón, alma
y mente, estudiaremos su Palabra con diligencia,
haremos encantados lo que él nos pida y predi-
caremos con entusiasmo las buenas nuevas del
Reino (Mat. 24:14; Rom. 12:1, 2). El amor sin-
cero a Jehová nos acercará más y más a él (Sant.
4:8). Claro, sería imposible hacer una lista de to-
das las razones por las que debemos amar a Dios,
pero ¿por qué no analizamos algunas de ellas?
RAZONES PARA AMAR A DIO S
9
Jehová es nuestro Creador y nos da todo
lo que necesitamos. Pablo dijo: “Por él tene-
mos vida y nos movemos y existimos” (Hech.
17:28). Jehová nos ha regalado este precioso pla-
neta (Sal. 115:16). También nos suministra ali-
8. ¿A qu é nos impulsa el amor a Dios?
9. ¿Por qu é ama usted a Jehová?
8 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
mentos y otras cosas que necesitamos para seguir
vivos. Por eso Pablo pudo decirles a los idólatras
habitantes de Listra que Jehová, el “Dios vivo”,
“no se dejó a sí mismo sin testimonio, por cuanto
hizo bien, dándoles lluvias desde el cielo y épo-
cas fructíferas, llenando por completo sus corazo-
nes de alimento y de alegría” (Hech. 14:15-17).
¿No es esta una razón de peso para amar a nues-
tro Magnífico Creador? (Ecl. 12:1.)
10 Dios ha hecho posible que seamos liberados
del pecado y la muerte que hemos heredado de
Adán (Rom. 5:12). La Biblia dice: “Dios reco-
mienda su propio amor a nosotros en que, mien-
tras todavía éramos pecadores, Cristo murió por
nosotros” (Rom. 5:8). Si nos arrepentimos de co-
razón y demostramos fe en ese sacrificio, Jehová
perdonará nuestros pecados. ¿No es cierto que
esto nos llena de amor por él? ¡Cuánto agradece-
mos que entregara a su Hijo! (Juan 3:16.)
10. ¿Qu é siente usted cuando piensa en el sacrificio de Je-
sucristo?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 9
11
Jehová nos ofrece una esperanza que nos
llena de gozo y paz (Rom. 15:13). La esperanza
de vivir para siempre nos ayuda a aguantar las
pruebas de fe. Los ungidos que mueran fieles re-
cibirán “la corona de la vida” en los cielos (Rev.
2:10). Y los demás siervos leales de Jehová disfru-
tarán de una vida eterna en la Tierra hecha un pa-
raíso (Luc. 23:43). ¿C ómo nos hacen sentir esas
expectativas? ¿No nos llenan de gozo, paz y amor
por Dios, de quien recibimos “toda dádiva buena
y todo don perfecto”? (Sant. 1:17.)
12 Dios nos ha dado la emocionante esperan-
za de la resurrección (Hech. 24:15). Sin duda, es
muy doloroso perder a un ser querido. Pero gra-
cias a la promesa de la resurrección, no sufrimos
tanto como “los demás que no tienen esperanza”
(1 Tes. 4:13). Jehová desea intensamente devolver-
les la vida a las personas, sobre todo a sus siervos
11, 12. ¿Por qu é podemos decir que Jehová es el Dios que
da esperanza?
10 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
fieles, como el justo Job (Job 14:15). Imagínese
la alegría que sentiremos cuando resuciten los
muertos y presenciemos el feliz reencuentro de fa-
miliares y amigos íntimos. ¡Nuestro corazón rebo-
sará de amor por nuestro Padre celestial! ¡Qué
bueno es Jehová por darnos esa esperanza tan ma-
ravillosa!
13 Jehová se interesa por nosotros (lea Salmo
34:6, 18, 19 y 1 Pedro 5:6, 7). Nos sentimos
protegidos en el “rebaño” de Dios, pues sabemos
que él está siempre dispuesto a ayudar a sus sier-
