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FUNDAMENTOS DE PSICOTERAPIA

PSICOTERAPIA

El psicólogo puede ayudarle con esos problemas. Por medio de la psicoterapia, los
psicólogos ayudan a las personas a llevar adelante vidas más felices, saludables y
productivas.

En la psicoterapia, los psicólogos aplican procedimientos científicamente válidos para la


creación de hábitos más sanos y efectivos. La psicoterapia cuenta con varios métodos
como el cognitivo-conductual, el interpersonal y otros tipos de terapia conversacional que
ayudan a resolver los problemas.

La psicoterapia es un tratamiento de colaboración basado en la relación entre una


persona y el psicólogo. Como su base fundamental es el diálogo, proporciona un
ambiente de apoyo que le permite hablar abiertamente con alguien objetivo, neutral e
imparcial. Usted y el psicólogo trabajarán juntos para identificar y cambiar los patrones
de pensamiento y comportamiento que le impiden sentirse bien
.
Al concluir el tratamiento, no sólo habrá resuelto el problema que le trajo a la consulta,
sino que, además, habrá aprendido nuevas destrezas para enfrentar con mayor
efectividad cualquier desafío que pueda surgir en el futuro.

HISTORIA DE LA PSICOTERAPIA Y DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA

Lo que en la actualidad entendemos por psicoterapia ha existido desde el inicio de


los tiempos, si bien no siempre ha tenido la misma forma. No obstante, el papel
fundamental de la palabra y del cambio de hábitos como métodos para alcanzar la
salud mental han sido reconocidos por la mayoría de las sociedades humanas.

En este artículo describiremos de forma sintética la historia de la psicoterapia y de la


psicología clínica. Para ello haremos un recorrido que irá desde la Edad Antigua
hasta la aparición de la terapia cognitivo-conductual, el modelo predominante en la
actualidad.

La psicoterapia a lo largo de los tiempos

En la antigüedad nuestros antepasados atribuían los fenómenos no explicables a la


acción de fuerzas sobrenaturales como dioses, demonios y espíritus. La vida
psíquica y los trastornos mentales no eran una excepción.
Los egipcios veían la sugestión como una forma de magia que podía utilizarse como
complemento de los tratamientos médicos, y los griegos creían que las
enfermedades físicas y mentales dependían del desequilibrio corporal de cuatro
fluidos o humores. De modo similar, en China la salud era entendida como el balance
entre las fuerzas vitales.

Se cree que las primeras psicoterapias surgieron en el mundo islámico. Entre los
siglos X y XII d.C., pensadores y médicos como Abu Zayd al-Balkhi, Zakariya al-Razi
y Avicena introdujeron los conceptos de “salud mental” y “psicoterapia” y describieron
un gran número de alteraciones neuropsicológicas.
La aparición de la psicoterapia en Europa se retrasó hasta el Renacimiento, puesto
que en la Edad Media el yugo del cristianismo bloqueó los avances en este campo.
Durante muchos siglos, los problemas de salud mental se vincularon a las influencias
demoníacas. En realidad, el mesmerismo y la hipnoterapia, practicados por Mesmer,
Puységur o Pussin, fueron algunos de los primeros tratamientos psicológicos
propiamente europeos, en el siglo XVIII.

Posteriormente la influencia de los filósofos racionalistas y empiristas promovió la


consolidación de la psicología como ciencia social. Los alienistas Pinel y Esquirol
fueron determinantes en el desarrollo del tratamiento moral, que defendía los
derechos de los pacientes psiquiátricos frente a los abusos de las “terapias”
religiosas.

El psicoanálisis y la psicología científica

Los estudios de Charcot sobre la histeria y otras neurosis, así como el trabajo de
Janet en torno a la disociación, influyeron en la aparición de la teoría psicoanalítica
de Sigmund Freud, que postulaba que la conducta humana está determinada
fundamentalmente por factores inconscientes y por las experiencias vividas en la
infancia.

En la misma época, a finales del siglo XIX, Granville Stanley Hall fundó la American
Psychological Association (o APA), que a día de hoy sigue constituyendo la principal
organización de la profesión. La psicología clínica surgió también en este periodo
gracias al trabajo de Witmer con niños con problemas de aprendizaje en la
Universidad de Pennsylvania.

Mientras los discípulos de Freud, como Adler, Jung o Horney, expandían y revisaban
las hipótesis del psicoanálisis, la psicología científica seguía desarrollándose a
través de la fundación de instituciones, departamentos, clínicas y publicaciones
sobre psicología. Estados Unidos se estableció como el núcleo de estos progresos.

