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CapPiTULO 2 Reflexiones sobre la homoparentalidad’ Parentalidad en parejas homosexuales Leticia GLOCER FIORINI Introduccion Pensar en el ejercicio de la parentalidad en parejas homosexuales sig- nifica introducirse en un tema que suscita fuertes debates. Se trata de una cuestién que puede ser discutida desde distintos puntos de vista y desde diferentes disciplinas que no necesariamente coincidirdn ni ten- drian por qué hacerlo. Hay que recordar que estamos en presencia de experiencias ya establecidas social y jurfdicamente en varios paises. Es- tas experiencias son analizadas desde hace varias décadas y es un desa- ffo para el campo psicoanalitico poder reflexionar sobre las mismas, tan- to desde el punto de vista tedrico como desde la practica clinica.' Se trata, por lo tanto, de un tema abierto que no se puede separar de los inmensos cambios culturales, sociales y juridicos que se presentan en las ultimas décadas y que marcan fuertemente el cambio de siglo. En * Este articulo esta basado en la presentaciGn de la Mesa de APA, organizada por el Capf- tulo de Adopcién (2004), Panelistas: Leticia Glocer Fiorini, Diana Maffia, Arnaldo Smola y ‘Ana Marfa Carrasco. Coordinadora: Eva Rotenberg. Introductores a la discusién: Beatriz Agrest Wainer y Graciela Faiman. 1. Roudinesco (2002) sefiala que se calcula que e! 10% de los homosexuales norteamericanos ¥y canadienses se incluyen en la categoria de padres gays y lesbianas, y que en el continente norteamericano hay entre uno y cinco millones de madres lesbianas, de uno a tres millones de padres gays y de seis a catorce millones de nifos criados por padres homosexuales. Re- ‘cuerda que los primeros nacimientos se remontan a 1965 y experimentaron un boom en 1980. Cf. D, Julien, M. Dube e I. Gagnon, “Le développement des parents homosexuels com- paré‘a celui des parents hétérosexuels’, en Revue Québésoise de Psychologie, 15, vol. 3, 1994 Escaneado con CamScanner 48 * Leticia Glocer Fiorini este sentido, habrfa que incluirlo dentro del conjunto emergente de nuevas formas de familia -monoparentales, homosexuales- que se agregan al modelo clasico de familia nuclear heterosexual. El deseo de hijo no es privativo de las parejas heterosexuales y cada vez con mas frecuencia se observa en parejas homosexuales, que recurren a la adop- cién o la biotecnologfa para su realizacion. En consecuencia, tampoco se puede disociar del desarrollo de las Nuevas Técnicas Reproductivas que generan el desaffo (ético, psicoanalitico, juridico, socio-politico) de reflexionar sobre otras formas de pensar la procreacién y la construc- cion de la parentalidad. En este ultimo caso se presentaran también problematicas espectficas concernientes a estas técnicas (Glocer Fiori- ni, 2002, 2006). Hay en estas cuestiones varios planos implicados. Si tomamos como ejemplo una familia constituida por padres homosexuales -mujeres u hombres- con hijos que fueron adoptados o engendrados a través de nuevas técnicas reproductivas, constatamos que las problematicas de la adopcién y de las nuevas técnicas reproductivas se entrecruzan y confluyen con las nociones que se manejen sobre parentalidad y ho- mosexualidad. Se trata de concepciones que todo analista tiene como trasfondo tedrico y que son indisociables, por lo tanto, de la practica clinica. Estas nuevas presentaciones ya son parte de la cultura llamada Ppos- moderna o Modernidad tardfa como la denominan otros, y es materia de discusién si en la base de estas modalidades -que proponen nuevas formas de organizacién de los lazos sociales— habria, como afirman al- gunos autores, una dilucién de las normas, un ataque al orden simbéli- co, una cafda del padre, una feminizaci6n de la sociedad, una abolicién dela diferencia. Por otra parte, desde un punto de vista sociolégico y po- litico los derechos de Jas minorfas y las politicas sociales estan en juego. Sobre todas estas cuestiones hay interpretaciones diversas que seran discutidas mas adelante. Voy a tomar algunos puntos de debate relativos a conceptos en los que se apoyan fuertemente desarrollos psicoanaliticos (y antropolégi- Cos) actuales y sobre los que se manejan diferentes teorias: * El concepto de homosexualidad. * El concepto de familia (alianzas y filiaciones). + Elconcepto de ley simbélica y la cuestion de la diferencia