vos leales (Sal. 79:13). Y lo que nos ha prometido
hacer en el futuro confirma aún más el amor que
nos tiene. Mediante Jesucristo, el Rey del Reino
mesiánico, eliminará toda la violencia, opresión y
maldad del mundo, y la humanidad obediente
podrá disfrutar de paz y prosperidad duraderas
(Sal. 72:7, 12-14, 16). ¿Verdad que estas promesas
13. ¿C ómo sabemos que Jehová realmente se interesa por
nosotros?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 11
nos motivan a amar a Jehová con todo nuestro
corazón, alma, fuerzas y mente? (Luc. 10:27.)
14 Nos ha concedido el inmenso privilegio de
ser sus testigos (Is. 43:10-12). Amamos a Jehová
por darnos esta gran oportunidad de apoyar su
Reino y de llevar un mensaje de consuelo a todos
los que sufren en este mundo. Podemos hablar
con total confianza y convicción, pues nos basa-
mos en la Palabra del Dios verdadero, quien siem-
pre cumple lo que promete (lea Josu é 21:45 y
23:14). Como vemos, tenemos innumerables ra-
zones para amar a Jehová. Pero ¿cómo podemos
demostrar que realmente lo amamos?
¿C ÓMO PODEMO S DEMOSTRAR
QUE AMAMO S A DIO S?
15
Estudiando la Biblia con diligencia y po-
niendo en práctica lo que dice. Así demostramos
que amamos a Jehová y que queremos que su Pa-
14. ¿Qu é inmenso privilegio nos ha concedido Jehová?
15. ¿C ómo nos ayuda estudiar la Biblia y poner en pr áctica
lo que dice?
12 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
labra nos guíe (Sal. 119:105). Si estamos pasan-
do por una situación difícil, nos consolará leer en
ella expresiones como estas: “Un corazón que-
brantado y aplastado, oh Dios, no lo desprecia-
rás”, y “Tu propia bondad amorosa, oh Jehová, si-
guió sustentándome. Cuando mis pensamientos
inquietantes llegaron a ser muchos dentro de mí,
tus propias consolaciones empezaron a acariciar
mi alma” (Sal. 51:17; 94:18, 19). Jehová y Jesús
son compasivos con quienes sufren (Is. 49:13;
Mat. 15:32). Estudiar la Biblia nos ayuda a ver
con más claridad cuánto se interesa Jehová por
nosotros, y eso profundiza nuestro amor por él.
16 Orando con regularidad. Eso nos acerca
a Jehová, el “Oidor de la oración” (Sal. 65:2).
Cuando vemos que contesta nuestras oraciones,
nuestro amor por él aumenta. Por ejemplo, qui-
zás en algún momento hayamos comprobado que
16. ¿Por qu é crece nuestro amor cuando oramos regular-
mente?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 13
nunca permite que seamos tentados más allá de lo
que podemos soportar (1 Cor. 10:13). Tal vez en
momentos de angustia le hemos suplicado que nos
ayude y entonces hemos sentido la incomparable
“paz de Dios” (Filip. 4:6, 7). En ocasiones tal vez
le hemos hecho una oración silenciosa, como la
que hizo Nehemías, y luego nos hemos dado cuen-
ta de que Jehová la respondió (Neh. 2:1-6). Así
es: al “[perseverar] en la oración” y ver que Jeho-
vá nos contesta, nuestro amor por él aumenta y
nos sentimos más seguros de que nos ayudará
cuando nos enfrentemos a pruebas de fe (Rom.
12:12).
17 Asistiendo sin falta a las reuniones y asam-
bleas (Heb. 10:24, 25). Los israelitas se reunían
para escuchar y conocer a Jehová a fin de adorar-
lo con profundo respeto y obedecer su Ley (Deut.
31:12). Si amamos de verdad a Jehová, cumplir su
voluntad nunca es una carga (lea 1 Juan 5:3).