El auge del conductismo

Aunque el psicoanálisis continuó siendo fuerte durante la primera mitad del siglo
XX, el conductismo se convirtió en la orientación predominante en este periodo. Las
aportaciones de Thorndike, Watson, Pávlov y Skinner convirtieron la conducta
observable en el foco del análisis psicológico y promovieron el desarrollo de las
terapias conductuales breves.
El propio Skinner ideó un buen número de técnicas basadas en el condicionamiento
operante, principalmente en el refuerzo. Wolpe creó la desensibilización sistemática,
el antecedente de la terapia de exposición moderna, mientras que Eysenck recopiló
las evidencias disponibles sobre la falta de eficacia del psicoanálisis como
tratamiento.

El conductismo fue clave en la evolución de la psicoterapia, pero en los años 40 y 50


aparecieron distintas perspectivas que reaccionaron al reduccionismo conductista,
que minimizaba la relevancia del pensamiento, la emoción y la voluntad.

Existencialismo, humanismo y terapia sistémica

Las psicoterapias existenciales de Viktor Frankl, Otto Rank o R. D. Laing surgieron


a partir del psicoanálisis. Lo mismo sucedió con la terapia centrada en el cliente de
Rogers, que consiguió centrar el interés psicoterapéutico en la existencia de factores
comunes a las distintas orientaciones que explican la eficacia de la terapia.
Carl Rogers y Abraham Maslow fueron los dos pioneros de la psicología humanista.
Estos autores opinaban que el ser humano tiene una tendencia natural hacia la
autorrealización y el crecimiento personal, y defendieron la psicoterapia como
método para ayudar a los clientes a desarrollarse como personas, en función de sus
valores. En esta corriente humanista también se encuentra la terapia Gestalt, creada
por Fritz Perls y Laura Perls a mediados de siglo, si bien apareció algo antes de que
Rogers y Maslow desarrollasen sus ideas.

Más adelante, en las décadas de 1960 y 1970, autores como Wilhelm Reich y
Alexander Lowen popularizaron las psicoterapias corporales, que reclamaron el
cuerpo como centro de la experiencia humana. No obstante, sus teorías fueron
desestimadas por la comunidad científica por su falta de solidez empírica.

Las terapias sistémicas y familiares aparecieron a partir de los años 70 con la


popularización de la Teoría general de sistemas y las aportaciones de la Escuela de
Milán, la Escuela Estructural y el Mental Research Institute de Palo Alto. Mientras el
existencialismo y el humanismo se diluían, la terapia sistémica se consolidó durante
los años siguientes.

Cognitivismo: retorno a la mente

La orientación cognitiva tuvo como predecesor a George Kelly, que defendió que las
personas entendemos el mundo a través de constructos psicológicos idiosincráticos.
No obstante, el punto de inflexión lo supusieron las terapias de Ellis y Beck, surgidas
en los años 50 y 60.
La terapia racional emotiva conductual (TREC) de Albert Ellis se centraba en la
técnica que posteriormente se conocería como “reestructuración cognitiva”. Por su
parte, Aaron Beck desarrolló la Terapia Cognitiva para la depresión, un
procedimiento altamente estructurado y sistematizado que sirvió como modelo a
muchas otras terapias similares.
Si bien las terapias cognitivistas surgieron de forma independiente, en muchos casos
de la mano de autores formados en la tradición psicoanalítica, lo cierto es que el
conductismo y la psicología científica tuvieron también una gran influencia en ellas.
Estos modelos complementarios acabaron convergiendo en las terapias cognitivo -
conductuales.

Desarrollos terapéuticos recientes

Al menos desde los años 80 y 90 del siglo pasado el foco de la psicoterapia ha sido
la demostración de la eficacia de los tratamientos para trastornos y problemas
específicos. En esto ha tenido una gran influencia la American Psychological
Association, de orientación predominantemente cognitivo-conductual.

El cambio de siglo ha traído también un auge del eclecticismo terapéutico. Si bien la


terapia cognitivo-conductual se ha consolidado como marco de actuación global, un
gran número de profesionales e intervenciones han popularizado el uso de técnicas
provenientes de orientaciones variadas para compensar las limitaciones de la terapia
cognitivo-conductual.
En particular se ha reivindicado la importancia de las emociones y del lenguaje. La
combinación del modelo cognitivo-conductual con la teoría de los marcos
relacionales y con la meditación mediante mindfulness, entre otras técnicas, ha
promovido la aparición de las terapias de tercera generación, que actualmente se
solidifican como el futuro de la psicoterapia.

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