de los sexos * La noci6n de deseo de hijo y las condiciones para la construccién de la parentalidad. Escaneado con CamScanner PARENTALIDAD EN PAREJAS HOMOSEXUALES * 49 Homosexualidades Como primera cuestion y desde un punto de vista psicoanalitico, podemos afirmar que no se deberfa hablar de homosexualidad-en-blo-- que. Desde los actos homosexuales ocasionales, pasando por las homo- sexualidades en las neurosis, hasta las homosexualidades en estructu- ras clfnicas perversas y psicéticas, se despliega una heterogeneidad que subyace a una aparente identidad. Es decir, hablar en términos genera- les del ejercicio de la parentalidad en parejas homosexuales plantearfa una unificacién interpretativa que no seria tal. El tinico punto en co- min entre todas esas condiciones es la eleccién de objeto del mismo sexo. Pero, los mecanismos ps{quicos en juego pueden ser radicalmen-~ tediferentes, Es necesario recordar, Por otra parte, que la eleccién de objeto homo- sexual forma parte de las fantasmaticas bisexuales, propias de los proce- sos de sexuaci6n, en todo sujeto. Familia En segundo término, es importante considerar el concepto de fami- lia utilizado. Roudinesco (2002) sefiala que “cualquiera sea la edad, sexo, orientaci6n sexual o condicién social, todos desean una familia’ y que la adopcién en parejas homosexuales apunta al intento de formar una fa- milia. Afirma esta autora que es un intento de integrarse a una norma y que la institucién de la familia, en ese sentido, no estarfa amenazada. Nos podriamos preguntar si este intento abarca a la mayorfa o a una mi- norfa de homosexuales, ya que también coexiste con propuestas que cuestionan el orden familiar basado en el modelo nuclear, heterosexual, tradicional. Asimismo, es necesario discernir si esas tentativas de inte- gracién corresponden a un deseo de formar una familia y tener hijos, 0 bien si se trata de un sometimiento a relaciones de poder de cardcter normativo. La eventual confluencia de estos factores es otro elemento a tener en cuenta y agrega complejidad a la cuestion. Es decir, que habria que plantearse hasta qué punto se puede generalizar una propuesta ex- plicativa. Esto merece un andlisis caso por caso. Sabemos también que las formas de organizaci6n familiar no siem- pre fueron las mismas. La familia ampliada medieval fue reemplazada por el modelo de familia nuclear, en el mundo occidental. Pero, hubo siempre una condici6n ineludible: la estructura familiar siempre se con- cibié constituida en base a la unién hombre-mujer y los hijos surgidos de esa alianza confirman la ley de filiacién. Para Lévi-Strauss (1949), Escaneado con CamScanner $0 * Levies Glocer forint Heritier (1996) y la antropologfa estructural en gen micleo basico de alianza y filiacién. La antropologéa estructural sostiene que la prohibicién del incesto es la condicién de p: ogamia, to implica una formalizaci6n y sujecién a la ley simbélica (que habi. tualmente es presentada como equivalente a la ley paterna) y el recono. cimiento de la diferencia anatémica de los sexos como condiciones de un orden social constituido. Observemos que esta concepcién estructu- ral duplica simbélicamente a la nocién de familia como categoria natu- ral, tal como es planteado por algunos autores. Gayle Rubin (1975) ha se- falado que esos desarrollos, que rescatan fuertemente el papel de la sexualidad, no despliegan sin embargo algunas de sus implicancias, es- pecialmente las que se refieren al intercambio de mujeres entre los hom- bres que es uno de sus ejes- y, de esta manera, cuestiona su cardcter de formalizacién ahistérica. En la actualidad asistimos a una especie de deconstruccién de la fa- milia nuclear. En las sociedades globalizadas, posindustriales, posmo- dernas pareciera que se diversifican las formas de organizacién fami. liar. Por supuesto que esto coexiste, en el marco del multiculturalismo, con organizaciones sociales donde impera la familia nuclear y la ley del padre. El contexto muestra un despliegue de variantes antes difici- les de concebir, Las transformaciones de las familias actuales, la cafda del pater fami- liae, la deconstruccién de la maternidad, asf como el auge de las N.T.R., al poner en cuesti6n que la unién hombre-mujer sea un elemento esen- cial para la procreacién, desafian el concepto de parentalidad tradicional. Constatamos que en las tiltimas décadas entran en relacién (y visibi- lidad) categortas hasta entonces divergentes: homosexualidad, familia y parentalidad. milia es eb Ley del padre y diferencia sexual Esto nos conduce a una tercera cuestién. 