Así que hagamos todo lo posible por estar en to-
17. ¿C ómo veremos las reuniones si amamos a Jehová?
14 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
das las reuniones. No perdamos jamás el amor
que sentimos al principio, cuando conocimos a
Jehová (Rev. 2:4).
18 Predicando con entusiasmo “la verdad de las
buenas nuevas” (Gál. 2:5). Nuestro amor por Dios
nos impulsa a hablarle al prójimo del Reino mesiá-
nico de su Hijo, quien cabalgará “en la causa de
la verdad” en el Armagedón (Sal. 45:4; Rev. 16:
14, 16). ¡Qué alegría nos da ayudar a las personas
a saber del amor que Dios nos muestra y del nue-
vo mundo que nos promete! (Mat. 28:19, 20.)
19 Agradeciendo la labor de los pastores de la
congregación (Hech. 20:28). Jehová quiere lo me-
jor para nosotros y por eso nos ha dado a los
ancianos. Ellos son “como escondite contra el
viento y escondrijo contra la tempestad de llu-
via, como corrientes de agua en país árido, como
la sombra de un peñasco pesado en una tierra
18. ¿En qu é obra participamos por amor a Dios?
19. ¿Por qu é debemos agradecer la labor de los ancianos de
la congregaci ón?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 15
agotada” (Is. 32:1, 2). ¡Cuánto se agradece un
refugio en medio de una tempestad o la sombra
de un peñasco en un día de sol abrasador! Estas
comparaciones nos permiten ver cómo los an-
cianos nos ayudan y animan en sentido espiritual
cuando pasamos por problemas. Si obedecemos a
estas “dádivas en [la forma de] hombres”, demos-
traremos nuestro aprecio por ellos y nuestro amor
por Dios y por Cristo, el Cabeza de la congrega-
ción (Efes. 4:8; 5:23; Heb. 13:17).
QUE NUESTRO AMOR POR DIO S
SIGA CRECIEND O
20
Si tenemos una estrecha relación con Jehová,
seremos “hacedores de la palabra, y no solamente
oidores” (lea Santiago 1:22-25). Ser “hacedores”
implica que nuestra fe nos motiva a predicar con
celo las buenas nuevas y a participar en las reu-
niones. Amamos a Dios de corazón, y por eso
20. Si alguien tiene una estrecha relaci ón con Jehová, ¿c ómo
se cumplen en él las palabras de S antiago 1:22-25?
16 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
obedecemos su “ley perfecta”, que abarca todo lo
que él espera de nosotros (Sal. 19:7-11).
21 El amor por Jehová nos motiva a acudir a él
en oración constantemente. Los sacerdotes de Is-
rael tenían que quemar incienso para Jehová todos
los días. Y es interesante que el rey David compa-
rara sus oraciones a incienso cuando cantó: “Que
mi oración esté preparada como incienso delante de
ti; el levantar las palmas de mis manos, como la
ofrenda de grano al atardecer” (Sal. 141:2; Éx. 30:
7, 8). Que nuestras humildes peticiones, sinceras
súplicas y sentidas palabras de alabanza y gratitud
sean tan agradables a Jehová como el incienso
perfumado, por así decirlo (Rev. 5:8).
22 Jesús dijo que debemos amar a Dios, pero
también a nuestro prójimo (Mat. 22:37-39). Como
veremos en el próximo artículo, cuando sentimos
amor por Jehová y por sus principios, se nos hace
más fácil amar también a nuestro semejante.
21. ¿A qu é pueden compararse nuestras oraciones sinceras?
22. ¿Qu é veremos en el pr óximo art ículo?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 17
“Tienes que amar a tu pr ójimo”
“Tienes que amar a tu pr ójimo como a ti mismo.”
(MAT. 22:39)

