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La Corte IDH ha adoptado una postura crítica hacia la pena de muerte y ha

establecido principios relacionados con la protección de los derechos humanos en


casos que involucran la imposición de la pena de muerte. Algunas de las citas y
principios clave incluyen:

1. Principio de Dignidad Humana:


- La Corte ha sostenido que la pena de muerte es incompatible con la dignidad
inherente a la persona humana. En este sentido, en el caso "The Last Temptation
of Christ (Olmedo Bustos et al.)" (2001), la Corte afirmó: "La pena de muerte no
sólo atenta contra el derecho a la vida, sino que constituye un trato inhumano y
cruel".

Caso Neira Alegría y otros, supra nota 82, párr. 60; Caso del Penal Miguel
Castro Castro, supra nota 24, párr. 315, y Caso Montero Aranguren y otros
(Retén de Catia), supra nota 82, párr. 97. La Corte considera que la suma de las
condiciones de detención, particularmente el uso del balde de recolección, la falta
de luz y ventilación adecuada y el hecho de que las presuntas víctimas tenían que
estar en su celda 23 horas al día por más de cuatro años, como el hacinamiento, en
su conjunto constituyen trato contrario a la dignidad del ser humano y por lo tanto,
entran en violación del artículo 5.1 y 5.2 de la Convención Americana

2. Derecho a la Vida:
- La Corte ha afirmado que el derecho a la vida es el derecho fundamental más
básico y que la pena de muerte viola este derecho. En el caso "Barbacoas S.A. y
Otros vs. Uruguay" (2006), la Corte sostuvo: "La pena de muerte, además de ser
cruel y inhumana, viola el derecho a la vida reconocido en el artículo 4 de la
Convención Americana".

3. Prohibición de Tratos Crueles e Inhumanos:


- La Corte ha destacado que la pena de muerte constituye un trato cruel e
inhumano. En el caso "Hilaire, Constantine and Benjamin et al. vs. Trinidad and
Tobago" (2002), la Corte afirmó: "La pena de muerte no sólo es una violación del
derecho a la vida, sino también del derecho a no ser sometido a torturas ni a penas
o tratos crueles, inhumanos o degradantes".

CEDH, Bagińsky vs. Polonia. Sentencia de 11 de octubre de 2005, Demanda


No. 37444/97, párr. 89 La detención, como toda otra medida de privación de la
libertad de una persona, implica limitaciones inherentes sobre la vida privada y
familiar [del detenido]. Sin embargo, es una parte esencial del derecho al respeto de
la vida familiar del detenido que las autoridades le permitan o, si lo necesita, lo
ayuden a mantener contacto con su familia directa.

4. Garantías de Debido Proceso:


- La Corte ha establecido que deben cumplirse altos estándares de debido
proceso en casos que involucran la imposición de la pena de muerte. En el caso
"Gómez Palomino vs. Perú" (2005), la Corte señaló que se deben garantizar
ciertas salvaguardias para asegurar un juicio justo y evitar errores judiciales que
puedan llevar a la imposición de la pena de muerte.

Declaración Universal de Derechos Humanos, Art. 11(1); Declaración


Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, Art. XXVI; Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Art. 14(2); Convención
Americana sobre Derechos Humanos, Art. 8(2). De conformidad con la
jurisprudencia anterior de la comisión así como con los términos de los instrumentos
internacionales pertinentes y los principios generales del derecho internacional, las
garantías judiciales del debido proceso legal y de un juicio imparcial, garantizadas
por los artículos XVIII y XXVI de la Declaración Americana, incluyen más
fundamentalmente el derecho de toda persona inculpada a que se presuma su
inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad

CIDH (2002). Las personas condenadas a muerte, hasta que no se hayan agotado
todas las vías de apelación disponibles, existe la posibilidad de que la pena de
muerte sea revocada o conmutada. Por ello, sostuvo que durante este período
transitorio, no debe existir perjuicio para las oportunidades de reforma y
readaptación social del recluso basado nada más en el hecho de que estos reclusos
fueron condenados a la pena muerte.

Cfr. Caso Neira Alegría y otros Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 19 de enero de
1995. Serie C No. 20, párr. 60; Caso del Penal Miguel Castro Castro, supra nota
24, párr. 315, y Caso Montero Aranguren y otros (Retén de Catia) Vs.
Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 5 de julio de 2006.
Serie C No. 150, párrs. 85 y 87. El deber que tienen los Estados Partes de la
Convención, como garantes de los derechos de toda persona bajo su custodia, de
garantizar a los reclusos la existencia de condiciones que respeten el artículo 5 de la
Convención y cumplan con los estándares mínimos internacionales en esta área.
Opinión Consultiva OC‐16/99, supra, Párr. 136. La Comisión considera que los
artículos I, XVIII y XXVI de la Declaración deben ser interpretados y aplicados en el
contexto de los procesamientos de pena de muerte para que se cumplan estricta y
rigurosamente las garantías más fundamentales y procesales del debido proceso.

Informe Nº 41/00 (McKenzie et al.) Jamaica, Informe Anual de la CIDH 1999,


párr. 204, 205; Edwards et al., supra, párr. 151 ‐153. Véase además, Corte I.D.H.,
Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros. Sentencia de 21 de junio de
2002. Serie C Nº 94, párr. 102, 103. Las garantías de debido proceso según la
Convención Americana y la Declaración Americana aplicables a la fase de
determinación de la pena en el proceso de pena capital de un acusado garantizan la
posibilidad de presentar alegatos y pruebas sobre si la pena de muerte puede no ser
permisible o adecuada a las circunstancias de su caso, frente a consideraciones
tales como el carácter e historial de delincuente, los factores subjetivos que podrían
haber motivado su conducta, el diseño y la forma de ejecución del delito en cuestión
y la posibilidad de reforma y readaptación social del delincuente.

Ibid, citando CIDH, Segundo Informe sobre la Situación de los Derechos


Humanos en Suriname. OEA Ser.L/V/II.66, doc. 21/Rev. 1, 1985, págs. 23 y 24. A
fin de garantizar una supervisión judicial efectiva de la detención, el tribunal
competente debe tomar conocimiento rápidamente de las personas que se
mantienen detenidas. Uno de los propósitos de esta medida es proteger el bienestar
de las personas detenidas y evitar toda violación de sus derechos. La Comisión ha
determinado que, si esa detención no se comunica al tribunal, o si el tribunal no es
informado de ello luego de un plazo razonable a partir de la privación de libertad, los
derechos de las personas en custodia no son protegidos y la detención viola los
derechos de la persona al debido proceso.

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