4Cémo se piensa la denomi- nada ley del padre en relacién con la familia homosexual? ;Cual seria su conexién con la ley simbdlica que rige los lazos sociales? xComo se Ct san los cambios en las categorias de identidad sexual y de parentesco' Como se categoriza la cuestion de la diferencia sexual? jEs su reconoci- miento condicién de acceso alo simbélico? Como ven hay categorfas basicas del campo psicoanalftico que estan en cuestion. . Hay en esto una problematica en juego: la autoridad del pater fami- liae, tradicionalmente homologada a una funcién tercera. isi los nemo: sexuales pueden engendrar 0 adoptar hijos, cae la funcién paterna? Escaneado con CamScanner PARENTALIDAD EN PAREJAS HOMOSEXUALES * 51 Ademias, gen el caso de parejas lesbianas los hombres no serfan necesa- rios? ZY si las parejas estuvieran constituidas por homosexuales mascu- linos, las mujeres no serian necesarias? Roudinesco (2002) enfatiza el nacimiento de una “omnipotencia de Jo materno” que aniquilarfa “lo paterno”, ” efiala que algunos se plantean que la familia estarfa amenazada si el padre ya no es el padre, si las mu- jeres controlan la procreacién, si los homosexuales intervienen en los procesos de filiacién. Ami juicio, es necesario subrayar que la cuestién del énfasis en la au- toridad patriarcal homologada a la ley paterna surge (entre otras deter- minaciones socio-politico-econémicas cuyo desarrollo excederia los If- mites de este trabajo) desde la idea de que la madre esté ligada al hijo en forma primordial, y que eso implicarfa un goce que impedirfa una sali- da simbélica exogamica en la trama de lazos sociales. De aqui que sélo un corte -simb6lico~ a través de la funcién paterna permitiria esa salida exogdmica, Pero, si se piensa que la denominada ley del padre es una funcién de corte y separacién, se tratard, por lo tanto, de una operatoria sim- bélica que contingentemente est colocada en el padre desde una con- cepcién patriarcal de la ley, pero que la trasciende. Esto plantea un mas alld del mito edfpico: se trata de una operatoria simbélica a través de una legislacién que excede tanto al padre como a la madre y que ambos pueden eventualmente ejercer. Avanzando en esta linea de pensamientos, la pregunta habitual es si se pueden ejercer estas fun- ciones en una pareja homosexual. ;Esas funciones deben estar ligadas al género de los padres? Mejor dicho, ja un cuerpo que sostenga un gé- nero acorde al mismo? O, por el contrario, se trata de funciones que cualquiera de los miembros de una pareja homosexual estaria en con- diciones de ejercer? Y, en este caso, jse pueden generar en el hijo difi- cultades en la simbolizacién de binarismos clasicos: madre-padre, hombre-mujer? Por otra parte, las problematicas descriptas también se observan en parejas heterosexuales, con presentaciones neursticas, perversas 0 psi- céticas, por parte de uno o ambos miembros de las mismas. Las cuestio- nes planteadas, vinculadas al narcisismo y al no reconocimiento de la diferencia, no son patrimonio de la homosexualidad. Entonces, se podria decir que si bien con las familias homoparenta- les no se afecta la reproduccion de la especie (ya que la procreacién he- terosexual sigue siendo su eje), st se afectaria un determinado ordena- miento simbélico social en el que la ley es homologada a la ley del padre y la diferencia simb6lica es equiparada a la diferencia sexual anatémica. Escaneado con CamScanner 52 Leticia Glocer Fiorin! Parentalidad y homosexualidad Esto nos conduce a una cuarta cuestién que genera fuertes debates: la preocupacién por el acceso a la subjetivacién de los nifios educados por parejas homosexuales o monoparentales.? Como habfa sefalado anteriormente, frecuentemente se subraya que la ley paterna seria el factor ausente y que, entonces, estos nifios no ac- cederfan al conocimiento simbélico de la diferencia de los sexos. Sin embargo, esto tampoco es privativo de las parejas homosexuales. Por otra parte, si ser padre o madre s6lo es una funcién y ya no im- portarfa que sea ejercida por hombres o mujeres jcaerfa asi el efecto simb6lico de la diferencia sexual? Estos son algunos de los cuestiona- mientos