¿QU É RESPONDER ÍA?


¿Qui én es nuestro prójimo?
¿Por qu é debemos mostrar amor a nuestro prójimo,
y cómo podemos hacerlo?
¿Cu áles son algunos de los aspectos del amor que se
mencionan en 1 Corintios 13:4-8?

CUANDO un fariseo le preguntó a Jesús cuál era el


principal mandamiento de la Ley, este le contestó:
“Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu cora-
zón y con toda tu alma y con toda tu mente”. Ya vi-
mos en el artículo anterior lo que esto significa. Pero
luego Jesús añadió que el segundo mandamiento
más importante era este: “Tienes que amar a tu pró-
jimo como a ti mismo” (Mat. 22:34-39).
1, 2. a) ¿Cu ál dijo Jes ús que era el segundo mandamiento
m ás importante de la Ley? b) ¿Qu é preguntas contestar á este
art ículo?
18 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
2 En efecto, Jesús dijo que debemos amar a
nuestro prójimo como a nosotros mismos. Ahora
bien, ¿quién es nuestro prójimo? ¿Yc ómo podemos
demostrarle amor? Este artículo contestará esas
preguntas.
¿QUI ÉN ES NUESTRO PR ÓJIMO?
3 Cierto hombre le preguntó a Jesús: “¿Quién,
verdaderamente, es mi prójimo?”. En respuesta, Je-
sús le relató la parábola del buen samaritano y le
enseñó lo que significa amar al prójimo (lea Lu-
cas 10:29-37). Le contó que a un judío lo ha-
bían atracado, golpeado y dejado medio muerto en
el camino. Entonces pasó un sacerdote, y luego,
un levita. ¿Lo ayudaron, como se esperaría de
ellos? No. Cuando lo vieron, siguieron adelante.
Fue un samaritano quien se detuvo a ayudarlo.
Algo sorprendente, pues en aquel tiempo los judíos
y los samaritanos se despreciaban (Juan 4:9).
3, 4. a) ¿Qu é par ábola us ó Jes ús para contestarle al hombre
que le pregunt ó qui én era su pr ójimo? b) ¿C ómo ayud ó el sa-
maritano al jud ío maltrecho? (Vea la ilustraci ón del principio
en la edici ón normal.)
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 19
4
Para curar las heridas del judío maltrecho, el
samaritano vertió en ellas aceite y vino. Después lo
llevó a una posada y le dio al dueño dos dena-
rios —el equivalente a dos días de trabajo— para
los cuidados que el judío pudiera necesitar (Mat.
20:2). Es fácil darse cuenta de que el samaritano
fue quien se portó como un buen prójimo. La pa-
rábola de Jesús nos enseña a demostrar amor y
compasión por todas las personas, sin importar su
nacionalidad o cultura.
5 En estos “últimos días” es muy difícil encon-

trar personas compasivas; muchas son crueles y


violentas, y el prójimo les importa poco (2 Tim. 3:
1-3). Prueba de ello es lo que ocurrió cuando el
hurac án Sandy azotó la ciudad de Nueva York, a
finales de octubre de 2012. En una zona muy afec-
tada de la ciudad, algunos desvalijaron las casas de
gente que ya estaba sufriendo la falta de electrici-
5. ¿C ómo demostraron los siervos de Jehová amor al pr óji-
mo durante un reciente desastre natural?
20 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
dad, calefacción y otras cosas necesarias. En cam-
bio, en la misma zona, los testigos de Jehová orga-
nizaron un programa para ayudarse entre ellos y
también socorrer a otras personas. Los cristianos
actuamos así porque amamos al prójimo. Pero ¿de
qué otras maneras podemos demostrarle amor?
¿C ÓMO PODEMO S DEMOSTRAR
AMOR AL PR ÓJIMO?
6 D émosle a nuestro pr ójimo ayuda espiritual.
Cuando predicamos, les ofrecemos a las perso-
nas “el consuelo de las Escrituras” (Rom. 15:4).
No hay duda de que les demostramos amor al dar-
les a conocer las buenas nuevas del Reino (Mat.
24:14). Es un verdadero honor llevarles el mensaje
del “Dios que da esperanza” (Rom. 15:13).
7 Sigamos la Regla de Oro. Jesús nos dijo en
qué consistía esta regla cuando pronunció las
6. ¿Por qu é es una muestra de amor al pr ójimo predicar las
buenas nuevas?
7. a) ¿Cu ál es la Regla de Oro? b) ¿C ómo nos beneficia se-
guir la Regla de Oro?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 21
siguientes palabras en su Sermón del Monte: “To-
das las cosas que quieren que los hombres les ha-
gan, también ustedes de igual manera tienen que
hac érselas a ellos; esto, de hecho, es lo que signifi-
can la Ley y los Profetas” (Mat. 7:12). Cuando tra-
tamos a los demás como aconsej ó Jesús, actuamos
de acuerdo con el espíritu de “la Ley” (los libros de
Génesis a Deuteronomio) y “los Profetas” (los li-
bros proféticos de las Escrituras Hebreas). En es-
tos escritos vemos que Dios bendice a los que
demuestran amor por los demás. Por ejemplo, a
través del profeta Isaías, Jehová dijo: “Guarden el
derecho y hagan lo que es justo. [...] Feliz es el
hombre mortal que hace esto” (Is. 56:1, 2). Está
claro que, si amamos a nuestro prójimo y somos
justos con él, Jehová nos bendice.
8 Amemos a nuestros enemigos. Jesús enseñó:

“Oyeron ustedes que se dijo: ‘Tienes que amar a tu


8. a) ¿Por qu é debemos amar a nuestros enemigos? b) ¿Qu é
puede pasar si les mostramos amor a nuestros enemigos?
22 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
prójimo y odiar a tu enemigo’. Sin embargo, yo les
digo: Continúen amando a sus enemigos y orando
por los que los persiguen; para que demuestren ser
hijos de su Padre que está en los cielos” (Mat. 5:
43-45). El ap óstol Pablo dio un consejo parecido
cuando escribió: “Si tu enemigo tiene hambre, ali-
méntalo; si tiene sed, dale algo de beber” (Rom.
12:20; Prov. 25:21). Según la Ley mosaica, si un is-
raelita veía que el animal de su enemigo había que-
dado atrapado bajo la carga, debía ayudarle a libe-
rarlo (Éx. 23:5). Esa colaboración podía hacer que
anteriores enemigos llegaran a ser buenos amigos.
Lo mismo es cierto hoy. Cuando tratamos con
amor a nuestros enemigos, incluso a los persegui-
dores más crueles, podemos ablandarlos y hacer
que cambien de actitud. ¿Y quién sabe? Quizás
algunos hasta se hagan siervos de Jehová.
9 “Siga[mos] tras la paz con todos.” (Heb.
9. ¿Qu é dijo Jes ús acerca de hacer las paces con nuestro her-
mano?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 23
12:14.) Por supuesto, esto incluye a nuestros her-
manos, pues Jesús dijo: “Si estás llevando tu dádi-
va al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tie-
ne algo contra ti, deja tu dádiva allí enfrente del
altar, y vete; primero haz las paces con tu herma-
no, y luego, cuando hayas vuelto, ofrece tu dádiva”
(Mat. 5:23, 24). Jehová nos bendecirá si, cuando
tenemos problemas con algún hermano, le mostra-
mos amor y tratamos de hacer las paces enseguida.
10 No seamos criticones. “Dejen de juzgar, para