que se formulan actualmente desde diferentes perspectivas. Sin embargo, habria que pensar, més allé de la homosexualidad de los padres, sila diferencia simbélica en los hijos no estaria interiorizada, como operatoria simbélica, también desde los cédigos de la cultura y, més aun, como transmisién transgeneracional “atravesando” el incons- ciente parental. Por supuesto, que es necesario distinguir la diferencia sexual anatémica de la diferencia simb6lica en cuanto incompletud pa- ra ambos sexos, y esto implica establecer intersecciones y divergencias entre las interpretaciones anatémica y simbélica de la diferencia. En otra publicacién (2001) habfa destacado la polisemia del concepto de di- ferencia. Entre la diferencia sexual anatémica, la diferencia sexual - bélica, la diferencia significante, la diferencia en un sentido heideggeria- no (como distincién, como lo opuesto al Uno, a la totalidad), se establecen relaciones no reductibles a uno solo de esos términos. Estan en juego las identificaciones primarias y secundarias (simbdli- cas) que condicionan la construccién de una identidad sexual. Hay que subrayar que esas identificaciones responden a dispositivos muy com- Plejos. Primero, como sefialé, recordando que la cultura también ejerce estas funciones simbélicas a través de multiples mecanismos. Ya Freud se- falaba la influencia no sélo de los padres, sino de educadores y modelos 2. Charlotte Patterson (1992) afirma que no hay diferencias significativas ni riesgos aumen- tados entre los nifios criados por parejas heterosexuales u homosexuales. La autora to- m6 en cuenta las siguientes variables: identidad de género, roles de género asumidos de acuerdo a los criterios culturales convencionales, orientacién sexual, mayor o menor riesgo de ser sometidos a situaciones de abuso sexual, violencia o negligencia, relaciones con sus pares, variables sobre salud mental, sobre juicios morales, atitoestima e inteli. gencia. Sefiala también que hacen falta més estudios longitudinales, el andlisis de otros Brupos raciales, étnicos y minorias culturales, asf como observar variables “en proceso” més que conceptos “estructurales” tradicionales. Estas conclusiones fueron refrendadas por la American Psychological Association (1976, 1998, 2000) aunque no son aceptadas Por otros autores, quienes enfatizan los riesgos de la homoparentalidad, Escaneado con CamScanner PARENTALIOAD EM PAREJAS HOMOSEXUALES # 5) del espectto social (1924). Esto se produce tanto desde los fantasmas originarios que traseienden la experiencla individual come d nismos identifieatorios trans © Intersubjetivos. Le \dentificatorios y deseantes, se apoyan en factores lntersubjetives, gre pales y sociales intermalizados, que complejizan fuertemente estas cue tiones. Por supuesto que estas identificaciones pueden entrar en on ficto con aquellas que deriven de 1a dificultad que pueda surgir de be uniformidad de géneros en los padres, efecto que hay que considerar aun en el caso de que varfen sus funciones. La parentalidad en parejas nomosexuales ya est establecida en muchas sociedades y se trata, jus- tamente, de reflexionar sobre los tipos de conflictos que se pueden ge- nerar, algunos propios de esa situacién y otros comunes con los de la pa- rentalidad en parejas heterosexuales. Cabe aclarar también que, si bien la asignacién y reconocimiento del género del hijo puede ser adecuada a los cédigos aceptados, los caminos dela sexualidad y el deseo van, en todo sujeto, mas alld de esa asignacién. Desde otra perspectiva, Deleuze (1972) habfa sefalado, a través de su concepto de vacuolas en la familia, que no todo se origina en el micro- cosmos del Edipo familiar, que hay cortes extra-familiares que la atravie- san y sobrepasan, y esto también podria proporcionar elementos para reflexionar sobre los mecanismos identificatorios en juego. Este autor sefiala que la familia representa una estrategia del campo social. El capi- tal tomarfa sobre sf las relaciones de alianza y filiacién. Considera al triéngulo edfpico como una territorialidad {ntima y privada del esfuerzo de reterritorializaci6n social del capitalismo. través de los elementos desartollados intento desplegar la comple- jidad de facetas a analizar, teniendo en cuenta que de sus entrecruza- mientos se generarén problematicas diferentes en cada caso. Esto no descalifica