que no sean juzgados —dijo Jesús—; porque con


el juicio con que ustedes juzgan, serán juzgados; y
con la medida con que miden, se les medirá. En-
tonces, ¿por qué miras la paja que hay en el ojo de
tu hermano, pero no tomas en cuenta la viga que
hay en tu propio ojo? O, ¿c ómo puedes decir a tu
hermano: ‘Permíteme extraer la paja de tu ojo’;
cuando ¡mira!, hay una viga en tu propio ojo? ¡Hi-
10. ¿Por qu é no deber íamos andar buscando las faltas de los
dem ás?
24 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
p ócrita! Primero extrae la viga de tu propio ojo, y
entonces verás claramente c ómo extraer la paja
del ojo de tu hermano.” (Mat. 7:1-5.) ¿C ómo va-
mos a criticar las pequeñas faltas de otros cuando
nosotros mismos somos culpables de faltas muy
grandes? ¡Qué lección tan impresionante!
UNA MANERA ESPECIAL DE MO STRAR
AMOR AL PR ÓJIMO
11 Jesús nos enseñó que una manera especial de
mostrar amor a nuestro prójimo es predicar las
buenas nuevas del Reino (Luc. 8:1). Él mandó a
sus seguidores: “Hagan discípulos de gente de to-
das las naciones” (Mat. 28:19, 20). Al cumplir
con esta comisión, intentamos ayudar a otros a
abandonar el camino ancho que lleva a la destruc-
ción y tomar el camino estrecho que conduce a la
vida (Mat. 7:13, 14). Sin duda, a Jehová le com-
placen nuestros esfuerzos y los bendice.
11, 12. ¿De qu é manera especial mostramos amor a nuestro
pr ójimo?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 25
12
Al igual que Jesús, ayudamos a la gente a dar-
se cuenta de que necesita a Jehová (Mat. 5:3).
Si alguien muestra interés en aprender, satisfa-
cemos esa necesidad transmitiéndole “las buenas
nuevas de Dios” (Rom. 1:1). Los que aceptan el
mensaje del Reino se reconcilian con Dios gracias
al sacrificio de Jesucristo (2 Cor. 5:18, 19). Sin
duda, la predicación es una manera sumamente im-
portante de mostrar nuestro amor al prójimo.
13 Cuando nos preparamos bien para volver a vi-
sitar a las personas y darles clases de la Biblia, te-
nemos la satisfacción de ayudarles a amoldarse a
las justas normas de Dios. Para algunos, esto tal
vez signifique hacer grandes cambios en su vida
(1 Cor. 6:9-11). Nos da mucho gusto ver que Dios
atrae a aquellos que están “correctamente dispues-
tos para vida eterna” y les ayuda a hacer los cam-
bios necesarios para que puedan disfrutar de una
estrecha amistad con él (Hech. 13:48). En el caso
13. ¿C ómo ve usted la obra de proclamar el Reino?
26 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
de muchos, la desesperación da paso a la felicidad.
Las preocupaciones que tenían desaparecen a me-
dida que confían más y más en su Padre celestial.
¡Cuánto nos alegra observar c ómo van progresan-
do! ¿Verdad que es una gran bendición poder de-
mostrar amor a nuestro prójimo de esta manera
especial?
¿C ÓMO SE DESCRIBE EL AMOR
EN LA BIBLIA?
14 El ap óstol Pablo hizo una descripción del
amor. Si ponemos en práctica sus palabras cuando
tratamos con el prójimo, agradaremos a Jehová,
nos ahorraremos muchos problemas y seremos fe-
lices (lea 1 Corintios 13:4-8). Repasemos breve-
mente lo que Pablo escribió y veamos c ómo poner-
lo en práctica al tratar con los demás.
1 5 “El amor es sufrido [o, “paciente”] y
14. ¿Qu é aspectos del amor mencionados por Pablo le lla-
man la atenci ón a usted?
15. a) ¿Por qu é debemos ser pacientes y bondadosos?
b) ¿Por qu é debemos evitar los celos y el orgullo?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 27
bondadoso.” Jehov á ha demostrado paciencia
y bondad con todos los seres humanos, imperfec-
tos como somos. ¿No deberíamos nosotros con
mucha más razón ser pacientes y bondadosos con
los demás cuando cometen errores, incluso cuan-
do son desconsiderados? “El amor no es celoso.”
Si amamos de verdad a nuestros hermanos, no les
tendremos envidia, ni por las cosas que tengan
ni por las responsabilidades que hayan recibido en
la congregación. Además, si nuestro amor es since-
ro, no seremos orgullosos ni andaremos haciendo
alarde de nosotros mismos. La Biblia dice que
Jehová odia a quienes tienen “ojos altivos y un co-
razón arrogante” (Prov. 21:4).
16 El amor nos ayudará a comportarnos siempre

con decencia, a no mentir a nuestro prójimo ni ro-


barle ni hacerle nada que vaya contra las normas
de Jehová. El amor también nos impulsará a inte-
16, 17. ¿Qu é maneras de demostrar amor se describen en
1 Corintios 13:5, 6?
28 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
resarnos no solo por nuestro propio bien, sino tam-
bién por el de los demás (Filip. 2:4).
17 El amor sincero “no se siente provocado.
No lleva cuenta del daño”. Si alguien nos trata
mal, no nos enojamos enseguida. Tampoco toma-
mos nota de las veces que nos hacen daño (1 Tes.
5:15). No podríamos agradar a Dios si fuéramos
rencorosos. Por otra parte, esos resentimientos po-
drían arder en nuestro interior como un fuego, per-
judicándonos a nosotros mismos y a otros (Lev.
19:18). Mejor es perdonar y olvidar. Además, como
el amor “no se regocija por la injusticia”, no nos ale-
gramos cuando alguien que nos odia es maltratado
o sufre alguna injusticia (lea Proverbios 24:17, 18).
18 Pablo señaló que el amor “todas las cosas
las soporta”. Por eso, cuando alguien nos ofende
pero luego nos pide disculpas, el amor nos moti-
va a perdonarlo. El amor también “cree” todas
las cosas. Creemos todo lo que dice la Biblia y
18. ¿Qu é nos ense ña sobre el amor 1 Corintios 13:7, 8?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 29
agradecemos el alimento espiritual que recibimos
de la organización de Dios. Además, el amor “es-
pera” todas las cosas. Esperamos con confianza lo
que Jehová ha prometido; y como amamos a la gen-
te, le hablamos de esa esperanza (1 Ped. 3:15).
Y cuando nos hallamos en circunstancias muy difí-
ciles, le oramos a Jehová y esperamos que todo sal-
ga bien. Otra característica del amor es que “aguan-
ta” todas las cosas. Hasta si alguien peca contra
nosotros o si se nos persigue, aguantamos. Final-
mente, Pablo aseguró: “El amor nunca falla”. Así
es, los siervos de Dios seguirán demostrándolo por
toda la eternidad.
NO DEJEMOS DE AMAR AL PR ÓJIMO
COMO A NO SOTRO S MISMO S
19
Si hacemos caso de lo que nos dice la Biblia,
siempre amaremos a nuestro prójimo como a noso-
tros mismos (Mat. 22:39). Jehová y Jesús esperan
19, 20. ¿Qu é textos b íblicos nos muestran lo importante que
es amar a nuestro pr ójimo?
30 PRIMERA PARTE LA ATALAYA
que lo hagamos. Es más, esperan que amemos a
todas las personas, sin importar su origen o su cul-
tura. ¿Nos cuesta a veces demostrarle amor a al-
guien? Si es así, pidámosle espíritu santo a Jeho-
vá. Eso lo complacerá, y él nos ayudará a actuar
con amor (Rom. 8:26, 27).
20 El mandato de amar al prójimo como a uno
mismo es tan importante que se le llama “la ley
real” (Sant. 2:8). En la Ley mosaica, Jehová les dio
a los israelitas muchas normas que les enseñaban
a amar al prójimo. Más adelante, inspiró a Pablo
a escribir: “Cualquier otro mandamiento que haya,
se resume en esta palabra, a saber: ‘Tienes que
amar a tu prójimo como a ti mismo’. El amor
no obra mal al prójimo; por lo tanto, el amor es el
cumplimiento de la ley” (Rom. 13:8-10). Así pues,
no debemos dejar de amar al prójimo.
21 Al reflexionar en las razones que tenemos
21, 22. ¿Por qu é debemos amar a Dios y al pr ójimo?
15 DE JUNIO DE 2014 PRIMERA PARTE 31
para amar a nuestro prójimo, es bueno recordar las
palabras de Jesús cuando dijo acerca de su Padre:
“Hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace
llover sobre justos e injustos” (Mat. 5:43-45). ¿Qué
nos enseña esto? Que debemos amar a nuestro pró-
jimo, sea este justo o injusto. Y, como ya se men-
cionó, una manera muy importante de demostrar-
le nuestro amor es llevándole el mensaje del Reino.
Si acepta las buenas nuevas con un corazón since-
ro, podrá hacerse amigo de Dios. ¿Acaso hay una
bendición mayor?
22 Tenemos razones de sobra para amar a Jeho-

vá sin reservas. Y, como hemos visto, hay muchas


maneras de mostrarle amor a nuestro semejante.
Si amamos a Dios y a nuestro prójimo, estaremos
obedeciendo los dos mayores mandamientos. Pero,
sobre todo, agradaremos a nuestro Padre celestial,
Jehová.
Visite www.jw.org/es o
wlp14 06/15-S-1

escanee el código5
140212

32 LA ATALAYA

También podría gustarte