el fuerte impacto de las figuras parentales, tal como es meta- forizado en el mito ed{pico, pero re-envia su interpretacion hacia el con- cepto de sistemas abiertos, enfatizando las complejas relaciones entre lo interno y lo externo. dle meca fectos en et hijo Deseo de hijo Finalmente, hay una cuesti6n que merece enfocarse con detencidn: 4l deseo de hijo. Quisiera recordar que Freud (1905) habia senalado {aunque nunca fue taxativo en este aspecto) que la homos' exualidad no €ra una perversién en sentido estricto ya que consideraba que no se tra- taba de un cambio de fines de la pulsién, sino de una inversion en la eleccion de objeto sexual. También afirmaba que el psicoanalista no Escaneado con CamScanner — aN 54 * Leticia Glocer Fiorini debfa pretender cambiar a un homosexual en lo Sanh Stecclones sexuales, pero si investigar sus SA iaildadtt psiqui y que, en esto 10 habia diferencias con la heterosexualidad. . 7 a psicoanilisis, heterosexualidad y ae at sitet que en si pueden significar muy poco. Las identificaciones y deseos in. conscientes son categorfas mas complejas que esas denominaciones. Justamente, para Freud podia ser tan inescrutable una eleccion de objeto heterosexual como homosexual. Siguiendo este criterio se puede decir que se hace necesario investigar el deseo de hijo tanto en la homo- sexualidad como en la heterosexualidad. Esto supone, establecer sus de- terminaciones inconscientes asf como tratar de delinear en qué puntos coinciden y en cudles divergen. Para ello es necesario comenzar por diferenciar el deseo de familia del deseo de hijo. El primero es un anhelo o un ideal, y no es necesaria- mente de raices sexuales. Aunque la formacién de una pareja-familia puede estar originada en el deseo sexual, éste no est implicado necesa- niamente. La conformacién de una familia tiene otras fuentes a conside- Tar también: el amor, la necesidad de proteccién y de autoafirmacién, la autoconservacién, el apego. Entonces, jcmo pensar el deseo de hijo en parejas homosexuales? Se trata de un punto clave. Recordemos que para Freud (1931), el de- seo de hijo en la nifia se genera al Pasar de la envidia del Pene al deseo de un hijo del padre, y luego de otro hombre, via ecuacién simbélica. Es- to implica una nocién c ue se sustenta en un orden basa- do en la carencia, ya que la envidia del dicién incestuosa. Por otra parte, hay que tener en cuenta que las identificaciones la madre (juego con mufiecas y otros) cumplen un Papel importante ‘en las nifias, pero eventualmente, también en los varones, Se trata de ten: tificaciones imaginarias Pero con una poderosa impronta simbélica. ™ Dentro de la concepcién edipica que se sostiene en elconcepto de fe milia nuclear heterosexual, el deseo de hijo dependerd de In posicin que asuma cada sujeto, an Pero, avanzando aun més, a mi juicio es imprescindible qué concepcién del deseo se trabajan estas cuestiones, Cor \ planteado en otras publicaciones (2001a, 2001b), puede resultar insufi- ' ciente conceptuar el deseo de hijo como sustituto compensatorio de lo apunta también al deseo en general, cién y no s6lo como sustitucién de una dilucidar con mo habiamos Escaneado con CamScanner PARENTALIDAD EN PAREJAS HOMOSEXUALES * 55, carencia, es una via alternativa a estas cuestion C Shasado en la obra de Nietzsche- habia propuesto en sus eae tere esarlo enfatizar que el concepto de produccién deseante adquiere en este autor una significacién especffica, distinta del sentido cotidiano, positivista, que algunos autores proponen. Para Deleuze, el deseo no se origina en ninguna carencia fundamental; aun mis, considera que la ca- rencia no genera deseo sino que es un contra-efecto del deseo. Esta con- cepcién alternativa del deseo no anula, a mi criterio, la anterior, sino que entra en relaciones complejas con la misma. Por otra parte, hay que tener en cuenta que, para pensar la parentali- dad tanto en parejas homosexuales como heterosexuales, el deseo de jo es un motor importante, pero no se pueden ignorar otras motivacio- nes como el deseo de trascendencia, de perpetuacién del patronimico, de acompafiamiento para la vejez, de aseguramiento de la herencia, et- cétera. A esto se agrega que debe haber otras condiciones para confor- mar la parentalidad, tales como capacidad de cuidados, de contacto, de apego, de favorecer la estructuracién narcisista, de reconocimiento del otro. Y una pareja homosexual puede contar o no con estas condiciones tanto como una heterosexual. El deseo de hijo es singular y deberd ser analizado en cada caso du- rante el proceso analftico, tanto en la heterosexualidad como en la ho- mosexualidad, tanto en hombres como en mujeres. Puede corresponder aun anhelo narcisista, puede tener como finalidad satisfacer a la propia madre, o desear el hijo como doble del s{ mismo, pueden estar en juego mandatos, duelos, desaffos, deseo de embarazo que en el caso de muje- res puede ser diferente del deseo de hijo, No hay un deseo en estado pu- ro. A esto se une que, como es sabido, el deseo preconsciente-conciente puede o no coincidir con el deseo inconsciente. En el caso de una paciente lesbiana con una relacidn de pareja esta- ble (con problematicas similares a la de cualquier pareja heterosexual neurética) existfa un fuerte deseo de hijo. Despreciaba la masculinidad de otras homosexuales y exaltaba la feminidad. Tenfa una relaci6n muy intensa y cercana con su madre, a la que hubiera querido satisfacer y darle un nieto, Consideraba que esto era imposible por la casi segura condena social. Se vio, en ese caso, que mas que un nieto su deseo era darle un hijo a la madre y la intensidad de su deseo se potenciaba a tra- vés de su unién con aquella. : También en un paciente bisexual con predominio de relaciones ho- Mosexuales, aparecié en el curso del andlisis un deseo de hijo que final- Mente concreté con una pareja heterosexual. Esto no cambié sus elec- ciones homosexuales de objeto, pero el deseo de hijo aparecié como un fuerte deseo libidinal y quiz4s de trascendencia. Escaneado con CamScanner $6 * Leticia Glover Korine fas cues Hranscurse de este capitulo trabaja cesar. Como habla sehalado, no se trata de ce un orden conoci Me he propueste er Hones como un tema a pi Har apresuradamente las tematicas planteadas, Ent slo y el desorden generado por nuevos desaffos se mueven creencias, Kleologias, poderes y teorias, Hay un interjucgo desorden-orden, tal co mo lo plantea Balandier (1988), que es necesario analizar en sus varia dos efectos, Las consecuencias en la produccién de subjetividad en un sentido simbolico y sus efectos en los hijos dependeran, por un lado, de la post bilidad de categorizar una serie de experiencias cuyos efectos no se pue- den evaluar todavia totalmente pero, por el otro, también estardn su, fas a las teorfas que se manejen para su interpretacién. Bibliografia Balandier, G. (1988) El desorden. Barcelona, Gedisa, 1990. Deleuze, G.; Guattari, F (1972) ElAntiEdipo. Barcelona, Barral, 1973. Deleuze, G.; Parnet, C. (1977) Didlogos. Valencia, Pre-Textos, 1980. Freud, S. (en Obras Completas, Amorrortu, Buenos Aires): — (1905) Tres ensayos de teorfa sexual. Tomo VII, 1978. — (1913) Totem y tabu. Tomo XIII, 1980, — (1923) El yo y el ello. Tomo XIX, 1979. — (1931) Sobre la sexualidad femenina. Tomo XXI, 1979. Glocer Fiorini, L. (2001a) Lo femenino y el pensamiento complejo. Buenos Aires, Lugar Editorial, 2001. — (2001b) “El deseo de hijo: de la carencia a la produccién deseante.” Revista de Psicoandlisis, Asociacién Psicoanalftica Argentina, Buenos Aires, Tomo LVIII, Ne 4, pp. 965-976. — (2002) “Fertilizacién asistida. Nuevas problemdticas”. En: Wolfberg, E. (comp,), Prevencién en Salud Mental. Buenos Aires, Lugat Editorial, pp. 161- 172, ~— (2006) “The bodies of present-day maternity". Motherhood in the Twenty- First Century. Karnac, London. Héritier, F. (1996) Masculino-Femenino, El pensamiento de la diferencia, Barce- Jona, Ariel, 2002. Lévi-Strauss, C. (1949) Las estructuras elementales del parentesco, Barcelona, Planeta-Agostini, 1993. Patterson, Ch, (1992) “Children of lesbian and gay parents”, 63, 1025-1042, Roudinesco, E. (2002) La familia en desorden, Buenos Aires, Econémica, 2003. Rubin, G. (1975) “The Traffic in Women: Notes on the Political Economy of Sex”, En: Rayna R. Reiter (ed.), Toward an Anthropology of Women, Nueva York, Monthly Review Press, pp. 157-210, child Development ‘ondo de Cultura Escaneado con CamScanner Eva Rotenberg Beatriz Agrest Wainer , Pr Compiladoras Homoparentalidades Nuevas familias Beatriz Agrest Wainer Mariam Alizade Ana Maria Andrade Azevedo Silvia Bleichmar Emilce Dio Bleichr Ana Maria Carrasc.. Paulo Roberto Ceccar

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